revista caná nº9

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MFC Año: XXXVII Nueva Etapa. Caná Abril: Pascua de Resurrección. Curso: 2010/11 Número: Nueve SUMARIO: EN PORTADA Pag. 1 - Pascua de Resurrección. EDITORIAL Pag. 2 - Santo Subito! LA IGLESIA HOY Pag. 3 - Beatificación de Juan Pablo II. NUESTROS PRESIDENTES Pag 4/5 HOY ENTREVISTAMOS A Pag 6/7 - D. Alfonso Ramírez. NUESTRO CONSILIARIO Pag. 8 COMISIÓN DE MEDIOS Pag 9 LA VIDA DEL MFC Pag 10 - Convivencia de Promoción. - Ejercicios Espirituales. QUIÉNES SOMOS Pag 11 -Equipo Esperanza VIAJE A ZARAGOZA Pag. 12

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Page 1: Revista Caná Nº9

MFC Año: XXXVII Nueva Etapa. Caná Abril: Pascua de Resurrección. Curso: 2010/11 Número: Nueve

SUMARIO: EN PORTADA Pag. 1 - Pascua de Resurrección. EDITORIAL Pag. 2 - Santo Subito! LA IGLESIA HOY Pag. 3 - Beatificación de Juan Pablo II. NUESTROS PRESIDENTES Pag 4/5 HOY ENTREVISTAMOS A Pag 6/7 - D. Alfonso Ramírez. NUESTRO CONSILIARIO Pag. 8 COMISIÓN DE MEDIOS Pag 9 LA VIDA DEL MFC Pag 10 - Convivencia de Promoción. - Ejercicios Espirituales. QUIÉNES SOMOS Pag 11 -Equipo Esperanza VIAJE A ZARAGOZA Pag. 12

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Pág. 2 Caná “Cristo, en medio de los jóvenes”

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“Santo Subito! ¡Santo pronto!”

Así pedían por escrito algunas pancartas en los funerales del Papa Juan Pablo II en abril de 2005. Estamos en vísperas de la Pascua. Estamos en vísperas también de la beatificación de un Papa conocido y querido por todos. Él va a ser proclamado el 1 de mayo testigo del Resucitado y de su Divina Misericordia. Así vivió un hombre sencillo, alegre y sobre todo enamorado de Cristo y de la Iglesia. “Sólo si Jesús ha resucitado ha sucedido algo verdaderamente nuevo que cambia el mundo y la situación del hombre. Entonces Él, Jesús, se convierte en el criterio del que podemos fiarnos. Pues, ahora, Dios se ha manifestado verdaderamente”. Éstas son palabras de Benedicto XVI en el último libro que ha publicado sobre la persona de Jesús de Nazaret, que vio la luz a principios del mes de marzo, continuación de otra obra escrita en 2007. En esas palabras reconocemos que Juan Pablo II, ha vibrado con Cristo Resucitado: Él ha sido su criterio y su fe. El Resucitado se ha dejado ver en el rostro laborioso, paciente, alegre, emprendedor, juvenil, del Papa Grande. Vamos a conmemorar de una manera solemne en estos días los sagrados misterios de la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Nuestra fe necesita ser fortalecida. Nuestra fe debe ser revitalizada con una nueva savia: la que recibimos con los sacramentos de la iniciación cristiana.

En este curso, nos estamos encaminando hacia la Jornada Mundial de la Juventud. Quedan ya menos semanas para que jóvenes del mundo entero, en Madrid, junto al Papa, hagan resonar a una sola voz, el nombre de Cristo. Pero también en nuestra diócesis, está teniendo lugar una reflexión sobre la Iniciación cristiana. Humildemente creo que el libro del Papa nos puede ayudar a todos a meditar nuestra adhesión a Jesucristo y a dar pasos firmes y decisivos en su seguimiento. Leámoslo. “Creo Señor”, le dijo el ciego de nacimiento a Jesús, cuando éste le encontró después de su expulsión de la sinagoga. En la Vigilia Pascual todos los cristianos, también los matrimonios y las familias, renovaremos nuestros compromisos bautismales. Momento no sólo ritual, sino, yo diría, existencial. Ojalá y la próxima Pascua de Resurrección

