rosset lo invisible

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  • 8/10/2019 Rosset Lo Invisible

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    Clment Rosset

    Lo invisible

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    Es cierto que hay mucha locura en ocuparse

    de algo que no sea lo que vemos.

    Cline, Viaje al fin de la noche.

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    Prembulo

    Lo invisible que vamos a tratar aqu no se refiere al mbito de objetos que una

    imposibilidad material impide ver (como un rostro sumido en la oscuridad), sino al de

    los objetos que creemos ver aun cuando no sean perceptibles de ninguna manera porque

    no existen !o no estn presentes (como un rostro ausente en una pie"a iluminada)# $sa

    especie de %existencia& de objetos no existentes, o de visibilidad de lo que es invisible,

    si la pensamos independientemente de toda patologa alucinatoria, parece evidentemente

    una contradicci'n en los trminos#

    in embargo, tales objetos existen, son legi'n# uesto que lo que en otro lugar

    llam la %facultad anti*perceptiva& es doble complementaria# $n principio, facultad de

    no percibir lo que tenemos ante los ojos+ pero tambin facultad de percibir lo que no

    existe por ello escapa necesariamente a toda percepci'n ver (o creer ver) lo que ella

    no puede ver, pensar lo que ella no piensa, imaginar lo que en realidad ella no imagina#

    orque el -ombre posee la facultad de creer a menudo que capta objetos eminentemente

    equvocos, de los que se puede decir a la ve" que existen que no existen# e trata sin

    dudas menos de percepciones ilusorias que de ilusiones de percepci'n# Los objetos

    parad'jicos sugeridos por esas ilusiones son naturalmente mu distintos de los

    espejismos que pueden verse en el mar o en el desierto (en primer lugar, porque el

    espejismo consiste en una imagen que cada uno puede percibir realmente+ adems

    porque reflejan un cuerpo real situado debajo del -ori"onte, mientras que la ilusi'n de

    percepci'n une la invisibilidad a la inconsistencia)# ara decirlo brevemente si en la

    ilusi'n de percepci'n el objeto de la visi'n no existe, no por ello deja de existir la

    %visi'n& del objeto, o su imaginaci'n# ero, .qu vemos cuando no vemos nada/ $

    igualmente, para retomar una pregunta de 0ean aul-an .qu pensamos cuando nopensamos en nada/

    La facultad de ver lo que no se ve (o de pensar lo que no se piensa, facultad que

    no es ms que una generali"aci'n de la primera) desafa, por cierto, el buen sentido

    puede parecer una facultad a su ve" ilusoria# ero miles de -ec-os cotidianos incitan a

    afirmar su carcter completamente real# La simple lectura de trabajos de estudiantes, en

    especial si estudian filosofa, comprueba por ejemplo abundantemente la existencia de

    esa facultad sorprendente de no pensar nada cuando se cree de buena fe estar pensandoalgo+ en lo cual esos estudiantes, por otro lado, no estn del todo equivocados+ porque si

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    el pensamiento no existe, all est el escrito que lo prueba o que pretende constatarlo#

    1na notable performance, en definitiva ms sorprendente a2n que la vanidad del

    prop'sito, que lograr -ablar (o escribir) algo# $s cierto que algunos fil'sofos

    profesionales a veces tambin logran soportar el reto#

    or cierto, la facultad de captar objetos inexistentes revela un carcter extra3o

    un tanto inesperado del pensamiento# 4 tal rare"a no carece de inters ni de importancia,

    si advertimos que precisamente a dic-a facultad de creer ver de creer pensar, cuando

    no se ve ni se piensa nada, los -ombres le deben lo esencial de sus ilusiones#

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    I

    Lo invisible tal como lo vemos

    No recuerdo bien qu cabo de comedia deca,

    al mirar a su tropa: Veo que no est!n presentes".

    0ean aul-an,Entretien sur des faits divers.

    $n un pasaje del #uaderno marr$n5, 6ittgenstein, para ilustrar su tesis general 7

    que afirma con ra"'n la imposibilidad de concebir un contenido expresado que difiera

    en lo ms mnimo del lenguaje que lo %expresa& que resulta as a la ve" expresi'n

    expresiva expresi'n expresada7, imagina el siguiente ejemplo un esbo"o de rostro,

    ms embrionario a2n que el de 8intn# Cinco tra"os de lpi" bastan para componerlo un

    crculo rodeando todo, dos raitas -ori"ontales para representar los ojos, otra para la

    boca, finalmente una raa vertical para la nari"# 9aturalmente, son posibles todas las

    variaciones seg2n que imaginemos una curvatura ms o menos c'ncava o convexa de

    los tra"os -ori"ontales que representan los ojos la boca, determinando entonces rostros

    de aspecto mu diferente, triste, serio, sonriente, etc# Comien"an a precisarse as, o a

    parecer que se precisan, a partir del esbo"o primitivo, una cantidad de expresiones

    particulares posibles, reducidas en este caso al estado de esbo"o o de caricatura, que

    cada quien jurara, en funci'n de su propia imaginaci'n, que a -a visto# 1no ver el

    esbo"o de determinado se3or :, otro el esbo"o de una tal se3ora 4, sin que por ello se

    pueda -allar, o ms bien %recobrar&, una identidad precisa satisfactoria detrs de la

    persona as sugerida# ;dmitimos que no podemos decir quin es esa persona, pero se

    alega que la -emos visto alguna ve", si no a menudo# $se poder evocativo que no evocanada preciso recuerda bastante la %precisi'n evasiva& de la que -abla 0an

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    real reconocible, de la que se propone expresar una suerte de esencia precisamente

    mediante el recurso a dos o tres rasgos caractersticos lo que evidentemente no es el

    caso del -ombrecito enigmtico propuesto por 6ittgenstein a nuestra perplejidad#

    ;dems, la caricatura no comien"a por el esbo"o, sino que desemboca en l# >e modo

    que esbo"o caricatura toman itinerarios exactamente opuestos el primero sugiere una

    infinidad de rostros, ninguno de los cuales existe+ la segunda, un rostro que s existe,

    pero del cual s'lo -a un ejemplar#

    ?uelvo al citado -ombrecito enigmtico dejo que 6ittgenstein se explique por

    s mismo

    9os parece que la expresi'n del rostro representa algo que podra separarse del

    dibujo, como si nos fuera posible decir %$se rostro tiene una expresi'n

    particular, de -ec-o, es sta& (se3alando entonces algo)# ero si debiera

    mostrar algo que brinde la expresi'n de ese rostro, no podra ser ms que el

    croquis que esto mirando@#

    >e modo que no encuentro la -uella del rostro particular que busco en vano

    apenas estara en condiciones de describirlo volviendo al mismo esbo"o del cual part#

    8al sera el destino de Aarcel roust si estuviese condenado a volver siempre al sabor

    de su clebre ta"a de t sin redescubrir nunca Combra# $se retorno al casillero de

    partida (el esbo"o que vemos nos -ace pensar en ese esbo"o, nada ms) es, como se

    sabe, una de las principales caractersticas del pensamiento de 6ittgenstein# Buerramos

    saber lo que %quiere decir& una expresi'n cualquiera , luego de mil intentos abortados,

    nos vemos obligados a aceptar penosamente que la expresi'n en cuesti'n no quiere

    decir nada ms ni otra cosa que aquello que dice# or lo tanto en primer lugar, el

    rostro que creemos -aber percibido o imaginado a partir de nuestro -ombrecito es unrostro que nadie -a visto nunca ni ver jams# $s decir que es invisible (e inexistente)+

    as como, de manera ms general, lo que expresa una expresi'n, fuera de esa misma

    expresi'n, es inexpresable e inexistente# or otro lado entonces, un rostro as, o un

    determinado contenido expresado detrs de la expresi'n que se supone lo expresa,

    constitue la alucinaci$n de un doble+ un vasto tema del cual tambin me -e ocupado

    abundantemente# 6ittgenstein ro"a el asunto en la continuaci'n del pasaje a citado

    %omos aparentemente enga3ados por una ilusi'n 'ptica que, por un efecto de2Op. cit., p. 272.

