reconstrucción del día 14 de septiembre de 1973 a partir de la memoria oral

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Reconstrucción del día 14 de septiembre de 1973 a partir de la memoria oral Tesis de Grado para optar al Título Profesional de Periodista y al Grado de Licenciado en Comunicación Social José Miguel Burgos Bravo Maryan Henríquez Ayala Universidad de Playa Ancha (Chile) Resumen Esta investigación propone una reconstrucción periodística de la balacera ocurrida en Valparaíso el 14 de septiembre de 1973, a partir de los relatos y recuerdos recolectado a través de entrevistas. Con este trabajo se pretende rescatar este hecho del silencio en que fue sumido producto de la censura existente en la época y desmitificar las versiones que se formaron a partir de la especulación y el vacío de informaciones de prensa oficial. Palabras clave: Reconstrucción / 14 de septiembre 1973 / Memoria / Relatos Orales / balacera Abstract This research proposes a journalistic reconstruction about the shooting that occurred in Valparaiso on September 14, 1973, from the stories and memories collected through interviews. With this work we aim to recover the silenced facts which were censored in the past to demystify the versions that were formed from the vacuum of official press reports and speculation during that time. Key words: Reconstruction / September 14 of 1973 / Memory / Presentación Esta investigación se centró en reconstruir periodísticamente los acontecimientos registrados en Valparaíso el 14 de septiembre de 1973, a partir de la memoria oral recogida de las fuentes que participaron directa e indirectamente en ese difuso hecho. El estudio que presentamos es de carácter descriptivo cualitativo, y las técnicas utilizadas para la obtención de datos fueron principalmente la entrevista testimonial a testigos y protagonistas del hecho. También se realizaron entrevistas en profundidad a historiadores y académicos que aportaron las bases metodológicas de la investigación y contribuyeron a desmitificar algunos supuestos acerca del carácter de este episodio que, por las razones propias de la época, fue escasamente cubierto por la prensa. Dadas las características del acontecimiento y la escasez de fuentes disponibles, nos hemos abocado a describir en forma general lo que los testigos y actores recuerdan, para tener una visión aproximada de lo que pasó aquella tarde. Al finalizar la investigación pudimos verificar la ocurrencia del acontecimiento y su permanencia en la

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Tesis de Grado para optar al Título Profesional de Periodista y al Grado de Licenciado enComunicación Social

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Reconstrucción del día 14 de septiembre de 1973 a partir dela memoria oral

Tesis de Grado para optar al Título Profesional de Periodista y al Grado de Licenciado enComunicación Social

José Miguel Burgos BravoMaryan Henríquez Ayala

Universidad de Playa Ancha (Chile)

Resumen

Esta investigación propone una reconstrucción periodística de la balacera ocurrida en Valparaísoel 14 de septiembre de 1973, a partir de los relatos y recuerdos recolectado a través de entrevistas.Con este trabajo se pretende rescatar este hecho del silencio en que fue sumido producto de lacensura existente en la época y desmitificar las versiones que se formaron a partir de la especulacióny el vacío de informaciones de prensa oficial.

Palabras clave: Reconstrucción / 14 de septiembre 1973 / Memoria / Relatos Orales / balacera

Abstract

This research proposes a journalistic reconstruction about the shooting that occurred inValparaiso on September 14, 1973, from the stories and memories collected through interviews. Withthis work we aim to recover the silenced facts which were censored in the past to demystify theversions that were formed from the vacuum of official press reports and speculation during that time.

Key words: Reconstruction / September 14 of 1973 / Memory /

Presentación

Esta investigación se centró en reconstruir periodísticamente los acontecimientos registrados enValparaíso el 14 de septiembre de 1973, a partir de la memoria oral recogida de las fuentes que participarondirecta e indirectamente en ese difuso hecho.

El estudio que presentamos es de carácter descriptivo cualitativo, y las técnicas utilizadas para laobtención de datos fueron principalmente la entrevista testimonial a testigos y protagonistas del hecho.También se realizaron entrevistas en profundidad a historiadores y académicos que aportaron las basesmetodológicas de la investigación y contribuyeron a desmitificar algunos supuestos acerca del carácter deeste episodio que, por las razones propias de la época, fue escasamente cubierto por la prensa.

Dadas las características del acontecimiento y la escasez de fuentes disponibles, nos hemos abocado adescribir en forma general lo que los testigos y actores recuerdan, para tener una visión aproximada de loque pasó aquella tarde.

Al finalizar la investigación pudimos verificar la ocurrencia del acontecimiento y su permanencia en la

memoria de quienes colaboraron con este trabajo, a pesar de lo confuso de los hechos y el desconocimientoexistente. A 35 años de lo ocurrido, no ha habido otro estudio que dé respuesta a las interrogantes que laprensa de la época no supo o no pudo responder.

Esta investigación pretende despejar las interrogantes sobre lo acontecido, con el fin de aportar a larecuperación de la memoria colectiva perdida tras los trastornos producidos por el contexto político de laépoca.

Metodología

En la presente investigación se utilizó el método Cualitativo Descriptivo, dado que la finalidad delestudio fue la reconstrucción de un hecho del pasado a través de relatos y vivencias personales, lo queaportó un factor de subjetividad que se hizo manifiesto tanto en las fuentes como en la interpretación quenosotros, como investigadores dimos a los hechos relatados.

El relato se estructuró en dos líneas fundamentales: desde un acercamiento a la reconstrucciónhistoriográfica de los hechos, basado en las fuentes documentales y orales de que dispusimos;posteriormente se incorporaron los relatos del día 11 y 14 de septiembre recogidos durante la investigación.

Además, se agregaron algunos relatos de prensa para contrastar los testimonios de los entrevistadoscon la versión de los hechos que fue publicada por los diarios circulantes.

