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Reseña Histórica Distrito De San Clemente El pueblo de San Clemente fue creado como distrito mediante decreto ley N° 24161 un 8 de junio de 1985 . Así es la historia: el escritor pisqueño Armando Rebatta, afirma que hacia 1940, primero a la pequeña aldea le denominaron Puente Huamaní por el nombre de la garita de control Huamaní, la cual a su vez llevaba esa denominación que correspondía al cerro blanco de tiza llamado "Huamaní", cercano al puente del mismo nombre; pero después las autoridades de Pisco Pueblo le dieron el nombre de caserío San Clemente, denominación que corresponde al santo papa romano Clemente, quien asumió el papado entre los años 88 y 97 d. C. Es probable que San Clemente se haya formado como caserío con unas cuantas casitas de quincha (caña hueca y barro) hacia el año 1940 o un poco antes, cuando los primeros pobladores se ubicaron en quioscos junto a la garita de control. Vale indicar que hacia el norte también se había construido unas casas por una familia de apellido Sándiga y que otros pobladores provenientes de las haciendas "Caucato" y "La Joya", poco a poco fueron construyendo sus casas de adobe a los costados de la pista vieja. Entre las primeras familias de San Clemente se considera a Vigil, Cabrera, Risco, Arana, Vargas, Muñoz, entre otras. En la garita de control hacia los años de 1960 y 1970 trabajaban los guardias civiles: Pilco, Rocha, Espinoza, entre otros. San Clemente por estar cercano a las haciendas algodoneras de entonces, tales como Francia, Bandín, Caucato, Monte Blanco, Camacho, Santa Clara, Urrutia, San Jacinto, San Emilio, San José, Palto y otras de Chincha, fue el centro donde los camiones de dichas haciendas buscaban apañadores durante la campaña de recojo o cosecha de algodón. Por eso, rápidamente se pobló de familias provenientes de departamentos de Apurimac, Puno, Huancavelica, Ayacucho y otros. Está asentado junto al río Pisco, sobre un terreno de topografía ondulada, de planicies y cerros donde predominan los cascotes de salitre y tiza. Por el costado del pueblo discurre el río Pisco. Hacia el año 1963 existía solamente San Clemente alto, pero el agente municipal de entonces don Néstor Díaz, por iniciativa de don Pedro Rebatta Rojas, ordenó que se haga la lotización en la zona del tizar que se encontraba al otro lado de la pista, próximo al zanjón del diablo. Allí se ubicaron muchas familias golondrinas provenientes de Apurimac y otros departamentos. Así se formó San Clemente bajo. Sin embargo, el patrón de las haciendas Caucato y La Joya, Luis Montero Pinillos, reclamaba que aquellas tierras de la pista hacia bajo le pertenecía. Las escuelas de San Clemente tanto de Varones N° 5727, como de mujeres N° 5725 se construyeron de material noble con el apoyo del gobierno y con la participación de algunos padres de familia, iniciando su funcionamiento en 1963. Los primeros profesores fueron Flor Alfaro, Clemencia, el director José María Bobadilla (proveniente de Chachapoyas), Felipe Morales Chuquihuaccha, Luis Ronceros Anicama, el profesor Ríos, Atilio Chávez, la profesora Estela, el profesor Efraín Salazar, entre otros. La escuela Alfonso Ugarte se formó en San Clemente bajo entre los años 1970-1971. Las familias de golondrinos, provenientes de departamentos de la sierra, habían traído sus costumbres de su pueblo y la manifestaban mediante la formación de

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Resea Histrica Distrito De San Clemente

