p25 estudio panorámico de la biblia: lamentaciones

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L A M E N T A C I O N E S ESTUDIO PANORÁMICO DE LA BIBLIA Un estudio de los 39 libros del Antiguo Testamento y 27 libros del Nuevo Testamento en 66 LAMENTACIONES

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LAMENTACIONES

ESTUDIO PANORÁMICO DE LA BIBLIA

Un estudio de los 39 libros del Antiguo Testamento y 27 libros del Nuevo Testamento en 66 semanas

LAMENTACIONES

LOS LIBROS DE LA BIBLIAGénesisÉxodo

LevíticoNúmeros

Deuteronomio

Josué

JuecesRut

1 Samuel2 Samuel

1 Reyes2 Reyes

1 Crónicas

Esdras

2 Crónicas

Nehemías

EsterJob

SalmosProverbios

EclesiastésCantares

IsaíasJeremías

Lamentaciones

2. Los Libros Históricos: 12 libros

3. Los Poéticos: 5 libros

EL A.T. SE DIVIDE EN:

1. El Pentateuco: 5 libros

4. Los Profetas Mayores: 5 libros

5. Los Profetas Menores: 12 libros

1. Isaías

LOS PROFETAS MAYORES

2. Jeremías

3. Lamentaciones

4. Ezequiel

5. Daniel

NOMBRE DEL LIBRO

Hebreo: Ekah – que significa:“¡Cómo!” Que es la primera palabra del libro y es una exclamación real de preocupación.

Versión LXX: Threnoi – que traduce la palabra hebrea ‘Kinoth’: “Lamentos”

El nombre Lamentaciones procede del titulo que la versión LXX le dio a este libro.

AUTOR: En el libro no se menciona quien es su autor. El Talmud y la versión LXX le dan la autoría al profeta Jeremías. Se sabe que el libro fue escrito por un testigo ocular, poco después de la caída de Jerusalén.FECHA: el libro de Lamentaciones fue escrito poco después de la caída de Jerusalén ante los babilonios, en el año 586 a.C. y poco antes que los judíos emigraran a Egipto en el 585 a.C., llevando consigo a Jeremías.

EL LIBRO DE LAMENTACIONES

El 9 de Abib (mediados de julio), los judíos leen este libro recordando la destrucción del templo por Nabucodonosor, y Tito (70 d.C.).

EL LIBRO DE LAMENTACIONES

PROPÓSITO: El autor escribe para llamar al pueblo al arrepentimiento e invocar el casti-go sobre aquellos que fueron los culpables por la destrucción de la ciudad.

ESTILO: Poesía hebrea acróstica, usando las 22 letras del alfabeto hebreo, en los primeros 4 capítulos. El quinto capítulo es una oración no acróstica.

Lamentaciones es único entre los libros de la Biblia, su carácter de confesión y petición por el perdón lo hace útil y apropiado para todo creyente en Dios.No siendo libro profético, sino poético, sería más correcto incluirlo con los libros poéticos, haciendo un total de seis libros poéticos y cuatro profetas mayores.

EL LIBRO DE LAMENTACIONES

Los pasajes de 2 Reyes 25; 2 Crónicas 36, Jeremías 39 y 52 presentan los hechos que motivaron este libro: la caída de Jerusalén.

Ningún otro libro de la Biblia revela el cora-zón sufriente de Dios por el pecado como lo hace Lamentaciones.Jeremías presenció este trágico suceso. Se le partió el corazón al ver a Jerusalén y el templo destruidos, el pueblo masacrado y los prisioneros llevados cautivos a Babilonia. Podemos ver las lágrimas del profeta a través de todo el libro.

EL LIBRO DE LAMENTACIONES

Dios estaba en lo cierto al juzgar la rebelión, y castigar el pecado. El pueblo había sido advertido y no quiso escuchar.

Jerusalén, sabe que su tristeza es profunda y no tiene paralelo, reconoce la perfecta justicia de Dios en lo que le ha sucedido.Lamentaciones es un libro de confesión, dolor, reconocimiento, súplica, misericordia, y arrepentimiento por el pecado.

EL LIBRO DE LAMENTACIONES

El último rey de Judá, Sedequías había sufri-do el asedio por 18 meses y la ciudad cayó. Jeremías fue liberado, subió al Gólgota y pudo contemplar la ciudad destruida. Esto lo llevó a escribir una endecha por Jerusalén.

DIVISIONES DE LAMENTACIONES

CONTENIDO DE LAMENTACIONES

1 Desolación de Jerusalén

4 Juicio al Pueblo de Dios

3 Sufrimiento de la Ciudad

2 Castigo por el Pecado

5 Súplica a Dios por la Aflicción

Creían que Jerusalén nunca sería humillada por un ataque enemigo. Después de todo, era la morada de Dios mismo y nunca tolera-ría la invasión enemiga de su propio hogar.

