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SUPLEMENTO SEMANAL DE LA HORA, IDEA ORIGINAL DE ROSAURO CARMÍN Q. GUATEMALA, 20 DE JULIO DE 2018 QUIROA, el más guatemalteco de todos los pintores

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Quiroa, el más guatemalteco de todos los pintores

Página 2 / guatemala, 20 de julio de 2018

es una publicación de:

presentaciónl nombre de Marco Augusto Quiroa está ligado al universo artístico guatemalteco. Fue un esteta original que al captar la realidad multiforme del país

ofreció sus propias claves de comprensión. Conocer al pintor supera, sin embargo, la aproximación a su imaginario creativo. Esa es la intención de cederle la palabra al escritor Juan Antonio Canel Cabrera.

El articulista, según se dijo en pasadas ediciones, presentará por entregas el perfil biográfico de “El Gato Viejo”, con el que irá descubriendo un personaje pletórico de humanismo, sentido del humor, pragmatismo y empatía. Se trata de un texto que, superando el dato frío, recoge de primera mano la vida de un artista comprometido con las clases más desfavorecidas.

En esta entrega, el relato titulado, “El pueblo, hasta en el tuétano”, explica el valor y significado de situarse entre la gente. Una estrategia vital generadora de un conocimiento particular que imprime carácter a la obra artística. Ello revela el abordaje popular presente en la obra del artista plástico nacido en 1937 y fallecido en el año 2004. No sin razón, Carlos Mérida lo declaró el “más guatemalteco de todos los pintores”.

La edición presenta, asimismo, las colaboraciones del historiador Fernando Mollinedo, la crítica estética de Miguel Flores y las propuestas literarias de Adolfo Mazariegos, Leónidas Letona y Rómulo Mar. Cada uno de ellos, desde su área disciplinar, desentraña la realidad y la interpreta según horizontes y sensibilidad propios. Todo, en beneficio de una edición aderezada para los distintos paladares de nuestros lectores.

Confiamos, una vez más, que nuestro esfuerzo rendirá sus frutos en provecho del apetito intelectual de los seguidores del Suplemento Cultural. Deseamos ser parte activa de la construcción de un país diferente. Y estamos seguros de que esa utopía será posible desde la reflexión crítica que posibilite senderos nuevos por la vía de un pensamiento alterno.

Que tenga un reparador descanso. Hasta la próxima.

Juan antonio Canel CabreraEscritor

Hablé en mi nota anterior, del 15 de junio del 2018, sobre los puntos cardinales de Marco Augusto Quiroa y sobre su

capacidad literaria para metaforizar, que fue resultado de “tener pueblo”. ¿“Tener pueblo”? Sí; esa virtud suya la expliqué en el artículo que, días después de su muerte (noviembre de 2004), publiqué en elPeriódico:1

Hace, más o menos, 12 años, le conté a Maco mi encanto de la lectura de Cuentos

1. 7 de noviembre de 2004.

de Joyabaj, de Francisco Méndez, sobre cómo ese autor me hizo sentir todo lo narrado y, además, la frescura e inocencia respirada en sus páginas. Después de oír mi experiencia, él me dijo:

–¿Sabés por qué sentiste todo eso? –¿Por qué, vos? –Porque Francisco Méndez tenía pueblo. Luego, ese “tener pueblo” Maco me

lo amplió contándome una impresión parecida a la mía. “Fijate, vos... a mí me pasa lo mismo que a vos, por ejemplo, cuando leo la poesía del flaco Arango.2 Siento salir de sus palabras los mismos objetos nombrados por él. Por ejemplo,

2. Luis Alfredo Arango.

si habla del zanate, Arango tiene la magia de hacernos sentir su graznido; de las frutas picoteadas en los árboles, vos sentís el sonido, los olores y hasta el sabor con el cual disfruta el pajarraco; al emprender el vuelo, te llega el aire desplazado por sus alas y hasta oís el plaf de la caquita cayendo al pasar sobre vos. Y alguien capaz de transmitir eso, definitivamente tiene pueblo. No hay de otra. Contar las cosas de esa manera, no es así nomás”.

Con los años, muchas veces volvimos a ese tema al compartir la experiencia de nuestras lecturas. Yo le dije en una ocasión:

–¿Vos creés que Miguel Ángel Asturias alguna vez tuvo la experiencia de bajar

el pueblo, hasta en el tuétano

guatemala, 20 de julio de 2018 / Página 3

Dibujo de Marco Augusto Quiroa para su artículo “Ni héroes ni mártires”, del 24-11-1996.

