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Capitulo II. La Industria del hueso trabajado: materia prima y metodología _____________________________________________________________________________________
Pérez Roldán, G.
2005 El Estudio de la industria del hueso trabajado: Xalla,
un caso Teotihuacano. Tesis de Lincenciatura, ENAH-INAH,
México, pp. 19-74.
CAPITULO II. LA INDUSTRIA DEL HUESO TRABAJADO:
MATERIA PRIMA Y METODOLOGÍA
2.1. Materia prima
Esta industria está definida por su materia prima, el hueso. La elección de ésta
obedece a que sus propiedades y características aptas para la confección de los
artefactos. En algunas ocasiones la morfología natural ha sido aprovechada con
escasas modificaciones como dientes, astas o algunas esquirlas obtenidas por
percusión, como es el caso de artefactos astillados.
Los organismos que proporcionan esta materia prima son los que pertenecen al
fílum Chordata por lo que se les llama cordados. Los cordados tienen un
notocordio, un cordón nervioso dorsal y unas aberturas branquiales en algún
momento de su ciclo de vida. EL notocordio es una varilla delgada y flexible que le
da sostén al cuerpo. En los cordados, el notocordio ocurre con más frecuencia en
las etapas tempranas del desarrollo y después es sustituida por una columna de
hueso o cartílago. Los cordados superiores constituyen el subfílum Vertebrata. En
este subfílum se encuentran los animales con espina dorsal: los vertebrados
(peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos) (Alexander, et al., 1987: 419).
Entonces, qué es el hueso y cuál es su composición.
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El hueso es un tipo de tejido conectivo sólido en el que las células están rodeadas
por una matriz de fibras de proteínas y minerales. Lo forman los osteoblastos
(células que producen el hueso) y estas células se integran en el cartílago y
depositan compuestos de calcio. Lentamente le cartílago flexible se convierte en
hueso, que es fuerte y menos flexible. El proceso mediante le cual el cartílago se
cambia a hueso se llama osificación (idem: 483).
El tejido óseo se divide en compacto y esponjoso. La unidad estructural para el
hueso compacto es el osteona, en tanto que para el hueso esponjoso es la
trabécula ósea. La osteona consta de laminillas concéntricas agrupadas alrededor
de un canal axial, que contiene vasos sanguíneos y tejido conectivo laxo (flojo),
formando lo que se llama sistema de Havers. En el hueso esponjoso varias
laminillas juntas constituyen trabéculas óseas, cuyas caras se hallan rodeadas por
espacios medulares comunicados entre sí (Brito, 1998: 24).
En el tejido óseo existe abundante cantidad de agua, que varía según la edad del
individuo. El tejido recién formado tiene alrededor de un 60 por ciento de agua,
mientras que en el hueso senil, tal cantidad desciende hasta el 10 por ciento. El
contenido acuoso medio del hueso adulto es de 25 a 30 por ciento.
Respecto del peso seco del hueso compacto, la sustancia orgánica o matriz
representa un 35 por ciento y la fracción inorgánica, el 65 por ciento restante; sin
embargo el hueso recién formado tiene una proporción mayor de la primera (idem:
25).
No hay diferencia en la estructura o en las cualidades biológicas de las laminillas
óseas y entre el hueso compacto y esponjoso; solamente la hay en la disposición
espacial del material de construcción. En el primer caso, el tejido óseo forma
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estructuras masivas de gran resistencia a la carga; en el segundo caso son ligeras
armazones trabeculares (idem: 23).
La fracción mineral del hueso posee principalmente iones de calcio, fosfato,
oxidrilo, carbonatos y citrato, con pequeñas cantidades de otros, en especial de
sodio, magnesio, potasio, cloro y flúor. Es justamente esta composición la que
convierte al hueso en un excelente material de soporte y de materia prima para la
elaboración de artefactos.
El hueso contiene una estructura cristalina perteneciente al grupo de las apatitas.
La estructura de los cristales óseos se asemeja a aquella de las fluorapatitas,
mineral encontrado en las rocas, aunque con la diferencia de que en el hueso, la
porción de los átomos de fluoruro en la fluoroapatitas se halla ocupada por grupos
oxidrilo. Por esta razón el cristal óseo se denomina hidroxiapatita Ca10 (PO4)6 (OH)2.
(idem: 25).
Los cristales individuales de hidroxiapatita están encerrados en pequeñas redes de
colágeno, por lo que la orientación de las fibras colágenas determina la de los
cristales. El eje mayor de éstos es aproximadamente paralelo al de las fibras, pero
con una ligera angulación.
La parte orgánica está constituida en 90 a 95 por ciento por la proteína fibrosa
llamada colágeno, mientras que del 5 al 10 por ciento restante corresponde a un
medio homogéneo llamado sustancia amorfa fundamental. Las fibras de colágeno
dan al hueso elasticidad y fuerza al capacitarlo para soportar altas tensiones. El
colágeno óseo se encuentra en estado cristalino. La sustancia fundamental amorfa,
o medio homogéneo del hueso, está constituido por líquido extracelular con
grandes cantidades de mucopolisacáridos (especialmente condroitinsulfatos),
mucroproteínas, sialoproteínas y grasas (idem: 26).
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Los huesos están cubiertos por una membrana fibrosa llamada periostio, que es de
color blanco amarillento, vascular y de espesor variable, compuesto por una capa
externa conjuntiva y otra interna formada de fibras elásticas y ostoblastos. El
periostio rodea completamente al hueso, excepto en los puntos de incrustación de
los cartílagos y de inserción de los tendones. Su función consiste en la distribución
de los vasos en el tejido óseo, y en la formación y la reparación del mismo. El
endostio, también llamado periostio interno, es el tejido que cubre a la cavidad
medular del hueso.
Los huesos son elementos anatómicos duros que sirven para sostén y protección
del cuerpo, y en conjunto forman el esqueleto. El sistema del esqueleto forma un
armazón vivo que sostiene a otros órganos y mantiene la forma del cuerpo;
además provee un lugar en el cual se fijan los músculos, lo que permite que se
produzca el movimiento. Los órganos vitales como el cerebro, el corazón y los
pulmones están protegidos por el esqueleto. Los minerales como el calcio, fósforo
se almacenan en los huesos. Las células sanguíneas se almacenan en la médula de
los huesos (Alexander, 1987: 482). Por lo general los huesos en el esqueleto están
agrupados en dos divisiones: el esqueleto axial que se compone de los huesos de
la cabeza, de la columna vertebral y del
tórax, los cuales forman el eje o armazón
del tronco y la cabeza; y el esqueleto
apendicular que se compone de los huesos
de los brazos, de los hombros, de las
piernas y de la pelvis (ver figura 1).
Considerando que en la época prehispánica
fueron empleados como materia prima los dientes y las astas, anotamos que:
Figura 1. Partes anatómicas óseas (tomado de Pascual, 1998)
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La mayor parte de los dientes de los mamíferos, se componen de dos partes: la
corona, cuya capa exterior la forma el esmalte y la raíz, con la parte externa
cubierta de cemento (ver figura 2). En su interior se encuentra la dentina que es
recorrida longitudinalmente por la cavidad pulpar (Pascual, 1998: 23).
En el caso de las astas, para su obtención no es necesario el sacrificio del animal,
toda vez que los ejemplares machos adultos mudan la cornamenta anualmente
cada primavera, por lo que es posible su
recolección en las zonas de descuerne. Las astas
de algunos cérvidos1 presentan gran
variabilidad, tanto en su tamaño como en la
longitud y número de candiles. Un asta
desarrollada puede llegar a tener hasta diez
candiles o puntas; presenta sobre la roseta
perlada de la base, dos candiles basales,
denominados gaceta o luchadera el inferior y candil del hierro el superior. El tallo
asciende hasta atrás y hacia arriba, saliendo hacia la mitad de su recorrido el
candil medio. Éste y la gaceta suelen ser los candiles más largos del asta. El tallo
acaba en una ramificación de varias puntas
(entre tres y siete). En su estructura interna
cabe diferenciar la zona del medallón basal y los
extremos de los candiles que presentan una
calcificación completa, del resto de la asta
formada por tubo cortical compacto que encierra
la parte medular esponjosa (idem: 23) (ver
figura 3).
Figura 2. Principales elementos de los huesos largos y piezas dentarias (tomado de Pascual, 1998)
1 En el territorio de México se presentan tres especies de cérvidos: el Odocoileus virginianus, O. hemionus y el Mazama americana (Álvarez y González, 1987).
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La materia prima precede del esqueleto de los vertebrados empleando
ampliamente, huesos largos para la fabricación de los artefactos. Dichos elementos
óseos tienen dos partes bien definidas, que son las epífisis proximal y distal, que
corresponden a los extremos articulares del hueso y la diáfisis que es la parte
central del hueso, más larga y de menor anchura y espesor, que las epífisis, con
una morfología más o menos tubular y en el interior vacía (cavidad medular). En
algunos metapodiales recorre la superficie exterior de la diáfisis un surco
longitudinal, mientras que la cavidad medular se encuentra dividida
longitudinalmente en dos, por un fino tabique
óseo.
Figura 3. El asta y sus elementos (tomado de Pascual, 1998)
A continuación de mencionan las partes anatómicas que de ellas comúnmente se
obtienen artefactos de hueso:
1. Cráneo y omóplatos. La plenitud de estos huesos facilita la elaboración
de discos o pulidores mediante el recorte; ejemplo de éstos son los
pulidores hallados en Teotihuacan (Romero y Cid, 1997).
2. Mandíbula. Las ramas ascendentes y las transversales resultan
apropiadas para mostrar motivos decorativos; un ejemplo son las
mandíbulas de cánidos encontradas en el templo de Quetzalcóatl de
Teotihuacan (Valadez, et al., 2002).
3. Diáfisis en general. La fractura natural o intencionada de estas piezas
origina extremos apuntados que pueden ser aprovechados sin necesidad
de mayor modificación; éstos son llamados artefactos astillados.
4. Metápodos, tibias, fémur y radios. Se aprovecha la robustez de estos
huesos para usarlos como cinceles y retocadores, entre otros.
5. Huesos largos de ave. La forma anular natural del hueso permite
elaboración de tubos y flautas. Como el caso de los hallados en la cuevas
de Teotihuacan (Padró, 2000).
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6. Dientes. Los caninos, los premolares y los molares son los dientes más
empleados para la confección de colgantes, respetando su morfología
natural. Generalmente se realiza una perforación bilateral en la raíz
hasta llegar a la cavidad pulpar desde cada cara (Pascual, 1998: 23).
7. Astas. En las cuevas de Teotihuacan la doctora Padró (2000 y 2002)
analizó astas de donde se obtuvieron pulidores, retocadores, espátulas y
percutores blandos.
En cuanto al material óseo obtenido del Homo sapiens, encontramos que se
plantea la problemática de su identificación morfológica en los artefactos, ya que
están modificados o las estructuras de los tejidos se encuentran alteradas por la
acción térmica y en muchos casos se trata de piezas pequeñas y presentan
diversas modificaciones en la manufactura. Esto conlleva que el analista las
engrape como hueso de animal, incluso llegando a confundirse con huesos de
venado, oso o pecarí.
Como nota tenemos que es posible identificar el empleo del material óseo humano
correctamente como materia prima; en este caso la relación más frecuente ha sido
suponerle un uso ritual. Esta tendencia se ha mantenido, y aún existen
investigadores que la mantienen de manera contundente, dando por sentado que
el hueso se trabajó para emplearlo con fines ceremoniales o simbólicos, sin tomar
en consideración el contexto arqueológico y su asociación con los otros materiales
(lítica, cerámica, pizarra, etc.). Pero no se puede considerar cualquier objeto de
uso utilitario como un elemento ceremonial (ver los aspectos de uso utilitario y
votivo).
