redes solidarias

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1 Tejiendo Redes Un día de plaza ¿Economía Social como El forje de una mujer chinanteca Simiatug Samai Una experiencia modelo de desarrollo o modelo asistencial? de economía solidaria en localidades del Municipio de Huichapan, Hidalgo.

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¡Tu revista sobre economía social y solidaria!

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Tejiendo Redes Un día de plaza ¿Economía Social como El forje de una mujer chinanteca

Simiatug Samai Una experiencia modelo de desarrollo o modelo asistencial? de economía solidaria en localidades del Municipio de Huichapan, Hidalgo.

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Tejiendo Redes.

Mujer con cabeza, corazón y gran carácter. El forje de una mujer chinanteca.

Un día de plaza: algo más que colores, olores y sabores, también economía social y solidaria.

¿Economía Social como modelo de de-sarrollo o modelo asistencial? Presupuesto Federal 2016.

Simiatug Samai, una experiencia de economía solidaria en Ecuador.

Producción avícola de doble propósito, una experiencia de economía solidaria en localidades del Municipio de Huichapan, Hidalgo.

Fechas para recordar.

Anuncios.

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DIRECTORIO

Juan Castillo EscamillaCoordinador Ejecutivo

Nancy Cárdenas SánchezCoordinadora Editorial

Redes ComunicaciónRocío Figueroa Badillo

Diseño

COLABORACIONES

Ana Gloria Pérez BarretoBaldemar Ramírez SalasBrisa Elena Chávez Mejía

Trinidad Bartolo López

www.upax.mx

Fb: Redes Solidarias

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EDITORIAL

TEJIENDO

La economía que se practica desde la base de la pirámide social, lo que hoy se le ha rebautizado

como economía social y solidaria, es el punto de partida para visibilizar los esfuerzos de individuos y comunidades en general, que mantienen ciertos rasgos ancestrales de producción, comercialización y consumo de productos básicos.

Si bien es cierto, no es una economía totalmente pura, donde las leyes del capitalismo pudieran estar ausentes, pero sí es una aspiración de ejercer una economía sustentable a favor de quien aporta la materia prima y el trabajo para su transformación.

A lo largo del país y del continente entero, encontramos decorosos ejemplos de este tipo de economía, que entraña también un tipo de vida que se asocia con una visión progresista, de justicia social y de eliminación de la brecha de desigualdad.

Esperamos que este espacio de comunicación sea un conducto para captar la atención de quienes confían en los pequeños esfuerzos, así como de quienes buscan acciones que nos permitan hacer más navegable el mar de la voracidad de la competencia capitalista.

¡Vamos pues, a tejer Redes Solidarias! Algunas veces, servirán para atrapar la simpatía de la ciudadanía y otras, para caer en ellas cuando la adversidad nos sacuda y nos proteja de desplomarnos hasta el suelo.

REDES

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EL FORJE DE UNA MUJERCHINANTECA

MUJER CON CABEZA, CORAZÓN Y GRAN CARÁCTER

Tener su propia habitación para leer y escribir un libro, que

tal vez nadie lea –según dice ella-, pero que sea un testi-

monio de su lucha en la vida cuyo mensaje principal sea “¡yo

también puedo!” es una meta personal que Trinidad Bartolo López está a

poco de cumplir cuando su casa que está construyendo con esfuerzo y

pasión, esté lista y le permita independizarse de su casa paterna, donde

sus padres la albergan amorosamente junto con su pequeño hijo, pero

que sin embargo, para ella no hay nada mejor que su propio espacio.

Trini se autodefine como una mujer sencilla, humilde y con retos; una

mujer con cabeza, corazón y gran carácter.