El pueblo deSan Clementefue creado como distrito mediante decreto ley N 24161 un8 de juniode1985. As es la historia: el escritor pisqueo Armando Rebatta, afirma que hacia 1940, primero a la pequea aldea le denominaron Puente Huaman por el nombre de la garita de control Huaman, la cual a su vez llevaba esa denominacin que corresponda al cerro blanco de tiza llamado "Huaman", cercano al puente del mismo nombre; pero despus las autoridades de Pisco Pueblo le dieron el nombre de casero San Clemente, denominacin que corresponde al santo papa romano Clemente, quien asumi el papado entre los aos 88 y 97d.C. Es probable que San Clemente se haya formado como casero con unas cuantas casitas de quincha (caa hueca y barro) hacia el ao 1940 o un poco antes, cuando los primeros pobladores se ubicaron en quioscos junto a la garita de control. Vale indicar que hacia el norte tambin se haba construido unas casas por una familia de apellido Sndiga y que otros pobladores provenientes de las haciendas "Caucato" y "La Joya", poco a poco fueron construyendo sus casas de adobe a los costados de la pista vieja. Entre las primeras familias de San Clemente se considera a Vigil, Cabrera, Risco, Arana, Vargas, Muoz, entre otras. En la garita de control hacia los aos de 1960 y 1970 trabajaban los guardias civiles: Pilco, Rocha, Espinoza, entre otros. San Clemente por estar cercano a las haciendas algodoneras de entonces, tales como Francia, Bandn, Caucato, Monte Blanco, Camacho, Santa Clara, Urrutia, San Jacinto, San Emilio, San Jos, Palto y otras de Chincha, fue el centro donde los camiones de dichas haciendas buscaban apaadores durante la campaa de recojo o cosecha de algodn. Por eso, rpidamente se pobl de familias provenientes de departamentos de Apurimac, Puno, Huancavelica, Ayacucho y otros. Est asentado junto al ro Pisco, sobre un terreno de topografa ondulada, de planicies y cerros donde predominan los cascotes de salitre y tiza. Por el costado del pueblo discurre el ro Pisco. Hacia el ao 1963 exista solamente San Clemente alto, pero el agente municipal de entonces don Nstor Daz, por iniciativa de don Pedro Rebatta Rojas, orden que se haga la lotizacin en la zona del tizar que se encontraba al otro lado de la pista, prximo al zanjn del diablo. All se ubicaron muchas familias golondrinas provenientes de Apurimac y otros departamentos. As se form San Clemente bajo. Sin embargo, el patrn de las haciendas Caucato y La Joya, Luis Montero Pinillos, reclamaba que aquellas tierras de la pista hacia bajo le perteneca. Las escuelas de San Clemente tanto de Varones N 5727, como de mujeres N 5725 se construyeron de material noble con el apoyo del gobierno y con la participacin de algunos padres de familia, iniciando su funcionamiento en 1963. Los primeros profesores fueron Flor Alfaro, Clemencia, el director Jos Mara Bobadilla (proveniente de Chachapoyas), Felipe Morales Chuquihuaccha, Luis Ronceros Anicama, el profesor Ros, Atilio Chvez, la profesora Estela, el profesor Efran Salazar, entre otros. La escuela Alfonso Ugarte se form en San Clemente bajo entre los aos 1970-1971. Las familias de golondrinos, provenientes de departamentos de la sierra, haban trado sus costumbres de su pueblo y la manifestaban mediante la formacin de conjuntos musicales folclricos como "Los apurimeos" con Vctor Mendoza (el mago de la mandolina), "Los campesinos" con los hermanos Clemente y "Los mensajeros". Vale recordar que haba cantantes sobresalientes como "Alejandro Llamujalla", "La usta", "Amapolita del centro", Pedro Neyra, Eulalia, Marcial y Leonor Lizano, Concepcin Condor, Mara Clemente, entre otros, siendo los directores de los conjuntos musicales: Jos Galo Castillo y Luis Negri. Estos conjuntos musicales difundan el arte de su pueblo tanto del sur como del centro, los domingos mediante radio internacional de Pisco, estando como locutor don Fortunato Sueno Okura. Tambin se presentaban los sbados en locales artsticos de San Clemente y de las haciendas, a los que acuda mucho pblico a deleitarse con sus canciones. En cuanto a los primeros equipos de ftbol representativos se puede manifestar que existan "Juventud Per", "Relmpago", "Palmeiras" y "Defensor San Clemente". Los partidos de ftbol se jugaban en el campo deportivo de la escuela rural San Clemente. En la fiesta de bajada de reyes, venan desde Huaman don Cueto y su grupo de negritos, quienes danzaban al comps del violn. El ro Pisco como torrente de aguas indomables, cada cierto tiempo rompa la pista por la bajada de San Miguel, perjudicando a los viajeros o pasajeros, quienes tenan que pernoctar varios das en el lugar sin poder seguir su viaje. La pista de la panamericana sur siempre constituy un peligro para los habitantes del lugar, sobre todo para los que tenan que pasar todos los das, ya que los vehculos corran a gran velocidad y en muchas oportunidades cobraron vidas. Para aprovisionarse de agua de bebida y preparar sus alimentos construan pozos en el subsuelo de tiza. Otros pobladores sacaban el agua de unos pocitos construidos en el cerro junto al ro. Vale recalcar que el ro Pisco ha sido muy importante para los pobladores de San Clemente, porque algunas personas all tenan sus chacritas, lavaban sus ropas, se baaban y pescaban camarones con la mano o con izangas. Entre las excentricidades de San Clemente se cuentan "la mujer de cuatro patas", "el nio Chalaco", entre otras. Vale indicar que al otro lado del puente hacia la falda del cerro de tiza llamado Huaman, se form otro pueblito que hasta hoy lleva ese nombre. Primero se llam Avancini porque as era el apellido del patrn de la hacienda. Estaba formado por familias que se dedicaban a la agricultura de panllevar. Entre las familias ms antiguas se puede mencionar a Samn, Cueto, Chirre, Trillo, Mayo, Ramos, entre otras. En ese casero se practicaba "bailes de negritos" conformado por nios y adolescentes que salan hacia San Clemente a demostrar su arte en la fiesta de "Bajada de reyes", para adorar al nio. Este grupo estaba dirigido por el seor Cueto.

