osteologia cultural

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OSTEOL O GIA CULTURAL PRA CTICAS CE FALl CAS PROF. PEDRO WEISS 2da. Parle Ti ología de las De fo rmaciones Cefali cas - (' " tu r.l de lo s Tipos Cetálicos y d algunas Enfe rmed aJ ..:s Ose _. LIMA - 1 6 1

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antropología física

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  • 1. OSTEOL O GIA CULTURAL PRACTICAS CEFALlCAS PROF. PEDRO WEISS 2da. Parle Ti ologa de las Deformaciones Cefalicas - t:.~tlldlo (' "tur.l de los Tipos Cetlicos y d algunas EnfermedaJ..:s Ose _. LIMA - 1 6 1

2. U M A RIO pago INTRODUCCION I-IV Estudio Cultural de las deformaciones o. oo.... o...... . ..... o. . . . . Antece entes del Estudio Cultural ooo. o. oooooooo.. o. ooooo.. . o. ooo 8 Material y Mtodos - Camino a la Tipologa ... oo. oooo, . o. . oo, o. 10 Cuadros Sipntieos de los sistemas y tipos peruanos de deformacin 18 Cunas deformadora y raigambre costeo de la deformaciones por cunas 21 Del llautu en general y como sistema deformador . o.. . . o. . . o. , .. , 25 De cripcio del mater ial arqueolgico peruano de deformacin cef lica ...... . ... oo. o. > o.. . . . . .. . .. .... . o. . . . 26 Descripcin en extenso d los tipos peruanos de deformacin ceflica 45 Maneras de hacer las represen taciones tipolgicas y t rminos usados 46 Tipo de deformacin por cun a 51 Tipos de deformacin por llautu 58 Deformaciones por sist m as esp cial s : Tipo Huaura (por error dice H uara) ... o. . . o..... o.. ... . ... oooooo, 91 Tipo Palta .. o. o. o.. o. o. .. . o . . . .. o. o...... . .... o.. . .. o.... , o. oo. 95 Extensin en el Mundo, Origen y Mviles de la Costumbre de defor mar 101 Los gobernantes Incas y la costumbre de deformar las cabezas 106 La Cultura Tiahuanaco a la luz de las deformaciones ceflicas 15 Tipos de la deformacin Tiahuanaco dentro y fuera del lugar de Tiahuanaco . o. .. .. . .. . . . . . . oo..... . .. ooo..... o. o. oo. 119 Tipificacin de las deformaciones en la cermica A ntropomrfica 122 Espongio Hiperostosis (Osteoporosis simtrica ) o... .. . oo. oo..... . o. 125 Os eoma del Conducto auditivo . o. oo.... . . . o, o... . . . o. . . oo. .. .. oo 127 Una cunita deformadora adaptada como aparto cef lico .. . ... o. . .. 132-133 3. OSTEOLOGIA CULTURAL 2do. Libro. Prcticas Cef~ licas: a) Deformaciones 1n tencionale de la Cab za. h) Paleopatologa. PROF. PEDRO WEISS INTRODUCCION Yo hemos definldo en otra oportunidad (79 ) lo que entendemos por Osteologa Cultural. Resumiendo, es el estudio e las alteraciones de los huesos ya sean de causos intencional s (deformaciones, trepa .1Ociones, cauterizaciones, etc.); a mbientales ( camb ios por faclores stressontes o nutriciona les y patolgicos ) enfermedades : tumores, in acciones, etc., consideradas como rasgo, a socindola s Q la poca, la regin geogrfica y rastreando las posibles asociaciones con otros ca racteres. Hicimos ver que en el Per, la 1se m nacin de las dIferentes tec nicas y escuela s de trepanar; sus asociaciones fijas, con la s cabezas deforma das o no deformados, proporcionan valiosas referencias arqueo lgi~as e histricas. En el mismo terreno de la Osteologa Cultural se puede lograr ms informes, precisanc'o los tipos culturales de formas de cabezas y siguiendo la difusin de sus asociac ones con las diver sas tcnicas y usos de las trepa naciones, crJlos y posibilidades. El estudio de las lesiones seos y de las hue llas de intervenciones mdicas en el crneo (treparlOciones, cauterizaciones, elc.). qued co mo tema propio de la Histona de la Medicina, sin especular sus cualida es de tcrucas e ingredientes culturales iJar otro lado, los crneos deformados posan a manos de los antro plogos fsicos para ser estudia dos como rounas, a base del rigor de os medidas y generalizaciones muy simples sobre las tcnicas defor madoras, suficientes para ordenar ejemplares de anaqueles, pero sin '1lcmlficado m utilidad en el diagnostico e h istoria de las culturas. s deformaciones artilidales del crneo, las trepanaciones, las c:aulerizaciones y los amuletos de rodajas craneana s, son elementos Nl'lolilicos del Antiguo Mundo que aparecen en America desde pocas amolas, habiendo alcanzado desarrollo mximo en el Per. Conside rCltldo cualquiera de llos, por s solo y sin discriminar sus moda lida des y asociaciones, no hay inconveniente en suponer que fueron inven tados separadamente en cada luga r donde se les encuentra. El 'arte de Iwp(lT1or pudo desarrollarse en lugares distintos, como consecuencia 1 ~lSO de c1erlas armas rompe-crneos. La lendencia humana a tor I!Olll'Jlfil3 con aluendos o deformaciones del cuerpo, por el deseo de Ilslilf(lllirtlo o pareCE: 1 ms que Jtros, es muy ostensll.l. r" lraonside lrnRoDucCION l.1l con los que se difunden formando compleJOS. A1:,j tambien, cuando e l studio circunstancia do de las tcnicas reve la la repeticin de facIares omplelomente innecesarios, Se pudo repetir m ucha s veces el invenlo de una manera de curar o alivia r un padecimiento, como S9 puede repetir a distancia una su persticin. En cua lquier lugar de la tierra se le pudo ocurrir a alguien quemar o irritar con ortiga la p iel. para aliviar una congestin inter na. El hecho no tiene ma yor tra scendencia que el que la s brujas de Macb eth y los de los Incas invocaron los sapos, los b uhos y hasta los ga tos, q ue pueden ser nuestros Jaguares. La escena Iro, del 4to. acto de Ma cbe th : Bruja 39 El buho grita 'llego la hora Bruja 19 Sapo q ue en piedras sombnos veneno has amontonado dumtiendo freirla y un da:; danos tus exlra,s fros para el caldero encantado. (trl lb lan caidero por olla de barro, se puea..:: encontrar en Ca la nctln , jll q llp fuese necesario que las brujas peru OTlCTS , aprendiesen de lO~l '[""/I(>II(ls. NlrlCJ )J rito mas ar[qutl y Universal que e l da embad urnar lo:" . rr"!,'IVf'rpS Con rojos vennellon, que fue ya gellerol en el Pnleoll lic'o Ic,r, habiendos61e verificado "n mslos {os], '8 de IlIglmerrn ( In Bajo d,') PClvilond i; ell lJllO de Jos esqu,,!I;tos dp Grima Jd i, ':)1~ ,)[ vO illml, 'TI e l d@ B'JOlll ~ 1 Torre, en ( 1 d" el' ...[j i< r'rr"jl l, 0l' T('I.J:;: " 1, " . lld(l V. r, 1" y el r , 'Id l' lfedr r:, Al) 1011 5. IV PEDRO WElSS de colocar lminas de cobre en la cara o en la boca y ms menos 500 aos posteriores a los restos tambin embadurnados de rojo de Tres Sapotes en Mxico. Tradicionalmente los Emperadores de la China, has- el ltimo en nuestros das, se enterraron tambin con el color escarla ta. A. Houghton Brodrick ( 19) de quien son los datos que insertamos, menos los referentes al Per, se pregunta: que significa tal extensin. Los mdicos pueden contestar: aisladamente no por necesidad, prsta mos o contaminacin, porque el hombre parece que asocia expont neamente el roio, color de la sangre, a la vida y lo pone donde desea que persista o se incremente el espritu vital. Los embalsa madores de oficio recargan el tinte encarnado de sus infusiones y la s viejas peri cos el de sus labios. Muy distinto es el caso de la repeticin conjunta de varios ele menlos, como ocurre con las deformaciones, trepanaciones, cauteriza ciones, rodaias craneanas, que se encuentran en uno y otro Mundo, re pitindose en algunos de llos factores innecesarios O cuando se pue de seguir la dilusin de una operacin estereotipada , como la trepana cin Supra-iniana, que equiva le a un rito, ms si se le encuen tra fii a mente asociada a un tipo de deformacin o a otro rasgo semejante. An las asociaciones fijas con determina dos tipos de deformacin as sea nicamente con la hemates o el verde de cobre en la boca. En tales circuns10ncias la O steologa Cultural ofrece testimonios dfl Igual valor a otros de la Tecnologa y del Folklore. 