perspectiva economicista

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Instituto de Desarrollo Económico y Social is collaborating with JSTOR to digitize, preserve and extend access to Desarrollo Económico. http://www.jstor.org Instituto de Desarrollo Económico y Social Teoría económica y problemática ambiental: un dialogo díficil Author(s): Pablo Gutman Source: Desarrollo Económico, Vol. 25, No. 97 (Apr. - Jun., 1985), pp. 47-70 Published by: {ides} Stable URL: http://www.jstor.org/stable/3467065 Accessed: 26-05-2015 21:31 UTC Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of the Terms & Conditions of Use, available at http://www.jstor.org/page/ info/about/policies/terms.jsp JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars, researchers, and students discover, use, and build upon a wide range of content in a trusted digital archive. We use information technology and tools to increase productivity and facilitate new forms of scholarship. For more information about JSTOR, please contact [email protected]. This content downloaded from 200.24.17.12 on Tue, 26 May 2015 21:31:38 UTC All use subject to JSTOR Terms and Conditions

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    http://www.jstor.org

    Instituto de Desarrollo Econmico y Social

    Teora econmica y problemtica ambiental: un dialogo dficil Author(s): Pablo Gutman Source: Desarrollo Econmico, Vol. 25, No. 97 (Apr. - Jun., 1985), pp. 47-70Published by: {ides} Stable URL: http://www.jstor.org/stable/3467065Accessed: 26-05-2015 21:31 UTC

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  • Desarrollo Economico, v. 25, N 97 (abril-junio 1985)

    TEORIA ECONOMICA Y PROBLEMATICA AMBIENTAL: UN DIALOGO DIFICIL*

    PABLO GUTMAN**

    La actual preocupaci6n de la teoria econ6mica por el ambiente ha ido a la rastra de la movilizaci6n (y tambien manipulaci6n) de la opini6n puiblica tras dicho tema. G. Heal (1982, p. 15), presidente en ese momento de la Asociacion de Economistas ambientales de los Estados Unidos, lo reconocia con cierta incomodidad:

    El desarrollo de la economfa ambiental y de los recursos naturales ha seguido al serio crecimiento del interes ptublico por este tema. 4No deberiamos nosotros, como economistas, plantearnos el desaffo de anticipar el interes publico, en vez de mera- mente seguirlo? (n.t.)

    Por cierto que este retraso no diferencia a la economia de la mayoria de los desarrollos cientificos. Pero lo reciente del proceso permite observar mas claramente los mecanismos en accion.

    En la mayoria de los casos la economia se ha limitado a incorporar la nueva tematica, haciendo extensiva a ella los instrumentos y conceptos preexistentes, en una doble direccion:

    - reafirmando la validez del marco conceptual de la teoria economica. ("Tenemos respuestas para todo, y ampliamos nuestro mercado"- revistas, catedras, asesorias);

    - reforzando la validez del marco normativo. ("No habiamos tornado en cuenta estos problemas, pero atencion, aqui estan los resultados, no hay de que preocuparse"). La utilidad de estos mecanismos es obvia. Ambos reafirman el ambito

    profesional, atienden a calmar los temores causados por los voceros del colap- so ecologico y sostienen la capacidad del establishment para enfrentar los nuevos problemas.

    Seria injusto no reconocer que este proceso de incorporacion de la tema- tica ambiental ha reforzado tambien posturas criticas ya existentes al interior de la teoria econ6mica, alimentando planteamientos profundamente radica-

    * Este trabajo se basa parcialmente en ponencias presentadas en dos seminarios sobre "Articu- lacion de Ciencias para la Gestion Ambiental", realizados en octubre de 1982 (Bogota) y noviembre de 1983 (Mexico, D.F.) con el patrocinio de CIFCA, Colciencias, UNAM y PNUMA. Los comentarios que en dichas oportunidades realizaron Gilberto Gallopin, Rolando Garcia y Enrique Leff me han sido de suma utilidad.

    * * Centro de Estudios Urbanos y Regionales (CEUR), Buenos Aires.

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  • les de algunos autores y, mas en general, patentizando contradicciones y debi- lidades de todo el andamiaje conceptual. Lo que no es contradictorio con lo anterior, pues justamente los intentos de extender los instrumentos tradi- cionales del analisis econ6mico a todo nuevo campo de preocupaci6n hacen cada vez mas evidente sus debilidades y lagunas.

    Se comprende asi la paradoja que presenta la teoria economica a los ambientalistas. Dice tantas cosas, y al mismo tiempo tiene tan poco que decir.

    En lo que sigue haremos una breve revisi6n critica del tratamiento del ambiente en la teoria economica neoclasica, dominante en el mundo occi- dental, e incursionaremos tambien en el papel del ambiente en las escuelas econ6micas del siglo pasado y su evolucion en el marginalismo y el marxismo.

    Finalmente llamaremos la atencion hacia algunas de las vias que creemos mas promisorias para el aporte de la teoria economica a la interpretacion de la problematica ambiental. Aporte parcial a una tarea que nos parece clara- mente interdisciplinaria.

    1. La economia neoclasica descubre el ambiente

    Para observar mas en detalle la propuesta de la economia neoclasica sera util dividirla en el tratamiento que realiza de los problemas de la conta- minaci6n, de la extraccion de recursos y de la valoraci6n de los ambientes naturales1.

    Los dos primeros aspectos pueden abordarse a partir del esquema de "flujos de materiales" propuesto por Ayres y Kneese en 1969. El esquema se basa en una redescripcion del proceso economico incorporando el princi- pio fisico de la conservaci6n de la materia. Este niega la posibilidad de un consumo final que destruya fisicamente los objetos. Estos cambiaran de forma o de estado (solido, liquido o gaseoso), pero la masa total perdurara a traves de la manipulacion a la que son sometidos. En esta perspectiva, el ambiente fisico cumple una doble funci6n en relaci6n con el proceso econo- mico: como origen de los insumos requeridos en el y como lugar de disposi- cion de los residuos del proceso de produccion y consumo.

    Podemos representar entonces los movimientos anuales de materia y energia que desde la naturaleza se dirigen hacia la sociedad (via producci6n- consumo, o directamente al consumo) y retoman desde la sociedad a la natura- leza (residuos de la etapa del consumo o de la produccion).

    En una economia cerrada, donde la tasa neta de inversi6n es cero, es decir, en la que la producci6n de bienes de inversion y consumo durables iguala a los que quedan fuera de servicio, el volumen anual de materia intro- ducida en el proceso productivo igualara al volumen de desperdicios genera- dos. El esquema puede complicarse para incluir formaciones de stock (lo

    1 Una buena vision panoramica (y partidista) se obtiene en el survey de Fisher y Peterson (1976).

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  • TEORIA ECONOMICA Y PROBLEMATICA AMBIENTAL

    que retarda la aparicion de los residuos), o el comercio exterior, cuyo efecto dependera del signo del movimiento neto de materiales2.

    1.1. Los problemas de la contaminacion

    Pasemos ahora a la parte sustantiva del anflisis. El medio ambiente natu- ral, se nos ha indicado, cumple, con relaci6n al proceso economico, dos fun- ciones: aprovisionador de insumos y receptor de residuos.

    Los aspectos que tienen que ver con la provisi6n de insumos postergue- moslos hasta el punto siguiente.

    Como receptor de residuos el ambiente, se especula, es utilizado en forma discrecional por el contaminador, sin que su uso le signifique ningun costo, como si en esta funci6n el ambiente fuera un bien libre (recordar el clasico ejemplo del aire que respiramos, tan valioso pero sin precio). Sin em- bargo, se arguye ahora, el agua, el suelo, el aire no son bienes libres, como se pensaba previamente, sino importantes valores de propiedad comun cuya contaminacion, motivada por la disposici6n de residuos, afecta la calidad de vida de la poblacion.