Marco Augusto Quiroa y Juan Antonio Canel, en Varadero, Cuba, en agosto de 1998.

barrancos, conocer los bosques y sentir sus olores como para narrar en Hombres de Maíz, por ejemplo, el pasaje donde los compadres, a través de mil obstáculos, peligros, hondonadas y alegrías transportan el garrafón de guaro que, en el camino, van consumiendo y pagando con una truculencia que los hace terminar en la cárcel?

–Mirá, si alguien tuvo pueblo fue el Miguelón. “Tener pueblo” no quiere decir que a puro tubo vos vivás en un lugar refundido. No. Es más, vos podés vivir, por ejemplo, en Joyabaj y nunca “tener pueblo”. Para lograr esa virtud, hay que recorrer sus calles, sentirlas; mezclarte con las gentes, sentir sus olores, sus hedores; vivir sus historias, chupar cusha en batidor de barro, volverte cenzontle y que, aunque tengás voz de sapo, vos hagás que los demás te escuchen, precisamente, como cenzontle. Y el Miguelón, Canelín de mis angustias, pudo hacer eso. La parte jodida es que, para llegar a tener esa virtud, uno necesita acercarse a las personas y a las cosas de manera humilde. Hay que tener la capacidad de aprender y la sensibilidad abierta para ese gran acontecimiento de la vida. Eso no cualquiera lo logra, aunque se la lleve de muy fustán con picos.

Dichas esas razones, en el camino de los años, al leer los libros de Maco, entendí ese portento que significa “tener pueblo”. Es necesario oxigenarse de mundo y aldea; de cielo y de infierno; de gozo y sufrimiento. En resumidas cuentas, estar abierto a todas las personas para poder llegar a todos.

E l “ t e n e r p u e b l o ” n o f u e u n a característica que Maco haya adquirido sólo acompañando a don Benigno (su padre) en los viajes que hacía para asentarse en los lugares donde debía ejercer como juez. También la consolidó en casi todos los ámbitos de la vida en los cuales le tocó desempeñarse. Roberto Sian (Boris, como le decía Maco), su cuñado, cuenta una anécdota que ilustra muy bien ese aspecto. Resulta que Quiroa decía que era crema3 sólo por llevar la corriente, por hilar conversación y tragos con los demás; en realidad, el fútbol nunca le importó. En una ocasión, en la que fueron al estadio, Maco le preguntó a Sian:

–¿Usted sabe por qué vengo al estadio, Boris?

–¿Por qué, Maco?–Vea a esa mujer de allá adelante. Mírela,

bien arregladita, muy compuesta ella. Por atrás parece modelo de pasarela y por delante modelo de vení p’acá. Ya la va a ver en un rato. Échele ojo.

Y, cabal, momentos después, tras un fallo del árbitro, la mujer se levantó de su asiento y exclamó junto a los demás:

—¡Árbitro hijo de la gran puta, desgraciado...!

Entonces, Maco, con una sonrisa pícara, se volteó hacia Sian y, previo apachón de ojo, le dijo:

–Ya ve, Boris, a eso vengo al estadio;

3. Ser crema: ser partidario del equipo Comunicaciones, de fútbol.

a ver a la gente, a medir sus reacciones, actitudes, maneras de comportarse, cambios de personalidad; a estudiarlas. Esos son los insumos que me sirven para pintar y escribir.

Quiroa fue pintor y escritor por decisión propia. En una ocasión le pregunté por qué optó por hacerse escritor:

–Fijate vos –me dijo–, la suerte que yo tuve al tener un ruco como mi viejo.

–¿Por qué, vos? –Porque si no hubiera sido por él, de

plano yo hubiera sido otra cosa, menos escritor y pintor.

–¿Abogánster? –Quizá sí. –¿Él te obligó, pues?–No, hombre. Al contrario. “Yo comencé

a interesarme por la literatura y la pintura, precisamente, porque no me obligaron. La literatura me la enseñó con el ejemplo porque era un lector empedernido y hombre muy culto. Además, lo que pasó fue que, como al tío Nino4 lo tenían del tingo al tango, a mí me acarreaba a donde a él lo enviaran. Y en ese trajín aprendí que las atmósferas son distintas. Cada pueblo tiene la propia. Y la misma comida, aunque sea igual, no tiene el mismo sabor en Cobán que en Chicacao. El sudor de las personas huele diferente. Y el dolor, que siempre duele, las personas no lo sienten de la misma manera en todas las partes. Hasta los labios de las mujeres, dependiendo del lugar, saben a jocote de corona, a rosas en miel, hoja de pino o agua fresca... etcétera”.5

Sentir las cosas en lo profundo lo proveía, después, del placer de evocarlas; a la vez, de una añoranza que lo urgía a contarlas. Lo vivido ya no tenía que ver solo con lo externo sino se volvía parte orgánica en él. Luego, las sensaciones ya no eran provocadas desde el exterior sino del interior. Eso implicaba dotarlo de una sensibilidad intensa. Por eso se le atrincheró la necesidad de escribir que lo mantenía sin sosiego.

