pio ix divinus ilius h

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  • 7/23/2019 Pio IX Divinus Ilius h

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    CARTA ENCCLICA

    DIVINI ILLIUS MAGISTRI

    DE SU SANTIDAD

    PO XISOBRE LA EDUCACIN CRISTIANA DE AL JUVENTUD

    A TODOS LOS PATRIARCAS, PRIMADOS, ARZOBISPOS, OBISPOS

    Y DEMS ORDINARIOS DE LUGAR

    EN PAZ Y EN COMUNIN CON LA SEDE APOSTLICA

    Y A TODOS LOS FIELES DEL ORBE CATLICO

    1. Representante en la tierra de aquel divino Maestro que, abrazando en lainmensidad de su amor a todos los hombres, aun a los pecadores eindignos, mostr, sin embargo, una predileccin y una ternuraespecialsimas hacia los nios y se expres con aquellas palabras tanconmovedoras Dejad quelos nios se acerquen a m !Mc 1",1#$,%oshemos demostrado tambi&n entodas las ocasiones la predileccinenteramente paterna que por ellos sentimos, procur'ndoles todos loscuidados necesarios y todas las enseanzas re(erentes a la educacincristiana de la )uventud. *s, haci&ndonos eco del divino Maestro, hemosdirigido palabras orientadoras de aviso, de exhortacin y direccin a los

    )venes y a los educadores, a los padres y a las madres de (amilia, sobrevarios puntos de la educacin cristiana, con la solicitud propia del +adrecomn de todos los -eles y con la insistencia oportuna e importuna que,inculcada por el *pstol, requiere el o-cio pastoral /nsiste con ocasin ysin ella, reprende, ruega, exhorta con toda paciencia y

    doctrina !2Tim#,0$solicitud e insistencia exigidas por estos nuestrostiempos, en los cuales, por desgracia, se deplora una ausencia tanextraordinaria de claros y sanos principios, aun en los problemas m's(undamentales.

    0. +ero la misma situacin general de nuestra &poca, la agitada controversiaactual sobre el problema escolar y pedaggico en los di(erentes pases y elconsiguiente deseo que nos ha sido mani(estado con -lial con-anza pormuchos de vosotros y de vuestros -eles, venerables hermanos, eigualmente nuestro a(ecto tan intenso, como hemos dicho, por la )uventud,nos mueven a tratar de nuevo y a (ondo este tema, no ya para recorrerlo entoda si inagotable amplitud terica y pr'ctica, sino para resumir al menoslos principios supremos, iluminar sus principales conclusiones e indicar susaplicaciones pr'cticas. 2ea &ste el recuerdo que de nuestro )ubileosacerdotal, con inter&s y a(ecto muy particulares, dedicamos a la amada

    )uventud y a cuantos tienes la misin y el deber de consagrarse sueducacin.

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    3. 4n realidad, nunca se ha hablado tanto de la educacin como en lostiempos modernos por esto se multiplican las teoras pedaggicas, seinventan, se proponen y discuten m&todos y medios, no slo para (acilitar,sino adem's para crear una educacin nueva de in(alible e-cacia, quecapacite a la nuevas generaciones para lograr la ansiada (elicidad en estatierra.

    #.. 5a razn de este hecho es que los hombres, creados por 6ios a suimagen y seme)anza y destinados para gozar de 6ios, per(eccin in-nita, aladvertir hoy m's que nunca, en medio de la abundancia del crecienteprogreso material, la insu-ciencia de los bienes terrenos para la verdadera(elicidad de los individuos y de los pueblo sienten por esto mismo un m'svivo estmulo hacia una per(eccin m's alta, estmulo que ha sido puesto enla misma naturaleza racional por el 7reador y quieren conseguir estaper(eccin principalmente por medio de la educacin. 2in embargo, muchosde nuestro contempor'neos, insistiendo excesivamente en el sentidoetimolgico de la palabra, pretenden extraer esa per(eccin de la meranaturaleza humana y realizarla con solas las (uerzas de &sta. 4ste m&todoes equivocado, porque, en vez de dirigir la mirada a 6ios, primer principio yltimo -n de todo el universo, se repliegan y apoyan sobre s mismos,adhiri&ndose exclusivamente a las cosas terrenas y temporales y asquedan expuestos a una incesante y continua 8uctuacin mientras nodiri)an su mente y su conducta a la nica meta de la per(eccin, que es6ios, segn la pro(unda sentencia de 2an *gustn %os hiciste, 2eor, parati, y nuestro corazn est' inquieto hasta que descanse en ti9:1;.

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    es decir, cooperando con 6ios al per(eccionamiento de los individuos y de lasociedad, en cuanto que la educacin imprime en las almas la primera, lam's poderosa y la m's duradera direccin de la vida, segn la conocidasentencia del "a#io$ %nstruye al nio en su camino, que aun de iejo no seapartar& de 'l !(ro00,>$.+or esto deca con razn 2an Auan 7risstomoBCu& obra hay mayor que dirigir las almas, que moldear las costumbres delos )ovencitosD9:0;.

    >. +ero no hay palabra que revele con tanta claridad la grandeza la belleza yla excelencia sobrenatural de la obra de la educacin cristiana como lapro(unda expresin de amor con que Aess, nuestro 2eor, identi-c'ndosecon los nios, declara )uien reci#e a uno de estos nios en mi nom#re, am me reci#e !McE,3>$.

    F. *hora bien, para prevenir todo error en esta obra de tanta importancia y

    para realizarla del me)or modo posible, con la ayuda de la gracia divina, esnecesario tener una idea clara y exacta de la educacin cristiana en suselementos esenciales, esto es a qui&n pertenece la misin de educar, cu'les el su)eto de la educacin, cu'les las circunstancias necesarias delambiente, cu'l el -n y la (orma propia de la educacin cristiana, segn elorden establecido por 6ios en la economa de su providencia.

    I. A QUIEN PERTENECE LA MISIN EDUCADORA

    G. 5a educacin no es una obra de los individuos, es una obra de la

    sociedad. *hora bien, tres son las sociedades necesarias, distintas, peroarmnicamente unidas por 6ios, en el seno de las cuales nace el hombredos sociedades de orden natural, la (amilia y el 4stado la tercera, la /glesia,de orden sobrenatural. 4n primer lugar, la (amilia, instituidainmediatamente por 6ios para su -n espec-co, que es la procreacin yeducacin de la prole sociedad que por esto mismo tiene prioridad denaturaleza y, por consiguiente, prioridad de derechos respecto del 4stado.2in embargo, la (amilia es una sociedad imper(ecta, porque no posee en smisma todos los medios necesarios para el logro per(ecto de su -n propioen cambio, el 4stado es una sociedad per(ecta, por tener en s mismo todoslos medios necesarios para su -n propio, que es el bien comn temporalpor lo cual, desde este punto de vista, o sea en orden al bien comn, el4stado tiene preeminencia sobre la (amilia, la cual alcanza solamente dentrodel 4stado su conveniente per(eccin temporal. 5a tercera sociedad, en lacual nace el hombre, mediante el bautismo, a la vida de la gracia, es la/glesia, sociedad de orden sobrenatural y universal, sociedad per(ecta,porque tiene en s misma todos los medios indispensables para su -n, quees la salvacin eterna de los hombres, y, por lo tanto, suprema en su orden.

    E. 5a consecuencia de lo dicho es que la educacin, por abarcar a todo elhombre, como individuo y como miembro de la sociedad, en el orden de lanaturaleza y en el orden de la gracia, pertenece a estas tres sociedades

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    necesarias en una medida proporcionada, que responde, segn el ordenpresente de la providencia establecido por 6ios, a la coordinacin )er'rquicade sus respectivos -nes.

