¿qué es lo que realmente nos importa de la corrupción? una
TRANSCRIPT
¿Qué es lo que realmente nos importa de la corrupción? Una inmersión en nuestra mente
cultural.
Tesis para optar por el Título de:
Psicóloga
Presentada Por:
Cielo Paola Salgado Riaño
Tutores:
Juan Carlos Caicedo Mera
Sandra Paola Agudelo Orjuela
Universidad Externado de Colombia
Facultad de Ciencias Sociales y Humanas
Área de Salud, Conocimiento Médico y Sociedad
Línea de Cerebro Social, Ecología y Convivencia
Mayo de 2021
Copyright © 2021 por Cielo Paola Salgado Riaño. Todos los derechos reservados.
“Porque ser libre no es solamente desamarrarse las propias cadenas, sino vivir en una forma
que respete y mejore la libertad de los demás”
Nelson Mandela
Agradecimientos
Es realmente confortante para mí el poder llegar a remembrar a todas aquellas personas que
pusieron un granito de arena para hacer posible este momento. Por ello, a cada una de ellas le doy
mis infinitas gracias por su apoyo, ánimo y compañía, sin los cuales sé firmemente que no
hubiera llegado hasta aquí. Sé que la enseñanza más grande que me ha dejado este proceso es el
demostrarme que lo realmente valioso está en aquellos momentos tan efímeros como un abrazo,
una risa o una palabra de aliento; aspectos que, en medio del estrés, de los contratiempos y de las
dificultades son los que te motivan a seguir adelante.
Primeramente, a mi mamá, la inspiración de mi vida, quien me impulsa a crecer cada día en pro
del bienestar mío y de los demás, quien me ha inculcado a ser una persona íntegra, sincera y fiel a
mí misma. A mi hermana Perla, mi ejemplo a seguir, a quien admiro con todo fervor y a quien
agradezco por darme la mano a lo largo de mi vida.
A mis mejores amigos, mi familia por elección, Christian y Melissa, mis más grandes impulsores
en este proceso, quienes me aconsejaron, me guiaron, me enseñaron y me corrigieron mis errores.
Gracias a ustedes porque me cultivaron personal y profesionalmente en el amor y en la ética;
porque me acompañaron en mis mejores y peores momentos; porque siempre supieron estar ahí,
alentándome y dejándome ser en toda mi esencia.
A todas mis demás amistades. A Juan, Daniel, Camila y Santiago, quienes me acompañaron en
cada paso por esta grandiosa experiencia, con quienes conocí el verdadero significado de la
amistad. A María José, Alejandro y Carlos por brindarme tan hermosos momentos y quienes me
han mostrado que la verdadera felicidad es más simple de lo que uno creería. A Felipe quien me
permitió visualizar de nuevo un proceso de años y resignificarlo en tan solo meses. A Paula,
Valeria, Camila V., Laura G. y Laura A., mis grandiosas colegas, con quienes me enorgullece
graduarme. A Julián y Sebastián, quienes estuvieron más íntimamente en el modelamiento de un
gran proyecto como este y quienes me mostraron una luz al final del túnel.
A mis docentes y asesores, quienes me enseñaron lo que significa ser psicóloga. A Juan Carlos
Caicedo, por acompañarme en este proceso con toda su sabiduría, quien me inspiró a
apasionarme por lo que hago. A Paola Agudelo, Angelica Torres, Sandra Valencia, Fabio Ballen,
Roberto Suarez, Mauricio Aponte, Marco Muñoz, Felipe Parra, Sandra Frieri, José Rubio, Diana
Rodríguez, Susana Barradas y Marcela Agudelo, docentes que dejaron una huella en mí, a
quienes recuerdo con gran aprecio y a quienes agradezco por ayudarme a construirme como
persona y como profesional.
A mis compañeros y a mis participantes, quienes hicieron posible mi investigación con su ayuda
desinteresada y quienes me hacen seguir teniendo fe en que aún hay humanidad entre nosotros.
Resumen
El fenómeno de la corrupción se convierte, en los últimos tiempos, en una de las
principales explicaciones de la desigualdad social y del actuar político - democrático, abriendo,
además, múltiples discusiones acerca de la moralidad. Concretamente en Colombia, tomar a la
corrupción como objeto de estudio resulta de importancia al tener en cuenta el recorrido histórico
del país, la actualidad política nacional, la percepción extranjera y la cultura ciudadana
construida.
Por consiguiente, este texto busca discutir acerca de las prácticas de corrupción y
acercarse un poco al entendimiento del actuar personal frente a este fenómeno preguntándose ¿de
qué manera se juzga un acto como corrupto? ¿cómo un sujeto puede llegar a tomar esta decisión?
¿en qué aspectos estas decisiones pueden repercutir en el sentir moral? o ¿qué papel juega el
entendimiento de los otros dentro de nuestra toma de decisiones en estos contextos?
En consecuencia, este acercamiento corresponde a una triangulación de técnicas utilizadas
con el propósito de sumergir al lector dentro de una discusión referente al estudio de la
percepción de las prácticas de corrupción; abordándolo por medio de su expresión a través del
estudio de las prácticas de corrupción inmersas en la vida cotidiana y su relación con la moral y
la empatía, en este caso, con estudiantes universitarios de la ciudad de Bogotá. Lo anterior por
medio de la inmersión de los participantes dentro de situaciones hipotéticas que evalúen las
tendencias de actuar o aprobar prácticas corruptas a nivel micro y de la evaluación del
desentendimiento moral y el índice de reactividad interpersonal presente en ellas, dando pie a una
discusión más profunda sobre lo que llega a implicar lo que se entiende por ‘corrupto’.
Llegando así a encontrar que nuestro pensar y actuar varía en concordancia con quienes
somos nosotros y en qué aspectos biopsicosociales nos vemos identificados, en términos de
sexos, religiones e inclinaciones políticas. Resultados que, finalmente, abrieron un debate sobre
la influencia que ejercen los preceptos morales y culturales adquiridos gracias a las perspectivas
de género, las afiliaciones políticas y las pertenencias/creencias religiosas.
Palabras Clave: Corrupción, religión, política, desentendimiento moral, neurociencia social,
empatía, moral
Introducción
Las prácticas de corrupción en el marco de la vida cotidiana de Bogotá, Colombia
Las primeras manifestaciones de la regulación legislativa para que fuera posible para el
humano la adaptación y la construcción de una vida en sociedad vienen expresadas desde la
época antigua, plasmados en jeroglíficos pictóricos de los Sumerios, en el código de Hammurabi,
en los papiros egipcios, en la biblia y en múltiples documentos que datan de muchos siglos atrás.
Sin embargo, con el surgimiento de los códigos sociales nació la violación y el quebrantamiento
de ellos y con ello lo que ahora se llama como corrupción.
La corrupción se define como el “abuso de posiciones de poder o de confianza, para el
beneficio particular en detrimento del interés colectivo, realizado a través de ofrecer o solicitar,
entregar o recibir bienes o dinero en especie, en servicios o beneficios, a cambio de acciones,
decisiones u omisiones” (Transparencia por Colombia, 2021). Sin embargo, la ambigüedad y
falta de claridad de este término tanto legislativa como socialmente ha desembocado en la
diseminación de una cultura de la corrupción que se ha llegado a introducir incluso en las
prácticas de la vida cotidiana.
Por lo anterior, aquí se considera que, para la construcción de país y el mejoramiento de
este en términos de corrupción el primer paso es la toma de responsabilidad frente a la
construcción de nación y luego si la revolución y transformación de las grandes esferas. Es por
eso por lo que, por medio de esta investigación se pretende abordar el fenómeno de la corrupción
desde lo micro, lo implícito, lo no tan obvio.
En el primer capítulo se pretende dar una contextualización lo suficientemente amplia y
precisa para que el lector cuente con información suficiente para sumergirse en la discusión que
se plantea en este documento. En el segundo capítulo, se pretende mostrar la orientación, sentido
y justificación de esta investigación, delimitando los aportes que se pretenden dejar. En el tercer
capítulo, se pretende dar cuenta de todos los aspectos metodológicos, procedimentales, técnicos y
rigurosos dentro de la investigación que hicieron posible su realización aún en medio de una
pandemia. Por último, en el cuarto capítulo se exponen y discuten los resultados y se muestran las
conclusiones, aportes y enseñanzas de tan arduo trabajo.
Tabla de Contenidos
Capítulo 1 ................................................................................................................................................... 15
Las prácticas de corrupción como un fenómeno multifactorial ¿es solo política? ............................... 15
Antecedentes .......................................................................................................................................... 15
Marco teórico y conceptual................................................................................................................... 19
La neurociencia social, una visión integradora .................................................................................. 19
Emociones, empatía y motivación. ¿Cómo tomamos decisiones? ....................................................... 22
El proceso de la toma de decisiones y el atravesamiento de la moral ................................................ 30
Desentendimiento Moral ¿Cómo equivocarse y no sentirse culpable? ............................................... 36
Capítulo 2 ................................................................................................................................................... 41
La armonización de la neurociencia social y la psicología para la comprensión de fenómenos sociales
¿cómo abordar un fenómeno inabarcable? ............................................................................................. 41
Planteamiento del problema ................................................................................................................. 41
Pregunta de investigación ..................................................................................................................... 45
Justificación ........................................................................................................................................... 45
Objetivos ................................................................................................................................................ 46
General ................................................................................................................................................ 46
Específicos ........................................................................................................................................... 47
Capítulo 3 ................................................................................................................................................... 48
La cotidianidad de la corrupción puesta en contexto científico. El desentendimiento y las prácticas
de corrupción ¿directamente proporcionales? ....................................................................................... 48
Metodología ........................................................................................................................................... 48
Enfoque epistemológico ...................................................................................................................... 48
Población ............................................................................................................................................ 49
Técnicas e instrumentos ...................................................................................................................... 51
Proceso de validación y solicitud de instrumentos ............................................................................. 52
Batería de dilemas sociales en contextos de corrupción ..................................................................... 52
Escala de Índice de Reactividad Interpersonal (IRI) .......................................................................... 54
Escala de Mecanismos de Desconexión Moral (MMDS-S) ................................................................. 55
Aspectos éticos y deontológicos ............................................................................................................ 55
Capítulo 4 ................................................................................................................................................... 58
La moralidad, la empatía y la cultura ¿qué tienen que ver con las prácticas cotidianas de
corrupción? ................................................................................................................................................ 58
Presentación de resultados ................................................................................................................... 58
Discusión de resultados ......................................................................................................................... 70
Conclusiones y consideraciones finales .................................................................................................... 78
Referencias ................................................................................................................................................. 82
Anexos ........................................................................................................................................................ 92
Anexo 1 – Consentimiento Informado ................................................................................................. 92
Anexo 2 – Cuestionario de Ansiedad Estado Rasgo - Estado (STAI) ............................................... 94
Anexo 3 – Cuestionario Sociodemográfico .......................................................................................... 95
Anexo 4 – Batería de dilemas sociales en contextos de corrupción ................................................... 99
Anexo 5 – Escala para evaluar el Índice de Reactividad Interpersonal (IRI) ................................ 108
Anexo 6 – Escala de Mecanismos de Desconexión Moral - Adaptación al español (MMDS-S) .... 112
Anexo 7 – Cuestionario de Profundización del Fenómeno y Recolección de Perspectivas
Personales ............................................................................................................................................. 119
Lista de tablas
Tabla 1. Composición de la batería de dilemas sociales
Tabla 2. Estadísticos descriptivos
Tabla 3. Correlaciones de Pearson Dilemas de Corrupción
Tabla 4. Tabla Correlaciones IRI x Corrupción x Desentendimiento
Tabla 5. ANOVA general
Tabla 6. Regresión lineal múltiple
Tabla 7. Regresión Multinomial
Lista de figuras
Figura 1: Clore & Ortony (2000) en Ward, J. (2017) The student guide for social neuroscience
[Figura] Recuperado de Ward (2017) p. 109
Figura 2: Bandura, A. (2004) Understanding Terrorism: Psychosocial Roots, consequences and
interventions. Capítulo 6: The role of selective moral disengagement in terrorism and
counterterrorism. [Figura] Recuperado de Bandura (2004) p. 123
Figura 3: Correlación Dilemas de Corrupción x Desentendimiento Moral por Sexo
Figura 4: Correlación Dilemas de Corrupción x Desentendimiento Moral por Religión
Figura 5: Post Hoc ANOVA Desentendimiento por irresponsabilidad x Inclinación religiosa
Figura 6: ANOVA para medidas repetidas en Dilemas de Corrupción
Figura 7: ANOVA para medidas repetidas en Índice de Reactividad Interpersonal
Figura 8: ANOVA para medidas repetidas en Desentendimiento Moral
Figura 9: ANOVA para medidas repetidas entre dilemas, empatía y desentendimiento moral
Capítulo 1
Las prácticas de corrupción como un fenómeno multifactorial ¿es solo política?
Antecedentes
El problema de la corrupción ha sido un tema ampliamente estudiado desde distintas
disciplinas. Por ejemplo, la economía ha estudiado este concepto tradicionalmente desde una
perspectiva de incentivos y costos asociados a las ganancias subjetivas de la persona y las
instituciones públicas reguladoras (Rose-Ackerman, 1997; Hodgson & Jiang, 2008). Por su parte,
estudios en derecho y leyes como el de Polinsky y Shavell (1999), tienen una mirada del término
que involucra no sólo incentivos y costos económicos, sino también el tipo de sanciones
asociadas a la corrupción y las penas que se podrían impartir para disuadir comportamientos de
este estilo.
Relacionado a lo anterior, algunos autores (Jain, 2001; Hodgson & Jiang, 2008; Julián &
Bonavia, 2016) señalan que el concepto de corrupción es voluble y tienden a modificarse
conforme es necesario para los datos y las mediciones que se deseen lograr. Dicho esto, parece
ser que el término de corrupción normalmente no se define con claridad en los estudios que
intentan evaluar esta problemática (Jain, 2001), generando sesgos en los resultados obtenidos y
provocando la creación de políticas insuficientes y limitadas al campo de lo público (Hodgson &
Jiang, 2008)
Siguiendo este orden de ideas, algunas aproximaciones buscan establecer una definición
consensuada y adecuada para el término precisando como “actos en los que el poder de un cargo
público es usado para una ganancia personal de forma que contraviene las reglas del juego” (Jain,
2008, p.73); o “el abuso de un poder encomendado para un beneficio personal” (Transparency
International, 2019, p. 14). Sin embargo, tal como lo menciona Hodgson y Jiang (2008), el
concepto algunas veces tiende a ser muy general o posee un énfasis fuertemente relacionado con
el sector público, lo que parece sugerir que el problema de la corrupción tiene efectos
principalmente en escenarios gubernamentales e instituciones relacionadas.
Como se mencionó, los estudios en corrupción tienen una tendencia fuertemente marcada
por el sector público, lo que tiene sentido dado el impacto social del gobierno y la influencia que
este ejerce sobre el bienestar de las diversas poblaciones en un país. No obstante, el ejercicio de
la corrupción no solo tiene fuertes consecuencias derivadas de las entidades gubernamentales,
sino también del ámbito empresarial (Argandoña, 2003), las instituciones educativas
(Rumyantseva, 2005), el deporte (Maennig, 2005) y la salud (Diaz, 2020).
Mencionado esto, resulta necesario que el estudio de la corrupción no sea investigado de
manera aislada como se ha hecho en la economía o el derecho, sino que se estudie de manera
transversal a los múltiples escenarios en los que sucede, observando las variaciones contextuales
de este comportamiento y estableciendo parámetros generales y específicos que permitan
observar sus efectos y su genealogía.
Por otro lado, estudios en psicología social, cognición y neurociencia, se han preocupado
poco en ofrecer una definición precisa de corrupción, enfatizando sus estudios en investigar sobre
los factores asociados a este fenómeno. Algunos de los estudios realizados involucran aspectos
como la relación por pares y las normas sociales (Gino & Bazerman, 2009), la cooperación
(Weisel & Shalvi, 2015), la percepción del riesgo y la utilidad esperada (Abbink et al., 2002 ), la
oportunidad y el medioambiente (Graycar & Sidebottom, 2012), la identidad social (Darley,
2005), la activación de las emociones morales (Smith-Crowe & Warren, 2014) o cambios en la
actividad electrodérmica (Lopéz, Gallego, Perakakis & Georgantzis, 2014). Incluso, una revisión
sobre corrupción en psicología elaborada por Julián & y Bonavia (2016), parece evidenciar
estudios que relacionan distintos elementos, permitiendo entender de manera más integral cómo
actúan y se comportan los sujetos en situaciones que involucran corrupción.
Relacionado a lo anterior, evidencia en psicología moral y social, muestra que los
comportamientos asociados a la corrupción muchas veces están ligados a diversas alteraciones de
la percepción moral y las creencias. Por ejemplo, Moore (2008), desarrolla un trabajo que
involucra algunos mecanismos de desentendimiento moral (Bandura, 1999) para explicar actos de
corrupción en las organizaciones. La autora, muestra en su texto que los actos de corrupción
muchas veces promueven el crecimiento laboral de las personas que ejecutan actos deshonestos,
por lo que la corrupción es tomada como un incentivo y un refuerzo que genera una dinámica de
crecimiento personal dentro de las empresas. Así mismo, los mecanismos de desentendimiento
moral funcionan como un punto de partida, en los que el sujeto puede basar sus decisiones para
reducir el malestar asociado a una decisión moralmente negativa, justificando su conducta sin la
repercusión emocional (e.g. angustia, preocupación o miedo) y manteniendo sus estándares éticos
intactos.
Asimismo, algunos avances en neurociencia y neurociencia social sugieren que existen
algunos elementos constitutivos de la corrupción que permiten explicarla. Un ejemplo de esto es
el estudio llevado a cabo por Garret, Lazzaro, Ariely y Sharot (2016), el cual, a partir de una serie
de experimentos que involucraron resonancia magnética funcional, encontraron que la amígdala
de los participantes se activaba en menor medida, cuando los voluntarios ejecutaban actos de
soborno o deshonestidad a pequeña escala y de manera repetitiva sin ningún castigo. Esto, generó
que los voluntarios aumentaran a lo largo de las sesiones experimentales la gravedad de los actos
deshonestos que llevaban a cabo, evidenciando a su vez que la activación de la amígdala era
menor, lo que se traduce en una reducción del miedo por una posible sanción asociada a los actos
de corrupción.
Por otra parte, un estudio llevado a cabo por López y colaboradores (2014) analiza la
activación emocional y la toma de decisiones frente a dilemas morales en escenarios que
involucran el cumplimiento de una norma social versus una ganancia económica subjetiva. Los
resultados encontrados por los autores sugieren que las personas suelen comportarse de manera
prosocial, cuando existe la expectativa de que otros los pueden evaluar o delatar. Además, a
través de un análisis por la respuesta galvánica de la piel (SCR - Skin conductance response) los
investigadores observaron que hay una activación emocional y fisiológica más intensa cuando se
actúa en contra del interés monetario personal, que frente a la violación de una norma social.