Hitos urbanos

Viene a ser la entrada a la carretera de Los Libertadores. Este distrito se encuentra en el km. 228 de la Panamericana Sur, lugar donde se inicia la avenida de los Libertadores.

Desde San Clemente se puede visitar varios atractivos y lugares tursticos.

Humay lugar religioso donde se celebra la fiesta de La Beatita de Humay (en conmemoracin de la beata Luisa La Torre Rojas)

Tambo Colorado un lugar histrico/arqueolgico, que se ubica en el distrito de Humay.

Otro lugar turstico casi ya perdido es el zanjn del diablo, el cual es una zanja profunda construida con el esfuerzo de los indios esclavos en la poca del Virreynato, bajo la frula del dueo de las tierras de Caucato: Francisco Penagos Mazo. Prueba de ello, en el zanjn existe una pizarra debajo del puente de tiza, justo en la pared de la bveda, que tiene unas inscripciones de la fecha de su construccin y el nombre del personaje que orden su construccin. En algunas lomas de tierra casi al final del zanjn existen an las osamentas de los indios que mataron los espaoles durante la ejecucin de la obra.

Los pobladores de San Clemente son en su gran mayora gente campesina, obrera; otros dedicados al comercio y las nuevas generaciones dedicadas a la vida intelectual.

San Clemente es un pueblo acogedor que alberga distintas tradiciones y costumbres debido a sus nuevas comunidades pobladas de distintos lugares del Per como Puno, Ayacucho, Huancavelica, Abancay y otros. Gracias a esta mistura se realizan festividades costumbristas autctonas de sus pueblos de origen.

Este pueblo cuenta con tres leyendas histricasAo de la Diversificacin Productiva y del Fortalecimiento de la Educacin

2015

"El zanjn del diablo"que se ha venido transmitiendo de generacin en generacin desde nuestros antiguos pobladores del pueblo de Caucato, "la leyenda de Agua Santa", que es santa por sus bondades curativas y, "la leyenda de Huaman", refirindose al cerro blanco de yeso que desde su posicin constituye una defensa de la ciudad de Pisco, para que el ro no la destruya.

