repertorio de configuraciones de la vivienda wayuu … · también se tiende la ropa que se lava,...
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CAPÍTULO 5:
REPERTORIO DE CONFIGURACIONES DE LA VIVIENDA WAYUU EN EL BARRIO “23 DE MARZO”
FACHADA PRINCIPAL DESDE LA CALLE
Repertorio de configuraciones de la vivienda wayuu en el barrio “23 de Marzo”
Arq. Alonso José Morillo Arapé 239
La vivienda wayuu en la ciudad de Maracaibo, si bien es precaria desde el punto de vista de la
arquitectura occidental en los diversos contextos donde se emplaza, la misma no debe
considerarse como defectuosa (Guerra: 2003), ya que a pesar de la baja calidad de los materiales
con que se configura en los barrios urbanos, las operaciones espaciales sobre ella realizadas y los
esquemas funcionales recreados hacia el interior de su morfología, materializan los ideales que
como grupo social poseen de una vivienda digna.
Al hacer referencia a las barriadas que bordean la ciudad de Maracaibo, y en especial sobre la
caracterización de su tejido urbano y habitacional, no se puede hablar de tipologías urbanas ni
edificatorias; la teoría del cambio sociocultural asumida, pues, en este trabajo, como las fuerzas
primarias que modelan las edificaciones de los wayuu en la ciudad (Rapoport, 1972), hace que la
noción de tipología —que implica categorizar un objeto, en este caso la vivienda, bajo estructuras
rígidas y patrones para catalogar en función de características comunes— se diluya en su
estrechez conceptual, esto debido a que las culturas y las diversas sociedades en el mundo
cambian muy rápido y más en esta era de la globalización que hace que los procesos de cambio
sean mucho más acelerados en virtud de la asimilación de modas tecnológicas e influencias
socioeconómicas y socioculturales.
5.1. REPERTORIO DE CONFIGURACIONES DE LA VIVIENDA W AYUU EN LA
CIUDAD DE MARACAIBO.
Considerando los aspectos arquitectónicos y los aspectos socioculturales que han sido
abordados en el transcurso de este trabajo, en este último capítulo se construirá un repertorio de
configuraciones de la vivienda wayuu en el barrio “23 de Marzo” de la ciudad de Maracaibo. La
compleja riqueza de la vivienda urbana wayuu permite observar y reconstruir una amplia gama
de representaciones y dinámicas socioculturales vaciadas hacia el interior del espacio doméstico,
ese espacio en el que se realizan las actividades y el quehacer cotidiano y donde se recrean
además, complejos procesos de interculturalidad con las sociedades criollas que conviven en el
contexto del barrio. Más allá de la utilidad por parte de los profesionales de la planificación y el
diseño, de implementar políticas dirigidas a solventar el problema habitacional de las poblaciones
wayuu en el Estado venezolano, esta clasificación por ítems significantes, aportará una luz, un
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camino, una aproximación en cuanto al tratamiento técnico y socio-antropológico para con la
sociedad indígena, las reflexiones que se deriven del estudio integral del fenómeno de la vivienda
en directa interrelación con el hábitat propondrán un nuevo enfoque teórico compaginado con las
nociones contemporáneas de la Arquitectura Intercultural y la Antropología de la Arquitectura.
5.1.1. DE LO ARQUITECTÓNICO Y LO SOCIOCULTURAL.
CONFIGURACIÓN 1. LA CASA DE DIANORA MONTIEL.
PLANO 10. LA CASA DE DIANORA MONTIEL. Fuente: elaboración propia
Habitación
Porche
SalaEnramada
Habitación
Habitación
Habitación
Espacio sin techo
Espacio sin techo
LavaderoBañoLetrina
8
CALLE
PLANTA CONJUNTO
1. Recipiente plástico2. Batea3. Mesa/Lavaplatos4. Mesa de madera5. Cocina
6. Silla7. Chinchorro8. Cama9. Acueducto agua potable10. Tanque almacenamiento
7
7
7
7
54
4
3 4
46
66
10
9
8
7
12
Patio
Cocina
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En esta configuración se destaca tanto el porche y la enramada como áreas de permanencia,
siendo esta última la que más se utiliza, tanto para comer, como para recibir las visitas y estar en
ella durante varios momentos del día. Se observan dos espacios semi-construidos en virtud del
crédito otorgado por el programa “Ciudadanía Plena”, los mismos serán utilizados como
habitaciones en un futuro; en uno de estos espacios se construyó una especie de enramada
improvisada que permite utilizarla como cocina al estilo de un fogón, aunque no se cocine a leña
sino a gas. El mobiliario más significativo de la casa de Montiel lo constituyen los chinchorros
que se disponen en las habitaciones y en el área de la sala, aún en el día se dejan colgados para
que la familia interactué acostados en ellos.
Otra característica de esta vivienda es la disposición de mesas de madera que sirven como
soportes de diferentes enseres y víveres en la extensión del terreno alrededor del área de cocina,
así mismo para el lavado de los platos y enseres domésticos, labor ésta desarrollada en uno de los
espacios sin techar, esta disposición funcional de las mesas en la parcela es un indicativo que la
vivienda para el wayuu en esencia está delimitada desde el portón que permite el acceso hacia
adentro (Rapoport, 1072: 93-94), y no de la forma como la concibe el habitante criollo, que la
vivienda es exclusivamente el recinto (cuatro paredes) que ha de sustentar su cotidianidad.
PLANO 11. FACHADA DE LA CASA DE DIANORA MONTIEL. Fachada principal Fuente: elaboración propia
En esta vivienda, tanto el baño, la cocina y el área de estar, en el que se ve la televisión y se
come, son áreas comunes para las tres familias que habitan el conjunto. La familia se sirve de
agua potable a través del acueducto formal, sin embargo la almacenan en un tanque construido en
base a bloques y cemento, dispuesto en el frente de la vivienda de la madre. Ambos recintos se
complementan, por una parte, la casa de la madre configurada con materiales como el bloque
para las paredes y techos de zinc y el cemento en los pisos es en esencia una representación de la
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casa de “modelo nuevo”, la auto-construida por sus propios habitantes, en esta casa se observa la
convivencia de la configuración wayuu con las “alijunas”, (un ejemplo es el uso de ventanas
diferenciables en las fachadas, la de madera se usa en las viviendas wayuu y la de romanilla
metálica se observa tradicionalmente en la casa criolla, ver Plano 11, arriba). Por su parte, la casa
de la hija es una extensión de la materna, pues esta sólo es habitada por las noches para dormir,
está concebida con materiales similares a la anterior, pero que, en este caso, representa el
“modelo viejo”, y constituyen ambas la representación del cambio continuo que la vivienda
wayuu experimenta en el contexto urbano (Rapoport, 1972: 104-105).
CONFIGURACIÓN 2. LA CASA DE ELBA ALMAZO.
PLANO 12. LA CASA DE ELBA ALMAZO. Fuente: elaboración propia
Esta es una de las viviendas con mayor superficie de las estudiadas, cuya configuración
responde, como ya se dijo, al hacinamiento como producto de la cantidad de personas que la
Baño
Tendedero
Patio
Dormitorio
Cocina
Dormitorio
Dormitorio
Dormitorio
Sala - Comedor
Porche
Enramada
CALLE
CALLE
1
2
3 44
5
5
7
13
10
14
14 14
9
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7
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9
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15
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12
11
11
9
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6
10
1. Water Close2. Lavamano
3. Recipiente plástico
4. Pipas almacenamiento5. Nevera
6. Platera
7. Silla8. Cocina a gas
9. Televisor
10. Mesa de madera11. Chinchorro
12. Cama
13. Comedor14. Recibo de madera
15. Automóvil
PLANTA CONJUNTO
La densidad familiar incide en la
configuración espacial y funcional
de esta vivienda, en la que habita una
familia extendida (3 familias). Aún a
pesar que en apariencia corresponde
a una vivienda “alijuna”, en realidad
convive tanto la configuración
criolla, como la wayuu.
De la parte criolla se observa: el
porche y la ubicación de las
habitaciones paralelas con un área
integradora que funge como sala-
comedor y cocina; por su parte, los
elementos wayuu son: la enramada y
una habitación polifuncional con
cerramientos de zinc adosada a los
lados de la vivienda.
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habitan. El baño adquiere la connotación de ser comunal que se conserva en las afueras de la
vivienda según la tradición wayuu, pero cuya configuración funcional responde al modo criollo
de disposición de artefactos y piezas sanitarias occidentales (WC, lavamanos, y ducha con
desagüe al sistema formal de aguas negras), así mismo la cocina, aún cuando se ubica dentro del
conjunto de la vivienda es utilizada por todos los miembros familiares. La posesión de vehículos
de transporte “por puesto” por parte de los hombres de la familia, determina los retiros, las áreas
frontales y de acceso a la vivienda; en el conjunto es distinguible el gran espacio que da acceso a
la casa, esto se debe, en primer lugar, a que la familia posee dos vehículos que son estacionados
en ese espacio, también se aprecia éste como una extensión de la funcionalidad de la casa, allí
también se tiende la ropa que se lava, se disponen sillas y otros elementos que desde la cultura
wayuu tienen una significación funcional para la familia.
