ovidio- cartas de las heroínas -carta decimoseptima, de helena a paris

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Cartas a las Heronas. Ovidio. Ed. Gredos (Slo para fines acadmicos) HELENA A PARS1[Si hubiera podido no leer lo que he ledo. Pars, salvara, como hasta ahora, mi condicin de mujer honesta.] Ahora que tu carta ha violado mis ojos, la gloria de no responder me parece algo banal. Te has atrevido, extranjero, a mancillar la sagrada hospitalidad poniendo a prueba la legitima fidelidad de una esposa! As que para esto te ha recogido el puerto de la ribera de Tnaro cuando eras juguete de los mares y del viento? No tuvo para t nuestro palacio cerradas sus puertas aunque venas de un pueblo distinto y lejano, para que la injuria fuera el agradecimiento de tan gran servicio2. Era husped o enemigo el que as entraba? No me cabe duda de que esta queja ma, aunque tan justa, ser tachada de simple segn tus criterios. Pues muy bien, sea yo simple3 mientras no me olvide del pudor, y mientras el curso de mi vida prosiga sin mancha. Si bien no pongo una expresin triste e hipcrita en la cara, y si no ando por ah sentada, huraa y con el ceo fruncido, pese a ello, mi reputacin est reluciente y he jugado hasta ahora sin pecado, y sin que ningn adltero haya hecho de m su trofeo. Lo que ms me asombra es la osada de tus intenciones, y el motivo que te lleva a hacerte ilusiones sobre mi lecho. O es que porque el hroe descendiente de Neptuno4 me hizo fuerza, ya por el primer secuestro parece lgico que se me secuestre otra vez? Yo tendra la culpa si hubiese consentido; pero si se me rapt, qu era lo mo, sino resistirme? Mas no se llev l el fruto que buscaba en su accin, y volv sin que pasara nada, fuera de pasar miedo. Unos cuantos besos nada ms pudo robarme y a viva fuerza ese atrevido: nada ms all tiene l de m. T, segn es tu descaro, no te habras conformado con eso. Gracias al cielo, l no era igual que t. Me devolvi intacta, y su comedimiento hizo menos grave su culpa, y es evidente que hoy se arrepiente de la ocurrencia de su mocedad. Teseo se arrepinti para que ahora Pars le siga los pasos: es que nunca se va a caer mi nombre de la boca de la gente? Y no me indigno quin puede enojarse con un enamorado?, siempre que no sea simulado el amor que dices. Aunque incluso de eso dudo, no porque me falte confianza en m misma, ni porque no sea bien sabedora de mi hermosura, sino porque la ingenuidad suele hacerles gran perjuicio a las jvenes, y se dice que vuestra5 palabra carece de valor. Pecan las otras y rara es la casada que es fiel. Pero quin impide que mi nombre est entre esas pocas? Quiz porque mi madre te ha parecido buen modelo, esperas que yo, segn su ejemplo, tambin pueda caer: en lo que hizo mi madre, burlada bajo una falsa apariencia, hubo un engao, porque el adltero1 Detallado anlisis de la elega en FISCHER, Ignotum hoc aliis..., pags. 100-152. Tras la pormenorizacin de la estructura, la autora ve la elega dispuesta bsicamente en torno a dos secciones: tras la introduccin (1-10) comienza la discusin de los argumentos de Pars (11-140), a la que sigue la discusin de los deseos y planes de Helena (141-268). 2 No debe considerarse (a pesar de los editores) interrogativa la oracin que encierran los vv. 9-11 (Socas). 3 Pars llam 'simple' a Menelao en 16, 221 (rusticas) y a Helena en 287 (rustica). 