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Por: Andrea Mendoza Ojeda Subgerente de Responsabilidad Social CORPORACIÓN EKOS www.ekosnegocios.com

La Responsabilidad Social Corpo-rativa RSC, ha sido durante años mal asociada únicamente con el apoyo a causas sociales, funda-ciones, donaciones, beneficen-cia o filantropía, desvirtuando el real sentido de estas acciones y de la RSC en sí. Indudablemente la gestión de las empresas y de la sociedad en apoyar estas inicia-tivas es fundamental para la co-munidad, como un stakeholder o grupo de interés muy importan-te, pero no es el único pilar.

Así, el ir más allá de la ley ali-neando la estrategia corporativa a una gestión socialmente res-ponsable teniendo como base los ejes social, económico y medio ambiental permitirá la sostenibi-lidad de la organización.

Sin lugar a dudas, muchas em-presas dan sus primeros pasos en la línea de la RSC a través del apoyo a fundaciones, o al hacer donaciones puntuales en mo-mentos de emergencia, o al lide-rar actos benéficos en ocasiones

especiales como navidad, día de la madre o del padre, entre otros. ¿Acaso esto deslegitima a la Res-ponsabilidad Social Corporativa, o más bien la complementa al ser parte de un aporte a la so-ciedad?, ¿son acaso estos prime-ros pasos de ayuda social malos o carecen de valor?.

Muchos expertos critican duran-te a las empresas que canalizan su gestión social únicamente a través de las fundaciones, ya sea propias o aliadas, aunque estos primeros pasos son fundamenta-les para comprometer a las em-presas con la comunidad. Si bien es cierto, es importante evolucio-nar este concepto de ayuda so-cial hacia la co-financiación de proyectos, una alianza social que

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Responsabilidad Social Corporativa: el camino hacia la Sostenibilidad.

Las empresas dejarán de actuar únicamente por sus intereses y será la RSC indispensable.

tenga que ver con el giro del ne-gocio de la empresa y a la vez generen una repercusión positiva tanto, en la comunidad como, en el medio ambiente. Esto sin lu-gar a dudas lo convertirá en una acción sostenible y socialmen-te responsable de alto impacto, y no será percibida como un simple acto benéfico o filantrópico.

Cada vez más, las organizacio-nes comprenden la importancia de apoyar causas sociales, siendo crucial que las alineen a su giro de negocio, es decir, si la empre-sa vende tecnología sus inicia-tivas podrían enfocarse hacia la donación de computadoras y fo-mentar la educación de niños y jóvenes en Tecnologías de la In-formación; o si es una empresa

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de alimentos, la causa natural de apoyo sería hacia entidades so-ciales orientadas a la nutrición y a la gestión de residuos alimen-ticios; o una marca cosmética de productos femeninos podría comprometerse con un progra-ma de prevención de cáncer de mama y fomentar la igualdad de género a través del empleo inclu-sivo.

Así, estas acciones sociales ten-drán una mayor repercusión, se verán más relacionadas a la es-trategia corporativa y serán per-cibidas por los consumidores po-sitivamente, no será un simple lavado de imagen o también co-nocido como “green-wash”. Es muy importante que la misión

de la causa benéfica, la ONG (Or-ganizaciones No Gubernamenta-les), o la fundación apadrinada se vincule a la filosofía y misión de la empresa, así estas serán to-talmente coherentes con lo que la compañía hace todos los días.

Desde el lado empresarial mu-chas organizaciones han vislum-brado un camino hacia el apoyo a fundaciones y causas sociales a través programas de Volunta-riado Corporativo, los cuales, se convierten en una oportunidad para demostrar la capacidad hu-mana de realizar un servicio a fa-vor de la comunidad, una acción orientada hacia el bien común de la sociedad que tiene como fin el involucrar y lograr la participa-

ción libre de los colaboradores de una organización, a través de la dedicación de tiempo, capacida-des y talento.

Así, las empresas apuestan por este tipo de iniciativas con obje-tivos claros, uno de ellos es el dar valor a sus colaboradores y a la comunidad al aportar con sus ac-ciones; convirtiendo a estos pro-gramas en entes transformadores que involucran voluntariamente al ciudadano, y a la vez contribu-ye con su crecimiento personal.

Es fundamental que todo apo-yo a causas sociales se base en la transparencia, así cada uno de los stakeholders de la empresa, tan-to los colaboradores, accionis-tas, clientes, proveedores, entida-des de gobierno y la comunidad tendrán clara esta alianza con las organizaciones sociales, y así, se logrará una conexión emocional útil para su diario vivir.

La Responsabilidad Social es un factor clave para mejorar la cuenta de resultados.

