reflexiones sobre la envoltura formal del sintoma

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REFLEXIONES SOBRE LA ENVOLTURA FORMAL DEL SÍNTOMA. MILLER La noción de síntoma en psicoanálisis aparece como básica, verdaderamente elemental. De alguna manera responde a la posición médica, al referirse a armonía, de lo que anda en consonancia y, aquí aparece el síntoma como el que perturba esa armonía. No hay síntoma sin la referencia a cierta sinfonía que se vería perturbada por una disonancia, por la aparición de un accidente. El síntoma lleva esa connotación médica de conexión con la armonía e inevitablemente cambia de valor cuando ya no se lo aborda desde la posiciónmedica, sino desde el discurso psicoanalítico. Este discurso esta articulado una referencia de otro orden, totalmente opuesto: el síntoma cambia radicalmente de sentido cuando se lo vincula con una desarmonía, ya no con una armonía, la castración. La castración hace que no podamos aislar el ser del síntoma en psicoanálisis. No podemos aislarlo más que como un ser hablante del síntoma: el hablanteser del síntoma. Lacan habla de fidelidad a la “envoltura formal del síntoma” refiriendo a eso que lo lleva de Clerembault y Kraepelin a Freud. Dice Lacan:” fidelidad a la envoltura formal del síntoma, que es la verdadera huella clínica (…), (lo condujo) a ese límite en que ella se invierte en efectos de creación”. Dice Miller que en esta articulación entre síntoma y creación hay algo sorprendente dado que nada dista más del síntoma que la creación, parecería que el sujeto padece el síntoma, que en él es pasivo y no creador. Miller se pregunta de qué modo articular el síntoma y los efectos de creación como vuelta al inicio, el síntoma que parece ser un estado degradado del sujeto, y la creación, que parece en cambio un estado sublime. Precisamente lo que se plantea es la articulación como contramarcha del síntoma en sublimación. El autor propone que el síntoma tiene dos ejes: el eje del mensaje y el eje del goce. Lacan habla en un primer momento de que el síntoma es un mensaje, en un segundo momento lo sitúa como una manera de gozar, como aquello que se satisface de una manera cerrada en el síntoma. Da un ejemplo ilustrativo. Miller va a ver a un abogado para presentar una querella, por ciertas cuestiones que le generan displacer, que es un grado

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Reflexiones Sobre La Envoltura Formal Del Sintoma

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Page 1: Reflexiones Sobre La Envoltura Formal Del Sintoma

REFLEXIONES SOBRE LA ENVOLTURA FORMAL DEL SÍNTOMA. MILLER

La noción de síntoma en psicoanálisis aparece como básica, verdaderamente elemental. De alguna manera responde a la posición médica, al referirse a armonía, de lo que anda en consonancia y, aquí aparece el síntoma como el que perturba esa armonía. No hay síntoma sin la referencia a cierta sinfonía que se vería perturbada por una disonancia, por la aparición de un accidente.

El síntoma lleva esa connotación médica de conexión con la armonía e inevitablemente cambia de valor cuando ya no se lo aborda desde la posiciónmedica, sino desde el discurso psicoanalítico. Este discurso esta articulado una referencia de otro orden, totalmente opuesto: el síntoma cambia radicalmente de sentido cuando se lo vincula con una desarmonía, ya no con una armonía, la castración. La castración hace que no podamos aislar el ser del síntoma en psicoanálisis. No podemos aislarlo más que como un ser hablante del síntoma: el hablanteser del síntoma.

Lacan habla de fidelidad a la “envoltura formal del síntoma” refiriendo a eso que lo lleva de Clerembault y Kraepelin a Freud. Dice Lacan:” fidelidad a la envoltura formal del síntoma, que es la verdadera huella clínica (…), (lo condujo) a ese límite en que ella se invierte en efectos de creación”. Dice Miller que en esta articulación entre síntoma y creación hay algo sorprendente dado que nada dista más del síntoma que la creación, parecería que el sujeto padece el síntoma, que en él es pasivo y no creador.

Miller se pregunta de qué modo articular el síntoma y los efectos de creación como vuelta al inicio, el síntoma que parece ser un estado degradado del sujeto, y la creación, que parece en cambio un estado sublime. Precisamente lo que se plantea es la articulación como contramarcha del síntoma en sublimación.

El autor propone que el síntoma tiene dos ejes: el eje del mensaje y el eje del goce. Lacan habla en un primer momento de que el síntoma es un mensaje, en un segundo momento lo sitúa como una manera de gozar, como aquello que se satisface de una manera cerrada en el síntoma. Da un ejemplo ilustrativo.

Miller va a ver a un abogado para presentar una querella, por ciertas cuestiones que le generan displacer, que es un grado más del quejarse. El abogado es alguien más que habla por uno, que va a hacer pasar esa queja debida al displacer que experimenta. El abogado va a formalizar su queja, es el que va a hacer hablar su queja en el campo del lenguaje del Otro, convirtiendo esa queja en un mensaje, que será emitido desde el lugar del Otro y en su lenguaje.

