rnh n° 2, 2014 completa

156

Upload: revista-norte-historico

Post on 07-Apr-2016

234 views

Category:

Documents


4 download

DESCRIPTION

La Revista “Norte Histórico”. Estudios de historia regional publica investigaciones especializadas referidas a temas de historiografía regional en el territorio de la macro-región latinoaméricana. RNH tiene como objetivo abrir un espacio virtual para el debate, la teoría y las propuestas metodológicas que pretendan contribuir y avanzar en el desarrollo de investigaciones, reflexión historiográfica y social que abarquen los problemas locales de latinoamérica.

TRANSCRIPT

Page 1: RNH N° 2, 2014 completa
Page 2: RNH N° 2, 2014 completa
Page 3: RNH N° 2, 2014 completa

Revista Norte Histórico.

Estudios de historia regional.

2014

Page 4: RNH N° 2, 2014 completa

Acerca de Revista Norte Histórico.

La Revista “Norte Histórico”. Estudios de historia regional publica investigaciones especializadas referidas a temas de historiografía regional en el territorio de la macro-región latinoaméricana. RNH tiene como objetivo abrir un espacio virtual para el debate, la teoría y las propuestas metodológicas que pretendan contribuir y avanzar en el desarrollo de investigaciones, reflexión historiográfica y social que abarquen los problemas locales de latinoamérica.

ISSN: 0719-4587

Cooperativa de Estudios Históricos y Ciencias Sociales, Cehycso. 2014

Dirección Postal: Tocopilla 2607, La Serena, Chile (1732624)

E-Mail: revistanortehistorico@gmail,com

Editor Responsable: Rafael González Romero.

Sitio Web: revistanortehistorico.wordpress.com

Revista Norte Histórico por Cooperativa de Estudios Históricos y Ciencias Sociales (CEHYCSO) se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 Internacional.

Page 5: RNH N° 2, 2014 completa

EDITORRafael González Romero. Cooperativa de Estudios Históricos y Ciencias Sociales

CONSEJO EDITORIAL

Nicolás Cabrera Valdivia. Universidad de Arte y Ciencias SocialesDiego Díaz Munizaga. Universidad de Chile.Jessabel Guamán Flores. Universidad de Chile.

CONSEJO DE COLABORADORES

Alfaro Hidalgo, Carlos. Universidad Católica del Norte.Álvarez Hernández, Fernanda. Universidad de Chile.Amigo López, Tiery. Universidad de Chile.Aspé Bou, Francisco. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.Azcárraga Gatica, Bárbara. Universidad de Chile.Chávez Zúñiga, Pablo. Universidad de Chile.Fernández Navas, Pamela. Universidad de Chile.Ferreira M., Elizabeth. Universidad de Chile.Loyola Aravena, Fabiola. Universidad de Chile.Ovalle Letelier, Alex. Universidad de Chile.Soler Escalona, Esteban. Universidad de Chile.Soto Lara, José. Universidad de Valladolid.

COMITÉ ACADÉMICO EXTERNO

Dr. Pablo Artaza, Universidad de Chile, ChileDra. Marta Casaus, Universidad Autónoma de Madrid, EspañaDra. Fabiola Eskárzega, Universidad Autónoma Metropolitana Área Xochimilco, MéxicoDr. Milton Godoy, Universidad Academia Humanismo Cristiano, ChileDra. Marcela Cubillos Poblete, Universidad de Valparaíso, ChileDr. Hernán Venegas, Universidad de Santiago de ChileDr. Pedro Canales Tapia, IDEA-USACH

Page 6: RNH N° 2, 2014 completa
Page 7: RNH N° 2, 2014 completa

ÍNDICE

Presentación

José Soto Lara, Pablo Chávez Zúñiga .......................................................................... 13

LA PINTURA EN EL MARCO DEL NACIONALISMO: INTERPRETACIÓN ICONOLÓGICA DEL ÓLEO “EL ÚLTIMO CARTUCHO”

PAINTING UNDER NATIONALISM: ICONOLOGICAL INTERPRETATION OF “EL ÚLTIMO CARTUCHO”

José Aguilera Martínez ........................................................................................... 45

AUGE Y DECLIVE DEL MINERAL DE LA HIGUERA Y SUS EFECTOS EN LAS CALETAS DE LOS DISTRITOS DE TOTORALILLO Y QUEBRADA HONDA (1850-1930)

RISE AND FALL OF LA HIGUERA MINERAL AND ITS EFFECTS ON THE CREEKS OF TOTORALILLO DISTRICTS AND QUEBRADA HONDA (1850-1930)

Nicolás Cabrera Valdivia ......................................................................................... 83

GÉNESIS DEL MUTUALISMO SERENENSE: LA SOCIEDAD DE LA IGUALDAD DE LA SERENA Y LA REBELIÓN ARISTOCRÁTICA POPULAR DE 1851.

GENESIS OF THE “SERENENSE” MUTUALISM : THE SOCIETY OF EQUALITY OF LA SERENA AND THE ARISTOCRATIC-POPULAR REBELLION OF 1851

Nadia Padilla Poveda ............................................................................................ 111

¡JALLALLA BARTOLINA SISA! ETNIA Y GÉNERO EN LA FEDERACIÓN DEPARTAMENTAL DE MUJERES CAMPESINAS INDIGENAS ORIGINARIAS DE LA PAZ - BARTOLINA SISA BOLIVIA, 1980-2010

JALLALLA BARTOLINA SISA! ETHNICITY AND GENDER IN THE DIVISION INDIGENOUS WOMEN FARMERS FEDERATION OF ORIGINATING IN LA PAZ - BARTOLINA SISA BOLIVIA, 1980-2010

Page 8: RNH N° 2, 2014 completa

PRESENTACIÓN.

La “Revista Norte Histórico”. Estudios de historia regional, es una publicación semestral dependiente de la Cooperativa de Estudios Históricos y Ciencias Sociales, Cehycso, cuyo segundo número ha sido de convocatoria abierta, continua un camino que esperamos logre poner en valor la historia e historiografía regional.

Buscamos ser un espacio, científico, para la publicación de escritos expecializados en la investigación histórica, tanto de nóveles estudiosos como de consagrados autores.

Los trabajos publicados en este número participaron, como se dijo anteriormente, de una convocatoria abierta, donde agradecemos la participación de todos los interesados y tras un laborioso proceso de selección, como equipo, hemos considerado dar nuestro espacio a los siguientes escritos:

En primer lugar, La pintura en el marco del nacionalismo: interpretación iconológica del óleo “El Último Cartucho” donde se analiza bajo la propuesta metodológica de Erwin Panofsky el cuadro “El último cartucho” del pintor peruano Juan Lepiani realizado a fines del siglo XIX. El contexto político de la post Guerra del Pacífico determinado por los términos de la paz entre Chile y Perú permitieron la existencia de movimientos culturales que resaltaron los valores nacionalistas de ambos países en clave de oposición y enemistad. En el cuadro analizado se detectaron los elementos que permitieron realizar una descripción pre-iconográfica, iconográfica e iconológica, concluyendo, en base a lo anterior, que esa pintura ha sido utilizada como un “artefacto cultural” que ha permitido llegar a amplios sectores de la sociedad peruana propagando la ideología

Page 9: RNH N° 2, 2014 completa

del nacionalismo.

A continuación, Auge y declive del Mineral de La Higuera y sus efectos en las caletas de los Distritos de Totoralillo y Quebrada Honda (1850-1930). donde se presentan las transformaciones de uno de los centros mineros de más pujanza del Norte Chico, en sus mejores tiempos y la relación del mineral mismo con su entorno, especialmente las caletas cercanas. A pesar del nivel de producción, el atraso en las técnicas y mecanismo de explotación eran evidentes, la demanda incentivó la construcción del puerto de Totoralillo como punto de embarque y exportación cuprífera. Junto al desarrollo de la actividad minera aparecieron en el paisaje geográfico costero un gran número de pequeñas caletas que se dedicaban a la extracción de moluscos y la captura de peces. Entre ellas destacaban Caleta Tinajas, Totoralillo, Osorno, de Los Hornos, El Molle, Chungungo y Cruz Grande. Estas caletas mantenían un flujo comercial con las comunidades agrícolas locales, materializadas en las haciendas, fundos y majadas, y los centros mineros. El intercambio económico, que en más de una oportunidad se efectuaba a través de trueque, mantuvo un aumento sostenido de la población y la llegada de pescadores-mariscadores desde las caletas del norte y sur de la zona. A partir de 1875, fecha que marca el declive del Mineral de La Higuera, las caletas se van a ver perjudicadas por la caída del cobre y por la migración de la población hacia los centros mineros del norte del país (salitre).

Seguido por, Génesis del Mutualismo Serenense: La Sociedad de la Igualdad de La Serena y la Rebelión Aristocrática Popular de 1851. Que trata sobre los inicios del mutualismo en La Serena. Luego de la derrota igualitaria en el motín de Santiago el 20 de abril de 1851, se generó una fuerte tensión entre la oposición liberal

Page 10: RNH N° 2, 2014 completa

de las provincias del norte minero y sur penquista en contra del oficialismo del recién electo presidente de Chile, Manuel Montt. En aquel contexto histórico en La Serena, estalla una rebelión aristocrática-popular, donde los liberales junto a los sectores populares serenenses dirigidos por Pablo Muñoz, fundan la Sociedad de la Igualdad de La Serena. En aquel fervor revolucionario, surge el mutualismo, elemento socio-cultural que permitió continuar la vida asociativa de los igualitarios cuando fundan la Sociedad de Artesanos en 1862, que tuvo como base de pensamiento el socorro mutuo, elemento societario que permitió articular las proyecciones históricas de los sectores laboriosos de la norteña ciudad hasta la actualidad.

Como colofón, ¡Jallalla Bartolina Sisa! Etnia y género en la Federación Departamental de Mujeres Campesinas Indigenas Originarias de La Paz - Bartolina Sisa, Bolivia, 1980-2010. Donde se presenta el caso de la Federación Departamental de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de La Paz – Bartolina Sisa. Los movimientos campesinos-indígenas de Bolivia se transformaron en una contra-hegemonía, instalando principios alternativos en torno a las concepciones tradicionales de lo político y lo económico. Será a partir de este actor social desde donde surgieron las voces que cuestionaron la democracia existente, las formas de estructurar la sociedad, el modelo económico imperante y, la propia construcción del Estado. El caso de las bartolinas es fundamental: creada prácticamente a la par de la Central Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), se constituye en una de las organizaciones de mujeres campesinas-indígenas más grandes de Bolivia, contando en la actualidad con tres senadoras y cuatro diputadas dentro del gobierno.

Page 11: RNH N° 2, 2014 completa

Para finalizar, ante todo presentamos nuestros más sinceros agradecimientos a todas y todos quienes, creyendo en este proyecto, han aportado sus experiencias y trabajo para la concreción de nuestro segundo número, sin el apoyo de quienes han intervenido de una u otra forma en este proceso, no hubieramos logrado el producto llamado Revista Norte Histórico N° 2.

Esperamos seguir en la misma senda, quedando calurosamente invitados ha colaborar en el siguiente número.

Consejo Editorial.

Page 12: RNH N° 2, 2014 completa
Page 13: RNH N° 2, 2014 completa

Cooperativa de Estudios Históricos y Ciencias Sociales, Cehycso.Revista Norte Histórico.N° 2, 2014: 13-43Issn: 0719-4587

LA PINTURA EN EL MARCO DEL NACIONALISMO: INTERPRETACIÓN ICONOLÓGICA DEL ÓLEO “EL ÚLTIMO CARTUCHO”

PAINTING UNDER NATIONALISM: ICONOLOGICAL INTERPRETATION OF “EL ÚLTIMO CARTUCHO”

José Soto Lara1

Pablo Chávez Zúñiga2

Recibido: Octubre de 2014

Aceptado: Diciembre de 2014

RESUMEN

Se analiza bajo la propuesta metodológica de Erwin Panofsky el cuadro “El último cartucho” del pintor peruano Juan Lepiani realizado a fines del siglo XIX. El contexto político de la post Guerra del Pacífico determinado por los términos de la paz entre Chile y Perú permitieron la existencia de movimientos culturales que resaltaron los valores nacionalistas de ambos países en clave de oposición y enemistad. En el cuadro analizado se detectaron los elementos que permitieron realizar una descripción pre-iconográfica, iconográfica

1 Universidad de Valladolid, Valladolid, España, [email protected] 2 Universidad de Chile, Santiago, Chile, [email protected]

Page 14: RNH N° 2, 2014 completa

14

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 13-43 Issn: 0719-4587

e iconológica, concluyendo, en base a lo anterior, que esa pintura ha sido utilizada como un “artefacto cultural” que ha permitido llegar a amplios sectores de la sociedad peruana propagando la ideología del nacionalismo.

Palabras clave: método iconológico – Juan Lepiani – “El último cartucho” – nacionalismo peruano – Arica

ABSTRACT

There analyzes under Erwin Panofsky’s methodological offer the picture “El último cartucho” of the Peruvian painter Juan Lepiani realized at the end of the 19th century in the political context of the post War of the Pacífico where the terms of the peace between Chile and Peru had allowed the existence of cultural movements that were highlighting certain values of both countries in key of opposition and hatred. In the analyzed picture there were detected the elements that allowed to realize a pre-iconographic, iconographic description and iconologic, concluding that this painting has been used as a “cultural artifact” that allows to come to wide sectors of the Peruvian society radiating in this one the nationalistic ideology.

Keywords: iconologic method – Juan Lepiani – “El último cartucho” – Peruvian nationalism – Arica

INTRODUCCIÓN

Hoy no es novedad, dentro del mundo de los historiadores, la multiplicación extraordinaria de las fuentes con las cuales se puede escribir la historia de las sociedades. Los situados en la vanguardia, lejos de tener una fe ciega en los documentos escritos, han comprendido que

Page 15: RNH N° 2, 2014 completa

15

José Soto, Pablo Chávez. La pintura en el marco del nacionalismo: interpretación iconológica del óleo “El Último Cartucho”

no sólo la escritura permite el conocimiento del pasado. Con esa certeza, han transitado hacia el pensamiento exploratorio de fuentes alternativas que tienen mucho que decir. Un caso concreto son las imágenes.

Éstas, al igual que las palabras, poseen historicidad, por lo cual van adquiriendo en la sociedad que las consume unos significados variables o cambiantes (Pericot, 2002. p. 15; Joly, 2003, p. 13; Brisset, 2011, p. 49). En la ciencia, ese carácter dinámico se debe considerar a la hora de estudiar una imagen, puesto que las conclusiones de un momento podrían diferir notoriamente a las de otro.

Esa disparidad interpretativa es una de las mejores pruebas del carácter científico de la investigación histórica, ya que los frutos de aquella son sólo respuestas transitorias y enmarcadas en un periodo estable en la labor del cientista. O, dicho de otro modo, cuando se asoma la revolución científica, en nuestro caso en la historia, contemplando los resultados se detectan las distancias entre la cognición y las formas de preguntar a los objetos de estudio. Eso se evidencia, como lo apuntó Kuhn, cuando “la búsqueda de un cuerpo de reglas pertinentes para constituir una tradición de investigación normal dada, se convierte en una fuente de frustración continua y profunda”.3

Asumida esa situación, no se podría eludir la obra de Peter Burke, Visto y no visto. El uso de la imagen como documento histórico, la cual supera la intención de realizar una descripción de los elementos contenidos en una imagen. Por el contrario, el sentido consistiría en interpretar las intenciones, muchas veces de tipo político (como el nacionalismo), que hay detrás del objeto. Burke ve las imágenes como documentos históricos favorables para plantear nuevas cuestiones, sosteniendo que “al igual que los textos o los testimonios orales, las imágenes son una forma importante 3 Kuhn, Thomas, La estructura de las revoluciones científicas, 4ª reimpresión, Fondo de Cultura Económica, México, 1971, p. 118.

Page 16: RNH N° 2, 2014 completa

16

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 13-43 Issn: 0719-4587

de documento histórico”.4

A partir de los ejemplos presentados en esta investigación, queda patente lo que Michel Baxandall llama, “el ojo de la época”5, apreciando que la intención de quién construyó la imagen corresponde a un momento artístico determinado. De ese modo, la obra artística debe ser significada desde el punto de vista del espectador, pasando desde el texto creado al contexto en el que fue producida.

Nos encontramos con un movimiento articulador entre los discursos sobre la nación, y en particular, el arte su representación. En este ámbito el discurso arquitectónico de la nación se transforma en una evidencia para el análisis cultural sobre las manifestaciones artísticas generadas a partir de la Guerra del Pacífico.

Su valor fundante va tejiendo en el espacio simbólico, representaciones de la realidad y caracterizaciones de los “actores” o “héroes” que la conforman. Esta capacidad de inventar, de prefigurar el entorno que pretende describir, es realizada desde las elites que entendieron sus fortalezas como medio persuasivo modelando y reforzando ciertas interpretaciones sobre el pasado nacional6.

Siguiendo a Gabriel Cid, existe una estrecha vinculación entre la pintura histórica y el imaginario nacional. Entendiendo este último concepto como el conjunto de discursos e imágenes con pretensiones de homogeneidad que se encuentra sustentado en la historia nacional, donde se unen “lo

4 Burke, Peter, Visto y no visto. El uso de la imagen como documento histórico, Crítica, Barcelona, 2005, p. 17.5 Baxandall, Michael, Pintura y vida cotidiana en el Renacimiento. Arte y experiencia en el Quattrocento, Gustavo Gili, Barcelona, 1978, p. 13.6 Gutiérrez Viñuales, Rodrigo, “El papel de las artes en la construcción de las identidades nacionales en Iberoamérica”, Historia Mexicana, Vol. LIII, N° 2, 2003, p. 341.

Page 17: RNH N° 2, 2014 completa

17

José Soto, Pablo Chávez. La pintura en el marco del nacionalismo: interpretación iconológica del óleo “El Último Cartucho”

simbólico, lo típico y lo convencional”7, cuya finalidad será constituir una identidad chilena que margina aquellas ideas no relacionadas con aquel discurso.

En ese sentido, excluyendo las intenciones esteticistas, intentaremos develar y contextualizar los significados que subyacen en el óleo “El último cartucho” aprovechando su influencia en el nacionalismo peruano. En efecto, es objetivo general de esta investigación determinar la función socio-política de ese óleo aplicando la metodología iconológica propuesta por Erwin Panofsky8.

7 Cid, Gabriel, “Arte, Guerra e Imaginario Nacional: La Guerra del Pacífico en la pintura chilena, 1879-1912”, en Carlos Donoso y Gonzalo Serrano (ed.), Chile y la Guerra del Pacífico,  Universidad Andrés Bello/Centro de Estudios Bicentenario, Santiago, 2011, p. 77.8 Como es sabido, para Panofsky el proceso interpretativo ocurría en una secuencia de tres niveles caracterizado por poseer una descripción pre-iconográfica, requisito previo para que ocurra el segundo nivel de análisis o iconografía, y éste a su vez es condición para el último nivel de interpretación iconológico (Gómez, 2003, p. 8). De lo anterior, debemos considerar que el esquema tripartito de Panofsky tiene una dirección desde las partes al todo y viceversa. O, dicho en palabras de Castiñeiras (2007, p. 91), para Panofsky “la obra de arte constituye, pues, un todo orgánico compuesto de tres elementos: la forma materializada; la idea (tema), y el contenido. Estos elementos reflejan el esquema triple de los niveles de significado y son vistos como una unidad, pues todos concurren por igual en lo que se llama el goce estético del arte”. Desde entonces una parte importante del análisis propuesto por Panofsky se enfocaría en los símbolos de la obra reconociendo dos tipos, los “símbolos ordinarios” o imágenes que pueden ser fácilmente traducidas por el solo hecho de compartir una tradición cultural y los “símbolos cassirianos” los que “requieren una inteligencia muy sutil y sintética, en la que es necesario conocer las fuerzas que hicieron posible la creación de la obra de arte (políticas, económicas, etc.)” (Pérez, 2003, p. 35). Según Panofsky, en la descripción pre-iconográfica se reconocen las formas puras con significaciones primarias o naturales las cuales conforman el universo de los motivos artísticos. Cuando esos motivos poseen significaciones secundarias o convencionales es correcto denominarlas imágenes. Las combinaciones de imágenes constituyen historias o alegorías las cuales corresponden al

Page 18: RNH N° 2, 2014 completa

18

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 13-43 Issn: 0719-4587

JUAN LEPIANI: PINCELADA BIOGRÁFICA

Juan Lepiani Toledo nació en Lima el 20 de septiembre de 18649. Se sintió rápidamente atraído por la pintura histórica haciéndose discípulo del pintor español Ramón Muñiz. Aún es recordado en el Perú, por los círculos cultos, como el pintor de la Guerra del 79, abarcando esa temática más de la mitad de su quehacer artístico. La amplitud de su obra fomentó el culto peruano a los santos varones que lucharon en la Guerra del Pacífico contra Chile. Aquella obra “fue y sigue siendo impactante”.10

En el caso de “El último cartucho”, se sostiene que Lepiani visitó varias veces el Morro, realizando un trabajo etnográfico con los soldados participantes en la lucha cuerpo a cuerpo del “Asalto y Toma del Morro de Arica”. Así, por lo menos, lo afirmó el Arzobispo metropolitano de Piura, José Antonio Eguren Anselmi, quien además opinó: “el cuadro transmite un mensaje de unidad y amor común por el Perú”.11

dominio de la iconografía. Para lograr la interpretación final y dar con la significación intrínseca o de contenido se debería investigar “aquellos principios subyacentes que ponen de relieve la mentalidad básica de una nación, de una época… matizada por una personalidad y condensada en una obra… El descubrimiento y la interpretación de estos valores simbólicos (que con frecuencia ignora el propio artista y que incluso puede ser que difieran de los que deliberadamente intentaba éste expresar) constituye el objeto de lo que podemos llamar iconología” (Panofsky, Erwin, El significado de las artes visuales, 3ª edición, Alianza Editorial, Madrid, pp. 49-50, 1983). 9 Santa Cruz Gamarra, Nicomedes (1982), La décima en el Perú, Instituto de estudios peruanos, Perú, p. 187.10 República del Perú (2010), Revista del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, Perú, p. I.11 Super User, “Monseñor José Antonio Eguren: Que brille el espíritu de unión y reconciliación en el Perú”, en El Regional de Piura, 8 de junio de 2011. [En línea], <http://www.elregionalpiura.com.pe/antiguo/index.php/regionales/noti-region/piura/17047-monsenor-jose-antonio-eguren-qque-brille-el-espiritu-de-union-y-reconciliacion-en-el-peruq>, (Consultado el 20 de diciembre de 2013).

Page 19: RNH N° 2, 2014 completa

19

José Soto, Pablo Chávez. La pintura en el marco del nacionalismo: interpretación iconológica del óleo “El Último Cartucho”

El óleo, que mide 650 x 450 cms., se encuentra en el Museo de los Combatientes del Morro de Arica, en Lima, no obstante, su “reproductibilidad técnica”12 lo ha incluido en una cantidad importante de manuales colegiales, libros de historia y revistas de corte nacionalista consumidas masivamente por la población peruana. En la actualidad se puede apreciar en variadas páginas de internet.13

La intención de masificar la pintura se encuadra en lo que Paul Veyne (2009) denominó “propaganda política”, propia de las sociedades contemporáneas que buscan y apelan al consenso popular. En la época de Lepiani no se trataba de pinturas o esculturas como las usadas por las monarquías europeas analizadas por el historiador galo y que según él habrían sido mal entendidas como “propaganda” por los expertos actuales, pues la mayoría poseían detalles poco visibles que “eran difícilmente comprensibles para el hombre de la calle, el cual por lo demás, se preocupaba muy poco por mirarlas”14. En nuestro caso, ignoramos la intencionalidad de Lepiani, pero en el Perú es conocido el uso social que de ésta se ha realizado.

Los antecedentes comentados permitieron a Leonardini (2009) clasificar a Lepiani dentro de un segundo periodo iconográfico en el Perú. Si bien, la investigadora reconoce una nula participación del gobierno peruano en la formación y apoyo de los artistas, apunta un hecho trascendental: el pueblo peruano adquirió nuevos valores sociales que formaron “su identidad e inconsciente colectivo… sentir procesado a fines del siglo

12 Benjamin, Walter, La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica, ITACA, México, 2003, p. 39.13 Nosotros hemos usado la imagen disponible en: http://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Arica#mediaviewer/File:Batalla_de_Arica.jpg, la que permite bajo la licencia Creative Commons Attribution-Share Alike 3.0 Unported (CC BY SA 3.0) realizar transformaciones en la imagen original. 14 Veyne, Paul, El Imperio Grecorromano, AKAL, Madrid, 2009, p. 335.

Page 20: RNH N° 2, 2014 completa

20

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 13-43 Issn: 0719-4587

XIX y principios del siglo XX a través de la pintura histórica nacional”15. Aquella obra apuntó a revalorar el “coraje patriótico” de los peruanos y de esa forma “el pueblo peruano conoce e identifica el acontecimiento grabado en su imaginario colectivo visual…, aunque por lo general desconoce el nombre del autor”.16

MATERIAL Y MÉTODO: EL ÓLEO “EL ÚLTIMO CARTUCHO” DE JUAN LEPIANI

15 Leonardini, Nanda, “Identidad, ideología e iconografía republicana en el Perú”, en Revista ARBOR Ciencia, pensamiento y cultura nº 740, 2009, p. 1262.16 Ibíd, p. 1263.

Page 21: RNH N° 2, 2014 completa

21

José Soto, Pablo Chávez. La pintura en el marco del nacionalismo: interpretación iconológica del óleo “El Último Cartucho”

Primer nivel: análisis pre-iconográfico

La contemplación de la obra, a simple vista, nos permite realizar la enumeración de una serie de elementos en donde resalta aproximadamente un centenar de figuras antropomorfas masculinas. Entre esas la mayoría se encuentra de pie, simulando movimiento, sobre todo de las extremidades inferiores y superiores. Además, identificamos alrededor de nueve cuerpos tumbados y uno solo detenido en la parte central-superior del óleo.

En el centro de la obra, destaca un hombre de pelo canoso en el suelo apoyándose en su mano izquierda. Posee una frente amplia y el dedo índice de su mano derecha aprieta el gatillo de su revólver. Se diferencia, además, porque el cabello de los demás es de color oscuro, algunos poseen solamente bigotes (a excepción del hombre detenido en la parte central-superior) o tienen la cara rasurada. En su mayoría son figuras de varones adultos.

Respecto a los elementos a enumerar, centrándonos en los uniformes de las figuras antropomorfas masculinas, identificamos por lo menos seis diferentes formas de vestimenta: 1.- pantalón rojo, chaqueta azul, parche de grado militar en los hombros bordado de color amarillo, botones amarillos, correa amarilla, botas de color café. 2.- pantalón azul, chaqueta azul con bordados de color amarillo en los puños, botones amarillos, correa amarilla, zapatos negros. 3.- pantalón azul, chaqueta azul de puños rojos, botas de color café. 4.- pantalón azul, blusa azul, boina azul. 5.- pantalón blanco, blusa blanca. 6.- pantalón rojo, chaqueta azul, quepí de dos colores: azul y rojo.

Así mismo podemos enumerar una serie de accesorios que portan las figuras antropomorfas masculinas, entre las que destacan las armas de guerra: 1.- revólveres. 2.- bayonetas. 3.- fusiles. 4.- espadas. 5.-

Page 22: RNH N° 2, 2014 completa

22

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 13-43 Issn: 0719-4587

cantimploras. 6.- guarda balas.

El terreno donde se encuentran las figuras es montañoso y rocoso. Se pueden ver algunas fisuras del terreno y algunas piedrecillas afiladas. Al fondo del óleo se destaca una loma en donde se visualiza un conjunto de hombres transitando por aquella. En el sector derecho de la pintura, al fondo, se nota una montaña gris y de gran pendiente. El cielo se encuentra cubierto y si bien los tonos de un azul claro son fáciles de detectar, prevalece un gris característico del humo o del polvo levantado por el contacto entre los allí presentes.

Page 23: RNH N° 2, 2014 completa

23

José Soto, Pablo Chávez. La pintura en el marco del nacionalismo: interpretación iconológica del óleo “El Último Cartucho”

Segundo nivel: análisis iconográfico

La obra de Lepiani posee a nuestro juicio por lo menos “seis lugares” en donde se desarrolló el “Asalto y Toma del Morro de Arica” un 7 de junio de 1880, una de las tantas batallas libradas en el contexto de la Guerra del Pacífico entre las repúblicas de Chile, Perú y Bolivia.

Las causas de la Guerra del Pacífico han sido analizadas por las historiografías de los tres países implicados repercutiendo, actualmente, en los nacionalismos de esas sociedades. Las posturas de Perú y Bolivia hablan, grosso modo, de la codicia y la ambición chilena para hacerse con los territorios ricos en guano y salitre compartidos por Perú y Bolivia o, como elegantemente lo expresó el peruano Eusebio Paz Soldán al referirse a “asuntos de orden económico y financiero estatal”.17

La posición chilena “oficial” asegura que Bolivia no respetó la existencia del Tratado de 1874 sobre límites y política económica de los recursos naturales. Aquel impedía aumentar los impuestos a las exportaciones chilenas de salitre en territorio boliviano. A lo anterior se sumó la firma de un Tratado secreto entre Perú y Bolivia en 187318.

Luego de que Chile dominara el Océano Pacífico Sur gracias al poder de su Marina, comenzó la Campaña Terrestre. Dentro de esa, el 7 de junio de 1880 se libró en el Morro de Arica la batalla que Lepiani representó en su pintura. Sobre ese episodio, una cantidad de historiadores se ha centrado en las tácticas militares usadas por los estrategas chilenos y peruanos,

17 Paz Soldán, Eusebio, “Antecedentes diplomáticos de la Guerra del Pacífico”, Revista Historia nº2, Universidad Nacional de San Agustín, Perú, 1983, pp. 138-169.18 Visiones historiográficas que propenden a superar los rencores del pasado, pero que aún no se instalan por completo en las sociedades de las tres repúblicas son las guiadas por el historiador chileno Eduardo Cavieres: Chile-Perú, Perú-Chile en el siglo XIX: la formación del Estado, la economía y la sociedad (2005) y Chile-Bolivia, Bolivia-Chile: desarrollos políticos, económicos y culturales (2008).

Page 24: RNH N° 2, 2014 completa

24

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 13-43 Issn: 0719-4587

puesto que días antes, en la batalla del “Campo de la Alianza”, las tropas bolivianas se habían retirado de la guerra dejando al Perú batallando solo contra Chile. Por su parte, otros historiadores han rastreado con documentación de archivo el número de los soldados allí presentes sin lograr dar a una cifra aceptada por toda la comunidad de especialistas.