1 ESTUDIO CULTURAL, ARQUEOLOGICO DE LAS DEFORM ACIONES CEFALICAS y LOS APEROS DEFORMADORES PERUANOS Finalmente que las formas de las cape zas tenan muchas invenciones y nj~ guna provincia, al menos de las prin cipales haba que no tuviese forma cil' ferente de las otras de cabezas. De las Casas. Apologtkfl La deformacin de cabeza tiene m ut'lw im.portancia en arqueologia. El homltn se deformaba la cabeza de modo 111(mle, a lo difundido y a rraigado q u e e staba e l hbito de deIorrnur 1, J:I cabezas de las cria tura s, entre los a borgenes peruanos, en la ('po 1 dI;! la Conquista y lo que es ms importante para el estudio dl:.: IlIs Jrctic:as al uso de moldeados proplOS, como divisas de las disDlas Noo lt1Tl0S O Provincias del Imperio. Esta lUma partic ularida d, confirmada por los arquelogos r)T1 lr:l n,,){Jlda que le han p uesto a tencin, poniendo en eVIdencia forrnas d bozo~ propias de divE'Tsas pocas y lugares dtd lp.rrilorlo, confine CJ t1!l dE/{ormarlones inlers primordial como raSCJO d 1 Nota: 6. para desarroigarlo, demuestra coincidencia, sino lo Uf "n klS nicos fl 11 !J II' 1 t i"tI 3, ,I RonnlO[,ok (76) , O Tl (11' "ro deformador C1 111 1 cr'lbezas lo del huaco ele la fjg 1,'Iit n' quo Jos indios Polta y l'! bul"do hacia ambos lados de la tdl 11Iprtomente 10 P')[ bandas o J,HIDr. e1al C" l'mico Fig , 13 no I lo cual llevan ,,_, "11 , .[1 "11 11 llltl/l l)I IJJq POI :w; wrjl)JI{!r. rt "l l jj~ 11'1 ,~: I(JJ ., U!liJo 'l 1m, lntlll u,n B,1io ,)1 Inblo 11, VC't LU lll 'JI uasa lornbalCl, Y T l ul ll lJ ile' d,.)1 Jllefl lon, por a lc;n f op l i r~ dlbllj(J IHIU llCncl id urrr transversal q ue sirnu prza deJormodo, es parte dE' uno que aparece presentando al JlI un grupo de cOTtesanos ricaJllnn tombir debrmadas, La actitud del !'lu 2. Manta usaban un corte do cabeza, para resaltor ocha t.lda de adelan te a atrs (nueslJ o I abezas deformes de la cermica AlH 1un tocados que destacan su tipo, parecen tener menos dE: CW tlJi' todava tocados sendos aperos deforrn"d, I nle ms como divtso QU6 por necesidad de la d Jiu !11I' [ :HC[l100logla conlmna por su parle, que iae; cabezas deiorl l1t l aparecen y desaparecen al oZW '-m antiguos culturas peruanas. Hubo gente ql.H t;l que no lo haca, habindose la costumbre difundido, los grupos de manelO general o parcia!, proba1;>l como distintivo de estrotos o categoras socia las. Jc)O ji) Joa df> delormacin no mTH;'ilJ do las IfIc,1 )rl y olw IrmlfO do Oro en Caete: Lmina XXVIII ( 33). El ndJfl l(' HIjO eIttI!O, (on tendencia a bilobarse, 10 hemos eocontmdo .;:n rt'r,t lliJelltl 1I A'lcn y Chancay. r J) SI>Jwarl (55), ha con tribUIdo a la determinacin dtll lil )O 1, I , Ir, van ms referencia que la del 1ugar de origen. Co " t,mdlo !ns valiosas adquisiciones de Kroeber y con los propias so fl t'l (fOI ti, 's de Paracas, Cupisnique, Chim, Nazca, etc. Slewarl Jo JI)dur:done:;l acertadas. No r !((IlI OS capacitados para rastrear las lneaa de difusin da los :1t;>(OInH l' '1'11!" 9 rti d6 otros rasgos de la Osteologa- Cultura l. La fina IIckd It I 111. Ir"bojo es mcamente ha.cer resaltar la importa ncia dal lomcl y , oI r ' r Jo que nos parece la nica manera de entenderse, so lf' cabeza tpicas de cada poca y cultura. Tr ms 0116. llono en el campo de la orqueologla y por lo tarllo s.o . de nuestras pOSibilidades, quizs de las dI' cualq1Jinrct por su maqnilud y com pl"ji,lad, mas es f'1'c>Ll,' p~rsOlln. 10. 111 ['1:0110 W IlBI. N., (IUI'lI.:") ,tc ('slas lim1trrConGs, creemor, ' Tl II' jo" ~ diir;'1 ,[1( 10: flll trC' ( 'UI?TpClS eSli r" dos ron cabezas oblongas no dril; " ,11, " / 1 , ,'J, . km ( 'sgUf'! lr,jos encontrados en los tumbos de los Chim pr il llil lv,1n, 10r Kroeber y Sle wort, y los cabezas con deformacin fronto-occipila1 y ~IJerpos do blados. verificado por Stewart en los restos de Cupisnique. no son da las ba lodis. sino significativos. por los que mediante los metodos de la Osteologa Cultural se podra rastrear troncos y races de grandes in fluencias, La s tumbas Chavn tiltimamente exploradas en Ancn parecen iguales por su construccin y restos seos a las de Cupisnique. Como I;sla s. son Simples huecos en el suelo, conteniendo esqueletos en posi cin cbito lateral, con los piernas flexionados. Los crneos tienen de (onna cin cuniforme de tipo Cavernas. Fig. 14. Cuando Kroeber verifica que en la Edad Media de lo Costo Norte nredominaban los crneos: "alargados, deformados, por compresion y vendaje", nos comunica un rasgo ms de la influencia Tiahuanaco. PI mismo rasgo encuentra Latcham, en lo extensin sur en el terrItorio d1ileno, de eso mismo cultura Tiahuanaco, Los crneos de la Lmina XXXI del Museo Chicln, deformados por llautu con almohadillas, repitiendo tipos de Paraca s, podran ser o los que se refiere Kroeber y los increibles de Trujillo que mencion Virchow. En puridad, pocos arquelogos han seguido las corrientes de difu sion, con las culturas, de los dife rentes tpos de deformacin, como .Rira rdo Latcham ( 35), en sus excavaciones en el Norte de Chile. Sus anotac'iones tienen particular valor paro fijar culturalmente los tipos, por tratarse de una zona de influencia marginal. Es l stima que por haberse confiado a la nomenclatura de 1mbelloni, sea imposible espe 'ificar SIempre las formas a que se refiere . No sugiere ninguna duda ( ucmdo a socia la circular Almara a la difusin de la cultura Tiahucma 'f' en ChUe; pero cuando dlee que la propia de la Atacamea indgena " ) CJ lo tabular oblcua , podemos figurarnos ms de una de las formas p Ol i lonas. T. D. Stew art califica de tabular oblcua el tipo Nazca y ms se a justa ese nombre al de Necrpolis, que es muy distinto. m MATERIAL Y METODOS - CAMINO A LA TlPOLOGIA El material osteolgico de los museos peruanos no ha sido todava I1v.nwnlcmente ficha do, ni se g uarda en condiciones adecuada s po 11 sido pral 1l10f1 1< 13, 1" ....1' 11111I1"r" ,~ " " .;,1; ", ll ld", .~;1' j I11/ II, , 1 d Irrjw'a lrJq ir'rJ. d" Ifl;,111J lel (uqueoJocdo. '[1< 1011 da Jnbellon i el:; 1u q u(> h(1 10Clrcldo s los trabctlos sobre deformaclonl?t, Imbellon l, sobrr: deformaclOn(:/::!, lr.lfllll nldo5 '.m ki llJluT' 'scrnle obra de Dembo ( 13 ). r:t~ 1 {JSit)ctOtl dol problema y contienen la documentcrcion II'll!.:11 10 , SU3 lnXO IOS corresponden a formas reales dE! y por 111ilel! Wl acomodo logico de variedades de cualquiera 1 ullc.lclIto InxOl mlco de reparos sutiles y la posible onoItltrtt"os dilictles. ra el estudio arqueolgico del material ~I cobo, "u clasificacin y doctrinas, no NI (iplkrlcln: Sus mapas de lo s deforma ciones rlcie, lomando como dominante, inmensas rol:.rlr:r r'll1 y r.u ~stf('!tlflcmon en el correr de los siglo~>, .11 I~s ohvio que si la plstica cons!1uye un rasgo, In h,l Illtur n y tlO et lugar. I r~ or;10. (liINer1r.:ia~ ctio16gkns q ue en el Per son trascodCll f 1(13 cl o acom odo de alguna parte del aporato defor Illndor, sin descartar la posibilidad, do que algunos, puedan deberse rr sislemas distintos, le que al demostrarse, hara pasar la variante a lipa. En este sentido nuestro sistema fundamentalmento emprico, deia :-;us p uertas abiertos paro las posibles comprobociones arqueolgicm; venideras. En realidad procuramo::: hocer camino por donde ya otros andu ViI'r::m, quizs a CC1rnpo traviesa. Las formas Nazca, Cavernas, Necrpo lis e 111('1'1 Costea SO:1 famUiares para arquologos peruanos habituados 11 Imbaj,., de campo, IV CUADRO SINOPTICO DE LOS SISTEMAS Y T1POS PERUANOS DE DEFORMACION Correlacionando 105 hpos y sus variantes con el materlal arqueo IOg ico de deforrnaClOl1 cef6lica, se nos hizo posible sobrepasar la ti ,JOloga, empiri ra. formulando una ordenacin cultura! de aperos y ! IO:l!lcas peruanas, ~on mas puntos de apoyo obietvos, geogrficos y IIl1n histricos que 'Iros. En los cosos ms felices se pudo an confir tnar relaciones ;~nre formas y sistemas y entre formas sis temas y cul ILlTas por 01 hallazgo a rqueolgico de aperos deformadores puestos en. kl (lClbezo de nios. A contirtua'~Jn exponemos sucmtamente los tipos ordenados se lun sus :;istemos supuestos. En el prrafo V III cor lo descripcin de lo:.; lipos, lo hacemos in extenso. 1.