rivers - la paradoja pastoril del arte natural - egloga iii

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  • 7/26/2019 RIVERS - La Paradoja Pastoril Del Arte Natural - Egloga III

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    2/12

    288

    LA

    POESIA

    DE

    GARCILASO

    netos,

    cinco

    odas,

    dos elegfas, y una epfstola

    preceden

    a las

    tres eglogas, qile forman claramente sus

    obras

    earacterfs

    tieas, la culminacion

    de

    todo el libro. La Egloga II es el

    primero y mas ambicioso experimento

    de

    Garcilaso

    en

    el

    genero,

    1.885 versos

    en

    los que un

    tema

    basieo

    de amor

    pastoril

    es

    elaborado

    en

    forma narrativa,

    Hrica

    y

    dramatica;

    posee tambien

    un

    tema, secundario

    y

    mas historico, de

    accion epiea y

    cortesana.

    La

    simetria de esta

    egloga polio

    metrica

    ha sido puesta en claro, y su esencial unidad tema

    tica ha sido convincentemente defendida l; no obstante,

    debe rccOlloccrse

    Sll

    constrllccioll n:lativamelllc

    dirllsa,

    si

    se 1a compara con las l ~ g l o g a s I y lII, mucho mas

    brcves

    y de organizadon m ~ \ s ajustada. El orden de

    prescntaci6n

    en

    la

    primera

    ediei6n

    no

    es, a mi parecer, accidental; cl

    lector

    avanza desde las canciones puld'amente equilibl adas

    del desdciiado

    Salicio y

    del

    dolorido Nemol Oso a a un

    largo y complicado

    poema donde

    estos mismos

    pastores

    estan subordinados como

    tales

    petsonajes

    a

    Albanio,

    al

    que

    el

    ~ I e s e o sensual ha enloquecido,

    y

    desde

    alH,

    en la

    Egloga III, regresa a un mundo mas trabado de ninfas

    fluviales, donde se recuerda pero no se representa el dolor

    de

    Nemoroso, y en el que

    dos nuevos pastores

    cantan aeerca

    de

    sus dichosos amores. El

    elemento

    COmlll1 a estas tres

    eg\ogas es la misma ficci6n

    pastoril,

    POt supuesto, y el

    pastor que

    reaparece,

    Nemoroso, se ha supuesto tradicio

    nalmente

    que

    representa

    a

    Gfrcilaso

    en

    su papel de amante

    de

    la

    dama portuguesa

    Isabel Freire (Elisa).

    La

    Egloga I

    2. Ver eI diagrama metl ico en Lapesa, op. cit., pllg. 98; vel tam

    bien

    R.

    O.

    Jones, The Idea of Love in Garcilaso s Second Eclogue.

    MLR, 46, 1951, pags. 388-395. .

    3.

    Entr e los amilisis mas imp ol tantes de Ia Egloga I

    se

    encuentran

    los de Lapesa. op. cit., pags. 124-143; de A. A. Parker, Theme and

    Imagery in Garcilaso s F irst Eclogue, BSS, 25, 1948, y de M. Arce.

    La egloga primera

    de

    Garcilaso,

    La Torre,

    I, 2, abril-junio 1953.

    PARADOJA PASTORIL

    DEL ARTE

    NATURAL

    289

    es virgiliana en un

    sentido

    bastante convencional; en la

    II,

    1a

    caza, el

    amor,

    la 10cura

    y

    la guerra parecen

    represen-

    tar el desorden y

    1a

    variedad rieamente sensuales de la

    misma naturaleza; la I I I es una sfntesis sabiamente di

    rigida de los conve-r;-cionalismos clasicos

    y

    del paisaje to

    kdano,

    del arte

    y

    de la

    naturaleza.

    La

    simetria formal

    de la Egloga III es, en sus lfneas

    generales,

    matematicamente

    precisa. Sus 47

    estrofas

    en

    octava

    rima, cada una sintactieamente autonoma, se dividen

    pl ccisamcnte en tres grandes grupos:

    un

    gl l1pO central,

    dclilllilado con gl :111 c1aridad, de 21 eSll ofas (105-272)

    declicado exclllsivamente a la dcscripcion de las telas

    bor-

    dadas en oro y sed a de las ninfas, pl ecedido por 13

    estrofas

    introdllctorias

    y

    seguido

    de 13 estrofas

    finales. Dentro

    de

    cada uno de estos t1 CS grllpos ptincipalcs, pueden dis tin

    guirsc sllbgrupos igualmente determinados, pero displ1estos

    con

    menos

    simetda.

