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Concepcion sobre una Política Publica de Paz: Colombia y EL Salvador Andrea Torres Guarín Noviembre de 2012

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Concepcio n sobre una Polí tica Pu blica de Paz: Colombia y EL Salvador Andrea Torres Guarín

Noviembre de 2012

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Concepción sobre una Política Pública de Paz: Colombia y EL Salvador

INTRODUCCIÓN

“No más sangre, no más depredaciones

a nombre de ningún partido, no más rencillas entre hijos

de una misma Colombia inmortal”

Gustavo Rojas Pinilla, antes de decretar la amnistía.

La permanencia del conflicto interno, social y político en Colombia y El Salvador, por

cerca de cinco décadas, ha generado inmensas e incalculables problemáticas. Todos los

sectores manifiestan su deseo de alcanzar la paz, sin embargo, la terminación del

conflicto armado no es un trabajo sencillo, puesto que algunos factores determinantes

para el bienestar de la sociedad, como es la inclusión social, el acceso a servicios

básicos y el respeto por los derechos humanos, develan profundas deficiencias y

falencias en los procesos de desarrollo, esto, sin abordar asuntos tan importantes y

necesarios como: la verdad, la justicia y la reparación, esenciales para la reconciliación y

una vía hacia la paz. Ahora bien, estos dos procesos, la violencia y los procesos de

desarrollo, se constituyen en causa y efecto a la vez, agravando la situación. Entre más

violencia, más pobreza; y entre más desigualdad, menos oportunidades, más exclusión y

tensiones en la sociedad.

Es por tal motivo, que hablar o evidenciar la construcción de Políticas Públicas de Paz no

puede ser visto como la simple construcción de normas o Leyes que “beneficien” a las

diferentes víctimas de un conflicto interno que ha traído consigo el desarraigo social, el

desplazamiento forzado, el incremento en los índices de la Violencia Basada en Género,

el reclutamiento de NNJ al conflicto armado, masacres, muertes de líderes sociales, entre

muchas otras problemáticas. Una política de Paz debe estar unida -indudablemente- al

concepto de desarrollo.

Colombia, al igual que El Salvador hacen parte de los países latinoamericanos que

poseen un régimen político presidencialista, medido a partir de los partidos que han

liderado la historia (liberal y conservador) y la creación de estructuras de gobierno como el

comunismo que trajo consigo la consolidación de grupos de izquierda idealistas que

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Concepción sobre una Política Pública de Paz: Colombia y EL Salvador buscaron la forma de construir país a través de ideales revolucionarios que conllevaron a

grandes episodios de violencia; y con ello, la ejecución de diálogos de Paz y acciones

concretas que permitieran a los gobiernos la posibilidad de formular acciones de Paz

dentro de las cuales dichos grupos pudieran ser vistos como ciudadanos y ser acogidos

por el Estado.

El mayor reto para el Estado es encontrar los mejores caminos, acorde a la realidad que

rodea su país. Lo cual convoca a discusiones complejas en la interpretación de la

realidad, las estrategias y metas que se quieran alcanzar. Octavio Paz decía: “La función

del Estado es doble y contradictoria: preserva la paz y desata la guerra. Esta ambigüedad

es la de los seres humanos. Individuos, grupos, clases, naciones y gobiernos, todos,

estamos condenados a la divergencia, la disputa y la querella; también estamos

condenados al diálogo y a la negociación”.

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Concepción sobre una Política Pública de Paz: Colombia y EL Salvador

DESARROLLO HISTÓRICO DEL CONFLICTO COLOMBIANO

Carrizosa1 nos plantea tres procesos que ejercieron gran influencia en la configuración del

Estado y su desarrollo: El ejercicio de la autoridad; la acumulación del capital; y el

poblamiento (comunidad). Estas dinámicas evidentemente develan hoy en día, los efectos

en el conjunto de los conflictos que padece el país, a saber: un control territorial

complicado que dificulta la gobernabilidad “plena” en el territorio; un modelo de

acumulación más que productivo rentista, que demanda la cooptación de los medios de

producción, tierra, capital y trabajo (mano de obra barata); el poblamiento altamente

disperso en el territorio nacional (el 80% de la población vive en el 20% del territorio,

mientras que un 20% lo hace en el 80% ubicado fundamentalmente en las zonas rurales

más alejadas2.

Es decir, “el país ha estado inmerso en una dinámica de permanentes conflictos sociales

y políticos desde la creación de la República, en 1819, y desde la misma colonización de

las Américas. Quizá como consecuencia de la adopción de un modelo de desarrollo

históricamente caracterizado por la excusión”3 y “acumulación desigual de la propiedad y

la riqueza, hoy las cifras más optimistas indican que más del 45% de la población

colombiana esta por debajo de la línea de pobreza y el 17% en condiciones de

indigencia”4.