Es Ingeniera Agrónoma por la Universidad

Autónoma Metropolitana, en la Ciudad de

México; actualmente tiene 36 años de edad

y ya también ejerce el papel de madre. En

su comunidad natal y donde radica, Congre-

gación Arroyo Camarón, San Lucas Ojitlán,

Oaxaca, pone en práctica sus conocimientos al servicio de la gente; ella

se considera una doctora de animales y plantas, profesión que sublimó

por el sueño infantil truncado de ser doctora de personas cuando llegara

a ser grande.

“¡Yo también puedo!”

Por Nancy Cárdenas

Page 5: Redes solidarias

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Trini, ¿quiénes son tus padres?

Mi padre es Juan Bartolo Montaño, de 60 años de edad, campesino y

ganadero; con apenas tercer año de primaria, lo considero un gran

empresario. Mi madre es Julia López Carlos, de 63 años de edad, es una

“multiusos”, porque además de ser ama de casa, cría pollos de postura

y engorda, y puercos para venta en el mercado. Son dos seres humanos

que han sabido guiar a sus hijos.

¿Cuántos hermanos tienes Trini?

Somos once hermanos en total, dos hombres y nueve mujeres. El más

chico aún vive con mis padres, y representa los ojos, las manos y los pies

de mi papá, él es el albacea. En el reparto de la herencia mi padre se

basa en los usos y costumbres de la comunidad, por ejemplo, a los hom-

bres les heredó tierras y a las mujeres vacas y becerros, ya que las mujeres,

se piensa, cuando nos casamos el marido nos da un lugar donde vivir.

¿Cuáles eran tus sueños de niña para realizar de grande, como adulta?

Yo solo quería ser alguien, doctora de lo que fuera, pero no maestra, que

hasta hoy es la máxima aspiración de por aquí. La juventud quiere salir

porque no hay trabajo, no hay dinero.

Describe un día de tu vida cuando ibas a la escuela primaria.

Me levantaba a las cuatro de la mañana; como éramos varias mujeres

nos repartíamos las tareas de la casa, entre las cuales estaban lavar el

maíz, moler y repasar la masa –pues nuestro molino era muy pequeño y

no molía bien-, hacer las tortillas y la comida; algunas veces me tocaba

traer agua en un viaje de veinte minutos de ida y veinte minutos de vuelta.

Una vez de haber terminado mis quehaceres, me arreglaba, desayunaba y me

iba a la escuela.

Fotografía: Trinidad Bartolo López

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Al final de su niñez, a los doce años, sufrió un accidente que le provocó la pérdida de la

visión de un ojo que la sumió en años de infelicidad.

Trini divide su vida en cuatro etapas con diferentes estados de ánimo: de niña hasta los

doce años, fue feliz; de los quince a los diecisiete años se quería morir; de los veinte a

veintiséis fue recuperando su felicidad, cuando retomó sus estudios de secundaria a la

universidad; de los veintiséis a sus treinta y seis años actuales no cambiaría por nada

vivir en su comunidad natal.

Al regresar, cuidaba a mi hermanita menor y también, a veces, iba por

leña. A las siete de la noche terminaba el día, a esa hora todos dormía-

mos pues no había energía eléctrica.

Mi padre tenía un dicho que nos repetía siempre para motivarnos a pro-

gresar: “el que quiera estar bien, tiene que levantarse a la cuatro de la

mañana sino quiere estar como el vecino”. Y es que teníamos un vecino

que llegaba a la milpa a las diez de la mañana y carecía de muchas cosas.

Siempre fui una alumna destacada, mi mamá decía que yo iba a ser

maestra, lo único a lo que podía aspirar. No fui al preescolar, disfruté mu-

cho mi primaria.

De tu infancia al día de hoy ¿qué ha cambiado en tí?

A los doce años que perdí un ojo en un accidente, yo sufría de burlas y

mi padre era señalado como un papá que no sabía cuidar a su hija. Me

quería morir. Tiempo después, salí de mi comunidad y fui a vivir al Distrito

Federal con una prima a la cual le cuidaba a su hija. Fue un tiempo en el

que odie a mi padre porque pensé que se había deshecho de mí.