    I.

    II.

    ESQUEMA

    13

    estl otas pl elimillares

    A) 7 estrofas de dedicatoria

    B)

    6 estrofas

    describiendo

    el escenario

    y

    la

    entrada de las

    ninbs

    21

    estro/as centrales

    A) 2 estrofas preliminares relativas a los

    tapices

    B) 18 estrofas centrales

    a

    3 estrofas sobre Orfeo

    y

    Eurfdice

    b 3 estrofas sobre Apolo y Dafne

    c 3 estrofas sobre Venus y Adonis

    d 9 estrofas sobre Elissa y Nemoroso

    C) 1 estrofa final relat iva a los tapices

    19. RIVRKS

    est.

    1-7

    8-13

    14-15

    16-33

    16-18

    19-21

    22-24

    25-33

    34

    \

    I

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    3/12

    290

    LA

    POESIA DE GARCILASO

    II

    1. 13 estrofas finales

    A

    4 estrofas de transieion presentando a

    los

    pastores

    B) 8

    estrofas del eertamen amebeo

    C) 1

    estro fa final: sum ersion de las ninfas

    est. 35-38

    39-46

    47

    La introduccion

    general consta

    de

    siete estl Ofas de de

    dicatoria dirigidas a Ia illustre y herffi-osissima Mari a, y

    de seis estrofas que describen Ia escena

    y

    la accion preli

    minar de las ninfas. El final consta de cuatro estrofas de

    transicion, que introducen

    el

    distante canto de l()s pastorcs;

    las ocho estl Ofas de su canto alterno; y una estrofa ultima

    en Ia que se oye a los pastores en

    el

    momento de asonHlr,

    y en Ia que se ve a las ninfas huil sutilmente y desapareccr

    en silencio bajo las ondas. El grupo central de 21 eSti ofas

    tiene sus propias introduccion

    y

    conclusion internas, de

    dos

    y de una

    estl Ofa, resp ectiv amente ,

    en

    las

    que

    se pasa

    l evista al

    genera y al arte de los tejidos bordados; las

    18 esttbfas restantes consisten de tl es subgru pos de 3

    (los antiguos mitos de

    Orfeo

    y Euridice, Apolo y Dane,

    Venus y Adonis) y

    uno de

    9

    (el

    moderno mito pas

    toril de Elissa

    y

    Nemoroso). Estas nueve estrofas constitu

    yen claramente la culminaci6n de la secci6n central del

    poerna, y del poema como un todo. Una simctda dicslra

    mente

    asimetrica nos lleva a concentrar la atencion

    en

    la

    muerte de

    Elissa; esta escena, como veremos, sintetiza las

    intuiciones mas significativas del poeta en relaci6n con

    Ia naturaleza,

    el

    atte y la imitacion en poesia.

    I

    Las hiperboles de la

    d e d i c a t o r i ~ a _ J Y l a l - ~ ~ _ ~ o n ~ i . t ~ _ Q u c l ~

    c o n s c i e n w ; : ; - e - ~ t ~

    c o n v e n c i o n a r e ~ o n

    ejempio del lexico

    ~ ~ ~

    PARADO]A PASTORIL DEL ARTE NATURAL

    291

    del a11101 cortes dirigido con cuidadosa correccion (

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    292

    LA

    POEsiA DE

    GARCILASO

    por la soledad

    y

    el contacto con la naturaleza.

    Y

    sin embar

    go,

    el

    mito pastoril tiene una vaIidez lIoiversal.-pnes eL

    hombre

    sonara siempre con la Edad de Oro, un mundo

    natural sin

    corrupd6n

    en que los seres humanos son

    con mayor simp

    idda

    y

    autentiddadj

    es a este mundo

    imaginario, en el que el arte ro ordona una se unda

    melor

    natura

    eza, a que Garcilaso, con suave ironia, invita

    a Maria, y

    allector,

    a penetrar:

    estrola 6 Aplica pues un rato los sentidos

    11

    baxo son de mi

    ~ m p o n

    rudn,

    ,indigna de llcgar a hIS oydos,

    pues d ornamento y gracia va desnuda;

    mas ;a las vezes son mejor oydos

    cl Pllro ingenio y

    lengtH\

    casi mucla,

    testigos limpios d animo inocente,

    que ']a curiosidad del eloqiiente.

