revista sociedad 5 de junio

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  • Sociedad32

    Revista de la Facultad deCiencias Sociales de la UBA

    Invierno 2013

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  • SOCIEDAD 32

    Director: Sergio Caletti

    Editores: Pablo Esteban Rodrguez y Natalia Rom

    Comit de Direccin: Mabel Thwaites Rey / Horacio Gonzlez / Hctor Palomino / Emilio de Ipola

    Consejo Asesor:

    Atilio Born Julio CotlerLen Rozitchner (1924-2011) Pablo Gonzlez Casanova Jos Nun Ernesto LaclauJess Martn Barbero Silvia SigalHctor Schmucler Juan Carlos TorreEnrique Oteiza Julio Csar NeffaAlfredo Pucciarelli Ruth SautArnaldo Crdova Julio Labastida

    Diseo grfico: Cristina AgostoniCorreccin: Ricardo M. Rodrguez

    ISSN: 0327-7712Sociedad es una publicacin de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, Marcelo Torcuato de Alvear 2230, (1122) Ciudad Autnoma de Buenos Aires, Argentina, telfono (5411) 4508-3800, fax (5411) 4508-3818; y de la Editorial Universitaria de Buenos Aires (Eudeba). Los artculos son de exclusiva responsabilidad de sus autores.

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  • ndice

    Presentacin 1

    SOCIOLOGAS INTERPRETATIVAS

    Presentacin Carlos Belvedere 5

    Textos cannicos

    El intercambio epistolar entre Alfred Schtz y Edmund Husserl 15

    La correspondencia de Alfred Schtz y Harold Garfinkel: Cul era la terra incognita y la isla del tesoro?George Psathas 21

    Vigencia de un paradigma

    Los nios como interactuantes de los adultosFrances Chaput Waksler 53

    Las principales reivindicaciones de la etnometodologa:La solucin al aforismo de DurkheimHarold Garfinkel 71

    Actualidad de la sociologa fenomenolgica: dos perspectivasEntrevistas a Dan Zahavi y Jochen Dreher 109

    MOVIMIENTOS ESTUDIANTILES EN AMRICA LATINA

    Las relaciones entre juventudes y polticas en la Amrica Latina contempornea: una aproximacin desde los movimientos estudiantilesPablo Vommaro 127

    La estructura que resiste al acontecimiento: Enrique Pea Nieto ante los estudiantes del 132 David Pavn-Cullar 145

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  • INVESTIGACIONES

    El concepto moderno de comunidadDaniel Alvaro 159

    Vanguardia, comunicacin y populismo: itinerario intelectual de Anbal Ford (notas para una historia de la comunicologa argentina)Mariano Zarowsky 177

    RESEAS

    Sobre El saber. Curso sobre Foucault (tomo 1), de Gilles Deleuze (Editorial Cactus)Felisa Santos 197

    INTERVENCIONES

    Golpes de Estado de nuevo tipo. Lo que la ciencia poltica tradicional no quiere ver.Atilio Born 207

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  • 1Presentacin

    Este nmero 32 de la Revista Sociedad retoma dos lgicas que confluyen en la riqueza y singularidad de las ciencias sociales. Por un lado, la produccin de teora; es decir, la elaboracin de conceptos y categoras que logren captar diversos aspec-tos de la vida social, que enriquezcan la mirada analtica y abran nuevas zonas de pensamiento. Por otro, la escucha atenta a los desafos que los procesos sociales concretos, con sus realidades siempre cambiantes, imponen a las matrices tericas, presentando problemas insospechados y proponiendo al estudio y a la investiga-cin su propia agenda de actualidad.

    El encuentro de estas dos formas de ingresar al campo es recogido en esta edi-cin con un dossier terico sobre sociologas fenomenolgicas y una serie de anlisis sobre las nuevas fuerzas polticas en Amrica Latina.

    El dossier, coordinado por Carlos Belvedere, incluye algunos textos y corres-pondencia de reconocidos representantes de esta corriente o vinculados a ella: Al-fred Schutz, Edmund Husserl, Harold Garfinkel, George Psathas y Frances Chaput Waksler. Los artculos, traducidos por investigadores de la Facultad, se completan con entrevistas a Dan Zahavi (Universidad de Copenhague, Dinamarca) y Jochen Dreher (Universidad de Constanza, Alemania).

    Por otro lado, este volumen se interroga por el rol de los movimientos universi-tarios en la escena poltica latinoamericana, su potencia disruptiva y sus alcances, a travs de los artculos de Pablo Vommaro y David Pavn Cuellar. En la seccin Intervenciones, y siguiendo con el foco puesto en Amrica Latina, Atilio Boron examina las nuevas modalidades de golpe institucional instauradas en los ltimos aos en diversos pases de nuestra regin. Estos artculos ponen en escena que la singularidad del escenario latinoamericano moviliza los recursos tericos con nuevas preguntas forjadas al calor de la agitacin social.

    Presentacin

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    Este volumen incluye, adems, una resea crtica de la investigadora Felisa San-tos del Curso dictado por Gilles Deleuze sobre Foucault, de reciente publicacin en lengua espaola. Y dos breves artculos de investigacin. En uno de ellos Mariano Zarowsky ofrece una semblanza terica del querido profesor de la casa y reconoci-do terico de la comunicacin Anbal Ford. En el segundo, Daniel Alvaro recorre los aportes actuales en el campo controversial organizado en torno del concepto de comunidad.

    Este nuevo nmero de la revista viene a participar de la celebracin del 25 Aniversario de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.

    En este marco, es preciso aludir a un tema largamente debatido en torno de esta publicacin que ha logrado 32 nmeros. Desde su primera edicin en 1992, Sociedad ha sido y es, antes que nada, un espacio de reflexin orientado por la sencilla motivacin de colocar temas en discusin, abrir preguntas, visualizar po-sibilidades tericas o revisitar tradiciones intelectuales. Hoy la revista se encuentra ante un escenario en el que la racionalidad tecnocrtica y el orden de lo contable se imponen como gruesa tendencia y producen la sorda evidencia de que nada puede ser producido que no responda a criterios de medicin, estndares de impacto, etc. Hemos entendido, sin embargo, que vale la pena resistir a esa homogeneizacin de todos los registros, en virtud de cuidar una sensible condicin muy propia de nuestra comunidad de las Ciencias Sociales, aquella que descansa en la pluralidad de sus lenguajes, de sus formas discursivas y con ellas de sus modos de interactuar, incidir y dejarse afectar por la vida social.

    No se trata de una mera oposicin a tal o cual lineamiento poltico-cientfico, se trata de perseverar en el deseo de conocer con otros, en el pensamiento por el pensamiento mismo que es siempre de los muchos y nunca de uno solo.

    Esperamos que los artculos de este volumen expresen la vocacin de la co-munidad acadmica por transitar el doble desafo de elaborar teora y pensar el presente. Slo eso. Nada menos.

    Sergio Caletti

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  • Sociologas interpretativas

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  • 5Historia, desarrollo y actualidad de la sociologa fenomenolgica

    Presentacin

    Este dossier viene a afirmar contundentemente, si se nos permite el nfasis, la existencia de la sociologa fenomenolgica. Esta afirmacin no es lo evidente que parece, ya que ni los fenmenos ni su estudio se dan de modo espontneo sin tener que pasar por los rigores del mtodo (sea este propedutico o deconstructivo, se-gn las orientaciones de que se trate). Tampoco es una afirmacin incontrovertible pues ha sido mucho el debate externo e interno respecto de la existencia, posible y efectiva, de esta perspectiva. El debate, que ya lleva un largo tiempo y sin embargo mantiene una renovada vigencia segn lo describe documentada y reflexivamen-te Thomas Eberle (2012) , ha contribuido a mantener abierto el horizonte de esta empresa que, como la describi Husserl, est recomenzando permanentemente. Por ello, el estado de perpetua deliberacin no pone de manifiesto su imposibilidad sino antes bien su renovada fecundidad.

    La consolidacin de la fenomenologa como paradigma sociolgico fue de-clarada por George Psathas en su exhaustiva, aguda y oportuna introduccin a Phenomenological Sociology (Psathas, 1973). All caracteriza a la sociologa feno-menolgica como la comprensin del mundo de la vida cotidiana, tanto a nivel emprico como ideal. En cuanto tal, entonces, la sociologa fenomenolgica no se limita al estudio de acontecimientos microsociolgicos, sino que se extiende a todo el rango de fenmenos propios del mundo de la vida. Sostener una concepcin micro de la sociologa fenomenolgica es tal como lo afirma Psathas ignorar su relevancia para la comprensin de acontecimientos sociales mayores tales como la realidad objetiva de la sociedad, las organizaciones formales, etc., que no dejan de ser experimentadas subjetivamente a pesar de su objetividad (Psathas, 1973: 13), estando ambas dimensiones podramos decir correlacionadas. En este sen-tido, lo subjetivo no es meramente subjetivo ni tan idiosincrtico como para caer

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    fuera del mbito de incumbencia de la sociologa (Psathas, 1973: 13); a pesar de que como se sabe sea imposible alcanzar una explicacin completa en virtud de que las actividades prcticas cotidianas no son pasibles de explicacin cabal, lo cual hace de todo descubrimiento cientfico una verdad provisoria y contingente sujeta a ulteriores descripciones y validaciones (Psathas, 1973: 11).

    Entonces, la sociologa fenomenolgica ha comenzado por ser una realidad an-tes que un programa explcitamente enunciado. As es que hasta principios de los aos 70, la sociologa convencional todava no haba reconocido plenamente a la fenomenologa como un paradigma incontrovertido, comprendido y usado de ma-nera evidente, considerado necesario y vlido. Por eso es que, por aquel entonces, sus impulsores se vean en la necesidad de exponer argumentos justificatorios, hacer declaraciones de principio y explicar su importancia (Psathas, 1973: 17). An as, resultaba posible reunir un conjunto de trabajos en los que la sociologa fenome-nolgica daba muestras de estar produciendo contribuciones significativas para un nuevo paradigma (Psathas, 1973: 18) que afloraba en temas y perspectivas conver-gentes en la prctica investigativa de una nueva comunidad cientfica. A exactos 40 aos de aquel manifiesto, nos preguntamos hoy si la situacin de la sociologa fe-nomenolgica ha cambiado sustancialmente. Nuestra respuesta, enftica, es que s.

    Bien puede decirse que, hoy, la sociologa fenomenolgica no es slo una rea-lidad, plasmada pre-reflexivamente en un conjunto de investigaciones que de ma-nera intuitiva han ido macerando un modo de obrar, sino tambin una idea lar-gamente debatida que no gener slo consensos internos, sino tambin un estilo nico de investigacin reconocible como vlido e incluso, al menos para ciertos temas y objetos, considerado como necesario e insoslayable. En breve, hoy estamos ante un paradigma consolidado teniendo en cuenta que, como suele decirse, en las ciencias sociales coexisten conflictivamente paradigmas alternos, a diferencia de las ciencias naturales, en las que tienden a imponerse paradigmas unificados.