En una de nuestras charlas frecuentes, le pregunté por qué se juntaba a tertuliar en unos lugares que la gente consideraba “bajos”. Él me respondió que esos santuarios eran fuente importantísima para un escritor. Sobre todo, para quien aspira a llegar al corazón del pueblo. “¿De qué le vas a hablar al pueblo?: de las cosas del pueblo. Entonces tenés qué conocerlo. Meterte dentro de él y sentirlo a través de sus palabras, de lo que ven, de lo que comen, de lo que palpan, etc. De lo contrario sólo podés aspirar a ser un escritor para chancles, si bien te va. En ese sentido solo sigo el ejemplo de Lope de Vega, Cervantes y maese Quevedo, que tuvieron la gracia y el genio de meter al pueblo en el protagonismo literario. En esa onda uno debe llevar al pueblo metido hasta el tuétano” –decía. Pero de este asunto seguiré hablando en la siguiente entrega.

4. Manera como Marco Augusto Quiroa se refería a su papá: Benigno Quiroa Obregón.5. Juan Antonio Canel, elPeriódico, 7-09-2004.

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Fernando Mollinedo C.Historiador y Columnista Diario “La Hora”

recuerdos históricos de Guatemala

LA ARQUITECTURA DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS:

Por el año 1500 los descendientes de los antiguos mayas carecían de construcciones con los rasgos artísticos occidentales; entre sus máximos y más significativas edificaciones

tenían la pirámide escalonada, cuadrangular que les servía de plataforma en los templos dedicados a sus dioses y patios especiales para el juego de pelota.

Sus viviendas consistían en ranchos, construidos con materiales de su propia comunidad: horcones para las esquinas, cañas para las paredes y con paja cubrían sus techos. La tendencia de los españoles de ocupar las edificaciones de los nativos prevaleció hasta el siglo XVII. Un ejemplo de ello es la referencia que dio el cronista Fray Antonio de Molina quien dijo que Fray Guevare comenzó a labrar el convento de la Santa Cruz de Quiché con los materiales y piedras del palacio de los reyes de esa localidad.

BERNAL DÍAZ DEL CASTILLO, el soldado – cronista español, (1496–1584) escribió la obra denominada Verdadera y notable relación del descubrimiento y conquista de la Nueva España y Guatemala, publicada en Madrid en el año 1632, la cual consta de 299 folios, es decir, casi 600 páginas escritas en su anverso y reverso con un promedio de 48 reglones cada una. El manuscrito original denominado “Manuscrito Guatemala” se encuentra en el Archivo General de Centro América, ubicado en la parte posterior del edificio que ocupa la Biblioteca Nacional de Guatemala.

Bernal Díaz fue enterrado en el presbiterio de la catedral de Santiago de Guatemala, al igual que personajes de la época colonial como el Obispo Francisco Marroquín, Pedro de Alvarado y su esposa. Los conquistadores españoles al tomar posesión de cada lugar (provincias) apoyaron su autoridad en la fuerza y el despotismo, organizaron políticamente la vida civil de la sociedad creando los ayuntamientos donde se ejercían las funciones legislativas y administrativas.

CARACTERÍSTICAS ESENCIALES PARA FUNDAR UNA CIUDAD: Después del asiento vino el ornato; como colonias recién fundadas, querían atraer corrientes de inmigrantes y muchos de ellos manifestaron deseos por traer a sus mujeres, criar hijos y nacionalizarse americanos para heredar su “prosperidad”.

En la época colonial, los arquitectos diseñadores de ciudades tomaban en cuenta elementos básicos parecidos o similares a los de las ciudades españolas para la fundación o traslado que albergarían las instituciones administrativas de la Corona española en los nuevos territorios conquistados; siendo estos: 1) abundantes pastos, maderas y leña, 2) el sol, 3) el clima, 4) cerros con cal, 5) el agua, 6) el viento), 7) fertilidad del suelo, 8) facilidades de comunicación, 9) formación de ciénagas, además de mantener la cuadrícula en las calles, al estilo castellano.

El ARCHIVO GENERAL DE CENTRO AMÉRICA: denominado también como la memoria de la patria grande, y Templo de la Historia Centroamericana, oficialmente fue creado durante el gobierno de Vicente Cerna en el año 1846 como Archivo General del Gobierno adscrito al Ministerio de Gobernación. Su primera sede fue un salón en el Palacio Real de la Nueva Guatemala de

pasó a ser parte del Ministerio de Educación con rango cultural. Con la creación del Ministerio de Cultura y Deportes creado en los últimos años de la década de los 80, pasó a ser dependencia del mismo.