    Misin educativa de la Iglesia

    1". 4n primer lugar, la educacin pertenece de un modo supereminente a la/glesia por dos ttulos de orden sobrenatural, exclusivamente con(eridos aella por el mismo 6ios, y por esto absolutamente superiores a cualquier otrottulo de orden natural. 11. 4l primer ttulo consiste en la expresa misindocente y en la autoridad suprema de magisterio, que le dio su divinoHundador Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra* id, pues,ensead a todas las gentes, #auti+&ndolas en el nom#re del (adre y del ijo

    y del -spritu "anto, ense&ndoles a o#serar todo cuanto yo os hemandado. /o estar' con osotros siempre hasta la consumacin delmundo ! Mt0G,1GI0"$. * este magisterio con-ri 7risto la in(alibilidad

    )untamente con el mandato de ensear a todos su doctrina por esto la/glesia ha sido constituida por su divino *utor como columna y (undamentode la verdad, para que ensee a todos los hombres la (e divina, y guardentegro e inviolado el depsito a ella con-ado, y diri)a y (orme a loshombres, a las sociedades humanas y la vida toda en la honestidad decostumbres e integridad de vida, segn la norma de la doctrinarevelada9 :3;.

    10. 4l segundo ttulo es la maternidad sobrenatural, en virtud de la cual la/glesia, esposa inmaculada de 7risto, engendra, alimenta y educa las almasen la vida divina de la gracia con sus sacramentos y enseanzas. +or esto

    con razn a-rma 2an *gustn %o tendr' a 6ios por padre el que rehsetener a la /glesia por madre9:#;.

    13. *hora bien, en el ob)eto propio de su misin educativa, es decir, en la(e y en la regulacin de las costumbres, 6ios mismo ha hecho a la /glesiapartcipe del divino magisterio, y, adem's, por un bene-cio divino, inmunede todo error por lo cual la /glesia es maestra suprema y segursima detodos los hombres y tiene, en virtud de su propia naturaleza, un inviolablederecho a la libertad de magisterio9:

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    sustrada a las normas de la ley divina, de la cual es guarda, int&rprete ymaestra in(alible la /glesia.

    1#. 6ependencia declarada expresamente por nuestro predecesor, de santamemoria, +o J *l cristiano en su conducta pr'ctica, aun en el orden de las

    realidades terrenas, no le es lcito descuidar los bienes sobrenaturalesantes al contrario, segn las enseanzas de la sabidura cristiana, debeenderezar todas las cosas al bien supremo como a ltimo -n y todas susacciones, desde el punto de vista de la bondad o malicia morales, es decir,desde el punto de vista de su con(ormidad o discon(ormidad con el derechonatural y divino, est'n sometidas al )uicio y )urisdiccin de la /glesia9:>;.

    1. +or esto, la /glesia (omenta la literatura, la ciencia y el arte, en cuantoson necesarios o tiles para la educacin cristiana y, adem's, para toda sulabor en pro de la salvacin de las almas, incluso (undando y manteniendoescuelas e instituciones propias en todas las disciplinas y en todos losgrados de la cultura:G;.%i debe estimarse como a)ena a su magisteriomaterno la misma educacin (sica, precisamente porque tambi&n &sta tienerazn de medio que puede ayudar o daar a la educacin cristiana.

    1F. @ esta actividad de la /glesia en todos los campos de la cultura, as comoes de inmenso provecho para las (amilias y para las naciones, las cuales sin7risto se pierden Kcomo )ustamente observa 2an =ilario BCu& hay m'speligroso para el mundo que no acoger a 7ristoD9 :E;K, as tambi&n nocausa el menor dao a los ordenamientos civiles en estas materias, porquela /glesia, con su materna prudencia, acepta que sus escuelas einstituciones educativas para seglares se con(ormen, en cada nacin, conlas legtimas disposiciones de la autoridad civil, y est' siempre dispuesta aponerse de acuerdo con &sta y a resolver amistosamente las di-cultadesque pudieran surgir:1";.

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    1G, *dem's, es derecho inalienable de la /glesia, y al mismo tiempo debersuyo inexcusable, vigilar la educacin completa de sus hi)os, los -eles, encualquier institucin, pblica o privada, no solamente en lo re(erente a laenseanza religiosa all dada, sino tambi&n en lo relativo a cualquier otradisciplina y plan de estudio, por la conexin que &stos pueden tener con lareligin y la moral.

    1E. 4l e)ercicio de este derecho no puede ser cali-cado como in)erenciaindebida, sino como valiosa providencia materna de la /glesia, que inmunizaa sus hi)os (rente a los graves peligros de todo contagio que pueda daar ala santidad e integridad de la doctrina y de la moral. 4sta vigilancia de la/glesia, le)os de crear inconveniente alguno, supone la prestacin de une-caz auxilio al orden y al bienestar de las (amilias y del 4stado,manteniendo ale)ado de la )uventud aquel veneno que en esta edadinexperta y tornadiza suele tener m's ('cil acceso y m's r'pido arraigo enla vida moral. +orque, como sabiamente advierte 5en J///, sin una recta(ormacin religiosa y moral, todo cultivo del espritu ser' malIsano los

    )venes, no acostumbrados al respeto de 6ios, no soportar'n norma algunade vida virtuosa y, habituados a no negar nada a sus deseos, ('cilmente sede)ar'n arrastrar por los movimientos perturbadores del 4stado9:11;.

    0". +or lo que toca a la extensin de la misin educativa de la /glesia, &stacomprende a todos los pueblos, sin limitacin alguna de tiempo o lugar,segn el mandato de 7risto -nsead a todas las gentes !Mt0G,1E$ ynohay poder terreno que pueda legtimamente obstaculizar o impedir estamisin universal. @ en primer lugar se extiende a todos los -eles, de loscuales la /glesia cuida solcitamente como amorosa Madre. +or esta razn hacreado y (omentado en todos los siglos, para el bien de los -eles, unaingente multitud de escuelas e instituciones en todos los ramos del saberporque Kcomo hemos dicho en una reciente ocasinK hasta en aquellale)ana 4dad Media, en la cual eran tan numerosos !alguien ha llegado adecir que hasta excesivamente numerosos$ los monasterios, los conventos,las /glesias, las colegiatas, los cabildos catedralicios y no catedralicios, )untoa cada una de estas instituciones haba un hogar escolar, un hogar deinstruccin y educacin cristiana. * todo lo cual hay que aadir lasuniversidades esparcidas por todos los pases, y siempre por iniciativa yba)o la vigilancia de la 2anta 2erle y de la /glesia. %o ha habido edad que nohaya podido gozar de este maravilloso espect'culo, que hoy dacontemplamos mucho me)or porque est' m's cerca de nosotros y aparecerevestido con la especial magni-cencia que produce la historia loshistoriadores y los investigadores no cesan de maravillarse ante lo que supohacer la /glesia en este orden de cosas y ante la manera con que la /glesiaha sabido responder a la misin que 6ios le haba con-ado de educar a lasgeneraciones humanas para la vida cristiana, alcanzando tan magn-cos

    (rutos y resultados. +ero, si causa admiracin el hecho de que la /glesia entodos los tiempos haya sabido reunir alrededor de s centenares y millares y

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    millones de alumnos de su misin educadora, no es menor asombro el quedebe sobrecogernos cuando se re8exiona sobre lo que ha llegado a hacer noslo en el campo de la educacin de la )uventud, sino tambi&n en el terrenode la (ormacin doctrinal, entendida en su sentido propio. +orque, si se hanpodido salvar tantos tesoros de cultura, civilizacin y de literatura, esto sedebe a la labor de la /glesia, que aun en los tiempos m's remotos yb'rbaros supo hacer brillar una luz tan esplendorosa en el campo de laliteratura, de la -loso(a, del arte y particularmente de la arquitectura9 :10;.

