pÉrez largacha, atón, akhenatón y nefertiti

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  • 5/24/2018 P REZ Largacha, At n, Akhenat n y Nefertiti

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    Atn, Ajenatny Nefertit. Algunas reflexiones sobre la religinAmarniense

    Antonio Prez Largacha

    Univ. de Alcal de Henares

    RESUMEN: Lareligin amamiense ha recibido numerosas interpretaciones, muchas de ellas resaltandosus diferencias con la tradicional religinegipcia. El presente trabajo pretende mostrar, a grandesrasgos, que lareligin de Ajenatnno fue monotestay que en lineas generalesno fue tan diferente dela religinexistente en Egipto desde su prehistoria, siendo su intencin servir a la realeza pararecuperar

    modelos anteriores en los que el poder de la misma era prcticamente absoluto. La principalconsecuenciade estareligin fue,paradjicamente,lo opuestoa lo quebuscaba debilitndose an mselpoderdel rey en la XX dinastia y favoreciendo el desarrollode la llamada piedad personal.SUMMARY: Scholars interpret theAmarna religionin different ways, most ofthemcommenting on tediferences between it and te traditional religionofEgypt. The intention ofthis paper is to show, ingeneralterms. that the Amama religiondid not differ so much from dic common religious beliefes inEgypt. fle aim of tImeAmama religion was to strenghten dic royal ideology andpowergoing backtoOd Kingdom models. The principalconsequenceofthis religion was die opposite ofwhat it sought.and served only to fizrtherweaken he Pharaohshold on power and encourage tIme development ofindividual piety.

    Lafigura y religin de Ajenatn ha sido objeto de numerosos debates ehiptesis, peroen general la mayora coincide en un mismo aspecto: debido a suintento de estableceren Egipto una nueva religin basada en el culto a una nicadivinidad, Atn, Ajenatn fue un revolucionario y un hereje.

    Lasrazones que se han dado sobre losmotivos queimpulsarona Ajenatn

    a realizar sureforma religiosason variadas; una personaenfermay dominada porsu esposa, Nefertiti, un deseo de liberarse del todopoderoso clero de Amn que,desde comienzos del Imperio Nuevo, haba ido acumulando recursos econmicosy poder poltico y, finalmente, que debido al nuevo marco poltico del ImperioNuevo, y tras la dominacin de los Hiksos en el Segundo Perodo Intermedio,

    Ajenatn intent establecer una misma religin y divinidad que pudiera seradoptada por todos los pueblos. Ninguna de estas hiptesis es actualmentedefendida, siendo la explicacin ms probable que la llamadahereja amarniensefuera el resultado de un proceso de descomposicin de la realeza como formadivina de poder, constituyendo un ltimo intento de la realeza por recuperarpoderes y atributos perdidos,utilizando para ellouna nueva concepcinreligiosa.

    Un aspecto a considerar es que la imagen, reconstruccinhistrica einterpretacin delperodo amarniense fue establecida, bsicamente, en la primeramitad de nuestro siglo, pero en los ltimos aos se ha venido matizando,desmitificando y rehaciendo la historia deeste perodo, algo que forzosamente ha

    de serrealizadolentamente, noslo porque esaprimera imagen ha llegadoy calado

    la, 0 (1995)

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    en la opinin pblica, sino tambin porque la figura de Ajenatn y su religinmonotesta ha superado las fronteras de la egiptologa llegando a los estudiosbblicos sealndose,porejemplo, las similitudes entre el salmo 104 y el himno

    a Atn, la posibilidad de que elmonotesmo amarniense influyera en la concepcinde Yahv, o que tras el fracaso de sus reformas y la restauracin poltica yreligiosade los sucesores de Ajenatn se produjerael xodo bblico o, segn losdefensores del doble xodo, uno de los dos xodos quepudierontener luga9.

    En las prximas pginas nuestra intencin ser ofrecer algunas visionesnuevas y recientes lneas de investigacin, intentando enmarcar a Ajenatn y a su

    programa religioso en el contexto histrico dela XVIII dinasta, al mismo tiempoque apuntar algunas de las consecuencias que tuvo esta reforma en la posteriorideologa, mentalidad y sociedad egipcia de la XIX dinasta. Pero, antes de todoello conviene sealar algunos aspectos sobre la religin egipcia, la realeza y el

    papel de la sociedad, ya que tradicionalmente la religin amarniense se hainterpretado independientemente, sin analizar sus causas y trasfondo, lo que hafavorecido suconsideracin como algo nuevoy ajeno a la civilizacinegipcia.

