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Christian Rakovsky.

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Diaria

Christian Rakovski

Los peligros profesionales del poder


Escrito: En Astrakn, el 6 de agosto de 1928.Fuente: Versin del texto que circul en internet; no ha sido cotejada con otras versiones.Esta Edicin: Marxists Internet Archive, febrero de 2002.

IQuerido camarada Valentinov:En sus "Meditaciones sobre las masas", fechada el 8 de julio, examinando el problema de la "actividad" de la clase obrera, usted trata una cuestin fundamental: la de la conservacin por el proletariado de su papel dirigente en nuestro Estado. A pesar de que todas las reivindicaciones de la Oposicin tienden hacia ese fin, estoy de acuerdo con usted en que no ha sido todo dicho sobre esa cuestin. Hasta el presente, nosotros la hemos examinado siempre en relacin con el conjunto del problema de la toma y la conservacin del poder poltico, mientras que, para esclaracerlo ms, habra sido necesario tratarla separadamente, como asunto especial de valor propio. En el fondo, los mismos acontecimientos se han encargado de colocarla en primer plano.La oposicin exhibir siempre, como uno de sus mritos ante el partido, del cual nadie podra despojarla, el de haber dado la alarma a tiempo sobre la terrible declinacin del espritu de actividad de las masas trabajadoras, y sobre su indiferencia creciente hacia el destino de la dictadura del proletariado y del Estado sovitico.Lo que caracteriza la ola de escndalos que acaban de ser revelados, lo que constituye el ms grande peligro, es, precisamente, esta falta de actividad de las masas trabajadoras, y su indiferencia creciente hacia el destino de la dictadura del proletariado y del Estado sovitico.Lo que caracteriza la ola de escndalos que acaban de ser revelados, lo que constituye el ms grande peligro, es precisamente esta pasividad de las masas (pasividad superior an entre las masas comunistas que entre las sin partido) hacia las manifestaciones de despotismo sin precedentes que se han producido. Los obreros han sido testigos, y las han dejado pasar sin protesta, o bien se han contentado con murmurar un poco, por temor de aquellos que estaban en el poder, o por indiferencia poltica. Desde el asunto de Chubarovsk (para no remontarnos ms arriba) hasta los abusos de Smolensk, de Artiemovsk, etc., Usted escucha siempre la misma cancin: "Nosotros lo sabemos ya desde hace tiempo...".Robos, prevaricaciones, violencias, garrafas de vino, increbles abusos de poder, despotismo ilimitado, ebriedad, desocupacin: se habla de todo esto como de hechos ya conocidos, no desde hace meses sino desde hace aos, y tambin hay cosas que todo el mundo tolera sin saber por qu.Slo tengo necesidad de explicar que cuando la burguesa mundial vocifera sobre los vicios del Estado Sovitico, nosotros podemos ignorarla con tranquilo desprecio. Conocemos muy bien la pureza moral de los gobiernos y de los parlamentos burgueses del mundo entero. No podemos tomarlos como modelos. Entre nosotros se trata de un Estado obrero. Nadie puede ignorar los terribles daos ocasionados por la indiferencia poltica en la clase obrera.Adems, la cuestin de las causas de esta indiferencia y de los medios para eliminarla se revela esencial. Pero esto nos obliga a tratarla de una manera fundamental, cientfica, sometindola a un anlisis profundo. Tal fenmeno merece que le acordemos toda nuestra atencin.Las explicaciones que usted da son, sin ninguna duda, correctas. Cada uno de nosotros las ha ya expuesto en sus discursos. Ya han encontrado en parte su lugar en nuestra Plataforma. Y sin embargo, estas interpretaciones y los remedios propuestos para salir de la penosa situacin, han tenido y tienen an un carcter emprico; se refieren a cada caso en particular sin ordenar el fondo de la cuestin.A mi juicio, esto se produce porque la cuestin misma es una cuestin nueva. Hasta el presente hemos sido testigos de un gran nmero de casos en que el espritu de iniciativa de la clase obrera se ha debilitado y ha declinado hasta el punto de llegar al nivel de la reaccin poltica. Estos ejemplos no haban aparecido, tanto aqu como en el extranjero, mientras dur el perodo en que el proletariado segua combatiendo por la conquista del poder poltico.Carecemos de ejemplos de declinacin del ardor del proletariado una vez conquistado el poder, por la simple razn de que el nuestro es el primer caso en la historia en que la clase obrera lo conserva durante tan largo tiempo. Sabamos hasta ahora qu poda ocurrirle al proletariado, cuales podan ser las oscilaciones de su estado de espritu, cuando es una clase oprimida y explotada; pero recin ahora podemos evaluar en base a hechos los cambios de su estado de espritu cuando toma en su manos la direccin.Esta posicin poltica como clase dirigente no est exenta de peligros; antes bien, los encierra muy grandes. No me refiero a las dificultades objetivas que emergen del conjunto de la situacin histrica (el cerco capitalista exterior y la presin pequeo burguesa en el interior del pas), sino a las que son propias de toda clase dirigente, a consecuencia de la toma y el ejercicio del poder mismo, de la capacidad o incapacidad de usarlo.Usted comprende que estas dificultades continuaran existiendo, hasta cierto punto, an si el pas se compusiese exclusivamente de masas proletarias, y slo hubiera Estados Obreros en el exterior. Estas dificultades podran ser denominadas "los peligros profesionales" del poder.IIEn verdad, la situacin de una clase que lucha por el poder difiere de la de una clase que ya lo tiene entre sus manos. Repito que, al hablar de peligros, no aludo a las relaciones con las otras clases, sino, ms bien, a las que se crean en las filas mismas de la clase victoriosa.Qu representa una clase cuando ha pasado a la ofensiva? Un mximo de unidad y de cohesin. Todo espritu de oficio o de grupo, sin hablar de los intereses personales, pasa a segundo plano. Toda la iniciativa est en manos de la masa militante misma y de su vanguardia revolucionaria, ligada a esa masa del modo ms intimo y orgnico.Cuando una clase toma el poder, un sector de ella se convierte en el agente de este poder. As surge la burocracia. En un Estado socialista, a cuyos miembros del partido dirigente les est prohibida la acumulacin capitalista, esta diferenciacin comienza por ser funcional y a poco andar se hace social.Pienso aqu, en la posicin social de un comunista que tiene a su disposicin un automvil, un buen departamento, vacaciones regulares y recibe el salario mximo autorizado por el Partido; posicin que difiere de la del comunista que trabaja en las minas de carbn y recibe un salario de 50 60 rublos por mes. En lo que concierne a los obreros y a los empleados, usted sabe que ellos estn divididos en dieciocho categoras diferentes ...Otra consecuencia es que algunas de las funciones cumplidas en el pasado por el Partido en su conjunto y por la clase entera, se han convertido en atribuciones del poder, es decir, solamente de un cierto nmero de gente de ese Partido y de esa clase.La unidad y la cohesin, que antes eran la consecuencia natural de la lucha de clases revolucionaria, no pueden conservarse ahora sino por una serie de medidas destinadas a preservar el equilibrio entre los diferentes grupos de dicha clase y del partido, subordinando esos grupos al fin fundamental.Pero esto constituye un proceso largo y complicado. Consiste en educar polticamente a la clase dominante, de manera de volverla capaz de manejar el aparato estatal, el Partido y los sindicatos, y de dirigir esos organismos.Repito: es una cuestin de educacin. Ninguna clase ha venido al mundo en posesin del arte de gobernar. Dicho arte se aprende por la experiencia nicamente, como leccin de los errores cometidos. Ninguna constitucin sovitica, aunque sea ideal, puede asegurar a la clase obrera el ejercicio sin obstculos de su dictadura y de su control gubernamental, si el proletariado no sabe utilizar los derechos que le acuerda esa Constitucin.La falta de armona entre la capacidad poltica y la destreza administrativa de determinada clase y la forma jurdica-constitucional que ella establece para su uso despus de conquistado el poder, es un hecho histrico comprobable en la evolucin de todas las clases, y en parte, tambin, en la de la burguesa. La burguesa inglesa, por ejemplo, libr varias batallas no solamente para rehacer la Constitucin conforme a sus propios intereses, sino tambin para colocarse en situacin de aprovechar sus derechos y de participar plenamente del sufragio. La novela de Carlos Dickens, "El Club de Pickwick", incluye varias escenas de esta poca del constitucionalismo ingls, cuando el grupo dirigente, asistido de su aparato administrativo, volcaba el coche que conduca a las urnas a los electores de la oposicin para que estos no pudiesen llegar a tiempo al comicio.Este proceso de diferenciacin es perfectamente natural en la burguesa triunfante o que est a punto de triunfar. En efecto, tomado en el sentido ms amplio del trmino, ella est constituida por una serie de agrupamientos y an de clases econmicas. Nosotros conocemos la existencia de la grande, de la media y de la pequea burguesa industrial y de una burguesa agraria. Sucesos como las guerras y las revoluciones producen reagrupamientos en las filas de la propia burguesa. Nuevas capas aparecen y comienzan a desempear su papel, por ejemplo, los propietarios, los adquirentes de bienes nacionales, los llamados "nuevos ricos", que suelen surgir tras una guerra que ha durado cierto tiempo. durante la Revolucin Francesa, en el perodo del Directorio, estos "nuevos ricos" constituyeron uno de los factores de la reaccin.Examinada en su conjunto, la historia del triunfo del Tercer Estado en Francia, en 1789, es sumamente ilustrativa. En primer lugar, este Tercer Estado era considerablemente heterogneo. Englobaba a todos aquellos que no pertenecan a la nobleza o al clero; no slo a las diversas variedades de la burguesa, sino tambin a los obreros y a los campesinos pobres.Slo gradualmente, tras larga lucha y sucesivas intervenciones armadas, el Tercer Estado adquiri, en 1792, grandes posibilidades de participar en la administracin del pas. La reaccin poltica iniciada an antes del Thermidor consisti en que el poder comenz a pasar, tanto formal como materialmente, a manos de un nmero de ciudadanos cada vez ms restringido. Poco a poco, primero por la fuerza de las cosas, y, en seguida, legalmente, las masas populares fueron eliminadas del gobierno del pas.Verdad es que, en aquel caso, la presin de las fuerzas reaccionarias se hizo sentir ante todo sobre las ligaduras que vinculaban en un gran conjunto a las diversas clases del Tercer Estado. Y es seguramente cierto que, al examinar las diferenciaciones internas de la burguesa, no encontraremos contornos de clase tan acentuada como los que separan, por ejemplo, a la burguesa y al proletariado, es decir, dos clases que juegan un papel enteramente diferente en la produccin.Adems, en la Revolucin Francesa, durante el perodo de declinacin, el poder no intervino solamente para eliminar, siguiendo las lneas de diferenciacin, grupos sociales que, ayer an, marchaban juntos, unidos por un mismo fin revolucionario, sino que, adems, desintegr masas sociales ms o menos homogneas. Por un proceso de diferenciacin funcional, la nueva clase dirigente destaca de su seno a los crculos de altos funcionarios. Tales fisuras, ante la presin de la contrarrevolucin, convirtironse en verdaderos abismos. Adase a ello que la misma clase dominante engendra contradicciones en el curso de la lucha.IIILos contemporneos de la revolucin francesa, quienes participaron en ella y, ms an, los historiadores de la poca siguiente, se interesaron acerca de las causas de la degeneracin del Partido Jacobino.Ms de una vez, Robespierre puso en guardia a sus partidarios sobre las consecuencias de la intoxicacin del poder. Dueos de l, los previno no volverse demasiado presuntuosos, no "inflarse", cmo l deca, no contagiarse de vanidad jacobina, como diramos ahora nosotros. Pero, como abajo veremos, Robespierre mismo contribuy grandemente al desplazamiento de la pequea burguesa, que gobernaba con el apoyo de los obreros parisinos.Omitimos aqu los testimonios contemporneos acerca de la descomposicin del Partido Jacobino, por ejemplo, su tendencia a enriquecerse, su