PLANO 13. FACHADAS DE LA CASA DE ELBA ALMAZO. Fachada principal desde la calle Fachada principal Fachada longitudinal Fuente: elaboración propia
El uso del televisor se ha generalizado en la vivienda, cada una de las habitaciones posee uno,
siendo la existencia de éste artefacto criollo en la casa wayuu de mucha importancia, al que se le
ha dado su uso respectivo desde sus modos de vida. Un área al estilo “alijuna” diferenciable en
esta vivienda es la sala-comedor, apreciado como el espacio que va a transferir el estatus a la
vivienda en la ciudad. La tecnología adoptada para configurar la imagen de esta vivienda es una
dualidad tecnológica criolla y wayuu, a pesar que es una vivienda construida con materiales
duraderos como el bloque, cemento y el zinc para los techos, en la misma se observa la presencia
de materiales como el zinc para los cerramientos y la palma en el techo de las enramadas.
FACHADA LONGITUDINAL
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Los elementos a destacar en las fachadas de esta casa son varios, en primer lugar, la presencia
de criterios de asimetría de las ventanas en relación al diseño de las rejas, que se contradice con el
diseño de la reja de la cerca frontal que ostenta criterios de simetría, la vivienda wayuu es una
especie de sincretismo e hibridación ratificada por esta singularidad; en segundo lugar, la
convivencia de la enramada y el porche en un diálogo en el que la adscripción wayuu se aprecia
en la disposición funcional y espacial. Obsérvese la fachada longitudinal de la vivienda (Plano
13), accediendo desde la calle el primer elemento que se encuentra es la enramada configurada de
la forma tradicional en el que se disponen chinchorros y sillas, seguidamente aparece el porche,
como el preámbulo al espacio de intimidad de la familia, que a pesar que es un elemento criollo
se adapta a la forma de vivir del wayuu y sus pautas residenciales.
CONFIGURACIÓN 3. LA CASA DE LUZ MARINA FUENTES.
PLANO 14. LA CASA DE LUZ MARINA FUENTES.
Fuente: elaboración propia
Baño
17
16
Bajo una apariencia de casa “alijuna”, esta
vivienda se configura en función de las premisas
de la funcionalidad y espacialidad wayuu, aunque
se hayan agregado elementos ajenos (tales como:
la morfología de la vivienda en su representación
exterior e interior, el empleo de muebles y
artefactos criollos y la tecnología de construcción
de la misma) que le dan un orden desde el punto
de vista occidental pero que resguarda en su
esencia las pautas de habitabilidad del wayuu. La
enramada en esta vivienda viene a ser una parte
extensiva de la casa hacia el lindero del fondo,
alrededor de este uso, se dispone el baño que se
configura como dos espacios adosados, en el
primero se ubica la letrina que desemboca en un
pozo séptico y el segundo espacio, separado de la
letrina: el área de ducha o baño propiamente
dicho.
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La cocina, por su parte, se dispone en un área paralela al espacio sala-comedor y que se alinea
juntamente con las habitaciones que están amobladas con camas, y eventualmente con varios
chinchorros, en especial cuando les visita un familiar. La casa se orienta en la parcela, de tal
manera, que le da espacio para el acceso y el estacionamiento del vehículo familiar, por su parte,
en este acceso se encuentra el porche que se convierte en una especie de filtro para las visitas que
llegan a la casa, hacia la parte de atrás, justamente donde se encuentra la enramada, es que se da
la permanencia y la realización de las actividades domésticas cotidianas.
He aquí un interesante ejemplo en el que la familia se apropia de elementos ajenos y
reconfigura una espacialidad basada en esa apropiación y en los elementos propios que mantienen
vigentes su cosmogonía y cultura. Las fachadas de esta vivienda al igual que su esquema
funcional (Plano 15), reflejan el complejo proceso de adaptación de una familia wayuu al
contexto de la ciudad, utilizando los propios medios que la misma les ofrece y los recursos
económicos que han podido obtener en el desenvolvimiento laboral como trabajadores en las
empresas e instituciones criollas.
PLANO 15. FACHADA DE LA CASA DE LUZ MARINA FUENTES.
Fachada principal desde la calle Fuente: elaboración propia
Motivos ornamentales en las rejas de la cerca principal perfectamente diseñada con tubos
soldados, hierro forjado y malla de ciclón son la marca “alijuna” redefinida desde la cultura
wayuu que le da vistosidad a la vivienda, pero en cuyo interior se dan, por otra parte, operaciones
espaciales diferenciadas que no se observan en las sociedades criollas que habitan al igual en este
barrio. Es por lo tanto, una vivienda particularmente wayuu en el que los elementos ajenos
destacan en su configuración arquitectónica.
CONFIGURACIÓN 4. LA CASA DE ANA ISOLINA MACHADO.
Las dimensiones parcelarias determinan en este caso, la configuración de la espacialidad, la
funcionalidad y la morfología de la vivienda en correspondencia con el sistema constructivo y el
uso de materiales que en la ciudad comúnmente se emplean. El espacio correspondiente para el
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estacionamiento del vehículo familiar, entre otros factores van a ordenar los espacios de la
vivienda, otro factor es el abasto ubicado en un local que da hacia la calle a través de un
mostrador.
PLANO 16. LA CASA DE ANA ISOLINA MACHADO.
Fuente: elaboración propia
Los considerables cambios que los dueños de esta vivienda hicieron sobre la misma, en el que
se extrajo la cocina de uno de los espacios que configuraban el bloque de habitaciones para
llevarla a otro construido recientemente contiguo al mismo, permite hacer otra lectura a esta
vivienda: se mantiene la enramada como el espacio articulador, en el que se reciben las visitas, se
6
3
8
1. Comedor2. Chinchorro3. Nevera4. Mesa5. Cocina6. Cama7. Automóvil8. Televisor9. Estantes
1
2
2
2
4
5
7
9
9
10
10. Mostrador
PLANTA CONJUNTO En esta vivienda se puede observar la
configuración de un “modelo viejo” en una
extensión parcelaria de reducidas
dimensiones, un excelente caso para
apreciar cómo el wayuu ordena la
funcionalidad basándose en criterios que
parten desde su propia concepción cultural
de vivienda y cómo al adoptar ciertos
elementos ajenos le dan una configuración
particularmente hibrida, nueva, a su
vivienda.
Por una parte, se observa el bloque de
habitaciones adosado a uno de los linderos
de la parcela, esta concepción es la que
adopta el “modelo viejo”, siendo el resto
del espacio cubierto con un techo liviano,
la representación de la enramada. Cabe
destacar que esta gran enramada articulaba
todas las operaciones realizadas en la
vivienda, de la misma forma como la
enramada articula la espacialidad en el
“modelo viejo”.
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permanece durante el día y parte de la noche y se estaciona el vehículo familiar, por su parte, la
cocina en el espacio que actualmente ocupa, delimita el delante con el atrás de la vivienda, atrás
se ubica el baño adosado al lindero de fondo, conformado a la manera rural: un baño letrina.
El mobiliario más importante, como en casi todos las configuraciones arquitectónicas
consideradas, lo constituye el chinchorro que funge así mismo para dormir, como un elemento de
interacción social entre la familia. Cabe destacar, la particular relación espacial entre el cuarto
principal de la vivienda con el área de abasto, que se realiza a través de una puerta en el interior
de la habitación, esta disposición permite hacer notar que es en esta actividad donde se vuelca
toda la atención ya que corresponde a una labor para la subsistencia de la familia en el barrio,
complementada con las actividades económicas que el padre de familia realiza por su parte.
PLANO 17. FACHADAS DE LA CASA DE ANA ISOLINA MACHADO. Fachada principal desde la calle Fachada principal Fachada longitudinal Fuente: elaboración propia
La imagen compacta de esta vivienda, por lo menos en apariencia (Plano 17), responde a un
criterio que ha de entenderse desde la concepción cultural de vivienda de los wayuu y su noción
de intimidad, es decir, se cerca toda la vivienda limitando las visuales hacia el interior de la
misma, aún el portón se concibe y se construye de tal manera que se refuerza esta apreciación,
por una parte, esto reduce la conflictividad con los “alijunas” al ser tajante con esta actitud de
limitar la interacción de la familia con ciertos vecinos, además que la cercanía de las otras casas
va a determinar esto en cierto grado; en segundo lugar, debido al factor seguridad, en el barrio ya
FACHADA LONGITUDINAL
FACHADA PRINCIPALFACHADA PRINCIPAL DESDE LA CALLE
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es un hecho común que todas las viviendas (tanto de “alijunas” como wayuu) posean rejas tanto
en puertas como ventanas por el auge de la delincuencia.