En los años 50 se inició una confrontación entre los partidos liberal y conservador,

producto del asesinato del líder y candidato liberal a la presidencia de la República Jorge

Eliécer Gaitán. Entre 1948 y 1953 se gestaron guerrillas liberales en los Llanos Orientales,

Sumapaz, oriente y sur de Tolima, Magdalena Medio, y el alto y medio San Jorge,

conformadas por campesinos que se resistían a la represión del gobierno conservador.

1 CARRIZOSA, Julio. En: GOBERNABILIDAD, INSTITUCIONES Y MEDIO AMBIENTE EN Colombia. Instituciones y

Ambiente. Bogotá: Foro Nacional Ambiental. 2008. 2 VILAS, Carlos M. Un balance de la ejecución de 10s acuerdos de paz en El Salvador. UNAM. 1996.

3 Tanto en ingresos, entre el campo y la ciudad y las diferentes regiones. Por IDH (2005) Colombia está en el puesto 73. Bogotá tiene un nivel similar al de Hungría, en el puesto 38; el Chocó similar a Kenia, en el puesto 148. La deserción en primaria es de 28,4 por ciento en las ciudades y 50,7 en el campo. La tasa de analfabetismo del decil más pobre es similar a la del Congo, en tanto que la del decil más rico es como la de Italia. 4 Comisión de expertos dependientes que miden la pobreza, El Espectador, Agosto 24 de 2009. La fuente de estas cifras es la Misión para el Empalme de las Series de Empleo Pobreza y Desigualdad 2008 ‐ 2010 (MESEP).

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Concepción sobre una Política Pública de Paz: Colombia y EL Salvador Bajo el liderazgo de hombres como Guadalupe Salcedo, Eliseo Velásquez, los Fonseca,

los Bautista, los Calderón, aceptaron la oferta de paz del general Gustavo Rojas Pinilla y

se desmovilizaron más de 4.000 hombres en diferentes puntos del país entre septiembre

y octubre de 1953. Al año siguiente se expidieron los decretos formalizando la amnistía.

Las guerrillas del sur del Tolima no se acogieron a la oferta de paz del gobierno militar y se replegaron en las

montañas. De uno de estos grupos, considerado como “liberales sucios”, que se vincularon con el Partido Comunista, nació lo que en 1964 se conocería como las Farc.

De igual manera, a partir de esta lucha bipartidista se dio la llamada época: “la violencia” y

la creación de las guerrillas liberales conocidas como Fuerzas Armadas Revolucionarias

(FARC), igualmente se creó el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Y a partir de las

acciones desarrolladas por estos, a finales de los años ochenta se conforman numerosos

grupos paramilitares -en algunos casos bajo el amparo de las Fuerzas Militares y vastos

sectores políticos- financiados por grandes terratenientes y narcotraficantes. Por otro lado,

otros grupos guerrilleros, como el Movimiento 19 de Abril (M‐19) y el Ejército de

Liberación Popular (EPL) se desmovilizaron y se integraron a la vida política del país en el

marco de la reforma constitucional de 1991.

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Concepción sobre una Política Pública de Paz: Colombia y EL Salvador En Corinto Cauca, en 1985, se hicieron los primeros contactos con miras a un proceso de paz con el M-19. El

líder fue Carlos Pizarro Leongómez y uno de los voceros del gobierno fue Bernardo Ramírez.

Otro aspecto de gran importancia, es el inicio de los cultivos ilícitos en Colombia hacia

finales de los años setenta. Cientos de miles de hectáreas de bosque fueron taladas para

la siembra de cultivos de uso ilícito. El narcotráfico es hoy en día una de las principales

expresiones del conflicto interno, siendo la disputa por el control territorial y de su

población, una de las principales causas de la crítica situación humanitaria que atraviesa

el país. El narcotráfico y el paramilitarismo han permeado a la clase política hasta el punto

de que una tercera parte de los congresistas están bajo investigación y varios de sus

miembros han sido condenados por sus relaciones con el paramilitarismo. A partir de

esto, la sociedad ha perdido la confianza y la esperanza de un verdadero cambio en la

realidad del país.

Sin embargo, no han sido pocos los intentos realizados en la búsqueda del diálogo entre

las diferentes partes de esta confrontación armada: guerrilla y Estado, por ejemplo, con el

ELN se han establecido mesas de diálogo que no han logrado fraguar acuerdos sólidos,

regresando al estado inicial, o a uno peor generado por la desconfianza entre las partes.

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Concepción sobre una Política Pública de Paz: Colombia y EL Salvador Con el Gobierno del Presidente Pastrana (1998‐2002) se instalaron los diálogos del

Caguán, lamentablemente sin resultado alguno.

