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Halperín – para qué la inmigración? 1810-1914 Política inmigratoria de la generación del 37: la inmigración fue utilizada como un instrumento de creación de una sociedad moderna. Se recurrió a ella por la situación objetiva de escasez de población y por lo tanto de mano de obra. Detrás de esto el objetivo era evitar una economía ganadera y pasar a una economía agrícola. El aumento de la población era considerado el medio urgente y más eficaz para crear una población homogénea, trabajadora y moral. Tenían una fe apriorística en los efectos necesariamente benéficos del contacto con civilizaciones más maduras y complejas, es decir que lo consideraban un efecto civilizador. De modo que se propusieron llevar a cabo un injerto de dicha población, que debería ser blanca, europea, poco numerosa, próspera y calificada. La inmigración europea en Argentina sería un elemento civilizador, que complementaría el capital europeo con trabajo europeo. Es el elemento central en un proceso de transformación económica y social, específicamente un proceso de transformación rural. Hay una desesperada apelación a los inmigrantes para que salven un país que no puede salvarse a sí mismo. Los inmigrantes contribuyen al surgimiento de un nuevo grupo social, político y económico: la clase media o pequeña burguesía, actor clave que permite reproducir el modelo agro exportador a partir de su explotación como fuerza de trabajo. Se manifiesta luego una disconformidad por parte de la elite ante el incumplimiento de la función de civilización en la población nativa que los inmigrantes deberían cumplir. Se vuelve hegemónica la idea de que son los extranjeros los responsables de importar el anarquismo y la lucha de clases en una sociedad donde se ignoran porque no se necesitan debido a la igualdad de oportunidades. Después de un interregno a partir de 1880 en que hay una relativa paz social en torno al tema del extranjero, a partir de 1890 el tema resurge ante el surgimiento de un movimiento obrero cuyos dirigentes son en su mayoría extranjeros, produciendo de nuevo una asociación entre agitación popular y presencia inmigratoria. La protesta obrera fue reprimida rápida y brutalmente. En 1902 se promulga la Ley de Residencia, que autoriza a expulsar a los extranjeros que participen en conflictos sociales y en 1910 la Ley de Defensa Social, que califica como terroristas y delictivas actividades sindicales. Esto es acompañado por campañas de xenofobia. Aun así, esto no se traduce en una modificación de la política inmigratoria sino que es precisamente cuando alcanza sus cifras más altas. Los inmigrantes son considerados los perturbadores de la armonía social, lo que lleva a una comunidad de intereses entre inmigrantes y clases populares, ambas víctimas de la opresión política y la explotación económica. Halperín – Una nación para el desierto argentino Generación del 37: Romanticismo, soberanía de la clase letrada, justificada por su posesión exclusiva de ideas de cuya aplicación depende la salud política. Principio de soberanía de la razón. Sufragio restringido. Inexistencia de otras fuerzas que puedan considerarse legítimamente actores políticos. Pertenecen a familias de las elites porteñas o provincianas. Elaboración de propuestas precisas para la transformación nacional, necesaria para afirmar los lazos sociales. Dotada de una relativa independencia frente a sectores populares y clases propietarias. Es la guía política de la nación. Diferentes concepciones en cuanto al legado de Rosas: Alberdi: la estabilidad política alcanzada por Rosas hizo posible la prosperidad, la reconstrucción de la autoridad política y puso las bases para la institucionalización del orden y poder político. Sarmiento: El rosismo impuso cambios en el país imposibles de borrar. Pero a diferencia de Alberdi, considera que el legado más importante del rosismo no es la creación de hábitos de obediencia sino la red de intereses consolidados por la

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Halperín – para qué la inmigración? 1810-1914Política inmigratoria de la generación del 37: la inmigración fue utilizada como un instrumento de creación de una sociedad moderna. Se recurrió a ella por la situación objetiva de escasez de población y por lo tanto de mano de obra. Detrás de esto el objetivo era evitar una economía ganadera y pasar a una economía agrícola. El aumento de la población era considerado el medio urgente y más eficaz para crear una población homogénea, trabajadora y moral. Tenían una fe apriorística en los efectos necesariamente benéficos del contacto con civilizaciones más maduras y complejas, es decir que lo consideraban un efecto civilizador. De modo que se propusieron llevar a cabo un injerto de dicha población, que debería ser blanca, europea, poco numerosa, próspera y calificada. La inmigración europea en Argentina sería un elemento civilizador, que complementaría el capital europeo con trabajo europeo. Es el elemento central en un proceso de transformación económica y social, específicamente un proceso de transformación rural. Hay una desesperada apelación a los inmigrantes para que salven un país que no puede salvarse a sí mismo. Los inmigrantes contribuyen al surgimiento de un nuevo grupo social, político y económico: la clase media o pequeña burguesía, actor clave que permite reproducir el modelo agro exportador a partir de su explotación como fuerza de trabajo. Se manifiesta luego una disconformidad por parte de la elite ante el incumplimiento de la función de civilización en la población nativa que los inmigrantes deberían cumplir. Se vuelve hegemónica la idea de que son los extranjeros los responsables de importar el anarquismo y la lucha de clases en una sociedad donde se ignoran porque no se necesitan debido a la igualdad de oportunidades. Después de un interregno a partir de 1880 en que hay una relativa paz social en torno al tema del extranjero, a partir de 1890 el tema resurge ante el surgimiento de un movimiento obrero cuyos dirigentes son en su mayoría extranjeros, produciendo de nuevo una asociación entre agitación popular y presencia inmigratoria. La protesta obrera fue reprimida rápida y brutalmente. En 1902 se promulga la Ley de Residencia, que autoriza a expulsar a los extranjeros que participen en conflictos sociales y en 1910 la Ley de Defensa Social, que califica como terroristas y delictivas actividades sindicales. Esto es acompañado por campañas de xenofobia. Aun así, esto no se traduce en una modificación de la política inmigratoria sino que es precisamente cuando alcanza sus cifras más altas. Los inmigrantes son considerados los perturbadores de la armonía social, lo que lleva a una comunidad de intereses entre inmigrantes y clases populares, ambas víctimas de la opresión política y la explotación económica.

Halperín – Una nación para el desierto argentinoGeneración del 37: Romanticismo, soberanía de la clase letrada, justificada por su posesión exclusiva de ideas de cuya aplicación depende la salud política. Principio de soberanía de la razón. Sufragio restringido. Inexistencia de otras fuerzas que puedan considerarse legítimamente actores políticos. Pertenecen a familias de las elites porteñas o provincianas. Elaboración de propuestas precisas para la transformación nacional, necesaria para afirmar los lazos sociales. Dotada de una relativa independencia frente a sectores populares y clases propietarias. Es la guía política de la nación. Diferentes concepciones en cuanto al legado de Rosas: Alberdi: la estabilidad política alcanzada por Rosas hizo posible la prosperidad, la reconstrucción de la autoridad política y puso las bases para la institucionalización del orden y poder político. Sarmiento: El rosismo impuso cambios en el país imposibles de borrar. Pero a diferencia de Alberdi, considera que el legado más importante del rosismo no es la creación de hábitos de obediencia sino la red de intereses consolidados por la prosperidad moderada que alcanzó el país con Rosas. Ambos coinciden en que Rosas es el último obstáculo para alcanzar la etapa de paz y progreso. Los proyectos nacionales alternativos: luego de la caída de Rosas: cómo levantar un sistema de poder que reemplace al que fue destruido en Caseros?Echeverría: propone una alternativa revolucionaria, el fin del proletarismo que considera la esclavitud del hombre por la propiedad. Alberdi: el autoritarismo progresista. La economía está dirigida por una elite económica consolidada durante el rosismo. Crecimiento económico sin elemento redistributivo, ya que no hay razones políticas que lo ameriten. La república posible por oposición a la república verdadera: Latinoamérica necesita monarquías que pasen por repúblicas, destinadas a disimular la concentración del poder en el presidente, un régimen autoritario pero no arbitrario. Apelación al trabajo y al capital extranjero, que sería proveído por la inmigración extranjera. La instrucción es indispensable para el progreso económico pero no debe ser formal ni demasiado completa, sólo lo suficiente para permitir a los hombres participar como fuerza de trabajo en la nueva economía. Un exceso de instrucción atenta contra la disciplina de los pobres y les da apetito por la movilidad social. Este orden político marcado por la pasividad y las desigualdades sociales es de carácter provisional, inevitable durante la construcción de una nación en el desierto argentina. Las libertades económicas compensas la limitación de las libertades políticas.Sarmiento: decepción por el modelo francés y potencial modelo norteamericano. Ni el comunismo ni el autoritarismo conservador son soluciones válidas. El Estado tiene un papel decisivo en la definición de objetivos económicos y sociales. El progreso sociocultural es requisito para el progreso económico. La educación popular como instrumento de paz social dentro de una sociedad desigual. Es el medio para salvar a la masa de inmigrantes de la marginación económica y social. Además considera que la comunicación es un instrumento indispensable para la articulación de

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un mercado nacional. El progreso económico como un medio para el orden, y no al revés como Alberdi. La distribución económica es un requisito para la viabilidad económica del modelo. Otra diferencia: el poder político es ejercido no por la elite económica dominante sino por la elite letrada, para mantenerlo en relativa independencia. No encuentra otro sector mejor habilitado para la tarea de dirigir el modelo. Contexto: la ausencia de una clase dominante homogénea y de escala nacional, debido a la existencia de intereses contrapuestos que llevan a su fragmentación constituye un problema central en el país, que retarda la consolidación del Estado nacional. Interregno de medio siglo de guerras civiles entre la revolución de 1810 y la definitiva organización nacional, sustentado en el enfrentamiento entre unitarios y federales con proyectos irreconciliables. El único punto de acuerdo entre las provincias es el rechazo al unitarismo, por lo que fracasan en proponer un orden federal alternativo y dejan el camino libre a la burguesía porteña para imponer su modelo unitario, cuyo representante es Rivadavia: modelo centralista, comercio y finanzas con Inglaterra, liquida las autonomías provinciales y unifica el mercado interno eliminando aduanas internas. Fusilamiento de Dorrego (líder federalista). Oportunismo de Rosas (1829-1852): resuelve el problema de la guerra civil mediante la imposición de un modelo basado en el autoritarismo y personalismo, construido a partir de una base urbana y rural despojada de toda capacidad de reacción espontánea. Apariencia de politización de las masas pero efectiva despolitización creciente de toda la sociedad. Rosas es el representante de la facción líder de la clase dominante (terratenientes bonaerenses). Tiene un discurso federalista pero en la práctica es unitario: nunca entrega el control de las aduanas ni el manejo de los ríos a las provincias, así como tampoco federaliza el puerto de Buenos Aires. Batalla de Caseros (1852): Se derrumba el sistema de poder creado por Rosas. Triunfo de Urquiza. Se pone en duda la hegemonía de Buenos Aires e impone la búsqueda de modos alternativos de articulación con el resto de las provincias.Dos proyectos de Estado alternativos: Acuerdo de San Nicolás (1852): las provincias entregan a Urquiza la dirección nacional => La Confederación. Golpe de Estado para lograr la obediencia de Buenos Aires. Partido de la Libertad (Mitre): con apoyo de clases propietarias, se resisten a incorporarse a un sistema político donde no dominan los intereses porteños. La causa del partido es la causa de la clase dominante porteña. Es a la vez conservador y renovador, pretende mostrarse como el único sistema de ideas legítimo, que supera al conservadorismo y al radicalismo. Si bien se caracteriza por una indefinición programática es claro que considera el progreso como un avance a la consolidación del Estado. Constitución nacional en 1853: establece una república federal con elementos de unitarismo.Batalla de Pavón (1860): Buenos Aires vuelve a la ConfederaciónBatalla de Cepeda (1861): Buenos Aires derrota a la Confederación, produce su disolución y Mitre se pone a cargo de la reconstitución del Estado federal. Busca la supresión de la autonomía de Buenos Aires, lo cual erosiona su base porteña y termina por generar una escisión en el liberalismo porteño: mitristas vs autonomistas (facción liberal antimitrista o alsinistas), la cual retoma el antifederalismo y antiurquicismo. La internacionalización del conflicto en la guerra contra el Paraguay y los alzamientos federales de Felipe Varela y Chacho Peñaloza entre otros, culminan con la decadencia del mitrismo y la destrucción del partido liberal. El federalismo pudo sobrevivir más que por sus victorias, por el agotamiento del partido liberal. A partir de entonces el federalismo se reafirma como constitucionalista y antiporteño e identifica como jefe a Urquiza. El derrumbe de la influencia mitrista en el país con el fin de su presidencia y el aflojamiento de la tensión política lleva a Sarmiento a la presidencia, quien por falta de apoyo partidario propio se acerca a Urquiza y afirma querer buscar el justo medio entre el gobierno fuerte urquicista y el excesivamente liberal mitrista. Presente en todo su gobierno está el esfuerzo por la educación primaria y popular. Urquiza es asesinado por una rebelión provincial, lo que lleva a una imposibilidad de entendimiento entre gobierno nacional y federalismo entrerriano y Sarmiento ordena la intervención militar de la provincia, lo que habla de un clima de crisis en el momento de la candidatura de Avellaneda. El período de las presidencias fundadoras contó con un agente por excelencia que es el Estado. Mitre afirmó y organizó el Estado Nacional como agente de una facción (partido liberal), Sarmiento intentó hacerlo independiente de la lucha facciosa y Avellaneda intentó redefinir el Estado como árbitro entre las facciones. A lo largo de las presidencias hubo una suerte de consenso en torno a: la necesidad de la educación primaria, el rol de la inmigración vista primero como panacea para los problemas nacionales y luego como causa del agravamiento de la crisis económica, el papel central del capital extranjero en la expansión económica, la apelación ilimitada al crédito extranjero, y en relación al comercio externo el pasaje del librecambio al proteccionismo. Hay además una fe implícita en que Argentina está destinada a convertirse en una civilización con un poderío político y económico comparable a Europa. El elemento de la amenaza de la frontera indígena estimula un proceso de rápida conquista del territorio, que resuelve el problema del equilibrio entre la tierra abundante y el hombre escaso: lleva a la apertura del campo a la acción de las fuerzas económicas y posibilita el pasaje de una economía ganadera a una economía agrícola. 1879: Campaña del Desierto desempañada por Roca, presidente. Buenos Aires se federaliza. El triunfo de Roca es el triunfo del Estado central. Base política anclada en la clase terrateniente porteña: Liga de Gobernadores. Queda atrás la etapa de construcción del estado y comienza su consolidación. Paz y administración: coincidencia entre estado

