parlamentarismo en venezuela y uruguay. ¿situación viable?

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Índice PRIMERA PARTE………………………………………………………………....2 1.1. Introducción………………………………………………………................2 1.2. Cuestiones teóricas sobre el Presidencialismo y el Parlamentarismo……....2 1.3. Partido clásico: Parlamentarismo Vs. Presidencialismo…………………...5 SEGUNDA PARTE………………………………………………………………..7 2. Problemática…………………………………………………………………..7 2.1. Virus en el presidencialismo latinoamericano: cesarismo representativo….7 2.2. Incompatibilidad del cesarismo con el Parlamentarismo…………………..9 2.3. Partidos Políticos………………………………………………………….11 2.4. Partidos Políticos y el Parlamentarismo………………………………….11 2.5. Separación de poderes…………………………………………………….13 TERCERA PARTE……………………………………………………………………15 3. Conclusión……………………………………………………………………….15 3.1. Tipo de parlamentarismo conveniente a Uruguay……………………………….15 3.2. Venezuela y su actual situación en miras a un parlamentarismo…………...15 3.3. “If it´s not broken, don´t fix it”………………………………………………..17 BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………………19 1

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Trabajo en conjunto con aportes de Musacchio, J. y Tulián, A.Parlamentarismo - Venezuela - Uruguay - Sartori - Cesarismo representativo - Partido Político

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PRIMERA PARTE

ndice

PRIMERA PARTE....2

1.1. Introduccin................2

1.2. Cuestiones tericas sobre el Presidencialismo y el Parlamentarismo....2

1.3. Partido clsico: Parlamentarismo Vs. Presidencialismo...5SEGUNDA PARTE..7

2. Problemtica..7

2.1. Virus en el presidencialismo latinoamericano: cesarismo representativo.7

2.2. Incompatibilidad del cesarismo con el Parlamentarismo..9

2.3. Partidos Polticos.11

2.4. Partidos Polticos y el Parlamentarismo.112.5. Separacin de poderes.13TERCERA PARTE15

3. Conclusin.15

3.1. Tipo de parlamentarismo conveniente a Uruguay.15

3.2. Venezuela y su actual situacin en miras a un parlamentarismo...15

3.3. If its not broken, dont fix it..17

BIBLIOGRAFA19PRIMERA PARTE1.1. Introduccin.De las veintids democracias estables existentes en el mundo, tomando como parmetro aquellas que han durado cincuenta aos o ms ininterrumpidamente, veinte son parlamentaristas, y este dato algo nos tiene que decir. A primera vista parecera que el parlamentarismo presenta una mejor opcin (KIRCHNER: 2003). Todos los sistemas presidencialistas dentro de Amrica han sido interrumpidos desde el momento de su implementacin a la actualidad, con la nica excepcin del pas creador del presidencialismo, Estados Unidos. Incluso, en algunos Estados democrticos que han adoptado esta forma de gobierno, la amplitud de su democracia se ha visto censurada o limitada por el fracaso funcional del sistema presidencial en ms de una ocasin, como casos podemos citar: Argentina (seis), Chile (cuatro), Nicaragua (dos), Per (nueve) y Ecuador (cuatro). Planteado de esta manera, existira una seria deficiencia dentro del sistema presidencialista y su adopcin en Amrica Latina, lo cual sugerira la propuesta de un cambio de regimen, por un parlamentarismo.He aqu una discusin que ha sido parte de innumerables obras de investigacin, en la cual se emplazar este trabajo, limitndose a la descripcin y anlisis de las actuales formas de gobierno en Venezuela y Uruguay, conjunto con la posible aplicacin del sistema parlamentarista de gobierno.1.2.Cuestiones tericas sobre el Presidencialismo y el Parlamentarismo.El presidencialismo generalmente se define por uno o ms de tres criterios. En primer lugar, la eleccin popular (directa, o semidirecta) del jefe de estado por un perodo; en segundo lugar, que el parlamento no puede designar ni destituir al gobierno; en tercer lugar, que el jefe de estado es tambin el jefe de gobierno.(SARTORI).Segn Orlandi y Zelaznik, las formas de gobierno entre presidencialismo y parlamentarismo se diferencian en tres elementos:

1- Segn su fuente de legitimidad, especficamente si es de carcter directa o indirecto.

2- En segundo lugar importa destacar la forma en la que se estructura el Ejecutivo (Gobierno en sentido estricto), sea colegiado o unipersonal.

3- La relacin entre las diferentes entre las estructuras de toma de decisiones, en especial la relacin entre el Ejecutivo y el Legislativo, y sus prerrogativas. Ms precisamente si entre ambos poderes existe una separacin o una fusin (1995: 247).El Parlamentarismo, se caracteriza por una legitimidad indirecta del gobierno, por su carcter colegiado y por la interdependencia entre los poderes ejecutivo y legislativo, producto de su integracin (fusin de poderes). El primer ministro es elegido de manera indirecta por el Parlamento, que es elegido por sufragio popular y cumple a su vez las funciones legislativas. Si bien es el jefe de Estado quin propone su designacin (excepto en Irlanda, Japn y Suecia, donde la propuesta es hecha por el parlamento o un organismo interno al mismo), su poder es solo formal ya que el jefe de gobierno no es investido a menos que cuente con el consentimiento parlamentario. Existe un denominador comn dentro de todos los sistema parlamentarios: se requiere que los gobiernos sean designados, apoyados y segn sea el caso destituidos por el voto parlamentario (SARTORI).

