pythiosis canina

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PYTHIOSIS CANINA. M.V. MCs. FRANCISCO ZAPATA BOLÍVAR 1.- Pitiosis. Generalidades. La Pitiosis es una enfermedad producida por el Pythium insidiosum, que se encuentra distribuido a nivel mundial, ha causado un gran impacto económico sobre la agricultura. Su ocurrencia primaria se ha presentado en áreas tropicales y subtropicales de todo el mundo. También ha sido reportado en Australia, Indonesia, Japón, Nueva Guinea, Tailandia y en Estados Unidos de Norteamérica se ha observado en todos los estados que bordean las costas del Golfo de México (Foil, 1996). Se conoce poco sobre el Pythium insidiosum, pero parece ser el único entre las especies que puede encontrar el modo para colonizar los tejidos cutáneos y subcutáneos de varias especies (Foil, 1996). Desde los años 70 creció en forma significativa el número de casos reconocidos en

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Page 1: Pythiosis canina

PYTHIOSIS CANINA.

M.V. MCs. FRANCISCO ZAPATA BOLÍVAR

1.- Pitiosis.

Generalidades.

La Pitiosis es una enfermedad producida por el Pythium insidiosum, que se

encuentra distribuido a nivel mundial, ha causado un gran impacto económico sobre

la agricultura. Su ocurrencia primaria se ha presentado en áreas tropicales y

subtropicales de todo el mundo. También ha sido reportado en Australia, Indonesia,

Japón, Nueva Guinea, Tailandia y en Estados Unidos de Norteamérica se ha

observado en todos los estados que bordean las costas del Golfo de México (Foil,

1996).

Se conoce poco sobre el Pythium insidiosum, pero parece ser el único entre las

especies que puede encontrar el modo para colonizar los tejidos cutáneos y

subcutáneos de varias especies (Foil, 1996). Desde los años 70 creció en forma

significativa el número de casos reconocidos en pequeños animales. La patogenia no

se comprende del todo, pero el Pythium insidiosum se considera un patógeno

verdadero y no un oportunista. En esta enfermedad se pueden ver afectados los

tejidos cutáneos, subcutáneos y sistema digestivo en varias especies, incluyendo al

hombre (Foil, 1996; Cock et al, 1987).

En el pasado el Pythium insidiosum se clasificaba dentro de la categoría de

enfermedades fitomicóticas, las cuales se describían como patologías causantes de

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lesiones granulomatosas con estructuras hifales y se responsabilizaba a agentes

Zigomicoticos. Hoy se sabe que el Pythium insidiosum es un chromista que esta

clasificado taxonómicamente en la clase Oomyceto. Este tipo de microorganismo

verdaderamente acuático produce zoosporas móviles responsables de la migración y

diseminación del agente en el medio ambiente (Foil, 1996; Mendoza et al., 1987).

Por consiguiente, se asume que las zoosporas son inducidas en la naturaleza

durante los meses calidos, lo cual coincide con la observación de que la mayoría de

los casos son reconocidos a fines del verano y comienzo del otoño. Se cree que las

zoosporas son liberadas al ambiente e infectan al animal cuando contactan la piel

lesionada o al ser ingeridas. No se conoce a ciencia cierta si para desarrollar la

infección digestiva debe existir una lesión previa en la mucosa intestinal (Foil, 1996;

Dyskstra et al., 1999).

La Pitiosis es una enfermedad multisistémica que evoluciona a procesos

granulomatosos obliterantes en intestino que afectan seriamente a perros, gatos,

bovino, equinos, osos, dromedarios y humanos. Diversos reportes mencionan

implicaciones en diferentes especies. Dyskstra et al. (1999) señala que el Pythium

insidiosum ha sido el agente etiológico aislado en 60 caninos investigados con signos

de dermatitis granulomatosa. Wanachiwanawin et al. (1993) reportan cuadros de

arteritis y aneurismas carotídeos en humanos al cual se les identifico el Pythium

insidiosum como agente causal. Infecciones oculares registradas en humanos,

diagnósticos como celulitis orbital y queratitis ulcerativas fueron reportados por

Virgile et al, (1993) y Badenouch et al., (2001).