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Transcurrido un tiempo, un día, caminando por una calle de la colonia

donde vivía en la delegación Gustavo A. Madero, tropecé con un hom-

bre, éste enfurecido, me dijo que me fijara por dónde camino. La reac-

ción de este hombre me hizo sentir muy triste, pues no fue intencional el

choque más que fue por la mitad de visión de mi parte.

Me senté en una banca y ahí, se acercó alguien y me dijo – si tú tienes

corazón, cerebro y alma tienes lo suficiente para hacer lo que tú quieras,

tal y como esa persona con la que tropezaste-. Terminó de decirme eso y

se fue. Jamás volví a ver a esa persona.

Así fue como decidí volver a estudiar. Realicé la secundaria abierta en

menos de un año; la preparatoria en un año y algunos meses, y la Univer-

sidad en el ciclo regular de cuatro años, es decir, de los veinte a veintiséis

años de edad concluí mis estudios. A partir de aquí entendí que solo de-

bería importarme mi propia felicidad, y realicé otro cambio en mi vida,

de estudiar por las mañanas y trabajar por las tardes, dejé la casa de

mi prima para vivir sola y solo trabajar los fines de semana para disfrutar

verdaderamente mi vida de estudiante, al menos, por el último año de la

Universidad. En mi graduación estuvieron presentes mis padres. Casi inme-

diatamente conseguí mi primer trabajo en Tlaxiaco, Oaxaca, y después

tuve otra estancia en el Distrito Federal.

¿Por qué regresaste a san Lucas Ojitlán?

Me pregunté ¿para qué estudié?, pues para ayudar a mi pueblo y para

ese entonces, ya había aprendido muchas cosas, además me gusta mi

casa y mi pueblo.

Este año terminaré de construir mi casa, que aunque en mi comunidad la

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gente suele decir que “quien tiene una casa buena y bonita es porque se

fue para el norte(Estados Unidos)” , yo digo que somos ricos sin ir al norte,

porque producimos lo que comemos, en mi casa nunca falta de comer; no

cambiaría todo esto por nada.

La faceta política de Trini.

Trini, eres una mujer que habla chinanteco, que porta con orgullo el vestido

característico de la región, dinos ¿cómo vives la defensa de la identidad

de tu pueblo con las necesidades que tienes como mujer jóven, madre,

profesionista y política? A veces pareciera que son dos cosas opuestas,

¿Qué opinas?

El problema real es que no reconocemos la experiencia del interior (recurso

humano del interior de la comunidad), preferimos al del exterior (recurso

humano fuera de la comunidad) Yo, a diferencia de otras mujeres tengo

un gran carácter, pero con corazón y una gran cabeza.

Tengo mis propias estrategias para sobrevivir en un mundo machista. No

marco la diferencia entre hombres y mujeres, yo les digo que somos iguales,

que yo no les voy a enseñar lo que ya saben, ah, pero sí les comparto lo

que yo sé y ustedes no, por ejemplo, cómo combatir la plaga de su siembra.

Construyo confianza.

En el año de 2010 Trini compitió por la regiduría del municipio, obtuvo el segundo lugar;

para el 2016 buscará como mínimo, el mismo cargo pero sobre todo, va por la presiden-

cia municipal de San Lucas Ojitlán. Pero antes de vencer al rival tiene que vencer a su

propio miedo, miedo de anunciarle a su familia de sus nuevas pretensiones políticas ya

que en su primera participación invirtieron recursos económicos y humanos sin lograr el

triunfo esperado.

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En política es lo mismo, no compito con los machistas, hago alianzas. No

soy una ambiciosa del dinero. Yo no voy a una cantina para negociar,

pero sí voy a un restaurante. No me emborracho con un hombre, pero sí le

ofrezco una asesoría legal o en su producción. Voy por el voto de las mujeres.