Hay evidencias de que se aprovechó casi todo el esqueleto humano, aunque hay
partes que se usaron más: tal es el caso de los huesos largos y de ellos
preferentemente el fémur, la tibia y el húmero. Eso puede explicarse porque son
los huesos con la cortical más gruesa y con ellos se pueden fabricar herramientas
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más grandes y fuertes. Pero al contrario, los menos utilizados son las vértebras, los
huesos cortos de manos y pies, y las costillas (Botella, et al., 2000: 160).
Se encuentran instrumentos en hueso humano en todo el mundo, pero
seguramente Mesoamérica es la zona donde el número es mucho mayor. Se debe
a que hasta la llegada del ganado doméstico europeo, no había organismos de
mayor tamaño que los hombres. Por su espesor, algunos huesos humanos
sirvieron muy bien para confeccionar herramientas. Los venados son más
pequeños y menos numerosos; fueron principal fuente de provisión de hueso;
según Botella y varios autores (2000: 162), sugieren que los huesos humanos les
siguen en importancia.
2.2. Metodología de estudio
La metodología de análisis de la industria del hueso trabajado cubre los siguientes
pasos:
2.2.1. Separación del material en: huesos, astas y dientes e identificación y
procedencia taxonómica apoyados en la asesoría de antropólogos físicos y
arqueozoólogos.
2.2.2. Determinación del grado de conservación (completos, incompletos y
fragmentos).
2.2.3. Definición del tipo de huellas que se presentan en los huesos trabajados
(Tafonomía y antropogénicas).
2.2.4. Determinación de la orientación y su ilustración.
2.2.5. Descripción del hueso trabajado a nivel morfológico.
2.2.6. Descripción del hueso trabajado a nivel morfométrico.
2.2.7. Descripción del uso del elemento (utilitario, ornamental y votivo) e
identificación de las huellas de uso.
2.2.8. Relación del artefacto de hueso con el contexto arqueológico.
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2.2.9. Integración de las características de los elementos con la información de
fuentes etnográficas y etnohistóricas.
2.2.1. Separación del material en: huesos, astas y dientes e identificación
y procedencia taxonómica apoyados en la asesoría de antropólogos
físicos y arqueozoólogos.
El primer paso para iniciar el análisis es corroborar que todo el material presenta
evidencia de trabajo, hecho lo cual se lleva a cabo la separación del material por
huesos, astas y diente. Posteriormente, se establece que si es hueso no humano y
humano, considerando la forma anatómica y por las características del tejido óseo;
en primera instancia anotando que para el material óseo no humano se debe
contar con el apoyo del arqueozoólogo y bibliografía especializada, así como de
material de comparación. Establecida la identificación taxonómica se describe y
lateraliza la parte anatómica a la que pertenece la pieza.
En cuanto al hueso humano, la identificación la realiza el antropólogo físico
especialista en osteología, el cual elabora una minuciosa comparación de las piezas
arqueológicas con el esqueleto humano cuando la pieza está muy modificada, y se
requiere una revisión de la forma del tejido óseo y certificar la procedencia
humana.
2.2.2. Determinación del grado de conservación del hueso trabajado
Se considera completo cuando hay 100 a 85%, incompleto 86 a 50%, y menos del
50% como fragmento o esquirla.
2.2.3. Definición del tipo de huellas que se presentan en el hueso
trabajado
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Las huellas o marcas en el hueso son producidos por dos tipos de agentes: los
tafonómicos que pueden ser biológicos - plantas y animales - y los físico-químicos
y los antropogénicos, entendidos éstos como modificaciones culturales, y
relacionadas a procesos de consumo o carnicería y de manufactura.
a. Agentes tafonómicos
Entendemos por tafonomía al estudio de las condiciones que tienen influencia en la
formación del registro fósil desde la muerte del individuo hasta su exposición. La
tafonomía opera sobre el principio de que los procesos que afectan a los huesos en
el presente, son los mismos que en el pasado, y que por tanto modifican a la
materia de igual manera, lo que permite su identificación en el presente (Johnson,
1985: 158).
El estudio de los agentes tafonómicos ha sido reconocido como crucial para la
apropiada interpretación de los contextos arqueológicos. Durante las pasadas
décadas, gran cantidad de sitios han sido dedicados a evaluar varios de ellos,
desde diversos ángulos; por ejemplo: 1) examen de los restos arqueológicos para
detectar huellas de los procesos; 2) la observación de los procesos en el presente
y, 3) la réplica de procesos mediante experimentación. Para su estudio la
tafonomía se divide en dos aspectos: biológicos y físico-químicos:
Biológicos
Son aquellos que pueden modificar o dejar huella en el hueso como: plantas-
hongos, insectos, roedores, carnívoros y herbívoros.
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El mayor daño que producen las plantas y los hongos sobre los huesos es de tipo
bio-químico. Ambos secretan un gran número de ácidos orgánicos que tiene el
efecto de disolver el fosfato de calcio en los tejidos óseos, lo que crea canales de
disolución y perforaciones. Esta condición se manifiesta en una impronta de
contacto que tiene la forma de las raíces. Su aspecto es de surcos con sección
transversal en forma de U y que se manifiesta de manera irregular y entrecortada
sobre la superficie del hueso (Johnson, 1985; Fisher, 1995).
Los insectos pueden taladrar la superficie del hueso creando surcos y picoteos.
“Algunas especies de escarabajos perforan el hueso durante la etapa de larva,
para crear cámaras en donde se van a desarrollar. Puesto que la preparación de
estas cámaras requiere de condiciones específicas de temperatura, cierto grado de
desecación de los tejidos suaves e intensidad de luz solar, su presencia puede ser
utilizada para inferir la temporada en que ocurrió la muerte del animal. Al igual que
los escarabajos, las hormigas transportan y acumulan huesos de pequeñas
especies como lagartijas, pájaros y roedores, lo que en un contexto arqueológico
puede resultar en la alteración de las asociaciones” (Padró, 2002: 38).
El roído es producido por los dientes incisivos del los roedores y los lagomorfos,
dejando marcas resultado ya sea de rotar el hueso contra el diente, o arrastrar los
dientes sobre la superficie del hueso; estas marcas en particular suelen
confundirse con huellas de corte. Sin embargo se puede identificar el roído por su
forma de U , ya que aparecen paralelas y cercanas unas a otras, mientras que las
marcas de corte son en forma de V.
Las mordeduras (masticado) son huellas producidas por los carnívoros, que se
ubican desde las partes blandas a las duras del hueso y se observan como
múltiples hundimientos en forma de U, la diferencia con el roído, es que son
paralelos y por lo general se ubican en los bordes de los huesos modificados.
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Los herbívoros de talla media y grande por su peso y posesión de pesuñas pueden
producir alteraciones en el material óseo depositado en los estratos superficiales,
fenómeno conocido como pisoteo. Los estudios experimentales han permitido
reconocer al pisoteo como un importante agente de modificación en los contextos
arqueológicos, pues ha ayudado a dilucidar muchas de las controversias
relacionadas con la fractura espiral. Durante el pisoteo ya sea producido por el ser
humano o animal, se generan cambios sobre el material que pueden ser
clasificados como físicos y espaciales. Los primeros implican la ruptura o
modificación de la superficie, como lo es el caso de las fracturas. Esta condición ha
sido observada en particular sobre huesos que han permanecido mucho tiempo en
la superficie, y que por tanto han sufrido intemperismo y agrietamiento (Olsen y
Shipman, 1988: 551).
Físico-químicos
Dentro de los agentes físico-químicos encontramos la caída de rocas, el
intemperismo y la carbonatación.
La caída de rocas sobre los huesos también puede ocasionar procesos mecánicos,
que simulen acciones humanas. Por ejemplo, las proyecciones filosas en las rocas
pueden crear marcas parecidas a las que dejan las herramientas cortantes.
Asimismo, las marcas de impacto pueden aparecer como el producto del golpe de
un percutor, pues durante el proceso se generan rasgos característicos muy
similares a estriaciones, marcas de raspado y a lascas concoidales. Las
microestriaciones producidas de esta manera no deben confundirse con las
asociadas a marcas de corte, pues las primeras son poco profundas, de borde
irregular y presentan compresión en vez de rasgos incisivos (Fisher, 1995, en
Padró, 2002: 47).
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El intemperismo se define como el proceso en el cual los componentes
microscópicos, tanto orgánicos como inorgánicos, son separados los unos de los
otros y destruidos por agentes químicos-físicos que operan in-situ, y que actúan,
igualmente, cuando el hueso está expuesto o enterrado. Los resultados de
intemperismo serán variables de acuerdo con las condiciones del ambiente donde
se encuentre el hueso y a la duración del proceso. Independientemente de la
razón del intemperismo, aquellos huesos que están directamente bajo el sol, lo
harán siempre más rápido que aquellos en sombra, en particular en la superficie
que tengan directamente expuesta al sol. Una excepción lo constituyen los
ambientes húmedos, en donde las sales que se forman en las grietas tienden a
acelerar el proceso.
Una de las consecuencias del intemperismo son las líneas de agrietamiento. Estos
trazos de desecación se presentan de forma paralela al eje longitudinal del hueso
siguiendo las vías de debilidad estructural. Como resultado se generan fracturas
perpendiculares, diagonales o rectas; si el hueso permanece expuesto y ocurre una
desecación extrema, entonces se produce una exfoliación, la cual consiste de una
de laminación de la superficie cortical a lo largo del eje longitudinal y siguiendo las
líneas de agrietamiento (Johnson, 1985, en Padró, 2002: 48).
La carbonatación consiste en el cubrimiento y penetración a diferentes grados de
carbonato de calcio, que forman una película sobre el hueso (Pijoán y Pastrana,
1987: 424). En terrenos ácidos los huesos se carcomen, o sea, se pierden parte de
la corteza, por lo que cualquier marca que hubiese tiende a desaparecer.
b. Agentes Antropogénicos.
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Ya anotamos que estos corresponden a modificaciones culturales productos de
consumo o carnicería y manufactura. Las alteraciones más comunes en los huesos
son las fracturas, los cortes, además de la evidencia de desgaste.
Una fractura es una falla mecánica localizada que involucra tensión, ya que el
hueso es más fuerte bajo compresión o fuerzas cortantes que cuando está bajo
tensión. Para entender este concepto hablemos que la mayoría de los huesos del
cuerpo se exponen a fenómenos de fuerza y tensión de forma natural, es decir,
mediante movimientos comunes o durante el descanso, y que resultan de acción
muscular y por el peso del cuerpo. Existen tres tipos principales de fuerza: la tensil
(la que alarga al hueso), la compresiva (la que encoge al hueso), y la cortante
(que hace deslizar al objeto sobre una parte adyacente en dirección opuesta).
Estas fuerzas pueden actuar de maneras separadas (Johnson, 1985). Las
principales formas de las fracturas son: 1) las perpendiculares, que se presentan
como ángulos rectos al eje principal; 2) las longitudinales o paralelas al eje; 3) las
espirales, parciales o completamente helicales que están alrededor de la
circunferencia del hueso, y; 4) las diagonales, que cortan la estructura natural del
hueso (Marshall, 1989: 11).
Un corte se define como estriación lineal alargada, relativamente angosta y que en
sección presenta lados planos, aunque su forma puede ser variable, lo mismo que
su anchura (Fisher, 1985).