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Diferentes especies de Pythium y varias afecciones en órganos y tejidos han

sido registradas a nivel mundial, pero es importante señalar que los equinos y caninos

son las especies animales más comúnmente afectadas (Foil et al., 1984; Virgile, 1993;

Dyskstra et al., 1999; Grootes et al., 2003).

Mediante técnicas de inmunodifusión y anticuerpos fluorescente, Mendoza et

al., (1987) demostraron que el P. insidiosum aislado de casos de Pitiosis en caninos,

caballos y humanos son idénticos antigénicamente y diferentes al Pythium spp no

patógeno aislados de las plantas y de la tierra. Mas tarde Mendoza y Marin (1989) a

través de inmunodifusión observaron seis bandas en común entre el antígeno del P.

destruens y P. insidiosum aislados de humanos y animales con Pythiosis,

concluyendo que el agente etiológico de la Pythiosis es una sola especie, el P.

insidiosum.

Schurko et al.(2003), aportaron resultados que demuestran que existen

variantes geográficas del P. insidiosum, a través de la secuenciación de ADN,

estableciendo las relaciones filogenéticas entre 23 casos donde se aisló P. insidiosum,

los cuales fueron divididos según su ubicación geográfica en tres clases distintas, la

clase I aisladas del Norte, Centro y Sur America, en la clase II incluyeron los aislados

de Asia y Australia, mientras que en la clase III ubicaron los aislados de Tailandia y

EE.UU.

2.1.- Pitiosis Canina.

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La Pitiosis canina por lo general afecta a animales jóvenes con edad promedio

de 3 años. Los machos de razas grandes son los más predispuestos (Thomas y Lewis,

1998).

Las lesiones tegumentarias suelen ser solitarias o múltiples, siendo común

observarla a lo largo de las extremidades, base de la cola, periné y con menor

frecuencia sobre el rostro (Foil et al., 1984; Dysstra et al., 1999). La forma

subcutánea y nasofaríngea ha sido reportada en caninos, pero es infrecuente en felinos

(Bissonnette et al., 1991).

Las lesiones tempranas se presentan como una placa ulcerada o erosiva que

puede confundirse con un granuloma de lamido, a medida que avanza la lesión su

aspecto se torna nodular, ubicándose en regiones corporales atípicas para los

granulomas por lamido (Thomas y Lewis, 1998).

En un estudio de 15 casos que presentaron lesiones nodulares ulcerosas

distribuidas a lo largo del periné y miembros posteriores, 14 de los 15 caninos

presentaron una eosinofília periférica, y todos una cronicidad promedio de 3 meses.

El diagnostico fue realizado por histopatología donde se empleo el método de tinción

de Gomori Methenamine de plata para coloración e identificación del hongo

(Dyskstra et al., 1999).

Por su parte, Inkrle (1998) reportó un caso en un canino con una masa larga de

superficie ulcerada y supurativa ubicada en el periné y cara posterior de los miembros

posteriores que se extendía hasta el área poplítea, sus medidas abarcaban 20 cm. de

largo y 7 cm. de ancho. El diagnóstico se basó en citología e histopatología, donde se

confirmó la presencia de Pythium insidiosum a través de inmunohistoquímica.

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Las lesiones de la piel en algunos casos son altamente pruriginosas,

involucrando largos nódulos fistulizados, en ocasiones ulcerados y con contenido

serosanguinolento. Áreas de profunda necrosis y desprendimientos de tejidos suelen

ser vistas (Foil et al., 1984; Dysktra et al., 1999). El trauma cutáneo o la compresión

de la piel, sumado a factores inmunosupresivos, pueden representar un factor

predisponente a la infección.