El 7 de enero de 1998, con la ausencia de Manuel Marulanda, se inició el proceso de negociación con las Farc

que arrojaría apenas una agenda de 12 puntos que nunca se pudo negociar por los rigores del conflicto.

Pero lo más frustrante fueron las secuelas en la sociedad, puesto que conllevó a la

incredulidad y desconfianza en este tipo de procesos y la sensación de una clase de

“burla” tanto por parte de la FARC como del gobierno. Dejando de lado oportunidades que

con los ajustes necesarios, siguen siendo válidas. Esta polarización animada desde

distintas esquinas, fortaleció la imagen del conflicto con la insurgencia, y de manera

inequívoca con el narcotráfico y el terrorismo, negando así el carácter de interlocutor

válido en las negociaciones políticas5.

5 Cfr. FAJARDO, Darío. EL CONFLICTO ARMADO EN EL CAMPO. En Guerra, sociedad y medio ambiente.

Bogotá. Foro Nacional Ambiental. 2004.

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Concepción sobre una Política Pública de Paz: Colombia y EL Salvador Durante los 39 meses que duró la zona de distensión del Caguán, representantes de diversos sectores de la

sociedad fueron a conversar con la guerrilla, entre ellos líderes políticos y gremiales de Colombia y el exterior.

Esta imagen de Hernán Echavarría, fiel representante de la derecha, y el líder guerrillero Manuel Marulanda,

representa lo que sucedió en esos meses.

Ahora bien, a principios del 2002, el gobierno implementó una política de seguridad

democrática con el objetivo de recuperar el control en los territorios. En este contexto se

realizó la desmovilización de una gran parte de grupos paramilitares. Sin embargo, a

pesar de la desmovilización y reincorporación de más de 30.000 hombres, actualmente

existen grupos emergentes, reconocidos por el gobierno como BACRIM (Bandas

Criminales) relacionadas con antiguos paramilitares. En cuanto a los grupos guerrilleros,

su presencia se ha concentrado en las zonas (rurales) más apartadas del país. La política

de recuperación territorial ha empujado el conflicto a gran parte de las zonas indígenas y

campesinas y a las fronteras con Brasil, Perú, Ecuador, Venezuela y Panamá. Por lo

general estas zonas están cubiertas por bosques naturales y hacen parte de los parques

nacionales o Resguardos indígenas6.

6 Los resguardos, espacios territoriales exclusivos para indígenas, están reconocidos como entidades territoriales

especiales bajo Gobierno de Autoridades Indígenas. Son territorios inalienables e imprescriptibles, con autonomía

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Concepción sobre una Política Pública de Paz: Colombia y EL Salvador En consecuencia, el conflicto armado ha desplazado más de tres y medio millones de

personas7 de las áreas rurales. La violación del DIH y de los Derechos Humanos ha

afectado particularmente a campesinos, indígenas y comunidad afro, quienes han tenido

que abandonar sus propiedades.

Las políticas de desarrollo en los últimos años se han basado en tres principios

fundamentales: seguridad, confianza inversionista y cohesión social. La seguridad está

dada principalmente por el combate frontal a las guerrillas y más recientemente a los

grupos emergentes (antiguos paramilitares), ante el fracaso de las negociaciones de paz

con ellos.

En consecuencia, la confianza inversionista ha privilegiado la inversión extranjera y

estimulado el capital privado, los cuales gozan de una serie de normas y privilegios,

especialmente en la extracción de los recursos naturales y la expansión agrícola. Las

decisiones se toman al margen de consideraciones sociales y ambientales,

desconociendo los procesos locales y la relación que se construye entre los ecosistemas

y las comunidades, como es el caso de la minería.

Esta situación ha conducido a numerosos conflictos puesto que los imaginarios, valores,

principios y “reglas” para el disfrute y aprovechamiento del territorio por parte de las

comunidades locales, en especial los pueblos indígenas, no necesariamente responden a

una lógica capitalista, por el contrario están ligadas a una manera diferente de pensar e

interpretar la realidad a partir de sus tradiciones culturales y espiritualidad8.

política y administrativa. (Decreto 2164 de 1995). 7 Según CODHES (Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento) y la Conferencia Episcopal de la

iglesia católica en 2008 insisten que esa cifra supera los 3,8 millones de personas. La tasa nacional es de 632 desplazados por cada 100.000 habitantes, en 14 de los 32 departamentos el promedio esta por encima del nacional. Si bien las cifras oficiales son un tanto menores, la dimensión del problema es aterrador. Los pueblos indígenas representan a uno de los grupos más afectados. 8 Cfr. MARTÍNEZ, Luis. REFLEXIONES PARA LA CONSTRUCCION DE POLITICAS PÚBLICAS PARA LA PAZ

CONSIDERANDO EL ENFOQUE DE ACCION SIN DAÑO Y CONSTRUCCION DE PAZ. 2011.