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    refracci'n, nos -ara percibir dos objetos, cuando no existe ms que uno solo 4 es

    todava ms explcito unas lneas ms adelante

    %$se rostro tiene una e%presi$n particular& 7me siento inclinado a decir

    cuando me dejo penetrar enteramente por esa impresi'n# Lo que pasa entonces

    es una especie de asimilaci'n o de captaci'n de la cosa+ nuestra manera de

    decir %Capto la expresi'n de ese rostro& parece indicar que captamos algo que

    se -alla en el rostro que no es el rostro# 8enemos la impresi'n de buscar algo,

    pero no como si quisiramos descubrir un modelo de expresi'n exterior al rostro

    que se encuentra delante nuestro, sino como si quisiramos sondear el interior

    del objeto# Cuando dejo que se inscriba en m esa impresi'n de un rostro, me

    parece que e%iste un doble suyo que sera su prototipo, que al mirar la

    expresi'n del rostro, descubrira el prototipo al cual correspondeD#

    i intentamos %fijar& una imagen del rostro que sugiere la cabe"a dibujada por

    6ittgenstein, vemos (o creemos ver) una sucesi'n de imgenes que desfilan se borran

    tan rpido como -an aparecido (o incluso antes), desaparecen en el mismo instante en

    que al fin creamos percibirlas la imagen cambia pero sigue siendo imprecisa+ casi

    como en el cine, cuando la imagen sobre la pantalla es turbia el proeccionista no

    alcan"a a lograr ponerla en foco# 8odo sucede como si la imagen buscada trope"ara con

    el %punto negro& (punctum caecum) situado en la retina del ojo#

    Cabe se3alar que el mismo fen'meno se produce cuando se trata de la visi'n

    directa de un objeto real, en particular de un objeto vivo, como el rostro precisamente#

    orque un rostro real, percibido en carne -ueso, resulta tan m'vil e inasible como el

    rostro que se intenta imaginar a partir de un esbo"o# or tal motivo es que no existe un

    objeto de amor+ no -a rostro o cuerpo de los que uno se pueda enamorar, sino unainfinidad de rostros de cuerpos que revolotean en torno a la persona amada, como

    revolotea se sustrae la imagen de un rostro en torno al esbo"o propuesto por

    6ittgenstein# 8ambin por eso el deseo amoroso, que es el deseo de poseer unrostro

    un cuerpo, es por definici'n insaciable, es decir, imposibilitado de satisfacci'n# $l amor

    es vulgivagus, como dice Lucrecio en el&e rerum natura( como a lo deca lat'n en

    el'anquete) %vaga por todas partes& sin encontrar nunca nada# La 2nica diferencia en

    Ibid.!Ibid."o su#rayo $e%is&e un do#le suyo'.

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    este caso, entre el mundo real el mundo imaginario, es que en el primero nos

    encontramos con una sucesi'n de imgenes que desaparecen apenas se las -a visto,

    mientras que en el segundo nos enfrentamos a una sucesi'n de imgenes 7o de

    impresiones de imgenes7 sin que ninguna de ellas se -aa dejado ver#

    La sucesi'n de imgenes que desaparecen apenas se las -a visto, en el mundo

    real, evoca curiosamente un fen'meno usual dentro de un grave trastorno psquico que

    los psiquiatras llaman psicosis erotomanaca# ;quel (o aquella) que tiene la desgracia de

    ser perseguido 7en primer lugar perseguido en el sentido primitivo del trmino, es decir,

    literalmente seguido (del latnpersequor, seguir obstinadamente)7 por una persona

    presa de dic-a psicosis, al menos al comien"o de esa cacera que generalmente -a

    comen"ado muc-o antes de que se tomara conciencia de ella, tiene la extra3a

    experiencia (aterradora en gran medida) de una presencia ausente de una visibilidad

    invisible que recuerdan un poco, aunque por cierto lejanamente, el enigma del

    -ombrecito de 6ittgenstein# 9os disponemos a salir del departamento , apenas abrimos

    la puerta, nos topamos cara a cara con una persona inm'vil, que tal ve" est all desde

    -ace -oras, que no abre la boca que se escapa enseguida para esconderse detrs de la

    caja del ascensor antes de que -aamos tenido tiempo de reconocerla, aun cuando

    vagamente nos parece que a la -emos visto# $ntramos a un caf ella a est a-, pero

    se esconde de inmediato atrs de una columna# 8enemos que ir en tren a 9i"a+ felices de

    estar momentneamente despreocupados, salimos del compartimiento para estirar las

    piernas, pero ella est en el pasillo, a menos de un metro, encuentra la forma de

    desaparecer inmediatamente en un compartimiento colindante# 4 as sucesivamente# $l

    arte de pegarse detrs nuestro, que supone datos que nunca sabremos de d'nde obtiene,

    se combina en este caso con una prctica no menos virtuosa del eclipse+ lo que -ace a

    nuestra perseguidora, repito, a la ve" constantemente visible perpetuamente invisible#

    4 esto no es sino el comien"o de una larga -istoria cua conclusi'n, la maora de lasveces sangrienta, a conocen los psiquiatras#

    $l estatuto de lo no visible se aplica tambin a lo no perceptible en general,

    cuando la percepci'n va acompa3ada por la ilusi'n de que -a algo oculto en ella, algo

    que la mera percepci'n no logra revelar# 4 lo que es cierto en el mbito de las imgenes

    lo es ms a2n en el mbito de las palabras del lenguaje# $l -ec-o de que

    invenciblemente seamos llevados a buscar, antes de lo que alguien dice o escribe, una

    intenci'n de significar que se desdibuja se corrompe en parte en aquello que ellenguaje expresa, con maor ra"'n en las diferentes lenguas, tratando de excavar el

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    suelo m'vil del lenguaje para llegar finalmente a la roca dura que escapara a lo

    aleatorio lo fortuito del lenguaje, es una ilusi'n que 6ittgenstein dedic' su vida a

    describir a denunciar# 9o cabe a-ora volver sobre ello prefiero extenderme un poco

    sobre la ilusi'n paralela que consiste en imaginarse que -a un sentido, tan profundo

    como oculto, detrs del lenguaje musical# e acepta de buen grado como cierto que la

    %verdad& de la lengua, de la imagen, de la m2sica no se sit2a en el campo de su eclosi'n

    natural, sino en alguna parte en su interior %un tesoro se oculta adentro& 7les dice a sus

    -ijos el labrador de La =ontaine# ; la fantasa del pintor cuando afirma que no pinta las

    cosas, sino lo que -a detrs de las cosasE, le responde la del m2sico la del aficionado

    a la m2sica que consideran cierto que la verdadera m2sica no est en las notas sino entre

    las notas# 1na misma paradoja un mismo atolladero destinan al fracaso tanto la

    b2squeda de la expresi'n precisa que emanara del esbo"o de un rostro como la

    b2squeda de la naturale"a del mensaje o de la emoci'n que conducira el arte de los

    sonidos a la inteligencia o al sentimiento# Lo que nos dice la m2sica pasa con la m2sica

    debe ser encontrado en su propio decir, no fuera de l# 8odo lo que podemos -acer es

    volver a ella escuc-ar de nuevo, como se regresa al enigma del -ombrecito de

    6ittgenstein# ero a nunca sabremos ms al respecto, a menos que imaginemos

    fantaseos personales puramente e%tra(musicales, que no tienen relaci'n alguna con la

    emoci'n que me afect' que en cierta medida me intrig', ni me informan de nada# %$s

    una lengua que entendemos -ablamos, pero que es imposible traducir& 7escribe el

    music'logo austraco $douard Fanslic< en una f'rmula que 6ittgenstein -ubiera

    aprobado considerado verdadera, tanto en el plano del lenguaje musical como en el

    del lenguaje a secas# La m2sica nunca dice ms que lo que dice# La conclusi'n del

    primer movimiento de una sinfona de >vora< (sinfona en fa maor, mu rara ve"

    interpretada) ejemplifica bien esa especie de mutismo, de %silencio musical& o de

    %m2sica que se calla&, como dira =ederico Aompou ()*sica calladaG)# >voraos cam#ios de nom#re y de conduc&or. [T.]16Gallimard, 19!6.