    Adems de un paradigma, los amigos de la nocin de campo podrn ver en la actualidad de la sociologa fenomenolgica un campo consolidado. Encontrarn, para ello, numerosos motivos tales como la continuada tarea de publicacin de la revista Human Studies, que desde 1978 viene dando voz a este movimiento inter-nacional, y los encuentros anuales de la Society for Phenomenology and the Human Sciences (SPHS) fundada en 1981 por George Psathas, tambin fundador de Hu-man Sutdies. La continuidad que han tenido estas empresas muestra lo prolfico de la tarea emprendida por la sociologa fenomenolgica. A su vez, puede apreciar-se su renovada vigencia en un sinnmero de indicadores tales como la emergen-cia de nuevas entidades y publicaciones peridicas. Entre ellas, quiero destacar el

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  • 7surgimiento de organizaciones afines, como TheOrganization of Phenomenological Organizations (O.P.O.), impulsada por la infatigable labor de Lester Embree; la re-vista Schutzian Research, dirigida por Michael Barber; y el recientemente creado The International Alfred Schutz Circle for Phenomenology and Interpretive Social Science, cuyo segundo encuentro tendr lugar en Buenos Aires el ao entrante. Tambin podra mencionarse el intenso desarrollo de la sociologa fenomenol-gica en Japn de la mano de Nisahi Nasu y sus colaboradores, a cuya fecundidad de larga data bien valdra la pena dedicar un dossier. En breve, puede decirse que la sociologa fenomenolgica vive y pervive en estas instituciones y publicaciones, que hablan de su vigor.

    Los textos recogidos en este nmero testimonian la historia, el desarrollo y la actualidad de la sociologa fenomenolgica. Reflejan tambin su diversidad y amplitud. Bueno ser, entonces, dar cuenta de los motivos por los cuales han sido escogidos, pues con ello estaremos a la vez describiendo sus distintos momentos y enfoques.

    Una primera seccin de Textos cannicos rene trabajos que son, a nuestro juicio, fundacionales, no slo por haber sido primeros sino tambin porque, ms all de su precedencia, contribuyeron a estampar los diversos modos y estilos de la sociologa fenomenolgica.

    Comenzamos, como corresponde, con el intercambio entre Edmund Husserl, el padre de la fenomenologa, y Alfred Schutz, quien ha sentado las bases de esta perspectiva en las ciencias sociales. En este breve epistolario se pone de manifies-to tanto la manera en que Schutz conceba a la sociologa fenomenolgica, como fundada en la filosofa de Husserl y ocupada en una recuperacin crtica de la pers-pectiva de Max Weber, cuanto el reconocimiento y la validacin de la perspectiva schtziana por parte de Husserl. Este dilogo, a su vez, evidencia que la sociologa fenomenolgica, a pesar de ser ciencia emprica, es tambin reclamada por cues-tiones fundamentales de un tenor muy distinto que la convocan a un terreno de inquietudes fundamentales compartido con otras disciplinas sociales y la filosofa.

    Quien mejor comprendi las implicancias que la obra de Schutz tiene para la sociologa fenomenolgica y su proyeccin tal vez haya sido Psathas, de quien re-cogemos un texto reciente en el que da cuenta del dilogo profundo y respetuoso entre Schutz y Harold Garfinkel. La posicin de Psathas resulta sumamente es-clarecedora y, a la vez, correctiva en tanto logra mostrar la profunda influencia de Schutz sobre el joven Garfinkel sin por ello asimilar sus perspectivas ni perder de vista la originalidad radical de la etnometodologa como un modo prctico y sui generis de hacer sociologa fenomenolgica. Desde una ortodoxia garfinke-

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    liana esto podra ser considerado como doblemente hertico, en tanto hace de la etnometodologa una sociologa desoyendo los incesantes cuestionamientos de su fundador a la sociologa profesional y en tanto hace de ella una filosofa. Afortunadamente, Psathas sabe guardar las distancias aduciendo que, si bien la etnometodologa no hubiera surgido sin Schutz, tampoco hubiese llegado a ser lo que hoy es si Garfinkel no le hubiera impreso un sello distintivo. Hechas estas sal-vedades, entonces, su legado puede considerarse enriquecedor tanto para la socio-loga como para la fenomenologa, en la medida que inaugura nuevas direcciones y prcticas investigativas.

    Una segunda seccin, dedicada a resaltar la Vigencia de un paradigma, rene textos que prueban la actualidad de la sociologa fenomenolgica, que dista mucho de ser una gloria pasada. Quizs haya a quien le sorprenda encontrar aqu a Gar-finkel. A ese lector quisiramos recordarle que el fundador de la etnometodologa no se qued en su libro ms querido y odiado de 1967, los Estudios de etnometodo-loga, sino que ha seguido publicando hasta su fallecimiento, reciente para quienes an lo lamentamos. De la etapa madura de su obra, hemos escogido un texto del ao 2002 donde, contrariamente a los estereotipos ms frecuentes que pesan sobre su obra y que lo tienen como un subjetivista indmito embarcado en una cruzada furibunda contra el objetivismo sociolgico, Garfinkel presenta a la etnometodo-loga como la solucin al aforismo de Durkheim. Esta solucin consistira en des-cribir al detalle cmo se hacen los hechos sociales y en develar as el misterio de que la vida inmortal de la sociedad es una realizacin de sus mortales miembros.

    La vigencia de la fenomenologa social no slo se hace patente en la renovada produccin de sus fundadores sino tambin, y de modo especial, en la de sus con-tinuadores y actuales referentes; por eso hemos seleccionado un texto contempo-rneo tomado de un libro que, a la vez, renueva esta perspectiva y le rinde home-naje a una de sus principales figuras. As es que, del volumen colectivo que honra la trayectoria de George Psathas, Interaction and everyday Life, hemos escogido el trabajo de Frances Chaput Waksler en virtud de su profundidad de anlisis y de la originalidad de sus aportes, pero tambin por explorar otra afinidad de la sociologa fenomenolgica tan importante como la etnometodologa y el anlisis de la conversacin; a saber, el interaccionismo de Goffman. A partir de una mi-rada compleja, que articula fenomenologa, etnometodologa e interaccionismo, Waksler explora la asimtrica relacin entre adultos y nios, en la cual estos son tomados por aquellos como no personas, a quienes se les niega el estatus de com-paeros interaccionales competentes.

    Finalmente, presentamos dos perspectivas sobre la cuestin de fondo de este

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  • 9dossier, en boca de sendos exponentes de las jvenes generaciones de fenomen-logos. Ambos abordan la debatida cuestin del vnculo entre sociologa y fenome-nologa. De un lado, Dan Zahavi, director del prestigioso Center for Subjectivity Research de la Universidad de Copenhague, aboga por una interpretacin de la so-ciologa fenomenolgica como principalmente orientada hacia las cuestiones de la intersubjetividad mundana, dejando en un segundo plano tanto la dimensin ins-titucional y macrosocial cuanto las problemticas filosficas de la intersubjetividad y la constitucin trascendentales. De otro lado, Jochen Dreher, director del Sozia-lwissenschaftliches Archiv Konstanz. Alfred-Schutz-Gedchtnis-Archiv, hace suya la posicin de Thomas Luckmann sobre la relacin entre sociologa y fenomenologa entendidas como disciplinas diversas (una, cientfica y otra, filosfica) que han de ser articuladas mediante un paralelismo que correlacione los fenmenos empricos de los que se ocupa la primera con sus condiciones trascendentales, objeto de la segunda. Ambas posiciones nos parecen valiosas en tanto mantienen viva la pers-pectiva fenomenolgica actualizndola, renovando sus prcticas y, especialmente, dndole nuevas voces en la escena internacional. Sin embargo y disculpe el lector si la discusin se pone aqu algo internista y escolar, el modo de comprender la sociologa y su relacin con la filosofa fenomenolgica merece de nuestra parte una nota crtica, con la esperanza de contribuir a avivar el debate sin descalificar posiciones que, como acabamos de decir, nos parecen notables en todo lo dems.

    Por un lado, Zahavi interpreta que el objeto primario de la sociologa no es, para Schutz, las instituciones sino los seres humanos, es decir, los individuos que actan y experimentan la vida social; de modo que comprendera la socialidad como intersubjetividad esto es, como algo que est en ltima instancia anclado en los sujetos individuales. Valga sobre el particular lo que encomiamos en el texto de Psathas: no considerar a la sociologa fenomenolgica como una pers-pectiva circunscripta a lo micro ni agregamos ahora inscripta en los estrechos lmites del individualismo metodolgico ya que aunque suela olvidarse la lec-tura schtziana de Weber es crtica (y disclpesenos si aqu no tenemos espacio para dar esta discusin a fondo). Adems de que Schutz no es un individualista (pues, especialmente en su perodo de madurez, insiste en que lo originario es el nosotros), tampoco es que partir de la intersubjetividad como un Batum impli-que como interpreta Zahavi abandonar el espritu filosfico fundamental de la fenomenologa husserliana y, con l, toda pretensin de elucidar y comprender ge-nuinamente la relacin entre subjetividad, intersubjetividad y objetividad a causa de una supuesta incapacidad por dar cuenta de la intersubjetividad constituida y la intersubjetividad constituyente. Muy por el contrario, Schutz acepta la problem-

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    tica husserliana de la constitucin, por ms que intente refundarla sobre bases na-turalistas, a la vez que practica lo que podramos calificar de un trascendentalismo limitado. Nuevamente, no es aqu donde podemos dar esta discusin, que hemos planteado in extenso en escritos anteriores.