El desgaste es la transformación del hueso mediante un esfuerzo continuo para
consumir poco a poco las partes sobrantes hasta llegar a la forma deseada.
Generalmente se lleva a cabo usando un instrumento intermedio de dureza
variable, el cual se mueve sobre la superficie de los artefactos que se busca
modificar (Adán Álvarez, 1997).
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Las huellas antropogénicas se pueden agrupar en el proceso del consumo y las
relacionadas con el proceso de manufactura.
Consumo o carnicería
Este proceso lo define el conjunto de fracturas, cortes y su distribución en el
hueso, que está en función a la relación anatómica, y que permiten establecer
actividades como el retiro de carne, el retiro de la piel, el destazamiento y la
preparación del hueso como materia prima. Las fracturas y cortes por su
distribución se diferencian entre aquellas que afecta a la superficie del hueso y las
que seccionan o dividen al hueso.
Las marcas sobre la superficie del hueso son producto de dos eventos: 1)
obtención de materia prima (piel y hueso) y 2) extracción de la carne.
1) En la obtención de la materia prima, el desollamiento es la acción de
desprender la piel del cuerpo o de los miembros. Las marcas son cortes, las cuales
se presentan en la superficie de las diáfisis de los huesos largos, las falanges y en
la parte baja de las mandíbulas y el cráneo. El desmembramiento es la acción de
dividir o apartar los miembros del cuerpo en secciones anatómicas. Dentro de
éstas se puede considerar a la desarticulación (Pijoan y Pastrana 1987: 431). Las
marcas siguen siendo cortes y se presentan en los bordes o áreas de articulación y
en las epífisis de los huesos largos, sobre la superficie de las vértebras y/o partes
pélvicas.
2) Desprendimiento de la masa muscular o fileteo es la acción de separar los
diferentes músculos, respetando su conformación. Las marcas de corte se ubican
paralelas a lo largo de la diáfisis del hueso (idem). De esta manera se limpia y se
obtiene el hueso que servirá como materia prima.
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Las marcas que seccionan o dividen al hueso corresponden al destazamiento que
es la acción de dividir o apartar la sección anatómica del cuerpo en piezas o
pedazos (idem). Para la época prehispánica el destazamiento se lograba mediante
percusiones, flexiones o torsiones que ocasionaban fracturas.
Marcas que seccionan al hueso: Percusión Torsión o Flexión Desgaste por corte
Conjunto de Marcas
Marcas sobre el hueso:
Desgaste por corte: Unilineal Multilíneal
Desarticulación
Destazamiento
Desollamiento
Productos Alimentario (Platillo)
Fileteo o desprendimiento de masas
Decapitación
Selección de materia prima
Muerte del organismo
Desecho Huesos fracturados y astillados
Tratamiento térmico
Cuadro 2. Diagrama de flujo del proceso de consumo
Manufactura
Es el proceso de la transformación de la materia prima en artefacto, pasando por
distintas etapas como la extracción, la elaboración y la decoración. Este proceso
deja distintas huellas antropogénicas. Hay marcas que se pierden en la
elaboración, entre ellas las de extracción, como el caso de las agujas, cuya
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superficie se altera por completo. Los materiales que más información de huellas
de manufactura aporta son elementos como la matriz o núcleo, desecho y
preforma, los cuales ayudan a reconstruir todo el proceso de manufactura de cada
artefacto, si se les analiza.
2.2.4. Determinación de la orientación y su ilustración del hueso
trabajado
Este apartado permite realizar una descripción y definición del artefacto trabajado.
Para llevar a cabo la orientación de un artefacto trabajado es necesario establecer
los siguientes parámetros: secciones: distal, mesial y proximal; dos zonas: activa y
de mantenimiento; dos caras: ventral y dorsal; y dos bordes: izquierdo y derecho
(ver figura 4 y 5); considerando como:
Sección distal.- En las herramientas corresponde a la parte o zona activa y donde
se ubica la huella de uso; en el caso de los artefactos ornamentales como
pendientes o botones, es la que se encuentra más alejado de la perforación y ésta
se orienta hacia arriba.
Sección medial o mesial.- Corresponde a la media de todo artefacto alargado o la
sección que queda entre la proximal y distal anotando que en algunas ocasiones,
esta parte no presenta mayor modificación de manufactura.
Sección proximal.- Es la más distante de la zona activa, generalmente la menos
elaborada del artefacto y en las herramientas de hueso es la porción más próxima
al individuo. En elementos ornamentales perforados correspondería al lugar a
donde se ubica la perforación.
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Figura 4. Las partes en que se divide el hueso trabajado.
Zona activa.- Es el área del artefacto que está en contacto con la materia prima a
modificar, y se ubica en la sección distal.
Zona de mantenimiento.- Corresponde a la superficie cercana a la zona activa, se
caracteriza porque se presenta la abrasión2, para reavivar el borde activo del
2 Esta es una técnica de desgaste, donde se emplean piedras de grano grueso. Y se observan en la superficie incisiones alargadas paralelas (Adán Álvarez; 1997).
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instrumento y que puede estar presente en la cara ventral o dorsal, o en ambas.
Esta zona se ubica por lo general en la sección distal.
Cara ventral.- Es aquella sobre la que se apoya
el objeto. En los huesos hendidos corresponde a
la cara interna, que es fácil de identificar cuando
se conservan restos del canal medular o del
tejido esponjoso. En numerosos ejemplares, el
alto grado de elaboración impide la correcta
identificación de las caras por lo que su
determinación se efectúa de manera arbitraria. Figura 5. Maneras de orientar a los
artefactos (tomada de Pascual, 2002)
Cara dorsal.- Corresponde a la superficie exterior del hueso, identificable por su
convexidad. Se presenta de cara al espectador (Pascual, 1998: 21).
Borde derecho/borde izquierdo.- Una vez orientada la pieza con cara superior a la
vista, la sección distal hacia el frente y la proximal cercana al analista, los bordes
derecho e izquierdo coinciden con la visión del espectador.
La ilustración de los artefactos en planta y corte es un elemento muy útil para el
apoyo de la descripción, ya que permite representar detalles que no se pueden
obtener por otro medio, tales como las secciones transversales.
2.2.5. Descripción del hueso trabajado a nivel morfológico.
Una vez determinada la orientación del hueso se procede a describir de manera
general la pieza trabajada; primero se determina qué parte de la producción se
está definiendo; si se trata de un núcleo, preforma, desecho, herramienta u objeto
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Capitulo II. La Industria del hueso trabajado: materia prima y metodología _____________________________________________________________________________________
ornamental e identificar cuándo hay huellas de manufactura. En las herramientas
se determinan las huellas de uso.
Núcleo
Se refiere a aquel hueso fragmentado o completo o al asta que presenta cortes
transversales o longitudinales o percusiones, que se determinan como parte de la
técnica de extracción, cuya finalidad es obtener varillas o esquirlas. Éste no ha sido
modificado anatómicamente y a veces combina marcas de extracción con otras,
como las de consumo.
Las huellas de las técnicas de extracción son fáciles de reconocer (incisiones largas
y paralelas que van ahondando en la cara superficial), aunque aparecen de
manera más sutil. Asimismo, pueden citarse las marcas de calentamiento térmico
de la superficie ósea, a veces combinadas con incisiones del corte, incluso las
muescas laterales presentes en ciertas astas o diáfisis
En la matrices pueden reconocerse señales previas de trabajo, como la abrasión o
el pulimento de las superficies que se van a trabajar o la limpieza de las diáfisis
ósea a base de incisiones largas superficiales en la cara elegida como matriz (Adán
Álvarez, 1997: 21).
Preforma
El término preforma se refiere al objeto antes de tener la forma final. Las
preformas pueden ser varillas y esquirlas. Las varillas se refieren a fragmentos
óseos alargados que presentan huellas laterales de extracción (incisiones,
muescas, fracturas) e incluso las marcas superficiales de la preparación previa de
las matrices. Si son fragmentos óseos obtenidos por ranurado, las secciones del
fuste o mesial, son rectangulares, cuadradas o poligonales (Adán Álvarez, 1997:
38
Capitulo II. La Industria del hueso trabajado: materia prima y metodología _____________________________________________________________________________________
21). El término esquirla es para aquellas obtenidas por percusión, en donde se
presenta el canal medular alterado.
Por su forma se pueden dividir en preformas automorfas, cuando sigue
conservando la forma original o anatómica del hueso, y las preformas xenomorfas
cuando la forma original de la materia prima fue alterada y es difícil de distinguir la
pieza anatómica, como el caso de la preparación de agujas u objetos tallados.
Desecho
Se entiende como desecho a los residuos de una manufactura de hueso trabajado,
y cuya forma anatómica puede o no estar alterada. Estos se pueden agrupar por
esquirlas de la diáfisis y epífisis de huesos largos.
Desecho de la epífisis de hueso largo.- Este grupo es el más fácil de distinguir,
porque son desechos de la técnica de extracción
por desgaste, en donde la matriz es la diáfisis del
hueso largo y las extremidades o epífisis distales
o proximales, son desechadas, y no sufren
ninguna alteración, además que esta zona va a
conservar el desgaste por corte o aserrado
transversal o en algunos casos, la percusión (ver
imagen 1).
Imagen 1. Desecho de epífisis (Proyecto Xalla, foto tomada por
Rafael Reyes)
Esquirla de las diáfisis.- Este término de esquirlas se aplica cuando fue obtenida
por la percusión. Las esquirlas de los desechos de manufactura son cortas y
pequeñas, con forma irregular de la pieza. Pueden ser hechas en huesos planos,
largos y cortos.
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Capitulo II. La Industria del hueso trabajado: materia prima y metodología _____________________________________________________________________________________
Artefacto
Es el producto terminado dentro del proceso de producción de la industria del
hueso trabajado, y tiene forma y uso definidos pudiendo ser el último, estos
pueden ser de tres usos: utilitario, ornamental y votivo.
Herramientas obtenidas de una astilla
Es aquella esquirla obtenida por percusión y/o flexión de un hueso fresco durante
el proceso de consumo, seleccionada después de la fracturación involuntaria y que
es utilizada como artefacto por su morfología, la cual puede ser irregular y
presenta terminación en punta. Las marcas visibles en la zona activa de estos
objetos son producto del uso y mantenimiento constante, anotando que en general
son objetos puntiagudos o biselados.
a. Huellas de manufactura
Selección de la materia prima
Proceso de consumo
Téc. de extracción
Téc. de elaboración
Téc. de decoración
Proceso de manufactura
Artefacto
La etapa previa a la manufactura de los huesos trabajados es la selección de la
materia prima, que en algunas
ocasiones, va a presentar huellas de
proceso de consumo –desollamiento,
desmembramiento, destazamiento y
desarticulación -. Para el estudio de la
manufactura del hueso, y a partir de la
propuesta de Padró (2001, 2002), se
establecen tres técnicas: extracción,
elaboración y decoración - esta última
incluida por nosotros -, señalando que
su aplicación está supeditada a la
característica de la materia prima (ver cuadro 3).
Cuadro 3. Procesos de consumo y manufactura
40
Capitulo II. La Industria del hueso trabajado: materia prima y metodología _____________________________________________________________________________________
Como regla general, los huesos del endoesqueleto con diáfisis de mayor tamaño
(huesos largos) o aquellos que ofrecen un alto grado de aplanamiento (cráneo,
mandíbulas, costillas, escápula y pelvis) resultan más fáciles de trabajar que las
partes anatómicas más pequeñas y compactas (dientes, tarsos, carpos y falanges).
