¿qué pronostican los pronósticos?

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Artículo escrito en setiembre del 2000 ¿QUÉ PRONOSTICAN LOS PRONÓSTICOS? Gustavo Garibotto Carton El azar quiso que cayera a mis manos un recorte de periódico de tres años atrás en el que se daba cuenta de una conferencia brindada por un prestigioso técnico analizando las perspectivas del mercado lanero. Tres años más tarde, y con las cartas vistas, su lectura me provocó la pregunta que da título a esta nota: ¿qué pronostican los pronósticos? No es la primera vez ni somos los únicos- que al leer pronósticos de distinta índole nos hacemos ésa u otras preguntas en las que subyacen dudas aún mayores. ¿Para quién pronostican los pronósticos? o ¿para qué pronostican lo que pronostican? Seguramente no exista una única respuesta ni sea la misma para las distintas preguntas. En el desarrollo de esta nota iremos comparando lo “pronosticado” por el conferencist a en 1997 con lo efectivamente ocurrido después tratando de dar respuesta, al menos parcialmente, a las preguntas planteadas. Como nuestra intención no es atacar o criticar específicamente al conferencista dejaremos su nombre en el anonimato, no sin aclarar -porque hace al cerno de este análisis- que se trata de un destacado profesional y reconocido consultor en el área ovina, más concretamente en lo relacionado a la producción y mercados de la lana. “Diversos factores demostrarían mejora en perspectivas laneras”. Así se titula el artículo periodístico en cuestión, citando textualmente la afirmación realizada por nuestro colega en la conferencia organizada por una reconocida firma rematadora capitalina en agosto de 1997. Indudablemente, el título, encabezando la página de “Rurales” del periódico en grandes letras negras acompañado del nombre de quien lanzaba aquella afirmación, habrá hecho suspirar aliviado a más de un productor lanero que desde principios de la década estaba esperando el prometido repunte en los decaídos precios de la lana que no obedecían más que una situación coyuntural, como solía decirse al principio de aquellos años. Habrá habido algún lector que, preguntándose en qué basaría el disertante tal afirmación, avanzó en el contenido del artículo para enterarse que “La disminución global de la oferta lanera, conjugada con el mantenimiento del nivel de la demanda, determinan un cambio en el panorama del sector...” y que por lo tanto “las perspectivas para la lana son en general muy buenas; hay

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Page 1: ¿Qué pronostican los pronósticos?

Artículo escrito en setiembre del 2000

¿QUÉ PRONOSTICAN LOS PRONÓSTICOS?

Gustavo Garibotto Carton

El azar quiso que cayera a mis manos un recorte de periódico de tres años

atrás en el que se daba cuenta de una conferencia brindada por un prestigioso

técnico analizando las perspectivas del mercado lanero. Tres años más tarde, y

con las cartas vistas, su lectura me provocó la pregunta que da título a esta

nota: ¿qué pronostican los pronósticos?

No es la primera vez –ni somos los únicos- que al leer pronósticos de

distinta índole nos hacemos ésa u otras preguntas en las que subyacen dudas

aún mayores. ¿Para quién pronostican los pronósticos? o ¿para qué

pronostican lo que pronostican? Seguramente no exista una única respuesta ni

sea la misma para las distintas preguntas. En el desarrollo de esta nota iremos

comparando lo “pronosticado” por el conferencista en 1997 con lo

efectivamente ocurrido después tratando de dar respuesta, al menos

parcialmente, a las preguntas planteadas.

Como nuestra intención no es atacar o criticar específicamente al

conferencista dejaremos su nombre en el anonimato, no sin aclarar -porque

hace al cerno de este análisis- que se trata de un destacado profesional y

reconocido consultor en el área ovina, más concretamente en lo relacionado a

la producción y mercados de la lana.

“Diversos factores demostrarían mejora en perspectivas laneras”.

Así se titula el artículo periodístico en cuestión, citando textualmente la

afirmación realizada por nuestro colega en la conferencia organizada por una

reconocida firma rematadora capitalina en agosto de 1997. Indudablemente, el

título, encabezando la página de “Rurales” del periódico en grandes letras

negras acompañado del nombre de quien lanzaba aquella afirmación, habrá

hecho suspirar aliviado a más de un productor lanero que desde principios de

la década estaba esperando el prometido repunte en los decaídos precios de la

lana que no obedecían más que una situación coyuntural, como solía decirse al

principio de aquellos años.