Finalmente, ¿qué quieres para tu hijo?

Quiero que tenga calidad humana, con amor al prójimo, al medio ambiente,

que sea una mejor persona. Yo como madre hago lo que puedo, com-

parto mi tiempo con él, aunque él se siente abandonado y me cuestiona.

A Trini aún le duele hablar de su vida personal, pero ya se atreve hacerlo; su vida no ha

sido fácil como para nadie en San Lucas Ojitlán, un municipio de veintiún mil habitantes

que conserva el idioma chinanteco en un ochenta por ciento, y que aún destila la herida

de la construcción de la Presa Miguel de la Madrid por promesas incumplidas del gobierno,

dejándoles tarifas altas de la energía eléctrica y la separación de amigos y familiares

reubicados en Veracruz y otros estados de la República. Con todo y eso, Trinidad se

siente casi realizada y no siente que le hace falta algo.

Fotografía: Trinidad Bartolo López

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UN DÍA DE PLAZA:

¡Tráete unos pesos y demos un paseo! Deleitemos nuestros

sentidos en un día de plaza. Miremos la gama de colores con las

marchantas de las frutas y verduras. Apuntemos nuestra nariz a la

sección de antojitos, dejemos que se acaricie con el humo de la lon-

ganiza frita, la moronga, las gracitas o el chicharrón esponjado.

Afinemos nuestros oídos al escrutar uno por uno los sonidos mezclados

en el bullicio del mercado. Toquemos la silla del artesano para saber si

lo que vende durará por lo menos, hasta el siguiente verano. Coma-

mos todas las pruebitas que las marchantas nos dan para llevarlas a

la boca, que de no gustarnos, no se enojan y bien podríamos sosegar

el hambre por un rato.

Fotografía: Ana Gloria Pérez Barreto

Por Azúl Costa

algo más que colores, olores y sabores, también economía social y solidaria.

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“…Y DESPUES DE BIEN MIRA-DO Y CONSIDERADO TODO LO QUE HABIAMOS VISTO, TORNAMOS A VER LA PLAZA Y LA MULTITUD DE GENTE QUE EN ELLA HABIA, UNOS COMPRANDO Y OTROS VEN-DIENDO, QUE SOLAMENTE EL RUMOR Y EL ZUMBIDO DE LAS VOCES Y PALABRAS QUE ALLÍ HABIA SONABA MAS QUE DE UNA LENGUA Y ENTRE NOSOTROS HUBO SOLDADOS QUE HABIAN ESTADO EN MUCHAS PARTES DEL MUNDO, Y EN CONSTAN-TINOPLA, Y EN TODA ITALIA Y ROMA, Y DIJERON QUE PLAZA TAN COMPASADA Y CON TANTO CONCIERTO Y TAMAÑA Y LLENA DE TANTA GENTE NO LA HABIAN VISTO” (BERNAL DÍAZ DEL CASTILLO, HISTORIA VERDADERA DE LA CONQUISTA DE LA NUEVA ESPAÑA, 1568)

El día de plaza en diversas comunidades de la región centro-sur

del país es una herencia de la sociedad mesoamericana que so-

brevive hoy en día. Constituyen un espacio público por excelen-

cia, lo mismo se practica la economía con la ley de la oferta y la

demanda, que el trueque a la usanza prehispánica, pero ajustado

a las necesidades de los involucrados.

Son espacios de reunión, aquí todavía se socializa; los intercambi-

os interpersonales se aparejan al de las mercancías. Los saludos se

entrecruzan, a veces van sellados por las palmas estrechadas de

los compadres que no se han visitado, pero que ahí se preguntan

cómo han estado. Y las vecinas, que a diario se ven, pero que por

estar ocupadas no se han comunicado, las últimas noticias que

ameritan parar un rato a recibirlas de primera mano.