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    ; una dama se le ense3aba un retrato de Hriand# %9o se le parece&, dice

    ella# ero esa dama nunca -aba visto a Hriand5J#

    $l retrato de Hriand que no se parece a Hriand naturalmente que no fue reali"ado

    por un artista poco -bil para reproducir los parecidos+ por el contrario, debemos

    imaginarlo lo ms fiel posible# i el retrato parece poco semejante es porque no

    corresponde a la idea o a la imagen que la dama se -a -ec-o de Hriand, lo mismo

    pasara si Hriand se presentara en persona no sera ms parecido que el retrato, si

    defrauda, como podemos esperar, esa idea o esa imagen# Ren Aartin, el interlocutor en

    ese libro, lo se3ala agudamente %Kncluso es probable que si la dama viese a Hriand lo

    considerase diferente del que imaginaba, -ubiera tenido la impresi'n, de manera ms o

    menos confusa, de que era Hriand el que estaba equivocado&5#i Hriand no se parece a

    su retrato es porque ste se aleja de la idea que me -ago de Hriand por un lado, debido

    a la ra"'n general de que en caso de conflicto entre lo ilusorio lo real siempre triunfa

    la ilusi'n+ por otro lado, debido a la ra"'n correlativa de que cuanto ms cercano parece

    un objeto, ms confuso parece viceversa aquello que est lejos gana en precisi'n 7

    como si la aclaraci'n directa de lo real tuviera por efecto enmara3ar las pistas

    extraviar la visi'n# Ren Aartin tambin lo se3ala

    9ivernois, que conoca bien Knglaterra, donde -aba residido, bastante

    mal Rusia para nada C-ina, confesaba que tena una idea precisa del c-ino,

    una idea ms vaga del ruso una totalmente confusa del ingls#

    $sa experiencia, que tambin es mu banal, del desfasaje entre la persona

    imaginada la persona vista o su retrato, en la medida en que no se basa en una

    apre-ensi'n legtima, como en el caso de Ame# de RSnal, o en una legtima anticipaci'nfavorable, revela un enigma que a-ora conocemos bien .cul es el rostro de la persona

    escuc-ada o imaginada (o ms bien imaginada no a partir de un esbo"o sino de una vo")

    que contrasta tan ntidamente con el de la persona real, finalmente vista en carne

    -ueso/ .; quin o a qu se parece/ .Cules son sus rasgos/ .C'mo podramos

    describrselo, por ejemplo, a un oficial de polica encargado de -acer su identi

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    presenta en la mente# $l retrato no es parecido, est bien+ pero sera preciso que -ubiera

    algo a lo cual debiera parecerse, cosa que no sucede# Considerando que no es parecido,

    no podra parecerse a lo que fuera, en todo caso no a algo que pretendiera representar,

    puesto que ese algo no existe# 1na paradoja insuperable un concepto contradictorio de

    la falsa imagen de ninguna imagen o del falso reflejo de ning2n objeto# Lo que no existe

    es invisible no -a imagen de lo invisible, a fortiorino una imagen que pueda ser

    calificada de fiel o de enga3osa# in duda, la dama que refuta el retrato de Hriand podr

    repetir sin cesar que ella imaginaba a Hriand de otra manera, cuando la verdad es que

    ella no imaginaba nada# Lo que cree imaginar es sin embargo enteramente una %visi'n&,

    en el segundo sentido del trmino (que se opone radicalmente al primero)# ero no basta

    con describirla en trminos de aparici'n, fantasma, emanaci'n# orque lo que constitue

    su esencia no es una alteraci'n, sino parad'jicamente una ausencia de visi'n# or tal

    motivo es que antes deca que aquello que com2nmente llamamos una percepci'n

    ilusoria es ms bien la ilusi'n de una percepci'n ( de modo ms amplio, la ilusi'n de

    un pensamiento)# $l %otro& Hriand, el supuesto Hriand verdadero, imaginado por la

    dama de la que -abla 0ean aul-an, es tan inconsistente, tan inmaterial como la %otra&

    versi'n del destino de $dipo imaginado por una opini'n com2n e instintiva el fantasma

    del doble a descripto eno real y su doble5M#

    $s cierto que la idea que la dama se -ace de Hriand proviene en parte, nos dice

    aul-an, de otro retrato de Hriand que ella -aba visto anteriormente# 8al ve", pero ese

    primer retrato no tiene significaci'n en este caso# uesto que, como aclara Ren Aartin

    %$sa idea no -aba quedado como lo que debi' -aber sido realmente uno de los mil

    retratos que circulan# ino que se -aba inflado, por as decir, -asta el punto de

    convertirse en la imagen*tipo de Hriand, en el mismo Hriand&@O# >e manera que el

    retrato que ella -aba visto antes, o lo que queda de l en su memoria, es un retrato a su

    ve" a enturbiado que se -a %inflado& -asta el punto de representar en adelante undoble de Hriand# $l retrato visto aer, que parece contrastar con el mismo visto -o, no

    es sino un retrato tan %fantasmal& como el otro, un %retrato encantado&, tal como el que

    le da ttulo al primero de los #uentos indiosde Aallarm# %$ncantado& en dos sentidos,

    en primer lugar el de convencer seducir por el lapso de un instante, o incluso menos

    que el lapso de un instante+ luego en el sentido de sustraerse de inmediato, con el maor

    perjuicio para el re ?i

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    como un lucro cesante)# La percepci'n real coloca as al narrador deEn busca del

    tiempo perdidono en la entrada sino %al trmino del mundo encantado de los

    nombres&@5# iempre -a menos en la duquesa de Iuermantes que en el nombre de la

    duquesa de Iuermantes, menos en la ciudad de Halbec que en el nombre Halbec, menos

    en el cumplimiento del amor que en su espera+ de manera general menos en lo real que

    en lo que esperbamos de l, o por lo menos lo que nos creamos autori"ados a esperar#

    .ero qu esperbamos con exactitud/ $s una pregunta que los decepcionados de la

    vida nunca plantean se est decepcionado pero no se podra decir ni de qu ni en

    relaci'n a qu# .C'mo despreciar lo que fuera si somos incapaces de precisar el precio

    que a fin de cuentas le -abra sido atribuido de antemano/ La ciudad de Halbec no

    equivale al nombre de Halbec, tal ve"+ pero para decidirlo, -abra que conocer el valor

    del nombre Halbec# ero ste sigue siendo desconocido# .C'mo podra entonces un

    valor conocido ser considerado menor que un valor desconocido/ $s un sinsentido,

    como decir que algo, seg2n lo -aca maliciosamente Ramond >evos, es %menos que

    nada La cosa que nos embelesa de lejos que decepciona de cerca ilustra bien el

    conocimiento seg2n 9ivernois es peque3a vista de cerca, pero grande vista de tan lejos

    que a no la vemos#

    Resulta obvio ( sin dudasera mejor detenerme aqu) que esa decepci'n que

    provoca la cosa con respecto a la idea que se supone que nos -abamos -ec-o de ella no

    es ms que una variaci'n de una disposici'n mental ms general, para la cual ninguna

    cosa real en cuanto tal sera digna de atenci'n o de inters# Lo real nunca le interes' a

    nadie, deca Haudrillard# Lo cierto es que si un objeto real puede ser considerado

    momentneamente interesante o deseable, pierde todo inters todo atractivo desde el

    momento en que tiene la buena, o ms bien la mala fortuna de caer en nuestras redes#

    1na ve" concreto a nuestro, no tenemos nada que -acer con l# Nbviamente, sera

    err'neo considerar esa alergia a lo real, esa decepci'n ante lo que se vuelve banalmentereal, como una constante necesariamente ligada a la condici'n -umana# orque sucede

    que algunos se satisfacen con el fruto que comen, le descubren a veces ms gusto del

    que esperaban# ero de ellos se dice que son inconscientes o enfermos#

    9o obstante, para todos los -ombres existen deseos cua satisfacci'n es

    imposible# ero la satisfacci'n no est verdaderamente ausente sino cuando el deseo se

    21La parte de *uermantes, (n busca del tiempo perdido, op. cit.,Tomo ;;, p. 5!2[ed. en esp.:

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    dirige a un objeto igualmente ausente, como en el caso de la pasi'n amorosa por lo

    dems en toda pasi'n#

    Fa una 2ltima persona que nunca reconocemos porque es constantemente

    invisible, es evidentemente uno mismo# $l espejo no devuelve una imagen de aquel

    que se mira, sino una imagen donde la derec-a la i"quierda estn invertidas con

    respecto a la persona real que se est viendo# 9o siempre -ubo espejos, podemos

    pensar en un largo perodo pre-ist'rico durante el cual los -ombres nunca se -abran

    visto efectivamente a s mismos de ese modo nunca -abran tenido la oportunidad de

    imaginar su propio rostro, adems sin asombrarse por ello ni siquiera darse cuenta de

    ello# 1na poca de verdad, en suma, en que los -ombres no se vean pero tampoco

    tenan, como en la actualidad, m2ltiples ocasiones de imaginar que se ven# $l reflejo de

    uno mismo en el agua limpia, que remite al mito de 9arciso, fue una primera

    oportunidad de percibirse, una ve" que uno se -a reconocido en el reflejo+ lo cual no

    resulta evidente de inmediato por lo dems no fue el caso de 9arciso, que vio en su

    imagen reflejada la imagen de otro del cual se enamor'# ;dems, esa primera ocasi'n

    de verse uno mismo, de una manera cuo mito imaginamos, a fue una primera

    ocasi'n de ilusi'n, puesto que el reflejo en el agua no le ofrece a la mirada, como el