    RELIGIN, REALEZA Y SOCIEDAD ANTERIOR A AJENATON.

    A los escritoresclsicos que describieron, viajarono conocieronel pasde los faraones, desde unprimer momento lesllam la atencinel gran nmero dedioses que eran adorados, as como que muchos de ellos tuvieran formas oatributos animales, imagendel panten egipcio que tambinexiste en la actualidad.

    Si la religin egipcia es analizada desde la ptica de cuantificar el nmero dedivinidades, atributos o manifestaciones de las mismas la imagen de un pantennumerosoy sinordentiene su lgica, perosi la religin egipcia es analizada desdela ptica de lo que representaba y simbolizaba la religin para los antiguos, la

    visin es diferente.Recientemente, B. Kemp3 se ha preguntado qu podra sentir un egipcio,

    ouna persona desconocedorade la religin cristiana, viajandopor iglesias, ermitaso catedrales deun pas occidental, llegando a la conclusin, hipottica deque esapersona pensara que en ese pas existan numerosas divinidades, encamadas ensantos y virgenes, aunquepor encima de todos estaba una nica divinidad, Jess.En cierta medida, y con todos los matices necesarios, el modelo y la preguntapodra extrapolarse a la civilizacin egipcia: una gran divinidad que domina elpanten ntimamente relacionada con la realeza y Estado por lo que esrepresentada y mencionada en las edificaciones religiosas y pblicas -templos y

    Para todos aquellos aspectos relativos a las posibles relaciones e influencias de la religinamarniense con la Biblia, cfi., y. Tobin, Amarnaand BiblicalReligion,PharaonicEgypt. tire Bible

    and Christianism,Jetusalem, 1985, pp. 231-77,2 A. Prez Largacha, El Exodo. Interpretacin y ubicacin histrica, IVSimposio Bblico

    Espaol. Valencia-Granada, 1993, Pp. 145-53.

    E. Kemp,AncientEgypt. Anatomyofa Civilization, Londres, 1991.

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    tumbas-4, mientras que en cada provincia, ciudad o pueblo existan otras

    divinidades, aparte de los dioses adscritos a actividades profesionales o a lasinquietudes familiaresy domsticas -lacosecha, el parto, una enfermedad, etc.-.

    Es decir, en la religin egipcia existe una religin oficial frente a una

    religin popular o diaria. La primera es la ms conocida. Templos y tumbasconstituyennuestra principalfrente de informacin de la civilizacin egipcia, y aligual que en otras muchas culturas y sociedades de lahumanidad, esa religinoficial emana de un pequeo crculo depoder e influencia que marca lasdirectricesgenerales a seguir por el conjunto del Estado, intentando en la mayora de las

    ocasiones proporcionar una legitimidad a la familia gobernante en ese momento:una familia o dinasta gobernante utiliza, promociona y fomenta el culto a unadivinidad con el fin de dotarse de una legitimidad: Re en el Imperio Antiguo,Montuen los comienzos del Imperio Medio y Amnen el Imperio Nuevo, y en elcaso de Ajenatn, Atn. Esta religin oficiales necesariaen el mundo antiguo, ya

    que un Estado que no desarrolle una ideologa que aglutine los esfuerzose interesesde toda la poblacin nopuede hacer frentea losmovimientos centrfugospresentesen un Estado donde los problemas decomunicacin y coordinacin administrativa

    son importantes5.Pero para que esa religin oficial sea efectiva, no solo en el reducido

    crculo que rodea al rey, sino tambin a nivel estatal o nacional, lospreceptos o

    ideas que la caracterizan han de ser lo ms simples y generales posibles, no con

    el fin de adoctrinar a otros pueblos o culturas, lo que no suceder hasta laaparicin de las llamadas religiones del libro, sino de aglutinar todos los esfuerzos

    en una misma direccin y permitir el normal desarrollo de la vida poltica,

    econmica y social6.Si nos fijamos en los preceptos de esa religin oficial, comprobamos lo

    siguiente: la realeza surge con la creacin, el mito de Osirisy Seth est incluidoen la cosmogonia de Helipolis, creacin en la que tambin se encuentra el caos,el desorden,encamadopor Seth. Es decir, en el marcoideolgico encontramos quela realeza y el caos aparecenjuntos, ello con el fin dejustificar la existencia de larealeza, encargada de mantener alejadoy derrotar siempre a las fuerzas contrariasa la creacin. Esta es la ideologa religiosa ms importante que el Estado egipcio

    transmite a la sociedad: el Faran mantiene alejado el caos, encamado en el

    desierto y sus habitantes, al mismo tiempo que propicia el bienestar econmico

    Casi nadanos ha sido preservado de los palacios egipcios, aunque todo indica que su arquitectura

    y ordenamiento responden a una ideologay a la plasmacin del orden divino en la tierra, cfi., U.OConnor, Mirror of he Cosmos: dic Palace of Merneptah, Fragments of a Shattered Visage,Proceedingsofdic InternationalSyrnposiumon Rameses rAe Orear, Memphis State tJniversity, 1993,Pp. 167-98.