En comparación con las astas y otras partes del exoesqueleto, como las garras y
las pezuñas, poseen un mayor grado de solidez. En aquellos casos donde las
partes anatómicas consisten de hueso fresco, limpio de carne y de periostio, la
respuesta a la manipulación será diferente a las del hueso seco, la cual es más
parecida a la del material lítico (Adán Álvarez, 1997: 40).
Técnicas de extracción
Llamaremos técnicas de extracción a la manera
de dividir la materia prima (matriz) para obtener
varilla o esquirla (preformas). Esta técnica se
divide en percusión, flexión, fuego y desgaste.
Las tres primeras producen fracturas, y la última
produce cortes transversales y longitudinales
(ver figura 6).
Percusión.- El resultado de esta técnica es la
fracturación del resto óseo. Puede ser activa
sobre yunque cuando el hueso golpea al
percutor, o pasiva si el hueso recibe el choque
del percutor (Adán Álvarez, 1997: 42). Se
reconocen dos tipos de percusiones: directa, es
cuando el percutor golpea al hueso inmóvil; indirecta es cuando entre el hueso y el
percutor actúa una pieza intermedia, como puede ser un cincel. Las marcas óseas
Figura 6. Técnicas de extracción (tomado de Pascual, 1998)
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Capitulo II. La Industria del hueso trabajado: materia prima y metodología _____________________________________________________________________________________
visibles tanto en la matriz, como en el resto extraído, son: cicatrices superficiales
que pueden acabar por fracturar a la matriz; punto de impacto con ondas en el
bloque originario y en las lascas óseas; microextracciones en la superficie o dentro
de las muescas del bloque; muescas en el bloque de la fractura de la matriz, tanto
en el exterior como en el interior; lascas en bordes rectos (huesos secos) o
angulosos (huesos frescos) (idem).
Los huesos pueden afrontar cuatro tipos de situación de fuerza y tensión cuando
se les aplica por percusión: 1) carga concéntrica, en línea con el eje longitudinal
del hueso; 2) carga excéntrica, paralela al eje pero fuera del centro; 3)
perpendicular al eje longitudinal, a media diáfisis; y 4) la torsión (aplicada a uno o
ambos extremos) y que produce, además de condiciones de fuerza/ tensión, una
fuerza cortante (Padró, 2000: 50). En primera se observan desprendimientos de
micro-esquirlas alrededor de los bordes donde se aplica la percusión; ésta podría
ser una variante del desgaste, pues el peso del percutor es controlado, se deja
caer y se aplica una fuerza en el contorno del borde; la segunda es la más común,
se encuentran esquirlas largas; las terceras responden más a herramientas de
piedra como hachas; y en la cuarta, la torsión responde a fuerza humana aplicada,
donde las marcas de los bordes superiores e inferiores terminen en punta.
Flexión.- Consiste en aplicar fuerza y tensión al material óseo en cada uno de sus
extremos, y se produce una fuerza cortante hasta obtener una fractura. Esta
técnica de extracción transversal muestra buenos resultados en huesos
endurecidos de animales de talla mediana o pequeña, y es usualmente utilizado
tras haber debilitado el hueso mediante percusión. Puede realizarse simplemente
por la fuerza humana o combinándola con el aserrado. Las marcas son bordes
superiores e inferiores con perfiles irregulares, generalmente escalonados (Adán
Álvarez, 1997: 42; Padró, 2002: 65).
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Capitulo II. La Industria del hueso trabajado: materia prima y metodología _____________________________________________________________________________________
Desgaste.- Es la transformación de la materia prima mediante un esfuerzo
continuo para consumir poco a poco las partes sobrantes hasta llegar a la forma
deseada. Generalmente se lleva a cabo usando un instrumento intermedio de
dureza variable, el cual se mueve sobre la superficie de los artefactos que se busca
modificar. Para facilitar el proceso se pueden utilizar agentes lubricantes como
agua, o abrasivos, como la arena y la ceniza (Padró, 2002: 65). Las variantes de
estas técnicas son desgaste por corte, desgaste por aserrado y nosotros hemos
encontrado el desgaste por cordel.
1) Desgaste por corte.- Los tipos de cortes pueden ser transversales y
longitudinales. Los primeros se denominan transversales, porque seccionan el
hueso en forma perpendicular al eje principal; y los longitudinales son cuando los
cortes son paralelos al eje principal.
La técnica de desgaste por corte implica dar forma con una herramienta mucho
más dura que el material que se trabaja, y en donde la zona de trabajo de la
herramienta debe ser menor a un ángulo de noventa grados, lo que en el caso de
una herramienta filosa corresponderá a un corte lineal (Lorenzo, 1965). Tales
marcas consistirán en las características estriaciones alargadas, relativamente
angostas y que vistas transversalmente, poseen planos y formas de V.
Frecuentemente vienen acompañadas por estriaciones finas y paralelas en sus
bordes, lo cual es la característica primordial para distinguirlas de cualquier otro
tipo de marcas, aunque con la salvedad de que sólo son visibles bajo un
microscopio electrónico (Fisher, 1995: 17 en Padró, 2002: 66).
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Capitulo II. La Industria del hueso trabajado: materia prima y metodología _____________________________________________________________________________________
2) Desgaste por aserrado.- Se denomina a la fragmentación o eliminación de una
parte de la materia ósea, mediante el movimiento
oscilatorio de un útil lítico, como un buril, o lámina de
filo retocado (sierra). El patrón de la huella consiste en
múltiples cortes cercanos y paralelos o casi paralelos,
que de forma acumulada crean una impresión profunda
(ver figura 7). Figura 7. Desgaste por aserrado (tomado de Talavera et al., 2000)
A veces estas marcas pueden distinguirse a pesar de la acción superpuesta de las
técnicas de elaboración, ya que poseen ondulaciones con ligeros desplazamientos
en la parte seccionada. Igualmente pueden observarse sobre la superficie del
borde cortado múltiples líneas; rara vez siguen los contornos del hueso, por lo que
si existen depresiones o abultamientos en el periostio, las huellas tienden a
saltarlas. El análisis detallado de estas huellas permite conocer aspectos como: el
ángulo de sujeción del instrumento, cómo era el lado cortante del instrumento y el
nivel de fuerza aplicada (Adán Álvarez, 1997: 42; Padró, 2002: 65).
Como variante de las técnicas antes expuestas
tenemos al ranurado el cual puede ser identificado
en la matriz y material de desecho, a través de dos
incisiones alargada paralelas realizadas por un
movimiento de vaivén continúo, cuya fase final es
la aplicación de una percusión indirecta por medio
de un cincel, presumiblemente de hueso. En
afirmación de Semenov (1981) en esta técnica se
emplea un instrumento lítico cortante, probablemente buril, y el producto obtenido
son “varillas” de hueso o asta (ver imagen 2 y figura 8).
Imagen 2. Ranurado (Proyecto Xalla, Tomada por Rafael Reyes)
3) Desgaste por cordel.- Los instrumentos son cordeles de fibras de origen vegetal
(como los de algodón y los ixtles o fibras de maguey) o tiras de cuero. Para
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Capitulo II. La Industria del hueso trabajado: materia prima y metodología _____________________________________________________________________________________
realizar el desgaste, este instrumento va
acompañado de abrasivos como cenizas, polvo de
obsidiana, polvo de piedra pómez o arenas. Al
iniciarse esta técnica, primero se realiza una
pequeña ranura, en donde se va a realizar la
sección, por medio de un instrumento lítico. Se
coloca el cordel en la ranura y se realizan
movimientos bidireccionales, y además se le va
agregando el abrasivo hasta obtener la división de
hueso.
Las marcas del cordel dejadas sobre la superficie
de la ranura del hueso, vistas transversalmente,
poseen lados en forma de U, es decir, se observa
en la pared una pequeña concavidad dejada por el
cordel, y una superficie lustre, no uniformes. Además se aprecian múltiples líneas
paralelas o casi paralelas. Poseen ondulaciones con ligero desplazamiento en la
parte seccionada. En la superficie del borde externo cortado se observan múltiples
líneas longitudinales de diferentes tamaños dejadas por la entrada y salida del
grano del abrasivo. En ocasiones, se emplea como parte de la técnica decorativa,
cuando se realizan esgrafiados circulares o transversales.
Figura 8. Tipos de ranurado (tomada de Pascual, 1998)
Fuego.- Es una variante del tratamiento térmico, es decir, se trata de una
exposición directa de calor, que se le aplica al hueso para modificarlo. Es usual
combinar esta técnica con la de percusión. Las marcas en los restos óseos son
claras: matrices con superficies mudadas de color (marrón-negro), y esquirlas de
secciones casi siempre aplanadas con tonalidades oscuras. Los cambios de
tonalidad en los restos óseos pueden ser también producto de una limpieza previa,
es decir, el retiro del periostio (Adán Álvarez, 1997: 42). Esta técnica fue usada
desde el Paleolítico inferior según Semenov (1981).
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Capitulo II. La Industria del hueso trabajado: materia prima y metodología _____________________________________________________________________________________
Técnicas de elaboración
Es el segundo paso de la manufactura y se dividen en cepillado, raspado, abrasión,
pulimento, bruñido, perforaciones, tratamiento térmico y remojado.
Cepillado y Raspado.- Son técnicas de desgaste que
regularizan parte de la materia prima ósea, principalmente
para eliminar el periostio antes de extraer la médula. Se
logran mediante un movimiento unidireccional con la
herramienta lítica colocada transversalmente a la línea de
fuerza o traslación y presión. Las marcas resultantes del
cepillado son múltiples estriaciones adyacentes y paralelas
unas de otras, de apariencia alargada, lineales, y
ondulaciones finas orientadas perpendicularmente al eje de las estriaciones (Padró,
2002: 67).
Figura 9. Técnica del cepillado (tomado de
Talavera, et al., 2000)
El raspado tiende a eliminar parte de las marcas precedentes (abrasión o
cepillado), dejando el útil con superficies lisas (ver figura 9). En las superficies no
se aprecian restos del recubrimiento natural y su determinación anatómica es
incierta. El raspado o estriado es una técnica similar a la del cepillado, pero las
huellas que deja son transversales, cortas, rectilíneas y paralelas (Adán Álvarez,
1997: 43; Padró, 2002: 67).
Abrasión.- Tiene como finalidad eliminar el periostio para obtener un acabado en la
superficie. Consiste en la aplicación de fricción con un material abrasivo grueso
como es madera, basalto, tezontle, areniscas de grano grueso o láminas de sílex u
obsidiana con filo retocado. El resultado son incisiones finas casi paralelas, que
pueden encontrarse verticales, oblicuas u horizontales al eje de la pieza, según se
manipule el abrasivo (Adán Álvarez, 1997: 42; Padró, 2002: 66) (ver figura 10).
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Capitulo II. La Industria del hueso trabajado: materia prima y metodología _____________________________________________________________________________________
Pulimento.- Es la segunda etapa de la elaboración y consiste
en aplicar agentes abrasivos más suaves, en piedra o en
polvo, como pómez, arenas, cenizas, o algunas piedras
molidas de grano fino. Aunque en reconstrucciones
experimentales las huellas de estas técnicas son muy
parecidas, las marcas de pulimento se reconocen porque
logran eliminar totalmente las huellas precedentes de la abrasión dejando
superficies muy lisas; da uniformidad a la pieza, y en ocasiones produce un brillo
(Adán Álvarez, 1997: 42; Padró, 2002: 67) (ver figura
11).
