UN MACHO DE PICODORSIBLANCO (reconocible por

su cabeza roja) muestra la típica

espalda barreada de blanco

propia de la subespecie lilfordi.

MM ELOSEGI

TEXTO: DAVID CAMPIÓN FOTOS: DAVID CAMPIÓN Y MIGUEL MARI ELOSEGI

EL PICO DORSIBLANCOLA JOYA DEL REINO

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HabiosPirineo

Amanece en el hayedo pirenaico. El aveasoma la cabeza desde su agujero a 15metros de altura y observa como la te-

nue luz solar va aclarando el bosque y disi-pa las últimas brumas nocturnas, que se aga-rran tenaces al frío suelo. Súbitamente, el picodorsiblanco vuela y desaparece en lo profundodel bosque. Es una escena repetida cada ama-necer de los últimos doscientos mil años enlos Pirineos, cuando los neandertales pobla-ban estas tierras.

Sin embargo, en esta ocasión algo ha cam-biado. Varios satélites orbitando en torno a laTierra triangulan mediante complejos algo-ritmos matemáticos la posición del ave, quequeda almacenada en un dispositivo de altatecnología. Dentro de una hora el ciclo se re-petirá. Los secretos del pico dorsiblanco co-mienzan a ser desvelados.

UNA HISTORIA PECULIAR Se trata de un pájaro carpintero de 100 gra-mos de peso, que generalmente cría dos po-llos al año en un nido que excava en un haya,a unos 10–15 metros de altura. Y que tieneuna historia curiosa que contar. La especieocupa bosques bien conservados desde Na-varra hasta Japón, pero en realidad no todoslos picos dorsiblancos son iguales.

En efecto, con la expansión de los hielos

durante la última glaciación los picos dorsi-blancos europeos quedaron refugiados yaislados en las penínsulas mediterráneas (Ibé-rica, Itálica y Balcánica). Con el paso de losmilenios comenzaron a aparecer sutiles di-ferencias con los otros dorsiblancos y hoy endía son –para un ojo entrenado– claramen-te distinguibles de sus primos del este. De he-cho recientes análisis genéticos demuestranesas diferencias y se investiga la posibilidadde que esta subespecie “mediterránea” de-nominada lilfordi se haya convertido en re-alidad ya en una especie diferente.

Desde hace 10.000 años y más moder-namente con la recuperación de los bosquesen Europa los dos linajes de picos dorsiblancoscomienzan a reconectarse en varios lugarestras al menos 100.000 años de aislamiento.Se conocen varios especímenes híbridos y eneste momento se trata de ver hasta que pun-to se han convertido en “primos” más o me-nos lejanos.

HABITANTE DE LOS HAYEDOS, BOSQUES MANEJADOSAunque en el resto del mundo la especie ocu-pa diferentes tipos de bosques, en el Pirineoes más especialista y solo utiliza los hayedos,puros o mezclados. Pero ojo, no cualquier ha-yedo en cualquier situación. Los núcleos his-

tóricos más conocidos se sitúan en la Selvade Irati y en Quinto Real. Los territorios decría se localizan allí en las partes más ma-duras del bosque, de más de un siglo largode existencia.

Es ahí donde puede surgir el problema, yaque en esos años se cumple el turno de cor-ta del haya y llega por lo tanto el momentode la tala final en los hayedos gestionados paraproducción. Es por ello que se trata de unaespecie que hay que tener en cuenta en la ges-tión forestal, ya que en caso contrario, des-aparece. Es conocido el caso de un monte si-tuado en el corazón de Irati y sometido a fuer-tes cortas en los años 50, en el que el pico dor-siblanco aún no aparece 70 años después.También más recientemente la especie parecehaber de saparecido de un amplio territoriomugante a Quinto Real por similares motivos.