    Lamentablemente, los efectos que sobre ellos producen las acciones de los particulares caen en el campo de las externalidades, estudiadas original- mente por Pigou (1920) y Scitovsky (1957) como situaciones en las que, por no existir un mercado donde se le adjudique un precio y se intercambien los bienes de propiedad comun, la accion de un sujeto puede afectar la dispo- nibilidad de dicho bien por parte de otro sujeto, reduciendo la utilidad de este ultimo. Esta situaci6n, que dichos autores consideraban un caso excep- cional de falla del mercado, es ahora vista por Ayres y Kneese (1969) en forma diferente:

    Nosotros creemos que, al menos, una clase de externalidades, aquellas asociadas con la disposicion de residuos resultantes del proceso de consumo y produccion, deben ser consideradas en forma bien diferente. Ellas son una parte normal, en ver- dad inevitable, del proceso. Su significacion economica tiende a incrementarse con el desarrollo econ6mico, y la capacidad del ambiente de recibirlas y asimilarlas es un importante recurso natural del creciente valor. (n.t.). El diagnostico esta realizado, y con 1e un desplazamiento mayor: el

    problema ya no sera la contaminacion, sino el precio de la contamina- cion. Puesto que el mercado -en la teoria neoclasica- es axiomaticamente el asignador mas eficiente de los recursos y el indicador mas fiel de la satisfac- cion de la poblaci6n, la solucion es simplemente hacer entrar al remiso en el mercado, internalizar las externalidades. Para ello se propone recurrir al auxilio de un conjunto de medidas (tarifas, subsidios, remates, licitaciones) con el fin de que los agentes economicos internalicen en sus cilculos los costos y beneficios del deterioro ambiental3.

    2 Victor (1972) y Noll y Trionis (1971) realizan estas extensiones. 3 Alrededor de esto gira una voluminosa literatura, que analiza las ventajas e inconvenientes

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  • Los resultados probables pueden medirse por las recetas propuestas. Asi, dentro de la mas ortodoxa teoria del bienestar, el celebre Teorema de Coase (1960) demuestra que se arriba al mismo optimo social si el contami- nador paga a los damnificados por la contaminacion que produce que si... los daminificados pagan al contaminador para que reduzca su nivel de contaminacion4.

    Otras propuestas mas moderadas senialan que una solucion de 6ptimo ajuste marginal, que atiende a la situaci6n de cada contaminante, se logra- ria creando un mercado para rematar "derechos de contaminacion". Claro que esto no resuelve cuanta contaminaci6n global es aceptable. El tamaio de la oferta debe decidirse fuera de este mercado .

    Estas aproximaciones economicistas luego de haber convertido el ambiente natural en un mero objeto economico, descubren que el problema de su mal uso radica en que no es un objeto economico, en que no tiene precio de mercado. Si algo es, pero no es, debe ser. Por lo tanto el ambiente natural no tiene precio de mercado, pero... ideberia tenerlo! 6.

    No nos asombremos demasiado pues sim6tricamente actfa el reduccio- nismo ecologista. El equilibrio energetico se halla, para este, en los controles naturales que el ecosistema impone al crecimiento de las diferentes pobla- ciones. Pero la dinamica ecol6gica ha sido incapaz de frenar el crecimiento demografico humano. Entonces ello debe conseguirse por un acto de moral (control de la natalidad), o una catastrofe social (guerra mundial), hechos ambos incompatibles con el reduccionismo ecologista, que prescinde de historia y cultura al equiparar el comportamiento de la poblaci6n humana al del resto de las poblaciones bioticas.

    Y digamos ya que por reduccionismo entendemos el intento de expli- car un fen6meno generalizando a partir de uno (o algunos) de los elementos presentes.

    de diferentes m6todos y sus formas de implementaci6n, las posibilidades de medicion, los problemas que pueden presentarse en el comercio internacional entre paises con diferentes niveles de proteccion ambiental, etcetera. Los interesados pueden referirse a los ya citados Fisher y Peterson (1976); Ayres y Kneese (1969); Kneese (1964, 1972, 1975);y Baumol y Oates (1975).

    4 La fascinaci6n con que este hallazgo es citado una y otra vez (aunque a renglon seguido se indique que los costos de transaccion lo hacen impracticable) muestra con claridad como la epistemo- logia neoclasica sigue aspirando al mecanicismo fisico del siglo pasado, donde los fen6menos eran siempre deterministas y reversibles.

    Las enormes limitaciones de este enfoque han sido criticadas hace diez anos por G. Roegen (1975) en relacion a la tematica ambiental. Y los apasionantes trabajos del premio Nobel Prigogine (1983) y su equipo muestran que hace afnos que las ciencias exactas se alejan de estos paradigmas, hacia la interpretacion de lo aleatorio y no reversible.

    5 La teoria economica neoclasica no soluciona el problema ambiental en cuestion, el nivel de contaminacion, pero eso si, no lo soluciona en la forma mas economica posible.

    6 Cierto es que la teorla econ6mica neoclasica y tambien buena parte de la planificacion en los paises socialistas postulan la posible existencia de precios sin mercado (precios imputados, precios sombra, etc). Pero me alineo aqui con los que estiman un error cientifico llamarlos precios.

    Un conjunto de coeficientes relativos, que satisfacen un sistema de ecuaciones, comparten una condici6n necesaria pero no suficiente de un sistema de precios. Otro componente esencial es el carac- ter historico y social de un sistema de precios. Y regresamos nuevamente a la cuestion del paradigma cientifico y su extension a fen6menos que escapan a 1e, algo a lo que haciamos referencia a principios del articulo y en la nota anterior.

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  • TEORIA ECONOMICA Y PROBLEMATICA AMBIENTAL

    Exactamente en lo opuesto, creemos que la forma mas clara de definir los problemas ambientales es caracterizarlos como aquellos que surgen en la interfase entre naturaleza y sociedad y requieren de la interpretaci6n simul- tanea de ambos componentes para su conocimiento y manejo.

    Un problema que puede ser interpretado y resuelto estrictamente sobre la base de las ciencias naturales sera un problema biologico, ecologico, pero no ambiental, de la misma manera que no lo sera una crisis ministerial o un cambio en el sistema impositivo.

    Otra observaci6n que merece el modelo neoclasico es que, al enfocar su atenci6n en los costos de la disposicion de residuos, pasa por alto una defini- cion explicita de que son los residuos. El problema se limita a donde ubicar- los. El esquema de flujo de materiales parece dar una respuesta generica a dicha pregunta. Residuo seria (mas temprano o mas tarde) todo lo que entra en el proceso productivo. Pero por que y como entra en el proceso produc- tivo y cuando y bajo que forma se presenta como residuo no es, como la experiencia lo muestra, un fen6meno naturalmente definido sino econ6mi- camente condicionado. Pues son las politicas de rentabilidad empresaria y las pautas de consumo (estas mismas fuertemente influidas por la propa- ganda comercial) las que determinan en realidad cuando un objeto es desechado como residuo, lo que muchas veces tiene poco que ver con la desaparici6n de sus cualidades como valor de uso. Sobre esto poco y nada dice el enfoque te6rico neoclasico.

    1.2. Extracci6n de recursos

    Existe en este tema una doble actividad, teorica y empirica de la econo- mia neoclasica, a la que vale la pena hacer referencia.

    Poco despues de la posguerra, surgi6 en los Estados Unidos una preocu- pacion creciente respecto del agotamiento de los recursos naturales, cuya presencia puede rastrearse en la creacion de instituciones como Resources for the Future y en el gran numero de estudios emprendidos sobre este tema7.

    Llamativamente, sus conclusiones resultaron, por lo general, opti- mistas. De acuerdo con Barnett y Morse (1963), el anAliSis de los precios relativos de los productos primarios con relacion a los manufacturados mostraba una permanente tendencia decreciente en el largo plazo (se abara- taban las materias primas). Los avances tecnologicos parecian compensar con creces el agotamiento de las fuentes de recursos naturales mas produc- tivas. De alli los autores concluian:

    ... Dado el actual estado de las artes, los futuros avances no necesitan ser for- tuitos; por el contrario, la tasa de avance (tecnologico) puede ser influida por la

    7 Las motivaciones de esta preocupacion tenian que ver con el ingente uso de materiales du- rante la segunda guerra y la politica norteamericana de mantener "reservas estrategicas de materias primas".

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  • inversi6n en investigaci6n y desarrollo. En verdad, aquellos que toman una actitud optimista sostendrin que la moderna economia industrial esta ganando su inde- pendencia del tradicional sector de recursos naturales, en un grado lUamativo. Final- mente, la materia prima requerida por la producci6n industrial sera solamente, masa y energfa. (n.t.). De aqui deduce Krutilla (1967):

    Estas conclusiones sugieren, por una parte, que la tradicional preocupaci6n de la economia conservacionista -la protecci6n del stock de recursos naturales para las generaciones -futuras- puede estar hoy en dia fuera de moda por los avances tecnol6gicos. Por otra parte, el tema central parece ser el de proveer para el pre- sente y el futuro las satisfacciones asociadas con un ambiente natural no contami- nado, para lo cual el mercado fracasa en dar adecuada respuesta. (n.t.). El estudio de Barnett y Morse es de 1963, Krutilla escribe en 1967.