    Por otro lado, Dreher considera que la fenomenologa no es sociologa sino protosociologa, pues se ocupa en describir los principios de constitucin en la conciencia subjetiva de los fenmenos sociales, en una suerte de paralelismo con la investigacin social emprica. Por lo tanto, una sociologa fenomenolgica es a su criterio lisa y llanamente imposible pues alude a disciplinas diferentes con objetos y mtodos divergentes. Es as que, aunque pueda utilizarse el instrumental terico husserliano para el anlisis de fenmenos sociales o culturales no slo en los trminos de una filosofa de la conciencia sino tambin en el sentido de una fenomenologa gentica a los efectos de describir los fundamentos gnoseolgicos de la constitucin de la realidad social, esta actividad dista mucho de la recons-truccin de construcciones socio-histricas concretas, que son lo relevante para las ciencias sociales. Por significativos que fueren en s mismos sus descubrimien-tos, la fenomenologa trascendental no es requerida en el estudio de los mundos sociales y culturales. De modo que la fenomenologa aplicada puede contrastar y/o comparar, en una accin paralela, los hallazgos de las ciencias sociales (relativos a la construccin social de los fenmenos considerados) con los de la fenomenologa (concernientes a su constitucin en la conciencia), pero no ser nunca autntica sociologa fenomenolgica. Este punto de vista, por ms de que cuente ya con una historia avalada por grandes nombres de intachable estirpe schtziana como Luc-kmann, no deja de ser desconcertante. Primero, la mera existencia de este dossier prueba que, al menos en los hechos, la sociologa fenomenolgica existe. Segundo, esta posicin genera ms paradojas que las que resuelve, al producir una sociologa que es distinta pero, a la vez, paralela a una filosofa trascendental. Cmo podra haber un paralelismo entre una realidad emprica contingente y una posibilidad ideal necesaria? Adems, cmo podra aquello que es esencialmente histrico en-contrar un paralelo en lo que no lo es? No solo se desdibuja aqu el paralelismo, que parece querer articular elementos heterogneos, sino tambin la idea de la fenomenologa, que termina convertida en una suerte de disciplina ni social ni histrica. Creemos que aqu hay ms una lectura (que tampoco compartimos) de la fenomenologa esttica de Husserl (como si ella no hubiera derivado hacia una perspectiva gentica y, luego, constructiva) que una posicin genuinamente sch-tziana donde ambos dominios, filosfico y sociolgico, trascendental (limitado) y gentico, son articulados de una manera ms estrecha.

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    No obstante estas observaciones de detalle, producto acaso de un celo excesivo de nuestra parte, las posiciones de Zahavi y de Dreher integran este dossier porque marcan algunas de las principales orientaciones de la fenomenologa en el mundo de hoy. La posibilidad de polemizar con ellas, entonces, no es ms que una virtud adicional para quienes no queremos perdernos en una estril discusin taxon-mica, sino que ansiamos volver a las cosas mismas, tambin en el terreno de la sociologa.

    Para ello, entendemos que es menester encuadrar la sociologa fenomenolgi-ca en un marco ms amplio que el que permite la divisin positivista de las cien-cias. Ella debe ser reubicada en el contexto de la fenomenologa social, que no excluye las problemticas fundamentales como cuestiones a ser esclarecidas por una fenomenologa ajena a sus incumbencias (como en la posicin de Dreher) ni renuncia a hacerlas propias (como en la posicin de Zahavi). Slo recuperando el proyecto renacentista de la unidad del conocimiento, que recibe un nuevo impulso de Husserl en sus Meditaciones Cartesianas, ser posible salir de los callejones en los que las nuevas tendencias parecen hoy deambular. Este es el nimo que impul-sa, segn la comprendemos nosotros, a la fenomenologa social.

    Carlos Belvedere

    BIBLIOGRAFA

    Psathas, George (1973). Introduction. Phenomenological Sociology: Issues and Applications, Nueva York, Wiley & Sons, pp. 1-21.Eberle, Thomas (2012). Phenomenology and Sociology: Divergent Interpretations of a Complex Relationship. En Hisahi Nasu y Frances Chaput Waksler (eds.), Interaction and Everyday Life. Phenomenological and Ethnometodological Essays in Honor of George Psathas, Nueva York, Lexinton, pp. 135-152.

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    El intercambio epistolar entre Alfred Schutz y Edmund Husserl*

    Alfred Schutz a Edmund Husserl**

    Viena, 26 de abril de 1932Estimado Sr. Consejero Privado!

    Mis amigos, el Dr. Felix Kauffmann y el Prof. Tomoo Otaka,1 me alientan a hacerle llegar a Ud., estimado Sr. Consejero Privado, un ejemplar de mi libro re-cin publicado: La construccin significativa del mundo social. Una introduccin a la sociologa comprensiva.2 En este libro, en el que he trabajado durante doce aos, he intentado someter a una crtica filosficamente fundamentada los problemas y

    1Profesor en Sel (en ese momento Corea se encontraba bajo ocupacin japonesa). l y Felix Kauffmann eran discpulos de la escuela vienesa de Filosofa del Derecho de Hans Kelsen cerca-nos a Husserl.

    El intercambio epistolar entre

    *Extrado de Husserl, Edmund (1994). Briefwechsel. Band IV. Die freiburger Schler, editado por Karl Schuhmann con la colaboracin de Elisabeth Schuhmann (eds.). Husserliana Dokumente, 3. Dordrecht: Kluwer Academic Publishers, pp. 481-483.Nota del T.: La correspondencia entre Schutz (1899-1959) y Husserl (1859-1938) se extendi entre 1932 y 1937. En el tomo IV del Briefwechsel [intercambio de cartas] de Husserl (1994) se encuentran todas las misivas que el fundador de la fenomenologa y su esposa, Malvine Husserl, le enviaron a Schutz y a su mujer, Ilse Schutz, pero slo se conserva la primera carta del pensa-dor austraco a su maestro datada en abril de 1932. No existe indicacin alguna acerca de lo que ocurri con sus restantes epstolas. Aqu traduzco nicamente esta primera carta y la respuesta de Husserl a la misma.La misiva que Schutz le enva a Husserl con motivo de la publicacin de su primer y nico libro editado en vida, La construccin significativa del mundo social. Una introduccin a la sociologa comprensiva [Der sinnhafte Aufbau der sozialen Welt. Eine Einleitung in die verstehende Soziolo-gie], puede ser leda como un escrito programtico. En ella el socilogo presenta con claridad el proyecto intelectual que lo ocupa durante su perodo viens: la fundamentacin fenomenolgica de la sociologa comprensiva [verstehende Soziologie] de Max Weber. En su respuesta, por su parte, Husserl acoge la propuesta terica schtziana de buena manera elogiando las dotes fe-nomenolgicas del joven autor. Este primer intercambio de cartas da inicio a un vnculo tanto intelectual como afectivo entre ambos que comienza en junio de 1932 con la visita de Schutz a Friburgo, extendindose hasta la muerte de Husserl en 1938. Para un tratamiento exhaustivo de la relacin entre Schutz y Husserl, cfr. Hamauzu (2009), Sebald (2009) y Wagner (1983).**Nota del T.: la versin alemana del intercambio de cartas entre los autores se encuentra en Husserl (1994: 481-483). Agradezco a la editorial Springer por autorizar esta traduccin espaola. Me encuentro en deuda tambin con el Dr. Roberto Walton, la Dra. Graciela Raln de Walton, el Dr. Carlos Belvedere, el Dr. Jochen Dreher y Alejandro Aranda Rickert por la atenta lectura de la traduccin y los comentarios, sugerencias y correcciones.

    2 Nota del T.: cfr. Schtz (1981). Hay versin castellana: Schtz (1993).

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    el mtodo de la sociologa comprensiva fundada por Max Weber. En el progreso de mis estudios, se me hizo cada vez ms claro que la tarea planteada de analizar la socialidad [Sozialitt] en la esfera natural slo puede solucionarse sobre el suelo de una visin fenomenolgicamente esclarecida de los hechos esenciales de la vida de la conciencia, visin que slo y nicamente el anlisis trascendental de la consti-tucin proporciona. Ante todo, los conceptos fundamentales de Max Weber, sen-tido de una accin [Sinn eines Handelns] y comprensin de ese sentido [Verstehen dieses Sinnes], slo pueden ser clarificados suficientemente, a mi parecer, con la ayuda de un anlisis gentico del fenmeno de la temporalidad interna. Como dije, me he esforzado durante aos en este problema, intentando principalmente aplicar el anlisis de Bergson de la dure a las cuestiones propiamente sociolgi-cas, sin lograr empero un xito satisfactorio. Pero el estudio de sus investigaciones sobre el sentido del tiempo interno,3 y ms an la fundamentacin del anlisis de la constitucin en Lgica formal y trascendental,4 fueron una revelacin. Antes de haber estudiado ambas obras, crea ya haber adquirido la esencia del mtodo fenomenolgico tras haberme ocupado durante muchos aos con las Investigacio-nes lgicas5 y las Ideas. 6 Pero, qu injustificada era esta confianza! Recin a partir de Lgica formal y trascendental aprend a comprender el verdadero sentido de las Ideas y a admirar esta produccin filosfica, la ms imponente desde Kant, siempre con creciente respeto.

    Si el estudio de su obra, estimado Sr. Consejero Privado, slo me hubiera ofre-cido la infalible certeza de haber adquirido el nico suelo autnticamente cient-fico de la inteleccin filosfica, esta circunstancia sera ya motivo suficiente para agradecerle respetuosamente por este gran regalo, al cual mi existencia intelectual se sabe profundamente ligada. Pero encuentro tambin en la problemtica de la intersubjetividad trascendental desarrollada por Ud. la clave para casi todos los problemas sociolgicos que me han inquietado a travs de tantos aos. Mi libro, que por cierto se ocupa de los problemas de la intersubjetividad exclusivamente en la esfera natural y renuncia conscientemente a la solucin y tambin a la dis-

    3 Se refiere a las Lecciones de fenomenologa de la conciencia interna del tiempo, dictadas por Husserl en 1905 y publicadas por Martin Heidegger en 1928. Cfr. Husserl (1980). Hay versin castellana: Husserl (2002).4 Nota del T.: cfr. Husserl (1974). Hay versin castellana: Husserl (1962).5 Nota del T.: cfr. Husserl (1975) y (1984). Hay versin castellana: Husserl (1997a) y (1997b).6 Nota del T.: Ideas II e Ideas III fueron publicadas pstumamente. Schutz se refiere aqu por tanto al primer tomo de Ideas aparecido en 1913. Cfr. Husserl (1976). Hay versin castella-na: Husserl (1963).

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    cusin del problema trascendental, no es nada ms que el intento de trasladar sus hallazgos fundamentales al mucho ms humilde, pero an no estudiado a fondo, campo de trabajo de la ciencia sociolgica. El mismo le debe entonces su existencia en lo metodolgico a Ud. y a su obra, y lo mismo vale para su autor en lo que se refiere a su existencia intelectual; y esta afirmacin implica quizs la ms profunda deuda de gratitud de un hombre para con un maestro y gua.

    Mi esperanza de haber asimilado puramente y transmitido la esencia de sus teoras, como las he desarrollado y aplicado en mi problemtica en especial en los captulos II y III de mi libro, se apoya no slo en la para m muy importante aprobacin del Dr. Kaufmann, sino tambin en el hecho de que en las Meditaciones cartesianas, las cuales me fueron accesibles lamentablemente luego de la termi-nacin del manuscrito, creo haber encontrado confirmadas mis interpretaciones de muchas maneras.7

    Si puedo lograr, en efecto, transmitirle al lector interesado en la sociologa un reflejo de la filosofa fenomenolgica en el sentido de su fundador y, de esta mane-ra, demostrar su fundamental significado para los problemas especficos de las ciencias de la sociedad; si puede mi libro tambin incentivar al menos a algunos pocos lectores a ocuparse de las obras que desde mi perspectiva representan la ms grande produccin de la filosofa occidental, eso sera para m la ms hermosa satisfaccin por tantos aos de esfuerzos continuos realizados a pesar de muchas dificultades externas.