Segn Sartori hay por lo menos 3 variables principales del sistema parlamentario, en un extremo est el sistema de prime minister o de gabinete, de tipo ingls, en donde el ejecutivo forzosamente prevalece sobre el parlamento; en el otro extremo est el tipo Francs de gobierno por asamblea (3era y 4ta Repblicas) que casi impide gobernar (Parlamentarismo clsico); y a la mitad del camino entre ellos encontramos al parlamentarismo controlado por los partidos (Parlamentarismo racionalizado).

Analizando lo expresado anteriormente, cabe destacar que los sistemas parlamentarios comparten el poder. Si lo observamos desde la ptica del jefe de gobierno, ste puede interaccionar con los dems integrantes del mismo de distintas formas; puede ser:a) Un primero por encima de sus desiguales: en este caso, el mecanismo de investidura puede revestir dos modalidades, la primera, explcita, consiste en un voto de confianza del parlamento, esto es, una votacin en la cual la mayora apoye al candidato. En la segunda modalidad implcita, aqul lo acepta tcitamente no vetndolo.b) Un primero entre desiguales: en este caso, el parlamento posee la facultad de investidura, tambin tiene la de disolver al gobierno, se puede dar de dos maneras; la primera es votando en contra de una cuestin de confianza planteada por el primer ministro; la segunda es un voto de no confianza al primer ministro. Como deduccin, podemos suponer que la duracin del mandato del ejecutivo no est sujeto a plazo alguno, es decir, un tiempo indeterminado.c) Un primero entre iguales (primero entre pares segn Sartori): es aqul que posee un control y un poder limitado o mnimo respecto a su equipo de ministros o en un gabinete con ministros impuestos, para los cuales tiene el deber de embarcar de acuerdo a las polticas proyectadas.En cambio el Presidencialismo se caracteriza por una legitimidad directa del gobierno, tiene un carcter unipersonal y su interdependencia de poderes es por medio de la coordinacin (divisin de poderes).1.3. Partido clsico: Parlamentarismo Vs. Presidencialismo.De los aos sesenta a ochenta, Amrica latina se vio sesgada por interrupciones a la democracia en gran medida, lo cual dio lugar a un debate sobre la eficacia del presidencialismo adoptado en Latinoamrica y su posible erradicacin y cambio de regimen por un parlamentarismo.Prez Lin sostiene que existen tres mecanismos que provocan un balance de poder entre el Ejecutivo y el Congreso: 1. La democracia reduce la probabilidad de la intervencin militar, 2. Promueve la eliminacin de herramientas constitucionales usadas por los presidentes autoritarios para disolver el congreso, y 3. Crea estabilidad en el marcos institucional. El Presidencialismo latinoamericano no ha logrado ninguna de estas consolidaciones democrticas. El presidencialismo es ms proclive al quiebre democrtico que el parlamentarismo (LINZ: 1994).A favor del Parlamentarismo, existe una cualidad indubitable que reside en la no fijacin de un perodo en la gestin del Primer Ministro, lo cual provoca (a modo pragmtico) que siga en sus funciones, hasta que el Parlamento lo considere inoperante. En cambio el sistema presidencialista debe esperar al que el tiempo establecido por la constitucin vigente llegue a su fin (salvo por la muerte o dimisin del presidente) sea o no competente. La muestra, muchas veces, de incompetencia, ha llevado a no esperar este lapso rgido de tiempo y a desembocado en golpes militares y de Estado, provocando as la crisis del regimen democrtico.

Juan Linz y Arturo Valenzuela apoyan al Parlamentarismo sobre el presidencialismo con el nico gran fundamento (entre otros) que los sistemas presidencialistas son rgidos mientras que los sistemas parlamentarios son flexibles y se prefiere la flexibilidad a la rigidez, ya que un sistema flexible est mucho menos expuesto a riesgos, debido a los mecanismos autocorrectores del Parlamentarismo. Desde el punto de vista de la ingeniera constitucional los sistemas presidenciales son lo que en ingls se llama "paralysis prone"; predispuestos a la parlisis, o sea una estructura que funciona slo bajo ciertas condiciones pero no bajo condiciones adversas. Adems, Valenzuela sostiene que las crisis de los sistemas parlamentarios son crisis de gobierno, no de regimen