sea un momento de especial fe en el Resucitado y en su misericordia entrañable. Así nos lo transmitió Juan Pablo II que murió en el Domingo de la Divina Misericordia (2 de abril de 2005) y será beatificado también en el II Domingo de la Pascua de 2011, también Domingo de la Divina Misericordia. Devoción que emana del Evangelio: amor y perdón de Jesucristo hacia los pecadores. En la canonización de Santa Faustina Kowalska, la religiosa polaca que divulgó esta devoción, Juan Pablo II pronunció: Este mensaje consolador (de la Divina Misericordia) se dirige sobre todo a quienes, afligidos por una prueba particularmente dura o abrumados por el peso de los pecados cometidos, han perdido la confianza en la vida y han sentido la tentación de caer en la desesperación. A ellos se presenta el rostro dulce de Cristo y hasta ellos llegan los haces de luz que parten de su corazón e iluminan, calientan, señalan el camino e infunden esperanza. ¡A cuántas almas ha consolado ya la invocación "Jesús, en ti confío", que la Providencia sugirió a través de sor Faustina! Cuánto necesitan nuestros matrimonios de esta devoción, de esta misericordia que lava y purifica los hogares y los corazones. Ojalá y practiquemos esta devoción, siguiendo el ejemplo del próximo beato Juan Pablo II. Recemos la coronilla de la Misericordia, repitamos mucho: Jesús, en ti confío. Él es nuestra esperanza y salvación.

Ramón Sánchez-Alarcos. Consiliario de Medios.

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LA IGLESIA HOY

EL FUTURO, DEPENDE, EN GRAN PARTE, DE LA FAMILIA (JUAN PABLO II)

Karol Wojtyła y Emilia Kaczorowska

con el pequeño y grande Juan Pablo II

Sin duda alguna que la próxima beatificación

de Juan Pablo II concederá a las familias cristianas

un renovado y efusivo don del Espíritu Santo. Ya

están proyectados los actos de este magnífico y

único evento. Cinco serán los momentos de dicha

celebración:

Un Papa que consagró todas sus energías a

proclamar con entusiasmo el Evangelio de la familia y de la vida, como “Buena Noticia” para cada matrimonio, que en el designio de Dios está llamado a ser “Iglesia doméstica”. El servicio inestimable de Juan Pablo II en defensa de la institución familiar ha quedado reflejado sobre todo en este tríptico: la Exhortación apostólica Familiaris consortio (1981), la Carta a las Familias, Gratissimam sane (1994) y la encíclica Evangelium vitae (1995). Hay también otros significativos escritos: las Catequesis sobre el amor humano recogidas con el título “Varón y mujer los creó” (1979-1984) la Carta apostólica Mulieris dignitatem (1988) y la Carta a los niños (1994). Juan Pablo II ha

querido presentarnos a la familia “evangelizada”, transformada al calor del Evangelio ofreciendo al mundo la verdad recibida y siendo modelo de vida.

Las enseñanzas del próximo beato Juan Pablo II, seguro que en el MFC de Toledo, provocarán una nueva oleada de esperanza ante las múltiples crisis que nos acechan: En efecto, la familia es -más que cualquier otra realidad social- el ambiente en que el hombre puede vivir "por sí mismo" […] En la promesa de los esposos -"Prometo serte fiel... todos los días de mi vida"- se enfatiza una fidelidad plena, una entrega de la persona que por su naturaleza es "duradera e irrevocable" abierta a la vida (Carta a las Familias, 11).

1.-La Vigilia de preparación tendrá lugar la tarde del sábado, 30 de abril en el Circo Máximo de Roma, y será organizada por la diócesis de Roma. 2.-La ceremonia de la beatificación, el domingo 1 de mayo en la Plaza de San Pedro, que comenzará a las 10,00 y será presidida por Benedicto XVI. 3.-Todos los fieles podrán venerar los restos del nuevo Beato el mismo domingo una vez que termine la ceremonia. Los restos quedarán expuestos ante el altar de la Confesión de la Basílica Vaticana. . 4.-La Misa de Acción de gracias está programada para el lunes, 2 de mayo, a las 10,30 en la Plaza San Pedro, y será presidida por el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado. . 5.- De forma privada, en la Capilla de S. Sebastián de la Basílica de S. Pedro, serán sepultados los restos del nuevo Beato.

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NUESTROS PRESIDENTES

Hoy es el tiempo de vivir por y para la Resurrección.

Algunas veces, cuando nos fijamos en los que están a nuestro alrededor, observamos que unos y otros repetimos determinadas conductas y actitudes. Tal es así que intuimos cómo vamos a responder.

Queridas familias, consiliarios y amigos del MFC, enunciábamos el pensamiento anterior desde esa común certeza que parece gobernar nuestras relaciones. No obstante, observamos, desde el campo de la experiencia, la historia, el pensamiento -incluso desde la dialéctica marxista- y de la religión que existe una realidad trascendente que viene a romper estas seguridades nuestras. Esa realidad no es otra que la Fe originada por la Resurrección, que sobredimensiona al hombre en todo tiempo y en todo lugar.