La forma gastrointestinal es la predominante en los caninos. Las más

afectadas son perros de talla grande con una edad promedio de 3 años (Miller, 1985).

Los labradores Retriever representan en los Estados Unidos la raza con mayor

incidencia, debido posiblemente a su condición de trabajo en el medio acuático

(Miller, 1985).

Los signos clínicos encontrados por la afección digestiva varían de acuerdo al

sitio de crecimiento (Helman, y Oliver, 1999). Los signos encontrados son: masas

abdominales palpables 11 %, pérdida progresiva de peso 26 %, diarrea hemorrágica

que no cede a la terapia 14 %, anorexia 12 %, vómitos 34 % y depresión 5 %. Helman

y Oliver (1999) reportan la disfagia, la diarrea, el vómito y grandes masas

abdominales palpables como signos característicos de la Pythiosis canina. Las

lesiones están caracterizadas por engrosamiento transmural difuso e irregular de la

pared intestinal, el cual puede comprender de 5 a 25 centímetros de asa intestinal

(Foil et al., 1984). Los signos sistémicos progresan cuando la obstrucción, el infarto o

la perforación intestinal se hacen presentes (Foil, 1996; Bentinck-Smith et al., 1989).

En cuanto a ubicación, un estudio realizado por Miller (1985) en 25 caninos

que presentaban la forma digestiva, revela la ubicación de las masas abdominales

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causadas por el Pythium insidiosum, reportándolo en: estómago 8 %, intestino

delgado 36 %, estómago e intestino delgado 9 %, válvula ileocecal 27 %, intestino

grueso 9 %, otros lugares 5 %, e implicando mesenterio 6 %. Ocasionalmente pueden

estar afectados nódulos linfáticos mesentéricos y omentos (Foil et al., 1984).

3.- Métodos de Diagnóstico de Pitiosis.

El diagnóstico de la Pitiosis esta basado en la demostración del agente causal

en las lesiones. Existen diferentes métodos; entre ellos se encuentra la histopatología,

serología a partir de tejidos, la técnica de inmunohistoquímica y los cultivos para

colonias hifales (Foil et al., 1984; Mendoza et al., 1986; Brown, 1988; Mendoza,

2001). Sin embargo, a pesar de que el diagnóstico temprano es esencial para el éxito

del tratamiento, las herramientas diagnósticas disponibles aún son limitadas.

El diagnóstico clínico esta basado en las características clínicas, edad del

animal, perfil hematológico y radiológico, por lo cual se puede utilizar el protocolo de

diagnóstico de alteraciones de aspecto tumoral en vías digestivas en caninos con

diarrea hemorrágica crónica diseñado por Capodagua (2004), que orienta como

diferenciar la Pitiosis gastrointestinal.

El perfil hematológico en paciente con Pitiosis en general no es específico. Se

puede observar anemia en la fase crónica, con leucocitosis de estrés. La

hipercalcemia es un signo que ocasionalmente es detectado y se presenta en

enfermedades que cursen con procesos granulomatosos (Barsanti et al., 1975;

Mendoza et al., 1987).

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3.1.- Histopatologia.

Histopatológicamente la Pitiosis gastrointestinal se caracteriza por una

inflamación piogranulomatosa que abarca la mucosa, submucosa y muscular (Millar,

1985). Estas afecciones presentan una infiltración eosinofílica o neutrofílica con

predominio de células plasmáticas y elementos hifales invadidos por macrófagos,

células epitelioides y gigantes.

Por otra parte, la Pitiosis cutánea se caracteriza por lesiones necróticas

totalmente contaminadas y que histopatológicamente revelan alto contenido de

neutrófilos causando de esta manera un agregado mixto dentro de la formación de los

granulomas; en estados avanzados se observan severos cuadros de fibrosis con

piogranulomas acompañados de un intenso infiltrado eosinofílico (Foil et al.1984;

Grooders et al., 2002). Millar et al. (1984) y Brown et al. (1988), afirman que el

tamaño de las hifas con medida aproximada de 6 – 8 μm, pueden estimular de manera

exagerada la agregación eosinofílica en cuadros de Pythiosis. En lesiones invasivas

gastrointestinales se han reportado necrosis licuefactiva con trombosis de la pared

arterial invadida totalmente de hifas.