    espejo, ms que una imagen invertida# or otra parte, es sabido que el primer

    reconocimiento de uno mismo en el reflejo de un cristal es una imagen de s captada

    como otro un tanto distante for"osamente un tanto diferente de uno mismo, que el

    ni3o de uno o dos a3os de edad percibe sin embargo como su propia imagen, que de

    -ec-o es la imagen ms pr'xima que alguna ve" tendr de s mismo#

    La impresi'n de desfasaje, a examinada a prop'sito de la diferencia entre el

    retrato su modelo, entre el original su copia, es llevada en este caso al colmo, puesto

    que no -a un modelo ni un original de uno mismo# $s cierto que las modernas tcnicas

    de reproducci'n (fotografa, grabador, registros digitales) nos permiten vernos ornos+pero justamente uno no se reconoce en absoluto en esa clase de reproducciones mi vo"

    suena falsa en mis odos, as como me desconcierta mi fotografa# >iderot le deca a su

    familia, a prop'sito de un retrato suo %Fijos mos, les aviso que se no so o 8odo

    el mundo -a tenido esa impresi'n de extra3e"a, rara un tanto penosa, ante la escuc-a

    de su vo" o frente a su foto# i la representaci'n de uno mismo siempre parece ms o

    menos infiel, si la re*audici'n de la propia vo" siempre suena un tanto falsa, es porque

    nunca -ubo, por as decir, una %presentaci'n& ni una %primera audici'n& no se puedere*presentar lo que nunca -a estado presente# 9aturalmente, podra tratar de informarme

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    a travs de los dems para saber a qu me pare"co, pidindoles que me -agan ver lo que

    ven ellos+ pero dic-a comunicaci'n est interrumpida# orque si uno no se ve, podemos

    ver a2n menos, si fuera posible, lo que los otros perciben de nosotros# Los otros me ven,

    pero o nunca tendr la menor idea de lo que entonces ven#

    ara el pintor, subsiste la posibilidad del autorretrato, que es menos un reflejo de

    s mismo que una manifestaci'n del estilo del artista, de su manera de percibir la

    realidad# $n tal sentido, es ms fiel que cualquier retrato, justamente en la medida en

    que no tiene en vista principalmente ninguna especie de fidelidad#

    TTT

    i ning2n cuadro, ninguna fotografa, ninguna representaci'n son

    verdaderamente semejantes, es tambin por una ra"'n ms general, a que lo propio de

    toda persona, asimismo de toda cosa, es ser singular por consiguiente, -ablando con

    todo rigor, inimitable# 1n Cratilo a la ve" distinto de Cratilo semejante a Cratilo es

    impensable+ el argumento se encuentra a en lat'n ( ms tarde fue designado por los

    neoplat'nicos como %el argumento plat'nico&, o logos platonisti2os)# $n tal sentido, la

    noci'n de modelo (o de original) a implica en s misma una paradoja, puesto que no

    existe ninguna copia a partir de la cual uno se pueda representar un modelo# >e modo

    que el modelo es lo inimaginable mismo# ;quello que no se puede imaginar en absoluto

    es al mismo tiempo, como se sabe, lo que Uant consideraba como lo sublime# ero,

    .qu -a ms sublime que >ios/ 9ada ni nadie, sin duda+ pero tambin nada es menos

    imaginable# or ese motivo, la idea de un retrato de >ios, cuo encargo al parecer

    alvador >al pretenda que le -aban -ec-o@@, constitue el reto ms difcil de afrontar,

    aunque tambin el ms jocoso#

    22Aal>ador Dal- le 3a#-a con&es&ado a Bac*ues (3ancel, *uien lo in&erroa#a al

    respec&o en una emisiCn radial de rance ;n&er y le 3a#-a preun&ado si encon&rar-auna &ela lo #as&an&e rande para represen&ar a Dios: $so no serE necesario.or*ue, al con&rario de lo *ue se suele pensar, Dios es pe*ueo'.

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    III

    Lo que quiere decir hablar

    ucede a menudo, cuando un amigo quiere informarnos del placer que le caus'

    algo determinado, por ejemplo, con motivo de un espectculo cuas escenografa

    puesta en escena pudo apreciar, que l procura -acernos compartir su entusiasmo

    detallando las cualidades de lo que -a visto por medio de una frase del tipo %Aira, la

    escenografa era, buenoV Qas la puesta en escena tambin, muV Qas 9o -a

    dudas de que con ello trata de -acernos imaginar en detalle el espectculo, tanto ms en

    la medida en que acompa3a por lo general su %as& con una gestualidad una mmica,

    moviendo las manos entornando los ojos, que se supone que nos informan a2n ms

    sobre aquello acerca de lo cual intenta en vano darnos una idea# 8ampoco caben dudas

    de que se sirve a tal fin de expresiones que Roman 0a

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    1n italiano, al que escuc- por casualidad en la radio, deca igualmente, con el

    objeto de compartir su admiraci'n por la obra de Louis*=erdinand Cline #omunque,

    vedi8, #line, quindi, cio9 voglio dire ecco;@

    $n tanto dotadas de una funci'n puramente ftica, todas esas expresiones son de

    lo ms legtimas de lo ms 2tiles+ sin ellas la comunicaci'n no podra empe"ar+ o en el

    mejor de los casos, empe"ara de mala manera# ero pierden evidentemente toda

    pertinencia desde el momento en que, no satisfec-as con abrir la comunicaci'n,

    pretenden adems comunicar algo# emejantes informaciones vacas, as como las

    f'rmulas -uecas que las distribuen generosamente al auditorio, constituen la maora

    de las veces la materia, Ypero cun inmaterialZ, de una respuesta a una pregunta# 1n

    presidente reciente de la Rep2blica francesa tena la costumbre, en mi opini'n mu

    astuta, de responder a toda pregunta mediante un %Y[igameZ $sa es una comunicaci'n

    ideal doblemente ideal# or un lado, la comunicaci'n se establece de manera s'lida, e

    incluso ntima o lo oigo usted me oe# 4 por el otro, ninguna escoria, es decir,

    ning2n contenido va a enturbiar esa comunicaci'n pura o no lo o o no le dije nada#

    ;ctualmente, la expresi'n ms com2n para responder preguntas es el trmino

    voil7 W%a ve&@DX, que a veces escuc-amos repetir -asta una quincena de veces en la

    misma frase# .C'mo es que gan' la carrera/ Hueno, llegu primera a ve# ero usted

    corra contra una campeona del mundo# , pero ella lleg' segunda# 4a ve# Voil7"se -a

    vuelto as una palabra clave que explica todo responde a todo en todos los mbitos

    (a la espera de que se presente un nuevo vocablo para tomar la posta)# orque el

    voil7"W%a ve&X, que significa literalmente una invitaci'n a ver all Wvoir l7X ( que no

    funciona tan a ciegas sino cuando es utili"ado por s solo, sin un complemento que

    arruinara su efecto afsico al aclarar de qu se trata a- est Wvoil7X el pato, ac las

    arvejas) cumple de maravillas la funci'n del %Y[igameZ& del presidente C-irac, del cual

    posee tanto su claridad perfecta (mire pues a-) como su no menos perfecta oscuridad(a que no se dice ni d'nde es %a-& ni lo que -abra que ver)#

    $sas palabras expresiones, que sugieren una descripci'n que no se da, podran

    ser llamadas %palabras mudas&, palabras que no -ablan, as como tampoco se deja ver el

    rostro invisible que se imagina ver ni percibir el sentido del trasfondo de la m2sica

    imaginado por quienes piensan que la m2sica %expresa& algo# 9o obstante, sera err'neo

    2$De cual*uier modo, F>en, ()line, en&onces, o seaH *uiero decirH Ies esoJ' [T.]2!

    Kna &raducciCn li&eral ser-a $3e a*u-' o menos re#uscadamen&e: $a3- es&E',aun*ue en los con&e%&os colo*uiales *ue siuen podr-a e*ui>aler a mule&illas como$y #ueno', $eso' o nues&ro mEs recien&e $y nada'. [T.]