    Sobre lareligin popular, cgt., A. Sadek,Popular Re/igion ittEgypr duringMeNew Kingdo,n,Hildesheim, 1987.

    6Esta religin oficial en nada afecta al otro nivel de la religin, desarrollando y manteniendo el

    pueblo el culto a las divinidades que les podanayudar en sus problemas cotidianos, familiares o

    domsticos. Ejemplo de ello son lascomunidadesde trabajadoresqueexistieronalo largo de la historiaegipcia,donde lostrabajadores y susfamiliasapenas prestan atencin al culto delos dioses nacionalesu oficiales, ~., A. Bomann,llze Private Chape/in A.ncientEgypt, Londres, 1991.

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    asegurando el carcter cclico de la naturaleza -la resurreccin diaria del sol, lainundacinanual, etc-, todoello gracias a que la realeza esta en relacin, acta deintermediaria ante los dioses7. Aparte de estos mensajes, existen muchos otros,pero todos ellosdesarrollados dentro del crculo de la corte y los templos y queapenas transcienden al resto de la poblacin.

    Pero esta es la situacin ideal, cuando la realeza egipcia estaba en supoca de mayoresplendor, III-Vdinastas. Con elpasodel tiempo lafigura del reyvahumanizndose,necesita cada vez mayoresesfrerzosparajustificarsu funciny comienza a recurrir a la propaganda para mantener su diferenciacin social,poltica y religiosa: los faraonesdela XVIII dinasta adoptan una actitud heroica,

    dirigena la sociedad y al ejrcito por suscualidades personales, surgiendo intentospor relacionar directamentesu nacimiento con la divinidad, la teogama, todoellocon vistas a recuperar un prestigio y un carisma que haban ido perdiendo a lolargo de los siglos8.

    Es en este marco de debilitamiento de la figura real en el que se encuadra

    el reinado y figura deAmenofis IV, Ajenatn, cuyoprograma poltico y religiosopuedeexplicarse en muchas de sus manifestaciones por ser un ltimo intento pordotar a esa monarqua delpoder y carisma que haba ido perdiendo.

    En ntima relacin con este proceso y, como veremos, con la religin que

    Ajenatn intent establecer, est el proceso de secularizacin de la sociedadegipcia.Conanterioridad alImperio Nuevo, Egipto estuvoprcticamente encerradoen los lmites que marcaba la inundacin y la llanura aluvial, pero trasel Segundo

    Perodo Intermedio, y el nuevo clima de relaciones internacionales y

    transformaciones de la sociedad egipcia, esta ltimase hizoms abierta, adoptando

    caractersticas de una sociedad urbana,con loscambiosreligiososeideolgicos queello entraa respecto a una culturaencerrada y sin apenas ciudades como habaocurridocon anterioridad9.

    Pruebade estoscambios es que nobles y funcionarios en la XVIII dinastase dirigendirectamente a los dioses, ya no lo hacen a travs de los reyes como enperodosanteriores. El rey sigue estando presente en los textos y en las escenas,pero no actuando como intermediario, sino de mero refrendo a lo que el nobleestablece, diceo representa en su tumba, estelao dedicacin alos templos. Estos

    cambios se emnarcan dentro de una piedad personal que anticipa lo que con

    posterioridadal perodo amarniense se conocer como la piedad personal de pocararnes ida.

    La idea de que el rey en Egipto siempre fije considerado un Dios debe comenzar a abandonarse,ya que lo eraconsideradosacro,ms que divino, era elcargo realy su funcin, y no lapersona quelo desempeaba, cfi., O. Posener, De ta divinitdapharaon. Pars, 1960: M. Barra, UntersuchungenzurGOrr/ichkeitdes regierendenKnigs. Ritus und Sakralknigtumin A/tgypten nach Zeugnissen derFriihzeitmddesAltenReiches, MS32, Berln, 1975; 0. OConnor-D.Silverman,Ancient EgiptianAingship. Leiden, 1995.