Por mencionar algunos ejemplos, Diego Barros Arana escribió:

La infantería chilena que estaba acampada frente de Arica ascendía a cuatro mil hombres… Esas fuerzas iban a empeñar el combate contra una guarnición de más de dos mil hombres. Colocadas en posiciones inexpugnables, defendida detrás de parapetos excelentes, armados de la más poderosa artillería, y con minas de pólvora y dinamita para hacer volar a todos los que se acercasen a los fuertes.19

Gonzalo Bulnes señaló:

Cada uno de los fuertes del alto tenía su guarnición propia… Junto a los artilleros estaban los otros defensores de la plaza, unos 1.500 hombres de las divisiones de infantería nº 7 y 8, mandadas por el Coronel Alfonso Ugarte, a los que había que agregar los tripulantes del monitor Manco; en total unos 2.000 hombres.20

Osvaldo Silva Galdames redactó: “para dominar totalmente la región era necesario apoderarse de Arica, ciudad defendida por dos mil hombres al

19 Barros Arana, Diego, Historia de la Guerra del Pacífico (1879-1881), Gutemberg, Chile, 1880, tomo 1, p. 310.20 Bulnes, Gonzalo, Resumen de la Guerra del Pacífico, Editorial Andrés Bello, Chile, 2008, p. 163.

Page 25: RNH N° 2, 2014 completa

25

José Soto, Pablo Chávez. La pintura en el marco del nacionalismo: interpretación iconológica del óleo “El Último Cartucho”

mando del Coronel Bolognesi, apostados en el morro de aquella ciudad”21. Y un antiguo manual usado en el sistema educativo chileno afirmaba que:

El morro, peñón casi inaccesible, de 129 metros sobre el mar, estaba guarnecido por 2.000 hombres, al mando del Coronel Francisco Bolognesi. Poderosos fuertes, dilatadas trincheras y una complicada red eléctrica de minas automáticas que reventaban con la presión del pie sobre el fulminante invisible, hacía de él una posición casi inexpugnable.22

Por último, el diplomático italiano Tomás Caivano anotó que:

Derrotado el ejército peruano-boliviano de Tacna, habiendo caído esta ciudad en poder de los chilenos, Arica no podía sostenerse. Rodeada por mar y tierra de chilenos, no le quedaba camino de salvación y debía necesariamente caer, sea más o menos tarde por hambre, cuando se hubieran agotado las pocas provisiones que le quedaban, sea en el primer momento en que el ejército chileno ocupaba Tacna se adelantara contra ella. Ni siquiera este último caso podía oponerse una larga y seria resistencia, porque su guarnición que llegaba escasamente a 1.800 hombres, debía ser necesariamente por un enemigo cinco o seis veces más numeroso.23

21 Silva Galdames, Osvaldo, Historia de Chile-la gran depresión, vol. 5, COPESA, Chile, 2005, p. 221.22 Frías Valenzuela, Francisco, Manual de historia de Chile. Desde la prehistoria hasta 1973, Zigzag, Chile, 1986, p. 351.23 Caivano, Tomás, Historia de la Guerra de América entre Perú, Chile y Bolivia, Lima S.A., Perú, 1979, p. 393.

Page 26: RNH N° 2, 2014 completa

26

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 13-43 Issn: 0719-4587

Dicho lo anterior, procedamos al microanálisis de los “seis lugares” identificados:

1.- El “primer lugar” del óleo está compuesto por la lucha cuerpo a cuerpo de soldados chilenos y peruanos, así como de, por lo menos, cuatro cadáveres de ambas nacionalidades. A la izquierda del óleo se observa el momento preciso en que un soldado chileno, vestido con el uniforme clásico de la infantería, pantalones rojos y chaqueta azul, es aniquilado por un soldado peruano vestido de blanco (fig. 1). Ese soldado posee una expresividad en los ojos que el pintor agudizó a diferencia de los demás combatientes.

En la esquina derecha, de pie, se distingue la resistencia de un marino peruano que está próximo a ser embestido por la bayoneta de un soldado chileno (fig. 2). A los pies de éste, yace boca abajo un camarada que a sus espaldas tiene por lo menos dos enemigos peruanos muertos también. En la esquina inferior izquierda sólo se aprecia la pierna de un soldado con una bota de color café que, según el color usado por Lepiani para pintar las botas de los demás participantes, correspondería a un miembro del ejército chileno.

Por último, en el centro de este primer nivel se encuentra un alto mando del ejército peruano con el brazo izquierdo extendido y las piernas un tanto separadas con las rodillas flexionadas (fig. 3). No sabemos con certeza de qué jefe peruano es el cuerpo aludido, pues fueron varios los muertos en el campo de batalla. Como lo expresó un contemporáneo: “Han sucumbido en la lucha los coroneles don Francisco Bolognesi, don Juan Guillermo Moore, don Alfonso Ugarte, don José I. Incland, don Justo Arias i Aragües, don Mariano 2º Bustamante, los tenientes coroneles don Ricardo O´Donovan, don Ramón Zavala, don Francisco Cornejo i don Benigno Cornejo; los sargentos mayores don Armando Blondel, don

Page 27: RNH N° 2, 2014 completa

27

José Soto, Pablo Chávez. La pintura en el marco del nacionalismo: interpretación iconológica del óleo “El Último Cartucho”

Felipe A. Zela y don Fermín Nacarino y muchos señores oficiales”.24

2.- El “segundo lugar” intenta demostrar el momento en que el coronel peruano, Francisco Bolognesi, disparó el último cartucho de su revólver (fig. 4). Esa había sido la promesa del anciano militar, o por lo menos así lo han intentado explicar varios historiadores de ambos países. Según lo reconocen los estudiosos del combate, días antes del Asalto y Toma del

24 Fernández, S., Izquierdo, G. y Fuenzalida, R., Boletín de la Guerra del Pacífico, Andrés Bello, Chile, 1979, p. 758.

Page 28: RNH N° 2, 2014 completa

28

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 13-43 Issn: 0719-4587

Morro, el Mayor del Ejército chileno Juan de la Cruz Salvo fue ordenado a parlamentar con Bolognesi para declarar que un enfrentamiento entre fuerzas militares desiguales sería un derrame innecesario de sangre.

La rendición de Arica ante el ejército chileno hubiese supuesto la eterna vergüenza para los militares liderados por Bolognesi. Por esa razón respondió dando muestra de su valentía. El diálogo ha sido replicado en varias obras de carácter histórico y lo citamos a continuación25:

-Señor, el General en Jefe del Ejército de Chile, deseoso de evitar un derramamiento inútil de sangre, después de haber vencido en Tacna al grueso del Ejército aliado, me envía a pedir la rendición de esta plaza, cuyos recursos en hombres, víveres y municiones conocemos.

-Tengo deberes sagrados y los cumpliré hasta quemar el último cartucho.

-Entonces está cumplida mi misión.

25 Ver: Vicuña Mackenna, Benjamín, Historia de la campaña de Tacna y Arica, 1879-1880, Editor Rafael Jover, Chile, 1881; Mellafe, Rafael y Pelayo, Mauricio, La Guerra del Pacífico: en imágenes, relatos, testimonios, Ediciones Centro de Estudios Bicentenario, Chile, 2007; Ortega, Eudoxio, Manual de Historia General del Perú, Ediciones Populares Los Andes, Perú, 1986; Reaño, Guillermo, Historia del Perú IV. Los años difíciles (1865-1919), Ediciones Los Reyes Rojos, Perú, 1990; Elías, Julio, Marinos peruanos en Arica; Vargas, Instituto de Estudios Histórico-Marítimos del Perú, Perú, 1962; Vargas, Gerardo, La Batalla de Arica, 7 de junio de 1880, Imprenta Americana, Perú, 1921; Muñiz, Carlos, Historia del patriotismo, valor y heroísmo de la nación peruana en la guerra con Chile, Tipografía Muñiz, Perú; Guimet, Armando, Los grandes del Perú: índice heroico, Editorial “Siempre Adelante”, Perú, 1937; Congrains, Eduardo, Batalla de Arica, Editorial Ecoma, Perú, 1973.

Page 29: RNH N° 2, 2014 completa

29

José Soto, Pablo Chávez. La pintura en el marco del nacionalismo: interpretación iconológica del óleo “El Último Cartucho”

A diferencia del heroísmo con que, se supone en el Perú, murió el anciano militar, el relato de Ricardo Silva Arriagada, capitán chileno, supone una visión crítica. Comentó que, luego del fragor de la batalla, vio los cadáveres de Bolognesi, Moore y Ugarte, de los cuales se decía habían optado por la rendición. Agregó además que “la tropa los había ultimado a culetazos, porque, con felonía, estando rendida la plaza, le dieron fuego a los cañones, reventándolos”.26

3.- El “tercer lugar” pintado por Lepiani está compuesto por la lucha encarnizada entre soldados chilenos y peruanos, pero que no representan a altos mandos del Ejército (como es el caso de Bolognesi y el difunto del primer plano). Entre ellos podemos detectar cuatro sub-lugares que conforman el conjunto. De izquierda a derecha podemos mencionar las figuras 5, 6, 7 y 8.

26 Pelayo, Mauricio, “Relatos de la Guerra del Pacífico. Asalto y Toma del Morro de Arica”, La Guerra del Pacífico, [En línea], < http://www.laguerradelpacifico.cl/Relatos/Arica/Relatos.htm>, (consultado el 1 de enero de 2014).

Page 30: RNH N° 2, 2014 completa

30

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 13-43 Issn: 0719-4587

La figura nº 5 trata del enfrentamiento entre un marino peruano y un soldado chileno que, con la bayoneta sostenida por ambas manos, intenta atacar al hombre de mar quien tiene un rostro serio en contraste con el de su rival. Para el caso nº 6 llama la atención la contextura y fenotipo de un soldado de paño blanco en la cabeza con aspecto asiático. La alineación de chinos al ejército peruano no fue extraña. El sur de ese país estaba habitado densamente, desde mediados del siglo XIX, por asiáticos

Page 31: RNH N° 2, 2014 completa

31

José Soto, Pablo Chávez. La pintura en el marco del nacionalismo: interpretación iconológica del óleo “El Último Cartucho”

ocupados en las extracciones guaneras.

Lo anterior no impide que esa presencia cultural hunda sus raíces en periodos más profundos de la historia, pues también se pueden encontrar chinos en la época colonial. Según García, “La presencia de los chinos en el Perú se remonta al periodo español. Según el censo del Marqués de Montesclaros de 1613, existían 38 chinos en Lima”.27

Volviendo con el soldado chino-peruano, su tamaño es inferior y su cuerpo más delgado que el común de los hombres retratados. Por otro lado, en el caso de la figura 7 nos percatamos del arrojo y la fortaleza de un marino peruano el cual, con una mano detiene la bayoneta del soldado chileno, mientras que con la otra intenta estrangularlo. Por último, en la figura 8 se divisan una serie de rostros resaltando el de un chileno particularmente agresivo.

4.- El “cuarto lugar” identificado tiene como sub-temática la captura de uno de los jefes peruanos el cual se encuentra en posición inmóvil y rodeado por cinco soldados chilenos. El que se encuentra frente al superior peruano lo mantiene sujetado de la correa (fig. 9). Como lo publicó Molinare en 1911, el Asalto del Morro dejó al Perú un saldo de 884 muertos con Bolognesi a su cabeza y el resto rendido y prisionero.

5.- El “quinto lugar” está compuesto por una serie de enfrentamientos cuerpo a cuerpo entre soldados chilenos y peruanos. Resaltan los fusiles y un revólver en posición horizontal apuntando a los enemigos, así como las espadas en posición vertical impidiendo apreciar el cuerpo completo de los guerreros. La distancia que tiene este lugar de los anteriores no permite fijarse con claridad en las expresiones faciales. Por el contrario, los colores de los quepis usados ayudan a comprender la superioridad

27 García, Oliver, “Los chinos en la Guerra del Pacífico”, en Revista de Marina, nº 5, p. 471.

Page 32: RNH N° 2, 2014 completa

32

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 13-43 Issn: 0719-4587

numérica de la tropa chilena por encima de la tropa peruana (figs. 10 y 11).

6.- Por último, en “sexto lugar”, se contempla el arribo veloz de tropas de infantería al sitio en donde se está librando el combate. Son soldados chilenos que distribuidos en cuatro grupos de 14, 3, 4 y 5 infantes descienden el montículo del Morro que se aprecia en el fondo del cuadro (fig. l2).

Page 33: RNH N° 2, 2014 completa

33

José Soto, Pablo Chávez. La pintura en el marco del nacionalismo: interpretación iconológica del óleo “El Último Cartucho”

Tercer nivel: interpretación iconológica

La intención de este segmento es ensayar una interpretación de los significados profundos que pueden encontrarse en “El último cartucho”. Con pocos riesgos de error, sabemos que el cuadro fue pintado hacia fines del siglo XIX, aproximadamente en la década de los noventa, momentos en los que Chile y Perú se encontraban atrapados en un litigio diplomático como consecuencia de los arreglos de la posguerra.

En esa etapa, una vez firmado el Tratado de Ancón, Chile había obtenido a perpetuidad los territorios de Tarapacá, en donde se encontraban los más ricos yacimientos salitreros del mundo. Más aún, en el mismo tratado, su artículo tercero había cedido a favor de Chile las provincias de Tacna y Arica por una década, tiempo necesario para coordinar un plebiscito popular y finalizar la controversia. La verdad es que, por una serie de conflictos entre elites dirigentes, nunca se efectuó el ritual democrático.

Desde ambos países se construyeron imágenes aterradoras, en clave enemiga, con lo cual se pudo dar pie a una rivalidad y distanciamiento cultural que en la actualidad persiste sin mayores diferencias reforzándose, por ejemplo, con recreaciones in situ de la “sangrienta batalla en presencia de gobernantes y gobernados”28. Lepiani aborda esos estereotipos en su obra centrándose, en primer lugar, en el coronel Bolognesi.

Él, por antonomasia es el “superhombre” del Perú. Demostró con valentía cómo realizar la defensa de la patria, no rindiéndose ante la oferta de un enemigo superior, el ejército chileno y coordinando entre el miedo, la incertidumbre y la presencia de los rivales, las formas de defender al Perú.

28 Soto Lara, José, “La Federación Obrera de Chile (FOCH) como movimiento popular nacionalista en Arica (1920)”, en Revista Tradición y Saber, año 10, nº 2, Centro de Estudios Históricos Universidad Bernardo O´Higgins, 2013, p. 66.

Page 34: RNH N° 2, 2014 completa

34

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 13-43 Issn: 0719-4587

Lepiani se enfoca en su último momento antes de morir, mostrando al peruano sin claudicar en su palabra y disparando “el último cartucho” haciendo alusión así a los deberes sagrados que había contraído con su patria. No importaba su edad avanzada (había nacido en los estertores virreinales), acudiendo al combate con todas las complejidades de un cuerpo cansado por el paso de los años.

Se nota, entre uno de los soldados chilenos que están de frente al derribado Bolognesi, un gesto, quizás humanitario, conteniendo con su mano izquierda a un camarada situado también a la izquierda de él. Ese soldado tiene en posición de ataque la bayoneta para repasar a un Bolognesi acorralado y sin escapatoria.

Evidentemente, ese momento de la pintura tiene su opuesto en la actitud que toma otro soldado chileno situado en la espalda de Bolognesi. A menos de un metro del coronel, con la vista fija en su cuerpo, tiene en alto la culata de su rifle para aturdir al “superhombre” peruano. Una expresión flácida en el rostro del chileno parece dotar de normalidad el clímax que significó en la batalla la muerte del hoy héroe nacional.

Debajo de Bolognesi ya había muerto otro jefe peruano, al cual no hemos podido reconocer. Su cuerpo quedaba de momentos en el olvido. Con una vestimenta distinguida, estaba rodeado de pequeñas luchas en donde un aspecto de los rostros es digno de mencionar: las miradas de los luchadores ahora sí demostraban sentimientos, entregando mayor vivacidad a la obra.

Por ejemplo, en el caso del soldado peruano, hacia la izquierda del cuadro, vestido de blanco y que está matando al chileno que se encuentra de espaldas, podemos constatar unos ojos vivaces incrustados en una cara redonda, robusta, con poco cuello, y de cuerpo rechoncho, todas características de algunos fenotipos andinos del, por ese entonces, sur

Page 35: RNH N° 2, 2014 completa

35

José Soto, Pablo Chávez. La pintura en el marco del nacionalismo: interpretación iconológica del óleo “El Último Cartucho”

peruano. En el extremo derecho, el marino peruano que se alista a recibir el castigo del soldado chileno parece no inmutarse; por el contrario, la ira del chileno con un fruncido de cejas apela a demostrar su bestialidad. Esa formación bajo la frente no la posee ninguno de los peruanos, a excepción, en parte y dudable, del chino ubicado hacia el lado derecho de Bolognesi.29

Sobre la figura de un Mayor del Ejército peruano que se encuentra detenido por los soldados chilenos, es probable que la desidia demostrada al ser capturado concuerde con el realce que se pretende para Bolognesi. Así, Lepiani buscaba particularizar al coronel quien no trepidaba, incluso al ver a sus camaradas falleciendo a su alrededor, continuar su leitmotiv.

Cercano a él, un marino peruano combatía encarnizadamente con un soldado chileno y en su pulsión por la vida tomaba la bayoneta de este sin dar muestras de dolor. La adrenalina esparcida por su cuerpo y el de todos los concurrentes al Asalto y Toma no daba pie, en el momento, a los dolores de las heridas. La fortaleza de ese marino y su carencia de padecimientos permitía dominar por el cuello a su contrincante.

Eran los momentos finales de una batalla en donde muertos los integrantes de la plana mayor peruana poco podrían realizar los subalternos. Es por eso que en los momentos más difíciles de su resistencia la llegada de

29 Permítasenos un comentario sobre la presencia del chino-peruano en un lugar importante del óleo de Lepiani. José Antonio Eguren, Arzobispo de Piura, ha querido ver en aquel sujeto el mejor ejemplo de la unidad y amor común por el Perú. Sin duda que las tropas peruanas participantes en el Asalto y Toma del Morro eran variopintas y multirraciales. En ese sentido, se debe tener en consideración también, por ejemplo, una cantidad importante de afrodescendientes que vivían en la ciudad para la época de la guerra y que no fueron tomados en consideración por el pintor de raíces italianas. Y se podría pensar, también, que muchos de los chinos guerreros fueron alineados con el Perú por “leva” o reclutamiento obligatorio, lo que sin duda tensionaría la idea de la unidad planteada por el religioso peruano.

Page 36: RNH N° 2, 2014 completa

36

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 13-43 Issn: 0719-4587

varios chilenos más, a toda velocidad, bajando por las lomas del Morro dan la sensación de la invasión de uno de los últimos bastiones que el Perú poseía en su región meridional: Arica.

CONCLUSIONES

Las imágenes y su uso como fuentes para la historia representan para ésta un soplo de aire fresco que aún tiene mucho que decir y dar. De su utilización masiva y de su estudio con rigor científico se pueden extender impensablemente los conocimientos históricos, siempre y cuando la especialización no la lleve al laberinto –sin salida– que opta por erradicar a las voces disidentes, así como a los aportes de otras áreas del saber comentado. Como solía decir Gombrich, el historiador debe seguir siendo humilde ante la evidencia teniendo en consideración que “el arte siempre estará abierto a nuevas reflexiones…”.30

De ello ya se había dado cuenta desde muy temprano el historiador alemán Erwin Panofsky y más recientemente el historiador inglés Peter Burke, los que gracias a sus status en el campo del saber al momento de plantear sus ideas lograron que un conjunto de seguidores hayan echado mano a sus propuestas teórico-metodológicas transformándose en los líderes paradigmáticos al momentos de analizar, desde la historia, las imágenes.

En este trabajo, la intención no ha sido rastrear los cabos desde donde parten los supuestos teoréticos de ambos adalides en el estudio de la imagen con perspectiva histórica. Ahondar en la epistemología, labor siempre necesaria para coadyuvar a la generación de saber, no ha sido el quid de esta investigación. Por el contrario, se intentó analizar una 30 García, Rafael, Iconografía e iconología. Volumen I. La historia del arte como historia cultural. Ediciones Encuentro, Madrid, 2008, p. 407.

Page 37: RNH N° 2, 2014 completa

37

José Soto, Pablo Chávez. La pintura en el marco del nacionalismo: interpretación iconológica del óleo “El Último Cartucho”

imagen, en este caso la obra “El último cartucho” del pintor peruano Juan Lepiani, bajo las directrices de los 3 niveles de E. Panofsky. Ese ejercicio nos llevó a percatarnos de como una visión penetrante en esa obra, la que muchas veces se había visto sin mayor detención, encierra claves para la comprensión de su función socio-política en la sociedad peruana.

Tal función es de carácter nacionalista. En el Perú, así como en todas las repúblicas de occidente, la obsesión de las clases dirigentes desde el siglo XIX fue construir la “nación”, fabricarla y, en no pocas oportunidades, en base a elementos mitológicos que poca relación guardaban con la historia, socializar valores inexistentes o por lo menos discutibles en el cuerpo social.

Las bases de ese cuerpo, poco críticas, han aceptado sin mayor análisis y en otras veces con alegría, el optar a una identidad colectiva y a un sentimiento de pertenencia que los aúne frente a la otredad nacional. De lo anterior, no caben dudas de que el cuadro de Lepiani ha sido usado en el Perú como artefacto cultural, el que luego de su creación y circulación social se volvió modular, es decir, que pudo ser trasplantado con “grados variables de autoconciencia, a una gran diversidad de terrenos sociales, de mezclarse con una diversidad correspondiente amplia de constelaciones políticas e ideológicas”.31

De allí que el uso reiterado en el Perú de la obra “El último cartucho” propenda a mantener los mensajes más claros y profundos que de ella se desprendan. Así, un niño de corta edad, de cualquier clase social, un deportista, un obrero o un profesional, llegarán a conclusiones similares sobre la temática que muestra fácilmente o esconde herméticamente el cuadro: la guerra, el odio, la rivalidad, la traición el anti-chilenismo y la superioridad valerosa de los héroes peruanos.31 Anderson, Benedict, Comunidades imaginadas. Reflexiones sobre el origen y la difusión del nacionalismo, Fondo de Cultura Económica, México, 1993, p. 21.

Page 38: RNH N° 2, 2014 completa

38

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 13-43 Issn: 0719-4587

Nos interesó comprender como un problema histórico, la conquista chilena de Arica, en tanto problema histórico de escala regional reducido se puede complejizar “dependiendo del acercamiento heurístico y método [resolviendo] cuestiones en las que no se han enfocado con gran atención historiadores chilenos [y] peruanos”32

Como lo ha dicho Burke, la imagen pudo tener por objeto comunicar su propio mensaje, pero “no es raro que los historiadores hagan caso omiso de él para ´leer entre líneas` las imágenes e interpretar cosas que el artista no sabía que estaba diciendo”33. Los observadores de la obra de Lepiani seguramente tendrán, en algún modo, el “espíritu” del historiador retratado por Burke, pero difícilmente podrán escapar a las formas socializadas de sentir la peruanidad y representar la realidad.

32 Soto Lara, José Julián, “La prensa española como fuente histórica para el problema de Tacna y Arica (1880-1901): heurística y método”, en Tordesillas Revista de Investigación Multidisciplinar, nº 7, Universidad de Valladolid, 2014, p. 42.33 Burke, Peter, ob. cit., p. 18.

Page 39: RNH N° 2, 2014 completa

39

José Soto, Pablo Chávez. La pintura en el marco del nacionalismo: interpretación iconológica del óleo “El Último Cartucho”

BIBLIOGRAFÍA

Anderson, Benedict, Comunidades imaginadas. Reflexiones sobre el origen y la difusión del nacionalismo, Fondo de Cultura Económica, México, 1993.

Barros Arana, Diego, Historia de la Guerra del Pacífico (1879-1881), Gutemberg, Chile, tomo 1, 1880.

Baxandall, Michael, Pintura y vida cotidiana en el Renacimiento. Arte y experiencia en el Quattrocento, Gustavo Gili, Barcelona, 1978.

Benjamin, Walter, La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica, ITACA, México, 2003.

Brisset, Demetrio, Análisis fílmico y audiovisual, Editorial UOC, Barcelona, 2011.

Bulnes, Gonzalo, Resumen de la Guerra del Pacífico. Redacción de Oscar Pinochet de la Barra, Chile, Editorial Andrés Bello, 2008.

Burke, Peter, Visto y no visto. El uso de la imagen como documento histórico, Crítica, Barcelona, 2005.

Caivano, Tomás, Historia de la Guerra de América entre Chile, Perú y Bolivia, Lima S.A., Perú, 1979.

Castiñeiras, Manuel, Introducción al método iconográfico, Ariel, Barcelona, 2007.

Cavieres, Eduardo y Cristóbal Aljovín de Losada (Compiladores), Chile-Perú, Perú–Chile. Desarrollos políticos, económicos y culturales, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile,

Page 40: RNH N° 2, 2014 completa

40

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 13-43 Issn: 0719-4587

2005.

Cavieres, Eduardo (Editor), Chile-Bolivia, Bolivia-Chile: 1820-1930. Desarrollos políticos, económicos y culturales, Ediciones Universitarias de Valparaíso, Chile, 2008.

Cid, Gabriel, “Arte, Guerra e Imaginario Nacional: La Guerra del Pacífico en la pintura chilena, 1879-1912”, en Carlos Donoso y Gonzalo Serrano (ed.), Chile y la Guerra del Pacífico, Universidad Andrés Bello/Centro de Estudios Bicentenario, Santiago, 2011.

Congrains, Eduardo, Batalla de Arica. Volumen II, Editorial Ecoma, Perú, 1973.

Super User, “Monseñor José Antonio Eguren: Que brille el espíritu de unión y reconciliación en el Perú”, en El Regional de Piura, 8 de junio de 2011. [En línea], <http://www.elregionalpiura.com.pe/antiguo/index.php/regionales/noti-region/piura/17047-monsenor-jose-antonio-eguren-qque-brille-el-espiritu-de-union-y-reconciliacion-en-el-peru>, (Consultado el 20 de diciembre de 2013).

Elías, Julio, Marinos peruanos en Arica, Instituto de Estudios Histórico-Marítimos del Perú, Perú, 1980.

Fernández, S., Izquierdo, G. y Fuenzalida, R., Boletín de la Guerra del Pacífico, Andrés Bello, Chile, 1979.

Frías, Francisco, Manual de Historia de Chile. Desde la Prehistoria hasta 1973, Zigzag, Chile, 1986.

García, Oliver, “Los chinos en la Guerra del Pacífico”, en Revista de Marina nº 5, 2012.

Page 41: RNH N° 2, 2014 completa

41

José Soto, Pablo Chávez. La pintura en el marco del nacionalismo: interpretación iconológica del óleo “El Último Cartucho”

García, Rafael, Iconografía e iconología. Volumen I. La historia del arte como historia cultural, Ediciones Encuentro, Madrid, 2008.

Gómez, María, “La iconología. Un método para reconocer la simbología oculta en las obras de arquitectura”, en Revista Argos, nº 38, 2003.

Guimet, Armando, Los grandes del Perú: índice heroico, Editorial “Siempre Adelante”, Perú, 1937.

Gutiérrez Viñuales, Rodrigo, “El papel de las artes en la construcción de las identidades nacionales en Iberoamérica”, Historia Mexicana, Vol. LIII, N° 2, 2003.

Joly, Martine, La interpretación de la imagen: entre memoria, estereotipo y seducción, Paidós comunicación, España, 2003.

Kuhn, Thomas, La estructura de las revoluciones científicas, 4ª reimpresión, Fondo de Cultura Económica, México, 2012.

Leonardini, Nanda, “Identidad, ideología e iconografía republicana en el Perú”, en Revista ARBOR Ciencia, pensamiento y cultura, nº 740, 2009.

Mellafe, Rafael y Pelayo, Mauricio, La Guerra del Pacífico en imágenes, relatos, testimonios, Ediciones Centro de Estudios Bicentenario, Chile, 2007.

Muñiz, Carlos, Historia del patriotismo, valor y heroísmo de la nación peruana en la guerra con Chile, Tipografía Muñiz, Perú, 1908.

Ortega, Eudoxio, Manual de Historia General del Perú, Ediciones

Page 42: RNH N° 2, 2014 completa

42

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 13-43 Issn: 0719-4587

Populares Los Andes, Perú, 1986.

Panofsky, Erwin, El significado de las artes visuales, 3ª edición, Alianza Editorial, Madrid, 1983.

Paz Soldán, Eusebio, “Antecedentes diplomáticos de la Guerra del Pacífico”, en Revista Historia, nº 2, Universidad Nacional de San Agustín, Perú, 1983.

Pérez, M., Durante, I., Ucles, M., Doval, G. y Flores, A., Historia del Arte. Dibujo, Volumen 4, Editorial MAD, España, 2003.

Pericot, Jordi, Mostrar para decir. La imagen en contexto, Universitat Autónoma de Barcelona, Barcelona, 2002.

Reaño, Guillermo, Historia del Perú. Los años difíciles (1865-1919), Ediciones Los Reyes Rojos, Perú, 1990.

Silva, Osvaldo, Historia de Chile: Guerra del Pacífico–La Gran Depresión, COPESA, Chile, 2005.

Soto Lara, José, “La Federación Obrera de Chile (FOCH) como movimiento popular nacionalista en Arica (1920)”, en Revista Tradición y Saber, año 10, nº 2, Centro de Estudios Históricos Universidad Bernardo O´Higgins, 2013.

Soto Lara, José Julián, “La prensa española como fuente histórica para el problema de Tacna y Arica (1880-1901): heurística y método”, en Tordesillas Revista de Investigación Multidisciplinar, nº 7, Universidad de Valladolid, 2014.

Vargas, Gerardo, La Batalla de Arica, 7 de junio de 1880, Imprenta Americana, Perú, 1921.

Veyne, Paul, El Imperio Grecorromano, AKAL, Madrid, 2009.

Page 43: RNH N° 2, 2014 completa

43

José Soto, Pablo Chávez. La pintura en el marco del nacionalismo: interpretación iconológica del óleo “El Último Cartucho”

Vicuña Mackenna, Benjamín, Historia de la campaña de Tacna y Arica (1879-1880), Editor Rafael Jover, Chile, 1881.

Page 44: RNH N° 2, 2014 completa
Page 45: RNH N° 2, 2014 completa

Cooperativa de Estudios Históricos y Ciencias Sociales, Cehycso.Revista Norte Histórico.N° 2, 2014: 45-81Issn: 0719-4587

Auge y declive del Mineral de La Higuera y sus efectos en las caletas de los Distritos de Totoralillo y Quebrada Honda

(1850-1930)

Rise and Fall of La Higuera Mineral and its effects on the creeks of Totoralillo Districts and Quebrada Honda (1850-1930)

José Aguilera Martínez1

Recibido: Octubre de 2014

Aceptado: Diciembre de 2014

RESUMEN.