Tianguis los hay de diferentes longitudes, casi siempre están ubica-

dos en las plazas principales, frente o junto a la iglesia de las comu-

nidades. Así sucede desde antes de la conquista y prosiguió con

la época colonial, comercio y religión están íntimamente ligados.

La economía local se airea en el tianquiztli-tianguis que significa

mercado. El producto de las huertas de los lugareños, de los cuer-

pos de agua cercanos y de los talleres de los artesanos, encuentra

escaparate en los tablones de estos mercados.

Fotografía: Ana Gloria Pérez Barreto

Page 12: Redes solidarias

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Que privilegio para los clientes de Doña Marbella, que cuentan con

pescado fresco traído de sus propios viveros, sólo tienen que esperar

los martes para acudir al Parque de la Marimba, en Tuzantan, Chiapas.

Y para ofrecer valor agregado, Don Marcelino vende mojarras pes-

cadas al puritito estilo de San Luis Taxhimay, Villa del Carbón, Estado

de México, -créame usted-, es un tesoro conocer a un comerciante

que vende lo que sus propias manos pescan.

Y si usted quiere algo más elaborado, también hay pescado prepara-

do. Don Ismael le vende carpa ahumada al horno, huevera, tripas de

pato y charales en tamal al comal, lo que se le antoje para un taco

placero, degustarlo sentado o parado. Nativo del Estado de Méxi-

co, pero adoptado por Xochimilco por más de cincuenta años, Don Ismael

aprendió los secretos del negocio de parte de su madre, que siendo

mamá soltera encontró en el comercio la forma de sacarlo adelante.

Los tianguis en México se resisten a morir, se adaptan a las circun-

stancias. A la venta de productos de primera necesidad, animales

y plantas, se agregan secciones de pulgas, fayuca y la invasión de

artículos chinos.

Los productos autóctonos en los días de plaza son en sí mismo el at-

ractivo para cierto tipo de consumidores; la romería y el roce social

son elementos adicionales de cohesión en los tianguis. Consumamos

en nuestros mercados, hagamos juntos economía social y solidaria.

Fotografía: Ana Gloria Pérez Barreto

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Doña Marbella Hernández Araujo del municipio de Tuzantan, de la

localidad Tercer Cantón, Chiapas. Desde hace 12 años

en el Parque de la Marimba, cada martes y viernes, de acuerdo a la

temporada, vende pescado fresco directo de sus viveros, aves de

traspatio y plátano, todo producido por ella misma.

En el tianguis compra el 60% de los alimentos para su familia.

Don Ismael Rivera Díaz es originario del Estado de México, pero radi-

ca en Xochimilco, D.F., desde hace más de 50 años.

Comercializa alimentos preparados característicos de lo que fue la

zona lacustre del Valle de México, como carpa ahumada al horno,

huevera, tripas de pato y charales en tamal al comal. La materia pri-

ma de su producto la consigue básicamente en el Estado de México.

Don Ismael tiene su lugar de venta a las afueras del inmueble de lo

que en los barrios del centro de Xochimilco se conoce como el tian-

guis. Sábados y domingos, confluyen ahí comerciantes con productos

autóctonos.

Fotografía: Ana Gloria Pérez Barreto

Fotografía: Archivo Redes

Fotografía: Baldemar Ramírez Salas

Don Marcelino Gantes Cruz de 48 años, originario de San Luis Tax-

himay, Villa del Carbón, Estado de México.

Tiene cuatro años vendiendo pescado en el tianguis del centro de la

comunidad.

Realiza la pesca en la presa de San Luis Taxhimay, con el permiso

otorgado por Conapesca. Don Marcelino llega al tianguis de San Luis,

caminando cargando hieleras con el pescado.

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OPINIÓN

¿Economía Social como modelo de desarrollo o

modelo asistencial?PRESUPUESTO FEDERAL 2016

La administración de Enrique Peña envío al Congreso Federal el proyecto

de estructura programática para 2016; propone que para el Proyecto

de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2016 se eliminen 56 pro-

gramas presupuestales.