Así pues, lo normal y la experiencia común, que generan nuestras seguridades en cada momento, está permanente trascendida y de forma pública y notoria por la Resurrección de Jesús.

Expliquémonos: La Palabra en persona, Cristo, nos anunciaba

que “…debía ir a Jerusalén, y sufrir mucho de parte de los ancianos, de los sumos sacerdotes y de los escribas; que debía ser condenado a muerte y resucitar al tercer día…” (Mt 16,21).

Pero a nosotros, como sucedió a los apóstoles, se nos sigue escapando la auténtica trascendencia de lo que aconteció aquél primer día de la semana. Más aún, nos vemos reflejados en la conducta y actitud errónea del propio Pedro, antes de la Resurrección, quien le responde a Jesús, llevándoselo aparte, como si de una propiedad se tratase: "...Dios no lo permita, Señor, eso no sucederá…".

Si aún nos mantenemos en lo contrario, proponemos para la meditación los tres siguientes acontecimientos, donde se muestra que, a pesar de estar tocando a Jesús, no eran conscientes de la Resurrección, que trae en consecuencia el Espíritu

Santo: “…Le dice Jesús: "Mujer, ¿por qué lloras? ¿A

quién buscas?" Ella, pensando que era el encargado del huerto, le dice: "Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré…" (Jn. 20, 15).

“….El les dijo: ¿De qué discutís entre vosotros mientras vais andando? Ellos se pararon con aire entristecido…”. (Lc. 24, 17).

“…Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: "La paz con vosotros”... (Jn. 20, 19).

Estos tres textos evangélicos están escogidos porque de alguna manera nos sentimos “fotografiados”, como personas en María Magdalena, como matrimonios en los dos discípulos de Emaús, y como Iglesia Doméstica e Iglesia Universal en el temor primero de los apóstoles reunidos.

Así pues, llegados a este momento cabe preguntarnos como cristianos:

¿A qué hortelano buscamos? ¿Qué discutimos o en qué ocupamos nuestras

vidas? ¿Qué tipo de miedo nos hace cerrar nuestras

puertas? Mientras meditáis en los tres niveles,

permitidnos compartir con vosotros nuestra reflexión, para enunciar algo de lo que nos distrae de la auténtica Resurrección:

Nuestra debilidad personal: no termina de

asumir el regalo inmerecido de la Resurrección y seguimos llorando equivocadamente. No sintonizamos en el servicio al prójimo porque nos interesa orientarnos en otra sintonía. No terminamos de creernos que Jesús nos ha salvado.

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No reconocemos a Jesús el mérito de cumplir,

hasta la última tilde, la voluntad del Padre. Prescindimos del Espíritu Santo porque su Luz rompe nuestros esquemas y seguridades…….

En nuestra debilidad conyugal: .

ensimismadamente predicamos más que practicamos la unidad, la complementariedad, la exclusividad y la caridad recíproca. Nuestras disquisiciones sobre obviedades permiten que la Cultura de la Muerte se instale en nuestro día a día y nos hacen incapaces de responder con la Cultura de la Vida a los injustos calvarios de los no nacidos, al drama de los hogares desestructurados y al vacío existencialista del relativismo y nihilismo. A veces, en nuestros caminos, tal vez cuando coincidimos con algunos de los nuestros, les dedicamos el tiempo que nos sobra y congratulándonos mutuamente nos volvemos torpes y perezosos. Otras, nuestro narcisismo nos hace sentirnos como el obligo del mundo, olvidándonos que Jesús camina a nuestro lado y en otra dirección.

En nuestra debilidad eclesial: tenemos miedo y seguimos encerrados, porque tememos perder la seguridad de nuestra familia, de nuestros Movimientos y de nuestras “fes”, mientras laicistas, científicos desalmados y legisladores les dejamos que gobiernen nuestras vidas. Otras, la abundancia de nuestras palabras oculta la coherencia y el testimonio de nuestras obras. Que al sentirnos herederos de la Verdad caminamos hacia Emaús aún cuando nuestra meta sea caminar hacia Jerusalén. De vez en cuando las redes de nuestras seguridades siguen obstaculizando la certeza de que Jesús está vivo y necesitado fuera –en los alejados- de nuestras Iglesias, Universal y Doméstica.