Los relatos se entrecruzaron para determinar coincidencias y contradicciones que nos guiaron en lareconstrucción de aquel día, intentando, en el caso de la primera parte, ordenar los episodios recordadossegún las horas en que estos ocurrieron, corroborando la veracidad de cada testimonio.

Reconstrucción de las memorias orales sobre el 14 de septiembre de 1973 en Valparaíso

La madrugada del 11 de septiembre de 1973, el profundo silencio de la noche fue interrumpido por elruido de las botas que corrían sigilosas por las calles principales de Valparaíso. En el mar, buques de guerrade la Armada, que regresaban anticipadamente de una supuesta operación UNITAS, daban señales a unpuerto dormido que aquel día no sería uno más del calendario.

La rutina de los porteños fue alterada abruptamente por un Golpe de Estado cuya gestación tuvo susorígenes en Valparaíso, y que a las cinco de la mañana de ese día llegaba como un trascendido no oficial ala casa del Presidente Salvador Allende en Santiago, de boca del general Urrutia, subdirector deCarabineros. El oficial “afirmó al Presidente que tropas de la Armada estaban movilizándose por las callesde Valparaíso. No había razón aparente que lo justificara”.[1]

Con el pasar de las horas de aquel martes 11, la confusión campeaba entre los porteños que,acorralados entre los cerros, miraban de brazos cruzados cómo las tropas militares dominaban el puerto sinpoder hacer nada para impedirlo. Otros observaban expectantes el despliegue de las ramas militares a laespera de retomar la tranquilidad y el orden que tanto anhelaban.

El día 11 en la mañana, mi padre … salió de la casa y alcanzó a bajar lacalle Malfati (en el cerro Los Placeres), pero al llegar a la avenida Placeres,que es la calle donde está la Universidad Santa María, se encontró con unosmarinos que no lo dejaron seguir caminando, … pero le dijeron que no sepodía pasar, que tenía que devolverse a la casa. Hasta ese momento no

sabíamos nada de lo que estaba pasando realmente[2].

En los días posteriores al Golpe los porteños siguieron el proceso con relativa tranquilidad,adecuándose a las reglas impuestas por el régimen, a pesar de estar sometidos a un clima de temor eincertidumbre. Los días 12, 13 y 14 estuvieron marcados por el toque de queda y la permanente presenciade efectivos militares en las calles, sembrando un clima de guerra que les permitía tener un control absolutosobre la población.

Sin embargo, la prensa local daba cuenta de que, posterior al Golpe, se había mantenido un estado derelativa tranquilidad y que la situación en el puerto estaba bajo absoluto control, a pesar de que se realizaronallanamientos y detenciones desde los primeros días.

Valparaíso. Un panorama de absoluta tranquilidad y normalidad reina enesta provincia después que las Fuerzas Armadas y Carabineros tomaron ladirección política, económica y administrativa, bajo el mando delcontraalmirante Adolfo Walbaum Wieber, Intendente de Valparaíso ycomandante en jefe de la Primera Zona Naval [3]

Las particulares características que tuvo el Golpe en Valparaíso provocaron una especie de indefiniciónen la mente de los porteños, los que aún no lograban asimilar el hecho, ni dimensionar las tremendasconsecuencias que éste tendría en el desarrollo de los acontecimientos posteriores.

Los temores, ingenuidades e impotencias de la militancia post Golpe de Estado

Ante el Golpe, los partidos de izquierda se vieron en una encrucijada que se resolvió de forma más omenos previsible. Se apostó a un resguardo de los militantes para intentar más adelante una reagrupación ydesde allí tejer una estrategia que les permitiera hacer frente a la embestida de los militares, pero cualquiertentativa, como se vio después, estaría destinada al fracaso.

La necesidad de comunicarse, a pesar de las cortapisas y controles interpuestos por los militares, y laausencia de un sistema que les permitiera interconectarse en caso de que ocurriera una eventualidad, comola que estaba sucediendo, hicieron que muchos de los hombres y mujeres que quisieron rearticularserecorrieran largas distancias a través de los cerros para lograr un punto de contacto y coordinar algunaactividad que posibilitara la gestación de un movimiento de resistencia.

Así, la comunicación de boca en boca, a través de mensajeros, sirvió de enlace entre quienes seencontraban a resguardo en casas de seguridad y los que desde afuera enviaban las informacionesnecesarias para los que estaban incomunicados.

Sin embargo, a pesar de la inconsistencia y precariedad de la situación militar de la izquierda, losimpulsos, los sentimientos y la necesidad de generar una respuesta, por lo menos desde el sector de lamilitancia que estaba dispuesto a rearticularse y luchar, condujeron a ciertos grupos, que aún estabanoperativos, a valerse de todos los medios disponibles para planificar una acción, prescindiendo de losconductos regulares de los partidos y sus estructuras orgánicas.

La planificación previa y las coordinaciones para la resistencia

Los días anteriores a la balacera del viernes 14, un grupo de militantes de izquierda, cuyos partidos seencontraban, a esa altura, descabezados y dispersos, se reunió en una cancha de baby fútbol en el cuartosector de Playa Ancha, para coordinar algún tipo de acción. La mayoría de los dirigentes y militantes estabaa la expectativa de lo que fuese a ocurrir, o bien, intentando comunicarse de alguna forma, debido a que laslíneas telefónicas estaban cortadas desde el día 11 y no se podía utilizar la radio. Aún así, este reducidogrupo logró ponerse en contacto y darse cita para estructurar un plan de resistencia.

Tito, militante del MIR quien no quiso entregar su verdadero nombre por razones de seguridad, participóde esta reunión de coordinación, en que se definiría el plan de acción para el movimiento de los díasposteriores.