Ubicado en la subdelegación La Higuera, el Mineral de La Higuera aparecía como uno de los centros mineros más importantes en producción de cobre, después de Panulcillo y Tamaya, durante la segunda mitad del siglo XIX. Las minas de Santa Gertrudis, Tránsito, Santa Ana, Llanquita, Ají, Las Casas, entre otras se erguían entre

1 Profesor de Estado en Historia y Geografía y Licenciado en Educación de la Universidad de La Serena; Magister en Gerencia Educacional (MBA) de la Executive Business School, Universidad Mayor. Reside en Caleta Hornos, Comuna de La Higuera, La Serena, Chile. Correo electrónico [email protected]

Page 46: RNH N° 2, 2014 completa

46

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 45-81 Issn: 0719-4587

las más importantes. A pesar del nivel de producción, el atraso en las técnicas y mecanismo de explotación eran evidentes, la demanda incentivo la construcción del puerto de Totoralillo como punto de embarque y exportación cuprífera. Junto al desarrollo de la actividad minera aparecieron en el paisaje geográfico costero un gran número de pequeñas caletas que se dedicaban a la extracción de moluscos y la captura de peces. Entre ellas destacaban Caleta Tinajas, Totoralillo, Osorno, de Los Hornos, El Molle, Chungungo y Cruz Grande. Estas caletas mantenían un flujo comercial con las comunidades agrícolas locales, materializadas en las haciendas, fundos y majadas, y los centros mineros. El intercambio económico, que en más de una oportunidad se efectuaba a través de trueque, mantuvo un aumento sostenido de la población y la llegada de pescadores-mariscadores desde las caletas del norte y sur de la zona. A partir de 1875, fecha que marca el declive del Mineral de La Higuera, las caletas se van a ver perjudicadas por la caída del cobre y por la migración de la población hacia los centros mineros del norte del país (salitre).

Palabras Claves: Mineral de La Higuera, Caletas, Cobre, siglo XIX, Distrito de Totoralillo, Distrito de Quebrada Honda.

ABSTRACT

Located in the sub-delegation of La Higuera, La Higuera Mineral appeared as one of the most important producers of copper mining centers after Panulcillo and Tamaya, during the second half of the nineteenth century. Also, it was one of the most important mines, among others like, the mines of Santa Gertrudis, Transito, Santa Ana, Llanquita, Ají, and Las Casas. Despite the level of production, the delay in the technical and operational mechanism were evident,

Page 47: RNH N° 2, 2014 completa

47

José Aguilera. Auge y declive del Mineral de La Higuera y sus efectos en las caletas de los Distritos de Totoralillo y Quebrada Honda (1850-1930)

the demand incentive the construction of Totoralillo port, as a point of embarkation and export copper. Along with the development of mining, in the geographical coastal landscape appeared a lot of small coves that were dedicated to the extraction of shellfish and fish catch. Among them stood, Caleta Tinajas, Totoralillo, Osorno, Los Hornos, El Molle, Chungungo and Cruz Grande. These caches maintained a trade flow with local farming communities, embodied in the estates, farms and flocks, and mining centers. Economic exchange, which more than once was done through barter, maintained a steady increase in population and the arrival of fishermen-shellfish from the bays, located in the north and south of the area. From 1875, the date that marks the decline of Mineral of La Higuera, the creeks are going to be hurt by the fall of copper and migration of population to the mining centers of the north of the country (salt).

Keywords: Mineral of La Higuera, Caletas, Copper, nineteenth century Totoralillo District, District of Quebrada Honda.

INTRODUCCIÓN.

Para analizar el auge y declive del Mineral de La Higuera, las anotaciones y descripciones realizadas en situ durante el siglo XIX por Francisco Marcial Aracena, Benjamín Vicuña Mackenna y Eugenio Chouteau son esclarecedores para comprender las características del mineral, formas de explotación, producción y problemas. En la misma línea, los análisis posteriores de Luis Ortega Martínez, Jorge Pinto Rodríguez, Sergio Villalobos y Gabriel Salazar nos dan claras señales de los factores que

Page 48: RNH N° 2, 2014 completa

48

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 45-81 Issn: 0719-4587

propiciaron y definieron el auge y caída de los asientos mineros del Norte Chico y la producción de cobre durante la segunda mitad del siglo XIX.

Los trabajos relacionados al desarrollo histórico de las caletas a lo largo de la historia de Chile son casi nulas, la información existente se encuentra vagamente en páginas web como Serna Pesca, sitios de pescadores aficionados o papers como el trabajo de Juan Ricardo Couyoumdjian, “El mar y el paladar. El consumo de pescados y mariscos en Chile desde la Independencia hasta 1930”; sobre eso el sociólogo Hernán Godoy señalaba lo difícil de aproximarse al tema:

Esto porque, a pesar de que la actividad de la pesca es antiquísima en nuestro país, no se ha escrito una historia de este sector en Chile. Aunque hay abundancia de datos y referencias dispersas sobre el tema, nadie se ha dedicado a articularlos en una historia de la pesca en Chile.2

Cristian Gazmuri, en su Historia de Chile desde 1981-1993, cuando se refiere a la herencia hispano-india y la mentalidad chilena, desde el enfoque de la geohistoria, señala nuestra opción por la tierra y no el mar:

Chile es un país con amplia costa (…) uno de los de más amplia costa del mundo. Pero toda nuestra simbología folclóricas, excepto en regiones determinadas como Chiloé, gira alrededor de la cultura y la existencia campesina y su personaje central, el huaso, sea patrón, pequeño propietario o inquilino (…) todavía el pescado no forma parte importante de nuestra dieta (…) lo fundamental es que han sido la tierra y sus hombres los

2 Godoy, Hernán, Desarrollo  histórico  del  sector  pesquero  en  Chile, Pontifica Universidad Católica de Chile, Santiago, 1988, p. 45.

Page 49: RNH N° 2, 2014 completa

49

José Aguilera. Auge y declive del Mineral de La Higuera y sus efectos en las caletas de los Distritos de Totoralillo y Quebrada Honda (1850-1930)

personajes centrales de nuestro imaginario y cultura.3

Ahora bien, para el área y periodo en el cual se enmarca este trabajo, la literatura en torno al desarrollo de las caletas, entendidas como “asentamiento pequeño de pescadores artesanales”4, en el Norte Chico durante el siglo XIX y principios del XX se encuentra en peor posición, ya que no hay trabajos específicos sobre su dinámica y ocupación. Los trabajos historiográficos y fuentes de la época solo nombran uno que otro puerto (Totoralillo) y caleta (Punta de Choros), sin entrar en mayor detalle, el interés está enfocado en el análisis y descripción de la dinámica agrícola-minera al igual que la ruralidad en torno a estas.

Las referencias hacen hincapié a la ausencia de poblamientos de relativa importancia en las costas del norte y se detienen para explicar y anotar la relevancia de Punta de Choros como caleta abastecedora de congrio y Totoralillo (Norte) como puerto de embarque de cobre.

Los estudios del profesor Roberto Páez Constela sobre las comunidades precolombinas costeras y la utilización de las tradicionales balsas de cuero de lobo a lo largo de la colonia y el periodo republicano nos dan algunas señales sobre las formas de trabajo y ocupación del borde costero.

Los trabajos de Goyeneche y su descripción de la provincia de Coquimbo, al igual que los censos de 1865 hasta 1930, dan cuenta de la poca notoriedad e importancia esta actividad como tema u objeto de estudio. El primero prácticamente no la señala y describe; y en los censos no se clasifica dentro de las ramas de ocupación laboral.

3 Gazmuri, Cristián,  Historia  de  Chile  1891-1994,  política,  economía,  sociedad, cultura, vida privada, episodios, RIL editores, Santiago, 2012, p. 28. 4 Quezada Vergara, Abraham, Diccionario de conceptos históricos y geográficos de Chile, RIL Editores, Santiago, 2014, p. 303.

Page 50: RNH N° 2, 2014 completa

50

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 45-81 Issn: 0719-4587

Algunas referencias las encontramos en los Anuarios de la Armada de Chile, en Derroteros de las costas de Chile y el Diccionario Jeografico de Chile de Luis Risopatrón, en estos encontramos definición, localización y características de las caletas de ambos distritos.

Los trabajos resientes de Felipe Gutiérrez, Carlos Osorio, Camila Arancibia, Pamela Orozco y Héctor Manosalva en “Historias Ancestrales de Los Choros y Punta de Choros. Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Santiago, Chile, 2014” apuntan a lo despoblado del litoral y a un anquilosamiento técnico en la forma de desarrollar la actividad pesquera.

La recopilación de fuentes orales ha sido fundamental para ver la dinámica y desarrollo histórico de estas. Las vivencias de familias con tradición agrícola-pesquera y minera- pesquera han dejado entrever la dinámica económica-ocupacional de las poblaciones del borde costero del sector estudiado. Para esto, el trabajo de José Bengoa en “Comunidad Fragmentada” ha servido de referencia metodológica para abordar y comprender las perspectivas de aproximación al tema de las caletas y su gente.

El desarrollo histórico del mineral de El Tofo y el área de influencia más próxima (costera) muestran ciertos rasgos y comportamiento que debieron haber tenido las caletas que surgieron y desarrollaron a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX en los departamentos de Totoralillo y Quebrada Honda. Esto debido a que la mayoría de los trabajadores del mineral del fierro tuvieron a sus padres y abuelos dedicados a faenas de explotación cuprífera en La Higuera, El Barco, El Trigo y Quebrada Honda.

Para analizar las dinámicas poblacionales, la utilización de los datos cuantitativos que proporciona el INE en su página web de los Censos históricos, permiten profundizar en el análisis.

Page 51: RNH N° 2, 2014 completa

51

José Aguilera. Auge y declive del Mineral de La Higuera y sus efectos en las caletas de los Distritos de Totoralillo y Quebrada Honda (1850-1930)

Entre el llano y los cerros: El Mineral de La Higuera.

Es de oro i fue descubierto a mediados del siglo XVIII en la falda W de un nudo de cerros de 1200 m de altitud, a unos 15 kilómetros hácia el E del puerto de Totoralillo; se ha trabajado desde ántes de 1840 i se han reconocido posteriormente 40 vetas de cobre. Produjo dos i cuarto millones de pesos en 1881.5

Ubicado a 59 km al norte de La Serena, en la Subdelegación del mismo nombre, La Higuera era uno de los asientos mineros más importantes de la Provincia de Coquimbo durante la segunda mitad del siglo XIX, junto al Cerro Brillador, Panulcillo y Tamaya6.

El devenir histórico de este mineral, explotado de forma incipiente durante el periodo precolombino y colonial, experimentó a fines del siglo XVIII mayor dinamismo y se intensificó durante la primera mitad del siglo XIX en los albores de nuestra república.

“Fue entre 1850 y 1876 que la minería del cobre vivió su edad de oro, y a partir de 1876 que la mayoría de los mineros no pudo financiar las modernizaciones productivas que demandaba la creciente competencia internacional”7. Efectivamente, fue a partir de la segunda mitad del siglo 5 Risopatrón Sánchez, Luis, Diccionario Jeográfico de Chile, Imprenta Universitaria, Santiago, 1924, p. 393. 6 Tamaya alcanzo a proveer el 10 por ciento de la producción mundial. Ver: Villalobos, Sergio, Historia de  los Chilenos, Tomo 3, Taurus, Santiago, 2008. Valenzuela, Luis. Tres Estudios sobre el comercio y la fundición de cobre en Chile y el mercado mundial, 1830-1880. Librería Chile Ilustrado, Santiago. 1995. 7 Ortega Martínez, Luis, Godoy Orellana, Milton, Venegas Valdebenito, Hernán, Sociedad  y  Minería  en  el  Norte  Chico  1840-1930, Universidad de Humanismo Cristiano, Santiago, 2009, p. 22.

Page 52: RNH N° 2, 2014 completa

52

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 45-81 Issn: 0719-4587

XIX que el Mineral de La Higuera y los asientos mineros colindantes comenzaron a explotar y exportar cobre de forma importante.

La subdelegación de La Higuera perteneciente al departamento de La Serena, estaba conformada por 7 Distritos, entre estos estaban: La Higuera, Totoralillo, Quebrada Honda, Chañar, Chacay, Gualcuna y los Pozos8. Además de la subdelegación de La Higuera, estaba la de Los Choros, el cual tenía 2 Distritos, Choros Bajos y Choros Altos.

Francisco Marcial Aracena describía a la Higuera:

El extenso e importante centro minero llamado La Higuera, nombre derivado por lo arboles de este nombre que en años anteriores en abundancia has existido a su pie, de los cuales aún restan vestigios, está situado a unas 12 leguas al norte de la ciudad de La Serena y a tres y media de la costa, o sea, del puerto de Totoralillo… La altura del cerro erro, del mineral, propiamente dicho, no pasara de unos 600 metros sobre el nivel del mar.9

Aracena al igual que otros viajeros e investigadores de su tiempo, había quedado maravillado por la cantidad y calidad de minas del Mineral de La Higuera y por el movimiento poblacional que demandaba las faenas.

8 Según el censo de 1907; cabe señalar que durante la segunda mitad del siglo XIX y Primera del XX, La Higuera sufrió una serie de transformaciones en cuanto al número de Distritos que la componían. 9 Marcial Aracena, Francisco, Apuntes  de  Viajes.  La  Industria  el  cobre  en  las provincias de Atacama y Coquimbo, los grandes y valiosos depósitos carboníferos de Lota y Coronel en la provincia de Concepción, Cámara Chilena de La Construcción, Pontificia Universidad Católica de Chile, DIBAM, Santiago, 2011, p. 124.

Page 53: RNH N° 2, 2014 completa

53

José Aguilera. Auge y declive del Mineral de La Higuera y sus efectos en las caletas de los Distritos de Totoralillo y Quebrada Honda (1850-1930)

Auge del Mineral de La Higuera.

El desarrollo y auge del Mineral de La Higuera tuvo su apogeo en el periodo comprendido entre los años 1840 y 1875. Las inversiones de las familias Vicuña, Muñoz, Mery, entre otras habían provocado un aumento demográfico notable e intensificado la economía local y regional. La habilitación del puerto de Totoralillo en 1844, distante a menos de 20 kilómetros del citado mineral, permitió el embarque y exportación de los minerales. “Una vez fundido el mineral y convertido en eje era transportado en carretas por el camino del Sarco hasta el puerto de Totoralillo”10

El dinamismo económico que se empezó a experimentar en la subdelegación de La Higuera atrajo a una gran cantidad de mineros, comerciantes, majadas y pescadores. Tal fue la cantidad de minas y trabajos que se desarrollaron en tan reducido espacio que Aracena señalaba: “El número de minas es tan numeroso, que sería a tal punto largo numerarlas (…) las principales son las siguientes: Santa Gertrudis, Transito, Santa Ana, Llanquita, Ají, Las Casas, Vacas, San José, Cortada, Caprichos, La Esmeralda, Llanca”11.

La mayoría de estas minas funcionaba con un escaso nivel tecnológico, un número menor contaba con máquinas a vapor, como es el caso de Santa Gertrudis, La Llanquita, Llanca, Esmeralda, San José y Las Casas.

10 Villalobos Villalobos, Robinson, Alfaro Robles, Andrés, Cuentos de mi terruño bajo La Higuera, Ediciones Chagual, La Higuera, 2013, p. 23. 11 Marcial Aracena, Francisco, Apuntes  de  Viajes.  La  Industria  el  cobre  en  las provincias de Atacama y Coquimbo, los grandes y valiosos depósitos carboníferos de Lota y Coronel en la provincia de Concepción, Cámara Chilena de La Construcción, Pontificia Universidad Católica de Chile, DIBAM, Santiago, 2011, p. 126

Page 54: RNH N° 2, 2014 completa

54

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 45-81 Issn: 0719-4587

El resto ocupaba malacates de sangre12 y un uso extensivo y excesivo de mano obra13.

Fundición y faenas de la familia Muñoz Godoy en La Higuera

Fuente: Circa, 1899; álbum Casa Muñoz. Colección de Fernando Moraga

La ley de sus minerales fluctuaba entre un 30% y 40% “pero en cambio son los mas fusibles que se encuentran en la república, produciendo 12 Sistema de tracción que permite extraer el mineral del interior de la mina a la superficie, usando cables, polea, tambor de enrolamiento y motor similar a asesor, movido por hombres, animales o vapor… en Villalobos, S.J. Diccionario de términos mineros de Chile, RIL Editores, Santiago, 2006, p. 94. 13 Tornero estimaba para 1872 una población de 2.000 habitantes en el Mineral de La Higuera, Marcial Aracena en cambio señala en 1884 una población de 7.000 habitantes en el mineral.

Page 55: RNH N° 2, 2014 completa

55

José Aguilera. Auge y declive del Mineral de La Higuera y sus efectos en las caletas de los Distritos de Totoralillo y Quebrada Honda (1850-1930)

además en la refina, un cobre ductil i maleable como no se conoce mejor en Chile”14.

Importantes empresarios locales habían invertido y capitalizado en torno a la extracción de minerales. Esto se reflejó en la introducción de maquinarias a vapor, habilitación de caminos, construcción de fundiciones y puertos de embarque de los productos metalíferos. Estos se establecieron en el Mineral de La Higuera y Totoralillo. Entre los empresarios (oligarcas liberales) más destacados están:

1. Félix Vicuña y Compañía dueño de las minas San José y Diuca. Se sumaba 2 hornos de fundición establecidos en La Higuera.

2. Pedro Pablo Muñoz y Hermano propietarios de las minas Las Casas, Ají, Santa Ana, Esmeralda, Primavera, San Pablo y el Oriente. Además contaban con 3 hornos de fundición en La Higuera y 2 en Totoralillo.

3. Vicente Zorrilla poseedor de la mina Santa Gertrudis

4. Gregorio Álvarez dueño de Llanquita y Llanca.

5. Los señores Urmeneta y Errazuriz con 5 hornos de fundición en Totoralillo15.

14 Tornero Santos, Recaredo, Chile Ilustrado: Guía descriptiva del territorio de Chile, de las provincias, de los puertos principales, El Mercurio, Valparaíso, 1872, p. 258. 15 Ibíd. pp. 261-262. Tornero señala “Gregorio Álvarez” y Aracena menciona a doña Gregoria Álvarez H.

Page 56: RNH N° 2, 2014 completa

56

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 45-81 Issn: 0719-4587

Las Caletas, ubicación y características.

El poblamiento costero y las actividades ligadas a la pesca y extracción de mariscos se desarrollaron de forma circunstancial y esporádica en la Subdelegación La Higuera, salvo en Totoralillo, que antes de convertirse en un importante puerto era una de las pocas caletas junto a la de Chungungo en la subdelegación. En cambio, en la Subdelegación Los Choros, Punta de Choros, se destacaba por la actividad pesquera del Congrio Colorado que era demandado por los asientos mineros, fundos y lugarejos ubicados tanto en los Choros Bajos como en Choros Alto16. En cambio la actividad pesquera en los Distritos costeros de la Subdelegación de La Higuera, Totoralillo y Quebrada Honda, no tenía la misma gravitación en comparación con las labores agrícolas, ganaderas y mineras desarrolladas en esta área, por lo tanto era una labor de supervivencia y de escala menor.

La bonanza y auge que experimentaron los asientos mineros de la subdelegación La Higuera provoco la llegada de comerciantes y pescadores provenientes de Coquimbo, la Herradura y Tongoy. El boom de la minería del cobre provoco un aumento demográfico y por ende, demando una mayor producción, extracción y transporte de productos hacia los polos mineros. Estos últimos estaban concentrados en el Mineral de La Higuera, el Trigo, El Barco, El Maray, Quebrada Honda y Los Hornos17.

Los crianceros y agricultores de la zona se ubicaban en el curso medio de las siguientes quebradas: Quebrada Cruz grande, Quebrada Honda, 16 Vicente Carvallo Goyeneche, en la 2° parte de su Descripción Histórico y Geográfica del Reino de Chile, cuando describe la Provincia de Coquimbo, específicamente la vice parroquia de los Choros, señala “Sus habitantes se dedican a la pesca del Congrio”, p. 71. 17 En Quebrada Honda se explotaban minas de cobre y oro, en Los Hornos eran cuarzo, cobre y apatito.

Page 57: RNH N° 2, 2014 completa

57

José Aguilera. Auge y declive del Mineral de La Higuera y sus efectos en las caletas de los Distritos de Totoralillo y Quebrada Honda (1850-1930)

Quebrada de Los Hornos, Quebrada Juan Soldado y Quebradas Agua Salada, en la zona de Yerbas Buenas y Maitencillo. La producción agrícola estaba compuesta por ajís, orégano, comino, tomate chino, cilantro, papas, trigo, Cebollín, higos y yerbas medicinales18. Las majadas proporcionaban queso de cabra, leche, carne y cuero.

En algunos casos, la actividad pesquera era realizada por los mismos crianceros, agricultores y mineros. Esta dinámica es señalada por el capitán de fragata Buenaventura Martínez en 1854 al hacer un reconocimiento hidrográfico al norte del puerto de Coquimbo, le llamo profundamente la atención lo despoblado que estaba el borde costero y que, salvo a la altura de Los Choros, solo encontró a un pescador en su balsa de cuero de lobo que además era propietario de una majada19.

18 Humberto Flores Q.E.P.D. agricultor y criancero de Los Hornos, señalaba que sus padres además de comercializar sus productos a caletas como Totoralillo, Chungungo y minerales como La Higuera y la Industrial (apatito), proveían a comerciantes de Las Compañías y La Serena. 19 Citado en Páez Constenla, Roberto, Cultura minera en la Historia de La Higuera, vida cotidiana de un pueblo minero del siglo XIX (1870-1900), Ilustre Municipalidad de la Higuera, La Higuera, 2010, p. 19.

Page 58: RNH N° 2, 2014 completa

58

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 45-81 Issn: 0719-4587

Caletas, Mineral de La Higuera, asientos mineros y agro-mineros de la subdelegación La Higuera 1850-1930.

Fuente: Mapa Base Google Maps, lugares elaborados por el autor20.

20 Para la denominación y localización de los lugares que aparecen señalados en la representación geográfica se utilizaron las siguientes referencias: Claudio Gay, Atlas de la Historia Física y Política de Chile, 1854. Karte von Chile nach den karten von Claude Gay, Pissis und Cillis, 1857. Enriques Espinosa, Jeografía Descriptiva de la República de Chile, Cuarta Edición, 1897. Derroteros de las Costas de Chile, Volumen 1, Armada de Chile, Valparaíso, 2013. Mapa La Serena – Ovalle 1909 corregida en 1913, Oficina de Mensura de Tierras, Universo, Santiago, 1913. Atlas Político y Ferroviario de Chile, Santiago, 1925. Carta SHOA N° 306 “Caletas en la Costa de Chile”, Caleta Los Hornos, Caletas Cruz Grande y Tinajas, editada en los años 1927 y 1932, Valparaíso.

Page 59: RNH N° 2, 2014 completa

59

José Aguilera. Auge y declive del Mineral de La Higuera y sus efectos en las caletas de los Distritos de Totoralillo y Quebrada Honda (1850-1930)

Esta ambivalencia estaba condicionada por el clima y la cantidad pluviométrica de las estaciones invernales que determinaban el desplazamiento de majadas desde la cordillera a los valles y costa (y a la inversa) y las actividades agrícolas supeditadas a la abundancia de agua en las cuencas, quebradas y aguadas. Para el caso de la minería ocurría el mismo fenómeno, los mineros que “en el siglo XVIII dependieron cada vez más, y al final exclusivamente, de una fuerza de trabajo libre que se estaba formando por el debilitamiento de las encomiendas”21 al primer indicio del agotamiento o perdida de una beta cambiaban de ocupación, dejando el chuzo por el azadón o por el chope u anzuelo.

Como se ha señalado anteriormente, la demanda de los asientos mineros provoco la aparición de nuevas caletas en las costas de los Distritos de Totoralillo y Quebrada Honda. En el primero surgieron caletas como Tinajas, Chungungo, Temblador y Osorno; para el segundo, Yerbas Buenas, Molle y de los Hornos. Este grupo de caletas vinieron a albergar y dinamizar la costa de Subdelegación. Pescadores ocasionales u de “profesión” ocuparan el borde costero, entablando relaciones y lazos económicos entre los productores agrícolas-ganaderos y empresarios mineros. Los pescadores y mariscadores venderán sus productos directamente a los minerales o a comerciantes, estos últimos, llegaban a la costa para luego revender en los centros mineros.

El señor Jorge Araya al recordar las historias y prácticas de su padre y el padre de este (su abuelo) señala:

Mi padre le vendía el congrio o la vieja a los comerciantes que llegaban a la orilla interesados (…) recorría toda la costa, por Yerbas Buenas, la isla Tilgo, Chungungo y la Punta Choros (…) salía a tierra en los puntos que sabía

21 Pederson, Leland R., La  Industria Minera del Norte Chico. Chile, RIL Editores, Santiago, 2008, p. 125.

Page 60: RNH N° 2, 2014 completa

60

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 45-81 Issn: 0719-4587

que había comerciantes22.

Esta dinámica se repetirá durante la primera mitad del siglo XX, algunos pirquineros, barreteros y apires que se habían desempeñado en el Mineral de La Higuera, El Barco o Quebrada Honda, llegaron a las inmediaciones de la caleta de Los Hornos, específicamente al sector de Tierras Blancas, dedicándose a la compra y venta de pescado o directamente a las labores de buzos mariscador23. A estos se les sumaban antiguos agricultores y crianceros empobrecidos.

La aparición tardía de estas caletas, que comienzan a ser representadas a mediados de 1850 en adelante, se debió a la escasa actividad económica y ocupación humana que experimento la zona durante la primera mitad del siglo XIX. Además, a fines del siglo XVIII las quejas que hacían los pescadores y mariscadores de las costas del Norte Chico por los abusos y cobros que efectuaban los dueños de las haciendas, estancias y fundos que colindaban con la costa, por la ocupación que hacían los “changos” de ella, llegaron a oídos del Gobernador Ambrosio O’Higgins (se encontraba recorriendo el Norte Chico) que dispuso en enero de 1789 que la extensión de la playa comenzaba desde la línea de las más altas mareas 100 varas hacia tierra adentro. En esa zona los pescadores podrían tener libremente sus chozas, botes y aparejos; además el Gobernador insto a los pescadores de Copiapó y Coquimbo para que se organizasen en gremios y propuso a algunos vecinos de La Serena la formación de una compañía pesquera, la que no prospero24.

22 Jorge Araya Araya, entrevista realizada por el autor en el marco de la investigación personal y pronta presentación de la obra titulada “Caleta Hornos: Imágenes, Memoria e Historia”, Caleta Hornos, Entrevista realizada 7 de junio del 2012. Cabe agregar que el padre del señor Araya, también vivió en el Dadín realizando labores agrícolas y trabajando en las minas de cobre de Quebrada Honda. 23 Llamados buzos a resueño, a pulmón o tiritones. 24 Ver: Villalobos Serrano, Sergio, El  comercio  y  la  crisis  Colonial. Editorial

Page 61: RNH N° 2, 2014 completa

61

José Aguilera. Auge y declive del Mineral de La Higuera y sus efectos en las caletas de los Distritos de Totoralillo y Quebrada Honda (1850-1930)

A lo anterior se le sumaba las características geomorfológicas del borde costero de la subdelegación, con lugares de muy poco abrigo y resguardo para las embarcaciones, salvo, Totoralillo25 y Los Choros, los otros lugares “propicios” carecían de saltos26, de espacios para varar las embarcaciones menores y se enfrentaban a una costa con mucho oleaje. La topografía del borde costero, acompañada de farellones, islotes y requeríos, hacía imposible el embarque, desembarque y acceso de pescadores. Ya lo señalaba Subercaseux, en su “Chile una loca geografía”:

Al norte de Coquimbo, la costa es accidentada en forma de islas, cabos y bahías. Es una zona atormentada, donde las Islas de Pájaros, junto con la de Choros y Chañaral, simulan un diminuto Mar Caribe con fuerte oleaje y blancos rompientes cubiertos de espuma. Son las llamadas Alturas de Coquimbo, región tempestuosa que ha sido testigo de angustiosas travesías y de no pocos naufragios.27

Si lo anterior era un inconveniente naturalmente importante, el estado de los caminos complicaba aún más el traslado y arribo de los productos y comerciantes. Pese a esto, la minería del cobre de la segunda mitad del siglo XIX (como se ha señalado) reactivo la costa permitiendo la aparición de diversas caletas.

Con respecto a las caletas, la literatura entorno a estas es bastante reducida, Universitaria, Santiago, 2009, p. 205. 25 El islote Farellones, ubicado frente a Totoralillo causaba gran inconveniente a la hora de arribar o dejar el puerto para las embarcaciones mayores, así lo señala Derroteros en las Costas de Chile. 26 Así es llamado en la jerga de los pescadores el lugar por donde se salta desde el bote hacia la costa. 27 Subercaseux Browne, Benjamín, Chile  una  loca  geografía, Editorial Ercilla, Santiago, 1940, p. 95.

Page 62: RNH N° 2, 2014 completa

62

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 45-81 Issn: 0719-4587

por no decir nula. Las referencias se pueden encontrar en Risopatrón (1925) y en Derroteros de las Costas de Chile (2003).

De norte a sur para el Distrito de Totoralillo28:

“Caleta Tinajas. Está al SW i se encuentra a unos 3,5 kilómetros al N de la Caleta Cruz Grande”29. Deshabitada durante la segunda mitad del siglo XX, su población se concentró en Chungungo Viejo y posteriormente en Chungungo.

Caleta Chungungo. Abierta al SW, de buen tenedero, útil para fondear buques pequeños, se puede desembarcar en ella i se estiende entre la riberas ásperas e inabordables i faldas suaves que mueren en la marina, frente a la isla de su nombre; contiguo por su lado E deja una corta porción de terreno cultivable, rodeado de serranías árida30

Después del declive del Mineral de La Higuera y la explotación a pequeña escala de los pirquineros (1885-1920) muchos “Higueranos” con sus familias se trasladaron a sus costas.

Caleta Cruz Grande. Abrigada de SW, de mediana capacidad, la Sociedad Bethlehem ha construido en ella malecones a los que podrán atracar buques de cualquier calado i se abre entre la riberas formadas por faldas pendientes, en la desembocadura de la quebrada del mismo nombre entre las caletas Chungungo i

28 Se ha omitido caleta Totoralillo por la ocupación de sus costas como puerto de embarque de cobre.29 Risopatrón Sánchez, Luis, Diccionario Jeográfico de Chile, Imprenta Universitaria, Santiago, 1924, p. 881. 30 Ibíd p. 214.