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    -ablar al respecto de %c-arlatanera orque sta miente, mientras que el lenguaje de

    las palabras mudas no dice nada# Knsistiendo supuestamente en el sentido

    precisndolo, no tiene otro efecto que enturbiarlo borrarlo# >ecididamente un lenguaje

    as 7usado de ese modo sabe >ios con cunta frecuencia7 no solamente sirve para

    ocultar el propio pensamiento, como deca 8allerand+ en primer lugar, sirve para

    disimular su ausencia#

    in pretender relacionar pornada del mundo la estupide" (en este caso, la

    ausencia de pensamiento) con el mundo de la animalidad, no puedo dejar de observar

    que ciertos animales 7por ejemplo, los loros ms a2n los tucanes7 pueden -ablar sin

    demasiado acento el lenguaje -umano, aunque no comprendan una sola palabra ni

    sospec-en la presencia de un sentido, si bien dejan fluir declaraciones verdaderamente

    indiscernibles de una declaraci'n -umana# Lo que prueba que determinados animales

    logran vaciar de todo pensamiento, si no el lenguaje, al menos los sonidos del lenguaje

    -umano, de manera muc-o ms radical de lo que podra -acerlo el ms obtuso de los

    -ombres# 8al como %-abla& Romulus, el caballo sabio de

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    principio de identidad que pretende que esoseaeso# ero en este punto debemos ir ms

    lejos no solamente la f'rmula -ueca o la palabra muda no informan para nada sobre lo

    que fuera, tambin encuentran la manera de desinformaracerca de ello# La tautologa

    nos deja sin duda con nuestra -ambre, pero al menos nos deja con la seguridad de que

    eso en verdad es eso+ mientras que la descripci'n vaca logra privarnos de esa 2ltima

    certe"a al a3adir que %eso es justamente aquello de lo que no puedo decir ni saber

    nada >e manera que la frase %la obra que vi aer tena una escenografa& nos dice

    finalmente ms que la frase %la obra que vi aer tena una escenografaV as $se

    molesto complemento de informaci'n tiende a disolver el objeto sobre el cual pretenda

    instruirme, e incluso inocula un principio de duda en cuanto a su existencia# 8imante, en

    El mis!ntropode Aoli\re, parece un adepto a lo que podramos llamar, recordando a

    Aarivaux, %confidencias falsas&

    in cesar en vo" mu baja, para interrumpir la c-arla,

    8iene un secreto que decir, pero el secreto no es nada@J#

    or tal motivo, resulta ms exacto -ablar, a prop'sito de esos dic-os que no

    dicen nada 7de esas %frases vanas&, en el sentido literal del trmino7, de infra(

    tautologaantes que de tautologa# La f'rmula de la tautologa es %; es ;&+ la de la

    infra*tautologa es %; ] / ero, .; no vale ms/+ digamos, para -acer matemtica*

    ficci'n que ; ^ /# Bue una escenografa sea una escenografa nos dice poco+ pero sin

    embargo es ms que decir que una escenografa sea quin sabe qu#

    6ittgenstein se3ala que cuando se pretende describir la manera en que cada uno

    act2a, se sienta, etc#, no podemos ms que responder bueno, de esamanera# 4 si el

    interrogador insiste pregunta en qu consiste esa manera, tenemos tendencia a

    responder bueno, de esa manera que tiene, que le esparticular# .4 a qu se pareceesa manera particular/ 4 bueno, a esa manera que vemos justamente@# 4 lo mismo

    ocurre con cualquier otra cosa# .Buin es/ ero si es l# .Cul es ese perfume/ ero si

    es el suo# 6ittgenstein vuelve as como acostumbra a su punto de partida, prefiriendo

    regresar a la tautologa antes que internarse en el terreno baldo que constitue lo que o

    llamo la infra*tautologa# ero entretanto 6ittgenstein -a observado que el trmino

    particular era ambiguo poda entenderse en un doble sentido el de singular (que

    27;;, !.2/'uaderno marrn, op. cit., p. 26/.

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    6ittgenstein llama el uso transitivo) el de intenso (que 6ittgenstein llama el uso

    intransitivo)@M# ;s, se dice que el uso frecuente de un determinado encadenamiento de

    acordes esparticularde un compositor+ pero tambin que tal obra musical nos -a

    emocionadoparticularmente# Los dos sentidos se ro"an a tal punto que a veces se

    confunden a menudo es porque no se parece sino a s misma (porque es %particular&)

    que una persona resulta %particularmente& apreciada# Ren Lvesque, el ministro

    independentista de Buebec, utili"aba una f'rmula polmica que expresa perfectamente

    la proximidad de ambos sentidos %;-ora comprendo 7deca7 por qu todos -ablan (los

    canadienses angl'fonos) de un estatuto particular para Buebec# Y$so quiere decir que

    estamos particularmente -undidosZ

    29Ibid., p. 26!8265.

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    IV

    Espectros y fantasmas

    )e gustara conocer su opini$n acerca de los espectros.

    #artade Fugo Hoxel a pino"a#

    $l Coco es una variedad espa3ola (rpidamente convertida en -ispan'fona) de la

    legi'n de los espantajos otras criaturas fantasmales con los que se asusta a los ni3os

    para tratar de -acer que obede"can en particular para -acer que se duerman# $sos

    %guardianes del sue3o&, a los que se llama como 2ltimo recurso para -acer dormir a un

    ni3o reacio, no se andaban con c-iquitas primero inquietan, despus matan devoran,

    como los ogros# Fa entonces dos concepciones de la canci'n de cuna destinada a

    inducir el sue3o# La primera invita a dormir de manera dulce durmete, tesoro# La

    segunda recurre a la amena"a, como lo atestigua la canci'n espa3ola del Coco

    &urmete ni@o

    &urmete ya

    Aue viene el #oco

    B te comer!O#

    $l Coco de $spa3a se parece evidentemente a los dems espantajos para ni3os

    cuo prototipo cuo nombre propios todos los pases del mundo poseen# 9o obstante,

    difiere un poco de sus parientes amena"adores, fantasmas u otros monstruos espectros,

    en que por lo general no es objeto de ninguna representaci'n o descripci'n, lo que lovuelve tanto ms inquietante porque si lo escasamente visible asusta, lo invisible puede

    asustar a2n ms# orque siempre es posible imaginar una representaci'n, por ms vaga

    que sea, del fantasma de sus semejantes, cosa que no sucede con el Coco# $l fantasma

    lleva puesta tradicionalmente una tela blanca que lo cubre ( lo disimula) por completo+

    se lo reconoce de lejos, sin perjuicio de confundirlo a veces con una sbana que se est

    secando# $l espantajo es un devorador de ni3os+ si no se puede distinguir con ms

    precisi'n su silueta, al menos podemos imaginar su cara sus dientes, listos para0n espaol en el oriinal. [T.]

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    masticar los mitones5, es decir, los dedos las manos+ tambin reconocemos fcilmente

    las falanges de =redd Urueger, -roe de una serie de pelculas norteamericanas,

    formadas por -ojas de afeitar impacientes por lacerar el cuerpo de los adolescentes# $n

    cuanto al espectro, generalmente se puede reconocer por la misma figura de la cual es

    una aparici'n fantasmal (reconocer no significa for"osamente que se lo vea en realidad)#

    $n la escena :K de1amletCD,Famlet dialoga con la reina, su madre, luego de -aber

    asesinado a olonio# $ntra entonces el espectro del padre de Famlet, que l es el 2nico

    que puede ver escuc-ar, que conversa con l para gran sorpresa de su madre, que no

    percibe en absoluto al espectro se preocupa antes esas frases dirigidas a una persona

    invisible

    L; R$K9;

    .orqu tus ojos se fijan en el vaco e intercambias palabras con el aire

    impalpable/ (V) .; quin le dices eso/

    F;AL$8

    .9o ves nada/

    L; R$K9;

    9ada en absoluto+ sin embargo veo todo lo que -a aqu#

    F;AL$8

    .9o escuc-aste nada/

    L; R$K9;

    9o, nada ms que nuestras propias palabras#

    1?ay un Lueo de pala#ras in&raduci#le con la e&imolo-a de croque-mitaine$cuco,

    espan&aLo, mons&ruo' *ue incluye el >er#o croquer$mas&icar, morder, comer amordiscos' y el sus&an&i>o mitaine$mi&Cn, uan&e'. [T.]2scena ;, seNn la di>isiCn adop&ada en su &raducciCn por ranOois8Pic&or ?uo.

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    F;AL$8

    YAira, mira a-Z ?es c'mo se va# Ai padre, vestido como cuando viva#

    Aira, a- est justamente cru"ando el p'rtico#

    ale el Espectro.

