provincias. tros irosos-2s rs.; seis meses so rs...

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r ..... PRF.r.lO PE LA SI'SCRICION. — >1ADHID. | ¡MJM. -I. sueltos á i rs.; tres meses -J4 rs!, •ií rs.; un año SO rs. nr uumon:s íeis niei-es MADRID 21 DE MAYO DE 18(55. PROVINCIAS.—Tros irosos-2S rs.; seis meses SO rs.; ~ ii uño 9G rs. —Gnu , IYERTO-KICO Y KSTIUNJERO, ANO IX. n a Do 7 pesos.—AMERICA Y ASIA, 10 á 15 petos. REVISTA Dli LA SI-MANA. oy las gracias en nombre del pue- blo trabajador de Madrid , á cier- to periodista de quien no quiero acordarme. ¿Con que la li- bertad (pie gozan en el dia de San Isidro losjornale- ros de echar una cana al aire, no es mas que la li- bertaddeeinbru- lecerse ? Cosa es ridícu- •© la, que quienes ^criben una hora al dia, y se divierten por la larde, y i C c r i()r la mañana y gozan por la noche, vilupo- tall ' •'? rna ' cro > que pasando una semana amarrado al ll 1 .. esparcimiento d(>l ánimo, ó satis- -— «VÍOIIS instintos religiosos. Dual n ° em ' )nit ° co °' descanso de una labor conti- Birt t ? U ^ emur "tece á los pobres es el no inlornmi- Oiat • i •'"' S ' n ' (ivan t lir cabeza; la repetición de actos ra i f ai) tnniálicos, (pie como sucede en Inglater- tis'm " Im '" iirM de jóvenes á un completo idio- q l)e ero H ls clases trabajadoras encontrarán defensores pon" r( '"° vo> ^ ' " " mils |ls I )at '' (l Y lllils 'iempo, ¡no»"' 1 ^ Vft i"dad en su punto, y rechacen la injuria in- Pll u a ,i : l(l cierto lia sido, que casi casi dos tercios de >m ^tuvieron el lunes en la pradera, apareciendo cuajados aquellos campos do gente que solo pensaba en divertirse, en olvidar su miseria ó su fastidio, y que, excepto pequeñísimos incidentes, que ni mencionarse merecen, una tranquilidad oclaviana ha reinado en aquel sitio, á donde so, había trasladado la villa y corle. Seguros estamos de que no ha habido mas entusias- mo ni mas regocijo en Ñapóles al representarse la Ma- ría Si nardo; y eso que los espectadores hicieron salir á la escena treinta y dos veces ¡i los adores, y al lin tuvieron que sacar el busto de, Doniz-'lli y enroñarlo para satisfacer al público, que se había empeñado en que saliera el autor que está pudriendo tierra algunos años b;i. ¿Y por qué tanto entusiasmo? ¿ Es ahora la música de .María Stnardo mejor que era en otro tiempo? No; pero se prohibió la representación allá por el año 31 y han convenido en entusiasmarse ahora, porque estuvo prohibida. ¡Flaquezas humanas! De seguro que si el público napolitano hiciese como l'alnierston en la Cámara, so hubieran ahorrado mu- chas jaquecas y no pocas ronqueras : entra el venera- ble lord.se sienta, y á los pocos minutos ronca como un carretero ni mas ni menos. Dicen sus amigos que es enfermedad y que se, ve amenazado de un accidente apoplético y lo creemos; pero ¿quién gobierna en tanto á Inglaterra? La reina, no, porque allí la oligarquía mi- nisterial es omnipotente, y el ministerio tampoco, p r- quo lord Palmerslon su cabeza, cada seis minutos echa un sueño; couque no lo entendemos. Y eso que liarlo motivo tiene para estar muy des- pierto, si de cuando en cuando el gobierno so pusiera la mano en la parte dolorida : en Irlanda , donde cada instante crece mas la exaltación contra la Metrópoli. Mace pocos ibas, con motivo de la llegada del prínci- pe de (¡ales y á (in de que no se le, felicitase, buho un I innel¡ng, cuya convocatoria decía ni mas ni menos. | Sir sr.mpcr tíratinys. Irlandeses, seiscientos noventa ; y tres años de sangriento oslorminio y do rapaz saqueo por los verdugos británicos, compatriotas del hijo do la reina de Inglaterra, reclaman de vosotros silencio y desprecio... la Irlanda para los irlandeses... Dios salve al pueblo... etc., etc. Paréenme este signo peor para Inglaterra, que para lielgica la enfermedad de su rey, que ya mejor, va pool', no se cura, y cuya muerto seria la señal i en nuestro concepto, de una guerra civil. Tal se van poniendo las cosas en aquel pais. que no tianra mas reinei para salvar el pellejo el dia choque, que quien tenga algo, que lo deje y eses del :ipe, aunque sea pidiendo una limosna. Pero bahía olvidado que se ha prohibido pedir limos- na: las ciencias sociales van adelantando que es un pas- mo. Se han empeñado en hacernos creer, que en el mun- do no hay desgracias, ni enfermedades, ni accidentes; que lodo el que quiere, trabajar encuentra trabajo, y que indo el que tiene hambre guarda en la alacena un pan de cuatro libras, y por consiguiente que pedir li- mosna es un delito. ¡Pero qué delito ! casliganlo con graves penas, y si un niño implora la compasión pública por orden de su padre, se castiga al padre, y se le priva de, la patria po- testad. Protestamos contra este abuso: enhorabuena prohiba la legislación la vagancia, y persiga á los mendigos; |>ero no pon.ua trabas al verdadero pobre: Dios al ha- cerlo tal, le dio derecho ¡í reclamar el auxilio de sus hermanos los ricos; Dios al permitir ricos, les impuso la obligación de socorrer al necesitado. No basta prohibirla penado muerte , es necesnrio proveer al sustento del pobre; de otro modo es prefe- rible morir á manos del verdugo, que morir desfalleci- do de hambre. Quizá en lo que digo baya alguna exageración, y sea tan malo lo uno como lo otro; pero este es el defecto de lodos los abogados. Lo que me recuerda ¡í aquel que defendiendo á un reo convicto y confeso, y no encontrando circunstan- cias atenuantes, basó la defensa en la improcedencia de. la pena de muerte y concluyó con este párrafo que en su concepto era el remate y corona de su razonamien- to. «Dios so, ha declarado contra (día, dijo, mirad á Adán, mirad á Cain, no los mala por sus trasgresiones, los condona á un castigo cien veces mayor; á la muer- te continua del remordimiento, al tormento perdura- ble de su conciencia, no al ligerísimo de la muerte que dura un solo instante.)) Los jurados parecían conmovidos, el abogado salió restregándose las manos de gozo y el reo fue condena- do á muerte. «;0ónm decía el ahogado al presidente; cómo ha- bejs'condenadoáote infeliz después del magnífico ejem- plo con que concluí la defensa?» --¡oh! el Una!, le contestó el presidente, ha sido la causa. Nos habéis enternecido: como probasteis que el

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. . . . . PRF.r.lO PE LA SI'SCRICION. — > 1 A D H I D . |¡MJM. - I . sueltos á i r s . ; tres meses -J4 r s ! ,

•ií r s . ; un año SO rs.

nr uumon:síeis niei-es MADRID 21 DE MAYO DE 18(55.

PROVINCIAS.—Tros irosos-2S rs.; seis meses SO rs.; ~ii uño 9G rs. —Gnu , IYERTO-KICO Y KSTIUNJERO, A N O I X .n a Do 7 pesos.—AMERICA Y ASIA, 10 á 15 petos.

REVISTA Dli LA SI-MANA.

oy las gracias ennombre del pue-blo trabajador deMadrid , á cier-to periodista dequien no quieroacordarme.

¿Con que la li-bertad (pie gozanen el dia de SanIsidro losjornale-ros de echar unacana al aire, noes mas que la l i-bertaddeeinbru-lecerse ?

Cosa es ridícu-•© la, que quienes

^criben una hora al dia, y se divierten por la larde, yi Cc ri()r la mañana y gozan por la noche, vilupo-

tall ' •'? rna 'cro> que pasando una semana amarrado alll 1

. . esparcimiento d(>l ánimo, ó satis--— «VÍOIIS instintos religiosos.

Dual n ° e m ' ) n i t ° c o °' descanso de una labor conti-Birt t ?U^ e m u r " t e c e á los pobres es el no inlornmi-Oiat • i •'"' S ' n ' ( i v a n t l i r cabeza; la repetición de actosra i f ai)tnniálicos, (pie como sucede en Inglater-tis'm " I m ' " i i r M de jóvenes á un completo idio-

q l )ee ro Hls clases trabajadoras encontrarán defensores

pon" i ° r ( ' " ° v o > ^ ' " " m i l s | l sI ) a t ' ' ( l Y l l l i l s 'iempo,¡no»"'1^ Vfti"dad en su punto, y rechacen la injuria in-

Pllua,i : l(l cierto lia sido, que casi casi dos tercios de

>m ^tuvieron el lunes en la pradera, apareciendo

cuajados aquellos campos do gente que solo pensabaen divertirse, en olvidar su miseria ó su fastidio, y que,excepto pequeñísimos incidentes, que ni mencionarsemerecen, una tranquilidad oclaviana ha reinado enaquel sitio, á donde so, había trasladado la villa y corle.

Seguros estamos de que no ha habido mas entusias-mo ni mas regocijo en Ñapóles al representarse la Ma-ría Si nardo; y eso que los espectadores hicieron salirá la escena treinta y dos veces ¡i los adores, y al lintuvieron que sacar el busto de, Doniz-'lli y enroñarlopara satisfacer al público, que se había empeñado enque saliera el autor que está pudriendo tierra algunosaños b;i.

¿Y por qué tanto entusiasmo? ¿ Es ahora la músicade .María Stnardo mejor que era en otro tiempo? No;pero se prohibió la representación allá por el año 31 yhan convenido en entusiasmarse ahora, porque estuvoprohibida. ¡Flaquezas humanas!

De seguro que si el público napolitano hiciese comol'alnierston en la Cámara, so hubieran ahorrado mu-chas jaquecas y no pocas ronqueras : entra el venera-ble lo rd . se sienta, y á los pocos minutos ronca comoun carretero ni mas ni menos. Dicen sus amigos que esenfermedad y que se, ve amenazado de un accidenteapoplético y lo creemos; pero ¿quién gobierna en tantoá Inglaterra? La reina, no, porque allí la oligarquía mi-nisterial es omnipotente, y el ministerio tampoco, p r -quo lord Palmerslon su cabeza, cada seis minutos echaun sueño; couque no lo entendemos.

Y eso que liarlo motivo tiene para estar muy des-pierto, si de cuando en cuando el gobierno so pusierala mano en la parte dolorida : en Irlanda , donde cadainstante crece mas la exaltación contra la Metrópoli.

Mace pocos ibas, con motivo de la llegada del prínci-pe de (¡ales y á (in de que no se le, felicitase, buho un Iinnel¡ng, cuya convocatoria decía ni mas ni menos. |

Sir sr.mpcr tíratinys. Irlandeses, seiscientos noventa ;y tres años de sangriento oslorminio y do rapaz saqueopor los verdugos británicos, compatriotas del hijo dola reina de Inglaterra, reclaman de vosotros silencio ydesprecio... la Irlanda para los irlandeses... Dios salveal pueblo... etc., etc.

Paréenme este signo peor para Inglaterra, que paralielgica la enfermedad de su rey, que ya mejor, va pool',no se cura, y cuya muerto seria la señal i en nuestroconcepto, de una guerra civil.

Tal se van poniendo las cosas en aquel pais. que no

tianra mas reinei para salvar el pellejo el diachoque, que quien tenga algo, que lo deje y eses

del:ipe,

aunque sea pidiendo una limosna.Pero bahía olvidado que se ha prohibido pedir limos-

na: las ciencias sociales van adelantando que es un pas-mo. Se han empeñado en hacernos creer, que en el mun-do no hay desgracias, ni enfermedades, ni accidentes;que lodo el que quiere, trabajar encuentra trabajo, yque indo el que tiene hambre guarda en la alacena unpan de cuatro libras, y por consiguiente que pedir li-mosna es un delito.