    Tal vez nos inclinariamos a pensar que la crisis energetica ha hecho cambiar de opini6n a la escuela norteamericana. Pero los mismos argumentos los encontramos en 1976, en Fisher y Peterson.

    Primero podemos confrontarlos con el conocimiento de que los problemas am- bientales han estado presentes por largo tiempo y que los recursos extractivos, que discutimos en un survey paralelo, no dan motivos de alarma, gracias al progreso tecnico y el funcionamiento del mercado. La contaminacibn y otros desequilibrios, sin embargo, estan volviendose peores a medida que crece la economia... (n.t.). Por su parte, los analisis te6ricos refuerzan la opinion de que la extrac-

    cion de recursos (renovables o no renovables) no representa un problema, pues alli existe un inercado y un sistema de precios que se encarga de regu- larlo eficientemente. Pero aqui, paradojicamente, la argumentacion es exactamente inversa a los hallazgos empiricos. Un buen ejemplo de ello es la literatura que trata la tasa de extraccion de un recurso no renovable, dentro de los lineamientos del celebre articulo de Hotelling (1931).

    La regla de Hotelling establece que el precio, neto de costos de extrac- cion, de la unidad marginal del recurso debe crecer a un ritmo igual a la tasa de interes del mercado8. Si ello sucede asi, la extraccion del recurso se realiza en condiciones de eficiencia y de equilibrio en un mercado compe- titivo, y la industria opera en una situacion de 6ptimo social. No se justifi- carian entonces los llamados para un control publico, basados en el supues- to de que la explotacion privada tiende a sobreexplotar o, mas en general, a mal explotar el recurso.

    Estamos aquf frente a otra expresi6n tipica de la teoria economica neoclasica. Una elegante solucion formal, que se utiliza con claro contenido normativo, a pesar de que todos los estudios empiricos, incluso los emprendi-

    8 En realidad la presentaci6n de Hotelling es un caso particular de la anterior (aquella en la que los costos de extraccion son 0), lo que Uleva a plantearlo como

    Pt =-P ert

    donde Pt es el precio en el perlodo t, PO el precio del periodo inicial y r la tasa de interes. Vease para una revision del tema Deverajan y Fisher (1981).

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  • TEORIA ECONOMICA Y PROBLEMATICA AMBIENTAL

    dos dentro de esta misma corriente, muestren que la realidad no se ajusta ni lejanamente a los supuestos de la teoria. Los precios de la mayoria de los recursos extractivos tienden a decrecer, o a fluctuar bruscamente, y no a aumentar en forma sostenida9.

    Claro, siempre habra espacio para nuevos teoremas que tomen en cuen- ta las excepciones. La inclusi6n de riesgo, incertidumbre o monopolio, llevarat a otros resultados teoricos (Weinstein y Zeckauser, 1975). Pero seran presentados siempre como "excepciones" a la regla.

    La incomodidad con esta teoria es creciente. Porque la realidad parece marchar claramente en otra direccion (vease Arrow y Chang, 1982, y tam- bien Ayres, 1978). O porque las propuestas normativas que de ella se dedu- cen son ecologicamente muy dificiles de digerir. Por ejemplo, las que sefia- lan la conveniencia economica de agotar hasta su extinci6n un recurso disperso de baja tasa de reproduccion (como lo propone el celebre articulo de Smith, 1977). 0 los planteos de los economistas norteamericanos para demostrarle al Servicio Forestal de los Estados Unidos que no puede existir una explotacion rentable de los bosques fiscales como bosques productores (Brubaker, 1983).

    1.3. El ambiente natural como recreacion, paisaje, banco genetico Otro componente importante de la economia neoclasica son los esfuer-

    zos por valuar monetariamente costos y beneficios de la preservacion del ambiente natural, en su funcion de oferente de potencial recreacional, paisajistico, de dador de calidad de vida, banco genetico, potencial a futuro y similares.

    Se busca aqui las vias de una cuantificaci6n que de "respetabilidad economica" a la discusi6n social y a las decisiones publicas sobre el tema. Muchos avances son interesantes, en la linea de modificar las cuentas del PTB para incluir valores patrimoniales (Tsuru, 1971), evaluar los costos y beneficios que aporta la calidad ambiental (Freeman, 1979), o cuantificar funciones de demanda y beneficios que aporta la conservaci6n (vease Kru- tilla, 1967, y los numerosos trabajos de M. Clawson).

    Sin embargo, las dificultades son muchas, no existe aqui un mercado, ni siquiera la posibilidad te6rica de especular sobre su existencia en muchos casos. Y el instrumental tradicional resulta a todas luces inadecuado para tratar con problemas como el largo plazo, los juicios intergeneracionales, la existencia de procesos discontinuos, aleatorios, imprevistos y, mas en general, para reconocer la presencia de procesos naturales y sociales no redu- cibles a un simple comportamiento mercantil. Entonces Fisher y Peterson (1976) comprueban que

    Aunque la preocupaci6n generalizada por la preservaci6n de los ambientes natu- rales aparentemente es anterior a cualquier interes similar por los problemas de la

    9 Nos remitimos al estudio de Barnett y Morse (1963) citado anteriormente.

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  • PABLO GUTMAN 54

    contaminaci6n, la literatura econ6mica sobre poluci6n es considerablemente mas rica. Tal vez ello es debido a que el analisis de la contaminaci6n involucra el com- portamiento de las empresas y el mercado y es una prolongaci6n relativamente lineal de la teorfa de los precios, mientras que los ambientes naturales son muchas veces de propiedad pfiblica y requieren de la ciencia (o arte) menos desarrollada del analisis de costos-beneficios. (n.t.).

    1.4. Economia neocldsica y problemas ambientales del Tercer Mundo

    No es casual que las conclusiones ambientales de la economia neocla- sica para los paises desarrollados sean sistematicamente alentadoras. No se trata ya del fin del mundo, ni del fin del crecimiento. Todo se reduce a una serie de medidas que comprometerian solo una fraccion del incremento previsto en los ingresos futuros.

    En cuanto a los paises del Tercer Mundo, dejemos que hablen nueva- mente Ayres y Kneese (1969):

    Para recapitular nuestros principales puntos brevemente: 1) Las economias tecnol6gicas externas no son una anomalia en el proceso de produccion y consumo sino inherentes y normales a el. 2) Estas economfas externas son cuantitativamente despreciables en un ambiente poco poblado o subdesarrollado, pero se convierten en progresivamente mas importantes (en forma no lineal) a medida que la pobla- ci6n y los niveles de producci6n crecen (e.g., a medida que los reservorios de dilu- ci6n y la capacidad de asimilacion comienzan a agotarse). (n.t.).

    En definitiva el problema del ambiente no es de incumbencia de los paises subdesarrollados, pues hace a la calidad de vida de los paises avanza- dos, amagada por la contaminaci6n proveniente del excesivo uso del am- biente como depositario de residuos. Problema este, por iltimo, que si bien es preocupante, puede ser manejado mediante simples retoques al viejo y eficiente sistema de mercados. Realmente, un panorama notablemente dis- tante del que presentan los voceros del ecodesastre0.

    Es importante reafirmar que esta vision no es compartida por el Tercer Mundo, donde desde hace mas de un decenio los problemas del ambiente se relacionan con las precarias condiciones de vida del grueso de su pobla- cion y la necesidad de encontrar nuevas vias para un desarrollo economico que atienda a un uso sostenido a largo plazo de sus recursos naturales, diri- gido a satisfacer las necesidades del conjunto de sus habitantes1.

    En esta linea, en America Latina se inici6 en la uiltima decada un esfuer- zo de reflexion tras una interpretacion propia de la problematica ambiental

    10 Los reduccionismos ecologistas ponen por el contrario el acento en el peligro ambiental que representa el crecimiento de la poblacion del Tercer Mundo. Pero es claro al multiplicar poblacion por consumo per capita que la mayor densidad demografica esta en el Norte y no en el Sur. Como tambi6n se demuestra que la relaci6n entre recursos y poblaci6n esta mediatizada por el modelo de sociedad, existente o propuesto (Herrera et al., 1976).

    11 Las declaraciones, acuerdos y propuestas en este sentido son hoy numerosisimas. Los resul- tados practicos por el contrario resultan mucho mas modestos. El lector puede referirse a la declara- cion de Cocoyoc (Naciones Unidas, 1974) o al "Que hacer" de la Comision Dag Hamarskjold (Nerfin, 1975).

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  • TEORIA ECONOMICA Y PROBLEMATICA AMBIENTAL

    y su gestion. A ella los economistas han aportado sobre todo en aspectos ligados al desarrollo y la planificacion 2.