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Concepción sobre una Política Pública de Paz: Colombia y EL Salvador

Construcción de Paz como visión de una Política Pública

Es claro que la principal función del Estado es velar por la vida de sus ciudadanos

haciendo cumplir la constitución y haciendo efectivos los derechos y deberes de todos y

todas. En consecuencia, la Paz es considerada como un derecho la creación de las

Naciones Unidas e incluso como fuente natural para la evolución y desarrollo del ser

humano. Motivo por el cual, para el Estado debe ser primordial la búsqueda de la paz,

tanto de forma legal como social. De aquí que, sean los métodos, caminos y los

momentos los que se ponen en cuestionamiento.

Es necesario que el Estado desarrolle acciones preventivas como forma de garantizar,

proteger y cumplir los derechos de la sociedad. En relación, Vincen Fisas, ha demostrado

con su sistemático trabajo de seguimiento a los conflictos en el mundo, que las

confrontaciones nos son permanentes, y por el contrario, las sociedades terminan

encontrando soluciones políticas concertadas. Pero sobre todo, que dicha propensión

natural puede catalizarse sin el uso de la violencia.

Hablar de la formulación de políticas públicas constituye la manera de obtener una

aproximación hacia la construcción de la paz, pues se trata de intervenir diferentes

entornos, tanto a nivel de políticas de desarrollo sectorial como en temas transversales

como la paz y la reconciliación. Lo cual implica que no se trata solo de formular políticas,

sino de hacerlo en base a las instituciones y formas sociales, para no caer en el típico

vicio de crear política sin políticas. Ahora bien, en un ambiente de crisis política como el

que normalmente vivimos en nuestro país, resulta paradójico requerir la elaboración de

más políticas, pero si el Estado -tanto sociedad como gobierno- no actúa, no específica

sus acciones, indudablemente continuaremos incrementando las problemáticas que nos

identifican, producto en muchos casos, de la misma falta de políticas claras.

Es a partir de un contexto complejo y dinámico que se deben pensar las políticas públicas,

en este caso de paz. Para lo cual es necesario precisar lo que significa la paz para el

Estado: Paz como resultado del desarrollo justo o como el resultado del abatimiento del

enemigo. Hablar de un proceso de paz, antes y después del conflicto, demanda

indudablemente el involucramiento de diversos actores que garanticen su aplicación, en

Page 11: Políticas de paz. colombia el salvadorv2

Concepción sobre una Política Pública de Paz: Colombia y EL Salvador especial las personas y las instituciones que constituyen la base para la implementación

de las reformas.

Sin embargo, la negación de un conflicto, constituye un gran obstáculo para abordar el

problema de manera integral. “Recientemente el debate propiciado alrededor de la ley de

víctimas conllevo a la discusión de la existencia del conflicto, curiosamente una discusión

con aplicaciones prácticas más que todo en la política local. Pero el asunto principal de la

política es precisamente la generación de condiciones para el ejercicio pleno de la

Constitución y los derechos, por ende es interesante comprender los trasfondos de los

mensajes políticos al respecto. El reconocimiento del conflicto interno implica un derrotero

para la intervención social”9. No solo por la preservación del marco internacional de

derechos, DIH y DDHH, sino por la necesidad de pensar un desarrollo que evite regenerar

las causas que generaron el conflicto. Al respecto Hernando Gómez Buendía10 planteó en

su columna que el manejo de los mensajes y lenguajes, tiene efectos prácticos en política.

Y esto es más que evidente para la conformación de un proceso para la paz11.

En nuestro escenario colombiano, el propósito de construcción de paz exige promover

políticas públicas que prevengan la agudización del conflicto (Ej: incorporación al mismo

de sectores como jóvenes, desmovilizados, campesinos empobrecidos o habitantes de

regiones excluidas de los procesos de desarrollo económico) o políticas públicas que

actúen sobre factores que puedan incidir directa o indirectamente en el conflicto, como las

políticas de tierras, de desarrollo rural o de control de cultivos ilícitos. La construcción de

paz debe promover estrategias que desde lo local, fortalezcan el concepto del respeto a lo

otro y a los otros, y la legalidad como verdadera alternativa. Para la construcción de paz,

es necesario considerar políticas y programas que desarrollen sostenibilidad a los

resultados alcanzados en procesos de reintegración o afianzamiento de estrategias de

paz en lo local -como el ejemplo de los Laboratorios de Paz-, con visión de sostenibilidad

integral en el territorio (social, económico, ambiental e institucional). En relación,