Segn el escritor Armando Rebatta Parra, quien viviera su infancia en una vivienda cercana al zanjn del diablo, indica que esta leyenda data del siglo XVIII y que el protagonista principal fue el patrn espaol Francisco Penagos Mazo. El escritor mencionado narra la leyenda de la siguiente forma: "Cuenta la leyenda que en el siglo XVIII, las tierras agrcolas de la hacienda Caucato, la ms prspera del valle de Pisco, eran muy productivas gracias a la riqueza del salitre de sus campos y por las aguas de avenidas o yapanas abundantes que le provea el ro, llegando a cosecharse grandes cantidades de caa de azcar, uva, frijoles y otros productos de pan llevar, y principalmente el algodn que desde el puerto de Pisco se enviaba a Europa. Sucedi que con el transcurrir de los aos las aguas del ro que irrigaba todos esos campos, poco a poco fueron bajando su caudal y esto significaba una gran desgracia para los sembros que comenzaron a secarse. Los habitantes del lugar, quienes se sustentaban de las cosechas, dijeron que los ltimos aos eran malos, porque la escasez de lluvias en las serranas, no permita que el agua abunde en el ro como en otras dcadas y ahora, no alcanzaban a regar los inmensos campos de cultivos. En efecto, por esa causa, las plantaciones que se extendan desde la hacienda hasta la playa, entraron a una etapa de marchitez. Entonces, el patrn, un blanco espaol de barba crecida, quien era como un gran seor feudal en la zona que abarcaba desde la margen derecha del ro hasta los salitrales de Chincha, el mismo que deca que todas las tierras le pertenecan desde los cerros de Agua Santa hasta el mar; estaba muy preocupado y casi no dorma, porque se estaban secando cada da ms sus cinco mil hectreas de plantaciones y ya ni siquiera haba suficiente agua para el ganado, porque en los pozos, el agua estaba cada vez ms profunda. Noches tras noches aquel patrn oraba mucho en la pampa ante una cruz de palos, pero no haba solucin a un problema ajeno que slo corresponda a la naturaleza. Una maana sentado junto al puente, contemplaba las aguas turbias y nutritivas del ro Pisco, que aunque con bajo nivel de caudal, pasaban raudas acariciando el caliche de la ribera de yeso y luego, insensibles enrumbaban hacia el oeste buscando el mar, mientras el patrn y sus peones desde lo alto del cerro de tiza, impotentes, miraban con mucha pena ya sin nada poder hacer, dejando que la naturaleza haga lo que quiera, llevndose esos millones de litros del sabroso lquido barroso, que era la vida para todos y que unos kilmetros ms abajo cruzaba el litoral perdindose inexorablemente en el mar. Un da el patrn no pudo ms, desesperado, con llanto en los ojos, despus de recorrer en su caballo de punta a punta los cultivares, se fue otra vez a contemplar horas y horas el ro, para ver si el nivel del agua creca, pero no fue as; por lo contrario, segua bajando y definitivamente no haba posibilidad alguna para la salvacin de sus plantaciones. Desde el cerro mir la pared blanca del caliche, dura y verdusca de la ribera derecha y pens: si yo pudiera abrir un canal por en medio de ese tizal, llevara el agua que quisiera y solucionara de una vez por todas el problema de la sequa; ah! Pero, cmo lo hara!. Decepcionado y pensativo ya al atardecer regres a la casa hacienda, estaba desganado y sin querer hablar con nadie, entr en su cuarto y se qued profundamente dormido. Esa noche no fue igual a las otras noches para l, porque desde que se acost en su cama, comenz a soar hasta la madrugada, fue un solo sueo extenso en el que se le revel la forma de solucionar el problema de la sequa para siempre. En sus sueos se le apareci un raro hombre vestido con ropa fina de color negro y cuello blanco, pareca un virrey y cada vez que sonrea se le poda ver la dentadura de oro que destellaba con la luz. Se present en la soledad de las pampas y le dijo con voz metlica: Yo te conozco francisco y vengo observndote desde hace mucho tiempo. S de tu sufrir por la falta de agua para tus cultivos. Yo te prometo solucionar esa escasez; pero para esto, tenemos que conversar t y yo a solas maana a las doce de la noche en el tizal cerca al ro. Y de esto que te digo, no cuentes a nadie, porque si yo me entero que lo haz comentado con persona alguna, me retiro para siempre y no te ayudar jams. Eso es todo. Te espero maana. Despus, Francisco sigui soando y vio cmo sus cultivares florecan y daban frutos hasta alcanzar enormes cosechas, muchas ms abundantes que antes y que ya no haba almacn alguno que pueda ser suficiente para guardar tanta produccin de algodn. Terminado el sueo, el patrn se despert muy de madrugada, alegre como nunca, algo inusual para todos, porque siempre sola levantarse tarde y triste; pero esta vez, fue el primero y era el ms contento de todos. Se dedic a sus quehaceres mirando al sol calculando la hora de cuando en cuando. Pensaba y saba que el hombre desconocido con quien so esa noche era el demonio, pero como no tena otra alternativa o perder sus plantaciones, no haba ninguna otra salida que pactar con l en el lugar donde le haba citado. Por eso, cada vez que se acordaba de su sueo, sonrea. Su contentamiento fue tal que orden a los peones que brindaran con el pisco y el vino que desde hace aos guardaba celosamente en botijas. La patrona y sus hijos lo vieron irradiando alegra, gastndose bromas y rer hasta las carcajadas, y ese da, todos estuvieron felices sin pensar del problema de la falta de agua y el marchitamiento de todos los sembros. A medida que transcurra el atardecer y llegaba el ocaso, estaba ms inquieto, porque la hora del gran encuentro se acercaba. Y hasta que al fin lleg la hora. Antes de las doce cuando ya todos dorman, ensill su caballo, coloc su escopeta al costado de la silla de montar, mont y se dirigi hacia el sur, hacia aquella pampa blanca donde le esperaba su buen amigo desconocido que slo lo haba visto en sus sueos. Pas por el costado del cementerio de Caucato, luego, sigui por los cascotales de blancos salitres y los caaverales de la hacienda la Joya, quedaron atrs para salir en las pampas de los tizares cercanos al ro. Aferr hacia s la escopeta y sin miedo sigui hasta que su caballo instintivamente se detuvo y no quiso dar un paso ms. Era una noche de luna, quieta, fresca, silente, con escaso viento en la pampa y cerca ya se oa el ruido montono del ro. Se sorprendi hasta escarapelrsele la piel e inmediatamente reaccion levantando su escopeta apuntando hacia delante y para tomar valor, dio un ronquido de garganta cuando vio que un bulto negro se mova avanzando por detrs de una loma. Su cuerpo estaba tieso y helado de miedo. No se movi ms y esper como si estuviera momificado, slo su caballo a punto de espantarse intentaba pararse en dos patas y dar vuelta atrs, pero l rgidamente lo contuvo de las riendas. La luz tenue de la Luna, le permita distinguir claramente el bulto negro y observ alerta cada movimiento de ese ser extrao. De pronto vio que el hombre vestido de negro subi a la loma y habl: Amigo Francisco Penagos Mazo, no me tengas miedo, estoy aqu para conversar contigo. Y el patrn Penagos, con cierto temor pregunt: Quin eres t que te apareces en mis sueos, que sabes mi nombre y hasta lo que pienso?. Yo soy el ser que todo lo sabe y que todo lo puede. He venido a conversar contigo, porque observ y comprend tu sufrimiento, leyendo tu pensamiento, cuando estando junto al ro pensaste que si t pudieras abrir un canal por en medio del tizar, llevaras el agua que quisieras y solucionaras de una vez por todas el problema de la sequa. Pero t no podrs hacer tan enorme trabajo ni con todos tus peones juntos durante diez aos, contest el demonio con su voz templada de metal. De dnde eres?, continu preguntando el patrn. Yo vengo de las tinieblas, de lo ms profundo de la oscuridad, de un mundo de triunfos, de riquezas y de dominios. He venido a solucionar tu problema. Ya nunca ms habr escasez de agua y tendrs grandes cosechas a partir de maana cuando yo te construya un