reificación. un estudio en la teoría del reconocimiento,

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 Introducción "Toda reificación es un olvido." Max Horkheimer y Theodor W. Adorno, Dialéctica de la Ilustración  "El saer se asa al fin en el reconocimiento." !udi# Witt#enstein, Sobre la certeza En los $a%ses de hala alemana, durante las d&cadas de '()* y '(+* el conce$to de "reificación" fue un leitmotiv de la cr%tica social y cultural. En esta ex$resión y en otros conce$tos vecinos $arec%an concentrarse, como en un es$eo ustorio, las ex$eriencias históricas -ue marcaron a la e$/lica de Weimar ao la $resión del creciente desem$leo y de las crisis económicas0 las relaciones sociales daan la im$resión de una instrumentalidad fr%a y calculadora, el amor artesano $or las cosas ha%a cedido evidentemente frente a una actitud de dis$osición $uramente instrumental, y aun las ex$eriencias interiores de los suetos $ermit%an entrever el h1lito helado de una docilidad interesada. 2in emar#o, era necesaria la $resencia de 1nimo de un filósofo com$rometido intelectualmente $ara -ue estas difusas tendencias $udieran ser com$rendidas ao el denominador /nico de "reificación"3 y fue 4eor# !uk1cs -uien, en la colección de ensayos Historia y conciencia de clase , $ulicada en '()5, lo#ró forar este conce$to clave mediante una auda6 reco$ilación de motivos $rovenientes de la ora de 7arl Marx, Max Weer y 4eor# 2immel. En el centro de ese volumen, im$ulsado $or la es$eran6a de una revolución inminente, se encuentra el lar#o ensayo en tres $artes titulado "!a reificación y la conciencia del $roletariado", -ue alentó a filósofos y a sociólo#os de toda una #eneración a anali6ar las formas de vida im$erantes en ese entonces como consecuencias de la reificación social. 8o ostante, en la &$oca $osterior a la finali6ación de la 2e#unda 4uerra Mundial la cate#or%a de "reificación" $erdió la $osición central -ue ten%a como dia#nóstico de la &$oca. 9omo si la ru$tura de la civili6ación -ue si#nificó el Holocausto huiese $arali6ado toda afición es$eculativa de dia#nóstico social de lar#o alcance, la mayor%a de los teóricos sociales y de los filósofos se conformaan con anali6ar las insuficiencias de la democracia y de la usticia, sin hacer uso de conce$tos $atoló#icos como "reificación" o "comerciali6ación". Aun-ue estas $ers$ectivas $erviv%an naturalmente en los escritos de la Escuela de :rankfurt, es$ecialmente en los traaos de Adorno, y aun-ue durante la movili6ación estudiantil volvió a flamear revemente el recuerdo del estudio de !uk1cs, el $royecto de anali6ar la reificación $arec%a finalmente ser $arte de un $asado muy leano. Incluso el halar de "reificación" $od%a $arecer el s%ntoma de -uerer em$ecinadamente ser $arte de una &$oca cultural -ue ha%a $erdido su le#itimación $or la $os#uerra, las reformas culturales y las innovaciones en la teor%a. 2ólo en el $resente m1s reciente se multi$lican los indicios de -ue esta situación $odr%a volver a camiar una ve6 m1s. 9omo un fra#mento no elaorado $or la filosof%a, retorna la cate#or%a de la "reificación" desde el aismo insondale de la e$/lica de Weimar y se incor$ora nuevamente a la escena del discurso intelectual. 2on tres, si no cuatro, los indicios -ue $ermiten sustentar la conetura de -ue hay un camio de tendencia en el dia#nóstico de la &$oca. En $rimer lu#ar ;y de forma a/n no muy llamativa; $uede se<alarse la existencia de una cantidad de novelas y relatos recientes -ue diseminan un aura est&tica de la economi6ación furtiva de nuestra vida cotidiana0 a trav&s del ti$o de medios estil%sticos utili6ados o de la elección del vocaulario em$leado, estos testimonios literarios insin/an -ue oservan el mundo como si sus haitantes, esencialmente, se trataran a s% mismos y trataran a los dem1s como oetos inanimados, es decir, sin un vesti#io de sensiilidad o del intento de una toma de $ers$ectiva. !a lista de los autores -ue $odr%an mencionarse en este contexto com$rende