¡Pero qué delito ! casliganlo con graves penas, y siun niño implora la compasión pública por orden de supadre, se castiga al padre, y se le priva de, la patria po-testad.

Protestamos contra este abuso: enhorabuena prohibala legislación la vagancia, y persiga á los mendigos;|>ero no pon.ua trabas al verdadero pobre: Dios al ha-cerlo tal, le dio derecho ¡í reclamar el auxilio de sushermanos los ricos; Dios al permitir ricos, les impusola obligación de socorrer al necesitado.

No basta prohibirla penado muerte , es necesnrioproveer al sustento del pobre; de otro modo es prefe-rible morir á manos del verdugo, que morir desfalleci-do de hambre.

Quizá en lo que digo baya alguna exageración, y seatan malo lo uno como lo otro; pero este es el defecto delodos los abogados.

Lo que me recuerda ¡í aquel que defendiendo á unreo convicto y confeso, y no encontrando circunstan-cias atenuantes, basó la defensa en la improcedencia de.la pena de muerte y concluyó con este párrafo que ensu concepto era el remate y corona de su razonamien-to. «Dios so, ha declarado contra (día, dijo, mirad áAdán, mirad á Cain, no los mala por sus trasgresiones,los condona á un castigo cien veces mayor; á la muer-te continua del remordimiento, al tormento perdura-ble de su conciencia, no al ligerísimo de la muerte quedura un solo instante.))

Los jurados parecían conmovidos, el abogado saliórestregándose las manos de gozo y el reo fue condena-do á muerte.

«;0ónm decía el ahogado al presidente; cómo ha-bejs'condenadoáote infeliz después del magnífico ejem-plo con que concluí la defensa?»

-- ¡oh! el Una!, le contestó el presidente, ha sido lacausa. Nos habéis enternecido: como probasteis que el

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102 EL MUSEO UNIVERSAL.

remordimiento era peor que la muerte, no hemos que- irido ser severos con el infeliz y le condenamos á la pena |mas suave.» i

De la misma opinión que el abogado son sin duda los !señores Emilio Giranlin y Humas lujo, que nos batida- ]do el Suplicio de la mujer, drama tan inmoral en losdetalles, como lodo l;i que se aplaude en los teatros deParís: en él no mata el marido á la mujer criminal sino ique la entrega á su propia vergüenza.

Y es el caso que hay ahora un pleito entre ambos,disputándose la paternidad del drama: parece que elpensamiento fue de (¡irardin. escribió la pieza y no sécómo P'M'I á manos de Duuias, quien quilo de aquí,añadió de allá, la tocó y la retocó basta el punto de queasi-'lioinlo aquel á la primera representación no cono- •ció al lujo de su entendimiento y declaró que el dramaera detestable. ¡Cuál fue su asombro cuando Xilinasmanifestó que quizá seria detestable, pero que en talcaso era debido á los (rozos o ideas primitivas que no l

había retocado: de aquí guerra entre ambos hiéralos.división entre los críticos follelinistas y alearía inmen-sa en los amigos Íntimos de los autores que enconl rabanun motivo para no dejarles hueso sano.

Poco sin eui! argo debe importarles al uno ni al otro,desde que ha aparecido el célebre doctor ollier con sumemoria á l.i Academia de Ciencias de París, < n la queasegura qil" habiendo estraido el humen) del hombrode una joven, le ha crecido el hueso basta el punto dequedar en el mismo estado en que se hallaba anh-rinr-inente. Yo no sé si será verdad: pero él lo dice y cuan-do lo dice estudiado lo tendrá: que al lin y al cabo losvegelales crecen y S1.' remiendan y al-o leñemos devegetales.

Bien le hubiera venido á Bnolb. cuando al caer delcaballo se rompióla pierna, que un doctor ollier le hu-biera compuesto los huesos y sustiluídnle con uno une- ¡vo el que perdiera; aunque podría haberle sucedidocomo al doctor Mudd que socorrióal asesino, cumplien-do con un deber de, humanidad imprescindible en unmédico, y á pesar de ello lia sido aprisionado como cri-minal.

Parece que se confirma la muerte de Boolh. Refu-giado en una granja, la incendiaron sus perseguidoresy al salir fue muerto i'e un balazo: dícese que su cadá-ver fue llevado á Washington seerelanrnlo; que mu-chos oficiales le corlaron mechones de cabello paraguárdanos como reliquia y que lo enterraron secreta-mente. No se compadece mucho lo uno con lou'ro: peroasi se cuenta y es objeto de comentarios graves los po-cos esfuerzos que se hicieron para prenderle vivo; comosi se. temiesen las averiguaciones, y sobre todo, que enNueva-York al celebrarse 1 :s exequias del difunto pre-sidente se prohibiese á los negros formar parle delacompañamiento.

Si esto es cierto; ¡mucha filantropía, pero en los la-bios: mucho dar libertad á los esclavos, pero á los es-clavos ag'ono*: mucha predicación de igualdad, perorepulsión absoluta por la raza blanca de la raza negra,creyéndose envilecidos solo con su contacto!

l.a guerra puede darse por concluida: Junhslou yotros dos generales se han entregado y solo quedan losmas reacios, perdidos en los úll irnos confines de la con-federación: dícese que llegarán á cuarenta mil hom-bres, que seria locura creer por un momento que pu-diesen resistir á un ejército de ochocientos mil.

Poco ha ocurrido e^ta semana en nuestra casa.Sus magostados marcharon a Araiijiiez á pasar unaquincena, acompañándoles el ministro de (¡racia y Jus-ticia apenas restablecido de su enfermed id, y el gene-ral l.ersundi que lia sido nombrado comandante gene-ral de sitio.

El general jiiamonlés Cialdini, ha llegado á Madrid.El señor Olózaga ha marchado á Italia. l,os soldadosnuestros que se hallaban prisioneros por los rcb"ldcsde Santo Domingo, han sido eangeailos, a'gunos tanquebrantados de fuerzas que hubo que trasladarlos alhospital.

Siguen las diversiones como siempre. Madama Civili,Leotard, la jaula de los leones, los toros y compañía.Delitos en abundancia, pero so lian cometido esta se-mana algunos que nos lian dejado horrorizados por logravesque aparecen ser y por ni misterio que los rodea.Asi da cuenta de ellos un periodista amigo.

Se persigue mucho á las ruletas (¡pnbre.ril.as!)... elsábado fueron copadas tres... hubo en la última unagran culebra... algunos fueron á levantar el muerto ála trena...

¿Quienoi serán esas señoras ruletas'!... ¿qué se hahecho la culebra? ¿la h'iu cogido? ¿Se ha formado causasobre esos muertos? Si algunos los levantaron ¿quiéneslos acostaron? ¿Y el copudo y la trena! ¿(lué'ier 'a esé-la? ' ' ' '

Francamente, no entiendo una palabra y lectoresluios, me parece que nada perderéis si os sucede lomismo que á mí. porque vale mas ignorar que saber lomalo.

l,o mejor di' los ilailos es no [ligarlos; y lo n r j o r d olas revislas.. roueluírías.

l'or la revista y 'a parle no firmada de este, número.

l,i:o>- (ÍAI.IMIO v in¡ \KI\\.

AGRICULTURA..

l.a agricultura es el fundamento mas sólido de los 1Estados. El hombre y la agricultura están tan íntima- 'mente iilenlilicados , que sin la una no existiría 11 otro. |De aquí, pues, nace la grande importancia moral, ci- Ivil y polilica de aquella.

Al consultar la historia d ' lodos los tiempos y nació- |nos para conocer las grandezas y vicisitudes que haatravesado la humanidad . Dolaremos con sumo placerque lodo aquel engrandecimiento que admiramos conreligioso respeto en muchos de los pueblos antiguos;que todas las épocas que por su esplendor se han sena- [lado en los l'aslns de las naciones con recuerdos masimperecederos que los pórfidos y bronces; que tod s 'los momentos de verdadera felicidad obtenidos con glo-rioso alan por el linaje humano, tueron debidos a losincalculables heirlicms que física y inoraliiieule pro-duce á la sociedad el arte de cultivar los campos.

l.a paz. las buenas costumbres, el amor al prójimo,la unión d;' las familias y lodos los preceptos en lin delEvangelio , están encarnados en la útil y tranquila ocu-pación de la agricultura. Por eso después de Dios no ,hay objeto mas dinno del culto de lo; hombres.

Al enuni'Tai1 la situación bidro-|opoi;rálica de Espa-ña: al reconocer la variedad de >u< diversos climas; alreparar en sus dolensis naturales y notar la maravillosafertilidad de sus terrenos nos preguntamos con dolor ycon asombro: ¿Por qué la península ibérica no es unade las primeras naciones? ¿Por qué su agricultura nollorece? ¿Por qué su industria no marcha al nivel de losadelantos de la época? ¿Por qué nuestros pueblos nomantienen relaciones mercantiles con todos los paísesde la tierra?

Suele con frecuencia acontecer atribuir á causas| complicadas y de difícil inteligencia los grandes rosul-i tados; sin embargo, las causas fundamentales de los

mayores prodigios han sido siempre muy sencillas. To-das esas maravillosas creaciones del arle , esas gigan-tescas empresas que comunmente nos asombran Jior loarriesgadas, esa animada opulencia y preponderanciade otras naciones menos bien dotadas por la naturalezaque la nuestra, y todo cuanto el ¡ng'iiio del hombrepuede producir para hacer mas amable y llevadera laexistencia fue obra do causas sencillísimas, á saber : laasiduidad , la fe , la constancia y el trabajo.

; Convencidos los gobiernos de que la fuerza del honi-. bre está mas en su inteligencia que en sus brazos, y deque la nación mas instruida será necesariamente la mas

| poderosa, deben poner un especial cuidado en la edu-cación moral y prof 'sional de las masas, asi como tam-bién en facilitarles sus medios de subsistencia.

Pero si los gobiernos deben prestar su apoyo á todaslas ¡deas útiles, no consintiendo que se interponga cosa

i alguna entre el ingenio que concibe y el brazo que eje-cuta, también debemos Indos en general y cada uno enparticular, según su olera de acción, poner de nues-tra parle, cuanto piulamos á lin de ayudar en lo posibl••el bienestar de nuestros conciudadanos, ayudándonos á

! la vez á nosotros misinos., Si la agricultura en hispana se encuentra por des-

gracia sumida en un lamentable abandono, ¡í p"sar de| la feracidad natural de su terreno, de los diferenles cli-

mas parciales que posee, y del vasto territorio de que¡Hiede disponer para su mayor acrecentamiento, con-

j sisle entre otras cosas, en la apalía y poco entusiasmoy deseo de mejoras con que, la miran justamente aque-llos que mas debieran amarla . porque en su prácticanacieron y se criaron, y á ella deben su susleiilo ybienestar.

Ahora bien ; ¿por qué algunos de nuestros labradores'. parece que se desdeñan de ejercer la muy noble o upa-

cion en que se emplearon constantemente sus antepasa-dos? ¿Por qué esa marcada tendencia, demasiado gene-

! ralizada ya en España, por desgracia, á hacer cobrar álos hijos cierta perjudicial aversión ¡í la profesión de suspadres? ¿Por (¡ué, lejos de desarraigar del corazón dela juventud las malas semillas de la ambición , del lujoy del falso oropel, se fomentan mas y mas estas tumul-tuosas é insaciables pasiones con la condescendencia de

! un cariño mal entendido, quizá con la idea equivocadade lo (|tie es el verdadero honor y con el pábulo de unorgullo fatuo é ignorante?