CONFIGURACIÓN 5. LA CASA DE YAJANDRA HERNÁNDEZ.
PLANO 18. LA CASA DE YAJANDRA HERNÁNDEZ. Fuente: elaboración propia
Los muebles y artefactos criollos se hacen presentes en toda la extensión de esta vivienda, su
disposición en cada uno de los espacios indican el uso que se le da desde una perspectiva
1. Lavamanos2. Water close3. Ducha4. Cama5. Altar santería6. Nevera7. Empotramiento8. Lavaplatos
16
10. Comedor11. Muebles12. Mesa recibo13. Mesa de noche14. Refrigerador15. Mostrador16. Automóvil
17
1718
9. Lámpara17. Televisor18. Aire Acondicionado
10
PLANTA CONJUNTO
3
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6
7
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7
89
11
1112
11
4
13
13
4
4
7
714
15
12
He aquí una configuración de una
vivienda en la que la familia es mestiza, es
decir, la mujer es wayuu y el hombre es
“alijuna”. Al observar la planta
detenidamente no es fácil precisar tanto de la
espacialidad, como la funcionalidad y
morfología los elementos wayuu presentes:
es en apariencia una vivienda criolla en toda
su extensión. Arquitectónicamente existe una
diferenciación tajante de los espacios de la
vivienda, ya sea a través de cerramientos que
lo indican o la disposición de muebles
occidentales que lo sugieren, en todo caso la
vivienda espacialmente destaca una
habitabilidad al estilo criollo.
Se observa, como en otros casos
anteriores, que el espacio para el
estacionamiento del vehículo familiar
determina la ordenación de los demás
espacios sobre el terreno, aquí el porche sirve
en parte para esta función: un área que marca
el acceso a la casa, además del tipo de
materiales de revestimiento en el piso que da
acceso.
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occidentalizada, a saber, el porche, las habitaciones, la sala, el comedor, la cocina, el baño en el
interior, un altar religioso y el abasto informal de víveres.
PLANO 19. FACHADAS DE LA CASA DE YAJANDRA HERNÁNDEZ. Fachada principal desde la calle Fachada principal
Fachada longitudinal Fuente: elaboración propia
La fachada principal de esta vivienda (Plano 19) permite leer una configuración criolla, por su
parte, el porche es ornamentado profusamente con pequeños adornos domésticos (artesanías) que
le dan a la casa un matiz mestizo, se vive al modo “alijuna”, aunque se mantengan creencias
wayuu de orden simbólico y cultural. Por otro lado, la configuración de la cerca frontal presenta
una riqueza estilística con elementos de hierro forjado y metales soldados, también se observan
pergolas de concreto que rompen con los criterios de simetría de la misma, de la misma forma se
logra leer esta asimetría en la fachada de la unidad de vivienda propiamente (tres tipos de
ventanas diferentes), pareciese una situación intencional.
CONFIGURACIÓN 6. LA CASA DE GLENDA PUSHAINA.
El esquema funcional de la vivienda de Glenda Pushaina responde a una configuración
netamente criolla, por cuanto, su casa no fue autoconstruida por ella sino que fue adquirida como
un regalo por parte de un tío materno y éste a su vez la había comprado a una familia “alijuna”
fundadora del barrio. A simple vista se aprecia el ordenamiento de las habitaciones y el baño que
giran en torno al espacio sala-comedor-cocina al cual se accede a través del porche. Las bajas
dimensiones de la parcela han sido determinantes y han afectado la configuración de la casa
(situación crítica alta, según Rapoport (1972: 80-81) que según los preceptos de la cultura wayuu
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en el medio rural, es importante la disposición de espacio suficiente en el que se puedan llevar a
cabo sus actividades cotidianas en el exterior sin restricciones.
Esta limitante espacial hizo que la familia reconfigurara el esquema espacial de la vivienda
original siguiendo ciertas preferencias y disposiciones ajustadas a la cultura wayuu que hacen
posible la habitabilidad de la casa, caso particular, es haber convertido el porche “alijuna” en una
especie de enramada y que se haya concebido y construido un baño-letrina en el exterior a la
vivienda en contraposición al baño interno, que es utilizado exclusivamente durante las noches.
PLANO 20. LA CASA DE GLENDA PUSHAINA.
PLANO 21. FACHADAS DE LA CASA DE GLENDA PUSHAINA.
Fachada principal desde la calle
Fachada principal
Fuente: elaboración propia Fachada longitudinal
Fuente: elaboración propia
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Este es un caso particular en el que se presenta simetría en las ventanas de la fachada principal
que tiene sus explicaciones (Plano 21), se conoce que la configuración original de esta vivienda
pertenece a un “alijuna” que la concibió, la construyó y que luego la vendió a un wayuu, por lo
tanto, la imagen de la vivienda no ha sufrido dramáticos cambios ni supresiones por parte de la
familia que hoy día la ocupa, esto indica que, si bien a la vivienda han sido extrapoladas nociones
de habitabilidad desde la cultura wayuu, la misma ofrece una imagen que podría confundirse
fácilmente con una vivienda criolla en cualquier barrio de la ciudad.
CONFIGURACIÓN 7. LA CASA DE MARILUZ ATENCIO.
PLANO 22. LA CASA DE MARILUZ ATENCIO. Fuente: elaboración propia
18
18
1. Water Close2. Pipa almacenamiento3. Lavaplatos4. Cocina5. Mesa de madera6. Nevera7. Cama8. Aire Acondicionado
10. Ducha11. Comedor12. Televisor13. Altar Virgen "Chinita"14. Recipientes plásticos
15. Asador16. Centro de juegos
Altar
2
Baño
1 3 45
6
5
5
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12
13
1514
14
16
9
7
19
7
8
10
17. Automóvil
Estacionamiento
9. Lavamanos 18. Chinchorro
PLANTA CONJUNTO
Dormitorio
7
17
7
CALLE
CALLE
Baño
Cocina
Comedor
Sala
Porche-Enramada
Lavadero
Tendedero
Dormitorio
Este es un caso particular de una casa
también concebida por albañiles “alijunas”
pero siguiendo los esquemas de los deseos
familiares de los propietarios de la misma,
es una vivienda construida totalmente en
platabanda ya que en un futuro se pretende
ampliarla hacia un segundo nivel.
A pesar de la cantidad de habitaciones
que posee esta vivienda, el porche,
concebido como una enramada, un área de
estar y en parte como el estacionamiento
del vehículo familiar, se convierte durante
la noche en un dormitorio más para los
familiares “matrilineales” que visitan la
familia esporádicamente.
La disposición de un altar religioso en
esta vivienda le confiere cualidades
sagradas a ciertos espacios desde las
creencias wayuu redefinidas en la ciudad
con las prácticas cristianas católicas lo que
refleja un carácter híbrido al wayuu urbano.
Repertorio de configuraciones de la vivienda wayuu en el barrio “23 de Marzo”
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PLANO 23. FACHADAS DE LA CASA DE MARILUZ ATENCIO. Fachada principal desde la calle Fachada longitudinal desde la calle Fuente: Elaboración propia
Las fachadas de esta vivienda (Plano 23) reflejan una tendencia muy en boga entre las familias
criollas en adosar el conjunto construido al lindero principal, así mismo, las rejas ornamentales y
densamente elaboradas, lo que le da una imagen de vivienda tipo fortaleza, este esquema
responde a las condicionantes de la inseguridad que hoy día afecta a los habitantes de los barrios.
La predominancia de las líneas horizontales sugiere en esta vivienda fuerza estructural suficiente
que se compagina con la decisión de ampliarla hacia un segundo nivel en esa búsqueda de la
prosperidad familiar en el contexto de la ciudad. Es un esquema funcional que reproduce el
estatus socioeconómico que la familia ha podido adquirir en el medio urbano, y que en
combinación con las tradiciones ancestrales configuran una vivienda urbana particularmente de
origen wayuu.
CONFIGURACIÓN 8. LA CASA DE ERMELINA FERNÁNDEZ.
Esta configuración particularmente es el producto del vaciamiento de los patrones wayuu
sobre una vivienda que fue adquirida por una operación de compra-venta; desde una etapa de
construcción de cimientos la familia adquiriente reconfiguró la espacialidad ya preconcebida,
aportando valiosos elementos que haría de esta vivienda un enclave propio en el contexto de la
ciudad. Aunque esta vivienda es una de las que fueron sustituidas por el modelo que la Alcaldía
implanta en las barriadas del Municipio Maracaibo, las referencias que se tienen de ella permiten
destacar sus valores en función de la arquitectura que el wayuu ha redefinido en el barrio y que
permite además, diferenciarla de cualquier otra vivienda concebida con la tecnología y los
materiales criollos.