UNA ESPECIE POCO CONOCIDANo fue hasta 1968 que el pico dorsiblanco fuedescubierto al sur de los Pirineos, y era en-tonces (como ahora) un objetivo fantásticopara los pajareros:

“El 31 de marzo de 1972 llegamos con el ‘doscaballos’ de mi tío Antonio y aparcamos cercade la casa forestal de Zabaleta –relata AlfonsoSenosiain, conocido y mítico naturalista na-varro que sigue trabajando con la especie–

El pico dorsiblanco, el más raro y amenazado de los pájaroscarpinteros europeos, ha encontrado en Navarra un espacio para su

supervivencia, hasta el punto de que el 99% de los ejemplares que existenen todo el estado se refugian en nuestros bosques. Gestión Ambiental de

Navarra, empresa pública dependiente del Departamento de MedioAmbiente del Gobierno de Navarra, trabaja con esta especie dentro delproyecto europeo Habios, sobre especies bioindicadoras de los Pirineos.

UN EJEMPLAR DE PICODORSIBLANCO inicia el vuelo

desde el nido tallado por él en el

árbol. Puede observarse la antena

GPS sobresaliendo de su cola.

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desde allí me adentré hacia Lizardoia conunos pesados prismáticos rusos. Primero vi doscorzos, para nada tan comunes como hoy en día,y después… un picatroncos, que enseguida iden-tifiqué como un macho de dorsiblanco. El pá-jaro recorría tranquilo una rama de haya, lue-go bajó a un tocón y más tarde se desplazó porel suelo hasta un haya caída. Luego desapare-ció. Yo, con una sonrisa de oreja a oreja, no dabacrédito a lo que acababa de observar”.

Hoy sabemos que el 99% de la poblaciónestatal de pico dorsiblanco está en Navarra,que es su límite de distribución mundial. Exis-ten sólo 1–2 parejas en Zuriza (Huesca), mu-gando a Navarra. También hay citas muy an-tiguas de la especie en el Parque Nacional deOrdesa, pero nadie ha vuelto a ver a esta es-pecie allí desde hace muchas décadas. Portodo ello, junto al visón europeo, constituyela mayor responsabilidad de Navarra en la

conservación de especies.Hasta mediados de los noventa la distri-

bución conocida se extendía desde Larra has-ta el Puerto de Belate, calculándose unas 75parejas acantonadas en los mejores hayedos.Por aquellos años, los que trabajábamoscon el pico dorsiblanco recorríamos los ha-yedos con un radiocasete a la espalda, al máspuro estilo rapero de Harlem y para asombrode paisanos y maderistas. Reproducíamos elcanto de la especie una y otra vez en se-cuencias de cinco minutos para contactar alas aves, y así íbamos dibujando en los ma-pas los diferentes territorios, que estimába-mos de 50–100 hectáreas. Es lo que había-mos visto en los trabajos sobre la especie re-alizados en Suecia y Noruega.

Luego medíamos en esos territorios el gro-sor de los árboles, su altura, la maderamuerta y otras variables. Y con toda esa in-

formación determinábamos cual era el hábitatque seleccionaba el pico dorsiblanco. Nues-tro pájaro escogía los rodales más viejos, conlos árboles más gruesos y altos, con abun-dante madera muerta en el suelo y en pie. Enresumidas cuentas, los mejores rincones delos mejores bosques eran los elegidos pornuestro carpintero para establecer sus pe-queños territorios casi virginales. O lo que nos-otros creíamos que eran sus territorios.

El 99% de la población estatal de pico dorsiblanco estáen Navarra. Por eso, junto al visón europeo, constituye lamayor responsabilidad de la Comunidad foral en laconservación de especies

100 GRAMOS. Sobre estas líneas uno de los ejemplares marcados durante el desarrollo del proyectoHABIOS. En la imagen de la derecha, uno de los hábitat predilectos del pico dorsiblanco, un hayedo conárboles gruesos y altos y madera muerta en el suelo.