a los escritores norteamericanos aymond 9arver y Harold =rodkey, $asando $or el enfant terrible de la literatura francesa, Michel Houelleec-, hasta las escritoras de hala alemana Elfriede >elinek y 2ilke 2cheuermann. Aun-ue en estas oras narrativas la reificación est1 $resente sólo como un estado de 1nimo -ue crea un clima, en an1lisis socioló#icos recientes se la estudia como una forma modificada del com$ortamiento humano. En el 1rea de la sociolo#%a cultural o de la $sicolo#%a social, hay en la actualidad innumerales estudios -ue detectan en los suetos una tendencia creciente a simular deseos o sentimientos, $or o$ortunismo, hasta -ue los ex$erimentan como com$onentes de la $ro$ia $ersonalidad0 una forma de la automani$ulación emocional, -ue !uk1cs ten%a en mente cuando se refer%a al $eriodismo como una "$rostitución" de "vivencias y convicciones" y ve%a en &l un /ltimo #rado de reificación social. ?or cierto, en tales dia#nósticos acerca de una tendencia a #erenciar los sentimientos el conce$to de "reificación" a$arece tan $oco ex$licitado como en la mayor%a de los testimonios literarios -ue $ro$a#an una atmósfera de fr%a oetividad y mani$ulación. Esto sólo var%a en la tercera clase de textos -ue $ermiten su$oner un re#reso de la tem1tica de la reificación en la actualidad. Tami&n, en los /ltimos tiem$os, dentro de la &tica o de la filosof%a de la moral se encuentran esfuer6os de asir teóricamente tales fenómenos sociales como se le $odr%an haer $resentado a !uk1cs en su an1lisis. En ellos se usa con frecuencia y ex$resamente el conce$to de "reificación" sin $or ello estalecer una conexión con el texto fuente0 es as% como Martha 8ussaum, en estudios recientes, se refiere es$ec%ficamente a la "reificación" $ara desi#nar formas es$ecialmente extremas de la

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Introduccion al libro de Axel Honnet

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Introduccin"Toda reificacin es un olvido."Max Horkheimer y Theodor W. Adorno,Dialctica de la Ilustracin

"El saber se basa al fin en el reconocimiento."Ludwig Wittgenstein,Sobre la certeza

En los pases de habla alemana, durante las dcadas de 1920 y 1930 el concepto de "reificacin" fue un leitmotiv de la crtica social y cultural. En esta expresin y en otros conceptos vecinos parecan concentrarse, como en un espejo ustorio, las experiencias histricas que marcaron a la Repblica de Weimar bajo la presin del creciente desempleo y de las crisis econmicas: las relaciones sociales daban la impresin de una instrumentalidad fra y calculadora, el amor artesano por las cosas haba cedido evidentemente frente a una actitud de disposicin puramente instrumental, y aun las experiencias interiores de los sujetos permitan entrever el hlito helado de una docilidad interesada. Sin embargo, era necesaria la presencia de nimo de un filsofo comprometido intelectualmente para que estas difusas tendencias pudieran ser comprendidas bajo el denominador nico de "reificacin"; y fue Georg Lukcs quien, en la coleccin de ensayosHistoria y conciencia de clase, publicada en 1925, logr forjar este concepto clave mediante una audaz recopilacin de motivos provenientes de la obra de Karl Marx, Max Weber y Georg Simmel. En el centro de ese volumen, impulsado por la esperanza de una revolucin inminente, se encuentra el largo ensayo en tres partes titulado "La reificacin y la conciencia del proletariado", que alent a filsofos y a socilogos de toda una generacin a analizar las formas de vida imperantes en ese entonces como consecuencias de la reificacin social.No obstante, en la poca posterior a la finalizacin de la Segunda Guerra Mundial la categora de "reificacin" perdi la posicin central que tena como diagnstico de la poca. Como si la ruptura de la civilizacin que signific el Holocausto hubiese paralizado toda aficin especulativa de diagnstico social de largo alcance, la mayora de los tericos sociales y de los filsofos se conformaban