Entonces logramos hacer contacto con los socialistas, sería interesanteque conversaran con él, el abogado Emilio Contardo … él era uno de los jefesde Los Elenos, que era esta facción al interior del Partido Socialista, y queplanteaba una tesis similar a la del MIR en el PS; entonces, como había unacorrespondencia con ellos, decidimos juntarnos el día trece en la tardecita meparece que fue, en el cuarto sector de Playa Ancha, en donde había unacancha de basquetball o de babyfutbol, a jugar un pichangueo y a hacer unareunión. Ellos se comprometieron a llevar gente del PC … y llega tambiéngente del MAPU, que por cierto no tenía mucha.[4]

Emilio Contardo participó de esta reunión y reprodujo el diálogo que sostuvo con su acompañante enuna casa de seguridad en Playa Ancha y la cita con los militantes comunistas, del MIR y gente del MAPU.

y quedamos que a las tres y media nos íbamos a juntar, ¿Dónde?, Enuna cancha que hay aquí, que yo no se donde está, llévame tú. Y él me dijo,ya, vamos, yo te acompaño. Llegamos y ya estaban los camaradascomunistas, entonces sentados, unos adelante, otros atrás, y conversando sinmirarnos las caras para que no pareciera que estábamos reunidos y dicen…‘Mira huevón, nosotros todavía no tenemos noticias, no sabemos dónde, quépasó con el Comité Regional, no hemos tenido nada, y no podemos actuar sino nos dice ‘upa’ el Comité Regional. [5]

El citado encuentro puede ser considerado como el antecedente de una acción de resistencia que setransformaría en el primer intento de las estructuras partidarias de la UP en Valparaíso, a tres días delGolpe, pensada como una forma de contrarrestar el avance de los militares.

Con la mayor parte de las cúpulas dirigentes en estampida, los pocos militantes que lograroncontactarse y establecer una coordinación, actuaron casi en forma espontánea, ante la precaria y riesgosasituación que se vivía en el puerto.

Una catarsis inesperada, el inicio de la balacera

Eran casi las siete de la tarde del viernes 14 de septiembre y los porteños que aún estaban en la calle

se apresuraban por llegar a sus hogares antes del toque de queda. Había tensión en el ambiente. Aquellatarde primaveral parecía anunciar que algo ocurriría.

De pronto desordenados estruendos de balas se hicieron sentir en diversos puntos de Valparaíso, casisimultáneamente, los que fueron precedidos por intensas ráfagas de ametralladoras, que anunciaban queaquella no sería una de las breves y aisladas balaceras de los días anteriores.

A esa hora los militantes, coordinados el día anterior, ya estaban apostados en los lugares asignados yse disponían en posición de ataque, con el temor y la incertidumbre que la riesgosa acción que intentabaninfundía en sus corazones.

Mientras tanto, la esperanza de quienes añoraban una respuesta armada al Golpe de Estadoreverdecía con la idea del inicio de la resistencia, y a la vez, el temor y el pánico hacían presa de los máspesimistas y de los que entendían que estaba sucediendo.

Tito, según cuenta, era uno de los participantes de las coordinaciones y de la acción que marcaría elinicio de la balacera por lo menos para el sector de Playa Ancha. Él relata que la maniobra se habríacoordinado para las 12 de la noche, pero que decidieron adelantarla por los inconvenientes que generaría latranquilidad de esa hora para una operación de tales características. Además, el horario de la acción habríasido filtrado por la inteligencia naval que desde las 15 horas ya se preparaba para un supuesto contraataquede las fuerzas de izquierda.

por eso decidimos que había que adelantar esto, ¿Pero cómo?, nohabían teléfonos, no había radio, no existía el teléfono celular, decíamos: ‘perosi ellos saben que se va a dividir (la marinería), les podemos generar unaconfusión, que por lo menos comiencen a disparar para que se enteren loscompañeros que hay que actuar rápido’, porque además, el toque de quedaera a las siete de la tarde, y nosotros íbamos a atacar a las doce de la noche,ya era una ciudad congelada, entonces decíamos, ‘mira la cagada queestamos haciendo’, y estos otros socialistas no saben esta huevada. Nosupieron, nadie fue capaz de prever que esta acción se iba a hacer en unaciudad congelada, a medianoche, donde los únicos que se iban a desplazareran los guerrilleros urbanos y las Fuerzas Armadas en jeep disparando ymatando como pajaritos, entonces nos dimos cuenta de ese error[6]

Según lo narrado por el propio Tito, sin comprender el funcionamiento de los juegos de inteligencia, losmilitantes que participaron de la coordinación invitaron ingenuamente el día antes de la balacera, a un sectorde la población a participar de este ‘levantamiento popular’ contra el Golpe, incluyendo al personal de la bajamarinería que se encontraba apostado en las barricadas cercanas al lugar donde estos se encontraban.

Una vez que se dieron cuenta de esto, buscaron con urgencia una solución para precipitar elenfrentamiento, de manera tal que alertara al resto de los grupos coordinados que se encontraban en otrossectores de Valparaíso.

Después de entender que nos habíamos mandado la cagada decidimosprecipitar esto, ¿Cómo lo vamos a precipitar?, (se preguntó) vamos a atacar

una barricada, ¿Qué es lo que había?, puta había un revolver 22 argentino,nada más ¿Pero qué barricada íbamos a atacar?, entonces decidimos atacarla barricada que está en la Escuela Naval.

Y como nosotros conocíamos a fondo cada centímetro de la geografía deesos cerros, del Cordillera, cerro Toro, de Playa Ancha, sabíamos que sinosotros hacíamos esto antes del toque de queda, eso era a las siete, si lohacíamos, a las seis diez, seis y cuarto, podíamos ir con un vehículo desdeabajo, dispararle a esa barricada e íbamos a precipitar algo, eso fue lo quedecidimos …

Y nos robamos una camioneta, partió, yo iba manejando, nos pusimosdetrás de unas micros que doblaban, y le mandamos como cuatro tunazos a labarricada, y después nos fuimos detrás de la micro, y empezó una balaceraasí, increíble.[7]

El cadete naval situó el inicio de la balacera alrededor de las 20:00 horas, cuando en su Escuela se dala orden de cubrir las posiciones de combate.