Page 63: RNH N° 2, 2014 completa

63

José Aguilera. Auge y declive del Mineral de La Higuera y sus efectos en las caletas de los Distritos de Totoralillo y Quebrada Honda (1850-1930)

Temblador31

Antes de la llegada de la Bethlehem Chile Iron Mines Corp. Cruz Grande era una pequeña caleta ubicada al sur de la caleta Chungungo y al norte de la actual playa Temblador, esta última el autor la define como: “Caleta de Temblador. Es pequeña, desabrigada, ofrece mal desembarcadero i se abre al N del puerto de Totoralillo”32

Para el Distrito de Quebrada Honda, de norte a sur:

Caleta de Los Hornos. Sin abrigo para ninguna clase de buque, con mediocre desembarcadero i relativa abundancia de agua de pozos i vertiente de tierra, se abre en la desembocadura de la quebrada del mismo nombre, a corta distancia al N de la caleta Molle33.

En el caso de Caleta Molle “Es pequeña i se abre a corta distancia hacia el S de la de Los Hornos”34

Tanto las descripciones técnicas de “Derroteros de las Costas de Chile” como Risopatrón mencionan lo desfavorable del borde costero de la subdelegación La Higuera para el asentamiento y trabajo de las labores pesqueras35.

Pese a las condicionantes geográficas y problemas señalados anteriormente, la proliferación de caletas a lo largo de estos distritos

31 Ibíd. p. 268. 32 Ibíd. p. 873 33 Ibíd. p. 398. 34 Ibíd. p. 561 35 En Derroteros de la Armada de Chile, se hace una diferenciación entre caleta de Los Hornos y caleta Quebrada Honda aunque ambas compartan el mismo espacio. Para efectos de este trabajo se omite la última, dado que la ubicación de esta corresponde al área de la Estancia Los Hornos.

Page 64: RNH N° 2, 2014 completa

64

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 45-81 Issn: 0719-4587

se debió en gran medida por la abundancia y calidad de las especies marinas (Peces y Mariscos) y la disponibilidad de agua en las quebradas y aguadas. Los moluscos predominaban y eran de fácil extracción, entre estos estaban el loco, el caracol, la lapa, el choro, chochas y picorocos. Con respecto a los peces, el congrio colorado, el toyo, la vieja, el peje perro, el rollizo y el lenguado eran los más cotizados. La manera de consumir los pescados y mariscos era salándolos, aunque el congrio se podía consumir de tres formas, fresco, seco o salado. La oligarquía local lo consumía preferentemente fresco, en cambio, en las faenas mineras se consumía recurrentemente el pescado salado y seco36.

Comercialización: entre la venta directa, el trueque y los garroteros.

La abundancia y la escaza capitalización de las faenas pesqueras, hacía que la venta de pescados y mariscos fuese a precios muy bajos por parte de los pescadores o mariscadores, los que podían obtener una mayor ganancia eran los comerciantes que revendían en los asientos mineros y ciudades. Es por ello que las actividades mineras eran de mayor interés y resultaban ser mucho más lucrativas. Esto ya quedaba de manifiesto a principios del siglo XIX en el relato que nos proporciona Manuel Concha sobre el caso del señor Nicolás Naranjo, comerciante de La Serena, que en 1806 “determino construir un buque para destinarlo al comercio del congrio seco, que se pescaba en abundancia y se vendía a bajo precio en la costa de 36 En ese estado el pescado se mantenía por mucho más tiempo y se podía consumir en cualquier momento, además le significaba un ahorro al empresario y dueño de la mina. Ver: Juan Ricardo Couyoumdjian, “El mar y el paladar. El consumo de pescados y mariscos en Chile desde la Independencia hasta 1930”, HISTORIA 42:I, enero-junio 2009, 57-107 <http://revistahistoria.uc.cl/estudios/688/> Última visita: 10 de agosto de 2014.

Page 65: RNH N° 2, 2014 completa

65

José Aguilera. Auge y declive del Mineral de La Higuera y sus efectos en las caletas de los Distritos de Totoralillo y Quebrada Honda (1850-1930)

Atacama”37. Estando en Copiapó ayudo a un indígena que se encontraba enfermo y este le señalo la existencia de una rica mina de oro “al verse poseedor de tan inmensa fortuna, abandonó su primitiva negociación de congrio seco, por creerla, a pesar de los pingües resultados que de ella se prometía, empresa sobrado mezquina ante la seductora perspectiva que se le presentaba”38. El interés de los comerciantes y empresarios estaba enfocado a las ganancias y fortunas que podían acumular (rápidamente) de las labores mineras.

Para el caso de la subdelegación La Higuera, los intercambios comerciales se dieron a pequeña escala y al detalle. Era recurrente el trueque entre mineros, agricultores, crianceros y pescadores. El trueque de pescado o moluscos por dinamita, charqui u hortalizas, creaba una red de contactos e interacciones económico-espaciales entre los diferentes distritos. Las verduras, charquis y leche de cabra de Yerbas Buenas, Maitencillo, de la quebrada Agua Salada, El Dadín y El Chacay eran comercializados en la costa o en la mina. La red de caminos y puntos de encuentro (Quebrada Honda, Los Hornos, Chorrillos, Juan Soldado) para el intercambio, compra o venta de productos dinamizo la subdelegación. Sobre esto la señora Nelly Viera viuda del señor Nicolás Osorio, oriundo y heredero de la estancia Yerbas Buenas, agrega

Mi esposo me comentaba que cuando niño, él y su padre pillaban congrios en la orilla y se las cambiaban a los mineros de la Higuera y el Trigo que bajaban con dinamita (…) después mi suegro la ocupaba para sacar un poco de metal de las minas de cobre que había por ahí (…) vendíamos el congrio salado o seco, este

37 Concha Gajardo, Manuel, Crónica de La Serena, desde su fundación hasta nuestros días 1549-1870, Editorial Universidad de La Serena, La Serena, 2010, p. 173. 38 Ibíd. p. 174.

Page 66: RNH N° 2, 2014 completa

66

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 45-81 Issn: 0719-4587

duraba más y se podía guardar.39

En las labores mineras el pescado salado, en especial congrio, era muy cotizado, de igual manera el molusco loco, estos dos productos eran transportados en recuas de mulas a los diferentes asientos mineros por los mismos pescadores o comerciantes. Estos últimos llamados “garroteros” trataban obtener el pescado a un muy bajo precio y a veces disponiendo de instrumentos que alteraba el peso total de los productos. El valor de las especies marinas estaba sujeto al valor que le atribuía el hacendado o dueño de la mina. Lo anterior se acentuaba por el predominio de las carnes, legumbres y cereales en las faenas mineras.40

Tanto la actividad pesquera como agrícola-ganadera resultaba afectada por este fenómeno. Además, estas actividades económicas estaban supeditadas al número de trabajadores que tenía la faena, esto las mantenían sobre una base bastante inestable, cualquier problema, receso o cierre de las minas ocasionaba que la demanda disminuyera considerablemente y por ende el traslado y abandono (en el caso de las caletas) de la costa. Frente a lo anterior, los pescadores se convertían en mineros (emigrando a otro yacimiento), a una caleta vecina, para este caso Chañavallita y Chañaral, o se dedicaban a las actividades agro-ganaderas.

Con respecto a lo anterior, Lorenzo Godoy Lamas, señala:

39 Nelly Viera Cortes, entrevista realizada por el autor en el marco de la investigación personal y pronta presentación de la obra titulada “Caleta Hornos: Imágenes, Memoria e Historia”, Caleta Hornos, 3 de junio del 2014. La familia Osorio Viera arribara a Caleta Hornos en la década de los 70´ trayendo consigo sus animales de carga y pastoreo. 40 Ver en Páez Constenla, Roberto, “Porotos  y  raspa  buches:  alimentación  del peonaje minero en el Norte Chico (1814-1910)”, Revista de la Historia social y de las Mentalidades, 6, Universidad de Santiago, Santiago, 2002.

Page 67: RNH N° 2, 2014 completa

67

José Aguilera. Auge y declive del Mineral de La Higuera y sus efectos en las caletas de los Distritos de Totoralillo y Quebrada Honda (1850-1930)

Mi Mamá tenia animales en el Agua del Mulato y nos fuimos a los Hornos (…) llegamos a la caleta (actual Caleta Hornos) hicimos un ruco y hornos para vender leña (…) cuando estaba malo nos metíamos a la mar y sacábamos mariscos, loco, caracoles y lapas; pillábamos congrio y lenguado lo vendíamos en la Compañía (…) como teníamos burros se nos hacía más fácil el transporte.41

Tecnología y formas de pesca.

Desde el punto de vista técnico, los pescadores no contaban con grandes embarcaciones y artefactos de trabajo. Fue recurrente para los viajeros del siglo XIX ver hasta bien entrado el siglo XIX algunas balsas de cuero lobo surcar las costas del Norte Chico como es posible observar en el cuadro nº1. Las numerosas loberas que había a lo largo de la costa de la subdelegación La Higuera proporcionaban de materia prima a los artesanos pesqueros. Los primeros faluchos se vieron a principio del siglo XX, venidos desde Coquimbo, buscaban los cardúmenes de corvinas, sierras y jureles que entraban a la costa de los distritos en cuestión. No será hasta bien entrado el siglo XX que los primeros botes surcaran las costas de Chungungo, Totoralillo y Caleta Hornos.

Con respecto a los mecanismos y formas de desplazamiento, lo más

41 Lorenzo Godoy Lamas, entrevista realizada por el autor en el marco de la investigación personal y pronta presentación de la obra titulada “Caleta Hornos: Imágenes, Memoria e Historia”, Caleta Hornos, 16 noviembre del 2012.

Page 68: RNH N° 2, 2014 completa

68

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 45-81 Issn: 0719-4587

utilizado era los remos y velas. Mario Araya señala “mi padrastro me enseñó a navegar a la vela, él me contaba que los viejo llegaban en botes por la costa y que aprovechaban los vientos para agarrar velocidad”42. El desplazamiento de las embarcaciones era restringido, la actividad pesquera se veía reducida al área cercana a la “caleta” o donde hubiese un salto a tierra.

Cuadro Nº 1: Embarcaciones menores que hacen el tráfico dentro de los límites de la subdelegación del puerto de Totoralillo, 5 de marzo de 1885.

Fuente: Páez, Constenla Roberto, Cultura Minera en la Historia de La Higuera, vida cotidiana de un pueblo minero del siglo XIX (1870-1900). p. 29.

42 Mario Araya Araya, entrevista realizada por el autor en el marco de la investigación personal y pronta presentación de la obra titulada “Caleta Hornos: Imágenes, Memoria e Historia”, Caleta Hornos, 21 junio del 2013.

Page 69: RNH N° 2, 2014 completa

69

José Aguilera. Auge y declive del Mineral de La Higuera y sus efectos en las caletas de los Distritos de Totoralillo y Quebrada Honda (1850-1930)

Las embarcaciones tenían un largo de 4 a 6 metros de eslora, 2 metros de manga y 1.5 metros de calado; los remos median 3 metros de largo. La construcción de estas se efectuaba en Coquimbo o en Tongoy. Los instrumentos y artefactos utilizados en la pesca y recolección de mariscos eran de confección cacera. Los anzuelos eran construidos en base a cobre y hierro, estos minerales eran comercializados entre los hombres de mar y los mineros de la zona; los chopes o “perras” eran del mismo material. Un cordelillo hacía de lienza para la pesca con anzuelo y restos de concha o metal eran los pesos para sumergir el anzuelo. La carnada utilizada consistía en piure, chochones, almeja o chorito. El intercambio con los mineros permitía, a los pescadores, a acceder a dinamita, con la cual Mario Araya “pescaba una vela de dinamita, un trozo de guía y la tiraba a la mar, donde había pescado, después solos salían a flote”.43

Declive del Mineral de La Higuera, desaparición y consolidación de las caletas.

En términos generales, durante el siglo XIX, ninguno de los principales grupos de interés que hegemonizaron la actividad económica chilena, exportadores mineros, exportadores agropecuarios y comerciantes mayoristas, no les convenía arriesgar una fuente segura de enriquecimiento en cambio hipotecaron las ventajas de un desarrollo basado en la industrialización44. La dependencia económica que tenía Chile con las 43 Mario Araya Araya, entrevista realizada por el autor en el marco de la investigación personal y pronta presentación de la obra titulada “Caleta Hornos: Imágenes, Memoria e Historia”, Caleta Hornos, 21 junio del 2013. 44 Veliz, Claudio. La mesa de tres patas. Citado en Salazar Vergara, Gabriel, Pinto Vallejos, Julio, Historia  Contemporánea  de  Chile  III,  la  economía:  mercados, empresarios y trabajadores, LOM Ediciones, Santiago, 2002, p. 20.

Page 70: RNH N° 2, 2014 completa

70

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 45-81 Issn: 0719-4587

potencias europeas, que en el caso de Gran Bretaña, “esta absorbía por sí sola entre el 50 % y el 75% de todas exportaciones chilenas”45, hacía que esta se resintiera frente a cualquier vaivén internacional. Esta sobre exposición provoco a largo plazo un piso bastante endeble para la economía liberal nacional.

Para el caso específico que nos atañe, la falta de innovación e inversión por parte de los empresarios mineros y los merchant bankers provoco que la “industria” minera del cobre se desplomara al primer indicio de inestabilidad económica externa. Tanto los empresarios mineros, como mercaderes y banqueros vieron como el sitial que ostentaban se estremecía cuando a mediados de 1858 y 1859 la economía se remeció por la “caída de la producción de plata, la depreciación coyuntural del cobre en el mercado de Londres, con las especulaciones comerciales de Agustín Edwards Ossandón en el mercado mundial de cobre…con el agotamiento de los yacimientos de cobre de alta ley hacia 1873”46 Efectivamente, la mayoría de los empresarios mineros del Norte Chico no invirtieron en tecnología y sustentaron sus explotaciones y riquezas en la mano de obra humana y animal.

La falta de maquinarias para extraer el agua que inundaba las minas, que en muchos casos era retirada en capachos de cuero lobo por apires, la utilización de malacates de sangre y en suma cantidad, apires para la extracción de metales, eran la tónica de la mayoría de las minas del Mineral de La Higuera y de alrededores. A lo anterior se le sumaba la falta de vías de transporte expeditas, que permitieran reducir los tiempos y transportar una suma mayor de metales.

45 Ídem. 46 Salazar Vergara, Gabriel, Pinto Vallejos, Julio, Historia Contemporánea de Chile III,  la  economía: mercados,  empresarios  y  trabajadores, LOM Ediciones, Santiago, 2002, p. 706.

Page 71: RNH N° 2, 2014 completa

71

José Aguilera. Auge y declive del Mineral de La Higuera y sus efectos en las caletas de los Distritos de Totoralillo y Quebrada Honda (1850-1930)

Faena minera en La Higuera (Malacate de Sangre)

Fuente: Circa, 1899; álbum Casa Muñoz. Colección de Fernando Moraga

Incluso, Luis Ortega señala parte de la responsabilidad a los comerciantes que arribaban a la zona, que pudiendo invertir y capitalizar la minería local, su alcance estuvo remitido al de obtener rápidas ganancias y donde hubiesen potenciales compradores.

La asimilación de los empresarios mineros (oligarquía liberal) con la clase política de Santiago, provoco que las fortunas y por ende sus familias cambiaran de las tierras áridas del Norte Chico por la comodidad de la capital y La Serena. Incluso aquellos que enarbolaron

Page 72: RNH N° 2, 2014 completa

72

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 45-81 Issn: 0719-4587

las banderas libertarias en las revoluciones de 1851 y 185947, no trataron de profesionalizar la explotación minera del Norte Chico.

La baja demanda de cobre que se empezó a experimentar durante 1873-1875 golpeo severamente a los empresarios mineros del Norte Chico. La falta de competitividad con relaciones a los productores internacionales (especialmente españoles) menguo el periodo de bonanza que habían experimentado la minería local. La crisis de 1870 puso en jaque el liberalismo económico mundial y la exitosa revolución industrial que habían propiciado las potencias europeas (en especial Gran Bretaña) y en América Estados Unidos.

El empresariado local hizo caso omiso de las deficiencias y consejos que tanto especialistas como viajeros hicieron sobre el estado de las minas y su forma de explotación. Henry Sewell, ingeniero en minas graduado en la Royal Academy of Mines, de Freiberg, Saxony (Alemania) señalaba en 1885:

Por retratarse detrás de otras naciones, Chile está matando el ganso que le ha puesto sus huevos de oro. Quiero decir que, si continúa trabajando las minas como se hizo hace 50 años atrás, sin emplear ninguna de los muchos e importantes aparatos automáticos que se usan ahora en todas las naciones civilizadas, y por tanto haciendo casi todo con trabajo manual (…) tienen miles de yacimientos mineros, y sin embargo yo no he visto ningún aparato mecánico, mucho menos

47 Sobre las Revoluciones de 1851 y 1859, ver: Volantines, Arturo, editor, Revolución Constituyente  1859-2009,  Tributo  a Pedro Pablo Muñoz Godoy  comandante  de  los igualitarios. Sociedad Patrimonial Pedro Pablo Muñoz Godoy. La Serena, 2009. Arturo Volantines, editor, El Sitio de La Serena y la revolución de los libres, a las glorias del pueblo de Atacama y Coquimbo de 1851, Volantines Ediciones, La Serena, 2013.

Page 73: RNH N° 2, 2014 completa

73

José Aguilera. Auge y declive del Mineral de La Higuera y sus efectos en las caletas de los Distritos de Totoralillo y Quebrada Honda (1850-1930)

una maquina a vapor o una bomba automática… esto es negligencia de los sucesivos gobiernos para proteger su gran industria nacional.48

Sewell responsabilizaba al Estado en la poca enérgica respuesta frente a las necesidades de mejorar las vías de comunicación (trenes a vapor) e invertir en maquinarias para el mejoramiento general de los procesos productivos de Chile.

Aracena apuntaba a la falta de inversión tecnológica y a la poca visión de futuro que tuvieron los empresarios mineros. Incluso atisba la posibilidad de construir un ferrocarril de La Higuera a Totoralillo o a La Serena “a fin de que el acarreo de minerales o ejes producidos sean transportados con más economía de tiempo y de dinero, pero siempre se ha tropezado siempre con el grave inconveniente de la falta de asociación y capitales.49 En el Boletín de la SONAMI del 15 de abril de 1844, en su página 69, señalaba sobre el La Higuera.

La mayor parte de las minas altas, aquellas que dieron orijen al mineral, se encuentran entregadas exclusivamente al pirquen, sistema de trabajo que es mui poco probable pueda por si solo cambiar sustancialmente el estado de las cosas. En muchas de ellas su decadencia no proviene de esterilidad comprobada de sus vetas después de broceos persistentes, sino de causas pasajeras, de carencia de capitales de sus dueños

48 Salazar Vergara, Gabriel, Mercaderes,  Empresarios  y  Capitalistas  (Chile,  siglo XIX), Editorial Sudamericana, Santiago, 2009, p. 779. 49 Marcial Aracena, Francisco, Apuntes  de  Viajes.  La  Industria  el  cobre  en  las provincias de Atacama y Coquimbo, los grandes y valiosos depósitos carboníferos de Lota y Coronel en la provincia de Concepción, Cámara Chilena de La Construcción, Pontificia Universidad Católica de Chile, DIBAM, Santiago, 2011, p. 311.

Page 74: RNH N° 2, 2014 completa

74

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 45-81 Issn: 0719-4587

para impulsar debidamente sus trabajos50.

La crisis del cobre provoco la emigración de la población de los asientos hacia otros lugares del país. La mayoría se dirigió al norte a trabajar en las salitreras de las anexionadas provincias de Antofagasta y Tarapacá. Como muestra el grafico N° 1, la población urbana (La Higuera) sufrió una caída considerable en comparación con los asentamientos rurales, que se multiplicaron a los largo de la comuna de La Higuera. La Higuera y su Mineral, eran el centro urbano (y único) que concentraba la totalidad de la población urbana de la Subdelegación. En cambio las caletas, a pesar de desaparecer algunas, serán las que atraerán la mayor cantidad de población.

Para 1915, Javier Gandarillas Matta señalaba:

Las minas que han proporcionado la producción principal del país en el primer siglo de nuestra vida independiente, estaban ubicadas en las provincias de Coquimbo i Atacama. Los minerales de Tamaya, Carrizal, La higuera, que fueron los mas fuertes productores, están hoy día paralizados con sus minas inundadas, pero existe la convicción que todas volverán a ser esplotadas nuevamente i que darán una cuota importante a la producción futura de Chile.51

50 Citado en López B., Eduardo, vivir y morir un poco: El mineral de La Higuera entre 1875-1885. Sociedad y Minería en el Norte Chico 1840-1930, Universidad Academia de Humanismo Cristiano, Santiago, 2009. P. 210. 51 Gandarillas Matta, Javier, Bosquejo del actual  estado de  la  industria minera del cobre en el extranjero i en Chile, Sociedad Nacional de Minería, Santiago 1915, p. 76.

Page 75: RNH N° 2, 2014 completa

75

José Aguilera. Auge y declive del Mineral de La Higuera y sus efectos en las caletas de los Distritos de Totoralillo y Quebrada Honda (1850-1930)

Grafico N°1: Población Urbana, Rural y Total de la Subdelegación La Higuera

Fuente: Censos de 1875 a 1930, grafico elaborado por el autor.

A principios de 1900, gran parte de las minas quedaron en manos de pirquineros, apires y barreteros que utilizando solo sus conocimientos prácticos y una técnica aún más obsoleta, siguieron explotando los socavones del gran Mineral de la Higuera o recolectando el desmonte de los antiguas minas.

Page 76: RNH N° 2, 2014 completa

76

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 45-81 Issn: 0719-4587

A mediados de 1920 la minería del cobre en La Higuera iba a dar pasa a la explotación del mineral de El Tofo52, por la Bethlehem chile Iron Mines Corp. Esta atrajo nuevamente una oleada de mineros y comerciantes a La Higuera y sus alrededores. Pero a pesar de esta reactivación, caletas como Osorno, Molle y Temblador desaparecieron. En cambio Cruz Grande y Chungungo se beneficiaran con la construcción de La Dársena por la Bethlehem y su población aumentara considerablemente, atrayendo a comunidades de caleta Tinajas y Chungungo Viejo53. Caleta Temblador dio paso al balneario que ocuparan los trabajadores de El Tofo y sus familias en la temporada de verano y fines de semanas.

Jorge Vergara Castillo corrobora:

Cuentan que muchos mineros de La Higuera llegaron por acá trabajando en la mar o dedicándose al comercio (…) algunos que habían trabajado en Totoralillo se vinieron para acá o simplemente se fueron (…) lo que habia en Totoralillo se perdió todo porque quedo abandonado (…) después con El Tofo, la cosa se compuso y Cruz Grande y Chungungo se vieron favorecidas54

52 La Sociedad de Altos Hornos o Societé des Hauts-Fourneaux, Forges et Aciéries du Chile, grupo financiero francés compro el mineral El Tofo al señor Eulogio Cerda en 65.000 francos. Ver en Echenique, Antonia; Rodríguez, Concepción. Historia de la Compañía de Acero del Pacifico S.A. Huachipato: Consolidación del proceso siderúr-gico chileno 1905 – 1950. CAP S.A. de Inversiones. Santiago, 1990, pp. 24-29. 53 Cabe señalar que al igual que el Mineral de La Higuera y sus efectos en las caletas mencionadas, el declive y cierre de El Tofo provoco una disminución de la población y producción en estas caletas (Chungungo y Cruz Grande) originando una migración hacia otras caletas de la comuna de La Higuera. 54 Jorge Vergara Castillo, entrevista realizada por el autor en el marco de la investigación personal y pronta presentación de la obra titulada “Caleta Hornos: Imágenes, Memoria e Historia”, Chungungo, 15 de abril del 2014.

Page 77: RNH N° 2, 2014 completa

77

José Aguilera. Auge y declive del Mineral de La Higuera y sus efectos en las caletas de los Distritos de Totoralillo y Quebrada Honda (1850-1930)

Para caleta de Los Hornos corrió igual fortuna, algún que otro pescador ocasional visitaba sus costas, esto cambiara a partir de 1920, cuando la familia González Gallardo, oriundos de La Higuera, arriben a las costas desoladas de la Estancia Los Hornos. Dicha caleta, que posteriormente se llamara Caleta Hornos, crecerá paulatinamente con la instalación de la pensión El Rosedal, por parte del señor Lorenzo Godoy y su esposa Gertrudis Gallardo, el arribo de los buses que transportaban trabajadores desde La Serena hacia El Tofo (y viceversa) harán de Caleta Hornos un lugar de parada obligatorio.

Del puerto de Totoralillo, después de 1890, su población descendió considerablemente, llegado incluso a albergar, según datos del Censo de 1930, 9 habitantes.

CONCLUSIONES.

La investigación y estudio del devenir histórico de las Caletas es una temática que plantea una serie de interrogantes y desafíos dado el poco énfasis y relevancia que tiene esta en nuestra historia oficial y regional. Un caso distinto encontramos en la Historia de la minería y en especial a la del cobre en el Norte Chico, donde las fuentes, estudios y análisis son más abundantes.

El auge y declive minero experimentado por el Mineral de La Higuera durante la segunda mitad del siglo XIX dinamizo todo el espacio de la subdelegación La Higuera. Tanto la actividad agrícola como ganadera caprina, tuvieron un impulso por la demanda de los diferentes asientos

Page 78: RNH N° 2, 2014 completa

78

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 45-81 Issn: 0719-4587

mineros y minas que con ahínco se comenzaron a explotar. Es a raíz de esta bonanza económica que las costas de los distritos de la subdelegación, Totoralillo y Quebrada Honda, serán ocupadas por pescadores y mariscadores que en su labor de extracción, venta y transporte, arribaran a ciertos lugares propicios, llamados saltos, para desembarcar sus productos desde la mar a tierra. Caletas como Tinajas, Chungungo Viejo, Chungungo, Temblador, Yerbas Buenas, Osorno, de Los Hornos y Molle, serán lugares de paso transitorio para los pescadores y comerciantes. Estos últimos buscaban pescados como el Congrio Colorado, la Vieja, el Toyo; mariscos como el Loco, la Lapa, entre otros serán los más cotizados. Estos se vendían salados, secos o frescos. Los comerciantes conocidos como “garroteros” eran los intermediarios entre la costa y la mina.

La actividad pesquera-mariscadora no solo fue de uso exclusivo de los pescadores de “profesión” también era un labor que realizaban de igual forma agricultores y dueños de majadas, los cuales según la estación o tiempo de ocio que le dejaba su actividad regular, se internaban en la costa a pescar o extraer moluscos.

Los vaivenes internacionales en el valor del cobre y su demanda afectaron derechamente la obsoleta “industria” del cobre en la subdelegación La Higuera y su principal mineral. El declive del mismo, que comienza en 1875, provoco una caída del mercado local y la migración de su población hacia otras provincias. En esto las caletas señaladas se vieron completamente afectadas y muchas de ellas fueron abandonadas y prácticamente desaparecieron.

Page 79: RNH N° 2, 2014 completa

79

José Aguilera. Auge y declive del Mineral de La Higuera y sus efectos en las caletas de los Distritos de Totoralillo y Quebrada Honda (1850-1930)

BIBLIOGRAFÍA

Marcial Aracena, Francisco, Apuntes de Viajes. La industria del cobre en las provincias de Atacama y Coquimbo, los grandes y valiosos depósitos carboníferos de Lota y Coronel en la provincia de Concepción, Cámara Chilena de la Construcción, Pontificia Universidad Católica de Chile, DIBAM, Santiago, 2011.

Carvallo Goyeneche, Vicente. Segunda parte de su Descripción Histórico y Geográfica del Reino de Chile, El Mercurio, Santiago, 1896

Censos de la República de Chile. 1865, 1875, 1885, 1895, 1907, 1920 y 1930, Instituto Nacional de Estadística.

Concha Gajardo, Manuel, Crónica de La Serena, desde su fundación hasta nuestros días 1549 – 1870, Editorial Universidad de La Serena, La Serena, 2010.

Espinoza, Enrique, Jeografía Descriptiva de la República de Chile, Cuarta Edición, Barcelona, Santiago, 1897.

Gandarillas Matta, Javier, Bosquejo del estado actual de la industria minera del cobre en el estranjero i en Chile, Sociedad Nacional de Minería, Santiago, 1915.

Gazmuri Riveros, Cristián, Historia de Chile 1891-1994, Política, economía, sociedad, cultura, vida privada, episodios, RIL Editores, Santiago, 2012.

Godoy, Hernán, Desarrollo histórico del sector pesquero en Chile, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, 1988.

Osorio, Carlos; Arancibia, Camila; Orozco, Pamela; Manosalva,

Page 80: RNH N° 2, 2014 completa

80

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 45-81 Issn: 0719-4587

Héctor, Historias Ancestrales de Los Choros y Punta de Choros, Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Santiago, 2014.

Ortega Martínez, Luis; Godoy Orellana, Milton; Venegas Valdebenito, Hernán. Sociedad y Minería en el Norte Chico 1840-1930, Universidad Academia de Humanismo Cristiano, Santiago, 2009.

Páez, Constenla Roberto, Cultura Minera en la Historia de La Higuera, vida cotidiana de un pueblo minero del siglo XIX (1870-1900), Ilustre Municipalidad de La Higuera, La Serena, 2010

Pederson, Leland, La Industria Minera del Norte Chico. Chile, Ril Editores, Santiago, 2008.

Quezada Vergara, Abraham, Diccionario de conceptos históricos y geográficos de Chile, RIL Editores, Santiago, 2004.

Risopatrón Sánchez, Luis, Diccionario Jeográfico de Chile, Imprenta Universitaria, Santiago, 1924.

Salazar Vergara, Gabriel, Pinto Vallejos, Julio, Historia Contemporánea de Chile III La economía: mercados, empresarios y trabajadores, LOM Ediciones, Santiago, 2002.

Salazar Vergara, Gabriel, Mercaderes, Empresarios y Capitalistas (Chile, siglo XIX). Editorial Sudamericana, Santiago, 2009.

Subercaseux Browne, Benjamín, Chile una loca geografía, Editorial Ercilla, Santiago, 1940.

Tornero Santos, Recaredo, Chile Ilustrado: guía descriptiva del territorio de Chile, de las Provincias, de los puertos principales, El Mercurio, Valparaíso, 1872.

Page 81: RNH N° 2, 2014 completa

81

José Aguilera. Auge y declive del Mineral de La Higuera y sus efectos en las caletas de los Distritos de Totoralillo y Quebrada Honda (1850-1930)

Villalobos Villalobos, Robinson, Alfaro Robles, Andrés, Cuentos de mi terruño bajo La Higuera, Ediciones Chagual, La Higuera, 2013.

Villalobos, S. J., Diccionario de términos mineros de Chile, RIL Editores, Santiago, 2006.