Como dato curioso, el rótulo que lo identifica en su frontispicio fue creado en bronce con una tonelada de cascabillos que donó el Ministerio de la Defensa y sus letras fueron fundidas en la Dirección General de Caminos, cada una tiene un peso de 150 libras y miden un metro de alto. El edificio consta de 9 pisos incluyendo 2 sótanos, actualmente cuenta con detectores de humo, extintores, deshumidificadores y pantallas protectoras que evitan el paso de la polución, vidrios color ámbar que protegen los documentos de la luz solar.

la Asunción, contó inicialmente con la documentación oficial reunida por la Sociedad de Artesanos; fue trasladado en 1884 al caserón que ocupaban las instalaciones de la Casa de la Moneda en la esquina de la 4ª Avenida y 6ª Calle de la zona 1, donde ocupó un lugar al lado de donde se encontraban las calderas hasta el año 1956 cuando lo trasladaron a su actual sede.

En el año 1967, el profesor José Joaquín Pardo Gallardo y los periodistas Rigoberto Bran Azmitia de “La Hora”; Mario Sandoval Figueroa, de “Nuestro Diario” y German Duarte Castañeda, de “Diario de Centro América”, impulsaron la iniciativa que llevó a la construcción del complejo arquitectónico que hoy alberga al Archivo General de Centro América, Biblioteca y Hemeroteca nacionales.

Para documentar de forma más completa al Archivo General, su director José Joaquín Pardo Gallardo quien asumió el cargo en el año 1935 solicitó su documentación a todas las gobernaciones y municipalidades del país consistente en sus archivos, algunos conteniendo documentos venidos del tiempo de la colonia, incluyendo Chiapas y Soconusco; y así documentar más de 300 años de Historia colonial y de forma subsiguiente de la Federación Centroamericana hasta que fue roto el Pacto Federal en el año 1838.

Los documentos fueron enviados en redes, costales y grandes cajas, mismos que por falta de anaqueles fueron colocados en el piso. Durante 30 años el profesor Pardo elaboró casi medio millón de tarjetas analíticas que contienen los datos bibliográficos y de catalogación de casi todos los documentos.4

Los directores de los periódicos referidos incluyendo “Impacto” de don Óscar Marroquín Rojas, apoyaron la jornada denominada “Salvación de la Historia”, la que culminó con la visita que hiciera al Archivo el presidente Julio César Méndez Montenegro quien donó mil quetzales para la compra de anaqueles y evitar la pérdida de parte de la Historia guatemalteca.

Uno de los departamentos que fueron creados con el auxilio de dos trabajadores del Archivo quienes se especializaron en México, fue el laboratorio de reconstrucción de documentos, asimismo, por medio del Decreto Legislativo 17-68 cambió de nombre denominándose Archivo General de Centro América y

Construcción del edificio del AGCA, en el ángulo inferior izquierdo se aprecia parte del caserón que ocupó el Archivo hasta 1956.

BiBlioGrAfíADiario La Hora, Reportaje de Rigoberto Bran Azmitia. “Lo que fue la operación Archivo en los años de 1967-1968” 25/26/28/29 y 30 de marzo 1996.

E-GrAfíA: https://es.wikipedia.org/wiki

guatemala, 20 de julio de 2018 / Página 5

más que una antología de cuento breve, un placentero viaje iniciado en “el palabrerista”

adolFo MazariegosEscritor y columnista de Diario “La Hora”

“desde la caída del sol...”:

En virtud de ello, me ha parecido que quizá la mejor manera de reconocer dicho esfuerzo y valentía, y al mismo tiempo motivar la participación de los autores, sea hablando

un poco de las obras que han resultado ganadoras en ediciones anteriores (he elegido la antología del primer año en que el certamen se realizó: 2014) cuya variedad y riqueza han resultado una verdadera celebración de nuevas letras guatemaltecas para todos los gustos, aunque claro, como decía Ortega y Gasset en 1925 cuando publicó “La deshumanización del arte”: “es muy difícil que hoy quepa inventar una aventura capaz de interesar a nuestra sensibilidad superior”. “Toda obra de arte suscita divergencias: a unos les gusta, a otros, no; a unos les gusta menos, a otros más”.1