: Es muy sensible ver con cuánta facilidad se eslravíannuestros propietarios hasta el estreñí.i de no reconocer

¡ sus propios intereses.Duélenos en lo mas íntimo de nuestro corazón el pre-

senciar esa sucesiva ruina de fortunas, adquiridas de1 generación en generación á fuerza de sudores, de ím-

probos afanes y de bien entendidas economías, por en-tregar los propietarios el cuidado y adininislración desus haciendas á manos eslrañas que no pueden de ma-nera alguna fonienlarlas, viendo tan á las claras la in-concebible indolencia de sus dueños.

Sentimos profundamente la pérdida de ese tiempo yde ososeapilalos tan preciosos, malgastados lan sin fun-damento por los hijos de los labradores en largas y eos-losascarrenis (¡lie d••spues no han de ejercer, para ver-los por conclusión mendigar un destino y ospoiier.se á

, cada momento á perder la nobleza de su alma en ca-

balas é intrigas encaminadas á adquirirse una~polsicion.

Es necesario que nuestros labradores no den lunar •que se sospeche siquiera que abrigan la creencia deque sus conciudadanos les tienen en poco, poroiejercen la muy alta, la muy honrosa y útilísima ocVpación de la labor de los campos.

No, v mil veces no: el ejercicio de la agricultura r>«. - ' . .. " (,a y

sera siempre la primera y la mas iligna ocupación delhombre civilizado; y la sociedad que lo contrario cre-yese seria una sociedad gastada, corrompida y pronta¡i d"sorgani/arso.

Iteparad vuestro error \osolros los que hayáis in-currido en él . pues todavía eslais muy á tiempo de ar-rojar de una vez y para siempre esa huíosla venda queoculta el verdadero camino del honor, del progreso vde la iluslraciou. Agrupad i n lomo \uestro la lanii'i'jv no la eslravieis con aspiraciones acaso fabulosas éimpraclicables. liecorred toda la escala social, y si en-contráis una ocupación mas sania y mas elevada quela de la agricultura, no dediquéis ¡¡ ésta á vuestros hijos'mas si conocéis que es por el contrarióla liase principalde la prosperidad de los Estados, comunicad á vuestrosdescendientes la afición Inicia esla madre universal de

i todas las arles, lodas las mdusínas y todas las cioncias*porque pretender que las prácticas de la agriculturaespañola las han de reformar vuestros gañanes, espretender el imposible de a tro lar la inmensidad delmar con la pequenez de una concha. Consultad en lilila historia, y veréis ocisionada la ruina de los imperiosmas llnrecientes del inundo anticuo, por despreciar yabandonar la agricultura a manos esclavas y merce-narias.

No hay realmente mas que una mina inagotable,cuya influencia sirva d • contrapeso á la instabilidad i!elas cosas huin mas . y ésfa es la tierra que convierte enoro la reja del arado qu ' pulveriza sus entrañas. No

i hay e:i el mundo un capital mas dócil, mas fecundo nimas lucrativo q i r la tierra: porque la verdadera fuerzareproductiva de una cosa no consislo precisamente endar mucho algunas vi ees . sino en dar siempre lo bas-tante de una manera uniforme y periódica. Toda clasede industrias y ile empresas humanas son de suyo pe-

j receleras; algunas d ' ellas mueren casi al nacer: elsuelo tan solo sobrevive ¡i lodas las calamidades, y ve

¡ desaparee r delante de sí g moniciones y genera-ciones.

! l.a tierra produce en relación de la inteligencia delque la cultiva: los consumo; se hacen en proporciónile los productos y de las necesidades. y la industria

' trabaja en razón d" la seguridad. Los niaies. pues, queá menudo se atribuyen en agricull ia al clima y ¡i la

i calidad de los terrenos, proceden casi siempre de la ig-! noraneia de los buenos métodos agrícolas y de la incu-

ria de los gobiernos. Para que la agricultura de nues-tro pais adelante en pocos años los muchos siglos quecuenta de abatimiento, es indispensable que se ponganen piego cuantos urdios se crean conducentes á esteobjeto, ¡i lin de que una vez elegido el mejor sistema delómenlo, se marche sin interrupción ni obstáculo de

i ningún género hasta conseguir en lodos sus ramos el' positivo y rápido progiesn.

l.a población rural convenienleniellle distribuida alin de que la mayoría de los labradores vivan sobre elmisino terreno que cultivan; la educación teóriCO-práeliea de la agricultura en escuelas y en granjas deesjilotacion; la emulación y protección á la clase labra-dora por los ¡nlinilos medios que tienen á su disposi-ción los gobiernos; la asociación por distritos de todoslos propietarios rurales para proporcionarse tnáqiunas,herramientas, semillas y animales que uno por sí solono podría costear; y por último, la formación de car-tas agronómicas, constituyen las bases principales so-bre las que se ha de apoyar la restauración de nuestra

j agricultura. Sabido es que. una gran parte ile nuestrosj labradores, por falla de la debida instrucción, sientenj una especie de repugnancia invencible ¡i toda ¡nnova-I cion, á toda reforma; si bien es preciso confesar f|i'c

i'ii algunos casos tienen fundados motivos para ello,. por lac las ' de p-'rsonas que se enlroini ten á conse-jeros. Para que esto no suceda y para iniciar á estanoble clase de h sociedad en los principios fundamen-tales de su profesión . se hace indispensable una com-binación de medios de tal manera dispuestos, 1 u e

estén en directa relación con su capacidad, con suedad , con sus costumbres, con el género de cultivo Jhasta con la localidad en donde se'vaya ¡1 plantear lareforma de las prácticas rurales; porque de no serasse corre el grave riesgo di' perder completamente eltiempo, y de arraigar mas y mas la rutina y In descon-

; lianza, de suyo innatas en esla gente sencilla, pero es-: Ireuiadainenle preocupada.

l.a educación por consiguienle lia de variar segi'uque se dirija á los labradores que cultivan sus cainp0?'ó á la juventud que va á emprender esla noble y ¡i"j'~gua profesión. Para los primeros los libros elemental'1''y periódicos de agriciillura , en cuanto esleí) des))''vistos de lodo ri aparato y i nclaliira cieiilíl|Caj

'. cuyo incomprensible lenguaje les cansa y les oscurec-ías buenas doctrinas que pudieran cnnlener, cotil""huirían lo muy baslanle, y á fuerza de algún lioinp0 ' '1

modificar las malas prácticas establecidas. Si hulllC™

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" . escribiese canil las agrarias para cada una de las1U : „„ ;« , indicando los cultivos mas convenientes y

de efectuarlos; los que con ventaja senuevo establecer , la clase de rotación ó

^"'ini'i'va de cosechas; los útiles y herramientas que.•cudria introducir; los anímales domésticos a cuya

' . . • • • • mejora se prestan mas

midieran de

convencímul

Cr 'h'una de las localidades de la provincia y las indus-c " ' v oficios rurales á que pudiera di dicarse el labra-í'rVsu familia en ciertas ép cas del año y durante lasI -«as veladas del invierno, estos escritos serían de in-

fuilables ventajas para los agricultores. Mas comoislos libros son muy difíciles de escribir por los v.iMosrouociaiientos (pie exigen, ya en la leona \ [iráclica deIi arrricullura propiamente dicha, ya en sus ciencias•'uvSian'S. ya también en la espernueiilacion de la hor-

zoolecnia; de aquí el que, por ahora, uues -lesMiaeiadainento de estos

EL MUSEO UNIVERSAL.

directa é inmediata aplicación, p i r s sabido es que deesla manera es como mejor se. enseña y como mas fá-cilmente se aprende. Dicho sistema seria de muy fácil ypronta ejecución; al gobierno no si1 le ocasionaríangastos de gran consideración, porque el terreno s" po-dría lomar de lo correspondiente ¡i los bienes naciona-les no vendidos y p'anlear en él la industria agrícola ypecuaria, y los piofesores una vez teniendo á su dis-posición las primeras materias para cullivar por s i . alos pocos anos pudrían cubrir holgadamente los gaslos

la

1GÓ

V si evase a cariiiioiiio pudiera el yo-Sin Fernando y esta-la l\>cliela Central de

auxilianlicultiira yd',is c i l l t l v >poderos elementos.

car 7.caii

y obtener algunos ingreso-venia de los bienes del lieal Ibienio adquirir el Keal Sitio iblecer en él cual correspondAgricultura.

Con cartillas agrarias escritas en e.-lilo sencillo, conescuelas agronómicas y granjas modelos de esplolacion,establecidas bajo las anteriores bases, es únicamentecomo nuestros labradores saldrán de su estado ru t i na -rio, v como nuestra agricultura caminara rápidamente

W,

La emulación y el ejemplo son dos poderosos lalisnia-•s que pueden influir muy directamente en la propa- ! y sin inlerriipc¡o:i alguna por el verdadero camino (b'l

rácticas beneficiosas y en el fomento deld ' prosp 'Hilad aun selro pais por causas quo

nación de las practicas bonohcios;íjrte v esl s inagotables minas dencuentran sin esplolaren nuimanifestaremos mas adelante.

S'iliido es lo mucho que adelanta la agricultura deuna localidad cualquiera , cuando por fortuna exisleavecindado en ella un labrador entendido y laborioso,que sobresaliendo de la esfera común de sus compa-ñeros, cultiva con mas arte, porque puede disponer demavor caudal de conocimientos, y sirve á sus conve-cinos de modelo por el cual se rL'on . y a! cual consul-tan en todas sus dudas sobro los diterenles punios dela economía rural . Cumulo por medios tan dicaces ydemostrativos se hace p Ipable á los agrículloi

Mr:i.noN ATU.NZA Y SHVVF.NT.

K S T I J I I I O S 1)K ADMINISTRACIÓN.

l 'TII.HIAIl Di: 1..VS ( OIU'OUACIONIiS C.ONSI.'l.TI V VS I' A 11 A I.A

ADMINISTRACIÓN' I 'L'BLCA.

La gravedad de muchos asuntos adinmislralivos. enlos cuales se versan intereses de gran cuanti'.i, exigelino las autoridades los estudien detenidamente , conobjeto de resolverlos de un modo justo que correspon-d l l i l i d b lloda una comarca las vi ntajasque resultan de ejecutar da a la alia ilustración que debe suponerse en las pe r -

lal cultivo de esla ó de la olra mane ra , con ci. 'ilas y | soiias que desempeñan cargos públicos de importancia.Nada tan irritante para el que licué razón en unadeterminadas herramienta-, eligiendo el tiempo y épo-

ca mas oportuna; cuando con ¡guales ó menores gas -tos se liace producir al ['Treno mayor cantidad de tri l-los; cuando un buen sistema de distribución de cul t i -vos sobre aumentar la variedad de los productos dela tierra, pone al labrador á cubierto de una segura einevitable ruina , como sucede siempre que por nocultivar mas (pie cereales por e 'empbi . sobreviene unaccidente que inutiliza la cosecha y no dispone ib Iproducto de oirás para resarcir las pérdidas ocasiona-das, estos escelenles resultados que proporciona la imi-tación, son los que convencen y persuaden mucho musal labrador que todos los libros y consejos, porque elejemplo lo hace demostrativas y comparables las ven-tajas y utilidades que tienen los nuevos métodos sobrelas prácticas antiguas.

Es de lodo punto indudable que á la juventud se en-cuentra encomendada la reforma de nuestra agr icul-tura, con los conocimientos que adquiera en las e s -cuelas agronómicas el día que éstas se modifiquen ysiempre que dichos establecimientos; y sus estatutos nodesatiendan los sagrados intereses de la enseñanza porios mezquinos intereses personales Si esto sucediese,nuestras escudas serian mas peí judiciales (pie útiles;los labradores se abstendrían y con razón de enviar¡dli á sus hijos, y esta dar-e de establecimientos sedesacreditaría cayendo en el ridículo mas alrenloso.Puesto que es p ienso tener siempre presente en laeducación de esla clase, que el labrador debe mirar su

¡ profesión como un arte lucrativo del cual lia de sacar[ en el menor esp::c¡o, y con los menores gastos, todas' las utilidades posibles de la tierra y de los animales,

que S m los que forman el complemento de su indus-tria, poniendo en práctica los conocimientos adquiri-dos. Sin olvidar tampoco que. el eselusivismo, la exa-geraron y el egoísmo profesional. empequeñecen ydiliculli'.n por completo loda idea fundamenta] de r e -generación y progreso.