(1 divlsi6n yenrica de mayor alcance de las delormac.iolleS p,' 11 1( 1110:, es lo que sepo--o 105 plasmada s por cuner, de las producidas () I a lllnrros (; llC:'Illlu. Los d,-formaciones por cunas snn costeas las por Iloutu serranos, Aporle hay formas de cabezos que se explican ion por aparatos especIales conocidos por la orqueologa. Lo dllor mclncion de deformadas p or cuna y pN llaulLl nos pl'o 1 ,(IfCI~Il(.l UII,' re erencia valios:) y siempre o la m :111' , poro disting uir lelB CUIl Ui'C1S c..:oslenas de las de origen serrano, y en casos rastrear su de dlusin y an esferas de m fluencia social. Es uno le Oc~le()lol;JICI Gull l tHI!. 11l ,1'1] 111 1 1[ 1 '1./ flDHO Nv 'J 'wcm 1 q; J.lL;FOHMAC10 N POR CUNA ;) dI' la l:O dt IIl. poca - (Pl'c-c!rlmi E ng-eJ de Asa y Culebras, (11'(:;1'1111 1 VI Pi l 'tlsl('ll bl de la 21 poca - r esurgimien to de las culturas locales du(cit'ntes par a decidir si la mayor anttl'dn WI~I " ~:11 lu qe ll d i ' :,U,lf l:< : iI Jld o IIAlU r lid. a (1 1:'1.1I1dcl3, !.!l..ll > . SO l/lolduClbo el!.' J i;tiu l!.l Jonllo , l 194 1) . por unu C'l tt-I que l "e lUo~; P tl , 1 lI I~ I I JI' Ii.:Ji " 1/" 11. Slewart (55), previ el origen ig ual de los [mlnCI~, oN"'i ~ttn I Ol; ( I, . , costena) y fron lo-ocdpitalos de la Costa N orle, "dependiendo IrI dif, rencio de grados v ariables, que hacan que no siempre lel cleJOfJ JluC'ICI'1 ron tal fuese perm anente". Observando con detencin las colecciones d e crneos defol l ll'l(l(l por cuna, se ve que nunca contienen exclusivamente una dr I,,~, 1'~1 mas. Siempre predomina una. sin faltar la otra. En los cOnJullls (J JO nlemente ms puros de fronto-occipita l hay formas occipita les y los de stos, algunos crneos que tienen afectada tambin la Iron r la deformacin. Raoul Hartweg ( 23 ), en su informe sobre los huesos do las ex. c-, vaciones de Engel dice "Il s' agit d'une dformation d e type "fabulen r FIG. 7 - Apero deformador de los actua les indios Shipibos (ver La m ino IX) . Comprime lo frente uno tabl ita de t 65 mms. hecha ell' lmina', .1" coa y colchada . En la porte posterior, una almohad ita chato de 80 mm'. or 70 mms. for rada en te la floreada y relleno COIl go!ncro de la 1'111'. mCJ tramo, doblado sobre s mismo apretadamente. Esta almohad ito cCJrl1prlm( t~ 1 occipital y se sujeta por una cinto de 36 mms. de ancho, qul'l m" ld,," l o~ po rte~ late rales de la cobezo. Aparato ta bular o no. ~C(J L'" lo,. Icurio'" forjo formo que converge en las del Ila utu can roscos de ollOJ6n, I'kr( poi" . Lmlna I Ejemplar debida o lo cortesa de l Institut'l ling u i~l,co Verono. Yarinococha. Pucallpo. I rt . 1'1111 y t, 111'1 di' 1," 1. 11,, 11 11111 1,(11 '''1111 11 ,, 1'1" d I',p-q 11, 11 " ,"1 ,. 11' 1,111.1 ' I< lI d rI I il r d" IIIlf1 por ,j, ,;; bOtl'n' lf'l1 !lr)nl::; ln ' 1, lodw;,; aumen tado a costa de los dimetros horizon tal es, Se 6uelf' El) ron lrm pn ellos variedades con la frente simbrada, en uno concavi,I' I d i:!I [>Nfil verticaL Adems es frecuente la cintura supra rna stoidE"n, 11 1" rro y BurCO retrobregmticQ, forma ciones que describirem os en uno el , ]ri:~ proximos acpi les. Prob"blflmen le con n ingn o tro apero deformador se pudo obit ,,, 1 ,,1TI1 I jrr11 variedad d a formas que con el llautu, Lo {o rnH'l Soytu , quizs comprende los deformaciones por lb1I1I1 J VII I)ESCRIPCION DEL MATERIAL ARQUEOLOGICO PERUANC) DE DEFORMACIONES CEFAlICAS l,fJS c!ol.lmentos arqueolgicos, concernien tes (I las practkrm 11. ll d'rfi Iwdn caflica d e los primitivos peruanos, son /011 IIU[Jl.lfQUQS 1m,Ir I WI 'V03, q ue permiten objetivar correlaciones en tra rormos ,1,' r~cr l ,~ '''1: y :"I< "rHas, dR manera que slo pOdra alcanzarso en 1'1 " 1Jfm I'!;:!y 1'11 IrH:l ,-,,!,,, I"TII' f lfl,I",lr. 111: d.-.dt1t'1, IIJlU I I . J[II I II!r1l 1, ,,1) "I!l7 r Tfl 1" r'-dI Il IL'Irl ,h I ,~'/: ,l. . 1(1 I/ II drl" V, .IrllJlllH npew:: u1rnr,hlm. d'ld" ,,), ',lnl" II"I:: ,;tlq illd lon, po,,; forjnr IOlll taS pro lud,'! ) ,Jl1' j,C,r!n llit"luir ,~TI l>rmlno!'. gr-mr"iroles de .'lasili Trtl nhpn h'1Y huacos: figs, 1, 2 y 13 en lil ' 1Ild : con sus operos dctormadores, oroliiomen relacin entre sistema dalormador y como lo s de los figurados en las L p osibilidad d e aperos pstumos, la correlacin objetipresin de las amarras Y el moldeado de la 1 Museo de A. y A, Lmina I-A y B, nos d a amarraba el llqutu con a lmohadillas[>lklnorU ' " mO se d. !ode; (, '(II'UCnr '1: , 'CtI1 m tlrluacln In l l y MIli I1l': I l ' rvoc!l1 lo '1:1 }Jor rIn '-on tJ, r' r 'lPOI 16, que os~enta la cabecita, lar...lanle, con su apero deformador que fue l":; por los Drs, E, Yacovleff y J, G Muelle ( 89 ) restos de la cultura N ecrpolis en Cerro Colo p arte de la descripcin original d e lus "Cadver 8428 de nio, m omificado, la coba. , li t, ) separada del cuerpo, el cual tena en muy b uen piel seca , a diferencio de los restos cercaC'speclmen, lena una almohadilla deformadora varias vueltas de una fin a cinta de algodn; la un pa ito taulbin de algod n muy deterio !J"" k 1'vuol tcrs de dicha cinta se sostenan a lrededor de l1 ,oclb:l i'ttl' W lOS hilos da o lgod on " , (o Lglkl l' el mismo 0 11 el mOl! 1.':rtl'l'I , I..,olva rLo ,1 1! CY....r(.~1 ck lus I'.l (')[1!1 I,~!;t~ll)l1 , I l'M 1 elo ( fll1bos lodos .It: IOf, doclores Yacov leff y Muelle tUVlffiOS oporluni coso , confeccionando un informe que fue pu com p leto estudio de los inv estigadores cita nuestro informe: sin los huesos de la cora.. Edad: in huesos estn desarticulados, por lo incom rt~ [on lanelas abier tas, El mmar in feTior p re ' erupcionados Y los PM 2 todava en 19. 8 ' le r l lF'll el ,n lro dE' Jos ('Ivuolos. Los maxlku(':; nll)'if '!l') 1 0 1 /!nnid.c>f; y los htJesos propios de la nariz han desapareciulJ. L:I "1"1111'1] m.sell deformacin muy a centuada, tipo Brach1ce/l~C1 arllk;L/1 erecta se gn n clasif.icacin de ImbelJoni". Actualmente la especificamos co mo tipo Necrpolis. "La rosca de algodn, 12/8428B mide 14 cms. en sentido verticaL 1 cm . en el transversal y su luz tambin elptica 7,2 por 2,8 de di metro". Esta rosca era igual a las otras encontradas en Paracas: L mina V "formada por un anillo de algodn, con fibras a lo largo y otras transversales que sostienen las longitudinales. "La forma y di mensiones de esta rosca de algodn, deciamos, son tales que una pre sin ejercida sobre ella, recae sobre los parietales y el occipitaL evi landa la regin lambdoidea y la porcin superior de la escama del occipital". C*) . Tanto el nio de Paracas, cuyo estudio antecede, como el de Naz ca que describimos a continuacin, parecen haber sucumbido por la constriccin forzada de las ligaduras deformadoras que hicieron esta llar el crneo. Nio de Nazca Fig. S lmina II Fig. A. B, C. D. Debemos a la ge nerosidad del Dr. Pedro Tello de Palpa el poder presentar este otro ejemplo extraordinariamente instructivo, de cabeza deformada tocada con su apero deformador. Ejemplo de deformacin por llautu con apla namien to frontaL del tipo Nazca, con la particularidad de que la a lmo hadilla frontal ::or su forma muy parecida a la F. y G. Lmina VII tam bin Nazca. Se trata de una momia de lactante, bien conservada, que segn el Dr. Pedro Tello fue hallada en el Valle de Palpa, dentro de una olla, con restos Nazca. La postura del cuerpo indica que fue melido forza damente en la olla, acuado con algodn y amarrado antes de podrirse. El cadver est sentado en posicin de Buda, con las piernas cru zadas adelante del cuerpo. Las posaderas se han moldeado al fondo cncavo del recipiente. Los brazos aj ustados sobre el pecho; la co lumna vertebral arqueada forzadamente en una giba en C; el men tn rebajado a la altura de las tetillas. El cuerpo as curvado forma Esta misma cabecita J2/8424 con su apero deformador fue incluida pos te rionuente en el libro ele Dembo Imbelloni (Fig. 130 pg. 299) . co mo ejemplo de aparato ceflico de deformacin tabular. con 10 que se deline perfecta mente el significado ele tabular en sentido de Imbello ni, dependiente de la fOTma del crneo independiente de la estructu ra del aparato. n:Ol.i)I'A 1I1(J (, Ivtrlrrcl o nlf'rlor , acur1odo con n i i'" jt q, 1('111 (1j1 IAtudo, que ho:;1,I km jJ(lI l"R ],londas el"!l cuello y la pol i l. 1111 1'101 da la cara han f': idL ullldu l lIn,'i('! m ribo. 1:1 l . llfltlo da rlgod6n sirve de sosten , wanlenlendo erguJda la ca 1/. :'1 n una posicIn, que parece la natural en vida y en la que s !l' ';. 