El presidencialismo cuenta, desde su planteo, con riesgos que no fueron contados en el momento de su implementacin. Por ejemplificar, la excesiva importancia dada a una parte del poder (el ejecutivo) en desmedro funcional de las dems, lo cual puede provocar que el poder resaltado tenga una situacin cuantitativa (slo uno es el encargado de presidir) que lo haga perceptible al colapso funcional, donde puede provocar una crisis desde su misma inoperancia ante (cierta) acumulacin excesiva de roles. Adems, todo el regimen descansa en una sola figura, as que la muerte o incapacidad del presidente representa en s mismo una verdadera crisis poltica. En cambio, en los sistemas parlamentarios, la legitimidad se da sobre el Parlamento, el cual es el principal encargado o copartcipe en la formacin de gobierno, el cual slo subsiste mientras se mantenga la confianza y el apoyo del Parlamento (SERRAFERO: 1991).Sin embargo, y amn de lo hasta aqu expuesto, no todas son plidas para el presidencialismo. Tal y como Nohlen y Ollier (entre otros) lo aclaran, la comparacin y supuesta supremaca del parlamentarismo sobre el presidencialismo, es una mera comparacin hipottica (OLLIER: 2006). La estabilidad democrtica de los regmenes parlamentarios por su flexibilidad no es lo ideal para regmenes polticos caracterizados por el desapego a la ley. Los pases de la regin necesitan acostumbrarse y a amoldarse a funcionar conforme a las reglas primeramente.Por otra parte, hasta el presente no ha sido posible en Amrica Latina organizar un sistema parlamentario exitoso en trminos de estabilidad poltica, lo que, a fin de cuentas, no se le puede negar al presidencialismo. Esta otra dimensin comparativa, () deja un saldo muy a favor del presidencialismo.

SEGUNDA PARTE

2.- Problemtica.2.1.- Virus en el presidencialismo latinoamericano: cesarismo representativo.

Duverger (1970: 213) propone otra distincin con dos tipos de regmenes presidenciales; siendo uno el clsico, existente meramente en EE. UU., y una derivacin de ste (aqul que se encuentra en los pases latinoamericanos); el cual consiste en una aplicacin deformada del rgimen presidencial clsico, por debilitamiento de los poderes del Parlamento e hipertrofia de los poderes del Presidente. La experiencia histrica demuestra que el presidencialismo slo ha funcionado en el pas que lo acu, y que las adopciones (ms o menos parecidas, segn el caso) latinas al regimen no slo no han podido impedir golpes de Estados, y/o dictaduras, sino que el sistema (por el carcter personalista que ha tomado en nuestro continente a lo largo del s. XX, y que se sigue desarrollando con ms o menos periodicidad) facilita la aparicin de individuos capaces de llevar a las sociedades de masas a un cesarismo representativo, como es el actual caso de Hugo Chvez en Venezuela, lo cual es altamente nocivo para la funcin poltica y administrativa del poder ejecutivo, ya que se comienzan a tergiversar las obligaciones y deberes que le fueron conferidos racionalmente (en sentido weberiano, claro est) con los ideales, creencias y propsitos personales o de su grupo, fuertes siempre en una personalidad con caractersticas carismticas de dominacin. Segn la Biblioteca del Congreso Nacional (Chile) Este tipo de gobierno presidencialista que se da en pases de Amrica Latina, llamado tambin de cesarismo representativo, se caracteriza por un Ejecutivo fuerte con amplias atribuciones, mayores que los otros dos poderes del Estado.Otra razn por la cual denominar como nocivo al cesarismo para el correcto (o mejor) desempeo de la figura presidencial, es la dependencia del poder poltico estrechamente vinculado (debido a esta dominacin carismtica) a la persona que ocupa el cargo y no al cargo en s, lo cual puede atraer conflictos de gran magnitud a nivel nacional (relativamente) en el caso de la dimisin o ausencia de la persona en el poder y el reemplazo por otra menos carismtica. Adems, el hecho de que el poder sea investido sobre una persona ms que sobre el cargo presidencial, puede generar una inclinacin viciosa hacia el aumento de sus atribuciones y la bsqueda de permanencia en el poder, no slo en el rol presidencial, sino adems en funciones correspondientes a los otros dos poderes y el resto del mbito poltico-econmico-social. Los presidentes latinoamericanos disponen a menudo de atribuciones co-legislativas junto con el Congreso o Parlamento, tales como: iniciativa de ley, convocatoria a legislatura extraordinaria, declaracin de urgencia en la tramitacin de los proyectos de ley, participacin en el debate parlamentario (), veto parcial, etc. (BCN).