4 Teseo fue el primer raptor de Helena, cf. Her. XVI 327 ss. 5 La de los hombres.estaba escondido en sus plumas6. Yo si pecara no puedo haber ignorado nada, ni habr engao ninguno que ampare la culpa del delito. Bien le fue a ella el engao, y corrige su falta gracias al autor; pero quin es aqu el Jpiter gracias al cual se dir que he sido yo afortunada en mi culpa? Presumes de linaje, de antepasados y de reales apellidos; esta casa es ya suficientemente grande por su propia nobleza. No se hable de Jpiter, bisabuelo de mi suegro, y de toda la casta de Plope el Tantlida y de Tindreo; Leda, engaada por un cisne, me da por padre a Jpiter, aquella que acarici, ingenua, en su regazo a un ave fingida. Vamos, ponte a hablar ahora de los remotos ancestros del pueblo frigio, de Pramo y de su Laomedonte! Yo los estimo; pero el que es tu mayor gloria es el quinto, y ese mismo es el primero contando desde mi persona7. Aunque piense que es poderoso el cetro de tu tierra, no creo con todo que ste sea menor que el tuyo. Si bien es verdad que este lugar es superado por vuestras riquezas y vuestra multitud de varones, no es menos cierto que tu pas es brbaro. Desde luego tu rica carta promete tan grandes presentes que podran conmover hasta a las mismsimas diosas. Pero si de verdad quisiera traspasar las fronteras del pudor, t seras mejor motivo para mi delito. O yo conservar por siempre mi fama sin mancha, o bien te seguir a ti, ms que a tus regalos. Y as como no los desprecio, del mismo modo los regalos mejor recibidos son siempre los que el donante vuelve valiosos8. Mucho ms es el que me ames, el que sea para ti el motivo de tu esfuerzo el que tu esperanza venga atravesando tan inmensos mares. Tambin noto esas cosas9 que haces, malvado, ahora cuando estamos a la mesa, aunque intento disimularlo- cuando ora me miras, lascivo, con tus desvergonzados ojos, cuya apremiante mirada apenas pueden soportar los mos, ora suspiras, ora coges la copa que esta a mi lado y por la misma parte que yo he bebido bebes t tambin. Ay, cuntas veces he notado que con los dedos, que con las cejas, que casi hablaban, me hacas seales ocultas! Y muchas veces he temido que mi marido las viera, y me he ruborizado con esas seales mal disimuladas. Muchas veces en un murmullo, o entre dientes, me he dicho: A ste no le da vergenza nada, y esas palabras han resultado verdaderas En el redondel de la mesa he llegado a leer debajo de mi nombre un te quiero que con vino haban trazado unas letras. Me negu a creer lo que mis ojos se negaban a admitir Ay de m, que ya he aprendido yo a poder hablar de la misma forma! Si tuviera que caer, caera ante esos halagos: ellos s podran conquistar mi corazn. Confieso que tienes adems una belleza poco comn, y que una muchacha puede muy bien querer caer en tus brazos. Pero es mejor que otra tenga esa fortuna sin pecado, y no que mi pudor se rinda a un amor extranjero. Aprende con mi ejemplo a poder pasar sin las cosas bellas; es virtud abstenerse de bienes placenteros10. Cuntos mozos crees que hay que desean lo mismo que t deseas? O es que Pars es el nico en el mundo que tiene ojos para ver? No ves t ms que nadie, sino que a ms te atreves, temerario; no tienes ms corazn, sino ms cara dura. Quisiera que hubieras venido en tu rpida nave en aquel otro tiempo en que mi virginidad era el blanco de mil pretendientes. De haberte visto a ti, habras sido el primero de todos, hasta mi marido dara su venia a mi6 Jpiter, que con la apariencia de cisne sedujo a Leda. 7 Jpiter, padre de Helena, y antepasado de Pars, aunque en sptima, no en quinta generacin. 