Con la propuesta, el número de programas considerados por el gobierno

bajaría a 851, desde los mil 97 programas que operan en 2015, es decir una

disminución de 246 programas o 22.4 por ciento. También se crean cuatro

nuevos; dos en la Secretaría de Educación Pública y otros dos en Salud.

Además se resectorizan siete programas, lo que significa que antes un pro-

grama lo llevaba una dependencia y ahora se considera que es mejor que

esta política pública la haga otra dependencia.

Uno de los programas que se propone resectorizar es el del Instituto Na-

cional de la Economía Social (INAES), que actualmente está en la Secre-

taría de Economía y pasa a la Secretaría de Desarrollo Social fusionándole

el Programa de Opciones Productivas de la última dependencia. Con el fin

de articular y promover que las personas en situación de pobreza cuenten,

en una sola instancia, con acceso a recursos que les permitan desarrollar

proyectos sustentables y productivos que mejoren su calidad de vida.

Con esta propuesta enviada al Congreso, la administración de Peña Nieto,

genera un retroceso a la política pública de la economía social, al qui-

tarle la transversalidad en materia económica y productiva y otorgarle una

visión paternalista y asistencialista en SEDESOL.

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La lucha en la gran mayoría de los organismos del sector de la economía so-

cial y solidaria en México, ha sido que en dicha política deben eliminarse los

esquemas asistencialistas o paternalistas del Estado e impulsar el desarrollo

de las empresas de la economía social como una parte fundamental para

abatir la pobreza; la economía social en los últimos años, se ha conver-

tido en una opción real para apuntalar el desarrollo nacional y regional, así

como un factor para combatir la pobreza.

Desde mi punto de vista, la dadiva no eliminará la pobreza en el país, sino

la implementación de una política pública sustentable, humanista y no

asistencialista, que permita la capacitación integral y el apoyo a las empresas so-

ciales. Es necesario, desarrollar las cadenas de producción primaria, y la

competitividad de las empresas sociales; actualmente, tenemos excelente

producción en maíz, frijol, azúcar y otros productos, pero no se pueden

comercializar porque los esquemas no lo permiten y los grandes benefi-

ciados son los intermediarios y las cadenas comerciales transnacionales.

Necesitamos cambiar el modelo actual y fortalecer competitivamente las

empresas sociales de producción y desarrollar las comercializadoras sociales.

Fotografía: Archivo Redes

Programa Estatal de Fomento a la Inversión Productiva del Estado de Hidalgo Comenzó

en 2005, con la Ley de Fomento Económico del Estado de Hidalgo de 2001 como marco

normativo legal. De 2005 a 2011, el PFIP apoyó económicamente 455 sociedades

cooperativas, consolidando y creando 5437 empleos formales.

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2016En otras partes del mundo, la Economía Social es “un elemento dinamizador

de las economías nacionales, que puede absorber una importante mano

de obra y generar un creciente aporte al PIB de una economía nacional”

como un dato las organizaciones de la Economía Social en los 25 países

más desarrollados del mundo, emplearon a 5.9% de la Población

Económicamente Activa.

En términos generales, la política pública actual de la intervención del INAES

es un programa de fomento. Para motivar que más grupos conformen or-

ganizaciones de Economía Social, el programa propone una estructura de

incentivos y acompañamiento con el que se pretende incidir directamente

en su creación y consolidación. El esquema de incentivos esta diferenciado

de acuerdo con los objetivos y las metas planteadas por el Programa. Con-

ceptualmente, el fomento es un tipo de exhortación ya que la organización

gubernamental encargada de llevar a cabo las actividades establece un

cierto número de beneficios a aquellos beneficiarios que cumplen con los

requisitos propuestos en un determinado tiempo.