FACHADA PRINCIPAL DESDE LA CALLE
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PLANO 24. LA CASA DE ERMELINA FERNÁNDEZ.
Fuente: Elaboración propia PLANO 25. FACHADA DE LA CASA DE ERMELINA FERNÁNDEZ.
Fachada principal desde la calle Fuente: Elaboración propia
Esta vivienda se muestra como una
unidad compacta en el que las
habitaciones giran en torno al espacio
sala-cocina, la habitabilidad al igual que
la mayoría de las viviendas estudiadas,
se realiza en el exterior en el que se
disponen los muebles necesarios (mesas,
sillas) para realizar las actividades
diarias de lavado de ropa, de platos,
comer y hasta permanecer colgando
chinchorros desde las ramas de los
árboles frutales en el patio.
Aunque esta vivienda fue concebida
espacialmente para disponer el espacio
baño dentro de la vivienda, la utilidad de
este se ha visto prescindido (en el
mismo no se han dispuesto las piezas
sanitarias criollas y por ende, no se ha
conectado al sistema formal de aducción
formal de las aguas negras).
Por la sustitución de este uso en el
interior de la vivienda, la familia
construyó el baño-letrina en las afueras.
Se mantienen las características
tradicionales que el wayuu ha traído y
mantenido desde el territorio rural de La
Guajira, a pesar de la constante
interrelación con la sociedad dominante
en el barrio.
Repertorio de configuraciones de la vivienda wayuu en el barrio “23 de Marzo”
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CONFIGURACIÓN 9. LA CASA DE IVÁN CONTRERAS Y DIANA MACHADO.
PLANO 26. LA CASA DE IVAN CONTRERAS Y DIANA MACHADO. Fuente: elaboración propia
Espacio tal que sólo es utilizado eventualmente en situaciones particulares: el acceso a la
vivienda se realiza a través del lindero longitudinal en el que se erige una puerta que comunica
con la casa de la hija al fondo de la misma, y es en este espacio donde se da la permanencia y las
actividades cotidianas de la familia.
PLANO 27. FACHADAS DE LA CASA DE IVAN CONTRERAS Y DIANA MACHADO. Fachada principal desde la calle Fachada principal Fuente: elaboración propia
A pesar que las fachadas de esta vivienda
corresponden con algunas de las fachadas de las
casas anteriormente analizadas: una cerca
frontal que oculta la imagen principal de la
vivienda, esta cerca construida con bloques y
concreto, se ornamenta de manera tal que
homogeneizan el perfil de las calles del barrio,
al pasar hacia el interior de la vivienda se
observa una imagen totalmente divergente con
la funcionalidad y la morfología de la cerca
(Plano 27).
Las asimetrías presentes en puertas y
ventanas permiten afirmar que son otros
patrones constructivos los que entran en juego
en esta vivienda, aun a pesar de mantener el
porche como un área de transición del espacio
de “afuera” con el espacio de “adentro”.
Repertorio de configuraciones de la vivienda wayuu en el barrio “23 de Marzo”
Arq. Alonso José Morillo Arapé 255
En esta vivienda se pueden apreciar elementos arquitectónicos reapropiados no sólo de la
sociedad criolla marabina que cohabita con los wayuu en el barrio, sino también elementos de
otras sociedades como, en este caso, de las poblaciones emigrantes del Sur del Lago, el padre es
oriundo de la población de Bobures, Municipio Baralt, Estado Zulia, Venezuela. La familia
Contreras-Machado es mestiza, el padre en este caso es el “alijuna”, siendo la madre la wayuu y
la encargada de transmitir los valores esenciales de la cultura a sus descendientes, y además es la
encargada de construir la imagen redefinida de su casa en pleno diálogo intercultural con la
sociedad dominante.
CONFIGURACIÓN 10. LA CASA DE DORIS BELL BARROSO.
PLANO 28. LA CASA DE DORIS BELL BARROSO. Fuente: elaboración propia
Juntamente con la anterior configuración,
esta vivienda se constituye como una unidad,
otro ejemplo de la operación del principio de la
“matrilinealidad” en el barrio, en el que la
ubicación de la madre en el contexto va a
determinar la ubicación de sus hijos, hayan o no
conformado un hogar independiente. Esta
vivienda fue adquirida en una operación de
compra-venta, y al momento de hacerlo
precisamente al lado de la madre, se eliminan
los límites virtuales que vienen a significar las
cercas perimetrales, y se cierra el círculo de
influencia de la vivienda de lo que puede
significar unas relaciones conflictivas con los
vecinos, tanto wayuu como “alijunas”.
Al igual que la configuración de la casa de
Dianora Montiel (Configuración 1), la cocina se
torna aquí en comunal, es decir, es en la cocina
de la madre donde se preparan los alimentos
para todos.
Repertorio de configuraciones de la vivienda wayuu en el barrio “23 de Marzo”
Arq. Alonso José Morillo Arapé 256
PLANO 29. FACHADAS DE LA CASA DE DORIS BELL BARROSO. Fachada principal Fachada longitudinal Fuente: elaboración propia
CONFIGURACIÓN 11. LA CASA DE LEOPOLDO LÓPEZ.
PLANO 30. LA CASA LEOPOLDO LÓPEZ.
Fuente: elaboración propia
Es otra familia que optó por el cambio de su
vivienda habitada desde la fundación del barrio
hace más de veinte años, por una vivienda
prediseñada por el Instituto de la Vivienda del
Municipio Maracaibo (IVIMA). No se pudo
obtener un registro de la configuración de esta
vivienda antes de la demolición total, sin embargo,
se presenta este esquema que materializa la
espacialidad de la misma en el contexto de la
parcela (Plano 30).
Era pues, una vivienda “semilla” (habitación,
fogón, enramada) supeditada por un alto grado de
hacinamiento (25 m2 para 5 personas), la más
extrema de las estudiadas. El recinto de
cerramientos de zinc era habitado exclusivamente
durante las noches, en el día las áreas bajo los
árboles eran, por extensión, la espacialidad de la
vivienda vertida hacia fuera. Es un salto
vertiginoso desde una concepción rural a una
urbana, que permite distinguir lo rápido de los
cambios de las configuraciones wayuu en el
contexto de la ciudad de Maracaibo.
Repertorio de configuraciones de la vivienda wayuu en el barrio “23 de Marzo”
Arq. Alonso José Morillo Arapé 257
CONFIGURACIÓN 12. LA CASA DE MIGUEL FERNÁNDEZ.
PLANO 31. LA CASA DE MIGUEL FERNÁNDEZ Fuente: elaboración propia
En esta configuración se muestra la habilidad artesanal del wayuu en su máxima expresión en
referencia a la construcción de su vivienda en el contexto de la ciudad, en el que se reciclan
PLANTA CONJUNTO
CALLE
23
1
4
5
5
5
3
5
5
5
8
7 7
7 7
Cocina
Dormitorio
BañoLetrina
Lavadero
EnramadaDormitorio
6
5
1. Recipiente plástico2. Cocina eléctrica3. Mesa de madera4. Tanque de almacenamiento
5. Chinchorro6. Acueducto agua potable7. Silla8. Televisor
Esta configuración plantea en su
funcionalidad y espacialidad la disgregación de
sus elementos arquitectónicos, característica
ésta de la arquitectura de la vivienda wayuu en
el contexto de la península de La Guajira.
Aunque limitada por las dimensiones de la
parcela, esta vivienda se conforma con los
espacios y funciones que tradicionalmente el
wayuu ha representado en su hábitat: en primer
lugar, la enramada como el centro de la
convivencia e interacción familiar, el
dormitorio que funge como un gran espacio
comunal utilizado para dormir durante las
noches y permanecer durante las horas que se
ve televisión.
La cocina en sí se dispone de manera
independiente al conjunto enramada-dormitorio
y las áreas alrededor de ella toman cierta
significancia funcional al disponer mesas de
madera en el que se colocan utensilios y
alimentos, además est es utilizada como
dormitorio exclusivamente durante las noches,
esto como producto del número elevado de
personas que constituyen la familia (12
miembros). El baño en modalidad ducha-letrina
se ubica separada de todos los espacios.
Repertorio de configuraciones de la vivienda wayuu en el barrio “23 de Marzo”
Arq. Alonso José Morillo Arapé 258
elementos que formaron parte de su antigua vivienda (zinc, horcones) demolida por la familia
para edificar la actual, pero que en cierta forma mantiene la esencia configurativa funcional y
espacial, y que la morfología y la tecnología han sido redefinidas con la adopción de elementos
criollos.