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nacional y sectores económicos dominantes. Creación de un ejército moderno, desarrollo de comunicaciones y transportes. El autor considera que durante el gobierno de Roca parece cumplirse la fórmula alberdiana, pero con una variación: el estado no es un elemento pasivo de la elite económica, aunque comparte sus objetivos pero no coincide plenamente en intereses.

Oszlak – La formación del Estado argentinoLa ruptura con el poder imperial no produjo automáticamente la sustitución del Estado colonial por un Estado Nacional. Hubo medio siglo de guerras civiles entre unitarios y federales con proyectos irreconciliables por la imposición de sus proyectos. Entre las causas de las dificultades para la imposición del Estado nacional se encuentran: la debilidad de la nacionalidad por la heterogeneidad de intereses económicos regionales, las dificultades para la conformación de alianzas políticas estables y su articulación en un sistema de dominación, la fragilidad de las instituciones y recursos para extender el poder estatal sobre todo el territorio. La confederación fue el intento más orgánico de establecer las bases para un Estado nacional en todo el territorio. La derrota de Rosas en Caseros inició la etapa de organización nacional y la constitución de 1853 formalizó la existencia del Estado nacional. Acuerdo de San Nicolás: las provincias otorgan a Urquiza el cargo de Director Provisorio de la Confederación. Pero el Estado solo tenía vigencia en el papel, y en cambio había una dispersión de la autoridad y una inexistencia de un aparato administrativo de alcances nacionales. Había un duopolio del poder entre Buenos Aires y la Confederación. Un estado nacional requiere la soberanía externa, la autoridad institucionalizada en todo el territorio, el control monopólico de la coerción, la creación de consenso y la centralización jurídica. La estrategia de Urquiza fue consolidar la unidad política del territorio nacional y neutralizar los conflictos regionales. El fracaso de la Confederación estuvo en su imposibilidad de plasmar un pacto de dominación estable y disponer de recursos para materializar su existencia. Las bases materiales para llevar a cabo la efectiva unificación del territorio nacional se hallaban en la provincia de Buenos Aires, donde había un gobierno independiente. Si bien no se llegó a sentar las bases de un aparato estatal, se produjeron avances decisivos en la consolidación de vínculos nacionales entre las provincias y se dieron los primeros pasos en la formación de un mercado único a partir de la eliminación de aduanas internas y la nacionalización de las externas. El gobierno llegó a tener cierto grado de estabilidad y reconocimiento de su soberanía, pero supeditado a la no intromisión en la autonomía de las provincias. Su capacidad de toma de decisiones nacionales fue casi nula. La confederación presionó constantemente para incorporar a Buenos Aires, sin contar con el apoyo de las provincias. Si bien en la Batalla de Cepeda, Buenos Aires se incorporó a la Confederación, nunca se desprendió de sus recursos de poder y mantuvo su estabilidad política independiente. La confederación estaba estrangulada económicamente y cada vez más debilitada. Había llegado a una situación económica crítica y solo quedaba el recurso de la guerra. La Batalla de Pavón, con el triunfo de Buenos Aires, demostró la inviabilidad de la confederación como estado nacional. Sin Buenos Aires, la confederación sería un conglomerado acéfalo, pero con Buenos Aires, el gobierno nacional no podría imponer una política contraria a los intereses de dicha provincia. Se terminó imponiendo la solución porteña a la cuestión de la nacionalidad argentina. El liderazgo de Buenos Aires era crucial para la organización definitiva de la nación, la estructuración del mercado nacional y la viabilidad de un estado estable y próspero económicamente. Después de Pavón las provincias quitaron su apoyo Urquiza y delegaron en Mitre, entonces gobernador de Buenos Aires, el ejercicio provisorio de las funciones del ejecutivo nacional y la facultad de reformar la constitución de 1853. El liderazgo de Mitre sobre las provincias le daba un amplio margen para conducir el gobierno nacional pero la oposición interna en Buenos Aires le impidió instaurar el gobierno sobre bases financieras e institucionales sólidas, ya que la provincia conservó sus instituciones bajo jurisdicción provincial. A partir de entonces, una alianza de sectores sociales con aspiraciones hegemónicas pasaría a asumir el rol de clase política y de control político del país. Estaba conformada por: burguesía comercial y agroexportadora, intelectuales y militares. Esta llevaría a cabo un proceso de expropiación social, en el sentido de creación de un interés común de la sociedad que sería el objeto de acción del Estado. La existencia del estado nacional requería replantear el sistema institucional de modo de desplazar la actividad social del ámbito privado al ámbito nacional y público. Esto se logró a partir de diferentes mecanismos de penetración del Estado en la sociedad civil:Penetración represiva: aplicación de violencia física o amenaza de coerción con el objetivo de prevenir y sofocar todo intento de alteración del orden impuesto por el Estado nacional. El instrumento clave para esto fue la conformación de un ejército nacional, que en principio convivió con las guardias provinciales. El principal desafío era lograr su profesionalización y homogeneización. Una vez consolidado fue utilizado para defender la frontera con el indio y sofocar los levantamientos del interior. Penetración cooptativa: implicó la captación de apoyos en los sectores dominantes tanto porteños como de las provincias, a través de alianzas y coaliciones basadas en compromisos recíprocos tendientes a consolidar el sistema de dominación impuesto para el orden nacional. Uno de los instrumentos utilizados para lograrlo fue el otorgamiento de subsidios a las provincias y la suspensión de dichos subsidios a provincias que no eran adictas al gobierno nacional. Otro instrumento con este fin fue el otorgamiento de cargos públicos. El más evidente de todos fue el mecanismo de intervención federal, que avalado por la constitución permitía intervenir en las provincias con el fin de

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restablecer la forma republicana de gobierno cuando se hallare amenaza. Tenía una vaguedad intencional. Hacía posible que las provincias se sometan a la orientación del gobierno nacional. Penetración material: es una forma de avance del estado en el interior a través de la consolidación de un mercado nacional a mediante de la movilización de recursos financieros hacia las provincias para la ampliación de infraestructura y establecimiento de servicios regulares, tales como caminos, puentes, correos y vías férreas. El estado se convirtió en promotor de nuevas oportunidades de trabajo asalariado y de la extensión de las relaciones capitalistas de producción. Penetración ideológica: contribuye a crear la base de consenso sobre la cual pudo construirse un sistema de dominación. Ningún estado puede sostenerse solo con coerción, tiene que haber cierto consenso sobre la legitimidad del orden. Implica la aplicación de mecanismos para construir una conciencia colectiva nacional, conformada por valores de pertenencia a la sociedad, que se identifica con una comunidad de origen, lenguaje, tradiciones y creencias. La conciencia colectiva permite la adhesión natural al orden social vigente y a su legitimación. Implicó la expropiación de atribuciones a la Iglesia: educación, matrimonio, nacimientos y defunciones. Se logra a través de instrumentos como: Ley 1420 de educación gratuita, laica y obligatoria, entiende a la educación como un mecanismo de control social. Ley de matrimonio civil. Servicio militar obligatorio como mecanismo de socialización y adoctrinamiento. Estos eran modos de argentinizar o nacionalizar a la población y conformar un crisol de razas. El himno, la bandera, la escarapela. Construcción de un nosotros y un destino común. Además de los avances sobre la sociedad civil, el estado consolidó su aparato burocrático y normativo a partir de la centralización del poder y la descentralización de su control a partir de la especialización de funciones y creación de instituciones públicas profesionalizadas (ministerios). Esto implicó una nueva división social del trabajo al interior del estado, el avance del mismo sobre nuevos ámbitos y una reconfiguración de la relación con las provincias a partir de la sustitución del marco institucional provincial por el marco institucional nacional como eje articulador de las relaciones sociales, logrado mediante un proceso de legitimación del estado mediante los diferentes mecanismos de penetración sobre la sociedad civil.

Botana – El orden conservadorLas presidencias fundadoras (mitre, sarmiento, Avellaneda) debieron lidiar con tres problemas básicos para la consolidación de la unidad política de la nación: la integridad territorial, la identidad nacional y la organización de un régimen político. Los tres debieron lidiar también con constantes levantamientos. El caso de mitre, contra la facción autonomista liderada por Alsina, que se resistía a ceder su autonomía al poder central. El caso de Avellaneda, contra el levantamiento de Carlos Tejedor. Esto derivó en una crisis en 1880 que derivó en los enfrentamientos de Barracas y Puente Alsina, donde la cuestión terminó inclinándose a favor del poder central con el triunfo de Roca y el logro de la subordinación definitiva de todas las provincias al poder nacional, delineándose como autoridad política y militar. El resultado fue la federalización de Buenos Aires y la llegada de Roca a la presidencia. La fórmula alberdiana se constituyó como la fórmula prescriptiva o principio de legitimidad, que sustentó la construcción del régimen oligárquico del ochenta. Operación de trasplante cultural: rechaza la cultura tradicional hispánica porque impide el cambio y la innovación. Opta por el modelo de los países europeos. El instrumento para lograrlo es implantar población anglosajona (cultura del trabajo). El régimen del ochenta es entonces la república posible de Alberdi: Fusión de dos tendencias contradictorias: centralización y descentralización. Un poder central fuerte pero al mismo tiempo flexible para incorporar a los gobernadores. La república posible es la suma entre la república abierta (la mayoría tiene derecho a la libertad económica) y la república restrictiva (la minoría tiene derecho a la libertad política). Esto es derechos civiles para todos y derechos políticos para pocos. Si bien no fue aplicable el voto calificado deseado por Alberdi, la expresión del consentimiento popular estaba filtrada por el mecanismo del voto indirecto y al fraude electoral. Se elige a través del voto directo en el caso de los diputados y a través del voto indirecto, por medio de los representantes en el colegio electoral, el presidente y senadores. EL sufragio indirecto permite para Alberdi garantizar la calidad del voto, puesto que las masas son ignorantes y manipulables. En este régimen político tiene un papel privilegiado la figura del presidente: una figura monárquica bajo una fachada republicana. La hegemonía gubernamental se mantenía mediante el control de la sucesión presidencial, que provocó un trastocamiento de la elección ante la designación de un gobernante por su antecesor, garantizando el sistema de dominación. Otro elemento fundamental del régimen conservador es la confusión entre poder político y poder económico, propiciada por la llegada al poder político de grupos sociales que se habían enriquecido de forma espectacular a partir del ochenta. Así obtiene el nombre de régimen oligárquico. Dos instituciones claves del régimen: las juntas electorales y el Senado Nacional. Las juntas electorales pueden dividirse en bloques que se enfrentan entre sí y que hacen alianzas. Se encuentran la coalición de provincias oficialistas, que invariablemente apoyaron la fórmula victoriosa, la coalición de oposición circunstancial y la coalición de oposición repetida. A diferencia de las oficialistas, las de oposición circunstancial y repetida no siempre fueron opositoras. Buenos Aires es la provincia más insistente en su comportamiento de oposición repetida. A través de estos bloques electores las provincias protagonizaban la elección del poder presidencial. El caso del Senado

