poesía de la experiencia: dos generaciones

11

Click here to load reader

Upload: joaquin-j-martinez-sanchez

Post on 03-Jul-2015

356 views

Category:

Education


2 download

DESCRIPTION

Textos de poesía de la experiencia. Generación del 50 y 60. Generación de la democracia.

TRANSCRIPT

Page 1: Poesía de la experiencia: dos generaciones

POESÍA DE LA EXPERIENCIA. DOS GENERACIONES

LUIS GARCÍA MONTERO (Granada, 1958)

Se descalzan los díaspara pasar de largo sin que nos demos cuenta.Son casi despedidas, casi encuentros-felices pero incómodos-de cuerpos que se mirany que aplazan la cita. Aunque detrás,suelen quedarnos huellas que no son los recuerdos.

De aquel jardín inculto yo conservoel hombre que venía a desearte,a caminar sin ti,silvestre y solo.Porque de ti le hablaban las adelfas,con sus ramas difíciles como muchachas jóvenes,y las palmeras altas igual que tu desnudo,y aquel cielo corridoque buscabala luz con que el amor te distingue los ojos.

No envejecemos nunca. Tal vez no envejecemos.

Y ahora puedo decírtelo,cuando tú me recuerdas las adelfas,y tu desnudo en arco dibuja una palmera,y los ojos se nublansobre el jardín silvestre de los enamorados.

Tal vez no envejecemos. O es acaso que el tiempose quitó los tacones para no molestarnos.O es acaso el deseoque camina en los labios todavía descalzo.

1

Page 2: Poesía de la experiencia: dos generaciones

Nocturno

A Ángel González

Aplauden los semáforos más libres de la noche,mientras corren cien motos y los frenos del cochetrabajan sin enfado. Es la noche más plena.Ninguna cosa viva merece su condena.Corazones y lobos. De pronto se iluminaen su sillín con prisas la línea femeninade un muslo. Las aceras, sin discreción ninguna,persiguen ese muslo más blanco que la luna.Pasan mil diez parejas derechas a la camapara pagar el plazo de la primera llamay firmar en las sábanas los consorcios más bellos.Ellas van apoyadas en los hombros de ellos.Una federación de extraños personajes,minifaldas de cuero, chaquetas con herrajesy el hablador sonámbulo que va consigo mismo,la sombra solitaria volviendo del abismo.Luces almacenadas, que brotan de los bares,como hiedras contratan las perpendicularesfachadas de cristal. Hay letreros que guiñan,altavoces histéricos y cuerpos que se apiñan.El día es impensable, no tiene voz ni votomientras tiemble en la calle el faro de una moto,la carcajada blanca, los besos, la melenaque el viento negro mueve, esparce y desordena.Yo voy pensando en ti, buscando las palabras.Llego a tu casa, llamo, te pido que me abras.La ciudad de las cuatro tiene pasos de alcohólica.Desde el balcón la veo y como tú, bucólicageometría perfecta, se desnuda conmigo.Agradezco su vida, me acerco, te lo digo,y abrazados seguimos cuando un alba rayadase desploma en la espalda violeta de Granada.

De Habitaciones separadas (1994)

2

Page 3: Poesía de la experiencia: dos generaciones

UNA MUSA VESTIDA DE VAQUEROS (Fragmentos, 1996)