PLANO 32. FACHADAS DE LA CASA DE MIGUEL FERNÁNDEZ. Fachada principal desde la calle Fachada longitudinal Fuente: elaboración propia
Las fachadas de esta vivienda (Plano 32) permiten realizar una lectura en el que la disposición
de materiales como el bloque de arcilla y la lámina de zinc en los cerramientos verticales y
horizontales hace alusión a la vivienda que cambia en un proceso continuo, desde la vivienda
“semilla” a la vivienda “modelo viejo”, que en virtud de las aspiraciones del padre de familia, se
vislumbra adquirir o construir una vivienda “modelo nuevo” en un futuro. En la fachada
longitudinal se destacan ambos elementos ya mencionados, que no se unen, esto explica el
diálogo de los elementos ajenos y los elementos propios del wayuu que se conjugan en el
contexto de la ciudad y reconfigura una vivienda particularmente diferente a las otras construidas
en el barrio.
CONFIGURACIÓN 13. LA CASA DE MARÍA DOLORES GONZÁLEZ .
Aunque no hay mucha diferencia entre esta configuración y la que anteriormente se analizó
(configuración 12), es importante destacar la riqueza social y cultural de sus espacios
constitutivos desde una perspectiva que permite diferenciarla de una vivienda cualquiera
edificada en el barrio, aunque la misma hoy día ya no existe como consecuencia que fue
demolida para erigir en su lugar una vivienda municipal del Programa SUVI, de la Alcaldía de
Maracaibo. Las características físicas de la antigua vivienda no se pudieron observar, sin
embargo, es de hacer notar la semantización de los espacios exteriores como áreas de la
cotidianidad y lo sagrado, en las afueras de esta vivienda se sembró en un pasado diversas
Repertorio de configuraciones de la vivienda wayuu en el barrio “23 de Marzo”
Arq. Alonso José Morillo Arapé 259
especies vegetales que son empleadas por los wayuu en la elaboración de medicinas, hoy día ya
no existe este vivero.
PLANO 33. LA CASA DE MARÍA DOLORES GONZÁLEZ
Fuente: elaboración propia PLANO 34. FACHADAS DE LA CASA DE MARÍA DOLORES GONZÁLEZ.
Fachada principal Fuente: elaboración propia
Enramada - Telar
Dormitorio
Cocina
Baño
2
3
12
1
1
1
CALLE
CALLE
PLANTA CONJUNTO
1. Chinchorro2. Cocina3. Nevera
En esta vivienda se mantiene el sentido
polifuncional de la enramada al ser concebida
como el área de permanencia y del quehacer
doméstico diario de las mujeres, como el
tejido de chinchorros y artesanías diversas
(bolsos, cotizas, etc.). Aunque en la vivienda
no se ubican muchos muebles y artefactos
criollos, se observan la cocina a gas y la
nevera, dupla infaltable en las viviendas
wayuu, aunque sean de bajos ingresos
económicos.
Por las dimensiones de la habitación
dormitorio en el que pernoctan dos familias,
tanto la madre con sus hijos, así la nuera con
sus nietos (en total son siete los miembros de
la familia), el espacio contiguo a la habitación
también es utilizada como área de dormir
durante las noches. La configuración de esta
vivienda manifiesta en esencia los criterios
residenciales wayuu, el hecho que se haya
sustituido la misma por un “modelo nuevo”
(IVIMA) permite hacer notar los profundos
cambios culturales sucedidos en el seno de los
wayuu urbanos.
Repertorio de configuraciones de la vivienda wayuu en el barrio “23 de Marzo”
Arq. Alonso José Morillo Arapé 260
CONFIGURACIÓN 14. LA CASA DE CARMEN CLETA URIANA.
Considerada anteriormente en el capítulo 4, al igual que las casas de Miguel Fernández y
Leopoldo López (configuraciones 11 y 12 en este capítulo), como una vivienda que reproduce los
esquemas de asentamiento, de habitabilidad y de cultura del wayuu rural (la vivienda “semilla”).
Esta casa limitada arquitectónicamente hablando (empleo de materiales, ampliación de las
funciones), en primera instancia por el factor pobreza de la familia, configura en su
polifuncionalidad sencilla la noción del espacio habitable que ha de ser vivido desde una
significación que tiene lógica social y cultural para el mismo wayuu que la habita.
PLANO 35. LA CASA DE CARMEN CLETA URIANA.
PLANO 36. FACHADAS DE LA CASA DE CARMEN CLETA URIANA.
Fachada principal desde la calle Fachada principal
Fachada longitudinal Fuente: elaboración propia
Fuente: elaboración propia
PLANTA CONJUNTO
3
1. Fogón2. Chinchorro3. Televisor4. Silla
1
2
2
4 4
2
5
5. Plantas (plátano, lechoza y gramíneas)
Repertorio de configuraciones de la vivienda wayuu en el barrio “23 de Marzo”
Arq. Alonso José Morillo Arapé 261
Aquí toda la extensión parcelaria determina unos usos específicos como la permanencia bajo
los árboles que fungen como una enramada funcional, la cocción de los alimentos realizada
directamente sobre el suelo a través de la construcción de una especie de cocina improvisada, el
lavado de los trastes en mesas de madera, además, la siembra de un conuco de subsistencia a baja
escala familiar que permite ayudar en el mantenimiento del grupo familiar.
CONFIGURACIÓN 15. LA CASA DE MARÍA DEL PILAR PALMAR .
PLANO 37. LA CASA DE MARÍA PALMAR.
PLANO 38. FACHADAS DE LA CASA DE MARÍA DEL PILAR PALMAR.
Fachada principal desde la calle
Fachada principal
Fachada longitudinal Fuente: elaboración propia
Fuente: elaboración propia
La casa de María del Pilar Palmar, corresponde a una configuración en la que los elementos
arquitectónicos ajenos entran en pleno diálogo con los elementos arquitectónicos propios de la
Dormitorio
Dormitorio
Porche
Sala-Comedor
Baño
Cocina
Lavadero
Letrina
1
54
4
67
4
8
2
3
1. Cocina2. Mesa de madera3. Mesa/Lavaplatos4. Chinchorro5. Nevera6. Televisor7. Aire Acondicionado8. Acueducto agua potable
CALLE
PLANTA CONJUNTO
9. Sillas
9 9
99
FACHADA LONGITUDINAL
Repertorio de configuraciones de la vivienda wayuu en el barrio “23 de Marzo”
Arq. Alonso José Morillo Arapé 262
cultura wayuu, aún a pesar que el porche se erige como el espacio del estatus familiar, existen
espacios que se mantienen desde la propia cultura como la cocina en un recinto separado de la
casa, la semantización del espacio exterior al ser empleado como un área del quehacer doméstico
diario y el espacio baño fuera de la vivienda, que se dispone en la parte más alejada hacia el
fondo de la vivienda. La cerca construida con láminas de zinc le da cierta singularidad a esta
vivienda en el que se da el juego del “adentro” y el “afuera” una dialéctica de la intimidad.
Intimidad esta, reflejada en que la familia no quiere que sus espacios privados sean vulnerados
por la presencia de sujetos ajenos al “apüshi”, y aún más, ajenos a la cultura wayuu en general,
esta relación de conflictividad para con los “alijunas”, en la ciudad, se hace más evidente quizás
por la estigmatización y el rechazo de los valores culturales (el cobro guajiro, el idioma y la
habitabilidad de sus viviendas) que estas sociedades mantienen como un reflejo de la resistencia
hacia los patrones criollos dominantes.
Ahora bien, de las 15 configuraciones consideradas anteriormente que reflejan un complejo
juego de valores, normas, elementos arquitectónicos y socioculturales intrínsecos en la vivienda
de vital importancia desde la perspectiva de la cultura wayuu, y del análisis de los patrones
residenciales que hacen gala en cada una de ellas expresados en los aspectos isomorfos (qué se
mantiene, qué se prescinde, qué elementos permiten determinar ciertos patrones y sugieren una
aproximación a la compleja habitabilidad del wayuu urbano) se desprenden, pues, otras
configuraciones referidas, en primera instancia, al esquema funcional y sus dinámicas espaciales
interiores y exteriores de cada una de ellas; los elementos destacables de la configuración de los
distintos espacios que las conforman, tales como: la enramada, el porche, la cocina, el baño, las
habitaciones y las dialécticas expresadas entre cada uno de ellos.
Otros aspectos desarrollados, en segundo lugar, como una continuidad que redefinen la
configuración de la vivienda urbana wayuu, y considerados aquí, son: la concepción a partir de la
imagen de la vivienda, en este caso se tiene la “semilla”, el “modelo viejo” y el “modelo nuevo”;
las modalidades de adquisición observadas en las dinámicas sociales de estas sociedades con la
cultura criolla; las actividades económicas integradas a la vivienda (el abasto informal de víveres,
conuco y cría de animales domésticos) y la simbolización de la organización social a través de la
vivienda, aspectos tales que complementan y enriquecen este repertorio de configuraciones,
desde lo arquitectónico y desde lo sociocultural.