En cuanto a los valores, creencias y/o propsitos del individuo que ocupa el cargo de presidente, stos hacen eco en cierta parte de la sociedad (mayoritaria en algn punto histrico, ya que es la que lleva a la personalidad al poder), y se puede inclinar a gobernar solamente (hablando en cuanto a intereses poltico-econmico-sociales) para este sector de la sociedad, lo cual lo convierte en una especie de lite transitoria, que slo dura mientras las ideas de la misma conserven el poder. Por supuesto, esto se logra en desmedro del resto de la sociedad que no comparte algunas o ninguna de las ideas y, por consiguiente (y an ms importante), las decisiones y polticas llevadas a cabo en base a estos principios, que arriesgan las libertades democrticas del sector no representado (generalmente, bajo la bandera de que es lo mejor y lo adecuado para el pueblo) y que dirigen peligrosamente a la sociedad a una divisin y una confrontacin que puede alcanzar mbitos mayores a una mera discusin poltica entre sectores.Venezuela se ajusta perfectamente a este punto; si bien la polarizacin poltica de la sociedad, puede decirse, se dilucida desde el golpe de Estado fallido de 1992, hoy da se encuentra sumida en una confrontacin sin tregua entre dos bandos, uno que apoya y otro que se opone al presidente Hugo Chvez (BBC, 2002), y, sobre todo luego de los sucesivos referndums dados durante el estadio en el poder de Chvez El mensaje de la oposicin ha prendido entre una clase media urbana que no se deja embaucar por la demagogia barata, pero la fe en Chvez entre los miles de desheredados que se hacinan en los arrabales caraqueos. Para ellos pesan ms algunas de las ayudas sociales que ha puesto en marcha que sus escasos escrpulos democrticos (EL MUNDO: 2004).

En Uruguay, se han dado casos de cesarismo poltico, como el de Jorge Pacheco Areco a fines de la dcada del 60 y el de Juan Mara Bordaberry, a mitad de la dcada del 70. Ambos fueron fallidos, ya que el segundo derroc en golpe de Estado al primero, y las Fuerzas Armadas uruguayas destituyeron a Bordaberry. En las dcadas pasadas, las masas no han sido atradas por figuras cesaristas dentro de Uruguay, sin embargo, se han dado crisis de gobernabilidad debido a la excesiva participacin popular de la mayora de los sectores sociales, provocando un inmovilismo dentro del poder Poltico. 2.2- Incompatibilidad del cesarismo con el Parlamentarismo.

Esta situacin es ajena a Uruguay en la actualidad, el cual tiene otras problemticas que imposibilitaran o retrasaran la adopcin al Parlamentarismo. Esta incompatibilidad se centra, dentro de este trabajo, en Venezuela. Si bien M. Serrafero ubica a Venezuela como un presidencialismo atenuado, este trabajo es anterior al fallido golpe de Estado de 1992, el cual si bien no vio frutos directos a su propsito, s lo hizo en la conciencia de los ciudadanos, los cuales comenzaron a mirar ms de cerca las nueva propuestas partidarias de izquierda, poniendo an ms en decadencia los ya prcticamente obsoletos partidos venezolanos de se entonces.

Las caractersticas generales del sistema parlamentarista planteadas por John Carey (2002), son:a) El ejecutivo es elegido por Asamblea, y

b) El ejecutivo permanece en el cargo sujeto a la confianza legislativa.

Es en este punto, donde el caudillismo propio de Venezuela no permite la aplicacin de un sistema parlamentarista a corto o mediano plazo. La organizacin internacional encargada de medir la democracia en los pases Freedom House (Casa de la Libertad), escribe en su investigacin sobre Venezuela: Si bien Venezuela ha enfrentado mltiples problemas sociales y econmicos, Chvez continu focalizndose en incrementar su influencia sobre el sistema judicial, los medios, y otras instituciones de la sociedad civil. La Asamblea Nacional, controlada por sus partidarios, aprob una medida permitindole remover y promover jueces al Tribunal Supremo de Justicia, el cual ha reemplazado a la vieja Corte Suprema en 1999 y control el resto del Poder Judicial. La legislacin tambin expandi los miembros del tribunal de 20 a 32. Tambin afirma que Hacia el final de Enero de 2007, la Asamblea Nacional vot un decreto de poder presidencial en un amplio abanico de temas por 18 meses. A fines de julio, al terminar los 18 meses del poder del decreto, Chvez promulg una serie de 26 nuevas leyes. Algunas aparecieron diseadas para institucionalizar medidas que fueron rechazadas en el referndum de Diciembre de 2007, incluyendo la autoridad presidencial de nombrar nuevos oficiales regionales y la reorganizacin del estamento militar. Adems, la Organizacin afirma que Venezuela no es una democracia electoral. Mientras que el voto es relativamente libre y los escrutinios justos, la oposicin poltica es forzada a operar bajo condiciones de dificultad extrema, y la separacin de poderes es casi inexistente.El partido oficialista, el PSUV venezolano, y sus comportamientos son un freno a cualquier proposicin de Parlamentarismo en el pas. Venezuela slo podra plantear una posible inclinacin a este sistema si el PSUV dejara el poder, o si cambiara radicalmente sus polticas, lo cual es improbable, debido al firme discurso independentista, de revolucin poltica y caudillismo que proclama el gobierno. Las atribuciones polticas tomadas por el Presidente, rompen con la regla bsica del Parlamentarismo, de autorregulacin entre Primer Ministro y Parlamento, o an con la caracterstica del voto de confianza y/o sus derivaciones. La actitud poltica del PSUV no slo es nociva para esta formulacin terica, sino que adems lo es para el sistema Presidencial en s.2.3. Partidos PolticosEn el presente, los partidos polticos estn atravesando un fenmeno que es denominado crisis de representatividad, haciendo especial hincapi en el hecho de que los partidos ya no responden a la exigencia de los ciudadanos, sino a sus propios intereses. Es decir, mirando solamente su ombligo y los de sus dirigentes; alejndose del sujeto al que decan responder. Esta actitud se manifiesta en la proliferacin de outsiders, es decir de polticos no profesionales, que no tienen vocacin y que hacen de la poltica su fuente ingreso (viven de la poltica); potenciado a travs de los medios, principalmente la televisin. El resultado de dicho proceso fue la aparicin de un nuevo tipo de partido poltico llamado Catch all, es decir un atrapa todo, no poseen una ideologa definida, son de alta movilizacin y su objetivo principal es del conseguir el voto sin excepciones de clases.