Así, va a existir de otra forma en el campo del Otro, en una forma constituida. Esa forma constituida en el campo del derecho es una completada, ya que no puede existir si no es representada por un abogado que habla el lenguaje del Otro, no se hace sujeto sino acoplado al abogado. Esto respecto a la forma del mensaje.

Existe algo más, que cuando el abogado formaliza la queja el sujeto se siente satisfecho, a pesar de que nada del displacer ha sido reparado, en alguna parte ya está contento. Esto produce un plus- de- gozar arrancado, buscado al displacer mismo a través de esta formalización. La verdad de la queja moviliza el saber del derecho y este saber trabaja para un goce.

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¿Enqué lugar ponemos la observación que, como analistas, hacemos de los pacientes? Cuando recibimos a alguien por primera vez esperamos el relato de lo que no marcha. Si cuenta todo lo que anda bien, algo realmente no marcha. Hay que observar el relato de lo que no marcha, ya que ese es el hablanteser mismo del síntoma. En el propio relato del infortunio hay en realidad un arreglo, y que el síntoma satisface ahí mismo donde se lo presenta como doloroso. Esta es la paradoja que presenta Lacan, la de uno que sufre y que describe así: “el sujeto es feliz. Esta es su definición, puesto que no puede saber nada sino a la suerte, y que toda suerte le es buena para aquello que lo mantiene, o sea para que él se repita”. Esto implica que al nivel que se refiere Lacan, donde el sujeto es feliz, el síntoma no es una discordancia sino que se disuelve dado que se satisface, y satisface especialmente a la repetición. Lo que caracteriza a este nivel donde el síntoma se satisface, el tratarse de un nivel distinto del correspondiente al hablanteser del síntoma, distinto de aquel donde el síntoma es hablado.

En este sentido, el síntoma, tal como se lo articula en la palabra que se dirige al analista, formalizado en el campo del Otro, es una mentira: el síntoma es una mentira. Esto no es un insulto al dolor, al contrario, es decir que el hablanteser del síntoma pertenece a la dimensión de la verdad, dado que solamente allí se plantea lo verdadero y lo falso. Por eso Lacan formula que el síntoma es verdad, la verdad es lo que se instaura por la cadena significante. Lacan dice también que el síntoma tiene estructura de ficción.

Es decir, no el dolor, no la queja, sino cabalmente e síntoma como analítico, en cuanto formalizado en el campo del Otro, constituido como lo que se instaura por la cadena significante, tiene estructura de ficción.

Ficción y creación se distinguen. No es lo mismo ser poeta que ser poema. En el nivel del síntoma, el sujeto es poema, aun si se persuade, si es histérico, de que es poeta. Ser poeta es otra cosa, es ser creador, producir formas, y formas que no están ya en el Otro.

Hay que entender “forma” desde el alemán “Form”. Si el síntoma tiene formas, son formas que están plegadas a la lógica de su vaciamiento y, aquí el término de envoltura formal plantea la cuestión de lo envuelto: el síntoma no es todo significante, y lo negativo evocado por esa envoltura formal del síntoma es que él envuelve goce, materia gozante. Lo que en consecuencia se da en análisis es un trabajo sobre la envoltura formal, trabajo que consiste en llevar al síntoma al límite donde se vuelve agudeza, que es calculo.

Ese punto donde se vuelve al inicio es el punto clave de la lógica del fantasma, aquel donde la transferencia retorna al punto inicial como sublimación por la eliminación del sujeto supuesto al saber. Es decir que solo hay creación, retorno del síntoma a su punto inicial donde deviene sublimación, en la medida en que hay atravesamiento del fantasma o de lo que hace sus veces, de la manera que abre las vías para que lo formal se disocie del material de goce que él envuelve para que este formal juegue su partida por su lado y se apreste a gozar. Esto supone que el sujeto se desprenda de la creencia de que el Otro goza ya de su síntoma.

La castración entonces sería la condición de la creación, pero enfrentarse con la falta en el Otro no sería menos valido en el síntoma. La condición de la creación es que el sujeto sepa en alguna parte que el Otro no existe.

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No admitimos que el síntoma también es un hecho de creación de sentido porque en la creación, lo que opera es el síntoma en cuanto separado del goce que él envolvía formalmente. El síntoma es goce como sentido gozado del sujeto, mientras que la obra ofrece sentido a gozar a quien quiera hacerlo. Por eso el vaciamiento de la envoltura formal del síntoma es la condición de la creación, en cuanto ella procede de la nada.

Consignas

1. Relacione el concepto de síntoma con la armonía- desarmonía, en sentido psicoanalítico y médico.

2. Cite la frase que funciona como argumento para Lacan para haber seguido el camino freudiano

3. Cuáles son los ejes cartesianos del síntoma. Explíquelos.4. ¿Por qué dice Lacan que la verdad tiene estructura de ficción. Explique

ficción- creación.