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Nacional, funciona como bisagra entre el poder nacional y el poder provincial. Preserva la igualdad de las provincias entre sí, pero Es un vehículo eficaz de nacionalización de los gobiernos provinciales. Constituía una institución conservadora puesto que se había transformado en el recinto que acogía a todos los gobernantes salientes, sean gobernadores provinciales o ex presidentes. Es decir que agrupaba a todos los que habían concentrado el poder y prestigio antes en otra instancia política, y ahora podían tener control del ámbito nacional. Para resolver la coexistencia de dos poderes, el nacional y el provincial, el régimen utilizó el instrumento de intervención federal, que la constitución le permitía para intervenir la provincia, deponer al gobernador y restaurar el orden perturbado y garantizar la paz. Esta vaguedad le daba al poder central un recurso jurídico para efectivizar la intervención de las provincias. Quedaba a criterio del gobernante de turno definir lo que era considerado como perturbación del orden. Mientras que durante el conflicto entre Buenos Aires y la confederación la intervención federal fue utilizada como mecanismo para constituir una unidad política, a partir de 1880 desempeñó un papel diferente: ya asentada en el poder político nacional, será aplicada con sutileza para controlar los focos de oposición emergentes, garantizando la conservación del régimen. Casi todas las provincias, independientemente de su ubicación y apoyo/oposición al gobierno nacional, fueron intervenidas ante situaciones conflictivas, ya sea respaldando a la autoridad local o en contra de la oposición emergente. El gobierno buscaba constantemente pretextos para la intervención. Eso implica un quiebre del dualismo de poder, a favor de la centralización y predominio del poder ejecutivo sobre las provincias. Composición del gabinete: Las provincias marcaron el más alto porcentaje de participación en el ministerio del interior, mientras que buenos aires se destacó en relaciones exteriores. A mayor participación bonaerense en los gabinetes nacionales, mayor densidad de intervención en las provincias. El período 1880-1916 se caracteriza por una paz intraoligárquica, contraria a los cambios bruscos e intentos revolucionarios. Entre 1880-1890 el proceso político estuvo protagonizado por el PAN (Roca y Juárez Celman) que refleja el acuerdo con las oligarquías provinciales y la derrota de los sectores contestatarios. El partido liberal (mitre) permanecía marginado y sin cargos políticos. Pero la estabilidad del régimen oligárquico se interrumpió ante la crisis social, política y económica de 1890-1895 bajo la presidencia de Juárez Celman. Se conforma una coalición opositora que nuclea al partido liberal mitrista y un grupo de militantes del autonomismo bonaerense donde se encuentran Alem e Yrigoyen, que dan origen a la UC. Revolución del Parque (1890): levantamiento cívico militar que surge del seno de la propia élite política, a modo de lucha por una apertura a sectores de la misma elite que quedan fuera de las decisiones políticas. La revolución fue vencida materialmente pero triunfó moralmente. Lleva a la renuncia de Juárez Celman y asume Pellegrini, quien llevará a cabo una política de negociación con la UC que producirá su desintegración en UCN (Mitre) y UCR (Alem). Los primeros se orientaron al acuerdo con Roca y Pellegrini y negociaron el apoyo a la candidatura de Sáenz Peña- J.E. Uriburu, y los segundos hacia la intransigencia, manteniendo una red de comités y negando la legitimidad de las elecciones. Desde entonces, los cívicos nacionales formaron parte del gobierno mediante cargos ministeriales y legislativos mientas que los radicales lucharon desde la oposición. La revolución comenzó a extenderse a las provincias por lo que Sáenz Peña respondió con estado de sitio, intervención federal y represión. Se produjo una nueva división en la UCR: la línea conducida por Hipólito Yrigoyen optó por la abstención electoral, mientras que la línea conducida por Bernardo de Irigoyen participó en las elecciones e intentó alianzas con la UCN, que terminó implicando el ocaso del radicalismo moderado. La revolución del parque fue el primer acontecimiento lo suficientemente fuerte como para cuestionar la legitimidad del régimen político. La UCR intransigente denunciaba el fraude, la inmoralidad del sufragio y la manipulación electoral. El régimen electoral se caracterizaba por el sufragio universal (masculino, argentino), no secreto y no obligatorio. Se elegían a los escrutadores y se confeccionaban los padrones con la intención de lograr el triunfo del candidato deseado. Se utilizaban mecanismos de control electoral como el fraude, la formación del padrón, el voto colectivo, el voto cantado, la repetición, la compra del voto. Adquiría gran importancia la figura del caudillo electoral, un actor político que brindaba el servicio de lograr votos o evitarlos cuando no fueran satisfactorios. Debido a que los inmigrantes no naturalizados no votaban, se observaba que a más población, menor porcentaje de participación electoral, y a menos población, mayor porcentaje de participación electoral. Reforma de 1912: es el resultado de una serie de circunstancias históricas: por un lado, se había quebrado la alianza que conformaba la cúpula del PAN: Pellegrini hizo pública su proclama por una democracia libre de fraude y propuso la sucesión de Quintana-Alcorta (antirroquistas), abriéndose una lucha entre dos facciones del PAN: Roquistas y Alcortistas.Por otro lado, el llamado clima moral del centenario, caracterizado por el fraude electoral y los amplios sectores fuera del sistema político, sumado al surgimiento de la UCR como partido independiente del gobierno que reclama participación y persigue la difusión de una ideología y un programa. El clima político se destacaba por la contraposición entre una ideología que sugería el progreso económico ilimitado que legitimaba el sistema socioeconómico y una ideología de impugnación moral al régimen político, protagonizada por el partido radical, que representó la exigencia de reforma más significativa gestada por un grupo no incorporado al ejercicio del poder. La incorporación efectiva de los partidos al régimen electoral se produjo a través de la reforma electoral que implantó el

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voto secreto y obligatorio, asegurando el sufragio limpio. Los años siguientes a la sanción de la ley demostraron la incapacidad de los conservadores para adaptarse a las nuevas condiciones electorales que ellos mismos habían creado. Sáenz Peña eligió el camino de la reforma convencido de que no modificaría los fundamentos del orden, y terminó siendo el fundador de un nuevo régimen político. Consideraban que la mejor forma de reproducir el orden conservador era establecer el sufragio universal, a modo de válvula de escape de la presión social y como forma pacífica, ordenada e institucionalizada de introducir a la clase media a la vida política. No consideraban correr riesgos de perder el control político porque tenían la certeza de que la UCR no ganaría las elecciones, debido a su carencia de estructura partidaria y financiación. Si bien el radicalismo ganó la presidencia, no fue de forma aplastante. Además, ganar el gobierno no implica necesariamente ganar el poder. Fue un cambio de régimen casi cosmético: tenía las dos cámaras con mayoría conservadora y carecía de gobernadores. Las pocas reformas que enviaba al congreso eran vetadas. Cuando adquiera mayoría en ambas cámaras será derrocado por un golpe de estado. El hecho de que teniendo la capacidad de anular las elecciones y ejercer el fraude y autoproclamarse ganadores en las elecciones, no lo hayan hecho, habla de un partido conservador altamente trastocado y fragmentado.

Sábato – la clase dominante en argentina, desarrollo agropecuarioLa clase dominante argentina se centró alrededor de actividades comerciales y financieras, específicamente la explotación de la región pampeana como terratenientes y ganaderos. No se debe visualizar a los terratenientes pampeanos como imbuidos en pautas tradicionales y pre capitalistas, sino que tenían una mentalidad comercial típica de empresarios que pretendían obtener el máximo de ganancias en el menor tiempo y costo posible. Los terratenientes pampeanos se beneficiaron enormemente en el reparto de tierras por razones de influencia social y política. El mantenimiento de una alta concentración de la tierra impedía la práctica masiva de la colonización agrícola. Si bien el mercado de tierras era abierto y se produjo la venta de grandes magnitudes de tierras, no se produjo un fraccionamiento masivo de las tierras para la agricultura, lo que impidió la modalidad de colonato. Esto implica un desarrollo capitalista agro exportador pero que no coloniza el campo. Los terratenientes no se desprendían de las tierras sino que las arrendaban. La tierra era cara para los chacareros pero no porque los terratenientes le pusieron un precio alto, sino porque la ganadería podía competir perfectamente con la agricultura en rentabilidad. La cantidad de superficie dedicada a la producción agrícola dependía de la variación de los precios relativos carne/cereales, lo que implica que la rentabilidad de uno y otro tipo de producción era determinante a la hora de decidir sobre el uso de la tierra. Por esta razón, la localización de colonias agrícolas se produce en zonas periféricas de la región pampeana, donde tienen un menor valor y son más accesibles a los inmigrantes sin recursos (weber). Mientas que al principio la concentración de la propiedad en áreas centrales explica la expansión agrícola en zonas periféricos, luego será precisamente en el centro donde se aceleraría la producción agrícola(por el cultivo extensivo y aplicación de tecnología). Si bien la instalación de los primeros frigoríficos en 1880 no había logrado declinar la producción de ganado, la prohibición británica de importar animales en pie conduce al procesamiento masivo en frigoríficos estimulando la agricultura. Aparece la complementación entre ganadería y agricultura a través del arrendamiento, que produjo resultados espectaculares en tanto la agricultura se expandió y la ganadería mejoró como nunca antes, combinándose los intereses de chacareros y estancieros (el chacarero le pagaba al estanciero el alquiler de la tierra equivalente a un porcentaje de la cosecha, y le dejaba el campo alfalfado para el ganado). Se produce el Grito de Alcorta: los chacareros reclaman una baja en la renta, sumado a que las mejoras producidas en la tierra se descuenten del alquiler, sumado a una extensión en la duración de los contratos. Surge la Federación Agraria (chacareros) por oposición a la SRA (terratenientes). Rápidamente se produjo un pasaje de un chacarero cuyo trabajo era familiar, con una utilización casi nula de mano de obra asalariada y que maximiza sus ingresos en la medida en que optimiza la combinación de trabajo familiar y una cierta dotación de capital => a un arrendatario que es un pequeño empresario rural, que aplica la agricultura extensiva, trata de utilizar todas las tecnologías posibles para aprovechar al máximo su capacidad de trabajo familiar cultivando la mayor cantidad de tierra posible. Dos ganaderías: División entre criadores e invernadores. Mientras que la cría podía hacerse en campos no aptos para la agricultura, la invernada podía competir con la producción cerealera en tierras agrícolas. Los invernadores tenían una posición privilegiada puesto que podían asegurar abastecimiento a los frigoríficos regularmente. La invernada es una actividad distinta a la cría, ya que los plazos de producción son más cortos. Consiste en la compra de animales para engorde y en su reventa. Además compite con la agricultura en el uso de tierras aptas para ambas actividades. La gran diferencia entre carnes y cereales reside en que: los cereales son exportados en altísima proporción por lo que los precios internos quedan fijados por los precios internacionales. En cambio, el grueso de la demanda de carne es interna. Por esta razón, los invernadores quedaban ligados a los precios externos cuando vendían a frigoríficos para exportación y a los precios internos cuando compran animales a los criadores, lo cual implica una posición privilegiada de los invernadores respecto a los criadores. El invernador era más un comerciante que un productor. Cría e invernada eran actividades diferentes pero que no implicaba que las desarrollaran dos grupos sociales distintos: muchos invernadores eran también criadores, aunque la mayoría de los criadores no eran invernadores, lo que los convertía en el grupo más perjudicado y en posición subordinada ya que no podían lograr una unidad

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corporativa para defender sus intereses debido a la presencia de criadores invernadores. No bastaba con ser terrateniente para pertenecer a la clase dominante. El desarrollo económico de Argentina en su etapa más floreciente estaba fuertemente influida por una actividad cuyo ejercicio se ligaba más al comercio y finanzas que a la producción. En toda sociedad no igualitaria se da la existencia de un grupo social que controla uno o más sectores productivos, pero no de forma exclusiva ya que existen otros grupos subordinados. De este modo, el grupo dominante tratará de descargar sobre los subordinados los perjuicios que lleguen a ocasionarse e intentará limitar su participación en los beneficios. Actúan a modo de colchón para amortiguar los riesgos del actor social dominante. La posibilidad de dominación de ese sector reside en su capacidad para asignar factores productivos a diferentes sectores de producción de forma variable, es decir poder entrar y salir velozmente de un sector productivo captando ganancias extraordinarias con una masa inicialmente pequeña de capital. Es la presencia de este grupo social dominante capaz de captar los excedentes de una actividad productiva y volcarlos en la promoción de otras actividades económicas a través de canales comerciales y financieros y obtener ganancias extraordinarias lo que permitió acelerar el crecimiento global de la economía argentina. La clase dominante estaba en condiciones de obtener los mayores beneficios y fortalecer cada vez más su dominación por su posición clave en la expansión económica del país. Por eso se puede decir que el agro pampeano cumplió un papel fundamental proveyendo de una voluminosa cantidad de dinero a la clase dominante destinado a la financiación del desarrollo agropecuario y en parte al consumo suntuario. De este modo, se puede caracterizar a la clase dominante argentina como propietaria de gran parte de la tierra pero actuante en una gran variedad de actividades, cuya principal base de poder económico y social reside en el control del comercio y finanzas. Es una fracción homogénea dentro de la clase dominante, que difunde entre sus miembros pautas de comportamiento que estimulan la diversificación de actividades económicas.