Habrá habido algún lector que, preguntándose en qué basaría el

disertante tal afirmación, avanzó en el contenido del artículo para enterarse que

“La disminución global de la oferta lanera, conjugada con el mantenimiento del

nivel de la demanda, determinan un cambio en el panorama del sector...” y que

por lo tanto “las perspectivas para la lana son en general muy buenas; hay

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varios factores que pueden explicar esta afirmación”. En el párrafo siguiente se

demostraba con números y porcentajes cuánto había bajado la oferta mundial

de fibra en los 5 últimos años y cómo había descendido el stock australiano

desde 1991 para luego afirmar que “la oferta va a ser marcadamente inferior y

nos encontramos con un nivel de demanda que –en el peor de los casos-

manteniéndose estable va a superar lo ofertado. Así se genera un desbalance

oferta – demanda favorable al precio y al productor”. Por si no fuera

suficientemente convincente, el disertante añadió que estas estimaciones

“toman en cuenta un consumo de lana que no va a ser sustancialmente

diferente, por más que si mejora la economía de algunos países –sobre todo en

Europa- la demanda de lana aumenta fuertemente, lo que operaría más en la

dirección deseada”. Luego de referirse a algunas iniciativas encaminadas a

promover el uso de la fibra de lana culminó afirmando “Todo parece indicar

que, en términos globales, las perspectivas serán mejores”.

Lo que efectivamente sucedió con los precios de la lana es lo que se

muestra en la Gráfica 1.

Gráfica 1. Evolución del precio del quilogramo de lana sucia finura III. Lo sucedido en el precio de la lana desde la publicación de la nota

periodística nos eximiría de cualquier comentario, no obstante es preciso

señalar algunos aspectos. En primer lugar, resulta evidente que es poco

probable que una proyección de precios realizada en base al comportamiento

esperado de variables de tipo “macro” tenga más confiabilidad que el resultado

de lanzar una moneda al aire. En segundo lugar, y más importante aún, es que

se sigan haciendo proyecciones basadas en este tipo de variables, con el

agravante de la presumible falta de conciencia sobre la responsabilidad que

implican tales pronósticos. Es necesario que quien asevera lo que se afirma en

la nota -y desde el lugar en que lo hace- sepa que es un “generador de opinión”

1

1,2

1,4

1,6

1,8

2

2,2

2,4

1996/1997 1997/1998 1998/1999 1999/2000

Zafra

Pre

cio

(U$S

)

Garibotto, en base a OPYPA (2000)

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y que es muy probable que tras sus palabras se embarquen productores

desprevenidos que, siguiendo la opinión de quien consideran un entendido en

la materia, tomen decisiones empresariales que muy seguramente estarán

destinadas al fracaso.

El repunte del stock ovino

Volviendo a la nota periodística que recogía la conferencia realizada en

Montevideo, preguntado sobre el efecto que la nueva situación podía tener

sobre la dotación lanar, el entrevistado precisó “tenemos la impresión de que la

caída del stock ovino está detenida en estos momentos y que si hay indicios

que la lana se recupera y la carne ovina (corderos pesados) prende en el

productor, seguramente se van a mejorar los índices reproductivos, las

señaladas y en definitiva ello llevará a una recuperación del stock”.

La carne ovina prendió. Prueba de ello es el notable aumento ocurrido

en la faena de corderos pesados. No obstante, lejos de manifestarse una

mejora en los procreos ovinos, existe información del SUL que sostiene que se

produjo una disminución en el porcentaje de señalada promedio del país que

supera apenas el 50%. En la Gráfica 2 se presenta la evolución del stock ovino

hasta la fecha.

Gráfica 2. Evolución del stock ovino. Nuevamente, la información presentada en la gráfica tiene suficiente

contundencia por sí sola como para que sea necesario agregar algún

comentario. Por eso, y a modo de reflexiones finales, veamos de qué forma se

le dio respuesta a las preguntas planteadas inicialmente.

10000

12000

14000

16000

18000

20000

1996 1997 1998 1999 2000

Año

Núm

ero

de o

vino

s (e

n m

iles)

Garibotto, en base a OPYPA (2000)

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¿Qué pronostican los pronósticos?

Basándonos en el ejemplo analizado: poco y nada.

¿Para quién pronostican los pronósticos?

Se responde por la mitad: no sabemos para quién pronostican, pero

sabemos para quién no pronostican.

¿Para qué pronostican lo que pronostican?

Podemos especular con al menos tres hipótesis:

- Sin ningún motivo en particular.

- Buscando crear un “estado de ánimo”.

- Para defender algún interés particular.

Sea cual sea la respuesta, lo cierto es que de pronósticos y sus yerros

está empedrado el camino al infierno.

Paysandú, Agosto de 2000