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HabiosPirineo

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NUEVOS HORIZONTES, LA CONQUISTA DEL OESTEY, casi de repente, se empezó a detectar la pre-sencia del pico dorsiblanco en los hayedos si-tuados más allá del viejo Puerto de Belate, ha-cia el oeste. Durante 2015 se hace ya una re-visión bastante completa de estos hayedos yse estiman unas 20–25 parejas en esta zona.En 2019 el trabajo de detección permite yaextender el área de distribución hasta Leitza,

a las puertas de Aralar. “Ha sido una gran ale-gría comprobar la presencia de la especie tanal oeste, pero ello también nos obliga a infor-mar a guardas, técnicos, ayuntamientos y ma-deristas de la nueva situación –afirma MiguelMari Elosegi, técnico del Gobierno de Nava-rra–; estamos organizando reuniones y siendotransparentes con la información. La recepciónestá siendo buena e incluso nos cuentan de al-gún maderista que se ha emocionado al llevarle

a ver con el telescopio en el nido al legendariopájaro, del que tanto había oído hablar”.

Hay que tener en cuenta que estos haye-dos occidentales han sido explotados para laproducción de carbón hasta los años 50. Efec-tivamente hasta esa fecha, desde las ferrerí-as medievales hasta la industria pamplone-sa funcionaba con carbón vegetal, y tambiénse calentaban con carbón las gentes y se mo-vían los trenes. Eso ha exigido durante siglos

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miles de toneladas de carbón de haya. La for-ma de obtener carbón es la tala “a matarra-sa” del hayedo cada pocos años para cons-truir las txondorras o carboneras. Este siste-ma de gestión no es compatible con buenaparte de la fauna forestal, que necesita bos-ques de árboles grandes y maduros.

Entre el reducido grupo de personas fa-miliarizadas con la especie no hay un acuer-do total de qué es lo que está pasando, si esque el pico dorsiblanco está avanzando ha-cia el oeste como un frente de colonización,o si se está recuperando a partir de reductosdonde había sobrevivido a los siglos de car-

boneo industrial del hayedo. Sea una cosa,la otra o mezcla de las dos, quizás ya lleva-ba algunos años por ahí, pero lo que es se-guro es que en todo caso tenía que ser muyescaso para no haber sido observado. Es ob-servable que todas las laderas donde hoy seencuentra el pico dorsiblanco están llenas delos pequeños rellanos donde se situaban lascarboneras, lo que nos indica que este pai-saje no era en el pasado tan apetecible parala especie.

Aunque nuestro pájaro en esta nuevazona vuelve a seleccionar para reproducirserodales con abundante madera muerta, en-

seguida vemos que estas áreas son distintasa las que hemos estudiado durante años enIrati y Quinto Real. Son a menudo laderas em-pinadas y rocosas, donde tras el abandono delcarboneo y la relajación del diente del ganadoha aparecido un ejército de hayas altas y del-gadas que compiten entre sí y que frecuen-temente caen por el escaso suelo y la pen-diente exagerada. Eso resulta en una granabundancia de árboles muertos, buenospara nidificar y alimentarse. Pero estas zonasson pequeñas, aisladas y rodeadas de muchoshayedos no ecológicamente buenos, al ser fá-cilmente explotables. ¿Cómo puede estar ex-

CONQUISTA DE NUEVOSHÁBITATS. En la actualidad, se

ha comprobado que esta ave

también ha llegado hasta Leitza,

a las puertas de Aralar. Mucho

más al oeste de lo esperado.

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tendiéndose nuestra ave por este territorio?Algo no estaba funcionando como pen-

sábamos, y la mejor manera de averiguar-lo era utilizar las técnicas más modernas enel seguimiento de fauna salvaje: la localiza-ción GPS.