    Sin embargo, en el campo de la teoria economica esta contribuci6n es, todavia, incipiente13. Y las mas de las veces, frente a un problema am- biental puntual, el economista de nuestros paises sigue presentandose pro- visto de un arsenal tan poco adecuado como lo son las teorizaciones de la economia neoclasica sobre el ambiente. ,A donde dirigir entonces nuestra mirada en busca de un instrumental tebrico mas apto para las tareas que tenemos planteadas?

    2. El ambiente en los clasicos y en el marxismo

    En sus terminos mas generales, el desafio que la dimensi6n ambiental realiza a la economia es enfrentarla con la realidad de la naturaleza. Una naturaleza no homogenea, no uniforme, diferenciada, que no es pasiva e infinitamente manipulable, sino que se presenta estructurada con sus propias dinamicas y limites.

    Pero mas propiamente deberiamos decir "volver a enfrentar", pues el tiempo del materialismo mecanicista, el determinismo geografico y biol6- gico no estan tan lejanos. Por cierto que fue el desarrollo productivo del capitalismo el que los releg6 del campo cientifico, al menos en lo que hace al mundo desarrollado, pues estas teorias continuan muchas veces explicita o subrepticiamente presentes, para teorizar sobre el atraso del Tercer Mundo.

    Todavia el mundo natural juega un papel importante en los inicios de la economia. En particular en la escuela fisiocratica, y mas en general, en la teoria de la renta de la tierra, en todo el pensamiento economico clasico. Sin embargo, ya en el siglo pasado va en camino de desaparecer rapidamente, tanto en la escuela objetiva como en las subjetivas y marginalistas. En la primera, la abstracci6n del contenido material de las mercancias (y de las relaciones entre contenido material y cultural, es decir, la abstracci6n del valor de uso), aparece como un paso necesario para develar el caracter del valor y las relaciones sociales en 1e implicadas 4.

    En la escuela subjetiva, porque la heterogeneidad del mundo material y social debe, necesariamente, reemplazarse por un stock o un flujo de obje-

    12 Varios organismos han jugado en ello un rol catalizador. El Centro Internacional para la Formacion en Ciencias Ambientales (CIFCA-Madrid), la oficina de Desarrollo y Medio Ambiente de la CEPAL y la Oficina Regional para America Latina del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Puede verse al respecto Sunkel y Gligo (comp.): Estilos de desarrollo y medio ambiente, F.C.E., Mexico, 1980, y la serie de seminarios regionales auspiciados por estas tres institu- ciones en el ultimo lustro, reproducidas parcialmente en la serie "Opiniones" CIFCA, Madrid. Sobre ambiente y planificacion del desarrollo tambien CEPAL (1983), Gutman (1982) y los trabajos presen- tados en el vol. XVIII, N 84, de la Revista Interamericana de Planificacion (marzo 1984).

    13 En esta direccion apuntan Sunkel y Leal (1983). 14 El papel de los contenidos materiales en la estructuracion de relaciones sociales se desarrolla-

    ra entonces en el marxismo clasico en el nivel de las interpretaciones filos6ficas, pero no sera retomado en forma sistematica en el analisis socioecon6mico (pensamos aquf en las obras de Engels y en la interpretacion que sobre el tratamiento de la naturaleza en Marx realiza Schmidt, 1976).

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  • tos homogeneos, que sea manipulable matematicamente con el calculo dife- rencial e ideologicamente con teorias de armonia espontanea, funcional- mecanicistas.

    Igualmente, para la teoria economica del siglo pasado, marginalista o marxista, la empresa capitalista internaliza costos y beneficios. En los prime- ros esto es un supuesto necesario al rol del mercado como asignador efi- ciente. En el marxismo ello justifica el rigor teorico de la plusvalia'5.

    Los problemas ambientales han venido a corroborar, por el contrario, que la empresa capitalista actfia tratando de internalizar beneficios y externa- lizar costos. Desplazandolos en la sociedad (que los soporte otro, el Estado, los vecinos, el puiblico en general), desplazandolos en el espacio (aguas abajo, a sotavento, etcetera) o desplazandolos en el tiempo (apres nous le deluge).

    En la teoria economica marxista de este siglo, las referencias a la inter- accion entre naturaleza y sociedad son escasas. La critica de la economia capitalista se realiza en termino de las relaciones sociales de produccion; la base material sobre las que estas se asientan es mayormente obviada.

    Despues de la revoluci6n la obsesion por las metas de produccion no sera marco adecuado para sensibilizar la teoria economica oficial hacia las preocupaciones ambientales.

    La presion de la "competencia con occidente", los estados de guerra abierta o encubierta, las necesidades sociales extremas, pueden esgrimirse como justificativos.

    Aun asi deberia preocupar que la teoria economica oficial convierta la necesidad en virtud. Tal el caso de la pretendida "neutralidad" de la tecnolo- gia, invocada una y otra vez en los paises de economia planificada, para justificar la importacion o copia de las tecnologias norteamericanas y euro- peas, cuando es cada vez mas evidente que la eficiencia de la tecnologia occidental depende en buena medida de subvaluar sus costos sociales y ambientales6.

    Inclusive, con ortodoxias mal asumidas, la teoria econ6mica oficial participa en la creacion de conflictos ambientales que parecerian menos inevitables. Es el caso de la abolicion de la renta territorial. En los clasicos y en Marx la renta territorial, como ingreso de una clase social (la terrate- niente), forma parte de las relaciones sociales. Pero estos autores estaban tambien conscientes de que la renta expresa econ6micamente no solo un hecho social (quien se embolsa la renta) sino tambien un fenomeno material

    15 Esto era a tal extremo un punto de honor, que Marx considero su maximo logro el desarro- liar una teoria de la explotacion que fuera compatible con la remuneracion de la fuerza de trabajo por su valor. La linea argumental sera entonces: "No es que al trabajador se le pague de menos (como aduce el socialismo romantico). Se le paga todo lo que vale la fuerza de trabajo, lo que, sin embargo, es inferior al valor que genera la puesta en accion de esa fuerza de trabajo".

    16 Debe admitirse aquf que la sobrevaloracion de la tecnologia occidental tiene larga data. Comenzando con el apotegma de Lenin "socialismo es soviets, mas electrificacion", hasta las decla- raciones recientes (1982) de Deng-Xiao-Ping a Ornella Fallaci.

    Existe en ello un paralelo con los efectos en la organizaci6n del trabajo en las fibricas de la URSS magistralmente analizado por Bettelheim (1972).

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  • TEORIA ECONOMICA Y PROBLEMATICA AMBIENTAL

    (su origen en la heterogeneidad de la naturaleza), las diversas posibilidades de apropiaci6n de lo material. En Rusia la economia oficial abolio la renta, como categoria social, junto con la heterogeneidad del mundo material. Una de las tantas consecuencias es la dificultad para incluir en los calculos de costos las ventajas de localizaci6n, lo que resulta, por ejemplo, en un patr6n de urbanizacion muy extensivo, de baja densidad con alta demanda de suelos con fines urbanos y mayores costos de infraestructura de servicios (Szelenyi, 1976)17.

    La experiencia del socialismo asiatico, en especial China, parece sin embargo sumamente interesante, a medida que se tiene mayor contacto con ella. A estar de la informaci6n, China experimenta numerosas iniciativas de desarrollo ambiental urbano y rural, basadas en la descentralizaci6n, la hete- rogeneidad de recursos naturales y humanos movili7.ados, la atenci6n prefe- rente a las necesidades basicas del conjunto de la poblacion, el reciclaje y el bajo perfil energetico.

    Se podria aducir que mas que el socialismo han pesado aqui las tradi- ciones culturales orientales y el reconocimiento del delicado equilibrio entre poblacion y recursos naturales en una sociedad densamente poblada. Pero el punto no esta dado alli; los cambios sociales han sido fundamentales para permitir una nueva aproximacion a la relaci6n entre sociedad y ambiente. El ejemplo de la vecina India muestra muy claro que no es suficiente sumar poblaci6n numerosa, escasos recursos y cultura oriental para arribar a una razonable utilizacion del ambiente. Lamentablemente la informacion de que disponemos es a(un limitada y en varios casos contradictoria a la luz de los importantes vaivenes en la politica china'8.

    En definitiva, por unos u otros motivos, el interes de la economia marxista moderna por el ambiente ha sido escaso y el despertar publico de esta problematica en los paises socialistas ha dado lugar, por parte de sus economistas, a descripciones de como se incorporan normativamente metas ambientales en los planes publicos19, o a tratamientos formales muy simi- lares a los de sus colegas de occidente20. Sobre las relaciones entre naturaleza y sociedad en distintos sistemas economicos es poco lo que se ha dicho21.