Weber – empresas rurales de colonos argentinosArgentina es un pueblo semi bárbaro con baja densidad de población, donde se lleva a cabo una explotación inaudita de las tierras. Lo cual se debe a la fungibilidad de los productores agrícolas: los colonos tienen la soga al cuello, a un pequeño porcentaje de los que pueden obtener enormes ganancias del suelo explotado, se le oponen una inmensa mayoría de aquellos que caen en la bancarrota. Cuando esto sucede, sencillamente un nuevo colono ocupa la tierra y restablece la empresa inmediatamente. A su vez el quebrado se establece en una nueva tierra y en seguida vuelve a incorporarse al sistema. Esto es posible por la organización primitiva del sistema, al contrario de lo que sucedería en Alemania donde el suelo jamás volvería a ser útil para la economía nacional. Además, los empresarios tienen la gran ventaja de que son una industria de temporada y por lo tanto solo deben pagar la mano de obra para dicho período. La clase dominante argentina es salvaje o bárbara, por su no regulación de la actividad laboral. No hay que considerar como debilidad o atraso económico estas características, puesto que son las que hacen imposible a países como Alemania competir económicamente, debido a que son pueblos civilizados con suelos densamente poblados. Es por la imposibilidad de competir con economías como la Argentina por la magnitud de explotación que ejercen las clases dominantes que plantea la necesidad de destruir a los Junkers y promover la industria pesada.

Bilsky – Movimiento obrero 1880 – 1916En la etapa inicial de conformación del movimiento obrero (mediados siglo XIX) las primeras organizaciones fueron gestadas por inmigrantes teniendo por fundamento la solidaridad de tipo étnica (mutualismo), lo que habla de una gran heterogeneidad cultural y económica y diferentes experiencias sociales y políticas que dificultan su organización. Por su base social tan diversa, el movimiento obrero incipiente tendrá fuertes tendencias a permanecer fragmentado. Debido a que la infraestructura urbana no creció en un mismo tiempo y magnitud que la población, se produjeron graves condiciones habitacionales, hacinamiento, insalubridad, proliferación de conventillos.A partir de 1880 se produce el desarrollo del movimiento obrero, de la mano de la penetración del capitalismo en el país, aumento de la afluencia de inversiones extranjeras e inicio del ciclo de expansión de la ganadería. En este contexto, la inmigración permitió solucionar la escasez de población y se convirtió en el principal motor del crecimiento demográfico. Esta inmigración era eminentemente rural y de baja calificación. Si bien la mayoría de los inmigrantes pretendían conseguir tierras, el objetivo del gobierno era proletarizarlos y no distribuir tierras para no ir en contra del modelo agro exportador. La dificultad para la obtención de tierras llevó a una rápido urbanización. En 1890 se produce la crisis económica que produce un grave deterioro en las condiciones de vida de los obreros y que impulsa la conformación de las primeras sociedades de resistencia. Fue durante los noventa que crecieron y se consolidaron las corrientes ideológicas del movimiento obrero naciente. Las corrientes ideológicas dentro del movimiento obrero son: el anarquismo, principal corriente que articuló el movimiento social desde sus inicios, de la mano de la conducción de la FORA. Se caracterizan por el anti estatismo, apoliticismo y prácticas de acción directa. Fue una ideología difusa, imprecisa y multifacética. Tuvo la virtud de lograr articular las fuerzas sociales más heterogéneas. La huelga general es su máxima expresión de lucha contra el sistema. El socialismo, fue otra de las vertientes importantes sin llegar a tener el impulso del anarquismo. Través del PS liderado por Juan B. Justo planteaba la necesidad de un partido de trabajadores destinado a modernizar al sistema político argentino. Fue más

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moderado y prudente, rechazó toda acción directa y repudió la huelga general. Por el radicalismo del anarquismo la convivencia fue insostenible y conformaron una central obrera propia, la UGT, con una tendencia a la organización del proletariado. El sindicalismo revolucionario, critica la sobrevaloración del parlamentarismo del PS y su desviación reformista. Adhirió a los métodos de acción directa y huelga general del anarquismo, pero se diferencia de él en tanto considera al sindicato como la célula de la sociedad futura, encargada de vaciar de contenido al Estado y tomar a su cargo la organización de la producción y de la sociedad. Se decían apolíticos en el sentido de neutralidad, independencia de los partidos. Planteaban el pragmatismo revolucionario. Superada la crisis de los noventa, comienza a recuperar importancia la organización del movimiento obrero y los socialistas y anarquistas se concentraron en la organización de los trabajadores. La etapa 1900-1910 es considerada el período heroico del movimiento obrero, ya que logró consolidarse como movimiento popular con una magnitud considerable y que alteró definitivamente el panorama político y social argentino. La patronal intentó fraccionar la solidaridad obrera y evitar la unión del movimiento a través de la aplicación de medidas tales como el destajo, que privilegia el trabajo individual, el trabajo a domicilio y los rompe huelgas. Si bien en un primer momento la escasa intervención estatal en el mundo laboral limitó el poder de coerción patronal, la agremiación patronal les facilitó oponerse al movimiento obrero pero al mismo tiempo profundizó la polarización del conflicto social. El desarrollo del sindicalismo obrero fue paralelo al asociacionismo patronal. En 1902 se produjo la primera gran huelga general, que concluyó en la promulgación de la Ley de Residencia, un hito en la faceta represiva del estado que autorizaba a deportar a todos los trabajadores inmigrantes que participaran en conflictos sociales. Pero el movimiento obrero pudo recuperarse y reconstituirse rápidamente luego de esta jugada represiva: El período 1900-1910 evidencia la expansión de la sindicalización pero que no se produjo de forma lineal y progresiva sino que avanzó y retrocedió describiendo ciclos. Se aplicó una política intolerante, con controles estrictos y represión sistemática, acompañado de un despertar nacionalista contra el movimiento obrero por considerarlo producto de la extranjería. En 1909 estalla una huelga general que recibirá el nombre de Semana Roja, donde el movimiento social alcanzó el máximo nivel de agitación. La huelga fue atacada con una espectacular represión que decapitó al movimiento obrero. El rol hegemónico del anarquismo en el movimiento comenzó a declinar a favor del sindicalismo revolucionario. Las consecuencias inmediatas de la Semana Roja fueron la instauración de la Ley de Defensa Social.

Rock – el radicalismo argentino 1890 – 1930Los orígenes de la UCR se remontan a la UC, que se conforma durante la revolución del parque, ante una alianza entre Mitre y Alem e Yrigoyen. Radicalismo no equivale a yrigoyenismo. Muerto Alem, Yrigoyen asume la conducción del partido prometiendo seguir su línea. La UCR estrictamente hablando surge en 1905 como un partido de carácter nacional cuya cúpula está conformada por un sector de la propia elite conservadora pero que incorpora demandas de sectores medios. No tiene programa económico puesto que no le interesa alterar el orden económico ya que se su base social vive del modelo agro exportador. Su principal interés es la reforma electoral para permitir la integración de sectores excluidos de las decisiones políticas. Su objetivo es la toma del poder y su programa el cumplimiento de la constitución. Primer gobierno de Yrigoyen (1916-1922): en 1916 los radicales ganaron solamente la presidencia. Los conservadores mantenían la mayoría en ambas cámaras y gobernadores. EL poder de la elite conservadora no había desaparecido. Por su base social, la clase media, debía lograr dos objetivos a veces contrapuestos que implican una fuerte tensión: defender los intereses de la clase dominante y también los intereses de las clases medias, ya que a diferencia del régimen conservador debía ganar las elecciones por los votos y no mediante el fraude. La necesidad de producir legitimidad y el hecho de que fueron efectivamente elegidos en elecciones no fraudulentas marca una ruptura con respecto al régimen anterior. Pero hay una clara continuidad en tanto se mantienen intactos los pilares del modelo agro exportador. La UCR nunca impugna el modelo económico ni cuestiona la hegemonía de la oligarquía agraria, sino que pretende la inclusión de la clase media en los beneficios de la renta agraria externa: tenían fines redistributivos y no estructurales. Pretende una situación de armonía de clases y de integración política manteniendo la estructura socioeconómica. Es decir nunca cuestionó la organización política y económica del país, de modo que el triunfo del radicalismo terminó reforzando el orden conservador. Otro punto de ruptura es el estilo político aplicado por Yrigoyen para conducir y dominar a las masas, basado en principios kraussianos. Este era un nuevo estilo de política popular, caracterizado por un acercamiento a veces excesivo a las clases urbanas, el uso de la propaganda política y el clientelismo. Todo el primer gobierno de Yrigoyen transcurrió durante la primera guerra y posguerra, y la recesión consiguiente. Con la guerra se produjo la interrupción de las inversiones extranjeras y la disminución del comercio exterior, lo que implicó un desequilibrio en la balanza comercial que se resolvió con una importante reducción de las importaciones. El efecto principal de la guerra fue la inflación, lo que implicó un aumento de los precios internos que benefició a los terratenientes y exportadores pero que perjudicó fuertemente a las clases populares por el aumento del costo de vida. Yrigoyen debía paliar los efectos de la inflación para no perder el apoyo de la clase media, sin perder al mismo tiempo el respaldo de la clase dominante. La solución: El sistema de patronazgo que aumento la cantidad de puestos burocráticos y que aumentó necesariamente