    L; R$K9;

    8odo eso -a sido forjado por tu cerebro el delirio tiene el don de esas

    creaciones fantsticas#

    La interpretaci'n literal, la ms com2n, es que en este caso Famlet es el 2nico

    que ve al espectro de su padre (como Aacbet- es el 2nico en ver el espectro de >uncan

    en el tumulto de un banquete)+ pero en realidad me parece ms bien que no lo ve de

    ninguna manera que el diagn'stico de la reina es acertado# 8ampoco lo ve desde las

    murallas de $lsinor, en las primeras escenas de la obra# or otro lado, lo que importa no

    es lo que no ve, sino lo que cree ver nuevo ejemplo de la percepci'n ilusoria que no

    consiste en ver lo invisible, sino en imaginar que se lo ve#

    Cuando el espectro no es visto, aun as se lo puede reconocer por ejemplo por su

    ruido por su andar (como sucede en la curiosa pen2ltima escena del&on uan de

    Aoli\re, donde aparece un misterioso espectro del que ganarelle asustado dice que lo

    %reconoce por su andar&)# ;simismo, en laEneida de ?irgilio, los troanos reconocen a

    su diosa propiciatoria, ?enus, por su paso ligero (et vera incessu patuit dea

    reconocieron a la verdadera diosa por su andar)#

    Wintroducir imagen de p# GGX

    in embargo, Ioa represent' al Coco, que as como el espectro visto por

    Famlet no existe, en un grabado de uno de sus #aprichosque titul' precisamente Aue

    viene el #oco,aludiendo a la canci'n espa3ola a citada# or otra parte, es una de las

    virtudes propias del arte de Ioa representar lo inimaginable, lo inexistente, de laTr. .8P. ?uo.

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    manera ms realista posible# Con %realista& quiero decir la manera que tiene Ioa de

    mostrar que un objeto, o una escena, al mismo tiempo existe no existe, o por lo menos

    no existe sino en lo imaginario# ; menudo -a dos planos distintos en los grabados o los

    cuadros de Ioa, dos %sitios& de realidad en cierto modo, uno para la existencia, el otro

    para lo imaginario, el milagro es que los dos planos coinciden+ volver sobre este

    punto# $l -ec-o de que un obispo sea devorado -asta los -uesos, en Canad, por unos

    osos que s'lo les dejan a sus peque3os la tarea de lamer la casulla, la mitra el bculo+

    que un toro mate a todos los miembros de la cuadrilla que lo enfurecen durante una

    corrida de toros, antes de atacar a los espectadores de la corrida que intentan -uir en

    desorden (%YHravo, toroZ&), son otros tantos espectculos a los cuales no -abramos

    podido asistir si Ioa no los -ubiese pintado, mostrando as que la inexistencia a veces

    no es ms que una sutil variaci'n de la existencia, lo invisible 7en el sentido en que lo

    entiendo aqu7 no es ms que una sutil variaci'n de lo visible#

    ?uelvo a mi tema, el Coco, o ms bien al grabado que Ioa reali"' bajo el ttulo

    Aue viene el #oco#

    Lo que llama la atenci'n de inmediato en el grabado de Ioa es que,

    contrariamente a lo que anuncia el ttulo a lo que dice la canci'n, el temido Coco no

    est en el camino que lo conduce a su vctima, sino que a lleg', e incluso est tan

    presente que ocupa la mitad de la imagen# $l ttulo del grabado podra ser %Fe aqu el

    Coco& o %;- est el Coco Krrupci'n maci"a de un cuerpo vestido con una especie de

    tela, una suerte de enorme adre 1b2 que atesta a ms de la mitad de la pie"a que

    acosa, como un gran elefante blanco que entrara por descuido en un ba"ar# Lo ms

    curioso del asunto por otro lado no es la figura ( el volumen) de la aparici'n, sino la

    aparici'n misma, el -ec-o de que la aparici'n apare"ca# orque el Coco ciertamente era

    anunciado, pero para nada era esperado# ?a a venir el Coco, amena"a el adulto+ pero

    todo el mundo sabe que no vendr# ero resulta que aqu aparece el mismsimo #oco enpropia persona, como podra decir =ernn CaballeroD# Como la estatua del comendador

    que acata contra toda expectativa la invitaci'n de >on 0uan, quien ir'nicamente 7e

    imprudentemente7 lo convid' a cenar# Fa una llegada que provoca terror pero tambin

    risa, ms particularmente en el dibujo de Ioa# $sa fusi'n de lo espantoso lo risible

    por otra parte es un rasgo propio de Ioa, al menos en la segunda parte de su vida, que

    puede pintar tanto el terror legtimo como, en algunos casos, lo ridculo de tener miedo#

    ![n espaol en el oriinal]. (@. ernEn (a#allero, pseudCnimo de (ecilia 4Q3l dea#er y

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    $n Aue viene el #oco, una madre, o ms probablemente una sirvienta encargada

    del cuidado de los ni3os, tiene apretados entre sus bra"os a dos c-icos+ uno de ellos, que

    parece un var'n, mira fijo con ojos fascinados exorbitados por la angustia el rostro del

    Coco (rostro que el espectador no ve, porque el Coco se -a colocado de tres cuartos en

    direcci'n a los ni3os adems est tan cubierto de tela que de todos modos sera

    imposible entrever su rostro+ ni siquiera se distinguen sus pies)+ el otro c-ico, una nena,

    intenta desviar la cabe"a pero no puede evitar mantener la vista a medias dirigida -acia

    el monstruo# La madre o la sirvienta, por su parte, parece implorar la clemencia del

    Coco no le -aga da3o a los ni3os, se3or Coco# $n cuanto al espectador del grabado,

    ms bien tendra tendencia a rerse de ese paaso aparentemente salido de entre

    bastidores ciertamente que no del ms all# La gran diferencia es que el espectador en

    este caso ve efectivamente al Coco tal como Ioa lo dibuj', mientras que los

    protagonistas del drama no ven patentemente nada, puesto que el Coco no existe ms

    que en su imaginaci'n (. a2n as/)# Resulta mu significativo que Ioa -aa pensado

    en no dejar ver el mnimo fragmento del cuerpo del Coco, a que ste no tiene cuerpo#

    $sa invisibilidad que los ni3os se asustan de ver, o de estar a punto de ver, contribue a

    aumentar la angustia si algo da miedo cuando no lo vemos, .qu pasar cuando lo

    veamos/ La invisibilidad de lo que se supone que vemos, o de lo que se imagina ver, no

    es entonces s'lo una fuente de ilusi'n, como se dijo anteriormente# 8ambin es una de

    las estocadas secretas de que disponen los que tienen la misi'n de asustar# $l mariscal

    Rommel, antes que l seguramente otros grandes estrategas, la us' en el norte de

    _frica, asustando al enemigo mediante la sugesti'n de tanques invisibles#

    La fusi'n de lo trgico lo c'mico en Ioa va acompa3ada de otra fusi'n entre

    lo real lo imaginario, que conviven en el pintor de manera tan ntima que no

    podramos saber d'nde empie"a uno d'nde termina el otro# or tal motivo, antes

    mencion la presencia de dos planos en muc-as telas de Ioa, puedo agregar que seconfunden tan perfectamente que en el fondo evocan una misma realidad# $s lo que

    sucede con Aue viene el #oco# $se grabado le ofrece a la mirada una sola 2nica

    escena, una familia aterrori"ada por un fantasma# ero una pantalla invisible separa el

    grabado en dos planos verticales, como si estuviesen ad-eridos uno al otro en segundo

    plano, unos personajes que existen que tienen miedo, en primer plano, un personaje

    que no existe que no ven los que le tienen miedo#

    $ncontramos exactamente la misma disposici'n de personas de lugares en unaserie de cuadros tituladaFquelarre, de la que -a una versi'n -orripilante, pintada entre

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    55M 5@, en el museo del rado# roveniente de una palabra vasca que significa

    carnero o c-ivo, es decir, encarnaci'n del demonio, aquelarredesigna en espa3ol una

    asamblea de brujas reunidas en el abbat con motivo de algunas grandes ocasiones# $n

    la versi'n del rado, se ve una asamblea de criaturas ms o menos monstruosas que

    observan, evidentemente fascinadas pero tambin temerosas, a su amo atn disfra"ado

    de c-ivo cubierto por una tela negra que lo disimula por completo, como el Coco# $st

    acompa3ado por un peque3o aprendi" de brujo, todo vestido de blanco, un gnomo que

    adivinamos, por la expresi'n crispada del rostro 7 tambin debido al -ec-o de que su

    rostro resulta parcialmente visible7, que a2n est -aciendo sus primeras armas# 4 al

    igual que en el #oco, los observadores miran de frente en direcci'n al demonio pero

    tambin -acia el espectador, mientras que atn su gnomo le dan la espalda# 8ambin

    all es evidente la co*presencia de dos planos (el plano de las brujas, el plano del c-ivo)+

    con la diferencia, con respecto a Aue viene el #oco, de que los personajes del segundo

    plano son tan irreales como los del primero, aun cuando gocen de un vago suplemento

    de realidad en la medida en que los personajes que observan, pero que no ven, existen,

    si fuera posible, a2n menos que ellos mismos 7a que son irreales en segundo grado#