Estudios como los mostrados con anterioridad, muestran una fuerte relación entre algunos
comportamientos constitutivos o asociados a la corrupción y la modulación neuronal. Así mismo,
investigaciones en toma de decisiones e intención de daño, sugieren que sujetos con daño en la
corteza prefrontal ventromedial (CPFVM), suelen emitir juicios morales anormales frente a
situaciones una afectación exponencial a otros (e.g. personas con daño en las zonas mencionadas
suelen juzgar de manera más permisible el asesinato que sujetos sin alteraciones en estas zonas)
(Young et al., 2010).
En resumen, la corrupción al ser un concepto que se ajusta a los contextos en los que es
estudiada, y al definirse con base en los resultados que se pretende medir, muchas veces resulta
imprecisa y limitada para entender sus mecanismos de funcionamiento. Sin embargo, estudios
que pretenden evaluar comportamientos y procesos relacionados a la conducta antisocial, la toma
de decisiones, la deshonestidad y otros elementos relacionados; permiten dar una aproximación
cercana al fenómeno de la corrupción, ya que tienen factores en común al concepto que han sido
definidos tradicionalmente por otros autores. Por otra parte, un análisis integral entre procesos de
la psicología social y cognitiva, junto a evidencia encontrada en el campo de la neurociencia y
neurociencia social, podría permitir comprender de manera más completa el fenómeno de la
corrupción a partir de un análisis multinivel, fundamentado en sustratos bio-psico-socio-
culturales.
Marco teórico y conceptual
La neurociencia social, una visión integradora
A partir del proceso evolutivo, los seres humanos han privilegiado el desarrollo de ciertas
habilidades sobre otras, específicamente las relacionadas con lo social, es decir, el contacto con
otros seres vivos, en especial de la misma especie; focalizándose en el perfeccionamiento de
aspectos biopsicosociales que aportan a su buen desempeño y volviéndose un ítem fundamental
de la vida humana.
Para el estudio del desarrollo de tales habilidades sociales durante la interacción social
han surgido subdisciplinas focalizadas en el tema como, por ejemplo, la psicología cognitiva
(estudio de los procesos mentales relacionados con la interacción social como el lenguaje), la
psicología social (estudio de pensamientos, sentimientos o comportamientos de un sujeto durante
el contacto con otro) o la neurociencia social (estudio de los procesos cognitivo
comportamentales, que se desatan durante la interacción social, por medio de mecanismos
neurales; Ward, 2017, p.4).
En la actualidad, la neurociencia social se ha convertido en un enfoque esencial para el
estudio de la interacción social debido a que crea un puente de conexión entre la psicología, la
biología y la neurociencia. La primera vez que se habló de este término fue en las últimas
décadas del siglo XX, acuñado por Cacioppo y Bateson (1992) en su planteamiento sobre el
análisis multinivel y comenzando su estudio en otras áreas del conocimiento (psicología
cognitiva, psicología social, neurociencia comportamental, neurociencia cognitiva (Ward, 2017,
p.5) hasta llegar a ser un ámbito de investigación especializado en el siglo XXI y maximizando
exponencialmente su estudio en los últimos años.
De tal forma, la neurociencia social puede ser entendida como “el estudio de una amplia
gama de habilidades sociales, incluyendo la percepción socio emocional, la cognición y el
comportamiento, o […] procesamiento social” según Haan y Gunnar (2009, p.3). De igual
manera, la neurociencia social “intenta entender y explicar, por medio de mecanismos
neuronales, como los pensamientos, sentimientos y comportamientos de los individuos son
influenciados por la presencia de otros” (Ward, 2017, p.16; también véase Emery y Easton, 2005
en Grande-García, 2009). Con base en lo anterior, se ha llegado a un acople de las definiciones
que refiere a la neurociencia social como el estudio de los procesos sociales manifiestos durante
la interacción y entendidos desde mecanismos neuronales.
Así pues, según Jamie Ward (2017) la neurociencia social se encuentra interesada en el
estudio de la emoción, desordenes clínicos, la autorregulación, el desarrollo y la toma de
decisiones, tratando de reforzar aspectos de rigor metodológico, validez ecológica, integración
interdisciplinar, enfoques computacionales y teoría; lo cual tiene como fin dejar a la neurociencia
social como una ciencia aplicada con enfoques computacionales que estudien la interacción
social y los comportamientos del mundo real a través de redes neuronales (p.7).
En ese orden de cosas, la neurociencia social ha tenido que crear nuevos contenidos
relacionados con la lógica que pretende aplicar a la investigación de los fenómenos sociales
desde lo que se llama una ciencia aplicada, para lo cual, el concepto de cerebro social es
indispensable. El cerebro social puede ser definido como aquellas funciones que cumple el
cerebro que son ajenas a las funciones básicas (motoras y cognitivas), es decir, todo aquello que
puede hacer el cerebro relacionado con “lo social”.
Así, se puede llegar a decir que existen regiones específicas del cerebro que se encuentran
especializadas en determinadas funciones y entre ellas se pueden distinguir las relacionadas con
los procesos sociales, sin embargo, es necesario mantener especial cuidado de no caer en sesgos o
reduccionismos como la frenología, pues por más de que se diga que un área está relacionada con
una tarea, igualmente se encuentra relacionada con otras áreas y otras tareas, siendo toda una red
compleja de procesos.
De acuerdo con lo anterior, entender la lógica de la neurociencia social resulta
fundamental para focalizar la postura propia de esta investigación. En ese sentido, Aponte,
Martínez y Caicedo (2016) entienden como punto principal tomar distintos abordajes para el
entendimiento de las interacciones sociales humanas logrando estudiar los fenómenos desde un
todo bio-socio-psico-histórico-cultural. Esto por medio del entendimiento del ‘cerebro social’
(funciones cerebrales ajenas a las funciones básicas y más cercanas a las funciones relacionadas
con el ser social).
Así pues, la neurociencia en su afán de explicar este todo complejo recurre a los
substratos cognitivos, conductuales, hormonales y fisiológicos que ayudan a adentrarse en lo que
significa un análisis multinivel de aquello que llaman ‘lo social’ (Maneiro, 2017).
Emociones, empatía y motivación. ¿Cómo tomamos decisiones?
En términos antropocentristas, asumir que las emociones son parte de nuestra esencia
como humanos termina mostrando una visión sesgada de las ciencias, sin embargo, aunque todas
las especies animales poseen emociones, la diferencia humana frente a las demás especies, que
sepamos, radica en la conciencia y el acto de reflexión que se realiza frente a lo que se siente. De
esta forma, las emociones hacen parte de la supervivencia humana, pero se ven involucradas en
funciones que van más allá de eso, como lo es la forma en la que un sujeto puede ver como
coherente una decisión, en cierta forma, irracional.
Además, las emociones pueden verse involucradas directamente en la toma de decisiones
frente a un escenario cualquiera si se consideran las ganancias o pérdidas que pueden presentarse
a nivel socioemocional como por ejemplo “situaciones de recompensa (imitación, cooperación) o
de castigo (exclusión social)” (Ward, 2017, p. 99), definición en cierto modo basada en Rolls
(2005) quien menciona que la emoción es un estado frente a recompensas y castigos. En ese
orden de cosas, Jamie Ward (2017) define las emociones como un estado transitorio de valor
hedonista asociado a situaciones de recompensa o castigo que crean memorias a largo plazo.
En contraste Pölzler (2015) menciona que las emociones son respuestas a la percepción de
algún estimulo, vinculadas directamente con la acción, concepción un tanto más simplista pero
concreta. Es decir, si se consideran ambas definiciones, es posible llegar a decir que, desde la
neurociencia social, las emociones pasan a ser estados perceptivos frente a estímulos con carga
valorativa y motivacional que desembocan en la acción.
Adicionalmente, no se puede dejar de lado que, primero, las emociones implican
respuestas tanto fisiológicas, como motoras, como cognitivas; segundo, los estados que se
presenten dependen del estímulo, de la historia aprehendida del sujeto y del contexto de la
situación (Ward, 2017); y tercero, que se pueden ver influidas por correlatos endocrinológicos,
siendo que, según Olsson, Kopsida, Sorjonen y Savic I. (2016), el estrógeno produce un
incremento en la reactividad emocional y la testosterona mejora las capacidades de
procesamiento facial emocional.
Sin embargo, la definición de emoción que se ha concluido aquí se asemeja con lo que se
puede decir que es la motivación, pues según Rolls (2005) la motivación es el estado en el cual se
busca la recompensa y se evita el castigo (en Ward, 2017), por otro lado Naranjo (2009), realiza
una recopilación de definiciones, en las que se define a la motivación como (1) el “desarrollo de
aquellas actividades que son significativas para la persona y en las que esta toma parte” (Allejo,
2003 en Naranjo, 2009, p. 153), (2) aquello que moviliza a la persona para ejecutar una actividad
(Trechera, 2005 en Naranjo, 2009, p. 153), y (3) un constructo teórico-hipotético que designa un
proceso complejo que causa la conducta (Bisquerra, 2000 en Naranjo 2009, p. 154); concluyendo
así que la motivación es “el proceso por el cual el sujeto se plantea un objetivo, utiliza los
recursos adecuados y mantiene una determinada conducta, con el propósito de lograr una meta”,
en donde además intervienen variables biológicas y culturales que “influyen en la activación,
direccionalidad, intensidad y coordinación del comportamiento encaminado a lograr
determinadas metas” (Naranjo, 2009, p. 154).
Lo anterior demuestra que, las emociones no se presentan en un solo modo o estado como
tal, por lo tanto, implican procesos de interacción y conectividad cerebral más allá de las
funciones especializadas que se mencionan en la neurociencia clásica de cada área del cerebro.
Además, la motivación puede causar que el sujeto aprenda nuevas asociaciones emocionales, lo
cual muestra que esta puede ser un componente adicional, interconectado con la emoción, y que
también influye en la toma de decisiones o el establecimiento de juicios.
En el campo de la psicología, una de las teorías más aceptadas a nivel mundial sobre las
emociones se encuentra relacionada con lo planteado por Ekman y Oster (1979) sobre las
emociones básicas. En esta teoría se explica que alrededor del mundo existen seis emociones
básicas que reconoce la población mundial como las mismas, con leves diferencias en micro
expresiones pero que no representan un cambio significativo en el reconocimiento de la emoción.
Estas emociones se identifican como innatas e intuitivas. De tal forma, por medio de los
experimentos transculturales que realizó Ekman se pudo encontrar que las expresiones referentes
a la alegría, la tristeza, el miedo, la sorpresa, la ira y el asco son reconocidas entre todas las
personas y referenciadas como las mismas frente a situaciones similares. Sin embargo, es
necesario tener en cuenta que otros investigadores como Plutchik y Kellerman (1980) han
discutido lo mencionado por Ekman, exponiendo en vez de seis, ocho emociones básicas con su
teoría de la rueda de las emociones en donde ubica emociones en posiciones opuestas (que es
imposible se sientan al tiempo) y que varían de acuerdo con su grado de intensidad.
En otro orden de cosas, de acuerdo con Jack et.al (2016), las expresiones faciales
alrededor del mundo tienen al menos cuatro categorías básicas, en donde se reflejan todas las
variantes emocionales existentes, por lo que se puede decir que las emociones tienen un
antecedente histórico universal. Así, se realiza una generalización de las emociones sin importar
la cultura a la que el sujeto pertenezca (dilucidando 6 emociones básicas), pero teniendo en
cuenta que pueden presentar pequeñas modificaciones que no afectan la comunicación emocional
intercultural y que permiten el desarrollo de la empatía.
Con esta última teoría propuesta se abre además la discusión de las emociones
secundarias, complejas o morales. Con respecto a esta categoría de las emociones se menciona
que son emociones compuestas por dos o más emociones básicas. En este sentido, Plutchik y
Kellerman (1980) proponen un modelo llamado la rueda de las emociones en donde ubican las 8
emociones básicas que ellos relacionan en un modelo de oposición, y mezclándolo para obtener
las emociones secundarias. Por su parte, Días y Flores (2001) desarrollan un modelo cromático
de las emociones que pretende hacer una convergencia entre las dimensiones fundamentales del
sistema afectivo y el reconocimiento de emociones primarias mediante el análisis de gestos
faciales universales.
Por lo anterior, en la academia se ha decidido realizar un acuerdo común sobre una
clasificación de las emociones, donde se determinan algunas básicas (6 en total), propias de toda
la humanidad que corresponden a lo que se conoce como “la felicidad, la tristeza, el asco, la
rabia, el miedo y la sorpresa” (Ekman & Friesen, 1976; Ekman et al., 1972 en Ward, 2017, p.
108). Sin embargo, la otra clasificación de las emociones corresponde a las complejas, también
conocidas o referenciadas como emociones morales, referidas a los celos, el orgullo, la
vergüenza, la gratitud y la culpa (Haidt, 2003 en Ward, 2017); las cuales fueron catalogadas
como complejas debido a que pueden implicar atribuciones de estados mentales a otra persona, es
decir, con el desarrollo de la teoría de la mente y la mentalización.
Igualmente, existen otras clasificaciones realizadas como la de Clore y Ortony (2000) en
Ward (2017) que incluyen muchas más emociones relacionándolas más con la valencia
emocional (positiva o negativa) que suscita un estímulo, evento o situación. Entre estas
emociones aún no clasificadas se encuentran (1) en consecuencia de otros: el estar-feliz-por, el
resentimiento, el regocijo y la lastima, (2) en consecuencia de sí mismo: la satisfacción, la
decepción, el alivio, el placer y la angustia, (3) focalizado en el agente propiciador: el orgullo, la
vergüenza, la admiración, la recriminación, la satisfacción, el remordimiento, el agradecimiento y
la ira y (4) en el aspecto del objeto: el amor y el odio (Ward, 2017, p. 109). De acuerdo con lo
anterior, se desarrolla el gráfico mostrado en la figura 1 en donde se ilustran las emociones que
ellos consideran como morales o complejas diferenciando qué tipo de estímulo se presenta y qué
valencia tiene.
Figura 1: Clore & Ortony (2000) en Ward, J. (2017) The student guide for social neuroscience
[Figura] Recuperado de Ward (2017) p. 109.
Por todo ello, se puede dar cuenta de que las emociones no son completamente claras,
pero se puede evidenciar una relación con la empatía, conllevando así al desarrollo de distintos
procesos internos (como el contagio emocional y todo lo que este conlleva); dejando como
resultado que la interconexión de procesos sea completamente relevante a la hora de estudiar
estos fenómenos humanos.
En ese orden de ideas, vale la pena tener en cuenta el proceso secuencial de la empatía
que señala Arizmendi (2011), en donde: primero hay una resonancia emocional, seguido de una
ganancia de información empática, para que luego esta información sea utilizada en la
construcción de una respuesta empática y por último se genere un rol de identificación temporal
con el otro. Dejando entender a la empatía como el “cambio espontaneo de un sujeto acompañado
de reacciones afectivas relacionadas, dejando así al contagio emocional como la forma más
básica y primitiva de la empatía emocional, en el que se copian espontáneamente las emociones
ajenas (Nakahashi & Ohtsuki, 2015); teniendo en cuenta que, tanto en la producción de
emociones propias como la copia de ellas se producen activaciones a nivel fisiológico,
endocrinológico, psicológico, cognitivo, motor y neuronal.
Especificando más en la temática, con respecto al cual Hatfield, Bensmana, Thorntona y
Rapsona (2014) realizan una revisión bibliográfica, las emociones se convierten en “paquetes de
componentes que incluyen conciencia, expresiones faciales, vocales y posturales, actividad
neurofisiológica y del sistema nervioso autónomo y comportamientos instrumentales” (p.160).
De igual forma, el contagio emocional se convierte en un “proceso automático, sin intención,
incontrolable y totalmente inconsciente que permite entender y compartir pensamientos y
sentimientos de otros” (p.159-161) a menos que se encuentren en lo que Arizmendi (2011) llama
‘conciencia intersubjetiva’ (desarrollo del contagio emocional de manera consciente y efectiva),
el cual además posee distintas fases de expresión (mimica (mimicry), retroalimentación
(feedback) y contagio) en mayor o menor medida de acuerdo con el contexto en el que se
encuentre inmerso, involucrando elementos como la cultura, el género y el poder.
Por otra parte, desde una perspectiva neurocientífica, estos procesos implican la
utilización de algunas estructuras neurales involucradas. Según Dixon, Thiruchselvam, Todd y
Christoff (2017) la corteza prefrontal es la mayormente implicada en el desarrollo
socioemocional, más concretamente con aspectos como la evaluación del ambiente, el
entendimiento de las intenciones ajenas, la evaluación de la auto conciencia y la auto imagen, la
planificación, las expectativas y la interiorización de las normas sociales.
Así mismo, Hofmann y Doan (2018), especifican que las porciones dorsal y medial de la
corteza prefrontal (PFC) junto con las porciones dorsales de la corteza cingulada anterior (ACC)
se encuentran implicadas en el procesamiento lingüístico, moral y afectivo; la ínsula, es una
estructura clave en las emociones sociales y los procesos consientes; la amígdala, es una
estructura relacionada con la reactividad emocional especialmente ante situaciones de amenaza o
miedo; y el tálamo se encuentra relacionado con la reacción ante estímulos aversivos. También
Ward (2017), especifica que la corteza orbitofrontal (COF) se encuentra vinculada al
establecimiento de la valencia motivacional de un estímulo conectando la emoción con el
contexto; la corteza cingulada anterior se ve involucrada en el procesamiento de las acciones que
deben ser recompensadas o castigadas; y el estriado ventral junto con la COF determina el valor
de la recompensa y la anticipa basándose en aprendizajes previos.
Ante esta información es importante tener en cuenta que, aunque la neurociencia
cognitiva pretende dar cuenta de estructuras especializadas para dar un acercamiento hacia el
funcionamiento cerebral no logra dar cuenta de la realidad, pues los procesos cerebrales no se
desarrollan aisladamente, por ello la aplicación de la visión de la neurociencia social se convierte
en el eje transversal de este documento, en donde los procesos son vistos como una interacción
entre estructuras, sistemas, organismos, etcétera.
El proceso de la toma de decisiones y el atravesamiento de la moral
Las teorías sobre la toma de decisiones y el juicio moral son amplias; pero, en todas ellas
se dilucida que la moralidad es una forma de actuar frente a normas sociales acordadas por un
grupo e impuestas a las nuevas generaciones (Ward, 2017). Así, en general, a la hora de discutir
sobre la moralidad y la toma de decisiones se tienen en cuenta tres objetos morales directamente
implicados:
1. Agentes: Referido a las personas ejecutantes de la acción moral. Son a las que se
califican como moralmente virtuosas o viciosas.