    01. 5a /glesia ha podido hacer y ha sabido hacer todas estas cosas, porquesu misin educativa se extiende tambi&n a los in-eles, ya que todoshombres est'n llamados a entrar en el reino de 6ios y conseguir lasalvacin eterna. @ as como en nuestros das las misiones catlicasmultiplican a millares las escuelas en todos los pases todava no cristianos,desde las dos orillas del Langes hasta el ro *marillo las grandes islas yarchipi&lagos del c&ano, desde el continente negro hasta la Nierra deHuego y la glacial *lasOa, as en todos los tiempos la /glesia con susmisioneros ha educado para la vida cristiana y para la civilizacin a losdiversos pueblos que hoy da constituyen las naciones cristianas del mundocivilizado.

    00. 7on lo cual queda demostrado con toda evidencia cmo de derecho, yaun de hecho, pertenece de manera supereminente a la /glesia la misineducativa, y cmo toda persona libre de pre)uicios deber' considerar in)ustotodo intento de negar o impedir a la /glesia esta obra educativa cuyosben&-cos (rutos est' dis(rutando el mundo moderno.

    03. 7onsecuencia re(orzada por el hecho de que esta supereminenciaeducativa de la /glesia no slo no est' en oposicin, sino que, por elcontrario, concuerda per(ectamente con los derechos de la (amilia y del4stado, y tambi&n con los derechos de cada individuo respecto a la )ustalibertad de la ciencia, de los m&todos cient-cos y de toda la cultura pro(anaen general. +orque la causa radical de esta armona es que el ordensobrenatural, en el que se basan los derechos de la /glesia, no slo nodestruye ni menoscaba el orden natural, al cual pertenecen los derechos dela (amilia, del 4stado y del individuo, sino que, por el contrario, lo eleva y loper(ecciona, ya que ambos rdenes, el natural y el sobrenatural, se ayudany complementan mutuamente de acuerdo con la dignidad natural de cadauno, precisamente porque el origen comn de ambos es 6ios, el cual nopuede contradecirse a s mismo 2us o#ras son perectas, y todos suscaminos, justsimos !Dt3#,#$.

    0#. 5o dicho quedar' demostrado con mayor evidencia todava sianalizamos por separado la misin educativa de la (amilia y del 4stado.

    Misin educativa de la familia

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    0. 4l 6octor *ng&lico dice a este propsito con su acostumbrada nitidez depensamiento y precisin de estilo 4l padre carnal participa de una maneraparticular de la nocin de principio, la cual de un modo universal seencuentra en 6ios... 4l padre es principio de la generacin, de la educaciny de la disciplina y de todo lo re(erente al per(eccionamiento de la vidahumana9 :13;.

    0F. 5a (amilia recibe, por tanto, inmediatamente del 7reador la misin, y por

    esto mismo, el derecho de educar a la prole derecho irrenunciable por estarinseparablemente unido a una estricta obligacin y derecho anterior acualquier otro derecho del 4stado y de la sociedad, y, por lo mismo,inviolable por parte de toda potestad terrena.

    0G. 4l 6octor *ng&lico declara as la inviolabilidad de este derecho 4l hi)oes naturalmente algo del padre,.. por esto es de derecho natural que el hi)o,antes del uso de la razn, est& ba)o el cuidado del padre. 2era, por tanto,contrario al derecho natural que el nio antes del uso de razn (uesesustrado al cuidado de los padres o se dispusiera de &l de cualquier maneracontra la voluntad de los padres9 :1#;. @ como la obligacin del cuidado delos hi)os pesa sobre los padres hasta que la prole se encuentra en situacinde velar por s misma, perdura tambi&n durante el mismo tiempo elinviolable derecho educativo de los padres. +orque la naturaleza Kenseael *ng&licoK no pretende solamente la generacin de la prole, sino tambi&nel desarrollo y progreso de &sta hasta el per(ecto estado del hombre encuanto hombre, es decir, el estado de la virtud9:1

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    4stado, sino los padres, como sabiamente declara 5en J/// 5os hi)os soncomo algo del padre, una extensin, en cierto modo, de su persona y, siqueremos hablar con propiedad, los hi)os no entran a (ormar parte de lasociedad civil por si mismos, sino a trav&s de la (amilia dentro de la cual hannacido9:1>;. +or consiguiente, como ensea 5en J/// en la misma encclica,la patria potestad es de tal naturaleza, que no puede ser asumida niabsorbida por el 4stado, porque tiene el mismo principio de la vida mismadel hombre9. 6e lo cual, sin embargo, no se sigue que el derecho educativode los padres sea absoluto o desptico, porque est' inseparablementesubordinado al -n ltimo y a la ley natural y divina, como declara el mismo5en J/// en otra de sus memorables encclicas sobre los principales deberesdel ciudadano cristiano, donde expone en breve sntesis el con)unto de losderechos y deberes de los padres 5os padres tienen el derecho natural deeducar a sus hi)os, pero con la obligacin correlativa de que la educacin yla enseanza de la niez se a)usten al -n para el cual 6ios les ha dado loshi)os. * los padres toca, por tanto, rechazar con toda energa cualquieratentado en esta materia, y conseguir a toda costa que quede en sus manosla educacin cristiana de sus hi)os, y apartarlos lo m's le)os posible de lasescuelas en que corren peligro de beber el veneno de la impiedad9 :1F;.

    31. =ay que advertir, adem's, que el deber educativo de la (amiliacomprende no solamente la educacin religiosa y moral, sino tambi&n la(sica y la civil, principalmente en todo lo relacionado con la religin y lamoral !c(. 7/7 cn.1113$.

    30. 4ste derecho incontrovertible de la (amilia ha sido reconocido)urdicamente varias veces por las naciones que procuran respetarsantamente el derecho natural en sus ordenamientos civiles. *s, para citarun e)emplo entre los m's recientes, el Nribunal 2upremo de la RepblicaHederal de los 4stados Pnidos de *m&rica del %orte, al resolver unagravsima controversia, declar que el 4stado carece de todo podergeneral para establecer un tipo uni(orme de educacin para la )uventud,oblig'ndola a recibir la instruccin solamente de las escuelas pblicas9aadiendo a continuacin la razn de derecho natural 4l nio no es unamera criatura del 4stado quienes lo alimentan y lo dirigen tienen elderecho, )unto con el alto deber, de educarlo y prepararlo para elcumplimiento de sus deberes9:1G;.

    33. 5a historia es testigo de cmo, particularmente en los tiemposmodernos, los gobiernos han violado y siguen violando los derechoscon(eridos por el 7reador del g&nero humano a la (amilia y es igualmentetestigo irre(utable de cmo la /glesia ha tutelado y de(endido siempre estosderechos y es una excelente con-rmacin de este testimonio de la historiala especial con-anza de las (amilias en las escuelas de la /glesia, comohemos recordado en nuestra reciente carta al cardenal secretario de 4stado5a (amilia ha cado de pronto en la cuenta de que es as como, desde los

    https://w2.vatican.va/content/pius-xi/es/encyclicals/documents/hf_p-xi_enc_31121929_divini-illius-magistri.html#_ftn16https://w2.vatican.va/content/pius-xi/es/encyclicals/documents/hf_p-xi_enc_31121929_divini-illius-magistri.html#_ftn17https://w2.vatican.va/content/pius-xi/es/encyclicals/documents/hf_p-xi_enc_31121929_divini-illius-magistri.html#_ftn18https://w2.vatican.va/content/pius-xi/es/encyclicals/documents/hf_p-xi_enc_31121929_divini-illius-magistri.html#_ftn16https://w2.vatican.va/content/pius-xi/es/encyclicals/documents/hf_p-xi_enc_31121929_divini-illius-magistri.html#_ftn17https://w2.vatican.va/content/pius-xi/es/encyclicals/documents/hf_p-xi_enc_31121929_divini-illius-magistri.html#_ftn18
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    primeros tiempos del cristianismo hasta nuestros das, padres y madres aunpoco o nada creyentes mandan y llevan por millones a sus propios hi)os alos establecimientos educativos (undados y dirigidos por la /glesia9 :1E;.