1(1('(1 ItI forma a lta y larga del crneo. El acomodo del fardlto po l' ' / Jt;IICI adrede para destacar la cabeza larga, lu 'erldo su orel IdoIIWclol . 1.;:1 ,nboza es casi un tubo de Seccin e lptica. Variante del 111)( Ni'iI:C'), {,T,n fren te achatada, que por lo a centuado de su transformo I,;n, llllCl en lo categora Natchez Incre ible . La oresin del ll(lulu q lJ d, I III~ U ! 10310 1, es truj la cabecita, de manera 101 qua la p ie l loruw 11," JI" ':: vL'rticnles visibles en la fotografa. '1 poroto deforma dor es tambin del tipo de llautu con almohu C1(:oTllodadas stas de manera de aplastar la frente a lo USOllZ(1 lJ('lcrL I'~ I Ilautu, heche de una cinla ancha, estaba muy deteriom In ncon tr la momia, por lo cual en la fo tografo ha sido h'TII marras de hilo. que scstienen las almohadillas en ; ,LI P 'rI'llnal. l..el' n lrnohadilJas: l;mina 1I, de a l.::odn son cuadrangulrlrcs. ~J:'~1I iI 10 1(1[ ir, a la cab8zo del nio, miden en cms. 12 po. 9 12 pe. jf l liJO: pequea de forma arrionada 10 por 7. 1: cd"odn muy esponjoso y suave. no est acomodado eTt 111 1' " 'omo en las roscas de PaIacas, sino sujeto en u',,"! 11 di I Imohadilla ms pequea arrionada que presiona la parle .d 1(1 IrClI,l l. , se asemeja por su forma Cl lo que llevan tambin en lu, tLios del huaco Nazca Fig. 13. Esta :;otnc:idencia e levn , 'rzn pnr Jab!"TsP f'Tlcoutrado uno de 61105, onlorraclc.' jll ll l~ C" 1I lillf~:OS dI:': nlfo 1 ms que lodo, por coinddlr en ambos, los pOlI , d e nresin y contacto, en un ensayo de acomod, FIG. 8 - Apero deformador origina l, encontrado en Nazco mino 111. Sistema especifico de deformacin que expl,ca el tipa Huara . Ejemp lar F! 12 1, Museo de A. y A. In (:1 supuesto en la Lam. TIl. Acomodo hipottico que da la InL!or Icl!)n a todas las pm tas y con el qup se logra UOla combinac WI ,I Iones. que explica el molde de cabE'zo del tipo Huouro. con ro ll VIi Ilmilo bilobada, dependiente de la pretina sagital 0:1 dos ejemplares provienen de Nazca, uno seCJLH los inV(;lIitOl lo I Mil~fJO od(1s do hilo azul q ue forman un ribete ornamenlo l; , 1 n jl~ 1" bujo en hilo rojo omamen to el borde libre inierior de Jo lablilln. 1,1' 1,:1 blil10 por a mbas COTOS , osten ta tambin dibuios con punladl1& 11.1 los and y rojo, figurando ojos de p jaros estilizados en fo rm el 1" 1/11 (. Irica, En la cora de la almohadilla que debi haber oslndo en c,,rd'" to con la piel, quedan restos de grandes rombos, hechos con !)un! ,dr l largas de hilo blanco grueso. Los cordones trenzados con hilo de algodn blanco hobana, Ii, " '1 10 forma que se aprecia en la figura y que e nLuenlra su azn I 1I 1 oparato colocado, como en la Lmina m, El ejemplar 10/4598 Fig, 9 es menos fino en su hechura y haber tenido ms uso por estar muy deteriorado. Su cUerpo es cuadrangular de 10 cms, de alto por 11 t, CU!3. d' ancho; con las mismas dos partes que el anterior. La almohadillo chata y rellena de pelo, aparentemente de perro, tan apretado qUQ. l.". ma una lmina acartonada. Tiene doble forro de gasa. LillO inh::ri(q blanco sucio, otro externo castao claro. con dibujos del slg'1o '~!l':'U lonado en hilo blanco. Una de las caras que debi estar en conlo,I' , con el ::uerpo, e st cubierta por mugre, que borra en por!p Jo Irmll' I de la gasa y los dibujos. Una parle del cuerpo, tiene el mismo armaz6n de v::lrillltas de rJl ~, dera que el F/ 121, tambin forradas con empaquotadura de aloJod,; " y cosidas entre las telas, pero muchc ms rotas que las de l m il, rj, >1 Cosidos al cuerpo y como sobre agregadas hay otras dos variUas, 1'tI vueltas en espirales de hilos que forman anillos azul y blanco. La mugre, el sobre forro, lo compacto del contenido de la a Irne.,1I r I diHa, la s dos varillas aparentemente sobre agregadas, sugieren ' 111 esta p,jemplar tuvo largo uso, y fue agrandado, adapt ndolo mlpn lo de su due o. En uno de las caras de la a lmohadilla se ve los mismos l o~ul c;randes que tiene el a nterior modelo, lo que indica qUE' l,udlewn ner algn significado simblico. Coloca dos uno de estos a paratos en la forma que se hel llo~ho Cll' Lmina m, la parte rgida de la tablilla presiona e l OCc!I,!lo i r ') ! bajo dE.)1 Inion, de abajo arriba y de atr s adelant/"', pro,J~l< J, 1,16 i rn J 11/ IIJI1J i " v ej. [ moyo de acomodo del apero de los Figs. 8 y 9 Lo 1" 1" "" ", ,,.;'" lo cabera, gravi tllndo sobre lo toblillll ele CO ila', ' 1' 1" 1" ,, 1, ' IT1f ,'~ i , r de'l occ ipi ta l, explico lo cabezo choto Jl' Hllr1l" , PII "" ,d I; ' (. .>oda e y las vori(Jnte~ de la frente, obtcnib"'" , (11" '1 "1, , ',lIperlicies planas uajo el nudo frontal , 1(1 tormo, que III, rf/:>oyuda 4n pt(;JdUClf una )TI 'eslos Huara, donde Ino 1/ - 5G . 3 - 899. y rora cinta, clclual director del Museo II IXlfIlOdo qUE:' se ve en YC1 M 11 j "CJ , , rJlu::; ~~rcrnde de los que 1~ll qnlbos extremos bile). Aparenl,::mert le pom lo. J, f ~h du (')Ile IJI3., por 10 euo! se 11./0., r;!.il,r rrb" IIJrn resulto fAldo t....slar a justada con 1, el oCCIpital La 1/1,:. cml 'rlor y Prof. J,.,rge Muellt y Cerro Colorado de Poracas. Los dibuloe y las ilustraciones, son tambin no a ltera mayormGnl 1, I noo lo a lmoha dl!la suave. No podn" 1J!lbN cabeza chota. Si se enco ll, ,-::(; ji hay fambin lo~ I~rlrrl pruebo poderosa de la relacin. M useo de A. y A. Fiq. 10 l., in'lI l' IU!~ encontrado, en excavo. i,, ., 19odll. Mide 40 C tDS , dl3 j(l'_ parece corresponder cr u ft(t presenta flecos de cordones ll.!l los cordones tienen por lil lcdl. dos aber1uras en formo de oja!...!:>, I,':t le puede encajar Elt'l lo "ClOOZ( 1 demasiado qrande en Jo cel!:. uno a lnlObndo CNIlr 1 b nb ' rturl'l pcqueiia E, l', >1,)( Id s irve para pOflO I la; ' lIJ de un ensayo de acomodo incano , ' 1" "1' 'Vtl Mmle". paro lo cin to do lo Fig. 10. Lo a lmchedil la de lo ,,' l' 11 " 101 I aOrcgoda Con ello el opero explico e l lipa Cavernas. 1.1 11"''' ''' ',aglto l E. G. mullvorlo lo variante bilobodo. rOSC((~ henrm 01 Jlodo con mugre en una: d sus cora!;, indlr'li) 01 cuorpo. En tina nr;;onlrarno:l e,li. In mur.;re. 23. .~" J'lLUllc ' W U dS V IS cll1ll911;i0H.:S, ton1Cllldo las medidas da r , ! 'I' fIll ,ltlf UI . .j, ,[ Museo rlE: A. y A. voror, t?tltre 4 d lO cm . de dimetro vr->rli," d B rT 111 el hori zontal . Fg. ] 1. Museo de A. y A. NI? 322150.-- Dibujo de Huapaya Man c.;o Almohadita dura, tensa, con una rosca de algodn idntica a las e la Lmina V, cosida en uno de sus extremos (arriba). Tamao 15.8 ems. de allo, comprendiendo la rosca 13 cms. dimetro transversal; 6.6 cm. de espesor. Fue encontrada en 1956 con restos de Cavernas en desmontes de Cerro Colorado, Paracas. Tiene uno cara plana, otra convexa. La plana debi haber estado n contacto con el cuerpo, porque est mugrienta, lo mismo que la par Ir:" de la rosca del mismo lado. El relleno est formado por tres partes distintas, un pelotn de pe lo humano, que lleno las 3/ 4 partes del contenido; una tela burda usa a , de algodn, apretada y un trozo de redecilla, tosca, de trama grue a ; tambin dcuucda en e l extremo opuesto a l del pelo. Todos los g lleras, de la lunda y del relleno, son estrazas, muy zurcidas en usos a~ leriores. Corno insrrumento deformador esta almohadilla era pesada; por ~ u dureza debi actuar corno una tabla. La hiptesis que parece ms verosimu, ~s que se usse invertida , de manera que la rosca de algo dn, rellenaba IrJ covida d de la nuca y la almohadilla presionaba el occipital b("[jo p.l lIautu. Lamina V l A Ejemplar 10-4666 y B 4-4329.