    Ellojustifica laexistenciade una lnea de investigacin tendente a considerar toda la literatura

    egipcia como propagandstica, dr., 1. Hoffmeier, The Problem of History in Egyptian RoyalInscriptions,Attifi Congresso Internaziona/e di Egypto/ogia. Turin, vol. 1, 1992, Pp. 291-300.A. Prez Largacha, Los Hiksos y Egipto. consecuencias sociales, econmicas, polticas y

    religiosas, AeyptiacaConiplutensiaIII, L. Garca Moreno & Prez Largacha(Eds.), 1994.

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    ,ltn, Ajenatn y Nefertiti 191

    Por ltimo, hemos de tener presente que la religin egipcia suele serreconstruida, por un lado, por la informacin procedente de los impresionantestemplos de Aninen Karnak y, por otro, por la rica y variada documentacin que

    losreyes helensticoshicieron esculpiren lostemplos. Respecto alprimero, es una

    infonnacinparcial, no pudiendo disponer, por ejemplo, de cmo seran lostemplos, el culto y la actividaddiaria en los templos de Menfis, la capital deEgiptodurante mucho tiempo, por lo que la religin egipciaha sidoreconstruida,engranmedida, desde la ptica de Amn, su culto y clero.

    Respecto a las frentes helensticas, estas son tardas, dedicndose en la

    mayorade las ocasiones a legitimar el gobierno de lostolomeos, relacionndoloscon una tradicin indgena, egipcia. Pero lo ms importante es que, comopertenecientes a un mundo griego, sacerdotes y relieves se dedican a historiar la

    vida de los dioses, algo ajeno a la religin egipcia que en ningn momento creounos mitos o historias de sus dioses0. Porello, mitos como el Osiris transmitido

    por Plutarcoson, en gran medida, una helenizacin de un dios egipcio que pocotiene que ver con elOsiris faranico.

    AJENATON Y SU RELIGIN.

    Comohemos mencionado, algunos aducenque el poder del clero deAmnexplicara, en parte, el porqu de la hereja amarnense. Sin embargo, ya desdeTutmosis III, y posiblemente con anterioridad, Egipto puede ser dividido en dos

    entidades geogrficas, coincidentes con el Alto y el Bajo Egipto, cada una

    dominadapor unadivinidad y una actividaddiferente. Porun lado,el Alto Egipto,

    con la ciudad del dios Amn, Tebas, como representante y, por el otro, el BajoEgipto, con Menfis y su dios Ptah. A lo largo de la historia de Egipto se constataun continuo movimiento hacia el Norte, al ser desde esta regin desde donde podaparticiparse en el comercio exterior, entrar en contacto con otras culturas, etc.,mientras que el Alto Egipto va quedando como una ciudadsagrada, donde losfaraones van anualmente para celebrar el Festival Opet, inspeccionar

    ocasionalmente las obras que en los templos haban ordenado realizar y,finalmente,parahabitar su morada eterna, la tumba en el valle de los Reyes. Esdecir, Menfis se convierte en el verdadero centro poltico y administrativo deEgipto, explicando ello la importante necrpolis de funcionarios existente en

    Saqqara. Igualmente, este proceso sirve para explicar que de los 5 SumosSacerdotes de todos los Dioses que desempearon su funcin en el reinado deAmenofis III, 3 fueran sacerdotes de Ptah2.

    Pero, para entender la religin amarniense, debemosconsiderar algunosaspectosdel culto a Amn. Analizandola iconografa de los faraones de la XVIII

    dinasta, observamos que Amn va siendo reemplazado por otros dioses como

    lO ~ Tobin, Theo/ogical Principies ofEgyprianRe/igion, Nueva York, 1989.~ van Dijk, ZlieNew Kingdom Necropo/is ofMe>nphis.Groningen, 1994.

    12 Algo que tiene que ver con la importancia administrativa y poltica de Menfisy no, como se

    hapensado, en un intento ya de Amenofis Hl por ir desplazando alclerode Amn.