El día 14, yo creo que fue un día normal hasta como a las 3 de la tarde. Aesa hora llegaron informaciones de inteligencia, y se juntó a toda la escuelapara informarnos que la cuestión venía dura, y se mandaron a cubrir lospuestos de guardia y atrás de la escuela.

En la noche, ya como a las 20:00 horas, se tocó el zafarrancho decombate … todos los que estaban en los puestos estaban con armamento,con munición y con comunicaciones con el eje central, listos para repelercualquier ataque.[8]

La inquietud al interior de las filas de los cadetes navales era evidente; tenían poco tiempo deentrenamiento y nunca se habían encontrado en una situación de combate real. Aquel sería su “bautismo defuego”.

El profesor Claudio Díaz, coincidiendo con Tito, afirma que la hora de inicio de la balacera tuvo lugarantes de las 19 horas, ya que según él, para ese horario se habría fijado el toque de queda.

Como 15 minutos antes del toque salen frescos y salen rajadosescapando por el Barón, exactamente a las siete, en todos los puntos de laciudad al mismo tiempo … se forma un taco en un segundo en Barón, unmega taco, ya que se propagó muy rápido por la avenida España y, los másastutos lograron salir rápido y se fueron por Santos Ossa, a los dos minutoshabía un taco en Santos Ossa, porque también estaba disparando allá.

Así que la ciudad quedó bloqueada por las dos únicas vías de automóvilque habían; después ya estaban lo caminos por los cerros que son para

expertos, pero tampoco se pudo, porque poco después ya había baleo en todala ciudad[9].

Si bien la hora en que se comienzan a sentir los primeros disparos varía entre las fuentes, la mayoríacoincide en que sería entre las 18:00 y las 19:00 horas del día 14. Este horario coincide además con elseñalado por los testimonios como el del toque de queda, que sería a las 19:00 horas.

A pesar de las coincidencias en los relatos, no ha sido posible encontrar una versión clara de la hora enque se establece la medida el día 14 en Valparaíso. Cabe suponer que la hora de inicio de la balacerapodría haber diferido según el lugar en que se verificaron los hechos. Aún así, todos los entrevistadoscoinciden en que fue al anochecer, por lo cual, la evidencia indica que el horario de inicio de la balacera tuvolugar a la hora antes señalada.

Por otro lado, el sector en donde se iniciaron los disparos no pudo ser establecido con claridad en lainvestigación, dado que el acontecimiento no se restringió a una zona específica, sino que tuvo diversosfocos en todo Valparaíso.

Finalmente, el relato de Claudio Díaz hace alusión a una gran congestión vehicular en la Av. Argentinaproducto del caos que provocaron las balas entre los automovilistas y transeúntes. Este hecho fuecorroborado por las versiones de prensa.

Los escenarios de la balacera

En el mapa de la ciudad de Valparaíso que se muestra a continuación, se detallan los lugaressindicados por las fuentes como focos de las acciones acontecidas la noche del 14 de septiembre de 1973en Valparaíso. También se incorporan los sitios en donde se registraron muertes comprobadas tanto por losrelatos de los testigos como por las fuentes bibliográficas.

El objetivo de incorporar este mapa responde a la inquietud de poder graficar una vista general de lospuntos en donde se pudo establecer que hubo enfrentamientos.

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Valparaíso bajo fuego

Con el pasar de los minutos la balacera fue recorriendo los rincones de Valparaíso entre los distintospuntos donde hemos podido registrar acciones armadas. Los estruendos quebraron el silencio de la tarde ynoche, y la tensa calma que se había apoderado de los días previos, mientras muchos porteños oíanaterrorizados el sonido de las ráfagas y los disparos. Afuera, mientras el sol se ocultaba, grupos de hombresy mujeres se desplazaban entre las sombras parapetándose entre las escaleras y recovecos del puerto, enuna acción que algunos calificarían de heroica y otros simplemente de ingenua y suicida.

Quizás Playa Ancha fue el sector en donde el fuego fue más nutrido, y en donde abarcó más espacio,tal vez, por la presencia en el lugar del Regimiento Maipo y la Escuela Naval.

¿Cómo partió esto? Partió con una balacera en el sector del Maipo, cercade las 8 de la noche o algo así. Esa balacera se trasladó hasta las callesaledañas que bajan en dirección a la Caleta el Membrillo. Estos gallos separapetaron ahí, y le dispararon al Maipo y le dispararon a la Escuela, y de ahídesaparecieron; y los huevones nos agarramos a balazos con el Maipo, (seríe) obviamente si te disparan de allá tu disparas hacia el mismo lado, pero erael Maipo el que estaba disparando para acá, hasta que alguien se dio cuenta yparó este cuento.

Después se fueron a la torre de lo que era la Escuela de Medicina, la torrede la Universidad de Valparaíso, ahí se metieron y dispararon a la escuela ynos dispararon a nosotros.[10]

Así describió el inicio de la balacera el cadete naval, quien vivió el hecho desde dentro de la escuela ypudo enterarse de mayores detalles a través de los relatos de sus propios compañeros.