2. Acciones (agenciamiento): Relacionado con los actos o decisiones a juzgarse como
moralmente correctas o incorrectas.
3. Consecuencias: Apuntando hacia los efectos de las acciones o decisiones tomadas, lo
cual maximiza la categorización de ‘bueno’ y ‘malo’.
Por lo anterior, entender a la moral como un fenómeno psicosocial complejo es preciso,
pues, de acuerdo con Rosas (2009) una decisión de índole moral implica normas, emociones
morales, y sanciones internas y externas.
En términos de la interacción social, los aspectos culturales son precisos para dilucidar lo
que rige el comportamiento social humano. En ese orden de cosas, la cultura determina el tipo de
normas sociales que se deben seguir y la forma en la que se estructura un posicionamiento moral
y la construcción de reglas personales que sean lógicas para sí y que converjan con lo que la
sociedad exige. Es allí donde se empieza a cuestionar cómo se construye o desarrolla la moral y
si es esta realmente la característica que nos diferencia de los demás mamíferos y en donde la
toma de decisiones se convierte en un factor de estudio multidimensional.
De esa forma, según Kolberg (1969) en Tovar (2013) es posible distinguir entre (1)
normas preconvencionales que exponen la orientación hacia la obediencia y el castigo y la
orientación hacia el individualismo y el intercambio; (2) normas convencionales referidas a la
orientación de las buenas relaciones interpersonales y el mantenimiento del orden social; y (3)
normas sociales orientadas hacia el contrato social y la orientación hacia principios éticos
universales.
En contraste, para Hoffman en Mestre (1998) la moralidad se relaciona con la conducta
altruista y lo que significa la empatía y la simpatía, de acuerdo con los aprendizajes que se van
adquiriendo en la vida del sujeto. De cualquier forma, a raíz de la imposición de normas sociales
surge el concepto de moral y todo lo que ello implica. Es así como la moral puede llegar a ser
definida como lo que, de acuerdo con un grupo social establecido, se ha acordado que es
permitido o no (Ward, 2017), es decir, todo aquello que dictaminan ‘lo correcto’. Por ello,
empiezan a surgir múltiples formas de responder a esta normatividad de cierto modo impuesta al
ser humano; formas que terminan convirtiéndose en un proceso de toma de decisiones;
condicionado por la forma en la que cada persona interioriza las normas y le da coherencia con su
experiencia, perspectiva y forma de pensar.
Ante ello, Greene (2001) propone una especie de competencia entre subsistemas
cognitivos humanos, donde cada uno implica una forma de actuar frente a un estímulo. El
primero, es el que está basado en la emocionalidad, relacionado con las respuestas automáticas e
instintivas ante las violaciones morales, y el segundo, con bases racionales referido a los procesos
de toma de decisiones en consideración de los beneficios o consecuencias que estas implican
(Greene, 2008 en Ward, 2017).
Así, un sujeto empieza a enfrentarse a situaciones morales (ya sea de primera, segunda,
tercera, cuarta o quinta clase) creando conflictos morales (situación en la que un(a) agente se ve
confrontado(a) con dos obligaciones morales que le instan a actuar (p.83)) y/o dilemas morales
(situación extrema de conflicto moral en la que el/la agente no puede seguir un curso de acción
que sea conforme con sus dos obligaciones en conflicto; Realpe, 2001, p.83).
En este caso, como habla Wilson y Gilbert (2005), las personas pueden llegar a
subestimar o sobrestimar las decisiones que pueden tomar frente a una situación dada, ya que, en
la evaluación de futuros estados afectivos, se realiza un análisis hipotético frente a la situación
‘en frio’, pero ante la situación como tal sus acciones son distintas por estar ‘en caliente’, debido
a la falta de contexto emocional y social cuando se está frente a la situación real.
Análogamente, Kavussanu, Ring y Stanger (2015) plantean que, durante la toma de
decisiones morales, primero, la culpa anticipada modifica la respuesta; y segundo, la identidad
moral aumenta la evaluación de la moralidad de la conducta. Toda esta información solo deja ver
que la toma de decisiones frente a las normas sociales desemboca en procesos más complejos de
lo que se cree, mostrando la interconexión que existe en situaciones de procesamiento de
información social. Por su parte, Moore en Aponte, Martínez y Caicedo, (2016) incluye a los
dilemas morales variables como el auto beneficio frente al beneficio ajeno y la muerte inevitable
frente a la muerte evitable; lo cual permitió diferenciar cargas emocionales (conflictos
emocionales), tiempos de reacción e índices de dificultad.
Por otra parte, entre las discusiones realizadas acerca del juicio moral, se han desarrollado
diversos puntos de vista, entre ellos el de De Freitas y Johnson (2018) que dilucida muy bien que
el juicio moral se encuentra de acuerdo con el “principio de eficiencia”, el cual está relacionado
con el principio utilitarista (el comportamiento depende de sus consecuencias), lo que pretende
mostrar que cuando un sujeto toma una decisión pretende comportarse de la manera más optima
posible de acuerdo con normas morales generales (dependiendo entonces de una regla
deontológica). Así mismo, Crockett (2013) plantea esta discusión entre los modelos de moralidad
que él llama consecuencialismo o utilitarismo (toma de decisiones según sus consecuencias) el
deontologismo (toma de decisiones por la atribución emocional).
Esta mezcla entre lo utilitarista y lo deontológico del juicio moral ha abierto un debate
filosófico respecto a la forma de explicarlo, allí se trata de escoger si es mejor explicar la moral
desde una u otra visión, ante lo cual, se llega a concluir que gracias a la existencia de distintos
principios moderadores (entre ellos la emoción), se puede dar una relación entre ambos
generando un principio explicativo general (De Freitas & Johnson, 2018).
Así mismo, Greene (2009) en Aponte, Martínez y Caicedo (2016) determinó que la forma
de abordar la moral es posible gracias a los dilemas morales. Para ello, realizó una diferenciación
de los dilemas morales en 1. De implicación personal (que comprende la violación de un
principio moral relacionado con daño corporal, que el daño infringido debe caer en uno o varios
sujetos específicos y que se dé un agenciamiento directo) y 2. Impersonales (el agenciamiento se
encuentra mediado por otro sujeto o se ejerce de manera indirecta).
De igual forma, Greene (2009, en Rosas, 2014; en Aponte, Martínez & Caicedo, 2016)
encontró que los dilemas de implicación personal generan activación emocional en los núcleos
relacionados con el razonamiento abstracto, el control cognitivo, mientras que los impersonales
activaban en menor grado las emociones y se guiaban más por memoria de trabajo y
procesamiento cognitivo.
Por lo tanto, adentrándose en los comportamientos antisociales, Ward (2017) los define
como cualquier acto que viole o vaya en contra de las normas impuestas socialmente. En estos, se
involucran factores genéticos, biológicos, físicos, económicos, sociales, históricos, individuales,
entre muchos otros. Estos factores pueden causar un incremento o disminución de la conducta de
acuerdo con los contextos en los que se presenten, llegando a convertirse en factores de riesgo.
Entre las conductas antisociales que se pueden evidenciar por la literatura, se pueden
clasificar en esta categoría conductas que impliquen violencia física, verbal o psicológica, actos
de agresión, acoso, coacción y todos los catalogados como delitos ya sean sociales o
administrativos, entre los cuales están el robo, el asesinato, el abuso sexual, el cohecho, la
corrupción, entre muchos otros (Justicia, et.al., s.f.).
Entre estas conductas anteriormente mencionadas, es necesario resaltar la corrupción
(tema concerniente a la investigación). Por lo tanto, la corrupción es definida como una actividad
ilícita (Armantier & Bolly, 2008) en donde se consiguen beneficios para provecho personal a
partir del abuso del poder (Frisancho, 2010).
Así pues, la corrupción con respecto a lo que plantea la neurociencia social (entendida
como el estudio de dos o más cerebros en interacción; Grande-García, 2009), se pretende ver
como un acto que implica una completa interconexión a nivel organísmico (cerebral, motor,
fisiológico, endocrinológico, psicológico) y supra organísmico (cultural, social, político,
económico) por medio del estudio del establecimiento de juicios morales basándose en una carga
emocional creada por la situación.
Ahora, en relación con un aspecto más neurocognitivo, los correlatos neurofisiológicos
que se ven evidenciados en todos los procesos anteriormente mencionados son: la corteza
prefrontal (implicada en procesamiento de juicios morales y sociales) específicamente la porción
ventro-medial por medio de la serotonina y la testosterona modula la regulación de las reacciones
emocionales; la porción dorsolateral anula respuestas encarnadas relacionadas con
comportamientos egoístas; la porción ventrolateral compromete las respuestas aversivas ante
situaciones injustas y comportamientos de seguimiento de normas; y la porción dorso-medial
ayuda con el establecimiento de la confianza y la estructuración de estrategias competitivas
(Cunningham et. Al, 2003).
Además, la corteza cingulada anterior dorsal posee un sistema de alarma ante violaciones
de las normas sociales, rompimiento de promesas y debates sociales; la ínsula anterior identifica
señales de violación de las normas y decisiones relacionadas con equidad; el estriado ventral
comprende recompensas sociales y no sociales y es mediador en comportamientos prosociales; y,
por último, la amígdala se encarga de la producción de respuestas aversivas ante la inequidad y la
injusticia (Rilling & Sanfey, 2011).
Por último, en relación con los experimentos en neurociencia cognitiva relacionados con
el tema, la investigación de Emonds et al. (2011) resulta relevante en el sentido en el que gracias
a los resultados arrojados con su investigación con resonancia magnética funcional (fMRI)
llevan a concluir que la consideración de la moral se ve diferenciada entre sujetos con
personalidades prosociales con mayor activación en la corteza orbitofrontal (considerando en su
toma de decisiones a otros sujetos) y con personalidades individualistas con mayor activación en
la corteza prefrontal dorsolateral (siendo más calculadores y racionalizando más sus decisiones),
llevándonos a tener en cuenta el tipo de personalidad que posee el sujeto para la investigación,
realizando pues, una separación en los resultados arrojados de cualquier investigación
neurocientífica relacionada con juicio moral.
Desentendimiento Moral ¿Cómo equivocarse y no sentirse culpable?
La auto sanción o remordimiento es un factor fundamental para la regulación de
conductas inhumanas que se encuentren de acuerdo con estándares morales sociales (Bandura,
2004). Sin embargo, a pesar de que, en general, los seres humanos tenemos guías y estándares
morales que van de acuerdo con los estándares de la sociedad, algo evidente es que no siempre se
es completamente coherente con ello. Para explicar mejor esto, Bandura (1986) en Bandura
(2004) propone que existen procesos psicológicos que ayudan a desentenderse moralmente de
actos reprochables. De tal forma, surge la teoría del desentendimiento moral en la cual se propone
que existen acciones que autosatisfacen y justifican la violación de los propios estándares morales
para reducir el remordimiento (Bandura, 2012).
Para ello, Bandura (2004) explica que hay varias maneras para desentenderse moralmente
de actos sancionables relacionados con la desconexión buscando redefinir la conducta dañina
como honorable por 1. la justificación moral, 2. Exoneración por medio de la comparación social
y 3. Purificación del lenguaje; así, se sigue un esquema relacionado con las prácticas
perjudiciales, los efectos nocivos y la percepción de la víctima para la activación de mecanismos
de desentendimiento moral en diferentes situaciones (Ver figura 2). En este sentido, este tipo de
auto justificantes conlleva a que las personas cometan actos crueles con menos recato, en algunos
casos en contra de la sociedad llegando incluso a ser actos criminales e inhumanos (Bandura,
2012).
Figura 2: Bandura, A. (2004) Understanding Terrorism: Psychosocial Roots, consequences and
interventions. Capítulo 6: The role of selective moral disengagement in terrorism and
counterterrorism. [Figura] Recuperado de Bandura (2004) p. 123
En su teoría, Bandura (2012) diferencia ocho tipos de mecanismos de desentendimiento
moral que se expondrán a continuación:
1. Autojustificación moral y social: Referido a la reconstrucción cognitiva de un
comportamiento perjudicial, haciendo que este parezca socialmente digno
justificándolo como un acto necesario para la mejora de la sociedad. Esta comúnmente
enlazado con ideologías, principios religiosos y nacionalismos.
2. Comparación ventajosa: Se relaciona con la comparación de dos actos moralmente
reprochables, en donde el realizado se convierte en menos perjudicial que el utilizado
para la comparación. De tal forma, se atenúa el efecto que causa haciéndolo parecer
mucho menos grave.
3. Etiquetamiento eufemista: Alude a la manipulación del lenguaje con el fin de
maquillar la conducta inapropiada haciéndola ver mejor de lo que es. Allí se
identifican tres formas de neutralización del lenguaje: 1. Purificación del lenguaje
(atribuir palabras suavizantes de la acción perjudicial) 2. Voz pasiva sin agente (crean
la sensación de que los actos perjudiciales son causados por fuerzas mayores a la
humana) 3. Jerga especializada (Se utiliza una jerga técnica para dar un aura de
respetabilidad y evocar cualidades admirables)
4. Desplazamiento de la responsabilidad: Apunta a que la gravedad del acto perjudicial
disminuye a la hora de atribuirle la responsabilidad a una autoridad legítima, la cual
además acepta responsabilidad accidental sobre los efectos.
5. Difusión de la responsabilidad: Se refiere a la dispersión de la responsabilidad entre
varios agentes, Bandura (2012) explica tres formas de hacerlo: 1. Las tareas se
encuentran subdivididas por lo que fue un efecto de un proceso colectivo, 2. La toma
de las decisiones se realizó en grupo por lo que no hay un responsable directo y
explícito y 3. La culpa es de todos por lo que nadie se siente personalmente
responsable
6. Distorsión de las consecuencias: Sugiere formas para debilitar el control que se tenía
sobre el acto perjudicial por medio de la minimización del acto, el simple hecho de
ignorarlo como si no hubiera sucedido o la disputa de la responsabilidad entre varios
actores.
7. Deshumanización: Se relaciona con la desposesión de cualidades humanas a la víctima
y más bien la atribución de características animales, demoníacas o bestiales, lo cual
genera la anulación de comportamientos compasivos y propicia los crueles.
8. Atribución de culpa: Insinúa la atribución de la culpa hacia la víctima. Es decir, Se
culpa a los demás por atraer su propio mal. Desencadena que el perpetrador no se auto
sancione sino que culpe a la víctima haciéndola merecer el perjuicio y asumiendo una
posición de ayuda.
Estos mecanismos dejan visualizar las distintas formas de justificarse por realizar o tomar
decisiones que van en contra de los estándares morales tanto de la sociedad como propios y de
esa forma evitar la gran carga moral, emocional, cognitiva e incluso física que podría significar la
propia atribución de culpa o responsabilidad en hechos reprochables.
En ese sentido, cuando se habla de desentendimiento moral, se le relaciona con aspectos
como la agresión, la delincuencia y la violencia criminal (Gonzales & McNiel; 2019; Walters,
2020; Nocera et al., 2021), desorden de personalidad (Somma et al., 2020) y bullying (Ma,
Meter, Chen & Lee, 2019; Gini, Thornberg & Pozzoli, 2020; Teng, et al., 2020;); estudios en los
cuales se puede encontrar a la emocionalidad y la toma de decisiones como factor común,
elementos que se relacionan claramente en la literatura con su desenvolvimiento (Chen, Klebe &
Humphrey, 2020).
Por ende, a través de los preceptos teóricos mencionados a lo largo de este documento, se
llega a realizar relaciones con el actuar moral de las personas, con el comportamiento o variación
de estas teorías al ser vistas en otros contextos propios de la cotidianidad, y relacionadas con
fenómenos más inexplorados. Por lo tanto, se ha llegado a encontrar como fenómeno pertinente
para el anclaje tanto de teorías, estudios, disciplinas, puntos de vista y acciones cotidianas a las
prácticas corruptas, las cuales envuelven tanto toma de decisiones, como acciones morales,
emocionalidad, evaluación del contexto, y algunos aspectos de criminalidad y delincuencia.
Entonces ¿Qué tiene que ver la teoría psicológica y neurocientífica social con fenómenos tan
ambivalentes como las prácticas de corrupción? Eso lo podremos evidenciar en el siguiente
capítulo.
Capítulo 2
La armonización de la neurociencia social y la psicología para la comprensión de
fenómenos sociales ¿cómo abordar un fenómeno inabarcable?
Planteamiento del problema
En los últimos años se ha evidenciado un incremento en la percepción de la corrupción en
Colombia a nivel mundial, permeando varios sectores de nuestra sociedad, principalmente el
sector económico, ocupando el puesto 37 en el Índice de Percepción de la Corrupción
Internacional (Transparency International, 2019). Sin embargo, lo más preocupante de ello radica
en la baja efectividad y nulo control, seguimiento y evaluación de las leyes de prevención y
sanción de la corrupción, las políticas públicas, los planes y programas anticorrupción, las
organizaciones y agencias contra este problema social y alto presupuesto destinado a todo ello
(Isaza, 2012).
La corrupción es ampliamente estudiada en las ciencias sociales con un 60% de incidencia
en investigaciones sobre el tema. Sin embargo, en lo que concierne a la psicología, las cifras se
reducen a aproximadamente un 2% de los estudios encontrados y en neurociencia corresponden a
menos del 0,5%. Además, los resultados que se pueden encontrar en las grandes bases de datos
entre el desentendimiento moral y la corrupción son de tan solo 14 artículos en todo el mundo
desde los años 80, y entre emociones y corrupción de 85 investigación (Scopus, 2019).
Así, de una forma muy general entre los estudios encontrados relacionados con
corrupción que se han producido desde disciplinas como la neurociencia y la psicología, es
posible dilucidar una tendencia a la generalización y poco entendimiento del concepto de
corrupción. Lo anterior, debido al carácter voluble del concepto y a la falta de claridad del
mismo, lo cual genera sesgos en la información y limita su alcance (Jain, 2001; Hodgson &
Jiang, 2008; Julián & Bonavia, 2016).
Por lo anterior, es necesario tener en cuenta que el concepto de corrupción se refiere a un
término con una alta carga histórica, que de cierta manera posee múltiples definiciones,
adecuadas arbitrariamente en contextos específicos, pero que en los últimos años ha intentado
reducir los elementos esenciales del concepto (Newman & Ángel, 2017). En esa lógica, según
Newman y Ángel (2017), su correcta definición depende de la perspectiva desde la que sea
entendida la corrupción (burocrática y pequeña o política y grande); si el término está definido
por la naturaleza de los actores (público o privado) o si se encuentra en relación con el tipo de
reglas que violan (jurídicas, éticas o ambas).