Cuando líogue el momento por lodos deseado de queel gobierno lije verdaderamente su atención en eldesarrollo y prosperidad de la riqueza de nuestro pais.

cuestión adminisliativa, como el verla resolver miber -nativamente de una nviuera falta de equidad y a veceshasta la conveiiienle instrucción. Sucede frecuente-mente que por subía de ocupaciones oliciales ó por lanecesidad de resolver pronto los negocios, suelen lasauloridades superiores no muy prál icas , atenerse ¡i latramitación y opiniones que consignan sus subal te r -nos, no siempre lo bastante estudiadas para que hayagarantías de acier to .—Acontece, por ejemplo, i-n losgobiernos c i \des de las piovincias . y muy especial-mente en las mas impor tantes , que los gobernadoresnecesitan materialmente la ma\or parle de si i tiempoliara dedicarlo á asunlos políticos, por cuya causa esindispensable que vean con cierta ligereza los admi-nistrativos, que son muchos y variados, encontrándoseno pocos difíciles y complicados.—Aun haciendo ju s t i -cia á los conocimientos que por rei:la ¡.enera! debenposeer los gobernadores. es claro que la circunstanciaque dejamos indicada bastaría por si sola para discul-par que algún espediente se resolviera sin todos losdalos, ilustración y antecedentes que serian de desear:y si bien de las providencias de los gobernadores pue-de apelarse al ^idiierno supremo, y aun de las resolu-ciones de éste se puede también reclamar por la vía con-tenciosa, es I a I ram i I ación es por su na I u raleza lenta lasmas \ei'f<, y pune á los particulares y ¡i los pueblos enconflictos muy desagradables aparte de que les or i -gina ga>los y molestias de consideración.—liueno espor lo tanto (jilo los negocios administrativos se resuel-van bien desdi1 luego, ahorrando diligencias y enlor-p cimientos grandemente sensibles. — A esto tiende lacreación de cuerpos consultivos.—Los gobernadorestienen los conse¡os provinciales, organizados do. modoque cuentan en su seno con letrados y con hombresversados en la a din ilustración, siendo por lo tanto estascorporaciones muy compolenl.es jiara dar un dictamenrazonado, \ a se Irale simplemente de un asunlo g u -bernativo, ya se roce con puntos de derecho.

La ¡¡uloridad superior civil , en negocios de esta e s -pecie , puede acudir con confianza á los consejeros pro-

pueden dedicarse mas que á los asuntos políticos y par-lamentarios; con lodo el celo, con toda la inteligencia,con toda la práctica do los negocios, se venen la nece-sidad de mirarlos con una brevedad forzosa que lesimpone la naturaleza de sus múltiples obligaciones; ypor lo tanto, cuando los asuntos van en alzada de la.;autoridades de provincia al gobierno, es mas necesarioque nunca apelar al diclánien de una corporación supe-rior, compuesta de eminencias de todas las carreras;tranquila para deliberar . estudiándolos , sobre los mascomplicados espedientes, y singularmente dedicada adar su respetable opinión en materias ditíeiles. Tal o.el Consejo de Kslado . cuyas opiniones se miran con elrespeto que merece el primer cuerpo consultivo de lanación.

Los espedientes sobre contratas de servicios públi-cos, construcción de ferro-carriles, controversias er.-Ire partes, cuestiones que se promueven por los ayun-tamientos á las diputaciones provinciales, y olrainfinidad de asuntos, todos graves, en los que se traíade grandes intereses, es clan, que han de recibir unainstrucción luminosa cuando los informa el Consejo deKslado. Kl niinisl.ro (pie lia d ' resolverlos encuendauna gran ventaja en pasarlosáosacorporación, ycuenlacon una garantía indudable de acierto, puesto que elConsejo tiene en su seno todos los elementos de compe-tencia que pueden apetecer para esperar una opiniónjusta y fundada, liastan estas ligerisíinas indicaciones

i para convencer de la utilidad de las corporaciones| consultivas. Muchas oirás pudiéramos aducir en elI mismo sentido, y muchas deben ser en efecto para lia —1 ber determinado, no solo la ere cíoii de bis á que nos

referimos, sino funcionarios especiales, como el asesorI del ministro de Hacienda, y el consultor del de Fo-! monto, y diTerente; juntas consultivas que en Guerra,: Marina y otros ramos de la Administración están jui-

cio-a y convenientemente establecidas. Kn nada se ne-cesitan soluciones prácticas mas esencialmente que en

; la Administración, el buscar los medios de realizarlas,! facilitando;! I. s autoridades y al gidiieruo mismo el! ruiipliiiiicnto de sus obligaciones, ha ido impulsando

esos cuerpos consultivos que con distintas gradacioneshan prelado y prestan grandes servicios al Estado.A'ito pudiéramos decir sobre la org mizacion de variasd • esas juntas qu" son susceptibles de perfecciones;pero este pensamiento exige para desenvolverle tratarde cada corporación en particular, examinando susatribuciones y facultades. Materia es complicada y deun estudio analítico que había de dar lugar á trabajosninyeslensos que deberían aplicarse en unaserie de ar-tículos. Con mas espacio de tiempo á nuestra disposición,procuraremos ocuparnos en oslo estudio, comenzandopor lo relativo ¡í la venta de bienes nacionales, en lacual hay multitud de intereses en continuo movimien-to, sin que todavía se pueda contar con dalos Ii ¡os y conuna legislación no interpretable que asegure los dere-chos de Hacienda, de los pueblos y de los particulares.

Ji\\N V u I:HO ni: TOHNOS.

entonce.; nos ocuparemos con todo detenimiento en , viudales, y en ellos encuentran una garantía que ro-desenvolver el proyecto de fomento y enseñanza dagricultura en l>paña. Por ahora, solo indicaremos que.e\ dia, no muy lejano, en que terminen esas especula-ciones arriesgadas v de cierto género que hoy absorben'odala atención de" nutedá

strog quebanqueros,

f l i

ylos capitale

l

hustezca la opinión que haya formado sobre cualquiercuestión difícil, ó los medios de modificar, ampliar yperfeccionar la resolución (pie debe adoptarse, t i quelos espedientes tengan como uno de sus trámites el

,.. . . . . . . . - r diclámi'ii del Consejo, hasta tranquiliza á la parle ó cor-lendrán necesariamente (pie refluir y emplearse una poracion que resulta vencida, y acaso evita sucesivas8ran parte de ellos en especulaciones agrícolas, en cuyo ! reclamaciones, liajo esle punió de vista , es incuest io-easo (!s|(i scr¡'i uno de los mejores medios de que los nable que los mencionados consejos son de suma u l i -jírandes cultivos y la cria y ine'iora de nuestros anima- lidad, tanto para los interesados como para la aulor i -ies domésticos llegue, al grado de perfección de que d i d q u e h a d e fallar los negocios. L o q u e e n primeras°n susceptibles en nuestra península. Del mismo modo ' instancia, (hilárnoslo asi , es de utilidad incontestable,se reconocerá con el tiempo que e] mejor sistema para lo sigue siendo en mayor escala en la segunda instan-Ptantear las granjas modelos ó escuelas prácticas en cía. Cuando perdido un asunto que la parte juzga que

lU provincias v ' ñ o r (menta de las municipalidades, , liene indudable razón, acude al üobierno supremo, el^antear las granjas modelos ó escudas prácticas en cía. Cuando perdido un asunto que la parte juzga que

— : ~ " ' ' ' ' ' ' .:i.. i... | j ( > ] ) n ¡ndudahle razón, acude al gobierno supremo, elespediente lleva ya una instrucción lata , en la (pie sehan apuntado por los conlondieiil.es todos los argu-mentos imaginables. Suponemos desde luego que elcriterio del niiinsl.ro ha de ser bastante para adjudicarel Iriunlo al que sustente la justicia en la cuestión ([liese debata ; pero las razones que hemos indicado al I r a -lar de los gobernadores civiles, son mucho mas aplica-bles á los ministros. Los ministros conslilucionales, ycon ('.penalidad si las Corl s están abiertas, apenas

^eria cpie c| gobierno destinase para este objeto en cadaprovincia el suficiente terreno para que una vez metidoPtl cultivo subvinies" á lodos los gaslos de la misma,"""lusa la retribución de los profesores, á cuyo cargoUrtinn., csia,. la esplolacion de la linca y la de e n l r e l e -

0 y compra de ense res , máqu inas , libros y'leinás efectos necesarios á esla (dase de eslableci-', !-nl",s- Entonces seria una verdad la enseñanza de la

y las teorías de economía rural tendrían

JOHNSON,

I>..I'.SIIU;NTF. DI: LOS I;SI AOUS-LMDOS

en laSu esceleneia Andrés Johnson nació en llaleighCarolina d I Norte el ü'J de diciembre de 1N0S.

A los cuatro años perdió á su padre, á los diez eraaprendiz desastre basta losdiez y siete. Su madre que-dó tan pobre que no pudo ni euvi.ii le á la escuela; peroJohnson estimulado por un parroquiano se empeñó enque bahía de aprender á leer; y habiéndole medio en-señado las letras un compañero, principió ¡i deletrearpor sí solo, después á leer, después á empaparse en lalectura del único libro que tenia que eran los discurso,de los principales estadistas ingleses; trabajo que t niaque hacer en su boardilla en las altas horas de la nochey después de haber Concluido su trabajo.

Marchó después á Laurens Courlhouse en la Carolinadel Sur, pero falto de medios volvió á su pais natalen 1820. Casóse, mejoró aliiiin tanto su posición y fueelegido alderman en 1828, y reelegido en 29 y 30 en quefue designado para Mayor, cargo que desempeñó tresaños. Elegido diputado en 183o gradualmente fue ocu-pando los altos ]iueslos del listado por su capacidad yactividad acreditadas, basta que en 183;) le nombraronL'obernador del Tennessee, en 18Ü7 senador, en el añoúltimo vico-presidente, y por la muerte de, AbrahanLincoln y con arreglo á la Constitución lia sido investi-do ha pocos dias con la suprema dignidad de presidentede la república.

Al contrario que el difunto Lincoln, es de. carácterduro, viólenlo, celoso , partidario de la doctrina deMonroe y por consiguiente enemigo de todas las poten-cias europeas que quieren influir en América. Impla-cable respecto á los confederados, sus planes son per-seguirlos, castigarlos conliscar los bienes á los princi-pales, y tralar'os como traidores á la Constitución.

La'familia de M. Jolmson reside en Nashville en elTennessee. y se compone de su imi|er y cuatro lii¡os.lis posible que su salud no muy buena desde hace a l -guu tiempo y los altos d"beres de su cargo le infundan

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lüimas círcunspeccioR: pero si el presidente do la repu-blica es el mismo hombre que el alto empicado, largacosecha de persecuciones en el inlerior y de guerras enel esterior esperan á los Eslados-l nidos.

ISLAS CANAMAS.1.

Separemos nues t ro pensamiento de la península il:é-rica, y veloz como él solo, lijémoslo en i I \frica O c c i -denta l , á-iOO leguasde aquella y 20 dees ta . ;Ah! no encon-t ramos ya al A r c h i -piélago aj'n) lunado,campos clíseos delos griegos y roma-nos en los tiemposheroicos ; ni veniosal Teide con sus lla-mas sirviendo deantorcha a los nave-gantes ; m vemosaquellas selvas vír-genes , poéticas co-mo las que habita-ban las millas mi-tológicas; ni vemosa la raza guauchohabitar sus cuevas-pal, icios, adorando ala naturaleza, rin-diéndola cullo ino-cente, ignorando elhorror ile la muertedada por el hombreal hombre , aun enHombre de la ¡e\:castigando sevcia-inenle al adulterio,mimbrando sus jue-ces i niiv los ancia-nos, con reyes COUÍOBencomo que sabenperdonar con noble-za que admira . conciudadanos que, consus hondas, safenvalientemente de-fender la liherlad desu patria contra lashuesles do hierro deEnrique III y I •'or-nando el Católico.