Desde la ventana de su dormitorio en la avenida Pacifico, Hermes Salazar, con sus 12 años, fue testigode la balacera del 14 en el sector de Playa Ancha. Desde allí pudo ver con detalles el enfrentamientoocurrido en la torre de la Facultad de Química y Farmacia de la Universidad de Chile.

hubo baleos en el sector del Regimiento Maipo y la Escuela Naval. Lavisión que yo tengo, de lo que pudo haber ocurrido en ese sector,principalmente en lo que era la Facultad de Química y Farmacia de laUniversidad de Chile en ese entonces, es que unos niños, unos cabrosjóvenes, de entre unos 25 o 20 años, se atrincheraron allá en la Escuela deQuímica y Farmacia y ahí empezaron a disparar. Desde mi casa se podía verque los acribillaron a balazos, con metralletas, todo eso. Ahí estabaninvolucrados tanto Infantes de Marina como militares…entonces entre ellos fuetodo, el… como te dijera... se dieron la facultad para poderlos acorralar y notuvieron escapatoria y les empezaron a disparar para arriba no más a todo loque dio …. Aún están las marcas del ametrallamiento que le pegaron ahí, lasráfagas de metralleta que les tiraron por todos lados, fue una cosa que duró…

tiene que haber durado alrededor de unas tres o cuatro horas…más menos.[11]

Según los relatos recogidos en la investigación, uno de los lugares en donde se registró mayor actividadaquel 14 de septiembre, fue Playa Ancha, principalmente el área en que se encuentran la Escuela Naval, laFacultad de Química y Farmacia, de la hasta entonces Universidad de Chile; el Instituto Pedagógico de lamisma universidad, el Parque Alejo Barrios, y más arriba, el Regimiento Maipo, y el paseo 21 de Mayo.

En estos lugares el hecho habría respondido a una confusión entre los efectivos militares,probablemente provocada por la acción de terceros al inicio de la balacera. Sin embargo, no se han logradocorroborar las identidades de los involucrados en el suceso, ni qué grado de influencia tuvieron en la citadaconfusión.

Por otro lado, las marcas de los rebotes de múltiples balas que aún se advierten en la torre de laFacultad de Química y Farmacia, y los relatos de algunos entrevistados indican que, efectivamente, hubouna persona que logró apostarse en lo alto de dicha torre y efectuar algunos disparos, recibiendo comorespuesta la acción de los militares del Regimiento Maipo y de la Escuela Naval. Sin embargo, sedesconocen mayores detalles del episodio, así como del destino del sujeto, el que tampoco ha logrado seridentificado.

A poco andar la balacera ya envolvía gran parte del puerto. Desde que se habían iniciado los disparoslos focos de enfrentamientos se multiplicaban por doquier generando una sensación de caos generalizado.

La noche caía sobre Valparaíso mientras retumbaban los estallidos de las armas y silbaban las balaspor entre las casas. La incertidumbre era total; nadie tenía idea de qué sucedía afuera; sólo escuchaban elensordecedor ruido de la balacera.

En la Plaza Victoria y sus alrededores el movimiento era bastante intenso. La agitación de los efectivosmilitares y el movimiento de algunos civiles en la calle daban indicios de que algo sucedía allá afuera.

Desde los edificios colindantes a la plaza algunas personas pudieron advertir cómo un pequeño grupode hombres era encañonado y golpeado por militares, mientras, como telón de fondo de aquel ocaso, seoían los disparos en lugares cercanos y también a lo lejos.

Ximena Leiva, con 12 años a la fecha del hecho, presenció desde la ventana de su casa parte de labalacera que se desarrolló en el centro de Valparaíso, en calle Edwards al llegar a avenida Independencia.

Entonces empezaron a sonar algunos disparos, se empezaron a sentirmuchos en la vereda donde nosotros estábamos, y luego cuando empezaron aser demasiado insistentes, llegó Carabineros, pero también llegaron milicos;nosotros nos asomamos a ver, y pronto empezaron a decir ¡no se asomen!, yluego se oscureció. Eso debe haber sido como a las 7 u 8 de la noche. Yoscureció, y nos replegaron con megáfonos, nos decían ¡no se acerquen a lasventanas por que pueden correr peligro!, porque varios nos acercábamos yvimos que estaban con luces, y habían disparos y francotiradores al lado deledificio, porque era un edificio antiguo …

sí agarraron a varios, porque a parte de cómo gritaban y todo, en algún

momento, sobre todo mi abuela que era muy osada, se acercó a la ventana,porque escuchábamos los gritos. Los tenían ahí donde está Ripleyactualmente, en ese muro, pero no eran todos, yo tengo que haber visto tres ocuatro y todos eran hombres, pero después de eso seguían los disparos.[12]

Bruno Bernal había comprado un departamento en el mismo edificio en que vivía Ximena Leiva, perocon vista hacia calle Pedro Montt. Desde allí pudo observar lo que podría llamarse un allanamiento al edificiodel diario La Unión, el que por esos días pertenecía al Partido Socialista y había sido objeto de sucesivosallanamientos desde el 11 de septiembre.

Esa noche, como no tenía cama, tenía el departamento desocupado, loúnico que hice fue asomarme por la ventana poniendo los ojitos así para mirarcómo eran los acontecimientos en los alrededores. Así detecté que esa nochea todos los trabajadores del diario La Unión los sacaron a la calle y lostendieron de guata en una hilera; eso es todo lo que vi, y al día siguiente losmarinos estaban recogiendo las vainillas de las balas[13]

Otros testimonios indican que se habrían realizado disparos en otros puntos de Valparaíso,específicamente en el cerro El Litre y el cerro Monjas; además de un fuerte enfrentamiento en la CompañíaChilena de Tabacos, en que habrían estado involucrados militantes de izquierda y trabajadores de la propiaempresa.

En el centro de Valparaíso la evidencia apunta a que los disparos se concentraron en los alrededoresde Plaza Victoria, en las intersecciones de Edwards con Independencia, y frente al edificio del diario LaUnión, actual oficina del Arzobispado de Valparaíso en calle Chacabuco.

No se ha logrado establecer con certeza que se hayan producido ejecuciones sumarias en los lugaresmencionados, aunque tampoco podemos descartar esta posibilidad dado el clima dominante en la época.