De tal manera, en ámbitos investigativos, la corrupción adopta ciertos enfoques generales:
el económico definido en términos de costo-beneficio en términos institucionales (en el
desarrollo de los países); el jurídico, en términos de conductas desviadas relacionado con el
incumplimiento de normas y sus efectos perjudiciales; el politológico, viendo a la corrupción
como un problema estructural basado en el ejercicio del poder; y el sociológico que lo ve como
una tensión entre una práctica social y patrones de comportamiento socialmente aceptados
(Newman & Ángel, 2017).
Ante lo anterior, la consideración de un acto corrupto resulta vago e incomprendido en
ciertos sectores sociales, relacionándolo con extorsiones, abusos, desfalcos, acosos, indolencias,
hurtos, nepotismo, discriminación, en algunos casos se relaciona con actos de narcotráfico y
delitos administrativos, y en otros más particulares se ve implicado en actos como la traición, el
engaño y la mentira. Esta ambigüedad producida sobre el término tiene un efecto directo sobre la
toma de decisiones, es decir, la construcción social de significados se encuentra influenciada por
la multiplicidad de significados existentes en sinergia con las interpretaciones personales basadas
en la experiencia y los deseos ambivalentes de los sujetos, lo cual conlleva a que las decisiones
sean diversas, contradictorias y en muchos casos perturbadoras (March, s.f. originalmente
publicado en 1994).
En términos de toma de decisiones, Tversky y Kahneman (1974) y Sziget, (2012)
sugieren que las decisiones y los juicios morales tienen un correlato cognitivo mediado por atajos
mentales y componentes emocionales. Dichos elementos moderan las apreciaciones que tienen
las personas con relación a sus creencias, valoraciones sobre eventos específicos y
comportamientos relacionados, lo cual convierte a la emoción en un componente fundamental.
En ese sentido, se logra establecer que en la construcción de decisiones y juicios morales se
tienen en cuenta aspectos tanto cognitivos como emocionales que median, modifican,
transforman y erigir opiniones sobre una situación.
Además, relacionado con la ambigüedad que termino puede llegar a tomar, las razones
por las cuales un sujeto puede llegar a posicionarse ante una situación así, teniendo la posibilidad
de adoptar múltiples posturas frente al termino, son variables. Para ello, la teoría del
desentendimiento moral puede abrir un camino de iluminación para la explicación de esta acción.
Así, Bandura (2004) propone el postulado de que existen procesos psicológicos que ayudan a
distanciarse moralmente de actos reprochables.
En consecuencia, la profundización en el estudio de lo que significa la corrupción para la
sociedad en general en un contexto como Colombia, catalogado internacionalmente como
altamente corrupto y poco transparente (Transparency International, 2018), y el entendimiento de
los mecanismos que operan detrás de la toma de decisiones en situaciones que involucren delitos
y perjuicios sociales es de gran importancia, debido a que, por medio de su estudio es posible
entender sus mecanismos internos y por ende actuar frente a ello.
Lo anterior, puede llegar a cuestionar ¿de qué manera se juzga un acto como corrupto?
¿cómo un sujeto puede llegar a tomar esta decisión? ¿Qué aspectos se ven involucrados en el
posicionamiento de un individuo? Lo cual desemboca en la pregunta de investigación de este
proyecto, donde se cuestiona qué manera los mecanismos constitutivos del desentendimiento
moral y la emoción pueden modular o caracterizar los índices de corrupción en escenarios de
toma de decisiones.
Así pues, el estudio de la toma de decisiones teniendo como una variable a la emoción es
necesaria en términos de corrupción, pues, esta variable podría demostrar el nivel de
identificación de una acción moralmente reprochable y se podría contrastar con la respuesta dada
en una situación experimental. Además, para la evaluación de las decisiones tomadas, el
desentendimiento moral se convierte en una variable completamente lógica para explicar las
formas en las que se cometen actos de corrupción y qué aspectos se están teniendo en cuenta a la
hora de tomar una decisión u otra.
Pregunta de investigación
¿De qué manera el desentendimiento moral y la empatía pueden afectar o modular las
prácticas de corrupción en escenarios de toma de decisiones?
Justificación
La corrupción, entendida como una problemática social en constante aumento en el país
(Transparency International, 2018), resulta ser un fenómeno de amplio interés en la investigación.
De tal forma, la presente investigación pretende entender de qué forma opera el desentendimiento
moral y las emociones durante la de toma de decisiones en situaciones relacionadas con la
corrupción con el fin de entender algunos de los mecanismos que actúan en la toma de decisiones
en este tipo de situaciones, mecanismos que permiten que el sujeto se desentienda de su realidad
social o se ancle a ella, en el caso de la empatía, y que a pesar de las múltiples consecuencias que
puede significar un acto corrupto, un sujeto termine decidiendo cometerlo.
De tal forma, en ámbitos académicos, este estudio pretende generar aportes para el
conocimiento y profundización del fenómeno. Así pues, a través de la postura de la neurociencia
social, que propone un análisis multinivel; pretende contribuir a una comprensión más aguda de
los mecanismos que disuaden o promueven conductas relacionadas a la corrupción en ámbitos
cotidianos. Lo anterior pretende ayudar a dilucidar cómo opera el actuar de la psique humana en
procesos de toma de decisiones a través del entendimiento de los procesos bio-psico-socio-
culturales que se vean involucrados.
En esa lógica, esta investigación busca aportar a la sociedad en ámbitos políticos y
legislativos, ya que el entender la forma en la que opera la moral en la ejecución de un acto de
corrupción, podría ayudar a establecer leyes más rigurosas, precisas y focalizadas con una
perspectiva compleja. Además, los resultados de esta investigación, en sinergia con otras
investigaciones sobre el fenómeno puede brindar un panorama más claro para promover el diseño
de planes de contingencia para la reducción de comportamientos relacionados a la corrupción.
Por último, por medio de este estudio se pretende encontrar información relevante que
aporte a la concientización de la población sobre los efectos que posee la realización de un acto
de corrupción, sea a nivel micro o macro, y los mecanismos que operan para desentenderse de
una realidad a la que pertenecemos, en donde nuestras acciones tienen consecuencias
significativas que no deberíamos minimizar ni justificar a la hora de tomar una decisión.
Objetivos
General
Analizar de qué forma el desentendimiento moral y la empatía llegan a afectar, modular
y/o caracterizar actitudes y prácticas de corrupción inmersas en contextos cotidianos que se
presentan en escenarios de toma de decisiones en población universitaria que resida en la ciudad
de Bogotá.
Específicos
1. Medir la presencia de desentendimiento moral y empatía en la toma de acción y la
justificación seleccionada, mediante la presentación de situaciones de toma de
decisiones relacionadas con la práctica de la corrupción, en jóvenes universitarios de
18 a 26 años residentes en la ciudad de Bogotá.
2. Establecer las posibles relaciones entre el desentendimiento moral, la empatía y las
situaciones de toma de decisiones en jóvenes universitarios de 18 a 26 años residentes
en la ciudad de Bogotá.
3. Contrastar y articular el desentendimiento moral, la empatía y las situaciones de toma
de decisiones con variables emergentes relacionadas con la construcción moral
personal frente a las prácticas de corrupción en jóvenes universitarios de 18 a 26 años
residentes en la ciudad de Bogotá.
Capítulo 3
La cotidianidad de la corrupción puesta en contexto científico. El desentendimiento y las
prácticas de corrupción ¿directamente proporcionales?
Metodología
Enfoque epistemológico
Para la realización de este estudio tomó una visión empírico-analítica, explicativa y
crítica, fundamentada en el tratamiento estadístico de los datos y el control de variables; la cual se
encuentra ambientada por el tipo de diseño metodológico que se dio a través de la triangulación
de técnicas que den cuenta del fenómeno desde distintos niveles de análisis (Hernández et al.,
2014). En esa lógica los datos que se pretenden recolectar son de índole mixta, para así poder
realizar una sinergia entre lo cualitativo y lo cuantitativo estando de acuerdo con el continum
biología - cultura y entrar en una discusión profunda del fenómeno estudiado.
Es ese sentido, la triangulación de métodos y técnicas resulta ser una decisión acertada.
Así las cosas, es necesario resaltar que la triangulación de métodos y técnicas es entendida como
un diseño de investigación basado en la idea de la complementariedad metodológica, es decir, la
integración de varios enfoques investigativos que crean una sinergia entre sí. De tal forma, por
medio de la utilización de este diseño se pretende complejizar la investigación y llegar a análisis
más profundos, pues, los datos deben ser tanto cuantitativos como cualitativos, lo cual, permite
abordar distintas perspectivas y niveles de análisis (Blanco, & Pireta, 2015). Específicamente,
para esta investigación se pretende realizar un proceso de triangulación concurrente, es decir, se
tomarán los datos tanto cualitativos como cuantitativos en el mismo bloque experimental y los
análisis de ambos tipos de datos se realizarán simultáneamente lográndolos correlacionar y así,
llegar a resultados más complejos (Folgueiras-Bertomeu & Ramírez. 2017).
Población
La muestra del estudio estuvo conformada por estudiantes de universidades públicas y
privadas de la ciudad de Bogotá, que estuvieran cursando pregrado, maestría o alguna
especialización y que se encontraran en un rango de edad entre los 18 y los 26 años, rango de
edades escogido de acuerdo con la distinción realizada por el Ministerio de Salud (2019) para los
jóvenes, discriminando a aquellos que son menores de edad. En estudios como los de Pratt,
Golding y Hunter (1983) sugieren que no hay diferencias significativas en las habilidades
relacionadas al razonamiento moral para edades entre los 18 y los 70 años, factores como el
desarrollo neurodegenerativo (el cual es más recurrente en adultos mayores y de mediana edad) o
patrones de razonamiento moral menos flexibles (Moshman, 2011).
A pesar de ello, se tomó esta población por condiciones de accesibilidad y practicidad al
momento de aplicar los instrumentos para por mediación virtual y conectividad. Se realizó un
muestreo por conveniencia ya que los participantes fueron invitados a colaborar en el estudio
mediante redes sociales, email o personalmente. Adicional a esto, se rifó entre los participantes
bonos digitales con el fin de incentivar la colaboración con el estudio. Por otra parte, no se
consideró que características sociodemográficas como el sexo, la raza o la condición
socioeconómica del posible participante fueran criterios de exclusión necesarios para el proyecto.
Sin embargo, si se consideraron como elementos de exclusión que el participante se encontrará en
algún estado alterado de consciencia o que trabaje o investigue de forma cercana temas de
contenido moral.
Por otro lado, no se considera que el ser estudiante de psicología o alguna carrera afín a
las ciencias sociales fuese motivo de exclusión, dado que el tema de investigación tiene un alto
grado de especificidad y no se considera que las personas que estudian estas carreras pudieran
tener sesgos confirmatorios o cambios comportamentales al momento de realizar el diseño
experimental o la entrevista. Retomando el último criterio de exclusión mencionado en el párrafo
anterior, se realizó un control en el que se le preguntó al participante si había trabajado o trabaja
sobre temas de razonamiento moral, de ser así se daba por finalizado el experimento debido a que
su participación podría sesgar los datos obtenidos ya que su conocimiento especializado en el
tema sí podía llegar a sesgar los resultados. Se menciona esto ya que el estudio está enfocado en
conocer las percepciones y comportamientos de personas que normalmente no tienen un
conocimiento teórico sobre temas relacionados con la acción situacional o el juicio moral.
Por otro lado, se estimó que el tamaño de la muestra para el presente estudio fuera de N=
94 sujetos. Esta estimación se hace en función de investigaciones acerca de temas similares
previamente hechas (McAllister, 2001). Adicionalmente, se realizó un análisis mediante el
software G power, el cual realizó la estimación previamente mencionada bajo un margen de error
probabilístico de 0.05.
Técnicas e instrumentos
Con el fin de realizar una adecuada selección de los participantes se aplicó en la
introducción un pequeño cuestionario que dio cuenta de algunos de los criterios de exclusión
contemplados en el Proyecto de Tesis, tales como tener entre 18 y 26 años cumplidos, ser
estudiante de educación superior en una institución de la ciudad de Bogotá, Colombia y que
trabaje o investigue de forma cercana temas de contenido moral. Para ello, en las preguntas que
fue posible se aplicó un filtro para terminar el cuestionario en caso de no tener los criterios
necesarios. En seguida se dio inicio a la aplicación del apartado de Estado del Cuestionario de
Ansiedad Estado Rasgo [STAI], el cual permitió evaluar el estado de conciencia de la persona en
el momento del registro, lo cual responde a uno de los criterios de exclusión contemplados en la
investigación referido a estados de conciencia alterados (no tener capacidades cognitivas
inmediatas que sean suficientes para la tarea debido a falta de sueño, consumo de sustancias
psicoactivas, altas preocupaciones que interrumpen la concentración).
Una vez superados los filtros necesarios comenzaba el experimento real por lo que se
aplicó un cuestionario sociodemográfico con el fin de caracterizar a los participantes;
información que a su vez fue utilizada para evaluar diferencias poblacionales en los registros,
pero sin ninguna focalización en específico, ya que se tomaron como datos emergentes.
En seguida, se procedió con la presentación de una batería de dilemas sociales en
contextos de corrupción que constaba de cinco historias, cada una de ellas acompañadas de tres
escalas de evaluación del dilema social en donde la persona debía formar un juicio de acción
frente a la situación presentada, luego hacer un juicio en una escala de valoración (nada, mucho,
poco, nunca, tal vez, etc.) sobre las situaciones que se le presenten, y posteriormente, debía
evaluar el nivel de castigo que merecería el autor de los hechos.
Luego de ello, se le aplicó al participante el cuestionario correspondiente al Índice de
Reactividad Interpersonal en español, el cual tenía como fin medir de forma multidimensional la
empatía. Esta escala se respondía por medio de una escala Likert de cinco factores yendo desde
‘no me describe bien’ hasta ‘me describe muy bien’.
Después de terminado el apartado anterior, el participante debía responder el cuestionario
correspondiente a la Escala de Mecanismos de Desconexión Moral en su adaptación española, el
cual, como su nombre lo dice, pretende medir los nueve mecanismos de desentendimiento moral
propuestos por Bandura. Este cuestionario necesitaba ser respondido por medio de una escala
Likert de cinco factores que van desde ‘totalmente de acuerdo’ hasta ‘totalmente en desacuerdo’.
Por último, se procedió a aplicar un cuestionario de profundización sobre la temática de la
investigación, con el fin de entender la percepción del participante ante los actos de corrupción,
lo cual ayudo a entender las respuestas que este dio en los apartados anteriores.
Proceso de validación y solicitud de instrumentos
Batería de dilemas sociales en contextos de corrupción
Para la medición de la temática central de este estudio, y frente a la ausencia de
instrumentos precisos relacionados se procedió a la creación de una batería de dilemas sociales
situados en contextos propios de la vida cotidiana que involucraran tanto prácticas de corrupción
como mecanismos de desentendimiento moral. Para ello, se creó un total de cinco historias
diferentes, cada una de ellas con referencia a un articulo específico del Código Penal Colombiano
y a algún mecanismo de desentendimiento moral, siendo transversal entre todos ellos la
utilización de lenguaje eugenista. La distribución de las historias con respecto a los aspectos que
evaluaban como se muestra en la Tabla No. 1i (Para revisar directamente los dilemas ver Anexo
4).
Tabla 1.
Composición de la batería de dilemas sociales
Dilema
Título Artículos del Código
Penal relacionados
Mecanismos de
Desentendimiento
Moral relacionados
Dilema No. 1
Los alcaldes y la
contratación para la
reconstrucción de carreteras
Art. 410A - Acuerdos
restrictivos de la
competencia
Comparación ventajosa
Dilema No. 2
La negociación con
calificaciones con fines
de representación
Art. 407 - Cohecho por
dar y ofrecer
Atribución de culpa
Dilema No. 3
Información errónea
para la concesión de
bonificaciones
Art. 409 - Interés
indebido en la
celebración de
contratos. Art. 410 -
Contrato sin
cumplimiento de
requisitos legales
Difusión de la
responsabilidad
Dilema No. 4
Desviación de fondos
por derechos de contratación
Art. 397 - Peculado por
apropiación
Distorsión de las
consecuencias
Dilema No. 5
Privilegios de
contratación por
compromisos
personales
Art. 413 - Prevaricato
por acción. Art. 410 -
Contrato sin
cumplimiento de requisitos legales
Autojustificación
moral-social
Para la respectiva validación de esta batería de dilemas sociales se procedió a realizar una
validación por jueces expertos, proceso en el cual se convocaron cinco (5) jueces especializados
en psicología social crítica y política, psicología e investigación moral, psicometría, medicina y
neurociencia cognitiva y psicoanálisis y neurociencia social. Esta validación se realizó mediante
un formato que evaluaba los índices de suficiencia, claridad, coherencia y relevancia; teniendo
entre todos puntajes entre 0,65 y 0,8, que a criterio de la investigadora y de sus asesores
correspondía a un puntaje sobresaliente, pero frente a los cuales fue necesario realizar
correcciones con base en los comentarios de los jurados, todo ello dentro de los lineamientos
éticos pertinentes. Por último, para contrastar mejor la validez de esta batería, posterior a la
recolección de datos, se procedió a calcular el Alfa de Cronbach con un resultado de 0,701.
Escala de Índice de Reactividad Interpersonal (IRI)
Con el fin de evaluar de forma rigurosa el constructo de la empatía se aplicó la escala del
Índice de Reactividad Interpersonal; prueba que, para proceder con su aplicación se contactó con
Vicenta Mestre Escrivá y Elisabeth Malonda, investigadoras pertenecientes al equipo encargado
de la publicación del articulo ‘La medida de la empatía: análisis del Interpersonal Reactivity
Index’ (Mestre, Frías, Dolores & Samper, 2004), correspondiente a la adaptación y validación
española de la escala; investigadoras que, extendieron su autorización para la utilización de la
escala y la adaptación a español latino, proceso realizado con la asesoría de la psicóloga e
investigadora de la Universidad Externado de Colombia, Sandra Carolina Valencia Lara; todo
siempre dentro de los lineamientos éticos de psicología, del comité de ética y del Área de Salud,
Conocimiento Médico y Sociedad.
Escala de Mecanismos de Desconexión Moral (MMDS-S)
Para la evaluación rigurosa del comportamiento moral de los participantes, se incluyó la
Excala de Mecanismos de Desconexión Moral en su adaptación española, originalmente creada
por Bandura en ingles y, posteriormente, traducida, adaptada y validada al castellano por Rubio-
Garay, Amor y Carrasco (2017) y publicada en su artículo titulado ‘Dimensionality and
psychometric properties of the Spanish version of the Mechanisms of Moral Disengagement
Scale (MMDS-S)’. Para su inclusión en el presente estudio se solicitó la respectiva autorización a
Fernando Rubio Garay, seguidamente de su adaptación al español latino con la asesoría de la
psicóloga e investigadora de la Universidad Externado de Colombia, Sandra Carolina Valencia
Lara; todo siempre dentro de los lineamientos éticos de psicología, del comité de ética y del Área
de Salud, Conocimiento Médico y Sociedad.