Villalobos Serrano, Sergio, El comercio y la crisis colonial, tercera edición, Editorial Universitaria, Santiago, 2009.

Personas entrevistadas

Caleta Hornos: Nelly Viera Cortes, Jorge Araya Araya, Lorenzo Godoy Lamas, Ema Villalobos Flores, Mario Araya Araya, Humberto Flores Villalobos.

El Molle: Pedro Villalobos Villalobos.

Chungungo: Juan Vergara Castillo.

Page 82: RNH N° 2, 2014 completa
Page 83: RNH N° 2, 2014 completa

Cooperativa de Estudios Históricos y Ciencias Sociales, Cehycso.Revista Norte Histórico.N° 2, 2014: 83-109Issn: 0719-4587

Génesis del Mutualismo Serenense: La Sociedad de la Igualdad de La Serena y la Rebelión Aristocrática Popular de 1851.

Genesis of the “serenense” mutualism : The Society of Equality of La Serena and the Aristocratic-Popular Rebellion of 1851

Nicolás Cabrera Valdivia.1

Recibido: Octubre de 2014

Aceptado: Diciembre de 2014

RESUMEN

Luego de la derrota igualitaria en el motín de Santiago el 20 de abril de 1851, se generó una fuerte tensión entre la oposición liberal de las provincias del norte minero y sur penquista en contra del oficialismo del recién electo presidente de Chile, Manuel Montt. En aquel contexto histórico en La Serena, estalla una rebelión aristocrática popular, donde los liberales junto a los sectores populares serenenses dirigidos

1 Profesor Historia y Geografía, Universidad Pedro de Valdivia; Candidato a Magister en Historia, U.ARCIS. [email protected]

Page 84: RNH N° 2, 2014 completa

84

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 83-109 Issn: 0719-4587

por Pablo Muñoz, fundan la Sociedad de la Igualdad de La Serena. En aquel fervor revolucionario, surge el mutualismo, elemento socio-cultural que permitió continuar la vida asociativa de los igualitarios cuando fundan la Sociedad de Artesanos en 1862.

De esta forma, el propósito del artículo es analizar como el mutualismo serenense generado en 1851, fue fundamental para concretar el proyecto histórico de la Sociedad de Artesanos de La Serena, institución que tuvo como base de pensamiento el socorro mutuo, elemento societario que permitió articular las proyecciones históricas de los sectores laboriosos de la norteña ciudad hasta la actualidad.

Palabras claves: Sociedad de la Igualdad (1851) – Rebelión aristocrática popular- Mutualidad- Sociedad de Artesanos de La Serena.

ABSTRACT

After the egalitarian defeat in Santiago riot in April 20 of 1851, a strong tension was generated between the liberal opposition of the northern mining and southern ‘penquista’ provinces against the ruling of the newly elected president of Chile, Manuel Montt. In that historical context in La Serena, exploded a popular aristocratic rebellion, where liberals with ‘serenenses’ popular sectors led by Pablo Muñoz, founded the Society of Equality of La Serena. In that revolutionary fervor, arises a collective action that manifests through mutualism, a social and cultural element projected in founding the Society of Artisans of La Serena in 1862.

Thus, the purpose of the article is to analyze how the ‘serenense’

Page 85: RNH N° 2, 2014 completa

85

Nicolás Cabrera. Génesis del Mutualismo Serenense: La Sociedad de la Igualdad de La Serena y la Rebelión Aristocrática Popular de 1851.

mutualism generated in 1851 was crucial in making possible the historic project of the Society of Artisans of La Serena, institution based on the thinking of mutual aid that until today remains as one of the emblematic social spaces of northern city.

Key words: Society of Equality (1851) - popular aristocratic rebellion – mutuality - Society of Artisans of La Serena

INTRODUCCIÓN

A mediados del siglo XIX, la naciente república de Chile era liderada por una aristocracia conservadora que ejerció su poder político a través del autoritarismo constitucional de 1833. Sus lineamientos conservadores (represión, fuerte autoridad presidencial, centralismo político, moral religiosa de la iglesia católica, entre otros), fueron llevados a la práctica generando tensiones con otro sector aristocrático, los liberales. Este grupo opositor, buscando el apoyo de los sectores laboriosos, desencadeno la denominada guerra civil de 1851.

En aquella coyuntura, un sector del mundo popular, el artesanado urbano, desde su autonomía laboral, construye un ethos cultural con fisonomía propia, donde expresa demandas de mejora social, laboral y cultural como el deseo de instrucción, la protección a la industria nacional, la eliminación de la guardia cívica, entre otras.

Estas demandas llamaron la atención de un grupo de jóvenes intelectuales vanguardistas (Francisco Bilbao, Santiago Arcos, entre otros) que influenciados por los sucesos revolucionarios de 1848, deciden fundar en 1850 en Santiago, una asociación popular con base democrática, llamada

Page 86: RNH N° 2, 2014 completa

86

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 83-109 Issn: 0719-4587

Sociedad de la Igualdad que luego de los sucesos del motín el 20 de abril de 1851, es replicada en otras ciudades del país como La Serena.

En este sentido, la Sociedad de la Igualdad de La Serena puede considerarse como la génesis en organización de los artesanos de La Serena y primera instancia de educación popular en la ciudad (Fuentes: p.43)2. Para dicha asociación, la educación popular debía contar con una base monetaria y por tanto se creó una caja social destinada a fundar una escuela de artesanos y además para asistir con ayuda económica al socio enfermo, es decir, es notorio que apenas surja el liderazgo de la clase trabajadora en la organización popular, se implanta el socorro mutuo como uno de los objetivos centrales de la asociación y, en segundo lugar, que la imposibilidad de lograr la protección del Estado a nivel asistencial y crediticio, los induce a tomar por sí mismos la iniciativa al respecto, pues no otro sentido tuvo la Caja de Ahorros que se proyectó en la Sociedad de la Igualdad de La Serena (Illanes: p.294)3.

En otras palabras, la aparición el socorro mutuo (mutualismo) surge por una necesidad colectiva de los trabajadores serenenses, estas instancias de sociabilidad y organización permiten la proliferación de las Sociedades de Artesanos, que se expandieron en diferentes localidades urbanas en la segunda parte del siglo XIX. En La Serena, desde 1862, fue un espacio comunitario donde el socorro mutuo se llevó a cabo por medio de la comunicación, coordinación y gestión por generar y concretar futuros proyectos asociativos, sustentados por una caja económica/ahorro que

2 Fuentes Cortés, Miguel. Educación Popular en la Sociedad de Artesanos de La Serena: Escuela Nocturna 1874-1884. Revista Universum, N°24, Vol. 1, 2009, Universidad de Talca, Chile. 3 Illanes, María Angélica. Chile Des-centrado. Formación socio-cultural republicana y transición capitalista (1810- 1910). La Revolución Solidaria. Las Sociedades de Socorros Mutuos de artesanos y obreros: Un proyecto Popular Democratizador (1840-190), Editorial LOM, Santiago, Chile, 2003.

Page 87: RNH N° 2, 2014 completa

87

Nicolás Cabrera. Génesis del Mutualismo Serenense: La Sociedad de la Igualdad de La Serena y la Rebelión Aristocrática Popular de 1851.

permitió fundar una escuela nocturna, biblioteca, mausoleo, para el beneficio de sus asociados, además de ayudar con botica y préstamos al socio enfermo y viudas. Todas estas actividades eran discutidas y difundidas por la prensa de la época que buscaba ampliar su cobertura en la comunidad serenense decimonónica4.

Entonces, ¿Qué rol cumplió la Sociedad de la Igualdad en la organización de los artesanos serenenses? basándose en los estudios historiográficos nacionales y locales referido al tema, se afirma que posterior a su disolución en 1851, sus proyecciones históricas generan la fundación de instituciones autónomas de artesanos dedicadas, esencialmente a remediar su calidad de vida, sobre todo, en remediar su situación cotidiana debido a la carente acción estatal que predomino en Chile en la segunda parte del siglo XIX.

De este modo, todas estas sociedades presentaban en sus estatutos, la misión de propagar la instrucción, como medio de ser más eficaces en los distintos empleos, y así posibilitar el ascenso social o la regeneración del pueblo por medio de la educación. La Sociedad de Artesanos de La Serena (en adelante SALS) siguió este ideal de instrucción popular fundando su escuela en 1874 (Fuentes, 2009: p. 43).5

De esta manera, la vida asociativa de la Sociedad de la Igualdad serenense en 1851 generó inmediatamente, el rechazo del oficialismo ya que, atentaba al orden público y por medio de una ordenanza emanada por el Intendente Melgarejo se solicita su inmediata disolución en los primeros días de julio de 1851. Sin embargo, la llegada de los

4 Avisos, boletines y notas informativas de las reuniones semanales y generales de la Sociedad de Artesanos que promovía el periódico local de la época como el “Coquimbo”.5 Fuentes, Miguel. Op.cit. Desde nuestra perspectiva, la educación popular es parte del mutualismo, eje central de la organización y movilización del artesanado serenense, concretadas la Sociedad de Artesanos de Socorros Mutuos de La Serena.

Page 88: RNH N° 2, 2014 completa

88

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 83-109 Issn: 0719-4587

igualitarios liberales (José Miguel Carrera Fontecilla, Benjamín Vicuña Mackenna, entre otros) en conjunto con los asociados a la Sociedad de la Igualdad serenense generan a lo que denominamos rebelión aristocrática popular, buscando instaurar un nuevo gobierno local desconociendo al oficialismo de Manuel Montt y apoyando la causa liberal del general José de La Cruz.

En este contexto histórico, nuestro objetivo es analizar el surgimiento del mutualismo en la Sociedad de la Igualdad de la Serena durante la Rebelión Aristocrática Popular de 1851 y su proyección histórica en la fundación de la Sociedad de Artesanos de La Serena, espacio societario que concreto las reivindicaciones socio-laborales y culturales a través del Mutualismo. Además, la investigación se apoyara en fuentes archivísticas como estatutos, boletines y prensa de la época. La motivación de este trabajo tiene su origen en la escasez de estudios con respecto a la movilización y vida asociativa de los trabajadores urbanos serenenses en el siglo XIX.

Este estudio está dividido en tres etapas: en primer lugar se conocerá la movilización o acción colectiva que experimentó el artesanado urbano en la Sociedad de la Igualdad de 1851, siendo esa experiencia, el comienzo del movimiento artesanal mutualista de La Serena durante el siglo XIX. Como segundo aspecto, es necesario describir los sucesos ocurridos en 1851, específicamente la rebelión aristocrática popular que se dio en el sitio de La Serena, donde las jornadas revolucionarias llegaron a elegir un gobierno interino antes de obedecer y legitimar el gobierno oficialista de Manuel Montt y por último, haremos énfasis en la continuidad histórica que tuvieron los elementos reivindicativos mutualistas de 1851 en la Sociedad de Artesanos de Socorros Mutuos de La Serena.

Page 89: RNH N° 2, 2014 completa

89

Nicolás Cabrera. Génesis del Mutualismo Serenense: La Sociedad de la Igualdad de La Serena y la Rebelión Aristocrática Popular de 1851.

Los Artesanos y La Sociedad de la Igualdad de La Serena.

En Europa estalla la revolución francesa de 1848 producto de las crisis que generaron distintas revoluciones después de 1789 como la independencia de las colonias americanas de España y las revoluciones liberales de 1829 y 1834; estos sucesos revolucionarios nos ayudan a comprender como a mediados del siglo XIX, esta oleada de movimientos insurgentes se expandió rápidamente no solo por Francia, sino que en otros países europeos que temían la movilización de la mayoría de la multitud urbana ya que iban perfilando en aquel entonces desde abajo (es decir con un modelo socialista, representado por el <<trabajador pobre>> o nueva clase social de obreros industriales, que estuvo marcada por el significativo alzamiento de los extremistas jacobinos y los primitivos comunistas que marca el nacimiento de la tradición comunista moderna en la política. El comunismo fue el hijo del <<Sans-Culottismo>>y el ala izquierda del Robespierrismo y heredero del fuerte odio de sus mayores a las clases medias y ricas (Hobsbawm, 2012: 106)6.

Estas ideas revolucionarias nacidas en Europa, fueron tomadas por algunos jóvenes intelectuales chilenos que testigos y participes de las jornadas parisinas en Francia; anhelaban realizar en Chile un cambio radical que buscara una revolución pacífica y profunda en la Sociedad chilena. Estos promotores de la ilustración, son portadores de la crítica socio-política de la cual era víctima el bajo pueblo; y ven que es necesario contar con su apoyo para producir los cambios vanguardistas al sistema político estatal, aquel predominado por las elites conservadoras que gobiernan durante la primera mitad del siglo XIX.

6 Hobsbawm, Eric. La Era de la Revolución 1989-1848. Editorial Critica 3° edición, Barcelona, España, 2012.

Page 90: RNH N° 2, 2014 completa

90

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 83-109 Issn: 0719-4587

Así, en vísperas de 1850, el país va experimentando distintas transformaciones urbanas que eran visibles en los nuevos estilos de vida y relaciones laborales, expresadas esencialmente en los servicios que la gente decente comenzó a demandar como los hábitos, costumbres y formas de consumo al estilo europeo, van impulsando el desarrollo de una vasta capa de artesanos e hicieron la fortuna de algunos, dueños de capacidades y conocimientos poco frecuentes en un medio rustico. Prósperos y seguros de sí, respetables pero todavía marcados por el estigma que, en sociedades aun fuertemente hidalgas, representaba el trabajo manual, estos artesanos tuvieron relaciones ambiguas, signadas alternativamente por el deseo de incorporación, el rechazo o la confrontación. Por otra parte, las diferencias que separan al maestros de oficiales, o las que dividían a las ramas más prosperas y retrasadas de los artesanos, crearon conflictos y tensiones en el sector. Todos estos factores seguramente estimularon distintos tipos de acciones de estos nuevos sectores y los convirtieron en potenciales protagonistas de una escena política que comenzaba a agitarse y complicarse. En este escenario social, a los ojos de los decentes, los artesanos adquirieron una fisonomía peculiar. Su presencia suscitó reacciones variadas, pero no fue ignorada, y los “trabajadores” fueron cada vez más claramente diferenciados del “populacho”. (Romero, 2007: pp. 80-83)7.

Entonces, ¿Qué hizo distinto al artesanado serenense del resto de los sectores urbanos populares de mediados del siglo XIX? Basándonos en el testimonio de un economista de la época, Marcial González, escribía en 1848:

“Al mismo tiempo que se ven extenderse las poblaciones, formarse pueblos nuevos al lado de los antiguos, mejorarse las construcciones, levantarse la capital, y en las provincias templos y edificios públicos… 7 Romero, Luis Alberto. ¿Qué hacer con los pobres? Elites y Sectores Populares en Santiago de Chile 1840-1895. Ariadna ediciones, Santiago, 2007.

Page 91: RNH N° 2, 2014 completa

91

Nicolás Cabrera. Génesis del Mutualismo Serenense: La Sociedad de la Igualdad de La Serena y la Rebelión Aristocrática Popular de 1851.

vemos la ebanistería, la carrocería, la ferretería, la curtiduría y tantas otras artes, cuyo ejercicio era poco conocido, contribuir con sus útiles y perfectas creaciones a la comodidad de nuestras vidas y al progreso y embellecimiento de nuestras jóvenes ciudades” (González, 1848: p.36)8. La descripción mencionada, aborda la esencia y utilidad laboral de aquellos trabajadores en la cotidianidad de la población, como en la calidad de vida en la ciudad; en este sentido, estos sujetos urbanos cumplían diversos oficios, en su mayoría eran zapateros, carpinteros, panaderos, herreros, dueños de técnicas tradicionales y rudimentarias y limitados en sus posibilidades por la escasa capacidad adquisitiva de sus compradores (Romero, 2007: p. 81)9.

Pese a estar sumidos en la poca movilidad socio-política de la cual sufrían, su notoriedad fue aumentando, y fueron considerados a ser convocados en los proyectos vanguardistas que proponían los jóvenes intelectuales liberales, que influenciados por los sucesos revolucionarios de 1848, promueven dichos ideales a través de ilustraciones como “la historia de los Girondinos” de Lamartine, que permiten desarrollar un nuevo pensamiento socio-político que persigue la regeneración moral y social de las clases laboriosas. Lo mencionado, articulo un nuevo espacio societario vanguardista llamado Sociedad de la Igualdad, en sus reuniones y asambleas abiertas a todo público formulan una nueva forma de convocatoria popular a través de “atraerse al pueblo, es decir, a la clase obrera… y esto por medio de sus más recomendables jefes de taller”, pese a no convocar a un significativo número de artesanos, su mayor originalidad radicó en que por primera vez estos se reunieron para autoorganizarse, educarse y elaborar proyectos de mejoramiento económico y social a partir de sí mismos (Garcés, 2003: p.13).10

8 Marcial González, “Situación económica”, Revista de Santiago I, 1848. 9 Romero, Luis Alberto. Op.cit.10 Garcés, Mario. Crisis Social y Motines Populares en el 1900. Editorial LOM,

Page 92: RNH N° 2, 2014 completa

92

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 83-109 Issn: 0719-4587

Pese a su efímera existencia, prontamente su notoriedad entra en conflicto con la elite oficialista conservadora, debido a la politización que comenzó a vivir cuando el partidismo liberal utiliza este espacio ganar la calle y levanta una consigna de lucha contra el poder conservador hegemónico; su derrota en el motín del 20 de abril de 1851, provocó que muchos igualitarios huyan a las ciudades provinciales como La Serena, entre ellos Pedro Pablo Muñoz, seguidor y admirador de Bilbao trae consigo este ideal que instalo en la Sociedad de la Igualdad Serenense. De esta forma, El nexo humano entre la Sociedad de la Igualdad y la Sociedad de Artesanos de La Serena se encuentra en la persona de Pedro Pablo Muñoz (Fuentes, 2009: p. 46)11.

La popularidad de Pedro Pablo Muñoz fue creciendo en los sectores laboriosos, en su mayoría artesanos; oriundo de allí, desde muy joven se trasladó a la capital santiaguina a adelantar en sus estudios, cursando matemáticas hasta los últimos grados de la profesión de “ingeniero”. Inquieto y además por, la efervescencia política reinante a fines de los 40 se incorporó al club de jóvenes que se proponía estudiar la historia nacional: allí Muñoz asistía y pronunciaba largos discursos. Su aspiración: Fundar una república igualitaria y democrática. (Vicuña Mackenna, 1864: p. 44)12. A su llegada, se reúne junto a los artesanos, el sastre Manuel Vidaurre, los carpinteros José María Covarrubias y Rafael Salinas y el herrero Ríos fundan la Sociedad de la Igualdad Serenense. Su proyecto, en tanto asociación popular, se vinculaba al proyecto bilbaiano

Santiago, 2003. 11 Fuentes, Miguel. Op.cit. Más sobre este personaje en Vicuña Mackenna, Benjamín, Historia de los diez años de la administración de don Manuel Montt, tomo I, p. 36. Aquel personaje desde nuestro punto de vista es parte de la continuidad histórica del ideal mutualista que tuvo, sobre todo con la fundación de una escuela nocturna que fue concretada en 1874. 12 Vicuña Mackenna, Benjamín. Historia de diez años de la Administración Montt, Imprenta Chilena, Santiago, 1864.

Page 93: RNH N° 2, 2014 completa

93

Nicolás Cabrera. Génesis del Mutualismo Serenense: La Sociedad de la Igualdad de La Serena y la Rebelión Aristocrática Popular de 1851.

de regeneración moral y material de la clase obrera. (Illanes, 2003: 294)13. En dicha labor de fundador y promotor principal de las actividades societarias de la Sociedad de la Igualdad, tuvo distintos desafíos para concretar dicho cambio socio-político debido a la invisibilización de la acción del estado; carente por remediar los problemas cotidianos de estos sujetos urbanos de aquella ciudad14. De este modo, una de las finalidades de Pablo Muñoz era representar a aquella minoría que no había sido escuchada en las bases políticas. Un hombre con ideales claros y que de una u otra forma representaba el sentir de un pueblo que clamaba igualdad y justicia (Malebran, 2010: 217)15. El liderazgo de Pablo Muñoz, causo un gran atractivo al conglomerado de trabajadores urbanos que se integraron a la asociación que aumento en el transcurso de los meses de julio de 1851, hasta que llego la orden de disolución emanada por el Intendente Melgarejo; ante aquel acto, protestan y hacen público su malestar expresando:

“los artesanos se suscriben, privados de los beneficios de las asociaciones, que tienden a la mejora del espíritu y  el  corazón,  por  un  bando  que  se  ha  publicado  el domingo 13 de julio de 1851, imputándoseles designios secretos  y  peligrosos,  declaran  ante  el  pueblo  y  la nación: 

13 Illanes, María Angélica. Op.cit.14 Entre los problemas cotidianos que tienen estos sujetos urbanos nos enfocamos esencialmente a la exclusión en el ámbito político (amplitud electoral), obligación a cumplir funciones en la guardia nacional, el abandono estatal por la protección a la industria nacional, la carente formación intelectual debido a la ausencia de iniciativas educativas estatales (cobertura educacional), y desigualdad salarial reflejaba en su mala calidad de vida (carencia de ahorros destinados a enfermedades, por ejemplo). 15 Malebran Olivares, Luis. Pablo Muñoz Godoy y la Sociedad de la Igualdad. en Revolución Constituyente 1859-2009. Tributo a Pedro Pablo Muñoz Godoy, Comandante de los Igualitarios: Edición y notas Volantines, La Serena, 2010.

Page 94: RNH N° 2, 2014 completa

94

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 83-109 Issn: 0719-4587

1°.  Que  desde  que  se  estableció  la  sociedad  de  la Igualdad,  sus  sesiones  se  han  celebrado  a  puerta abierta, sin excepción a persona alguna y sin ocultarse de  la  autoridad,  a  horas  competentes,  tratándose siempre  de  asuntos  que  de  ninguna manera  podrían comprometer el orden público;

2°.  Que  en  estas  reuniones  no  se  tramaban conspiraciones,  ni  se  nos  preparaba  para  servir de  instrumentos,  para  secundar  miras  criminales, sino que  se  nos  enseñaban doctrinas  saludables  que debe  tener  presente  el  ciudadano,  que  por  su  triste condición social no ha podido penetrar en  las casas de instrucción pública;

3°. Que ya habían indicado proyectos de mejora moral, siendo  uno  de  ellos  reunir  un  fondo  para  establecer una escuela de instrucción para el artesano, sirviendo asimismo,  para  socorrer  al  impedido  por  alguna enfermedad.  Con  un  bando  y  una  ley  que  no  puede aplicarse  sino  a  las  asociaciones  tumultuarias  que amaguen la tranquilidad pública, han venido a tierra todas nuestras esperanzas, haciéndonos aparecen ante la sociedad como perturbadores del orden.” (Vicuña Mackenna, 1864: p. 44)16.

La movilización artesanal era clara, buscaban expresar que la asociación igualitaria no tenía nada que esconder e incluso se manifestó abierta a todo público, aprovechando los espacios citadinos de la ciudad; expresan sus objetivos y quehaceres societarios (creación de escuela nocturna y caja de ahorro, para el socorro mutuo del socio aquejado por salud 16 Vicuña Mackenna. Benjamín. Op.cit.

Page 95: RNH N° 2, 2014 completa

95

Nicolás Cabrera. Génesis del Mutualismo Serenense: La Sociedad de la Igualdad de La Serena y la Rebelión Aristocrática Popular de 1851.

esencialmente) que apuntan a proyecciones de mejora moral y social para remediar las problemáticas más graves de su cotidianidad.

Entonces, basándonos en los componentes del quehacer societario de la Sociedad de la Igualdad serenense, podemos decir que su acción de rebeldía y manifestación de su acción colectiva es por tradición (participación activa del artesanado por ejemplo en los hechos independistas), la preparación bélica propia de toda la guardia cívica popular y la furia contra la persecución de la asociación popular, primera organización de autonomía de la clase trabajadora artesana (Illanes, 2003: p. 296)17.

Por tanto ¿De qué forma la Sociedad de la Igualdad influye en la Rebelión aristocrática popular en La Serena? desde la historiografía se ha discutido sobre el rol que cumplió dicha asociación en 1851, no obstante, pese a la derrota igualitaria y a la post represión a las asociaciones populares en todas las localidades del país, las proyecciones históricas del mutualismo surgido en la Sociedad de la Igualdad se proyectan en la Sociedad de Artesanos de La Serena, participe del movimiento popular artesanal que se desarrolló en las distintas localidades urbanas durante la segunda parte del siglo XIX18.

17 Illanes, María Angélica. Op.cit.18 Ver, Acta de la Sociedad de artesanos de La Serena, Sesión ordinaria domingo 10 de marzo 1878. Allí los asociados enuncian un acta cuenta donde se aprecia cierta comunicación, solidaridad y coordinación con otras sociedades de artesanos de otras ciudades de Chile y del Perú; en una circular de la Sociedad de artesanos de Iquique (Perú) manifestando el deseo que ella abriga de unidad entre las asociaciones de su especie se acordó contestarle. De una nota de la Sociedad de artesanos de Coquimbo, comunicando el nuevo Directorio electo. Se mandó a contestarle. De otra de la Sociedad de Artesanos de Vallenar con el mismo objeto que la anterior. Recayó igual acuerdo. De una nota de la Sociedad de Artesanos de Concepción dando a conocer el personal nuevo Consejo Directorio que ha elegido. Acordase acuerdo recibido. De una nota de la Sociedad de Artesanos de la Unión de Chillán con igual objetivo que la anterior. Mandasé acuerdo recibido. De una nota de la Sociedad de Artesanos

Page 96: RNH N° 2, 2014 completa

96

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 83-109 Issn: 0719-4587

El Estallido de la Rebelión Aristocrática-Popular: La Guerra Civil de 1851 en La Serena.

Con un ambiente de tensión política y bélica después del motín santiaguino el 20 de abril, la conformación de la Sociedad de la Igualdad Serenense por Pedro Pablo Muñoz en Junio del mismo año y la disputa política por la legitimidad del triunfo que tuvo en las elecciones presidenciales el recién electo Manuel Montt, son parte de la disputa política entre la elite oficialista y las elites liberales provincianas del norte y sur, este conflicto es denominado Guerra Civil de 1851.

En La Serena, este episodio revolucionario tuvo un carácter propio, ya que, se conjugan elementos aristocráticos y populares en contra del oficialismo, donde los sectores laboriosos serenenses en su mayoría artesanos asociados a la Sociedad de la Igualdad, brindan su apoyo a la aristocracia liberal, a diferencia de los sucedido en Santiago; en el sitio de La Serena, se adquiere un conjunto de circunstancias, capas sociales en pugna y personajes en acción, características específicas que lo distinguen del resto de los movimientos insurreccionales chilenos del siglo XIX y lo asemejan al proceso revolucionario francés. Tanto la decisiva participación de los trabajadores como el fundamento ideológico, nos permiten denominarla “la comuna de La Serena” (Iturriaga:, 1973: pp. 38-39)19.

En este sentido en La Serena, estalla una “Rebelión Aristocrática Popular”; de Santiago en la que da a conocer el nuevo Directorio elegido. Recayó el mismo acuerdo que para la anterior. De esta manera, la comunicación y coordinación entre los artesanos y trabajadores urbanos de distintas localidades del país se organizan en el movimiento popular de regeneración moral y social del pueblo, ver. Grez Toso, Sergio. Los proyectos nacionales del siglo XIX en Chile. El Proyecto Popular. CEME. Centro de Estudios Miguel Enríquez. Archivo Chile. Santiago 2003-2006. 19 Iturriaga Jiménez, Ruth. La Comuna y el Sitio de La Serena en 1851. Editorial Quimantu, Santiago 1973. pp. 38-39

Page 97: RNH N° 2, 2014 completa

97

Nicolás Cabrera. Génesis del Mutualismo Serenense: La Sociedad de la Igualdad de La Serena y la Rebelión Aristocrática Popular de 1851.

término que engloba la radicalización colectiva de los trabajadores urbanos artesanales de la Sociedad de la Igualdad en la lucha armada liderada por la aristocracia liberal, propietaria regional que se sentía desde la independencia, sacrificada por el centralismo de Santiago. Además era fuerte contribuyente al erario nacional y no veía de su contribución ninguna inversión en la provincia. Por otra parte, viejas familias pipiolas como –los Vicuña y los Pinto- habían gozado en otra época de poder pero lo habían perdido (Iturriaga, 1973: pp. 39-40)20. En otras palabras, tanto del mundo popular como de los sectores aristocráticos liberales, tenían elementos en común, el rechazo al oficialismo centralista y como consecuencia se adhirieron a la candidatura del General Cruz que desde el sur penquista ya había articulado una insurrección militar, con la finalidad de derrocar el régimen conservador de Montt.

De esta forma, la rebelión aristocrática popular serenense ya era un hecho, la creciente popularidad que tuvo la Sociedad de la Igualdad dentro de los sectores populares como los artesanos y mineros por ejemplo junto la llegada de afuerinos igualitarios como Benjamín Vicuña Mackenna y José Miguel Fontecilla refuerzan la oposición liberal popular. Así el 07 de septiembre se lleva a cabo la estrategia de la recién formada Sociedad Revolucionaria, aquella que reunió los lineamientos liberales y populares. Sus principales promotores Pablo Muñoz y José Miguel Fontecilla, afirman que la rebelión tiene exclusivo carácter popular, asaltando el cuartel cívico y tomando posesión militar en la ciudad. Un cañonazo disparado desde la plaza de La Serena fue el preludio al movimiento en la ciudad. “Oíase los alegres repiques de las campanas i flotaban al viento en las portadas de las casas i en las galerías de las torres las banderas que el pueblo tremolaba en señal de su triunfo”. (Vicuña Mackenna, 1864: p. 281)21.20 Ibíd. pp. 39-4021 Vicuña Mackenna, Benjamín. Tomo II. Op.cit.