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Por: Roque Morán Latorre Presidente Ejecutivo IRSE - ECUADOR

www.irse-ec.org

¿Qué es Sostenibilidad?

En el diccionario se lee, acerca de sostenibilidad: “Que puede man-tenerse por sí mismo, como lo hace, p. ej., un desarrollo econó-mico sin ayuda exterior ni merma de los recursos existentes”. Otra fuente, una definición “técnica” del Informe Brundtland Nuestro Futuro Común (ONU, 1987):

“El desarrollo sostenible es aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la ca-pacidad de las generaciones fu-turas para satisfacer sus propias necesidades”. Ambas definiciones concuerdan en que, miran al fu-turo, en lo que persevere a través de los tiempos. Esto es ideal. La duda acerca de la tan cacareada sostenibilidad es si, en la prácti-ca, será posible.

Sin pesimismo, pero sí con rea-lismo, podemos afirmar que el punto de partida está en la res-ponsabilidad de cada uno de los seres humanos.

Tema de moda

Sí, de moda está aquello de la sostenibilidad. También conoci-da como “sustentabilidad”. Más allá de esa ociosa discusión se-mántica, no deja de sorprender-nos la ausencia de conocimiento certero acerca del desarrollo sos-tenible, especialmente, en niveles gerenciales y de cúpula organiza-cional, quienes –se supone- son los que deberían liderar inminen-tes acciones al respecto, al mar-gen de la línea de actividad de su respectivas organizaciones.

“Dios perdona siempre, el hombre a veces, pero la naturaleza jamás perdona”. Cuando el ser humano actúa en contra de la naturale-za, más temprano que tarde, nos

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El desarrollo sostenible es un eje vital en la planificación estratégica de las empresas.

golpea inexorablemente a todos. Si el objetivo del desarrollo sos-tenible es satisfacer las necesi-dades del presente sin poner en riesgo las capacidades de las ge-neraciones futuras para satisfacer sus propias necesidades… ¿cuán coherentes somos respecto a ese objetivo?.

Contraste lacerante

Vivimos una época donde el ver-tiginoso adelanto científico y tec-nológico ha sobrepasado cual-quier expectativa, cuando la globalización y el ficticio creci-miento económico han transgre-dido fronteras; sí que lo ha hecho, pero vapuleando principios y va-lores morales, donde el fin sí jus-tifica los medios, debido a la sal-

Responsabilidad Social EmpresarialS o s t e n i b i l i d a d

¿Sostenibilidad? ¿Dónde está el punto de partida? ¿Quiénes son los primeros responsables de esto?

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vaje apetencia por la acumulación de bienes, por la ultra comodidad, por el ansiado bienestar, por el es-candaloso despilfarro, contrastan lastimeramente con las miserias del subdesarrollo.

Rendición de cuentas

En lo que se conoce como “triple cuenta de resultados”, tres son las dimensiones en las que se en-marca el desarrollo sostenible: la económica, la ambiental y la so-cial. Bajo esa base se utiliza, por ejemplo, el Índice de Sostenibili-dad Dow Jones o las guías para elaborar memorias de sostenibili-dad. Cada una contiene una se-rie de aspectos prominentes, con indicadores cuantitativos y cua-

litativos, sobre los que todas las organizaciones deberían rendir cuentas, transparentarse pública-mente, de manera periódica, ha-cia sus grupos de interés, hacia la sociedad.

En nuestro país, por lo que se co-noce, menos de 12 instituciones han presentado, de manera for-mal, sus memorias de sosteni-bilidad; sin embargo, a nivel in-ternacional, la solicitud por estos reportes es apetecida –y hasta exi-gida- ya que no solo se toman en cuenta los balances contables y la situación financiera para apre-ciar un estado organizacional, se exige trascender hacia temas más profundos y de impacto significa-tivo, como la sostenibilidad.

Poder y Responsabilidad

Analizando algunos reportes acerca de la contaminación mun-dial y de los países más profana-dores del planeta Tierra contra la sostenibilidad, se constata que, los que más lesionan el objeti-vo del desarrollo sostenible -no resulta sorpresivo-, son los más poderosos de la Tierra.

Irónico contraste resulta inves-tigar si estos han firmado los acuerdos mundiales de Kioto, Copenhague y Cancún, para de-jar de contaminar, para frenar su acción depredadora de recursos; entonces se devela una escanda-losa hipocresía pues, por un lado, tales naciones, imprimen exigen-cias altas para sus países provee-dores pero, por otro, no son ca-paces, ellas mismas, de dejar de ganar con desbordante magni-tud, deponer su insaciable ansie-dad de riqueza y no pensar en la sostenibilidad.