Estaban convencidos de que Jerusalén era inviolable y esto provocó otro aspecto de la crisis en Judá.

ANTECEDENTES

La derrota misteriosa de los asirios en días de Ezequías (2 Re 19:35) reforzó esta confianza equivocada.

Reconocen que merecieron la severidad con que el Señor los trató y que Dios nunca dejó de actuar con perfecta justicia.

Este capítulo, una y otra vez lleva al pueblo a reconocer su responsabilidad y a declararse culpable delante de Dios.

(1) DESOLACIÓN DE JERUSALÉN

El pecado y la rebelión fueron las causas y la ira de Dios fue derramada sobre ellos.El pueblo ha sido vencido y llevado cautivo; la ciudad ha sido incendiada y totalmente destruida.

“¡El Señor la afligió por sus muchas rebelio-nes, y sus jóvenes marchan ahora al cauti-verio, arreados por el enemigo!” (1:5b; RVC).

La ciudad yace desolada, sin gente, sin gloria, y sin riqueza.

“Pero Jerusalén pecó. ¡Por eso ha sido rechazada!” (1:8a; RVC). Jeremías quiere, que los que están siendo cautivos, y los que están quedando en la ciudad, clamen al Señor por su pecado.

(1) DESOLACIÓN DE JERUSALÉN

“Mírame, Señor... el corazón me da vuelcos por causa de mi gran rebeldía” (1:20a; RVC).

Jeremías llora al ver su realidad: “Ésta es la causa de mis lágrimas. El llanto brota de mis ojos, pues no tengo a nadie que me consue-le… que me reanime!” (1:16a; RVC). “Pero el Señor es justo. ¡Yo me rebelé contra su palabra!” (1:18a; RVC).

“Me oyen sollozar, pero no hay quien me consuele. Saben mis enemigos de mi mal, y se alegran de lo que me haces” (1:21a; RVC).

(1) DESOLACIÓN DE JERUSALÉN

Noten en los vv. 1-9 las palabras: “derribó, no perdonó, destruyó, humilló, puso fin, cortó, quitó, olvidó, desechó, menospreció, echó, rechazó, quebrantó, desistió” (2:1-9).

Jeremías llora afligidamente al ver los es-combros de la ciudad. Durante 40 años instó al pueblo a que se arrepintiera, los amones-tó respecto a la destrucción venidera si per-sistía en sus malos caminos, pero ellos no se arrepintieron.“El Señor, en su furor, hundió a Sión en pro-funda oscuridad” (2:1a; RVC).

(2) CASTIGO POR EL PECADO

“Tus profetas te hablaron de visiones falsas… tu cautiverio pudo haberse impedido, pero no te señalaron tu pecado; más bien te engaña-ron con visiones sin sentido” (2:14; RVC).

En términos vívidos se describe la agonía del pueblo en su destrucción (2:10-14). Los falsos profetas destruyeron al pueblo al no condenar sus pecados en contra de Dios.

“El Señor ha hecho lo que se propuso, ha cumplido su palabra que había ordenado desde tiempos antiguos” (2:17a; LBLA).

(2) CASTIGO POR EL PECADO

Ahora es el pueblo, quien le pide a Dios que los considere, con la idea de ser perdonados y restaurados.

El profeta exhorta al pueblo a buscar a Dios: “Derrama como agua tu corazón ante la presencia del Señor” (2:19b; LBLA). Jeremías ve mas allá de los ejércitos de Nabucodonosor para ver la mano de Dios contra ellos.

“Mira, oh Señor, y observa: ¿a quién has tratado así?” (2:20a; LBLA).

(2) CASTIGO POR EL PECADO

“Yo soy aquel que ha visto la aflicción bajo el látigo de su enojo. Me ha llevado por un sen-dero no de luz sino de tinieblas” (3:1-2; RVC)

Jeremías describe todo el sufrimiento que ha vivido y suplica a Dios de manera apasionada (3:1-21).

(3) SUFRIMIENTO DE LA CIUDAD

“Tan amargo como la hiel es pensar en mi aflicción y mi tristeza… mi alma está del todo abatida; pero en mi corazón recapacito, y eso me devuelve la esperanza” (3:19-21; RVC).

Jeremías en medio de la aflicción y la ruina recordó que la misericordia de Dios nunca falla: "Grande es tu fidelidad”.

El pueblo reconoce que es por la misericor-dia de Dios que no han sido completamente destruidos.“Por la misericordia del Señor no hemos sido consumidos; ¡nunca su misericordia se ha agotado! ¡Grande es su fidelidad, y cada mañana se renueva! Por eso digo con toda el alma: ¡El Señor es mi herencia, y en él confío!” (3:22-24; RVC).

(3) SUFRIMIENTO DE LA CIUDAD

“Bueno es el Señor para los que en El esperan, para el alma que le busca. Bueno es esperar en silencio la salvación del Señor” (3:25-26; LBLA).