    (41-48)

    En cada una de su eglogas cuida

    Gardlaso

    de sumergir

    profun(Iamente allector

    en

    In atmosfera semimistica de

    un

    locus amoenus eternamente edenico, un lugar pacifico y

    sombreado, compuesto pOl' 10 general de al menos un

    arbol, bland a hierba y un cOl riente mananti al 0 arroyo, 0

    quizas algunas brillantes flores, el canto de los pajuros

    y

    una suave brisa. Este paisaje idealizado, que R: E. Curtius

    ha definido e investigado como un topos a traves de Ia

    poesia griega

    y

    latina

    en el

    capitulo X de su Europaische

    Literatur und lateinisches Mittelalter (Berna, 1948), cons

    tituye un escenario

    esendal

    para las ninfas

    y

    los pastores

    de

    la tradicion pastoril clasica; sEbre este mismo fondo,

    q u e . ~ l a l ~ g ~ r i s ~ ,

    ~ e ~ l e ~ ~ J . l l a b i a

    utilizado con frecucncia

    con flnes bastante d i f e r e n t e ~

    el

    poeta del Renacimiento

    proyecta sus d o l i e n t e S - ~ ~ a ~ t ~ s , ' - p - ~ r a que entren en c o n t ; ~ t o

    PARADOJA PASTORIL DEL ARTE NATURAL

    293

    con una naturaleza sumamente estilizada. ElloCtis amoenus

    de Garcilaso se encuentra en cada caso hondamente enrai

    zado en el mundo mitico de esta tradici6n pastoril 4; en la

    Egloga

    III

    este mundo esta sugerido de forma mas con

    movedora que nunca y al mismo tiempo adquiere una

    ubicaci6n geografica conocida en las margenes del do Tajo,

    cerCI de la ciudad natal de Garcilaso, Toledo.

    estl Ofa 8 Cerca del Tajo, en soledad omena,

    de

    verdes sauzes

    ay

    una espessuta

    toda

    de

    yedra reves tkla y

    Hena,

    que

    pOl

    cl tronco

    va

    hasta d a:ltura

    y

    ass

    Ia

    texe arriba

    y

    encadena

    que'o} sol

    no halla passo a.la verdura;

    el aglla bana el prado wn sonido,

    alegran do In yerva

    y

    el oYda.

    (57-64)

    4. Podemos estar seguros de 1a continuidad de la tradici6n literaria

    c\asica en

    cl

    caso de Garcilaso, cuyo directo contaeto con textos de

    Virgilio y de Sannazaro se halla perfeetamente documentado. En

    1:1

    Eglor,a

    I

    eneontramos a Salicio reeostado /

    a1

    pie d una alta haya

    en la verdu ra / por donde una agua clara con soniclo / atravessava el

    fresco y verde prado.

    AI

    comienzo de la Egloga

    II

    Salicio describe una

    escena simb6lica en

    10

    esencial identica en estas palabras de tono

    onirico: Combida a

    un

    dulce sueno / aquel manso rlildo / del agua

    que

    lu

    elurn (ucnte embin, / y Ins lwes sin ducfio, / con ca nto no

    apprcndido, / hinchen c uyrc de dulce armonia.) Posibles contribu

    ciones medievales a sus versiones del locus omoel1t1s estan peor inves

    tigadas; puede indicarse por

    10

    menos una similitud entre las estrofas

    iniciales de los lvlilagros de

    Nuestro Sc iora

    de Berceo y los versos

    del comienzo

    cle

    la Egloga II: ( ... ] un prado / verde e bien

    s e n ~ i d o

    de /lores bien poblado (. .. ) / Manavan cad a can to fuen tes daras co-

    rrientes, / en verano bien frias, en yvierno calientes) y E n medio del

    invierno esta templada / e agua dulce clesta clara fuente , y en el

    verano mas que nieve elada. No hay duda en c u a n ~ ~ a la identidad

    clel

    to as

    en 10 ue se l efiere al re ertorIQ...4Lim:igenes d . ~ _ E ~ ~ ~ l e z a i .