Ciertamente, en tal sentido, es preciso indicar que en toda obra de arte sea pictórica, musical o literaria (por citar algunas) existe una realidad indiscutible que, en muchos casos, quizá osadamente, lleva a cuestionar las motivaciones estéticas del autor al realizar su obra. En el caso particular de la literatura, esta realidad cuyo punto de partida lo encontramos en ese “cuestionar”, es una combinación entre la consecuencia sociológica de la obra y el efecto psicológico que ejerce -o que podría ejercer- en el lector, más allá del grado de identificación poco meditada que pueda tenerse a veces con los personajes o con la historia que el autor ha plasmado con la intención -como cabría suponer- de cautivar a sus eventuales lectores. Las más de las veces, esta combinación se percibe sencillamente como un todo, y no como partes individuales o aisladas (estética, literaria, etc.) No obstante, el hecho de que una obra guste o no, es un asunto que no implica necesariamente el hecho de que la misma sea entendida, comprendida.

En “Desde la caída del sol...” (Antología del I certamen de cuentos El Palabrerista, 2014), podría decirse que nos encontramos con una afirmación y al mismo tiempo con una negación de las aseveraciones de Ortega y Gasset citadas líneas arriba. En sus páginas encontramos un variopinto abanico de posibilidades que enriquecen la obra misma y la convierten en una suerte de gama amplia y colorida con la que el lector o lectora puede darse gusto de acuerdo con sus particulares

1 Ortega y Gasset, José. La deshumanización del arte. (Ensayo). En “Obras de José́ Ortega y Gasset.” Alianza Editorial. Madrid,

2006.

Hace pocos días, conversando brevemente con el poeta y

entusiasta editor guatemalteco Eynard Menéndez, me enteré que

está por realizarse la convocatoria al certamen de cuento “El

Palabrerista” 2018, un concurso literario que, con mucha ilusión y esfuerzo, se ha venido realizando

durante los últimos años como una iniciativa de la editorial artesanal “Proyecto editorial Los Zopilotes”.

intereses o según sean sus preferencias de lectura.

A l p a s a r l a s páginas del libro, sumergiéndose en esas historias que transportan a sitios c á l i d o s o f r í o s , cercanos o distantes, reales o imaginarios según sea el caso, y al ir “conociendo” a personajes que no son más que reflejo de realidades cotidianas (y “normales”, donde las haya), la vida humana cobra un nuevo sentido, y una nueva dimensión, tal como sucede en “La Unión”, el pueblo caluroso en donde la miseria, la falta de actividad y una suerte de maldición desconocida pero implacable, hacen presa de quienes llegan quizá por casualidad -si acaso existe- para no salir y para convertirse en el monstruo que probablemente desconocían que llevaban dentro; un sitio en donde la indignación o el remordimiento que puede producir la muerte absurda y trágica de un amigo, aún por mano de quienes le conocen o al menos comparten con él un sueño común, simplemente no existe.

“La Unión”, el primero de los cuentos en el libro, escrito por Carlos Gerardo González, remite inevitablemente a lo psicológico, y a lo fantástico como mecanismo de persuasión en una realidad ridícula que también puede ser normal, dependiendo del ángulo del que se vea. Un relato breve que no pasa desapercibido, sino por el contrario, deja la sensación de querer seguir indagando en las verdaderas causas, razones y significados de lo que en la historia ocurre, ¿es acaso la analogía de cómo suelen terminar los sueños de muchos de quienes desean escribir?... El autor lo sabrá.

Páginas adentro, “Crónicas potosinas” se transforma, letra a letra, palabra a palabra, en un breve relato con apariencia de autobiográfico. Una historia chusca y cínica narrada a manera de e-mail. Un correo electrónico escrito en un aeropuerto mientras se espera más que un avión, quizá una reprimenda, quizá un cambio de vida porque se ha llegado al momento justo donde las reflexiones marcan el paso de una etapa de la vida a otra, y eso, salvo contadas y justificadas excepciones, es inevitable. La historia transcurre durante un viaje al DF mexicano, donde tiene lugar un evento indeterminado cuya cena de gala resulta un fiasco y que es aprovechada, como pretexto, para dejarse arrastrar por las influencias de Baco. Su autor, Ovidio Fernando García, obtuvo el segundo lugar.

El tercer puesto del certamen fue obtenido por Gabriela Aguilar. Su cuento “Personaje de renombre”, hace vagar y divagar por escenarios tan cotidianos como complejos en los que usualmente no se repara a

menos que nos detengamos un momento para -como podría decirse-, pausar la película y ver cada escena con mayor detenimiento. Su personaje central, ese indefinido “vacío” que quién sabe si pueda tomar para sí (y como suya) una voz ajena, es el mejor ejemplo de que cualquier cosa puede suceder en el constante devenir del mundo y de la vida en sociedad.