    Permtame Ud., estimado Sr. Consejero Privado, agradecerle una vez ms por todo lo que su obra me ha dado y sigue dndome, y concdame la expresin de mi ms indestructible y profunda admiracin,

    Suyo,

    A. Schutz

    7 Las Meditaciones Cartesianas fueron publicadas en francs en 1931. No aparecieron en alemn hasta 1950. Cfr. Husserl (1973). Hay versin castellana: Husserl (2005).

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    Edmund Husserl a Alfred Schutz

    Friburgo, 3 de mayo de 1932

    Querido Doctor Schutz!

    Quera escribirle a Ud. cuanto antes para expresarle que tanto su obra sobre la construccin significativa del mundo social como la cordial carta que la acompaa me alegraron enormemente. El Prof. Otaka, quien en los ltimos das estuvo des-pidindose de m, me dijo que Ud. pronto vendr a Basilea y que estara dispuesto a hacer una breve excursin a Friburgo. Eso me hara muy feliz. Estoy ansioso por conocer a un fenomenlogo tan serio y minucioso, uno de los pocos que penetra-ron en el ms profundo, y lamentablemente tan poco accesible, sentido del trabajo de toda mi vida, y que puedo considerar entre los promisorios continuadores del mismo, como representante de la verdadera philosophia perennis, la nica filosofa preada de futuro: la fenomenologa. Venga, entonces; me har tiempo para verlo. Ser un hermoso momento de symphilosophein.8

    Suyo,

    E.Husserl9

    Traduccin de Alexis Emanuel Gros

    8 Filosofar juntos. Trmino utilizado en la tica Nicomaquea de Aristteles. 9 Schutz visit a Husserl del 18 al 22 de junio de 1932.

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    BIBLIOGRAFA

    Hamauzu, Shinji (2009). Schutz and Edmund Husserl: For Phenomenology of Intersub-jectivity. En Hiashi Nasu et al. (eds.), Alfred Schutz and his intellectual partners. Konstanz, UVK, pp. 49-69.Husserl, Edmund (2005). Meditaciones cartesianas. Mxico, Fondo de Cultura Econmica. Husserl, Edmund (2002). Lecciones de fenomenologa de la conciencia interna del tiempo. Madrid, Trotta.Husserl. Edmund (1997a). Investigaciones lgicas (I). Barcelona, Altaya. Husserl. Edmund (1997b). Investigaciones lgicas (II). Barcelona, Altaya. Husserl, Edmund (1994). Briefwechsel. Band IV. Die freiburger Schler, Karl Schuhmann y Elisabeth Schuhmann (eds.). Husserliana Dokumente, 3. Dordrecht, Kluwer Academic Publishers.Husserl, Edmund (1984). Logische Untersuchungen. Zweiter Band. Untersuchungen zur Ph-nomenologie und Theorie der Erkenntnis. Husserliana, 19. Den Haag, Martinus Nijhoff. Husserl, Edmund (1980). Vorlesungen zur Phnomenologie des inneren Zeitbewutseins. T-bingen, Max Niemeyer Verlag. Husserl, Edmund (1976). Ideen zu einer reinen Phnomenologie und phnomenologischen Philosophie I. Husserliana, 3. Den Haag, Martinus Nijhoff. Husserl, Edmund (1975). Logische Untersuchungen. Erster Band. Prolegomena zur reinen Logik. Husserliana, 18. Den Haag, Martinus Nijhoff. Husserl, Edmund (1974). Formale und transzendentale Logik. Versuch einer Kritik der logi-schen Vernunft. Husserliana, 17. Den Haag, Martinus Nijhoff. Husserl, Edmund (1973). Cartesianische Meditationen und Pariser Vortrge. Husserliana, 1. Den Haag, Martinus Nijhoff, 1973. Husserl, Edmund (1963). Ideas para una filosofa pura y una fenomenologa trascendental. Mxico, Fondo de Cultura. Husserl, Edmund (1962). Lgica formal y lgica trascendental. Ensayo de una crtica de la razn lgica. Mxico, UNAM. Schutz, Alfred (1993). La construccin significativa del mundo social. Introduccin a la socio-loga comprensiva. Bacerlona, Paids.Sebald, Gerd (2009). Einleitung des Herausgebers. En Alfred Schutz, Alfred Schutz Werk-ausgabe III.1. Philosophisch-phnomenologische Schriften 1. Zur Kritik der Phnomenologie Edmund Husserls, Gerd Sebald (ed.). Konstanz, UVK.Schutz, Alfred (1981). Der sinnhafte Aufbau der sozialen Welt. Eine Einleitung in die verste-hende Soziologie. Frankfurt am Main, Suhrkamp. Wagner, Helmuth (1983). Alfred Schutz. An Intellectual Biography. Chicago, The University of Chicago Press.

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    La correspondencia de Alfred Schutz y Harold Garfinkel: Cul era la

    terra incognita y la isla del tesoro?*

    George Psathas**

    1. INTRODUCCIN Y BIOGRAFA

    El 5 de diciembre de 1949, Harold Garfinkel le escribi a Alfred Schutz:

    Soy Teaching Fellow1 del Departamento de Relaciones Sociales de la Universidad de Harvard donde estoy actualmente comple-tando mi tesis de doctorado bajo la supervisin del Dr. Talcott Parsons.

    Por qu estara contactando a Alfred Schutz un joven socilogo nacido en Estados Unidos y estudiante de posgrado que trabajan en su tesis en la Universidad de Harvard bajo la direccin de Talcott Parsons? Presentar una breve biografa de Garfinkel para poder situar mejor sus contactos personales y escritos con Schutz.

    De acuerdo con Garfinkel (2002: 84), l haba sido introducido a la fenomeno-loga cuando era estudiante de la Universidad de Carolina del Norte, durante 1939-42, en cursos de filosofa en los que se presentaron las Ideas de Edmund Husserl,

    1 N. del T.: Cargo equivalente al de un auxiliar docente.

    * Extrado de Nasu, Hisashi; Embree, Lester; Psathas, George; and Srubar, Ilja, eds. (2009). Alfred Schutz and His Intellectual Partners. Konstanz, UVK Vergesellschaft, mbH

    ** Licenciado (BA) y doctor(Ph.D.) por la Universidad de Yale y Master (MA) por la Uni-versidad de Michigan. Es profesor emrito de Sociologa en la Universidad de Boston (desde 1997) y Profesor (desde 1968). All se ha desempeado como presidente y presidente adjun-to del Departamento de Sociologa. Fue presidente de la Society of Retired Faculty and Staff de la Universidad de Boston, co-fundador de la Society for Phenomenology and the Human Sciences (SPHS), co-fundador del The International Institute for Ethnomethodology and Con-versation Analysis y fundador y editor en jefe de Human Studies: An International Journal for Phenomenology and the Human Sciences.

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    The Foundation of Phenomenology de Marvin Farber (1943) y el artculo de Schutz On Multiple Realities(1945). (Probablemente encontr este artculo de Schutz con posterioridad, ya que dej Carolina del Norte en 1942 para servir en el Ejrcito). Recuerda Garfinkel que llev estos escritos con l cuando ingres en el servicio militar (Entrevista, 07/07/01).

    Garfinkel sirvi en la fuerza area de Misisipi, desde diciembre de 1942 hasta enero de 1946, y ense por poco tiempo, desde marzo hasta mayo de 1946, en el Departamento de Ciencias Sociales del Instituto Tecnolgico de Georgia. En el Ejrcito le fue encomendado escribir una historia de su unidad militar y compuso un robusto manuscrito que entreg como parte de su solicitud de ingreso a Har-vard (Entrevista personal, 07/07/01). Inici sus estudios de grado en Harvard en el otoo de 1946, donde vivi hasta 1950.

    En Harvard, Garfinkel estudi con Parsons, Frederick Mosteller, Samuel Stou-ffer, Jerome Bruner, Gordon Allport, Robert Freed Bales y Pitirim Sorokin, en el flamante Departamento de Relaciones Sociales. Entre ellos, Parsons, Mosteller y Bales formaron parte del jurado de su tesis doctoral.

    Desde 1946 hasta 1951, Garfinkel se encontr con Aron Gurwitsch, mientras estaba en Cambridge, y discuti temas de fenomenologa y sociologa (Garfinkel, 2002: 84), particularmente The Field of Consciousness de Gurwitsch, no traducido al ingls por aquel entonces (y que ms tarde Garfinkel hizo traducir al ingls en 1957 para que l y sus estudiantes pudiesen tener mayor acceso al pensamiento de Gurwitsch).2 Gurwitsch encomend Garfinkel a Schutz, y Garfinkel le escribi para presentarse.

    Por consiguiente, la carta citada ms arriba tena una historia en la cual Schutz ya haba figurado de manera prominente en las investigaciones de Garfinkel, aun-que slo a travs de sus escritos y de lo que Gurwitsch hubiera podido transmitirle sobre Schutz. La obra de Schutz no era desconocida para Garfinkel, pero el inters en obtener asesoramiento y una apreciacin crtica, especialmente de sus interpre-taciones sobre Schutz para la sociologa, fueron importantes para l.

    As, Garfinkel y Schutz comenzaron un intercambio epistolar. Tambin man-tuvieron encuentros cara a cara en varias oportunidades (Entrevista personal, 07/07/01), ya que viaj regularmente a Nueva York (Garfinkel, 2002: 84) para pasar tardes de tutora mientras estaba matriculado en Harvard, durante el pe-riodo posterior a esta primera carta y hasta aproximadamente 1950 y luego, nueva-mente, despus de que Garfinkel se haba ido a Princeton en 1950.

    2 Gurwitsch tena una versin de este libro en alemn, que fue traducido por Egon Bittner para Garfinkel.

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    En 1950 acept un puesto como profesor en el Departamento de Instituciones Econmicas y Sociales de Princeton y, desde septiembre de 1950 hasta agosto de 1952, como investigador asistente en un proyecto sobre comportamiento organizacional.

    Los das 15 y 16 de marzo de 1952 ayud a organizar en Princeton el congreso Problems in Model Construction in the Social Sciences, cuyo objetivo fue proponer enfoques interdisciplinarios. Schutz present un artculo titulado Common Sense and Scientific Model Constructs of Human Action and the Concept of Rationality (luego publicado como Common Sense and Scientific Interpretation of Human Action, en 1953, cuya ltima parte probablemente se basa en su trabajo The Prob-lem of Rationality in the Social World) (Schutz, 1943).