A lo largo de la Avenida Argentina también se registraron bastantes disparos. Algunos señalan queestuvieron concentrados en las afueras del Gasómetro de Valparaíso, en los alrededores del ex HospitalDeformes (donde hoy está el edificio del Congreso), además de algunos tiros en las intersecciones de calleVictoria y avenida Colón.

Es en este sector en donde se registran las únicas muertes conocidas producto de la situación que sevivía aquel día, y que corresponden a René Aguilera Olivares, cuyo deceso consta en el Informe Rettig; yademás la niña Soledad Poblete, quien habría encontrado la muerte al interior de su hogar luego de que unabala ingresara a través de una de las paredes que daba hacia la avenida Argentina, y que la impactó en elpecho, lo que le ocasionaría la muerte horas más tardes por las graves lesiones y falta de atención médica.Su deceso no quedó registrado en el informe por decisión de la propia familia.

En el Informe Rettig sí se deja constancia de la muerte de Aguilera:

El mismo 14 de septiembre de l973 muere, René Guillermo AGUILERAOLIVARES, de 41 años de edad.

Ese día, como ya ha sido señalado anteriormente, se produjo un tiroteo enel puerto de Valparaíso. En ese episodio el afectado recibió dos impactos debala que provocaron su deceso en la vía pública.

Conocidos los hechos que condujeron a su muerte esta Comisión se haformado convicción que René Aguilera fue víctima de la situación de violenciapolítica de ese momento.[14]

Osvaldo Muñoz habitante del sector de Ramaditas, frente a la avenida Argentina, militaba enMovimiento Obrero Católico y tenía 22 años. En su relato describe lo que vio desde aquel lugar.

Y ese día que fue la balacera empezó a sentirse un balazo, después otro,luego una ametralladora. Se sentían, las balas… nosotros nos asomábamosdesde los miradores que tiene el cerro y veíamos las luces de colores porarriba de nosotros, y eran balas… ahora me doy cuenta de que eran balas deun calibre más o menos serio. Después, conversando con amigos que sabende armas, decían que eran unas punto 30 que instalaron ahí abajo y que conesas disparaban. Esa balacera fue algo impresionante para nosotros, por lacantidad de balazos que sonaban y que pasaban por encima de nuestrascabezas[15].

A escasos metros de donde se encontraba Muñoz, en la avenida Argentina, a la altura de calle Victoria,Claudio Díaz fue testigo de la balacera producida en esa arteria principal del puerto, observando de cerca laacción que se estaba produciendo en aquél lugar.

En la avenida Argentina se estaba disparando mucho, porque estaba todala respuesta de todos los milicos, marinos y pacos, porque, en general, latécnica era proteger cada esquina con dos tipos, no tenían gente para todaslas esquinas, pero más o menos esa era la norma. Así que había un baleomuy fuerte; yo iba con un amigo que era de estos civiles que trabaja para laArmada, íbamos en el auto y llegamos al taco muy pronto, y este huevónreacciona muy rápido y se va por una calle paralela hacia Santos Ossa…quedamos bloqueados a la altura de Victoria al llegar a la avenida Argentina. Aesa altura había ya un taco y el baleo era muy fuerte. ‘Mira huevón, frena,bajémonos de ésta huevada y tirémonos al suelo de guata, hazme caso a mique tengo entrenamiento’, porque ahí el mayor peligro era… yo vi que eragente muy joven… los milicos, yo lo sabía, tenían apenas seis meses deentrenamiento; un huevón con seis meses y un fusil en la mano es una cosamuy peligrosa.[16]

Los enfrentamientos en este lugar corresponderían, al igual que en los escenarios anteriores, a unintercambio de fuego amigo, y aún no se comprueba si existió acción de militantes o terceras personas que

dieran pié a una confusión inicial de los uniformados.

La niña Poblete y Aguilera son los únicos fallecidos confirmados provocados por la balacera. Ambasmuertes suceden en condiciones que no nos ha sido posible establecer con claridad, aunque en el caso deRené Aguilera la información que manejamos es más confusa y preliminar, a pesar de existir un registroescrito de su muerte.

El final de la noche y el silencio

Luego de la nutrida balacera, los sonidos fueron cada vez distanciándose más, los focos de la supuestaresistencia habían sido acallados por la enérgica respuesta de los uniformados.

Sin embargo, hacía rato que en este concierto solo se escuchaba una voz cantante, que dominaba lanoche con fuerza y fuego.

Así como comenzó, de pronto no se oyeron más tiros, cesó el traqueteo de las ametralladoras y eltronar de las balas, un angustioso silencio volvía a apoderarse de la ciudad. Al día siguiente, seríacomentario obligado, pero las preguntas se multiplicarían tanto como los estallidos de la noche anterior.

La tranquilidad del puerto se vio violentada por disparos que se prolongaron durante varias horas.Algunos testigos señalan que se extendió hasta las 3 ó 4 de la mañana y otros afirman que solo fue hastalas 21 horas. Lo mismo sucede con la intensidad de estos, la mayoría recuerda que el intercambio de fuegofue nutrido en un primer momento, decayendo con el pasar de las horas. Sin embargo, hay quienessostienen que los disparos se dieron en forma intermitente durante toda la noche.

La evidencia recolectada no permite establecer una delimitación exacta de la duración e intensidad dela balacera, sin embargo, puede establecerse que sí hubo una concentración de los disparos durante lasprimeras horas que duró el hecho, y que luego se redujo a focos dispersos en distintos horarios.

La prensa, sus versiones y culpas

La mañana del 15 de septiembre, cuando la balacera ya había cesado, El Mercurio de Valparaísotitulaba en portada “Comandos Suicidadas Originan Terrorismo. Fusilado criminal extremista”, haciendoalusión a la balacera del día anterior. El relato contado por este medio y también reproducido por “La Estrellade Valparaíso”, hacía referencia a un enfrentamiento entre las Fuerzas Armadas y elementos extremistascoordinados, con amplio poder de fuego, que incluía entre las herramientas de combate, armas automáticasy ametralladoras.