participacin en los contratos, abastecimientos, etc. Mencionemos, ms bien, un hecho extrao y conocido: la opinin de Babeuf, para quin la cada de los jacobinos se vio grandemente estimulada por la fascinacin que sobre ellos ejercieron las damas de la nobleza. Babeuf se diriga a los jacobinos en estos trminos: "Qu hacis pues, plebeyos pusilnimes? Hoy, ellas os estrechan en sus brazos, maana, os estrangularn". Si hubieran existido automviles en el tiempo de la Revolucin Francesa, habramos encontrado tambin el factor del "haren-automovil" indicado por el camarada Sosnovsky como uno de los que desempean un papel de primer orden en la formacin de la ideologa de la burocracia del Partido.Lo que juega el papel ms serio en el aislamiento de Robespierre y del Club de los Jacobinos, aquello que los separa completamente de las masas de obreros y pequeos burgueses, es, adems de la liquidacin de todos los elementos de la izquierda, comenzando por los "rabiosos", los hebertistas y los chaumettistas, y la Comuna de Pars en general, la eliminacin gradual de todo principio electivo y su reemplazo por el de los nombramientos.El envo de comisarios de los ejrcitos a ciudades donde la contrarrevolucin levantaba cabeza, no slo era legtimo sino indispensable. Pero cuando, poco a poco, Robespierre comenz a reemplazar los jueces y los comisarios en las diferentes secciones de Pars que, hasta entonces, haban designado mediante eleccin a dichos funcionarios, cuando lleg a nombrar presidentes de Comisin Revolucionarios e, incluso, lleg a sustituir por funcionarios a toda la direccin de la Comuna, todas estas medidas tuvieron por resultado reforzar el poder de la burocracia y matar la iniciativa popular. As, el rgimen de Robespierre, en lugar de impulsar la actividad revolucionaria de las masas -ya oprimidas por la crisis econmica y, ante todo, por la crisis alimenticia- agrav el mal y facilit el trabajo de las fuerzas antidemocrticas.Dumas, el presidente del Comit Revolucionario, se quejaba ante Robespierre de no encontrar jurados para el Tribunal; nadie quera cumplir esas funciones.Pero Robespierre concluy por sufrir en carne propia esta indiferencia de las masas parisinas cuando, el 10 de Thermidor, lo llevaron por las calles de Pars, herido y sangrando, sin ningn temor de que las masas populares intervinieran en favor del dictador de la vspera.De toda evidencia, sera ridculo atribuir la cada de Robespierre y de la democracia revolucionaria al principio de los nombramientos.Sin embargo, sin ninguna duda, esto aceler la accin de los otros factores. De todos ellos, el decisivo fueron las dificultades de aprovisionamiento causadas, en gran parte, por 2 aos de malas cosechas. Adanse las perturbaciones originadas por el traspaso de la gran propiedad rural de la nobleza al pequeo productor campesino, y el alza constante de los precios del pan y de la carne, debido a que, al comienzo, los jacobinos no quisieron recurrir a medidas administrativas para reprimir a los campesinos ricos y a los especuladores. Cuando, finalmente, y presionados por las masas, se resolvieron a sancionar la "Ley del Mximun", las condiciones del mercado libre y de la produccin capitalista, impidieron que ella jugase otro papel que el de simple paliativo.IVPasemos ahora a la realidad que vivimos. Creo, ante todo, que es necesario indicar que, cuando empleamos expresiones tales como "el Partido", "las masas", etc., no debemos perder de vista el contenido que la historia de los ltimos diez aos ha puesto en estos trminos.La clase obrera y el Partido -no ya fsicamente, sino moralmente- ya no son lo que eran hace diez aos. No exagero cuando digo que el militante de 1917, habra tenido dificultad para reconocerse en la persona del militante de 1928. Un cambio profundo ha tenido lugar en la anatoma y en la fisiologa de la clase obrera.A mi juicio, es necesario concentrar nuestra atencin sobre el estudio de las modificaciones de los tejidos y de sus funciones. El anlisis de los cambios sobrevenidos lograr mostrarnos el mejor modo de salir de la situacin creada. No tengo la intencin de presentar aqu este anlisis; me limitar solamente a algunas observaciones.Hablando de la clase obrera, es necesario encontrar respuestas a toda una serie de preguntas, por ejemplo:cul es la proporcin de obreros y empleados que trabaja actualmente en nuestra industria que ha entrado despus de la revolucin, y cul la de aquellos que trabajaban desde antes? cul es la proporcin de obreros y empleados de la industria que trabaja sin interrupcin? Y cul la de quienes slo trabajan accidentalmente?Cul es la proporcin en la industria de los elementos semiproletarios, semicampesinos, etc.?Si descendemos y penetramos en las profundidades mismas del proletariado, del semiproletariado y de las masas trabajadoras en general, slo encontraremos sectores enteros de la poblacin de los cuales nadie se ocupa entre nosotros. No quiero hablar aqu nicamente de los desocupados, que constituyen un peligro siempre creciente y que, en todo caso, es un sector que ha sido claramente indicado por la Oposicin. Pienso en las masas reducidas a la mendicidad, en los semi-pauperizados que, gracias a los subsidios irrisorios entregados por el Estado, estn en el lmite del pauperismo, del robo y de la prostitucin.No podemos imaginar cmo la gente vive, a veces a unos pasos apenas de nosotros. Llega la ocasin en que enfrentamos fenmenos cuya existencia no habra podido sospecharse en el Estado sovitico y que dan la impresin de descubrirnos sbitamente, un abismo. No se trata de defender la causa del Poder de los Soviets invocando el hecho de que no ha logrado desembarazarse de la triste herencia legada por el rgimen zarista y capitalista. No, pero en nuestra poca, bajo nuestro rgimen, descubrimos la existencia de fisuras en el cuerpo de la clase obrera, a travs de las cuales la burguesa podra introducir una cua.En ciertos perodos, bajo el rgimen burgus, la parte conciente de la clase obrera arrastraba, detrs suyo, a esta masa numerosa, comprendida en los semivagabundos. La cada del rgimen capitalista deba llevar la liberacin al proletariado entero. Los elementos semivagabundos consideraban a la burguesa y al estado capitalista responsables de su situacin. Estimaban que la revolucin deba aportar un cambio a su condicin. Estas gentes, ahora, estn lejos de estar satisfechos; su situacin no ha mejorado ni poco menos. Comienzan a considerar con hostilidad el poder de los Soviets, y a aquella parte de la clase obrera que trabaja en la industria. Se transforman, sobre todo, en los enemigos de los funcionarios de los Soviets, del Partido y de los Sindicatos. Se los escucha hablar a veces de la clase obrera como de la "nueva nobleza".No me detendr aqu en la diferenciacin que el poder ha introducido en el seno del proletariado, y que he calificado ms arriba de funcional. La funcin ha modificado el rgano mismo, es decir, la psicologa de aquellos que se han encargado de diversas tareas de direccin en la administracin y la economa del Estado ha cambiado hasta tal punto que no slo objetiva, sino tambin moralmente, han cesado de formar parte de esta misma clase obrera.As, por ejemplo, un director de fbrica hace de "strapa". A pesar del hecho de que es un comunista, a pesar de su origen proletario, a pesar de que an trabajaba en la fbrica hace unos aos, no encarna ante los ojos de los obreros las mejores cualidades del proletariado.Molotv puede, con el corazn alegre, establecer un signo de igualdad entre la dictadura del proletariado y nuestro Estado, con sus instituciones burocrticas, y, lo que es peor, con los brutos de Smelensk, los estafadores de Tashkent y los aventureros de Arniemovsk. Al hacer esto, no logra ms que desacreditar la dictadura sin desarmar el legtimo descontento de los obreros.Si, prescindiendo de los dems matices de la clase obrera, pasamos ahora al Partido mismo, nos encontraremos con los elementos provenientes de las otras clases sociales. La estructura social del Partido es ms heterognea que la del proletariado. Esto ha sido siempre as, naturalmente, con esta diferencia: que cuando el Partido tena una vida ideolgica intensa, la amalgama social se funda en una sola aleacin gracias a la lucha de la clase revolucionaria en movimiento.VPero, el poder, tanto en el Partido como en la clase obrera, opera diferenciaciones sociales semejantes a las que separan a las diversas capas de la sociedad.La burocracia de los Soviets y del Partido constituye, de hecho, un nuevo orden. No se trata de casos aislados, de desfallecimientos en la conducta de un camarada, sino ms bien de una nueva categora social, a la que debera consagrrsele un estudio especfico. A propsito del Proyecto de Programas de la Internacional Comunista, yo escriba a Len Davidovich (Trotsky) entre otras cosas:"En lo que concierne al captulo 4 (el perodo transitorio). La manera con que ha sido formulado el papel de los partidos comunistas en tal perodo de la dictadura del proletariado es bastante dbil. Sin la menor duda, esta manera vaga de hablar del papel del Partido hacia la clase obrera y el Estado no es un efecto del azar. La anttesis existente entre la democracia burguesa y la democracia obrera est claramente indicada; pero no se dice una sola palabra para explicar lo que el Partido debe hacer para realizar, concretamente, est democracia proletaria. 'Atraer las masas y hacerlas participar en la construccin', reeducar su propia naturaleza (Bujarn se complaca en desarrollar este ltimo punto, entre otros, ms especialmente en ligazn con la revolucin cultural); son afirmaciones verdaderas desde el punto de vista de la historia y conocidas desde hace mucho tiempo; pero se reducen a simplezas si no introducimos la experiencia acumulada en el curso de los diez aos de dictadura del proletariado."Es aqu que se plantea el problema de los mtodos de direccin, que juegan un rol tan importante."Pero nuestros dirigentes no sienten agrado en hablar del asunto; bajo el temor de que resulte evidente que ellos mismos estn lejos an de haber 'reeducado' su propia naturaleza".Si yo fuera el encargado de escribir un proyecto del programa de la Internacional Comunista, habra consagrado buen lugar, en este captulo, a la teora de Lenin sobre el Estado durante la dictadura del proletariado y el rol del Partido y su direccin en la creacin de una democracia proletaria, tal como debera ser, y no de una burocracia de los Soviets y del Partido como la que existe actualmente.El camarada Preobrayenski ha prometido consagrar un captulo especial en su libro Las conquistas de la dictadura del proletariado en el ao II de la Revolucin a la burocracia sovitica. Espero que l no olvidar el papel de la burocracia del Partido, que es mucho mayor en el Estado sovitico que el de su hermana, la burocracia de los Soviets. He expresado la esperanza de que l estudiara este fenmeno sociolgico especfico, bajo todos sus aspectos. No hay un folleto comunista que, relatando la traicin de la socialdemocracia alemana del 4 de agosto de 1914, no indique al mismo tiempo el papel fatal que las cumbres burocrticas del Partido y de los sindicatos jugaron en la historia de la cada de ese Partido. Por su parte, muy poco ha sido dicho, y esto en trminos muy generales, sobre la funcin desempeada por nuestra burocracia de los Soviets y el Partido, en la disgregacin del Partido y del Estado Sovitico. Es un fenmeno socilogico de la mxima importancia que no puede, sin embargo, ser comprendido y profundizado en toda su gravedad si no examinamos las consecuencias que ha tenido el cambio de la ideologa del partido de la clase obrera.VIUsted pregunta qu ha sido del espritu de actividad revolucionaria del Partido y de nuestro proletariado? A dnde ha ido a parar su iniciativa revolucionaria? Dnde estn sus intereses ideolgicos, su valor revolucionario, su orgullo proletario? Est usted sorprendido de que haya tanta apata, tanta mezquindad, pusilanimidad, arribismo y otras muchas cosas que podra aadir yo mismo?Qu ha ocurrido para que gente que tiene un pasado revolucionario estimable, cuya honestidad personal no arroja ninguna duda y que ha dado pruebas de su devocin a la Revolucin en ms de un caso, se encuentren convertidos en lastimosos burcratas? De dnde viene esta horrible Smerkiakovstchina (2) de la cual habl Trotsky en su carta sobre las declaraciones de Antonov-Ovseenko?Pero si se puede esperar