Page 98: RNH N° 2, 2014 completa

98

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 83-109 Issn: 0719-4587

Al mismo tiempo, se superaron las diferencias entre los rebeldes igualitarios y fijaron el siguiente plan que se iba a poner en marcha, este consistía en invitar al intendente a almorzar en la casa del oficial ayudante Verdugo. Cuando los invitados estaban desprevenidos y muy alegres, el dueño de casa expreso la consigna prevista y los oficiales gobernistas fueron desarmados por sorpresa (Iturriaga, 1973: p. 43)22. Las acciones de los igualitarios después de la captura del derrocado intendente, fue asumir el poder local y eligen a Carrera Fontecilla para ocupar el cargo que es asesorado por una junta o “Consejo del Pueblo”, crean también un comité militar revolucionario, compuesto por comandantes de los escuadrones cívicos y una comitiva de orden policial; todas estas labores, buscaban cambiar la gestión administrativa anterior con la finalidad de conllevar las medidas que habían fijado en el plan de rebelión, y las primeras acciones se enfatizan en reforzar las filas y adquirir prontamente pertrechos y armamento militar para comenzar la ofensiva contra el oficialismo centralista. De forma inmediata, la junta revolucionaria y el intendente enviaron emisarios y tropas al resto de la provincia de Coquimbo. En Elqui y Ovalle se comenzaron a reclutar voluntarios para unirse a la lucha. La reacción del oficialismo no se hizo esperar y La Serena sufriría el asedio del norte y del sur: la primera era enviada de Copiapó integrada por mercenarios argentinos y otra llamada división pacificadora del norte comandadas por tropas del gobierno. En este entorno de asedio, las tropas igualitarias derrotadas en la batalla de Petorca, se dirigen a la ciudad con la finalidad de defender y preparar la ciudad para el combate que se aproximaba. Lo siguiente proclama describe la situación en la cual se encontraba la ciudad:

“Apenas  circulara  la  noticia  que  venían  a  invadir nuestro suelo los vándalos del norte, cuando a porfía corrieron  presurosos  a  alistarse  los  valientes  e 

22 Iturriaga Jiménez. Ruth. Op.cit.

Page 99: RNH N° 2, 2014 completa

99

Nicolás Cabrera. Génesis del Mutualismo Serenense: La Sociedad de la Igualdad de La Serena y la Rebelión Aristocrática Popular de 1851.

intrépidos coquimbanos, amigos del orden y libertad. 

Un  nuevo  cuerpo  compuesto  de  lo más  escogido  de nuestra  juventud,  se  improvisó  en  el  acto,  todos  los resueltos a sacrificarse antes que se profane el suelo de los libres por la planta inmunda de los cobardes del norte. Vengan en buena hora esa  fuerza de  forajidos CUYANOS.

Nada temáis ilustres matronas de La Serena!!

Artesanos  de  La  Serena!!!  Vosotros  que  os  habéis conducido  con  un  valor  ejemplar  y  una  conducta acrisolada,  mostraos  ahora  dignos  defensores  de  la libertad. El estandarte  tricolor que llevaron nuestros padres  del  campo  de  la  victoria,  va  con  vosotros valientes  coquimbanos.  La  posteridad  agradecida consignara en la historia el recuerdo de vuestro valor y patriotismo.” Imprenta La Barra.23

La efervescencia de los igualitarios por llegar a las últimas instancias para triunfar, se refleja en organizar la defensa de la ciudad durante los meses de octubre, noviembre y diciembre; los rebeldes van teniendo diferencias en como conllevar el movimiento insurreccional, ya que, habían elementos liberales, militares y populares, causal que provocó la descoordinación para definir los siguientes pasos a seguir; en este ámbito no había un conglomerado unido por un solo objetivo, sino que primaban los intereses políticos del bando liberal-militar, excluyendo los intereses populares, gestor de la insurrección armada. Sus intenciones eran realizar 23 Boletín de noticias. Imprenta de la Reforma, A Serena: Octubre-Noviembre y Diciembre de 1851.

Page 100: RNH N° 2, 2014 completa

100

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 83-109 Issn: 0719-4587

mínimas modificaciones al aparato estatal/constitucional para favorecer a los intereses de los sectores laboriosos que nuevamente no son tomados en consideración en las decisiones que iba a tener el movimiento insurreccional. Entonces, si en el movimiento igualitario predominaba el espíritu revolucionario popular ¿Por qué lo político partidista termina desarticulando la asociación popular de los trabajadores serenenses?

Desde la perspectiva historiográfica, en La Serena durante 1851, la asociación popular de los trabajadores serenenses en la Sociedad de la Igualdad tuvo lineamientos basados en el mutualismo, debido al interés por la instrucción y el ahorro mutuo, sustentado en la acción colectiva y asociativa de sus miembros ; estas reivindicaciones socio-culturales desaparecen al momento que se involucran en la lucha política liberal que levanto el General de la Cruz, quien tenía el apoyo de las elites provinciales, las cuales deseaban derrocar al gobierno oficialista. En otras palabras, lo político partidista termino por catapultar las intenciones iniciales que tuvo esta asociación de base popular que siendo efímera logro sobrevivir en los proyectos históricos que tuvieron los artesanos después de la derrota de 1851 en las Sociedades de Artesanos que comenzaron a expandirse en número desde l870 y aumentando a finales del siglo XIX24. No obstante, las indecisiones de liderazgo político del bando rebelde se experimentó a través de la presión del gobierno; las malas noticias en Petorca, donde los igualitarios fueron vencidos, alarmaron al pueblo serenense, y Carrera Fontecilla reasume su cargo de intendente para organizar la defensa de la ciudad:

“Decreto:  Serena,  octubre  22  de  octubre  de  1851: Para  la  mejor  espedición  de  los  negocios  militares, se  nombra  al  señor  don  Justo  Arteaga,  gobernador 

24 Ver, Romero, Luis Alberto. La Sociedad de la Igualdad. Los Artesanos de Santiago de Chile y sus primeras experiencias políticas, 1820-1851. Serie historia, Instituto Torcuato Di Tella. Buenos Aires, Argentina.

Page 101: RNH N° 2, 2014 completa

101

Nicolás Cabrera. Génesis del Mutualismo Serenense: La Sociedad de la Igualdad de La Serena y la Rebelión Aristocrática Popular de 1851.

militar  de  esta  plaza  i  de  todos  los  otros  puntos  del departamento, hasta donde crea necesario estender su autoridad.” José Miguel Carrera.” (Vicuña Mackenna, 2003: p. 299)25.

El consejo del pueblo respaldando el decreto del intendente Carrera Fontecilla, asume que Justo Arteaga, militar y representante del General de la Cruz, organizara la estrategia militar de la ciudad al momento del arribo de las fuerzas invasoras del oficialismo conservador. Su plan consistió en concentrar la construcción de trincheras y organizar las fuerzas con que se contaba; nada debía faltar para el mejor servicio de las fortificaciones; sin descuidar la instalación de todo lo indispensable para la defensa y mantenimiento de la ciudad; es decir, disponer un almacén de víveres, una maestranza para la fabricación de proyectiles y reparaciones varias, un hospital con su personal para atender a los heridos, lugares para el refugio de la población, etc. Todo el pueblo salió al encuentro del preparativo que fuera capaz de resistir a fuerzas tan superiores; concurriendo con sus propias herramientas de trabajo, y otras de uso común: lo importante era ponerse a disposición de la causa. (Pacheco, 2013: p. 23)26

En los meses siguientes la presión militar en la zona, se hizo evidente, las fuerzas oficialistas al mando de división pacificadora del Norte al mando del coronel Juan Vidaurre Leal y en el cargo de jefe mayor el Coronel Victorino Garrido. Además del norte, las fuerzas del gobierno como la de

25 Vicuña Mackenna, Benjamín. Op.cit. 26 Pacheco, Tirado, Susana. El sitio de La Serena. Trincheras abandonadas, más no vencidas. En el Sitio de La Serena y la Revolución de los libres. A las glorias del Pueblo de Atacama y Coquimbo 1851. Volantines ediciones. La Serena. Colección SPPMG N°2, 2013.

Page 102: RNH N° 2, 2014 completa

102

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 83-109 Issn: 0719-4587

Copiapó deciden marchar hacia la Serena. La amenaza de superioridad numérica y equipamiento fue conocida a través de una carta que envió Garrido al “Consejo del Pueblo”, la cual fue respondida por el intendente Carrera Fontecilla:

“Intendencia de la provincia de Coquimbo”

Serena, octubre 30 de 1851.

“Con  fecha acabo de  recibir una nota de U.  en que intima rendición a esta plaza, ofreciendo la clemencia del gobierno a  los que hayan  tomado parte o armas para  sostener  el  movimiento  revolucionario  de  este pueblo, efectuado el 7 de setiembre.

Si  el  señor  Comandante  tiene  sentimientos  de patriotismo i humanidad; sino quisiera ver regado este suelo con sangre; si su deseo es que descuellen en él la industria i el comercio, puedo asegurarle que nunca he pensado de otro modo desde que se me hizo la honra por el pueblo de depositar en mí su confianza”. 

Dios guarde a U.

José Miguel Carrera

Al Comandante de la vanguardia de la división del norte”. (Vicuña Mackenna, 1864: pp. 12-13)27

A finales del mes de octubre, comienza el asedio. Pero el bombardeo se inició al amanecer del 7 de noviembre, desde tierra y desde mar,

27 Vicuña Mackenna, Benjamín. Op.cit.

Page 103: RNH N° 2, 2014 completa

103

Nicolás Cabrera. Génesis del Mutualismo Serenense: La Sociedad de la Igualdad de La Serena y la Rebelión Aristocrática Popular de 1851.

participando la artillería de Vidaurre y de un barco británico. Así desde esta fecha hasta el 31 de diciembre- fecha de entrada de los gobernistas a La Serena, hubo cientos de escaramuzas con episodios heroicos y curiosos. Rivalizaron los igualitarios jóvenes con los mineros en golpes de audacia. Sin embargo, todo el entusiasmo serenense no pudo resistir el peso de la coalición Gobierno-Inglaterra. (Iturriaga, 1973: pp. 67-68)28.

Para finalizar, basándose en lo mencionado, la disyuntivas en la conducción de la rebelión y la escasez de armamento era un hecho, las problemáticas internas al interior de los igualitarios entre Carrera y Arteaga eran evidentes, y eso facilitó que las fuerzas aliadas del gobierno con ayuda de los ingleses, en imponen en el sitio serenense poniendo fin a la insurrección armada en la nortina ciudad.

La experiencia igualitaria de 1851 en La Serena, pese a establecer un gobierno pluripartidista en un comienzo, donde se repartieron el mando en forma equitativa –el intendente Carrera y de jefe militar Arteaga y Pablo Muñoz, no tuvo coordinación y coordinación de criterios en la conducción de la rebelión armada, predominaron los elementos políticos militares que causan la derrota, debido a la escasez de armamento e inferioridad numérica, además del profesionalismo del ejercito oficialista que superaba al improvisado ejército rebelde cívico. Este conjunto de factores hacen generar el declive de la denominada Rebelión Aristocrática Popular.

Por último, en este contexto histórico de 1851, La Serena vive estos sucesos revolucionarios de forma distinta, debido a que tiene elementos propiamente locales, y aquí radica la importancia histórica que tiene este suceso en la región, ya que, nos brinda revalorar la participación de innumerables actores sociales que olvidados por las letras de la historia oficial tradicionalista, deben ser reivindicados por la historicidad social 28 Iturriaga Jiménez, Ruth. Op.cit.

Page 104: RNH N° 2, 2014 completa

104

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 83-109 Issn: 0719-4587

parte del patrimonio cultural local.

La Sociedad de La Igualdad y La Sociedad de Artesanos: El Surgimiento del Mutualismo.

No podemos minimizar el impacto socio-político que tuvo la Sociedad de la Igualdad en la Rebelión aristocrática popular de 1851 en la Serena, debido a la continuidad que tuvo el mutualismo en las proyecciones históricas de los trabajadores urbanos cuando fundan la Sociedad de Artesanos de Socorros Mutuos en 1862; obra de un grupo de entusiastas ciudadanos que la realizaron con ánimo varonil i jeneroso entusiasmo. Esta institución llevaba entonces el nombre de <<caja económica>> teniendo por objeto la protección mutua de sus asociados. Bien pronto un centenar de artesanos engrosaron sus filas dispuestos todos a prestar a la comunidad el continjente de sus luces, dinero i servicios de todo especie. La idea que tuvieron los fundadores de esta benéfica institución fue el <<el socorro mutuo>> es decir, proteger con diario médico i botica a los compañeros que, no teniendo recursos como atender a sus necesidades i a las de sus familias, los solicitan de la Sociedad. Esta, cual madre cariñosa i solicita, se impone de esas necesidades i en el momento acuerda lo necesario para ese hermano necesitado.29 En otras palabras, los estatutos fundacionales de la Sociedad de Artesanos, plantea que el mutualismo, es el eje articulador de organización entre sus asociados y que tuvo su génesis en el transcurso de la rebelión aristocrática popular de 185130.29 Breve Reseña de La Sociedad de Artesanos de La Serena, Imprenta de El Coquimbo, La Serena, 1888, p.130 Lo abordado concuerda bastante con lo planteado por Miguel Fuentes, donde sostiene que la educación popular elemento socio-cultural surgido en la Sociedad de la Igualdad de 1851, es el impulso motivador de la fundación de la Sociedad de Artesanos de La

Page 105: RNH N° 2, 2014 completa

105

Nicolás Cabrera. Génesis del Mutualismo Serenense: La Sociedad de la Igualdad de La Serena y la Rebelión Aristocrática Popular de 1851.

De esta manera, nos referimos a mutualismo, como la asociación de varias personas para procurarse beneficios en común, y si lo contextualizamos a lo económico-social, es una asociación con finalidades benéficas y en la que impera la reciprocidad en los miembros que la integran. Es la mutualidad la que asocia amigablemente a los individuos con la finalidad de que puedan procurarse por medio de un compromiso común y una acción recíproca, todos los beneficios que resultan de la combinación del ahorro y la asociación (Cerda y Richart, 1943: p. 59)31.

Este elemento societario fue el eje articulador de la vida asociativa y colectiva que tuvo la Sociedad de Artesanos, que contó con el apoyo de una diversidad de trabajadores que pasaban a ser socios de la asociación; pese que estaba compuesta en su mayoría por artesanos, sus estatutos señalan, “la sociedad se compone esencialmente de artesanos, es decir, de individuos que trabajen en algún arte u oficio o que dirijan obras de construcción, fábricas, talleres, tiendas, casa de labor, etc.”32 No obstante, permitió el ingreso de otros individuos, que podrán también formar parte de la Sociedad, personas que no ejerciendo un arte u oficio fueren propuestas i admitidas”, en otras palabras la Sociedad de Artesanos tuvo una base plurisocial teniendo sus puertas abiertas al resto de los sectores laboriosos de la ciudad nortina.

Así en 1862, se concreta la proyección histórica del artesanado en la fundación de la Sociedad de Artesanos de Socorros Mutuos, definida como un sistema de organización y vinculación societaria autónoma

Serena, no obstante, se plantea que la educación popular proyectada en la fundación de escuelas nocturnas, es parte del Mutualismo, elemento articulador de la organización, coordinación y vida asociativa de no solo los artesanos de la ciudad sino que abrió sus puertas al resto de trabajadores de la ciudad.31 Cerda y Richart, Baldomero. Historia y Doctrina del Mutualismo. Bosh, Casa Editorial, Barcelona, España, 1943.32 Breve Reseña… Op.cit.

Page 106: RNH N° 2, 2014 completa

106

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 83-109 Issn: 0719-4587

de la clase artesana y obrera en función de la subsistencia material de sus miembros entre sí. (Illanes: p.293)33 y además había otra función de vital importancia, la instrucción educacional que en forma permanente se habían ocupado de elevar el nivel moral de sus miembros y sostener escuelas gratuitas para el pueblo.”(Cavieres: p. 41)34. Por tanto, dicha institución que durante gran parte del siglo XIX fue puntal del quehacer local en La Serena; su sociabilidad y vínculo con la comunidad hacen de esta institución un punto central a la hora de internarse en el estudio del siglo XX serenense, por cuanto en dicha estructura de poder se fueron dando procesos de aprendizaje político que dieron cuenta de reivindicaciones sociales tanto del mundo artesanal como de la emergente clase media. Con ello, este lugar, la Sociedad de Artesanos se transformó en el centro socio-cultural del mundo popular serenense durante el siglo XIX.

Para finalizar podemos señalar que la acción popular del artesanado serenense fundada por la Sociedad de la Igualdad tuvo un fuerte impacto en la rebelión aristocrática popular de 1851 debido a la orden de disolución del oficialismo por parte del intendente Melgarejo, transformó a la Sociedad de la Igualdad en opositora al gobierno obligando a sus asociados a protestar y hacer de forma pública su descontento social. En segundo lugar, la llegada de jóvenes intelectuales santiaguinos como Vicuña Mackenna, Carrera Fontecilla y Pablo Muñoz, este último siendo promotor y nexo entre la Sociedad de la Igualdad con el ala liberal la cual se funda en la club revolucionario con la finalidad de preparar la sublevación en contra del gobierno de Manuel Montt y apoyando al General José María de la Cruz. Pero durante el desarrollo

33 Illanes, María Angélica. Op.cit. 34 Cavieres, Eduardo. “grupos intermedios e integración social: La Sociedad de Artesanos de Valparaíso a comienzos del siglo XIX. Cuadernos de historia 56, departamento de Ciencias Históricas. Universidad de Chile.

Page 107: RNH N° 2, 2014 completa

107

Nicolás Cabrera. Génesis del Mutualismo Serenense: La Sociedad de la Igualdad de La Serena y la Rebelión Aristocrática Popular de 1851.

de conflictividad política que se vivió en la zona, los ideales igualitarios populares entraron en pugna con las ideas partidistas liberales debido a las contradicciones militares entre sus líderes (Arteaga y Carrera) que no apuntaban a los intereses de los igualitarios y provocan la derrota a fines de ese mismo año. Y por último, aunque su existencia fue efímera, la Sociedad de la Igualdad Serenense logró cosechar los cimientos del mutualismo, expresado en la Sociedad de Artesanos de La Serena donde muchos de los igualitarios de 1851 fueron parte fundamental en sus primeros años como Pablo Muñoz, entre otros artesanos que forman parte de la filial; siendo este espacio societario promotor de la educación popular en la fundación de la escuela nocturna y la creación de una caja de ahorros para el socorro mutuo, agregando otros proyectos societarios (creación de biblioteca, ayuda económica a viudas, compra de sepulturas y construcción de mausoleos), demandas que habían surgido en 1851 y que son parte del vida asociativa de esta asociación que mantiene su funcionalidad hasta la actualidad.

Page 108: RNH N° 2, 2014 completa

108

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 83-109 Issn: 0719-4587

BIBLIOGRAFÍA

Breve Reseña de La Sociedad de Artesanos de La Serena, Imprenta de El Coquimbo, La Serena, 1888

Boletín de noticias. Imprenta de la Reforma, A Serena: Octubre-Noviembre y Diciembre de 1851.

Cavieres, Eduardo. “grupos intermedios e integración social: La Sociedad de Artesanos de Valparaíso a comienzos del siglo XIX. Cuadernos de historia 56, departamento de Ciencias Históricas. Universidad de Chile.

Cerda y Richart, Baldomero. Historia y Doctrina del Mutualismo. Bosh. Casa Editorial, Barcelona, España, 1943.

Fuentes Cortés, Miguel. Educación Popular en la Sociedad de Artesanos de La Serena: Escuela Nocturna 1874-1884. Revista Universum, N°24, Vol. 1, 2009, Universidad de Talca, Chile.

Garcés, Mario. Crisis Social y Motines Populares en el 1900. Editorial LOM, Santiago, 2003.

Hobsbawm, Eric. La Era de la Revolución 1989-1848. Editorial Critica 3° edición, Barcelona, España, 2012.

Iturriaga Jiménez, Ruth. La Comuna y el Sitio de La Serena en 1851. Editorial Quimantu, Santiago 1973.

Illanes, María Angélica. Chile Des-centrado. Formación socio-cultural republicana y transición capitalista (1810- 1910). La Revolución Solidaria. Las Sociedades de Socorros Mutuos de artesanos y obreros: Un proyecto Popular Democratizador (1840-1900), Editorial LOM, Santiago, Chile, 2003.

Page 109: RNH N° 2, 2014 completa

109

Nicolás Cabrera. Génesis del Mutualismo Serenense: La Sociedad de la Igualdad de La Serena y la Rebelión Aristocrática Popular de 1851.

Malebran Olivares, Luis. Pablo Muñoz Godoy y la Sociedad de la Igualdad. En Revolución Constituyente 1859-2009. Tributo a Pedro Pablo Muñoz Godoy, Comandante de los Igualitarios: Edición y notas Volantines, La Serena, 2010.

Marcial González, “Situación económica”, Revista de Santiago I, 1848.

Pacheco, Tirado, Susana. El sitio de La Serena. Trincheras abandonadas, más no vencidas. En el Sitio de La Serena y la Revolución de los libres. A las glorias del Pueblo de Atacama y Coquimbo 1851. Volantines ediciones. La Serena. Colección SPPMG N°2, 2013.

Romero, Luis Alberto. ¿Qué hacer con los pobres? Elites y Sectores Populares en Santiago de Chile 1840-1895. Ariadna ediciones, Santiago, 2007.

Vicuña Mackenna, Benjamín. Historia de diez años de la Administración Montt, Imprenta Chilena, Santiago, 1864.

Page 110: RNH N° 2, 2014 completa
Page 111: RNH N° 2, 2014 completa

Cooperativa de Estudios Históricos y Ciencias Sociales, Cehycso.Revista Norte Histórico.N° 2, 2014: 111-140Issn: 0719-4587

¡JALLALLA BARTOLINA SISA! ETNIA Y GÉNERO EN LA FEDERACIÓN DEPARTAMENTAL DE MUJERES CAMPESINAS INDIGENAS ORIGINARIAS

DE LA PAZ - BARTOLINA SISA, BOLIVIA, 1980-2010

JALLALLA BARTOLINA SISA! ETHNICITY AND GENDER IN THE DIVISION INDIGENOUS WOMEN FARMERS FEDERATION OF ORIGINATING IN LA PAZ -

BARTOLINA SISA, BOLIVIA, 1980-2010

Nadia Padilla Poveda1

Recibido: Octubre de 2014

Aceptado: Diciembre de 2014

RESUMEN

A partir del año 2000, los movimientos campesinos-indígenas de Bolivia se transformaron en una contra-hegemonía, instalando principios alternativos en torno a las concepciones tradicionales de lo político y lo económico. Será a partir de este actor social desde donde surgieron las voces que cuestionaron la democracia existente, las formas de estructurar la sociedad, el modelo económico imperante y, la propia construcción del Estado. Dado lo anterior, en el presente artículo nos centraremos en uno de estos actores: la Federación Departamental de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de La Paz – Bartolina Sisa. En ese sentido, me propongo dilucidar el

1 Universidad de Santiago de Chile, Santiago de Chile, [email protected]

Page 112: RNH N° 2, 2014 completa

112

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 111-140 Issn: 0719-4587

papel que juega la identidad de etnia y de género en la praxis de estas mujeres a lo largo de su existencia (1980 y 2010), pues si bien la bibliografía existente en torno a las organizaciones campesinas-indígenas es abundante, al centramos en las organizaciones de mujeres el panorama se vuelve más incierto. El caso de las bartolinas es fundamental: creada prácticamente a la par de la Central Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), se constituye en una de las organizaciones de mujeres campesinas-indígenas más grandes de Bolivia, contando en la actualidad con tres senadoras y cuatro diputadas dentro del gobierno.

Palabras claves: identidad de género, identidad étnica, movimientos campesinos-indígenas, mujeres, Bolivia.

ABSTRACT

Since the year 2000, peasant indigenous movements became a counter hegemony, installing alternative principles around the traditional concepts of politics and economy.  From within this social actor, emerged the voices that questioned the existing democracy, the structures of society, the dominant economical model, and the construction of the State. Considering this, in this article we will focus in one of these actors: the  Federación Departamental de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de La Paz – Bartolina Sisa. In this respect, I pretend to elucidate the part of ethnic and gender identity in the praxis of these woman throughout this organization›s existence (1980-2010), because even though existing bibliography about peasant indigenous organizations is abundant, when we focus in women›s organizations, the outlook becomes much more uncertain. The case of the  bartolinas  is fundamental: created practically at the same time as the Central Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), it becomes one of the biggest  peasant indigenous

Page 113: RNH N° 2, 2014 completa

113

Nadia Padilla. ¡Jallalla Bartolina Sisa! Etnia y género en la Federación Departamental de Mujeres Campesinas Indigenas Originarias de La Paz - Bartolina Sisa, Bolivia, 1980-2010

women’s organizations in Bolivia, counting along its lines three current senators, and for congresswomen inside the government.

Keywords: gender identity, ethnic identity, peasant indigenous movements, women, Bolivia

INTRODUCCIÓN

En enero de 1980 se desarrolló el Primer Congreso Nacional de Mujeres Campesinas, instancia que dio lugar a la creación de la Federación de Mujeres Campesinas de Bolivia- Bartolina Sisa. Al Primer Congreso de Mujeres Campesinas asistieron los máximos líderes de las organizaciones sindicales de Bolivia, entre ellos Juan Lechín, Secretario General de la Central Obrera Boliviana (COB), y Genaro Flores, dirigente de la Central Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB). En el discurso de clausura Flores dio posesión al Primer Comité, el cual quedó encabezado por la Secretaria Ejecutiva: Lucila Mejía. De esta manera y siguiendo las palabras de Esteban Ticona, “La CSUTCB fue la primera organización sindical que decidió crear una rama femenina […] Por ese camino resultó ser también la primera- y prácticamente única- organización femenina dentro de la COB”2. La Federación Departamental de La Paz –en tanto- se funda el 22 de septiembre de 1982, dos años después de la entidad nacional.

Sin embargo, y aún cuando la CSUTCB potenció la creación de la organización femenina, no es posible hablar de una relación armoniosa ni de autonomía concreta entre ambas instancias. Junto con ello, las diferencias basadas en el género harán que muchas veces las demandas ligadas a los problemas específicos de las mujeres sean cuestionadas por 2 Ticona, Esteban, Organización y liderazgo aymara, 1979-1996, Plural Editores, La Paz, 2000, p. 125.

Page 114: RNH N° 2, 2014 completa

114

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 111-140 Issn: 0719-4587

su corte “feminista”, quedando supeditadas a otras de mayor amplitud. Tal como sostienen Esteban Ticona y Silvia Rivera Cusicanqui, “Las reivindicaciones de “género” provocaron una ruptura parcial con la cúpula de la CSUTCB, llevando a cabo la interrogante de: ¿qué es lo que se privilegia? ¿La condición de mujer, la pertenencia a una etnia o a una clase social? Hasta el momento, la articulación de estos tres componentes no ha tenido éxito en la propia organización de mujeres y menos en la de varones”3. De esta manera entonces, el machismo, la discriminación y la reproducción de lógicas patriarcales dentro del movimiento, revelarán las tensiones del proyecto campesino-indígena de tierras altas liderado por la CSUTCB.

Dado lo anterior, partimos de la premisa de entender que la adscripción identitaria de las bartolinas está marcada por la relación entre dos fuentes de sentido principales: etnia y género, lo que responde a su autoidentificación en tanto mujeres/indígenas-originarias. Sin embargo, este proceso no ha sido permanente a lo largo del tiempo. El contexto político-social de Bolivia, así como los objetivos planteados por la organización en sus años de existencia, dan cuenta de cuándo y qué elementos son relevados por estas mujeres a la hora de sentirse partícipes de esta instancia. Junto con ello, es preciso sostener que el género en tanto sentido de pertenencia y alteridad, es una variable conflictiva dentro de este proceso, situándose principalmente como una categoría entendida bajo la lógica de la complementariedad hombre/mujer (chacha/warmi) relacionado directamente con los referentes étnicos que marcan la propia existencia de esta organización.

3 Idem. 

Page 115: RNH N° 2, 2014 completa

115

Nadia Padilla. ¡Jallalla Bartolina Sisa! Etnia y género en la Federación Departamental de Mujeres Campesinas Indigenas Originarias de La Paz - Bartolina Sisa, Bolivia, 1980-2010

Hoy me están matando pero un día volveré y seré millones. Etnia en la FDMCIOLP-BS

Al analizar la FDMCIOLP- BS, es preciso tener en cuenta una de sus raíces constitutivas, nos referimos a la dimensión étnica. Lo anterior es un rasgo común a la hora de indagar las organizaciones campesinas-indígenas que existen en Bolivia, sobre todo tras la articulación del movimiento katarista de la década de los 70. En ese sentido, podemos apreciar la reformulación de una identidad étnica, donde se evidencia un giro en torno al ser indio. Como indios nos sometieron y como indios resistiremos dictaminaba el Primer Manifiesto de Tiwanacu el año 1973, ensalzando una memoria originaria ya no con miedo o vergüenza a reconocerse como indígenas, sino reivindicando una transformación socio-cultural a partir del reconocimiento de la diferencia, ya no su negación.

Al momento de crear la organización, las mujeres de la Federación de Campesinas evocaron la figura de Bartolina Sisa incluyendo su nombre en la sigla de la nueva Federación de Mujeres. Cabe señalar que Bartolina Sisa y Tupak Katari llevaron a cabo el cerco a La Paz del año 1781, hito de la resistencia indígena frente a la colonización española que marcó la memoria colectiva de los pueblos indígenas. A partir de entonces estos líderes son reivindicados como figuras representativas de la organización y resistencia de la lucha aymara-quechua.

Es preciso comprender que así como la CSUTCB se caracterizó por un fuerte discurso étnico en sus inicios, las bartolinas siguieron esta misma línea. En relación a ello, Javier Hurtado sostiene que “Así como los campesinos tomaron el símbolo de Julián Apaza [Tupak Katari], las mujeres kataristas, que también vanguardizaron la organización de mujeres campesinas, adoptaron el nombre de Bartolina Sisa, la compañera de lucha de Julián Apaza”4. 4 Hurtado, Javier, El Katarismo, HISBOL, Bolivia, 1986, p. 102.

Page 116: RNH N° 2, 2014 completa

116

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 111-140 Issn: 0719-4587

El testimonio de Irma García – una las fundadoras de la Federación- señala que al momento de organizarse se tornó necesario realizar cursos de capacitación para informar y convocar a mujeres de las diversas provincias de La Paz. Lo anterior, significó que en el campo las señalaran como las segundas bartolinas: “Nosotras mismas decíamos, “somos libres, independientes” y hablábamos sobre todo de Bartolina Sisa y Tupaq Katari. Eso será también lo que más les gustaba escuchar. Por eso en algunas provincias ya nos consideraban como segundas bartolinas que están queriendo reiniciar la lucha contra los k´ras [blancos o mestizos]”5. En las conclusiones del Segundo Congreso, del año 1983, las bartolinas declararon:

Los aymaras, quechuas, cambas, chapacas, chiquitanos, ayoreas y tupiguaraníes y otras nacionalidades de nuestro territorio declaramos que somos los legítimos dueños de esta tierra y además somos herederos de una cultura milenaria […] Por eso reafirmamos nuestra identidad histórica, ya que la lucha que afrontamos no sólo es de reivindicaciones económicas, sino que también es cultural6.