- Museo de A. y A. Ar chivados como lmplementos de deformacin iiguran estas dos almoha aB. que por sus dimensiones no pudieron ser partes de aperos cef licos, sino almohadas de cunas o posa nucas. Por su forma y estilo !lLldleron servIr para moldear la forma Inca Costea. Describimos , continuacin los dos ejemplares: 10/4666 Flg. A.- Encontrada con elementos Post-Nazca el ano 1927 en Chikerillo Nazca Valle d,::?l Ingenio. Tumba 12. Tiene 30 cms. de lorgo. 12 de nncho, 8 de espesor. Esta formada por generos envueltos :1obre un annazn de coas. Los gneros visiblemente son calandra JOS de ropas muy usadas y remendadas antes de formar parte de la lmohada. E'iemplel 4/4329 f ig . B.- Encontrado en Atareo, Valle de Nazca , t ' un desmonte Junto con restos Kollawas. Tiene 28 cms. de largo, 14 lItIS. ,le ancho y 7 cms. de e spesor. " IMtf 111.' " II! d, '1(11[, ". (rl l!Jl''l I ,l. 1 4/11 ,:J.C, !J(JH; Stl3 exlrulIlOI,; dlol lolor. ,. A v B. Roscas de algodn Paracas. Se usaron como ,mplemcn l!ielJI hlli d"r~5 y probob lcm er'l1'e en la ci rug a del crneo Es un rasgo Po roca~. (1 nfuera se encOnlro las siqulenles envol turas ' I 'odo%() elE? gasa raida que c)canzo o cUbrir slo dos terdos 101 ruTI1;lzrl de C"an. rl'(;~(' d~ lela b urdo , ocolllodado en formo de cubrir la SUD!"l d. ), t.. t:tJ fa~ , donde no olCllnza la Gasa nnlrri OI . i'r;:,IfIlOlllo elE! !;oncl,(j vloio. listad..., 24. J>1:',!lO WI~I LAM INA VI - Flgs, A y B, Almohadas de traptes con esqueleto de caas, proba blemente usodos en 10< prctico. d,?formadoro5 A - ejempla r 10-466 B 4329 , Ml.Jseo de A . y A 49 ) Tela burda, de algodon no teida, envuelta formando dos ca pas, cosida en uno de sus extremos como fardo. 5'1) Trozo de gnero marrn oscuro, con un resto de guardilla listada, en uno de sus extremos. Listas delgadas de color verde, rojo y amarillo, separadas por franjas sin color. .lq I,]r l I ,IH I I'.I IJO C''-:'('''::l1dl l 1111" IOllJjfJ Ck.;3 t::f1J"11l ,ji ir, ;,11 (.1 )1 1" IJl ll drl, Jt::I' ldn llC1r r',1 1 t lwIP, 1!cl rt O' ' l ;CI II , ' . l e) ,V IOtilC!ithrc"1 COI 1 j" 'Jll lOfin. 1'r"ll ni' 1 Ir,,:; cancw. 'fl';UIi' '11 1n d" lela burda, de IraIlla ms gruesa q ue las otrat:, ir,~tJ8 t(ld t1 , rota y cuidadosamen1e rem endado y zurcida irni 1'~ l l ld 1 I l. lldo originaL I 'r(j~{! ( JI m ide de teja n o te ida de tTama fina, rota remend I ~! Y ( !)sida en un extremo formando funda . ''llidcr oxterIor de lela de al godon semi fina. de trama urwo r IICI, lJIr)or conservada que las anteriores ( no parece hab:or t ltido uso anterior ) de color blanco. e esta funda , todas las dems telas usadas ;C)II jos. I(Jl paro confeccionar las almohadas deformadoras Sl~ Wlll loJallllos, rem endadas, inservibles para otros usos. 11(; clolC1m lador " conocer y dp 'emplar 36-1 425 - Fig . 2 -- 1-3535: Museo de A. y A. representado en estas dos figuritas de cermica por Rebeca Carrin Cachot ( 10) Y posteriormen reproducido en trabajos nacionales y ex.tranjer os. Es los apara tos deformadores peruanos, aunque proba uso ms difundido. IpiO: lljJ{.1!i CJ con lilluadon lo descripcion del aparato hecha por Re ;(!! ,i611, Llt.li. n 10 interpreto con conocimiento y proligidad . "Con 1I0c>, f 11 IlT ln placa o tabla rectangular, seguram ente de m adera, iJIl'1 Londa o faja destinada a fija rla en la cabeza de lo J.'! ,Ir teCl debio tener una muesca o hebilla en su p arte mo i J, " Id l' ~I lijaban los cabos de la b ando. Est colocada 50br m ucho mayores que los d im elros "Por m edto de bcmdas, una coro 11(:1 rl lOdlu o sagital. est fijada a la cabeza" . " Tiene este ejern ilJOOptO un vrdor mnpreciabJe porqul? nos ofrece en forma 25. IJ 'i 41!1 I'u lll ,,, 1'l1rnr.rr,,), M.elen I,ii".' SI' I!!'s l, ~,hll o(ln "111 . lud. " " 11 .,. ,l' ill""r'" " 11 PI l1H W:;. FIG. 11 - Al m~hada, ce,", uno r cs~.) de algodn de tipo Parecas cc~i da en un::> de sus cx tr(' m ~s. Coma en otras semejantes lo funde est hccho de trapes vie jos y relle no de pel es y colondroj cs. Supcniendo la olm ~ hodo in vertido, su coro pl ano, duro, presionaba el colodrill o, en tonto que lo rcsco rel lena ba lo nuco. Ver pg. 32 . Ejemplar : NI> 32215 o Museo de A. y A. inequivoca, la clase de aparato que deformaba el crneo de los mdios Yungas, antigos pobladores de la costa peruana". "Segn lo que ya se conoce sobre la deformacion de la cabeza de los antigos perua IIOS, el tipo que los indios llamaban Palita-Urna o sea el de la cabeza achatada, en sentido antero posterior, era el que predominaba entre los Yungas de la Costo". Hasta aqu el relato de Rebeca Corrin. En realidad este es el unico a parato Tabular de los antigos pe ruanos del que tenemos documentacin. Merece mencionarse aqu, U6 el nico crneo perua no antiguo con definida forma Tabular, Lm. XXX, proviene tambin de lo Costa Norte. La autora supone que 1 11 1, ':1111 111"1. IOl111tl1 '. J 'I' lll/1 lo dp lo figura, s-:>n frecUPntes en lo arqueologa pC rUO'1a " canfsonajes y los 10 son r~'Plici:ls do Uu 'lol,:. moldoporque sC"in do lo cClbezo dl lo vJ1."1f'1 , mI" 26. 42 1Jl:uHU Wr:l. ' en el neC)ro rnjra de costa do y en el otr o de tranl' , ,JI,j, di : ' Us p udo deberse a una distorsin del molde, sino tambin en lt I poslcln de las manos que sostienen al nio y an en la expresion de los caras y en la hechura general, que revelo dos distintos estilos: el negro es ms escultrico, mejor logrado; el de cermico clara, siendo Shimu, parece cursivo de Kroeber. Lo diferencio tiene importancia para valo rar el significado de la escena, que por aparecer as en dos versiones dierentes, de distintas maneras y distintas pocas, no puede represen tar un acontecimiento efmero familiar, sino de algn hecho simbli co, tradicional. La fisonoma de la vieja, ms de bruja que de madre, abona en el mismo sentido. Rebeca Carrin identifica el traje de la mujer con el comn del Valle de Chicama, anque la tembeta es un particularidad. La repeticin del mismo motivo en huacos distintos sugiere la per sistencia e inters social del tema. Igualmente se repite en la cermi ca Chanca, una lcera cianosa de la rodilla, al respecto de la que hi cimos un trabajo (84) con el Pro!. Goldman de Cincinnati. En este ca so la lcera se repite en dos huacos distintos, no solo por la hechur......, sino tambin por los tatuajes, vestidos y an el tipo de deformacin ceflica del personaje. Ejemplar 3/ 6782 - - Fig. 13.- Procedencia Cementerio Antiguo de Cabildo, Quebrada del Ingenio, Departamento de Ica (no tiene referen cias arqueolgicas). Esta pieza singular como anecdtica e iniormativa, equiva,le a uno ilustra cin del pasado pre-histrico peruano. Para nuestro inters, mues tra una forma de moldear ia cabeza con llautu, aplanando la frente, a la usanza Nazca a cuya cultura pertenece el huaco estilsticamente. Tello, valorando su importancia, hizo lo que con muy pocas p ie zas aisladas, le dedic una monografa ( 68 ) en la que adems del estudio arqueolgico y lo descripcin de la actitud e indumentaria de oda uno de los personajes, disec el dispositivo deformador, descri b iendo y dibujando por separado cada una de sus partes. Nuestra L mina VII es de Te llo. Como esce na costumbrista, quizs no tiene pa ralelo este hua co. El conjunto trae a la memoria los grupos de Lamis tos a ctuales del Huallaga ( 81) que deambulan con sus enseres acues tos y se anuncian al llegar a los pueblos, taendo la antara. Remonta (l la pre-historia el origen de la costumbre tropical de llevar loros al hombro y gozques en la s manos. Los loros certifican el come rcio con Con lunto escenogrfico, singu ior per su hechura y lIo lur ' roiffliJ"IIC, anccd6tico, lns elos nios que encabezan el grupO, 11t?1I1.lI, 'nJ,"~ operc~ deformadores, pTalij amente modelados, que: ~ , Ilpo Nozca de cabezo, o cuyo culturo pertenece el huac" Lmmo V II y V i ii, Piew del Museo de A . y A. 1111 11 1(. l Ht '~J !II( " 111 II" (,des lejanas: el Ecuador o la Selva Amaznica Y I d 1111c' I ctia, que una cosa era obtener plumas y otra (1nlma l~'d ! I kil i J[[1(Jos distancias, Los perros de una W ;CI definida, lo( 11" 1l'lI1N'IUrO, por las manchas negras sobre el fondo blclJ l' :U , I}oqu'i'o, rabo levantado y los ore jos erectos como todo lunellcanos. 