Esa posibilidad de crear imágenes públicas a medida con fines puramente comerciales (¿o políticos?) es posible. El cuento “Personaje de renombre” remite a controversiales etapas históricas, sea por muchos aborrecidas, sea por otros tantos tal vez añoradas. Dictaduras en las que la posibilidad de decir lo que se piensa o se sueña, quizá no sea más que un pecado a castigar. A través de la historia, probablemente sin percibirlo, en algún momento alguien se ha quedado con la voz de otros, o simplemente la han silenciado.

“Desde la caída del Sol”, más que una antología de cuento breve es un viaje placentero. Una obra sencilla sin mayores pretensiones, publicada con mucho esfuerzo, pero que sí logra interesar la sensibilidad del lector. Como corolario, quizá a manera de gesto de prudencia y justicia, valga la pena indicar que en la antología hay voces tan variadas como valiosas, con trenes de vida -aparentemente- disímiles, lo cual hace de la obra un libro verdaderamente rico y entrañable, además del esfuerzo (ya aludido) y dedicación de la editorial que convoca anualmente al certamen y lo mantiene vivo después de varios años de haberlo convocado por primera vez (2014). Fredy Antonio Pastor; Jazmín Iracema López; Daniel Castillo Pérez; César Yumán González; y Fernando Vérkel, son otras de las plumas (aunque no todas) de las que componen este singular libro editado artesanalmente por Proyecto Editorial Los Zopilotes y cuya lectura vale realmente la pena. La información del certamen y la convocatoria para este año, según me comentó el editor, estarán disponibles en los próximos días, mientras tanto puede visitarse la página de la editorial convocante en Facebook: https://www.facebook.com/proyectoeditorialzopilotes

Página 6 / guatemala, 20 de julio de 2018

la desconcentración

leonidas letona estradaEscritor

Hacía intenso frío, la neblina subía lentamente pero arrolladora, envolvente arrasadora, subiendo pausadamente las empinadas cumbres del entorno sololateco, era una densa nube blanca procedente

del lago que oscurecía el campo de fútbol de la antigua Escuela Práctica semejando un Wembley,

de Londres, pues la visual era tan cerrada que a duras penas se distinguían las personas, como

sombras extraterrestres correteaban tras un balón, pesado, de puro cuero, fabricado artesanalmente

que, cuando se pateaba levantaba, además de la neblina, nubes de polvo que bañaban a los

jugadores totalmente, hasta los ojos.

Todas las tardes llegaban a aquel campo futbolero para ensayar, a practicar técnica y táctica y estrategias y demostrar sus habilidades para ser seleccionados y

competir en el próximo compromiso que se avecinaba. Así entrenaban los integrantes de aquel famoso equipo “PARUGUÍ-YA” que en el idioma cachiquel quiere decir “arriba del agua” o “sobre el lago”, aludiendo naturalmente a la ciudad de Sololá que está situada en lo alto del lago de Atitlán.

Dicho club de futbol estaba invitado para sostener un encuentro amistoso, nada menos contra el famoso y afamado “Hércules” de la ciudad capital, invitación que no era para despreciarse porque era en celebración de la Feria de Noviembre en honor del Tata Presidente de la República y sabiendo cómo actuaba, se debía cumplir, además, demostrar que en Sololá también soplaban aires futboleros. Así que manos a la obra y a entrenar duro, a conciencia y como Dios manda. La cosa era en serio y la consigna era no quedar mal con la gran afición que esperaba lo mejor de sus hijos predilectos; además, aprovechar ese roce deportivo con lo más granado del fútbol de esos tiempos. Con niebla, frío y polvo entrenaron todos los días antes que llegara la hora de la verdad.

Parientes, amigos y aficionados a ese deporte, llegaron a despedir al equipo que partía hacia la capital, llevando consigo y dentro de sus morrales no solo sus enseres para jugar, sino la ilusión, la esperanza y el entusiasmo de hacer un papel decoroso, dadas las circunstancias de la época. Y ante todo dejar un buen recuerdo de aquella singular aventura. No faltaron en la despedida los Cofrades que empuñan sus “custodias” de los “Santos sololatecos”, las tesheles con sendas candelas cubiertas con la hoja de mashán por el aire que soplaba; risas, abrazos, besos y hasta una que otra lágrima adornaron aquella despedida deseándoles, desde luego, traer de vuelta el triunfo un poco lejano, pero no imposible.

Las tres de la tarde de aquel 10 de noviembre de 193..., viento frío soplaba de norte a sur de la capital de Guatemala, los arreboles del verano se reflejaban en el horizonte para hacer un marco esplendente a los volcanes Pacaya, Fuego y Acatenango, quienes erguidos y silenciosos contemplaban el grandioso espectáculo que se llevaría a cabo en el campo de aquella feria de noviembre.