Lo anterior, está en directa relación con los planteamientos de la CSUTCB durante estos años. Basta recordar los postulados de la Tesis Política del año 1983, donde la Confederación declara: “queremos reconquistar nuestra libertad cortada en 1492, revalorizar nuestra cultura y con personalidad propia ser sujetos y no objetos de nuestra historia […] buscamos la liberación y desarrollo de nuestras nacionalidades oprimidas […] reivindicamos nuestras identidades culturales”7. De esta manera, tanto 5 Mejía, Lucila; García, Irma; Valdivia, Marcela, Sosa, Celinda; Anti, Lidia; Alegre, Florentina; Mamani, Jacinta, Las hijas de Bartolina Sisa, HISBOL, La Paz, 1984, p. 36. 6 Íbid., pp- 67-68. 7 CSUTCB, Tesis Política. 1983.

Page 117: RNH N° 2, 2014 completa

117

Nadia Padilla. ¡Jallalla Bartolina Sisa! Etnia y género en la Federación Departamental de Mujeres Campesinas Indigenas Originarias de La Paz - Bartolina Sisa, Bolivia, 1980-2010

en la Confederación de Campesinos como en la Federación de Mujeres se expresaron las primeras demandas en torno al reconocimiento de la “cultura y costumbres” de las comunidades, así como la reivindicación de las lenguas aymara y quechua. En ese sentido, Esteban Ticona plantea que “Más allá de la recuperación simbólica de la figuras de Tupaj Katari y Bartolina Sisa, consideran que el aspecto central de su problemática es la continuidad de una situación colonial por la que una minoría social oprime”8. De allí que la lucha del campesinado-indígena sea visualizada como un nueva etapa de la resistencia del Alto Perú, frente a una situación de colonialidad que no se alteró con la llegada de la República. La influencia katarista en la Federación de Mujeres se expresó entonces, en una doble matriz: como principio de crítica a la situación colonial que experimenta la población campesina-indígena; y como expresión de la autonomía campesina-indígena, la cual se nutrió de la memoria de las luchas anticoloniales predecesoras, alejándose de cualquier referente organizativo y/o partidario que sea impuesto por otros no campesinos.

Ahora bien, en la década de los noventa la dimensión étnica del movimiento campesino-indígena se consolidó. Uno de los primeros hitos de este período fue la conmemoración del quinto centenario de la colonización española, en octubre de 1992. El día 12 se convocó a la Marcha en contra de 500 años de opresión y sometimiento colonial. De igual manera se convoca la primera Asamblea de los Pueblos Originarios, instancia que no estuvo exenta de conflictos pero que marcó el inicio de un nuevo período en el cual el reconocimiento de los derechos originarios se posicionó como una demanda transversal.

Un segundo momento de este período se dio el 1996 cuando la CSUTCB junto a las bartolinas, los indígenas del Oriente y la organización de Colonizadores, realizaron la marcha Por el Territorio, Tierra, Derechos

8 Ticona, Esteban, CSUTCB. Desafíos y trayectorias, CEDOIN, La Paz, 1996, p. 13

Page 118: RNH N° 2, 2014 completa

118

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 111-140 Issn: 0719-4587

Políticos y Desarrollo, la cual interpeló directamente a la Ley del Instituto Nacional de Reforma Agraria (Ley INRA) emanada desde el gobierno de Sánchez de Lozada, demandando “titulación de tierras y territorio; incorporación de los trabajadores a la Ley General del Trabajo y participación política sin intermediación”9. Igualmente se demanda la aprobación de una Ley INRA consensuada, y la no mercantilización de la tierra10. La respuesta estatal fue reprimir la marcha y aprobar la Ley INRA. Con ello las movilizaciones fueron visualizadas como una derrota dentro del movimiento. Sin embargo, y tal como afirma Ticona “no fue un fracaso en la toma de conciencia y en el inicio de una nueva etapa de lucha: por el territorio y los derechos políticos de los pueblos indígenas y campesinos del país”11. De esta manera, la instalación de la reivindicación originaria de tierra y territorio, hizo eco en las diversas organizaciones campesino-indígenas, tales como las bartolinas, quienes se sumaron a la petición de este derecho histórico. En su séptimo congreso, de noviembre de 1996, concluyen: “la defensa de la tierra-territorio es política, porque los pueblos campesinos e indígenas se construyen sobre esa base”12.

Otro momento que marcó la instalación del discurso étnico dentro del movimiento fue la llegada de Felipe Quispe a la dirigencia de la CSUTCB el año 1998. Su tendencia indianista se expresó no sólo en la reinstalación del discurso étnico al interior de la organización, sino en la propuesta de mayor autonomía en el seno de la organización matriz del campesinado-indígena. En adelante, “con la nueva gestión en la dirección de la CSTUCB, a cargo de la corriente indianista de Quispe, portador de un liderazgo étnico más sólido, los bloqueos ocuparán el papel privilegiado 9 La razón, 28 de agosto de 1996. 10 García Linera, Álvaro, (coordinador), Chávez León, Marxa; Costas Monje, Patricia, Sociología  de  los  movimientos  sociales  en  Bolivia.  Estructuras  de  movilización, repertorios culturales y acción política, Plural Editores, La Paz, 2010, p. 120. 11 Ticona, Esteban, CSUTCB, Trayectorias y desafíos, ob. cit., p. 36. 12 Chávez, Linera, Costa, ob.cit., p. 150.

Page 119: RNH N° 2, 2014 completa

119

Nadia Padilla. ¡Jallalla Bartolina Sisa! Etnia y género en la Federación Departamental de Mujeres Campesinas Indigenas Originarias de La Paz - Bartolina Sisa, Bolivia, 1980-2010

en el repertorio de la movilización indígena”13.

Otra propuesta que surgió durante este período y tras la realización de la Asamblea, fue la creación de un instrumento político autónomo que representara al campesinado-indígena sin la injerencia de los partidos políticos tradicionales. Para las bartolinas de La Paz- quienes formaron parte de las organizaciones fundadoras del Instrumento- la creación de éste se hizo necesaria en tanto herramienta autónoma de los indígenas-originarios. Junto con ello, se enfatizó la determinación de que en tanto instrumento, debía responder siempre a los intereses y objetivos de las organizaciones sociales. Bertha Blanco, quien participó en la creación del instrumento político como delegada de las bartolinas relata lo siguiente:

Hemos dicho, vamos a coger la misma herramienta que tienen los partidos para poder alcanzar lo que nosotros tanto hemos luchado, por tierra y territorio. Y es por eso que hemos hecho el primer congreso de instrumento político, uniéndonos tres organizaciones: la CSUTCB, Bartolina y los Colonizadores que ahora son Comunidades Interculturales. Entonces las tres organizaciones hemos decidido luchar por el derecho al territorio, por el derecho a los recursos naturales y por el derecho a la dignidad de los pueblos indígenas14.

Hacia el año 1999 el instrumento político Movimiento al Socialismo- Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSPS) adquirió la personalidad jurídica necesaria para levantar candidaturas a cargos de gobierno. De esta manera entonces, el instrumento político se propugnó como el único medio para evitar el clientelismo partidista y la alternancia de los grandes grupos políticos en el poder. Sin embargo, y 13 Ibíd, p. 152. 14 Blanco, Bertha, entrevista personal por Nadia Padilla, La Paz, julio de 2014.

Page 120: RNH N° 2, 2014 completa

120

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 111-140 Issn: 0719-4587

tal como se demostró años más tarde en las movilizaciones de El Alto-La Paz, la vía institucional es sólo un aspecto de la lucha, los bloqueos de caminos, las huelgas, y las marchas de convocatoria no desaparecieron. Lo anterior es un elemento fundamental a la hora de analizar los cambios que ha sufrido la sociedad boliviana en los últimos años, pues la emergencia de los movimientos campesinos-indígenas y su actuación en las calles, va de la mano de la instalación de sus demandas en el aparato estatal mediante instancias políticas que no derivarán de los partidos políticos ya existentes.

Bajo este contexto se llevaron a cabo las movilizaciones de la década del 2000, que tuvo como principales hitos las denominadas guerras del agua (2000) y del gas (2003), las que derivaron en la renuncia de Gonzalo Sánchez de Lozada y Carlos Mesa, y en el posicionamiento del campesinado-indígena como un actor central dentro de este ciclo de movilizaciones. De esta manera, la presión campesina se expresó no sólo a través del bloqueo de caminos en las zonas rurales, sino también en el desabastecimiento de los principales mercados de las ciudades de El Alto y La Paz. Para Félix Patzi, “[…] el bloqueo desnudó ante la sociedad nacional y la comunidad internacional el papel de la pequeña reproducción rural en la economía nacional y la dependencia de las ciudades de la economía del campo”15. La importancia del campesinado-indígena en la economía nacional se hacía evidente.

Por otra parte, del lado de las mujeres agrupadas en la Federación, podemos mencionar como un hecho notable la introducción de la categoría indígena-originaria a la sigla oficial de las bartolinas (recordemos que surgió como Federación de Mujeres Campesinas) el año 2008,

15 Hylton, Forrest; Patzi, Félix; Serulnikov, Sergio, Thomson, Sinclair, Ya  es  otro tiempo  el  presente  Cuatro  momentos  de  insurgencia  indígena, Muela del diablo Editores, Bolivia, 2003, p. 218.

Page 121: RNH N° 2, 2014 completa

121

Nadia Padilla. ¡Jallalla Bartolina Sisa! Etnia y género en la Federación Departamental de Mujeres Campesinas Indigenas Originarias de La Paz - Bartolina Sisa, Bolivia, 1980-2010

“(...) la ejecutiva Nacional, Leonida Zurita luego de considerar las expresiones del Congreso, ratifica la decisión de cambiar el nombre, de ahora en adelante las mujeres indígenas, campesinas originarias del país serán reconocidas por la siguiente denominación: “CONFEDERACION NACIONAL DE MUJERES CAMPESINAS, INDÍGENAS Y ORIGINARIAS DE BOLIVIA “BARTOLINA SISA” CNMCIOB-BS”16

Consideramos que lo anterior no fue un cambio meramente nominativo, sino un correlato de la instalación de demandas y propuestas marcadas por las referencias étnicas. Junto con ello, la introducción de la variable indígena-originaria al problema del campesinado denota –además- la identificación con una categoría que agrupa a diversos grupos étnicos dentro de un entramado social que logra unificar la vivencia de exclusión bajo una experiencia común. El hecho de nombrarse y definirse como indígenas- originarias en contraposición a aquellos que no formarían parte de su pueblo y de su cultura, se constituye como un elemento crucial a la hora de analizar la identidad étnica de estas mujeres. La departamental de La Paz es sólo una de las 9 federaciones adheridas a la Federación Nacional, lo que evidencia que se definen como parte de una misma organización a partir de su condición de indígenas- originarias. Bertha Blanco explica que la organización lucha por: “toda mujer indígena que tiene raíz o quechua o aymara o cualquier pueblo indígena. En Bolivia somos 36 [pueblos originarios] incluidas las hermanas del afro, son descendientes de África”17.

Por otro lado, es preciso tener en consideración que el contacto de las bartolinas con la ciudad - en este caso La Paz/El Alto- se ha constituido como el principal indicador de las fronteras que ellas establecen entre la 16 CNMCIOB-BS, Plan Estratégico de Desarrollo. 2006-2010, La Paz, 2006.17 Blanco, Bertha, entrevista personal por Nadia Padilla, La Paz, julio de 2014.

Page 122: RNH N° 2, 2014 completa

122

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 111-140 Issn: 0719-4587

vivencia indígena-originaria y la urbe. Lo anterior es fundamental pues si bien la mayoría de estas mujeres proviene de comunidades de las diversas provincias paceñas, la migración hacia las ciudades en búsqueda de mercados para la venta de sus productos, y de oportunidades laborales, tanto para ellas como para sus hijos, se constituyó en una de las estrategias de subsistencia de los campesinos-indígenas (tal como quedó expuesto en el primer capítulo). En relación a este aspecto, Silvia Rivera Cusicanqui señala que “Ser mujer, indígena (o chola, birchola) y además pobre es entonces un triple estigma que inhabilita a un creciente número de gente para acceder a su estatus digno de persona humana”18.

Bajo esta perspectiva, podemos comprender cómo se va gestando la idea misma del sujeto campesino-indígena, que ha sido designado bajo diversas categorías a lo largo de la historia. Como indios frente a los españoles, como campesinos o ciudadanos bajo la república, como campesinos indígenas-originarios a partir de ellos. Tal como afirma Albó,

“(...) estas identificaciones […] son ante todo las maneras con que los “otros” caracterizan a los aymaras. Por eso los propios aymaras aumentan o enfatizan su conciencia de que son aymaras, indios y campesinos precisamente cuando aumentan las situaciones de contacto con “otros” que se refieren a ellos con esos términos”19.

Designadas como las mujeres de pollera, las cholas, ellas tuvieron que abrirse un espacio poco a poco. La exclusión se manifestaba en distintos 18 Rivera Cusicanqui, Silvia (comp.), Ser mujer indígena, chola o birchola en la Boli-via postcolonial de los años 90, Ministerio de Desarrollo Humano, Secretaría Nacional de Asunto Étnicos, de Género y Generacionales, Subsecretaría de Asuntos de Género, La Paz, 1996, pp. 22-23.19 Albó, Xavier, ¿Quiénes somos?, CIPCA (Centro de Investigación y Promoción del Campesinado), Instituto Indigenista Interamericano, La Paz y México, 198,p. 484.

Page 123: RNH N° 2, 2014 completa

123

Nadia Padilla. ¡Jallalla Bartolina Sisa! Etnia y género en la Federación Departamental de Mujeres Campesinas Indigenas Originarias de La Paz - Bartolina Sisa, Bolivia, 1980-2010

niveles, por parte de las elites gobernantes, pero también de la sociedad en su conjunto. Muchas mujeres cambiaron la pollera por el vestido, la vestimenta tradicional era motivo de discriminación. En otros casos fueron las mismas madres quienes dejaron de vestir a sus hijas con el ropaje tradicional, pues no querían que las prácticas discriminatorias se reprodujeran en las nuevas generaciones. Siguiendo la propuesta de Rivera Cusicanqui, podemos apreciar que estas marcas de negación se constituyen en sí mismas como elementos forjadores de una identidad étnica, cuya base ideológica proviene de la realidad misma, de la expresión directa de las desigualdades sociales, de las contradicciones de la sociedad moderna, y del intento por asimilarse al nuevo contexto. En relación a este aspecto, la autora señala que

“En sociedades postcoloniales como la boliviana, el proceso de despojo étnico o de culturación impuesta (y autoimpuesta) ha creado situaciones de autonegación, que constituyen en sí mismas, marcas de etnicidad, pero que también evocan la aspiración a una identidad ajena”20.

Finalmente, cabe mencionar que la llegada de Evo Morales a la presidencia de Bolivia el año 2006, se marcará como un momento fundamental en este proceso de reafirmación étnica, en tanto expresa la llegada del primer presidente de origen indígena al epicentro del poder q’ra. Para las bartolinas, el proceso de cambio propugnado por el nuevo gobierno se constituirá como un objetivo a largo plazo, y desde un principio manifestaron su apoyo al hermano presidente. Tal como sostiene Julia Yana: “primera vez también ha asumido el presidente de Bolivia, nunca, siempre hemos sido los indígenas, los pueblos originarios nunca hemos pisado la presidencia, nunca, no nos dejaban los presidentes de turno”21.20 Rivera Cusicanqui, Silvia, Ser chola….ob. cit., p. 18. 21 Yana, Julia, entrevista personal por Nadia Padilla

Page 124: RNH N° 2, 2014 completa

124

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 111-140 Issn: 0719-4587

Por lo anterior, resulta necesario señalar que las reivindicaciones culturales ocuparán un lugar central en la formulación de demandas dentro de la Federación de Mujeres durante este período. En un congreso que tuvo lugar en Santa Cruz en noviembre de 2008, se destaca: “Hay que luchar por mantener viva nuestra cultura, nuestro idioma, nuestras costumbres, ahora que están constitucionalizadas”22.

El discurso y accionar de las bartolinas paceñas estará fuertemente permeado por el reconocimiento de la existencia de una diferencia, por el énfasis de aquellos elementos étnicos y territoriales que las hacen sentirse parte de una experiencia común. La reivindicación étnica se constituirá como motor de demandas pero también como elemento de cohesión interna. Bajo esta perspectiva, podemos comprender que se generó “[…] una eclosión de una nueva conciencia étnica positivamente valorada: de una clara afirmación cultural e identitaria de los grupos culturalmente diferenciados a los que se había pretendido hacer renunciar a sí mismos”23. En su Plan Estratégico 2009-2015, las bartolinas declaran: “Luchar por el respeto a nuestra identidad, unidad y equidad poniendo en práctica nuestros valores culturales, sociales económicos y políticos”24.

La lucha nos une. El género nos divide.

Tal como se mencionó anteriormente, junto a la organización de campesinos CSUTCB- Tupac Katari, se crea la Federación de Mujeres

22 FNMB, Memorias del Congreso Orgánico de Santa Cruz, 29 y 30 de noviembre de 2008.23 Bartolomé, Miguel Alberto, Gente de costumbre y gente de razón: las identidades étnicas de México, Siglo Veintiuno Editores, México, 2004, p. 32. 24 Plan Estratégico Departamental, ob. cit.

Page 125: RNH N° 2, 2014 completa

125

Nadia Padilla. ¡Jallalla Bartolina Sisa! Etnia y género en la Federación Departamental de Mujeres Campesinas Indigenas Originarias de La Paz - Bartolina Sisa, Bolivia, 1980-2010

Campesinas- Bartolina Sisa como rama femenina del movimiento. En relación a ello, Cecilia Salazar plantea que la existencia de las bartolinas “[…] recuperaba la supuesta complementariedad genérica de la que fueran protagonistas Tupak Katari y Bartolina Sisa en los movimientos indígenas del siglo XVIII”25. En ese sentido, podemos comprender que la complementariedad hombre/mujer como paradigma de la cultura indígena-aymara será reivindicada a través de la figura de estos líderes indígenas, arguyendo la necesidad de la unión de hombres y mujeres en la lucha.

Para las bartolinas, y también para los campesinos de la CSUTCB, la pareja que comandó el cerco a La Paz en 1781, es símbolo de la unión que debe existir entre hombres y mujeres, de esa unión que habría existido en años pasados pero que fue desestructurada por la colonización española. En relación a este aspecto, Silvia Rivera Cusicanqui afirma que “El sistema de género en las sociedades andinas -al menos tal como se ha documentado y reconstruido en la experiencia etnográfica y etnohistórica-, exhibe un equilibrio dinámico y contencioso, orientado normativamente por la pareja andina”26. La pareja Sisa/Katari se constituirá, entonces, como la expresión viviente del chacha/warmi, paradigma andino que plantea la dualidad/complementariedad existente entre hombres y mujeres.

Sin embargo, durante sus primeros años de existencia, los debates en torno al carácter de la organización, al rol de las mujeres y a la posición de Federación frente a la CSUTCB, serán un tema conflictivo dentro del movimiento. Por ello, y además del reconocimiento de aquella vivencia

25 Salazar de la Torre, Cecilia; Van Broekhoven, Lia, Movimiento de mujeres en Bolivia: La Federación Nacional de Mujeres Campesinas “Bartolina Sisa” y Los Clubes de Centros de Madres, Ediciones W, La Paz, 1998, p. 16. 26 Silvia Rivera Cusicanqui, “La noción de “derecho” o las paradojas de la modernidad postcolonial: indígenas y mujeres en Bolivia”, Aportes  Andinos  N°11, Universidad Andina Simón Bolívar, Ecuador, Octubre 2004, p. 2.

Page 126: RNH N° 2, 2014 completa

126

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 111-140 Issn: 0719-4587

marcada por la exclusión hacia la población campesina-indígena, las bartolinas se posicionarán también como portadoras de un discurso que denuncia – tímidamente- las desigualdades existentes entre hombres y mujeres, aún cuando en la práctica, esto no se traduzca en propuestas concretas. En un relato de las bartolinas, sobre la situación de la mujer campesina-indígena hacia 1978, se denuncia:

En el campo, la más sacrificada es la mujer, porque trabaja mucho. Trabaja en la casa, atiende al marido, a la wawa, teje la ropa de la familia, cuida el ganado, ayuda a sembrar y cosechar. […] La campesina está también marginada de la educación […] Cuando las mujeres tratan de organizarse, preguntan primero al esposo; la mujer no toma una decisión por sí sola. Pero ya ha llegado la hora de que las mujeres pensemos por nosotras mismas y formemos nuestras propias organizaciones27

En relación a la creación de una instancia femenina en La Paz, las bartolinas señalan que era necesario constituir un espacio para que las mujeres campesinas-indígenas pudieran organizarse y afrontar sus problemas. En ese sentido, reconocen que si bien la participación de las mujeres en los diversos conflictos políticos y sociales en Bolivia, relacionados con el movimiento indígena-campesino había sido una constante, esto no se tradujo en el reconocimiento de éstas como agentes de cambio, como sujetos activos dentro del movimiento. Por ello, surge la necesidad de aunar fuerzas y forjar un proyecto común, cohesionando la experiencia de estas mujeres bajo una organización. Sin embargo, salir del hogar marcará sólo el inicio de un largo camino de aprendizajes en torno a las problemáticas femeninas. Al organizarse a la

27 Mejía, Lucila et. al, Las hijas de Bartolina Sisa, ob. cit., p. 10.

Page 127: RNH N° 2, 2014 completa

127

Nadia Padilla. ¡Jallalla Bartolina Sisa! Etnia y género en la Federación Departamental de Mujeres Campesinas Indigenas Originarias de La Paz - Bartolina Sisa, Bolivia, 1980-2010

par de los campesinos-indígenas de la CSUTCB, las bartolinas debieron enfrentar las mismas barreras que marcaron su vida doméstica, lo que se tradujo principalmente en la reproducción de lógicas patriarcales y de subordinación en el seno del movimiento.

En la década de los ochenta, las fundadoras comenzaron a debatir en torno al carácter de la Federación de Mujeres y su posición frente a la CSUTCB, lo que se tradujo en el enfrentamiento de dos corrientes dentro de la organización: una, propugnaba la creación de una instancia femenina que trabajara de manera autónoma; la otra, postulaba una organización de mujeres que trabajara de manera conjunta a la Confederación de varones. El testimonio de Lidia Anti da cuenta de las posiciones al interior de la Federación: “La compañera Lucila [Mejía] empezó a decir que la Federación de Mujeres no tendrá que seguir afiliada a la Confederación (CSUTCB) sino […] debería afiliarse directamente a la COB. Yo decía si nos afiliáramos directamente a la COB ya no podríamos coordinar con los compañeros campesinos y terminaríamos luchando contra ellos”28.

El testimonio de Lidia Anti, hace referencia a las posturas levantadas por Lucila Mejía quien en el contexto del Segundo Congreso de la CSUTCB, realizado el año 1983 señalo:

En este congreso hemos participado las mujeres a nivel de cocina y a nivel de comisiones […] en charlas informales hemos hablado que las mujeres no deberíamos ocupar sólo las carteras de Vinculación Femenina sino también otros cargos al igual que los hombres […]En ese momento una se da cuenta que la mujer esta no más relegada a segundo plano. Sin embargo en la resistencia la mujer ha jugado un papel bien importante, pero llega la democracia y las mujeres

28 Ibíd., p. 46.

Page 128: RNH N° 2, 2014 completa

128

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 111-140 Issn: 0719-4587

otra vez quedan en la retaguardia. Para el próximo congreso nos hemos propuesto luchar para poder integrar otras carteras29

Lo anterior, es un rasgo distintivo en la relación entre las bartolinas y sus compañeros. Si bien en los documentos de los congresos de la CSUTCB realizados durante este período se evidencia la participación de las mujeres en diversas comisiones (económica, derechos humanos, social y cultural, entre otras), los cargos permanentes estarán siempre en manos masculinas. Junto con ello, se constituyeron dos carteras de Vinculación Femenina, a cargo de las bartolinas, las que tienen como objetivo coordinar la organización con la CSUTCB, sin articularse como una instancia donde las mujeres puedan plantear sus demandas específicas dentro del movimiento.

De esta manera, las únicas referencias hacia los problemas de las mujeres fueron aquellos relacionadas con aspectos sociales, o planteando la necesidad de acercarlas al mundo sindical. En las resoluciones del Primer Congreso, de 1982, las bartolinas concluyeron: “Las mujeres campesinas queremos saber qué es sindicalismo y política; […] Pedimos libertad de expresión y capacitación en asuntos de política económica y en asuntos sociales y sindicales”30.

De esta manera, una vez conformado el primer Comité Ejecutivo, la tarea más apremiante fue expandir la organización hacia todas las provincias de La Paz (y al resto de los departamentos), a través de cursos de capacitación para las mujeres del campo. En el ámbito de la CSUTCB, las alusiones a las mujeres serán en esta misma línea, sólo se mencionan en términos de “asuntos culturales y sociales”, sin realizar un análisis más complejo en torno a la situación de las campesinas-indígenas. En el V ampliado de 29 Ibíd., p. 47. 30 Ibíd., p. 27.

Page 129: RNH N° 2, 2014 completa

129

Nadia Padilla. ¡Jallalla Bartolina Sisa! Etnia y género en la Federación Departamental de Mujeres Campesinas Indigenas Originarias de La Paz - Bartolina Sisa, Bolivia, 1980-2010

la CSUTCB del año 1982, por ejemplo, se resuelve: “Luchar por la libre sindicalización de nuestras hermanas campesinas que trabajan como empleadas domésticas en las ciudades de todo el país”31.

Por otra parte, desde las propias mujeres surgirán voces de crítica hacia la forma cómo se visualiza la presencia femenina en el movimiento campesino-indígena. El testimonio de Celinda Sosa, enfatiza esta situación: “Por lo que he podido analizar, no se ha discutido la problemática de la mujer. Y ya sabemos que cuando no hay discusión y diálogo difícilmente se puede tener conciencia”32.

Lo anterior generó una fuerte crisis al interior de las bartolinas. Ello quedó de manifiesto en el III Congreso de la FNMCB, realizado en 1987. Según Freddy Condo, en esta instancia se cuestionó la gestión de Lucila Mejía (por sus planteamientos autonomistas), tema que fue resuelto llamando a la votación de un nuevo Comité Ejecutivo. Este último quedó al mando de Justina Solis33, lo que generó una división al interior de la organización pues mientras la COB reconoció a la nueva ejecutiva, la CSUTCB no lo hizo. Ante este panorama incierto, marcado por las divisiones en torno a las posturas autonomistas e integracionistas dentro de la FNMCB, la CSUTCB convocó al I Congreso Extraordinario de Mujeres Campesinas, realizado en 1989. Las delegaciones de Potosí y Chuquisaca se mostraron a favor de trabajar de manera conjunta con la Confederación de varones, rechazando los paralelismos, e incluso proponiendo la integración de ambas instancias en una organización mixta. Sin embargo, las posturas fueron divergentes pues mientras estas departamentales proponen unificar el movimiento bajo una sola organización, en las bartolinas se comenzarán a levantar nuevos liderazgos que mantendrán la idea de 31 CSUTCB, V Ampliado, Bolivia, 1982. 32 Mejía, Lucila, Las hijas de …., ob. cit., p. 58. 33 Freddy Condo Riveros, Condo Riveros, Freddy, Las Bartolinas, Sus orígenes, su historia y futuro, CESA, La Paz, 1996, p. 25.

Page 130: RNH N° 2, 2014 completa

130

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 111-140 Issn: 0719-4587

autonomizar la Federación de Mujeres.

Tras el Congreso Extraordinario, el nuevo Comité Ejecutivo quedó a cargo de Camila Choquetijlla, dirigenta que propulsó la creación de una Confederación Nacional de Mujeres Campesinas, con el fin de posicionarse de manera autónoma a la CSUTCB y en igual jerarquía. Esto generó tensiones al interior del movimiento –tanto en la Federación de Mujeres como en la CSUTCB- debido a las posturas autonomistas, y al análisis de género que va explícito en la propuesta de esta dirigenta.

Para Salazar, la falta de autonomía de las bartolinas frente a sus pares de la CSUTCB, se explicaría por el origen mismo de esta instancia, señalando que “Nació no como resultado del impulso de las bases, sino como una “necesidad sentida” en la propia dirección de la CSUTCB para lograr una estructura que reflejara la complementariedad hombre-mujer en el movimiento campesino”34. Ello denota la particular visión que se tiene en torno a las problemáticas de las mujeres y el horizonte que se establece en torno a ello. La perspectiva de género estuvo fuertemente marcada por el enfoque de la complementariedad hombre/mujer, lo que en la práctica se tradujo en una subordinación de las problemáticas específicas de las mujeres, con el argumento central de no dividir al movimiento. Claramente el género es visualizado como una variable “externa” que causa conflicto al interior de la organización. En ese sentido, podemos apreciar que las mujeres de la Federación se posicionaron como partícipes de un proyecto más amplio, cuya máxima expresión es la CSUTCB.

Ahora bien, el inicio de la década de los noventa, fue un período caracterizado por divisiones al interior de las bartolinas. El IV Congreso realizado en 1991, evidenció no sólo las divergencias existentes, sino también la tensión generada entre la Federación de Mujeres y la CSUTCB. En ese sentido, Freddy Condo señala que “Las diferencias entre la 34 Ibíd.  p. 35.

Page 131: RNH N° 2, 2014 completa

131

Nadia Padilla. ¡Jallalla Bartolina Sisa! Etnia y género en la Federación Departamental de Mujeres Campesinas Indigenas Originarias de La Paz - Bartolina Sisa, Bolivia, 1980-2010

FNMCBS y CSUTCB eran prácticamente irreconciliables. Se emitieron dos convocatorias, una con aval de la organización matriz y otra sin ella […] en el acto Choquetijlla exhortó a que la Federación se convierta en Confederación”35. Es evidente que las posturas de Choquetijlla no fueron bien recibidas en la organización de varones, pues estos llamados a autonomizar la Federación fueron vistos como intentos de división del movimiento en su conjunto.

El fraccionamiento interno en la instancia de mujeres, culminó con la creación de una nueva organización, denominada Confederación Nacional de Mujeres Campesinas de Bolivia la cual existió alrededor de dos años actuando de manera paralela a la Federación creada en 1980. Entre las mujeres que siguieron a Choquetijlla se encuentran fracciones de las departamentales de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz. En las memorias del cuarto Congreso realizado por la Federación, se hace referencia al conflicto generado en el seno de la organización, y que derivó en un quiebre entre dos corrientes: la que plantea la conformación de una instancia autónoma y con el mismo estatuto de Confederación que posee la CSUTCB; y la que propone seguir organizándose bajo el alero de la instancia matriz del campesinado. Entre las resoluciones se enfatiza que: “La Federación nace para fortalecer a las mujeres, no para competir con los varones”36. El V Congreso de Mujeres Campesinas -realizado en 1993- se inició con enfrentamientos. Sin embargo, “la gestión de este Comité Ejecutivo fue muy importante, principalmente para consolidarse como única organización de las mujeres campesinas de Bolivia, toda vez que la Confederación dirigida por Choquetijlla se vio obligada a desaparecer lo que permitió un mayor impulso a la FNMCB”BS””37. No se encontraron referencias explícitas sobre los factores que motivaron

35 Condo, Freddy, ob. cit., p. 48. 36 CNMCIOB-BS, Plan Estratégico de desarrollo. 2006-2010, ob cit. 37 Condo, ob. cit, .p. 51.