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    Atum3, en las escenas en las que el rey es conducido a la presencia de alguna

    divinidad, algo que con anterioridad solo poda realizar Amn4. Igualmente, esdifcil hablar en la religin egipciade sincretismo, pero desde los comienzos delImperio Nuevo Amn va siendo asimilado a otros dioses, proceso que no puede

    considerarse como un camino hacia el monotesmo de Amn, como algunospiensan, sino como un proceso henoteista. Petolo ms importante es que el cultosolarva dominando la vida egipcia, por ello la identificacin Amn-Re o la propiaimportancia de Atum, enmarcndose en este proceso una posible lucha entre elculto solar propiamente dicho y el clero de Amn, que intenta asumirconnotaciones solares. Esta dinmica conduce a lo queAssman llama unanuevateologa solar5, y que culminar en lo que Alen llama lafilosofla naturalde

    Amarna6

    Estaasuncin de atributos de otros dioses tambin esta en relacin con elllamado universalismode los dioses, Amn, Re o el propio Set aparecen comodioses queextienden supodera todos los pasesy pueblos, algo quemuchas vecesse ha apuntado como una caracterstica propia de Atn, pero que exista conanterioridad7.

    Centrndonos en la religin de Amarna, el principal cambio queobservamoses la actitud, el papel, que adopta Ajenatn, apareciendocomoel nicointermediario ante Atn8. Es decir, recupera la funcin que la realeza habatenido en sus pocas de mayor esplendor, el Imperio Antiguo. As, en todos los

    altares y capillas de el-Amama, no esta representada la persona dirigindose aldiscosolar, sinoAjenatno su mujer, Nefertiti, desapareciendoesa relacin directaque la persona haba tenido con la divinidad9.

    El rey es el nico que puede dirigirse a Atn, siendo su intermediario en

    latierra. Este es el significadoy contexto en que deben interpretarse las famosasescenas en las que el disco solar, con sus rayos descendiendo, solo abarcan,protegeno iluminana la familia real. Implicaello unmonotesmo?. La respuestaparece negativa, ya que Atnesta ocupando un lugar y una consideracin de la que

    anteriormente haban gozado otros dioses 20

    ~ Dios deHelipolis, ciudad del Bajo Egipto, cuyo auge y consideracin debe ponerse en relacin

    con esa diferenciacin funcional de Egipto.~ K. Mysliwiec, The Art of Amenhotep III: a link in a continuousevolution, TheArt of

    AmenhorepIII? Art Historical ana/ysis, Cleveland, 1990, Pp. 16-25.1. Assman, .4gypren. Iheologie mdFrmmikeit einerfrtihenHochku/rur, Stuttgart, 1982.

    16 3. Alen, TIme NaturalPhilosophyofAkhenaten, Ya/e Egypto/ogical Srudies 3, 1989, Pp. 89101.

    E. Kemp, Imperialism and Enipire in New KingdomEgypt. InsperiatismittrAeAncienrWor/d,Cambrigde, 1978, PP. ~-57.

    gDivinidad que yaexistacon anterioridad.5. tkram, Domestic Shrines and tIme culoftIme royal family atel-Amania,JEA 75, 1989,Pp.

    89-101.

    20 Analizar en profundidad si en verdad la religin amarniense fue monotesta ocupara,probablemente, un libro entero, debiendo en primer lugar precisar qu entendemos, o entendianlosantiguos, por monotesmo. Por ello, en epresente trabajo hemos preferido analizar las intencionespolticas presentes detrs de la hereja amarniense. La obra indispensable para conocer los cambios

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    Pero, en esas estelas privadas y las famosas escenas que muestran a la

    familia real, aparecen Ajenatny Nefertitijuntoal disco solar. Puede hablarse delaexistencia de una trada -Atn, Ajenatn y Nefertiti-? Por qu una trada?.

    La agrupacin de dioses en triadas es caracterstica del ImperioNuev&,provocado por ese impulso urbano de Egipto. Cada ciudad tena un dios, su

    contrapartida masculina o femenina y el fruto de la uninde ambos dioses. Estaformadeorganizacin de los dioses tiene mucho que ver con el ideal y deseo deprosperidad y fecundidad que los egipcios tenan: la unin de los dos principalesdioses de la ciudad, nomo o provincia, cristalizaba con el nacimiento de un hijo/a,que encarnaba la fecundidad y prosperidad que esperaba a esa ciudad. En ciertamedida podranestablecerse paralelismos con el matrimonio sagrado mesopotmicoy dems celebraciones religiosas destinadas agarantizar el bienestar econmico deuna ciudad o estado