El Pythium insidiosum no es coloreado por la hematoxilina y eosina, por tanto

el estadiaje y secciones hifales no pueden ser delimitados (Foil et al., 1984; Dyskstra

et al., 1999). Las coloraciones como Gridley y Gomory son reportadas como óptimas

para observar estudios hifales en buen estado (Bentinck-Smith et al., 1989;

Thianprasit et al., 1996; Dyskstra et al., 1999; Grooders et al., 2002). Se pueden

apreciar bajo estas coloraciones hifas de diferentes formas, presentando un diámetro

que oscila entre 2,5 – 8,9 μm en comparación con hifas aisladas en las

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enterophoecosis con un diámetro mayor de 10 μm, acompañadas de un intenso

infiltrado eosinofílico a su alrededor (Brown et al., 1988).

3.2.- Aislamiento (Cultivo) de Pythium insisdiosum.

Se han intentado muchos métodos diagnósticos de aislamiento e identificación

en esta patología. El método diagnóstico de inmunoperoxidasa indirecta es una

técnica que demuestra el desarrollo hifal a partir de los tejidos (Brown et al., 1988;

Santuario et al., 1998; Herman y Oliver, 1999). Esta técnica es empleada para el

aislamiento tanto en las especies caninas y equinas, demostrando una alta

especificidad y sensibilidad (Howerth et al., 1989).

El Pythium insidiosum no es relativamente fácil de cultivar a través de medios

para hongos. Existe un rápido crecimiento observado en dextrosa Sabouraud (SAB) y

agar sangre. Varios extractos vegetales pueden ser adicionados como la triptosa

dentro del agar sangre a razón de 5 ml/lt dentro del agar; estos suelen utilizarse como

extracto para reforzar el crecimiento del Pythium insidiosum.

Este microorganismo es sensible en su crecimiento a altas temperaturas que

provocan deshidratación, igualmente el enfriamiento elevado compromete la vida del

microorganismo durante su cultivo. La incubación en agar con agua estéril se realiza

entre 35 ºC a 37 ºC experimentándose un rápido crecimiento en 24 horas (Mendoza et

al., 1988; Thomas y Lewis, D. 1998; Bissonnette et al., 1999).

Típicamente la coloración de la colonia es amarilla, o ligeramente amarilla

con irradiaciones en el gel que sobresalen del punto de cultivo. Las colonias con

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cultivos de SAB agar son más propensas a poseer dichas irradiaciones lo cual

caracteriza el cultivo de este germen (Mendoza et al., 1987; Millar et al., 1983).

Es indispensable cultivarla en un medio húmedo para que se pueda producir

las zoosporogonias y las zoosporas biflageladas que son en definitiva la forma

infectiva. Las hifas provenientes de cultivos de tejidos jóvenes realizados con (SAB)

son abundantes y de formas variadas, presentando una medida promedio de 4 a 10 μm

(Mendoza et al., 1988).

3.3.- Pruebas Serológicas y PCR.

Los test de inmunofluorecencia e inmunodifusion gel no son ofrecidos

comercialmente para la determinación e identificación del cultivo de este

microorganismo (Mendoza et al., 1986). Sin embargo el Centro de Control y

Diagnóstico de Atlanta suministra esta alternativa diagnóstica (Bentinck-Smith et al.,

1989). Estos test son específicos para la identificación de diferentes especies de

Pythium, específicamente de la familia Zygomicetos (Mendoza et al., 1987).

Los estudios inmunológicos para la Pythiosis han sido desarrollados a través

del test en inmunodifusion en agar gel doble y complementando para su diagnóstico

con el test de fijación de complemento para detectar anticuerpos contra el Pythium

spp. (Bentinck-Smith et al., 1989; Bissonnette et al., 1991; Santuario et al., 1998).