[...] Me parece que con la poesía ha ocurrido lo mismo [que en la nueva sociedad surgida de la democracia], se escribe mucho y bien, con buenas editoriales, con un público limitado, pero existente. Se trata de un panorama muy difícil de encontrar en otros países, en los que la poesía es ya una curiosidad nostálgica, ay, las indispensables nostalgias de la cultura, y la publicación resulta complicada incluso para los autores consagrados. Dentro de este panorama sólido, en el que caben muchos caminos, ha tenido especial protagonismo la llamada poesía de la experiencia, la vuelta de los jóvenes a la realidad, asumiendo el tono de la verosimilitud, la naturalidad coloquial en el estilo y el interés por los distintos aspectos de la vida cotidiana en los temas. Miguel García-Posada ha definido precisamente el fenómeno como un desplazamiento de la poesía española desde el culturalismo a la vida. Se perfila una recuperación literaria de la intimidad, abundan los temas urbanos, reaparece la voluntad civil, hay un gusto clásico por una poesía de dicción clara, con el vocabulario y los ritmos bien elaborados.Considero un error el intento que a veces se hace de definir esta poesía como una tendencia cerrada y homogeneizadora. Existen semejanzas históricas, el aprovechamiento de una misma tradición, la apuesta por unos mismos intereses estéticos, pero es notable también la variedad de matices, las muy diversas personalidades, la voz propia. Pensemos en unos cuantos nombres de los muchos que se pueden citar en lengua castellana (porque la lista sería muy rica también en las otras lenguas del Estado): Amalia Bautista, José Manuel Benítez Ariza, Francisco Bejarano, Felipe Benítez Reyes, Juan Manuel Bonet, Juan Bonilla, Juan María Calles, Luis Alberto de Cuenca, Vicente Gallego, Álvaro García, Vicente García, José Luis García Martín, Antonio Jiménez Millán, Jon Juaristi, Juan Lamillar, Abelardo Linares, Julio Martínez Mesanza, Carlos Marzal, Miguel Mas, José Mateos, Inmaculada Mengíbar, José Antonio Mesa Toré, José María Micó, Mari Ángeles Mora, Luis Muñoz, José Luis Piquero, Benjamín Prado, José Carlos Rosales, Álvaro Salvador, Javier Salvago, Eloy Sánchez Rosillo, Leopoldo Sánchez Torre, Pedro Sevilla, Vicente Tortajada, Andrés Trapiello, Vicente Valero, Manuel Vilas, Luis Antonio de Villena, Roger Wolfe... Mil matices ideológicos, variedad de mundos y de tonos. El alejamiento del culturalismo en favor de una poesía más cercana a la realidad no es el fruto de una tendencia homogeneizadora y cerrada, sino una característica que puede percibirse, de distintas maneras, en muchos de los poetas españoles actuales de más altura. Sin duda hay también otras tradiciones, otros caminos de los que puede surgir otro tipo de poesía, bien hecha y con calidad.¿Qué significa hablar ahora de realismo? Antes que nada, y esto es importante por lo que se refiere a la poesía española, significa apostar por un estilo; es decir, no identificarse en las tajantes divisiones generacionales, dispuestas a romper con todo lo anterior, ni en las incoherentes operaciones del autobombo, en las que se mezclan disparatadamente autores de gustos enfrentados. Por el contrario, se produce en el trabajo propio una apuesta estilística (repito: de muchos matices) por una determinada tradición estética. Esto ha hecho posible que a lo largo de la década de los ochenta se haya vuelto al pasado con generosidad, sin tacañería a la hora de reconocer maestros. Blas de Otero, José Hierro, los poetas de la generación del cincuenta, autores criticados por el esteticismo característico de los primeros años setenta, pasan a convertirse en un referente imprescindible en la poesía española actual. Y no podemos olvidar que esta reivindicación era necesaria después de algunas posturas sistemáticamente negadoras, sobre todo en el intento de defender el esteticismo y rechazar cualquier posibilidad poética no basada en los códigos de la vanguardia y el culturalismo. La defensa del realismo no supone para mí el empeño de negar otras posibilidades estéticas muy aceptables, sino el deseo de afirmar la validez de un camino regularmente negado en los debates de la reciente poesía española. [...]

3

Page 4: Poesía de la experiencia: dos generaciones

BLAS DE OTERO (Bilbao, 1916-1979)

Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre aquel que amó, vivió, murió por dentro y un buen día bajó a la calle: entonces comprendió: y rompió todos su versos.

Así es, así fue. Salió una noche echando espuma por los ojos, ebrio de amor, huyendo sin saber adónde: a donde el aire no apestase a muerto.

Tiendas de paz, brizados pabellones, eran sus brazos, como llama al viento; olas de sangre contra el pecho, enormes olas de odio, ved, por todo el cuerpo.

¡Aquí! ¡Llegad! ¡Ay! Ángeles atroces en vuelo horizontal cruzan el cielo; horribles peces de metal recorren las espaldas del mar, de puerto a puerto.

Yo doy todos mis versos por un hombre en paz. Aquí tenéis, en carne y hueso, mi última voluntad. Bilbao, a once de abril, cincuenta y uno. Blas de Otero

“En el principio”

Si he perdido la vida, el tiempo, todo lo que tiré, como un anillo, al agua, si he perdido la voz en la maleza, me queda la palabra.

Si he sufrido la sed, el hambre, todo lo que era mío y resultó ser nada, si he segado las sombras en silencio, me queda la palabra.

Si abrí los labios para ver el rostro puro y terrible de mi patria, si abrí los labios hasta desgarrármelos, me queda la palabra.