    3#. +orque el instinto paterno, que viene de 6ios, se orienta con-adamente

    hacia la /glesia, seguro de encontrar en &sta la tutela de los derechos de la(amilia y la concordia que 6ios ha puesto en el orden ob)etivo de las cosas.5a /glesia, en e(ecto, consciente como es de su divina misin universal y dela obligacin que todos los hombres tienen de seguir la nica religinverdadera, no se cansa de reivindicar para s el derecho y de recordar a lospadres el deber de hacer bautizar y educar cristianamente a los hi)os depadres catlicos es, sin embargo, tan celosa de la inviolabilidad del derechonatural educativo de la (amilia, que no consiente, a no ser con determinadascondiciones y cautelas, que se bautice a los hi)os de los in-eles o sedisponga de cualquier manera de su educacin contra la voluntad de suspadres mientras los hi)os no puedan determinarse por s mismos a abrazarlibremente la (e :0";.

    3. 4ste primado de la /glesia y de la (amilia en la misin educativa produceextraordinarios bienes, como ya hemos visto, a toda la sociedad y noimplica dao alguno para los genuinos derechos del 4stado en materia deeducacin ciudadana, segn el orden establecido por 6ios. 4stos derechosest'n atribuidos al 4stado por el mismo *utor de la naturaleza, no a ttulode paternidad, como en el caso de la /glesia y de la (amilia, sino por laautoridad que el 4stado tiene para promover el bien comn temporal, quees precisamente su -n espec-co. 6e lo cual se sigue que la educacin nopuede atribuirse al 4stado de la misma manera que se atribuye a la /glesia ya la (amilia, sino de una manera distinta, que responde al -n propio del4stado. *hora bien, este -n, es decir, el bien comn de orden temporal,consiste en una paz y seguridad de las cuales las (amilias y cada uno de losindividuos puedan dis(rutar en el e)ercicio de sus derechos, y al mismotiempo en la mayor abundancia de bienes espirituales y temporales que seaposible en esta vida mortal mediante la concorde colaboracin activa detodos los ciudadanos. 6oble es, por consiguiente, la (uncin de la autoridad

    https://w2.vatican.va/content/pius-xi/es/encyclicals/documents/hf_p-xi_enc_31121929_divini-illius-magistri.html#_ftn19https://w2.vatican.va/content/pius-xi/es/encyclicals/documents/hf_p-xi_enc_31121929_divini-illius-magistri.html#_ftn20https://w2.vatican.va/content/pius-xi/es/encyclicals/documents/hf_p-xi_enc_31121929_divini-illius-magistri.html#_ftn21https://w2.vatican.va/content/pius-xi/es/encyclicals/documents/hf_p-xi_enc_31121929_divini-illius-magistri.html#_ftn19https://w2.vatican.va/content/pius-xi/es/encyclicals/documents/hf_p-xi_enc_31121929_divini-illius-magistri.html#_ftn20https://w2.vatican.va/content/pius-xi/es/encyclicals/documents/hf_p-xi_enc_31121929_divini-illius-magistri.html#_ftn21
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    poltica del 4stado garantizar y promover pero no es en modo alguno(uncin del poder poltico absorber a la (amilia y al individuo o subrogarseen su lugar.

    3F. +or lo cual, en materia educativa, el 4stado tiene el derecho, o, para

    hablar con mayor exactitud, el 4stado tiene la obligacin de tutelar con sulegislacin el derecho antecedente Kque m's arriba hemos descritoK de la(amilia en la educacin cristiana de la prole, y, por consiguiente, el deber derespetar el derecho sobrenatural de la /glesia sobre esta educacincristiana.

    3G. /gualmente es misin del 4stado garantizar este derecho educativo de laprole en los casos en que (alle, (sica o moralmente, la labor de los padrespor de)adez, incapacidad o indignidad porque el derecho educativo de lospadres, como hemos declarado anteriormente, no es absoluto ni desptico,

    sino que est' subordinado a la ley natural y divina, y, por esto mismo,queda no solamente sometido a la autoridad y )uicio de la /glesia, sinotambi&n a la vigilancia y tutela )urdica del 4stado por razn de bien comny porque, adem's, la (amilia no es una sociedad per(ecta que tenga en stodos los medios necesarios para su pleno per(eccionamiento. 4n estoscasos, generalmente excepcionales, el 4stado no se subroga en el puesto dela (amilia, sino que suple el de(ecto y lo remedia con instituciones idneas,de acuerdo siempre con los derechos naturales de la prole y los derechossobrenaturales de la /glesia. 4n general, es derecho y (uncin del 4stadogarantizar, segn las normas de la recta razn y de la (e, la educacin moraly religiosa de la )uventud, apartando de ella las causas pblicas que le seancontrarias. 4s (uncin primordial del 4stado, exigida por el bien comn,promover de mltiples maneras la educacin e instruccin de la )uventud.4n primer lugar, (avoreciendo y ayudando las iniciativas y la accin de la/glesia y de las (amilias, cuya gran e-cacia est' comprobada por la historiay experiencia en segundo lugar, completando esta misma labor donde noexista o resulta insu-ciente, (undando para ello escuelas e institucionespropias. +orque es el 4stado el que posee mayores medios, puestos a sudisposicin para las necesidades comunes de todos, y es )usto yconveniente que los emplee en provecho de aquellos mismos de quienesproceden9:00;.*dem's, el 4stado puede exigir, y, por consiguiente,procurar, que todos los ciudadanos tengan el necesario conocimiento de susderechos civiles y nacionales y un cierto grado de cultura intelectual, moraly (sica, cuya medida en la &poca actual est' determinada y exigirlarealmente por el bien comn. 2in embargo, es evidente que, al lamentar deestas diversas maneras la educacin y la instruccin pblica y privada, el4stado est' obligado a respetar los derechos naturales ele la /glesia y de la(amilia sobre la educacin cristiana y observar la )usticia, que manda dar acada uno lo suyo. +or tanto, es in)usto todo monopolio estatal en materia de

    educacin, que (uerce (sica o moralmente a las (amilias a enviar a sus hi)os

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    a las escuelas del 4stado contra los deberes de la conciencia cristiana ocontra sus legtimas pre(erencias.

    3E. 4sto, sin embargo, no impide que para la recta administracin de losintereses pblicos o para la de(ensa interna y externa de la paz, cosas tan

    necesarias para el bien comn y que exigen especiales aptitudes y especialpreparacin, el 4stado se reserve la creacin de escuelas preparatorias paraalgunos de sus cargos, y especialmente para el e)&rcito, con la condicin,sin embargo, de que no se violen los derechos de la /glesia y de la (amilia enlo que a ellas concierne. %o es intil repetir de nuevo aqu esta advertencia,porque en nuestros tiempos Ken los que se va di(undiendo un nacionalismotan exagerado y (also como enemigo de la verdadera paz y prosperidadKsuele haber grandes extralimitaciones al con-gurar militarmente laeducacin (sica de los )venes !y a veces de las )venes, violando as elorden natural mismo de la vida humana$ usurpando incluso con (recuenciam's de lo )usto, en el da del 2eor, el tiempo que debe dedicarse a losdeberes religiosos y al santuario de la vida (amiliar. %o queremos, sinembargo, censurar con esta advertencia lo que puede haber de bueno en elespritu de disciplina y de legtima audacia, sino solamente los excesos,como, por e)emplo, el espritu de violencia, que no se debe con(undir con elespritu de (ortaleza ni con el noble sentimiento del valor militar en de(ensade la patria y del orden pblico como tambi&n la exaltacin del atletismo,que incluso para la edad cl'sica pagana seal la degeneracin ydecadencia de la verdadera educacin (sica.