cualquier cosa de aquellos procedentes de la burguesa y de la pequea burguesa, intelectuales, "individuos" en general, desde el punto de vista de las ideas y de la moralidad, cmo explicar el mismo fenmeno cuando se trata de la clase obrera? Muchos camaradas, han observado esa pasividad y no pueden disimular su decepcin.Es verdad que otros camaradas han visto, en el curso de una cierta campaa llevada por la cosecha de trigo, sntomas de una robustez revolucionaria, probando que los reflejos de clase viven an en el Partido. Muy recientemente, el camarada Ischenko me ha escrito (o, ms exactamente, ha escrito en tesis que debi haber enviado igualmente a otros camaradas) que la cosecha de trigo y la autocrtica se deben a la resistencia de la seccin proletaria de la direccin del Partido. Desgraciadamente, es preciso decir que esto no es exacto. Los dos hechos, resultan una combinacin urdida en las altas esferas, y no son debidos a la presin de la crtica de los obreros; es por razones polticas, y, a veces, por razones de grupo o -digmoslo- de fraccin, que una parte de las cumbres del Partido pone en prctica esta lnea. No se puede hablar ms que de una sola presin proletaria: la dirigida por la Oposicin. Pero, es preciso decirlo claramente, esta presin no ha sido suficiente para mantener la Oposicin en el interior del Partido; ms bien, ella no ha logrado modificar su poltica.Len Davidovich ha demostrado con toda una serie de ejemplos irrefutables el rol revolucionario, verdadero y positivo que ciertos movimientos revolucionarios jugaron con su derrota: la comuna de Pars, la insurrecin de diciembre de 1905 en Mosc. La primera asegur el mantenimiento de la forma republicana de gobierno en Francia, la segunda abri la va a la reforma constitucional en Rusia. Sin embargo, los efectos de estas derrotas conquistadoras son de corta duracin si no estn reforzadas por una nueva ola revolucionaria.Lo ms triste es que ningn reflejo se produce dentro del Partido y de la masa. Durante dos aos, se ha venido librando una lucha excepcionalmente spera entre la Oposicin y las altas esferas del Partido. En el curso de los dos ltimos meses, se han desarrollado acontecimentos que habran debido abrir los ojos a los ms ciegos. Sin embargo, nadie hasta el presente advierte que las masas del Partido estn interviniendo.VIITambin es comprensible el pesimismo de algunos camaradas, que percibo igualmente a travs de su pregunta.Babeuf, al salir de la prisin de la Abada, echando una mirada a su alrededor se preguntaba qu haba sido del pueblo de Pars, de los obreros de los barrios de Saint-Antoine y Saint-Marceu, aquellos que el 14 de julio de 1789 haban tomado la Bastilla, el 10 de agosto de 1792, las Tulleras, que haban sitiado la Convencin el 30 de mayo de 1793, sin hablar de tantas otras intervenciones armadas. Resuma sus observaciones en una sola frase, donde se siente la amargura del revolucionario: "Es ms difcil reeducar al pueblo en el amor a la libertad, que conquistarla".Nosotros hemos visto por qu el pueblo de Pars olvid la atraccin de la libertad. El hambre, la desocupacin, la liquidacin de los cuadros revolucionarios (numerosos dirigentes haban sido guillotinados), la eliminacin de las masas de la direccin del pas, todo esto llev a tan gran lasitud moral y fsica de las masas, que el pueblo de Pars y del resto de Francia tuvo necesidad de 37 aos de respiro antes de comenzar una nueva Revolucin.Babeuf formul su programa en dos palabras (me refiero a su programa de 1794): "La libertad y la Comuna elegida".Debo hacer aqu una confesin: no me he dejado nunca arrullar por la ilusin de que era suficiente para los lderes de la Oposicin presentarse en los mtines del Partido y en las reuniones obreras para hacer pasar a las masas al campo de la Oposicin. Siempre he considerado tales esperanzas, que provenan sobre todo de los dirigentes de Leningrado (3), como cierta sobrevivencia del perodo en que ellos tomaban las ovaciones y los aplausos oficiales como expresin del verdadero sentimiento de las masas, y los atribuan a su popularidad imaginaria.Ir an ms lejos: esto explica, para m, el brusco viraje de su conducta.Ellos pasaron a la Oposicin esperando tomar rpidamente el poder. Es con ese fin que se unieron a la Oposicin de 1923 (4). Cuando alguien del "grupo sin dirigentes" reproch a Zinoviev y Kamenev haber dejado caer a su aliado Trotsky, Kamenev les respondi: "Nosotros tenamos necesidad de Trotsky para gobernar; para reingresar al Partido es un peso muerto".Sin embargo, el punto de partida, la premisa, habra debido ser que la obra de educacin del Partido de la clase obrera, es una tarea larga y difcil, tanto ms cuanto que los espritus deben limpiarse de todas las impurezas introducidas en ellos por la prctica de los Soviets y del Partido, y por la burocratizacin de esas instituciones.No se ha de perder de vista que la mayora de los miembros del Partido (sin hablar de los jvenes comunistas) tiene la concepcin ms errnea de las tareas, de las funciones y de la estructura del Partido, debido a la concepcin que la burocracia les ensea con su ejemplo, su conducta prctica y sus frmulas estereotipadas. Todos los obreros que ingresaron al Partido despus de la Guerra Civil, entraron, en su mayor parte, despus de 1923 (la promocin Lenin); ellos no tienen ninguna idea de lo que era en otro tiempo el rgimen del Partido. La mayora entre ellos est desprovista de esa educacin revolucionaria de clase, vivida durante la lucha, en la vida, en la prctica conciente. En el pasado, esta conciencia de clase se adquirira en la lucha contra el capitalismo. Hoy, ella debe formarse por la participacin en la construccin del Socialismo. Pero nuestra burocracia ha reducido dicha participacin a una frase hueca, y los obreros no pueden adquirir en ninguna parte esta educacin. Se entiende que excluyo como medio anormal de educar a la clase el hecho de que nuestra burocracia, bajando los salarios reales, empeorando las condiciones de trabajo, favoreciendo el desarrollo de la desocupacin, empuja a los obreros a la lucha que eleva su conciencia de clase; pero, entonces, ella es hostil al Estado socialista.Segn la concepcin de Lenin y de todos nosotros, la tarea de la direccin del Partido consiste, precisamente, en preservar al Partido y a la clase obrera de influencias corruptoras de los privilegiados, de los favores y de las tolerancias inherentes al poder, en razn de su contacto con los restos de la antigua nobleza y pequeo burguesa, habra debido premunirse contra la influencia nefasta de la NEP, contra la tentacin de la ideologa y de la moral burguesas.Al mismo tiempo, nosotros tenamos la esperanza de que la direccin del Partido llegara a crear un nuevo aparato, verdaderamente obrero y campesino, nuevos sindicatos, realmente proletarios, una nueva moral en la vida cotidiana.Debe reconocerse francamente, claramente, en voz alta e inteligible: el aparato del Partido no ha cumplido esa labor. En esta doble tarea de preservacin y educacin, ha demostrado la incompetencia ms completa; ha fracasado; es insolvente.VIIIDesde hace tiempo estamos convencidos de que lo pasado en estos ltimos ocho meses pone en evidencia para todos que la direccin del Partido avanza por el ms peligroso de los caminos. An hoy sigue por esa ruta.Los reproches que le dirigimos no conciernen, por as decirlo, al aspecto cuantitativo de su trabajo, sino. ms bien, al cualitativo. Subrayamos esto pues, de otro modo, volveramos a sumergirnos en cifras con los xitos innumerables e integrales obtenidos por los aparatos partidario y sovitico. Ha llegado el momento de poner fin a este charlatanerismo estadstico. Od las versiones del XV Congreso del Partido. Leed el informe de Kossior sobre la actividad organizativa. Qu se encuentra? Cito literalmente: "El prodigioso desarrollo de la democracia del Partido ... la actividad organizativa del Partido se ha extendido grandemente".Y luego, por supuesto, para reforzar todo esto: cifras, cifras y an cifras. Y esto era dicho en el momento en que haba en los expedientes del Comit central documentos que probaban la terrible desintegracin de los aparatos del Partido y los Soviets, la sofocacin de todo control de las masas, la opresin horrible, persecuciones y un terror jugando con la vida y la existencia de militantes y obreros.He aqu como la Pravda caracteriza nuestra burocracia: "Elementos arribistas, hostiles, perezosos e incompetentes, se empean en arrojar a los mejores inventores soviticos ms all de las fronteras de la URSS. Si no se lanza un gran golpe contra estos elementos, con toda nuestra fuerza, nuestra determinacin, nuestro coraje, etc. ..."No obstante, conociendo nuestra burocracia, yo no estara sorprendido de escuchar a alguien hablar nuevamente del desarrollo "enorme" y "prodigioso" de la actividad de las masas y del Partido, del trabajo organizativo del Comit Central implantando la democracia, etc.Estoy persuadido de que la burocracia partidaria y sovitica que hoy existe, seguir cultivando con el mismo xito abscesos supurantes a su alrededor, a pesar de los ardientes procesos que han tenido lugar en el mes ltimo. Esta burocracia no cambiar por el hecho de haberse sometido a una depuracin. No niego, quede bien claro, la utilidad relativa y la absoluta necesidad de tal depuracin. Deseo sealar, simplemente, que no es nicamente una cuestin de cambio personal, sino ante todo de cambio de mtodos.A mi juicio, la primera condicin para devolver a la direccin del Partido la capacidad de ejercer un papel educativo, es reducir la importancia de las funciones de esa direccin. Las tres cuartas partes del aparato deberan ser licenciadas. Las tareas del cuarto restante deberan tener lmites estrictamente determinados. Anlogo criterio debera aplicarse a las tareas, a las funciones y a los derechos de los organismos centrales.Los miembros del Partido deben recobrar sus derechos, que han sido pisoteados, y recibir garantas vlidas contra el despotismo de los crculos dirigentes que ya conocemos.Es difcil imaginar lo que pasa en los niveles inferiores del Partido. Es especialmente en la lucha contra la Oposicin donde se ha puesto en evidencia la mediocridad ideolgica de eso cuadros, as como la influencia corruptora que ejercen sobre las masas proletarias del Partido. Si en las cumbres, existe an una cierta lnea ideolgica, una lnea especiosa y errnea, mezclada, es verdad, a una fuerte dosis de mala fe, en los niveles inferiores, en cambio, la demagogia ms desenfrenada se ha empleado contra la Oposicin. Los agentes del Partido no han vacilado en utilizar el antisemitismo, la xenofobia, el odio a los intelectuales, etc. Estoy persuadido de que toda reforma del Partido que se apoye sobre la burocracia se revelar utpica.IXResumo: observando, como usted, la falta de espritu de actividad revolucionaria en las masas del Partido, yo no veo nada sorprendente en este fenmeno. Es el resultado de todos los cambios que han tenido lugar en el Partido y en el proletariado mismo. Es necesario reeducar a las masas trabajadoras y a las masas del Partido, en el cuadro del Partido y de los sindicatos. Este proceso es largo y difcil; pero es inevitable; ya ha comenzado. La lucha de la Oposicin, la lucha de centenares y centenares de camaradas, las detenciones, las deportaciones, a pesar de que no hayan hecho mucho por la educacin comunista de nuestro Partido tienen, en todo caso, ms efecto que todo el aparato tomado en su conjunto. En el fondo, los dos factores no pueden ser comparados. El aparato ha despilfarrado el capital del Partido legado por Lenin, no solamente de una manera intil sino tambin nociva. Ha demolido, mientras la Oposicin construa.Hasta ahora, he razonado por "abstraccin", a partir de los hechos de nuestra vida econmica y poltica que han sido analizados en la Plataforma de la Oposicin. Lo he hecho deliberadamente, pues mi tarea era sealar los cambios que se han producido en la composicin y la psicologa del proletariado y del Partido en relacin con la toma del poder misma. Estos hechos quizs han dado un carcter unilateral a mi exposicin. Pero, sin proceder a este anlisis preliminar, resultara difcil comprender el origen de los errores econmicos y polticos cometidos por nuestra direccin en lo que concierne a los campesinos y los problemas de la industrializacin, del rgimen interior del Partido, y, finalmente, de la administracin del Estado.