Sonó el silbato y entraron al campo de juego los equipos: primero, el anfitrión o sea el renombrado Hércules Fútbol Club, los jugadores debidamente uniformados con colores llamativos: camisola blanca con franja horizontal color café oscuro, pantaloneta negra con ribetes blancos, medias blancas y zapatos negros, magnífica presentación por ser el campeón nacional. Luego el equipo visitante Paruguí-ya, modesto en su vestimenta, pero llenaba los requisitos reglamentarios que el árbitro, Ottón Bekker, de descendencia europea, revisó meticulosamente dando el visto bueno para iniciar inmediatamente el cotejo que era esperado ansiosamente por el numeroso público que rodeaba la cancha. Nuevo gorgoritazo y las dos escuadras inician aquel inolvidable juego de fútbol.

Los noventa minutos de juego transcurrieron en un ir y venir del balón, pero aquellas piernas de acero de los protagonistas eran incansables para correr por todo el campo de juego; las jugadas vistosas se alternaban para llevar peligro en ambos marcos o porterías, sin embargo, la ansiada anotación no llegaba a pesar de los gritos y vivas de la noble afición congregada en ese escenario; sombreros al aire, y gritos de alegría se confundían con

las alegres notas musicales de las marchas marciales que inundaban el ambiente interpretadas por la Banda musical del cuartel Matamoros.

“Tito” Soto era el arquero del equipo sololateco, alto, fuerte y musculoso; ágil y certero en atrapar cuanto balón caía en sus brazos, y el equipo contrario lo “bombardeaba” constantemente, tiros de esquina, tiros directos, cabezazos, todo lo desviaba con facilidad, pues poseía dotes felinos (reflejos dicen hoy) para detener con el pecho, pies y manos cualquier intento para anotarle algún gol, arrojarse a los pies del rival era también una singular forma para defender su marco, importándole poco salir lesionado de estos lances suicidas que también eran aplaudidos nutridamente por los espectadores.

Ni un minuto de tregua le daban al pobre Tito Soto, estrella del equipo occidental que impertérrito mantuvo incólume su meta por casi los noventa minutos que le parecieron un siglo. “El valor va de la mano con el honor”, solía decir cuando demandaba de sus compañeros más entrega, más lucha y más sacrificio en pos del triunfo. Y el réferi daba señales de cansancio y displicente miraba su reloj que le colgaba de la cintura, fatigado y sudoroso, dada la movilidad de los dos equipos y estaba a segundos de dar el aviso final para dar por concluido el partido con un honroso empate. De pronto un gran estruendo, retumbos de terremoto, erupción de cien volcanes, zumbido de un millón de abejas, toda la feria en un solo ruido atronador, estremecedor, inaguantable hasta para el más fuerte y poderoso tímpano humano. Tito Soto alza sus ojos y con la mirada empañada por el sudor que le rueda por todo su rostro, contempla la gran mole sobre su cabeza y el gran avión bimotor, que en las cercanías de la feria levantó vuelo, pasando rugiente y rasante por sobre el campo de fútbol, deja al portero estático pues en cuestión de segundos y bajo sus piernas le anotan el gol del gane del Hércules, el cual fue festejado por los aficionados de dicho club; aún el portero no recobraba la sorpresa de ver un avión a baja altura cuando le sobrevino la pesadumbre, la tristeza, incredulidad. Tragedia individual y colectiva.

Regresaron a Sololá con la pena prendida en el alma por haber perdido el encuentro, todo por la ingrata y veleidosa desconcentración del gran portero TITO SOTO.

guatemala, 20 de julio de 2018 / Página 7

róMulo MarEscritor

poesía selecta

SUDAR LOS VERSOS

Cada poema debe ser

una obra de arte total

y no solo mareoso intentos de lluvia;

o llueve o nada.Hay que dejar la piel,

el alma y el corazón,

batirse en duelocon los imposiblespara levantar el triunfo

de la belleza literaria.

Al ruedo se salta descalzo

porque es sagradoel terreno de la creación

y no se escapa de él

sin una presa en los dientes.

Ve y pon tus rodillas

en las orillas del viento

y ambiciona más,corre a 100 kilómetros por hora

“regresa con tu escudo

o sobre él”.

TE ENCONTRARÉ, ALEGRÍA

Te he visto entre los niños en recreo.

Te he visto en la cola de un perrito,

en los espléndidos amaneceres del

campo;despuntar en todos los amarillos

y en cada amor que nace.

He visto tu efervescencia

en los carruseles y heladerías.

Te he visto huyendo de una calle ensangrentada

y de los alaridos de una madre desconsolada.