9 “Si no hay reconocimiento del conflicto, nos vamos para la cárcel” (…)“ "Me acusan de buscar la paz,

tendría que estar enfermo mentalmente para no quererlo"… Presidente Santos. Revista Semana Mayo 14 y 03/2011, respectivamente. 10 “SÍ HAY CONFLICTO, AL FIN Y AL CABO”: El problema con la tesis "semántica" de Uribe no es que sea falsa sino, al

revés, que sea bastante cierta. Cierta pero simplista. Y en este caso concreto ese simplismo tiene consecuencias graves y nocivas sobre muchas cosas prácticas. Mayo 8/2011. www.razonpublica.com. 11

Cfr. MARTÍNEZ, Luis. REFLEXIONES PARA LA CONSTRUCCION DE POLITICAS PÚBLICAS PARA LA PAZ CONSIDERANDO EL ENFOQUE DE ACCION SIN DAÑO Y CONSTRUCCION DE PAZ. 2011.

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Concepción sobre una Política Pública de Paz: Colombia y EL Salvador Guillermo Hoyos decía: “La política se inventó precisamente como arte de lo posible, es

decir para solucionar los conflictos inherentes a la naturaleza humana, caracterizada de

nuevo por Kant como ´insociable sociabilidad´, mediante la lucha política y sus mejores

frutos, las Constituciones como cartas de navegación (…) Así, la política nació para

solucionar de manera pedagógica, ciñéndose al derecho y respetando los procedimientos,

aquellos conflictos que en Colombia nos hemos acostumbrado a resolver mediante la

violencia. Se trata de cambiar balas por palabras…”.

De acuerdo a esto, podemos afirmar que una política pública para la paz, puede

convertirse en un imperativo ético para el Estado y la sociedad. Sin lugar a dudas,

hablamos de un asunto fuertemente vinculado al proceso de desarrollo, con implicaciones

éticas frente al manejo de los conflictos y no esta circunscrito únicamente a los acuerdos

de paz, sino a las relaciones de cooperación, solidaridad y respeto entre los seres

humanos y las generaciones futuras. El ambiente político determina la orientación y

contenido de las políticas públicas, su metodología y aplicación, pero la sociedad en su

conjunto tiene la responsabilidad de encontrar sus propias respuestas y exigir al Estado la

generación de condiciones el verdadero acceso a sus derechos. No obstante, son muchas

las incertidumbres que deberá abordar un proceso de esta naturaleza, es decir, el análisis

de un enfoque y de su alcance, al igual que las metodologías de trabajo, los recursos y

tiempos para su implementación, cuya decisión indiscutiblemente hace parte del mismo

proceso de formulación de la política pública.

Una política de paz, es más una política para el fortalecimiento de identidades y la

articulación a un proyecto nacional que los identifica e incluye. Es un propósito de gran

dimensión que busca generar condiciones para que la reconciliación y la paz, unidas

indisolublemente, encuentren asidero en la sociedad, como se planteo anteriormente.

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Concepción sobre una Política Pública de Paz: Colombia y EL Salvador PROCESO DE PAZ EN EL SALVADOR

El Salvador lleva a cabo un largo proceso de Paz, con el cual logra desarrollar acuerdos

con los grupos armados al margen de la Ley salvadoreños, que conllevan a un proceso de

Paz catalogado como exitoso. A diferencia de Colombia, que ha tenido a lo largo de su

historia varios intentos para el establecimiento de un acuerdo de Paz definitivo, El

Salvador se caracteriza por haber tomado medidas específicas para el alcance de dicho

proceso. A continuación se encuentra sistemáticamente las características del proceso:

Cronología

En 1984 iniciaron una serie de reuniones para buscar una solución pacífica y

consensuada al conflicto bélico.

La Palma Chalatenango (15 de octubre de 1984).

Esta reunión marca el inicio de los esfuerzos de negociación entre el Gobierno de la

República y el FMLN con la intermediación de la Iglesia Católica. Los acuerdos

establecidos fueron: Crear una comisión u organismo mixto integrado por cuatro

delegados de ambas partes, que sería la encargada de continuar el proceso de

negociación hacia la paz.

Reunión de Ayagualo, La Libertad (30 de noviembre de 1984).

Con la que se logró la aprobación de las normas de procedimiento de la Comisión

Especial, Facilitar la libre circulación de las personas y vehículos civiles entre el 22 de

diciembre y el 3 de enero de 1985.

Reunión en San José Costa Rica, (Octubre de 1989).

En ésta reunión abordó el tema de la disolución de la Fuerza Armada.

Acuerdo de Ginebra, Suiza (04 abril de 1990).