Page 132: RNH N° 2, 2014 completa

132

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 111-140 Issn: 0719-4587

la desaparición de la Confederación liderada por Choquetijlla, sin embargo, existen algunos datos que nos permiten explicar por qué no logró establecerse. Salazar -por ejemplo- señala que la propuesta de Choquetijlla generó preocupación entre los líderes campesinos-indígenas quienes comenzaron una campaña de desprestigio, la cual

“[…] se dirigió fundamentalmente a cuestionar no sólo el origen político de la líder – alineada en torno a los sectores más radicales del indigenismo, encarnado en los “Ayllus Rojos”- sino también su posición calificada de “competitiva” y “divisionista” en el movimiento campesino”38.

Por otro lado, el testimonio de Bertha Blanco da cuenta del escaso apoyo que tuvo la iniciativa de Choquetijlla durante este segundo período:

Ha habido una compañera que empujaba a organizar la Confederación, pero las mismas mujeres la hemos aplastado a ella porque no hemos entendido el sentido de la lucha. Esta hermana estaba muy avanzada a nivel de género, de la lucha por las mujeres, y las mujeres hemos sido las que la hemos hundido, porque tampoco entendíamos cuál era la lucha, faltaba mucha concientización39.

En adelante la Federación se consolidó como la organización matriz de las mujeres campesinas-indígenas. Sin embargo, las discusiones en torno a la creación de una Confederación continuaron, “en razón de que el rol que desempeñan las mujeres en el movimiento campesino es cada vez más importante”40. En las resoluciones de su quinto congreso, 38 Salazar, Cecilia ob. cit., p. 28. 39 Bertha Blanco, entrevista personal por Nadia Padilla, julio de 2014. 40 Condo, op. cit., p. 49.

Page 133: RNH N° 2, 2014 completa

133

Nadia Padilla. ¡Jallalla Bartolina Sisa! Etnia y género en la Federación Departamental de Mujeres Campesinas Indigenas Originarias de La Paz - Bartolina Sisa, Bolivia, 1980-2010

las bartolinas se propondrán como objetivos: “Delinear la perspectiva política de la Federación, fortalecer y profundizar la organización de las mujeres como expresión de complementariedad a la de los varones, pero con total independencia y autonomía”41.

A lo largo de este período, las relaciones de género entre las bartolinas y el seno del movimiento liderado por la CSUTCB no se distinguirán sustancialmente de lo evidenciado en su primera década de vida. El ideal de complementariedad se constituirá más bien como una aproximación simbólica a las relaciones sociales originarias, que muchas veces se utilizará para justificar la inexistencia de conflictos entre hombres y mujeres, pero que en la práctica no se manifiesta en un acceso paritario a cargos de mayor relevancia dentro del movimiento, ni en demandas con perspectiva de género.

En lo concreto las bartolinas continuarán reivindicando la idea de chacha/warmi, apelando a una memoria histórica que plantea la complementariedad como principio de las relaciones sociales, incluídas –claro está- las de género. Sin embargo, hacia la década del 2000 se irán perfilando tres corrientes dentro de la Federación Nacional de Mujeres: federarse como parte de la CSUTCB como apoyo pero sin acceso a cargos; la desaparición de la rama femenina en pos de no dividir a la familia campesino-indígena; construir una Confederación Nacional paralela a la CSUTCB y afiliada directamente a la COB. Como podemos apreciar, el fracaso de Choquetijlla y la paralela Confederación de Mujeres no implicó la desaparición de aquellas posturas que propugnan una mayor autonomía de la FDMCIOLP-BS frente a la CSUTCB.

Por otra parte, el nuevo escenario político marcado principalmente por las movilizaciones del 2000-2005, se constituyó como el momento propicio para reposicionar a la Federación de Mujeres dentro de la 41 CNMCIOB-BS, Plan estratégico de desarrollo, 2010-2020, ob. cit.

Page 134: RNH N° 2, 2014 completa

134

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 111-140 Issn: 0719-4587

sociedad boliviana. En enero del año 2008, se llevó a cabo un Congreso Orgánico de la Federación Nacional, instancia en la que se resolvió cambiar el nombre de la organización. Así la entonces, la Federación Nacional de Mujeres Campesinas- Bartolina Sisa, pasó a constituirse como Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia- Bartolina Sisa. Con ello se elevó la jerarquía de la organización posicionándose a la par de la Confederación de varones CSUTCB, afiliándose directamente a la COB. Lo anterior respondió a un diagnóstico realizado por las propias bartolinas, quienes plantearon que “la dependencia de otras confederaciones como la CSUTCB no era buena estrategia, implicaba depender de ella para poder organizar la defensa de derechos, que en su generalidad era solo para varones y las mujeres no podíamos plantear demandas propias de nuestro género”42. Los estatutos de la -ahora- Confederación Nacional señalan lo siguiente,

“[…] por la importancia nacional que adquirió en las luchas históricas de las mujeres cambiando nuestro país, modifica su nombre de Federación a Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia Bartolina Sisa (CNMCIOB “BS”)”43.

No deja de sorprender que en este período se haya materializado la Confederación de Mujeres, cuestión que generó conflictos permanentes en los años 80’ y 90’. No obstante, en la práctica las situaciones de subyugación y exclusión político-social, continúan presentes en la vivencia de estas mujeres. Un primer elemento conflictivo en la actualidad, es el mantenimiento de la concepción de la mujer limitada a su rol de madre-esposa. Por otra parte, la discriminación no se expresará sólo en el ámbito de lo privado, sino que abarcará también el aspecto político de las comunidades. En ese sentido, estas mujeres señalan que 42 Ídem.43 Ídem.

Page 135: RNH N° 2, 2014 completa

135

Nadia Padilla. ¡Jallalla Bartolina Sisa! Etnia y género en la Federación Departamental de Mujeres Campesinas Indigenas Originarias de La Paz - Bartolina Sisa, Bolivia, 1980-2010

a la hora de obtener cargos públicos, algunos hombres las consideran inferiores e imposibilitadas para asumir responsabilidades dentro de la comunidad, siendo relegadas al ámbito doméstico en desmerito de sus capacidades políticas y sociales. Enriqueta Huanto nos relata la existencia de discriminación hacia las mujeres en las instancias organizativas de su comunidad,

“En algunos lugares cuando iba a las reuniones, “las mujeres ¿Qué tienen que ver? Aquí los hombres” decían, porque tenían una familia problema, entonces decía ¿dónde está tu esposo o tu papá? No, entonces, ha primado en algunos el machismo, entonces eso ha obligado a que la mujer se subordine”44.

En la actualidad, las mujeres de la departamental paceña destinan sus esfuerzos en cumplir lo expuesto en la Nueva Constitución Política en torno a la equidad de género, principalmente en lo referente a participación política y acceso a cargos públicos. En ese sentido, la Nueva Constitución establece que “Todas las ciudadanas y los ciudadanos tienen derecho a participar libremente en la formación, ejercicio y control del poder político […] La participación será equitativa y en igualdad de condiciones entre hombres y mujeres”45. Las bartolinas paceñas se visualizan como las principales responsables de llevar a cabo esta misión, de erigirse como agentes dentro de la sociedad, haciendo que el tan anhelado cambio se transforme en una realidad. En un congreso realizado en El Alto, en septiembre del año 2009, las mujeres de la Federación Departamental de la Paz, emitieron un documento en el cual se sostienen: “Las mujeres indígenas originarias debemos asumir los nuevos retos establecidos en la Nueva Constitución Política del Estado para ser protagonistas y

44 Huanto, Enriqueta, Entrevista personal por Nadia Padilla, agosto de 2010. 45 Nueva Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia

Page 136: RNH N° 2, 2014 completa

136

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 111-140 Issn: 0719-4587

constructoras de nuestro país”46.

CONCLUSIONES

Al conocer la experiencia de las mujeres de la Federación Departamental de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de La Paz- Bartolina Sisa, hemos podido constatar que el reconocimiento de una situación de subordinación expresada tanto a nivel de etnia como de género, se constituye como uno de los principales mecanismos de identificación para ellas.

A principios de la década de los ochenta pudimos apreciar el surgimiento de esta instancia como una organización de mujeres campesinas, la que dos décadas después se definirá como espacio de mujeres campesinas indígenas-originarias. Ya hemos señalado que esto fue la materialización de un largo proceso de concientización y apropiación que tiene como núcleo básico el reconocimiento del colonialismo interno como una estructura de poder que domina al campesinado como parte de una población marginada social y culturalmente en función de rasgos de diferenciación étnica.

Ahora bien, al referirnos a la identidad étnica cabe destacar cómo se desarrolla esta dimensión dentro de la Federación, la que se caracteriza –principalmente- en el reconocimiento de una situación de colonialidad -que se expresa una y otra vez en diversos contextos históricos-; en la reivindicación de lo indígena originario -como un conjunto de vivencias que reafirma derechos ancestrales-; la recuperación –histórica y simbólica- de Bartolina Sisa como una expresión de la resistencia indígena, entre otros.

46 CMCIOB-BS, Plan estratégico…, ob. cit.

Page 137: RNH N° 2, 2014 completa

137

Nadia Padilla. ¡Jallalla Bartolina Sisa! Etnia y género en la Federación Departamental de Mujeres Campesinas Indigenas Originarias de La Paz - Bartolina Sisa, Bolivia, 1980-2010

Hemos visto también, cómo la década del noventa se constituyó en un período de concientización en torno a las demandas campesinas-indígenas. Así, la situación de colonialismo interno pasó de ser una estructura de denuncia a una de catalización de demandas, por ejemplo, en aquello referido a derechos ancestrales basados en la existencia de un territorio autónomo, política y jurisdiccionalmente, previo a la república. De allí que las marchas, los cercos y bloqueos en la ciudad cobren fuerza al estar legitimados como parte de un proceso de recuperación histórica de la mayoría boliviana.

Por otro lado, el nuevo contexto político iniciado con la llegada de un presidente de origen indígena al poder –en la década del 2000- se ha configurado para las mujeres de la departamental paceña como un escenario favorable para llevar a cabo sus objetivos. La recién constituida Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias Bartolina Sisa marcó el inicio de una nueva etapa dentro de la organización. Ésta será -en adelante- el ente matriz que agrupa a las Federaciones Departamentales, entre ellas La Paz. Sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer para que esta instancia logre la autonomía plena y se instale como una organización que represente a las campesinas-indígenas en sus reivindicaciones en tanto mujeres. Finalmente cabe mencionar que junto con la supervivencia de elementos discriminatorios dentro del mismo movimiento, la poca experiencia en ámbitos organizacionales se configura como otra problemática central entre estas mujeres, por lo que el desarrollo sindical y político se torna una tarea necesaria de expandir en las provincias.

Finalmente, es preciso tener en cuenta que las diversas situaciones de discriminación que enfrentaron estas mujeres, se transformaron en un aspecto central en la confluencia identitaria de las bartolinas. Tal como sostiene Cecilia Salazar, “[…] las relaciones sociales en el contexto

Page 138: RNH N° 2, 2014 completa

138

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 111-140 Issn: 0719-4587

sindical departamental y nacional, si bien de ningún modo son un logro pleno de equidad, al menos permiten a estas mujeres identificar algunas vías para concretarla, es decir, darle cuerpo y organicidad a la diferencia”47. A partir del reconocimiento de la realidad de las mujeres campesinas-indígenas, éstas se perciben como hermanas no sólo de etnia, sino también de género. Lo anterior es clave para comprender el accionar de estas mujeres, puesto que para las bartolinas paceñas, una de las principales motivaciones a la hora de ingresar a la organización, es el hecho de sentirse subordinadas en el ámbito doméstico y comunitario.

47 Salazar, Cecilia, ob. cit., p. 41.

Page 139: RNH N° 2, 2014 completa

139

Nadia Padilla. ¡Jallalla Bartolina Sisa! Etnia y género en la Federación Departamental de Mujeres Campesinas Indigenas Originarias de La Paz - Bartolina Sisa, Bolivia, 1980-2010

BIBLIOGRAFÍA

ALBÓ, Xavier, Khitipxtansa. ¿Quiénes somos?, CIPCA (Centro de Investigación y Promoción del Campesinado), Instituto Indigenista Interamericano, La Paz y México, 1980.

BARTOLOMÉ, Miguel Alberto, Gente de costumbre y gente de razón: las identidades étnicas de México, Siglo Veintiuno Editores, México, 2004.

CASTELLS, Manuel, La era de la información, vol. 2. El poder de la identidad, Siglo XXI Editores, Madrid, 2004.

CONDO, Riveros, Freddy, Las Bartolinas, Sus orígenes, su historia y futuro, CESA, La Paz, 1996.

GARCÍA LINERA, Álvaro, (coordinador), CHÁVEZ León, Marxa; COSTAS Monje, Patricia, Sociología de los movimientos sociales en Bolivia. Estructuras de movilización, repertorios culturales y acción política, Plural editores, La Paz, 2010.

HURTADO, Javier, El katarismo, HISBOL, Bolivia, 1986.

HYLTON, Forrest; PATZI, Félix; SERULNIKOV, Sergio, THOMPSON, Sinclair, Ya es otro tiempo el presente Cuatro momentos de insurgencia indígena, Muela del diablo Editores, Bolivia, 2003.

RIVERA Cusicanqui, Silvia, “La noción de “derecho” o las paradojas de la modernidad postcolonial: indígenas y mujeres en Bolivia”, Aportes Andinos N°11, Universidad Andina Simón Bolívar, Ecuador, Octubre 2004.

Page 140: RNH N° 2, 2014 completa

140

Revista Norte Histórico. N° 2, 2014: 111-140 Issn: 0719-4587

RIVERA Cusicanqui, Silvia, Oprimidos pero no vencidos, Luchas del campesinado aymara quechwa. 1900-1980, Aruwiriyi-Editorial del Taller de Historia Oral Andino (THOA), Bolivia, 2003.

RIVERA Cusicanqui, Silvia (comp.), Ser mujer indígena, chola o birchola en la Bolivia postcolonial de los años 90, Ministerio de desarrollo humano, Secretaría Nacional de asunto étnicos, de Género y generacionales, Subsecretaría de Asuntos de género, La Paz, 1996.

TICONA, Esteban, CSUTCB. Desafíos y trayectorias, CEDOIN, La Paz, 1996.

TICONA, Esteban, Organización y liderazgo aymara. 1979-1996, Plural Editores, La Paz, 2000.

SALAZAR de la Torre, Cecilia; VAN BROEKHOVEN, Lia, Movimiento de mujeres en Bolivia: La Federación Nacional de Mujeres Campesinas “Bartolina Sisa” y Los Clubes de Centros de Madres, Ediciones W, La Paz, 1998.

Page 141: RNH N° 2, 2014 completa
Page 142: RNH N° 2, 2014 completa
Page 143: RNH N° 2, 2014 completa

143

NORMAS EDITORIALES PARA LA PRESENTACION DE ORIGINALES.

Aspectos generales.

La Revista “Norte Histórico”. Estudios de historia regional publica investigaciones especializadas referidas a temas de historiografía en el territorio de la macro-región norte de Chile. RNH tiene como objetivo abrir un espacio virtual para el debate, la teoría y las propuestas metodológicas que pretendan contribuir y avanzar en el desarrollo de investigaciones, reflexión historiográfica y social que abarquen los problemas de la macro-región del norte chileno, igualmente se dará lugar a los avances y exploraciones de trabajos que partiendo de regiones distintas al norte chileno (Argentina, Bolivia, Perú, centro-sur de Chile) tengan una relación estrecha y a lo largo de todo el artículo con las temáticas antes planteadas.

Como mecanismo para resguardar la calidad científica de la revista, se espera que los artículos a evaluar se hayan realizado con los más altos estándares de calidad. RNH se pública íntegramente en español.

Para la recepción de artículos los autores deberán cumplir con los siguientes puntos:

Los artículos científicos enviados para su publicación en la Revista “Norte Histórico” deben ser originales, no haber sido publicados en otro medio, gráfico o electrónico, ni estar participando, al momento de enviar su artículo, de otro llamado o convocatoria. Los artículos científicos deben ser presentados en formato digital MS Word (.doc/.docx), tamaño carta, y enviados al e-mail [email protected]

Page 144: RNH N° 2, 2014 completa

144

La fuente utilizada será Times New Roman, tamaño 12, con espaciado de 1.5, justificado y con márgenes de 3 cm en todos sus lados. Las notas al pie se deberán consignar con letra Times New Roman, tamaño 10, con espaciado sencillo y numeración correlativa.

• El original debe contar con una extensión que no sobrepase las 25 páginas, incluyendo imágenes, tablas, gráficos o cuadros y bibliografía.

Los textos originales deben incluir:

• Título en mayúsculas, bajada de título (si posee) con mayúsculas y minúsculas de acuerdo a las reglas ortográficas, letra Times New Roman, tamaño 14, en negrita y sin punto final.

• Bajo el título (y bajada de título si posee), deben explicitarse:

Un resumen que sintetice el artículo en un máximo de 200 palabras.

Un mínimo de 3 y un máximo de 6 “palabras clave” que evidencien las ideas fuerza de la publicación.

Todo contenido mencionado hasta este momento so-bre el punto n°3, debe poseer su traducción en inglés y ser presentado inmediatamente tras las palabras claves.

• Bajo el título se debe indicar el nombre del/os autor/es (3 como máximo) alineado a la derecha. En nota al pie se explicitará la institución, ciudad, país y correo electrónico de contacto.

• En un archivo aparte incluir los datos del(los) autor(es): títulos académicos, lugar de trabajo o estudio actual, grupo de investigación al que pertenece, últimas dos publicaciones y correo

Page 145: RNH N° 2, 2014 completa

145

electrónico.

• En este mismo archivo, se adjuntará la información de procedencia del artículo, en caso de que éste sea resultado de una investigación, tesis, disertación final de catedra, etc., y si es parte de un proyecto del que hace parte, y el nombre de la entidad financiadora.

• Todo subtítulo existente en el cuerpo de texto, debe estar presentado con letra Times New Roman, tamaño 12, en negrita y sin punto final.

Normas de citas de fuentes.

Las notas y citas bibliográficas deben ajustarse a las indicaciones que se presentan a continuación:

• Las notas irán numeradas correlativamente y a pie de página.

• Las citas textuales de extensión menor a las 4 líneas deben estar entre comillas y dentro del párrafo.

• Las citas textuales que superen las 4 líneas se realizarán en un párrafo aparte, en letra Times New Roman, tamaño 11, sin comillas y con márgenes totales de 4.5 cm. es decir, 3 cm. de margen + 1.5 cm. de sangria tanto izquierda como derecha.

• Deberán incluirse todos los datos la primera vez que se cite, en el orden y forma que se explica:

Libros:

Apellidos, Nombre del autor(es), Título de la obra en cursiva, Editorial, Lugar de publicación, año de edición, página/s (p./pp.) de origen de la cita.

Ejemplo:

Page 146: RNH N° 2, 2014 completa

146

Salazar Vergara, Gabriel, Ser niño “huacho” en la historia de Chile (siglo XIX), LOM Ediciones, Santiago, 2006, p. 35.

Capítulo de libro:

Apellidos, Nombre del autor(es) del capítulo, “Título del capítulo entre comillas”, en Apellidos, Nombre del editor(es), Título de la obra en cursiva, Editorial, Lugar de publicación, año de edición, página/s (p./pp.) de origen de la cita.

Ejemplo:

Hall, Stuart, “Notas sobre la descontrucción de <<lo popular>>”, en Samuel, Raphael (ed.), Historia popular y teoría socialista, Editorial Crítica, Barcelona, 1984, p. 94.

Artículo de revista:

Apellidos, Nombre del autor(es), “Título del artículo entre comillas”, en Título de revista en cursiva, volumen de revista, año de publicación, página/s (p./pp.) de origen de la cita.

Ejemplo:

Corvalán Marquéz, Luis, “Profesionalización e ideologización en el ejército chileno. Los orígenes de su asunción del concepto de enemigo interno”, en Revista Mapocho, n° 58, Ediciones de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, 2005, p.163.

Artículo de prensa:

Apellidos, Nombre del autor(es), “Título del artículo entre comillas”,

Page 147: RNH N° 2, 2014 completa

147

en Título del periódico en cursiva, ciudad de publicación (si no está enunciada en el título del periódico), día mes año de publicación, cuerpo del periódico enunciado en la letra correspondiente de extracción de información (solo si la publicación posee estas características), página/s (p./pp.) de origen de la cita.

Ejemplo:

Mellado, Marcelo, “Archivo y catástrofe / a 40 años del 73”, en The Clinic, Santiago, 19 de diciembre de 2013, p. 10.

Ponencias exhibidas en congresos, conferencias, jornadas, etc.

Apellidos, Nombre del autor(es), “Título de la ponencia entre comillas”, en Nombre del Congreso en cursiva, Institución organizadora del evento, año de publicación de actas, página/s (p./pp.) de origen de la cita.

Ejemplo: Lemos, Natividade, “Sonoridades portuguesas: la huella del Fado”, en (Des)Encuentro de Culturas Ibéricas: haciendo hablar a la Diversidad, Departamento de Lingüística, Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad de Chile, Santiago, 2012, pp. 51-52.

Recursos de internet:

Las fuentes propuestas con anterioridad, si están alojadas en internet, mantendrán su formato de cita original, adicionando la información que lo caracteriza como un recurso de la web. Para este efecto, ejemplificamos el formato de citado de un artículo de revista en línea:

Apellidos, Nombre del autor(es), “Título del artículo entre comillas”,

Page 148: RNH N° 2, 2014 completa

148

en Título de revista en cursiva, volumen de revista, año de publicación, página/s (p./pp.) de origen de la cita. [En línea], <URL entre signo menos que y más que>, (Consultado el día

mes año) Ejemplo:

Martín-Baró, Ignacio, “La violencia política y la guerra como causas del trauma psicosocial en El Salvador”, en Martín-Baró, Ignacio, Psicología social de la Guerra: trauma y terapia, UCA Editores, El Salvador, 1990, p.79, [En línea],

<http://portales.puj.edu.co/martinbaro/html_m1_a_m5/modulo_3/unidad%202/material/Psico%20Social%20de%20la%20Guerra%202.pdf>, (Consultado el 11 de diciembre de 2013)

Para citar información extraída de una página web, se debe regir por el siguiente modelo:

Apellido, Nombre del autor(es), “Título de la sección de la página web consultada entre comillas”, Nombre de la página web en cursiva, [En línea], <URL entre signo menos que y más que>, (Consultado el día mes año) Ejemplo:

Capdevila, Luc, “La sombra de las víctimas oscurece el busto de los héroes”, Nuevo Mundo Mundos Nuevos, [En línea], <http://nuevomundo.revues.org/57306>, (Consultado el 03 de enero de 2014)

Video-documental: Título en cursiva, Apellidos, Nombre del director, Institución o empresa distribuidora o editora, año de lanzamiento.

Page 149: RNH N° 2, 2014 completa

149

Ejemplo: Escadrons De La Mort L’Ecole Française, Robin, Marie-Monique, [Documental], Francia, 2004.

Archivo oral:

Apellidos, Nombre entrevistado, entrevista personal por nombre de entrevistador, proyecto que motiva tal entrevista, institución que auspicia el proyecto, ciudad o localidad donde se realizó la entrevista, día mes año.

Ejemplo:

Altamirano Guerrero, Amanda, entrevista personal por Diego Díaz, Campusano Ortiz, et. al., “Chile una democracia excluyente. El caso de la Ley Maldita en el Departamento de Coquimbo. 1948-1952”, Tesis para optar al grado de Licenciado en Educación, Universidad Pedro de Valdivia, Coquimbo, 2 de junio de 2009.

Publicación gubernamental:

Nombre de gobierno, Nombre de agencia (o senado, ministerio, subsecretaría, etc,), Título en cursiva, Tipo de documento (informe ordinario, informe secreto, congresos, etc.), número de publicación, lugar de publicación, día mes año, página/s (p./pp.) de origen de la cita.

Ejemplo:

República de Chile, Subsecretaría del Ministerio del Interior, Remite antecedentes que indica, Oficio secreto, N°D 86/1558, Santiago, 30 de abril de 1982, Fondo Dirección del Trabajo, Vol. 4032, Archivo Nacional de la Administración, p.1.

Page 150: RNH N° 2, 2014 completa

150

Los artículos que incluyan fuentes de archivo es necesario indicar: Siglas del archivo, Sección, Fondo, vol./leg./t., f. o ff. (lugar, fecha, y otros datos pertinentes). La primera vez se cita el nombre completo del archivo con la abreviatura entre paréntesis, y después, sólo la abreviatura. Al final del texto, deben recogerse todas las referencias primarias en un listado separado del bibliográfico.

En caso de reiteración de fuente citada:

Al citar por segunda o más ocasiones una fuente, la referencia a estas se elaborará de la siguiente forma según corresponda:

a.- Se utilizará Ídem para reproducir una cita proveniente de la obra inmediatamente anterior, y al haber utilizado la misma página de extracción de información.

Ejemplo de formato de Ídem en libros.

Ídem en cursiva.

Ejemplo: Salazar Vergara, Gabriel, Ser niño “huacho” en la historia de Chile (siglo XIX), LOM Ediciones, Santiago, 2006, p. 35.

[Siguiente cita] Ídem

b.- Se empleará Ibíd. para reproducir una cita proveniente de la obra inmediatamente anterior, pero al haber utilizado una página(s) distinta de extracción de información.

Ejemplo de formato de Ibíd. en libros.

Ibíd. en cursiva, página/s (p./pp.) de origen de la cita.

Page 151: RNH N° 2, 2014 completa

151

Ejemplo:

Salazar Vergara, Gabriel, Ser niño “huacho” en la historia de Chile (siglo XIX), LOM Ediciones, Santiago, 2006, p. 35.

[Siguiente cita] Ibíd. pp. 36-37

c.- Se recurrirá a ob. cit. para reproducir una cita proveniente de una obra mencionada con anterioridad, pero no inmediatamente anterior (para ello utilizar Ídem o Ibíd. según corresponda).

Utilización de formato de ob. cit. en libros.

Apellidos, Nombre del autor(es), ob. cit. en cursiva, página/s (p./pp.) de origen de la cita.

Ejemplo:

Salazar Vergara, ob. cit., p. 39

Si se cita dos o más obras de un mismo autor, se empleará la siguiente variación de la norma ob. cit.:

Utilización de formato de ob. cit. (dos o más obras) en libros.

Apellidos, Nombre del autor(es), Primeras palabras que permitan reconocer el título de la obra en cursiva, ob. cit. en cursiva, página/s (p./pp.) de origen de la cita.

Ejemplo:

LaCapra, Dominick, Escribir la historia, escribir el trauma, Nueva Visión, Buenos Aires, 2005, p. 62.

LaCapra, Dominick, Historia y memoria después de

Page 152: RNH N° 2, 2014 completa

152

Auschwitz, Prometeo Libros, Buenos Aires, 2009, p. 149.

LaCapra, Escribir la historia…, ob. cit., p. 27.

Cuadros, tablas, imágenes y gráficas: Presentar los cuadros, tablas, imágenes y gráficas numerados al final del documento, y para el caso de imágenes o gráficas muy pesadas, en archivo aparte (jpg o tiff 300 dpi y 240 pixeles). Es responsabilidad del autor gestionar y entregar a la revista el permiso para la publicación de las imágenes que lo requieran. Estos recursos deben incluirse en número moderado y buscando siempre que sean claros, legibles y pertinentes para la argumentación del artículo.

Es necesario que dentro del texto se indique el lugar donde se ubica cada cuadro/tabla/imagen/gráfico. Esta instrucción se presenta entre paréntesis, de la siguiente manera:

[Insertar Cuadro 1 aquí]

[*] La Bibliografía y las fuentes utilizadas deben indicarse de forma alfabética por apellido, manteniendo el formato de citas previo (extrayendo la información de páginas utilizadas), y siguiendo el orden jerárquico expuesto anteriormente.

Procedimiento de evaluación:

El Comité Editorial acusará recibo de los artículos originales en un plazo no superior a cinco días hábiles a partir de su recepción. La publicación de las colaboraciones dependerá del siguiente mecanismo de arbitraje:

Page 153: RNH N° 2, 2014 completa

153

• Para resguardar la transparencia del proceso, los artículos serán sometidos a la revisión por parte de pares evaluadores, bajo la forma de doble ciego. Los nombres de los evaluadores será reservado. Los evaluadores tendrán un plazo de 3 semanas para comunicar su dictamen al Comité Editorial de RNH.

• Los posibles dictámenes son:

a. Se aprueba la publicación.

b. Se aprueba la publicación atendiendo a las recomendaciones del evaluador.

c. Se rechaza la publicación.

• Si el evaluador considera que se deben hacer correcciones para la publicación del original, el autor tendrá un plazo de 20 días para realizarlas. El autor será notificado del dictamen, sea este la aprobación o rechazo de su original.

• El que un artículo sea aprobado en el proceso de evaluación, no implica la inmediata publicación del mismo, ya que éste puede quedar para un próximo número.

Los autores conceden a la Revista “Norte Histórico”, los derechos de publicación y difusión de los artículos seleccionados, tanto para la versión electrónica como cualquier otro formato posterior, así como su inclusión en catálogos, bibliotecas, servidores o sitios virtuales. El autor, así mismo, se guarda el derecho de publicar este artículo sólo en un libro de su autoría, posterior a la publicación en la Revista.

La Revista “Norte Histórico” se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0

Page 154: RNH N° 2, 2014 completa

154

Internacional.

Normas de reseñas bibliográficas:

Las reseñas enviadas para la publicación por parte de la Revista “Norte Histórico”, deben corresponder a obras recientes, editadas en los últimos tres años, de autores y temas de investigación histórica, sin haber sido publicada antes en otro medio. Las reseñas deben hacer un comentario y debate del contenido del texto. Se presentará como una estructura de doble columna, letra Times New Roman, tamaño 12, sencillo, justificado, con margen de 3 cm en todos sus lados y con un máximo de 6 páginas. En el título, centrado, deben consignar todos los datos del texto reseñado, el nombre del reseñador con sus datos en nota al pie (grado, institución, mail). Si se desea citar, ésta debe ir entre comillas y señalando la página entre paréntesis.

Ejemplo:

Julio Pinto Vallejos

Luis Emilio Recabarren. Una biografía histórica

LOM Ediciones

Santiago, 2013, 261 págs.

Nombre del reseñador.

“….. [Cita]…..” (p. 24)

Page 155: RNH N° 2, 2014 completa
Page 156: RNH N° 2, 2014 completa