Repertorio de configuraciones de la vivienda wayuu en el barrio “23 de Marzo”
Arq. Alonso José Morillo Arapé 263
CONFIGURACIONES 16, 17, 18 Y 19: EL ESQUEMA FUNCIONAL.
16. Habitación, Baño, Enramada, Sala, Cocina, Porche, Depósito
17. Habitación, Baño, Enramada, Sala, Comedor, Cocina, Porche
18. Habitación, Baño, Enramada, Comedor, Cocina, Abasto
19. Habitación, Baño, Sala, Comedor, Cocina, Porche, Lavadero, Abasto
C1. Dianora Montiel
17.1.
C2. Elba Almazo
17.2.
C3. Luz Marina Fuentes
C4. Ana Isolina Machado
C5. Yajandra Hernández
Simbología: P=Porche; E= Enramada; H= habitación; Co= Cocina; B= Baño; S/C= Sala/Comedor; A= Abasto; L= Letrina; D= Depósito; La= Lavadero; C1-2-3-4-5= Configuración.
Estas cuatro configuraciones relacionadas a la funcionalidad muestran la complejidad de las
relaciones horizontales realizadas por las familias en sus respectivas viviendas, a pesar que esta
funcionalidad se construyó a partir de la complejidad de las plantas arquitectónicas, es decir,
desde las viviendas con más metros cuadrados a las de menos, se pudo observar que las mismas
guardan un singular paralelismo con la vivienda concebida y construida en los territorios rurales
de La Guajira, en estos casos: la disposición del baño fuera de la casa (16, 17, 17.1, 17.2 y 18), el
mantenimiento de la enramada como área de permanencia y como centro de la vida cotidiana de
las familias (16, 17, 17.1, 17.2 y 18).
En contraposición a esto, los elementos criollos distinguidos en estas configuraciones lo
constituyen la disposición de las habitaciones múltiples semantizadas desde las prácticas
cotidianas de los wayuu (17.1, 17.2, 18 y 19), la adopción de la cocina criolla dentro del espacio
compacto de la vivienda (17.1, 17.2, 18 y 19), la disposición de un área que sirve para estacionar
el vehículo familiar (17.1, 17.2, 18 y 19) y la distinción del porche “alijuna” como un elemento
que pasó a formar parte de la arquitectura urbana wayuu, y que además de ser un enclave
“alijuna” en la vivienda wayuu, también es considerado un elemento de estatus de las familias de
clase media y clase media baja (16, 17.1, 17.2 18 y 19).
A
H
HH
E
Co
C
BH
D
E S
Co
H
HP
B
PA
H
H
B HC
Co
S
P
S-C
Co H
H
H H
E
B
Repertorio de configuraciones de la vivienda wayuu en el barrio “23 de Marzo”
Arq. Alonso José Morillo Arapé 264
CONFIGURACIÓN 20, 21, 22 Y 23: EL ESQUEMA FUNCIONAL (CONTINUACIÓN).
20. Habitación, Baño, Sala, Comedor, Cocina, Porche, Letrina
21. Habitación, Baño, Sala, Comedor, Cocina, Porche, Lavadero
22. Habitación, Baño, Sala, Comedor, Cocina, Letrina
23. Habitación, Baño, Sala, Cocina, Porche, Fogón, Letrina
C6. Glenda Pushaina
21.1. C7. Mariluz Atencio
21.2.. C15. María del P. Palmar
C8. Ermelina Fernández
C9. Ivan Contreras
Simbología: P=Porche; E= Enramada; H= habitación; Co= Cocina; B= Baño; S/C= Sala/Comedor; A= Abasto; L= Letrina; D= Depósito; La= Lavadero; C6-7-15-8-9= Configuración
Estos esquemas funcionales bajan en complejidad observándose una compactación más
marcada de los espacios que la conforman, la característica más destacada es la existencia de dos
habitaciones vinculadas con el área de sala-comedor-cocina, que generalmente no se observan sin
divisiones físicas que sólo se disciernen por medio de los equipos, muebles y artefactos de origen
inequívoco occidental dispuestos a la manera criolla sobre este gran espacio (20, 21, 22 y 23).
La enramada en estas cinco configuraciones no aparece en el esquema funcional, esto como
consecuencia de las bajas superficies de las parcelas sobre las que se edifican las viviendas. En
las configuraciones 21.2 y 22 las enramadas la constituyen los árboles frutales frondosos
ubicados en los patios reducidos de las viviendas. El porche se encuentra en las cinco
configuraciones como un nuevo elemento constitutivo apropiado y redefinido como parte de la
arquitectura doméstica wayuu. La cocina en 21.2 y 23 se adosa al conjunto, y en el resto de las
configuraciones se dispone en el interior de la vivienda en una especie de imitación a la manera
criolla pero no disponiendo los equipos y artefactos empotrados como se haría en este caso.
CONFIGURACIÓN 24, 25 Y 26: EL ESQUEMA FUNCIONAL (C ONTINUACIÓN).
Estas últimas cinco configuraciones referidas a la funcionalidad destacan por la simplicidad de
sus plantas arquitectónica, un rectángulo (24.1, 24.2 y 26), y una composición de rectángulos
SH
H P
Co
B
La
P
H
HCo
S/C
La
B
Repertorio de configuraciones de la vivienda wayuu en el barrio “23 de Marzo”
Arq. Alonso José Morillo Arapé 265
(25.1 y 25.2) y en consecuencia expresan una imagen mucho más similar a la vivienda rural
erigida en la península de La Guajira, es pues, una reproducción de la vivienda wayuu en el
contexto de la ciudad de Maracaibo. En los casos 24.1 Y 24.2 y 26 la enramada se aprecia
esencialmente por la disposición de los árboles frutales en el patio donde las familias realizan sus
actividades cotidianas diarias como la permanencia, el lavado de la ropa, el lavado de los trastes,
se come, se conversa, se reciben las visitas familiares y de vecinos. Por su parte, las
configuraciones 25.1 y 25.2 mantienen el esquema de la enramada tradicional adosada a la
vivienda.
24. Habitación, Baño, Cocina 25. Habitación, Baño, Cocina, Enramada
26. Habitación, Enramada, Fogón
24.1.
C10. Doris Bell Barroso
24.2.
C11. Leopoldo López
25.1.
C12. Miguel Fernández
25.2.
C13. María D. González
C14. Carmen Cleta Uriana
Simbología: P=Porche; E= Enramada; H= habitación; Co= Cocina; B= Baño; S/C= Sala/Comedor; A= Abasto; L= Letrina; D= Depósito; La= Lavadero; C-11-14= Configuración
En los cuatro primeros casos, el baño se dispone a la manera rural en las afueras de la
vivienda; es decir, en un área alejada de las habitaciones y de la enramada. Solo en el último caso
(26) el baño no forma parte del esquema funcional de la vivienda, aquí la familia residente se
vale de los lazos familiares de hijos y sobrinos en las adyacencias, para de esta manera suplir la
necesidad de aseo personal y de realización de otras necesidades fisiológicas.
CONFIGURACIÓN 27, 28 Y 29: LA ENRAMADA
En virtud de las operaciones funcionales y espaciales reproducidas por las familias en el
entorno de la vivienda que habita en el barrio “23 de Marzo” y de las dimensiones de la parcela
sobre la que se construye, la enramada puede ubicarse como un área frontal en la que se reciben
EH
Co
B
Co
HE
B
Repertorio de configuraciones de la vivienda wayuu en el barrio “23 de Marzo”
Arq. Alonso José Morillo Arapé 266
las visitas y en la que la familia permanece la mayor parte del día y de la noche. Esta enramada
(27), es un espacio multifuncional desvinculado del resto de las áreas habitables de la vivienda,
puede apreciarse como una dualidad, una coexistencia de dos formas de habitar la vivienda (la
criolla y la wayuu) prevaleciendo en estos casos la forma wayuu.
27. Ubicación frontal 28. Ubicación lateral 29. El árbol como enramada
C2. Elba Almazo
C12. Miguel Fernández
C14. Carmen Cleta Uriana
Simbología: E = Enramada; C2-12-14= Configuración
Como un elemento que forma parte de las áreas de habitación y de la cocina, la enramada
dispuesta de manera lateral (28) se constituye como el espacio ideal donde la familia interactúa
con el resto de los espacios de su vivienda, es decir, esta disposición de la enramada es un
conector funcional que funciona como el centro de la casa y es el lugar de mayor permanencia
durante el día. Por su parte, la supresión física de la enramada (29), no indica que su utilidad sea
prescindida, más bien se recurre a los árboles frutales que reivindican la permanencia bajo ellos,
estos cumplen la función dual de proteger del sol y aportar frutos maduros que son para el wayuu
una fuente de alimento doméstico, adquirido sin esfuerzo en los propios terrenos que habitan.