Astrakn, 6 de agosto de 1928.

Declaracin al Comit Central y a la Comisin Central de Control Este es el texto de la respuesta de la Oposicin a la capitulacin de los tres (Radek, Preobrajenski, Smilga, del 10 de julio de 1929). Traducida especialmente para este boletn por Rossana Cortez de la versin digital Dclaration au Comit Central et a la Commission Centrale de Controle, publicada en Marxist Internet Archives/franais/Trotsky/uvres, cuya fuente a su vez es Cahiers Lon Trotsky N. 6, con una introduccin de Pierre Brou, que presenta el contexto de esta declaracin. Las notas fueron preparadas para esta edicin, salvo las que tengan aclaracin en contrario.K. Rakovsky1K. Rakovsky (1873-1941), socialista internacional tanto como internacionalista, viejo militante en Bulgaria, Rumania, Rusia, Francia, durante la guerra haba sido jefe de la administracin poltica del Ejrcito Rojo, luego fue designado presidente del consejo de comisarios del pueblo de Ucrania, de donde Stalin lo haba separado y lo envi como embajador a Londres, luego a Pars. Declarado persona no grata por el gobierno francs haba firmado un texto de la Oposicin de Izquierda diciendo que en caso de intervencin extranjera, haba que llamar a los soldados a la confraternizacin- regres a la URSS y en el XV Congreso fue portavoz de la fraccin trotskista de la Oposicin unificada en vas de deshacerse.

, V. Kossior2Stanislav V. Kossior (1889-1939) era el mayor de los tres hijos bolcheviques de un obrero agrario polaco. Siderrgico, entra en el partido en 1907, combati en Ucrania durante la guerra civil, luego ocup responsabilidades del partido en Siberia y en Ucrania. Fue arrestado en 1936 y ejecutado un ao despus.

y M. Okudjava3M.Okudjava (sin datos) fue uno de los lderes de la presidencia del Congreso de los Soviets Georgianos en Tiflis en 1922. Fue encarcelado por el estalinismo bajo los cargos de asesino y contrarrevolucionario.

22 de agosto de 1929

Extractos de la introduccin de Pierre Brou4Pierre Brou (1926-2005) fue un importante historiador trotskista que se dedic a difundir de la obra de Trotsky, la actividad de los trotskistas, y a develar las mentiras estalinistas en base al minucioso trabajo de investigador al que consagr su vida.

[] La capitulacin de los tres (Radek, Preobrajenski y Smilga, declaracin del 10 de julio de 1929) era demasiado evidente para no provocar ciertas reacciones de rechazo. As, I. Smirnov y los suyos condenan lo que consideran como una abjuracin y retoman en las negociaciones las reivindicaciones que haban sido adelantadas por Preobrajenski. En el exilio, no faltan hombres que estn listos para pedir su reintegro al partido sobre la base de la nueva poltica de giro a izquierda, y que quieren renunciar pblicamente a sus ideas pasadas y presentes y an menos efectuar un gesto que significara por su parte la aprobacin de la represin contra la Oposicin, y en particular, contra el exilio de Trotsky. Rakovsky va a apostar por ellos buscando ante todo retenerlos sobre la pendiente donde corren el riesgo de deslizarse con I. Smirnov a pesar de todas sus buenas intenciones. De Saratov, en donde discuti el texto con sus camaradas de deportacin, Rakovsky envi finalmente el 22 de agosto al Comit Central y a la Comisin Central de Control una declaracin firmada por Kossior y Okudjava.En un tono muy moderado, con una forma cuidadosamente calculada, la declaracin afirma la determinacin de la Oposicin de tomar todas sus responsabilidades en vistas de la constitucin de un frente nico en el partido contra el peligro de la derecha. Sigue siendo extremadamente firme en la reivindicacin de liberacin inmediata y de reintegracin a las filas del partido de los oposicionistas apresados y deportados.
Se le reprochar no condenar claramente la teora del socialismo en un solo pas, permanecer ambiguo en las cuestiones fundamentales de la revolucin internacional. Los que la critican diciendo que est dirigida hacia hombres que van a emprender la fuga, miden la gravedad de la crisis que sacude a la Oposicin? La cuestin se resuelve rpidamente en la vida. Primeramente, en las colonias en donde circula con el precio de grandes esfuerzos, la declaracin rene en pocas semanas un nmero importante de deportados sublevados de indignacin por la traicin de los tres: quinientas firmas en tres semanas, entre ellas, las de prestigiados militantes: Muralov, Kasparova, Grunstein, Sosnovsky. Corta la hierba bajo los pies de los conciliadores en tren de deslizarse hacia la capitulacin, como I. Smirnov5Ivan N. Smirnov (1881-1936) bolchevique de la Vieja Guardia, cumpli un papel muy destacado en la Guerra Civil. Como militante de la Oposicin de Izquierda, fue expulsado del partido en 1927 y capitul en 1929. Rehabilitado, fue nombrado director de las fbricas de automotores. Fue arrestado a principio de 1933 y permaneci en crcel hasta que el primer Juicio de Mosc lo sentenci a muerte.

, demostrando buena voluntad y espritu unitario frente a la mala fe de los procuradores. Finalmente, la capitulacin de Smirnov, Bogulavsky6Mijail Boguslavski (1886-1937) fue un bolchevique de la Vieja Guardia, fue miembro del grupo Centralismo Democrtico y luego Partidario de la Oposicin de Izquierda. Expulsado del partido en 1927, capitul en 1929. Estuvo en el banquillo de los acusados en el Juicio de Mosc de 1937, que lo conden a muerte.

, Mrachkovsky, Beloborodov7Alexander Belovorodov (1891-1938) fue comandante del Ejrcito Rojo y miembro del Comit Central del Partido, muri despus del Tercer proceso de Mosc.

y otros, en octubre, no tiene el carcter degradante de la de Radek y sus socios: adems, cuando aparece, una nueva declaracin, fechada el 4 de octubre, marca la reanimacin de la Oposicin de Izquierda bajo la direccin de Rakovsky.Es que la dureza en el rechazo del aparato a la declaracin de agosto, los violentos ataques firmados por Yaroslavsky8Emelian Yaroslavsky (1878-1943) fue un stalinista especializado en la extirpacin del "trotskismo", lo que, no obstante, no le impidi caer en desgracia en 1931-1932, cuando no pudo mantener el ritmo exigido por Stalin para rehacer la historia sovitica.

en la Pravda, las feroces represalias ejercidas contra Rakovsky, sacado de Saratov y deportado en condiciones inhumanas a Barnaul, contra Sosnovsky, enviado a Cheliabinsk, luego a Tomsk, finalmente una verdadera tumba- terminan de convencer a los autnticos vacilantes, a los conciliadores sinceros, a los verdaderos inocentes: como escriba Rakovsky en sus tesis de agosto, es la actitud hacia la Oposicin de Izquierda, es decir, hacia el rgimen del partido, de su democracia interna, de la democracia obrera, lo que es la piedra de toque de un verdadero giro a izquierda que permite esperar un enderezamiento del partido.Cuando Trotsky pone su firma finalmente el 25 de agosto debajo de la declaracin de Rakovsky, puede escribir a la vez que est de acuerdo con su contenido poltico y que pertenece a un pasado desaparecido.Comentando los acontecimientos de los ltimos meses sobre la base de la correspondencia de la URSS, Isaac Deutscher9Isaac Deutscher (1907- 1967) fue un escritor y poltico britnico de origen polaco. A los diecinueve aos de edad, se afili en Varsovia al Partido Comunista polaco, al que habra de permanecer ligado hasta 1932, cuando fue expulsado de sus filas por su crtica a los mtodos estalinistas. En 1934, despus de haber militado en algunos grupos trotskistas, se afili al Partido Socialista polaco, y al cabo de cinco aos se instal en Londres (1939), en donde pronto tuvo a su disposicin algunas de las tribunas periodsticas del mundo occidental, como los rotativos The Economist (con el que colabor entre 1942 y 1949) y The Observer (donde public sus artculos desde 1942 a 1947). Fue autor, entre otras obras, de las clebres biografas de Len Trotsky, El profeta armado, El profeta desarmado y El profeta desterrado. Segn su punto de vista, la Cuarta Internacional naci muerta, y ello se debi en buena medida a la inexistencia de un. Movimiento revolucionario internacional que pudiera insuflarle vida. Sin que l tuviera culpa de ello, la Internacional de Trotsky se vio aislada del nico lugar donde haba triunfado la revolucin y donde esa revolucin, aunque monopolizada y deformada por una burocracia opresora y mendaz, an exista. En cierto sentido, el mismo Trotsky haba previsto la circunstancia principal que habra de condenar a su organizacin a la ineficacia cuando seal que, pese a la irresponsabilidad de la poltica de Stalin en Alemania y en todas partes, los obreros revolucionarios de todos los pases seguan mirando hacia Mosc en busca de inspiracin y gua". Este punto fue muy controvertido en el movimiento trotskista, y objeto de numerosos debates.