2.4. Partidos Polticos y el Parlamentarismo.La democracia parlamentaria no puede funcionar en cualquiera de sus muchas variedades a menos que existan partidos adaptados al parlamentarismo, es decir, partidos que han sido socializados (por los fracasos, una larga existencia e incentivos apropiados) para ser organismos cohesivos y/o disciplinados.En el presente, Uruguay posee un sistema partidista de pluripartidismo bipolar. No obstante, el cambio de un bipartidismo consolidado y aejado desde haca 30 aos a ese entonces, comienza a ser transformado en la dcada del 90. En Uruguay se da desde 1990 coaliciones en el rgimen presidencial, con frmulas distintas a las que hubo antes, en la poca del bipartidismo tradicional: precisamente a partir del desarrollo de la izquierda, en la medida que se afirma el multipartidismo bipolar y la poltica de bloques, dando paso a una reforma constitucional que modifica sustancialmente el rgimen electoral y otras piezas estratgicas del antiguo sistema bipartidista.Entre las cuatro ms destacadas caractersticas del cambio electoral en Uruguay se ubican; primero, el decrecimiento permanente aunque gradual del respaldo electoral a los dos partidos tradicionales. Estos partidos pasaron de un promedio del 90% existente durante el perodo anterior, al 63.5% que ambos sumaron en la eleccin de 1994, tal prdida de apoyos ha sido, adems, similar en los dos partidos. En segundo lugar, el bipartidismo preexistente ha dado paso a un sistema de pluralismo moderado tpico en el que conviven ms de dos actores partidarios relevantes. En tercer trmino, el crecimiento del voto fuera de los partidos tradicionales posee un signo claro desde el punto de vista del posicionamiento ideolgico, se trata de un crecimiento del apoyo electoral a las opciones partidarias ubicadas a la izquierda del espectro, esta ha sido una constante en el proceso de transformacin electoral y as se ha expresado en particular, con el acceso del Frente Amplio al gobierno municipal de Montevideo. En cuarto trmino, este proceso ha estado acompaado de una fraccionalizacin creciente dentro de cada partido.El caso de Venezuela es totalmente distinto. Antes de la aparicin de la izquierda socialista (estamos hablando de inicios de la dcada del 90 y hasta dos dcadas hacia atrs) como una propuesta apta para los marginados por los ya aejados partidos venezolanos, Venezuela era uno de los pases latinoamericanos capaces de adaptar sus partidos polticos al parliament fit; con partidos estructurados, slidos y no demasiado atomizados como para soportar la transicin (SARTORI: 1998). Sin embargo, en la actualidad, Venezuela est dominada por un partido poltico autoritario, ms pragmtico que estructurado, y, si bien slido debido a la cabeza carismtica con la que hoy cuenta el PSUV, no se puede dar una libre competencia entre la oposicin y el partido oficialista con sus aliados. El particular caso de los partidos polticos refuerza la teora de la nocividad de partidos de tales caractersticas en un pas, si bien en los ltimos aos se ha venido dando una especie de multipluralidad de partidos con el eco que encontraron los partidos acrrimos opositores a Chvez en varias regiones importantes de Venezuela, slo que el partido oficialista an retiene gran cantidad de poder, as como de fuerza plebiscitaria (EL MUNDO: 2004).2.5. Separacin de poderes.