    9aturalmente, se puede -acer que se vea lo invisible sin recurrir al arte de un

    pintor# uede bastar con un c-arlatn (no digo un prestidigitador, porque su arte ms

    bien consiste en -acer invisible lo visible)# Como C-anfalla en una peque3a obra de

    Cervantes,El retablo de las maravillas, que cuenta con el an-elo de respetabilidad

    social se ufana de que puede mostrar a bajo costo a los -abitantes de una peque3a

    ciudad un espectculo que, seg2n advierte, permanecer invisible para los espectadores

    que no puedan jactarse de tener sangre pura, es decir, para todo aquel que fuera en parte

    judo o moro# 1na ve" al"ado el tel'n, nadie ve nada (porque no -a nada que ver), pero

    todo el mundo finge ver el espectculo que comenta el c-arlatn un ro que desborda e

    inunda al p2blico, un le'n que se abalan"a fuera del escenario mostrando los colmillos,etc# 1na ve" cado el tel'n, todo el mundo aplaude+ uno escurre sus ropas empapadas

    por el agua del ro, otro se cura la -erida causada por los garras del le'n# 1n punto en

    com2n con la ilusi'n general de percibir lo que de ninguna manera es perceptible nadie

    vio nada, pero cada cual est convencido de que efectivamente -aba algo que ver que

    lo -ubiera visto si no tuviese la desgracia de ser, por un lado o por otro, un poco judo o

    un poco rabe#

    Fa un ser, e incluso el ser por excelencia, cua existencia, cierta para muc-os,se conjuga con una invisibilidad no menos cierta para todos es >ios# >ios existe pero

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    est oculto, deca ascal+ una explicaci'n evidentemente plausible debido a que es

    difcil verlo# >espus de todo, existen algunas cosas que no vemos nunca+ como el

    espacio el tiempo, que nadie percibi' jams pero de los cuales podemos tener, adems

    de la idea de que existen sin discusi'n 7aunque podamos preguntarnos qu puede

    significar, aplicado al espacio al tiempo, el verbo %existir&7, la sensaci'n un tanto loca

    de a veces, furtivamente, -aberlos entrevisto, como lo sugiere ?al\re 9ovarina en una

    de sus obras

    ?N` >$ L; HNC; NR >$IR;CK;#

    $spacio, .ests a-/

    ?N` >$L FNAHR$ ANR>K9>N$#

    #

    ?N` >$L 9KN >$ N8RN KCN#

    .$l tiempo/

    ?N` >$ L; $RN9; F1$C;#

    YLo vi por acZE

    ?olviendo a >ios, abandonar el enigma de su existencia o de su no existencia

    me atendr a la definici'n que propone el mismo ?al\re 9ovarina en otra obra %unagujero esencial con el que boste"a por todas partes la circunferencia en el medio&G#

    $sta formulaci'n, que se inspira lejanamente en 9icols de Cusa, cua oscuridad

    cuidadosamente trabajada evoca ( parodia) las %mociones de sntesis& elaboradas al

    cabo de arduos debates, tiene c'mo conformar a todos al no querer decir nada, tampoco

    podra comprometer a nadie# $s sabido el arte con el cual los concilios, a sean de orden

    5Le repas, . R.

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    religioso, poltico u otro, la maora de las veces logran urdir, dedicndole el tiempo que

    -aga falta, insensateces similares#

    TTT

    Fa un libro mu -ermoso mu divertido, adornado con admirables

    ilustraciones de Iustave >or, -o completamente desconocido (qui"s debido al -ec-o

    de que supuestamente est destinado a los ni3os)a leyenda del #ucode $rnest

    LpineJ#; pesar del ttulo, en el interior no se -abla nunca del Cuco, sino de las

    batallas de Carlomagno contra los sarracenos, la muerte de Roland en Roncesvalles,

    muc-os otros episodios a menudo burlescos a veces inquietantes, como una estada en

    el siniestro albergue del Cocodrilo (laGonda del caim!n), o la visita a un tal castillo del

    Aiedo (cuos -abitantes viven en un terror tan grande que no pueden evitar lan"ar de

    ve" en cuando un grito de angustia, cuo efecto es -acer que luego se sobresalte todo el

    mundo, incrementado as el pnico reinante)# ;l llegar al final de su relato, el autor

    finge -aberse olvidado de -ablar del Cuco, que sin embargo le da ttulo a la obra,

    pretende disculpar as su olvido 7son las 2ltimas palabras del libro %Q.4 del Cuco, no

    nos -abl'/ $l Cuco no existe, ni3os

    7aris,

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    V

    Potica de lo invisible

    La visi'n de lo invisible, o ms bien la sugesti'n de tal visi'n, puede constituir

    no la materia de una ilusi'n, sino la materia de una creaci'n de orden potico# $l objeto

    sugerido adquiere entonces un valor eminentemente literario, precisamente en la medida

    en que no existe por consiguiente no puede ser visto ni concebido, ni siquiera

    descripto si consideramos la descripci'n como el relato escrito de algo existente o que

    -a existido, como un retrato se supone que reproduce, a su manera, la realidad de un

    modelo# Corresponde al mbito de lo imaginario puro, es decir que no se contenta con

    evocar algo real imaginado, sino que se constitue abiertamente como algo irreal tan

    ajeno a lo real que parece desafiar toda posibilidad de ser imaginado# or tal motivo,

    una poesa que se niega absolutamente a tratar lo real e incluso est dispuesta a

    abandonarlo desde los primeros pasos, corre el riesgo de verse afectada de parlisis, de

    imposibilidad de comen"ar arrancar, como se3ala Ieorges oulet al inicio del captulo

    sobre Aallarm que figura en susEstudios sobre el tiempo humano# orque si se

    quiere partir, tambin es preciso partir de alguna parte+ si se quiere empe"ar, es preciso

    empe"ar por algo# $sa concepci'n de la literatura de la poesa implica una disoluci'n

    de lo real la constituci'n de objetos absolutamente aut'nomos, es decir que ni siquiera

    tienen como punto de partida la marca de una divergencia con cualquier tipo de

    realidad# Lo que vendra a ser como intentar for"ar las fronteras de un pas que no

    tuviera ning2n pas limtrofe#

    >e manera que existe, en =rancia en otros sitios, una literatura que se plante'

    como meta confesa, a veces alcan"ada, sugerir personas, lugares, objetos que, en lamedida en que estn privados de toda relaci'n con aquello que podra parecer que son

    sus congneres existentes, no poseen como documento de identidad ms que un

    certificado de no existencia# >ic-a meta parece parad'jica e inaccesible de entrada

    .c'mo evocar lo que no existe, c'mo dar la idea de una cosa que no es ninguna cosa/

    .C'mo sugerir aquello que se da por sentado que verdaderamente no se puede sugerir/

    La proe"a pareciera fuera de alcance+ como si para reali"arse requiriese la asistencia de

    /lon, 1952.

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    un brujo# orque en verdad se trata de brujera+ si existe un %milagro& potico, ste lo

    sera lograr convertir en realidad algo que no es nada#

    $n caso de logro esttico, el arte de sugerir algo sin evocar nada preciso pierde

    entonces la virtud negativa de inducir al error para obtener la virtud positiva de permitir

    una creaci'n potica %pura Como es sabido, resumida en dos palabras, tal es la

    doctrina literaria de tp-ane Aallarm, sobre la cual l mismo se expres' mu bien,

    tanto en sus textos en prosa como en sus poemas, de manera que sera in2til agregar

    aqu ms glosas a las que a existen# in embargo, cabe -acer dos precisiones la

    primera concierne al uso que Aallarm -ace del trmino %puro& el sentido que le

    otorga# ara Aallarm, no se llama puro a un objeto que tendra un contenido 2nico, no

    alterado por la presencia de otros elementos, como un cuerpo qumicamente puro# 1n

    objeto puro en el sentido mallarmeano es un objeto irreal, o sea un objeto privado en

    realidad de todo contenido# 1na flor pura es una flor que no existe, una flor reducida a

    un coeficiente de existencia igual a cero es la flor %ausente de todos los ramos& que se

    menciona en elHrefacioal Iratado del verbode Ren I-il# or esta ra"'n, los objetos

    que %pueblan& 7si podemos decirlo as7 el universo mallarmeano, pero que no pueden

    poblar ning2n universo real, son necesariamente de una fragilidad, o ms bien de una

    porosidad, que los confina a la frontera entre lo visible lo invisible, entre lo existente

    lo inexistente, entre lo concebible lo inconcebible# u modelo ms acabado es sin

    dudas el clebre pty%"del cual se -abla en el soneto que comien"a con es purs ongles

    tr9s hauts ddiant leur ony%M(un ttulo que debo admitir que siempre me pareci'

    extremadamente raro como si anunciara alg2n suplicio japons)# 9o solamente ese

    pty%no posee, como todos los objetos %puramente& mallarmeanos, otra consistencia que

    la de un bibelot abolido de inanidad sonora, sino que adems tiene la particularidad de

    no tener nombre, excepto el que le inventa Aallarm, quien necesita una rima en %ix& o