con analizar las insuficiencias de la democracia y de la justicia, sin hacer uso de conceptos patolgicos como "reificacin" o "comercializacin". Aunque estas perspectivas pervivan naturalmente en los escritos de la Escuela de Frankfurt, especialmente en los trabajos de Adorno, y aunque durante la movilizacin estudiantil volvi a flamear brevemente el recuerdo del estudio de Lukcs, el proyecto de analizar la reificacin pareca finalmente ser parte de un pasado muy lejano. Incluso el hablar de "reificacin" poda parecer el sntoma de querer empecinadamente ser parte de una poca cultural que haba perdido su legitimacin por la posguerra, las reformas culturales y las innovaciones en la teora.Slo en el presente ms reciente se multiplican los indicios de que esta situacin podra volver a cambiar una vez ms. Como un fragmento no elaborado por la filosofa, retorna la categora de la "reificacin" desde el abismo insondable de la Repblica de Weimar y se incorpora nuevamente a la escena del discurso intelectual. Son tres, si no cuatro, los indicios que permiten sustentar la conjetura de que hay un cambio de tendencia en el diagnstico de la poca. En primer lugar -y de forma an no muy llamativa- puede sealarse la existencia de una cantidad de novelas y relatos recientes que diseminan un aura esttica de la economizacin furtiva de nuestra vida cotidiana: a travs del tipo de medios estilsticos utilizados o de la eleccin del vocabulario empleado, estos testimonios literarios insinan que observan el mundo como si sus habitantes, esencialmente, se trataran a s mismos y trataran a los dems como objetos inanimados, es decir, sin un vestigio de sensibilidad o del intento de una toma de perspectiva. La lista de los autores que podran mencionarse en este contexto comprende a los escritores norteamericanos Raymond Carver y Harold Brodkey, pasando por elenfant terriblede la literatura francesa, Michel Houellebecq, hasta las escritoras de habla alemana Elfriede Jelinek y Silke Scheuermann. Aunque en estas obras narrativas la reificacin est presente slo como un estado de nimo que crea un clima, en anlisis sociolgicos recientes se la estudia como una forma modificada del comportamiento humano. En el rea de la sociologa cultural o de la psicologa social, hay en la actualidad innumerables estudios que detectan en los sujetos una tendencia creciente a simular deseos o sentimientos, por oportunismo, hasta que los experimentan como componentes de la propia personalidad: una forma de la automanipulacin emocional, que Lukcs tena en mente cuando se refera al periodismo como una "prostitucin" de "vivencias y convicciones" y vea en l un ltimo grado de reificacin social.Por cierto, en tales diagnsticos acerca de una tendencia a gerenciar los sentimientos el concepto de "reificacin" aparece tan poco explicitado como en la mayora de los testimonios literarios que propagan una atmsfera de fra objetividad y manipulacin. Esto slo vara en la tercera clase de textos que permiten suponer un regreso de la temtica de la reificacin en la actualidad. Tambin, en los ltimos tiempos, dentro de la tica o de la filosofa de la moral se encuentran esfuerzos de asir tericamente tales fenmenos sociales como se le podran haber presentado a Lukcs en su anlisis. En ellos se usa con frecuencia y expresamente el concepto de "reificacin" sin por ello establecer una conexin con el texto fuente: es as como Martha Nussbaum, en estudios recientes, se refiere especficamente a la "reificacin" para designar formas especialmente extremas de la utilizacin instrumental de otras personas, mientras que Elisabeth Anderson prescinde del concepto, pero analiza fenmenos claramente comparables del distanciamiento que produce lo econmico en nuestras condiciones de vida. En tales contextos ticos, se habla de "reificacin" o de procesos relacionados en un sentido decididamente normativo: esto significa un comportamiento humano que quebranta nuestros principios morales o ticos en tanto