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el gasto público, que era solventada no con aumentos impositivos que hubieran generado reacciones de la elite sino con la recaudación impositiva proveniente de aranceles aduaneros de artículos importados . El principal nexo entre Yrigoyen y la clase media fue entonces el otorgamiento de cargos públicos y al mismo tiempo la proliferación de comités del partido. Otro mecanismo fuertemente utilizado por Yrigoyen para garantizar su poder a escala nacional fue la intervención federal, en tanto contaba con una fuerte oposición tanto legislativa como en las gobernaciones. De esta manera podía establecer regímenes serviles en el interior y fortalecer la centralización del poder. Por todos estos elementos mencionados comenzó a formarse una tensión al interior de la UCR que culminó con su división en yrigoyenistas y anti personalistas. Otro punto de ruptura: en 1918 se sanciona la Reforma Universitaria, que implica un logro a favor de la clase media, que logra la simplificación de los criterios de ingreso y la modificación de planes de estudio para evitar la influencia escolástica y clerical, además de la creación de nuevas universidades. La innovación más importante que implicó el radicalismo fue que estableció una nueva relación entre el Estado y el movimiento obrero. Esto se debió en parte a la necesidad de competir contra el PS que nucleaba el apoyo obrero en las urnas. De este modo el radicalismo condenó las leyes represivas utilizadas por el régimen oligárquico. Las elecciones de 1916 demostraron que la clase obrera era impermeable al estilo político de clientelismo y patronazgo, al que se amoldaban mejor las clases medias por su atomización y baja identificación de clase con aspiraciones de movilidad social. El nexo elegido para establecer contacto con los obreros fue el sindicalismo, que hegemonizaba el movimiento. El radicalismo se vio beneficiado por el viraje del sindicalismo hacia políticas menos extremas y a que aceptaban posibilidad de negociación para una mejora económica de los trabajadores. Debido a los efectos de la inflación sobre los salarios y el deterioro de la calidad de vida producto de la primera guerra, se desataron las primeras huelgas durante el gobierno de Yrigoyen. El gobierno eligió tomar una postura según la cual no ofrecía incondicional apoyo a los obreros sino que lo hacía solo cuando podía beneficiarlo políticamente, sobre todo en las urnas. Esto generó una creciente oposición en los grupos patronales. El gobierno tendía a declararse a favor de los huelguistas solamente cuando afectaba a sectores dominados por capital extranjero, para no ganarse el rechazo de los empresarios nacionales, y cuando el apoyo lograría réditos políticos. Además se ofreció un canal de comunicación preferencial a los dirigentes sindicales para garantizar el contacto con el gobierno, lo cual habla de un intento de armonía de clases y de un Estado árbitro de los conflictos. Estas primeras huelgas se produjeron entre 1916 y 1918 y fueron protagonizadas por la FOF y la FOM, es decir obreros marítimos y ferroviarios, que reclamaban principalmente aumentos de salarios. El apoyo del gobierno a estos huelguistas fue posible por dos razones: primero para evitar el avance de los socialistas y segundo porque las dos federaciones constituían la médula espinal del sistema económico del país, y tenían la capacidad de paralizar el sistema. El apoyo del gobierno a estos sectores comenzó a ser visto como un ataque al capital extranjero, a lo que Yrigoyen debió salir a responder que solo evitaba su posición privilegiada, y que terminó produciendo una alianza entre dicho capital extranjero y la elite nacional (tendencia irreversible a partir de ese momento) La presión ejercida obligó al gobierno a posicionarse a favor de los intereses agrícolas y autorizó el uso de represión ante cualquier conflicto laboral. Una vez finalizadas las huelgas, las empresas recuperaron su autoridad, ya no hicieron concesiones salariales y despidieron a los obreros sindicalizados. Si bien las huelgas de marítimos y ferroviarios demostraron que Yrigoyen apoyaba a ciertos sectores obreros en detrimento de su relación con el capital extranjero y la clase dominante, su política laboral finalmente fracasó en su limitado propósito de paliar la inflación y el deterioro del nivel de vida de los obreros. Entre 1917-1918 se produjeron las huelgas en los frigoríficos, que no tenían la misma relevancia política debido a la mínima influencia del PS y a la amenaza de las empresas de cancelar sus contratos. Las tensiones generadas entre el gobierno y la elite conservadora a partir de las huelgas llevaron a una crisis política que demostró la debilidad del gobierno radical y la localización del poder político real en manos de los grupos conservadores respaldados por el ejército. Esto llevó a Yrigoyen a abandonar los pocos aspectos progresistas de sus políticas y a retomar el sistema de patronazgo y de gasto público. Esto implicaba un clima político tranquilo donde no se advertían acontecimientos traumáticos, en parte por la presión ejercida por los sectores conservadores y en parte por las características moderadas del sindicalismo. El origen de la Semana trágica está en la inflación y el elevado costo de vida y en el bajo nivel de obreros afiliados a los sindicatos. La mayor parte de los huelguistas no estaban afiliados a sindicatos, lo que implicó una gran dificultad del movimiento obrero para organizarse y el fracaso radical de controlar al movimiento a través del sindicalismo. La huelga general se inició en los talleres Vasena, que reclamaban aumentos de salarios. Vasena solicitó refuerzos al gobierno y se respondió con medidas extremadamente violentas que fueron aumentando y que culminaron con obreros muertos. La declaración de la huelga general fue una respuesta espontánea a dichos acontecimientos y fue protagonizada principalmente por obreros industriales, aunque carente de objetivos precisos, lo que llevo a su fracaso ante la represión policial. Los sindicalistas habían perdido la capacidad de conducir el movimiento y los anarquistas fueron incapaces de tomar su lugar. La Semana Trágica fue más un conjunto de revueltas desarticuladas y no una genuina rebelión obrera. El colapso de la huelga no significó el fin de la Semana Trágica: se organizó un movimiento paramilitar que inicio un movimiento contrarrevolucionario de derecha, no dirigido contra los huelguistas sino contra los inmigrantes considerados responsables de la conspiración revolucionaria. Esto habla de una neurosis en las clases altas y medias, generada por la revolución rusa. La Liga Patriótica trascendía las fronteras partidarias y

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nucleaba sectores de la burguesía, conservadores, radicales, clero y militares, y fue creado y organizado bajo la creencia de la incapacidad de Yrigoyen para frenar el avance rojo. Decía combatir el anarquismo y el bolchevismo y poseía una ideología chauvinista y nacionalista. A pesar de su delicada posición, el gobierno se negaba a poner fin a sus contactos con los sindicatos, pero aún así respaldó a la policía. Estaba claramente desorientado y no quería ser responsable de decisiones tomadas a la ligera. El sindicalismo prometió levantar la huelga a cambio de aumentos de salarios y liberación de trabajadores presos, pero las fuerzas armadas intervinieron la casa rosada, sin llevar a cabo un golpe de Estado pero condicionando a Yrigoyen a adoptar firmes medidas represivas. Al desatarse nuevas huelgas en la segunda mitad de 1919, se produjo una aguda crisis política que afectó la posición del gobierno, que tuvo que rechazar todo intento de negociación con sindicatos y recurrió a la represión y a un sistema de rompe huelgas, y a la aplicación de las leyes de residencia y defensa social que implicó masivos arrestos y deportaciones. En 1921 se produce el suceso de la Patagonia trágica, una campaña militar represiva ante el levantamiento de los peones, que si bien no gozaba de la aprobación moral del gobierno autorizó al ejército a actuar en tanto no tenía un atractivo electoral y le permitiría recuperar cierta libertad de maniobra. La Liga Patriótica había eclipsado gran parte del apoyo anterior al radicalismo, por lo que el gobierno tuvo que librar una campaña para recuperar la fama personal de Yrigoyen, recurriendo de forma masiva al sistema de patronazgo. El gobierno radical se había convertido en un instrumento dócil para los conservadores, cuyo único elemento positivo era el prestigio popular. En su plan de intentar obtener apoyo obrero, tomo medidas para bajar el costo de vida pero su campaña contra el alza de precios fue un fracaso. Solo tuvo éxito en el control de los alquileres. Para 1921 ya no podían fingir que protegía a los sindicatos y ya no podía evitar tomar medidas contra el movimiento obrero. El gobierno de Alvear (1922-1928): para 1921, en el marco de las consecuencias de la Semana Trágica, la UCR se fractura en yrigoyenistas y anti personalistas, cuyo líder es Alvear, representante fuerte de la oligarquía en el partido, lo cual permitió subsanar la tensión y lograr una relativa paz social facilitada por la prosperidad económica de la década del veinte. Alvear asume a la presidencia en 1922 sin complicaciones y en parte gracias a intervenciones federales llevadas a cabo por Yrigoyen para allanar la oposición. Para lograr la armonía entre clases dominantes y clases medias, modificó los pilares de la política de Yrigoyen aceptando cesar con las intervenciones federales y regular estrictamente el control del gasto público. Para no reducir bruscamente la burocracia, lo que le quitaría apoyo de la clase media, recurrió a préstamos que aumentaron la deuda externa y al aumento de impuestos a la importación que indirectamente impulsaron la industrialización. La clase dominante comenzó a disgustarse por las concesiones de Alvear y el aumento disimulado del gasto público, sumado a la fractura del partido y a la pérdida de apoyo de los comités, culminó en su fracaso. De esta manera se produjo una fisura entre gobierno y partido. Yrigoyen mantenía su popularidad debido al control de los comités, la propaganda, la identificación con los intereses de la clase media y las promesas de retorno a la bonanza económica y las mejoras sociales. A su vez logró un apoyo sustancial de la clase obrera en vistas a la elección de 1928, que fue posible por la penetración de los comités antes dificultada por la hegemonía del sindicalismo ahora en decadencia y la fuerte identificación de clase de los trabajadores. Se produjo un fuerte cambio en el carácter del radicalismo argentino: se produjo un abandono de su ideología tradicional y librecambista y su reemplazo por el nacionalismo económico, aunque nunca definitivo. Se puso énfasis dejar de lado los moldes de la economía agro exportadora pero sin implicar una amenaza para ella. Esta salida fue la nacionalización de los recursos petroleros y el monopolio estatal de su destilación y distribución. Por primera vez los yrigoyenistas tenían algo práctico para basar su campaña, más allá de sus declaraciones de democracia y defensa de la constitución. Esta medida prometía abrir un nuevo ámbito de puestos de trabajo para las clases medias y un nuevo campo para el crecimiento económico interno, sin implicar sacrificios para los intereses de los exportadores y ganándose el apoyo de las clases medias y obreras. Segundo gobierno de Yrigoyen (1928-1930): el triunfo fue implacable. La gestión estuvo basada más que nunca en la clase media urbana. Retomó rápidamente el control del sistema de patronazgo y el aumento del gasto público, posibilitado por el boom de las exportaciones agropecuarias, y evitó toda negociación directa con sindicatos o respaldo a huelgas, dejando en manos del sistema de comités la cooptación obrera. Al insistir en las intervenciones federales y en la legislación en materia petrolera, comenzó a ganarse opositores en las provincias, que deberían ceder el control de sus recursos al gobierno nacional. Comenzó también a gestarse la oposición en el ejército, liderado por Justo, pero que se negaba a realizar el golpe cuando el gobierno contaba con semejante apoyo de las masas. La Gran Depresión produjo la caída de los precios internacionales y del mercado argentino de exportaciones, por lo tanto un déficit en la balanza comercial. La crisis impactó inmediatamente en el gobierno mediante un aumento del desempleo y aumento de los precios, combinado con una depreciación del peso. Todo intento de amortiguar los efectos de la depresión fue un fracaso, y la disminución de los ingresos por impuestos a las importaciones golpeó el sistema de patronazgo y por ende implicó el derrumbe del apoyo popular. Esto llevó además a una automática pérdida de apoyo de numerosos sectores comerciantes y terratenientes, que dieron al ejército la base necesaria para efectuar el golpe. Llegó así a un abrupto final la era de las alianzas entre la elite política y las clases medias. El radicalismo no logró recobrarse del daño sufrido en el treinta y a partir de entonces fue casi siempre un partido de oposición. El golpe del treinta demostró que la elite terrateniente pampeana nunca perdió su poder, aun cuando el

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control del estado estuviera en manos de los radicales.