    %x& para completar su poema es por lo tanto dos veces ficticio e irreal en segundogrado+ incluso lo es tres veces, puesto que para colmo est ausente del %sal'n vaco& que

    ocupa usualmente por estar de servicio en el exterior# or ende, con toda justicia puede

    Aallarm declarar al respecto que constitue el *nico objeto con que se honra la Nada#

    or una ve", Aallarm se ve for"ado a derogar el sabio consejo que le -aba dado a

    94as&an&e li&eralmen&e: $Aus puras uas al&-simas o@reciendo su Cni%'. n es&e

    @amoso poema, &am#i)n llamado $sone&o en y%', las rimas 3a#r-an lle>ado aMallarm) a la in>enciCn de la pala#rapty, so#re la *ue se 3a discu&idoincansa#lemen&e desde en&onces. [T.]

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    >egas, quien -aba tenido el extra3o capric-o de escribir un soneto %1n soneto se -ace

    con palabras, >egas $s decir con palabras que existen#

    Ai segunda observaci'n concierne a la noci'n mallarmeana de %creaci'n&, que

    en Aallarm no significa una creaci'n real, sino la sugesti'n ilusoria de creaci'n+ a

    que la creaci'n, literaria o de otra ndole, es en s misma una ilusi'n que no diferira de

    la ilusi'n banal de creer que se percibe lo que no se percibe, si no fuera, o a menudo no

    pudiera ser ocasi'n de una satisfacci'n un deleite en los cuales el sue3o (despierto)

    cumple un gran papel, sustituendo feli"mente la embriague" el extravo# Las

    respuestas de Aallarm a laEncuesta de ules 1uret-ablan de una %alegra deliciosa&

    que sienten los poetas, no por crear, sino %por creer que crean 4 el Jolpe de dadosque

    le pone trmino a la obra cierra definitivamente la puerta a la idea de creaci'n literaria#

    La divergencia entre la obra de Aallarm la de Ramond Roussel es tan

    grande que condujo a algunos a negar que -ubiese una convergencia entre las literaturas

    de esos dos autores# in embargo, dic-a convergencia existe es completa, en la medida

    en que una otra obedecen al mismo principio de dejar afuera lo real# i creemos en lo

    que dice Roussel sobre su obra en #$mo escrib algunos libros mos, que confirma lo

    que a -aba observado ierre 0anet sobre su concepci'n de la belle"a, que confirma

    naturalmente la lectura de los libros de Roussel, la similitud entre las dos intenciones

    poticas no ofrece ninguna duda# 0anet se3alaba que para Roussel, que -aba sido

    durante un tiempo su paciente psiquitrico, la obra no deba contener nada real ni

    deberle nada a la observaci'n del mundo+ lo que luego Roussel repite, palabra por

    palabra, cuando le indica a su lector que, si bien -a viajado muc-o mu lejos, no -a

    sacado ning2n provec-o de lo que -aba visto para la redacci'n de sus viajes

    imaginarios# $s verdad que Roussel tal ve" no les prestaba muc-a atenci'n a los lugares

    que visitaba, al estar protegido del exterior por su camarote mgico que lo asla de lo

    real tal como en 0ulio ?erne, a quien admiraba apasionadamente, el aerostato de #incosemanas en globoo el 9autilus de Veinte mil leguas de viaje submarino# rotegido as

    por la carcasa de su camarote rodante, con el cual se detuvo en e

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    medida en que muestra claramente que para m la imaginaci'n lo es todo&DO# Roussel

    utili"a en este caso el trmino %imaginaci'n& en un sentido bastante curioso, porque la

    imaginaci'n de la que se vale es todo lo contrario de la capacidad de imaginar, a que

    consiste, en virtud de una maquinaria compleja basada en asociaciones fonticas de

    palabras de frases, en describir lugares -ec-os que pervierten toda imagen que uno

    pudiera tener de ellos se opone as a toda capacidad real de la imaginaci'n# in duda

    -a que distinguir entre dos formas de imaginaci'n la que imagina algo la que no

    imagina nada, que ciertamente tiene el beneplcito de Ramond Roussel#

    $s obvio que la semejan"a entre Aallarm Roussel se limita a la exclusi'n de

    lo real desaparece por completo apenas abordamos las obras 7aun cuando ambas

    derivan de ese procedimiento de exclusi'n# i justamente podemos -ablar de inanidad

    sonora a prop'sito de Aallarm, ms bien nos veramos tentados a -ablar, a prop'sito

    de Roussel, de insana literaria# $lpty%mallarmeano no se asemeja al busto de Uant que

    preside la pla"a de los 8rofeos en

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    conocido nuestros %flippers& otras mquinas tragamonedas, -ubiera podido prescindir

    de la urraca e imaginar un aparato al cual le bastara para ponerse en marc-a con

    introducir un euro o dos en una ranura, como en ciertas iglesias donde se debe pagar un

    die"mo para que una lmpara ilumine provisoriamente un cuadro que est a oscuras# i

    ponen un euro, Uant se enciende# >os euros Uant empie"a a pensar#

    $n cuanto a los lugares imaginarios ut'picos (es decir, seg2n la etimologa,

    %desprovistos de lugar&), Roussel naturalmente se complace en ellos, aun cuando no

    sean tanto lugares no existentes sino ms bien lugares banales sobre los cuales flota una

    impresi'n de extra3e"a de irrealidad+ como la terra"a en la que un cientfico genial

    relata la -istoria prodigiosa de los objetos que posee (a estrella en la frente), o el jardn

    de otro maestro, igualmente genial, que narra el relato de sus propias -a"a3as (ocus

    solus)# $sos lugares indeterminados son los decorados naturales de una acci'n en s

    misma extravagante# 9o obstante, confieso que el lugar ms extra3o, el ms rousseliano,

    no se sit2a para m en una regi'n imaginaria, sino en pleno cora"'n de ars# $xiste en

    efecto, en el bosque de Houlogne, un sitio cuo aspecto a la ve" vetusto en desuso

    -ace pensar naturalmente en una especie de enclave rousseliano perdido en pleno ars

    es el 0ardn de ;climataci'nD@,que parece -aber permanecido milagrosamente tal cual

    era en el siglo :K:# Con el tren en miniatura que conduce all que probablemente data

    de la poca -eroica de la construcci'n de las primeras vas frreas, sus atracciones

    pasadas de moda, su ro mgico, su palacio de -ielo, su circuito automovilstico pionero

    donde los ve-culos no superan los O er&, 199!, p. 207.

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    compuesta por veintisis somales, mujeres ni3os Ramond Roussel tena entonces

    trece a3os#

    Aallarm Roussel tal ve" proporcionan los ejemplos ms evidentes de la

    acrobacia literaria que en resumen consiste en -acer algo de la nada# ;lgunos podran

    objetar en este punto en materia de divorcio con lo real, .no -aba acaso nada ms

    elocuente que el ejemplo de los que se denominaron %surrealistas&/ Lo dudo, porque si

    bien estos 2ltimos se esfor"aron 7a menudo laboriosamente7 por desmantelar lo real,

    aquellos otros nunca se preocuparon por eso# 1na obra contra la realidad es una cosa

    (que adems constitue frecuentemente no tanto una obra como una %contra*obra&)# 1na

    obra indiferente a la realidad es otra# $sta 2ltima se aparta de ella, mientras que la

    primera se ad-iere a ella#

    Fa un lugar que, por su duplicidad su invisibilidad, supera todos los refugios

    del mundo imaginados -asta -o contra los embates de lo real+ cual una ciudad sustrada

    de cualquier ataque o una madriguera que Uafoble, Uit\ge es la 2nica fortale"a que sera para siempre

    impenetrable, el 2nico lugar cua seguridad estara asegurada para siempre#

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    9>KC$

    rembulo

    K# Lo invisible tal como lo vemosKK# $l retrato encantadoKKK# Lo que quiere decir -ablarK?# $spectros fantasmas?# otica de lo invisible