Por ello es necesario que el programa de Fomento a la economía Social

y Solidaria, se mantenga dentro del sector económico y no del sector so-

cial; y la meta en los próximos tres años debe ser que el Sector Social de la

Economía se consolide como una opción de inclusión productiva, laboral y

financiera. Y contribuya decididamente a la conservación de los recursos

naturales y a aminorar el deterioro del medio ambiente, a la generación de

empleos bien remunerados, y al impulso del crecimiento económico del país.

Por Juan Castillo Escamilla

Programa General de Fomento Cooperativo del Distrito Federal hacia principios de

2010 un total de 6 Delegaciones contaban ya con áreas de Fomento Cooperativo y los

avances logrados en el Padrón Cooperativo arrojaba la existencia de 344 cooperativas

de diversos giros. a partir del 2012 el Programa incluyó un componente de financiamiento

que permitió apoyar económicamente a 105 cooperativas, consolidando y creando 1,462

ocupaciones.

Page 17: Redes solidarias

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Simiatug Samai una experiencia de economía solidaria en Ecuador

Simiatug Samai es una asociación de

mujeres de la parroquia de Bolívar,

Ecuador, que trabaja el bordado arte-

sanal bajo el esquema de economía

social y solidaria. La crisis económica y

la adopción del dólar como moneda

en el país a principios del año 2000,

son el contexto del nacimiento de esta

agrupación.

Ante la desesperanza, la comunidad

aprovechó las habilidades artesanales

de un grupo de mujeres para elaborar

y comercializar diversos productos con

temas distintivos de la vida indígena del

lugar. Al paso de cuatro años de su con-

formación, en el 2004, obtuvo la person-

ería jurídica que la acredita como Aso-

ciación de Desarrollo Integral Simiatug

Samai, y se expandió a otras comunidades. Actualmente, la agrupación es apoya-

da por el Instituto Nacional de Economía

Popular y Solidaria del Ecuador, para la

puesta en marcha del proyecto de coin-

versión línea de calzado, que incluye la

elaboración de zapato y zapatilla de

calidad que cumplan las expectativas

del mercado.

Fotografías: www.simiatug.com

*Información tomada del portal del Instituto Nacional de Economía Popular y Solidaria de Ecuador. Asociaciones de la EPS, julio de 2015.

Page 18: Redes solidarias

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“Diario ponen huevo mis gallinas, de ahí tengo para darles de desayunar a mis niños.

Antes, cuando yo no tenía (dinero) a veces se iban a medio desayunar pero ahora, gra-

cias a Dios que tengo esas gallinas y de ahí les doy para que desayunen o que coman

cuando llegan.

Ya les hago con una salsa (huevos) o les hago así solos o se los hiervo según, pero ahora

sí comen, comen bien y yo me siento orgullosa con mis gallinas. Lo que me sobra lo

vendo, todo lo vendo, ya tengo mis pedidos por semana.”

(Paula Mejía Mendoza, viuda de 75 años, representante de una de las familias beneficiadas.)

Producción avícola de doble propósito, una experiencia de economía solidaria en

localidades del Municipio de Huichapan, Hidalgo.

Fotografía: Brisa Elena Chávez Mejía

Page 19: Redes solidarias

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Este es el testimonio de una de las ochenta familias favorecidas

de ocho localidades del Municipio de Huichapan, Hidalgo, desde

el 2014, donde se han instalado ochenta módulos de producción

avícola doble propósito de traspatio, de la Línea genética Rhode

Island, para favorecer la autosuficiencia y seguridad alimentaria de

familias en condición de vulnerabilidad; dinámica que se impulsa

con la coparticipación del Instituto Nacional de Desarrollo Social

(INDESOL) y la organización Pueblos Que Hablan, A.C.

En Pueblos Que Hablan, orientemos, capacitamos y fortalecemos las

capacidades de las personas, familias y comunidades, facilitando

instrumentos para que ellas mismas logren reconocer, visibilizar y

fortalecer estas iniciativas de emprendimiento solidario.