TECNOLOGÍA Y CAPTURASEn Navarra, el Departamento de Medio Am-biente a través de su empresa pública GestiónAmbiental de Navarra, había trabajado eltema de censos y estudios de hábitat, perono se había abordado un estudio en profun-didad sobre la especie. Se ha aprovechado una

convocatoria europea POCTEFA financiadacon fondos FEDER, que cubren el 65% de losgastos. Se trata de una línea de trabajo queviene de años atrás, y que ha permitido a Na-varra colaborar con socios franceses, ando-rranos, vascos, aragoneses y catalanes. En estecaso el proyecto se denomina HABIOS, y tra-ta de poner en valor y conservar las aves bioin-dicadoras de los Pirineos.

Cuando se diseñó el proyecto HABIOS noexistía aún una tecnología que permitieraequipar a las aves con emisores GPS. El picodorsiblanco pesa unos 100 gramos, y está es-tablecido que por precaución no debe de po-

nerse a un animal una carga que exceda el4% de su peso, es decir 4 gramos. A travésde contactos con una empresa inglesa pun-tera se consiguieron unos primeros emiso-res –casi prototipos– en 2017 que han sidomejorados en años sucesivos. Se trata de apa-ratitos de apenas 3,4 gramos que consiguenhoy almacenar hasta 300 localizacionesexactas, que serán después descargadas víaradio sin molestar de nuevo al ave.

Sí, seremos los primeros del mundo enequipar a esta ave con tecnología GPS, ¡peropara eso primero hay que capturar a nuestropájaro!

EL TRABAJO realizado

combina la última tecnología

con el trabajo de campo más

clásico de detección de

territorios en el bosque.

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“Cuando David me dijo que temía las cap-turas porque era una especie esquiva y difícil,me reí un poco por dentro”, cuenta Diego Vi-llanúa, anillador experto de GAN–NIK, la em-presa pública navarra que lidera el proyec-to HABIOS. “Capturo miles de aves cada añoy los pájaros carpinteros son especialmente fá-ciles, ya que son muy agresivos y son atraídoscon facilidad a las redes. Pero pronto vi que éstaes una especie extraña, que apenas respondeal reclamo, que no acude a comederos y queno atiende a ninguno de nuestros trucos. ¡Enuna ocasión llegamos a intentar ponerlesnerviosos mediante una culebra de plástico delos chinos y un gato disecado! Fracasamos,pero en todo caso fue divertido dar explica-ciones sobre nuestro patético gato del asien-

to de atrás a la Policía Foral de tráfico un pocomás tarde”.

Al final se utilizó un pesado sistema de po-leas y redes utilizado en Norteamérica paracapturar murciélagos, que permite colocar lasredes a casi veinte metros de altura. “Las em-plazamos tras estudiar minuciosamente el te-rreno, las trayectorias de las aves y hasta el ca-rácter más o menos agresivo de los ejemplares.Con algo de suerte, muchas, muchas horas y al-gunos trucos, hemos conseguido un éxito ra-zonable de captura. No obstante, cada intentoes una aventura, ya que existen muchos facto-res que pueden hacer que la captura sea muydifícil o imposible”, explica Diego Villanúa. “He-mos aprendido también que el uso de reclamosgrabados no aporta gran cosa y que es un fac-

tor de riesgo, ya que acuden depredadores alárea, especialmente azores y gavilanes. Sólo lousamos en contadas ocasiones y de forma muycontrolada”, finaliza.

Además de emisores GPS las aves se mar-can con combinaciones de anillas que per-miten individualizar a las aves incluso a dis-tancia. Javi Zuazu, guarda forestal, lo explica:“Incluso para los que pasamos muchas horasen el monte no resulta nada sencillo tener ob-servaciones. Ahora a través del radiomarcaje yla colocación de anillas tenemos buenas he-rramientas . Por ejemplo, gracias a las anillas,hemos podido comprobar la permanencia delmismo macho que el año pasado en su territorio.Estamos en un momento de continuo aprendi-zaje. ¡Es ilusionante!”.