    ~ " . ~ . ~ . t L Q _ J , ~ g ~ i c o

    0

    simb61ico es sin embargo porcompleto distinto

    en los dos contextos poticos.

    ------

    I

    i '

    i\.:

    iI

    :.

    ,,

    i,' ,

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    294

    LA

    POEsiA DE GARCILASO

    Para l analisis estilfstico definitivo de esta estrofa y de las

    cuatro que siguen, habremos de acudir a las brillantes

    pclginas de Damaso Alonso, en las que se muestra como

    l

    gentil dominio de Garcilaso sobre el orden de las pala

    bras, el ritmo, la rima y el encabalgamiento contribuyen

    eucadsimamente a Ia : : . ~ m o s f e r a _ ~ ) l ~ l p t u o s a sensualidad;

    ellector

    se encuentra

    en

    un

    mundo

    de sombra y de agua:

    de Iuz y color observado

    al

    mediodfa, de ninfas que emergen

    de las honduras del rio para disfrutar de una siesta pas

    toril bajo los arboles. --a naturaJeza mjsma s t w l l l ~ ~ -

    lada como articul armente artificial, como

    l atura

    arti[exJ

    a hiedra entreteje y liga las cimas de los ar oles, antici

    eandose, pues, a las ninfas. gue de igual forma tejernn

    tapices. Este tejido de hiedra proporciona

    un

    quitasol

    tural, un agradable

    fdo 86),

    que ha de proteger a las

    ninfns contra los estragos del ardiente sol de mediodfa,

    el sol subido en la mitad del delo (78), con sus suge

    rencias del meridianum daemollium

    r.. Dentro

    del refugio

    de este bosquecillo de sauces, ~ u corriente realiza a

    la vez una doble fundon, una natural y

    otra

    artificial:

    suena mientras bufia el cesped, deleitando la hierba con

    riego natlll"al y al of do humano con esa mllsica natural que

    con tanto arte supieron emplear los jardinetos moros de

    Toledo y Granada. Esta musica susmrnnte encuentra pron

    to su

    contrapunto

    en la de las abejas (

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    296

    LA POESIA DE GARCILASO

    en estambre 50tH quaJ convenfa

    para seguir el delioado estHo

    del oro,

    ya

    tirado en rico hi'lo.

    (105-112)

    e trofa 15 La delicada estambte el'a distinta

    de las colares que antes ,Ie avian dado

    con

    Ia

    fineza de

    ,Ia

    var,i-a

    tint,a

    que se halla en Ias conchas de. pescado;

    tanto arteficio muestra en

    10

    que pinta

    y texe cada nympha en su labrado

    quanta mostrarol1 en

    sus

    tablas antes

    d celebraclo

    ApeHes

    y Timantes.

    (113-120)

    En estas dos estrofas se insiste

    ptindpalmente

    en el

    proccso de convertir las matetias primas de la naturaleza

    (las legendarias pepitas de oro del Tajo, las verdes hojas

    y las tintas de las conchas) en materiales artfsticos; hilos

    de oro y hebras

    de

    seda 0 tefiidas de colores varios. Garci

    laso l11uestra, en verdad, sumo ingenio al sefialar el odgen

    pastoril de la seda a semejanza de los orfgenes pis

    catorios, estableddos en

    la

    literatura clasica, del oro y la

    purpura;

    todos estos materiales son, pOl' supuesto, faeil

    mente accesibles a nuestras anflbias ninfas. Exisle una ana

    l,?gia entre la actividad creadora de las ninfas

    y

    la del

    poeta

    misl11o;

    terminos como convenfa y estilo per-

    I

    6,

    Ningun

    comentarista ha considerado necesario,

    que

    yo sepa,

    seiialar

    el

    hecho de

    que

    las verdes hojas eran reduzidas

    en

    estambre

    soti\ gracias a los gusanos

    de

    seda.