    22. Por ello, si recordamos las escenas en las que el discosolar esta en relacin con la familia real, observamos cmo se representa el fruto

    de una unin, lashijas de Ajenatn.En todomovimiento religiosoexiste la intencin decrearun nuevo sistema

    teolgico o, en su caso, adaptar elexistente a lasnuevas condiciones polticas. En

    Egipto los distintos sistemas de creacin, cosmogonias, freron creados enmomentos muy concretos de su historia siempre coincidiendo con rupturasdinsticas o el inicio de un nuevo perodo histrico23; la cosmogonia menfita en

    la III dinasta -tras las luchas y conflictos de las dos primerasdinastas-, o en laXXV dinasta-cuando Taharqa inicia una nueva lnea dinstica etopeen Egipto ynecesita legitimar su posicin. La cosmogonia de Helipolis cuando se estn

    poniendo las bases de la realeza24 y, finalmente, la cosmogona de Hermopolis

    adquiere importanciacuando Tebas se convierteen la ciudaddominante de Egiptoal proceder de all los faraones del Imperio Medio y Nuevo25.Ajenatn no desarroll ninguna cosmogona, pero si cre un programa

    iconogrfico y textual tendente a mostrar a Atn con los mismos caracteres,

    funciones y poderes que los dioses creadores de las dems cosmogonas. Atn es,

    por tanto, elPadre de los padres de todos los dioses opadre y madre de lo quecreaste, reuniendo en l los principios masculinos y femeninos de la creacin, al

    religiosos y polticos acaecidos durante el Imperio Nuevo, as como el carcter de la religin

    amarniense, es el de J.Assman,Re mdAman. Die Krisedespo/ytheistischen Weltbi/dsimAgyptender18-20Dynastie. Friburgo, 1985. Por otra parte,el carcter poltico de la religin amarniense puedaexplicar, posiblemente, el radicalismo de la religin amanuenseen los ltimos aos de Ajenatn,constituyendo un ltimo intento de salvar su proyecto ideolgico pero que por el contrario,significel quemuchosde sus seguidores le abandonaran.

    21H. Velde, Sorne remarks on dic atrocture ofegyptiandivine t,iads,JEA 57, l97l,pp. 80-86.

    Nodebemos olvidar la importancia que, por ejemplo. tena el Festival Opet y cuya finalidad eraque Amn, viajando desde su templo de Kan,akal templo de Mut -Luxor-, engendrara a Monto.

    Sobre la creacin en el Antiguo Egipto cfr., II. Alen, Genesis ittEgypr, Newflaven~ 1989.

    En estacosmogonase unen dos ciclos mticos, uno sobrenatural encamado por las fuerzas dela naturalezay los elementos de la vida -aire, agua,cielo...- y otro cielo terrestre, el de Osiris, Serh

    y Horus,entroncando aslos acontecimientos polticos con los divinosparajustificarla posicin polticaalcanzada.

    25Era en estacosmogonia en la que estaba Amn formando pane de la ogdoada, siendo el oscuro.

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    igual que Atum, Ptah o Amn. Pero, sincrear una cosmogonia, Ajenatn acercaun ms la realeza a la divinidad. As, en la cosmogona de Helipolis, Honisaparece en la cuarta y ltima generacin, mientras que Ajenatn aparece en la

    segunda generacin, como lo primero que estableci Atn, todo ello intentandoreforzar aun ms la consideracin de la realeza como fuente de poder.En relacin con la religin de Amarna, la idea que se tiene es que fre

    monotesta, debido al carcter universal de Atn y al desplazamiento de otras

    divinidades. Respecto a loprimero, ya hemos visto cmo dicha tendencia existiconanterioridad a Amarna, por lo que referencias aque Atn ilumina a todas lascosas y personas no es un concepto nuevo. En cuanto al desplazamiento opersecucin de otros dioses, esta no parece haber sido tan importante, aunquecualitativamente significativa.

    Ya hemos visto cmo se esperaba del Faran que mantuviera el orden

    csmico, manteniendo alejados a los enemigos de Egipto y garantizando elbienestareconmico. Sobre el primero pende el llamado pacifismo de Ajenatn,que no fue tal

    26,pero el ms importante es el segundo, que est en ntima relacincon aquellas divinidades que sufrieron algn tipo de persecucin27.

    Analizando la documentacin sorprende queuno de losdiosesperseguidos

    fueraHapi, el dios del Nilo, una divinidad menor sinmucho importancia en losritos oficiales y apenas presente en la iconografa real. Por qu fue Hapiperseguido? La respuesta est en el fin ltimo de Ajenatn: asumir las funcionesquehabansido propias de la realeza en el Imperio antiguo, como la ideade quelafertilidad dependa de la accin de gobierno delFarany, especialmente, de suactuacin como intermediariaante la divinidad. Hapi era un diosde la fertilidad,papel que asume Ajenatn provocando el ostracismo de Hapi, sicndo ste el

    significado, por ejemplo, de las colosales estatuas de Ajenatn con caracteresfemennos.