Bilsky – Movimiento obrero durante los gobiernos radicalesEl nuevo gobierno radical favoreció la reconstitución del movimiento obrero y la revisión de su papel protagónico. En 1912 se instaura la reforma electoral como modo de responder a la crisis del sistema de dominación, que implica la incorporación de la clase media a la vida política, pero excluye al grueso de trabajadores por ser extranjeros. Yrigoyen no contaba con una adhesión firme por parte del movimiento obrero, por lo que llevó a cabo una política de arbitraje entre las principales fuerzas sociales, con la finalidad de dividir el movimiento obrero, estrangular a las corrientes más radicalizadas aplicando todo el peso de la represión y ganar el apoyo de los gremios claves (marítimos y ferroviarios) a través de la negociación. Esto provocó una marcada estratificación al interior del movimiento obrero durante la década del veinte, debido a la conformación de una elite obrera, conformada por los trabajadores de los principales servicios por sus lazos privilegiados con el Estado y por políticas que les permitieron lograr un convenio colectivo, leyes sociales como jubilación y cobertura mutual. Esto implicó un movimiento social ascendente que benefició a ciertas capas de trabajadores y por lo tanto una fuerte diferenciación de condiciones de trabajo y de vida con respecto a los demás trabajadores, principalmente con los industriales. Fue la época de auge de la FORA, ahora hegemonizada por el sindicalismo revolucionario. Sus principales brazos fueron la FOM y la FOF. Se inició un proceso de jerarquización sindical, una complejización organizacional a partir de la conformación de cúpulas sindicales y aparatos burocráticos. Esto fue de la mano con una dirección forista cada vez más moderada: el sindicalismo comenzó a perder lo de revolucionario y privilegió una política defensiva y negociadora para evitar enfrentamientos con el gobierno y la derecha. Los dirigentes mantuvieron el tono clasista y obrerista, pero lo limpiaron de la acción violenta. Confiaron en la política yrigoyenista de no represión sindical. A partir de 1917 se produce un reavivamiento de los conflictos sociales y por lo tanto se inicia una etapa de creciente movilización y polarización política. La crisis política de la posguerra radicalizó el movimiento obrero produciendo una ola de huelgas en 1917-1919, que despertó reclamos por parte del empresariado hacia Yrigoyen para accionar en contra del movimiento y que culminó en la llamada Semana Trágica: el gobierno, para preservar sus lazos tanto con la derecha como con la cúpula del sindicalismo, ordenó la represión de los grupos más radicalizados. Este fue el momento en que comenzó a gestarse la Liga Patriótica, un movimiento paramilitar conformado por sectores conservadores con planteos fascistas, y paranoiqueados por la revolución rusa, querían evitar la revolución social por la vía de choque ante la incapacidad de Yrigoyen para lograrlo. Toda la dirección de la FORA fue arrestada o asesinada, el movimiento obrero se desmovilizó completamente. EL fracaso de la dirección sindicalista en la FORA promovió el fortalecimiento del anarquismo, ahora revestido de un discurso bolchevique. En este punto se conforma una central paralela, la FORA comunista, revisando los planteos clásicos de dictadura del proletariado, organización y disciplina del movimiento, lo que produjo una fractura de la FORA comunista en ortodoxos y revisionistas. También se produjo una fractura en el socialismo, ya que el PS tenía su dirección concentrada en grupos reformistas ortodoxos, dando lugar a la aparición del PC. Al mismo tiempo, la USA nucleó a la FORA sindicalista y al sector revisionista de la FORA comunista. Esto habla de la conformación de una nueva izquierda, que intentó reunificar el movimiento obrero ante la necesidad de un frente único. Pero la situación política se había modificado y esta nueva izquierda fue incapaz de estructurar una respuesta eficiente al clima político y a la constante presión de la derecha durante el nuevo gobierno supuestamente radical de Alvear. Esto implicó una profunda crisis y fraccionamiento de la nueva dirección del movimiento obrero. Para 1929 el movimiento se encontraba profundamente dividido en tres centrales y numerosos gremios independientes. Dejó de plantearse como alternativa al sistema y a comportarse como grupo de presión: surge un nuevo sindicalismo: nuevo tipo de organización centralizada, con alto porcentaje de afiliados con poca participación, gran desarrollo de la burocracia interna y con el objetivo de pacificar al movimiento y eliminar la lucha de facciones. De este modo, el sindicalismo de acción dejó lugar al sindicalismo de presión, que se expandió fuertemente durante los treinta y que se convirtió en la expresión hegemónica del movimiento obrero. Coincidió con cambios profundos en la conducta de los trabajadores que comenzaron a ser integrados socialmente a partir de mecanismos políticos y económicos como el consumismo y el casapropismo. De este modo se inició un lento aumento de la participación obrera en las elecciones y una penetración de la UCR en sectores obreros. La desmovilización y estancamiento del movimiento se evidenciaron ante el golpe del treinta, al no reaccionar de ningún modo ante la toma de poder por parte de la derecha. Solo unificaron las centrales obreras en la CGT para concentrar fuerzas y aumentar el poder de negociación, con una política defensiva y totalmente pasiva.

Halperín – El enigma Yrigoyen En la transición democrática surgen los partidos nuevos, en torno a un programa de cambio. No se producirá la transferencia de poder a los partidos nuevos porque can a organizarse en torno a programas de cambio social radicales en un país esencialmente conservador, de modo que en lugar de atraer el electorado lo ahuyentan. La UCR no es un partido nuevo porque data de 1892. Sus métodos de organización les permitían hacer política de masas antes de existir la política de masas. La figura de Yrigoyen está muy alejada de las pautas que se esperaban de un

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dirigente político: es un enigma porque parece tonto, pero no lo es, porque usa la tontería como método eficaz y exitoso. No se sabe si cree en lo que dice y muchos lo ven como un manipulador. Es una figura irritante para todos los rivales de la izquierda y la derecha. No podían entender cuál era el factor que despertaba esas conductas. Muchos le reprochan no haber desempeñado una presidencia demasiado brillante. Otros el no haber mejorado el nivel político característico del régimen oligárquico. Otros no haber defendido el orden ante el estallido del conflicto social. Lo que es innegable es que introduce un estilo de interpelación política totalmente nueva que hace escuela. Está convencido de que el radicalismo es el retorno a la nacionalidad argentina y que encamina a la redención de todo occidente. Una de las razones del desprecio es que era constantemente respaldado por éxitos electorales y se convirtió en una marea electoral que lo arrasaba todo. Esto lleva a la producción de una amplia literatura tanto yrigoyenista como anti yrigoyenista, que lo transforma en una figura de escándalo. Nunca fue una figura clara en sus tomas de posición y menos en la vejez. Hacía un culto a la tradición democrática que identificaba con la voluntad popular como fuente de salud política. Era un hombre de la generación del ochenta que vivía espiritualmente en la generación del setenta.

Terán – Positivismo y NaciónEl positivismo aportó una explicación de los obstáculos para la modernización en América Latina basándose en teorías sociales darwinianas, es decir que los males latinoamericanos se deben a factores raciales que retrasan o frustran la modernización. En la visión de personalidades como Ramos Mejía y José Ingenieros se observan los puntos precisos de penetración del discurso positivista en la cultura argentina. Se basa en la disciplina médica para una concepción de la sociedad como organismo y crisis como enfermedad. Según esta concepción, las masas son una fuerza fenomenal pero vaciada de inteligencia, que en lugar de razón tienen puro instinto. Por ello es imposible el sufragio universal, porque son incapaces de discriminar racionalmente entre las diversas opciones electorales. Es necesario un proceso de argentinización a través de la educación que permita nacionalizar a las masas para que emerja una autentica multitud política. Hay necesidad de un tutelaje previo a la concesión del voto masivo: es un proceso por etapas donde primero se debe atender a la libertad económica y no a la política. Proponen un mecanismo institucionalizado de nacionalización que solo podrá lograrse si la clase dominante comprende que la clave es la educación y no la represión de la clase obrera y el mejoramiento de las condiciones de vida.

McGee – La liga PatrióticaLa misión de la liga era acabar con la lucha de clases. Se consideraba patriótica y cristiana y se planteaba como la alternativa argentina a la izquierda. También criticaban la democracia y el liberalismo. Identificaban sus raíces como anti marxistas, católicas y positivistas. Consideran que las instituciones son la base del orden, por eso hacen hincapié en el rol de la familia, la religión, la educación y la autoridad. Todo intento de quiebre de la tradición conduce al caos. Luego de la Semana Trágica, pasaron de una estrategia de confrontación a una de conciliación pacífica de clases. Hacia el interior de la liga había una división del trabajo correlativa a la que existía en la sociedad. Hombres y mujeres esperaban que sus reformas y su proselitismo apartaran a los trabajadores de la lucha de clases. Para ello los hombres enfatizaban en esfuerzos propagandísticos y lobistas, mientas que las mujeres se encargaban de llevar a cabo proyectos sociales. Entre estos se destacaba la educación nacionalista a través de las escuelas para lograr inmunizar a los trabajadores de la revolución, y orientarlos en la cultura del trabajo, la obediencia a la ley y el patriotismo. El énfasis en la educación residía en la creencia en que los trabajadores se orientaban a la izquierda cuando carecían de instrucción, lo que brindó la posibilidad de una domesticación de las masas a través de la escuela. Si bien estos proyectos eran intentos concretos de mejorar las condiciones de vida de los trabajadores, eran limitados y no incrementaban su autonomía. El eje central de su posición se basaba en la idea de que las clases sociales no existen en el país, que no hay grupos privilegiados ni proletariado porque todos son iguales ante la ley. Y la desigualdad económica responde a diferencias en la capacidad intelectual y no a estructuras de clase. La posibilidad de movilidad social ascendente excluía la necesidad de la lucha de clases.

Portantiero – artículo sobre década del treintaEn la crisis de los años 30 surge la Argentina moderna y se inicia un período denominado década infame. Se definen las características del crecimiento industrial, los mecanismos de intervención del estado sobre el mercado y crece enormemente la clase obrera. Se inicia un proceso de modernización a través de la industrialización por sustitución de importaciones. No se puede calificar al régimen del treinta como una pura restauración conservadora, ya que introduce importantes transformaciones. La burguesía agraria toma las riendas del Estado, pactan el acuerdo Roca-Runciman que garantiza la exportación de la cuota de carne al mercado inglés beneficiando a los invernadores y perjudicando fuertemente a los criadores. Los primeros son capaces de introducir un proceso de reconversión a partir de la inversión en el sector industrial y el aumento del proletariado. El ministro de economía Pinedo aplica ideas keynesianas de corte proteccionista para salir de la crisis pero deja en claro que no se pretende una industrialización

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total: la rueda maestra de la economía es el comercio agro exportador, la industria es una rueda menor que permite sostener la actividad económica durante la crisis. El modelo si bien aparenta un sistema político sustentado en la alianza entre conservadores y radicales anti personalistas, es en realidad muy frágil y se sostiene solo por el fraude y la represión. El sistema comienza a perder legitimidad y es necesario un nuevo Sáenz Peña que articule el modelo económico con un modelo de hegemonía. La Concordancia ya no alcanza para contener la necesidad de representación de las clases dominadas. Justo trata de ocupar el lugar de fundador de Roca y Ortiz busca ser Sáenz Peña. Homologa el régimen conservador a la década del treinta, pero con un final distinto ya que la reforma de 1912 logró aliviar la presión social mientras que el intento de limpieza de los mecanismos fraudulentos llevado a cabo por Ortiz no pudo concretarse ante su muerte y la asunción de Castillo, representante del PDN que volvió a recurrir al fraude.

Macor - partidosEl oficialismo: La Concordancia es la fuerza oficialista que controla los recursos del Estado nacional. Es un bloque interpartidario que funciona como coalición de hecho y nuclea a PDN (conservadores), radicales anti personalistas y socialistas independientes. En elecciones legislativas mantenían su propio perfil y adoptaban un candidato común en ejecutivas. El PDN era el más importante en cantidad y el principal aportante de recursos electorales pero siempre debió resignar ante el anti personalismo las candidaturas presidenciales. La importancia del anti personalismo en la coalición residía en su capacidad de competencia con el radicalismo y permitía disimular la impronta conservadora. Pero para los radicales personalistas la abstención era más atractiva que las demás opciones electorales, ya que a pesar del pragmatismo de Justo, no dejaba de ser el derrocador de Yrigoyen y el promotor de la proscripción del radicalismo. La fortaleza del liderazgo de Justo residía en su orientación brifronte, hacia el frente militar y hacia el frente civil, inevitable combinación dado el rol de las fuerzas armadas en la política nacional. Justo lideraba la Concordancia en tanto representante del anti personalismo y en tanto Jefe del ejército. Con el radicalismo en abstención, era menos necesaria la manipulación electoral para garantizar el triunfo. En ese período, los mecanismos se perfeccionaron en función de las internas del bloque oficial y no frente a otras fuerzas. Pero con la salida del abstencionismo del radicalismo, peligraba el control de la sucesión presidencial y se hacía inevitable manipular los comicios, en tanto la legitimidad del régimen era garantizada por el respaldo del ejército. En 1938 asumen Ortiz-Castillo, pero la legitimidad de la coalición ya estaba en crisis y estos dirigentes no contaban con un apoyo militar como el de Justo. Con la muerte de Ortiz y el reemplazo de Castillo, el PDN tomo las riendas del poder ejecutivo que comienza a ser hegemonizado por fuerzas conservadoras. Se produjeron fisuras en el oficialismo y por temor del rumbo que tomaba Castillo, Justo se acercó a la oposición radical. El ejército se autonomizó del sistema político, y la muerte de Justo y Alvear dejaron un vacío de liderazgo político. Patrón Costas (pro yanqui, azucarero, no ganadero) asume a la presidencia y es derrocado.La oposición: Antes de 1935: Alianza Civil (PS y PDP) y oposición externa de UCR en abstención. Socialistas y demoprogresistas forman una alianza para ubicarse como una alternativa tanto al radicalismo como a la derecha. Si bien comparten el anti yrigoyenismo y el repudio por el quiebre institucional a partir del golpe de estado del 30, tienen marcadas diferencias. El PS siempre se expresó en contra de la dictadura de Uriburu, a la cual relaciona con el fascismo. El PDP tiene una menor densidad ideológica y tuvo una posición ambigua frente a la dictadura de Uriburu, ya que muchos funcionarios del PDP contribuyeron al gobierno militar. Con el tiempo el PDP se decidió por un discurso cada vez más liberal que lo alejó del conservadorismo y lo acercó a la izquierda. Por la abstención radical, era pertinente no confrontar con los yrigoyenistas para intentar obtener parte de su electorado. Al igual que la Concordancia, la Alianza Civil tenía un acuerdo que no afectaba los intereses propios de cada partido. Su fórmula presidencial estaba conformada por los líderes máximos de cada partido: De la Torre y Repetto. Gracias a la abstención de la UCR lograron una importante representación en diputados. Pero más allá de esto nunca pudieron lograr posicionarse como una alternativa electoral sino que se concentraban en el ámbito municipal. El retorno de la UCR a la competencia produjo un sinceramiento electoral. A partir de entonces cada partido se presentó de forma separada y comenzó a competir en el terreno de la oposición con el radicalismo. El desempeño electoral del PS tanto como el del PDP dependió a partir de entonces de los resultados obtenidos por la UCR. La UCR: dividida en dos polos principales, yrigoyenismo y alvearismo, y un elemento externo, el anti personalismo. Al yrigoyenismo se identifica con la abstención e intransigencia, mientras que el alvearismo se identifica con la participación y colaboración. Con el retorno de Alvear al país, era la única figura que podía conducir el partido, por lo que se presentó como garante de la unidad partidaria y como dique de contención para el vuelco hacia el anti personalismo. Se produjo entonces una reorganización partidaria que incluyó la reforma de la carta orgánica y la definición del programa del partido. Al ser proscripta la candidatura de Alvear, se decidió la abstención, que los yrigoyenistas consideraban inútil si no estaba acompañada de movimientos revolucionarios. Las dificultades para mantener la cohesión interna del partido llevaron a que en 1935 se levantara el abstencionismo para evitar el tránsito de militantes hacia el anti personalismo y recuperar el terreno perdido. Esto introduce el problema de la reproducción del poder para la Concordancia, que se ve obligada a usar la maquinaria del fraude electoral para garantizar la