Figura 10. Técnica de abrasión
(redibujado de Suárez, 1977)
Bruñido.- Esta técnica se realiza después de que la
pieza fue sometida al proceso de pulimento. Ésta se
hace de dos formas: una con materiales suaves como piel o tela y en ocasiones se
utiliza un abrasivo muy fino, como podría ser la tierra
de diatomeas. La otra forma es la aplicación de fricción
de objetos duros, como cantos rodados lisos, huesos y
conchas; se pueden combinar ambas. El bruñido únicamente da mayor brillo y
lustre a la pieza; es una forma de darle a la pieza un acabado a la superficie
(Suárez, 1977: 16).
Figura 11. Técnica de pulimento (tomado de Talavera et al., 2000)
Perforación.- Esta acción consiste en hacer un orificio que atraviese la materia
prima de un lado a otro. En general, primero se produce una reducción de parte de
la materia prima mediante incisiones regulares y continuas, creando un plano de
trabajo, para después perforar el orificio. Existen varias modalidades en la técnica
de perforación (Padró, 2002: 67) (ver figura 12):
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Capitulo II. La Industria del hueso trabajado: materia prima y metodología _____________________________________________________________________________________
1) Cónica.- Se lleva a cabo mediante una perforación giratoria en la que la
herramienta da vueltas al punto de impacto, ya sea a la derecha o a la izquierda,
con media o un cuarto de vuelta e impulsada
por la mano o un instrumento especializado.
Dependiendo del artefacto utilizado, en
ocasiones el resultado de esta técnica puede
ser una perforación en donde el diámetro del
orificio es más o menos uniforme a lo largo de
toda la perforación (Suárez, 1974).
2) Bicónica.- También conlleva una fricción
giratoria, pero en este caso, por los dos lados
del objeto y en direcciones opuestas. El proceso continúa hasta llegar al punto
donde ambos conos se encuentran, lo que resulta en un orificio con un centro más
angosto que sus entradas (idem).
Figura 12. Tipos de perforación (tomado de Suárez, 1977)
3) Rectilínea.- Conlleva una fricción perforadora recta mediante presión directa de
la herramienta, por lo que las huellas resultantes son paralelas al eje de la pieza
(idem).
4) Irregular.- Llamemos perforación irregular a las roturas producidas por la
técnica de percusión indirecta –utilización de un perforador por percusión -. Al
presionar las paredes se produjo la rotura, y vista de una de las caras del artefacto
es de forma irregular (Suárez, 1977: 16).
5) Por desgaste longitudinal.- Se refiere a la perforación hecha con un instrumento
cortante en forma de bisel, de ángulo agudo; ésta se realiza imprimiendo un
movimiento de vaivén al elemento cortante. Se realiza la horadación por medio de
un corte que produce una sección en forma “V”. Algunos autores lo señalan como
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Capitulo II. La Industria del hueso trabajado: materia prima y metodología _____________________________________________________________________________________
acanalado. Estas perforaciones son realizadas a partir de la ejecución de una
acanaladura. Usualmente se denomina a esta forma de perforación “lenticulada”
(Velázquez, 1999: 36).
Tratamiento térmico.- Es la acción de calor que altera la estructura físico-química
del hueso, y puede ser de dos tipos: la directa, cuando el calor altera directamente
la constitución del hueso, y la indirecta cuando hay un medio líquido o vapor y la
temperatura de este medio altera la estructura del hueso. La aplicación de esta
técnica es para darle al objeto trabajado en hueso, mayor dureza, color y textura
en el acabado de la superficie.
1) Fuego o exposición directa.- Se puede manejar como técnica de extracción,
como se manejó en párrafos anteriores, cuando su finalidad es seccionar el hueso
del organismo. En este caso la exposición directa se está manejando como técnica
de elaboración por su acabado de superficie, es decir, la finalidad de esta técnica
es dar color y textura a la pieza, mediante la acción intencionada del hombre (ver
imagen 3).
Tenemos dos términos elaborados desde la antropología física: uno de ellos es la
cremación y el otro es la incineración. La primera es la acción de quemar un
cadáver, mientras la incineración sería la acción y efecto de reducir el cadáver en
cenizas (Botella, et al., 2000: 145).
Los huesos sufren una deshidratación a la exposición directa. Se observan cambios
de color de superficie, dependiendo a las temperaturas sometidas y su tiempo de
duración.
El material óseo se comienza a carbonizar cuando llega a temperaturas de 250º C
a 400° C; adquiere un color negro; por lo tanto, si se requiere de una dureza
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Capitulo II. La Industria del hueso trabajado: materia prima y metodología _____________________________________________________________________________________
óptima para los artefactos de uso utilitario, es probable que no se rebasaran estos
grados. Presumiblemente esta técnica se utilizó con mayor frecuencia para dar
color y textura a los objetos de hueso ornamental.
2) Cocción.- Es el proceso en el que los huesos se someten a la acción del calor
dentro de un líquido, ya sean limpios o con partes blandas; la cocción altera sus
propiedades físico-químicas y
organolépticas.
La cocción afecta al hueso
fresco, porque con el calor se
desnaturalizan algunas de las
proteínas y su estructura
orgánica queda alterada. Imagen 3. Coloración del hueso en exposición
al fuego (datos obtenidos de Barba y Rodríguez, 1990)
Si los huesos se hierven en agua recibirán una temperatura en torno a 100° C, que
podrá variar algo en función de la altitud, y los elementos que pueden contener el
agua. El efecto de ese calor sobre los huesos frescos es el mismo, tanto si se
cuecen con carne o despojados y limpios de ella, pues la temperatura y la
humedad que reciben son iguales o parecidas en uno u otro caso. Los huesos
cocidos tienen un aspecto externo más terso y a veces vítreo, con una coloración
apreciablemente más amarillenta que se suele impregnar menos del color de los
sedimentos donde se enterraron. Parecen más compactos, se conservan mejor y
suenan como la madera seca o la cerámica al ser golpeados (Botella, et al., 2000:
137-139).
Este tratamiento es el más común de encontrarse en los artefactos y desechos del
hueso trabajado. Recordemos que se cuecen las partes blandas y los huesos en
cualquier proceso de consumo, y después se seleccionan los restos óseos
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Capitulo II. La Industria del hueso trabajado: materia prima y metodología _____________________________________________________________________________________
apropiados, como materia prima, para proceder a manufacturarlos. Y se ha visto
experimentalmente que puede haber una segunda exposición en el hueso, para
que adquiera mayor dureza, como en las herramientas, por ejemplo, el caso de los
cinceles.
3) A vapor.- El tratamiento térmico a vapor es una acción indirecta, y es a bajas
temperaturas. El material de hueso fresco ya sea con músculo o sin éste, es
envuelto para que el calor sea homogéneo o colocado encima del agua hirviendo
en un espacio cerrado, es decir, la temperatura que recibe será el vapor que sale
de la ebullición del líquido. Ejemplos claros serían los procesos de barbacoa, los
procesos de tamalización, entre otros.
El autor Semenov (1981) menciona que la utilización de vapor es un procedimiento
para ablandar los huesos, lo cual es preferible antes de tallar la superficie.
Remojado.- El remojo en agua de los huesos es un método para aumentar su
plasticidad previa al trabajo. Usualmente esta técnica es necesita para tallar y
retocar los huesos frescos. En el caso de las astas de venado es muy útil
remojarlas, pues les da elasticidad y las convierten en materias primas fáciles de
transformar (Semenov, 1981).
Técnica de decoración
Llamaremos técnica de decoración al proceso que sigue una pieza después de la
técnica de elaboración. Una vez que se le ha dado forma y acabado de superficie
se le decora con motivos geométricos, fitomorfos, zoomorfos o antropomorfos, en
algunas ocasiones se pinta o se talla.
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Capitulo II. La Industria del hueso trabajado: materia prima y metodología _____________________________________________________________________________________
Pintado.- Es la utilización de ciertos colores como el negro, rojo y azul, ya sea
provenientes de óxidos de diferentes minerales, de material animal (como la
cochinilla o el múrex) o vegetal, pudiéndose aplicar al hueso por medio de la
técnica de temple, el fresco, el óleo, etc.
Esgrafiado.- Es una variante del corte. Generalmente se hace por desgaste.
Consiste en romper y penetrar un material con un instrumento cortante, de dureza
mayor que el material en proceso y al que se le imprime un movimiento de vaivén,
produciendo acanaladuras más o menos profundas que no traspasan las paredes
de la pieza y que tienen por objeto ornamentar y permitir el diseño de
movimientos complicados o simples. Cuando estas acanaladuras son muy anchas y
poco profundas las llamamos labrado; ésta es una variante del esgrafiado (Suárez,
1977: 16).
Calado.- Es un corte hecho por percusión o desgaste que consiste en penetrar la
pieza de lado a lado con fines decorativos. Los instrumentos usados para efectuar
los esgrafiados o calados fueron generalmente de piedra (Suárez, 1977: 16).
Tallado o modelado.- Consiste en trazar la figura deseada en el hueso; luego con
piedras abrasivas se van desgastando las zonas deseadas para obtener volumen
de diseño trazado. Se mezclan cortes, esgrafiados y perforaciones para decorar
con esta técnica. Las marcas presentes son muescas, ahondamientos e incisiones.
Todo ello está encaminado a la obtención de los detalles y conseguir la nivelación
de los contornos (Padró, 2002).
b. Ubicación de las huellas de uso y determinación de las huellas de
mantenimiento y reciclaje
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Capitulo II. La Industria del hueso trabajado: materia prima y metodología _____________________________________________________________________________________
Los artefactos que presentan huellas de uso y mantenimiento son las
herramientas; éstas se ubican en la parte distal. Una huella de uso se distingue
porque se encuentra en la zona del borde activo, mientras la de mantenimiento se
halla en la parte distal.
Huellas de mantenimiento y de reciclaje
Todo instrumento utilitario cumple un ciclo de vida, es decir, en el caso de
instrumentos biselados o puntiagudos, la zona activa con mayor desgaste es la
parte distal; ésta va deteriorándose por el uso. Las zonas activas de las piezas bien
biseladas o con puntas, por el uso cotidiano con otras materias primas de mayor
dureza que el hueso, se convierten en formas embotadas, hasta llegar a
terminaciones romas; en este sentido se dice que la zona activa está desgastada;
entonces se les da mantenimiento a los biseles o puntas por medio de la abrasión,
que consiste en frotar con alguna piedra abrasiva ya sea basalto, tezontle, pómez,
entre otros, para sacarle nuevo bisel o nueva punta. Y así el artefacto es
nuevamente utilizado.
El reciclaje según Schiffer (1990) se trata del conjunto de actividades laborales
encaminadas a la transformación de un producto con características y usos
determinados, en un nuevo producto con características y usos diferentes: los
instrumentos de trabajo que después de un prolongado uso y mantenimiento, ya
no están en condiciones de cumplir con las labores para las que habían sido
hechos, como por ejemplo, sucede con las agujas de hueso que se reciclan en
alfileres. En múltiples ocasiones, las fracturas o agotamientos del artefacto durante
su consumo, conlleva a su reciclado.