Así, los únicos medios circulantes en la región de Valparaíso publicaban en sus artículos informacionessesgadas y manipuladas, basadas en las informaciones oficiales que por lo general, no se apegaban a larealidad de los sucesos. Esto debido a que la mayoría habían sido sacados de circulación y los que semantenían, se regían por las reglas que el Régimen Militar había estipulado 4 días antes en el bando nº 15titulado “ Censura y Clausura de Prensa”:

Se ha designado una Oficina de Censura de Prensa, que funcionará en laAcademia Politécnica Militar del Ejército (San Ignacio Nº 242), que tendrá bajosu control las publicaciones escritas autorizadas; el sistema a utilizar será elde la censura a la edición impresa. Por lo tanto los directores de los diariosmencionados tendrán la responsabilidad de entregar diariamente antes de su

emisión las respectivas muestras para poder proceder a su revisión.

Se advierte que la emisión de todo otro órgano de prensa escrita que nosea la debidamente autorizada, será requisada y destruida [17]

Bajo esta situación, El Mercurio de Valparaíso narró el hecho en portada de la siguiente manera:

Varios comandos suicidas, integrados por elementos terroristas deextrema izquierda, en una acción debidamente coordinada, pretendieron ayertomarse los cuarteles de varias unidades militares y de Carabineros deValparaíso, lo que motivó una intensa balacera, cuya mayor intensidad seregistró entre las 19 y las 21 horas, provocando una extraordinaria alarmapública en los barrios en que se originaron estos sucesos, a la vez que unainusitada congestión de tránsito, ya que quedaron cortadas las principalesarterias de Valparaíso y de comunicación con Viña del Mar.[18]

Con la prensa intervenida por el régimen, los medios de comunicación perdieron parte importante de lainfluencia que tenían como mediadores entre los centros de poder y la comunidad.

La entrega de información sin cuestionamientos por parte de quienes las emitían, no solo hizo evidentela falta de libertad y pluralidad durante la época, sino que también el constante temor al que la sociedad sevio sometida, diluyó por un tiempo el sentido de pertenencia a un grupo de personas, a una colectividad quese relaciona entre sí y que a partir de su conexión se transforma en opinión pública.

Esta situación forzó a los medios a dejar de lado su misión de informar libre y autónomamente a lacomunidad, construyendo una realidad que carecía de verosimilitud y que se volvió ajena a lo que parte delos porteños veía día a día. Así quedó establecido entre las personas que fueron entrevistadas para estainvestigación, muchas de ellas conservan en su memoria recuerdos sobre la balacera que se distancianbastante de la forma en que los medios abordaron el tema.

La intervención de la prensa tuvo como principales objetivos, silenciar las voces disidentes, generar unasensación de control total en la ciudadanía y uniformar los discursos mediáticos. De esta forma, los pocosmedios que quedaron en circulación después del 11 de septiembre, emitían informaciones filtradas por losorganismos de censura y seleccionaban sus temáticas de acuerdo a los intereses de la Junta Militar.

Los medios como el Mercurio de Valparaíso y La Estrella de Valparaíso, así como también RadioAgricultura, por mencionar los que funcionaban en la región, se transformaron en la voz del régimen, yfueron utilizados para lograr los objetivos comunicacionales de la Dictadura.

Conclusiones

A partir de los datos recolectados por esta investigación y del tratamiento de las entrevistas realizadaspodemos concluir que:

1.­ El movimiento del 14 de septiembre de 1973 en Valparaíso respondió esencialmente a un impulsode algunos militantes que lograron coordinarse y actuar. Sin embargo, el curso de acción que siguieron seciñó a las directrices de una planificación previa destinada a la defensa del gobierno, estructurado

fundamentalmente desde el PS. También, que la balacera se habría producido por una confusión entre losefectivos de las Fuerzas Armadas, probablemente ocasionada por la acción de terceros, desconociéndose elgrado de influencia que pudo tener la acción planificada por la militancia en los días previos.

Tampoco se pudo determinar con certeza si este movimiento tuvo otro carácter, por ejemplo, el de unamaniobra de inteligencia de las FF.AA. destinada a detectar los posibles focos de resistencia militante, asícomo también los elementos disidentes al interior de las filas militares.

2.­ Se puede establecer que la balacera se extendió por diversos sectores de Valparaíso casisimultáneamente, pero no queda claro si esta extensión se debe a la coordinación de los elementos de lamilitancia, o a una reacción espontánea de otras personas o grupos.

Los lugares en donde se logró verificar disparos aquella noche fueron, Playa Ancha, principalmente lasinmediaciones del parque Alejo Barrios, Plaza Victoria, Avenida Argentina y el Cerro Barón, a la altura de laIglesia de San Francisco.

3.­ La reunión de coordinación previa al movimiento del 14 tuvo como objeto articular una resistencia algolpe por parte de la militancia. No obstante, como las estructuras dirigenciales estaban dispersas, noexistió una conducción político militar del operativo. En esa reunión hubo pocos dirigentes presentes y unacantidad indeterminada de militantes de los partidos de la UP, los que se concertaron casi espontáneamenteante la necesidad de dar una respuesta armada al Golpe.

A nivel dirigencial no existe una reivindicación de la acción militante del 14, principalmente porque nohubo mayor presencia ni conocimiento de los dirigentes, de lo que se tramaba en la clandestinidad. Por estarazón al interior de los partidos de izquierda no se reconoce ni se da importancia al hecho y más bien se loignora y atribuye a una acción de la inteligencia naval para desarticular a la resistencia.