Quien no toma en cuenta a la sostenibilidad, actúa solo en lo urgente sin considerar lo importante.

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Por: Daniela Pardo. Gerente General - TECHO Ecuador http://www.techo.org/ecuador.

Mucho se dice de la Responsabi-lidad Social (RS) como una mo-da, una tendencia pasajera e in-cluso se la denomina como un gasto que no puede ser medido ni considerado inversión. Pero, ¿qué hay de cierto en esto? En lo personal, considero que nada. La RS es una oportunidad dentro de todas las empresas para reinver-tir en los recursos que se utilizan para su giro de negocio.

Recursos como productos en el entorno que se convierten en otros productos luego de proce-sos que emplean agua y demás implementos, así como recursos dentro del talento humano que se capacita y pone sus conoci-mientos al servicio de la empresa para que siga creciendo. A esto se debe sumar el recurso finan-ciero que si bien se ve en un ini-cio como un capital, al ser renta-ble, se convierte en un traspaso de bienes por otros bienes entre los stakeholders, generando una relación ganar-ganar.

Cito un artículo de Guadalupe de la Mata, quien escribe sobre la Responsabilidad Social y la in-teracción entre el sector privado, público, de la sociedad civil y del individuo. Ella menciona un tér-mino muy atractivo y acorde a la sostenibilidad de la RS: “los in-traemprendedores sociales”. Un intraemprededor social es como una pulga en la organización.

Se mueve, recorre, pasea, obser-va, y luego ejecuta sin problema su misión: sacar de su zona de confort a quien se le cruce y ha-cerlo eficientemente. Colabora-dores dentro de la empresa que movilizan a sus compañeros y superiores para trabajar en pro-yectos sociales y ambientales, con una eficiencia económica,

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Intraemprendedores, todos queremos uno para el aporte social empresarial y beneficio para Ecuador.

Del individuo profesional al padre o madre que siente felicidad al dar una vivienda.

son minas de oro dentro de las empresas. Son personajes a los que les mueve un auténtico al-truismo pero a la vez una alinea-ción con la organización donde trabaja y que busca la superación de la misma. Según de la Mata, son los “Muhammad Yunus” de cada organización. Es una perso-na que no se acostumbra a reali-zar sus tareas sino que busca li-derar proyectos adicionales a sus responsabilidades.

Si un empresario detecta un in-traempredendor social debe apo-yar con herramientas que le per-mitan ejecutar esas ideas. Por ejemplo, hay empresas que cuen-tan con Comités de Responsabi-lidad Social de manera que quien tenga el potencial lidere estas

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iniciativas o empiece participan-do de la misma. A su vez, la em-presa es la que debe y decide capacitar a un trabajador com-prometido de manera que desde dentro de la organización se lleve a cabo proyectos sociales y am-bientales, siempre en la mira con ser eficientes financieramente.

Existen casos de grandes opera-doras telefónicas que están cons-cientes que su penetración en el mercado africano puede alcanzar hasta un 60% de la población mientras que entidades finan-cieras bordean apenas el 20%. ¿Cómo interrelacionar ambas in-dustrias? Haciendo accesible la banca privada, a través de micro-créditos, que puedan accederse

desde la línea móvil de una ma-nera rápida y segura.

Estas prácticas son las que enri-quecen a las empresas, y no lo hablo de una manera financiera únicamente. Un intraemprende-dor es el que sabe que su zona de confort debe ser dinámica y cada vez más satisfactoria pero más efímera por lo que debe se-guir alcanzando objetivos y plan-teándose nuevos retos.

Intraemprendedores “techeros”

La experiencia a nivel de TECHO Ecuador es una de las formas en la que muchos intraemprendedo-res sociales buscan canalizar sus esfuerzos. Todos los años recibi-

mos llamadas de colaboradores de empresas de tecnología, sa-lud, consumo masivo, petroleras, farmacéuticas y un sinnúmero de industrias que buscan participar de nuestras actividades. Así, se han logrado alianzas estratégicas muy importantes.

Es válido recalcar que el empo-deramiento de los colaboradores que buscan proactivamente invo-lucrar a sus empresas con TECHO es algo muy valioso a nivel de talento humano. Son personas que demuestran su interés por contribuir a la sociedad. Los ca-sos han sido exitosos desde em-presas que apoyan la construc-ción de viviendas de emergencia dando el espacio y financiando la actividad, hasta empresas que por razones presupuestarias con-tribuyen con la alimentación, el transporte y la facilidad de gene-rar reuniones con sus empleados para sacar adelante proyectos.

El colaborador empresarial y “techero” sabe que su ayuda genera un mejor país.