    No

    solamente es esta la unica

    explicaci6n

    que

    parece tener sentido, sino

    que

    se encuentra c1aramente

    indicada

    en

    Ia fuente inmediata de Garcilaso, Ia Arcadia de Sannazaro,

    Prosa

    XII:

    quivi

    dentro

    sovra verdi tappeti tl Ovammo alcune Nimfe

    sorelle di dei, che con bianchi e sottilissimi cribri cernivano oro, sepa

    randolo de Ie

    minute

    arene; altre filando

    Ii

    riducevano in mollissimo

    stame, e quello con sete di diversi colori intessevano in una tela di

    maraviglioso artificio

    [ . }.

    PARADOJA PASTORIL

    DEL ARTE

    NATURAL

    297

    tenecen a los preceptos poeticos relativos al decoro esti

    Hstico. Igual

    que

    Ia hiedra teje matices

    en

    las cimas de los

    arboles y las ninfas bordan sus imagenes de se d a y oro, el

    poeta teje su tela de excelsa poesla con vulgares vocablos

    espafioles. Ya que, despues del proceso tecnol6gico de la

    fabricad6n de hebras

    de oro

    y de color, tenemos en la se

    gunda

    parte

    de la estrofa

    15

    una significativa

    referenda

    al

    proceso artistico, el artefido por el que las ninfas con

    vierten estas hebras en obras de arte pictorica, comparables

    a las tabulae de dos famosos pintores griegos.

    Apeles era famoso porIa

    grada

    XciPI

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    7/12

    7

    298

    LA POEsiA DE GARCILASO

    vemos representadas en dos escenas la muerte y segunda

    perdida de Euridice, can

    una

    escena final en la que

    Orfeo

    se quexa

    al

    monte

    solitario en vano. Acto seguido, Apolq

    deja la caza para perseguir a Dafne, pero los brazos de

    esta se vuelven ramas, sus cabellos hojas, y sus pies tor

    cidas

    rakes;

    es

    el

    desolado amante el que ocupa la escena

    final: l1ora

    eLamante

    y busca

    el

    ser prime1'Q, / besando

    y

    abrar;ando aquel madero'1

    En

    tercer lugar,

    un

    jabaH y

    un joven cazador se atacan mutuamente; Adonis, m01'taI-

    mente

    heddo,

    es abrazado en

    Ia

    escena final

    par

    una des

    consolada

    VCIIIIS.

    ESle pinna secunc1ario de escenas mito

    l6gicas est,} emparentado can el mllndo de Ins Metamor/osis

    de manera mas explicita que 10 esta

    el

    plano principal dc

    las ninfas que teien los tapices.

    En

    estas conocidas historias

    (para Ia de

    Orfeo,

    Garcilaso se inspira tanto en la versi6n

    de Virgilio como en la de Ovidio), las transformaciones no

    son fantasias escapistas 0 juguetones trucos de la imagina

    ci6n, pues se percibe

    que

    la postrera transformaci6n de la

    naturaleza es

    la

    de la muerte, en que la persona amada desa

    parece como simple sombra en el triste reyno de la

    escura gente (139), 0 se vuelve en un insensible

    tro2O

    de

    madera 0 tine las flo res blancas con roja sangre, convertido

    en un cllerpo sin respiraci6n.

    En

    vez de ser un acto

    colaboraci6n

    entre el

    hombre

    y

    la naturaleza, transform

    a-

    ciones tales constituyen un tremendo desaffo al hombre en

    cuanto amante

    y

    artista: ~ C m o ha de aceptarse un dolor

    asf de inmediato y ser transformado

    pOl'

    el poeta en obra

    de arte? Incluso Odeo el musico fracasa, 1'01' falta de dis

    ciplina (

  • 7/26/2019 RIVERS - La Paradoja Pastoril Del Arte Natural - Egloga III

    8/12

    300

    LA

    POESIA

    DE GARCILASO

    sobrepasa

    el

    dolor

    descrito

    de Orfeo,

    Apolo y Venus.

    Para

    la expresion de su dolor

    pOl' el propio

    Nemoroso, se nos

    envia, en los versos

    250-252,

    a la Egloga I; Nise solamen

    te desea

    difundir

    a traves del rei no

    de Neptuno,

    rio abajo

    hasta Portugal, la triste historia ya hecha publica entre los

    pastores

    de

    Castilla.