El Centro de Control y Aislamiento de la Universidad de Louisiana

recomienda que el transporte de los tejidos para practicar aislamiento se debe realizar

en soluciones salinas estériles con ampicilina preparada a 100 μg/ml y preservada a

temperaturas que oscilen de 36 ºC a 37 ºC.

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Los test diagnósticos de ELISA son desarrollados en la universidad del Estado

de Louisiana y proveen una alta sensibilidad en la detección de anticuerpos contra el

Pythium spp. en equinos y caninos (Taboada, 1992).

Mendoza et al. (1997) desarrollaron y evaluaron un ensayo inmunoenzimático

(ELISA) empleando un antígeno soluble de fragmentos hifales del P. Insidiosum. El

estudio fue realizado con suero de cinco humanos y de ocho animales con Pitiosis

probada por cultivo e histología. Algunos de estos sueros eran negativos en la prueba

de inmunodifusión para Pitiosis. La prueba de de inmunodifusión detectó solamente 8

(61.5%) de un total de 13 casos con Pitiosis, mientras que el ELISA detecto el 100%.

Las pruebas de inmunodifusión y ELISA son específicas y dieron resultados

negativos o títulos bajos respectivamente, con los sueros de seres humanos y de

animales con infecciones fúngicas heterólogas o sin enfermedad evidente. Los

resultados indican que el ELISA es una prueba serodiagnóstica confiable para la

Pitiosis, es tan específica como la prueba de la inmunodifusión pero más sensible.

Debido a su sensibilidad, la prueba ELISA puede tener valor para diagnosticar las

etapas tempranas y crónicas de la enfermedad y para estudios epidemiológicos.

Krajaejum et al. (2002) afirman que ELISA ofrece un 100 % de sensibilidad y

especificidad siendo muy útil en el desarrollo y evaluación de ensayos para el

monitoreo temprano de la Pitiosis humana.

Los últimos estudios en el desarrollo del diagnóstico en la investigación del

Pythium spp. a nivel mundial están basados en su determinación por PCR (Helman et

al., 1992; Thitythanyanonta et al., 1998). En un estudio realizado por Grooters et al.

(2002) reportaron aislamiento de tres nuevas especies de Pythium spp a través de la

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técnica de Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR) realizado en muestras de

intestino y piel. Las nuevas especies se les denominó: Pythium aphanidermatum,

Pythium acathicum y Pythium myriotyum y actualmente se encuentran en estudio.

A partir de una biopsia de intestino de un canino mestizo de 11 meses de edad

con diagnóstico Histopatológico compatible con Pitiosis realizaron

inmunofluorescencia directa y junto con PCR corroboraron que el patógeno

involucrado era el Pythium insidiosum. Esto lo lograron cubriendo los cortes

desparafinados con una gota de los anticuerpos específicos fluorescentes de P.

Insidiosum (FA) y analizados bajo el microscopio de fluorescencia. Además, el ADN

genómico del P. Insidiosum fue extraído y amplificado de tejidos parafinados. Como

control usaron cortes histológicos de una variedad de micosis, obteniendo en ellos

resultados negativos al usar los reactivos del FA. La presencia de los elementos

hifales fue confirmada por PCR y demostraron total igualdad con las secuencias

registradas en el banco de genes del P. Insidiosum.

A partir de cortes histológicos de tejidos provenientes de bovinos con

diagnóstico de Pitiosis epizoótica de los bóvidos, Pérez et al. (2005) realizaron

inmunofluorescencia, cuyo resultado fue la identificación de hifas ramificadas de P.

Insidiosum. También utilizando la inmunodifusión, ELISA y Western blotting

demostraron que en los sueros obtenidos de los bóvidos afectados se encontraban las

inmunoglobulinas Anti-P. Insidiosum.

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