Esta reunión se realiza luego de la ofensiva realizada por el FMLN, en noviembre de 1989

y en la cual interviene Naciones Unidas. Este es el primer acuerdo que se firma y

establece como objetivo fundamental, terminar con el conflicto bélico por la vía política y

a corto plazo, prever la democratización del país y la apertura de espacios para la

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Concepción sobre una Política Pública de Paz: Colombia y EL Salvador participación de los partidos políticos y de otras organizaciones civiles, así como el

irrestricto respeto de los Derechos Humanos.

Reunión de Caracas, Venezuela (21 de mayo de 1990).

Se firmó el segundo Acuerdo de Paz, por medio del cual se estableció la agenda de las

negociaciones sobre siete temas:

1. La Fuerza Armada

2. Derechos Humanos

3. Sistema Judicial

4. Sistema Electoral

5. Reforma Constitucional

6. Problemas Socioeconómicos

7. Verificación Internacional de las Naciones Unidas

Reunión en San José, Costa Rica (26 de julio de 1990).

La importancia de esta reunión radica en el establecimiento de los primeros acuerdos

para garantizar el respeto a los Derechos Humanos.

Reunión en México (27 de abril de 1991).

Se acuerda la reforma de la Constitución en las áreas de Derechos humanos, Fuerza

Armada, Seguridad pública, Sistema judicial, Sistema electoral.

Acuerdo de Nueva York (25 de septiembre de 1991).

En esta reunión se acordaron los siguientes puntos:

1. Crear la Comisión Nacional para la consolidación de la Paz (COPAZ).

2. Establecer un proceso de depuración de la Fuerza Armada.

3. Establecer la reducción de la Fuerza Armada.

4. Establecer la Doctrina de la Fuerza Armada.

5. Establecer el Sistema Educativo de la Fuerza Armada.

6. Creación de la PNC, y disolución de los antiguos Cuerpos de Seguridad.

7. Tema Económico y Social.

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Concepción sobre una Política Pública de Paz: Colombia y EL Salvador

Otros aspectos relacionados a la Fuerza Armada.

Acta de Nueva York I (31 de diciembre de 1991).

1 de Enero: Tras una maratónica jornada de negociaciones en la sede de las Naciones

Unidas en Nueva York , el gobierno y la guerrilla salvadoreña, firman en las primeras

horas del año nuevo un acuerdo del cese al fuego que entrará en vigor el 1 de Febrero. El

acuerdo prevé el establecimiento de una paz duradera para fines de Octubre y señalará el

fin de doce años de guerra civil.

La paz en El Salvador fue posible por la voluntad política de ambas partes en el conflicto,

que pidieron la intervención del Secretario General, quien fue el catalizador del proceso y

contó para el feliz desempeño de su papel con el apoyo de la comunidad internacional,

expresada en sendas resoluciones de la asamblea general y del consejo de seguridad, y,

especialmente, por la cooperación y la ayuda que le brindaron en todo momento los jefes

de gobierno de Colombia, España, México y Venezuela ( Amigos del Secretario General)

y su representante diplomáticos acreditados en El Salvador y ante la ONU en Nueva York.

12 de Enero: Los procesos de negociación, la firma de los acuerdos de paz y el conflicto

armado, se vieron culminados con la suscripción de los "Acuerdos de Paz de

Chapultepec".

En el AÑO DE 1997: Butros Butros-Ghali, Secretario General de Naciones Unidas, dio por

FINIQUITADO EL PROCESO DE PAZ EN EL SALVADOR, señalando que si bien era

cierto que no todos los acuerdos se habían cumplido en su totalidad, el grado de

cumplimiento era aceptable12.

CARACTERÍSTICAS SOCIALES Y ECONÓMICAS DEL CONFLICTO SALVADOREÑO

El conflicto político-militar que asoló a El Salvador durante la década de 1980 tuvo

impactos severos en la economía y abrió profundas heridas en el tejido social; efectos que

se acumularon y provocaron por la crisis económica regional. En consecuencia, las zonas

de guerra cubrieron el 40% de la superficie nacional. Las víctimas de la guerra y de la

contrainsurgencia fueron aproximadamente 75.000 personas -muchas de ellas en

12

Cfr. Cronología del proceso de dialogo en El Salvador. Página web: http://www.miportal.edu.sv.

Page 16: Políticas de paz. colombia el salvadorv2

Concepción sobre una Política Pública de Paz: Colombia y EL Salvador circunstancias atroces-, a las que deben agregarse centenas de miles de emigrados y

desplazados. El deterioro de la infraestructura económica y social fue muy grande, en un

país donde ya se presentaban estas problemáticas antes del conflicto.