Venios al archi-piélago canario, ba-ndado si por hom-bres ci\ ilizados, po-lo pais sin bi.sqiies.sin puertos, sin ca-nales, sin lan» , sinvapores , sin telé-grafos, sin ferro-carriles , sin carre-l e r a s . s in c o m e r -c i o , s in u n \ o r s i i l a -i l es , s in c o l e g i o s ,sin a soñaciones, sinagricultura, sin in-iluslria, sin nada enhn d ' osa brillanteaureola que se lla-ma civilización.

¡ ldi , por des-gracia nos equivo-camos! Algo encon-traremos que carac-teriza á las moder-nas sociedades , sip:-nol ramos en al-gunos barrios desúsciudades ; algo queospanla , que ater-roriza, que hace levantar los ojos ni ,-¡,.!, , ,.„„ airadado anguslia. Eso (pie venios es ia miseria en su últimogrado, la miseria hedionda, la miseria que vuelveidiota á los sores que la padecen: pobre gente veslidacon andrajos negros en señal de lulo , gofio mojado enagua por lodo alimento, lágrimas que corren por i tic—¡idas tincas por el dolor y la escasez , aves que recuer-dan á seros queridos, lal es el cuadro cuvo último co-lorido imprimió la mano de ese azole de Dios que lavisiló há poco, la liebre amarilla.

iNn parece sino que el Teide al apagar sus llamasacabó de reducir á la nada la fortuna de sus hijas lassiete nereidas. No parece sino que cumpliéndose un iley di I deslino, las siete hermanas á quien el Elernodio \¡da separándolas del con I i non le africano (1), están

EL MUSEO UNIVERSAL.condenadas á desaparecer ahora de la superlicie do lasaguas que baña sus balsál icas y perfumadas cosías.

11.

Muy pocos son los que en nues t r a península lienenuna ¡dea exacla de aquella pro\ ineia ; la genera l idad , óno sabe nada de ella, o sabe lanío como de la J ama ica .y sin e m b a r g o , es una provincia a d y a c e n t e , una p r o -vincia de las cuaron la y nueve españolas . En Españalos esludios general ices son escasos. España . hov porhoy , es mas agrícola que comercial y marí t ima ' , y la

invertido. Asi se procedió hasta con Santo DomingcTTes justo proceder con las Canarias que vale al "o maen país y en historia. Si cualquiera nación american"emprendiera guerra ofensiva contra España, que delporvenir nadie puede responder, serian atacadas i)ar

formar de ollas un gran puoslo avanzado. Para IEraneia. colonizadora en Sonegambia, es lambieu pr

ciosa lla\e. Si la España misma recoge algún díalaherencia del \iejo imperio marroquí, necesita de esasislas cuino niagnílico cenlinela de vanguardia. Pimi0

do acumulación pinlia hacerse y aleonas vidas so ahor-rarían de los soldados que marchan á Ultramar.á tramar.

Pedimos del gi l o-

n i S u p o n e n I I I R M I H I S ¡ I I I I I

|iiMlcnccl;ili (i f,irni:i|i;,llS i | mi i ' ! i ' i

nuilei'l i ii

REl 'Al íTO I¡E LUÍOSLAS Á LAS VÍCTI.MVS l i l i LAS INL'M AC10K1ÍS I)E AI.CIIIA, fc.N

agricultui 'a no es ocupación p i ra inspi rar ese deseo deemociones y empresas d is l in las . con el cual se idon l i -liea el conociinienlo de las diversas regiones. Asi l e -ñemos que deplorar como pr imer mal , esa glacial i n -diferencia con que aquí se abandona á las ( lañarías, sinque empresa a lguna lije sus operaciones allí.

l 'n mal y grande es laminen el olvido rompiólo conque el gobierno de S. _\l. d is t ingue á aquel a r c h i -piélago , olvido «pie en momentos dados , puedo recibiruna compensación dolnrosa. I.a lidehdad de sus hijosno tiene límiles, y si INelson e.xisliera . él ensoñaría subrazo parlido para alesl igi iar lo , pero la razón aeouso|ai|ue no se deje á los oslranjeros dueños de la fortuna<\i^ tantos isleños; el país o ; pobre y necesita cuando nouna mano prol c l o r a , una mano j u s t i c i e r a ; necesitaver desarrollar en su seno el espíritu de asociaciónpar; devolver ron creces lo que en su lómenlo v Iriya

bienio lo que e | To_l'ierno regala á otrasprovincias. M.radenel párrafo primerode lo que allí su ca-rece y sabréis lo que

allí se pide con |a

justicia y desalientode un desheredado.

Otra causa prin-cipal de la postra-ción de aquel her-moso pais es la ca-rencia absoluta deespíritu de asocia-ción que^allí se ad-vierte. Si Lien esverdad que es pedirperas al olmo, pedirgrandes obras á losque so ven abando-nados de sus her-manos los españolesy d I gobierno quedebe ser padre detodos; es sin em-bargo triste que loshonrados isleños nosacudan algún tantosu inercia \ que,conla timidez del pobretraten de reunir susesfuerzos: ya sabe-mos ile lo que es ca-paz la asociación yla fe. Ellos por simisinos pueden do-lar de agua á mu-chas , muchísimascomarcas, puedendesarrollar el culti-vo del tabaco, pue-den introducir el dela caña de azúcar,pueden fundar so-ciedades de créditoy pueden hacerotrasvarias cosas que se-ria gollería pedir es-elusivainenle á es-traños: de esta ma-nera no serian tan-Ios los infelices is-leños que son casicomprados para re-gar en América consu sudor las tierrasde gentes inhuma-nas, m seria tanta laescasez del pueblobajo, que tuvieseque alimentarse co-mo hoy se alimenta,dando" asi lugar aldesarrollo de epide-mias terribles.

^ " S " ™ = III.L l SL'O HL JÁTIYA.

No podemos es-tendernos en deta-lles de aquel p-i's:

no- lo impido los liiiiil \s ile una publica jion que hartohace con prestarnos generosamente sus columnas, enobsequio sin duda á la generosidad de nuestra idea.Además, fuera de Mr. Arago. que escribo del pais condespecho, TÍO sabemos por qué causa, insignes escrito-res se han ocupado do él con ostensión y voracidad-

Con china lan delicioso y tan poético terreno, sl1

lera/, tierra puedo producirlo lodo, lo misino las plan-tas de las zonas tórridas que las do las zonas templadas,y quizás en algunos silios encumbrados Jas de Ins gla-ciales: su placentero cielo puedo cobijar toda clase deanimales, desdo el (-amello hasta el castor: sus radasson capaces de abrigar las Ilotas ile lodas las naciones-su pueblo trabajador, ileclndo do virtudes cívicas, <5Lie

orceria rebajarse si concurriera á las tabernas, 1 u e

trabaja desde que el sol sale hasta que se oculta, sinrenovar sus fuerzas con otro liquido que con la crista-

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EL MUSEO UNIVERSAL. 105

ucir todas lasr m T ' u a , puede producir todas las

• ihis°rias' aj udíulu ademas por ¡a

ÜSdTtodoJci p«'s «•* r ( ] b r c - .,5 El comercio tiene alguna vidaen el litoral, pon. nooxist.- en elinterior. Sus productos naturalesse esportan enestranjero, ;'1>'vado de AmaineL-osVimichoscoinesliblosseuii-nortau también del estranjero. Suíico vino, por ejemplo, es lan co-nocido en Londres como ignoradoen los mercados peninsulares.

La carencia de comunicacionesv los nulos elementos de instruc-ción, ha empobrecido por tantotiempo alas (launas, hd camello y

interior. ~ . .Kirtan en su mayoría para el

1 el aceite. lle-todos los gé-

tiempo .el burro sustituyen allí a los car-ros los coches y los trenes queestrechan las distancias, que aba-ratan ¡candemente el pasaje y losnortes, que quitan las incomodi-dades que une á los pueblos con launión del trato. Ll buque de velasucio, mezquino y tardío, sustitu-ye en l:i navegación interinsularal vapor, que cruza el mar á des-íiechodel viento, que convida ¡i latravesía con sus elegantes cáma-ras. Y el telégrafo, ese gran agentede la fraternidad, ese. encantadoviajero que os lleva tristes n u e -vas ó alegres noticias en dos mi-nutos ilc comarcas muy remolas,ese atleta es allí desconocido é ig-norado por completo.

Allí, en aquella desgraciada pro-vincia, lamas grande instrucciónque se puede adquirir, es la queilan los profesores de primera en-señanza y el que alcanza un em-pleo de meritorio en una oficina,ja tiene alcanzado su porvenir:allí las mas hermosas ciudades sonlas mas irreconciliables enemigas,enemigas por dos ó tres olicinas decapitalidad.

Hasta su poco comercio pareceque languidece, porque la-cochi-nilla que era la principal riqueza,hadisminuido notablemente, de va-lor, la cebolla no encuentra mediossuficientes de osporlacion, y conla apertura del istmo de Suez . esseguro que ha de disminuir el número de buq;irenueven sus comestibles en aquellas playas.

;Oh! ¿no es verdal quek el hijo actual de aquellas

montañas puede envidiar lasuerte de aquellos otr >shombres que vivían allí ha-ce apnnas cuatro siglos?...

Solo en la capital entranal año unos cuatrocientosbuques, fuera los numerososdel cabotaje. ¡(Jué no seria,si merced' á las líneas fér-reas y telegráficas, á los ca-minos, á la asociación , seesportará del archipiélago,ssdas, azúcares, miel, ta-baco, aceite, licores, cochi-nilla, sabrosas frutas, ce -reales, patalas, cebollas yotros productos naturales yde la industria!

Y si existieran eslos ele-mentos de vida y fraterni-dad , sería absurdo el pen-sar en hacer dos provinciasde aquellas siete islas her-manas, como ya se ha ensa-yado; absurdo, porque se -na ridiculamente superfino;absurdo, porque nadie loPediría, porque cada pue-')o secontentaria con loselementos de riqueza quel"osha puesto en su mano.Porque el trato y el bienes-tar acabarían por apagar la'ea déla discordia oncondi-a a por la separación y lamiseria.— S. S.

M. JoNHSO.N, l ' H K S U U - M l . 1>L 1.OS

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examinando la historia de los puehlos, contemplando las costum-bres ile éstos, sus guslos respectoá lo que se llama hermosura ófealdad, se ve que mientras en unpais se cree que la hermosuraconsiste en el conjunto de tales ócuales atributos . en oíros pueblosesa misma hermosura, para lla-marse asi, ncccMla reunir oiráscondicionuá. enteramente con-trarias.

La ilusión, pues, que el hombrese forma acerca de. las personas ycosases la que hace llamar a estasleas 6 hondas.

Y si no veámoslo.¿Cual de mis bellas leedoras cree-

rá que. las mujeres de corta nariz,las que nosotros llamamos chalasson las mujeres mas herniosas enl'ersia? Pues eslo es una verdad:tan verdad, cuanto que las gentesde lono de aquellas provincias, laspersonas de posición lo primeroqoe hacen en cuanto sus hijos na-cen es aplastarles las narices. Yen esta misma Persia se considerauna nariz grande como signo defealdad y de gente ordinaria.

Y he aquí cómo cualquiera denuestras jóvenes que por teneruna nariz demasiado pequeña qui-zá se crea fea , ¡medí1 convertirseen hermosa con solo trasportarla ál'ersia.

Y lo misino sucede con los ojos.Nosotros gustamos de los ojos ne-gros y rasgados, mientras que en(duna los ojos redondos, saltonesy aliuevados son los que nías gus-tan, los que hacen furor.

t n la Llhiopía agradan las bo-cas grandes, y cuanto mas seaproximen á las orejas lauto masherniosas son, mientras que noso-tros contemplamos una boca pe-queña con unos labios sonrosados.como una boca bonita, perfecta yacabada.