    #". *hora bien, es de la competencia propia del 4stado la llamadaeducacin ciudadana, no slo de la )uventud, sino tambi&n de todas lasrestantes edades y condiciones sociales. 4sta educacin ciudadana consiste,desde un punto de vista positivo, en proponer pblicamente a los individuosde un 4stado tales realidades intelectuales, imaginativas y sensitivas, quemuevan a las voluntades hacia el bien moral y las inclinen hacia este biencomo con una cierta necesidad moral. 6esde un punto de vista negativo, laeducacin ciudadana debe precaver e impedir todo lo que sea contrario aese bien moral:03;. 4sta educacin ciudadana, tan amplia y mltiple quecasi abarca toda la actividad del 4stado en pro del bien comn, debea)ustarse a las normas de la )usticia y no debe ser contraria a la doctrina dela /glesia, que es la maestra, establecida por 6ios, de esas normas de la

    )usticia.

    3elaciones entre la %glesia y el -stado en materia educatia

    #1. Nodo lo que hemos dicho hasta aqu sobre la misin educativa del 4stadoest' basado en el slido e inmutable (undamento de la doctrinacatlica so#re la constitucin cristiana del -stado, tan egregiamenteexpuesta por nuestro predecesor 5en J///, particularmente en lasencclicas %mmortale Deiy"apientiae christiane. 6ios Kdice 5en J///K ha

    https://w2.vatican.va/content/pius-xi/es/encyclicals/documents/hf_p-xi_enc_31121929_divini-illius-magistri.html#_ftn23https://w2.vatican.va/content/leo-xiii/es/encyclicals/documents/hf_l-xiii_enc_01111885_immortale-dei.htmlhttps://w2.vatican.va/content/pius-xi/es/encyclicals/documents/hf_p-xi_enc_31121929_divini-illius-magistri.html#_ftn23https://w2.vatican.va/content/leo-xiii/es/encyclicals/documents/hf_l-xiii_enc_01111885_immortale-dei.html
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    repartido el gobierno del g&nero humano entre dos poderes el podereclesi'stico y el poder civil. 4l poder eclesi'stico, puesto al (rente de losintereses divinos. 4l poder civil, encargado de los intereses humanos.*mbas potestades son soberanas en su g&nero. 7ada una quedacircunscrita dentro de ciertos lmites, de-nidos por su propia naturaleza ypor su -n prximo, de donde resulta una como es(era determinada, dentrode la cual cada poder e)ercita iure proprio su actividad. +ero, corno el su)etopasivo de ambos poderes soberanos es uno mismo, y como, por otra parte,puede suceder que un mismo asunto pertenezca, si bien ba)o di(erentesaspectos, a la competencia y )urisdiccin de ambos poderes, es necesarioque 6ios, origen de uno y otro, haya establecido en su providencia un ordenrecto de composicin entre las actividades respectivas de uno yotropoder. 4as 0autoridades1 que hay, por6ioshan sido ordenadas03om 13,1$9:0#;. *hora bien, la educacin de la )uventud es precisamenteuna de esas materias que pertenecen con)untamente a la /glesia y al4stado, si bien ba)o di(erentes aspectos9, como hemos dichoantes,4snecesario, por tanto Kprosigue 5en J///K, que entre ambaspotestades exista una ordenada relacin unitiva, comparable, no sin razn,a la que se da en el hombre entre el alma y el cuerpo. +ara determinar laesencia y la medida de esta relacin unitiva, no hay, como hemos dicho,otro camino que examinar la naturaleza de cada uno de los dos poderes,teniendo en cuenta la excelencia y nobleza de sus -nes respectivos. 4lpoder civil tiene como -n prximo y principal el cuidado de las cosastemporales. 4l poder eclesi'stico, en cambio, la adquisicin de los bieneseternos. *s, todo lo que de alguna manera es sagrado en la vida humana,todo lo que pertenece a la salvacin de las almas y al culto de 6ios, sea porsu propia naturaleza, sea en virtud del -n a que est' re(erido, todo ello caeba)o el dominio y autoridad de la /glesia. +ero las dem's cosas, que elr&gimen civil y poltico, en cuanto tal, abraza y comprende, es de )usticiaque queden sometidas a &ste, pues Aesucristo mand expresamente que sed& al 7&sar lo que es del 7&sar y a 6ios lo que es de 6ios9:0

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    a-rman que la doctrina de 7risto es enemiga del 4stado, que presenten une)&rcito tal como la doctrina de 7risto ensea que deben ser los soldadosque presenten tales sbditos, tales maridos, tales cnyuges, tales padres,tales hi)os, tales seores, tales siervos, tales reyes, tales )ueces y,-nalmente, tales contribuyentes y exactores del -sco cuales la doctrinacristiana (orma, y atr&vanse luego a llamarla enemigo del 4stado. %odudar'n un instante en proclamarla, si se observa, como la gran salvacindel 4stado9 :0>;. @ en esta materia de la educacin es oportuno recordarcon cu'nto acierto en &poca m's reciente, en pleno perodo renacentista, haexpresado esta verdad catlica, con-rmada por los hechos, un escritoreclesi'stico benem&rito de la educacin cristiana, el piadoso y doctocardenal 2ilvio *ntoniano, discpulo del admirable educador 2an Helipe %eri,maestro y secretario de cartas latinas de 2an 7arlos ?orromeo, a cuyainstancia y ba)o cuya inspiracin escribo el 'ureo tratado De la educacincristiana de los hijos, en el cual razona de la siguiente manera 7uantomayor es la armona con que el gobierno temporal (avorece y promueve elgobierno espiritual, tanto mayor es su aportacin a la conservacin del4stado. +orque la autoridad eclesi'stica, cuando, de acuerdo con su propio-n, procura (ormar un buen cristiano con el uso legtimo de sus mediosespirituales, procura al mismo tiempo, como consecuencia necesaria,(ormar un buen ciudadano, tal cual debe ser ba)o el gobierno poltico. 5arazn de este hecho es que en la santa /glesia catlica romana, ciudad de6ios, se identi-ca completamente el buen ciudadano y el hombre honrado.+or lo cual, yerran gravemente los que separan realidades tan unidas ypiensan poder (ormar buenos ciudadanos con otras normas y con m&todosdistintos de los que contribuyen a (ormar el buen cristiano. 6iga y hable laprudencia humana cuanto le plazca es imposible que produzca unaverdadera paz o una verdadera tranquilidad temporal todo lo que escontrario a la paz y a la (elicidad eterna9:0F;. 6e la misma manera que ni el4stado, ni la ciencia, ni el m&todo cient-co, ni la investigacin cient-catienen nada que temer del pleno y per(ecto mandato educativo de la /glesia.5as instituciones catlicas, sea el que sea el grado de enseanza o cienciaal que pertenezcan, no tienen necesidad de apologas. 4l (avor de quegozan, las alabanzas que reciben, las producciones cient-cas que

    promueven y multiplican y, m's que nada, los su)etos plena yexquisitamente preparados que proporcionan a las magistraturas, a laspro(esiones, a la enseanza, a la vida en todas sus mani(estaciones, dantestimonio m's que su-ciente en su (avor9:0G;. =echos que, por otra parte,no son m's que una espl&ndida con-rmacin de la doctrina catlica de-nidapor el concilio Qaticano 5a (e y la razn no slo no pueden )am'scontradecirse, sino que se prestan una recproca ayuda, porque la rectarazn demuestra las bases de la (e e, iluminada con la luz de &sta, cultiva laciencia de las cosas divinas a su vez, la (e libera y protege de errores a larazn y la enriquece con mltiples conocimientos. Nan le)os est', por tanto,

    la /glesia de oponerse al cultivo de las artes y de las disciplinas humanas,que de mil maneras lo ayuda y lo promueve. +orque no ignora ni desprecia