Bsicamente, y en cuanto a este punto, el parlamentarismo difiere del presidencialismo en un punto crucial: la no-separacin entre el poder legislativo y el ejecutivo y la fusin entre ambas, provocando la relacin de interdependencia entre el gobierno y el parlamento. En el parlamentarismo, tanto el ministro como su gabinete tienen que formar parte del poder ejecutivo y tambin tienen facultades en el poder legislativo. En cambio, en el presidencialismo no se puede dar una suma de poderes (ni del Ejecutivo sobre el Legislativo, ni del Legislativo sobre el Ejecutivo) porque violara los principios de checks anda balances que formaran parte de la esencia del presidencialismo latinoamericano. Adems, en el Parlamentarismo no existe un lmite temporal en la gestin del Primer Ministro y su gabinete, salvo por un voto de censura del Parlamento (en el caso francs, se deba buscar el sucesor del primer ministro que se pretenda censurar; esto favoreca al poder Ejecutivo, debido a lo primeramente dicho y a que, evidentemente, es ms fcil la unin para oponrsele, que para elegir uno nuevo). En cambio, en el presidencialismo, la gestin del presidente tiene un perodo fijo e inamovible.En Venezuela, al igual que en varios pases latinoamericanos (tal vez en ste de forma ms abrupta que en otros, en estos ltimos tiempos), no se ha dado una fusin de poder de tipo parlamentaria, pero s una concentracin del mismo en manos de la figura presidencial. Esta concentracin no slo es legitimada por la poblacin identificada con la faccin presidencial, sino por el mismo parlamento al cual se le est quitando esas atribuciones. De ninguna manera se podra confundir a esta concentracin de poder con una fusionalidad de tipo parlamentarista, ya que en este caso no existe un poder recproco de un poder sobre otro, ni de atribuciones mutuas de uno sobre otro; sino que slo uno toma del otro, aunque luego pretenda ms.Un estudio sobre Uruguay lanzado por el CONICET en 2008, opina que las tendencias hacia la centralizacin en el Ejecutivo que favorecieron los procesos de reforma en la regin, no llevaron al gobierno por decreto, expediente que facilita a los presidentes pasar por encima del congreso. En Uruguay, las reformas pasan por la negociacin parlamentaria y la alta disciplina partidaria garantiza la cohesin de los legisladoras a la hora de votar. La divisin de poderes funciona con un sistema de checks and balances y la corrupcin es de las ms bajas en Amrica Latina en trminos de los parmetros establecidos por el ndice de Percepcin de la Corrupcin de Transparencia Internacional (6.4 en 2006).TERCERA PARTE

3.- Conclusin

3.1. Tipo de parlamentarismo conveniente a Uruguay.

Citando a M. Serrafero (1995): El caso uruguayo es un tanto diferente al venezolano. El artculo 149 de su Constitucin afirma que el poder ejecutivo seria ejercido por el presidente de la repblica actuando con el ministro o con los ministros respectivos, o con el consejo de ministros de acuerdo a lo establecido en esta seccin Segn el artculo 148 al presidente de la repblica, actuando con el ministro o los ministros respectivos, o con el consejo de ministros corresponde y se enumeran seguidamente facultades y competencias, de modo tal que parece establecerse una suerte de ejecutivo colegiado, si bien la facultad de nombramiento y remocin de los ministros se encuentran en el presidente. Pero en este aspecto, tambin existen condicionamientos, de modo tal que se vincula a los ministros y el consejo con el parlamento, que tiene la facultad del voto de censura y del juzgamiento de la actuacin de los ministros. Y el presidente puede mantener a los ministros censurado y disolver las cmaras, debiendo convocar a nuevas elecciones. Se puede observar aqu que hay modificaciones interesantes en un funcionamiento presidencialista:

1) El presidente a la hora de designar a sus ministros debe tener en cuenta al parlamento.

2) El parlamento posee medios institucionales para censurar las polticas del gobierno, a travs del cuestionamiento de sus ministros con la posibilidad de su destitucin definitiva.

Tomando en cuenta a Loewenstein, podemos afirmar que Uruguay no compatibiliza con el parlamentarismo clsico, ya que necesitara de un sistema bipartidista, que es una de las tres funciones ms importantes. En la actualidad, Uruguay posee un sistema multipartidista moderado (bipolar), en el cual se puede inclinar (continuando con Loewenstein) a un parlamentarismo controlado. Siguiendo el anlisis de Sartori, el modelo alemn es el ms accesible: es el ms fcil a priori de imitar. Sin embargo este ltimo arribar a la conclusin opuesta. El sistema Ingls ha sido conformado constitucionalmente, mientras que el sistema alemn se debe a las circunstancias. Sin duda es ms fcil copiar las estructuras que las circunstancias.Ms adelante en su texto presidencialismo y parlamentarismo va a sostener que la mayora de democracias latinoamericanas (si abandonaran sus formas presidenciales), caeran directamente en un asambleismo. Sus caractersticas son:

a) El gabinete no dirige la legislatura.

b) El poder no est unificado, sino disperso y atomizado.

c) La responsabilidad casi desaparece del todo.

d) Hay poca o ninguna disciplina partidista.

3.2. Venezuela y su actual situacin en miras a un parlamentarismo.

Social poltica y culturalmente, Venezuela no est preparada para siquiera someterse a una discusin sobre la aplicacin de algn sistema parlamentario. Las razones de esta afirmacin son las siguientes:a. Una sociedad dividida y enfrentada: simpatizantes del oficialismo y sus opositores. Es imposible pensar en una transformacin poltica cuando la sociedad an no se ha puesto de acuerdo hacia qu lado se inclinar.b. El duro trabajo que debe realizar la oposicin (los esculidos, llamados as por el oficialismo) para lograr que sus propuestas sean discutidas en el parlamento venezolano, no da cabida ni a un bipartidismo ni a un multipartidismo polarizado; necesarios para un sistema Parlamentario.c. Como se ha dicho anteriormente, las pretensiones del partido oficialista, conjuntamente con la ampliacin de sus facultades en desmedro de los dems poderes, amenaza cualquier intento de discusin sobre una reforma de tipo parlamentaria, ya que se quiebra con la premisa de autorregulacin entre el Primer Ministro y el Parlamento; clave para todo sistema parlamentario.