Con todo lo anterior queremos espabilarnos e incidir en la urgencia y verdad de Jesús resucitado, que incesantemente nos dice: "…La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío…". (Juan, 20, 21)

Sí. Paz y envío a nosotros, porque nuestras buenas intenciones personales, como las de María Magdalena, no son suficientes para reconocer a Jesús resucitado.

Sí. Paz y envío a nosotros, porque nuestras

buenas razones humanas, como las de los dos discípulos que regresan a Emaús, no alcanzan a descorrer el camino.

Sí. Paz a nuestras Iglesias Domésticas e Iglesia, porque la antropología de la revelación del Evangelio de la Familia y la Buena Nueva del propio Evangelio, como a los apóstoles reunidos, no son suficientes sino por la acción del Espíritu Santo.

Entonces ¿Qué? Simplemente la Resurrección. Porque la

Resurrección es la fuerza inagotable que posibilita y capacita nuestras incapacidades. Porque la Resurrección y por extensión la Fracción del Pan son el principio y culmen que nos abre los nuevos ojos y nos hace descorrer el nuevo camino hacia Jerusalén. Porque la Resurrección es la plenitud y abre la venida del Espíritu Santo, sujeto de una nueva Iglesia Doméstica e Iglesia Universal que prevalecerán hasta el final de los tiempos.

Hoy es el tiempo de vivir por y para la Resurrección. Hoy es el Espíritu Santo quien hace de la Resurrección llama viva que inflama cada alma con la Fe, la Esperanza y la Caridad.

Más aún, la Resurrección ha fusionado el ayer, el hoy y el mañana en eternidad y se ha constituido en la Piedra Angular de la Historia de la Salvación y, por este Principio, que rompió cualesquiera ataduras de María Magdalena, de los dos discípulos y de la Iglesia, hagamos nuestra la urgencia del Evangelio.

Chus y Juan Antonio. Presidentes Diocesanos

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HOY ENTREVISTAMOS A:

D. Alfonso Ramírez Muñoz. Director del Secretariado Diocesano de Pastoral de Familia y Vida.

D. Alfonso nació en El Toboso (Toledo) el 27 de junio de 1965. Sus padres, Antonio Ramírez Lucendo y Margarita Muñoz Mendoza, han sido un matrimonio cristiano ejemplar, a los que según él, les debe casi todo lo que es.

Ingresó en el Seminario Menor Sto. Tomás de Villanueva en Toledo en 1976. Luego en el Seminario Mayor S. Ildefonso.

Recibió el sacerdocio en la Catedral de Toledo el 9 de julio de 1989, por el Cardenal D. Marcelo González Martín. Lágrimas y una frase que le sugirió el Espíritu: “Para Ti, para siempre”. Su Primera Misa de Acción de Gracias fue en el Toboso el 14 de julio.

Su primer destino como sacerdote fue Fuensalida. Luego fue párroco “in solidum” dos años en la Puebla de Almoradiel. En 1996 fallecía su madre, suceso del que afirma, que siendo uno de los momentos más duros de su vida, fue la experiencia más fuerte de Dios y Su Amor.

Luego seis años formidables Vicario de Santiago del Arrabal. El Sr. Arzobispo le encargó la Delegación de Familia y Vida y fue Consiliario de nuestro Movimiento.

En 2002 empezó como Vicario Parroquial de Orgaz, siendo nombrado Párroco en 2003, puesto que ocupó durante ocho años.

El 21 de Septiembre de 2010 fue nombrado Párroco de Santa María de Benquerencia. El domingo 3 de octubre, fiesta de Santa María de Benquerencia, tomó posesión.

Es por esta experiencia como sacerdote, por el conocimiento que tiene de nuestro Movimiento, y por su labor como Director del Secretariado de Familia y Vida, por lo que le propusimos colaborara con esta revista. Su respuesta no se hizo esperar. Instantáneamente nos dio su conformidad, agradeciendo la oportunidad que le brindábamos de poder dirigirse a nuestras familias.

1. Nos sentimos muy agradecidos por esta entrevista que nos concede dentro de las muchas ocupaciones que tiene en su ministerio. ¿Desde cuándo es sacerdote y cuánto tiempo lleva como Director del Secretariado Diocesano de Pastoral de Familia y Vida?

Fue el 9 de julio de 1989 cuando el Cardenal González Martín me imponía las manos y recibía la Ordenación sacerdotal, en la Catedral de Toledo, junto con otros muchos compañeros. Este verano, por tanto, se cumplen 22 años. El tiempo ha pasado demasiado deprisa. A veces tengo la sensación de haber vivido demasiado. Han sido años muy intensos y con parroquias y encargos pastorales muy diversos, pero siempre apasionantes.