8 Reverso del motivo elegiaco de la amada codiciosa; sobre el tpico en su forma usual, vase F. NAVARRO ANTOLN, La amada codiciosa y la Edad de Oro, Mem. Licenciatura de la Universidad de Sevilla, 1991.315 9 en la elega amatoria hay todo un cdigo de seales secretas entre enamorados (escribir en la mesa con gotas de vino, seas con el entrecejo, dar vueltas al anillo, tocarse el lbulo de la oreja) sobre ello versa el pasaje que sigue, cf. tambin Amores 14, 17-20, Arte de amar I 569-578, entre otros. Vase alusin a este lugar en la elega anterior (Pars a Helena), verso 258, donde Pars habla de estas seales ocultas que aqu se detallan. 10 Mxima estoica.veredicto. Llegas tarde a un deleite que ya posee otro dueo y lo disfruta. Has sido lento11 en tu esperanza; lo no que vienes a buscar es de otro. Sin embargo, aunque deseara convertirme en tu esposa troyana, tambin es verdad que Menelao no es mi dueo contra mi voluntad. Deja, por favor, de trastornar mi delicado corazn con tus palabras y no hagas dao a la que dices amar; deja que se preserve el destino que la fortuna me ha dado y no te apoderes del afrentoso despojo de mi pudor. Pero dices que Venus te lo ha prometido y que en los valles del alto Ida se te mostraron desnudas tres diosas; y que mientras una te ofreca el poder y la otra la gloria en la guerra, te dijo la tercera: Te har esposo de la Tindride. En verdad doy poca fe a que los cuerpos celestiales sometieran su figura a tu parecer. Y aunque eso fuera verdad, de seguro que la segunda parte es mentira, donde se dice que yo ser entregada por premio a tu veredicto. No estoy tan engreda con mi cuerpo como para pensar que he sido el mximo galardn a juicio de una diosa. Mi hermosura se contenta con gustar a los ojos de los hombres; la alabanza de Venus me expone a envidias. Pero no intento desmentirlo: tambin me confortan esas alabanzas; por qu iba a negar mi voz lo que deseara que fuera cierto? Y no me reproches el que me haya costado mucho creerte; a las cosas grandes suele concedrseles tarde el crdito. As pues, mi primer goce es haberle gustado a Venus, y el segundo el que t me hayas considerado la mejor recompensa, y que no hayas puesto los privilegios de Palas y Juno por delante de las bondades de Helena, conocidas de odas. As es que soy para ti el valor? As es que soy para t el poder12? Sera de hierro si no me enamorara yo de ese pecho. Creme, no soy de hierro, pero lucho por no enamorarme de aquel que no creo que pueda llegar a ser mo. Para qu abrir surcos en la esponjosa playa con curvo arado13, y dejarme llevar por una esperanza que el mismo suelo me niega? No s una palabra de enredos amorosos, y con ninguna maa he burlado nunca a mi fiel esposo a los dioses pongo por testigos Esto que hago ahora de encomendar mis palabras a una carta secreta, es un desconocido servicio que cumple mi letra. Dichosas las que tienen costumbre! Yo que ignoro todo esto me figuro que es tortuoso el sendero del pecado. Y el mismo miedo me hace dao, porque ya ahora estoy aturdida y creo que todos los ojos estn fijos en mi cara. Y no lo creo en balde; ya he sentido las malas lenguas de la gente, y Etra me ha contado algunas de las hablillas. As que t disimula, a no ser que prefieras echarte atrs. Pero por qu desistir si puedes disimular? Sigue el flirteo, pero a escondidas; tengo mayor libertad, pero no sin lmite, por la ausencia de Menelao. Es verdad que l se ha marchado lejos, por un asunto ineludible; el motivo de su sbito viaje ha sido importante y justo...Oa m eso me ha parecido. Cuando vi que dudaba si irse le dije: Vete, pero intenta volver cuanto antes. Alegre por el presagio me bes y me dijo: Hazte cargo de todo y de la casa, y tambin del husped troyano. Apenas pude contener la risa, y mientras lucho por contenerla, slo pude contestarle: As lo har. Y as fue como l ha puesto sus velas, viento en popa, rumbo a