    https://w2.vatican.va/content/pius-xi/es/encyclicals/documents/hf_p-xi_enc_31121929_divini-illius-magistri.html#_ftn26https://w2.vatican.va/content/pius-xi/es/encyclicals/documents/hf_p-xi_enc_31121929_divini-illius-magistri.html#_ftn27https://w2.vatican.va/content/pius-xi/es/encyclicals/documents/hf_p-xi_enc_31121929_divini-illius-magistri.html#_ftn28https://w2.vatican.va/content/pius-xi/es/encyclicals/documents/hf_p-xi_enc_31121929_divini-illius-magistri.html#_ftn26https://w2.vatican.va/content/pius-xi/es/encyclicals/documents/hf_p-xi_enc_31121929_divini-illius-magistri.html#_ftn27https://w2.vatican.va/content/pius-xi/es/encyclicals/documents/hf_p-xi_enc_31121929_divini-illius-magistri.html#_ftn28
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    las venta)as que de &stos derivan para la vida de la humanidad antes bien,reconoce que, as como vienen de 6ios, 2eor de las ciencias, as,rectamente tratadas, conducen a 6ios con la ayuda de su gracia. @ deninguna manera prohbe que seme)antes disciplinas, cada una dentro de sues(era, usen principios propios y m&todo propio pero, una vez reconocidaesta )usta libertad, cuida atentamente de que, oponi&ndose tal vez a ladoctrina divina, no caigan en el error o, traspasando sus propios lmites,invadan y perturben el campo de la (e9:0E;. 4sta norma de la )usta libertadcient-ca es al mismo tiempo norma inviolable de la )usta libertad did'cticao libertad de enseanza rectamente entendida, y debe ser observada entoda mani(estacin doctrinal a los dem's, y, con obligacin mucho m'sgrave de )usticia, en la enseanza dada a la )uventud, ya porque, respectode &sta, ningn maestro pblico o privado tiene derecho educativo absoluto,sino participado ya porque todo nio o )oven cristiano tiene estrictoderecho a una enseanza con(orme a la doctrina de la /glesia, columna y(undamento de la verdad, y le causara una grave in)uria todo el que turbasesu (e abusando de la con-anza de los )venes en los maestros y de sunatural inexperiencia y desordenada inclinacin a una libertad absoluta,ilusoria y (alsa :3";

    //. 45 2PA4N 64 5* 46P7*7/%

    -l hom#re redimido

    #3. +orque nunca se debe perder de vista que el su)eto de la educacincristiana es el hombre todo entero, espritu unido al cuerpo en unidad denaturaleza, con todas sus (acultades naturales y sobrenaturales, cual nos lohacen conocer la recta razn y la revelacin es decir, el hombre cado de suestado originario, pero redimido por 7risto y reintegrado a la condicinsobrenatural de hi)o adoptivo de 6ios, aunque no a los privilegiospreternaturales de la inmortalidad del cuerpo y de la integridad o equilibrode sus inclinaciones. Cuedan, por tanto, en la naturaleza humana lose(ectos del pecado original, particularmente la debilidad de la voluntad y lastendencia desordenadas del alma.

    ##.4a necedad se esconde en el cora+n del nio* la ara de la correccinla hace salir de 'l !(ro00,1

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    parcialmente, en la negacin o en el olvido del pecado original y de lagracia, y, por consiguiente, sobre las solas (uerzas de la naturaleza humana.* esta categora pertenecen, en general, todos esos sistemas pedaggicosmodernos que, con diversos nombres, sitan el (undamento de la educacinen una pretendida autonoma y libertad ilimitada del nio o en la supresinde toda autoridad del educador, atribuyendo al nio un primado exclusivoen la iniciativa y una actividad independiente de toda ley superior, natural ydivina, en la obra de su educacin. +ero si los nuevos maestros de lapedagoga quieren indicar con estas expresiones la necesidad de lacooperacin activa, cada vez m's consciente, del alumno en su educacinsi se pretende apartar de &sta el despotismo y la violencia, cosas muydistintas, por cierto, de la )usta correccin, estas ideas son acertadas, perono contienen novedad alguna pues es lo que la /glesia ha enseadosiempre y lo que los educadores cristianos han mantenido en la (ormacincristiana tradicional, siguiendo el e)emplo del mismo 6ios, quien ha queridoque todas las criaturas, y especialmente los hombres, cooperen activamenteen su propio provecho segn la naturaleza espec-ca de cada una de ellas,ya que la sabidura divina se extiende poderosa del uno al otro extremo y logo#ierna todo con suaidad !"alG,1$.

    #>. +ero, desgraciadamente, si atendemos al signi-cado obvio de lost&rminos y a los hechos ob)etivamente considerados, hemos de concluir quela -nalidad de casi todos estos nuevos doctores no es otra que la de liberarla educacin de la )uventud de toda relacin de dependencia con la leydivina. +or esto en nuestros das se da el caso, bien extrao por cierto, deeducadores y -lso(os que se a(anan por descubrir un cdigo moraluniversal de educacin, como si no existiera ni el dec'logo, ni la leyevang&lica y ni siquiera la ley natral, esculpida por 6ios en el corazn delhombre, promulgada porla recta razn y codi-cada por el mismo 6ios conuna revelacin positiva enel dec'logo. @ por esto tambi&n los modernosinnovadores de la -loso(a suelen cali-car despreciativamentedeheternoma, pasia yanticuada la educacin cristiana por (undarse &staen la autoridad divina y en la ley sagrada.

    #F. +retensin equivocada y lamentable la de estos innovadores, porque, enlugar de liberar, como ellos dicen, al nio, lo hacen en de-nitiva esclavo desu loco orgullo y de sus desordenadas pasiones, las cuales, por lgicaconsecuencia de los (alsos sistemas pedaggicos, quedan )usti-cadas comolegtimas exigencias de una naturaleza que se proclama autnoma,

    #G. +ero es mucho m's vergonzosa todava la impa pretensin, (alsa,peligrosa y, adem's intil, de querer someterse a investigaciones,experimentos y )uicios de orden natural y pro(ano los hechos del ordensobrenatural re(erentes a la educacin, como, por e)emplo, la vocacinsacerdotal o religiosa y, en general, las secretas operaciones de la gracia, lacual, aun elevando las (uerzas naturales, las supera, sin embargo,

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    in-nitamente y no puede en modo alguno someterse a las leyes (sicas,porque el -spritu sopla donde quiere.!!n3,G$.

    Educacin sexual

    #E. +eligroso en sumo grado es, adem's, ese naturalismo que en nuestrosdas invade el campo educativo en una materia tan delicada como es lamoral y la castidad. 4st' muy di(undido actualmente el error de quienes,con una peligrosa pretensin e indecorosa terminologa, (omentan lallamada educacin sexual, pensando (alsaImente que podr'n inmunizar alos )venes contra los peligros de la carne con medios puramente naturalesy sin ayuda religiosa alguna acudiendo para ello a una temeraria,indiscriminada e incluso pblica iniciacin e instruccin preventiva enmateria sexual, y, lo que es peor todava, exponi&ndolos prematuramente alas ocasiones, para acostumbrarlos, como ellos dicen, y para curtir su

    espritu contra los peligros de la pubertad :31;.