CONFIGURACIÓN 30, 31 Y 32: EL PORCHE
Tres configuraciones se encontraron en relación a la adopción del porche de origen criollo en
las viviendas wayuu del barrio “23 de Marzo”. La primera de ellas es el porche utilizado como un
área de transición entre el “afuera” (la parcela) y el “adentro” (las habitaciones), a pesar que el
porche es un área de recibo y permanencia para el “alijuna”, en este caso (30) la familia no
EE
Repertorio de configuraciones de la vivienda wayuu en el barrio “23 de Marzo”
Arq. Alonso José Morillo Arapé 267
permanece en él sino que es utilizado como un área que permite el acceso al interior de la
vivienda.
30. Como área de transición 31. Como área de permanencia 32. Como área de estatus
C15. María del Pilar Palmar
C2. Elba Almazo
C5. Yajandra Hernández
Simbología: P = Porche; C15-2-5= Configuración
El porche como área de permanencia, observado en la configuración 31 es asumido por el
wayuu a la manera como el “alijuna” lo utiliza, en este caso el porche se convierte en un espacio
que complementa el uso que se le da a la enramada. A diferencia de las configuraciones
anteriores, el porche como un área de estatus (32) no es utilizado como de permanencia, ni como
de transición, sino como un área que transfiere preponderancia social a la familia que lo erige a
pesar de no verle utilidad alguna, no existe una lectura funcional clara del papel que juega el
porche en esta vivienda, sino el vinculado a la imagen que adquiere la misma al poseerlo, aparte
que se ornamenta profusamente y se le aplican colores particulares a las paredes que la
configuran.
CONFIGURACIÓN 33, 34 Y 35: LA COCINA
Las configuraciones de las viviendas referidas a la cocina reflejan la dualidad entre estar
integrada y adosada al espacio interior. En el primer caso (33), la cocina es dispuesta en el
interior de la vivienda que generalmente es un conjunto compacto, esta puede adquirir la
configuración de empotramiento o no de los muebles y artefactos electrodomésticos en forma de
U, C, L. Su ubicación funcional en el conjunto es hacia la parte trasera del espacio denominado
sala-comedor-cocina.
P
P P
Repertorio de configuraciones de la vivienda wayuu en el barrio “23 de Marzo”
Arq. Alonso José Morillo Arapé 268
33. Integrada al espacio interior 34. Adosada al espacio interior 35. El fogón
C7. Mariluz Atencio
C5. Yajandra Hernández
C14. Carmen Cleta Uriana
Simbología: C = Cocina; F = Fogón; C7-5-14= Configuración
La configuración adosada al espacio interior (34) destaca por ser una solución que rompe la
regularidad de la planta arquitectónica, la cocina simplemente es ubicada en un local de área
suficiente adosado al conjunto de la vivienda vinculado o no al interior del mismo. Podría
presentarse la misma cualidad de la anterior con la disposición de los muebles y artefactos
empotrados, sin embargo, la norma es ubicar la cocina y algún otro mueble (mesas de madera,
plateras, etc.) dentro del local, ubicando la nevera en otro espacio diferente, como la sala; el
lavaplatos no es asumido como una parte del conjunto, sino que se mantiene la forma de lavado
de platos en las mesas exteriores y recipientes con agua (lavado y enjuague).
La configuración 35 denominada fogón, en realidad no se asume como un fogón de la forma
como se concebiría en los territorios de La Guajira, a pesar que la cocción de los alimentos se
realiza de manera informal, el espacio físico es suprimido, en su lugar se ubica carbón o leña en
el suelo directamente y sobre estos, las parrillas y ollas. Esta modalidad es asumida cuando la
familia no posee la cocina a gas donde pueda simplificar este uso.
CONFIGURACIÓN 36, 37, 38 Y 39: EL BAÑO
Las dos primeras configuraciones en función al baño (36 y 37), al igual que la configuración
anterior, destaca la solución integrada y anejada al espacio interior. En el primer caso, el baño se
dispone en el interior del recinto compacto en las adyacencias de las habitaciones, nótese que el
esquema varía al de una vivienda preconcebida de IVIMA donde el baño se ubica entre las
C
C
Repertorio de configuraciones de la vivienda wayuu en el barrio “23 de Marzo”
Arq. Alonso José Morillo Arapé 269
habitaciones. Se observan en esta configuración la disposición de las piezas sanitarias al igual que
las criollas empleados en el baño (WC, lavamanos, ducha y otros accesorios).
36. Integrado al espacio interior
37. Adosado al espacio interior
38. Letrina – baño 39. Letrina
C5. Yajandra Hernández
C2. Elba Almazo
C12. Miguel Fernández
C8. Ermelina Fernández
Simbología: B = Baño; C5-2-12-8= Configuración
El segundo caso, a pesar que el baño sirve a toda la familia, se ubica integrado a la vivienda en
la parte de atrás de la misma, además que es una solución con influencias criollas, ya que es un
espacio a media pared, pero en el que se disponen las piezas sanitarias al igual que en el primer
caso. Las dos últimas configuraciones (38 y 39), destacan la modalidad de ubicar el baño
separado de la vivienda. La configuración letrina-baño (38), es un espacio donde se comparten
las funciones de aseo personal y la realización de necesidades básicas, pero de una manera más
rural.
El uso de la letrina ha sido generalizado en los barrios del noroeste ante la no consolidación
del sistema de aguas servidas, al disponer el barrio de este servicio, esta modalidad ha sido
paulatinamente suprimida, sin embargo se observan vestigios de su uso. El caso de la letrina (39),
al igual que la anterior se sigue utilizando pero ya como complementario al baño que ya se posee
dentro de la vivienda, siempre sigue siendo un espacio útil para la familia.
CONFIGURACIÓN 40, 41, 42, 43 Y 44: LAS HABITACIONES.
Las habitaciones múltiples es común encontrarlas en las viviendas donde sus habitantes
conforman más de una familia (familia extendida: padres, hijos, los cónyuges de estos y los
B
BB
Repertorio de configuraciones de la vivienda wayuu en el barrio “23 de Marzo”
Arq. Alonso José Morillo Arapé 270
nietos), entre los wayuu del barrio “23 de Marzo” se puede encontrar esta forma de habitar las
viviendas, reflejado de esta manera en una planta arquitectónica de tres o más habitaciones.
La configuración 40 destaca tres habitaciones dentro del conjunto compacto y la agregación
de otra habitación pero construida en base a materiales livianos como el zinc y horcones, se
observa una funcionalidad construida por la convivencia de varias familias en el conjunto.
40. Habitaciones múltiples
41. Una única habitación
42. Espacio poli-funcional
43. La enramada como habitación
44. La cocina como habitación
C2. Elba Almazo
C13. María D. González
C11. Leopoldo López
C7. Mariluz Atencio
C12. Miguel Fernández
Simbología: H= Habitación; E= Enramada-Habitación; C-H= Cocina-Habitación; C2-13-11-7-12= Configuración
Los casos 40, 41 y 42 reflejan de manera continua la “evolución virtual” de una vivienda
wayuu en el barrio, desde el espacio polifuncional (en él se realiza las funciones de dormir,
comer, cocinar, etc.), pasando por la vivienda de “modelo viejo” (una sola habitación, con
espacios complementarios alrededor) hasta la vivienda de habitaciones múltiples (cuya planta se
complejiza por la variedad y cantidad de operaciones espaciales realizadas hacia su interior). Las
configuraciones 41 y 42 reflejan la reproducción de la vivienda rural wayuu en la ciudad, lo
simple y la dispersión de los espacios en el terreno permite hacer esta afirmación.
Las configuraciones 43 y 44, por su parte, distinguen la modalidad de utilizar otros espacios
diferentes a la habitación para realizar la función de dormir, esto es evidente cuando el
hacinamiento obliga a hacerlo, esto es, cuando el número de personas es superior a la capacidad
espacial de las habitaciones.
H
H
H H
H
E
C-H
Repertorio de configuraciones de la vivienda wayuu en el barrio “23 de Marzo”
Arq. Alonso José Morillo Arapé 271
CONFIGURACIÓN 45, 46 Y 47: CONCEPCIÓN DE LA VIVIEND A.
45. La vivienda “semilla” 46. El “modelo viejo” 47. El “modelo nuevo”
C12. Miguel Fernández
C14. María Dolores González
C7. Mariluz Atencio
Simbología: C12-14-7= Configuración
Anteriormente se hizo mención a estas categorías de “evolución virtual” de la vivienda wayuu
en el barrio “23 de Marzo”. La primera (45) es la vivienda “semilla” de cuya organización
espacial emergen las distintas modalidades de vivienda wayuu en el contexto urbano,
generalmente se configura de cerramientos verticales y horizontales de láminas de zinc y
estructura de madera., es el espacio poli-funcional, en el que el wayuu vive hacinado y cuyo
espacio interior sirve a la vez para muchas operaciones espaciales cotidianas; cuando se da esta
modalidad, la familia generalmente permanece la mayor parte del día fuera de la habitación como
consecuencia del calor refractado por la lámina metálica lo que dificulta su habitabilidad durante
el día.