2.2.6. Descripción del hueso trabajado a nivel morfométrico
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Capitulo II. La Industria del hueso trabajado: materia prima y metodología _____________________________________________________________________________________
Se refiere a los diversos tipos de mediciones para complementar la morfología y
esto se relaciona además con el uso. Las mediciones para el análisis son: el largo
total de la pieza (L), el ancho máximo y mínimo (A), el grosor (G), el diámetro de
la perforación (dP). Hay mediciones más detalladas para los objetos de uso
utilitario; se realizan en la zona activa y parte distal: el ancho del borde activo
(a.b), el espesor del ancho activo (e.b), el largo del borde activo (l.b) y el ángulo
de la parte distal (À) (ver figura 13). En algunas ocasiones el ángulo de la parte
distal señala la función de algunas piezas utilitarias, como en el caso de cuchillos,
cuyo ángulo es entre 5º a 45º; en el caso de de cinceles, el ángulo funcional
fluctúa entre 15º a 45º. Teóricamente en el caso de agujas, los ángulos agudos
son más viables para el cosido de textiles y los ángulos de más de 45º son más
apropiados para el cosido de piel (Padró, 2002).
La combinación de las medidas obtenidas hemos observado que nos pueden dar
una serie de índices y proporciones que nos remiten a su vez establecer su
relación morfológica - función. Estos índices son los siguientes:
Índice de superficie = Largo total X Ancho IS = LXA
Índice de Masividad = Largo total X Grosor IM = LXG
Índice de Laminación del Borde Activo = Ancho del borde activo X Grosor del
borde activo LA = a. b X g. b
Índice de Superficie del borde activo = Largo del borde activo X Ancho del borde
activo
SM = l. b X a. b
Índice de Manipulación = Índice de superficie del borde activo entre Largo total
IMn = SM / L
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Capitulo II. La Industria del hueso trabajado: materia prima y metodología _____________________________________________________________________________________
Figura 13. Las medidas básicas para el hueso trabajado.
El índice de superficie (IS) se refiere al área total del artefacto; mientras que el
índice de masividad (IM) se relaciona a la resistencia que puede alcanzar el objeto;
el índice de laminación del borde activo (LA) nos indica qué tan delgada es la pieza
en su parte funcional; para el índice de superficie del borde activo (SM) está
relacionado con el área donde se encuentra la huella de uso; y por último el índice
de manipulación (IMn) se encuentra vinculado con la superficie total modificada
por el uso (Padró, 2002).
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Capitulo II. La Industria del hueso trabajado: materia prima y metodología _____________________________________________________________________________________
2.2.7. Descripción del uso de los elementos (utilitario, ornamental y
votivo) e identificación de las huellas de uso
Después de describir los niveles morfológicos y morfométrico se procede a
determinar el uso para los huesos trabajados terminados: éstos son a) utilitarios,
b) ornamentales y c) votivos.
a) Uso utilitario.
Se entiende como uso utilitario aquellos el de los objetos de huesos
manufacturados que se han empleado en distintas tareas para modificar otras
materias primas, y son de uso doméstico cotidiano. Se agrupan por su parte
terminal en objetos puntiagudos, biselados, romos, huecos, compuestos y
musicales.
Objetos puntiagudos.
Son aquellos objetos que en la
parte distal terminan en punta. Se
pueden clasificar por el tipo de
punta y éstas suelen ser (ver figura
14):
Punta ahusada.- Cuando la punta en
sección transversal tiene la forma
circular o elíptica, la terminación
puntiaguda es larga y presentan
ángulos menores a 15°. Figura 14. Tipos de puntas
Punta cortante.- Cuando la punta en sección transversal es triangular y la
terminación puntiaguda es más alargada que la punta ahusada.
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Capitulo II. La Industria del hueso trabajado: materia prima y metodología _____________________________________________________________________________________
Punta roma.- La terminación puntiaguda es redondeada, su sección transversal
puede ser triangular y circular, presentándose ángulos mayores de 25º.
Punta espatulada.- Cuando la punta en sección transversal es trapezoidal y tiende
a tener sus lados aplanados.
La siguiente nomenclatura es una propuesta de Johanna Padró (2002):
1. Aguja (needle o bodkin).- Herramienta ósea apuntada cuya extremidad
proximal se encuentra perforada. Las agujas
son de longitud y sección variable, usualmente
circular, ovalada o aplanada (ver imagen 4).
Las matrices óseas denotan una predilección
por los huesos largos, donde el soporte es casi
siempre una varilla mediante ranurado,
aunque esto no descarta el uso de esquirlas
obtenidas mediante la percusión.
Posteriormente las varillas óseas son regularizadas por corte y abrasión, para
luego hacerse el orificio. Se finalizan
mediante un fuerte pulimento en toda la
pieza (Adán Álvarez, 1997: 330).
2. Alfiler (pins o skewers).- Objetos apuntados
de morfología parecida a la aguja e idéntica
sección, pero en donde la extremidad
proximal aparece sin horadar y usualmente es más abultada que la distal.
Algunos autores, como Di Peso (et al., 1979), proponen que su uso pudo haber
sido para sujetar el pelo, vestidos, u otros accesorios (ver imagen 5).
Imagen 5. Alfiler (Proyecto Xalla, foto tomada por Rafael Reyes)
Imagen 4. Aguja (Proyecto Xalla, foto tomada por Rafael Reyes)
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Capitulo II. La Industria del hueso trabajado: materia prima y metodología _____________________________________________________________________________________
3. Punzón (en la literatura en español también pueden aparecer como leznas,
mientras que en inglés se les ha llamado awls, punches y perforators).- Es el
término genérico para un objeto que en la parte distal termina en punta (ver
las categorías de puntas mencionadas en párrafos anteriores). Por lo regular su
manufactura puede ser por percusión, en la que se aprovecha la forma de la
fractura apuntalada o también se realiza mediante desgaste de corte, aplicando
la técnica de ranurado, para después aplicarle una abrasión para obtener la
punta. Este tipo de artefactos tiene una función universal; se puede usar en
rituales, como herramientas para diversas manufacturas artesanales; dada la
amplia gama de empleo que tiene este artefacto, es recurrente para su análisis
funcional establecer el contexto de donde proviene y observar su huella de uso.
4. Pizcadores.- De morfología similar a los punzones, estas herramientas se
distinguen esencialmente por su uso, el cual es rasgar las hojas de las
mazorcas de maíz. Su distinción se basa fundamentalmente en los patrones de
huellas de uso, especialmente los grados de pulido.
5. Estiques.- Por lo general consisten de astillas óseas de tamaño considerable
que se obtienen mediante la percusión de huesos largos. Son delgados y su
caña suele estar pobremente trabajada. Se utiliza a la manera de cinceles para
hacer incisiones en la cerámica.
El trabajo experimental realizado por Padró (2002: 96-109) para los punzones,
empleados en cerámica, pizcadores, perforadores de pieles y punzones elaborados
para rasgar carne, fueron usados con intensidad por algunos días en sus diversos
trabajos, y en ellos se obtuvieron ciertas huellas que caracterizan su función, que
las hemos resumido en el cuadro 4.
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Capitulo II. La Industria del hueso trabajado: materia prima y metodología _____________________________________________________________________________________
Punzón empleado como: Resultados de las huellas de uso
observadas:
Punzón empleado para realizar incisiones en la
cerámica
Se presenta desgaste en los bordes, pero no hay
huellas de uso.
Punzones destinados para deshojar mazorcas de
maíz
Se presenta un brillo esmaltado y los bordes
lucen filosos y redondeados.
Punzones para perforar piel
Se observan puntas desgastadas y redondeadas.
Las huellas de uso se presentan compactas y
paralelas, lucen aisladas y sin cubrir la totalidad
de la zona activa.
Punzones para rasgar la carne
Se observa que la superficie se muestra áspera
con trozos de una sustancia blanquecina, es
decir, residuos de grasa.
Cuadro 4. Resultados de la experimentación de punzones (Padró, 2002)
Objetos biselados.
Son objetos de uso utilitario, que en su zona activa presentan huellas de
mantenimiento tanto en una cara o en ambas, y la zona distal tiene terminación
biselada (seguimos con la nomenclatura propuesta por Padró, 2000 y 2002, y la de
la española Gema Adán Álvarez, 1997):
1. Alisador (En la literatura española muchos autores no reconocen diferencias
entre éstos, los pulidores y las espátulas.- En la literatura inglesa ocurre algo
similar, pues se intercambian términos como grainers, scrappers, chisels y
smoothers). Se trata de herramientas cuya extremidad distal aparece biselada
por el uso, mientras que el resto del cuerpo puede estar trabajado o sin
modificar. Las huellas presentes son el embotamiento y el pulido, dejando
visible, en muchas ocasiones, la parte esponjosa del tejido óseo. Para Semenov
(1981), la función de los alisadores es la de frotar la cara externa de las pieles
mediante compresión, para impermeabilizar y lustrarla. Lo anterior se logra
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Capitulo II. La Industria del hueso trabajado: materia prima y metodología _____________________________________________________________________________________
mediante la aplicación de una fuerte presión, usando ambas manos, sobre una
pequeña área del material tratado.
2. Cincel (El soporte óseo para los casos de la colección de Xalla y Teopancazco
son ulnas, tibias o fémures cocidos de humanos).- Es un utensilio robusto que
posee una parte activa conformada mediante
un bisel simple o doble, que por lo general es
obtenido mediante aserrado. La descripción
y/o la definición de un cincel puede
encontrarse indistintamente en la literatura en
relación con artefactos como alisadores y
gubias. La huella de uso de este instrumento
utilitario se ubica en la extremidad proximal; la marca dejada por el percutor es
el esquirlado y en la extremidad distal cuya huella de uso es el embotado y/o el
piqueteado, que es distintivo de esta herramienta (ver imagen 6). Algunos
autores (Séjourné, 1966; Ortiz Butrón, 1993; Talavera, et al. 2000, entre otros)
han confundido los cinceles con pulidores, alisadores, desbastadores,
bruñidores o plegaderas, señalando lo que puede ser lo complicado del análisis.
Imagen 6. Cincel (Proyecto Xalla, foto tomada por Rafael Reyes)
3. Cuchillo.- Es un instrumento sobre diáfisis, cuya zona activa la conforma un
bisel localizado en uno de los laterales de la pieza, y que pueden extenderse
hasta la extremidad proximal. Estos artefactos se asocian con el corte de
diversas materias, particularmente carne y vegetales.
4. Retocador (tine flaker, flaking tool o pressure flaker).- Instrumento que
presenta marcas de uso muy características, como son piqueteado y embotado.
Usualmente se trata de artefactos robustos de mediano tamaño, lo que los
hace muy resistentes a la fractura. Para su elaboración se prefieren las astas,
seguidas por metápodos y los radios.
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Capitulo II. La Industria del hueso trabajado: materia prima y metodología _____________________________________________________________________________________
Objetos romos.
Grupo primario definido por una extremidad distal obtenida mediante aserrado
transversal o mediante uso, que llega a embotar y a regular el filo de la pieza
(Adán Álvarez, 1997: 344).
1. Espátula (en la literatura en español también se les ha llamando raspadores,
mientras que en inglés no se distingue entre términos como spatulae, gouge y
scrappers).- Consiste en un objeto óseo que presenta ambas extremidades
romas y un cuerpo largo, pero de grosor constante. El soporte suele ser sobre
una costilla o una diáfisis plana obtenida por el ranurado de un hueso largo.
Los artefactos con esta morfología han sido asociados con funciones que van
desde servir como cucharas hasta el trabajo de las pieles.
2. Varillas.- Este instrumento de parte activa roma o ligeramente apuntada, con
parte mesial o medial alargada y lisa, es muy parecido a los alfileres, pues
termina con una base roma o sin modificar. Se distingue, sin embargo, porque
su cuerpo es generalmente más largo y ancho. Su uso no es del todo obvio,
pero se manejan posibilidades similares a la de los alfileres, tales como sujetar
pelo, telas u otras formas para decoración.
Objetos huecos.