Aspectos éticos y deontológicos
Los aspectos éticos concernientes a esta investigación se ven relacionados con la ley 1090
de 2006 que enmarca la ley vigente relacionada con el deber y hacer del psicólogo en la práctica
de la profesión en cualquier ámbito que esta implique. En dicha ley se entiende por salud la
definición brindada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que se refiere al bienestar
biopsicosocial de un individuo.
De esta forma, el ejercicio de la investigación en psicología debe tener como objetivo
aportar al desarrollo de la profesión en pro del bienestar humano “respetando la dignidad y el
bienestar de las personas que participan” (Ley 1090, 2006, Titulo II, Articulo segundo, párr. 11).
Adicionalmente, se toma en consideración la Declaración de Helsinki de la Asociación Médica
Mundial (AMM), la cual reglamente todo lo relacionado con la investigación biomédica,
relevante aquí debido a que se involucra el campo de la neurociencia social.
Por lo anterior es de vital importancia preservar la salud física y mental de los sujetos
durante el ejercicio de la investigación y se priorizará ante todo este derecho fundamental, por lo
que cualquier situación de incomodidad, molestia o daño que experimente el sujeto será tenido en
cuenta y reducido al mínimo. Además, será completamente tenida en cuenta la participación
expresa voluntaria del participante por medio de un consentimiento informado teniendo total
libertad de abandonar el estudio en cualquiera de sus fases sin repercusión alguna.
De igual manera, el ejercicio de la profesión se encuentra regido por el Código
Deontológico y Bioético (Ley 1090, 2006, Título VII) en donde se aclara que durante el ejercicio
de la profesión no deberá haber ningún acto de discriminación de ninguna índole (Ley 1090,
2006, Título VII, Artículo 16 y 17). Adicionalmente, el investigador debe garantizar los criterios
de confidencialidad, la preservación de la intimidad y la debida reserva de datos personales a
excepción de casos particulares (Ley 1090, 2006, Título VII, Artículo 25 y 30). Igualmente, se
prevé que el riesgo del presente estudio es de riesgo mínimo, ya que no se ejecutan
procedimientos invasivos para el participante o que puedan vulnerar física, emocional o
mentalmente.
Por último, de acuerdo con la Declaración de Helsinki, se toma en consideración la
importancia de delimitar dentro de la investigación los incentivos utilizados para compensar,
tratar o convocar a los participantes, los cuales deben estar debidamente sustentados y
autorizados éticamente previo a la realización del estudio (AMM, 2015).
Capítulo 4
La moralidad, la empatía y la cultura ¿qué tienen que ver con las prácticas cotidianas de
corrupción?
Presentación de resultados
Los análisis estadísticos se realizaron por medio del software Statistical Package for the
Social Sciences [SPSS], los cuales corresponden a análisis estadísticos paramétricos y no
paramétricos (ver anexo 1). Se analizó un total de 118 sujetos 46,6% hombres y 53,4% mujeres,
entre los 18 y 26 años con una media de 21,85. Adicionalmente, se realizó una prueba de
normalidad Kolmogorov – Smirnov y que las variables de Total STAI (K-S = 0,58), Total
desentendimiento moral y corrupción (K – S = 0,18), Total Índice de Reactividad Interpersonal
(K – S = 0,53) y las subescalas de desplazamiento de la responsabilidad (K – S = 0,23), distorsión
de las consecuencias (K -S = 0,15), atribución de culpa (K – S = 0.05), desentendimiento por
irresponsabilidad (K – S = 0,42) y desentendimiento por racionalización (K – S = 0,57), así como
el total global de desentendimiento moral (K – S = 0,52), se mostraron normales. Así mismo, el
total de dilemas de corrupción presentó una media de 37,18 con una desviación estándar de 16,
589; con respecto al total de la prueba de desentendimiento moral se calculó una media de y una
desviación estándar de 12,552, por último, con respecto al Total del Índice de Reactividad
Interpersonal la media 67,14 y desviación estándar obtuvieron como resultados 93,39 y 13, 783
respectivamente (Ver Tabla 2). Frente a todos estos datos se procedió a la realización de
correlaciones estadísticas, pruebas de asociación, análisis bivariados y análisis multivariados.
Con respecto a la distribución por creencia del total de sujetos, 57% se consideraban a sí mismos
como creyentes y el resto como no creyente.
Tabla 2.
Estadísticos descriptivos
Media Desvesta N
Total dilemas de corrupción 37,18 16,589 118
Total desentendimiento moral 67,14 12,552 118
Total índice de reactividad interpersonal 93,39 13,783 118
Los dilemas de corrupción presentaron una alta consistencia interna al realizar la prueba
de correlación de Pearson, ya que todas las correlaciones entre dilemas fueron significativas de
carácter positivo (Ver Tabla 3).
Tabla 3.
Correlaciones de Pearson Dilemas de Corrupción
Total Acuerdos
Restrictivos de la
Competencia y
Comparación
Ventajosa
Total Prevaricato
por Acción y
Justificación
Moral Social
Total Peculado por
Apropiación y
Distorsión de las
Consecuencias
Total
Cohecho por
Dar y Ofrecer
y Atribución
de Culpa
Total Prevaricato por
Acción y Justificación
Moral Social
0.358***
Total Peculado por
Apropiación y Distorsión
de las Consecuencias
0.565***
0.210*
Total Cohecho por Dar y
Ofrecer y Atribución de Culpa
0.403***
0.275*
0.266*
Total Interés Indebido en la
Celebración de Contratos,
Contratos sin
Cumplimiento de
Requisitos Legales y
Difusión de la Responsabilidad
0.234**
0.183*
0.394***
0.297**
Nota: Los valores de significancia están representados de la siguiente forma -* p ≤ 0.05 * p ≤ 0.01 ** p < 0.001
Para analizar la presencia de correlación entre el índice de reactividad interpersonal con el
total de desentendimiento moral y el total de dilemas de corrupción se realizaron diversas
correlaciones entre estas variables, análisis en los cuales no se encontraron correlaciones
significativas entre las variables anteriormente mencionadas (Ver Tabla 4).
Tabla 4.
Tabla Correlaciones IRI x Corrupción x Desentendimiento
Dilema de Corrupción Desentendimiento Moral
Índice de Reactividad Interpersonal -0.009 -0.017
Desentendimiento Moral 0.134
Se realizó un análisis de correlación de Pearson usando ambos sexos en los que no se
encontró una correlación significativa entre el total de desentendimiento moral y el puntaje total
de dilemas de corrupción (r = 0.134; p = 0.148). Sin embargo, cuando se realizó este análisis con
diferenciación por sexos se encontró que los hombres presentaron una correlación significativa de
carácter positiva (r = 0.364; p = 0.007). Por otra parte, no se encontró ninguna correlación
significativa para las mujeres (r = 0.019; p = 0.883) (Ver Figura 3).
Figura 3: Correlación Dilemas de Corrupción x Desentendimiento Moral por Sexo
En la prueba T para medidas independientes, al separar los grupos por sexo se evidencio
una diferencia para el total de desentendimiento moral (T(116) = 3.166; p = 0.002) (F(116) =
2.083; p = 0.152), donde los hombres presentaron mayores niveles de desentendimiento (N = 54;
M = 70.98) comparado con las mujeres (N = 64; M = 63.91).
Por otra parte, se realizó una prueba T para medidas independientes, separando a los
individuos en creyentes y no creyentes, en la que se encontró que las personas creyentes (N = 57;
M = 41.79) presentaron un puntaje mayor en el puntaje total de dilemas de corrupción comparado
con personas no creyentes (N = 61; M = 32.87) (T(116) = 3.018; p = 0.003) (F(116) = 2.114; p =
0.149). Para el test del total de desentendimiento moral, se presentaron diferencias significativas
entre los grupos (T(116) = -2.211; p = 0.029) (F(116) = 1.077; p = 0.302), donde las personas no
creyentes (N = 61; M = 69.57) presentaron un puntaje mayor comparado con quienes se
consideraron creyentes (N = 57; M = 64.54). Al diferenciar estos resultados por sexo, se encontró
una diferencia significativa para las mujeres en el puntaje total de dilemas de corrupción (T(62) =
3.366; p = 0.001) (F(62) = 3.259; p = 0.076).; donde las mujeres creyentes (N = 35; M = 45.20)
puntuaron más alto comparado con aquellas no creyentes (N = 29; M = 31.45).
Al ejecutar un análisis de correlación de Pearson separando entre los grupos creyentes y
no creyentes, se presentó una correlación positiva significativa entre el total de dilemas de
corrupción y el total de desentendimiento moral para el grupo de personas que se consideraban no
creyentes (r = 0.392; p = 0.002), para las personas creyentes no se encontró una correlación de
ningún tipo para estas variables (r = 0.067; p = 0.619) (Ver figura 4).
Figura 4: Correlación Dilemas de Corrupción x Desentendimiento Moral por Religión
Realizando un análisis de correlación de Spearman diferenciando los grupos por
inclinación política, los grupos que se consideraban a sí mismos con una inclinación política de
centro izquierda (rs = 0.362; p = 0.028) y los que se consideraban apolíticos (rs = 0.449; p =
0.021) presentaron una correlación significativa de carácter positivo, el resto de los grupos no
presentaron una correlación significativa al comparar el total de desentendimiento moral y el
puntaje total de dilemas de corrupción.
Tabla 5.
ANOVA general
Sig.
Total Dilema 1 ,016*
Total Dilema 2 ,135
Total Dilema 3 ,035*
Total Dilema 4 ,002*
Total Dilema 5 ,534
Total Dilemas sociales ,008
Toma de Perspectiva ,517
Preocupación Empática ,892
Fantasía ,725
Malestar Personal ,103
Empatía Cognitiva ,444
Empatía Afectiva ,637
Total Índice de Reactividad Interpersonal ,814
Justificación Moral Social ,625
Lenguaje Eufemista ,155
Comparación Ventajosa ,074
Desplazamiento de la Responsabilidad ,123
Difusión de la Responsabilidad ,605
Distorsión de las Consecuencias ,813
Deshumanización ,858
Atribución de culpa ,737
Desentendimiento por Despersonalización ,923
Desentendimiento por irresponsabilidad ,015*
Desentendimiento por racionalización ,454
Total Desentendimiento Moral ,250
Nota: Los valores de significancia están representados de la siguiente forma -* p ≤ 0.05 * p ≤ 0.01 ** p <
0.001
Por otro lado, por medio de la realización de un ANOVA general, se encontró que, al
comparar las medias de todos los grupos tantas escalas (grandes totales), subescalas (totales
parciales) y categorías (total por variable); los ítems del dilema 1, dilema 3, dilema 4, y
desentendimiento por irresponsabilidad presentaron diferencias significativas (Ver Tabla 5). Sin
embargo, al aplicar una prueba Post Hoc a estos ítems, únicamente la variable de
Desentendimiento por irresponsabilidad presento un comportamiento significativo (p = 0,015)
con respecto a la inclinación religiosa desglosada en categorías (Ver Figura 5).
Figura 5: Post Hoc ANOVA Desentendimiento por irresponsabilidad x Inclinación religiosa
Paralelamente, al realizar pruebas pareadas para cada uno de los instrumentos utilizados
en este estudio se encontró que, en el caso del ANOVA para medidas repetidas de los dilemas
sociales en contextos de corrupción presento en todos los test multivariados resultados muy
significativos (p = 0,000) mostrando una distribución uniforme entre los dilemas destacándose el
dilema referido al prevaricado por acción y exceptuando el de peculado por apropiación (Ver
Figura 6). Así mismo, al aplicar esta prueba pareada en las subescalas del Índice de Reactividad
Interpersonal (p = 0,000), es posible visualizar una distribución uniforme de los datos,
sobresaliendo la categoría de malestar personal la cual expone una menor puntuación con
respecto a las demás (Ver Figura 7). Sumado a esto, en los análisis pareados correspondientes a la
prueba de desentendimiento moral también reflejan diferencias significativas en todos los test
multivariados (p = 0,000), lo cual, de acuerdo a la gráfica, es posible llegar a afirmar que las
personas tienden a puntuar muy bajo en los mecanismos de desentendimiento por
despersonalización mientras que expresan puntajes más altos en los mecanismos de
desentendimiento por racionalización y, por último, acentuándose mucho más los mecanismos de
desentendimiento por irresponsabilidad (Ver Figura 8); resultados que se relacionan con otros
anteriormente expuestos y que dejan a este ultimo mecanismo como preponderante frente a los
demás.
Figura 6: ANOVA para medidas repetidas en Dilemas de Corrupción
Figura 7: ANOVA para medidas repetidas en Índice de Reactividad Interpersonal
Figura 8: ANOVA para medidas repetidas en Desentendimiento Moral
Sumado a lo anterior, se realizaron análisis de regresión lineal múltiple y regresión
multinomial, procesos que ultimaron las variables que tienen una influencia significativa en la toma
de acción, tendencia a la aprobación y percepción de las prácticas de corrupción inmersas en
situaciones de la vida cotidiana; desembocando en que, primero, la prueba de desentendimiento
moral presenta resultados muy significativos al entrecruzarse con la batería de dilemas sociales,
además de ser significativas las variables de sexo e inclinación religiosa en la regresión lineal y
muy significativa esta última en la regresión multinomial (Ver Tabla 6 y Tabla 7).
Tabla 6.
Regresión lineal múltiple
ANOVAb
Model Sig.
Regression ,003**
1 Residual
Total
Coefficientsa
Model
Sig.
(Constant) ,007**
Sexo ,049*
1 Inclinación Política ,343
Inclinación Religiosa ,015*
Desentendimiento Moral ,002**
Nota: Los valores de significancia están representados de la siguiente forma -* p ≤ 0.05 * p ≤ 0.01 ** p <
0.001
Tabla 7.
Regresión Multinomial
Model Fitting Information
Sig.
Intercept Only
Final ,000***
Pseudo R-Square
Cox and Snell ,737
Nagelkerke ,992
McFadden ,983
Likelihood Ratio Tests
Effect
Sig.
Intercept .
Sexo .
Inclinación Política ,133
Inclinación Religiosa ,007**
Total Índice de Reactividad Interpersonal ,133
Total Desentendimiento Moral ,004**
Nota: Los valores de significancia están representados de la siguiente forma -* p ≤ 0.05 * p ≤ 0.01 ** p <
0.001
Finalmente, se realizó un ANOVA para medidas repetidas que conjuga los tres instrumentos
utilizados en esta investigación, es decir, incluye el total de la batería de dilemas sociales en
contextos de corrupción, el total del índice de reactividad interpersonal y el total de la escala de
mecanismos de desentendimiento moral presentados también de acuerdo con la secuencia
experimental que se llevó a cabo. Así pues, se permite llegar a vislumbrar los resultados más
significativos de todo este estudio; pues, se evidencia la relación entre las tres variables principales
y su interacción; en donde, las personas puntúan mucho más bajo en la batería de dilemas (cabe
resaltar que en ella también se consideran los mecanismos de desentendimiento moral), luego de
ello, las puntuaciones de empatía muestran un incremento en las puntuaciones muy alto y por
último, las respuestas en la escala de desentendimiento son más altas que las de la batería de
dilemas (Ver Figura 9), resultados que dejan abiertas muchas incógnitas que se discutirán en el
apartado siguiente.
Figura 9: ANOVA para medidas repetidas entre dilemas, empatia y desentendimento moral
Discusión de resultados
Durante la realización de esta investigación, se presentó constantemente la cuestión de
cómo analizar un fenómeno tan difícil de estudiar como la corrupción, habiendo tantas visiones
desde la cual abordarlo. Claramente es necesario incluir un tinte político, sin embargo, al tener
impresa la perspectiva psicológica, era completamente necesario estudiar cómo actúa la moral en
contextos relacionados con la corrupción. Al ser inviable el estudio del fenómeno de la
corrupción y para lograr resultados fiables, las prácticas de corrupción fueron los principales
aliados.
Así pues, se logró crear una investigación que logro dar visos de lo que significa la moral
en contextos como los planteados en este estudio, llegando a ser relacionados con aspectos
identitarios y con sistemas culturales adoptados que marcan pautas de pensamiento,
comportamiento y prácticas en la vida cotidiana de cada una de las personas que habitan en este
mundo.
En ese sentido, para poder abstraer mejor los resultados anteriormente expuestos, es
necesario primero traer a colación el contexto del experimento. Pues, Colombia es un territorio
marcado por su gran bagaje histórico en episodios de violencia, conflicto armado, delincuencia y,
principalmente, corrupción (Caballero, 2018), dejando un panorama poco alentador y
desesperanzador a veces; convirtiéndose en un tema de alta relevancia al directa o indirectamente
vulnerar derechos, generar pobreza y desigualdad y amenazar la dignidad humana, la seguridad
nacional y el desarrollo del país (Newman & Angel, 2017; Corporación Transparencia por
Colombia, 2019; Zuleta, 2015). Sin embargo, esta dolorosa biografía de un país completo
también ha demostrado la capacidad de sus ciudadanos de adaptarse a contextos adversos, de
seguir adelante a pesar de todos los elementos que pudieron llegar a obstaculizar su desarrollo, de
seguir confiando en una mejoría de la democracia y la representación política y da muestra de su
resiliencia democrática (Tirado, 2019). Es allí donde, los altos mandos gubernamentales,
judiciales y de seguridad tienen la mayor responsabilidad, pero en donde también la sociedad
civil cumple un papel fundamental en la lucha contra la corrupción (Naciones Unidas, 2005).
Particularmente, Bogotá ha sido el epicentro de la corrupción del país al ser la capital y el
punto de encuentro de las ramas ejecutiva, legislativa y judicial y de las entidades públicas del
país, sectores a los que se asocia más comúnmente este tipo de prácticas; llegando incluso a ser la
primera ciudad de América Latina en implementar una Política Pública Distrital de
Transparencia, Integridad y No Tolerancia con la Corrupción (Veeduría Distrital, 2019). Empero,
en los últimos años, la corrupción política en sectores privados ha aumentado estrepitosamente
(Fiscalía General de la Nación, 2018), siendo últimamente puntos de atracción mediática
(Cortázar, 2018).
Es así, como la relevancia de los resultados aquí presentados comienza a esculpir un
sentido moral que va más allá de simplemente saber cómo actúan algunas personas en contextos
relacionados con las prácticas de corrupción; hace referencia al entendimiento de la cultura que
se encuentra inmersa en Bogotá expresándose en la postura que se adopta y cómo la sociedad
civil toma un papel relevante allí.