Las mujeres gruesas entre nos-otros no son las que mas agradan;no son las Venus que, inspiran. LnTurquía una mujer grue.-a es unamujer hermosa: las gordas en esepais son las que hacen las revo-

|os corazones, y llegan sus deseosach'gordillas basta el punto de que

Y BOXITAS.lia y mujeres feas, ni

^slinMil.^.KI capricho l . \ : • > . ; : . ü l . v .

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comen mas que un Eliogábalo y apenas hacen ejerciciocorporal. En la ('.bina sucede lo contrario: una mujerchina que sea delgada, muy delgada, y con un cuerpoflexible como un ¡unco , y con un (alie que se abarquecon la mano, y con un pie leve , aéreo, diniiiiulamenlepequeño, es una mujer perfectamente bella.

Finiré nosotros las orejas ¡¿ramios nos parecen orejasde burro, y en Egipto y en la India las orejas crecidasy estiladas liarla el hombro son una cosa preciosa.Muchos indios se enamoran como locos de las mujeresque pueden abanicarse con las orejas.

En muchos pueblos de América las pinturas en losbrazos, en la cara, en lodo el cuerpo.es una gran ele-gancia: se piulan lisuras de diablos, de guerreros, deanimales: se pintan círculos, estrellas y mil variadaslíneas. Knlre nosotros tan solo algunas jóvenes se dancolórelo ó se blanquean con polvos de arroz para pare-cer mas hermosas ó conservar el cutis.

Por lo dicho se ve que la idea de lo bello y de lo her-moso no es enteramente igual en lodos los hombres.La estética varía notablemente según las distancias yel clima. Por esto ninguna mujer puede llamarse nilea ni bonita en absoluto, porque con solo hacer andar¡i una mujer que se llama hermosa unas cuantas leguasse la encuentra convertida en lea.

Nuestras damas seductoras, nuestras pollitas de ojostiernos y bellos, de nariz regular ó aguileña, de bocapequeña con labios sonrosados, de culis trasparentó,de negra ó castaña cabellera, de seductora sonrisa , demiradas de amor, no deben formarse ilusiones, ni va-nidades pnr su belleza, porque si se las lleva a l'ersia.allí no serán bellas por no ser chalas, y si se las lleva aChina allí tampoco serán bellas por no tener los ojossaltones.

Pero es una verdad práet :ea. que ninguno de loshombres de los pueblos citados cambiarían sus tip;ts demujeres por los nuestros, ni nosotros por los suyos.

Y también es otra verdad que por cima do esas va-riadas bellezas hay atractivos mas altos que enlazan lasvoluntades. El hombre si1 enamora de la mujer, no solopor su belleza física, sino por los ocultos tesoros queencierra en su corazón . por sus sentimientos, por suamor, por su viilud.

La mujer á su vez no solo debe querer al hombre por

EL MUSEO UNIVERSAL.

semblante escuálido y contraído de aquellos indigentes,dilatarse y recobrar su antigua tranquilidad.

¡Oh! la candad de tan compasivo sacerdote ha lleva-do la alegría al hogar de la miseria.

Los que lanío han padecido comien/an á sonreír.¡¡ liondila mil veces la mano I i la n trópica que s • ocu-

pa gustosa en prodigar el conduelo!!!!JOM. li. I I IHM:UI .

mi respiración era tardía y a]lentura, que antes abrami alma en el labe

. as perceptible. Laca-rasaba mi cuerpo y estraviahao sin salida del delirio, había

cedido casi por completo y era acaso el solo calor qUptemplaba mis miembros. Mis eslreniidadcs se onfribao \ al mismo tiempo adquirían una dura ri"¡dez ¡~mas horrible era que tenia conciencia de mi situaciónconocía perfectamente que la vida iba paulaluiammiip

E.IIÍCUCIOX ]>K UN l 'AIUUCin.VI.N M UlIin-XOS

Tánger, la corle europea del imperio marroquí, hoylia sido teatro de uno de los hechos mas desagradablesy bárbaros. Flaco cosa de un mes un inoro, pertene-ciente ¡í la cabila llamada los Shuani, que según pareceno estaba en su completo juicio, echó á un pozo á suanciana madre, con lirine propósito do ahogarla ; unoscuantos vecinos que vieron el bárbaro alentado, selanzaron encima del malvado y lo prendieron, resul-tando inútil toda ríase de asistencia que prodigaron ála infeliz. — Presentado el criminal ante la autoridaddel bajá (gobernador de Tánger), éste dispuso fue-se encarcelado, mientras elevaba el caso á S. .M. elsultán; asi lo hizo, dando por resultado una orden she-riliana, mandando fuese decapitado el asesino.—Lasocho y media de la mañana serian cuando una muche-dumbre inmensa que se dirigía hacia el Soco (merca-do), anunciaba que la hora de la ejecución llegaba. Asifue. á las nueve en punto un disparo se oyó, y ésteera el dirigido por un soldado marroquí en el pechodel sentenciado que cayó ile espaldas morlahnenle he-rido; á esto sucedió un murmullo espantoso, que, bienpronto los moros de rey sufocaron, y luego supimosfue producido por haberse presentado el hermano delase-ino exigiendo le permitiesen hacer las veces delverdugo , á lo que se opuso decididamente el ha|á,mandando fuese retirado del sitio y ordenando al eje-cutor de la justicia dar fin á osle acto separando bár-baramente la cabeza del cuerpo de. la víctima con unaespantosa gumía. El cadáver fue espuesto al público en

abandonando mi cuerpomuerte poco á poco po*epara y se iba a hacer pronto laen la plenitud ib' mi ronor imícmis miembros \a no tenían lueiva para re torcerse como

defendiéndose de la m u e r l e . haciendo actos de viik vpro tes tando cont ra el dejar de v iv i r : pero mis mano'"con el últ imo ardor d" la l iebre se cr ispaban horrible!nieiile > se a^ian convulsas á las a r r u f a d a s sábanacomo (¡ iieiaendo a Ierra rse ilabios do|ab:iu o*i'ap:ir piininteligible-.

— Han aplau lido.ron <i\) monien lo . . .

sus atractivos personales, sino por sus cualidades mo- el mismo sitio con la cabeza colocada sobre el pechol El t l t l j h dl h b lrales. El talento os la mejor hermosura del hombre, la

honradez su mejor riqueza, su trabajo y actividad elgran atributo que le hace dueño en l,i sociedad y reyen la creación. Y estas cualidades morales, osle senti-miento, esta virtud, este talento, osla honradez no va-rían según las distancias, no envejecen nunca, no semarchitan jamás, porque son flores de todos tiempos ylugares: son las llores del alma que tocan con su pieen la tierra y con su frente en el cielo.

JOSK SLF.IIO.

El señor fíamelo,i quien debe Ei, MLSKO la relacióny vistas que publicamos de las inundaciones de Aleira,nos ha remitido el artículo que con mucho gusto a con-tinuación insertamos y el dibujo de la predicación delobispo de Valencia en la Seo de Jáliva.

LNTNDACIO.XKS J)K YALKNCIA.

l . V I . I J I O S N v .

Desde que el terrible aluvión del día í de noviembre,redujo á la miseria á tantos infelices que en pocas horasse vieron priv. dos do cnanto constituía su humildebienestar, el ilustre prelado de esta diócesis con unaabnegación heroica, ha venido aliviando en cuanto leha sido posible la desgracia de los mas necesitados.

Empujado por su ardiente amor á la huí. anidad, fueel primero que penetró en Aleira todavía inundada ycuando era mayor el peligro, puesto que indistinta-mente ,-e desplomaban casas por todas partes, parallevar el socorro á sus habitantes, que (ríos, hambrien-tos y aterrados, demandaban sin cesar.

Pasados aquellos días de espanto y confusión procurócon infatigable afán consolar como'le fue posible á tan-tos alligídos. repartiendo considerables cantidades enmetálico á los mas menesterosos (!•; la Ribera paraque con su auxilio pudieran ganarse el pan de sus fa-milias.

Aquel caritativo socorro no se había estornudo aun álos pobres de los distritos de Enguera, Jáliva y Jalan-ce; y el 2.'t de marzo último fue el destinado por su es-eelonría ihislrísíina para verilearlo.

Personado, pues, en Jáliva como punto mas céntrico,acudieron de los pueblos limítrofes multitud de indi-gentes para saludar á su bienhechor, y esto produjouna variedad chocante en el gentío que se empeñaba encontemplarle de cerca; por entre aquel mar de católi-cos entusiastas, tuvo que abrirse paso para encaminar-se, á la Seo, donde (.(deliró la sania misa y vestido deponlilical, pronunció desde el pulpito un elocuente dis-curso basado en la caridad para coronar aquel actoesencialmente evangélico.

Acto continuo repartió el dinero que traía destinadoá enjugar lautos arroyos de lágrimas y pronto vimos el

durante tres horas, al cabo de las cuales el gobernador,viendo que la hermandad encarcada de enterrará losmuertos so negaba redondamente á cumplir con sumandato, creyó conveniente pagar á dos pobres paraque le diesen sepultura, lo cual efectuaron privándolehasta de los rezos que sus ritos marcan para semejantescasos.

Es de nolar que esta ejecución ha sido efectuada conmas moderación de lo acostumbrado; pues nunca se hadado sepultura al cadáver, sin que, bocho pedazos, an-duviese por la ciudad colgada la cabeza en una puerta,en ui a tienda las manos, en una esquina un pie y asilodo su cuerpo.

Croo también justo advertir que la moderación conque lue llevada á cabo osla ejecución es debida al cuer-po diplomático aquí residente, pues en el último casoque tuvo lugar, éste protestó contra semejantes actosde barbaridad, consiguiendo poner un freno al de-me-dido fan.itismo de los musulmanes.

Tánper, 30 de abril.lioiKii.ro Vinu. .

HALADA.La .una ,

Es, según dicen

enfermaUro | ur ver sus anión

.Mira á la liona :Si yo me muero ,

Para mirar tu roslroI tejaré el cielo.

El premio , hallaráslie tus amores;

También vendré yoTodas las noch s.

. . .No, amante mió ;Si tú mueres, al cielo

Ale iré contigo ( 1 )AN

moa,

verte

OMO AltANCO,

LILÍ.

m:i. i.limo INMUTO

SI'EÑOS Y REALIDADES.

I.

U . C O M O U N A M I V l i l . A l'DI•T1K KMI'KZUt PonAC.UMN.

La los ya no me atormentaba,nos se bailaban complclamoiilc i

' 1 ) lisia II;II;JII;I os IIIKI iin(M;i ¡ní'ilibmnriií cu l;i | inm.iwni ile h vii'.i. (li'-fiutraiii 'cs epn\iii7¡is | •mi 11 HIÜIMI de l;i-

Tal Vez• 1111 -

[IONDI0 OTRAS

nos piíhoo-; así es que

'•I que lomaba en caml)'i|T"i : el aceite fallaba á la |¡¡m

lindad. Yyo a s ¡ s t¡¡a un propia agonía:

•¡"'''•a y á la vida. Y misiras enl recortadas y casi

oh dolí.icia...

- i . . . l laman ;d aillollá voy. . . M ' amas .

vida. ma - \ ida. . . pa ra a mar t e .El horr ible exter ior empezaba á levantar mi pedió-

nos ojos adquir ían la I c i r z li¡e/a de la afonía.l 'or un último esfiie:zo de la ca len tura me levantó

sobre el codo, oché una luir;mis labio*á un aireí

capar:

i v . i g i y s i ' i inle| i¡ . .f .U ( .¡ a

leja ot i d i f c i l m e n t e c s -

l í . . . a . l i o ; .Mi

sob ' eMe

la cauri,habla n¡ii;

a - | o p :ii pe-adámenle

I I .

ni: LO ñ u sL'ci.iuo nrsi'i I:*.