Los módulos instalados tienen una superficie de cinco metros cuadrados,

con capacidad para treinta aves y equipados con lo mínimo necesa-

rio para un buen proceso productivo, como perchas, nidos, camas,

comederos, bebederos y cortinas.

Las aves entregadas a cada una de las familias consistió en nueve

gallinas y 1 gallo de la línea genética Rhode Island de 20 semanas

de edad. Se les brinda a las familias talleres, capacitación, asistencia

técnica en el manejo zootécnico, calendario de vacunación y va-

cunación, además de programa de reemplazo de parvada a las y

los beneficiarios.

Originalmente, la meta de producción fue lograr, al menos, quince

docenas de huevo mensuales por familia, no obstante, por el aumen-

to de aves por módulo gracias al buen manejo, la producción ha sido

mayor, logrando excedentes de huevo y carne de gallina.

Page 20: Redes solidarias

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Fotografía: Brisa Elena Chávez Mejía

Si bien es cierto, el objetivo de este proyecto ha sido la autosuficiencia

y seguridad alimentaria de las familias, el excedente de producción

de huevo y carne ha propiciado su comercialización con vecinos y

familiares, colocando anuncios de venta en puertas y ventanas de

sus hogares, incluso, han alcanzado a clientes con mayor demanda

de huevo, tales como dueños de panaderías, tiendas y recauderías.

Estas acciones han generado vínculos de solidaridad entre ellos.

Hacer algo juntos, compartir objetivos e intereses comunes, tener

condiciones socioeconómicas similares, pertenecer a la misma locali-

dad y experimentar los mismos problemas, necesidades y situaciones,

hace posible que se comprometan y colaboren en este proyecto.

En este sentido, los miembros de Pueblos Que Hablan, contribuimos

activamente en la construcción de una sociedad justa y solidaria,

desarrollando nuestra labor en tres ejes, principalmente: económico,

Page 21: Redes solidarias

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social y cultura solidaria, mediante el impulso de la participación de-

mocrática y autogestiva, en lo individual y en lo colectivo.

La producción avícola de traspatio de estas familias constituye una

forma real y concreta de desarrollo alternativo, sustentable e integral.

Para la mujer, representa la posibilidad de un proceso de empoderamiento,

orientado en la perspectiva de la economía de solidaridad y de experi-

mentar otra forma de trabajo, producción y consumo; incentivando

en ellas iniciativa, creatividad e igualdad de oportunidades.

En la medida que realizan lo que quieren, sus testimonios, por sí mis-

mos, invitan a vecinos a que se sumen a esta experiencia, para re-

producir un mayor número de aves y haciendo crecer sus módulos y

vendiéndoles huevo fértil; para los que se suman, el camino es más

fácil porque aprenden de los pioneros, los cuales están dispuestos a

compartir su experiencia y enseñar lo que han aprendido.

La economía solidaria es una realidad, hay algo de ello en cada una

de estas familias emprendedoras. No podemos hablar aún de metas

logradas ni de escenarios perfectos, pero sí de esfuerzo, iniciativa y

experiencia; se trata de un proceso que va iniciando pero que es

real, cuyos caminos recién empiezan a ser recorridos, pero que ya

muestran numerosos avances y logros.

Por Brisa Elena Chávez Mejía

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Fechas para recordar

Septiembre, mes de la patria.

Septiembre 19 de 1985. La Ciudad de México es sacudida por

un terremoto de 8.1 en la escala de Richter, con duración de 90

segundos y provoca una de las peores tragedias del país.

Septiembre 22 de 1910. Se inaugura la Universidad Nacional de

México, actualmente Universidad Nacional Autónoma de México.

Septiembre 21. Día Internacional de la Paz.

Septiembre 24 de 1982. Abre sus puertas el Museo Nacional de

Culturas Populares.

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Page 24: Redes solidarias

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