    17 Paradojicamente, la teoria economica marginalista abolio tambien la especificidad de la renta territorial caminando en direccion inversa... universalizandola. Primero la renta territorial no es mas que... la apariencia matematica de considerar un factor como fijo y los otros como variables. Esta es la linea de Marshall, Wicksteed y Wicksell. Finalmente Hicks (1939) descubre que todos somos rentistas (excedente del productor y excedente del consumidor) let wild! iLa renta ha desaparecido! Claro que en este caso, a diferencia de los paises socialistas, solo ha desaparecido de la teoria econo- mica (cf. Blaug, 1962, pag. 77 y ss.), pues sigue viva y saludable en el mercado. Como lo puede ates- tiguar la permanencia de la especulaci6n en suelos rurales y urbanos.

    18 Mientras que nosotros tendemos a ver la experiencia china como sumamente lejana por las diferencias sociales, historicas y demograficas, en Europa se la sigue mucho mas de cerca. Inclusive se presume de utilidad para aspectos a primera vista tan disimiles como la administracion urbana en Alemania (vease al respecto el proyecto sobre China del InternationalInstitut fir Umwelt und Gesells- chaft, 1984, del Wissenschaftzentrum, Berlin).

    19 Vease la presentaci6n de Gruchman en Ahmad y Muller (ed.) (1982) y Podniekinski et al y Kurnikov y Lemeshev, en Economic Commission for Europe (ed.) (1975).

    20 Vease por ejemplo la presentaci6n de Kachaturov, en Ahmad (ed.) (1981). 21 Aunque sea el aporte de un geografo, no podemos dejar de mencionar aqui los excelentes

    trabajos de Blaikie (1983).

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  • Retengamos por ahora el papel estrategico que los clasicos asignaban a la renta en la interpretacion de las formas de apropiacion y uso de recursos naturales. Sobre ello volveremos mas adelante (punto 4). Miremos ahora a otra funcion que el medio ambiente juega en las interpretaciones del siglo XVIII y XIX, en el campo de la historia econ6mica.

    3. Historia economica y medio ambiente La descripcion del ambiente natural, o mas restringidamente de los

    "recursos naturales", ha formado parte, casi siempre, de los trabajos de his- toria economica (y por supuesto de geografia economica). Pero, la importan- cia asignada a este tema decae con los avances de la industrializacion, para arribar al ejemplo ya tradicional de Japon, paradigma del "desarrollo sin recursos naturales".

    Desde una perspectiva revalorizadora del medio ambiente, este tipo de conclusiones resultan superficiales. Las particularidades del desarrollo japo- nes, tanto como las de cualquier otra region, tienen mucho que ver con la interaccion de la sociedad con su medio ambiente local (insularidad, alta densidad de poblaci6n, reforma agraria capitalista) como con el acceso al medio ambiente mundial (por la via del comercio internacional).

    A este respecto resulta llamativo comprobar el peso que la economia clasica adjudicaba a la naturaleza en el analisis historico. En particular, sus interpretaciones de los modos de produccion asiaticos se basan esencial- mente en el papel definitorio de las grandes obras hidraulicas en la econo- mia campesina. ,Las condiciones naturales y sociales (clima semiarido o marcadamente estacional, alta densidad de poblacion rural, etcetera) como base explicativa no ya de una situacion especifica, sino de un modo de pro- ducci6n? He aqui una via poco explorada para enriquecer los conceptos de formacion econ6mico-social (o estilos de desarrollo).

    En la mayoria de los trabajos actuales sobre formacion economico- social el concepto se trata en terminos de coexistencia y subordinacion de distintos modos de produccion. Pero en los mismos analisis, la insistencia en la dominancia de un modo (o un estilo de desarrollo) sobre todos los otros hace perder relevancia a la distincion.

    Es aquf justamente donde la consideraci6n explicita de las formas de interacci6n entre naturaleza y sociedad permite reconocer especificidades de cada formacion o estilo, relevantes y no reducibles.

    No hace falta especular con un grosero retorno a teorias del determi- nismo geografico. Somos conscientes de que en el proceso de desarrollo de sus fuerzas productivas la sociedad gana un numero creciente de opciones. Pero ello no significa que se independice del medio natural sobre el que se da ese desarrollo. La relacion no sera unidireccional, ni lineal. El proceso de inter- accion naturaleza-sociedad ganara en complejidad y en grados de libertad, pero seguira expresandose en una forma concreta, de apropiaci6n e incor- poraci6n de la naturaleza donde esta y la sociedad se condicionan mutua- mente.

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  • TEORIA ECONOMICA Y PROBLEMATICA AMBIENTAL

    Una simple comparacion entre tamano, numero de predios rurales, disponibilidad de tierra agricola y densidad de poblaci6n rural por conti- nente puede servir para ilustrar lo anterior22.

    Una aproximacion "ecologista" senialaria que el predominio absoluto de las pequefias explotaciones en Asia oriental resulta de las altas densidades de poblacion y el hecho de que practicamente toda la tierra agricola se encuentra ya en produccion. Comparativamente, el predominio absoluto de la mediana y gran explotacion en los Estados Unidos, acompafiado de una baja densidad de poblacion, podria justificarse por la tecnificacion del agro norteamericano, una explicacion estrictamente economica.

    Por cierto, ambas explicaciones resultan falsas en su reduccionismo. Un grado de tecnificaci6n comparable lleva por ejemplo en Europa a un predominio de los establecimientos medianos y pequefios. Y el caso mas llamativo resulta por supuesto America Latina, donde se acumula el mayor volumen de frontera agricola auin sin explotar y al mismo tiempo coincide un predominio absoluto del minifundio, en el nuimero de explotaciones, y un predominio absoluto de los latifundios en la superficie ocupada. Solo la suma de las caracteristicas del medio natural y la historia social de su pro- ceso de ocupaci6n pueden aqui dar cuenta de la formacion social y natural resultante.

    La tematica ambiental nos parece un componente imprescindible de toda historia economica regional o nacional, siempre que no la reduzcamos a una mera descripcion del entorno fisico, sino que orientemos nuestro interes a dilucidar los principales condicionamientos e interacciones entre la naturaleza y la sociedad.

    4. El proceso de produccion como centro del analisis economico de la relacion sociedad-naturaleza

    En una aproximacion historica, la consideracion de las formas de in- teracci6n entre naturaleza y sociedad pueden dar luz sobre las especificidades de la formacion economico-social (o el estilo de desarrollo) regional en con- sideracion.

    Pero, ,que aporta la economia a dicho estudio en el presente? En otros terminos, ,que propuestas (plano de analisis, instrumentos, hipotesis) pueden hacerse desde la teoria economica para el estudio de las relaciones entre sociedad y naturaleza en el capitalismo y mas en particular en el capi- talismo dependiente de America Latina?

    Al abordar en trabajos anteriores la buisqueda de espacios relevantes para considerar las interacciones entre sociedad y naturaleza, desde una perspectiva econ6mica, opinabamos que debian respetarse, en esta buis- queda, varios criterios:

    - La existencia de dinamicas, naturales y sociales, que interactuando activamente, responden cada una a legalidades propias. 22 Estos comentarios se apoyan en estadistica del World Bank (1982), Figura 7.2.

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  • - Que la jerarquia de causalidades no puede encontrar una respuesta abstracta, "lo social domina a lo natural", o viceversa, sino que re- quiere especificar historica y espacialmente la situacion considerada.

    - Que un intento de integrar dinamicas naturales y sociales deberia ser sintetico y no aditivo (todo lo natural mas todo lo economico), lo que podria lograrse al centrar nuestro interes en aquellos pianos de an6lisis que destaquen la articulacion entre ambas dinamicas. La eleccion del proceso de produccion como este centro de interes

    parece clara, pues conjuga la mayoria de las caracteristicas antes seiialadas, constituyendo el momento de interaccion mas relevante entre el mundo natural y el hombre organizado socialmente, porque:

    - El mismo desarrollo del capitalismo convierte al ciclo de produccion y reproduccion del capital en uno de los ejes de la vida social.

    - La propia materialidad del proceso de produccion da la posibilidad de observarlo como un intercambio entre lo organizado social y lo orgf- nico natural, facilitando la comprension de los flujos en ambas direc- ciones.