1\ISÓ algún tiempo sin i|iio pudiera darme cuenta ámí niisnio de lo que me sucedía . no porque dejara dehallarme en el pleno y cabal uso de mis facultadesmentales, sino porque lo que me pasaba me sorpren-día 11 •* liil manera, que enlorp'cia mi conocimiento yembolaba mi inteligencia: asi como cuando leñemosun susto muy grande oslamos un rato sin saber lo quenos sucede.

Pero sentía que mi alma debía bab"r adqnh ido masclaridad , mientras mi cuerpo permanecía inerte conla frialdad y la rigidez del cadáver.

Y ;quo otra cosa era vo sino un cadáver rígido vfrió? ' '

Cuando empecí'1 de nuevo á observar y analizar misituación . me hallaba colocado sobre un pequeño cala—filio improvisado en medio de la sala de mi casa, den-I ro de mi caja de tnii"i*lo y vestido de etiqueta como sifuera á un baile: las velas que me alumbraban se cor-rían tal vez ile miedo y la lapa de mi caja vacia en elsuelo esperando la ocasión de separarme del mundo (lelos vivientes: por último, sobre una silla estaba mi.rojo boiiele laureado i|e ductor, para ser colocado so-bre la caja al ser conducidos mis restos al cementerio.

A lo lejos abollaba lasliniosaiiieulo i¡n perro y (Mi SUStristes aliullidos reconocía yo la voz árnica de mi pobreLeal.

Por lili ¡legó la hora.La pesad:! lapi cavó sobre mí y oí el crujido de la

llave que daba la vuelta en la cerradura.Después senli que me levantaban y llevaban en hom-

bros. Tuve un ralo 'os pies mas lia o-: que la cabeza,sin duda porque bajábanlo- la escalera. Después reco-bré la posición horizonlal.

<lí á mi alrededor mucho ir y venir, ni icbo abrirs*1

v cerrarse puerta--. Calculé que seria que mis amigosbuscaban sus coches y se colocaban en ellos.

Al lin n:e sentí columpiado en ese suave movimiento-do las carretelas de doble suspensión y recordé lashermosas lardes de la Lucillo Castellana, en que el solbrilla en ol cielo, la atmósfera nos refresca y perfuma,i1! lirmamenlo no- sonrio y las mujeres nos miran conamor. Pero, preciso os decirlo en honor de la verdad,al recordar esas lardes no sentía ib'jarlas, acaso por-que la curiosidad me impelía hacia lo osliaño y lo di1 ' 'conocido.

Llegamos , me bajaron del cairo fúnebre. dijeron Mmisa, me rociaron di1 agua bendita, me cantaron al-gunos responsos, y en seguida nos dirigimos hacia enicho que se me había designado.

Entonces abrieron de nuevo la caja. El aire frió • -"•*víií aponerse en con tac I o con mi roslro mas frió aun q"p

él; vi con mis ojos apagados muchas fisonomías ami-gas que se inclinaban hacia mí para darme ol postreíadiós, algunos ojos oslaban húmedos: de pronto IniDOun movimiento inesperado entre la concurrencia; '•"'gimas personas tuvieron que apartarse á un lado Pn r

un choque imprevisto y un hermoso (ierro de lo"1-nova se abrió paso hasta llegar á mí ¡limitando casi convoz humana.

Era Leal que |i|s|ilieaba su mimbre

(le mi ¡is (le li;ih'ir.is.

ven ,'is! llliillloni' Inclín v¡

En aquel momen to sentí en mi roslro helado un so-lo cál ido- ora el bes i del pobre an ima l , que quería,

la muerteido mi roslro, volverle el calor q

Page 7: PROVINCIAS. Tros irosos-2S rs.; seis meses SO rs ...media.cervantesvirtual.com/s3/BVMC_OBRAS/02b/410/968/2b2/11d/fac/c70/... · 102 EL MUSEO UNIVERSAL. remordimiento era peor que

EL MUSEO UNIVERSAL. 167

: ora la drspodida tlol fiel porro.Me sentí conmovido.Ia tapa do la caja (¡ue volvía a c e r r a r s e sobro un,f 'o del nicho, los ladrillos y la cal con que me e m -

P | f r i ó O B ' " " " • • " . " — • y ' • ' . ".""daban, muerto s i , pero con pleno conocimiento:

- ("uVivoros (pie me rodeaban por lodos lados, elrñiilllo de pasos que se alejaban , los ahullídos ile

i'11 I cada voz mas lejanos, todo me impresionó y tuvo

miedo', innHio i do.

III.

LA IMUMlIt V I'.SC.AI'ATO:.! \ .

l-i pasé un mes , en una especie de sueño ó letargo• i'raíio é incomprensible. Ya no me daba cuenta de

In que á mi cuerpo sucedía . pero en camino . cada vez..:'iliiin tomaba nías y mas posesión de si misma. Me

Inllaba contenió en aquel reposo . en medio de aquella•ílnia solemne y magesluo-a, y de aquel elocuentesilencio. A veces sentía cierta eurio-idad por \ e r loque en el mundo sixodia, no para volver a é l , pues¡¡refería á su revuelto torbellino y á su ruido atronadorel tranquilo descanso de que disfrutaba: si no para verel rastro que un paso había dejado yo l recuerdo quese liahiii conservado de mí.

Y 'por (pié no he de poder liacerlo'.'ine decía yo a mímismo. Acaso /no he sentido durante mi vida la in -llueiicia de los que habían dejado de existir'.' • \ 'o hecreído escuchar ¡i veces en el fondo de mi alma que mehablábala voz de los muertos'.' ' Por q u é , pues , no heile poder yo . (Minio ellos, ponerme en relación con losvivos'.'

•No os lia sucedido alguna \ ez que habéis hecho unesfuerzo para levantaros del suelo en el aire sin sallarconsol1) el esfuerzo de vuestra voluntad'.' Pues un e s -fuerzo semejante fue el que hice para escaparme demi nidio, y el éxilo correspondió perfectamente á misdeseos, pues me deslicé al través de la caja, de la paredy de la lápida do mármol m-gro en que se veía miiiombre en letras doradas.

Una emoción nunca sentida me inundó al sentir de

IV.

LOS CELOS DK IN Sll'ERTO.

nuevo el aire del m u n d o : hubo un momento en qinvacilé y quise volverme atrás : pero la curiosidad ven -ció por lin y seguí adelante.

Erade noche. La pálida luna brillaba suavemente enel cielo despejado y sereno. Allá á lo lejos se oía comoel murmullo del m a r q u e besa la playa: era el rumorda la vida que se apagaba en la distancia, era id ruidode Madrid con su animación, con su vértigo.

—Cuando me trajeron aquí oslaba bien vestido, medije; ahora no puedo ver sí estoy presentable. Verdades que estoy á la sombra. Allí da la luna.

Y me dirigí hacia aquel sitio. Uuíse verme; pero nolo conseguí: miré al otro lado y vi que mi cuerpo nohacia sombra.

—Me habrán puesto el anillo de (¡¡jes que bacía in -visible al que lo tenia : vamos á Madrid.

Salí del cementerio pasando al través de los hierrosde su verja. Al poco trocho vi un bullo oscuro é i n -forme en el suelo. Me acerqué insliutivanienle á exa-minarlo. Era el cadáver de un pe:ro . En seguida lereconocí: era Leal. Sin duda le habían echado del c e -menterio y no pudiendo morir sobre la tumba de -üamo, liabia exhalado su último aliento l omas cercaposible de él. ¡.Noble animal!

Xo tardé en llegar á Madrid. Uí que uu reloj dabala una..—Por oso sin duda he podido hacer esta escapato-

ria» pensé: dicen que desde la media noche hasta elamanecer os id tiempo en que estamos despiertos losll'ie dormimos el último sueño.

Entonces cruzó por mi mente aquel misino nombrelue se liabia escapado de mis labios al morir .

, ~ L i í ¡tan bella! ¡tan buena! ;Uué hará? ¿Pensa -ra en iníV ¿derramará alguna lágrima á mi memoria1.'

Con una'inesplicahle intuición me dirigí por variascalles hasta llegar á una casa de apariencia noble yí,Tna" '^ I l l ( ' l ; l puerta, liabia parados varios carruajes.J1'1 portal se hallaba profusamente, i luminado, la esca-lera era un invernadero de lloros v se oia (pie arriba ítnnal\.. . •

er'ocaba unaorquesia^ " Q uiiii o rques ta .

Atravesé por entre mullilud de lacayos y criados,sm que nadie reparase en mí, ni tal vez me viese.wueó una gran anlesalay me detuve en id dinlel de laPu<Tta del salón: aquello"era un baile., ~~¿A qué buscar aquí á la que tanto amé , á la que

Poí" ' 1 ' i '- l i l ( | 1"1 l | l ' ( " i i l ( l 1 " ' lnt' ; |inaha ?""" liabia algo en mí que. me mandaba seguir ade -

lant..

Entré en el salón. Todo ora fracs y corbatas blancas, ¡vestidos claros y llores, música y helados. !, ?Je bailaban unos lanceros, pasé por ent re los que ¡"•"'aban sin tocarlos, sin ser visto. isu - c 1 ' " ' " ' 0 s enl íco ino una alucinación. Era (día con ,• u Pulula frente, con su aureola de rubios cabellos, jWn sus ojos asustadizos, que aun guardaban la h u m e - j

•"I de las lágrimas, ron las ojeras del insomnio, con* pulidez i|e| dolor, con su rostro de angelical e s -

F ^ i u i l , mas hermosa que nunca ; porque nunca la I«lilla visto |;ui melancólica \ lan triste como en lou- i

rarí-''''"' '"i'''"'' ''ni ''"'''• v '"' "" ""' (;ims;m:i '''''"'" '

C e r c a d e al l í h a b l a b a n d o s señoras mayores.— H a p a s a d o el n o v e n a r i o s in s a l i r , d e c í a la u n a .— S e ha q u i t a d o el l u l o p a r a v e n i r a q u ¡ , e s e l a u i a b a

la o t r a .— V sí ha M ' i i i d . i , ha s i d o c a s i á la f u e r z a : su p a d r e

se ha e m p e ñ a d o e n d i s t r a e r l a , p u e s l o m e se \ a y a amol ir.

—; Pobre chica !— ¡ Uué bonita está !—'Morlrsi'le el novio cuando ya se iba á t ratar ib' la

boda!"—Se asustaría precisamente de eso . dijo un pollo

que pasaba. Tenorio de diez y ocho año-, que se haciamas escéptic i quw Espr.mceda.

— ; U u e ! si el pobre se miraba en sus ojo; y la q u e -ría con delirio.

— liien merece los e-tremo.- que ella hace por él.—Aunque á decir verdad, él no lema nada de guapo.—Ni bahía inventado la pólvora.—Pero ¡era lan bueno!—Eso s i . esceleule muchacho.—Pues parece i pie su inseparable, trata desue 'd 'r íe.Estas palabras me helaron el alma. Efectivamente,

al lado de Lili oslaba mi amigo nía- quer ido , el com-pañero de mis penas y a 'egiías.

—llesde que ha venido se lia rosid > á su laida.—Y la da conversación que es un gusto.—A muertos v a idos...—Y pobre porfiado...No quise escuchar mas. No quise lampoei escuchar

lo qi i amig > decía á Li i. Me parecía ridículo ¡i ni imi-mo: tenia celos, celos do u l t r a t u m b a . Temía oírmi daño si escuchaba.

Pero los ojos de mi alma devoraban id grupo queformaban él y ella.

Y al mismo tiempo que sufría r m los celos, era yol'eliz. muv feliz, pues veía que mi recuerdo se hadabaaun vivo y palpitante en el alma de a que yo q u e n a ;puesto que aun so veían las lágrimas en sus ojos y eldolor en su lisoiiouiía. y sí sonreía, era su sonrisa lantriste, y á la sonrisa seguía tan de cerca un suspiro^..

Parecía como que mi amigo suplicaba con empeñopor conseguir una cosa, y como que decía ella:—Nohace mas que un mes.