Son herramientas con sección anular conseguida mediante aserrado, mientras que
sus extremos suelen ser romos; se obtienen mediante flexión. Para fabricarlos se
eligen piezas con un amplio canal medular como los húmeros, tibias y fémures
(Adán Álvarez, 1997). En esta categoría entran los mangos de hueso.
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Capitulo II. La Industria del hueso trabajado: materia prima y metodología _____________________________________________________________________________________
Paja.- Son piezas de morfología alargada y sección anular; se obtienen mediante la
adecuación de huesos de ave. Su función con toda probabilidad, fue para
succionar o manejar líquidos de alguna manera y son muy parecidas a los popotes.
Objetos musicales
1. Flautas y silbatos comparten la misma morfología que los objetos huecos, pero
presentan siempre una o más perforaciones a lo largo de la zona mesial o
fuste. Si son varios orificios se denominan flautas y si es uno se le llama silbato.
2. Omichicahuaztli (rasps) (en náhuatl del ómitl, “hueso” y chicahuaztli, “como
que se hace fuerte”).- Consisten de hueso
largo o asta en cuya superficie se tallan
incisiones transversales al eje principal, las
cuales al ser frotadas con otro hueso, con
alguna valva de concha o pedazo de madera,
provocan un sonido musical similar a la del
güiro (ver imagen 7). Generalmente se
emplean durante rituales o festividades de importancia simbólica (Padró, 2002:
80). Tanto éstos como las flautas y silbatos son de tipo utilitario - musical.
Imagen 7. Omichicahuaztli (Proyecto Xalla, foto tomada por
Rafael Reyes)
Objetos compuestos.
Estos objetos contienen dos partes distales; carecen de parte proximal como tal.
Es decir que ambos extremos tienen zonas activas y funcionales; en algunas
ocasiones son objetos espatulados y puntiagudos, como punzón – espátula,
punzón – punzón, entre otros.
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Capitulo II. La Industria del hueso trabajado: materia prima y metodología _____________________________________________________________________________________
Huellas de uso en artefactos utilitarios
Dependiendo del grado de conservación, es posible que las huellas de trabajo
permanezcan visibles por encima de las marcas de fabricación, y por lo tanto,
puedan ser reconocidas y descritas.
Se pueden distinguir dos tipos de huellas por la frecuencia del uso en las
herramientas: 1) El uso o acción cotidiana de los instrumentos, ligada a los
artefactos que entran en contacto con la materia prima que se va modificar; estas
huellas se van a presentar en las partes proximales y distales de éstos. Y 2) el uso
frecuente de usuario o persona que lo emplea; éstas están ligadas a las huellas
dactilares de los dedos y la palma de la mano, y están ubicadas en las partes
mediales o mesiales de los objetos. Se caracteriza la huella de uso por presentar
un pulido.
1) Por la acción cotidiana del instrumento.
La huella de uso va a estar ligada a la frecuencia cotidiana de su empleo; si el
instrumento no ha sido reciclado y fue elaborado para un solo uso, entonces habrá
una sola huella de uso, pero si es utilizada en varias materias primas, entonces se
van a presentar diversas huellas de uso superpuestas. Entre las huellas de uso por
acción cotidiana (Adán Álvarez, 1997: 43) están las siguientes (ver figura 15):
Fractura.- Son roturas por uso cuya determinación más clara en las herramientas
óseos se atestigua por la reutilización de las mismas.
Esquirlado.- Es la superposición de varios levantamientos óseos, procedentes de
una o varias capas de hueso, los cuales aparecen alargados sobre el contorno de
los artefactos; suelen ser paralelos, muy delgados y escaleriformes.
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Capitulo II. La Industria del hueso trabajado: materia prima y metodología _____________________________________________________________________________________
Embotado.- Se localiza en la parte activa del artefacto, y las marcas que lo
caracterizan son aristas rebajadas no muy vivas,
con una forma redondeada.
Romo.- Es una evolución del embotado. Se
caracteriza por que aparece centrado en las
extremidades con un borde transversal interno,
que presenta la eliminación de una parte de la
materia prima.
Pulido.- Es la pátina suave y pulida que adquiere
la herramienta ante un uso prolongado. Aparece
centrada en la parte distal del instrumento y la
marca más característica es la del brillo.
Estriado.- Visibles en superficies pulidas, son
incisiones muy finas y numerosas, generalmente
en paralelo. La determinación de estas marcas puede confundirnos con las de la
abrasión y/o pulimento, a no ser que aparezcan sobre otras marcas de fabricación.
Figura 15. Las huellas de uso y huellas de mantenimiento (tomado
de Pascual, 1998)
Piqueteado.- Son marcas ligeramente circulares y deprimidas producidas tanto por
los golpes de otro instrumento, como por los que se producen en el mismo
utensilio óseo al chocar con algo (idem: 42). Es por ejemplo el caso de la
utilización de yunques de basalto.
2) Por la acción de la persona que usa el instrumento.
Si pensamos que una herramienta utilitaria de hueso tiene un ciclo de vida
prolongada (artefacto → mantenimiento- → artefacto → fractura o agotamiento →
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Capitulo II. La Industria del hueso trabajado: materia prima y metodología _____________________________________________________________________________________
reciclado→ artefacto secundario), el artesano, quien va a estar en contacto
cotidianamente con el artefacto, va a dejar ciertas huellas por su uso en especial
en la zona de agarre, o parte medial o mesial, también llamado mango, que es
toda la porción del artefacto; se va a observar un pulido o brillo que siempre está
por encima de la técnica de manufactura, y se puede diferenciar del bruñido,
porque la huella de uso o de pulido sólo se ubica en la zona medial, mientras el
bruñido está ubicado en todo el artefacto, ya que es una técnica de elaboración,
cuya finalidad es dar un acabado a la pieza.
b) Uso ornamental.
Son aquellos que van a adornar a diversas materias, como textiles, plumas, hilos,
entre otros (Suárez, 1977 y 1974; Velázquez, 1999). Asimismo aquellos objetos de
hueso, como son los pendientes y las incrustaciones, también tienen la función de
adornar el cuerpo humano, como cuentas y orejeras.
1. Pendientes.- Se denomina pendiente a todas aquellas piezas ornamentales que
presentan una o más perforaciones para ser suspendidas mediante un hilo o
cordón, y con respecto a la cuales los objetos no guardan una simetría radial
(Velázquez, 1999: 33).
2. Cuentas.- Se define como cuenta a todos aquellos objetos ornamentales que
presentan una perforación que las atraviesa de lado a lado y respecto de la
cual guardan una simetría radial, apareciendo generalmente, aunque no en
todos los casos, agrupadas en sartales (ver imagen 8) (Velázquez, 1999: 81).
3. Objetos pegados.- Se agrupan aquí todos aquellos objetos ornamentales cuyas
características morfológicas permiten suponer su integración ya que fueron
pegados o cosidos a algún otro material; dentro de los rasgos más
sobresalientes en este sentido, puede mencionarse que muchas de las piezas
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Capitulo II. La Industria del hueso trabajado: materia prima y metodología _____________________________________________________________________________________
presentan tanto una cara perfectamente pulida, como otra que muestra las
regularidades e imperfecciones propias de la materia prima en que se
manufacturaron – que era seguramente la que estaba en contacto con el
material-, así como el tamaño y el lugar de las perforaciones (Velázquez, 1999:
71). Dentro de estos objetos están los discos o
placas lisos o grabados, que Padró (2002) ha
definido como aquellos fragmentos óseos
planos de morfología variada, procedentes de
la bóveda craneal, de los omóplatos o de la
pelvis. A los redondeados se les denomina
discos, mientras que a los más rectangulares
se les llama placas. Pueden aparecer tanto decorados como lisos y por lo
general poseen un orificio pequeño situado en el centro en uno de los bordes
(idem: 78).
Imagen 8. Cuenta (Proyecto Xalla, foto tomada por Rafael Reyes)
4. Botón.- Objeto plano de distintas formas
geométricas, se presentan una o dos
perforaciones, donde se inserta el hilo para ir
cosido (ver imagen 9).
5. Aro.- Similar a los discos pero en este caso se
rebaja todo el interior de la pieza dejando sólo
la silueta externa (Padró, 2002: 79).
Imagen 9. Botón (Proyecto Xalla, foto tomada por Rafael Reyes)
6. Orejeras.- Los tipos de orejeras hechas en el
hueso son huecos. Éstas son hechas en
soporte de fémures aprovechando la forma en
sección transversal circular de algunos
artiodáctilos. Para elaborarla el artesano realiza Imagen 10. Orejera hueca (Proyecto
Xalla, foto tomada por Rafael Reyes)
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Capitulo II. La Industria del hueso trabajado: materia prima y metodología _____________________________________________________________________________________
dos cortes transversales; después con una abrasión y pulimento se desgasta la
parte mesial de la pieza tanto la cara interna como externa, hasta obtener la
forma deseada (ver imagen 10).
c) Uso votivo.
Este uso se le asigna a las piezas arqueológicas que provengan de ofrendas, de
caches, o elementos asociados a entierros; en otras palabras, serían aquellos
artefactos hechos para ser depositados en alguno de estos eventos o artefactos
que fueron utilizados por el individuo y enterrados con ellos. Nos encontramos aquí
con un interesante problema de funciones superpuestas donde a las herramientas
y ornamentos se les ha dado un uso diferente al que podemos nosotros inferir a
partir de sus meras características morfológicas. Hablemos de piezas votivas en
casos en que sea imposible otra función; entre ellas podemos destacar los tubos
esgrafiados o grabados, discos o placas, esculturas zoomorfas o antropomorfas,
huesos automorfos grabados y con pigmento; y además huesos xenomorfos. A
continuación presentamos algunos artefactos de hueso o astas de uso votivo:
1. Tubos esgrafiados o grabados.- Son diáfisis de
huesos grabados con escenas y motivos
diversos, que por lo general tienen algún
significado simbólico. Las técnicas decorativas
son esgrafiados, incisiones, pintado y bruñido;
además pueden ir acompañadas de diversas
perforaciones (ver imagen 11). Los motivos
son círculos, líneas rectas o siluetas en forma
de volutas, entre representaciones de hombres ataviados, como por ejemplo de
los huesos humanos de Monte Albán (Caso, 1969).
Imagen 11. Hueso esgrafiado (Proyecto Xalla, foto tomada por
Rafael Reyes)
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Capitulo II. La Industria del hueso trabajado: materia prima y metodología _____________________________________________________________________________________
2. Escultura o figurilla zoomorfa y antropomorfa.- Son objetos tallados o
moldeados, que representan a seres humanos o animales mitológicos; por lo
regular el soporte óseo esta hecho en felino o humano (ver imagen 12).
3. Hueso automorfo con pigmento.- El término automorfo incluye a todos los
objetos que conservan su forma natural o parte anatómica del hueso en que se
manufacturaron. Además fueron espolvoreados con algún pigmento de color
rojo, negro u otro color. En la literatura española aparecen como arte móvil
(Pascual 1998 y Adán Álvarez 1997).
4. Hueso xenomorfo.- Comprende a todos
aquellos objetos de hueso cuya forma no
muestra la figura natural o parte anatómica
de la que fueron fabricadas. Imagen 12. Escultura de felino
(Proyecto Xalla, foto tomada por Rafael Reyes)
2.2.8. Relación del artefacto de hueso con el contexto
Una vez analizados los huesos trabajados a nivel morfológico y morfométrico, se
procede a ubicar estos artefactos en el contexto arqueológico, en donde se
observa la asociación de éstos con los materiales de cerámica, lítica pulida y
tallada, restos de hueso no trabajados (humano y no humano), macro y micro
restos botánicos, prospección geofísica y geoquímica, y la relación que guarda con
la arquitectura.