4

Page 5: Poesía de la experiencia: dos generaciones

ÁNGEL GONZÁLEZ (Oviedo, 1925-2008)Para que yo me llame Ángel González, para que mi ser pese sobre el suelo,fue necesario un ancho espacioy un largo tiempo:hombres de todo mar y toda tierra,fértiles vientres de mujer, y cuerposy más cuerpos, fundiéndose incesantesen otro cuerpo nuevo.Solsticios y equinoccios alumbraroncon su cambiante luz, su vario cielo,el viaje milenario de mi carnetrepando por los siglos y los huesos.De su pasaje lento y dolorosode su huida hasta el fin, sobreviviendonaufragios, aferrándoseal último suspiro de los muertos,yo no soy más que el resultado, el fruto,lo que queda, podrido, entre los restos;esto que veis aquí,tan sólo esto:un escombro tenaz, que se resistea su ruina, que lucha contra el viento,que avanza por caminos que no llevana ningún sitio. El éxitode todos los fracasos. La enloquecidafuerza del desaliento...

“Así nunca volvió a ser”Como llevaba trenzala llamábamos trencita en la tarde del jueves.Jugábamos a montarnos en ella y nos llevabaa una extraña región de la que nunca volveríamos.Porque es casi imposible abandonaraquel olor a tierra de su cabello sucio,sus ásperas rodillas todavía con polvoy con sangre de la última caíday, sobre todo,la nacarada nuca donde se demorabanunas gotas de luz cuando ya luz no había.Allí me dejó un día de veranoy jamás regresóa recoger mi insomne pensamientoque desde entonces vaga por sus brazoscorrigiendo su ruta, terco y contradictorio,lo mismo que una hormiga que no sabe salirde la rama de un árbol en el que se ha perdido.

5

Page 6: Poesía de la experiencia: dos generaciones

JOSÉ HIERRO (Madrid, 1922-2002)

“Segundo amor”No quiero que desgranes tu pasado en mis manos,porque sólo el presente ofrece carne viva.Sería, recordar, sentir dolores de otrosdoliendo en nuestras vidas.Serenidad. Se siente el otoño en el almacaer, con la tristeza de su razón cumplida.A qué mirar adentro, a la espalda, pensaren la luz que declina.Quisiera preguntarte; pero yo me someto.Contengo la pregunta con la mano en la herida.No quiero que desgranes tu pasado, que tornesa lo que no se olvida.De Libro de las alucinaciones (1964)

“La mano es la que recuerda...”

La mano es la que recuerdaViaja a través de los años,desemboca en el presentesiempre recordando.

Apunta, nerviosamente,lo que vivía olvidado.la mano de la memoria,siempre rescatándolo.

Las fantasmales imágenesse irán solidificando, irán diciendo quién eran,por qué regresaron.

Por qué eran carne de sueño,puro material nostálgico.La mano va rescatándolas de su limbo mágico.De Cuaderno de Nueva York (1998)

6

Page 7: Poesía de la experiencia: dos generaciones

JAIME GIL DE BIEDMA (Barcelona, 1929-1990)

“Amistad a lo largo”

Pasan lentos los díasy muchas veces estuvimos solos.Pero luego hay momentos felicespara dejarse ser en amistad.

Mirad:somos nosotros.

Un destino condujo diestramentelas horas, y brotó la compañía.Llegaban noches. Al amor de ellasnosotros encendíamos palabras,las palabras que luego abandonamospara subir a más:empezamos a ser los compañerosque se conocenpor encima de la voz o de la seña.Ahora sí. Pueden alzarselas gentiles palabras-ésas que ya no dicen cosas-,flotar ligeramente sobre el aire;porque estamos nosotros enzarzadosen mundo, sarmentososde historia acumulada,y está la compañía que formamos plena,frondosa de presencias.Detrás de cada unovela su casa, el campo, la distancia.

Pero callad.Quiero deciros algo.Sólo quiero deciros que estamos todos juntos.A veces, al hablar, alguno olvidasu brazo sobre el mío,y yo aunque esté callado doy las gracias,porque hay paz en los cuerpos y en nosotros.Quiero deciros cómo trajimosnuestras vidas aquí, para contarlas.Largamente, los unos con los otrosen el rincón hablamos, tantos meses!que nos sabemos bien, y en el recuerdoel júbilo es igual a la tristeza.Para nosotros el dolor es tierno.

Ay el tiempo! Ya todo se comprende.

7

Page 8: Poesía de la experiencia: dos generaciones

MARIA VICTORIA ATIENZA (Málaga, 1931)

MAR

Bajo mi cama estáis, conchas, algas, arenas: comienza vuestro frío donde acaban mis sábanas. Rozaría una jábega con descolgar los brazos y su red tendería del palo de mesana de este lecho flotante entre ataúd y tina. Cuando cierro los ojos se me cubren de escamas.

Cuando cierro los ojos, el viento del Estrecho pone olor de Guinea en la ropa mojada, pone sal en un cesto de flores y racimos de uvas verdes y negras encima de mi almohada, pone henchido el insomnio, y en un larguero entonces me siento con mi sueño a ver pasar el agua.