11 nto deformodor qUE' llevan los dos nios pequeos qUE! ~r , Ic~fUo, 'onirahecho como se ve en la Lamina VIII A Y B 'islamo general de cordo116S : llautu; variedad de corda Im,)hmlilln, 'rlane como pieza original: LIrlC1 gran rosca que ci r ,..,L, ':in, J1Clsando alrs por la nuca y subiendo adelante has 0 11 [(JI forma que sosUene fijo entre sus romos, la crlmC' ~)jll prj tll e Ja [rnnle, en tanto que en su vuelta post8rior, mo 0[611 dol Iloulu 50br!" el occipital. ." Ignorada hrtsla aborcr df' los operas cle[orrTll1do , unir", Ilas el surco r trocoronal, sobre lodo p" [1l1do, Lmirlo XXI. Ql1IZ(1" [ludo nl>"IV~I .In d, los ,: aheZCl:3 )un tkrgudc'm. 27. -111 IJl1iJ Wr.1 (: ~~ 11 LAMI NA V II - Piezas del apero ddc rmadc r No zque:1s2 que llevan les ni os del hue ca d e la Fig. 13 a h y c: lIa u'u. e y f : Rcsca singular que explico el surco re tro bregm tico. ti : Naaka o pOll uelo. g. h : nlm (' h~"illa fren tal Nazco . F:guro t:;mo rnado de Tello (68) LAM INA V III - Trasunto del apero deforrnodor de lo lamina V II, colocado como SE ve en el huaco de la Fig. 13 . Lo almohadilla fr ontal, igual a la frontal del apero Na zQue nsc de lo Lmino 11 , explica la fr ente plana de los c raneos Nazco, figuroda tomb icn t.:n la cermica, L mino XXV II . Es un p roblerna de Osteologa Cultural, re ,u(>1I 0 en ' u l11e jar forma . par la correlacin de los inforrnes arqueolgicos y osteolgicos. 11 lt, 1,...1 'lll})o j l.: I(H Il" I",,".d 11 r. 't llll l d" C(lW2..)!J H-I ll' 'l .:" 11 1 h li, 'tI18 Il(1 ' (( >1 1I 1() ( ' 11 In 11 111, dol 1dl'tll; L011l 1i11I 11. Co!. IlItis rnc10nrl l J. 1rlores. La coleccin se distingue nicamen (ulld U:I deJormaciones de otra etiologa y la reciu doseripcin de Hartweg que insertamos a con- basta n te bien el ltimo carcter : dice Hart corno el resto de los esqueletos presentan habitual de las momias que conservan 1m; partes blandos sobre los huesos". "Los ,"re rlicularmente masivos y pesados: los hUO:1fm r.-:cHovas da insercin acentuados y los caracterlll' rl marcados: recias arcadas superci1irll ,nl, de la nuca. protuberancia occipital externo, H .;uperiores e inferiores, cresta occipital exlllmo, 'lruesas, crpUsis mastoides voluminosas, deseell l hocio abajo del p lano de la base del crneo". IIIIIII'::;IOS ostos d iversos caracteres son atenuados pero afrerelativamente grande p a ra los sujetos feespecifica Hartweg, son vlidos para los de Culebra y A sa. color amarillo, el volumen, el relieve de bs os craneos de este conjun to. Hay iguales en , qUizs de la misma epoca. ,Ir EI'l.g"!I hay algunos crneos con la frente apenas Inca Costeos. En cambio no se encuarilrr:t nl b ilobadas. La unidad del grupo se pllt'de [na h uesos se colige que el hombre del Pro~er- Ilulrido. Por los casos que hemos visto, n~ su roslo::;is. en[,:.-rmedad generalizado f'n la costa elJ 32. j~ 1)I IlIrl ) Wr:tf'S Al e. 13 7) '-AM INA XI - Tipo frontal-occipital par Cuna La deformacin por Cuna, se d ifun d i en e l I/torol, a ntes que fa cermica. La asimetria de C y D es un carcter del g rupo. No hay diferencia entre la fronto-occipital por cuna e ncontrada por Engel, en las tumbos sin cermlca de Asa y Culebras, y la de pocas posteriores, coma no sea qUe estas suelen presente r manchas verdes en la cara y la trepanacon Supra inia nCl. A - 2 4 Huarmey - Museo de A. y A. B. e y D. ChClncay Hao. Lauri _ Crneo Ca n trepa nacin Supra-iniqna del Museo de la Ctedra de A ntropologa de lo Universidad de San Marcos - Lima. No obstanle que los crneos Son recios, las tollas de los sujetos ~o sobrepasan Ias de otros peruanos antiguos, pues segn Ha tweg os cilan entre 1.55 y 1.58 m. pa ra el sexo m asculino. No son los gigantes que supuso haber' encontrado Uhle en una poca semejante , ;c.,' 'l hl 1'(('l dr , 1h "-/rAfuJ ,:,sl,' rm d,~ lo 2c/. f/t. " '1 (( " ' ll'['t, tl ll l1 l fl u ,'r;) '''':U/ 'Jlmion lo de los culturas locoles del litoral, resuIg Jlfmele e l tipo a rcaico de deformacin Fron to-occipilal 1(1;i(., I.cr discriminacin intenclonader enlTe persistencia, r9su r CJi y dll u iJo! 1 del tipo en pocas sucesivas de cada lugar, es un 1m i l~tI q UIilo16qico que podra aclerrerr muchas cosas, perrticu~C1r i ShlflU medio. '! que el tipo Fronjo-Occipital por cuna, se generalizorrl 1j,:rITll" "" '11] otras pocas y quizs tambin en la Sierra, pero en lrJS IUI ] ;; que hemos tenido oportunidad de reviserr, resalta asocie. !ti ll'I"panacin Supra-iniana, en la poca post-Tiahuanaco, con el 1I II1IPI IIO de las culturas locales, continundose en la sucesin de 'H_'(I,: r:on el predominio de la deformacin Occipital Inca Cos CQ/ljun tos de crneos del segundo perodo, no son puros e n I ] '1 deformacin : al lado de los deformados por cuna, hoy liologas; la mayor perrte tambin fronto-occipitales: forro l;lI{,I'ttl~(l~, que encua dra n tipolgicamente con el aperrato estudiocl{) ptlJ Itobccr Carrin. Figs. 1 y 2; la cinter de la Fig. 10 y quizs otra i,, IS (~Cl leccio nes de este segundo perodo suelen ser una miscelcmtK( 1j-rH', Itlayormente fronto-occipitales, a los que SE a gregan alguno;'] fI(E' !Iormales, meso y sub-dolicoides, uno que otro Aimerra y Hu( 111. 1)(lt cIClos siempre sin adecuada discriminacin Osteocultural, de Ce 1lI,)rlOI; como el de Ancn 1. Maka-termbu, ler Calera en la Hacian In L(lun de Chaneay, que contienen productos de verras pocas. [ 11 llllea conjuntos mezclados, predomina la deformacin Front 11'11,] por cuna, irregulerr y asimtrica, encontrndose adems, en IltyC, (1 menOI porcentaje, la terpernacin estereotipada Supra-iniana, ' HIlU crneos con manchas verdes, debido a la costumbre de po r .Ir.ondas de cobre en la cara o en la boca , costumbre que proba IOnofl!, se hlzo ms general en la poca Inca. LII IdTiQuna otra poca quizs s.e encuentra una asociacin de ras :11 'ucWlura les ms definidos. Ilvlomonte la mezcler de moldes de deforma cin, por cuna y po! iI(IU lrl, m(presa promiscuidad cultural. La asociacin de una tcnica lo IrO'flT ,nr andina en su origen, abona en el mismo sentido, 33. 7 Andil1o: L ~ib [lCDRO W E1"'" XI II TIPO INCA COSTEO ( OCCIPITAL COSTEO ) LAMINA XII - Fig. 15 Este otro tipo de deformacin por cuna es probablemente el ms conocido de los arquelogos de campo peruanos. La forma menos dis torsionada, pero sino la ms, una de las ms difundidas en el litoral, donde lleg a hacerse general en el Perido Pre-espaol, aparentemen te como un rasgo popular. Como ya hemos comentado es significativo, que los Incas propa gasen en la costa, un sistema de deformacin por cuna , tradicionalmen te costeo y no uno serrano, por lIautu. Tambin lo moderado de las distorciones, puede ser una consecuencia de la poca, que debi ser socialmente distinta a las que dejaron las formas exa geradas inerei bIes. MorfoIgicomente se caracteriza, por el aplanamiento de la parte posterior, occipito parietal, con persistencia del aspecto normal en el resto del crneo. El apla namiento puede ser OCCipital y occipito parie tal. La frente en los ejemplos tpicos es normal. Una almohada dura como las de la Lam. VI A y B en la cuna de la Fig. 6 con amarras de vendas, poda achatar lo parte posterior 3in afectar la frene. Kroeber encuentra que el achatamiento occpito-parieta l es comn en la Costa Central, en tanto que en el Norie es ms a lto, afecta sobre todo la regin posterior de los parietales. Esta diferencia que pudo ser consecuencia de la forma de la almohada, es ubicua, haciendo falta mayores relerencias estadsticas para fijarle un predommio regional o cultural. Como las otras deformaciones por cuna, la Inca Costea, es pro pensa a la asimetna. presentando frecuente y marcados ejemp los de plagio-ceflia, probablemente ms unos conjuntos Que otros. La forma Inca Costea puede resultar de defectos nutricionales asociados a determinada forma y consistencia de almohada. No se puede explicar en la misma forma su difusin en un determinado pe rodo histrico, mas cuando no se encuentra otros sntomas seos que hagan suponer disturbios nutriciona les especiales de la poca. t:Or.ootA 111') 1I11 TipO nccipita l pOr cuno, Inca Costeo. Los incas no impusieron en rmoci6n por Iloutu endino, que probablemente ellos mismos usaron, rI1rlrlo de lo deformacin por cuno , arraigado en el litoral. /1. y e Cemen terio el Brujo 1946 - Museo de A. v A. U, Cementerio Waykan Pariache N9 3 Museo de A. V A. 1). Cementerio Waykan Pariache N 5 - Museo de A. y A. Ticontr conjuntos de crneos Inca Costeos en cemen- Ilumochiri, en los que predomnan el complejo Osteocultural de craneos no deformados y trepanaciones por corte : r6neos Inca costenos dice Hrdlicka , debieron pertenecer ue ...s taban luntos en tumbas colectivas, aparte de los , (22). 