canal por en medio de este blanco tizar, desviando el agua del ro hacia tu hacienda, habl el ser siniestro con firmeza. Y cunto me cobraras por el trabajo de hacer ese canal?, continu preguntando el patrn Penagos. Absolutamente nada de dinero te cobrara, -contest el ser abominable. Si no cobras, entonces, haras un trabajo gratuito, a cambio de nada? No, amigo Penagos, yo te propongo hacer ese canal hoy mismo, esta misma noche, pero a cambio de todo, solamente me entregars tu alma. Penagos, se sinti acorralado, porque no poda decir que no, pues, de lo contrario, sus plantaciones moriran, y no le qued otra opcin que aceptar la propuesta. Entonces, quieres mi alma, ms no mi cuerpo y me aseguras que construirs esta misma noche el canal y que llegar el agua hasta mis cultivos? S, as es, lo construir esta misma noche y habr agua suficiente para irrigar los cultivos da y noche y nunca se acabar. Entonces cuando ya pareca que el patrn estaba a punto de perder su alma, reaccion y propuso a Satn. Mejor sera que hagamos un pacto entre t y yo y nadie ms. De qu pacto hablas? De que si t terminas de construir el canal antes de que cante el primer gallo, te llevas mi alma; pero si el gallo cantara antes de que termines de construir el canal o zanjn, pierdes y no te llevas mi alma. Trato hecho, -dijo el diablo, confiado en su poder. Y luego agreg: tenlo por seguro que yo con mi ejrcito de diablos har muy rpido el trabajo y terminar antes de las tres de la madrugada, -asegur el demonio. Bien, as quedamos, yo personalmente voy a venir a las dos de la madrugada para ver el avance de tu obra. Me parece una idea formidable que vengas para que te prepares para entregar tu alma, porque estoy seguro que yo te ganar cuando el gallo cante despus que yo haya concluido el trabajo. Luego, en adelante, sers un hombre sin alma. Y fue as que pactaron el patrn Penagos, con el diablo. Se dijeron hasta luego y el demonio inici su trabajo minutos despus de las doce de la noche, mientras que el patrn retorn preocupado y pensativo a su hacienda porque el diablo se iba llevar su alma. Esa noche miles de diablos colorados con orejas en punta, cuernos en forma de ganchos, cola gruesa con terminacin en forma de flecha, patas de cabra y cuerpo cubierto de pelaje rojizo, trabajaban rompiendo los tizares en brigadas; hasta muy lejos se escuchaba el golpe de las herramientas, las carcajadas burlonas y los sonidos de los latigazos de los rabos que en el aire reventaban como el estruendo de cohetes. Estaban muy contentos porque saban que esa noche iban a ganar un alma ms para ellos. Primero hicieron la boca del canal que est frente al puente, luego continuaron construyendo un puente con su bveda y siguieron formando unas pozas de almacenamiento y descanso para el agua a los costados del puente, tambin construan escalinatas para bajar y subir, mientras el material que sacaban lo depositaban a un costado formando lomas de yeso. Y as prosiguieron construyendo afanosamente hacia abajo con direccin noroeste haciendo unos caminos al costado de cada pared del canal, por donde andaban los capataces con chicotes apurando el avance del trabajo a los diablos obreros. Y seguan hbilmente rompiendo el caliche aproximndose ya a las chacras del patrn, con mucho esfuerzo derrochando energa y despidiendo un fuerte olor de azufre quemado. As fueron avanzando y cuando la hora ya se acercaba a las dos de la madrugada, faltando cincuenta metros para culminar la obra, apareci montado en su caballo el patrn Penagos, y encontr que en efecto quedaba muy poco para que los diablos terminen la obra y se lleven su alma. Penagos, luego de verificar el avance de la construccin a punto de culminarse, regres al galope a la hacienda y fatigado con la respiracin entrecortada dijo dos veces: ese diablo maldito no se va llevar mi alma!, ese diablo maldito no se va llevar mi alma!. Entonces, desesperado baj del caballo, entr corriendo por la parte posterior de la casa y vio que los gallos dorman y que ninguno tena ganas de cantar, porque recin eran las dos y media de la madrugada, ya que los primeros gallos cantaban a partir de las tres. En seguida, rpidamente entr a su cuarto, prendi un mechero y sac un espejo, se dirigi al corral, agarr al gallo y se lo puso delante. Luego, el gallo al ver su imagen en el espejo crey que era otro gallo y cant con energa con ganas de pelear. En ese momento se oy ese primer canto del gallo en toda la hacienda, que al escuchado a la distancia, todos lo diablos desaparecieron, quedando escasamente unos diez metros para concluir la excavacin del zanjn. Despus de varios das de que el patrn enga al diablo, los peones cavaron y limpiaron la parte final del zanjn que el diablo no haba logrado terminar, hasta hacer posible que pase el agua a irrigar las tierras. Con esto, el patrn estuvo muy feliz y cada ao obtena muy buenas cosechas, ya que extendi sus cultivos hasta la ribera del mar. Y para seguir ampliando sus terrenos y mejorar las tierras salitrosas, mand hacer un tnel chico en el tizal pegado al ro distante a cincuenta metros de la entrada del canal grande, por el que tambin captaba agua. As pasaron tres dcadas hasta que el patrn ya siendo octogenario enferm gravemente y por eso ya no poda salir al campo, hasta que una madrugada muri. Sus familiares baaron su cuerpo y vistieron con ropa fina. Toda la peonada lo vel dos noches y dos das. La segunda noche del velatorio cuando todos estaban compungidos acompaando al cadver, a las doce ni ms ni menos, a la misma hora que hace treinta aos haba aparecido en las pampas, otra vez apareci un hombre vestido de negro con cuello tipo virrey, quien entr al local en silencio, se dirigi hacia el atad, se par frente al cadver, mir largamente el rostro del difunto y le convers bajito con unas palabras de un idioma extrao, luego sonri maliciosamente mirando de reojo a los dolientes, mientras sus dientes de oro brillaban ante las luces tenues de las lmparas y los ojos llorosos de los deudos; dio un paso atrs, hizo tres reverencias y en seguida, sali y desapareci en la oscuridad. Al da siguiente, por la tarde, la gente llevaba el atad en hombros por la carretera rumbo al cementerio de Caucato, distante a un kilmetro de la hacienda y que se ubicaba en la colina de un cerro de cascotes de salitre. Lo llevaban cantando himnos sacros por el trayecto, cuando de pronto, apareci el hombre vestido de negro montado en un caballo tambin negro con bridas y estribos de plata. Se dirigi a velocidad hacia el fretro y lo arremeti con el caballo, que con los cascos de sus patas delanteras derrib el atad. Luego de hacer eso, sonri mostrando su dentadura brillante de oro que destellaba con la luz rojiza yaciente del sol cercano al ocaso y en seguida, se march al galope por la carretera con rumbo hacia el zanjn, para cerrar el paso del agua para siempre. Los deudos y peones levantaron otra vez el atad y continuaron llevndolo. Al llegar al cementerio, bajaron la caja mortuoria y la colocaron sobre una peaa para hacer la oracin de despedida; pero cuando abrieron la tapa del atad, se dieron con la sorpresa macabra ms grande que antes jams pudo haberse visto; que a travs del vidrio del cajn, se poda distinguir un tronco grueso de pltano en lugar del cadver del patrn. Con esto, el diablo haba cumplido con llevarse al patrn en cuerpo y alma al final de su existencia. Penagos, el hacendado acaudalado ms rico de la zona norte de Pisco, cuyas propiedades de tierras abarcaba desde los tizales hasta la playa y desde el mar hasta los cerros; goz en vida ms de treinta aos usando el zanjn construido por el diablo irrigando sus tierras, obteniendo grandes cosechas y viviendo en la opulencia, gracias a su traicin en la que rompi el pacto haciendo cantar al gallo a la fuerza antes que se concluya la obra y antes de la hora. Pero, como el diablo nunca pierde, y siempre logra cobrar tarde o temprano lo que le pertenece, el da que muri el patrn cobr el doble: se lo llev en cuerpo y alma".