otros sujetos no son tratados de acuerdo con sus cualidades humanas, sino como objetos insensibles, inertes, es decir, como "cosas" o "mercancas"; y los fenmenos empricos a los que esos anlisis hacen referencia abarcan tendencias tan dismiles como el creciente alquiler de vientres, el surgimiento de un mercado de relaciones amorosas o la expansin explosiva de la industria del sexo.Finalmente, es posible delinear un cuarto contexto en el que en la actualidad vuelve a usarse la categora de "reificacin" para caracterizar conceptualmente procesos llamativos de nuestro presente. En el campo de las discusiones que se entablan en los ltimos tiempos acerca de los resultados y las repercusiones sociales de las investigaciones del cerebro, no es infrecuente escuchar que el abordaje estrictamente cientfico delata en este caso una actitud reificante: el propsito -as reza el argumento- de explicar el sentir y el actuar humanos mediante el mero anlisis de las conexiones neuronales en el cerebro es abstrado de todo saber del mundo de la vida y con ello se est tratando al ser humano como a un autmata sin experiencia, en ltimo trmino, como una cosa. Como en los planteos ticos antes mencionados, tambin aqu se adopta esencialmente este concepto para caracterizar un quebrantamiento de principios morales: el hecho de que en la observacin neurofisiolgica del ser humano aparentemente no se toman en cuenta sus cualidades personales es considerado como un caso de "reificacin". Por ende, en ambos contextos, las connotaciones ontolgicas que sin duda tiene el concepto con su alusin a las meras cosas ocupa un rol subordinado, marginal: un comportamiento determinado, "reificante", es considerado dudoso o falso no porque atente contra presuposiciones ontolgicas de nuestro actuar cotidiano, sino porque atenta contra principios morales. Por el contrario, Lukcs crea poder prescindir de toda relacin con principios ticos. En su ensayo, tom el concepto de reificacin en sentido literal porque crea poder caracterizar con l una praxis de comportamiento social que ya por el desacierto en los hechos ontolgicos debera entenderse como falsa.Por supuesto que el anlisis de la reificacin de Lukcs posee un contenido normativo, aunque prescinda totalmente de un vocabulario moral. A fin de cuentas, el uso del concepto de "reificacin" delata ya la suposicin de que en los fenmenos descritos se trata de un desacierto en la forma "propia" o "correcta" de posicionarse frente al mundo; y, finalmente, Lukcs, sin duda, parte de la base de que sus lectores concuerdan con l cuando presenta la necesidad histrica de revolucionar las condiciones dadas. Pero el lugar de aplicacin de estos juicios implcitos se encuentra en un nivel terico, por debajo de la esfera argumentativa en la que en los contextos mencionados se formulan y sustentan las valoraciones pertinentes, porque, justamente, Lukcs ve en la reificacin no un quebrantamiento de principios morales, sino un desacierto en una praxis o en una forma de actitud humana que define la racionalidad de nuestra forma de vida. Los argumentos que aporta contra la reificacin capitalista de nuestras condiciones de vida poseen un carcter normativo slo de manera indirecta, porque surgen de los elementos descriptivos de una ontologa social o de una antropologa filosfica que intenta aprehender las bases racionales de nuestra existencia. En este sentido, es posible afirmar que el anlisis de la reificacin hecho por Lukcs aporta la explicacin socio-ontolgica de una patologa de nuestra praxis de vida. Si en la actualidad es posible seguir afirmando esto, si podemos justificar las objeciones elevadas contra una determinada forma de vida remitiendo a discernimientos socio-ontolgicos, se trata de algo no definido en absoluto. Es ms, en vista de los arduos requerimientos del accionar estratgico en las sociedades contemporneas, ni siquiera est claro si con el concepto de "reificacin" an se puede expresar una idea coherente.