2.2.9. Integración de las características de los huesos trabajados con la
información de las fuentes etnohistóricas y etnográficas.
Una vez realizado el análisis del artefacto con su contexto arqueológico es
necesario señalar que existen distintos recursos en la investigación que nos
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Capitulo II. La Industria del hueso trabajado: materia prima y metodología _____________________________________________________________________________________
pueden ayudar en el análisis del hueso trabajado, como son fuentes pictográficas
(los códices, los murales), las fuentes históricas y etnográficas.
Los atributos presentes en los artefactos de hueso son la base para establecer la
función en alguno de ellos. Los artefactos fueron parte de la vida cotidiana de las
sociedades pretéritas mesoamericanas y algunos artefactos fueron representados
en códices, en murales y en algunas actividades cotidianas o rituales. Por este
motivo es necesario recopilar la información de los artefactos realizados en hueso,
tanto animal como humano, para entender si fueron usados como herramientas,
como objetos ornamentales o como objetos rituales.
a) Las fuentes etnohistóricas
Uno de los recursos en la investigación son las fuentes etnohistóricas; ellas nos
pueden ayudar en el reconocimiento de la función de algunos artefactos de hueso
y entender las actividades en donde participaron. Investigadores como Linné (1934
y 1942), Vaillant (1931), Blanco (1994) Talavera, et al. (2000) y Padró (2002), han
empleado las fuentes históricas para poder establecer el uso de algunos objetos y
así contribuir a la determinación de los
contextos. Los artefactos que en las
fuentes históricas son mencionados por su
empleo, son los punzones; este ejemplo
está muy bien documentado para la cuenca
de México; el grupo mexica los utilizó para
el autosacrificio (Durán, 1976; Aguirre,
2002) (ver figura 16). Figura 16. Representación de punzones
Otro ejemplo es la descripción del cronista del siglo XVI, Fray Bernandino de
Sahagún (1985), quien menciona un artefacto de hueso usado para el arte
plumario; lo denomina como plegadera, la cual se usaba para aplanar y cortar las
(tomada del Códice Borgia)
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Capitulo II. La Industria del hueso trabajado: materia prima y metodología _____________________________________________________________________________________
plumas. La doctora Padró (2002: 90) abre una discusión al respecto; menciona que
la plegadera es, en función de la descripción de Sahagún, parecida a una espátula
o a un alisador, pero tomando la imagen del Códice Florentino y el dato de la
acción de cortar, parece para Padró que la plegadera es más bien un cuchillo o
punzón. Estos dos artefactos, tanto el punzón como las plegaderas, se toman
como ejemplos, por su buena documentación tanto en códices, como en fuentes
escritas para sitios del Altiplano Central. Asimismo con estos dos ejemplos de
artefactos se ejemplifica el uso de los datos históricos que nos pueden ayudar a
definir mediante las descripciones y las imágenes, de qué materia prima se trata,
el uso que les dio y las actividades en que se fueron empleadas por los grupos
humanos en cuestión.
Un ejemplo de dos casos de representaciones teotihuacanas de hueso
trabajado.
Para las representaciones de hueso trabajado en
la pintura mural o iconos en piso de Teotihuacan,
se pueden hablar de dos casos identificados en
dos sitios: el primero es Tepantitla y el segundo
en un icono del patio de La Ventilla. En un
fragmento del mural de Tepantitla, según la
descripción de Angulo (2001: 127), hay un
hombre de pie que apunta la última gota de un
líquido que sale de una caña corta o hueso hueco.
Al otro lado se encuentra la representación de un maguey, cercano a la de un
pastizal volteado, tal vez al hacer el desyerbe (ver figura 17).
Figura 17. Representación de caña o tubo de hueso (tomado de
Angulo, 2001)
En el trabajo de Rubén Cabrera (2001) intitulado: “Caracteres glíficos
teotihuacanos en un piso de La Ventilla”, se hallaron varios iconos que están
ubicados en la llamada Plaza de los Glifos. Uno de los iconos que se muestra
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parece ser un artefacto de hueso, que lo interpreta este autor como una aguja con
su hebra que pareciera encajarse en un lienzo (representado por una figura
ondulada); sin embargo, el hilo aparece a los lados no atraviesa su pequeño
circulo u ojo. También señala que pudiera tratarse de un punzón con forma de
aguja para el sacrificio, el cual está colocado sobre un receptor o zacatapayolli. Las
medidas de la imagen son 19.5 cm. de ancho por 22.5 cm. de alto (Ver figura 18)
(Cabrera, 2001).
Tratamos estos dos ejemplos de representaciones de
hueso trabajado como los más evidentes por sus formas
muy obvias. No queremos decir que éstas son la únicas
dos representaciones para esta gran urbe, sino que nos
enfrentamos uno de los problemas para lograr este tipo
de identificaciones, y es que la gran mayoría de símbolos
pintados en murales o pisos están muy estilizados, al estilo teotihuacano, si se le
puede llamar estilo, es decir, sus formas no son tan naturalistas.
Figura 18. Representación de una aguja con su hebra y encajada en su lienzo (tomado de Cabrera,
2001).
Las representaciones de hueso trabajado en murales, dinteles, pisos, o cualquier
artefacto de otro material (caso de cerámica y de concha esgrafiada, por ejemplo)
que tenga representaciones iconográficas son otro tipo de información que nos
puede ayudar en el análisis, cuando carecemos de códices o fuentes escritas.
b) El recurso etnográfico
Los datos etnográficos son de gran apoyo en la investigación de cualquier índole
arqueológica. Estos datos nos ayudan a entender las maneras en que un artefacto
puede ser usado en diferentes procesos de la producción o como objetos de
decoración.
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Capitulo II. La Industria del hueso trabajado: materia prima y metodología _____________________________________________________________________________________
MacGree, autor del libro Los Seris, Sonora, México, recopila información sobre el
uso del hueso de animal que este grupo étnico le da:
El material común de costura es el tendón usado en combinación con una lesna o punzón de
hueso, una espina de pescado o un hueso, una espina de cactus, o bien la mandíbula de un ave
acuática o un palillo o pincho de madera dura al que se le da la forma de esta aguja natural
(McGree, 1980: 378).
Este autor también registra la utilización de artefactos que cuyas modificaciones
son pocas:
Entre los objetos naturales usados de manera natural [objetos no modificados por completo] se
destacan las mandíbulas de aves, empleadas para perforar cueros y telas; las espinas de pescado y
los huesos, también utilizados como perforadores…; los dientes y cuernos de animales de caza,
empleados para quitar sus propios tejidos y luego, en diversos procesos industriales; junto con las
astillas de cañas, utilizadas para cortar. Con frecuencia el empleo de dichos objetos es una mera
improvisación… (idem: 380).
Otro caso que se tiene registrado del uso de artefacto de hueso son los huicholes,
grupo étnico del noroeste del país. Ellos utilizan el omichicahuaztli, que es
empleado para producir sonido, y sirve de acompañamiento al canto de los
cazadores, para obtener una buena caza del venado (Castañeda y Mendoza, 1991:
223).
En el agro mexicano actual, se sigue aún utilizando uno de los pocos artefactos
utilitarios que ha sobrevivido a los cambios tecnológicos: es el caso del pizcador,
cuya función es rasgar la hoja de maíz o totomoxtle para así obtener la mazorca;
tiene forma de punzón o punta, hecho de madera, cuerno de venado, huesos de
animal (Rojas, 1988: 171). Los pizcadores actuales utilizados en la región de
Xochimilco, son descritos por Rodolfo Cordero (2001), quien nos dice:
72
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Utensilio parecido a una larga aguja de 20 centímetros de longitud, fabricado de hierro o hueso de
las patas de guajolote, lleva un cordel para sujetarlo con las manos (Cordero, 2001: 164).
En el caso de los punzones, existe información etnográfica de los usos que se les
sigue dando actualmente. En el libro de La sierra Tarahumara. Los tarahumaras
(Gutiérrez, 1992), se presenta la imagen de un separador de hilos utilizado en los
telares por este grupo étnico.
Otro uso que se les da a los punzones actuales es en el trabajo para manufacturar
canastas, petates y cuerdas; éstos son empleados en el caso de los pueblos
canasteros, para empujar las fibras en el tejido. El ejemplo de este estudio es el
trabajo de Serra Puche (1988) en su obra intitulada Los recursos lacustres de la
Cuenca de México, durante el Formativo.
Se siguen actualmente manufacturando las plegaderas, instrumentos planos de
forma rectangular alargada, cuyos extremos son de forma roma, hechos en huesos
largos de ungulados domésticos, como hueso de vaca o caballo. Los artesanos
actuales los emplean en la papelería para la fabricación de libretas, para cortar y
plegar las hojas; y los peleteros los usan en el trabajo del doblado de la piel, pero
la forma del instrumento no cambia; sin embargo, éstos son de mayor tamaño.
Otros artefactos que aún se pueden encontrar en tianguis populares son los peines
para sacan piojos y liendres; éstos están manufacturados en cornamentas y
huesos planos de vaca; son piezas rectangulares, en cuyos extremos llevan dientes
largos, pero la diferencia entre un peine común y uno de éstos, son los dientes,
que se encuentran muy cerrados en este último caso.
En nuestro país existen pequeños grupos de artesanos contemporáneos, que se
pueden ubicar en algunas regiones como en Guanajuato capital; en Xilapa,
Guerrero, en el Valle de Toluca (información personal de Carlos Teutli) y entre
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Capitulo II. La Industria del hueso trabajado: materia prima y metodología _____________________________________________________________________________________
otros lugares como La Lagunilla en la Ciudad de México. También existen
artesanos manufacturando en los Centros de Rehabilitación Social (CERESOS)
(información personal de Adrián Velásquez). Estos grupos de personas,
manufacturan objetos de tipo ornamental, con herramientas modernas desde
esmeriles, sierras eléctricas de carnicería, seguetas, pulidoras, taladros, entre
otros. Los objetos más comunes son figurillas zoomorfas y antropomorfas, piezas
de juego (dominó y ajedrez), vasos, pipas y alguno que otro instrumento utilitario,
como agujas de gancho. Los huesos que se ocupan son de mamíferos
domesticados como caballos, vacas, cabras o borregos y puercos; y para el soporte
están usando huesos largos y planos, vértebras, cornamentas y cráneos. Hasta el
momento no hemos encontrado huesos manufacturados de ave o de otra clase de
vertebrados.
En el libro de Carlos Espejel, Las artesanías tradicionales en México, de 1972, nos
menciona que el hueso se emplea para la elaboración de ajedreces, dominós, y
botones. Además señala que los principales centros productores de estos objetos
son Teocaltiche, en el estado de Jalisco, el estado de México y la propia ciudad de
México. El tema de la muerte es uno de los más socorridos entre los artesanos
mexicanos.
Existen en la actualidad instrumentos óseos introducidos de diferentes países,
como la India o China. Los artefactos que se pueden encontrar en tianguis o
tiendas son desde objetos ornamentales como cuentas de vértebras de diversos
pescados o de tiburones, dientes de tiburón en forma de pendientes; en huesos
largos como anillos, aretes, dijes, figurillas antropomorfas y zoomorfas. En
herramientas encontramos: estiques y paletillas para pintores; cepillos entre otros.
La mayor parte son fabricados en huesos largos y planos de vaca, borregos, cabras
y equinos.
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