    Kurt Wolff convoc a Garfinkel a ocupar un puesto de investigador en la Uni-versidad Estatal de Ohio, desde septiembre de 1952 hasta la primavera de 1954, cu-ando el financiamiento se redujo y busc otro puesto. Fue afortunado al recibir la ayuda de Fred Strodtbeck, un antiguo compaero de posgrado en Harvard, quien lo invit a participar en el proyecto sobre miembros del jurado en Wichita, Kan-sas, dirigido bajo el auspicio de la Escuela de Leyes de la Universidad de Chicago. En este proyecto, entre abril y julio de 1954, conoci y colabor con Saul Mend-lovitz en una investigacin sobre miembros del jurado, acerca de la cual dieron cuenta en un artculo presentado en la Asociacin Americana de Sociologa. En este artculo se menciona por primera vez el trmino etnometodologa.

    En el otoo de 1954 acept un puesto de profesor asistente de sociologa en la UCLA [Universidad de California de Los ngeles] y se mud a California, donde, entre 1957 y 1962, recibi financiamiento de diversas becas y ocupo puestos de investigacin del Servicio Pblico de Salud de los Estados Unidos, Institutos Na-cionales de Salud y, simultneamente, colabor con el Departamento de Psiquiatra de la UCLA.

    En 1959-60 lleg a Harvard como investigador del Departamento de Relacio-nes Sociales y, despus de volver a California, pas un ao como investigador en el Centro de Prevencin del Suicidio de Los ngeles, durante 1963-64. En 1960, se convirti en profesor de sociologa y permaneci en la UCLA durante el resto de su carrera acadmica, a la vez que pas algunos aos sabticos y fue profesor invitado en diversas instituciones desde aquel entonces hasta el presente. Se jubil como profesor de sociologa en la UCLA, en 1987.

    No detallar estos ltimos aos porque el periodo que deseo enfocar es el que va desde 1939 hasta 1959, un periodo de 20 aos durante el cual Garfinkel se familiariz con la filosofa fenomenolgica de Edmund Husserl, particularmente Ideas I, la ex-gesis de Husserl que propone Marvin Farber, la obra de A. Gurwitsch, las teorizacio-

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    nes de Parsons en The Structure of Social Action (1937), The Social System (1950) y otros escritos, la obra de Kenneth Burke, particularmente, The Grammar of Motives, y una amplia variedad de lecturas de sociologa, psicologa social y psicologa, incluy-endo a William James, William I. Thomas, Florian Znaniecki, Georg Herbert Mead (Mind, Self and Society y The Philosophy of the Present), Kurt Lewin y la teora del campo, as como los escritos de Alfred Schutz, en particular, su artculo On Multiple Realities (1945) y The Problem of Rationality in the Social World (1943).

    A lo largo de estos aos, pas de comenzar la maestra en Carolina del Norte (1939-42) a ser profesor de sociologa en la UCLA (1960).

    En este periodo de 20 aos, quiero hacer foco especialmente en lo que Garfin-kel estaba leyendo, la investigacin que estaba haciendo, los artculos que estaba escribiendo y las charlas que estaba dando, as como en las diversas maneras en que estas cuestiones estaban relacionadas con sus lecturas de la fenomenologa y las obras de Alfred Schutz. La correspondencia es slo una clave para mostrar la manera en que el pensamiento de Garfinkel se estaba desarrollando y cmo Schutz lo influy.

    No obstante, a travs de esta discusin uno debera estar constantemente alerta de que Garfinkel estaba profundamente comprometido con cuestiones filosficas en cuanto stas afectaban a la sociologa, que estaba leyendo ampliamente, de-sarrollando y sosteniendo relaciones acadmicas y de amistad con muy diversos socilogos con los que entr en discusin, comparti seminarios e investig, y que era un pensador original, luchando constantemente por desarrollar su enfoque distintivo de los problemas sociolgicos que le interesaban. Garfinkel examin, tom prestadas, replante, revis, reformul, critic y expandi las diversas fuentes con las que estaba familiarizado, adems de buscar continuamente desarrollar de manera original su propia perspectiva. Reconoce su deuda con muchos autores y es generoso en sus agradecimientos (ver su captulo sobre Agradecimientos (Gar-finkel, 2002)) pero permaneci firme en su visin peculiar.

    2. INTERCAMBIO EPISTOLAR Y TESIS DE DOCTORADO

    El 8 de octubre de 1953, Garfinkel le escribi a Schutz desde la Universidad de Ohio para enviarle dos artculos que haban sido elaborados durante el ltimo ao para un seminario de la facultad. El primero, con el ttulo Four Pre-Theoretical Decisions of Talcott Parsons and Alfred Schutz, sin duda, provena de un captulo de su tesis, probablemente el captulo 5, titulado A Comparison of the Decisions of Parsons and Schutz.

    Sin embargo, antes de continuar es necesario decir algunas palabras sobre la

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    tesis. Garfinkel ya haba le enviado a Schutz la tesis completa que tiene una ex-tensin de 602 pginas, excluyendo los apndices y la bibliografa puesto que en la carta le pide que le sea devuelta.3 La tesis haba sido aprobada en junio de 1952 en Harvard. Los escritos de Schutz que cita son prcticamente todos los que esta-ban disponibles en el momento en que la escribi (Schutz, 1932, 1940, 1945, 1948, 1950, 1951, 1952). Sus citas a lo largo de la tesis son vastas y, en base a las compara-ciones que hizo en este captulo, finalmente adopt la perspectiva de Schutz en el estudio experimental que compone la tercera parte de su tesis y tiene una extensin de ms de 200 pginas. Esta investigacin es el primero de sus experimentos sobre la incongruencia y representa un intento de investigar empricamente las maneras en que se reacciona a las disrupciones de los supuestos de la actitud natural y cmo los sujetos le otorgan sentido en una situacin que requiere eleccin (ms adelante agregar ms detalles sobre este estudio).

    En su respuesta del 19 de junio de 1954, Schutz indica que est devolviendo la tesis sin haber podido hacer los comentarios que quera hacer, probablemente por su viaje a Europa y Mxico, pero haba ledo el artculo mencionado arriba, que parece ser una hbil condensacin de su tesis,4 y tambin un segundo artculo que discutir en la Parte III, ms abajo.

    Esta parte de la tesis hace una extensa comparacin entre Parsons y Schutz sobre diferentes bases, a saber:

    (1) una teora de los objetos; (2) el estatus lgico y el uso de tipos ideales empri-cos; (3) el observador como parte del campo de observacin; (4) los elementos in-variantes de la accin social; (5) la naturaleza de la relacin social; y (6) el estatus lgico y el uso de categoras subjetivas (Garfinkel, 1952a: 90-91).

    3 Tampoco s cundo podr estar en Nueva York para recoger mi tesis y conversar sobre ella Me la enviara por correo? Me complacera pagar el costo de envo (Garfinkel, 1953).4 Acabo de volver de un viaje de varias semanas a Mxico y este viaje me dio la primera y bienvenida oportunidad en el avin de analizar cuidadosamente los diferentes artculos que usted tuvo la bondad de enviarme el ltimo otoo, precisamente, antes de que comenzara a viajar a Europa. Por supuesto, me alegro de ver el progreso en su pensamiento y tambin me complace que haya considerado algunas de mis contribuciones suficientemente estimu-lantes para utilizarlas como punto de partida de su propio trabajo. Desde luego, sera bueno que est aqu por un tiempo y discutir cuidadosamente los interesantes comentarios que hizo sobre Parsons y mi obra. Ms all de la distancia, me gustara poder hacerle algunos comentarios sobre el artculo en el que confronta mi teora con la de Talcott Parsons, que pa-rece ser una hbil condensacin de su tesis, la cual, lamentablemente, tengo que devolver sin haber podido hacerle los comentarios que quera hacer. Por cierto, espero que el manuscrito le haya llegado en buenas condiciones, fue enviado desde mi oficina durante mi ausencia y no supe de usted desde aquel momento. Esperemos que pronto pueda estar en Nueva York para que podamos tener una conversacin abierta y franca (Schutz, 1954).

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    Garfinkel indic que no es su intento criticar ni a Parsons ni a Schutz, sino nicamente encontrar mediante la comparacin de qu manera sus diferentes de-cisiones influyen en concepciones diferentes sobre lo social.

    (1) La respuesta de Schutz

    La comparacin provoca las siguientes inquietudes de Schutz(1) Si las diferencias entre l y Parsons son diferencias tan fundamentales

    como Garfinkel cree.5

    (2) Si las teoras de la correspondencia y de la congruencia que Garfinkel de-linea proveen un anlisis adecuado de sus diferencias.

    (3) Por ltimo, si la diferencia entre ellos es una diferencia en el nivel de las investigaciones empricas, ya que Parsons trata de llegar a una teora de la accin coordinando primero los hallazgos de las diversas ciencias sociales para desarrollar luego categoras bsicas tales como rol, expectativas, etc., mientras que l (Schutz) trata de explicar fenmenos del mundo social en trminos de las experiencias que las personas tienen en el mundo de la vida cotidiana de la actitud natural. Schutz propone que el enfoque de Parsons empieza donde el de l termina y que sus inves-tigaciones prepararan un marco conceptual de referencia coherente con Parsons.

    (2) Teoras de la correspondencia y la congruencia6

    Las principales decisiones o diferencias, argumenta Garfinkel, pueden ser atribuidas al uso que hace Parsons de una teora de la correspondencia de la reali-dad, contra el uso que hace Schutz de una teora de la congruencia.

    (a) Una teora de los objetos

    La teora de la correspondencia de la realidad conlleva el punto de vista de que el objeto es un objeto real y que cualquier interpretacin o representacin con-

    5 Leyendo su interpretacin de Parsons y mi teora, no estoy tan seguro de que haya real-mente diferencias tan fundamentales entre nuestras decisiones, como usted supone que prevalecen. Desde luego, estoy completamente al tanto de que tiene que exagerar lo que me separa de Parsons para esclarecer su punto. Tambin puede ser que no capte por completo la diferencia fundamental entre lo que usted llama teora de la correspondencia y teora de la congruencia (Schutz, 1954).6 Esta nocin es la reformulacin de lo que Garfinkel afirma que son las distinciones de Felix Kaufmann (1944), excepto que Kaufmann us el trmino teora de la coherencia adecuada y no teora de la congruencia.

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    ceptual, metodolgica o terica es slo una aproximacin o una plida reproduc-cin (Garfinkel, 1952a: 95).

    En la teora de la congruencia de la realidad, el objeto percibido es el objeto concreto y no una aproximacin a l el mundo es tal como aparece (ibid.: 96). La concrecin del objeto est fundada en el objeto constituido como una unidad de sentidos (ibid.: 96). Por tanto, habr realidades mltiples, una pluralidad de mundos de sentido cada uno constituido por su actitud particular (ibid.: 96).