Segn el escritor Rebatta, La leyenda nos da a conocer que Agua Santa, desde muy antes era una zona de humedales hacia donde se dirigan las aguas sobrantes utilizadas en los regados de toda la zona de Dadelsa y parte de lo que se usaba para regar las tierras de la antigua hacienda Francia. Una cantidad de esas aguas ya saladas se iban a regar los pastizales de Chipana, y otra cantidad, humedecan los salitrales de Agua Santa y que iban a salir por un lugar llamado Monte Hediondo. Al principio, esa zona no se denominaba Agua Santa. Fue hasta que en el siglo XIX cuando se construy la primera pista (hoy conocida como pista vieja), en cuya obra trabajaban cuadrillas de hombres con herramientas manuales como lampas, palas, barretas, zapapicos y carretillas. Desde el kilmetro doscientos dieciocho el trazo de la pista parta en dos la zona de los humedales cubierto por totorales y juncales. Habiendo llegado ya la construccin del tramo al ro Pisco, uno de los obreros se haba enfermado con una enfermedad muy rara, la cual se haba presentado con mucho escozor desesperante por todo el cuerpo y ms an en la cabeza que lo haca llorar y gritar toda la noche. Entonces, la empresa lo llev hacia el hospital de Pisco Pueblo y los doctores no lograron descubrir qu enfermedad era la que lo estaba matando. Luego sus compaeros de trabajo le dijeron que se bae en el mar y as lo hizo por varios das seguidos, pero no poda sanarse. Una noche so que al haberse sumergido en un pocito de agua salada del humedal que quedaba a la altura del kilmetro veinticuatro, haba logrado curarse de ese mal. Por eso, al da siguiente por la tarde pidi al capataz que lo llevara a aquel humedal. Fue as que lo condujeron hacia all y l busc un pocito de agua de sal rojiza y se sumergi durante una hora. Fue un hecho increble, pues al salir del pocito, ya no le picaba el cuerpo, ni la cabeza, y las escoriaciones de su piel fueron pelndose para dar vida a una nueva piel. El hombre al pasar su mano sobre su cuerpo se sorprendi porque la piel antigua se sala fcilmente y ya no tena picazones. Entonces, emocionado ante sus compaeros de trabajo grit de alegra diciendo: esta agua es santa!, esta agua es santa! Desde entonces, a aquel lugar todos le llamaron Agua Santa. Hoy en da la gente pasa por all, pero ignora la riqueza curativa que tienen esas aguas como lo son tambin las aguas de Chilca. Vale recordar que en esa zona se libr la batalla de Agua Santa entre el ejrcito patriota y el ejrcito realista donde fueron derrotados los invasores.