    Esta actitud de Ajenatn tambin afect a otra divinidad, mucho ms

    importante, Osiris. La figura, atributos y funciones de Osiris presenta problemasal ser una divinidad relacionada con la realeza, la vegetacin, la fertilidady lamuerte2t, desapareciendo todas las menciones a Osiris29.

    Como seala Tobin30, el sistema mtico de Amama consiste en una serie

    de smbolos centrados en Atn y Ajenatn, smbolos que no parecen haber

    26 A. Prez Largacha, Ajenaton, pacifismo religioso? Espacio, tiempo yforma 1994, en

    prensa.27 Losdioses objeto de persecucin han sido objeto de numerosas discusiones en la investigacin,

    pero todo apunta a que, aparte de los dioses que mencionamos en el texto -Hapi y Osiris-, lapersecucin se concentr en la triada tebana -Amn Muty Khonsu-, algo que se explicapor motivospolticos, cf,., R. Han, La Religion amarniense et la tradition polyshiste, Studiem zu Sprache,md

    Religion~gypeenszu Ehrenvon Woljhort Westendorf, Goctingen, 1984. vol. 2, PP. 1039-5528 ~ Grifdis, Theorigins ofOsiris andhis cu/t, Leiden, 1980.29 De la decoracin de las rombas desaparecen todas las escenasrelativas al juicio de las almas,

    a los camposelseos. La nica reminiscencia que permanece son los Ushebtis, pero al fin y al cabo lafinalidad de losmismosresponda al ideal que todapersona puedetener del ms allt que trabajenparal.

    30 ~ Tobin, Mydiic Symbolism in the Amarna System, JSSEA 16, 1986, Pp. 5-18.

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    Atn Ajenatn y Nefertiti 195

    intentado articular el orden universal de la creacin, sino dar expresin a lanaturaleza del dios y del rey, centrndose especialmente en esteltimo, como silo que se quisiera fuera reforzar la posicin y consideracin de este ltimo. Eldogma de Amarna esta basado en la revelacin interpretada por el rey, no en el

    mito3 es un intento por restablecer elpoderpoltico del trono real sobre la base

    de una organizacin y sistema anterior al que el clero de Amn comenz aintroducir en el Imperio Medio.

    El tipoderelacin que se estableceentreAjenatny Atn, y por extensinde la sociedad con el disco solar, provoca y explicaotrade las caractersticas dela religin amarniense: el acceso al ms all. De laconcepcin del mismo poco o

    nadasabemos debido a la ausencia de relievesy escenas funerarias, pero lo que sisubyace es que el nico que puedegarantizar elacceso al mismoes Ajenatn. Unavez ms, intenta retomar el papel de la realeza en el Imperio Antiguo cuando

    nobles y artesanos se enterraban alrededor de la tumba real con la esperanza de

    poder acompaar al rey en su viaje eterno32. El ms all es accesible paraaquellas personas que hayan sido fieles y seguido las enseflanzas de Atn,transmitidas por su intermediario, Ajenatn, siendo ste el sentido que adquiere

    Maat en el periodo amarniense33.Atn, comodivinidad adscrita a larealeza y nuevodios oficial, necesitaba

    unos templos, no slo construidos en el-Amarna, sino tambin en Menfis,

    Hermoplis, etc. El queestos templos sean abiertos se ha puesto en relacin conlos templos solares de la V dinastay conel carcter ms libre y universal delculto

    a Atn, una arquitectura que debe ponerse en relacin con lanueva teologasolarmencionada. Escierto que,por ejemplo, no aparece enlos mismos la idealizacin

    de la colina primognita~, y que la creacin est simbolizada en los rayos deAtn, no debiendo olvidar que stos slo iluminandirectamente a la familia real.En relacin con ello, y aunque no exista una seguridad al respecto, s

    podemos plantear la posibilidad de que Ajenatn estuviera, nuevamente,

    recuperando modelos antiguos de realeza. As, las pirmides suelen considerarsenica y exclusivamente como monumentos funerarios, pero en realidad debenconsiderarse como lugares de gobierno, un gran complejo35 desde donde el Farangobernaba en las cercanas de la divinidad. Eran smbolos pblicos de unaideologa y de una forma de gobierno, lo mismo que el culto al disco solar deAjenatn.

    Por tanto, todo la religin de Amama iba encaminada a eliminar elindividualismo que vena caracterizando ala sociedad egipcia, resaltando todos ycada uno de los aspectos que pudieran servir para un fortalecimiento de la

    31y Assman Dic Loyalistische LehreEchnatons. SAK2, 1980, pp. 1-32.