    - En aquellos casos donde el problema ambiental reconoce otros deter- minantes sociales importantes (por ejemplo, la cultura, la organizacion sociopolitica, la distribucion y el consumo), la consideraci6n expli- cita del ambito del proceso de produccion puede resultar de utilidad, porque nos ayuda a entender como se ubican e interactuian estos deter- minantes en el todo social. Una propuesta de este tipo va mucho mas alla de la interpretacion de

    un flujo de materiales y energia o de una tabla de insumo-producto. Se trata de considerar los procesos naturales y sociales, con sus propias legali- dades, y conocer los objetivos y la racionalidad que guian las acciones sociales.

    Se impone, entonces, un enfoque de sistemas. Por medio de su modela- cion podremos manejar diferentes grados de complejidad articulada, en forma flexible. Redefiniendo en cada caso que queda dentro y que queda fuera del sistema en estudio, cuales son las interacciones que nos interesan entre componentes del sistema y cuales las condiciones de contorno (que determinan las interacciones entre dentro y fuera del sistema).

    Del sistema global -la biosfera- (fig. 1) destacamos un espacio y un tiempo y visualizamos los elementos del sistema que nos interesa organiza- dos en dos subsistemas, el natural y el social, con numerosas interacciones entre ambos (figura 2). Justamente es en estas interacciones que queremos concentrarnos. Pero no una a una ni al azar. Ellas se estructuran en diferen- tes situaciones o pianos (figura 3). El plano de anAlisis que postulamos mas relevante, desde una 6ptica econ6mica, es el del "proceso general de produc- cion" (figura 4).

    Esta produccion (figura 5) supone procesos que se resuelven exclusiva- mente en el subsistema natural (por ejemplo, caracteristicas fisico-quimicas de materiales) o en el subsistema social (por ejemplo, las practicas de admi-

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  • TEORIA ECONOMICA Y PROBLEMATICA AMBIENTAL

    Interpretando las articulaciones entre naturaleza y sociedad en el proceso de produccion

    1 2 3

    - Flujo de energia - Resillencla del

    ambiente

    Proceso de produccl6n

    Area de anallsls

    -- Aproplaclbn del amblente - T6cnlcas en uso - Deterioro del amblente

    C Proceso de produccion (M Area deanallsis

    Articulaciones - Apropiaci6n del amblente - Tecnicas en uso

    - Deterioro del ambiente

    7

    Dinhmicas naturales - Flujo de energia - Resiliencla del amblente

    rDinimica social - Actores sociales

    - Raclonalldad econ6mlca capitalista / 0 Captaclin de renta

    / Aceleracl6n de la rotaci6n del capital

    * Horizonte de tiempo * Internallzacion de

    beneficios y externati- zacibn de costos

    m Proceso de produccl6n

    ~.m Area de analisis - Apropiaclin del ambiente - T6cnicas en uso - Deterloro del ambiente

    61

    4

    5 Momenttos de articulaci6n en

    el proceso de producci6n

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  • nistracion y contabilidad). Pero aqui nos interesan aquellos momentos que articulan dinamicas naturales y sociales (el area oscura en nuestra figura 5). Algunos de estos momentos de articulaci6n entre naturaleza y sociedad en el proceso productivo que nos interesan destacar son la apropiaci6n de la naturaleza como base material del proceso productivo, la tecnica utilizada para transformar materia natural en mercancias y la generaci6n de desper- dicios, o mas en general el deterioro ambiental (figura 5).

    A cada articulaci6n destacada concurren dinamicas naturales y sociales. No considerarlas explicitamente es limitarse a la mera descripci6n. Reducir la causalidad de esta articulacion a una u otra dinamica exclusivamente es caer en un reduccionismo que el mismo planteamiento del problema rechaza.

    Entre las dinamicas naturales que parecen mas relevantes al proceso general de producci6n estaran las que expresan como la naturaleza construye la oferta de recursos que alimenta a la producci6n y c6mo esta dinamica es perturbada tanto por la extracci6n de recursos como por el reingreso de residuos. La evoluci6n del flujo energetico y la resiliencia del ambiente pueden ser buenos indicadores al respecto (figura 6)23.

    La dinamica social es, por el contrario, mucho mas especifica, y el proceso de produccion debera tener una ubicacion concreta, es decir histo- rica, para que podamos avanzar, pero en todos los casos deberemos respon- der al quienes y al por que, es decir deberemos conocer los actores sociales participantes y la racionalidad economica que los guia (figura 6).

    Aun dentro de la figura 6 la concurrencia de dinamicas naturales y sociales, cada una con sus propias legalidades, permite suponer que ellas pueden resolverse o no en situaciones de conflictos. Por ejemplo, que el empobrecimiento del ecosistema resulte en la disminucion de la oferta am- biental, o la accion social desestabilice al ecosistema.

    Cierto es que tambien pueden conjugarse armonicamente. Pero dado que el economista es llamado para entender situaciones conflictivas (las que parecen ser mayoritarias), tomemos como ejemplo esta posibilidad, en el caso de America Latina, y mas en particular considerando el comporta- miento del empresario capitalista, sin duda el actor social dominante en la esfera de la producci6n (figura 7).

    5. Racionalidad economica y conflictos ambientales en la produccion capitalista

    La apropiaci6n del ambiente como sustrato material del proceso pro- ductivo, cuando este responde a las necesidades de rentabilidad del empre- sario capitalista, supone una interaccion que, dentro de un abanico de tecno-

    23 Resiliencia es la capacidad del ecosistema de absorber impactos sin perder sus atributos principales. Nos movemos aqui a un alto nivel de generalidad y las dos dinamicas propuestas suponen en un caso concreto la consideracion de otros aspectos asociados a ellas (diversidad, trama trofica, alteraciones de los ciclos biogeoquimicos que movilizan el flujo energetico, etcetera).

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  • TEORIA ECONOMICA Y PROBLEMATICA AMBIENTAL

    logias dadas, se resuelve, muchas veces, en contra del equilibrio ecologico. Varias categorfas del an6lisis econ6mico, relacionadas al proceso de valori- zaci6n del capital, pueden explicitar la racionalidad de esta dinamica.

    5.1. La captacion de renta diferencial

    Si consideramos al ecosistema como fuente de insumos materiales del proceso productivo, veremos que incorpora a la produccion de mercan- cias un componente natural cuya produccion artificial es total o parcial- mente imposible (y en este iltimo caso incurriendo en costos diferentes de acuerdo con la situacion inicial). Estas caracteristicas permiten y pro- mueven la apropiacion de los elementos naturales que participan en la pro- duccion, para obtener una renta diferencial (una sobreganancia).

    Observese que esta caracteristica del medio ambiente resulta amplia- mente extensible, pues no s6lo puede abarcar la participacion activa en el proceso productivo de un componente natural (la fertilidad de la tierra, la explotaci6n de la flora y fauna naturales, la productividad del clima, etce- tera). Tambien puede estar presente cuando el ambiente participa en forma pasiva del proceso productivo, encontrando su expresi6n mas simple en la renta de localizacion.

    La extension e importancia de este fen6meno dependeran, en una econo- mia de mercado, de la disponibilidad de recursos naturales, de la estructura de costos de la rama productiva, y de la formacion de precios en el mercado consumidor. Pero, puesto que el objeto monopolizado es una cualidad natu- ral del medio ambiente, la extension de la renta estara fuertemente influida por el tamaio del mercado dado que, por definici6n, el productor no puede, artificialmente, reforzar un monopolio natural.

    Por norma general, al depender la captacion de la renta de una situa- ci6n del mercado, esto influye para acelerar la tasa de explotacion del ambiente. Mas aun cuando la evolucion del mercado o la posibilidad de obsolescencia tecnologica pongan en peligro la continuidad de la renta dife- rencial, la racionalidad de la valorizacion del capital transformara esta tasa acelerada en una sistematica sobreexplotacion del ambiente para asegurar su mas rapida transformaci6n en mercancia24.

    Pero tambien puede motivar el desaprovechamiento cuando, en termi- nos de beneficio por unidad de capital invertido, una explotacion extensiva resulte ser la mayor captadora de renta, como en la ganaderia pampeana argentina, o, inclusive, la falta total de aprovechamiento, cuando el interes radica en el aumento de precios futuros (este comportamiento es registrado en la frontera agricola amazonica por Hecht, 1981).

    24 La importancia mayor o menor de la renta natural en el precio del producto dependera tambien del grado de "capitalizacion" del proceso de produccion. Cuanto mas capital intensivo sea este, menor sera la proporcion de la renta natural. Por ello nuestra exposicion tiene que ver aqui mas con la produccion en el Tercer Mundo que con el funcionamiento, digamos, de la agricultura europea, donde la renta territorial jugara un papel muy inferior.