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    mayora de ellos, en una deplorable con(usin de ideas, que identi-ca lalegtima convivencia humana con una promiscuidad e igualdad de sexostotalmente niveladora. 4l 7reador ha establecido la convivencia per(ecta delos dos sexos solamente dentro de la unidad del matrimonio legtimo, y slogradualmente y por separado en la (amilia y en la sociedad. *dem's, lanaturaleza humana, que diversi-ca a los dos sexos en su organismo,inclinaciones y aptitudes respectivas, no presenta dato alguno que )usti-quela promiscuidad y mucho menos la identidad completa en la educacin delos dos sexos. 5os sexos, segn los admirables designios del 7reador, est'ndestinados a completarse recprocamente y constituir una unidad idnea enla (amilia y en la sociedad, precisamente por su diversidad corporal yespiritual, la cual por esta misma razn debe ser respetada en la (ormacineducativa m's an, debe ser (omentada con la necesaria distincin ycorrespondiente separacin, proporcionada a las varias edades ycircunstancias. 4stos principios han de ser aplicados, segn las normas de laprudencia cristiana y segn las condiciones de tiempo y lugar, no slo entodas las escuelas, particularmente en el perodo m's delicado y decisivopara la vida, que es el de la adolescencia, sino tambi&n en los e)erciciosgimn'sticos y deportivos, cuidando particularmente de la modestia cristianaen la )uventud (emenina, de la que gravemente desdice toda exhibicinpblica.

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    modernos, de autores plenamente ortodoxos, entre los cuales mereceespecial mencin el ya citado 'ureo libro de *ntoniano De la educacincristiana de los hijos, que 2an 7arlos ?orroneo haca leer pblicamente a lospadres reunidos en las /glesias.

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    La Iglesia

    0. %ecesidad reconocida pblicamente incluso por un seglar tan celebradopor sus escritos pedaggicos Kno del todo loables por estar tocados decierto liberalismoK, el cual escribi esta sentencia 5a escuela que no estemplo, es un antro9 y aquella otra 7uando la educacin literaria y la(ormacin religiosa dom&stica y civil no van todas de acuerdo, el hombrequeda convertido en un ser desgraciado e intil9:33;.

    https://w2.vatican.va/content/pius-xi/es/encyclicals/documents/hf_p-xi_enc_31121929_divini-illius-magistri.html#_ftn33https://w2.vatican.va/content/pius-xi/es/encyclicals/documents/hf_p-xi_enc_31121929_divini-illius-magistri.html#_ftn33
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    >3. 6e aqu se sigue como conclusin necesaria que es contraria a losprincipios (undamentales de la educacin la escuela neutrao laica, de lacual queda excluida la religin. 4sta escuela, por otra parte, slo puede serneutra aparentemente, porque de hecho es o ser' contraria a la religin.

    >#. %o es necesario repetir todas las declaraciones que en este punto hanhecho nuestros predecesores, particularmente +o /J y 5en J///, en cuyostiempos comenz a predominar el laicismo en la escuela pblica. %osrenovamos y con-rmarnos sus declaraciones :3#;e igualmente lospreceptos de los sagrados c'nones en los que se prohbe la asistencia de losnios catlicos a las escuelas neutras o mixtas, es decir, las escudasabiertas a los catlicos y a los acatlicos sin distincin. 5a asistencia a estasescuelas slo puede ser permitida, a )uicio prudente del ordinario, endeterminadas circunstancias de tiempo y lugar y con las debidas cautelas!c(. 8%8cn 13F#$. @ no puede tampoco tolerarse la escuela mixta !sobre todosi, siendo nica9, es obligatoria para todos$, en la cual, aun recibiendoaparte la instruccin religiosa, es acatlico el pro(esorado que enseaciencias y letras con)untamente a los alumnos catlicos y no catlicos.

    >

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    los derechos educativos de las (amilias, no slo en lo concerniente a laenseanza Kpues existe la escuela catlica para los alumnos catlicosK,sino tambi&n en todo lo relativo a una )usta y recta ayuda -nanciera del4stado a cada una de las escuelas escogidas por las (amilias.

    >F. 4n otros pases, tambi&n de religin mixta, la poltica educativa es muydistinta, con grave dao de los catlicos, quienes, ba)o la gua delepiscopado y con la ayuda incesante del clero secular y regular, -nanciantotalmente con sus propios medios la escuela catlica para sus hi)os Kconscientes de su gravsima obligacin en esta materiaK y, con una loabley constante generosidad, perseveran en el propsito de asegurarenteramente, como santo y sea de su accin, la educacin catlica, paratoda la )uventud catlica, en las escuelas catlicas9. 4sta escuela catlica,aunque no est' subvencionada por la =acienda pblica, corno lo exigira la

    )usticia distributiva, no puede ser prohibida ni coartada por las autoridadesque tengan clara conciencia de los derechos de la (amilia y de lascondiciones indispensables de la legtima libertad.

    >G. @ en las naciones en que esta misma libertad elemental se hallasuprimida o de diversas maneras di-cultada, los catlicos nunca traba)ar'nlo bastante, a pesar de los mayores sacri-cios, para sostener y de(ender susescuelas y procurar el establecimiento de una legislacin escolar )usta.

    La escuela y la Accin Catlica

    >E. Noda la labor de los catlicos en pro del (omento y de la de(ensa de laescuela catlica para sus hi)os es una obra genuinamente religiosa, y, poresto mismo, misin muy principal de la *ccin 7atlica por lo cual son paranuestro corazn paterno muy queridas y dignas de toda alabanza lasasociaciones especiales que en varias naciones traba)an con gran celo cuesta obra tan necesaria.

    F". 6gase en voz bien alta y entiendan y reconozcan todos que los catlicosde cualquier nacin del mundo, al procurar una escuela catlica para sushi)os, no realizan una obra catlica de partido, sino que cumplen un deber

    religioso exigido necesariamente por su conciencia y al obrar as nopretenden ale)ar a sus hi)os de la disciplina y del espritu nacional, sino queprocuran, por el contrario, educarlos en este mismo espritu del modo m'sper(ecto y m's conducente a la verdadera prosperidad de la nacin, porquetodo catlico verdadero, (ormado en la doctrina catlica, es por esto mismoun excelente ciudadano, amante de su patria, leal para la autoridad civilconstituida, sea la que sea la (orma legtima de gobierno establecida.

    F1. 4n esta escuela catlica, qua concuerda con la /glesia y con la (amiliacristiana, no podr' )am's suceder que la enseanza de las diversas

    disciplinas contradiga, con evidente dao de la educacin, la instruccin quelos alumnos adquieren en materia religiosa y si es necesario dar a conocer

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    a alumno, por escrupulosa responsabilidad de magisterio, las obras errneasque hay que re(utar, esta enseanza se dar' con una preparacin y unaexposicin tan clara de la sana doctrina que, le)os de implicar dao,proporcionar' gran provecho a la (ormacin cristiana de la )uventud.

    F0. 6e la misma manera, en este sistema educativo, el estudio de la lenguapatria y de la literatura cl'sica )am's supondr' un menoscabo de lasantidad de las costumbres porque el pro(esor cristiano seguir' el e)emplode las abe)as, las cuales toman la parte m's pura de las 8ores y de)an elresto, como ensea 2an ?asilio en su homila a los )venes acerca de lalectura de los cl'sicos:3>;.

    F3. 4sta necesaria cautela Kindicada tambi&n por el pagano Cuintiliano:3F;K no impide en modo alguno que el pro(esor cristiano tome y aprovechecuanto de verdaderamente bueno, en las disciplinas y en los m&todos,

    o(rece la &poca moderna, acord'ndose de lo que dice el *pstol (ro#adlotodo y quedaos con lo #ueno!9Tim

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    organizados tambi&n en congregaciones y asociaciones especialesdestinadas al me)or cultivo espiritual de aqu&llos, y que por esto deben seralabadas y (omentadas como nobilsimos y poderosos auxiliares de la *ccin7atlicaK dedicados con desinter&s, celo y constancia a la que 2an Lregorio%acianceno llama arte de las artes y ciencia de las ciencias9:#";, es decir,la direccin y (ormacin de la )uventud. 2in embargo, tambi&n a estosauxiliares de la educacin se aplica el dicho del divino Maestro 4a mies esmucha, pero los o#reras pocos !MtE,3F$ roguemos, por tanto, al 2eor dela mies que multiplique el nmero de estos obreros de la educacincristiana, cuya (ormacin deben tener muy en el corazn los pastores de lasalmas y los supremos moderadores de las rdenes religiosas.