d. El dbil congreso venezolano no es apto, sin primero transformarse, para hacer frente a posibles-futuros caudillismos, de los cuales Europa tambin ha sido vctima en los siglos anteriores. La realidad lo demuestra; ya que no tiene mecanismos (o autoridad legitimada) para frenar el avance del Poder Ejecutivo sobre el Legislativo.e. Una ideologa fuerte, que no permite el dilogo ni la construccin democrtica en base al consenso con otros partidos polticos, jams va a poder consensuar en un Parlamento, a menos que renuncie a ciertas pretensiones. Esto es, como anteriormente se dijo, improbable.Venezuela tendra que transformar esta serie de deficiencias antes de volver a plantearse (como se hizo a finales de los 80 y principios de los 90) una inclinacin de tipo parlamentaria. Lo cual ser extremadamente difcil con la faccin Chavista, o cualquiera con las mismas caractersticas y propsitos, al poder.

3.3. If its not broken, dont fix it

Sartori (2000) propone una va previa antes de llegar al parlamentarismo (para l, mejor), que es el semipresidencialismo, en sus palabras: para un pas presidencialista, el salto al parlamentarismo es un salto hacia lo diverso y desconocido, mientras que un cambio al semipresidencialismo le permite a ese pas seguir funcionando en un mbito que conoce, en el que tiene experiencia y destreza. No podemos dejar de tener en cuenta el remedio institucional-poltico que plantea Sartori, que se podra caracterizar como un avin con dos turbinas en funcionamiento: una de las cuales est en estado latente. La que funciona es el Parlamentarismo, que en caso de crisis de regimen muta por el tiempo que queda de gobierno a un presidencialismo.

Acorde a este trabajo, podemos ver que ambos pases, si bien uno de forma ms drstica que el otro, estn buscando una estabilidad a travs de reformas constitucionales y propuestas de gobierno capaces de amoldar el sistema; Uruguay con una reforma poltica (constitucional y partidista) y Venezuela a travs de un gobierno caudillista, y poco tolerante respecto de otro sistema. Esto, en ltima instancia, podra ser bueno si se perpetuaran en el poder eficazmente para el gobierno de todos, y no slo de la mayora. Si bien conllevara algunos cambios, no seran tan problemticos para la personalidad del partido, que si hablaramos de un traspaso al parlamentarismo.

Este panorama, puede mostrarse como positivo, siempre y cuando los cambios sigan incrementndose en pos de una poltica que favorezca al sistema y las proyecciones dadas. Bajo este punto, podramos decir que if its not broken, dont fix it.BIBLIOGRAFA

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Mieres, Pablo (1999), La reforma constitucional de 1996 en Uruguay y sus posibles defectos sobre los partidos y el sistema de partidos, en Working Papers.Riz, Liliana: Uruguay: la poltica del compromiso: 2008: pg. 224.

Freedom House, texto sobre Venezuela en http://www.freedomhouse.org/template.cfm?page=22&country&year=2009

Biblioteca Nacional de Chile: http://www.bcn.clBbc Noticias: www.bbc.com.ukDiario el Mundo: http://www.elmundo.esDiario la Nacin: http://www.lanacion.com Tomado de: Jorge Llotti, Parlamentarismo vs. Presidencialismo Cul es el mejor modelo para la Argentina? Diario La Nacin. Domingo 3 de Junio de 2007.

No es, dentro del campo de este estudio, el propsito de ahondar en el nacimiento del Presidencialismo, basta slo con decir, que, segn Sartori, el sistema presidencial fue inventado a fines del siglo XIX para, segn la concepcin norteamericana, sustituir a un modelo monrquico por algo parecido, con un sistema de pesos y contrapesos (checks and balances) establecidos por el sistema federal. (Vase la conferencia de Giovanni Sartori de 1998 en el Instituto Italiano de Cultura de Montevideo).

Contando el autogolpe peruano de 1992 durante la presidencia de A. Fujimori, y tanto golpes militares como de estado. No se cuentan los intentos fallidos.

Tomado de Sartori: Ni Presidencialismo ni Parlamentarismo. Revista uruguaya de Ciencia Poltica; p. 9

Tomado de Orlandi y Zelaznik: El Gobierno, en Pinto, Julio (compilador): Introduccin a la Ciencia Poltica. Buenos Aires, EUDEBA, 247.

Sartori: Op. Cit.: p. 11.

Sartori, Giovanni: Ingeniera Constitucional comparada: 1996: pg. 120.

Cabe aclarar que no por eso, el parlamento deja de tener el poder de remover al Primer Ministro; vale recordar el invierno del descontento ingls, que acab con una mocin de censura a James Callaghan, destituido por un voto en 1979.