Con todo lo anterior, un aspecto en el que no he profundizado mayormente hace
referencia al lugar que ocupa el estudio de la moral en este fenómeno, que es el ancla
fundamental del estudio de este fenómeno. Pues, la moral es la forma por la cual se puede llegar a
abarcar un fenómeno que se ha convertido en una suerte de percepción personal ante la política y
la economía; y a la vez, al involucrar procesos de toma de decisiones (López et al., 2014; Young
et al., 2010), como el diseño aplicado en este documento, permite entrever qué aspectos pueden o
no resultar fundamentales a la hora de juzgar un acto como corrupto, al desaprobarlo o no y al
actuar si uno se posiciona en alguna de esas situaciones. Por lo mismo, al tomar una decisión, es
claro que las variables que interactúan dentro de la mente humana son muy diversas y subjetivas
como lo son las emociones, la capacidad empática, los preconceptos morales que se tengan o los
contenidos identitarios dentro de los cuales cada uno se inscriba (Polzler, 2015; Olsson, Kopsida,
Sorjonen & Savic, 2016; Ward, 2017).
Conjuntamente, para el abordaje de la moral dentro de la psicología, existen múltiples
teorías y formas de acercarse a ella; por lo que aquí se consideró que la inclusión del
desentendimiento moral podía llegar a explicar por qué los humanos actúan en contra del
bienestar social priorizando el individual en contextos en los que no se presentan amenazas
contra la supervivencia. El desentendimiento moral es considerado como un mecanismo de
autojustificación de acciones que van en contra de las propias creencias y estándares morales con
el fin de no auto sancionarse duramente (Bandura, 2004), lo cual, se ha evidenciado
anteriormente en estudios relacionados con la guerra (Aquino, Reed, Thau & Freeman, 2007; Beu
& Buckley, 2004), el bullying (Obermann, 2010), entre otras conductas que se consideran como
reprochables y que generarían un malestar personal.
En consecuencia, una de las hipótesis centrales de este estudio se encontraba referida a la
relación de la empatía y el desentendimiento moral cuando se estaba en un contexto de toma de
decisiones relacionado con prácticas de corrupción; basándose incluso en la amplia literatura que
relacionaba los resultados de la prueba de Desentendimiento Moral (Rubio-Garay, Amor &
Carrasco, 2017) y la prueba del Índice de Reactividad Interpersonal (Mester, Frías & Samper,
2004). Sin embargo, los resultados contradijeron estos estudios, siendo inasequible una
correlación significativa entre los resultados de estas dos variables. Esto provoca entonces una
serie amplia de cuestionamientos de por qué estas correlaciones no fueron exitosas como el resto
de la literatura científica plantea; por lo que se ha llegado a suponer que el cambio de contexto
geográfico pudo ser una variable que cambiara los resultados o, a la que aquí más se apuesta, que
la transversalidad de la temática de corrupción creara una transformación en las respuestas de los
participantes, sin embargo, para solucionar esta cuestión es necesario realizar nuevos estudios
con énfasis en ello; pues, si existen diferencias en la moral a partir de la emocionalidad y la
empatía como se ha demostrado, la idea de estudios similares centrados en esto resultan
necesarias tanto para el entendimiento de la moral como el de la corrupción.
De otro modo, caminando a través de los resultados de la investigación es posible
acercarse a responder ¿cómo es que ser o identificarse como hombre o como mujer tiene
influencia en cómo actuamos ante los contextos de corrupciónii? En este trabajo se encontró que
el desentendimiento moral se expresa con mayor intensidad en las personas que se identifican a sí
mismas como hombres. Frente a ello, la importancia del dimorfismo sexual con la moral dentro
de la psicología resulta evidente e importante viendo incluso las diferentes teorías del desarrollo
moral (Kohlberg, 1982; Piaget, 1932), lo cual puede resultar en una suerte de favorecimiento a
hipótesis neurocientíficas y sociológicas relacionadas con la diferenciación sexual y su efecto en
la configuración ontogenética (Aponte, Martínez y Caicedo, 2016).
Por otra parte, entre los resultados encontrados, se encontró una variable con
significancias importantes pero que valdría la pena profundizar. Esta resulta ser la de inclinación
política, la cual expreso correlaciones importantes con respecto al desentendimiento moral y
prácticas de corrupción, en aquellas personas que se identificaban con posturas de extrema
izquierda o que se consideraban apolíticas. Estos resultados se relacionan con el pensamiento de
Palmero et al. (2011), el cual, denota una relación entre el procesamiento moral en el área cortical
superior con los preceptos y estándares morales culturalmente arraigados (Palmero et al., 2011);
que en este caso son afiliaciones ideológicas políticas como ya lo ha expuesto antes la academia,
demostrando que la inclinación política moldea formas de pensamiento ético que diferencia entre
lo “bueno” y lo “malo” para el establecimiento de un correcto orden social (Haidt, 2019).
Por otro lado, entre los resultados que destacaron a lo largo de todo el estudio tiene que
ver con la afiliación religiosa, aspecto que, en sinergia con lo anteriormente mencionado al ser un
aspecto que tiene directa influencia sobre el modo de estructurar la sociedad, los
comportamientos. Sin embargo, aquí toma especial relevancia al estar relacionada con aspectos
que, desde la antropología cultural, la sociología y la psicología, trascienden el solo actuar y llega
a conformar una forma de vida, mezclando lo físico y lo metafísico, influenciando los roles
sociales, las normas culturales y la identidad resaltando la singularidad de las experiencias
morales relacionadas con la religión (Parsons, 1996; Peacock & Kirsch, 1980; William James,
1902); llegando a explicar más concretamente lo que este estudio buscaba: cómo las personas
construyen una postura moral frente a fenómenos cotidianos como lo son las prácticas de
corrupción.
Sin embargo, los resultados gruesos que ha brindado esta investigación permiten abrir
cuestionamientos que no se consideraban antes, que no se han encontrado en la literatura y que
valdría la pena profundizar y acotar más cuidadosamente. Es así como, vale la pena detenerse un
momento en resultados que permiten evidenciar la interacción entre las pruebas y que tienen
relaciones internas significativas, como lo son la batería de dilemas sociales y la escala de
desentendimiento moral. Estos dos instrumentos revelaron interacciones significativas, además
de ser internamente consistentes; sin embargo, al realizar análisis pareados, sus resultados
cambian drásticamente. Ahora bien, ¿es posible que el abordaje del constructo de la empatía entre
ambos instrumentos haya producido estos cambios en la expresión del desentendimiento? ¿o es el
fenómeno de las prácticas de corrupción el elemento que modifica la forma de responder de los
participantes? Para responder estas preguntas se sugiere realizar estudios enfocados en cada una
de estas cuestiones. Como conclusiones generales acerca de estos resultados se relacionan los
estudios de Rubio-Garay, Amor y Carrasco (2017), en donde relacionan significativamente el
Índice de Reactividad Interpersonal con los Mecanismos de Desentendimiento Moral; estudios
que vuelven lógico insinuar a la variable empática como moduladora y modificadora del
desentendimiento moral; sin embargo, en esta investigación en particular, no se puede afirmar
esto a cabalidad teniendo en cuenta el atravesamiento del fenómeno de la corrupción que hay a lo
largo del estudio.
Es entonces evidente que sí existen relaciones, correlaciones e interacciones entre el
desentendimiento moral y la tendencia a la aprobación de prácticas corruptas dentro de la vida
cotidiana. Sin embargo, aún no se pueden caracterizar estas, dejando abierto un amplio camino
para la investigación. Así mismo, es interesante dilucidar las contradicciones que se muestran
aquí con respecto a la literatura, pues, lo esperado era que el IRI y el desentendimiento tuvieran
correlaciones y significancias a lo largo de la investigación; sin embargo, sucedió todo lo
contrario y no se encontró relación. Por ello, para posibles investigaciones, cuando la situación
mundial actual mejore, se propone realizar estudios electrofisiológicos, específicamente de
conductancia galvánica de la piel, análisis de la expresión facial, pupilometría y eyetrackingiii
para corroborar y contrastar con los resultados de empatía aquí relacionados, ampliándolo además
a la generalidad de las emociones morales y su diálogo con situaciones referentes a las prácticas
de corrupción inmersas en la vida cotidiana y los mecanismos de desentendimiento moral.
Finalmente, a pesar de todo lo aquí presentado, es necesario tener en cuenta que, aunque
todos estos resultados son un gran aporte para el entendimiento de fenómenos sociales
relacionados con la moral, no se ha demostrado que estos procesos sean única y distintivamente
de la moral, sino que más bien, involucran muchas más variables que resultan un desafío en la
investigación científica abordando la constante discusión entre lo deontológico y lo utilitarista
(Greene, 2015).
Conclusiones y consideraciones finales
Para concluir esta investigación, que para mí es más una experiencia, me permito resaltar
algunos aspectos generales que considero deben ser tenidos en cuenta para poder comprender las
conclusiones a las que se llegan aquí. En primer lugar, creo importante que el lector sepa el
especial interés que he construido, como psicóloga, en términos de moral; ello debido a que,
como todo estudio, la visión del investigador se ve inmersa explícita o implícitamente a lo largo
de todo el estudio y todo el documento. Como segundo punto, resalto que el transitar por un
proceso de investigación durante dos años y medio transforma y madura la visión que se adopta
sobre un fenómeno, que a su vez sigue construyéndose incluso después de culminado, por lo que
es relevante el mencionar que este estudio no tiene un punto final en el cual se lleguen a
determinar o no variables que modulen o caractericen o no al fenómeno de la corrupción; es más
bien una apuesta para el entendimiento de las tendencias de este con el fin de aportar a la
academia sobre aspectos altamente relevante en la actualidad social, pero que no dan una
respuesta absolutista sobre el mismo; todo lo contrario, abre aún más cuestiones de las que llega a
solucionar. Como tercer y último punto a destacar se ve referido a que este estudio no pretende
encasillar el fenómeno dentro de únicamente una visión disciplinaria de la psicología, sino más
bien se encuentra inscrito dentro de una visión científica social que involucra tanto posturas
clásicas, como modernas, posmodernas y contemporáneas; por lo que considero un error abstraer
la información aquí contenida desde posturas radicales, inflexibles o deterministas.
Entre todo esto, es entonces concerniente abrir, a partir de este estudio, un camino al que
aún le falta mucho por recorrer; pues, los aportes anteriormente indicados brindan puntos de
partida para próximos estudios que se consideran necesarios, ya que, el haber encontrado el
diálogo intimo entre las posturas ideológicas y morales frente a la toma de decisiones en
contextos de prácticas de corrupción cotidianas da paso a profundizar sobre cada uno de ellos. De
ahí que, para futuras investigaciones se recomienda ahondar en el papel de la creencia con la que
se identifican los ciudadanos colombianos con respecto a la corrupción; discutir acerca de la
influencia de la cultura occidental en el país, de la tendencia de arraigo/desarraigo religioso y de
sistemas de valores construidos a partir de posturas religiosas.
De igual manera, una pregunta que se deja abierta aquí corresponde a cuál es el encargo
de las emociones y de la empatía dentro de este fenómeno bio-psico-antropo-sociológico; que,
como en algún momento se planteó estudiar pero que a razón de la pandemia mundial por Covid-
19 no fue posible realizar, un estudio de la actividad electrofisiológica, de expresividad facial y
de rastreo ocular resultaría acertado desde la perspectiva de la neurociencia social. Resultados
que, seguramente pondrán en discusión los resultados aquí planteados con nuevas variables como
lo es el dimorfismo sexual.
Así mismo, estudios que contrapongan las posturas aquí planteadas se consideran de alta
relevancia como el contraponer las variables como ha sucedido en algunos momentos históricos
que apuntan a que a mayor presencia de empatía, mayor desentendimiento moral y mayores
actitudes a favor de actos relacionados con la corrupción. Este tipo de estudios podrían apuntar a
otras formas de disonancia cognitiva mezcladas con habilidades de persuasión, comunicación y
oralidad. Adicionalmente, el estudio de la corrupción requiere del abordaje de aristas casi
infinitas, por lo que otras visiones se consideran de alta importancia como pueden ser estudios
que apunten a la investigación sobre las justificaciones del sistema, la estigmatización de la
corrupción, la atribución negativa a las normas sociales, la baja confianza institucional, la
prevalencia de la violación de reglas, las conductas que tienden a la repetición social, entre
muchas otras.
Paralelamente, el considerar vacíos investigativos no tenidos en cuenta aquí como
ahondar en aquellos aspectos de la corrupción contemplados en la legislación colombiana que no
fueron incluidos, la posibilidad de ampliar la investigación a otras zonas del país, en diferentes
grupos etarios y en diferentes condiciones socioeconómicas, ahondar en estudios políticos,
legislativos, administrativos, económicos y filosóficos; también se considera relevante incluir
variables influyentes relacionadas con la educación, por ejemplo, el tipo de institución educativa
de formación de los participantes, si las instituciones son públicas o privadas, en qué difieren las
filosofías de cada institución universitaria, etcétera.
Por último, dejando a consideración del lector las reflexiones que pueda llegar a suscitar,
¿por qué creen que existen personas que llevan a cabo prácticas corruptas? ¿es la corrupción
producto del poder? ¿del dinero? ¿de la cultura? ¿del sistema capitalista? Así de variados como
serán las posturas de quienes de acerquen a este texto, así de diversas pueden ser las respuestas en
términos de cómo funciona la moral en las prácticas de corrupción dentro de la cotidianidad.
Pero, también, así de heterogéneos son los conocimientos que se pueden decir sobre este
fenómeno y así de dispares son las múltiples e infinitas conexiones que pueden encontrarse
durante este recorrido y que se retroalimentan. Por ello, mi conclusión como investigadora de
este estudio radica en la importancia de considerar a la corrupción como un fenómeno
impredecible y en constante cambio, al cual, vale la pena abordar continuamente para así,
contribuir a un mejor país democrático.
Referencias
Abbink, K., Irlenbusch, B., & Renner, E. (2002). An experimental bribery game. Journal of Law,
Economics, and Organization, 18(2), 428–454. doi: 10.1093/ jleo/18.2.428
Ackerman, S. (1997) The political economy of corruption en Corruption and the global economy,
31-61.
Aponte, D., Martínez, J., & Caicedo, J. (2016). El cerebro social: expresiones desde la
cooperación y la agresión en niños y jóvenes. Bogotá: Universidad Externado de
Colombia. Centro de Investigaciones sobre Dinámica Social, 2016.
Argandoña, A. (2003) Private-to-private corruption. España: IESE Bussines School en Chair of
Economics and Ethics No. 531
Arizmendi T. (2011) Linking Mechanisims: Emotional Contagion, Empathy, and Imagery.
Estados Unidos: Psychoanalitic Psychology 28(3) pp. 405-419 Doi: 10.1037/a0024176
Armantier, O. & Boly, A. (2008). Can corruption be studied in the lab? Comparing a field and a
lab experiment.
Asociación Médica Mundial (AMM) (2015) Declaración de Helsinki: principios éticos para las
investigaciones médicas en seres humanos.
Bandura A. (2004) Understanding Terrorism: Psychosocial Roots, consequences and
interventions. Capítulo 6: The role of selective moral disengagement in terrorism and
counterterrorism. American Psychological Association. http://dx.doi.org/10.1037/10621-
006
Bandura, A. (2012) Moral disengagement. Blackwell Publihing Ltd.
Belaus, A., Reyna, C., & Freidin, E. (2016). Medición y manipulación de normas sociales en
juegos experimentales de corrupción. Cuadernos de Economía, 35(68), 353-377. doi:
10.15446/cuad.econ.v35n68.44395.
Blanco, N. & Pireta, J. (2015). La complementariedad metodológica: estrategia de integración de
enfoques en la investigación social. Venezuela: Universidad del Zulia
Bosse T. et. Al. (2013) Modelling collective decision making in groups and crowds: Integrating
social contagion and interacting emotions, beliefs and intentions. Auton Agent Multi-
Agent Syst 27 pp.52–84 Doi: 10.1007/s10458-012-9201-1
Cacioppo, J. T., Berntson, G. G., Sheridan, J. F., & McClint, M. K. (2000). Multilevel Integrative
Analyses of Human Behavior. Social Neuroscience. Psychological Bulletin, pp. 829 - 843.
Cacioppo, J., & Berntson, G. (1992). Social psychological contributions to the decade of the
brain: Doctrine of multi-level analysis. American Psychologist, 47, 1019–1028.
Ciuro M. (2007) Filosofia de la corrupcion. Argentina: Revista del centro e investigaciones de
filosofia juridida y filosofia social ISSN 1851-0884
Chen, A. & Klebe, L. & Humphrey, S. (2019) Ethical champions , emotions, framing, and team
ethical decision making. American Psychological Asociation.
Cortázar, C. (2018) Cinco casos de corrupción en Bogotá para seguir de cerca.
Crockett, M (2013) Models of morality. Trends in Cognitive Sciences. Vol. 17, No. 8
Cunningham et. Al (2003) Neural components of social evaluation. Estados Unidos: Journal of
Personality and Social Psychology 85(4) pp. 639-649 DOI: 10.1037/0022-3514.85.4.639
Darley, J. (2005) The cognitive and social psychology of the contagious organizational
corruption. Broklyn Law Review, Vol 70 No. 4
De Freitas, J. & Johnson, S. (2018) Optimality bias in moral judgment. Estados Unidos: Journal
of Experimental Social Psychology 79 pp. 149-163
https://doi.org/10.1016/j.jesp.2018.07.011
Detert, J. Treviño, L. & Sweitzer, V. (2008). Moral disengagement in ethical decision making: a
study of antecedents and outcomes. Journal of Applied Psychology, 93(2), 374.
Días, J. & Flores, E. (2001) La estructura de la emoción humana: Un modelo cromático del
sistema afectivo. México: Universidad Nacional Autónoma de México en Salud Metal
24(4)
Diaz, L. (2020) La corrupción en el sector salud en Colombia. Yopal: Universidad Nacional
Abierta y a Distancia.
Dixon M., Thiruchselvam R, Todd R. & Christoff K. (2017) Emotion and the Prefrontal Cortex:
An Integrative Review. Canada: Psychological Bulletin 143(10) pp.1033-1081
http://dx.doi.org/10.1037/bul0000096
Ekman, P. & Oster, H. (1979) Expresiones faciales de la emoción. Annual Review of
psychology, 30 pp. 527-554
Emonds G. et. Al (2011) Comparing the neural bias of desition makin in social dilemmas of
people with different social value orientations, a fMRI study. Belgica: Journal of
Neuroscience, Psychology, and Economics 4(1) pp. 11-24 DOI: 10.1037/a0020151
Folgueiras-Bertomeu, P. & Ramírez, C. (2017). Elaboración de técnicas de recogida de
información en diseños mixtos. Un ejemplo de estudio en aprendizaje-servicio. En Reire,
10 (2). http://doi.org/10.1344/reire2017.10.218069
Frisancho, S. (2010). Emociones morales y corrupción judicial: un estudio exploratorio. Revista
Postconvencionales, 1, 66-82. [ Links ]
Garrett, N., Lazzaro, S., Ariely, D. & Sharot, T. (2016) The brain adapts to dishonesty. Nature
Science No. 19 pp. 1727-1732
Gawronski, B., Conway, P., Armstrong, J., Friesdorf, R., & Hütter, M. (2018, February 1).