De Marta & María (1966)

MARTA Y MARÍA

Una cosa, amor mío, me será imprescindible para estar reclinada a tu vera en el suelo: que mis ojos te miren y tu gracia me llene; que tu mirada colme mi pecho de ternura y enajenada toda no encuentre otro motivo de muerte que tu ausencia.

Mas qué será de mí cuando tú te me vayas. De poco o nada sirven, fuera de tus razones, la casa y sus quehaceres, la cocina y el huerto. Eres todo mi ocio: qué importa que mi hermana o los demás murmuren, si en mi defensa sales, ya que sólo amor cuenta.

De Marta & María (1966)

GODIVA EN BLUE JEANS

Cuando sobrepasemos la raya que separa la tarde de la noche, pondremos un caballo a la puerta del sueño y, tal Lady Godiva, puesto que así lo quieres, pasearé mi cuerpo -los postigos cerrados- por la ciudad en vela...

8

Page 9: Poesía de la experiencia: dos generaciones

No, no es eso, no es eso; mi poema no es eso. Sólo lo cierto cuenta. Saldré de pantalón vaquero (hacia las nueve de la mañana), blusa del "Long Play" y el cesto de esparto de Guadix (aunque me araña a veces las rodillas). Y luego, de vuelta del mercado, repartiré en la casa amor y pan y fruta.

De El mundo de M.V. (1978)

VICTORIA

Estaba abierto el cielo y mi hijo en mis brazos, tan indefenso y tibio y aterido y fragante que lo sentí una obra sólo mía, victoria de un cuerpo paso a paso ofrecido a su cuerpo. Lo envolví con mi aliento y él tuvo el soplo tibio en el que una paloma se sostenía en vuelo.

De Trances de Nuestra Señora (1986)

9

Page 10: Poesía de la experiencia: dos generaciones

FELIPE BENÍTEZ REYES (Rota, 1960)

“El símbolo de toda nuestra vida”

Hay noches que debieran ser la vida.Intensas largas noches irrealescon el sabor amargo de lo efímeroy el sabor venenoso del pecado-como si fuésemos más jóvenesy aún nos fuese dado malgastarvirtud, dinero y tiempo impunemente.

Debieran ser la vida,el símbolo de toda nuestra vida,la memoria dorada de la juventud.Y, como el despertar repentino de una vieja pasión,que volviesen de nuevo aquellas nochespara herirnos de envidiade todo cuanto fuimos y vivimosy aún a veces nos tientacon su procacidad.Porque debieron ser la vida.

Y lo fueron tal vez, ya que el recuerdolas salva y les concede el privilegio de fundirseen una sola noche triunfal,inolvidable, en la que el mundopareciera haber puestosus llamativas galas tentadorasa los pies de nuestra altiva adolescencia.

Larga noche gentil, noche de nieve,que la memoria te conserve como una gema cálida,con brillo de bengalas de verbena,en el cielo apagado en el que flotanlos ángeles muertos, los deseos adolescentes.

De Los vanos mundos

10

Page 11: Poesía de la experiencia: dos generaciones

AMALIA BAUTISTA (Madrid, 1962)

Vamos a hacer limpieza generaly vamos a tirar todas las cosasque no nos sirven para nada, esascosas que ya no utilizamos, esasotras que no hacen más que coger polvo,nos traen recuerdos amargos,las que nos hacen daño, ocupan sitioo no quisimos nunca tener cerca.Vamos a hacer limpieza generalo mejor todavía, una mudanzaque nos permita abandonar las cosassin tocarlas siquiera, sin mancharnos,dejándolas donde han estado siempre;vamos a irnos nosotros, vida míapara empezar a acumular de nuevo.O vamos a prender fuego a todoy a quedarnos en paz, con esa imagende las brasas del mundo ante los ojosy con el corazón deshabitado.

LA MUJER DE LOTNadie nos ha aclarado todavíasi la mujer de Lot fue convertidaen estatua de sal como castigoa la curioseada irrefrenable y a la desobediencia solamente,o si se dio la vuelta porque en mediode todo aquel incendio pavorosoardía el corazón que más amaba.

AL CABO

Al cabo, son muy pocas las palabrasque de verdad nos duelen, y muy pocaslas que consiguen alegrar el alma.Y son también muy pocas las personasque mueven nuestro corazón, y menosaún las que lo mueven mucho tiempo.Al cabo, son poquísimas las cosasque de verdad importan en la vida:poder querer a alguien, que nos quierany no morir después que nuestros hijos. De Tres deseos (2006)

11