Como Director del Secretariado de Familia y Vida de la Diócesis, acumulo ya 15 años, desde 1996. Es una responsabilidad muy amplia y siempre he tenido la sensación de desbordamiento por la abundancia de tareas que hay que coordinar. Mi apoyo han sido siempre las familias y sacerdotes que han colaborado a lo largo de estos años. Queda mucho por hacer, por coordinar. Siempre me ha aportado un gran beneficio en mi vida sacerdotal, pero como todo ministerio, también me ha hecho sufrir.

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2. “La pastoral familiar -lo sé por mi experiencia personal- constituye en cierto sentido la quintaesencia de la actividad de los sacerdotes en todo ámbito y a cualquier nivel”, dijo Juan Pablo II. ¿Cuáles son las funciones y los objetivos del Secretariado?

A lo largo de los años que llevo como responsable del Secretariado de Familia, hemos ido ampliando los campos de acción. En las reuniones con la Mesa de la Familia siempre aludo a los cuatro clavos que me preocupan: La coordinación e impulso de los Cursillos Prematrimoniales, los Centros de Orientación Familiar en cada Vicaría, la difusión de los métodos de Regulación de la fertilidad para que los esposos puedan vivir la verdad de su amor, y la Educación afectiva-sexual dirigida a niños, adolescentes y jóvenes en los Centros Educativos y la Catequesis. Ahora queremos incorporar todo el ámbito de ayuda a las madres tentadas de abortar y de acogida de la vida humana. No podemos sólo predicar, tenemos que dar trigo. Los recursos humanos y económicos son pocos, pero Dios proveerá.

3. Por su experiencia con matrimonios y familias en nuestra diócesis, ¿por qué cree que la Iglesia apuesta por la asociación de los matrimonios cristianos?

No puede ser de otro modo. La unión hace la fuerza y empujar todos en la misma dirección nos hace fuertes. La pastoral familiar es el reto que la Iglesia tiene para este tercer milenio. No podemos evangelizar si no contamos con las familias, el papa Juan Pablo II ha sido quien nos lo ha descubierto de una manera profética a todos. Los obispos españoles han reaccionado con documentos espléndidos sobre la familia; y ahora nos toca a familias y pastores fortalecer la vida de las familias y hacer de ellas verdaderas iglesias domésticas que vivan la fe, la esperanza y la caridad. Los movimientos como el MFC y las asociaciones de matrimonios y de familias son un activo en orden a la evangelización de las familias; pero, hoy, en nuestra sociedad actual, ha de ser tarea de toda la Iglesia, porque el apoyo, la ayuda y el fortalecimiento de nuestras familias, la pastoral

familiar ha de ser una dimensión de toda la pastoral. Todos hemos nacido en una familia y pertenecemos a una familia. La fe no puede crecer al margen de la construcción de una vida, como la planta no puede crecer fuera de la tierra que la alimenta y sostiene. Así lo ha querido Dios y estamos agradecidos.

4. El 25 de marzo, fiesta de la Encarnación y Jornada por la Vida, se han venido sucediendo muchas iniciativas en nuestra diócesis y en el mundo, como las vigilias, manifestaciones… ¿Cuáles podrían ser los criterios para renovar este compromiso en favor de la vida entre nosotros?

La defensa de la vida no es cuestión de gustos pastorales, pertenece al mensaje central del Evangelio. Jesucristo sale al encuentro de todo el que sufre: niños, enfermos, mujeres, pecadores, pobres. Su misión la podemos resumir con el Evangelio de San Juan 10, 10: “He venido para que tengan vida y vida abundante”. Nuestra sociedad está asistiendo a un deterioro de la vida y de la dignidad de la persona humana como jamás se había producido en la historia de la humanidad. Tenemos una misión irrenunciable y a la vez apasionante de acercarnos a quienes padecen injusticia. Madres que están empujadas a destruir la vida de sus hijos en su seno, personas con discapacidad, ancianos que se sienten solos y abandonados, familias privadas de recursos suficientes para llevar a cabo su tarea, enfermos que en nombre de una falsa piedad pueden ser eliminados… Sólo Dios es el Dueño de la vida. Creo que para devolver el valor de la vida humana es urgente que las personas se encuentren con Jesucristo. Eso no ocurrió sin los apóstoles, y eso, no ocurrirá sin nosotros, sin la Iglesia, sin los movimientos como el MFC. Las acciones que podamos realizar, vigilias, manifestaciones, centros de ayuda a la vida… son imprescindibles para crear una nueva conciencia en la sociedad de aprecio y apoyo a toda vida humana y durante toda la vida de las personas. Nuestra esperanza es Jesucristo que precede todas nuestras acciones. Él está con nosotros, porque ama al hombre y no dejará de proteger a los que ama.