estima que el golpe dado a la Oposicin fue muy rudo: de 8.000 miembros -dos veces ms que en el momento de su semi legalidad en el partido durante 1927- con los que contaba en deportacin a comienzos de 1929, la Oposicin cay al final del mismo ao a poco ms de 1.000 partidarios solamente. Trotsky escribe a sus camaradas que, incluso si no quedaran ms que tres, lo esencial es que subsisten la bandera, el programa, el futuro.La crisis poltica de la Oposicin se termina, aunque los debates continan y se agregan algunas capitulaciones aisladas a la larga lista de 1929. Sus sufrimientos no terminan. Despus que Radek y sus compaeros trazaron entre la Oposicin y la fraccin stalinista en el poder la lnea de la abyeccin, Stalin va a trazar la lnea de sangre [].Desde el XV Congreso10El XV Congreso del PCUS tuvo lugar en diciembre de 1927, ya con la Oposicin expulsada.

, que decidi nuestra expulsin del partido, ocurrieron hechos considerables que han provocado un reagrupamiento de las fuerzas en el pas y dentro del partido.Los hechos ms importantes son:Una ofensiva abierta llevada adelante por una parte de la clase campesina contra la dictadura proletaria
La formacin en el partido de una corriente de derecha que se propone hacer concesiones al kulak y al comercio privado.Las decisiones tomadas por la XVI conferencia del partido por las medidas a tomar para superar el peligro capitalista acelerando la edificacin industrial, el desarrollo de los koljoses11Los koljoses eran las granjas colectivas en la URSS, operadas por campesinos que reciban un pago sobre la base del trabajo asalariado. Fueron impulsados a gran escala por Stalin en 1929, como parte del plan de colectivizacin forzosa. En octubre de 1927, haba 286.000 familias en los koljoses. Para octubre de 1929, el nmero ascendi a 1.008.000.

y los sovjoses12Los sovjoses (derivado de la abreviatura de Sovietskaia Khosjastvo, que significaba explotacin del soviet), eran las explotaciones agrcolas que en la URSS no tenan carcter cooperativo, sino que dependan directamente del Estado.

, la lucha contra el kulak y el peligro de derecha13La XVI Conferencia tuvo lugar del 23 al 29 de abril y sobre todo, haba adoptado retroactivamente el Plan Quinquenal a partir del 1 de octubre de 1928. (Nota de la versin francesa).

.La nueva edificacin socialista comienza en circunstancias difciles. Resultan en parte de cierto retraso en el ritmo de la edificacin que ha permitido movilizarse a los kulaks y a los nepman. Por lo tanto, esta edificacin empieza en un contexto de descomposicin muy avanzado del aparato de estado, de los sindicatos y del partido, de desacuerdos en el seno de la clase campesina media y parcialmente de los campesinos pobres mientras que la clase obrera no estaba preparada para esto y fue tomada de improviso por la racionalizacin y el alza de precios de los objetos de primera necesidad y su escasez. Esta situacin se complic ms por profundas divergencias ideolgicas dentro del partido, del que un sector, la derecha declarada, considera con desconfianza la nueva edificacin socialista y espera que cuando fracase, triunfen sus propuestas, mientras que otro sector, ms considerable an, obstaculiza la edificacin en la prctica, pregonndola en palabras.Estas dificultades internas son reforzadas con una situacin internacional cada vez menos favorable.Los nacionalistas reaccionarios de China, por una operacin de bandidaje, se apoderaron del ferrocarril de China orientalSe trata de la parte terminal del Transiberiano, que atraviesa Manchuria; el trmino nacionalistas reaccionarios chinos designa al gobierno del Kuomintang de Chan Kai Shek. (Nota de la versin francesa)14Se trata de la parte terminal del Transiberiano, que atraviesa Manchuria; el trmino nacionalistas reaccionarios chinos designa al gobierno del Kuomintang de Chan Kai Shek. (Nota de la versin francesa).

: las provocaciones que siguieron nos muestran un despertar de la poltica de intervencin del imperialismo internacional, con la colaboracin activa de la socialdemocracia internacional, convertida abiertamente en un partido pequeo burgus y que todava arrastra tras de s a millones de obreros confundidos.Sera una ilusin de lo ms nefasta creer que estas dificultades se superarn a la brevedad. Provienen de un antagonismo que aumenta y se profundiza ineludiblemente entre nuestra produccin socialista y el capital internacional, en plena descomposicin, pero que mantiene slidamente el poder poltico, y slo cesar con la victoria de la revolucin socialista internacional. Hasta ese momento y con breves intervalos de descanso, este antagonismo no dejar de agravarse.La eliminacin del serio disentimiento que existe entre los Estados imperialistas sobre la cuestin de las reparaciones contribuir a la constitucin de un frente financiero unido contra la URSS, y tratarn de hacernos soportar al menos una parte de estas reparaciones.Cada nueva etapa en la realizacin del Plan Quinquenal renovar, en cierta medida, a una escala todava ms grande, las dificultades polticas y econmicas de la precedente. La realizacin del Plan Quinquenal exigir la movilizacin de enormes recursos financieros, ms importantes cada ao, y de los que una parte -por ejemplo, las sumas asignadas a la creacin de sovjoses- constituir forzosamente, en tanto esto no sea rentable, una subvencin del Estado en forma pura.La movilizacin de considerables recursos exigir una extrema tensin de las fuerzas productivas y de las capacidades fiscales de las masas obreras y campesinas o un crecimiento excesivo de la emisin del Estado que creara el peligro de la inflacin y del alza del costo de vida.La adquisicin de herramientas extranjeras exigir el mximo desarrollo de la exportacin, a menudo en detrimento del consumo interno, y el resultado ser un aumento del costo de vida, as como una baja del salario real. Junto a estas consecuencias, prcticamente inevitables en las condiciones en que estamos, en plena edificacin socialista, esto provocar y provoca una furiosa resistencia de toda la pequeo burguesa, especialmente de los kulaks que, objetivamente, se apoyan en el cerco capitalista internacional.El partido del proletariado est llamado a atravesar una fase de crueles luchas de clases.El lugar de los bolcheviques-leninistas en lucha por superar las dificultades presentes y futuras en el camino de la edificacin socialista est predeterminado por todo el pasado.Estimamos que la lucha por la realizacin del Plan Quinquenal constituye, despus de la guerra civil, el compromiso ms serio que haya tenido lugar entre el partido comunista y el proletariado, as como los campesinos pobres, por un lado, y el capitalismo que levanta cabeza, por el otro. Del resultado de esta lucha depender la suerte de las conquistas de la revolucin de Octubre. La realizacin de los planes establecidos fortificar considerablemente las posiciones del proletariado en la lucha contra el enemigo que nos cerca de dentro y de afuera. El fracaso de estos planes abrira el camino a una corriente de derecha, cuya poltica, aplicada con todas sus consecuencias, llevara a la restauracin del capitalismo y la cada de la dictadura del proletariado.Al mismo tiempo, creemos que el Plan Quinquenal constituye la etapa ms importante en el desarrollo de la lucha de clases por el fortalecimiento de la dictadura proletaria, con la condicin, sin embargo, que la realizacin de este plan est enmarcada por las garantas que aseguren la estrecha colaboracin del proletariado y los campesinos pobres, bajo la direccin del Partido Comunista.Con la mayora del partido, reconocemos que el peligro de derecha, dentro del partido, constituye una amenaza directa e inmediata para la edificacin socialista. Adems, estimamos que la corriente de derecha no se encuentra en algunas centenas o a lo sumo algunos miles de individuos que defienden continuamente las ideas de la derecha. Este peligro tampoco est solamente en los errores y abusos cotidianos denunciados por los diarios en la seccin El peligro de derecha en la prctica, errores y abusos cometidos por miembros del partido que se consideran como partidarios del Comit Central y votan todas sus resoluciones, incluso las que son dirigidas contra la derecha.El peligro de derecha, que sbitamente se ha manifestado con tanta violencia en el partido, tiene causas ms profundas y un pasado ms lejano. Las races ideolgicas de la derecha en el partido son disimuladas bajo falsas teoras, como por ejemplo la de la transformacin automtica de la pequea economa privada campesina en economa socialista (integracin del kulak en el socialismo), la del desarrollo ininterrumpido y sin conflictos de la economa socialista como la de gente que parece ignorar la diferenciacin de clase en nuestro campo (la aldea reducida a una clase media), todas teoras que se han expandido dentro del partido por el hecho de la prolongada influencia que ha ejercido la derecha. La base social del peligro de derecha en el partido est formada por elementos pequeo burgueses que han aportado una ideologa hostil al proletariado y por cierta capa burocratizada de comunistas que perdieron toda preocupacin ideolgica y para quienes el carnet del partido es una manera de asegurar su bienestar personal y su carrera. Estos elementos han sido y son todava los conductores de la influencia, en el partido, de los elementos pequeo burgueses que lo cercan.La lucha contra el peligro de derecha en el partido slo puede ser efectiva con la condicin de que haya una depuracin de esos elementos y que se oponga el leninismo a las falsas teoras de la derecha.Los procedimientos empleados actualmente en la lucha contra el peligro de derecha no alcanzaron su objetivo. Impiden la manifestacin de ese peligro y se oponen a la diferenciacin en el partido entre los verdaderos partidarios del Plan Quinquenal y sus adversarios, declarados o disimulados.No se puede arrastrar a las masas proletarias y al conjunto de los trabajadores en la lucha por la realizacin del Plan Quinquenal de industrializacin ms que con la condicin de mejorar sin cesar sus condiciones materiales.El ritmo de la elevacin del nivel de vida de la clase obrera previsto por el Plan Quinquenal es terico. El ritmo del alza de salarios tal como haba sido previsto en el Plan Quinquenal ha sido anulado, a partir del primer ao de su realizacin, por la subida de los precios de los objetos de primera necesidad y por el aumento de las imposiciones oficiales, as como de las contribuciones voluntarias, directas o indirectas, que pesan todas sobre la clase obrera.Con el partido, reconocemos la necesidad de luchar por la disciplina del trabajo, por combatir cierto estado de nimo corporativo y tradeunionista que se manifiesta en los obreros: reconocemos tambin la necesidad de poner un trmino a las tentativas de los elementos hostiles a la dictadura proletaria que tratan de sacar partido del descontento de los obreros para servir a sus fines contrarrevolucionarios.Al mismo tiempo, estimamos que los procedimientos burocrticos de racionalizacin de la produccin en las que no se tuvo en cuenta ni las fuerzas fsicas ni la calificacin de los obreros, ni el estado de equipamiento de nuestras fbricas y de nuestras usinas, procedimientos aplicados por directores de fbricas ultra burocrticos y que, para aumentar la disciplina del trabajo, retoman mtodos antiguos rechazados por la revolucin de Octubre, tienden a separar a la clase obrera del partido y del poder sovitico y amenazan llevar al fracaso a la propia edificacin socialista.Con la mayora del partido, reconocemos que la edificacin socialista, por medio de los koljoses y los sovjoses, efectivamente puede permitir poner fin al capitalismo agrario e introducir profundamente en la vida del campo una forma socialista de produccin. Con el partido, reconocemos tambin que, atenindose rigurosamente a la frmula de Lenin -apoyarse en los campesinos pobres y consolidar la alianza con los campesinos medios, los que, en nuestro pas agrcola, seguirn siendo por mucho tiempo un factor econmico y poltico de importancia, ayudar al campesino medio a mejorar su explotacin sobre una base tcnica ms amplia- reconocemos, digmoslo, que a este respecto la tarea principal y fundamental debe ser llevar al campesino, progresivamente, pero con perseverancia, a la explotacin colectiva, la nica que constituye una base slida para la edificacin de la economa socialista, para la supresin de las clases y la eliminacin de las contradicciones entre la ciudad y el campo.Al mismo tiempo, estimamos que el nuevo plan de edificacin de koljoses slo cumplir su tarea socialista con la condicin que se remedien los errores del pasado, porque, muy seguido, los koljoses le han permitido a los campesinos pobres convertirse en campesinos medios y a los campesinos medios, convertirse en kulaks por medio de subvenciones gubernamentales.Creemos que si se admiten los kulaks en los koljoses, se introduce un elemento de descomposicin y se intenta as aplicar la falsa teora de la integracin del kulak en el socialismo.El kulak trata de nuevo, como durante la guerra civil, de derrocar a la dictadura proletaria, pero las circunstancias esta vez le son ms favorables.La categora de los kulaks constituye una capa rural poco numerosa, pero muy densa, enriquecida por cierta experiencia poltica y que dispone una cantidad considerable de los excedentes de cereales negociables, as como de los medios de produccin lo que asegura su influencia sobre una parte de los campesinos de condicin media e incluso pobres. La categora de los kulaks hace un clculo que no podra hacer durante la guerra civil: ahora cuenta, no solamente con ciertas partes del aparato de los soviets que tuvo tiempo de corromper y someter, sino con la corriente de derecha en el partido que tiene sus representantes hasta en el comit central.Pensamos que el problema planteado a la XVI conferencia de una lucha contra la invasin de los kulaks no puede ser resuelta efectivamente ms que por la organizacin de las uniones locales de campesinos pobres, las nicas que estarn en condiciones de movilizar a las amplias masas de los campos, las nicas que crearn una base poltica para el campesino medio derrotado quienes, finalmente, garantizarn una lnea correcta en la edificacin de empresas colectivas e impedirn que los kulaks se apoderen nuevamente del stock de trigo.Algunos temen que las uniones locales de campesinos pobres arrojen al campesino medio al clan de los kulaks. Ahora bien, muy por el contrario, solamente la existencia de organizaciones de campesinos pobres puede sustraer al campesino medio de la tutela poltica de los kulaks.Algunos temen tambin que esas uniones se conviertan en algo como uniones campesinas socialistas-revolucionarias: este temor se basa en un malentendido, en la medida en que los socialistas-revolucionarios, de derecha o de izquierda, reclamaban la organizacin de toda la clase campesina y no solamente de los campesinos pobres; adems, este argumento fue refutado por la experiencia ucraniana15En el transcurso de la revolucin en Ucrania, las uniones de campesinos pobres, constituidas con el apoyo y el aliento del gobierno dirigido por Rakovsky, haban jugado un rol decisivo al hacer inclinar la balanza del lado de los bolcheviques en las aldeas. (Nota de la versin francesa).