    En la teora de la correspondencia, las uniformidades de la naturaleza son refle-jadas en leyes empricas, mientras que en la teora de la congruencia, las leyes empri-cas son una una declaracin de las uniformidades de la experiencia del observador (ibid.: 99) y tales experiencias reconstituyen un mundo de acuerdo con las reglas par-ticulares de la actitud cientfica y los procedimientos del mtodo cientfico (ibid.: 100).

    (b) El estatus lgico y el uso de tipos ideales

    La teora de la correspondencia supone las propiedades de la racionalidad en el mundo social, es decir, que el lenguaje no es constitutivo del objeto y que las rep-resentaciones abstractas actan como normas arbitrarias de comparacin con los hechos reales (ibid.: 104). Asimismo, que el objeto permanece independiente de la fluctuacin de la apariencia y el cambio de las circunstancias.

    Para Schutz, el objeto es constituido de acuerdo con la intencin del actor, sin nada que quede afuera (ibid.: 105); por lo tanto, la cuestin de la relevancia se vuelve importante si se desea describir las caractersticas estructurales que organi-zan a un objeto. A estos efectos sera necesaria una descripcin fenomenolgica, mientras que Parsons provee un sistema de clasificacin (los patrones variables) como una organizacin a priori.

    Para Schutz, el tiempo y lugar del actor, as como su conjunto de relevancias, son aspectos de la organizacin de una unidad de sentido y esa organizacin no es una aproximacin al objeto sino el objeto tal como es para el actor. El lenguaje es, por lo tanto, inseparable de la unidad de sentido. Entonces, el tipo ideal emprico es el objeto construido segn el modo en que el actor se orienta a l.

    (c) El observador como parte del campo de observacin

    En la teora de la correspondencia, el observador se convierte en quien decide si el conocimiento del mundo del actor es acertado y, metodolgicamente, utiliza criterios que son externos a la experiencia del actor para decidir qu es para ste cuestin de creencia, fantasa, realidad, teora, sentimiento, etc. El hombre racio-nal y el cientfico racional ideal comparten la comunidad de un mundo evaluado

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    racionalmente (ibid.: 112) cada uno encontrara la verdad si siguiese proced-imientos racionales;verdades que son independientes de las propias circunstancias del observador.

    Para Schutz, tales nociones estn suspendidas, ninguna comunidad ni el hom-bre racional son presupuestos, y la problemtica que surge es tratar de entender cmo las personas se conducen construyendo, manteniendo, alterando, validan-do, cuestionando y definiendo un orden juntos (ibid.: 114).

    El actor y el observador actan slo sobre la base de lo que conocen y la respuesta acerca de la manera en que proceden tiene que encontrarse en las con-strucciones de la vida cotidiana, () la estructura de relevancias, () las lgicas de la vida cotidiana (ibid.: 116) y lo que es adecuado para el propsito a mano. La racionalidad para el actor ha de hallarse en las caractersticas del modelo de actor, las operaciones de juicio, eleccin, clculo de resultados, etc. que de hecho emplea (ibid.: 117). Tales cuestiones no seran de inters para Parsons.

    (d) La naturaleza de la relacin social

    Las ideas de Parsons son presentadas en una cita de cuatro prrafos tomada de Toward a General Theory of Action (Parsons y Shils, 1951: 16) e incluye las no-ciones de complementariedad de la orientacin de las expectativas de los actores, con posibles evaluaciones del grado de conformidad de las expectativas de accin propias de cada actor con las del otro. Cada uno enfrenta una doble contingencia en la interaccin en el sentido de que las gratificaciones de uno estn supeditadas a su seleccin entre alternativas disponibles tal como lo estn las del otro. Los sentidos estables o convencionales, las orientaciones normativas de la accin y el sistema simblico compartido se suponen inherentes al sistema social. Ego y alter no se constituyen por las maneras en que cada uno categoriza la experiencia, mientras que para Schutz estn constituidos de ese modo.

    Para mostrar el punto de vista de Schutz, Garfinkel cita unas diez pginas, a espacio simple, tomadas del artculo que presenta Schutz (1952) en el congreso de Princeton, publicado ms tarde como Common Sense and Scientific Interpre-tation of Human Action (Schutz, 1953; tambin en Schutz, 1962). Este artculo delinea: a) el conocimiento de sentido comn que el individuo dispone sobre el mundo como un sistema de construcciones de sus tipicidades; y b) el carcter in-tersubjetivo del conocimiento de sentido comn y su implicacin. La reciprocidad de perspectivas, la estructura del mundo social y sus tipificaciones a partir de con-strucciones de sentido comn, la interaccin social y el observador, estn todos incluidos aqu.

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    (e) El estatus lgico de las categoras subjetivas

    Para la teora de la correspondencia y para Parsons, el sujeto y el objeto estn en una relacin que, a travs de las orientaciones de la accin, permite crear, mantener y modificar de diversos modos el sistema de relaciones. El observador necesita, entonces, sondear bajo el crneo para descubrir la definicin de la situacin del actor si es que acaso ste ha desarrollado un control autnomo. La comunidad de sentido no es considerada por el observador para proveer fundamentos adecuados para predecir la accin.

    (3) La respuesta de Schutz

    Segn Schutz, para quien la nocin de categoras subjetivas es engaosa, el modelo del observador incluye el modelo del mundo que se hace el actor, en cuanto el observador construye el modelo del actor (Garfinkel, 1952a: 142). No hay necesidad de mirar debajo del crneo.7 El comportamiento del actor est dis-ponible para el observador y, a partir de los signos generados por estos actores, el observador construye un ttere analtico visto como un actor con maneras tipi-ficadas de experimentar un orden tipificado de objetos (ibid.: 143). Al proceder as, utiliza las reglas establecidas de esta manera para interpretar las actividades de la persona emprica.

    Con respecto a este anlisis de Garfinkel sobre las diferencias entre Schutz y Parsons y las teoras de la correspondencia y la congruencia, Schutz comenta: Tam-bin podra ser que no capto completamente la diferencia entre lo que usted llama teora de la correspondencia y de la congruencia, aunque agrega ms adelante: es-toy seguro que usted entendi que sta es mi posicin fundamental (Schutz, 1954).

    Me parece que Schutz no consider esta elaboracin como necesaria y, donde Garfinkel estaba tratando de apuntar a diferentes posiciones ontolgicas (as como epistemolgicas) de los dos, Schutz estaba satisfecho con dejar que estas diferen-cias sean descriptas en trminos de cmo cada uno podra proceder en la investig-acin. Schutz acepta que hay diferencias con Parsons (como la correspondencia de 1940-41 entre ambos ya lo haba demostrado) (Grathoff, 1987). De todos modos, Garfinkel estaba escribiendo una tesis bajo la direccin de Parsons y, en vez de una

    7 Esta metfora ha sido repetida consistentemente en diferentes versiones por Garfinkel. Por ejemplo, si uno mira debajo del crneo, todo lo que se encuentra es cerebros, es decir, no sentidos. Aqu agrega, incluso los dispositivos ms refinados que pudiesen traducir las ondas cerebrales al contenido de la corriente de experiencia no eliminaran la necesidad de este postulado de la interpretacin subjetiva (Garfinkel, 1952a: 143).

    La correspondencia de Alfred Schtz y Harold Garfinkel

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    crtica directa a Parsons, ofrece comparaciones que le posibilitaran seguir mejor una perspectiva alternativa.

    Schutz dirigi la atencin de Garfinkel hacia las diferencias en el plano de la investigacin. Para Garfinkel, de hecho, esto era verdad y, en la medida en que sigui el enfoque de Schutz, sus propias investigaciones lo llevaron lejos de Par-sons. Es interesante sealar que, a pesar de que Parsons era su director de tesis, sta misma representa una consideracin crtica y un rechazo de Parsons a favor de Schutz.8 Sea como fuere, la pregunta que permanece es si Garfinkel estaba propo-niendo incluso algo diferente de lo que Schutz podra haber aceptado.

    Porque el problema principal de su tesis era la percepcin del otro y llevaba por subttulo una investigacin sobre el orden social, su comparacin entre Schutz y Parsons lo condujo, segn indica Garfinkel, a hallar que diferan con respecto a la manera en que concebiran el problema del orden social. Seal Garfinkel que el conjunto de decisiones de ambos puede dar lugar a diferentes teoras sobre el orden social, pero que una manera de tratar sus diferencias sera considerar qu prob-lemas plantea cada uno y qu soluciones son propuestas para resolverlos. Garfinkel propone que el punto de vista de Schutz lleva a una aproximacin al problema del orden social que delinea del siguiente modo.

    (4) La solucin parsoniana segn Garfinkel

    Parsons se pregunta: son los cambios en la situacin y el actor independien-tes entre s? Cmo puede describirse desde el punto de vista de un observador un sistema de actores en una situacin de accin sin reducir la mirada del actor a un mero epifenmeno? (Garfinkel, 1952a: 145). Ante el riesgo de caer en el indeterminismo, cabe preguntarse puede permitrseles a la mirada del actor y las acciones individuales transformarse en fuentes de cambio en el sistema? Por el contrario, ante el riesgo del determinismo, puede ser visto el sistema como un conjunto de fuerzas impersonales que mueven a los individuos mientras que, al mismo tiempo, son conscientes o no de que esto les ocurre?

    Las soluciones de Parsons se encuentran en su uso de la metfora del equilibro del sistema y la nocin de que el sistema y el ambiente (o entorno [setting]) refi-eren uno al otro, de tal manera que el sistema de accin est sistemticamente re-lacionado con un entorno estructuralmente relevante. Ciertas operaciones, como

    8 Anne Rawls (Garfinkel, 2002: 4, n8) comenta a este respecto que, segn Garfinkel, Parsons le dijo que no entendi la tesis pero que la refrendaba, de todos modos, porque estaba seguro de que es un buen trabajo.

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    el mantenimiento del lmite, mantienen la diferencia de un sistema respecto a su entorno [setting] (ibid.: 148). El sistema puede, por lo tanto, tener la caracterstica de ser auto-sustentado y continuo.

    La decisin de Schutz, argumenta Garfinkel, requiere un vocabulario que con-temple la estructura plena de sentido del mundo social, incluidos el actor, la ac-cin y la situacin, los que son utilizados para concebir el fenmeno, es decir, la continuidad de la actividad. Una dimensin temporal ya est contemplada en la formulacin de Schutz y el resultado es que el mundo pleno de sentido es consti-tuido, conservado y alterado a travs de las acciones de los actores (ibid.: 149). Mientras que las condiciones de un mundo pleno de sentido persistan, la continui-dad de la accin interpersonal sustenta al orden social.