Ahora bien, la reducción de la guerra desde 1990 y los acuerdos de paz de 1992

cambiaron el escenario institucional y crearon condiciones para la recuperación del

crecimiento y la reactivación de la inversión. Un programa amplio de reformas financieras

y fiscales cambió los parámetros institucionales de la actividad gubernamental y de la

iniciativa privada. De igual manera, se unificó el tipo de cambio y se liberó el mercado de

divisas, también se eliminaron los permisos de importación y los depósitos previos, se

redujeron sensiblemente, se eliminaron las exenciones arancelarias y se simplificaron los

procedimientos de importación y exportación. Se llevó a cabo una reforma tributaria que

simplificó los instrumentos y procedimientos de recaudación. Se redujo drásticamente el

número de artículos sometido a control de precios y se puso fin al monopolio estatal de la

comercialización del café y el azúcar. Finalmente, se dio autonomía al Banco Central de

Reservas, se adoptó una política de severa disciplina fiscal y se privatizó la banca

comercial13.

Ahora bien, las divisiones y rupturas dentro del Frente Farabundo Martí para la Liberación

Nacional - FMLN, las dificultades de su transformación en partido político, la lentitud de la

reconversión de los ex guerrilleros en parlamentarios y administradores, abonaron en el

avance desigual de la ejecución de los acuerdos, puesto que el menor énfasis asignado

fue a las dimensiones socioeconómicas en la construcción de paz, y la rigidez de la

política definida conceptualmente por la ejecución -desde 1990- de un diseño

macroeconómico monetarista comprometido con las agencias financieras multilaterales, lo

cual profundizó el desfase entre el proceso de democratización política institucional. De

igual manera, la relación del autoritarismo político (incluyendo fraude electoral, violencia

física, violación de derechos humanos, etc.) y el deterioro social crearon las condiciones

para el desarrollo de la insurgencia popular y la guerra que le sucedió.

13

Cfr. ROUQUIÉ, Alain. Guerras y paz en América Central. Fondo de Cultura Económica. 1994.

Page 17: Políticas de paz. colombia el salvadorv2

Concepción sobre una Política Pública de Paz: Colombia y EL Salvador Posteriormente, la entrada de la democratización institucional logra optimizar el proceso

de Paz y terminar la guerra, sin embargo se ha mantenido un deterioro social y la

existencia de bandas como las Maras, generalmente abreviado como MS, Mara, y MS-13.

Uno de los aspectos mis llamativos del actual panorama institucional de El Salvador es,

en efecto, que después de dos décadas de guerra insurgente, cuando finalmente es

posible plantear iniciativas de progreso social sin arriesgarse a perder la vida, esas

iniciativas no han sido verdaderamente planteadas.

Una parte de la antigua insurgencia decidió sumarse a las iniciativas de la derecha,

mientras la otra no puede avanzar más allá de los alcances originales de los acuerdos de

Paz. En este sentido. El deterioro de las condiciones de vida de sectores amplios de la

población no se traduce en un alineamiento político de confrontación; la protesta se agota

en el terreno social (huelgas, manifestaciones callejeras, revueltas locales, etc.).

En relación, podemos identificar que sin esas dos décadas de guerra insurgente que

caracterizan a El Salvador, es difícil pensar que la democratización hubiera avanzado

todo lo que avanzó en los últimos años, ni la comunidad internacional habría llegado a

preocuparse como lo hizo por el autoritarismo y las atrocidades de las elites de la época14.

El Salvador es un ejemplo clásico de los resultados de la intervención sistemática de

EE.UU. en el contexto de la "guerra de baja intensidad" de la Guerra Fría. EE.UU. apoyó

al hoy convertido partido político: Alianza Republicana Nacional - ARENA, y a un Estado

militarizado que, en conjunto, fueron responsables de 85% de las violaciones a los

derechos humanos durante los doce años de la Guerra Civil (1980 -1992) la cual dejó

79.000 muertos. Pero muchas veces hasta allí llega el análisis de la intervención de

EE.UU. sin embargo la intervención estadounidense en el tejido socio-económico facilitó

la cohesión de una "Nueva Derecha", liderada por el partido ARENA y el conocido

pensamiento FUSADES, los cuales establecieron la hegemonía del sector privado, e

insertaron a El Salvador en los circuitos mundiales del comercio y de las finanzas.

La intervención estadounidense prosiguió a través de los Acuerdos de Paz bajo el

pretexto de "la promoción de la democracia", que se manifiesta en tres principios rectores:

14 VILAS, Carlos. Un balance de la ejecución de los acuerdos de paz en El Salvador. 1996.

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Concepción sobre una Política Pública de Paz: Colombia y EL Salvador las políticas de ajuste estructural neoliberal (la privatización, la liberalización del comercio,

la desregulación de las inversiones, los recortes del gasto social, etc.).