Cuenta la leyenda que hace muchos aos, grupos de habitantes descendientes de la cultura Paracas vivan junto al litoral en una playa distante a ocho kilmetros de la desembocadura del ro Pisco, y vivan all porque era una playa extensa y adems porque el ro mucho tiempo no afectaba sus chozas construidas de caa hueca, carrizo, barro y totora. Vivan pescando usando redes que confeccionaban de lana de alpaca y algodn, y cultivando la tierra. Conseguan agua dulce para beber del ro y de unos pozos de los pantanos de totorales. Su tranquilidad hizo que ese poblado creciera mucho y se extendiera hasta la boca del ro. En ese tiempo, el ro estaba formado por torrentes desordenados donde cada avenida de agua, bajaba sin rumbo ni cauce determinado, y de tiempo en tiempo irrumpa con sus aguas desde muy arriba, marchando sin control ya pegado a los cerros o a las pampas de lanchas y se desplazaba haciendo un garabato a gran velocidad sin detenerse, alborotando todo, arrasando con gran parte de ese poblado y sus chacras. El ro, despus de haber terminado con su destruccin, dejaba varios cauces llenos de piedras como si fuera un extenso delta seco. Y as, cada cierto tiempo esos pobladores sufran los embates del ro y para que el Dios Wirakucha se compadezca de ellos, hacan ritos al ro regalndole pescados del mar. Un da el Dios Wirakucha, al ver que los hombres y mujeres luchaban esforzadamente contra la corriente del ro que se estaba llevando a sus hijos, chozas, chacras y utensilios, logr escuchar el clamor de ellos, y se compadeci. Entonces dijo: Estos hombres, mujeres y nios son mis hijos que he creado y criado, y desde hace aos vienen sufriendo la destruccin de su pueblo a causa de las aguas de avenida del ro que anda en descontrol. Voy a defender este pueblo construyendo un huamani como un guila defensora, que ser un cerro blanco de yeso duro y compacto, el mismo que servir de dique y desviar el ro hacia su cauce normal para que nunca ms sea destruido este pueblo llamado Pisco. Y fue as que a dos leguas de distancia desde el mar en la ribera izquierda del ro Pisco frente al puente grande que va hacia el Sur, orden a la corteza de la tierra para que levante un cerro fuerte de yeso. Y as se hizo, y luego, lo pint de color blanco al que llam Huamani. De esta manera se hizo y logr contener las aguas que antes destruan al poblado de Pisco y las enrumb hacia un cauce ms estable. Hasta hoy, este cerro blanco slo con su presencia defiende cada ao al pueblo de Pisco, capital de la provincia del mismo nombre, de las aguas bravas de avenidas, y an cuando el ro lleno de yapanas irrumpe la carretera Panamericana sur en la bajada de San Miguel, pretendiendo arrasar con la ciudad, el cerro Huaman espera con paciencia a esas aguas y las encauza nuevamente hacia su lecho normal.