    El problema del orden, para Parsons, consiste en la tarea del observador de es-tablecer qu se requiere para el mantenimiento del sistema de accin como sistema. En Schutz son las condiciones estructurales de un sistema de accin y exactamente cmo stas son conservadas las que se convierten en problema. Por ejemplo, al examinar un orden particular de la realidad, por caso, el mundo de los sueos, o el mundo del teorizar cientfico, o el mundo de la vida cotidiana, cmo son conser-vadas las condiciones estructurales (que Schutz cuenta en nmero de seis)?

    De manera similar, con respecto a los supuestos adoptados en lo relativo a la conducta humana, el enfoque de Parsons mostrara cmo las caractersticas del actor operando dentro de un sistema de accin conservan al sistema, mientras que Schutz enfocara cmo las caractersticas del actor son conservadas al actuar dentro de un sistema de accin.

    En su anlisis, Garfinkel seala que en mi opinin la decisin de Schutz de afrontar nuevamente el problema de la relevancia del tiempo en la definicin de las estructuras de la accin, es un enfoque alternativo, prometedor y esclarecedor (ibid.: 151).

    Los captulos siguientes tratarn de volver a moldear, siguiendo a Schutz, la estructura de la accin social el ttulo del libro ms importante de Parsons sobre el tema (Parsons, 1937) pasando del esquema medio-fin, a las nociones scht-zianas concernientes al actor, la accin y la situacin de accin.

    En los captulos 7-13, Garfinkel trata las seis caractersticas estructurales de las provincias finitas de sentido tal como son presentadas por Schutz en On Multiple Realities, con ttulos de captulos agrupados bajo el ttulo de El Rol: cap. 7 La forma de la socialidad (caracterstica N 5 en Schutz); cap. 8 El modo de donacin del yo [self] (N 4 en Schutz); cap. 9 El modo de la consciencia del tiempo (N 6 en Schutz); cap. 10 La epoj (N 2 en Schutz); cap. 11 El modo de la atencin a

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    la vida (N 1 en Schutz); cap. 12 La forma de la espontaneidad (N 3 en Schutz); cap. 13 Los constructos del estilo cognitivo en su relacin unos con otros.

    En el captulo 6, Garfinkel disea los supuestos y definiciones que guiarn el resto de la indagacin. Estos incluyen: 1) el marco de referencia de la accin () al nivel de los supuestos de la conducta; 2) el concepto de actor; 3) el concepto de accin; 4) el concepto de un orden de objetos; y 5) el concepto de relacin social.

    As, se propone utilizar el marco terico de Schutz de seis caractersticas de las realidades mltiples a pesar de que advierte que no puedo decir, de todos modos, que el uso que se hace de ellas o la manera en que las he definido sera aprobada por el Dr. Schutz.

    Todas las actitudes, estilos cognitivos o modos de atencin, a los cuales tambin se refiere Garfinkel como roles, tienen estas seis estructuras, y si se ofrece una especificacin emprica de cada una, entonces, se habr logrado una descrip-cin completa de la condicin del hacer [make-up] del actor (Garfinkel, 1952a: 162). Los conceptos de accin y orden de los objetos de accin, que Garfinkel de-linea en los captulos 14-16, proporcionen el resto de las condiciones del hacer del actor [make-up].

    (5) Las interpretaciones de Garfinkel

    Esta larga exposicin y anlisis representa la interpretacin de Garfinkel de las nociones de Schutz con respecto a las realidades mltiples en trminos de la rel-evancia del marco terico [framework] para realizar investigaciones empricas y experimentales. Garfinkel ya haba decidido que usara un formato experimental para probar ciertas hiptesis, formuladas de una manera amplia, con respecto a las consecuencias de la eliminacin o la imposibilidad de ser implementadas de cual-quiera de estas seis caractersticas de una provincia finita de sentido. Sus anlisis de la interrelacin de estas caractersticas lo condujeron a concluir, primero, que cu-alquier falla en una de ellas tendra serias consecuencias para el resto, pero, funda-mentalmente, y dado el inters en concebir un experimento en el que slo un sujeto experimental participase a la vez, tendra que manipular la presencia o ausencia de cualquiera de las seis caractersticas y observar el efecto en la aptitud del sujeto ex-perimental para actuar bajo condiciones diferentes. En la situacin que concibi, se le peda al sujeto experimental que escuchase lo que se presentaba como una entrev-ista real entre el entrevistador de una escuela de medicina y el aspirante a ingresar a ella. En cuanto fueron introducidas diversas manipulaciones por el experimentador (Garfinkel), quien actu como un investigador que analiza las evaluaciones de los ingresantes a la carrera de medicina de Harvard, las acciones, respuestas a pregun-

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    tas, observaciones y estimaciones de los sujetos pudieron ser observadas y grabadas.El teorema que Garfinkel pretende que sea estudiado est formulado simbli-

    camente como (m=0)>(F=0) donde m es el esquema motivacional del actor, F es la provincia finita de sentido, y 0 es el estado donde cualquiera de las seis carac-tersticas de la realidad no ocurre o no est presente, siendo 1 el estado donde todas estn presente y perduran en el tiempo.

    Sus anlisis lo haban llevado a formular la relacin entre las seis caractersticas como conformando el carcter sistemtico de un estilo cognitivo que sera per-turbado si l pudiera introducir experimentalmente la posibilidad de la falla de una caracterstica, su desaparicin o, si acaso fuese requerida una respuesta interaccio-nal de otro, la inadecuacin o falla de tal respuesta.

    El orden social que estaba interesado en investigar, por lo tanto, era equiva-lente a una provincia finita de sentido en la cual una parte, el sujeto experimental, est involucrado en un sistema de orden que requiere que el otro opere dentro del mismo estilo cognitivo. Si pudiera inducir lo que para el sujeto experimental sera el aparecer (y la certeza) de que el otro no estaba operando de ese modo, entonces, la consecuencia sera una disrupcin de la provincia finita de sentido para el sujeto, o, segn sus palabras,

    si falla la otra persona inoperante como objeto, el orden falla en encontrar los criterios de organizacin; entonces, si el esquema motivacional falla, el otro como objeto falla y la organizacin de la experiencia falla (ibid.: 396).

    El teorema puede ser presentado como una proposicin pasible de ser probada, la cual, seala Garfinkel, tiene la forma de una generalizacin emprica universal.

    Si la persona est operando dentro de la actitud natural y se per-turba su concepcin acerca de la otra persona, de modo que sea incapaz de formar una concepcin de sta, entonces, en el punto en que esa concepcin fallaser incapaz de escuchar lo que el otro est diciendo o reconocer lo que el otro est haciendo y experimentar el comportamiento de la otra persona como si fuesen sonidos y movimientos sin sentido (ibid.; 400).9

    Este elaborado e ingenioso experimento le tom a Garfinkel mucho esfuerzo para planificarlo, dirigirlo y coordinarlo porque l se puso en el centro del mismo.

    9 Aunque Garfinkel ofrece dos proposiciones que pueden ser testeadas, son idnticas, salvo por la modificacin de que, dado el uso de una entrevista grabada en vez de una entrevista en vivo, el sujeto no podra ver lo que el otro estaba haciendo, sino slo escucharlo.

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    Lo dise, actu como entrevistador de la carrera de medicina en la entrevista grabada, reclut a los sujetos-estudiantes universitarios de Harvard, los entrevist, estuvo presente durante la sesin experimental que requiri que escuchen una ent-revista (la ideal), que escuchen una segunda entrevista, los entrevisten de nuevo, pasen otra vez la segunda entrevista, y luego, en un interrogatorio ms a fondo del sujeto, proceder para evitar permitirles escapar de la situacin, pero que con-tinen respondiendo preguntas respecto a sus percepciones del otro.

    Garfinkel analiz las observaciones que hizo de las respuestas y acciones de los sujetos, incluyendo indicadores evidentes de lo que juzg como ansiedad. Asimis-mo, construy muchos indicadores que podran ser registrados en escalas cuanti-tativas de medida. Sus cuadros de anlisis son vastos, las pruebas de significado de las medidas previas y posteriores a los cambios en las percepciones de los suje-tos son numerosas, pero la interpretacin de los hallazgos del experimento no son tan substanciales como sus expectativas pudieron haber anticipado.

    Debera notarse que en esta poca el pasaje a la cuantificacin y la medicin eran omnipresentes en la sociologa estadounidense. Algunos de los estadsticos sociales ms destacados estaban presentes en Harvard y Princeton (Frederich Mo-steller y Frederich F. Stephan), el laboratorio de observacin de pequeos grupos del Departamento de Relaciones Sociales estaba entre los primeros en el pas y su investigador principal, Robert F. Bales, estaba en el jurado de la tesis doctoral de Garfinkel. Estaba rodeado del espritu dominante de la poca y, supondra yo, esperablemente involucrado en l, un espritu que, segn reconoci, lo atrajo a Harvard desde Carolina del Norte en primer lugar.10

    De todos modos, no se transform en un converso del movimiento hacia la cuantificacin y puede haber utilizado tcnicas elaboradas de anlisis estadstico a los fines de satisfacer requerimientos especficos para la presentacin de la tesis. Aunque en sus Studies (Garfinkel, 1967) continu presentando tablas y cuadros, y alude a datos, sus usos de la estadstica se valen de escalas ordinales o nominales de medida (es decir, si/no; prendido/apagado; presente/ausente; estimaciones medi-ante escalas de reacciones o respuestas conductuales en forma numrica).

    El experimento demostr que la incongruencia podra ser producida y resuelta de diversos modos por los sujetos. No avanzar en los detalles del experimento,

    10 En Carolina del Norte () fui admitido por estudiantes de postgrado en la camarilla lo-cal (que soaba que la recientemente aparecida ciencia de la sociologa () slo poda hal-larse en los escritos de las facultades de ciencias sociales de Chicago, Columbia y Harvard). Adems crean que Parsons era uno de los pocos tericos preocupado por el problema del sentido (Garfinkel, 2002: 83).

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    sino que me enfocar en el resultado.11

    La recapitulacin de los hallazgos que Garfinkel presenta es breve (y aguda) porque, a pesar de lo elaborado que fue su experimento, los numerosos sujetos es-tudiados (fueron 28) y la variedad de observaciones y medidas llevadas a cabo, fue incapaz de controlarlo como debera suceder en los buenos experimentos por un severo error de medicin y lo que hoy en da sera llamado sesgo y expectati-vas del investigador.