    Esta

    representacion indirecta

    de Nemoroso, que de al-

    guna manera representa a Garcilaso mismo, constituye un

    elaborado ejemplo del destacar pOl' elusion,

    de klassische

    Damp ung.

    Recordemos el lamento de Nemoroso pOl' Elis

    sa

    l11ucl'ta

    cn la Egloga

    I. El

    fertil paisajc

    quc

    habia sido

    escenario de su dicha comun (

  • 7/26/2019 RIVERS - La Paradoja Pastoril Del Arte Natural - Egloga III

    9/12

    302

    LA POEsiA DE GARCILASO

    cstro/a 34 Destas islorias tales .varladas

    eran .Jas telas de lasquatro hermanas,

    -las quales con eolores matizadas,

    claras las Juzes, de .Jas sombras vanas

    mostravan a Jos ojos relevadas

    das cosas y figuras

    q ~ e

    e r ~ n - T I a n a s ,

    tanto que

    al

    pareeer d cuerpo vono

    pu'diera ser ,tomado can lla mana.

    (265-272)

    S p i t ~ ~ f ha explicado ampliamente las teorias delslllt9

    Cl1l'O de la antigi.icdad y del R c n a c i m i e l 1 t o , - - l l i ~ p - i l c i t a s CIl

    esta estrofa; Garcilaso bien puede haber tenido presente

    alguna rase como aquella de Leon Battista Alberti

    (Della

    pittura, 1436): 11

    lume e l ombra fanno-----.Qarere

    Ie

    cose

    rilevate 8. Ciertamente

    conoda

    la larga tradician literarTa

    ~ ~ o

    en Homero, que proporciona multiples ante:

    cedentes no solo para la descripcian, en un poema, de es

    eenas artfsticamente descritas, ya sean eseulpidas, pintadas

    o tejidas, sino tambien para el comentario simulutneo, de

    forma mas

    0

    menos tecnica, sobre las maravillas de Ia ilu

    sian artfstica o. Sean los que fuesen los pasajes de los au-

    8.

    Ver Herrera, Anotaciones,

    p ~ g s . 674-676, y Spitzer,

    op. cit.

    9. Aunque este lipo especial de l K f r C X ( J , ~ 0 descriptio era conocido

    de

    so bra com o ejercicio r et6rico y

    hn

    sido eSludiado por los historiadores

    del arte (ver, por ejemplo, R.

    Hinks,

    Myth and Allegory in Ancient

    Art Londres, 1939, y J. Seznec',

    La survivance des dieux antiques,

    Londres, 1940),

    no

    ha sido,

    que

    yo sepn, debidnmente eSludiado como

    convencionalismo poelico, 0 topos, en la literatura antigua, medieval y

    del Renacimiento

    (aunque

    ver,

    por

    ejemplo, E. L. I-lards, The

    Mural

    s

    a Decorative Device in Medieval Litera/ure, Nashville, 1935.

    Debo

    estas referencias al profesor

    J.

    B. Avalle-Arce). Algunos destacados

    ejemplos pueden ser citados aquL Acerca del escudo de Aquiles, se

    hace comentario sobre eI efeclo de realismo del sombrendo para re

    presentar In tierra mas oscura del campo recien arado (Iliada, XVII,

    548-549).

    Eneas

    esta hondarriente emocionado por las vanas pintutas

    PARADOJA

    PASTORIL DEL ARTE

    NATURAL

    303

    totes clasicos que Gatclla so pudiera tener presen tes, en

    este caso el puso su empefio en la ilus ian de una tercer a

    dimension creada sobre una superficie plana por el mati

    zado de los colOl-es, del claro al oscuro; aunque las som

    bras del fondo y los cuerpos del primer termino,

    0

    re

    lieves, son en realidad tanto unas como otros igualmente

    vanos en el senti do de faltos de rea lidad

  • 7/26/2019 RIVERS - La Paradoja Pastoril Del Arte Natural - Egloga III

    10/12

    l r t l ~ r ...(.. ,

    J ~ 1 r . \ = i ' ~

    304

    LA POESIA

    DE GARCILASO

    \.