Creta; pero no pienses por eso que ya hay va libre para todo. Mi esposo se ha ido de aqu de tal forma que sin estar me vigila. O no sabes t que son largas las manos de los reyes 14? Lo de mi fama supone tambin una carga, pues mientras ms devotamente andan mis alabanzas en vuestra boca, ms razn tiene l para temer. La misma gloria que, como ahora, me halaga, me hace dao, mejor hubiera sido engaar como fuera a la fama. Tampoco te asombres de que me haya dejado aqu contigo al partir; l confa en m por mi carcter y por mi conducta. Tiene miedo de mi belleza, pero confa en mi conducta: le da seguridad mi honestidad, pero11 Spes tua lenta fuit, cf. los diversos matices en nota a 1, 1. 12 Los privilegios que le haban prometido a Pars las diosas Palas y Juno, respectivamente. 13 Tarea proverbialmente intil. 14 Proverbio.mi belleza le hace temer. Me recomiendas que no malgastemos un tiempo que se nos ha regalado, y que aprovechemos la condescendencia del simple de mi marido15. Tengo ganas y miedo, mi voluntad no est lista todava; mis sentimientos se debaten de un lado a otro. S que me falta mi marido, s que duermes t sin compaera, y s que me atrae a m tu hermosura y a ti la ma. Y se nos hacen largas las noches, y ya nos hemos unido en conversacin, y t, pobre de m, eres seductor, y una sola es nuestra casa. Que me muera si no nos invita todo al pecado; pero a m me retiene no s qu miedo que no puedo explicar. Ojal supieras obligarme a lo que con tan poco xito me persuades! Por la fuerza tendra que arrancrseme mi simpleza16. Algunas veces es bueno el ultraje para los que lo sufren; la verdad es que sera para m una suerte el ser forzada. Pero mejor luchemos contra el amor que ha empezado, ahora que es joven; el fuego reciente se vuelve a asentar con poca agua que se roce. El amor de los extranjeros no es de fiar: anda errante, como ellos, y cuando crees que no existe cosa ms perdurable, echa a correr. Prueba es Hipspila, prueba es la muchacha Minoide17, las dos burladas con la promesa de lechos que no llegaron. T mismo, desleal, se dice que has abandonado a tu Enone, a la que quisiste tantos aos. T mismo no lo niegas: por si no lo sabes, mi mxima ocupacin ha sido enterarme de todo lo relativo a ti. Smale a eso que aunque quisieras seguir siendo fiel en tu amor no podras, porque los frigios aprestan ya tus velas. Mientras discutes conmigo, mientras se prepara la noche ansiada, habr llegado el viento que te llevar a tu patria. En mitad de su carrera dejars unos devaneos llenos de novedad, y con esos mismos vientos se irn mis amores. O es que voy a seguirte, como me sugieres, y voy a visitar Prgamo, tan alabada, y voy a ser la mujer del nieto del gran Laomedonte? No, no desprecio lo bastante los pregones de la alada fama como para dejarla que llene el mundo de mis escndalos. Qu podra decir de m Esparta, o toda Acaya, qu no diran los pueblos de Asia y tu misma Troya? Qu pensara Pramo de m, y qu pensara su mujer, y todos tus hermanos y sus esposas Dardnidas? T mismo, por qu podras esperar que yo te iba a ser fiel y no ibas a sentir angustia ante tu propio ejemplo? Cada vez que un desconocido arribara en los puertos de Ilion te sera causa de inquietud y de temores. Cuntas veces al irritarte me llamaras adltera t mismo, olvidando que en mi acusacin est incluida tambin la tuya? Te convertirs a la vez en el autor y el censor de mi delito. Pido al cielo que antes que eso la tierra cubra mi rostro. Que disfrutar de las riquezas de Ilion y de esplndidos vestidos y tendr obsequios ms abundantes que los que me has prometido? Que tendr prpura y caros vestidos y llevar