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sucesión. Las elecciones legislativas no fraudulentas bajo el gobierno de Ortiz en 1936 posibilitaron un gran triunfo del radicalismo, pero no así en las elecciones presidenciales de 1937 donde se impuso el fraude, ya muerto Ortiz, y que llevó a la presidencia a Patrón Costas?. El partido no había construido herramientas para enfrentar y evitar el fraude. El dilema ante la posibilidad de formación de alianzas terminará por definir el carácter del partido como intransigente tanto hacia el gobierno como hacia el resto de la oposición.

Fodor y O`connell – El triángulo económicoEl modelo económico agro exportador argentino se basaba en una relación bilateral con GB y en el excedente exportable argentino de carnes y cereales que convertían a GB en su principal cliente. La disolución de este nexo bilateral sucedería en los años previos a la primera guerra. Pero este nexo no fue reemplazado por una nueva relación bilateral sino por un triángulo comercial entre Argentina, GB y EEUU. Cabe destacar que EEUU era un importante productor de carne y cereales en las mismas estaciones que Argentina, siendo este un mercado competitivo y derivando en la resistencia norteamericana a importar dichos productos. En el triángulo se observa que: desde Argentina se dirigen productos primarios hacia GB, mientras que desde EEUU se dirigen bienes de capital hacia Argentina. A su vez, GB y EEUU tienen intensas relaciones comerciales. La dependencia argentina del mercado británico era enorme en el caso de la carne y absoluta en el caso de la carne enfriada. También había en GB una enorme dependencia del mercado de carnes argentino, que constituía casi la mitad de importaciones en ese rubro. De la prosperidad de la industria de la carne enfriada dependía la posición de la clase dominante argentina. Por lo tanto, la dependencia británica de argentina era la dependencia de los productores de carne. En contrapartida, el principal atractivo para GB en argentina era el sector público (ferrocarriles), principal fuente de beneficios y además el mercado argentino era cautivo ya que todos los productos británicos gozaban de una posición preferencial por los bajos aranceles de importación y los ponía en posición de no competir con otros productos. Pero a partir de 1925, EEUU se convierte en el principal proveedor de bienes industriales de Argentina. La superioridad industrial norteamericana comenzó a destruir el comercio bilateral con GB, que ya no podía satisfacer las demandas industriales argentinas que por su creciente prosperidad requería reemplazar la mano de obra. El principal producto de exportación norteamericana en argentina eran los automotores, maquinaria agrícola, puentes y caminos. Esto implicó una amenaza al dominio de los ferrocarriles británicos. La gran diferencia entre EEUU y GB era que para la reparación o reemplazo de bienes de capital, los primeros instalaron filiales en argentina mientras que los segundos los repatriaban a su país y los devolvían. Lo que ha sido interpretado como acciones nacionalistas conducentes a superar la posición de argentina como país periférico, es en realidad consecuencia de las relaciones globales de los centros económicos con la periferia, es decir del drástico desplazamiento desde la esfera de influencia británica hacia la de EEUU, como consecuencia del resultado de la primera guerra. Con la posguerra y la Depresión se reforzó el proteccionismo agrícola del centro, que dio lugar a un proteccionismo industrial en la periferia. El problema de este reforzamiento de las relaciones con EEUU residía en que a largo plazo las importaciones norteamericanas solo podían ser financiadas con un aumento del endeudamiento externo en dólares, ya que las libras eran inconvertibles. La relación especial con GB comenzó a convertirse en un estorbo. Pero GB recurrió a la táctica de reclamar al gobierno argentino que sus relaciones comerciales le generaban un amplio déficit comercial, porque lo que demandaron una revisión de los tratados comerciales a fin de obtener un tratamiento preferencial que defendiera sus intereses. Este fue el Tratado D´abernon, durante el gobierno de Yrigoyen, que implicaba un arreglo muy poco equitativo según el cual argentina se comprometía a comprar material ferroviario británico mientras que GB se comprometía a comprar una cantidad equivalente de productos argentinos. El tratado era engañoso pues GB ya compraba un nivel aun mayor que el establecido por el tratado. El convenio nunca fue puesto en práctica ya que se produjo el golpe del treinta, lo que dificultó otorgar el trato preferencial a GB. En 1932, se realizó la Conferencia de Ottawa según la cual GB instauraba el régimen de preferencia imperial, lo que implicaba necesariamente una limitación a la importación de carnes argentinas. En este marco se envía a Roca (h) en una misión para lograr un acuerdo que lograra mantener el statu quo con respecto a la carne enfriada. De allí surge el Pacto Roca-Runciman, en el cual GB adquiere numerosas ventajas como la reducción de aranceles a la importación para sus productos y garantías para sus empresas radicadas en Argentina a cambio, no de garantizar una cuota fija de carne, sino de consultar a Argentina en caso de necesitar reducir la cuota de carne importada. Mientras que los invernadores respaldan el pacto que les permite monopolizar la cuota de carne enfriada y la idea de un mercado cerrado, asumiendo el lema “comprar a quien nos compra”, los criadores se oponen al pacto proponiendo una idea de mercado abierto y de “vender a quien nos vende”, en su desesperación por encontrar mercados alternativos para la colocación de ganado en pie y carne congelada. Esto muestra que no había límites para las concesiones que GB pretendía obtener de Argentina, así como no había limites para las concesiones que la Concordancia estaba dispuesta a dar con tal de garantizar la cuota de carnes. En este período GB logró una preeminencia en Argentina y EEUU fue derrotado en la mayoría de los rubros de exportación. El triángulo se vio reforzado hacia uno de sus lados. Pero la forma en que se recobró la dominación británica tendría consecuencias políticas a largo plazo en tanto impuso una tendencia a la erosión de la relación especial anglo-argentina. El impasse en la relación de Argentina con

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GB durante la guerra, al inclinarse a favor de la importación de bienes de capital norteamericanos, le permitió a Argentina transformarse de un país agrícola dependiente a un país con una industria liviana. La crisis del modelo agro exportador producida partir de la posguerra y la depresión de 1930 con el cierre de la importación de materias primas por parte de GB no implicó su desaparición, sino que impulsó un proceso de ISI. Pero la clase política no buscaba reconvertir la estructura industrial del país ni lograr una industrialización masiva sino hacer viable el modelo agro exportador mientras GB se recuperaba de la crisis y hasta que pudiera proveer de nuevo al país de bienes industriales. Esto habla de un sistema económico fuertemente dependiente y periférico donde todo se decide en función de lo que sucede en el centro económico, en este caso GB. Ya durante el gobierno de Perón, las relaciones con GB volverían a tambalear en tanto la base social del gobierno no residía en los productores de ganado exportadores y por lo tanto no necesitaba de la exportación de carne para obtener apoyo político ni legitimidad.

Villanueva – el origen de la industrialización Es inaceptable afirmar que la industria argentina experimentó un despegue en su tasa de crecimiento a partir del treinta y mucho menos aceptable es considerar que la industria nace en los años treinta. La industria argentina se inicia en la década del veinte, donde se observa fomento del proteccionismo, una protección aduanera y un elevado nivel de inversión industrial y entrada de capitales extranjeros. En los años treinta se observa un crecimiento industrial que sigue la tendencia iniciada en los años veinte, pero lo que efectivamente se produce es un cambio en su composición y no tanto en la tasa de crecimiento del sector. Es decir, un aumento de la diversificación pero no de la productividad. El ministro de economía Pinedo ejecuta una serie de medidas como: la suba de aranceles aduaneros, política de control de cambios y plan de obras públicas. Se promueve la ISI para equilibrar el déficit comercial, es un parche que no tiene intención de industrialización masiva sino que permitiría mantener el modelo agro exportador durante la crisis y el proteccionismo británico. La cuestión es que el PBI industrial termina superando al PBI agropecuario, lo que implica un fuerte cambio estructural y morfológico de la economía argentina, que incluye intensas migraciones internas hacia los centros urbanos y el surgimiento de un nuevo proletariado industrial. La industria liviana no tiene sustento a largo plazo, porque está condicionada a la importación de bienes de capital.

Murmis y Portantiero – década del treintaNo existe tal cosa como una clase dominante homogénea, así como tampoco se puede hablar de un rechazo por parte de los terratenientes hacia las actividades industriales. La década del treinta transcurre en el marco de un conjunto de relaciones entre fracciones de clase que no responde al esquema clásico de oposición entre una clase dominante unificada y una clase dominada pasiva, sino que se da una oposición entre fracciones de la clase dominante, en torno al tema de la industrialización. La crisis de 1929 rompió la ilusión argentina del crecimiento ilimitado hacia afuera y demostró que estaba concluido el ciclo de la economía primaria exportador como núcleo excluyente del sistema económico en argentina. Se volvió imperioso que las importaciones desciendan al nivel de las exportaciones, encontrándose la respuesta para el abastecimiento del mercado interno en una limitada industrialización, un crecimiento hacia adentro. De esta manera, la oposición a la industrialización se nuclea en torno a un sector ganadero subordinado, los criadores, clara expresión de la clase media y la burguesía, que encuentra su representación en los radicales anti personalistas. Los que están a favor del proyecto industrializador son la fracción dominante dentro de la clase dominante: los invernadores, que conforman una alianza de fracciones de clase junto con los industriales. La posición privilegiada de los invernadores era mantenida mediante el pacto Roca-Runciman, que les permitía monopolizar la cuota fija de carne enfriada. En este sentido, los invernadores promovían la política de “comprar a quien nos compra”, de mercado cerrado y relaciones bilaterales con GB sumada a la limitada industrialización, mientras que los criadores promovían la política de “vender a quien nos vende”, planteando la posibilidad de exportar carne congelada al mercado norteamericano, que podría a su vez ser el proveedor de bienes de consumo, sin necesidad de recurrir a la industrialización. La originalidad del caso argentino dentro de la tendencia industrializadora común en América Latina reside en que fue efectuada por la elite conservadora y oligárquica. No por eso debe creerse que dejaron de representar los intereses de la fracción dominante. Aún así, cabe destacar que nunca se gestó un proyecto alternativo, sino que los partidos de la oposición acusaban al régimen de un exceso de industrialización. Esto inició la era del Estado más autónomo, cuyo rol no es ya retraducir los intereses de la clase dominante en decisiones políticas sino equilibrar el bloque de poder, moderar y tutelar la alianza entre fracciones de clase nucleada alrededor de una comunidad de intereses. El proyecto industrializador no implicó una contradicción con la economía agro exportadora. Se desarrolló en el marco de una alianza de fracciones de clase que incluyó por primera vez a los grupos industriales, con el objetivo de asegurar el equilibrio del sistema económico en su conjunto. Implicó una limitada industrialización sin revolución industrial, sino mediante la sustitución de importaciones. Esto llevó a la consolidación de una industria liviana productora de bienes de consumo no durables, sobre la base de una industria ya existente que surgió durante los años veinte. Nunca contempló desarrollar una industria de base o interrumpir la dependencia económica. La industria está destinada a cubrir el vacío antes llenado por los bienes de