    Las consideraciones formalisticas que preceden son

    parte de la sustancia poetica de la Egloga III. Incluso una

    fuerza tan natural como el rio Tajo, funciona en

    parte

    con

    la ayuda del ingenio humano, ya que se Ie hace mover sus

    propias ruedas de riego (azudes):

    estrofa

    27

    D'alH, con agradable mansedumbre,

    el. Tajo

    va

    siguiendo 'Su jornada

    y regando

    los

    campos y

    arbolledas

    con arti icio de las altas

    rueda s.

    213-216)

    El lector no

    puede

    ignorar la preocupacian del pacta por

    Ia

    relacian

    entre

    apariencia

    y

    realidad,

    ane

    y n a t u r a l ~ z a ,

    pOl'que constantemente se Ie est,} recordando, pot medio

    de rases como figurado se vfa, en Ia pintura

    pareda,

    llena de destreza y mafia, que ninguna de las escenas

    representadas tiene lugar en realidad; os 1 ~ . 9 ~ s _ t ~ ~ e -

    , jidos en teIas que son en 51 mismas f i c c i o n e ~ l 2 . 1 1 . e ~ . Pero

    ~ \ ' O ~ ;

    tampoco puede ellector ignorar el tema constante de estos

    I

  • 7/26/2019 RIVERS - La Paradoja Pastoril Del Arte Natural - Egloga III

    11/12

    I

    ,

    i

    l l ~ o : c : : - - - = :

    .

    306

    LA POEsiA DE GARCILASO

    dc

    canLo;

    el lema

    cs

    el amor correspondido en un escena

    rio pastoril. Los pastores van a reunirse con sus enamora-I

    das a la caida de la tarde; su reunion, como el regreso de

    la primavera, renueva la fertilidad de los mismos campos.

    Fledda y FiBs parecen superar incluso a los dioses, en

    carnar las fuerzas vitales de la naturaleza.

    Por

    ningun lado

    hay sombra de la muerte.IAI tegresar

    ailoeus amoenus

    de

    ninfas y pastores, que hemos visto pettenece al original

    mundo de Ovidio, el lector abandon a todas las tragedias

    del pasado; la vida en el presente

    es

    natural, sendlla

    y

    de

    nuevo feliz. Pero uno es consciente de que tambien este

    es

    un

    mundo de i1usion. mientras las ninfas desaparece'n

    de nuevo entre las ondas: .

    estrofa

    47 [ ... ]

    y

    de la blanca espuma que movieron

    cristaHnas ondas se cubrieron.

    (375376)

    EI suefio

    ha

    tetminado.

    No es, en definitiva, asunto

    fad

    1 el deducir de 1

    lO-

    talidad de la Egloga

    III un

    mensaje definido en torno al

    amot

    y la muerte, la naturaleza y el arte. Este poema re-

    presenta, sin duda, un avance, en cuanto a elaboracion,

    sobre la Egloga : mienttas los lamcnlos de Salido

    y

    Nc

    moroso estaban expresados directamente y sin mayor iro

    nia que la

    implkita

    en el convencionalismo pastoril, en la

    Egloga III

    el

    complejo problema de la imitacion

    0

    repre

    s ~ n t c i o n artisticas se convierte en sf mismo en tema poe

    tleo. Porque el arte, ademas de imitar a la naturaleza imi-

    --

    '

    ta.

    al arte, es decir, utiliza y renueva

    dertos

    convendonalis-

    mos tradidonales. Desde la publicacion en

    1574

    de las no

    tas del Brocense a la poesia de Garcilaso, nadie ha podido

    pretender seriamente que Garcilaso fuese un alma candi-

    PARADO]A PASTORIL DEL ARTE NATURAL

    307

    da que reaccionaba con romantica sinceridad a una expe

    rienda puramente erotica; las alusiones clasicas y cortesa

    nas, los artificios y el il1gel1ium que sustentan casi todos

    los versos de sus eglogas indican que, para el, tanto las

    situadones human

    as

    generales como

    la

    poesia clasica, tan

    to la naturaleza como el arte, colaboraban en

    1

    que po

    demos llamar experiencia primaria de la vida y su proceso

    intuitivo 0 de elaboracion

    10 En

    la Egloga

    III

    Garcilaso

    se

    encuent ra perfecta mente conscienle de las consecncn

    das de esta opinion renacentista del arte poerico.