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  • PABLO GUTMAN

    Por otra parte, la concentracion de la renta en determinado grupo de mercancias leva a una explotaci6n selectiva del ambiente, que puede provo- car la degradaci6n y la subutilizaci6n del conjunto del ecosistema natural, al mismo tiempo que la sobreexplotacion de los recursos apropiados por el proceso productivo (extraccion de maderas finas, perdida de la captura icticola secundaria, monoculturas agricolas).

    La evolucion del mercado determina tambien la captacion o no de la renta diferencial por un productor. Esto se debe a que, en una situacion estable, la renta esperada se capitaliza incorporandose al precio del mercado del recurso natural (precio de la tierra). De persistir esta situacion inicial, el comprador de la tierra solo percibiria, en la venta de su produccion, el reembolso de la renta ya pagada en su compra original del recurso. Debe esperar, entonces, una ampliacion del mercado, que eleve la renta diferen- cial por encima de la existente en el momento inicial, para participar tam- bien el en estos sobrebeneficios. La persistencia de la especulacion urbana y rural con la subutilizaci6n de recursos que ella implica, demuestra que la actividad rentistica "pura" es un negocio perdurable.

    La presencia de renta diferencial no supone, exclusivamente, hacer relaci6n a la actividad agropecuaria, sino tambien a toda actividad produc- tiva donde los recursos naturales o los productos derivados de estos tengan una participaci6n importante en la estructura de costos. En esta perspectiva, la consideracion de los procesos productivos en forma vertical (desde la produccion -primaria hasta el producto final), puede resultar de suma rele- vancia. A lo largo de dicha cadena, los eslabones con mayor capacidad mono- p6lica o monopsonica influyen en la formaci6n de los precios y en la percep- ci6n de beneficios en el resto de la cadena. Y, como ya dijeramos previa- mente, esto a su vez afectara las tecnicas con que se incorporen los recursos naturales al proceso productivo.

    5.2. La velocidad de rotacion del capital

    Otro de los factores que determinan la extensi6n y ritmo de apropia- cion del ambiente, como base del sistema productivo, lo constituye la velocidad de rotacion como factor de valorizaci6n del capital.

    Dada una determinada condicion de produccion y precios, cuanto mas rapido rote un capital, cuantas mas veces por periodo de tiempo pueda el proceso productivo revertir en mercancias comercializables, mayor sera la masa de ganancia obtenida y la tasa de ganancia (como relaci6n de dicha masa al capital comprometido en la producci6n). En la dinamica concreta del ciclo del capital social, para cada nivel de la produccion y la tecnica, las condiciones de competencia tienden a conformar una estructura de pre- cios que compensa a las ramas de la producci6n que abordan procesos de menor velocidad de rotaci6n del capital. Sobre esas condiciones iniciales, cada hora ahorrada es una hora ganada. Lamentablemente, el reloj de la produccion capitalista pocas veces coincide con el tiempo de los ciclos ecolo-

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  • TEORIA ECONOMICA Y PROBLEMATICA AMBIENTAL

    gicos y la sobreexplotacion de los recursos renovables es una de las conse- cuencias esperables.

    5.3. El horizonte de tiempo

    Relacionado con los dos aspectos anteriores, el horizonte de tiempo de planificacion del productor resume la contradiccion entre la dimension temporal del lucro y la dimension temporal de los ecosistemas.

    Diez o quince anios resulta, en la practica comercial, una perspectiva de largo plazo. La tasa de descuento, herramienta esencial del proceso de asignacion del capital, impone un "castigo" a la percepci6n presente del futuro. Aun modestas tasas del 12 % hacen practicamente infimo cualquier beneficio que quiera computarse mas alla de los 30 afios25.

    Uno de los ecologos que mas ha indagado en los procesos recientes de deterioro de la Amazonia brasileiia, percibe este problema en forma aguda:

    Una segunda motivacion para la deforestacibn (de la selva amazonica) es conse- cuencia de la disponibilidad de inversiones alternativas, que hacen que el empresario individual en Amazonas no se interese en formas de uso de la tierra que puedan ser sostenibles a largo plazo, la tasa de descuento utilizada para calcular el valor actual de ingresos monetarios futuros... no tiene la mas minima conexion con las tasas de explotaci6n que serian sostenibles, las que estan determinadas por procesos biol6gicos como es el tiempo requerido para el crecimiento de un arbol (Fearside, 1979, p. 339).

    5.4. Internalizaci6n de beneficios y externalizacion de costos

    Un corto horizonte temporal, la posibilidad de acelerar la rotaci6n del capital aumentando los ritmos de extraccion y la conveniencia de adelantar la captaci6n de renta diferencial, todo ello puede favorecer una apropiaci6n selectiva y un uso depredatorio del ambiente, en especial si el productor puede evadir las consecuencias negativas posteriores. La capacidad para movi- lizar su capital hacia otras areas naturales, o hacia otras inversiones, puede ser causa suficiente. Mas en general, la produccion capitalista presionara para desplazar los costos en el espacio fisico, en el espacio social y en el tiempo. La generacion de desperdicios, que proponiamos como un punto importante de articulaci6n sociedad-naturaleza en el proceso de produccion, nos parece aqui un ejemplo acabado.

    No se trata de que pueda existir una produccion sin desperdicios, imposible dentro de las leyes fisicas de conservaci6n de la materia. Se trata de observar que el cuando, donde y bajo que forma aparece un objeto como residuo, no esta determinado por sus caracteristicas naturales, sino que se encuentra econ6micamente condicionado. Para el cielo de valorizacion del capital, el residuo es todo aquello que no admite ya expresarse como valor

    25 Vease, Clark (1973).

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  • de cambio, o mas precisamente, todo aquello que no incrementa las ganan- cias, que no valoriza el capital. Esta interpretaci6n es coherente con la expe- riencia diaria donde se observa que el mayor o menor reciclaje de materiales, la utilizaci6n o no de subproductos no depende de la existencia de tecnicas adecuadas o de mercados de consumo, sino de un calculo de rentabilidad empresario.

    6. Otros pianos de analisis, otros actores, otras dinamicas

    La exposicion anterior es meramente una puesta en escena, para subrayar el enfoque que deseamos proponer. Un enfoque historico, donde la teoria economica aporte la comprensi6n de las racionalidades que guian las acciones sociales, su posible impacto en el ambiente natural y sus conse- cuencias en una y otra direcci6n (figura 7).

    De aqui en adelante el abordaje se multiplica, en la medida que defini- mos con mayor precision nuestro objeto de anilisis.

    En Gutman (1977), hemos prestado mas atencion a las dinamicas natu- rales, aqui solo mencionadas, y a la factibilidad de encarar un estudio regio- nal de estas caracteristicas, En Gutman (1983), al analizar la situacion rural de America Latina, nos vimos obligados a incluir varios tipos de actores socia- les y varios tipos de racionalidades en interaccion (campesinos, empresarios, Estado, etcetera).

    Otra posibilidad es distinguir varios planos al interior del proceso gene- ral de produccion. Esto nos ha resultado necesario al analizar el ambiente urbano (Gutman, 1980, 1982). El proceso de produccion de la ciudad se relaciona con el ambiente local, interesado en sus componentes fisicos (accesibilidad, pendiente, clima). Por el contrario, el proceso general de produccion se relaciona tambien con ambientes lejanos en funcion de un flujo de insumos materiales y energeticos.

    La diferencia resulta de interes porque entre ambos procesos de produc- cion (el general y el de la ciudad) pueden manifestarse contradicciones, que explican varios aspectos del ambiente urbano, el crecimiento demogra- fico urbano y la estructura espacial de la ciudad.

    Tambien hemos senialado (Gutman, 1977) que la centralidad que el sistema capitalista otorga al proceso social de produccion es al mismo tiempo comprobacion de su insuficiencia para abarcar importantes esferas de la rela- cion sociedad-naturaleza. Pues en la sociedad modera, produccion y consu- mo se alejan cada vez mas (el cambio, los consumos puiblicos, los consumos gratuitos, el papel redistribuidor del Estado, etcetera).

    Otros pianos de analisis, por ejemplo, el de la distribucion social y el consumo26 son aqui pertinentes. Y aunque la teoria economica tiene tam-

    26 Abarcando en esta denominacion tanto la distribuci6n del producto entre los miembros de la sociedad como las pautas y relaciones de consumo.