    Garfinkel encontr que tuvieron lugar elevadas correlaciones entre el actuar [make-up] del actor y el grado del disturbio bajo los procedimientos utilizados para efectuar la destruccin del esquema de motivos. En otras palabras, el sujeto tuvo dificultades para mantener el sistema de orden cuando su percepcin del otro padeci un cambio radical o una modificacin. En este respecto, su investigacin respalda la nocin tomada de Schutz de que en la actitud natural, cuando la per-sona es confrontada con modificaciones en la manera en que el otro es percibido, de tal modo que el estilo cognitivo de la provincia finita de sentido no puede ser sostenido, las personas intentarn reinterpretar la situacin, si es posible, encon-trar congruencias, revisar los supuestos de las propias creencias con anterioridad sostenidas fuertemente, etc. Garfinkel se refiere a ello como cambios en los relatos motivacionales, las reglas acerca de los disturbios y los dispositivos para resolver la incongruencia de haber estado equivocado sobre una cosa obvia () La actitud natural () no es tal que, dentro de sus reglas, uno pueda fcilmente mantenerse indiferente a la posibilidad de la sustitucin de ideas. (Garfinkel, 1952a: 594).12

    Sin embargo, Garfinkel (transformando limones en limonada) examina me-ticulosamente las declaraciones y respuestas de los sujetos para descubrir un con-junto de estrategias (o lo que ms tarde llamar mtodos) para resolver la in-congruencia. El captulo 24 lleva por ttulo Maneras de resolver la incongruencia, e incluye mtodos tales como adoptar una descripcin alternativa del candidato; encontrar en las grabaciones defectos personales propios que afectan el juicio so-bre los candidatos; cambiar la evaluacin y encontrar razones para hacerlo; aceptar

    11 Garfinkel incluye una breve descripcin del mismo en Studies in Ethnomethodology (Gar-finkel, 1967: 58-67) y tambin en Garfinkel (1963: 228-235). En el artculo de 1963 se refiere al experimento como una demostracin del quebrantamiento [breaching] de la comprensin de lo que todos saben que son las bases correctas de la accin de un mundo social real.12 En Estudios de etnometodologa [Studies in Ethnomethodology] (1967: 65) alude a estos problemas del siguiente modo: como los procedimientos de clculo eran groseros, a causa de serios errores de diseo y procedimiento, y por el argumento post hoc, estos resultados no hacen ms que ilustrar aquello de lo que hablo. Bajo ninguna circunstancia deberan ser considerados como resultados.

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    como exitoso el informe presentado por el segundo candidato y utilizar esto para evaluar retroactivamente lo que haban escuchado antes, etc. (ibid.: 594).

    (6) Continuaciones de Garfinkel

    Si Schutz de verdad haba ledo la tesis, no resulta evidente a partir de sus comentarios que hubiera entendido en qu andaba Garfinkel. Schutz se enfoc, principalmente, si es que no exclusivamente, en el anlisis y la comparacin entre Parsons y su teora.

    La tesis misma estaba orientada a transformar el anlisis schtziano de las re-alidades mltiples en un posible programa de investigacin emprica. A esta altura, Garfinkel parece haber aceptado las formulaciones de Schutz, incluso al punto de querer intentar operacionalizar las seis caractersticas de una provincia finita de sentido, de tal manera que sus manifestaciones empricas pudiesen ser estudiadas experimentalmente o, como seala en sus trabajos posteriores, mediante disrup-ciones no sistemticas pero, sin embargo, reveladoras de las expectativas en las situaciones de la vida cotidiana.

    Schutz, argumentar, no logr ver las implicaciones de lo que Garfinkel es-taba haciendo, lo cual, ante todo, no tena que ver con el nivel terico. Garfinkel no estaba intentando descubrir provincias finitas de sentido adicionales para de-scribirlas, ni estaba interesado en extender los anlisis de Schutz para tratar de averiguar cmo diferentes provincias de sentido se intersectan o se refieren una a otra. Garfinkel acept que el actor en la actitud natural o la realidad primordial de la vida cotidiana seguira siendo el foco de atencin de la sociologa. Pero, dado el punto de partida de Schutz, Garfinkel se pregunt: cul es la base del orden social? Cmo lo constituyen, mantienen y modifican los actores en su vida cotidiana? Y, finalmente, cmo las interacciones de los actores y las percepciones mutuas de la conducta de los otros afectan al sistema de orden en el tiempo vivido? La experi-encia del actor, seal Garfinkel, era el principal inters de la sociologa. Una soci-ologa emprica tendra que seguir la orientacin de Schutz, pero, a la vez, buscar agregar nuevos descubrimientos mediante un anlisis meticuloso de las maneras en que los actores de la vida cotidiana, en situaciones reales de eleccin y accin, lograban hacer las cosas mismas que sostenan el orden al cual estaban orientados. Precisamente, cmo esto se llevaba a cabo? se transform en su pregunta, y no cmo podra ser teorizado.

    El punto de vista de Schutz, segn el cual su planteo discrepaba con el de Parsons en cuanto a la investigacin, era correcto. Y era Garfinkel quien estaba luchando

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    por explorar las implicaciones de esa diferencia. Garfinkel sinti que la perspectiva de Schutz ofreca una apertura a un mundo de problemas no descubiertos. Ms que los mtodos de procedimiento de los cientficos o, incluso, los mtodos de los miembros que los habilitaban a restaurar el orden de cara a la disrupcin, la verdadera terra incognita eran las actividades de produccin-mantenimiento-y-alteracin-del-orden de actores reales en el mundo de la vida cotidiana.

    Garfinkel no articula estas ideas en su tesis de una manera tan coherente como en sus ltimos escritos. Pero creo que stas estn presentes en 1952 y ms tempra-no, lo cual se vuelve evidente inmediatamente en la primera investigacin a la que se dedica despus de 1952, es decir, el estudio sobre los miembros del jurado que, en su artculo de 1954 con Mendlovitz, es descripto como etnometodologa.13

    En su correspondencia del 20 de agosto de 1958 con Schutz nunca menciona el trmino, aunque seala que le est mandando un paquete con escritos. En la respuesta de Schutz de octubre de 1958 dice que el paquete con escritos anunciado en su carta no ha llegado an. Agrega que planea otro viaje a Europa. No era po-sible que se encontraran en septiembre cuando Garfikel haba llegado a Harvard por un congreso y Schutz agrega: ser lo suficientemente amable para enviarme sus artculos para fines de noviembre as puedo leerlos durante la semana de Navi-dad. Schutz muri en la primavera siguiente, en 1959.

    Schutz nunca mencion ni cit a Garfinkel, cuyos escritos, para 1958, incluan dos artculos publicados (1956a, 1956b), dos informes sobre el proyecto acerca de los miembros del jurado (1954a; 1954b), un artculo sobre la confianza (1957, publicado en 1963), uno sobre las propiedades racionales de las actividades cient-ficas y las de sentido comn (1958a, publicado en 1960b) y uno sobre las cadenas de Markov (1958b). Es concebible que Garfinkel pueda haberle enviado todos estos artculos a Schutz, pero debera notarse que el nico artculo que emplea el tr-mino etnometodologa, mientras Schutz estaba vivo, es aquel sobre el proyecto de los jurados (1954a; 1954b). La siguiente mencin del trmino la aporta un art-culo de 1961 que lleva por ttulo Reflections on the Clinical Method in Psychiatry

    13 En el informe sobre la investigacin de los miembros del jurado (Garfinkel y Mendlovitz, 1954a) titulado How Jurors Recognize the Correctness of a Veredict, escribe: Este artculo es un ensayo de etnometodologa. En la nota al pie de pgina sobre este trmino se lee lo siguiente: Los antroplogos utilizan el trmino etnomedicina, etnofsica, etnoso-ciologa, para aludir a los hechos y la teora que las personas construyen, prueban, honran, utilizan y critican, dentro de los lmites que los requerimientos de la vida diaria le impone a sus intereses en los hechos y la teora en cuanto tales. Es en un sentido coherente con este uso que se propone el trmino etnometodologa. Esta oracin y la nota a pie de pgina que la acompaa son omitidas en el artculo publicado como captulo 4, Some Rules of Correct Decision Making that Jurors Respect (Garfinkel, 1967: 104-113).

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    from the Point of View of Etnometodology perteneciente a un seminario sobre etnociencia en Stanford, los das 8 y 9 de abril de 1961. El artculo es una mezcla de anlisis fenomenolgico que recurre al bosquejo del mtodo fenomenolgico que hace Herbert Spiegelberg y la perspectiva etnometodolgica en desarrollo, con foco en prcticas particulares halladas en la psiquiatra, es decir, sus caracter-sticas distintivas o esenciales.

    El artculo publicado en 1960 The Rational Properties of Scientific and Com-mon Sense Activities (Garfinkel, 1960b) comienza ms explcitamente a enfocar las actividades del razonamiento prctico o, como plante ms tarde, los mtodos del razonamiento prctico, haciendo un listado de un nmero de usos de la racio-nalidad en las actividades de sentido comn. Garfinkel ha invertido el ttulo del artculo de Schutz y de manera significativa. Como primero haba presentado este artculo en un congreso de 1958 (Garfinkel, 1958a), es posible que este articulo fuese incluido en el paquete. Si as fue, Schutz podra haber visto con mayor clari-dad la direccin en que Garfinkel se estaba orientado y que haba algunos descu-brimientos que podran haber sido reivindicados para la anterior terra incognita.

    En el artculo de 1962 Some Sociological Methods for Making Everyday Ac-tivities Observable (1962b, indito) delinea su plan para el libro finalmente pub-licado en 1967 bajo el ttulo Estudios de etnometodologa [Studies in Ethnometh-odology]. El artculo de 1963 sobre la confianza utiliza las ideas de Schutz y no menciona a la etnometodologa, ni es utilizado el trmino en su artculo publicado en 1964, Studies of The Routine Grounds of Every Day Activities, aunque es men-cionado en una nota a pie de pgina.14

    Garfinkel no anunci un programa de estudios hasta 1964 (a pesar de que haba empezado a emplear el nombre en 1954, y en un artculo indito de 1962 comenz a componer su plan para un libro de investigaciones que tratara sobre () los intereses metodolgicos de los miembros de una sociedad en tanto objeto de in-dagacin terica sociolgica. Utilizo el trmino `etnometodologa para aludir a esta investigacin). Con anterioridad a ello, no se refiri a su enfoque como et-nometodologa sino como el estudio del conocimiento de sentido comn y las ac-tividades de sentido comn que consiste en tratar como fenmenos problemticos los mtodos reales mediante los cuales los miembros de una sociedad () hacen observables las estructuras sociales de la actividades cotidianas.

    14 () las Conferencias sobre Etnometodologa que se han desarrollado en la Universidad de California, Los Angeles, y la Universidad de Colorado, desde Febrero de 1962 () (Gar-finkel, 1964: 228, nota a pie de pgina 12).

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    3. LA ACTITUD SOCIOLGICA

    El segundo artculo que Garfinkel le envi a Schutz, titulado Notes on the So-ciological A