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JESÚS RESUCITADO Y SUS AMIGOS El escritor Paulo Coelho tiene un pequeño

cuento que, resumido, dice así: Un hombre, su caballo y su perro iban por un camino. Cuando pasaban cerca de un árbol enorme cayó un rayo y los tres murieron en el acto. Ya en la otra vida el hombre prosiguió su camino con sus dos animales. El camino era muy largo y empinado. El calor era intenso y ellos iban sudorosos, cansados y sedientos.

En un recodo del camino vieron un magnífico portal de mármol, que conducía a una plaza pavimentada con adoquines de oro. El caminante preguntó al hombre que custodiaba la casa cómo se llamaba aquél lugar tan lujoso. – “Es el Cielo”, respondió el guardián. El caminante se alegró mucho de haber llegado al cielo, porque ahora podrían calmar su sed. – “Usted puede pasar a beber, pero su caballo y su perro no, porque aquí no se admiten animales”, respondió el guardián. El hombre puso cara de disgusto, porque tenía mucha sed, pero no pensaba beber él solo. Dio las gracias al guardián y siguió adelante.

Después de caminar un buen rato cuesta arriba, ya exhaustos los tres, llegaron a otro sitio cuya entrada estaba marcada por una puerta muy vieja, que daba a un camino con árboles. Bajo uno de los árboles estaba sentado un señor. El caminante dijo: “tenemos mucha sed mi caballo, mi perro y yo”. El hombre respondió que podían beber toda el agua que quisieran, y les señaló una fuente detrás de unas rocas.

Después de que los tres bebieran de un agua cristalina y fresca, el caminante dio las gracias al hombre. – “A propósito”, dijo el caminante, “¿cómo se llama este lugar?”. - “Este lugar es el Cielo”. – “¿El Cielo? Pero si el guardián del portal de mármol me ha dicho que el cielo era aquél”. –“Aquél lugar es el Infierno”, respondió el hombre. El caminante, perplejo, respondió: - “Entonces deberíais prohibir que utilicen vuestro nombre, porque eso puede producir grandes confusiones”. – “De ninguna manera”, respondió el hombre. “En realidad nos hacen un favor, porque allí sólo se quedan los que son capaces de abandonar a sus mejores amigos”.

Este pequeño cuento me ha hecho pensar en Jesús, en la resurrección, en los apóstoles, en el cielo, en nosotros. Sí, porque en la Pascua celebramos la resurrección de Jesús. Y por la resurrección Jesús ha subido al cielo, lleno de gloria, con su Padre Dios. Pero Jesús no ha querido

quedarse él solo en el cielo, también ha querido que estuvieran sus amigos los apóstoles. Y por eso se les apareció durante cuarenta días, explicándoles de mil maneras lo que era la resurrección. Los apóstoles estaban como atontados, pero Jesús les pedía que creyeran en él. Se les apareció en el lago y les dio a comer pescado asado en unas brasas, él también comió con ellos para demostrarles que no era un fantasma, a Tomás, el incrédulo, le dijo que tocara las heridas de sus manos y de su costado, a los de Emaús les habló por el camino y les partió el pan de la eucaristía. Todo para que creyeran en sus palabras y un día pudieran ellos también celebrar con él su resurrección en el cielo. Una vez les dijo con mucho cariño: “En la casa de mi Padre hay muchas estancias y yo me voy a prepararos sitio. Cuando vaya y os prepare sitio, volveré, para que donde yo estoy, estéis también vosotros”.

Nosotros también formamos parte de los amigos de Jesús. Y en el tiempo de Pascua nos está diciendo las mismas cosas que a los apóstoles, para que también creamos: “no seas incrédulo, sino creyente; dichosos los que crean sin haber visto; Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida, nadie va al Padre sino por mí”…

Sólo nos falta hacer un acto de fe profunda en Jesús resucitado y confesar, como Tomás: “Señor mío y Dios mío”. Y la vida y la muerte serán una Pascua con Jesús. Porque Jesús no puede dejar abandonados a sus mejores amigos. Para eso ha venido a la tierra, ha muerto y ha resucitado.

Os deseo a todas las familias del M.F.C. un feliz tiempo de Pascua.