.Para crear una base poltica slida en el campo, la poltica del partido tomar un carcter metdico y estable en su lucha contra el capitalismo agrario: evitar admitir fluctuaciones, de una medida administrativa a la otra, de un extremo al otro, con todas las consecuencias negativas y los retrocesos que esto implica, medidas que provienen del deseo subjetivo de ayudar al campesino medio y que, de hecho, fortifican al kulak. As, por ejemplo, segn una ley reciente sobre el impuesto en especie, una buena parte de las explotaciones de los campesinos ricos escapan del impuesto individual, mientras que, sin ninguna duda, desde hace dos aos, con los altos precios alcanzados por los productos agrcolas en el mercado libre, el ingreso del campesino rico, del propietario privado, tiene una parte mucho ms importante en la renta nacional.Con el partido, reconocemos que una lucha decisiva e implacable contra la burocracia que se ha desarrollado fuertemente y contra sus mtodos de organizacin es una tarea muy importante y urgente.El mantenimiento de un inmenso aparato gubernamental y sindical, as como el del partido, pesa mucho sobre las masas obreras a costa de los recursos que cubren todos los gastos del estado. Una reduccin rigurosa y severa de todos los aparatos y, entre ellos, el del partido, est dictada expresamente por consideraciones primordiales tanto financieras como polticas. Los recursos financieros limitados de nuestro pas atrasado en el plano cultural y social exigen imperiosamente que se ponga fin a todos los gastos intiles.Un partido revolucionario debe tener en cuenta la experiencia de las revoluciones europeas, en particular, la revolucin francesa en el curso de la cual uno de los medios que fueron empleados para desacreditar a los gobiernos revolucionarios medio demaggico, pero popular y eficaz- fue acusarlos de ser los provocadores de la vida cara. Sin embargo, el burocratismo constituye un peligro ms grande an: es una verdadera calamidad nacional que ha sido ilustrada con claridad desde hace ms de un ao por las revelaciones de nuestra prensa sobre escndalos y abusos de todo tipo16Entre los numerosos escndalos denunciados en esa poca en la prensa sovitica, el ms espectacular fue sin dudas el de Smolensk, descubierto en mayo de 1928, y en donde los dirigentes del aparato del partido estaban acusados no solamente de corrupcin sino de abuso de poder. (Nota de la versin francesa).

. Con el partido, estimamos que, mediante una lucha contra el burocratismo, es necesaria la colaboracin activa de millones de obreros y trabajadores que participen en el control ejercido sobre los actos de los rganos del Estado y de las organizaciones sociales, sobre todo sobre las organizaciones del partido.Es con esta condicin solamente que se podr eliminar el espritu de rapia, la mala administracin, todo lo que duplica o triplica el precio de la edificacin: se eliminarn la irresponsabilidad, las extravagancias, lo arbitrario del aparato cuya contrapartida es el embotamiento, la humillacin, el servilismo en el que viven las masas laboriosas.El peligro de la burocracia, que ha aumentado de manera desmesurada, reside en que ella aparta poco a poco a las masas trabajadoras de la direccin efectiva del estado, de los sindicatos, del partido.Lenin ya haca observar que no hay control de las masas sobre el aparato si ellas no participan real y directamente en el gobierno del pas.Estimamos que slo un aparato basado en la confianza de las masas, un aparato basado en la elegibilidad, en la revocabilidad y en el respeto de la legalidad revolucionaria, puede corresponderse con los intereses de las masas laboriosas y con las exigencias de la dictadura proletaria.En el cerco capitalista, la dictadura proletaria se realiza por el partido comunista, con la ayuda de los sindicatos. Necesariamente, el partido y su direccin detentarn por mucho tiempo an una parte considerable de la autoridad y, a ttulo de poder electivo y de poder revocable, debern estar ubicados bajo el estricto control y la libre crtica de todo el partido. La democracia en el partido, prevista por el programa y los estatutos, las decisiones de los consejos y plenarios y en particular, la resolucin de diciembre de 1923, esta democracia en el partido, basada en la accin del partido y de la clase obrera, debe ser concretada ntegramente.Adoptando la nueva lnea de la Internacional Comunista en la lucha contra el peligro de derecha, reconociendo que su tarea esencial es la lucha contra la socialdemocracia y que, en esta lucha, es necesario apoyarse en toda la clase obrera, incluida su parte no organizada, creemos al mismo tiempo que la direccin de la IC no ha salido de su perodo de oscilaciones ideolgicas17Esta parte de la declaracin fue criticada vivamente en el extranjero; a pesar de la restriccin final, aparentemente aportaba su sospecha a una poltica sectaria que Trotsky iba a calificar como la del tercer perodo y que est ligada a la denuncia del socialfascismo como enemigo principal. (Nota de la versin francesa).

.Tambin creemos que los mtodos burocrticos frecuentemente vigentes en la direccin de la IC alejan a las masas obreras de los partidos comunistas y al mismo tiempo, se oponen a una demarcacin efectiva entre el comunismo revolucionario y el oportunismo. De manera general, el procedimiento oficial empleado para determinar las desviaciones conduce a errores inevitables y expulsa de las filas de la IC, a gente que es indiscutiblemente de derecha y a comunistas revolucionarios al mismo tiempo. Y a la vez, son muchos los oportunistas que aprovechan para ocultarse.Consideramos que la base de la solidaridad internacional de la clase obrera se encuentra en uno de los principios del movimiento revolucionario proletario que han sido formulados por los fundadores del socialismo cientfico, principio que siempre fue defendido por Lenin y que es el siguiente: una organizacin acabada de la produccin socialista slo es posible a escala internacional. Tambin consideramos que la teora segn la cual sera posible una coexistencia durable entre las formas socialistas y las formas capitalistas de produccin est en contradiccin con el marxismo y el leninismo.Deriva de estas dos propuestas que slo una victoria de la revolucin socialista en varios pases capitalistas grandes constituir una situacin favorable para la estabilizacin completa del rgimen socialista en nuestro pas18Los dos prrafos precedentes tambin fueron criticados por ser demasiado conciliadores con respecto al estalinismo y por evitar criticar de frente la idea de socialismo en un solo pas. En efecto, se puede destacar la prudencia en la eleccin de las palabras. (Nota de la versin francesa).