Tanto el “modelo viejo” (46) y el “modelo nuevo” (47), destacan esa dualidad rural-urbano
conviviendo en un mismo contexto. En el primer caso, la configuración espacial, funcional y
morfológica de la vivienda sigue el patrón rural, las operaciones de habitabilidad sobre ella
realizadas son rurales, por esto es que se denomina un “modelo viejo”. En contraposición a la
nueva configuración que persigue la consolidación de una vivienda mucho más urbana y cuya
planta arquitectónica no se deslinda mucho al de la vivienda de una familia “alijuna”, aquí se
Repertorio de configuraciones de la vivienda wayuu en el barrio “23 de Marzo”
Arq. Alonso José Morillo Arapé 272
observa la adopción de espacios y artefactos occidentales que le dan una connotación muy
singular a esta vivienda.
CONFIGURACIÓN 48, 49, 50 Y 51: MODALIDADES DE ADQUI SICIÓN.
48. Vivienda auto-construida (evolutiva)
49. Concepción total 50. Como producto de compra-venta
51. Adjudicada por un familiar
C15. María del Pilar Palmar
C13. María Dolores González
C8. Ermelina Fernández
C6. Glenda Pushaina
Simbología: C15-13-8-6= Configuración
En el barrio “23 de Marzo” es común encontrar viviendas habitadas por wayuu que han
pasado por diversos procesos de adquisición. El caso más común es la vivienda auto-construida
(48) bajo un esquema de “evolución” en los años que la familia habitará en el barrio, se parte
desde un esquema básico de ordenación de los espacios en función de las necesidades de la
familia en ese momento, para luego ir consolidándose de la misma manera como los deseos y
aspiraciones van cambiando. Muchas de las viviendas se han concebido en su totalidad desde el
momento que la familia se asienta en el barrio (49), las mismas pasan mucho tiempo sin ser
modificadas, como respuesta a que la familia está conforme con la habitabilidad que la vivienda
le ofrece. Estos dos primeros casos son viviendas auto-construidas sirviéndose de la ayuda de
algún familiar “matrilineal” que domina el arte de la construcción civil.
Las configuraciones 50 y 51 si bien no obedecen al esquema de la auto-construcción, la
imagen final de las mismas destaca que constituye una vivienda habitada por un wayuu. La
Repertorio de configuraciones de la vivienda wayuu en el barrio “23 de Marzo”
Arq. Alonso José Morillo Arapé 273
primera puede ser producto de una compra-venta, donde la familia adecua los espacios y la
funcionalidad en función de los deseos familiares y la cosmogonía particular, se cuentan casos
donde la familia adquiere la vivienda en la etapa de cimientos, desde allí la reconstruye. El
segundo, puede que la vivienda sea adjudicada por un familiar a una familia emigrante necesitada
de una vivienda, esta al igual que la anterior vacía sus representaciones hacia su interior.
CONFIGURACIÓN 52 Y 53: ACTIVIDAD ECONÓMICA INTEGRAD A A LA CASA.
52. El abasto informal 53. El conuco
52.1.
C4. Ana Isolina Machado
52.2.
C5. Yajandra Hernández
C14. Carmen Cleta Uriana
Simbología: A = Abasto; CO = Conuco; C4-5-14= Configuración
Dos actividades económicas vinculadas a la vivienda y a la vida cotidiana de las familias que
las habitan se encontraron en el barrio “23 de Marzo”. El Abasto informal (52.1 y 52.2) es común
hallarlo dispuesto como un espacio más dentro de la planta arquitectónica de la vivienda, esta
actividad suple en parte las necesidades básicas de la familia y mucho más allá, permite la
obtención de un estatus económico ante los vecinos en el contexto del barrio. En estos casos,
cuando el espacio de la vivienda que da a la calle se convierte en un abasto de víveres, el resto de
la casa es por extensión un gran depósito de la mercancía expendida, es una actividad
generalizada tanto en los wayuu de la ciudad como en las poblaciones criollas que hacen vida
conjunta en la misma.
Como una reproducción del medio rural en la ciudad (rururbanización), ciertas familias wayuu
(las que por las dimensiones de su parcela lo pueden hacer) asumen la siembra de un conuco a
A A
Repertorio de configuraciones de la vivienda wayuu en el barrio “23 de Marzo”
Arq. Alonso José Morillo Arapé 274
escala familiar (53), donde se siembran especies vegetales alimenticias como: plátano, yuca, ají,
fríjol, cebolla, cilantro; además frutales como: lechosa, mango, etc. Otra configuración en base a
las actividades económicas es la cría de aves (gallinas, palomas) y animales (chivos, cerdos),
prácticas éstas asumidas por los wayuu urbanos.
CONFIGURACIÓN 54: SIMBOLIZACIÓN DE LA ORGANIZACIÓN SOCIAL
54. “La matrilinealidad” y la vivienda
54.1.
C9-10. Ivan Contres y Doris Bell Barroso
54.2.
C1. Dianora Montiel
Simbología: C9-10-1= Configuración
Finalmente, una de las características socioculturales más destacadas de los wayuu asentados
en el barrio “23 de Marzo” es la simbolización de la organización social a través de la vivienda.
La “matrilinealidad” implica que los descendientes maternos construyen sus viviendas alrededor
de la madre para estar cerca de ella, en ese entendido, la casa de la madre determina la ubicación
de la casa de la hija, y en consecuencia llegan a formar un sólo hogar, pues, es en la casa materna
donde la cocina y el baño adquieren cualidades comunales. En el caso 54.1 la madre se asentó en
el terreno (vivienda inferior), la hija se asienta a su lado adquiriendo por compra-venta la
vivienda, la cerca que dividía ambas viviendas es suprimida apreciándose una imagen en planta
Repertorio de configuraciones de la vivienda wayuu en el barrio “23 de Marzo”
Arq. Alonso José Morillo Arapé 275
de un solo conjunto. El área de permanencia de la hija (vivienda superior) es por lo tanto, en la
vivienda de la madre, su vivienda es utilizada como una habitación más de la misma, ocupada
durante las noches. Por su parte, en el caso 54.2 se prescinde de ciertos espacios como la cocina,
para de esta manera realizar la cocción de los alimentos en la casa de la madre, también esta
cualidad se aprecia en el uso del baño, así la cocina y el baño son comunes cuando son los hijos
quienes habitan al lado de la casa de la madre, es pues, la casa de la madre el centro de la vida
cotidiana de las familias que cohabitan el terreno.
De esta complejidad plasmada en este repertorio de los aspectos relativos a la configuración
de la vivienda urbana wayuu y de la cual se hizo una reconstrucción partiendo de los elementos
arquitectónicos y socioculturales constitutivos de la misma, se destaca que el wayuu al apropiarse
de los espacios urbanos para conformar su hábitat y como una extensión de éste su vivienda bajo
los preceptos de su cultura, que entran en pleno diálogo con la cultura criolla local y de los
emigrantes, representa una continuidad que parte desde la vivienda “semilla”, el núcleo espacial
del cual emergen las configuraciones “modelo viejo” y “modelo nuevo”, el primero con
muchísimos más referentes rurales plasmados en su imagen, siendo el segundo una adopción de
las pautas residenciales del “alijuna” manifestadas en su hibridación configurativa.
Se observan elementos que morfológicamente pueden ser asumidos como los constitutivos de
la vivienda urbana wayuu en concordancia con la vivienda onírica que el mismo en un futuro
quisiera materializar en el lugar de la que habita hoy día, esta vivienda semantizada y recreada en
el mundo de “Lapü” es “bonita”, “grande”, “cómoda”, “buena”, “segura”, una vivienda
configurada con las habitaciones múltiples, una para cada miembro de la familia; la cocina con
todos sus artefactos empotrados en un mesón de concreto; baños múltiples con revestimientos de
cerámica en sus paredes y pisos; piso con revestimientos de materiales similares; la cerca
perimetral con su portón; el techo, todo de platabanda; además se ven utilizando el aire
acondicionado en sus habitaciones y la construcción de otros niveles en la vivienda.
Esto da una muestra que el wayuu en la ciudad al apropiarse de los elementos ajenos que le
benefician en sus operaciones espaciales hacia el interior de sus viviendas, reconfiguran,
redefinen y asumen patrones que al pasar el tiempo han de ser suyos, sin el prejuicio de ser una
pérdida de la cultura, al contrario, se recrean complejos procesos de negociación con la cultura
“alijuna”, y en el que se beneficia subyacentemente la cultura wayuu.