34. S8 t'CDRO WElSS Kroeber, que encuentra el tipo en varias partes del litoral. hace notar su predomnio en el perodo posterior Inca y su asociocin con el uso de ornamentos de cobre, que producan manchas verdes en la Cc:rIC(, sobre todo alrededor de la boco, donde era frecuente poner una lmina de cobre, especie de valo de Caronte. Tschudi en su Atlas incluye la forma occipital. como caracterstica de la raza Chincha o costea. Esta raza, como otras invenciones de Tschudi, son todas disparates. Latcham en Chile encuentra con el es trato Chincha una forma tabular erecta. Sera muy interesante verifi car tipolgicamente este dato. Posnasky, en un recorrido turstico, repara en los crneos tipo Cos .0 , que encuentra en tumbas profanadas en los alrededores de Truji 110 y en uno de sus arranques de originalidad, que tanto han despres tigiado su obra, lo asocia a la cermica pornogrfica, Proto-Shimu, asig nndole un significado frenolgico ertico, (49). XII DE LAS DEFORMACIONES POR LLAUTU l as deformaciones por llautu constituyen otro de los grandes gru po::; deforma dos peruanos. Contrariamente a los sistemas de cuna, que 1:~{1Tl costeos, la historia y difusin de las deformaciones por llautu, pa rrtc~a ligada a culturas a ndina s. Determ!nm si un grUpO de crneos de origen homogneo, es defor 1(ldo por cuno o por Ilautu, aunque no se precise los tipos, proporcio rl'l ya por s. una referencia de races culturales muy til. El molde de la deformacion por llautu es reconocible aunque las JIlll.!1I0S directas de las vendas, tales como la concavidad medio fron tal, y la cin tura supra -mastoldea no aparecen en todos los casos de cada conjunto. La a simetra (plagiocefalia) carcter constante de los conjuntos deLormados por cuna, no se presenta o es rara y muy tnue en los de .ormados con aparatos de los llamados ceflicos, que enca jan en la cabeza, particularmente con el llautu. El eje de la forma , por la constriccin de las faas; tiende a estar a umentado a costa de los dimetros horizonta les. Cl f1lrco retro-breg mtieo y 01 casque te sinciptal. los a signamo51 a lo dr.lmrnoclon por IIi.1UIl . el ;osQuete pronun ciado de la s [ormr:l: 1I1U IrHJ1 1110 ,101:;il l ~om rl!O fl'1f',te Jos hllPSO:o p ro f , j'l; el, 11, ,i r qi ~. 1::.,1,1 11 1111"0 1, 1 1')/!lOS VIl~ I" dL l (lfClf llJ(Ic!' )!:I I 'J . '1.11 '1 . OOA CULTl.TRA L A , e_ arz-LAM INA XX II - Tipo Ca ve rna. Lo fren te Can-ida y lo po rte !ios1erior chOI~I, " "" JI '''',zan este tipo, que ha s ido llamado tombin cabeza de cua. Muy ' l'/1'Je jc III, V n cosos idntico, o Ir,s Costeos deformados pOr cuno, se distingue, por la ",oy,,, 1" q , da rida d, la escoses y moderacin de los formas asimtricos, lo que pare'e!! UII 1/ ,.J,,11) de hober s N(>cl' pol: '.l prr'(f" rCOl 'n ll' "1,1,, il QVicTrlIEII!lr> rm 11'] pror.;11("" (1fl1I 'oJc,ico loen 1, "Jtirl1J>l roo,, 1" ,Ii I J': I d,) Ju ':CIIY?r.i tr.l Lcmintl r, C:l1l'II w ,fr J ('9 11 .:11 44. PEDRO WEISS s pero delarmador respectivo, entre restos Necrpolis. Se obtuvo con 'gt hallazgo de los doctores YacovleH Y Muelle, una prueba objetiva e la relacin entre poca, forma de cabeza y apero: lla utu con roscas e algodn Paracas, en el frontal Y occipital. Como en las anteriores determinaciones tipolgicas, advertimos el ca rcter relativo de la especificidad. La forma no es exclusiva del ma lerial Necrpolis, ni quizs la predominante, que estadsticamente pue de resultar una forma Natchez. En cambio podemos decir que eS la ms caracterstica: En contadsimas colecciones hemos visto crneos el tipo Necrpolis; en realidad en el Per, solo en el conjunto marca do Po, de Chicln, en que vimos 2. Con los restos Necrpolis se en uentra el mayor nmero y las formas ms caractersticas. En el Osario del Museo de A. y A. la s formas ms caractersticas del tipo Necrpolis Lmina XXV y XXVI, son de Paracas y llevan el numerador 12, marca de Necrpolis. Slo hay una excepcin encua n lo al numerador en el ejemplar A Lmina XXV, que tienen escrito Ne r:ropolis en la frente y la marca 13/ 200. Referencia doble de las cua les, segn el personal del Museo, la de Necrpolis es la verdadera. No lemos encontrado el tipo Necrpolis en los crneos sacados de las Ca vernas de Cerro Colorado. Los crneos de lo Lmina XXXI A, B, y D, del sub-grupa Paracas y Andino Aimora, pertenecen a l conjunto de deformados por llautu I~ I Museo Chiclin de Trujillo marcados Pa, todos de la misma proce Il1tlda y probablemente del Shimu Medio. El B tiene forma NecrpolisD entra en la categora increble, dando pie a los increbles de l'ruillo mencionados por Virchow. en crneos Forma s Necrpolis, idnticas a las peruanas, vimos en Mrida, Mnyos del lvluseo AntropolgiCO de Ciudad de MxiCO y Icotan. Probablemente fue Tello el primero que relacion el tipo que des cribimos con el estilo Necrpolis, sin embargo, la definicin del tipo Necropolis que da en su obra sobre el origen de las culturas peruanas 1 65) que dice: "Cabeza larga casi cilndrica del tipo Soytu" enCU(l ro con las formas Natchez. Esta confusin en la especificacin de los tipos, en que cayeron algunos investigadores, es consecuencia de la trtlta de una tipificacin adecuada. 11I'~;, dr:' los Frol '!c' El tipo Necrpolis cabe en los anchos CClI 1(1 1, dHilrH ohll;u' 1. Occ:ipilnk:~ y Tabulares. LCltcha m menciol'l11 lU-C1 j, '1111 ' 'rllH':' lel " rn 'L1 dI.' lo Cdturtl AI( ICCl I11C'f!( ' 1'lrlIUi. "'-' . r,ln 'v' I l'J~l e 1110l1, ill CUL-rU RAL 7. resulla iI11jl{J;liJ l, .~'lhl)1 pi ... Idlere a l tipo Necrpolis, al Nazco o ry a l guna variodau dl. lo delormac!n por cuna. Los ejemplares ms tpicos de la forma Necrpolis son obICLlClS, anque hay tambin algunos erectos, como se puede apreciar en las ilustraciones respectivas, Lmina XXV B. La cabeza Necrpols es alta y ancha, ms achatada en sentido rttero-posterior que cualquiera otra de Paracas y quizs que cuc.l1quie ra a ira por llautu. El aplastamiento posterior en las formas tpicos Jfonuncia sobre el occipital. por debajO del Lambda, Fig. 16. La frente amplia, desproporcionadamente alto y ancho, nimbada por los parietales, que lo deformacin curva hacia adelante, hace que la cara se vea pequeo y el conjunto de la cabeza, mirada de frenle, lenga una lorma especial, petaloide, en los ejemplares ms tpicos. Visto el crneo Necroc olis desde arriba: Fig. D Lmina XXV la l1urma superior tiE:ne la tormo de una superficie eHptica. El crneo D '::e la Lmina XXVI, de procedencia Necrpolis, en la ilustracin roce un Pampas, sin e>nbargo, se diferencia del Pampas y Natchez por 1.:t formo elptica de lo norma superior. En la Fig. 16, se compara por superposicin los grficas de un rr 1160 Necrpolis con uno Aimara. El perfil Necrpolis dibuj una rn rr', bola, en los casos ms tpicos un ovoide. Da carcter a Ir: formn Ir) der,resin de lo lineo vertical posterior en la parte media. En In q l ':1 lico de A y B la Lmina XXV, lo depresin forma una concavidad, iq llr11 n lo que presenta el [rontal de olros lipos. La concavidad en el IX'I fi l del occipital hace prominente el occipuccio, en for ma que da al COll Jlmto la figura de una pala. No menos caracterstica ;> del Ilpo Necrpolis, son las