Effects of Incidental Emotions on Moral Dilemma Judgments: An Analysis Using the
CNI Model. Estadios Unidos: Emotion http://dx.doi.org/10.1037/emo0000399
Gini, G. & Pozzoli, T. & Thorberg, R. (2018) Individual moral disengagement and bystander
behavior in bullyng: the role of moral distress and collective moral disengagement.
American Psychological Asociation.
Gino, F. & Bazerman, M. (2009). When misconduct goes unnoticed: The acceptability of gradual
erosion in others’ unethical behavior. Journal of Experimental Social Psychology, 45(4),
708–719. doi: 10.1016/j. jesp.2009.03.013
Gonzales, L. & Mcneil, D. (2019) Correlates of gun violence by criminal justice involved
adolescents. American Psychological Asociation.
Grande-García I. (2009a) Neurociencia social: una breve introducción al estudio de las bases
neurobiológicas de la conducta social. México: Psicología y ciencia social 11(1)
Grande-García, I. (2009b). Neurociencia social: El maridaje entre la psicología social y las
neurociencias cognitivas. Revisión e introducción a una nueva disciplina. Anales de
Psicología, 25(1), 1-20.
Graycar, Adam & Sidebottom, A. (2012) Corruption and control: a corruption reduction
approach. Journal of Financial Crime, Vol. 19 No 4, pp. 384 – 399
Greene, JD, Sommerville, RB, Nystrom, LE, Darley, JM, y Cohen, JD (2001). Una investigación
fMRI del compromiso emocional en el juicio moral. Science, 293 (5537), 2105–8.
Haan M. & Gunnar M. (2009) Handbook of developmental social neuroscience. Londres: The
Guilford Press.
Haidt, J. (2019). La mente de los justos. Por qué la política y la religión dividen a la gente
sensata. Editorial: Ariel.
Hatfield E., Bensmana L., Thorntona P. & Rapsona R. (2014) New Perspectives on Emotional
Contagion: A Review of Classic and Recent Research on Facial Mimicry and Contagion.
Honolulu, Estados Unidos: Interpersona. 8(2) pp.159–179 doi:10.5964/ijpr.v8i2.162"
Hernández, R., Fernández, C., Baptista, M., Valencia, S., & Medoza, C. (2014) Metodología de
la investigación. México: McGraw Hill Educación & Interamericana Editores
Hodgson, G. & Jiang, S. (2008) La economía de la corrupción y la corrupción de la economía:
Una perspectiva institucionalista. Revista de economía institucional, Vol 10 No. 18 pp.
55-80
Hofmann, S.; Doan, S. (2018). The social foundations of emotion: Developmental, cultural, and
clinical dimensions. Washington, Estados Unidos: American Psychological Association.
Chapter 3 (pp.47-59)
Hofmann, S.; Doan, S. (2018). The social foundations of emotion: Developmental, cultural, and
clinical dimensions. Washington, Estados Unidos: American Psychological Association.
Chapter 6 (pp.103-124)
Isaza, C. (2012) El fracaso de la lucha anticorrupción en Colombia. Bogotá, Colombia,
Universidad Externado de Colombia: Corrupción y transparencia Opera N. 11: 221-239
Jack, R. E., Sun, W., Delis, I., Garrod, O. G., & Schyns, P. G. (2016) Four Not Six: Revealing
Culturally Common Facial Expressions of Emotion. Escocia, Reino Unido: Journal of
Experimental Psychology: General 145(6) pp.708-730
http://dx.doi.org/10.1037/xge0000162
Jain, A. (2001) Corruption: A review. Blackwell Publishers Ltd.: Journal of economic surveys,
Vol. 15 No. 1
James, W. (1902). 1985) The Varieties of Religious Experience. William James: Writings 1902–
1910.
Julián, M. & Bonavia, T. (2016). Aproximaciones psicosociales a la corrupción: unarevisión
teórica. Revista Colombiana de Psicología, 26(2), 231-243. doi:
10.15446/rcp.v26n2.59353"
Kavussanu. Ring, C. & Stanger, N. (2015) The Effects of Moral Identity on Moral Emotion and
Antisocial Behavior in Sport. Reino Unido: Sport, Exercise, and Performance Psychology
4(4) pp. 268-279 http://dx.doi.org/10.1037/spy0000040
Kohlberg, L. (1982) Estadios morales y moralización. El enfoque cognitivo-evolutivo.
Lerner J., Li Y., Veldesolo P & Kassam K. (2015) Emotion and Decision Making. Estados
Unidos: Annual Reviews Psychology 66(33.1) pp.33-25 doi: 10.1146/annurev-psych-
010213-115043
Ley 1090. Diario Oficial No. 46.383: Reglamento de la profesión de psicología y Código
deontológico y Bioético. Bogotá, Colombia. 6 de septiembre del 2006
Lindström B, Jangard S., Selbing I. & Olsson A. (2018) The role of 'common is moral' heuristic
in the stability and change of moral norms. Suiza: Journal of Experimental Psychology:
General 147(2) pp.228-242 http://dx.doi.org/10.1037/xge0000365
Lopez, T., García-Gallego, A., Perakakis, P. & Georgantzis, N. (2014) Physiological an
behavioral patterns of corruption. Frontiers in behavioral neuroscience.
https://doi.org/10.3389/fnbeh.2014.00434
Ma, T. & Meter, D. & Chen, W. & Lee, Y. (2019) Defending behavior of victimization in school
and cyber context during chillhood and adolescens: a meta analytic review of individual
and peer relational characteristics. American Psychological Asociation.
Maennig, W. (2005) Corruption in international sports ans sport management: Forms, tendencies,
extent and countermeasures. Alemania: European Sport Management Quarterly, 5(2), pp.
187-225
Maneiro, E. (2017). Neurociencia y emociones: nuevas posibilidades en el estudio del
comportamiento político. Revista De Investigaciones Políticas Y Sociológicas (RIPS),
16(1), 169-187.
March, J. (s.f.) A Primer on decision making. How decisions Happens. Capítulo 5, (Monica
Portnoy) The Free Press, pp. 175-219 (Obra original publicada en 1994)
McAlister, A. L. (2001). Moral disengagement: Measurement and modification. Journal of Peace
Research, 38(1), 87-99.
Mestre, V. (1998) Diferencias de género y su relación con el pensamiento moral y el altruismo.
Revista iberpsicología. ISBN 460101
Mestre, V., Frías, M. & Samper, P. (2004) La medida de la empatía: análisis del Interpersonal
Reactivity Index. España: Universidad de Valencia. Psicothema 16(2) ISSN 0214-9915
Ministerio de Salud (2019) Ciclo de vida. Bogotá, Colombia: Ministerio de Salud. Extraído de
https://www.minsalud.gov.co/proteccionsocial/Paginas/cicloVida.aspx
Moore, C. (2008) Moral disengagement in processes of organizational corruption: The effect of
moral disengagement on unethical decision making, moral awareness and organizational
advancement. Canada: University of Toronto
Moshman, D. (2004). Adolescent rationality and development: Cognition, morality, identity.
Psychology Press.
Nakahashi W. & Ohtsuki H. (2015) When is emotional contagion adaptive? Kanagawa, Japon:
Journal of Theoretical Biology 380 pp.480-488 Doi:10.1016/j.jtbi.2015.06.014
Naranjo M. (2009) Motivacion: Prespectivas teoricas y algunas consideraciones de su
importancia en el ambito educativo. Costa Rica: Revista educacion 33(2) pp.153-170
ISSN: 0379-7082, 2009
Newman, V. & Ángel, M. (2017) Sobre la corrupción en Colombia: marco conceptual,
diagnóstico y propuestas de política. Colombia: Fedesarrollo. Cuadernos de Fedesarrollo
56.
Obermann, M. (2010) Moral Disengagement Among Bystanders to School Bullying.
Olsson A, Kopsida E, Sorjonen K & Savic I. (2016) Testosterone and Estrogen Impact Social
Evaluations and Vicarious Emotions: A Double-Blind Placebo-Controlled Study. Suecia:
Emotion 16(4) pp. 515-523 http://dx.doi.org/10.1037/a0039765
Palmero, F., Guerrero, C., Gómez, C., Carpi, A., y Goyareb, R. (2011). Manual de teorías
emocionales y motivacionales. UNE.
Parsons, T. (1996) A behavioristic conception of the nature of morals. The American sociologist.
Peacock, J. L., & Kirsch, A. T. (1980). The Human Direction: An Evolutionary Approach to
Social and Cultural Anthropology. Prentice Hall.
Piaget, J. (1932) El criterio moral en el niño. Perú: Martinez Roca.
Plutchik, R. & Kellerman, H. (1980) Emotion: Theory, research and experience. Volume 1:
Theories of Emotion. Nueva York, Estado Unidos: Academic Press
Polinsky, A. M. & Shavell, S. (1999) Corruption and optimal law enforcement. National Bureau
of Economic Research: Nber Working Paper Series No. 6945 en
https://www.nber.org/papers/w6945
Pölzler T. (2015) Moral Judgments and Emotions: A Less Intimate Relationship Than Recently
Claimed. Austria: Journal of Theoretical and Philosophical Psychology 35(3) pp. 77–195
http://dx.doi.org/10.1037/teo0000022
Pratt, M., Golding, G., & Hunter, W. (1983). Aging as ripening: Character and consistency of
moral judgment in young, mature, and older adults. Human Development, 26(5), 277-288.
Realpe, S. (2001) Dilemas Morales. Colombia: Estudios Gerenciales 17(80) pp.83-113. ISSN
0123-5923.
Rilling, J. & Sanfey A. (2011) The Neuroscience of Social Decision-Making. Estados Unidos:
Annual Review of Psychology 62 pp.23-48 doi: 10.1146/annurev.psych.121208.131647
Rolls, E. (2005) Emotion explained. Oxford: University of Oxford.
Rosas, A. (2009). Darwin y los dilemas sociales. Acta Biológica Colombiana, 14 (1), pp. 415-
424.
Rubio-Garay, F. & Amor, P. & Carrasco, M. (2017) Dimensionality and psychometric properties
of the Spanish version of the Mechanisms of Moral Disengagement Scale. Revista de
Psicopatología y Psicología Clínica, 22, 43-54
Rumyantseva, N. (2005) Taxonomy of corruption in higher education. Lawrence Erlbaum
Associates, Inc.: Peabody journal of education, 80(1), pp. 81-92
Smith-Crowe, K. & Warren, D. (2014). The Emotion Evoked Collective Corruption Model: The
role of emotion in the spread of corruption within organizations. Organization Science,
25(4), 1154–1171. doi: 10.1287/orsc.2014.0896
Sziget, A. (2013). No Need to Get Emotional? Emotions and Heuristics. Ethical theory and moral
practice, 16(4), 845-862.
Teng, Z. & Bear, G. & Yang, C. & Nie, Q. & Guo, C. (2019) Moral disengagement and bullyng
perpetration: A longitudinal study of the moderating effect of school climate. American
Psychological Asociation.
Tirado,A. (2019) Resiliencia democrática y causas de la desconfianza política.
Tovar J. & Ostrosky F. (2013) Mentes criminales ¿eligen el mal? Estudios de cómo se genera el
juicio moral. México: Editorial El Manual Moderno. S.A. de C.V. ISBN:978-607-448-
345-1
Transparency International. (2019) The anti-corruption plain language guide. Recuperado de
www.transparency.org
Transparencia por Colombia. (2021) ¿Qué es corrupción? Recuperado de
https://transparenciacolombia.org.co/2019/08/27/corrupcion/
Tversky, A., & Kahneman, D. (1974) Judgment under uncertainty: Heuristics and biases. science,
185(4157), 1124-1131
Ugazio G. & Lamm C. (2012) The Role of Emotions for Moral Judgments Depends on the Type
of Emotion and Moral Scenario. Zurich, Alemania: Emotion Doi: 1528-3542/11/$12.00
DOI: 10.1037/a0024611"
Ward, J. (2017) The student’s guide to social neuroscience. Second Edition. Estados Unidos:
Routledge
Weisel, O. & Shalvi, S. (2015) The collaborative roots of corruption. PNAS, Vol. 112 No. 34 pp.
10651-10656 https://doi.org/10.1073/pnas.1423035112
Wilson, T & Gilbert, D. (2005). Affective Forecasting: Knowing What to Want. Current
Directions in Psychological Science, 14(3), 131-134. Retrieved from
http://www.jstor.org/stable/20183006
Young, L., Bechara, A., Tranel, D., Damasio, H., Hauser, M. & Damasio, A. (2010) Damage to
ventromedial prefrontal cortex impairs judgment of harmful intent. Neuron, 65(6) pp.
845-851 doi: 10.1016/j.neuron.2010.03.003
Zuleta, A. (2015) La corrupción su historia y sus consecuencias en Colombia. Bogotá:
Universidad Militar Nueva Granada.
Anexos
Anexo 1 – Consentimiento Informado
CONSENTIMIENTO INFORMADO
El presente cuestionario responde al Proyecto de Tesis de CIELO PAOLA SALGADO RIAÑO,
la cual es la líder y responsable de la presente investigación. Este es un estudio realizado desde
las ciencias sociales, con énfasis en la psicología y la neurociencia social, por medio del cual, se
pretende evidenciar el comportamiento moral y la percepción frente a situaciones sociales aquí
consignadas. Para ello aquí serán presentados un cuestionario sociodemográfico con el fin de
caracterizar a la población participante en aspectos generales, cinco historias de situaciones
sociales presentes en la vida cotidiana para situar al participante dentro del contexto y entender su
opinión al respecto, dos pruebas psicológicas que miden dimensiones de moral, emocionalidad y
empatía, por último, un cuestionario de respuesta abierta para recoger las percepciones personales
de los participantes.
Es importante aclarar que la participación en este proyecto no representa ningún costo económico
para usted, ni tampoco un riesgo para su salud física o mental, así como de que sus respuestas no
tendrán ninguna repercusión en la vida real y que si en algún momento llegaré a experimentar
alguna incomodidad, molestia o daño está en su total libertad de dar por terminada la recolección
de datos sin tener algún tipo de consecuencia para usted. Los datos aquí recolectados serán
utilizados únicamente para fines académicos. Se mantendrá la confidencialidad y el anonimato de
sus resultados y respuestas frente al estudio en su totalidad, pues, a cada participante se le
asignará un código único anónimo de participación. Su inclusión en la investigación no implica la
participación en los derechos intelectuales de las obras producidas a partir de este estudio. Usted
tiene derecho a solicitar y recibir los resultados de la investigación una vez esta culmine, teniendo
en cuenta que los datos acá recolectados no evaluaran resultados individuales, ni por caso, sino
que se realizaran análisis por grupos poblacionales.
Por último, gracias a su participación en la investigación automáticamente se le incluirá en el
sorteo de cuatro tarjetas de regalo por valor de $25.000 c/u. En caso de usted ser uno de los
ganadores se le contactará por todos los medios posibles, y usted tendrá la opción de escoger el
comercio de su preferencia, siempre y cuando este cuente con la expedición de bonos de regalo
online por el valor anteriormente mencionado y maneje pesos colombianos. El sorteo se realizará
de forma electrónica una vez se culmine por completo la etapa de recolección de datos y se le
informará a la totalidad de los participantes los códigos anónimos de los ganadores, así como el
comprobante del respectivo sorteo.
Cielo Paola Salgado Riaño
Contacto: [email protected]
Por favor inserte a continuación su NOMBRE COMPLETO y TIPO Y NÚMERO DE
IDENTIFICACIÓN
A continuación, inserte su firma para verificar que brinda su consentimiento para su participación
dentro de la investigación (Esté apartado no se guardará en la base de datos, el programa
verificará automáticamente que se haya firmado correctamente, eliminará su firma y enviará una
confirmación al investigador).
Anexo 2 – Cuestionario de Ansiedad Estado Rasgo - Estado (STAI)
STAI - ESTADO
¿CÓMO SE SIENTE USTED AHORA MISMO?
Nada Algo Bastante Mucho
Estoy calmado
Estoy seguro
Estoy tenso
Estoy contrariado (decepcionado)
Estoy cómodo (a gusto)
Estoy alterado
Estoy preocupado por posibles desgracias futuras
Estoy descansado
Estoy angustiado
Estoy confortable
Tengo confianza en mí mismo
Estoy nervioso
Estoy desosegado (intranquilo)
Estoy muy atado (agobiado)
Estoy relajado
Estoy satisfecho
Estoy preocupado
Estoy aturdido y sobreexcitado
Estoy alegre
En este momento me siento bien
Anexo 3 – Cuestionario Sociodemográfico
CUESTIONARIO SOCIODEMOGRÁFICO
El siguiente cuestionario consta de una serie de preguntas cortas de caracterización
sociodemográfica. Tenga en cuenta que estos datos se procesaran con el código correspondiente,
por lo que su identidad será completamente confidencial.
1. ¿Cuál es su fecha de nacimiento? (DD/MM/AAAA)
Nací el día, mes del año
2. ¿Qué edad tiene (en años cumplidos)?
a. 18
b. 19
c. 20
d. 21
e. 22
f. 23
g. 24
h. 25
i. 26
3. ¿Cuál es su lugar de nacimiento? (ciudad, departamento o país)
Nací en ciudad, país
4. ¿Cuál es su sexo?
a. Hombre
b. Mujer
c. Otro/a
5. ¿Cuál es su nivel de escolaridad (culminado o en curso)?
a. Ninguno
b. Pregrado
c. Posgrado
6. ¿En qué universidad estudia?
En la universidad
7. ¿Qué programa/carrera cursa?