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Todas las afirmaciones contrarias, que contribuyen a separar al proletariado ruso del movimiento obrero revolucionario mundial, crean ilusiones muy peligrosas, llevan a subestimar las inmensas dificultades que hay que prever en la edificacin socialista y as dejan al partido y al proletariado no preparado para superarlasEn la presente declaracin, hemos expuesto el conjunto de las cuestiones importantes sobre las que la apreciacin de la Oposicin coincide con la del partido, sin disimular ni al partido ni a su direccin los desacuerdos que existen.El primer deber de un bolchevique es el de apoyar, enteramente y sin condiciones, al partido y al Comit Central en la aplicacin de los planes de edificacin socialista, participando directamente en esta edificacin y ayudando a los rganos del partido a superar las dificultades que se encuentran en el camino.
La marcha misma de la lucha de clases, su agravacin, la formacin en el partido de una corriente de derecha que implica peligros para la revolucin proletaria, han suprimido en parte las barreras que separaban del partido a la Oposicin de los bolcheviques-leninistas.Estas nuevas circunstancias deben llevar a un mejoramiento de las relaciones que se han creado entre la Oposicin leninista y la direccin del partido, relaciones difciles, que han resultado de nuestra accin en el perodo en que la poltica de la nueva edificacin socialista slo estaba en formacin y tambin de la represin ejercida por la direccin contra la Oposicin19Esta frase fue duramente criticada, no slo en el extranjero sino en la URSS: efectivamente, pareca admitir que las responsabilidades del carcter difcil de las relaciones entre la Oposicin y la direccin incumban primero a la Oposicin y supone tambin una suerte de autocrtica que muchos militantes no aceptaban (la utilizacin de una imprenta clandestina, por ejemplo, se volvi necesaria por la prohibicin de publicar la plataforma). (Nota de la versin francesa).

.Este agravamiento ha sido ms sensible an cuando Trotsky fue expulsado de la URSS; esto es lo que nosotros consideramos como el mayor error poltico de la direccin del partido.Declarando que, por nuestra parte, nos esforzaremos por eliminar lo que es difcil en nuestras relaciones con la direccin del partido, apelamos al Comit Central, a la Comisin Central de Control y a todo el partido, solicitndole que nos facilite nuestro reingreso al partido, que libere a los bolcheviques-leninistas, que anule la aplicacin del artculo 5820El artculo 58 del Cdigo Penal sovitico castigaba a quienes realizaban actividades contrarrevolucionarias contra el estado sovitico. Stalin lo convirti en un instrumento fraccional para encarcelar, deportar, exiliar o ejecutar a los adversarios del aparato burocrtico.

a los deportados y el regreso de Trotsky del exilio.Pensamos que los desacuerdos que subsisten entre nosotros y que sern resueltos por los hechos, no solamente entran enteramente en el marco del programa y de los estatutos del partido, sino tambin constituyen respuestas a las cuestiones planteadas por el propio desarrollo de la edificacin socialista.Estos disensos no pueden ser una justificacin para dejarnos por fuera del partido.Estimamos que la existencia de fracciones en las filas de los comunistas, sea en el partido o fuera de sus fronteras legales, tambin es nociva.Esto amenaza al partido con la escisin, destruye su autoridad ante las masas trabajadoras, quiebra las bases de la dictadura proletaria.En nuestro deseo de eliminar los motivos generales que llevan a la formacin de fracciones, motivos que estn expuestos en la resolucin del CC de diciembre de 1923, declaramos que estamos enteramente dispuestos a renunciar a los mtodos fraccionales de lucha y a someternos enteramente a los estatutos y a la disciplina del partido que garantizan a cada uno de sus miembros el derecho a defender sus opiniones comunistas.Nuestro reintegro en los derechos de miembros del partido es exigido, segn nosotros, no solamente por consideraciones prcticas de utilizacin de las fuerzas de miles de abnegados comunistas, partidarios resueltos de la edificacin socialista, sino por los intereses polticos ms certeros del partido y de la clase obrera.La unificacin de todos los comunistas que se ubican en el terreno del leninismo revolucionario, estrechamente unidos por una misma voluntad y una fe comn en el xito de la edificacin socialista, en la victoria a conseguir sobre el peligro capitalista, suscitar un nuevo flujo de energa revolucionaria en las filas del partido y de la clase obrera.Al dirigirles esta declaracin, estamos persuadidos que ser recibida con simpata y apoyada por la aplastante mayora de la masa del partido y de la clase obrera.Firma: Kossior, Okudjava, Rakovsky21A partir de la redaccin de esta declaracin, terminada en Saratov el 22 de agosto, Rakovsky fue transferido a Barnaul en represalia. (Nota de la versin francesa).

Saratov, 22 de agosto de 1929.Otros firmantes22Suplemento a los nombres de los firmantes publicado por el Biulleten Oppositsii. En esa poca, Kossior fue deportado a Pokrovsk y Okudjava a Samarkand. Muralov, Sosnovsky, Mdivani, Kavtaradz estaban en la prisin de Cheliabinsk, viniendo de Tara, Barnaul, Oremburg. Solntsev estaba en Petropavlovsk o Cheliabinsk (transferencia operada en ese perodo, pero sin fecha precisa conocida). Dumbadz estaba en Bakhsisaray, Veronika Kasparova en Kurgan, Vilensky-Sibiriakov en Viatka, Rafail (Farbman) en Tobolsk o Turkansk (transferencia operada en ese perodo, pero sin fecha precisa conocida), Karl y Rebecca Grunstein en Cherdyn, Lazlo en Oremburg o Turgai (transferencia operada en ese perodo, pero sin fecha precisa conocida), B. Livshitz en Tulun, Palatnikov en Aktiubinsk, Netchaiev en Kolpachevo, Maliuta en Arcangel.Rafail (Farbman) era un miembro del CC del PC ucraniano venido de la Oposicin obrera, Gerdovsky, era ex responsable de una imprenta clandestina. Ilya Rosengaus, uno de los antiguos dirigentes de la Oposicin en Ucrania. Dimitri Vilensky-Sibiriakov (1888-193?), ex menchevique unido en 1917 al partido bolchevique, era un escritor popular. (Nota de la versin francesa).

: Nikolai Muralov23N. Muralov (1887-1937), tambin hijo de campesinos, agrnomo, bolchevique en 1903, dirigente de la insurreccin de Mosc en 1905, haba sido condenado a muerte por asesino en esa poca. En 1917, comand el asalto al Kremlin. Miembro del estado mayor de Trotsky durante la guerra civil, haba sido comandante militar de la regin de Mosc, luego inspector general del Ejrcito Rojo.

, Budu Mdivani24Polikarp (Mudu) Mdivani (1887-1937) fue un ex jefe de estado de la Georgia sovitica y militante de la Oposicin de Izquierda, fue sentenciado a muerte por la Corte Suprema de eorgia en julio de 1937 y fusilado.

, Lev Sosnovsky25Lev Sosnovsky (1886-1937), militante desde 1904, periodista popular de un gran talento, era la mejor pluma de la Oposicin, todo el tiempo odiado por los burcratas, apresado desde el primer momento de su deportacin.

, Sergei Kavtaradz26Sergei I. Kavtaradz (1895-1971), igualmente antiguo bolchevique georgiano, haba sido Comisario de justicia, luego presidente del consejo de los comisarios del pueblo de Georgia. Perteneca igualmente a la Oposicin de Izquierda desde 1923.

(estos cuatro en nombre de los detenidos en Cheliabinsk). Lado Dumbadz27Lado Dumbadz (sin datos) es uno de los bolcheviques ms viejos; a principios de siglo mont la imprenta clandestina en el Cucaso; luego participo en la Revolucin de Octubre, gozando de la estima de Lenin. Era un hombre extremadamente modesto y sacrificado. Desde 1928 pas de la crcel al exilio y del exilio a la crcel. Los sufrimientos y privaciones le han provocado parlisis de ambos brazos. El viejo no puede vestirse ni escribir. No obstante, la venganza burocrtica decret su traslado al exilio desde el hospital de la prisin, condenndolo a una muerte segura. (Nota tomada de Len Trotsky, Persecucin poltica en la URSS, libro 4, Escritos 1934-1936, disponible en esta misma pgina).

, Veronika Kasparova28Varsenica o Vernica Kasparova (1875-1941), de origen trtaro, se uni al partido en 1904. En el curso de la guerra civil, ocup puestos importantes en la jerarqua de comisarios polticos del Ejrcito Rojo, cercana colaboradora de Trotsky. Luego fue responsable de la seccin Oriente del secretariado femenino internacional, de la seccin de mujeres del PC, profesora de la Universidad de los Pueblos de Oriente. Se uni a la Oposicin de Izquierda y fue deportada junto con su hijo. Fue fusilada al mismo tiempo que Rakovsky.

, Dimitri Vilensky-Sibiriakov, Rafail (Farbman), Karl y Rebecca Grunstein29K. I. Grunstein (sin datos) fue comisario del Ejrcito Rojo durante la Guerra Civil. Fue arrestado en 1928 y capitul en 1932. De acuerdo con el trabajo de Pierre Brou Los trotskistas en la URSS: perteneca a la vieja generacin; fue militante del partido socialdemcrata letn, donde era un firme aliado de los bolcheviques, luego bolchevique, pasando aos en prisin y en deportacin. Durante la guerra civil, dirigi una divisin y goz de la estima de Trotsky al que estuvo personalmente ligado desde la poca de la batalla de Kazn donde estuvo a su lado. Despus de la guerra, dirigi la escuela de aviacin militar y asegur el secretariado de la sociedad de los antiguos presidiarios. Cubierto de condecoraciones, fue con Muralov unos de los pocos militantes polticos que se convirti en un militar reconocido por sus pares profesionales. Estuvo con la Oposicin de Izquierda desde 1923, refrend en 1929 la declaracin de Rakovsky. Fue deportado a Cherdyn con su mujer Rebecca y un nio.

, M. Lazko, Eleazar e Iuri Solntsev30Eleazar B. Solntsev (1900-1936) militante de la generacin de octubre, economista, miembro de la Oposicin trotskista de 1923, era considerado como uno de los jvenes dirigentes de la segunda generacin de la Oposicin. Haba trabajado algn tiempo como economista en el Amtorg en los Estados Unidos, antes de ser destinado a Berln de donde fue llamado en 1928 para partir inmediatamente a la crcel de aislamiento.

, Boris Livshitz31Boris S Livshitz (1896-1949), antiguo profesor rojo, que capitul despus de Smirnov y retom junto a l una actividad clandestina que le vali un nuevo arresto en diciembre de 1932. Se Ignora la fecha en la que fue liberado; fue corresponsal de guerra durante la Segunda Guerra Mundial.

, N. Palatnikov32N. Palatnikov (sin datos) fue un profesor rojo. De acuerdo con el trabajo de Pierre Brou Los trotskistas en la URSS, en 1953 haba sido visto en Vorkuta. Fue uno de los pocos que sobrevivi a Stalin.

, Nikolai Netchaiev33Nikolai Netchaiev (sin datos), fue miembro de la joven generacin de la Oposicin de Izquierda. Fue parte del estado mayor del famoso tren blindado en el que se trasladaba Trotsky durante la guerra civil, y uno de sus secretarios.

, Vladimir Maliuta34Vladimir Maliuta (sin datos), obrero oposicionista.