Carreteras

Panamericana Sur, tambin llamadaLongitudinal de la Costa Surclasificada como

Ruta Libertadores, clasificada como

Carretera a Caucato, que une a San Clemente con Caucato inicindose en San Clemente Bajo, pasa por la Joya, Caucato y llega hasta la playa. Existe otra carretera a Caucato que se inicia por Sndiga y se une a la carretera anteriormente citada.

Carretera a Dadelsa, que va desde Francia y se dirige en direccin noreste.

Carretera a Agua Santa que la constituye la pista vieja y que va desde la desmotadora hacia los humedales de Agua Santa donde existen cochas de sal.

Autoridades

1963 - 1968. Nstor Daz: agente municipal del antiguo casero San Clemente.

Municipales

Desde 1985 los burgomaestres que ocuparon el silln municipal fueron los siguientes:

Edgar Nez; Ascona; Jaime Nez; Amancio Echajalla; Jaime Nez; Flix Falcn; Carlos Alberto Palomino Sotelo.

2015-2018 Alcalde: Juan Jos Quispe Morales, del Movimiento UNIDOS POR LA REGION.

Regidores: Evelyn Vargas Aquije, Carlos Gonzalo Ascona, Oscar Crdova Magallanez, Carla Snchez Mancilla, Fernando Saravia Atuncar.

EL ZANJON DEL DIABLO

LA LEYENDA DE AGUA SANTA

LA LEYENDA DE HUAMAN