He atravesado noches profundas

y caminado sobre las brasas de la

ira.Alegría pura, alegría vital,

que te desnudas en la boca

y eres la boca de la felicidad,

no me niegues tu sabor,

tráelo a mi seco paladar.

Desamarilla a los corruptos y ladrones,

a los que juegan con la vida ajena

y ven a mí a pintarme estrellitas,

ven a hacerme cosquillas.

Planta sonrisas en mi jardín, ¡por favor!

barre todas mis tristezas de una

vez.

Página 8 / guatemala, 20 de julio de 2018

Miguel Flores Castellanos Doctor en Artes y Letras

Abordar lo queer en América Central es arriesgado porque al ser un vocablo inglés, su adaptación podría interpretarse

como un neocolonialismo de mal gusto. Más aún porque su enfoque proviene de sistemas teóricos de Estados Unidos y algunos países de Europa como España. Por ello, el planteamiento es recibido con escepticismo en América Latina, como lo hacen ver varios estudios recientes.

Un ejemplo es el realizado desde la Universidad Andina Simón Bolívar: “El problemático término queer no ha sido ‘entendido’ del todo en América Latina. O quizá se ha ‘sobreentendido’ por demasiado tiempo y es un deber explicar, de modo más frontal, aquello que se ha asimilado sin mayor discusión. Aunque también es probable que su sentido y alcance se hayan ‘entendido’ mejor de lo que muchos [sic] hemos creído, lo que ha provocado una serie de reacciones complejas que solamente ahora se pueden entender desde la teoría. Estas distintas posibilidades de comprensión de lo queer tensan, una vez más, su significado. Pero, sobre todo, permiten ‘entender’ la complejidad de la región latinoamericana en el diálogo global de las políticas identitarias”, comenta Eduardo Falconi.

Para los investigadores Pié y Planella, la Queer Theory puede ser considerada una respuesta a dos hechos específicos, por lo menos en lo que se refiere a su desarrollo en Estados Unidos. Primero, como una respuesta a la tendencia neoconservadora estadounidense “encabezada por la Sentencia del Tribunal Supremo [1986] que condenó las prácticas ‘sodomitas’ y, por otro lado, a crear un marco teórico a los grupos que hicieron frente a la expansión del sida”. (p.16)

Estos investigadores educativos hacen ver que la teoría queer “fundamentalmente se trata de personas que buscan posiciones más allá de la heteronormatividad y la normalidad”. Expresan, además, que se basan en la recepción de ideas de Freud, Foucault y Butler. Estos tres autores, juntamente con toda la teoría

La categoría queer es un concepto que tiene dificultades de traducción, más que entenderlo como raro o bizarro, el término, que en inglés operó como un insulto humillante para el sujeto nombrado, en estas tierras se tendría que interpretar como una teoría de huecos, culeros, playos o cochones. Lo queer ha convertido una tendencia en teoría, activismo y metodología en la práctica artística actual.

lo queer, nuevo enfoque para la lectura del arte

Gestas, el ladrón (2014), de la serie Dulce Mortificación, Eny Roland Hernández Javier ©

y la experiencia de los movimientos y discursos GLBT, posibilitan partir de un nuevo conocimiento que no obliga a pensar en criterios binarios. La epistemología queer desestabiliza las identidades sexuales, ofreciendo alternativas para repensar, estructurar y normativizar [...] cánones universalistas, dualistas y heteronormativos.

En forma puntual, enfatizan la necesidad de “...explorar el nuevo imaginario político en el que puedan forjarse diversas alianzas -entre las personas que no se reproducen, entre los excéntricos del género, los bisexuales, los gays y las lesbianas, y los no monógamos-, alianzas que puedan empezar a innovar las formas de disciplina social e intelectual de la academia”.

Siguiendo a Morris, Pié y Planella hacen ver lo que es ser queer:

...ser queer no supone ninguna vinculación con ninguna etiqueta y, por otro lado, los comportamientos queer confunden los conceptos de sexo, género e identidad. De hecho, bajo la mirada queer, las identidades quedan completamente desarticuladas: son fluidas y cambiantes, se convierten en lo que Martin llama ‘no identidades’. Queda claro, que los objetivos centrales de la teoría queer es: disolver las categorías de identidad, las cuales son productos históricos y sociales, y que “la finalidad de fijarlas está relacionada, con el control social. El mismo binomio hombre/mujer excluye otras posibilidades y niega, en definitiva, el carácter constructivo de la sexualidad. Al mismo tiempo estos autores indican que lo queer se aleja de la victimización y la normalización. El tratar de ser normal, coloca al sujeto en una posición sumisa.