Las clasificaciones de parlamentos difieren en los nombres, pero las caractersticas son prcticamente idnticas. Orlandi y Zelaznik proponen, adems, la clasificacin de parlamentos segn Loewenstein: a. Parlamento Clsico (de Westminster: el primer ministro tiene poder sobre el parlamento y viceversa); b. Parlamentarismo controlado (Constitucin de Bonn, y Espaa: con el Parlamento y su accionar en el gobierno limitados) y; c. Gobierno de asamblea o gobierno de convencin (el Parlamento es la institucin crucial del rgimen). Vase Orlandi y Zelaznik: Op. Cit.: pp. 250 y 251.

Sartori: op. Cit.; p. 14. Respectivamente, los anteriores son llamados a) Primero sobre desiguales, y b) primero entre desiguales.

Tomado de Prez Lin, Anbal: El Impacto de la democratizacin en las crisis presidenciales. Un anlisis de lgica difusa: 2009: p. 193.

Citado por Sartori en Sartori: op. Cit.: p. 11

Sartori: Conferencia de Giovanni Sartori en el Instituto Italiano de Cultura (Uruguay): 1998.

Tomado de Sartori, Giovanni: Constitucional Comparada: 1996: pg. 110.

Para preverlo, es necesario contar con un ntegro regimen cuya autoridad est legitimada por lo legal- racional.

Esto es, en la eleccin del primer ministro. Este trabajo se centra en las formas parlamentaristas europeas. Si tomamos el caso, por ejemplo, de Israel; el Primer Ministro es elegido en elecciones directas.

M. Serrafero: Presidencialismo y Reforma Poltica en Amrica Latina: 1991: 225

Vase Ollier: Ms all del Presidencialismo y el Parlamentarismo: 2006: 227.

En Chile, al perodo 1891-1925 se le denomina parlamentario, aunque de esa forma slo tena la capacidad del Parlamento para censurar ministros (no as al jefe de Gobierno, que es la caracterstica clave de un sistema parlamentario). Tomado de Nohlen, Dieter: Presidencialismo Vs. Parlamentarismo: 1995: pp. 47 y 48.

Nohlen, Dieter: Op. Cit.: pg. 46.

Adems de las citas referidas, para ms informacin sobre investigaciones relativas al cesarismo representativo vase: Noguiera- Alcal, Humberto: El presidencialismo en la prctica poltica: Nueva Sociedad: 1985.

Citado por M. Serrafero en op. Cit.: 203.

Si bien se ha dado a lo largo del s XX y con anterioridad en Europa.

http://www.bcn.cl.

Ibd.

Vase Nohlen: Presidencialismo Vs. Parlamentarismo en Amrica Latina (Notas sobre el debate actual desde una perspectiva comparada) 1995: pg. 5, y Serrafero, Mario: op. Cit., pp. 231 y 232. El cesarismo puede ocasionar una excesiva participacin popular, ya sea en respuesta a la convocatoria demaggica o en rechazo a ella.

Serrafero, Mario, op. cit. 213.

Tomado de Carey, John M.: Presidencialismo versus Parlamentarismo, Revista Post Data, 11 de Abril de 2006.

Cita en ingls en http://www.freedomhouse.org/template.cfm?page=22&country&year=2009.

Debemos aclarar que tambin adems existe otro tipo de personas que se dedican a la poltica que son denominados insiders. Estos son polticos profesionales, que viven para la poltica y no buscan un objetivo de lucro.

A diferencia de estos encontramos los partidos de notables, en los cuales existe una sectorizacin en sus integrantes, por esto llamados notables, es decir, que poseen cierta relevancia social o econmica; tambin tienen una ideologa definida. Adems existen los partidos de masas, los cuales son de alta movilizacin y con una ideologa cargada, ejemplo peronismo (dcada del 50) en argentina.

Lanzaro, Jorge: Tipos de presidencialismo y modos de gobierno en Amrica Latina: 34

Tomado de Mieres, Pablo: La reforma constitucional de 1996 en Uruguay y sus posibles efectos sobre los partidos y el sistema de partidos: 1999. Pg. 1.

Se toman en cuenta estos dos, dado al tema en cuestin.

Caso venezolano: hasta 1.999 el mandato duraba 5 aos, y la recandidatura del presidente elegido no se poda dar hasta luego de dos perodos ms. En 1.999 el referndum lanzado por Chvez aument un ao ms el mandato, y se aprob la reeleccin. En el 2007, el mandato se extendi a siete aos, y con reeleccin indefinida.

Tomado de Riz, Liliana: Uruguay: la poltica del compromiso: 2008: pg. 224.

La extensin de la cita tiene por razn la incapacidad de los autores de mejorar tal descripcin.

Serrafero, Mario, op. cit. 214.

Vase Orlandi y Zelaznik: Op. Cit.: pg. 250.

Las otras dos funciones son la eleccin pluralista y una fuerte disciplina partidista.

Sartori, Giovanni: Ingeniera Constitucional comparada: 1996: pg. 124

Para la solucin pragmtica de este conflicto vase el punto 3 de la tercera parte.

Vase Sartori: Conferencia de Giovanni Sartori en el Instituto Italiano de Cultura (Uruguay): 1998.

Vase Sartori: Ingeniera Constitucional comparada: 2000: pg. 154

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