D. Amadeo Galán. Consiliario Diocesano.

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"Alabad al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia"

Este es el día que hizo el Señor: alegrémonos y regocijémonos en Él, ¡aleluya!"

Es el día más alegre del año, porque "el Señor de la vida había muerto, y ahora triunfante se levanta". Si Jesús no hubiera resucitado, vana habría sido su encarnación, y su muerte no habría dado la vida a los hombres. "Si Cristo no resucitó, vana es nuestra fe" (1Cr 15,17) exclama S. Pablo. Porque ¿quién puede creer y esperar en un muerto? Pero Cristo no es un muerto, sino uno que vive. "Buscáis a Jesús Nazareno el Crucificado, (dijo el Ángel a las mujeres) Ha resucitado, no está aquí" (Mc 16,3)

El anuncio de la resurrección produjo en un primer tiempo temor y espanto, de tal manera que las mujeres "huían del sepulcro... y a nadie dijeron nada, tal era el miedo que tenían" Pero con ellas, se encontraba María Magdalena, que "viendo quitada la piedra del sepulcro" corrió enseguida a comunicar la noticia a Pedro y a Juan: "Han tomado el Señor del sepulcro y no sabemos dónde le han puesto (Jn 20,1-2). Los dos van corriendo hacia el sepulcro y entrando en la tumba "ven las fajas allí colocadas y el sudario... envuelto aparte", ven y creen. Es el primer acto de la fe de la Iglesia naciente en Cristo resucitado, provocado por la solicitud de una mujer y por la señal de las fajas encontradas en el sepulcro vacío. Si se hubiera tratado de un robo, ¿quién se hubiera preocupado de desnudar el cadáver y de colocar los lienzos con tanto cuidado? Dios se sirve de cosas sencillas para iluminar a los discípulos que "aun no se habían dado cuenta de la Escritura, según la cual era preciso que Él resucitase de entre los muertos" ni comprendían todavía lo que Jesús mismo les había predicho acerca de su resurrección. Pedro, cabeza de la Iglesia, y Juan "el otro discípulo a quien Jesús amaba, tuvieron el mérito de recoger las "señales" del Resucitado: la noticia traída por una mujer, el sepulcro vacío y los lienzos depuestos en él.

Aunque bajo otra forma, las "señales" de la Resurrección se ven todavía presentes en el mundo: la fe heroica, la vida evangélica de tanta gente humilde y escondida, la vitalidad de la

Iglesia, que las persecuciones externas y las luchas internas no llegan a debilitar, la Eucaristía, presencia viva de Jesús resucitado que continúa atrayendo hacia sí a los hombres. Nos toca a cada uno de nosotros vislumbrar y aceptar estas señales, creer como creyeron los Apóstoles y hacer cada vez más firme nuestra propia fe.

La Pascua invita a todos los fieles a una mesa común con Cristo resucitado, en la cual Él mismo es la comida y la bebida: "Ha sido inmolada nuestra víctima pascual: Cristo. Así pues, celebremos la Pascua" (Vers. del aleluya)

A la mesa de Cristo, verdadero Cordero inmolado por la salvación de los hombres, tenemos que acercarnos con corazón limpio de todo pecado, con el corazón renovado en la pureza y en la verdad, en otras palabras, con corazón propio de resucitados. La resurrección del Señor, su "paso" de la muerte a la vida, debe reflejarse en la resurrección de los creyentes, actuada con un "paso" cada vez más radical de las debilidades desde el hombre viejo a la vida nueva en Cristo. Esta resurrección se manifiesta en el anhelo profundo por las cosas del cielo. "Si fuisteis resucitados con Cristo (dice el Apóstol) buscad las cosas de arriba, pensad en las cosas de arriba, no en las de la tierra." La necesidad de ocuparse de las realidades terrenas, no debe impedir a los "resucitados con Cristo" el tener el corazón dirigido a las realidades eternas, las únicas definitivas. Siempre nos está acechando la tentación de asentarnos en este mundo como si fuera nuestra única patria. La resurrección del Señor es una fuerte llamada, ella nos recuerda siempre que estamos en este mundo como acampados provisionalmente y que estamos en viaje hacia nuestra patria eterna. Cristo ha resucitado para arrastrar a los hombres en su resurrección y llevarlos adonde Él vive eternamente, haciéndolos participes de su gloria.

Queridos amigos del Movimiento Familiar Cristiano, Feliz Pascua de Resurrección.

Jesús y Mª Carmen.

Comisión de Medios.