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consumo importados de GB. La política económica del régimen fue llevada a cabo por el ministro de economía, Pinedo, que llevó a cabo un Plan de Reestructuración económica, basado en una política de control de cambios, el desarrollo de un plan de obras públicas y la creación de Juntas Reguladoras de la Producción de carnes, cereales, vinos, etc. La intención de la clase dominante en torno al tema de la industrialización queda reflejada en las declaraciones de Pinedo: el comercio agro exportador es la rueda maestra de la economía, a la cual no quieren reemplazar sino que utilizarán una rueda menor, que es la industrialización, que permita sostener cierto nivel de actividad económica durante la crisis. El proyecto no significa que toda industria deba ser fomentada, sino que hay que importar sólo mientras se pueda seguir exportando. La UCR se erige como uno de los principales opositores al proyecto, al cual considera demasiado radical y tendiente a una economía totalmente controlada por el Estado. Retomando la idea de alianza de clases: si bien supone comunidad de intereses, no borra las particularidades de cada fracción y además, en tanto no es una fusión, supone la posición hegemónica de una de las fracciones, en este caso la de los invernadores. Por esta razón, todo el proyecto industrializador está limitado por los intereses de los terratenientes. Recién a mediados de la década del 40 se alterará esta relación de fuerzas entre hacendados e industriales, implicando la pérdida de hegemonía de los primeros.

Bilsky – Movimiento obrero 1930-1943EL movimiento obrero no reacciona frente a la ruptura institucional que ocasiona el golpe del treinta. Procura reconstituir una relación privilegiada con el poder ejecutivo. La crisis económica de 1929 produce el dislocamiento del mercado mundial y del modelo argentino agro exportador. Entre 1930-1935 se desarrollan una ola de huelgas. La dirección de la CGT está en manos de los socialistas. El Estado adquiere una actitud policial: estado de sitio, censura de prensa, ilegalidad de comunistas, radicales y anarquistas. Dada la delicada situación social y política y la pasividad de las masas, el nuevo sindicalismo renuncia a articular a su alrededor a la masa trabajadora y se limita a defender a la elite obrera (transporte). El régimen de Justo levanta el estado de sitio y propicia una leve recuperación de la iniciativa obrera. El inicio del ciclo de sustitución de importaciones da origen a un nuevo ciclo de conflictos obreros y lleva a una huelga general en 1936. El Estado interviene a través del Departamento Nacional del Trabajo, lo que refleja la voluntad de intervenir en el manejo de las relaciones laborales. A su vez el crecimiento industrial contribuye a un aumento de obreros industriales. Cambia la composición étnica y social del movimiento por el fin de la inmigración masiva. Se produce un proceso de argentinización e industrialización de la clase obrera. El gobierno recurre a las luchas facciosas del movimiento obrero para utilizarlas en su beneficio. EL golpe del 43 capitaliza a su favor la crisis del sistema político y resulta determinante en la evolución del movimiento obrero. Tiene una necesidad de controlar el movimiento por lo que combina la represión, censura, encarcelamiento con medidas de mejora social, como precios máximos, reducción de alquileres y créditos. Al asumir Perón la titularidad del Depto Nacional del Trabajo se inicia un nuevo movimiento político y social, que logra la integración política y social de amplias capas de trabajadores.

Germani – orígenes del peronismoEl peronismo fue una dictadura que se basó en lograr, no una participación genuina de las masas populares, sino la ilusión de esas masas de ser un elemento decisivo en la dirección del poder público. La originalidad del peronismo reside en que fue un fascismo basado en el proletariado y con una oposición representada por las clases medias, a diferencia de los regímenes nazi y fascista clásicos, cuya base humana es la burguesía. De esta manera se rompe también el principio fascista elemental del anti obrerismo. Mientras que en Europa la proletarización convirtió a las clases medias en masas disponibles para la manipulación por parte de un líder carismático, en Argentina el proceso de industrialización y urbanización contribuyó a un proceso de migraciones internas que conformaron una masa de nuevos obreros sin experiencia política ni sindical ni industrial, carentes de conciencia de clase y con relaciones de tipo paternalista y tradicionales, que se convirtieron en las masas disponibles a la manipulación del líder. El apoyo de las clases populares a la dictadura no debe buscarse en la demagogia, que fue efectivamente ejercida, sino en el logro por parte del peronismo de generar en los obreros la ilusión de conquistar la libertad a través del ejercicio de ciertos derechos. El estado de inferioridad e inseguridad en que se encontraba el obrero, al estar separado de la vida política, desintegrado su movimiento y con un nivel de vida deficiente, hace que la afirmación de ciertos derechos produzca una afirmación de sí mismo. Si bien los objetivos reales alcanzados por las clases populares durante el peronismo fueron totalmente negativos en cuanto a cambios estructurales o ventajas materiales, es innegable que la dictadura logró una afirmación de la clase obrera en sí misma y frente a las demás clases a través de la conformación de una conciencia pública de sus derechos y del reconocimiento de su importancia dentro de la vida nacional, como capaz de ejercer ciertas influencias en las decisiones políticas. El camino emprendido por la clase obrera fue totalmente irracional: se convirtió en base humana de un movimiento totalitario que defendía intereses que le eran ajenos.

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Murmis y Portantiero – orígenes del peronismoGermani brinda una explicación del peronismo según la cual parte de una caracterización incompleta del punto de partida institucional y que otorga un peso excesivo de los obreros nuevos y considera irrelevante el papel que los obreros viejos pueden llegar a tener en la estructuración del movimiento populista. Según su explicación, el autoritarismo de los movimientos populistas latinoamericanos es la respuesta a un proceso de rápida industrialización a partir de la década del treinta, que lleva a la conformación de una masa de obreros nuevos sin conciencia de clase ni experiencia política, que solo apuntan a la satisfacción de sus necesidades inmediatas y que los aleja de la autonomía típica de los obreros viejos, de modo que se integran en un movimiento nacional popular dirigido por una elite no obrera que les proporciona una participación política y social ilusoria y los deja en calidad de masas disponibles y manipulables. M y P consideran que los obreros viejos tuvieron una intensa participación en el surgimiento del peronismo, que no es calificable de pasiva heterónoma la conducta de los obreros nuevos y que hubo una participación conjunta de ambos tipos de obreros en un proyecto social con una continuidad programática de los reclamos del período anterior. Ponen más énfasis en la homogeneidad del movimiento obrero en función de su calidad de fuerza de trabajo explotada, como producto de un largo ciclo de acumulación capitalista sin distribución, y también en la articulación entre el sindicalismo preexistente y las nuevas organizaciones, antes que en su heterogeneidad y división en viejos/nuevos, ya que prefieren hacer un pacto entre organizaciones tradicionales y nuevas antes que una alianza con otras clases. La estructura sindical preexistente es sin dudas para estos autores la base del apoyo al peronismo. Los sindicatos preexisten al gobierno populista y por lo tanto, si bien se integran al Estado, funcionan como mediación entre trabajadores y poder político. La elite que propone el proyecto populista se encuentra con una clase obrera organizada y poseedora de un proyecto social, a la que le propone una alianza ante los intentos fracasados de lograr apoyo en otros grupos tradicionales. Ya en el poder, la elite política tiende a liquidar la autonomía de los sindicatos pero sin eliminar por completo su rol institucional, hasta el punto en que una vez derrocado el populismo, el sindicalismo se mantiene como pilar del movimiento. Esto implica que no hay una disolución de la autonomía del movimiento obrero en el momento inicial del peronismo, sino en todo caso en una etapa posterior. El predominio en el movimiento obrero de organizaciones sindicales nuevas por sobre las tradicionales no es suficiente para explicar el surgimiento de la experiencia nacionalista popular. No puede afirmarse que las organizaciones viejas mantuvieron una actitud de oposición frente a las actitudes favorables por parte de las nuevas en torno a la configuración del nacionalismo popular. Si podría decirse que las organizaciones tradicionales desempeñaron la dirección organizativa del movimiento obrero y tuvieron mayor peso en la articulación con la elite política, mientras que las organizaciones nuevas desempeñaron más que nada la actividad callejera como factor de movilización en los momentos cruciales de estructuración del peronismo. Cabe destacar que en la medida en que la participación obrera en el populismo este fuertemente mediada por la organización sindical, es mayor una orientación autónoma. En cambio, si los obreros no reconocen dicho papel mediador, es mayor la probabilidad de subordinarse a intereses ajenos a los de su clase. Ambas categorías de trabajadores pueden encontrarse tanto en organizaciones tradicionales como nuevas, aunque es más probable que las organizaciones tradicionales tengan una mayor valoración positiva del papel mediador del sindicalismo y la necesidad de una independencia relativa frente al gobierno.

Torre – orígenes del peronismoComparte con M y P la idea de que la vieja guardia sindical fue clave en la canalización y organización de las bases populares del peronismo. Fue borrada de la memoria ideológica del peronismo para promover el mito de que el movimiento fue resultado de una voluntad revolucionaria nueva y sin lazos con el pasado. En efecto, primero Perón se dirigió a la vieja guardia sindical para ganar su apoyo y lograr la penetración del mundo obrero. La vieja guardia sindical es un grupo social adaptado a la vida urbana, con larga experiencia en la lucha social y que da una respuesta positiva a la gestión de Perón, pero no por estar en estado de anomia sino por una deliberación racional que opone las desventajas del orden social y político anterior a las oportunidades que el orden nuevo ofrece. Pero considera que la respuesta de M y P tiende al economicismo: en su intento de exorcizar la hipótesis del irracionalismo obrero, se basan en un concepto de racionalidad exclusivamente económica y explican el apoyo de los obreros al peronismo por la satisfacción de las demandas económicas. Ignoran que la racionalidad es más abarcativa y que incluye la cuestión política. Los obreros no tienen solamente reclamos económicos insatisfechos, sino que también están alienados políticamente. El fin de la década del treinta está atravesado por la cuestión del acceso de los sectores populares a la ciudadanía. Por lo tanto, la racionalidad implica también la consolidación de una identidad política colectiva, y en este sentido estricto para Torre el comportamiento obrero es heterónomo, porque con el surgimiento de una nueva masa de trabajadores se produce un choque de culturas políticas en el seno del movimiento obrero, que afecta el liderazgo de las viejas organizaciones sindicales y dificulta su validación para devenir en agente político capaz de expresar las demandas obreras en el contexto de un sistema político cerrado y restrictivo. Es la intervención del estado populista que logra desbloquear el sistema político para permitir la participación de los sectores populares, es decir un movimiento desde arriba para incorporar las masas a la vida política, y en este sentido el movimiento popular no

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preexiste al gobierno populista, sino que es gestado por él, lo que implica una subordinación del movimiento por falta de una expresión política propia. Se resuelve entonces el problema de la crisis de participación política mediante el reconocimiento de las clases populares y al mismo tiempo se levanta un Estado nacional que se muestra como una autoridad por encima de la pluralidad de fuerzas sociales. Los derechos adquiridos por los trabajadores durante el gobierno de Perón no son resultado de luchas contra al poder de la clase dominante representada por el Estado, sino que es un proceso de democratización por vía autoritaria generado desde arriba por la elite política. Hay una competencia entre Perón y la vieja guardia sindical para ocupar la posición simbólica de vocero de la voluntad popular de las masas, que finalmente se inclina a favor de Perón el 17 de octubre, que funciona como un exorcismo colectivo mediante el cual los obreros rompen sus lazos tradicionales, lo que implica la crisis de dominación del sindicalismo tradicional. Finalmente los obreros logran una cohesión interna y una coincidencia entre orientaciones políticas y orientaciones sociales, que construyen sobre las ruinas de la hegemonía de los partidos tradicionales. De esto se sigue con la cooptación de la CGT por parte de Perón, destruyendo las ilusiones autonomistas de la vieja guardia sindical e imponiendo una subordinación del movimiento obrero a las prerrogativas del régimen.