ESTE SISTEMA DE REDES, de origen norteamericano, ha permitido la captura de los ejemplares, especialmente esquivos, de pico dorsiblanco.

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PRIMEROS RESULTADOSTras capturar quince dorsiblancos adultos, se-guirlos varios meses y obtener varios cientosde localizaciones, empezamos a obtener in-formación cierta de qué es lo que hacen es-tas aves. Es el momento de dejar atrás las es-peculaciones, nuestras ideas prefijadas y deaprender de los secretos que las aves nos quie-ran enseñar.

Lo primero que nos ha sorprendido es quese mueven en territorios que llegan a quin-tuplicar la superficie que creíamos que usa-ban. Si pensábamos que utilizaban 70–100hectáreas, hay individuos que se mueven enépoca de cría a través de 500 hectáreas debosque y ninguno se ha movido menos de200 hectáreas. También vemos que los ma-

EN PLENO TRABAJO. Arriba, medición y anillado de los ejemplares capturados por trabajadores deGAN-NIK. Abajo, imagen que muestra uno de los ejemplares ya perfectamente anillado (J. ZUAZU).

chos se mueven mucho más que las hem-bras, aunque no sabemos por qué. Y vemostambién que estas aves utilizan para sacaradelante sus polladas hábitats que hasta aho-ra nos parecían marginales o de poco valor.

Estos primeros datos nos están haciendocambiar la visión que tenemos del dorsi-blanco. No parece un ave que seleccione unrecóndito, maravilloso y pequeño rincón delbosque para vivir. Más bien es una especie ca-paz de volar grandes distancias, y que dominaamplios territorios, desproporcionados paraun animal de su tamaño. En estas áreas uti-liza por supuesto los grandes árboles, perotambién otros tipos de bosque, algunos de as-pecto pobre, como masas de arbolillos re-brotados de cepa, trasmochos dominados yotras formaciones decadentes.

CONCLUSIONES PARA LA GESTIÓN FORESTALEl principal objetivo del trabajo que se estárealizando es obtener información para con-seguir compatibilizar la conservación del picodorsiblanco con la gestión forestal producti-

va. “En efecto –afirma Xabier Azpiroz, guar-da forestal del Gobierno de Navarra– los ha-yedos son importantes para la economía de mu-chos pequeños pueblos. Mediante una buenagestión forestal es perfectamente compatible unaprovechamiento sostenible y el mantener y me-jorar el hábitat de nuestras especies, y el dor-siblanco es además la joya de la corona”.

Tras analizar los datos se elaborará unaguía forestal basada en criterios científicos quetenga en cuenta los grandes movimientos dela especie y la utilización que hace de medioshasta ahora minusvalorados. Por ejemplo, esposible que seamos ahora más capaces de fa-vorecer en la planificación del territorio al picodorsiblanco en áreas que no sean muy inte-resantes económicamente. Parece tambiénevidente que la conservación de un territorio

de esta ave se debe entender a una escala ma-yor que la sola protección del entorno de lasáreas de nidificación.

De la misma forma se podrán incorporara las rutinas forestales algunas medidas im-portantes como el aumento de maderamuerta de pequeño y gran diámetro, el ani-llado de árboles en pie o el respeto por piesdominados…

Mientras cavilamos delante de las panta-llas de nuestros ordenadores, o acarreamoslos sistemas de captura por las pendientes eneste mes de junio, los picos dorsiblancos con-tinúan ajenos a todo lo que no sea sacar ade-lante a sus dos pollos, que pían frenéticos enrincones ocultos de los hayedos navarros. Se-guiremos trabajando para que todo sigaigual para ellos. Y disfrutando, además.

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NIEBLA EN EL HAYEDO. Uno de los participantes en el proyecto acarrea el pesado material que permite atrapar a esta especie.

Los primeros datos están cambiando la visión que setenía sobre esta ave, una especie capaz de volar grandesdistancias y que domina amplios territorios,desproporcionados para un animal de su tamaño