    F

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    ale)ado todo peligro para la virtud, sino que suponen adem's una ayudapositiva para &sta.

    FG. 6e esta necesaria vigilancia no se sigue, sin embargo, que la )uventudtenga que vivir separada de la sociedad, en la cual debe vivir y salvar su

    alma slo se sigue la conclusin de que hoy, m's que nunca, la )uventuddebe estar armada y (ortalecida cristianamente contra las seducciones y loserrores del mundo, el cual, como advierte una sentencia divina, es todo&l concupiscencia de la carne, concupiscencia de 7os ojos y so#er#ia de laida !!n0,1>$ de tal manera que, como deca Nertuliano de los primeroscristianos, los cristianos de hoy vivan como deben vivir los verdaderosdiscpulos de 7risto copropietarios del mundo, pero no del error9:#3;.

    FE. 7on esta sentencia de Nertuliano hemos tocado la ltima parte denuestra exposicin parte que tiene una gran trascendencia, por tratarse en

    ella de la verdadera sustancia de la educacin cristiana, tal corno sedesprende de su -n propio esta ltima consideracin ilumina con luzmeridiana la supereminente misin educativa de la /glesia.

    I. !IN " !ORMA DE AL EDUCACIN CRISTIANA

    G". 4l -n propio e inmediato de la educacin cristiana es cooperar con lagracia divina en la (ormacin del verdadero y per(ecto cristiano es decir,(ormar a 7risto en los regenerados con el bautismo, segn la viva expresindel *pstolijos mos, por quienes suro de nueo dolores de parto hastaer a 8risto ormado en osotros!:&l#,1E$. +orque el verdadero cristianodebe vivir la vida sobrenatural en 7risto 8risto, uestra ida!8ol3,#$, ymani(estarla en toda su actuacin personal (ara que la ida de !es;s semani

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    existir en su total integridad si no es dando a 6ios lo que a 6ios se debecomo lo hace el verdadero cristiano.

    G3. 4ste -n de la educacin cristiana aparece a los o)os de los pro(anoscomo una abstraccin intil, o m's bien corno un propsito irrealizable, sin

    suprimir o mermar las (acultades naturales y sin renunciar, al mismotiempo, a la actividad propia de la vida terrena, y, en consecuencia, comocosa extraa a la vida social y a la prosperidad temporal y como idealcontrario a todo progreso en la literatura, en las ciencias, en el arte y entoda otra mani(estacin de la civilizacin. * esta ob)ecin, que ya (ueplanteada por la ignorancia o por los pre)uicios de los paganos eruditos desu tiempo Kob)ecin repetida, por desgracia, con m's (recuencia einsistencia en los tiempos modernosK haba respondido Nertuliano %osomos a)enos a la vida. %os acordamos de que debemos gratitud a 6ios,2eor y 7reador no rechazamos (ruto alguno de sus obras solamentelimitamos el uso de estos (rutos para no incurrir en vicio o extralimitacin.Qivimos, por tanto, en este mundo con vuestro mismo (oro, con vuestromercado, con vuestros baos, casas, tiendas, caballerizas, con vuestrasmismas (erias y vuestro mismo comercio. %avegamos y hacemos el serviciomilitar con vosotros, cultivamos los campos, negociamos por lo cualintercambiamos nuestros traba)os y ponernos a vuestra disposicin nuestrosproductos. Hrancamente, no veo cmo podemos pareceros intiles paravuestros negocios, con los cuales y de los cuales vivimos9:#

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    (undadores de innumerables obras de caridad y asistencia social y delinterminable cat'logo de santos educadores y santas educadoras, que hanperpetuado y multiplicado su obra en (ecundas instituciones de educacincristiana para el bien de las (amilias y de las nacionesD

    G. +or consiguiente, todo este con)unto de tesoros educativos de in-nitovalor que hasta ahora hemos ido recordando parcialmente, pertenece deuna manera tan intima a la /glesia, que viene como a identi-carse con supropia naturaleza, por ser la /glesia el 7uerpo mstico de 7risto, la 4sposainmaculada de 7risto y, por lo tanto, Madre (ecundsima y educadorasoberana y per(ecta. +or esto el genio extraordinario de san *gustn Kdecuyo dichoso tr'nsito vamos a celebrar pronto el decimoquinto centenarioKpronunciaba, lleno de santo amor por la /glesia, estas palabras Sh /glesiacatlica, madre verdadera de los cristianosT 7on razn predicas no slo quehay que honrar pura y castamente a 6ios, cuya posesin es vida dichosa,sino que tambi&n abrazas el amor y la caridad del pr)imo, de tal maneraque en ti hallamos todas las medicinas e-caces para los muchos males quepor causa de los pecados aque)an a las almas. N adviertes y enseaspuerilmente a los nios, (uertemente a los )venes, delicadamente a losancianos, con(orme a la edad de cada uno, en su cuerpo y en su espirito...

    N con una libre servidumbre sometes a los hi)os a sus padres y pones a lospadres delante de los hi)os con un piadoso dominio. N, con el vnculo de lareligin, m's (uerte y m's estrecho que el de la sangre, unes a hermanoscon hermanos... N, no slo con el vnculo de la sociedad, sino tambi&n conel de una cierta (raternidad, ligas a ciudadanos con ciudadanos, a nacionescon naciones en una palabra, unes a todos los hombres con el recuerdo delos primeros padres. 4nseas a los reyes a mirar por los pueblos yamonestas a los pueblos para que obedezcan a los reyes. 4nseasdiligentemente a qui&n se debe honor, a qui&n a(ecto, a qui&n reverencia, aqui&n temor, a qui&n consuelo, a qui&n aviso, a qui&n exhortacin, a qui&ncorreccin, a qui&n represin, a qui&n castigo, mostrando cmo no todo sedebe a todos, pero s a todos la caridad y a ninguno la o(ensa9:#>;.

    GF. 4levamos al cielo, venerables hermanos, los corazones y las manos,suplicando al (astor y =#ispo de nuestras almas !9(e0,0

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    haga de modo que estos egregios (rutos de la educacin cristiana se reco)any multipliquen en todo el mundo con provecho siempre creciente de losindividuos y de los pueblos.

    7omo prenda de esta gracias celestiales, impartimos con paterno a(ecto a

    vosotros, venerables hermanos, a vuestro clero y a vuestro pueblo labendicin apostlica.

    Dado en 3oma, junto a "an (edro, el >9 de diciem#re de 9?2?, ao octao

    de nuestro ponti>1.

    :0;2an Auan 7risstomo, %n Mthom >" +L "F.

    :>;2an +o J, 4nc. "ingulari quadam, 0# de septiembre de 1E10 **2 #!1E10$ > !1GG3I1GG#$ 0#0.

    :10;+o J/, 6iscurso a los alumnos del 7olegio de Mondragone, 1# de mayode 1E0E. c(. R., 1> de mayo de 1E0E.

    :13;2anto Nom's,"umma theologica//I// q. 1"0 a. l.

    :1#;2anto Nom's, o.c., //I// q.1" a.10.

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    /glesia y de la (amilia en materia de educacin Pn 4stado recoge lo mismoque siembra, la verdad o el error, la (e cristiana o la inmoralidad pagana, lacivilizacin humana o una horrible barbarie, que no puede quedardisminuida por el brillo exterior y el oropel aparente que el progreso y elcurso de los acontecimientos recientes han trado9 !**2 1> :1E0#; 10$.

    :31;7(. el decreto del 2anto -cio sobre-ducacin sexual y eugenesia, de1G de marzo de 1E31 **2 03 !1E31$ 11G 6? 00.

    :#3;Nertuliano, De idolatria1# +5 1,>G0.

    :##;=oracio, =dae/// 3,1.

    :#;2an *gustn, De mori#us -cclesiae catholicae/ 3" +5 30,133>.

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