    Dentro

    del marco pastoril de ninas y pastorcs

    se si-

    tuan las variables perspectivas temporales y espaciales de

    las telas bordadas.

    En

    comparacion con cstas escenas cen

    trales, el marco pat'ece mas bien sencillo; pero incluso el

    10. La idea, mas

    0

    menos aristoteJica, del arte como fabrica imi

    tadom de la naturaleza se mezcla, en la teoria renacentista, al criterio

    horaciano del

    atte

    como una disciplina imitativa

    POt

    la

    que el

    poeta

    perfecciona sus dotes naturales:

    VOS

    exemplaria graeca

    I

    nocturna

    versate manu, versate diurnn [ ... ]

    I

    Natura fieret laudibile carmen an

    nrte I qunesitum est: ego nec studium sine divite vena I nee rude

    quid prosit video ingenium; alterius sic / altera poscit opem res et

    coniumt amice Ars poelica, 268-269, 408-411). Es este ultimo tipo

    dc imitacion el que los humanistas resaltaron:

    [.

    .. ] digo y afirmo

    que no tcngo por buen poeta al que no imita los excelentes antiguos

    (El Bl'occnsc, cilndo por A. Vilnnova,

    l lcllies y ICII/ /s del PolifclI/O

    P:lg

    15). No hay duda que Gnrcilaso cstuvo influido

    pOl'

    eslas ideas

    sobre el nrte, la naturaleza y la imitaciOn. En realidad, las implicaciones

    teoricas de la Egloga III parecen en ciertos aspectos anticipar la sln

    tesis de Escallgero, segun resumen de Spingarm

    A History

    0/

    Literary

    Criticism in the Rellaissallce, Nueva York, 1954, pag. 134): Lo qu e Es

    caHgero propugna, pues, es sustituir

    Ia

    vida

    por el

    mundo del nrte como

    el objcto de la imitacion poetica. Pcro claro csta que el asunto en su

    totalidad es mucho mas complejo

    de

    10 que esto sugiere, ya que los

    terminos clave (arte, naturaleza, imitacion) son sumamente equlvocos.

    como A.

    O.

    Lovejoy ha demostrado en Nature

    as

    Aesthetic Norm,

    MLN,

    42, 1927, pags. 444-450 (teimpreso en sus

    Essays ill the His-

    tory

    0/

    Ideas, Baltimore, 1948).

    .

    f

    " "

    ' ,

    ; '

  • 7/26/2019 RIVERS - La Paradoja Pastoril Del Arte Natural - Egloga III

    12/12

    I ,

    : i

    I I

    I

    \

    lOH

    LA I OESfA DE GARCILASO

    wllvt'llcionalismo pastoril depende, como hemos visto, de

    punto de vista, no propio de los pastores, sino artifi

    cia . Para

    un

    humanista como Garcilaso, el arte ni existe

    enteramente separado de la naturaleza, ni es simplemente

    un objeto reductible a ella. El hombre, pOl ejemplo, ha

    hecho artificialmente que las norias sean parte del paisa

    je natural; en realidad, el paisaje, como tal paisaje, no

    existe hasta ser visto

    por

    el oio del hombre, el pintor en

    potencia. Y el artista pict6rico emplea materiales naturales,

    prcparados artiGcialmente, para expresar llna vision de In

    naturaleza. Como simple obieto, la pintura es alll1 parte

    del mundo natural; pero con la ilusion tridimensional que

    presenta al oio humano, el objeto artistico recuerda

    al

    hom

    bre el propio modo de existencia de este, radicalmentc

    ambiguo. De esta forma, en la Egloga

    III,

    es el arte el

    que ordena

    y

    simplifica la naturaleza, haciendola inteli

    gible;

    es

    un

    daro

    sentido de distancia atdstica el que

    CO}l

    vierte el dolor en belleza. Al alcanzar este sueno huma-

    111stico

    una expresi6n verbal perfecta, el logro poetico de

    Garcilaso es completo.

    I

    GARCILASO DE L VEGA, POETA LATINO

    AUDREY LUMSDEN-KOUVEL

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