Hacía uu mes que yo bab'a muer to .Poní al lili, como decía la señora mayor , pobre

porfiado saca mendrugo. Lili se levantó, como condisgusto, es verdad, pero se levantó. Ea orquesta t o -caba un wals. Mí amigo enlazó con su brazo aqueltalle virginal y delicado y se lanzaron en el torbellinodel bailo, arrastrados por las embriagadoras armoníasde Strauss .

Entóneos el delirio se apoderó de mí. Me interpuseentre el y (día. sin separar lo- ; d"s!icé mi brazo porcutre el brazo de é| y el talle de ella y empecé á bailarcon ellos.

Era un wals á t res : sí las parejas se hallan lan u n i -das, líüiiraos lo que seria una persona colocada entreellas: verdad es que yo no era una persona sino unasombra sin sombra, perdida en medio de aquellos to r -rentes de luz.

Yo estaba loco. Sentía palpitar aquel corazón quehabía latido por mí , que latía aun por mi recuerdo,respiraba su aliento embalsamado, sentía el suave c a -lor de su cuerpo celestial, la eslrochaba contra mí, meidentificaba con (día.

En mi delirio la di el primero y el último beso. Mislabios incorpóreos besaron su frente do mármol y sucabellera de luz , (pie la hacia asemejarse ¡i un ángelde Haphael. y se posaron en sus ojos y en sus páli-das mejillas y en sus descoloridos labios.

El bíio de lilis ideas se enmarañaba. Olvidé lo quiera y quiso mirarme en sus ojos como otras veces.

•Hor ro r ! Sus ojos retrataban en vez de mi rostrootro ros t ro , el liel que. bailaba con ella, el de miamigo.

Yo también bailaba con olla, es \ o rdad , pero yo noei i l rahaen cuenta. Vaya usted á decir á una mujer quelia bailado con un muer to y que éste la ha besado. Ladará un desmayo y soñará con ello, poro no lo creerá.

Sin embargo', yo bailaba con ella, yo me había a t r e -vido Í'I besarla.

Pero sus ojos rellejaban otra imagen que la mía.Y yo devoraba aquellos ojos, como si quisiera adivi-

nar en (dios su pensamiento y leer en su alma. ¡Looren el alma de una mujer! ¡(li'nno se conoce que era unescapado del sepulcro!

I) • r epen te , yo, el m u e r t o , senlí frío y horrorizado,me eché atrás .

Aquellos ojos hahian lanzado una mirada. No era, no,una mirada de amor, ni muidlo menos ; pero era unodo esos relámpago; que se escapan do los ojos de unamujer , y que sin que ellas se den cuenta de ello, ni losepan, dicen, para los que saben leer el dificilísimolenguaje de los ujos femeninos: .< 1111 le a m o , pero leamaré . "

Lili no lo sabia , no lo comprendía , no quería aun .

casi le era indiferente mi amigo , y sin embargo sumirada había dicho: «te querré .»

Me volví al olro lado y encontró á mi amigo devo-rando con los ojos á su pareja, ejerciendo su influen-cia en olla con ' su mirada , con estrecharla ent re susbrazos en el abandono del wa l s . con las armonías dela música , con lo irresistible del lorbellino del baile,con las luces , las llores y el calor.

Me eché h.cia a t r á s : me aparté de entre ellos.—He hecho bien en mor i rme: dije amargamente

para mi capole.Y' luego los (M'los me hicieron añadir :—Si no , (" quién sabe lo que hubiera sucedido .'Pero pronto vino la reacción . me arrepentí de aquel

mal movimiento y ¡i la cólera de los celos sustituyouna cariñosa abnegación.

Las señoras mayores repelían aun sus relriuios :—A muertos y á idos. . .— Pobre portiado...—No seamos egoístas aun después de nuier los , me

dije . baslanl1 lo somos en víila, ac dio el imperio del¡yo en el dintel de la tumba. Los dos me habéis llorado,eiilram'.io; os sois simpáticos, tal \ e z tú la querías yay callabas por mí y sacri!icaba< tu amor en holocaustoá mi amistad. Amaos, sí. amaos. \ o vuelvo á mí nicho.Amaos y sed muy felices.

Y al decir asi me incliné y di á Lili en la frente unbeso fraternal, y en seguida mis brazo- estrecharon ámi amigo cariñosamente.

j El wals terminaba. Me alejé i r i s l e . pero sin a iuar-I gura. Yol vi á mi so'i t ario comen! crio y me del uve ante

mi nicho.—Mas valiera que no hubiera abandonado este lugar

de reposo. Mas no; traigo sus lá^rinns y han sido uuroció que ha refrescado mi alma.

| Y al terminar estas palabras, me deslicé al través deI la lápida y me reintegré en la caja mor tuor ia , hac ien-

do propósito formal d" descansar allí para s iempre .

Pero en aquel momento me sentí vivamente agitadoy oí una voz que decia :

—Señorito . son las nueve , aquí pongo el c h o -colate.

MODAS.¡ ¡Bellas lectoras, alegraos! La primavera va cediendo

su dominio al voluptuoso verano, que invade poco á' poco vuestro tocador con los aromas de mil y mil flo-| res. Los proyectos de viaje, y con ellos las cien y cíen

emociones que os ofrecerán las playas dd mar y lossalones de las casas de baños, tienden á ser una reali-dad dentro de breves (lias. Aunque no abandonéis lacorle, aunque no salgáis del recinto de vuestras pobla-ciones, podréis lucir las galas inlinítas con que os brin-da la coquetona moda, en paseo lo mismo que en loscircos ecuestres y en las jiras de campo, lo mismo enid salón que en vucslos balcones , porque el calor todo

| lo reanima lodo lo embellece, lodo lo vuelve joven. Ell anciano misino se reanima en osla venturosa estación,i y el joven parece que aspira un ambiente, de halagüeñas

y doradas esperanzas. Las nubes del invierno (is entriste-cieron , las lluvias continuadas os encerraron en casahaciéndoos arrastrar monótona existencia; poro ahora,bellas lectoras vais asa I ir, y alhidlisiinoaz.nl del cielo en-viareis los destellos purísimos de vuestros bellos ojos , yjuntólas cristalinas cascadas de las alamedas y jardi-nes, sonreiréis á vuestros amantes con labios do car-mín vivísimo. El abanico, poderosa arma do conquis-tas amorosas, que en vuestras manos habla, exige ysubyuga, no so apartará un momento de vosotras, ysera émulo por sus rápidos movimientos , de las lijerasalas de lospajarillos que trinan do quier y que en to-das parles amenizan la vida del verano con sus melo-días incomparables. Pero al par que, como de costum-bre, no debéis olvidar la sencillez en los trajes, com-compañera inseparable del buen tono, no dejéis tam-poco de seguir los preceptos de la moda, diosa invul-nerable que no os permitiría la menor falla.

Los vestido de fulards estarán muy en boga tambiéneste verano. Entro ellos, el color gris-lila, casi seme-jando violeta dePanna, obtendrá la mayor aceptación.En París les tienen lindísimos en los almacenes de laMala de las Indias (pasaje Verdean, 20). El fulard coloi-de Habana, con lunares negros, es de calidad Inerte yduradero. De él ha hecho un vestido muy bonito ma-dame PielTort, en París, como representa nuestro gra-bado. El sobretodo es muy largo, especialmente pordetrás. Tiene grandes bolsillos , con aldotas figurandocasaca, indicada ñor grandes botones cuadrados doazabache. El sombrero de paja y forma ranama, estaadornado do ramitos de violeta y cintas del mismo co-lor. La sombrilla es do moiré blanco y encajo negro.

l.a otra figura lleva un vestido de fulard fuerte,"ris-lila con'cuerpo alto, liso y de cintura redonda. Lafalda déosle vestido debe cortarse escesivamonlo largav fruncirse de trecho en trecho lodo lo sobrante del¡argor preciso hasta la altura de media vara de subajo, formando asi un ancho bullonado que, debe sorsostenido sobre cada frunce por una lira estrecha de

Page 8: PROVINCIAS. Tros irosos-2S rs.; seis meses SO rs ...media.cervantesvirtual.com/s3/BVMC_OBRAS/02b/410/968/2b2/11d/fac/c70/... · 102 EL MUSEO UNIVERSAL. remordimiento era peor que

1G8 EL MUSEO UNIVERSAL.

'u lard verde. La manga se corla laminen eseesivaniente s ó b r e l a (Vente . y e| pelo de delnís colorado muy alio, j r i ~\TJTT"'T T \ I T " \ r T T V T \ f llarga, para r epe t i r eí bollonado junto al h o m b r o , for- La niña lleva filda de l'ulard rosa con pequeñas rayas [ \ j \ y ( j YJ L 1 A A L J l U 1N 1 ' V i

Majes intensanles y novísimos por lodos los países,eon graliailosde los primeros artistas.

I'"I p r i m e r lomo se halla en venia , y se están repar-

tiendo en t r egas del in te resan te viaje de SangliaiáMos-

con . ICI g rabado de este n ú m e r o que representa una

parada de postas en Sitiería . per tenece á este viaje.

mando asi h o m b r e r a . Completa este traje un pequeño ; negras , camisola di1 nansoiik escolada, e in luron anchocinl i i ron del mismo l'ulard verde , c e r r a d o al lado i/.- con pelo y l i ranles de i:lasé rosa. Los t i rantes forman(jiiii'i'do por un pequeño lazo sin caula . Iil cue rpo del ¡ sobre el hombro grandes dientes y el pelo liene puníavestido está ce r r ado por delante con bolones de s ' i la ' L o s zapatos son de chagrín y bajos con lacón a l i o , yverde . Pe inado de bandos bajos, con diadema de I retí /a adornados de una rusel ¡la e n c a r n a d a .

JUEGO DEL AJEDREZ.PROBLEMA NUM. 17.

COMPUÍSTO I'OK DON r.ARHUX 110 JIINfi I IiZ.

NEGROS.

BLANCOS.l . o s b l a n r n s d a n m a t e e n s i e t e j u g a d a s r o n e l I 1 d e V. I I s i n t o m a r n i n ^ n n

p e ó n i i c ü i - i i .

I 4 S O L U C I Ó N SK l ' l I ! I . I C A U \ K N O T I U I M . 1 I E I 1 O .

SOI . I 'CNIN n ía . 1'IÍOI!I.I:MA M ' M . I .'i.

líiancos. Necios.

1 . J T 7 11í j ii i: II." •' \ i1 \ IIi.'1 \ r, T l¡ Hale.

I. T t T .Mejor-i.1 n i n i \ i i ;

(•Mr>.j i' i n

I.1 I' i C I! .Malo.

•".••' A I I I• i . 1 ' A ¡ C M j l c .

I I i i» i¡

A,I hhiMiin.

-2.' II 7 I!..">. < jiahiniera.

Sol . I CKINKS l : \ A r . T A S .

Cafe nuevo del S i j j o . d o n V. M. C a r v a j a l , don A. IV-Mini, don (i D o m í n g u e z , don \ ' . l .oj iez, don F . t í u r i i -l i a rn i l . non K. de C a s t r o , don A. <;. de la Mala , don.1 C u n a , don 11. C - i n e d o , de M a d r i d .

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lilancos. NosiiiK

li r. II lí I Iii i r II e r, oA <: ii ,. :, nA 7 IIi' -i <: i¡» t \ i¡- i \ II» i c: n•• ¡ i o

l . n ^ M a n í e s d a n n i . l i e > n l i e s j i l e a d s .

( ¡EHOGT.IKICO.

S'OUCION DKL A N T K R I O R .

VA emperado r Napoleón III es un gibante en la poli 'tica de Kuropa asi como un enano li teralo en la caca-lica ile K u r o p i

reada historia de Julio César.

La solución de éste en el próximo número .

DIIIIÍC.TOII Y KIMTOIt HKSI'ONSAM-H, D. JOSÉ liArI M I ' I U N I A I I K C A S P A Í I V Ü O I i ; , K I M T O l i K S : M . I D F I I D , P R Í N C I I'F- ,