    66 PABLO .GUTMAN

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  • TEORIA ECONOMICA Y PROBLEMATICA AMBIENTAL

    bien algo que decir aqui27, nos vemos cada vez mas impelidos a romper con las limitaciones del analisis economico, para recurrir a la colaboraci6n inter- disciplinaria.

    No es de extranar entonces que muchos de los aportes mas interesantes a la problematica ambiental hayan surgido de heterodoxos con una visi6n ampliamente transdisciplinaria, sea que provengan de la economia neoclasica (G. Roegen), del marxismo (A. Gorz), de la economia del desarrollo (I. Sachs) o de la ecologia (B. Commoner).

    7. A manera de conclusiones

    Resulta importante recordar que las teorizaciones de la economia sobre el ambiente, y los intentos de la planificacion por tomarlos en cuenta, han ido a la rastra de la preocupacion, movilizacion y manipulaci6n pfublica de estos temas. El caracter tan reciente del proceso y la inestabilidad de la situacion econ6mica a escala mundial deberian prevenirnos sobre la solidez y perdurabilidad del camino recorrido y el peligro de la "caida en desgracia" de la tematica ambiental28.

    En sus expresiones mas generales, la incorporacion de la dimension ambiental en la discusion social se ha realizado por via de reduccionismos economicistas o ecologistas que, con diferentes matices, retroceden el de- bate a viejas posiciones.

    La economia neoclasica, al considerar la problematica ambiental, ha recurrido descriptivamente a una redefinicion de la circulacion economica en terminos fisicos (balance de materiales) o energeticos (flujo de energia), pero analitica y normativamente no saca de ello conclusiones mayores, concentrandose en el tratamiento del ambiente como un caso de externa- lidad pigoviana. Este enfoque se centra mayoritariamente en los problemas de contaminacion, tal vez no porque sean los mas importantes, sino porque son los mas adecuados para ser abordados por el instrumental neoclasico.

    Parad6jicamente, cuando la percepcion de la contaminacion generali- zada muestra un caso mas de incapacidad del esquema de mercado, la res- puesta de la economia neoclasica es simplemente iinventar un mercado del ambiente!

    Este enfoque de la economia neoclasica, de por si restringido, frente al conjunto de la problematica ambiental, ha seguido aceleradamente el proceso de formalizacion y ultraespecializacion caracteristico de esta escuela, en particular en su rama norteamericana. Una rapida lectura de los ejempla-

    27 Uno de los campos mas f6rtiles nos parece el analisis de los cambios demograficos y espa- ciales de la poblacion en su relaci6n con el ambiente, movilizados por las demandas del proceso de produccion y consumo (Gutman, 1977).

    28 Basta observar el acelerado proceso de desmantelamiento de la administraci6n ambiental norteamericana realizado por Reagan (ver "An era of limits?", en Resources, N 69, March 1982) y la justificaci6n ideologica en el Informe al Congreso de los Estados Unidos sobre el estado del am- biente, Environmental Quality, 1981, 12 th. Anual Report of the Council on Environmental Quality, Washington, 1982.

    67

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  • res del Journal of Environmental Economics and Management confirmaria a cualquiera el juicio anterior.

    Aunque existe un campo mas amplio para considerar dentro de esta corriente, tomando en cuenta la importancia indudable de numerosos tra- bajos empiricos y tambien los cuestionamientos a la validez del marco teorico neoclasico, surgidos en su interior, la impresi6n general es el de una sofisticada esterilidad.

    Tambien la economla marxista ha producido heterodoxos de impor- tancia y experiencias empiricas que deberiamos seguir con mas atencion. El grueso de sus analisis te6ricos resultan, sin embargo, de escaso interes pues se limitan a la emulaci6n de las teorias occidentales o a la descripcion de como se administra el ambiente dentro de la planificacion nacional.

    El Tercer Mundo en general y America Latina en particular han realiza- do importantes esfuerzos en la consideracion conjunta de ambiente, des- arrollo y planificaci6n, sin duda los aspectos mas acuciantes y de mayor interes para nuestros paises.

    Por nuestra parte, hemos tratado de resumir en los puntos 4, 5 y 6 cuiles pueden ser, a nuestro juicio, las vias para un aporte de la teoria economica a la interpretacion de la relaci6n entre naturaleza y sociedad que se ubique parcialmente fuera del campo neoclasico. De los planteamientos realizados quisiera destacar:

    - La centralidad del proceso social de producci6n como ambito privile- giado para analizar- la relacion sociedad-naturaleza, no en abstracto, sino en un marco historico especifico que exija explicitar la raciona- lidad economica que guia las acciones de los individuos entre si y en su articulacion con el medio natural, a partir de los roles que cada uno asume en este proceso.

    - La potencialidad de incorporar el estudio de las relaciones naturaleza- sociedad en la comprensi6n de las formaciones econ6micas-sociales concretas (o en el estilo de desarrollo).

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    68 PABLO GUTMAN

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    RESUMEN

    El articulo revisa el tratamiento de la proble- mdtica ambiental en la teor'a econ6mica. En pri- mer lugar se critica la aproximacion neocldsica, en sus tres componentes principales: el trata- miento de la contaminaci6n como una externa- lidad, la tasa optima de extraccion de un recurso natural en la l'nea de Hotelling y el andlisis de costos-beneficios aplicado a los ambientes na- turales.

    En segundo lugar se aborda el papel de la naturaleza en los clasicos de la econom'a y los motivos para la desaparici6n posterior del tema en el marxismo y el marginalismo.

    Se desarrollan finalmente varios argumentos para destacar la potencialidad de incorporar el

    estudio de las relaciones sociedad-naturaleza en la interpretacion de formaciones econdmico- sociales concretas (o simetricamente en el and- lisis de estilos de desarrollo especificos).

    El dmbito mds adecuado para el aporte de la teorz'a econdmica a esta tarea es la consideracidn del proceso social de produccion. Con este fin se observa que las categorias de andlisis que deben ser reconsideradas en mayor medida son, justamente, las ma's "fsicas" de la teor'a econ6- mica. El tiempo (los procesos de circulacion y rotacidn del capital) y la heterogeneidad de los medios de produccion (la renta, y los conceptos y formas de medicion de los recursos naturales como medios de produccion).

    SUMMARY The paper looks over environment in econo-

    mic theory. Neoclassical approach is first consi- dered and criticize, looking to its three major components: the treatment of contamination as a market externality, the optimum depletion rate of natural resources (following Hotelling), and cost-benefit analysis of environmental con- servation.

    In a second section, after stating the role of nature in classical economic thinking, we looked for reasons of its vanishment in marginal and marxian economics.

    Finally we argue about taking account of environment-society relations for the study of

    socio-economic formations (or in other theore- tical context the study of specific development styles).

    The most appropiate framework for econo- mic theory to contribut to this task could be the study of the social process of production.

    Looking to the economic tool-box, the ana- litic concepts wich are call fore, are obviously the most "materials" among them. Time in the production process (capital circulation and rota- tion) and natural imputs heterogenities (rent, and even the definition and mesurement of nature as an imput).

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    Article Contentsp. [47]p. 48p. 49p. 50p. 51p. 52p. 53p. 54p. 55p. 56p. 57p. 58p. 59p. 60p. 61p. 62p. 63p. 64p. 65p. 66p. 67p. 68p. 69p. 70

    Issue Table of ContentsDesarrollo Economico, Vol. 25, No. 97 (Apr. - Jun., 1985), pp. 1-134Front Matter [pp. 1-2]Fragilidad financiera y sistemas de crdito indexado [pp. 3-24]La consulta por el Beagle en la Capital Federal y La Matanza [pp. 25-45]Teora econmica y problemtica ambiental: un dialogo dficil [pp. 47-70]Universalizacin de la seguridad social en Amrica Latina: lmites estructurales y cambios necesarios [pp. 71-84]El GATT y el comercio Norte-Sur: el caso del sector textil [pp. 85-106]Notas y ComentariosSemiindustrializacin y semidesarrollo: El legado de la sustitucin de importaciones para los problemas y la teora econmica del desarrollo [pp. 107-114]

    Errata: La Argentina y Brasil en los aos treinta. Efectos de la poltica econmica internacional britnica y estadounidense [p. 114]Notas y ComentariosCrisis estructural de las economas extrapampeanas y su reciente evolucin [pp. 115-124]Sobre las necesidades, los recursos, el crecimiento y la pobreza en el mundo [pp. 125-127]Necesidades bsicas, recursos naturales y crecimiento en el contexto de las relaciones Norte-Sur: respuesta a un comentario [pp. 128-133]

    Reseas Bibliograficas [pp. 134]Back Matter