puesta una fortuna con ese montn de oro encima? Perdname si te digo que tus regalos no valen tanto; hasta esta misma tierra, no s de qu modo, me retiene. Quin saldra a defenderme en las riberas frigias si me hacen dao? A dnde ir a pedirles ayuda a mis hermanos, o a mi padre? Todo le prometi a Medea, Jasn18, el embustero: y evit por eso Medea que la echaran de la casa de Esn? No estaba Eetes para que volviera a l, repudiada, ni su madre Ida, ni su hermana Calcope. No es que tema tal cosa, pero tampoco Medea lo tema; la buena esperanza se engaa muchas veces en lo que a s misma se augura. Encontrars que todos los barcos que ahora se tambalean en alta mar tuvieron aguas tranquilas al salir del puerto. Tambin me aterra la antorcha ensangrentada que tu madre so que para la vspera de darte a luz. Tengo miedo del vaticinio de los adivinos, porque se dice que ellos han presagiado que Ilion arder con el15 Recoge as las palabras de Pars en 16, 312. 16 Vase nota al verso 15. 17 Ariadna, hija de Minos, abandonada por Teseo; alusin literaria a las cartas anteriores (Her. 5, Enone; Her. 6, Hipspila; Her. 10, Ariadna). 18 Sobre el abandono de Medea por Jasn, cf. Her. 12. Esn es el padre de Jasn; Eetes, el de Medea.fuego pelasgo. Y as como Citerea te ayuda, porque result ganadora y logr doble victoria19 gracias a tu juicio, igualmente tengo miedo de las otras dos que, si no es inventada tu proeza, no ganaron su causa por tu veredicto; y estoy segura de que, si te sigo, se prepara una guerra; nuestro amor se desarrollar entre espadas, ay de m! Si Hipodama la de trace forz a los guerreros hemonios20 a declarar una guerra salvaje a los centauros, crees t que Menelao tardara en dejarse arrastrar por una clera tan justa como la suya, y los Gemelos, mis hermanos, y Tindreo? Y en cuanto a eso de que presumas y hables de proezas, te dir que esa belleza tuya no se amolda a tus palabras. Tus miembros son ms propios para Venus que para Marte. Que los valientes hagan la guerra! T, Paris, ama siempre! Dile a Hctor, al que t alabas, que luche en tu lugar; a otra guerra conviene que t consagres tus energas21. Yo las aprovechara si fuera lista y un poco ms decidida, como las aprovechar cualquier otra mujer, si es lista. O quiz me espabile yo, dejando a un lado el pudor, y te rendir, vencida por la ocasin22, mis manos23 que tanto han dudado. Y en cuanto a eso de que hablemos personalmente de esto a escondidas, te dir que s qu buscas y a qu le llamas charlar. Pero corres demasiado y tu cosecha no ha hecho ms que brotar. Quiz esta dilacin sea aliada de tus deseos. Ya no ms; que mi carta, cmplice de mis furtivas intenciones, detenga su secreta labor, pues mis dedos ya se cansan. Lo dems lo hablaremos a travs de Clmene y Etra, compinchadas, que las dos son mis criadas, y mis buenas consejeras.19 Sobre Juno y Minerva en el famoso juicio de Paris. 20 Los guerreros hemonios son el pueblo tesalio de los lpitas. La lucha de los lpitas contra los centauros se desencaden porque durante las bodas de Pirtoo e Hipodama el centauro urito, borracho, trat de violar a Hipodama. Esta Hipodama no debe confundirse con la esposa de Plope; trace, ciudad de Tesalia, ha de entenderse como sincdoque por la propia Tesalia. 21 A la militia amoris, tpico de la elega amatoria. 22 Dos posibles interpretaciones de tempere, vencida por la ocasin (ausencia de Menelao), o con el paso del tiempo. 23 En seal de esclavitud, metfora tomada de la ceremonia del triumphus, aqu, por transposicin, el triumphus Amoris, en el que los vencidos, los enamorados, se entregan al servitium o esclavitud que deben al Amor.