4.­ Las características que rodearon el hecho, así como el contexto en el que se desarrolló, sugierenque existió violencia política manifiesta y explícita dado que hubo una expresión abierta de un choque entreun poder hegemónico y un poder reactivo, que tuvo características violentas en el marco de un quiebre delorden institucional del país. Este acto puede considerarse una excepción dentro de las condiciones yaestablecidas por los militares y la situación de violencia estatal impuesta, ya que a posteriori no habría otrasmanifestaciones parecidas, por lo menos en la ciudad de Valparaíso.

5.­ La prensa de la época publicó información manipulada y exagerada de los hechos, haciendo alusióna un alto poder de fuego y organización por parte de la militancia de izquierda, elementos que pudieron serdesmentidos por esta investigación. Por esta razón, creemos que quienes recuerdan la acción no seaproximan al relato que la prensa publicó por lo que asumimos que, al ser manipulada por los militares, éstaperdió legitimación entre un sector de la población.

En el caso de la balacera del 14, la carencia de una prensa que hiciese las veces de unificadora de lasmemorias individuales dispersas, permitió que la propia vivencia y recuerdo del acontecimiento dieran pie ala deformación de los hechos y a la creación de mitos en torno a él.

Por lo tanto, en el caso investigado prima una memoria colectiva popular que sustituyó a la visiónimpuesta desde el Estado a través de los medios, y que se enfoca en aspectos de la historia que no sonrescatados por la memoria oficial.

La permanencia de este hecho en el tiempo fue posible gracias a que las memorias individuales de losque vivieron el suceso fueron compartidas por su núcleo familiar que ratificó lo vivido y vinculó estos relatoscon el de su entorno social más cercano, dando valor a la oralidad como herramienta de unión entre ambas

experiencias.

Sin embargo, y a pesar de esta permanencia del recuerdo, los acontecimientos del 14 de septiembre de1973 han vivido en un permanente silencio que ha promovido el olvido del episodio y la pérdida de estepasaje de la historia porteña.

6.­ El movimiento del 14 de septiembre de 1973 en Valparaíso puede considerarse como la últimareacción coordinada de la militancia porteña, ya que no se registran otras acciones similares, por lo menosdurante la década de los 70’. El hecho de que haya sido un evento aislado contribuyó a generar mitos entorno a él, ya que no había mayores antecedentes acerca de acciones de esta envergadura.

Epílogo

La balacera del 14 de septiembre de 1973 ha dado pié a la creación de mitos y especulaciones en tornoal real carácter que tuvo este hecho. A través de esta investigación hemos intentado desentrañar algunas delas incógnitas que permanecían aún en el inconsciente colectivo porteño. Sin embargo, existen interrogantesque no podemos contestar con nuestro estudio y muchos pasajes de este acontecimiento que no hemospodido reconstituir debido al tiempo transcurrido desde su ocurrencia, a la falta de estudios previos y a lafragilidad de las memorias individuales.

En este sentido, una de las principales incógnitas que quedan una vez concluido este trabajo, tienerelación con el origen y objeto de este movimiento, ya que cabe la posibilidad de que la acción haya sidocoordinada y ejecutada por la inteligencia militar como un forma de provocar la reacción de los grupos deizquierda aún operativos, a los grupos o individuos que estando al interior de las Fuerzas Armadasperteneciesen o simpatizaran con algunos de los partidos de la UP; o bien para generar una situación deguerra que diera una señal de fuerza e infundiera temor en la población como también entre los propiosmilitares, dada las condiciones que se dio el golpe en Valparaíso.

Podría suponerse también que la población porteña no asimiló el Golpe Militar sino hasta después de labalacera del 14, por lo que podemos entender ésta como una acción que marca un precedente del silencioque embargaría al puerto posterior al acontecimiento.

Bajo esta línea, cabe suponer que estratégicamente la acción habría servido de justificación para unareacción violenta y represiva por parte de los organismos militares.

Referencias bibliográficas

Diario El Mercurio de Valparaíso, 15 de septiembre de 1973. .p. 1

Diario El Mercurio, 15 de septiembre de 1973. Santiago. p. 10

Informe de la Comisión de Verdad y Reconciliación. (1991). Tomo 1. Santiago. p. 291.

Loveman, Brian y Lira, Elizabeth. (2002). Arquitectura política y Seguridad interior del Estado: 1811 ­1990. Universidad Jesuita Alberto Hurtado: Centro de Investigaciones Diego Barros Arana. p. 323

Verdugo, Patricia. (1998). Interferencia Secreta, 11 de septiembre de 1973. Editorial Sudamericanachilena. Santiago.

Notas

[1] Verdugo, Patricia. (1998). Interferencia Secreta, 11 de septiembre de 1973. Editorial Sudamericana

Chilena. Santiago, Chile. Pág. 35

[2] [E] María R.Vidal, abril de 2008

[3] Diario El Mercurio, 15 de septiembre de 1973. Santiago. Pág. 10

[4] [E] Tito, septiembre de 2008

[5] [E] E. Contardo, septiembre de 2008

[6] [E] Tito, julio de 2008

[7] [E] Tito, Agosto de 2008.

[8] [E] Cadete Naval, agosto de 2008

[9] [E] Claudio Díaz, agosto de 2008

[10] [E] Cadete Naval, agosto de 2008

[11] [E] Hermes Salazar, octubre de 2008

[12] [E] Ximena Leiva, julio de 2008

[13] [E] B. Bernal, octubre de 2008

[14] Informe de la Comisión de Verdad y Reconciliación. (1991). Pág. 291, Tomo 1. Santiago.

[15] [E] Osvaldo Muñoz, octubre de 2008

[16] [E] Claudio Díaz , agosto de 2008

[17] Loveman, Brian y Lira, Elizabeth. Arquitectura política y Seguridad interior del Estado: 1811 ­ 1990.Universidad Jesuíta Alberto Hurtado: Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, 2002. p. 323

[18] El Mercurio de Valparaíso, 15 de septiembre de 1973. Pág. 1