(3) SUFRIMIENTO DE LA CIUDAD

“Bueno es para el hombre llevar el yugo en su juventud” (3:27; LBLA).

“El Señor no nos abandonará para siempre; nos aflige, pero en su gran bondad también nos compadece. No es la voluntad del Señor afligirnos ni entristecernos” (3:31-33; RVC).

“El Señor dio y el Señor quitó; bendito sea el nombre del Señor” (Job 1:21c; LBLA).

“¿Quién puede decir que algo sucede sin que el Señor lo ordene? ¿Acaso lo malo y lo bueno no proviene de la boca del Altísimo? ¿Cómo podemos quejarnos, si sufrimos por nuestros pecados?” (3:37-39; RVC).

(3) SUFRIMIENTO DE LA CIUDAD

El pueblo confiesa sus pecados, reconoce que el sufrimiento que experimenta, viene como consecuencia de sus pecados.

“Desde el fondo de la cárcel invoqué, Señor, tu nombre, y tú oíste mi voz; no cerraste tus oídos al clamor de mis suspiros” (3:55-56; RVC)

“Examinemos nuestra conducta; busquemos al Señor y volvámonos a él. Elevemos al Dios de los cielos nuestras manos y nuestros corazones. Hemos sido rebeldes y desleales, y tú no nos perdonaste” (3:40-42; RVC).

(3) SUFRIMIENTO DE LA CIUDAD

El pueblo queda convencido de su pecado por los juicios que le habían venido, ahora se entristece y arrepiente (3:43-54).

“Te acercaste el día que te invoqué; dijiste: No temas. Abogaste, Señor, la causa de mi alma; redimiste mi vida” (3:57-58; RV60).

(3) SUFRIMIENTO DE LA CIUDAD

El pueblo invoca el nombre del Señor, pide su redención y restauración, reconoce que Él sabe de las maquinaciones de sus enemigos, y pide venganza sobre ellos.

La situación de los que murieron por la vio-lencia, fue mejor que la de los que murieron por hambre. Tan grave fue el hambre que las mujeres llegaron al extremo de cocinar sus propios hijos para poder comer (4:5-10).

Jeremías hace un recuento de lo crudo que fue el sitio por los babilonios. Faltaba comida en la ciudad, tanto para las criaturas como para los mayores (4:1-4).

(4) JUICIO AL PUEBLO DE DIOS

Todo esto fue porque Jehová había derra-mado su enojo sobre la ciudad por su pecado (4:11).

“Nuestros ojos desfallecen, pues en vano esperamos ayuda; en vano esperamos el apoyo de una nación incapaz de salvarnos” (4:17; RVC).

Ningún rey de Jerusalén ni príncipe, creyó que Jerusalén sería destruida, aunque los verdaderos profetas como Jeremías anun-ciaban que esto sucedería (4:12-16).

(4) JUICIO AL PUEBLO DE DIOS

Judá buscó la ayuda de Egipto, pero fue inútil. ¡Es inconcebible a lo que la gente se aferra cuando no tiene a Dios!

No existen los “pecados generacionales” en el cristiano. La Biblia lo deja muy claro: “El alma que pecare, ésa morirá; el hijo no lleva-rá el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo; la justicia del justo será so-bre él, y la impiedad del impío será sobre él” (Ez 18:20; RV60).

El pueblo está desvalido y en la ruina, el pro-feta eleva una oración desesperada al Señor.

(5) SÚPLICA A DIOS POR LA AFLICCIÓN

“Nuestros padres pecaron, y murieron, ¡pero a nosotros nos tocó llevar el castigo!” (5:7 RVC)

El pueblo le pide a Dios que no se olvide de ellos para siempre, sino que Él intervenga y haga que ellos se vuelvan a Él.

No hay mas gozo, sino esclavitud, violencia, trabajos arduos, deshonra, tristeza (5:8-18).

“¡Restáuranos, Señor, y nos volveremos a ti! ¡Haz de nuestra vida un nuevo comienzo!”(5:21; RVC).

(5) SÚPLICA A DIOS POR LA AFLICCIÓN

Si edificas tu vida sobre personas o cosas de este mundo, no tendrás esperan-za ni seguridad; pero si lo haces en Cristo, estarás seguro para siempre.

El juicio caerá sobre nosotros, en respuesta a nuestro pecado.

Olvidarse de Dios acarrea miseria y desolación.

Debemos de tener esperanza en Dios aun en medio de situaciones difíciles.

CONCLUSIÓN

Dios perdona toda nuestra maldad cuando nos acercamos a Él con un corazón humilde.El verdadero arrepentimiento se ve cuando odia-mos nuestro pecado por el daño que hace y deci-dimos humillarnos bajo la poderosa mano de DiosDios nos librará cuando clamemos por su ayuda (1 Co 10:13).

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Twitter Iglesia: @gcalvarychapel

Twitter pastor: @luchogarciaperuGracia Calvary Chapel

© Lima, 09 agosto, 2015