8. Si usted tiene conocimiento especializado o experiencia laboral en algunos de los siguientes
campos por favor seleccione los que correspondan
a. Cargos públicos
b. En medicina
c. En psicología
d. En emergencias
e. En leyes y/o jurisprudencia
f. En construcción
g. En educación
h. En contratación y/o administración empresarial
i. En ciencia política
j. En artes escénicas y/o cinematográficas
9. ¿A qué estrato socioeconómico pertenece?
a. 1
b. 2
c. 3
d. 4
e. 5
f. 6
g. No aplica
10. ¿Cuál es su estado civil?
a. Soltero
b. Casado
c. Divorciado/Separado
d. Union libre
e. Viudo
11. ¿Cuál es su inclinación política (la que más se acerque)?
a. Derecha
b. Centro Derecha
c. Centro
d. Centro Izquierda
e. Izquierda
f. Apolítico
12. ¿Cuál es su inclinación religiosa (La que más se acerque)?
a. Católico/a
b. Cristiano/a
c. Evangélico/a
d. Episcopal
e. Protestante
f. Musulmán/a
g. Judío/a
h. Hindú
i. Budista
j. Agnóstico
k. Ateo
l. Otra religión no mencionada
m. No me siento identificado con ninguna de las anteriores, pero no me considero una
persona creyente
n. No me siento identificado con ninguna de las anteriores, pero me considero una
persona creyente
13. ¿Ha tenido alguna condición médica o psicológica de importancia?
a. Si
b. No
14. Si sí ¿Cuál?
Anexo 4 – Batería de dilemas sociales en contextos de corrupción
Historia Número 1 (Comparación ventajosa) (Art. 410-A: Acuerdos restrictivos de la
competencia)
Andrés es el alcalde de un municipio pequeño en Colombia. Luego de ser elegido, él celebra
contratos para la reconstrucción de carreteras en el municipio, con una empresa que apoyó su
campaña de elección. A pesar de que la norma indica que la adjudicación del contrato debe
realizarse por concurso público, es decir, varias empresas deben presentar propuestas en la que
gana la mejor; Andrés decide no hacerlo. Nombra directamente a dicha empresa porque no
hubiera ganado las elecciones sin el apoyo de esta. Al ser descubierto y preguntarle por su
comportamiento, él dijo: “No entiendo por qué me reprueban por esto, si hay gobernadores y
líderes políticos en ciudades grandes como Bogotá o Medellín que se roban miles de millones de
pesos, en cambio yo quería compensar a una empresa que obviamente iba ganar la licitación”.
Para continuar presione la tecla ESPACIO
Pregunta Número 1
¿En la situación de Andrés, qué tan inclinado estaría usted a actuar de la misma manera?
Presione en el teclado el número que correspondiente a la puntuación que más se acerque a su
respuesta, siendo 0 = Jamás lo haría, 5=Tal vez lo haría y 10 = Seguramente lo haría
Pregunta Número 2
¿Desde su percepción, qué tan adecuada considera usted la forma de actuar de Andrés?
Presione en el teclado el número que correspondiente a la puntuación que más se acerque a su
respuesta, siendo 0 = Muy inadecuado, 5 = Ni adecuado, ni inadecuado y 10 = Muy adecuado
Pregunta Número 3
¿Cree usted que la forma de actuar de Andrés merece un castigo y en qué intensidad lo
merecería?
Presione en el teclado el número que correspondiente a la puntuación que más se acerque a su
respuesta, siendo 0 = No merece castigo, 5 = Merece un castigo moderado y 10 = Merece un
castigo severo
Historia Número 2 (Atribución de culpa) (Art. 407: Cohecho por dar y ofrecer)
Alejandra es estudiante de Biología en una universidad pública en Bogotá. Hace pocos días
iniciaron las elecciones de representante en la universidad y se lanzó como uno de los candidatos
junto a otros dos compañeros. El día de las votaciones, Alejandra acudió a una clase en la que es
monitora asistente y les dijo a sus estudiantes que podrían obtener un bono de 1.5 puntos en la
nota más baja que tuvieran si votaban por ella. Luego de decir esto, uno de los estudiantes la
cuestiona por hacer esto, frente a lo que ella responde: “Yo les dejo a ustedes libre arbitrio,
simplemente esta es una forma de gratificarlos por depositar su confianza en mí”.
Para continuar presione la tecla ESPACIO
Pregunta Número 1
¿En la situación de Alejandra, qué tan inclinado estaría usted a actuar de la misma manera?
Presione en el teclado el número que correspondiente a la puntuación que más se acerque a su
respuesta, siendo 0 = Jamás lo haría, 5=Tal vez lo haría y 10 = Seguramente lo haría
Pregunta Número 2
¿Desde su percepción, qué tan adecuada considera usted la forma de actuar de Alejandra?
Presione en el teclado el número que correspondiente a la puntuación que más se acerque a su
respuesta, siendo 0 = Muy inadecuado, 5 = Ni adecuado, ni inadecuado y 10 = Muy adecuado
Pregunta Número 3
¿Cree usted que la forma de actuar de Alejandra merece un castigo y en qué intensidad lo
merecería?
Presione en el teclado el número que correspondiente a la puntuación que más se acerque a su
respuesta, siendo 0 = No merece castigo, 5 = Merece un castigo moderado y 10 = Merece un
castigo severo
Historia Número 3 (Difusión de la responsabilidad) (Art. 409: Interés indebido en la
celebración de contratos. Art. 410: Contrato sin cumplimiento de requisitos legales)
Luis es un trabajador de recursos humanos de una empresa que fue escogida por concurso para la
realización de una obra civil de construcción de un puente de la ciudad. Hace poco, fueron
contratados unos nuevos trabajadores que viven a 5 minutos de la obra. El día de la contratación,
Luis nota que los trabajadores viven demasiado cerca de la obra, por lo que no recibirían un bono
adicional al subsidio de transporte que les otorga la empresa a personas que viven lejos. Por tal
motivo, Luis se ofrece a avalar los documentos de contratación con una nueva dirección a cambio
de cierta cantidad de dinero, lo cual permite la emisión de dicha bonificación a cada trabajador.
Al ser descubierto y preguntarle a Luis por qué actuó de esta forma, él menciona: “Yo solo
endosé los documentos, sin embargo, el jefe de recursos humanos y el auditor también los
revisaron y aún así los aprobaron; además, los mismos trabajadores fueron quienes pusieron
direcciones equivocadamente”.
Para continuar presione la tecla ESPACIO
Pregunta Número 1
¿En la situación de Luis, qué tan inclinado estaría usted a actuar de la misma manera?
Presione en el teclado el número que correspondiente a la puntuación que más se acerque a su
respuesta, siendo 0 = Jamás lo haría, 5=Tal vez lo haría y 10 = Seguramente lo haría
Pregunta Número 2
¿Desde su percepción, qué tan adecuada considera usted la forma de actuar de Luis?
Presione en el teclado el número que correspondiente a la puntuación que más se acerque a su
respuesta, siendo 0 = Muy inadecuado, 5 = Ni adecuado, ni inadecuado y 10 = Muy adecuado
Pregunta Número 3
¿Cree usted que la forma de actuar de Luis merece un castigo y en qué intensidad lo merecería?
Presione en el teclado el número que correspondiente a la puntuación que más se acerque a su
respuesta, siendo 0 = No merece castigo, 5 = Merece un castigo moderado y 10 = Merece un
castigo severo
Historia Número 4 (Distorsión de las consecuencias) (Art. 397: Peculado por apropiación)
Daniel es el gobernador de un departamento en Colombia. Hace un tiempo, el Departamento
Nacional de Planeación (DNP) destinó una cantidad significativa de dinero a su administración
para mejorar la infraestructura pública del lugar. Sin embargo, la oposición notó que el capital
invertido no fue bien administrado por Daniel y los materiales utilizados en las obras eran de
mala calidad, por lo que se le pidió una rendición de cuentas. Al realizar esto, se evidenció que el
40% del dinero fue desviado a otras cuentas por conceptos administrativos hace unos cuantos
meses. Ante las acusaciones, Daniel respondió que “le están dando demasiada importancia a este
percance, pues, la mayoría de los fondos se utilizaron en lo que se tenía destinado, y las pequeñas
cantidades de dinero que se transfirieron a otras cuentas correspondían por derecho a conceptos
de contratación”.
Para continuar presione la tecla ESPACIO
Pregunta Número 1
¿En la situación de Daniel, qué tan inclinado estaría usted a actuar de la misma manera?
Presione en el teclado el número que correspondiente a la puntuación que más se acerque a su
respuesta, siendo 0 = Jamás lo haría, 5=Tal vez lo haría y 10 = Seguramente lo haría
Pregunta Número 2
¿Desde su percepción, qué tan adecuada considera usted la forma de actuar de Daniel?
Presione en el teclado el número que correspondiente a la puntuación que más se acerque a su
respuesta, siendo 0 = Muy inadecuado, 5 = Ni adecuado, ni inadecuado y 10 = Muy adecuado
Pregunta Número 3
¿Cree usted que la forma de actuar de Daniel merece un castigo y en qué intensidad lo merecería?
Presione en el teclado el número que correspondiente a la puntuación que más se acerque a su
respuesta, siendo 0 = No merece castigo, 5 = Merece un castigo moderado y 10 = Merece un
castigo severo
Historia Número 4 (Autojustificación moral-social) (Art. 413: Prevaricato por acción. Art.
410: Contrato sin cumplimiento de requisitos legales)
Manuela es gerente de una empresa pública reconocida a nivel nacional. Hace unos días quedó
habilitada una vacante para director financiero en la empresa, por lo que un amigo suyo le pidió
el favor de darle el trabajo a su hijo. Manuela recuerda que su amigo le ayudó mucho en la
universidad y fue quién le consiguió su primer trabajo luego de graduarse. Por estos motivos,
Manuela decidió incluir al hijo de su amigo en el proceso de evaluación, llegando a ser
seleccionado, omitiendo que sus puntuaciones no se destacaron sobre otros candidatos que
presentaron una hoja de vida más adecuada al perfil solicitado. Frente a esto, el asistente de
Manuela le pregunta sobre su decisión a lo que ella responde: “le hemos dado su primer trabajo a
una buena persona, que realmente lo necesitaba, sé que con su preparación y dedicación será
mucho mejor que muchas de las personas que revisamos. Además, se necesitaba ocupar ese cargo
con urgencia con alguien que tuviera disposición para aprender”.
Para continuar presione la tecla ESPACIO
Pregunta Número 1
¿En la situación de Manuela, qué tan inclinado estaría usted a actuar de la misma manera?
Presione en el teclado el número que correspondiente a la puntuación que más se acerque a su
respuesta, siendo 0 = Jamás lo haría, 5=Tal vez lo haría y 10 = Seguramente lo haría
Pregunta Número 2
¿Desde su percepción, qué tan adecuada considera usted la forma de actuar de Manuela?
Presione en el teclado el número que correspondiente a la puntuación que más se acerque a su
respuesta, siendo 0 = Muy inadecuado, 5 = Ni adecuado, ni inadecuado y 10 = Muy adecuado
Pregunta Número 3
¿Cree usted que la forma de actuar de Manuela merece un castigo y en qué intensidad lo
merecería?
Presione en el teclado el número que correspondiente a la puntuación que más se acerque a su
respuesta, siendo 0 = No merece castigo, 5 = Merece un castigo moderado y 10 = Merece un
castigo severo
Anexo 5 – Escala para evaluar el Índice de Reactividad Interpersonal (IRI)
A continuación, se le presentaran una serie de oraciones que se refieren a sus pensamientos y
sentimientos en diferentes situaciones. Frente a cada una hay cinco opciones de respuesta dentro
de las cuales usted deberá escoger qué tanto lo/a describe la frase presentada.
No me
describe
bien
Me
describe
un poco
Me describe
moderadamente
Me
describe
bien
Me
describe
muy bien
1. Sueño, bastante a
menudo, acerca de las cosas
que me podrían suceder
2. Me preocupa y conmueve
la gente menos afortunada
que yo
3. Encuentro difícil ver las
cosas desde el punto de vista
de otra persona
4. No me preocupan los
problemas de los demás
5. Me identifico con los
personajes de una novela
6. En situaciones de riesgo,
me siento miedoso/a e
incómodo/a
7. No me involucro con los
personajes de películas u
obras de teatro.
8. Cuando debo decidirme,
escucho opiniones diferentes
9. Tiendo a proteger a los
que les toman el pelo (que
son engañados).
10. Me siento indefenso/a
ante una situación muy
emotiva
11. Intento comprender
mejor a mis amigos/as
imaginándome como ven
ellos/ellas las cosas.
12. Me es difícil meterme en
un buen libro o película
13. Cuando veo a alguien
herido, no me pongo
nervioso/a
14. Las desgracias de otros
no me molestan mucho
15. Si estoy seguro/a que
tengo la razón en algo, no
pierdo tiempo escuchando
los argumentos de los demás
16. Después de ver una obra
de teatro o cine me he
sentido como si fuera uno de
los personajes
17. Cuando estoy en una
situación emocionalmente
tensa, me asusto
18. Cuando veo a alguien
que está siendo tratado
injustamente, no siento
ninguna compasión por él
19. Normalmente soy
bastante eficaz en
situaciones difíciles.
20. Me altero por las cosas
que veo que ocurren
alrededor.
21. Pienso que hay dos
partes para cada situación e
intento tener en cuenta
ambas
22. Me describiría como una
persona bastante sensible
23. Cuando veo una buena
película, puedo muy
fácilmente situarme en el
lugar del protagonista
24. Tiendo a perder el
control ante situaciones
difíciles.
25. Cuando estoy
disgustado/a con alguien,
intento ponerme en su lugar
por un momento
26. Cuando estoy leyendo
una historia interesante o
una novela, imagino como
me sentiría si los
acontecimientos de la
historia me sucedieran a mi
27. Cuando veo a alguien
que necesita urgentemente
ayuda en una emergencia,
me derrumbo
28. Antes de criticar a
alguien, intento imaginar
cómo me sentiría si estuviera
en su lugar
Anexo 6 – Escala de Mecanismos de Desconexión Moral - Adaptación al español (MMDS-S)
En seguida, se le presentaran una serie de oraciones, frente a las cuales hay cinco opciones de
respuesta dentro de las cuales usted deberá escoger qué tan de acuerdo se encuentra usted con lo
mencionado.
Totalmente
en
desacuerdo
Más en
desacuerdo
que de
acuerdo
Ni de
acuerdo ni
en
desacuerdo
Mas de
acuerdo que
en
desacuerdo
Totalmente
de acuerdo
1. Está bien pelear por
tus amigos/as
2. Agredir a alguien
es solo un juego
3. Dañar alguna
propiedad no es gran
cosa si se considera
que otros hacen cosas
peores.
4. Un joven que
pertenece a una
pandilla no puede ser
culpado por los
problemas causados
por la pandilla.
5. Si las personas
viven en malas
condiciones no
pueden ser culpados
por agredir.
6. Decir pequeñas
mentiras realmente no
hace daño.
7. Algunas personas
son como animales.
8. Las peleas y los
malos
comportamientos en
la escuela son culpa
del profesor.
9. Está bien golpear a
alguien que te insulta.
10. Golpear a los
compañeros de clase
que son detestables es
sólo darles una
lección.
11. Robar algo de
dinero no es
demasiado grave
comparado con la
corrupción política.
12. Un joven que
amenaza con romper
las normas no debe
ser culpado, si otros
verdaderamente lo
hacen.
13. Si los jóvenes no
son disciplinados, no
es por su culpa.
14. A los jóvenes no
les importa que se
burlen de ellos porque
eso muestra interés
por ellos.
15. Está bien tratar
mal a algunas
personas.
16. Si la gente no
tiene cuidado de
dónde deja sus cosas,
si se las roban es
culpa suya.
17. Está bien pelearse
cuando el honor de tu
grupo es amenazado.
18. Coger la bicicleta
de alguien sin su
permiso es sólo una
broma.
19. Es mejor insultar a
los compañeros que
pegarles.
20. Si un grupo de
jóvenes decide
conjuntamente hacer
algo dañino, la
responsabilidad recae
en todo el grupo.
21. Los jóvenes no
pueden ser culpados
por decir groserías
como todo el mundo.
22. Burlarse de
alguien, no es
realmente hacerle
daño.
23. Alguien detestable
no merece ser tratado
como un ser humano.
24. Algunas personas
merecen ser
maltratadas por las
cosas que hacen.
25. Está bien mentir
para proteger a tus
amigos.
26. No está mal
drogarse de vez en
cuando.
27. Comparado con
las injusticias en el
mundo, coger cosas
de una tienda sin
pagarlas no es
demasiado grave.
28. Cuando una
pandilla daña a
alguien, cada
miembro debe
responder por su
culpa.
29. Los jóvenes no
pueden ser culpados
por comportarse mal
si sus compañeros los
presionan para que lo
hagan.
30. Los insultos entre
jóvenes no importan.
31. Las personas sin
sentimientos merecen
ser tratadas
brutalmente.
32. Los jóvenes no
tienen la culpa de
comportarse mal si
sus padres los fuerzan
demasiado.
Anexo 7 – Cuestionario de Profundización del Fenómeno y Recolección de Perspectivas
Personales
Antes de continuar, vale la pena aclarar que la temática central tratada en las historias que le fueron
presentadas anteriormente corresponde a prácticas de corrupción relacionadas con algunos
artículos contemplados en el Código Penal Colombiano. De tal manera, las preguntas que se le
realizarán a continuación se encuentran relacionadas con el fenómeno de la corrupción en el país.
1. Para usted ¿Qué es la corrupción?
2. ¿Considera que hay corrupción en Colombia?
a. Definitivamente si
b. Probablemente si
c. Puede que si o puede que no
d. Probablemente no
e. Definitivamente no
3. Por favor, justifique su respuesta anterior
4. ¿Qué tipo de actos cree usted que se relacionan con la corrupción?
5. ¿Qué opina usted de las políticas anticorrupción? (en caso de no tener conocimiento al
respecto aclárelo en el espacio de respuesta y continúe)
6. ¿Se encuentra usted de acuerdo con la práctica de la corrupción en el país? ¿Por qué?
7. ¿A quiénes considera usted como los propiciadores de la corrupción? ¿Por qué?
8. ¿Castigaría usted a las personas que cometen actos corruptos?
a. Si (Redirigir a la pregunta 9a)
b. No (Redirigir a la pregunta 9b)
9. A. ¿De qué forma castigaría usted a estas personas? B. ¿Por qué no las castigaría?
10. ¿Considera que el cometer un acto de corrupción depende del contexto de la persona?
¿Por qué?
11. ¿Cuáles considera usted que son las justificaciones más comunes de los propiciadores
de la corrupción para cometer estos actos?
12. ¿Considera que usted, de alguna manera, ha cometido o contribuido a la corrupción en
Colombia? ¿Por qué?
13. ¿Tiene algún comentario que quisiera añadir relacionado con la temática aquí tratada?
i Se debe tener en cuenta que, aunque esta distribución se hizo en función de la coherencia de la historia, sin
embargo, resultó ser producto del azar. ii No se tiene contemplan otros sexos o géneros en este estudio por cuestiones de viabilidad técnica. iii Originalmente en esta investigación estas eran las medidas electrofisiológicas contempladas que, a raíz de la
pandemia por Covid-19 se tuvo que cancelar la recolección de estos datos pero se consideran fundamentales para
entender más a fondo los resultados aquí encontrados.