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SERVICIO DE PROMOCIÓN

CONVIVENCIA DE PROMOCIÓN

El pasado día 13 de marzo, domingo, en la

Parroquia de Yepes y dentro de la Semana de la Familia, el Movimiento Familiar Cristiano ha celebrado una convivencia-encuentro entre diferentes grupos de matrimonios jóvenes. Asistieron catorce matrimonios junto con sus hijos, procedentes de las Parroquias de Mora, Toledo y Yepes. En todo momento estuvieron acompañados por otros tantos matrimonios de acogida, junto al Consiliario don Amadeo y el Viceconsiliario don Emilio Palomo. Además estuvieron presentes los sacerdotes don Santiago, de Mora, y don Ramón y don Emmanuel de Yepes, así como los Presidentes diocesanos.

Todos los matrimonios participaron en un

emotivo día de fiesta por la Familia. Los niños, acompañados por monitores, disfrutaron del día y de los castillos de aire. Después de la comida compartida, con asistencia de unas 60 personas, se procedió a la presentación por los asistentes, se expusieron las líneas del MFC y se concluyó con una oración, presidida por don Amadeo, para dar gracias a Dios por todo lo acontecido.

COMISIÓN DE ESPIRITUALIDAD

EJERCICIOS ESPIRITUALES

El pasado mes de marzo y durante los días 25, 26 y 27 se han celebrado los ejercicios espirituales que el MFC tenía programados, dirigidos por D. Daniel Fernández Fernández, y que tuvo una nutrida asistencia. Los temas que desarrolló el Director fueron de un calado profundo y de muy fácil comprensión, lo que hizo que los asistentes quedaran muy satisfechos.

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Pág. 11 Caná “Cristo, en medio de los jóvenes”

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QUIÉNES SOMOS

En estos últimos seis años hemos tenido la suerte de que los Presidentes del MFC perteneciesen a

nuestro equipo. Recordar a los matrimonios que formaron originariamente parte del equipo, singularmente al Párroco don Vicente, actualmente fallecido, con quien iniciábamos los primeros pasos, y a don Antonio Bustos, con quien sentábamos nuestros pilares.

EQUIPO ESPERANZA (YEPES)

Tenemos diecinueve años de existencia. Actualmente está compuesto por cinco matrimonios y el consiliario, don Ramón, vicario parroquial de Yepes, quien nos ayuda a profundizar en la Pastoral de la Familia. Originariamente estaba compuesto por seis matrimonios, hasta quedar con los cinco actuales. Los matrimonios del equipo participan en diferentes actividades, de ámbito parroquial a través de las catequesis, y diocesanas, como son los cursillos prematrimoniales.

¿QUÉ ES LA JMJ? La Jornada Mundial de la Juventud es un gran

encuentro de jóvenes de todo el mundo en torno al Vicario de Cristo. Una fiesta de fe, de alegría, de testimonio… Un encuentro con Cristo y su Iglesia.

UN AÑO APASIONANTE, UN ENCUENTRO ÚNICO, UNOS DIAS IRREPETIBLES, UNA FIESTA DE FE Y ALEGRIA, JOVENES DE TODOS LOS PAISES DEL MUNDO…

UNA EXPERIENCIA QUE NUESTROS JOVENES NO PUEDEN PERDERSE.

INSCRÍBETE WWW. SEPAJU.ORG

Page 12: Revista Caná Nº9

Pág. 12 Caná “Cristo, en medio de los jóvenes”

www.mfctoledo.org [email protected]

INSCRIPCIONES

A través de las Diócesis respectivas a la dirección de correo: [email protected]

Plazo máximo de inscripción: hasta el 30 de Abril de 2011

AGENDA

Convivencia Pascual 8 de mayo Mora

Jornada Diocesana de Enlaces 29 de mayo Toledo (Sta Teresa)

Peregrinación a la Basílica del Pilar 4 de junio Zaragoza

Convivencia de fin de curso 3 de julio Yepes

PROGRAMA

Viernes, día 3 19:00 horas Acogida en la casa de la Iglesia. Plaza de La Seo, 6 •50001 Zaragoza Visita por la ciudad. Sábado, día 4 10:30 horas Acogida en la Basílica de Santa Engracia 11:00 horas Eucaristía 12:30 horas Peregrinación desde la Basílica de Santa Engracia a la Basílica del Pilar 13:30 horas Ofrenda a la Santísima Virgen 14:00 horas Traslado al Parque de Atracciones en autobús o medios propios. 15:00 horas Comida 16:30 horas Palabras de los Equipos de Presidencia Nacional y Diócesis de Zaragoza. 17:00 horas Actuación de grupos a determinar 18:30 horas Despedida