POLÍTICAS DE PAZ O PROCESOS DE PAZ

Podemos identificar claramente las acciones llevadas a cabo por los dos países

latinoamericanos en relación de la búsqueda de Paz por medio de diálogos y procesos de

Paz. En Colombia encontramos diferentes momentos en los que fue posible conseguir la

desmovilización de grupos armados al margen de la Ley, como el caso de grupos

guerrilleros como el M19 y EPL, entre otros. Sin embargo, también existieron intentos

fallidos como el tan reconocido caso del Cagúan con la creación de una zona de

distención que sólo sirvió para el fortalecimiento político y económico de las FARC.

Por otra parte, se encuentra el proceso de Paz consolidado en El Salvador luego de años

de guerra civil y debilitamiento del Estado con la indiscutible entrada de los EE.UU.,

generado así, estructuras económicas particulares, con la entrada del neoliberalismo y la

desintegración de las tradicionales fuerzas armadas salvadoreñas. Lo que podríamos

llamar paradójico de todo este proceso, es la continuidad el crecimiento de los índices de

pobreza y exclusión social, lo mismos que conllevaron a la creación de pandillas de gran

impacto social tanto dentro como fuera del País. De acuerdo a esto, es posible plantear

como hipótesis implícita que el diseño actual de políticas económicas y sociales en el

Salvador no han sido eficaces en la neutralización de la exclusión social.

A partir de esto, hablar de políticas públicas de Paz como referente de los procesos de

Paz de Colombia y El Salvador no es posible, es decir, en Colombia se han vislumbrado

“instantes de Paz” con las diferentes desmovilizaciones históricas desarrollas desde la

segunda mitad del siglo XX, al igual, se han creado Leyes como Justicia y Paz, y la actual

ley de tierras que transversalizan el tema de los Derechos Humanos y la

conceptualización de la Paz, sin ser está el abordaje principal de dichas leyes; por otra

parte, El Salvador realizó un acuerdo para finalizar la guerra civil en la que se encontraba

sumergida su país, sin embargo, en ninguno de los dos casos podemos identificar

claramente una línea guía en la elaboración, implementación y evaluación de Políticas

Públicas que evidencian la Paz en el País.

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Concepción sobre una Política Pública de Paz: Colombia y EL Salvador

En este sentido debería hablarse más que de una política de paz, de una política de

construcción de paz y reconciliación, en la idea de generar espacios para la reproducción

cultural y la realización de los sujetos de derecho individual y colectivo, en la

trascendencia de sus principios y patrones culturales. Considerando, especialmente en

Colombia, los procesos históricos y la dimensión regional, como factores de encuentro y

reconciliación. No se trata de un plan con metas y objetivos específicos, sino un largo

camino de construcciones.

Una política de construcción de paz y reconciliación que señale la posibilidad de la

realización incremental de los derechos, pero sobre todo que genere la capacidad de

fortalecer las identidades y capacidades de la gente con fuerza creadora, orientada por la

negación absoluta de la violencia como medio de lucha, y búsqueda de la prevalencia de

los derechos y una idea de justicia que potencie la multiculturalidad y el respeto por las

generaciones futuras, en aras de un mundo mejor o el desarrollo de una vida digna para

todos.

Ahora bien, también es necesario mirar este proceso no sólo desde un ámbito que

algunos podrían llamar idealista sino desde la realidad y el contexto específico, en este

caso de América Latina. Es decir, el desarrollo desde una base neoliberal y el seguimiento

de parámetros internacionales de la globalización. Puesto que la relación que se da

actualmente entre las acciones del Estado a través de lo público y el papel de sectores de

la sociedad desde la privado, conforman la realidad de nuestros países y lo que se

considera hoy en día la capacidad de desarrollo de los “pueblos latinoamericanos”.

En consecuencia, para algunos, la tendencia a la solución privada y violenta de los

conflictos podría mirarse como la contrapartida de la inexistencia o la precariedad de un

ámbito público de tramitación de las tensiones sociales. Por ello, hablar de la precariedad

del ámbito público y de la consiguiente precariedad del Estado obliga a reflexionar sobre

el funcionamiento de la sociedad donde se genera ese Estado, sobre cómo lo conforma y

cómo se resiste a verse expresada en él. Resulta inevitable abordar la relación sobre

problemáticas colectivas esenciales, como la construcción de lo público y la relación entre

lo privado, lo público y lo social; el desarrollo de la sociedad en una cultura de tolerancia,

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Concepción sobre una Política Pública de Paz: Colombia y EL Salvador solidaridad y compromiso social, al igual que la configuración de una sociedad moderna,

auto reflexiva y auto gestionada en un régimen democrático incluyente y deliberativo en el

contexto de la globalización.