, Z. M. Gerdovsky, Chuknadz, N. I. Mekler, I. Rosengaus, Paulina Vinogradskaia, M.M. Joff35M. M. Joffe (sin datos) viuda del famoso diplomtico sovitico, fallecido embajador en Roma, Tokio, etctera, tras muchos aos de exilio ha sido trasladada al extremo norte de Siberia por querer ayudar a sus amigos aliviando sus sufrimientos. Se la acusa de crear la Cruz Roja de la oposicin. Su hijo muri como resultado de las privaciones fsicas del exilio. Para completar el trgico cuadro del destino de esta familia, recordemos que, ante la persecucin implacable, A. Joffe se suicid en 1928. Adolf Joffe (1883-1927): uno de los mejores diplomticos soviticos despus de la Revolucin de Octubre. Fue militante de la Oposicin de Izquierda. Enfermo, se le neg el tratamiento mdico necesario y se suicid. Dej una carta para Trotsky que se hizo famosa. Se reproducen algunos pasajes en Leon Trotsky, the Man and his Work (Merit Publishers, 1969). Maria Joffe, su viuda, pudo salir de la URSS en 1975, despus de veintisiete aos en los campos de concentracin y en el exilio. (Nota tomada de Len Trotsky, Persecucin poltica en la URSS, libro 4, Escritos 1934-1936, disponible en esta misma pgina.)

, P. Perevertsev36P. Perevertsev (sin datos) era el verdadero nombre de Pierre fue el coordinador, junto con Solntsev, de la Oposicin de Izquierda en el exterior, y luego de ser deportado, mantuvo sus contactos, hasta ser arrestado. Desapareci en 1933.

Benia Kolondadz, etc.

Apelacin de los deportados a la Internacional ComunistaLen TrotskyTraducido especialmente del francs por Rossana Cortez, tomado de Len Trotsky, Oeuvres, Institut Lon Trotsky, Francia, 1988, tomo I, 2. serie (enero 1928-julio 1928), p. 68-77. La versin francesa fue traducida del ruso, T 1093, con el permiso de la Houghton Library. Las notas fueron preparadas para esta edicin, salvo las que tengan aclaracin en contrario.Los abajo firmantes, expulsados de las filas del Partido Comunista de la Unin Sovitica antes del XV Congreso[1] de ese partido o por decisin de ese Congreso, creemos necesario apelar esta exclusin al rgano supremo del movimiento comunista internacional, a saber, al VI Congreso de la Internacional Comunista[2]. Sin embargo, por orden de la GPU (o en parte, por resolucin del Comit Central del partido), nosotros, viejos bolcheviques, estamos exiliados en las regiones ms alejadas de la Unin Sovitica sin que se nos haya imputado ninguna acusacin, con el nico objetivo de impedir nuestra ligazn con Mosc y con los dems centros obreros, y en consecuencia, con el VI Congreso mundial. Por lo tanto estimamos, en vsperas de nuestra partida forzosa hacia regiones lejanas de la Unin Sovitica, dirigir la presente declaracin a la presidencia del Comit Ejecutivo de la Internacional Comunista (IC), rogndole que la haga conocer a los Comits Centrales de todos los partidos comunistas.La GPU nos exilia sobre la base del artculo 58 del Cdigo Criminal, es decir, por propaganda o agitacin a favor del derrocamiento, del socavamiento o del debilitamiento del poder sovitico o por cometer actos individuales contrarrevolucionarios. Con una calma desdeosa, hemos rechazado la tentativa de aplicar este artculo a muchos bolcheviques-leninistas que han hecho mucho para establecer, defender y consolidar el poder sovitico en el pasado y que, tambin en el futuro, consagrarn todas sus fuerzas a defender la dictadura del proletariado.La deportacin de viejos militantes, por orden administrativa de la GPU, es simplemente un nuevo eslabn de la cadena de acontecimientos que conmueven al PC sovitico. Estos sucesos tendrn una inmensa importancia histrica por una serie de aos. Las actuales divergencias de puntos de vista son las ms importantes que conoci la historia del movimiento revolucionario internacional. En esencia, se trata de saber de qu manera no se lleva a la ruina a la dictadura del proletariado que fue conquistada en Octubre de 1917. La lucha en el PC de la URSS se desarrolla a espaldas de la IC; sta no participa en ella, incluso la ignora. Los principales documentos de la Oposicin consagrados a las grandes cuestiones de nuestra poca siguen siendo desconocidos para la Internacional Comunista. Los partidos comunistas siempre se posicionan ante el hecho consumado, y slo ponen su firma en decisiones adoptadas de antemano. Creemos que esta situacin surge del rgimen absolutamente falso en vigencia en el PC de la URSS y en toda la IC.La rudeza excepcional de la lucha en el seno del partido, que ha llevado a nuestra exclusin (y actualmente, a nuestro exilio, sin que se pueda invocar ningn hecho nuevo para motivarlo), encuentra precisamente su causa en nuestra aspiracin a hacer conocer nuestro punto de vista al partido y a la IC. Mientras estaba Lenin, esta actividad era considerada como normal y lgica. En esa poca, las discusiones se desarrollaban sobre la base de la publicacin y del examen integral de todos los documentos concernientes a las cuestiones conflictivas. Por falta de este rgimen, la IC no puede convertirse en lo que tiene que ser. La lucha por el poder del proletariado internacional contra la burguesa, extremadamente poderosa, est todava por delante. Esta pelea presupone, por parte de los partidos comunistas, una direccin fuerte, que goce de autoridad moral, y capaz de actuar por s misma. Semejante direccin slo puede crearse en el transcurso de muchos aos, seleccionando los representantes ms firmes, los ms aptos para determinar su accin de una manera autnoma, los ms consecuentes, los ms valientes de la vanguardia del proletariado. En la ejecucin de las tareas, los funcionarios, incluso los ms honestos, no pueden reemplazar a los guas de la Revolucin. La victoria de la revolucin proletaria en Europa y en el mundo entero depende, en gran medida, de la solucin del problema de la direccin revolucionaria. El rgimen interno de la IC impide elegir y educar semejante direccin. Esto se manifiesta de manera notoria por la actitud de los partidos comunistas extranjeros frente a los procedimientos internos del PC de la URSS, cuya suerte est ntimamente ligada al destino de la IC.Nosotros, Oposicionistas, hemos quebrado las normas de la vida del partido Por qu? Porque hemos sido despojados ilegalmente de la posibilidad de ejercer nuestros derechos normales como miembros del partido. Para llevar nuestro punto de vista al Congreso, hemos sido obligados a asumir la responsabilidad de utilizar una imprenta del Estado. Para refutar la falsificacin de nuestra posicin, en especial, la vil calumnia relativa a nuestra supuesta relacin con un oficial de Wrangel[3] y la contrarrevolucin en general ante la clase obrera, hemos enarbolado, en la manifestacin del 10mo. Aniversario, pancartas que llevaban las siguientes inscripciones: Combatamos a la derecha, contra los kulaks, los nepmen y los burcratas! Realicemos la ltima voluntad de Lenin! Por una verdadera democracia en el Partido! Estas consignas, indiscutiblemente bolcheviques, fueron declaradas no solamente hostiles a la revolucin, sino contrarrevolucionarias. Varios signos muestran que en el futuro, hay que atenerse a intentos de crear supuestos lazos entre la Oposicin y las organizaciones de guardias blancas y mencheviques, de quienes estamos ms alejados que nadie. Para forjar semejante amalgama, no es necesario dar explicaciones, tampoco para deportarnos.En la declaracin que hemos dirigido al XV Congreso, firmada por los camaradas Smilga, Muralov, Rakovsky y Radek[4], hemos anunciado nuestra obediencia a las decisiones del XV Congreso y nuestra determinacin a dejar el trabajo fraccional. Sin embargo, fuimos excluidos y se nos ha deportado a causa de nuestras opiniones. Pero, por encima de todo, hemos declarado, y lo repetimos aqu, que no podemos renunciar a las opiniones expresadas en nuestras tesis y en nuestra plataforma, porque el curso de los acontecimientos confirma su justeza.La teora de la construccin del socialismo en un solo pas conduce inevitablemente a separar la suerte de la URSS de la de la revolucin proletaria internacional en su conjunto. Plantear as la cuestin, es socavar, en el terreno terico y poltico, las bases mismas del internacionalismo proletario. La lucha contra esta nueva teora totalmente antimarxista, inventada en 1925 es decir, nuestra lucha por los intereses fundamentales de la IC- es lo que ha llevado a nuestra exclusin del partido y a nuestra deportacin administrativa.La revisin del marxismo y del leninismo, en la cuestin fundamental del carcter internacional de la revolucin proletaria, proviene de que desde 1923 hasta hoy se dieron duras derrotas de la revolucin proletaria internacional (1923 en Bulgaria y en Alemania[5], 1925 en Estonia, 1926 en Inglaterra[6], 1927 en China[7] y en Austria). Estas derrotas crearon la posibilidad de lo que se ha denominado la estabilizacin del capitalismo, porque han consolidado provisoriamente la situacin de la burguesa mundial. Por la presin reforzada de la burguesa mundial sobre la URSS, estas derrotas han retrasado la marcha de la edificacin socialista; han fortalecido las posiciones de nuestra burguesa dentro de la URSS; le han dado la posibilidad de ligarse ms fuertemente a muchos elementos del aparato de Estado sovitico; han aumentado la presin de este aparato sobre el del partido, y han conducido al debilitamiento de su ala izquierda. En el transcurso de esos aos, se produjo en Europa un resurgimiento provisorio de la socialdemocracia, un debilitamiento provisorio de los partidos comunistas, y un fortalecimiento del ala derecha dentro de ellos. La Oposicin en el PCUS, como ala izquierda obrera, ha sufrido derrotas al mismo tiempo que se debilitaban las posiciones de la revolucin proletaria mundial.Si bien los partidos de la IC no tuvieron ninguna posibilidad de apreciar exactamente la significacin histrica de la Oposicin, la burguesa mundial, por el contrario, ya emiti su juicio sin ambigedades. Todos los diarios burgueses ms o menos serios, en todos los pases, consideran a la Oposicin del PCUS como su mortal enemiga y por el contrario, alientan la poltica de la mayora dirigente como una transicin necesaria de la URSS hacia el mundo civilizado, es decir, capitalista. Creemos que la presidencia de la IC debera reunir las opiniones expresadas por los jefes polticos y por los rganos principales de la burguesa, en lo que concierne a la lucha dentro del PCUS, con el fin de permitir al VI Congreso la posibilidad de sacar las conclusiones polticas necesarias sobre esta cuestin primordial.El resultado y las lecciones de la revolucin china, revolucin que constituye uno de los acontecimientos ms grandes de la historia mundial, fueron ocultados, apartados de la discusin, y no fueron asimilados por la opinin pblica de la vanguardia proletaria. En realidad, el comit central del PCUS ha prohibido la discusin de las cuestiones relativas a la revolucin china. Pero, sin el estudio de los errores cometidos, clsicos del oportunismo, es imposible concebir la preparacin revolucionaria de los partidos proletarios de Europa y de Asia en el futuro. Independientemente de la cuestin de saber sobre quin recae la responsabilidad inm