    32 Una de las primerasdecisiones de Ajenatn cuando planifica laconstnccin de el-Amamaes

    la ubicacin de la necrpolis real y la de los nobles, en las proximidades de laprimera, cfi., W.Murnaine & C. van Siclen, lije boundaryste/ae ofkhenaten,Londres, 1993.

    ~ R. Anihes, DicMaat desEchanaton von Amarna,SupplementtoJAOSXIV, 1952, PP.-36.

    ~ Lugar desde donde los distintos diosescreadores haban realizado su accin creadora.

    ~ Queinclua la pirmide, el templo del valle y otra serie de dependencias administrativas, cfi..Z. Uawass,Ihe Pyramid comp/ex ofChiza, Ano Arbor 1992.

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    institucin real. Pero, por qu fracas la hereja amamiense? culesfueron susconsecuencias religiosas?

    CONSECUENCIASRELIGIOSAS AMARNA.

    Al igual que acontece a la hora de plantear las causas del perodoamarniense, muchas han sido las explicaciones dadas para su declive y

    abandono36. Aqu nos centraremos en una de ellas, posiblemente la ms

    importante: el intento de restablecer una monarqua totalmente centralizadora,

    eliminando toda individualidad, choc frontalrnente con la tendencia que vena

    experimentando la sociedad egipcia desde el Imperio Nuevo.Significativamente, tras Ajenatn no hubo una restauracin de Amn37.

    Escierto que laactividad constructora en el templo de Karnalcfue reanudada, quelafiestaOpet volvi acelebrarsey queAmn vuelve a estar presente en los textosoficiales,perosern Re y Ptah losdioses quedominen el panten y elcrculo real,prueba de ello es el traslado definitivo de la capital de Egipto a Menfis, procesodespus acelerado por la actividad constructora deRameses II enel Delta, llegandodioses como Set aestar ntimamente relacionados con la realeza.

    La principal consecuencia fue, paradjicamente, una aceleracin delproceso queAjenatnhaba intentado frenar, o suprimir: la piedad personal fuemayor, el Faran deja totalmente detener unarelacindirecta con la divinidad, loscantos del arpista confirman unaquiebra delosvalores morales y ticos existiendouna desconfianza hacia la existencia de un ms all, prueba inequvoca de la

    quiebra religiosa que aconteci en la sociedad.Al igual que lahistoria anterior a Ajenatn, la XIX dinasta necesita ser

    revisada histricamente, al estar muy lejos de ser ese perodo floreciente que lahistoriografia, y el reinado de Rameses II, parecen reflejar. Los problemasinternos, no solo econmicos, sino de sucesin, con la existencia de guerrasciviles, y la presin externa de los mismos pueblos del mary de las tribus libias,

    no pueden entenderse sino es en un clima de quiebra de la civilizacin egipciaprovocada en parte por la carencia de esa ideologa unitaria, mencionada alcomienzo de nuestro trabajo, queuniera los esfuerzosde todos para lograrel buenfuncionamiento del Estado, debilitamiento de la sociedady del Estado en el quetuvo no poca incidencia el ltimo intento por recuperar modelos del pasado, elperodoamarniense, cuyo fracaso supuso unaceleramientoen la prdidadel sentido

    ~ El pretendidopacifismo que provoc una quiebra del Imperio asitico y unareaccin del ejrcitodebe ser abandonada, cfr., A. Prez Largacha, op. cit. en prensa: el que Ajenatn solamente fueseguidopor una clase funcionarial media-bajaprovocando ello la quiebra de la administracin y el malgobierno del pas, no es vlida, ya que con posterioridad encontramos los mismos funcionarios condiferentes nombres. Lacapticacin ms lgica es que las ideas de Ajenatn chocaron con los logrosindividualesadquiridos durante siglos pornobles, funcionariosy la poblacinengeneral. Por otra parte,si como se seala muchas veces, Ajenatn no tuvo el apoyo de las antiguas clases flncionariales y

    provinciales, no se explica que tuviera los recursos necesarios para construir una ciudad nueva,mantenerse en el gobierno 14 aos y extendersu actividad constructora a Nubia donde cre una ciudad,Sesebi, y al resto de Egipto.

    ~ M. Eaton-Ktauss, Tutankhamunat Karnak MDAIK44, 1988, Pp. 1-11.

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    moral, poltico y religioso, los factores que durante siglos mantuvieron a lacivilizacinegipcia y le permitieron superar los momentosde crisis.