lineas de pro y~cci.n horizontales, como se ve en la misma Fig. 16, fuertemente com rimldas en sentido antero posterior; realmente como si el crneo hu biese sido ajustado entre tablas. Hiptesis tabula r desechable desdp. nllOs pun tos de vista, con los mismos ejemplares. El lipo Necrpolis presenta ostensibles las huellas de la deformacin r lIautu, particularmente la cintu ra supramastoidea. ),0 frente es siem 1!fC muy redondeada y la superficie del occipital muy irregulm poro r comprimido por tablas. No hay cosos bilobados. ti ' I e jemplo A. de la Lmina XXV, el ms tpico, la de formacin )hlicUCl y compromete el conduclo audili va externo, que a porec do ad,,!ol1l CT CTlt, definicin sin base arqueolgico. Formo similar pudo tener con r" Opero Shipibo de la Fig. 6.A _ 11-6542 o - Museo de A. y A. S '2-6544 Cad. e - Museo de A. v A, C 448 - 12 - 4203 - Museo d e A. v A.D 12 - 5494. ' Hornos rom~ntado en el acpite correspondiente elJ tipo Cnvr- lid ..,psI" (fTlgul qu so en cuo, c:on la cabezn C' ll rvO ~J1fJ( '/ ' nsambla en (ll~n'HI nsnn.clr rl. lo Jr ljJI;; 1ilorencia d ~ Necrpolis. n I!"'1 'nr- /(I Ion Illr.!rI(J. c lIJ lll1 HI y ser lrC1JCt nd'l ltu , r lJ lI/ljll" 1'11 X '/ ( Il~l "lC/UII' 1,.., lllico 011 Jr:; 1 's h/" 46. I JI :IJHU WELS9 82 Los tipos Cavernas y Necrpolis, por su forma Fronto-OccipitaL :111 , 1,111 estudio Osteocultural adecuado, seran tabulares o cabeza pal ler. El apero deformador de la fig. 6, usado por la tribu Ama znica Shipibo, forja una cabeza Necrpolis. Discutir si a pesar de la tablito rr' coa s, es un oparoto de bondas, sero un asunto de fsica. Pero de lti nguna manera el apero Shipibo puede originor los variontes que pre :'.": 110 el tipo Necrpolis foriado por bondos. TIPO CABEZA LAHGA Lmina XXXII Y Fig. 19 Es el molde Aimaro, con lo parte posterior ochotado. El conjun lo de la cabeza tiene lo mismo formo que lo Aimara y el mismo cOS quC'te sincipital, ms o menos pronunciodo, razn de que haya sido tambin llamodo: cabeza puntiogudo, nombre que como en el coso del Aimora, reservomos paro lo variedad con casquete ms pronun ciado. Los formas puntiagudas de Ca beza largo, llegon a extremos que [la hemos visto en el Aimara. El crneo de la Fig. 19 Y los de la Lmina XXXII, son ejemplos del, lpO Cabezo larga encontrados en Paracas. Lo visin de perfil no per wlI.' sin e mbargo diferenciarlos de la formo Aimora. Es nicamente C'OI I lrJs ~tneos en mano o en las curvas de proyeccin horizontaL fig. j'/, r curvo lnierior), que se aprecia el aplanamiento posterior que dis 1l(1~l lI'J a lo forma Cabeza la rga de la Aimara. en las fotografas Y diagramas perfilinos resalta el casquete, co lllUl I rJ ambos tipos y se ofuzca el aplanamiento posterior. Tanto o ms que en el Aimara, no se podra explicar en el tipo ;C lbeza larga, los variaciones casusticas del casquete, sin suponer una iklS0 particular de las amarras del llautu. Pudiera interpreta rse la s 11 j, .rmas muy puntiagudas como consecuencia del cierre prematuro de las suturas sagital o coronal, sino hubiese ejemplos muy puntiagudos, con las suturas abiertas y otras con casquetes tnues, que las presen r ta n ceEl rradas.tipo Cabeza larga, como el Aimara, es ubicuo en el territod , cJrl Tohuantisuyo, aunque parece que sus centros de mxima incide1i ela, son airas, quizs costeos. En el molerial rl rml'lcas es una rk lab iormaS comunes, probablemente pI ti po p[l~d ,11! 1f.1l1 1, ' (In los l d i tJOt lroponados de Parocas. No se f E'q lli'll 1, II 'n l l' 1 11ICt-;]lnod611 P( i 1 J'c'n :o I IX;A C ULTURI1. 8:l ro comprend0r i..lilIJ 01 l l l in N CT2C:Cl de la Lmina JI, la a lmohe-dillo Irotlto l 1110 ;; vrcrndc preSiono hasta por encima del Bregma, adems hay o lrn mohadilla posterior que aplana el occipital, dando, flg . S, una torml 1'r, I lOcos-Nazca. Crneo parecido a l Necrpolis con la diferencio quo -,,_ te no tiene la frente p lana, probablemente porqUe no se us almohn. illas sino rOScas de algodn para deformarlo. El crneo Nazca visto aisladamente puede dar la impresin d ue slo tiene deformada la fren te . Si se le compara con cabezos nOr. males se aprecia, sin embargo, q ue la distorsin afecta toda la cojo craneana. El eje de la forma es ms largo e inclinado, la curva poslQ rior esta disminuida. El grado de inclinacin vara de un caso a aIr o. Por la visin de perfil se aprecia, Lmina XXVII, que a lgunas V 0 ces la compresin frontal era alta, Fig. B; otras comprometa las emi nencias frontales y an, en casos, ligeramente los huesos propios de' la nariz, caso D. Algunos crneos presenta n lige ra concavidad del J'rol l ' fil frontal. como el de la Lmina X. En ste, el surco retro-bregmticcJ pronunciado, sugiere que se usase la rosca de la Lmina VIII. La cabeza Na zca es siempre regular. No presenta asimetra (Plu yiocefalia). Nunca la hemos visto bilobada. En algunos casos Itrll cintura supra-mastoidea, con cavidad medio frontal muy modeuIlj, I saliente a ntibregmticq. Para identificar el tipo Na zca, hicimos una revisin de colccc i'jJi, del Sur del Per: lca, Palpa, Na zca, en el te rritorio de las An lilfl lrl cul turas Ca vernas, Necrpolis, Chincha, Chanca, y Nazca. Sobre I,)(j" lue para nosotros instructiva la ' coleccin de crneos del Museo Re~lIl' nal de lea, que aunque no muy numerosa, consta en su mayor por ti:', como el mismo material arqueolgico, de productos Na zca. Tambili revisamos la coleccin del Dr. Pedro Tello, de Palpa. En el Museo de lca, donde el Sr. Pezzia nos ofreci toda clase jOcilidades, p udimos examinar 51 crneos, con referencias arqueol. cjcas, haciendo la siguiente discriminacin tipolgica : Tipo Na zca . . . . ... . . . . . .. ... . 23 Mixto . . .... . .. ......... " 3 Caverna .. . .. .. . _.. . _... . 4 Costa ... . ... ........ _'" 7 Dudoso .. .. . ....... . .. .. 2 No deforma dos . . ... . .. .. ... . . 12 [ / ti. il'l NClZ" f! I{I pn:'domiIlCln"". TI cOIIC"Old'TliC'l J rull I.J 111s d Ir.I ;egunda poca. "T la Cosla Norte, contienen c rneos Pal tCl, 'n dl~ Iill tQ~ Jorren loiCfl y 1", IrJr1T1I'"J ;nel1OS defi rlda qu~ el de J. Bird. Q I1! 'Ir. tlr ,p, 'l '(IJ ,,~ (':Lm dOlorrnocl'lf r ,,; u ri"nli 9::1; rr ~" IJlI 'lldClnclo n 1("1$ ("TU" 1j,;:I/3(li ( IJ 11 l' fj lc:llld o " t,):,. : 1:;n :)I.OG1A C lJLTUR AL 1111 OSpElC'tfl de Paracas, los moldes ms exagerados que ha usado Ir. Illll tlfilld(1ci. El II1ClpO Americano de las deformaciones cubre gran parte del 1IIIICIi(El, s.ill dejar lagunas extensa s. Uno de los lugares de mxima dOne ;'.!, no slo en Amrica, sino del Mundo fue el Per, de donde d'~1 lel C'Oslumbre con las grandes culturas Andinas, al norte de Chi :.Jvj[l , Argentina por el Sur, al Ecuador y Colombia por el Norte. :11 MGso-Amrica se sdbe de los deformadores por las obras de OT t di J 1n tiguo Imperio Maya. Del Nuevo Imperio se conserva toda va r I' '' II~OS deformados. En toda la extensin de Mxico hubo grupos 1, ,iclIlnod ores. eTi ",1 Sur-este de los Estados Unidos, la moda fue muy general , I",,r.nfldo entre habitan tes de Peascos y los Indios Pueblos. Los A l I,L'! ' Nomades tambin se deformaban y lo h~IC( TI an las trib, 1, M, I( IV ), I ll i rt y algunas de In Costa NOTo' o'::!" (~lll l LI f((moso de df'k,[ n'1ce)I 1 Il i~:rl)j l . 1 Vo ll' lnhlia r d,:-l M I~:',i~; !I" . 1'1 l'leHlcJe.l, de dondo pru , 1: : ['1 :01.01';11 C UJ :J'unl llJ, vienen los crneos Natchez llamados Increbles, por lo exage rndo de :;u transformacin. La tendencia humana a desfigurarse atormen tarse, por des ta carse o parecer mejor que los otros, tiene un carcter innato muy os tensible, para que el solo hbito de deformarse la cabeza, sugiero ne cesariamente relaciones entre quienes lo practicaron. Particularmente si se considera la costumbre de deforma rse a isladamente, sin tomar en cuenta sus asociaciones con otros rasgos, muy en especial con las otras prcticas ceflicas (treponaciones, cauterizaciones) que tuvieron igual o semejante difusin o si, olvidando el a rraigo que tuvo en algunos pue blos, y la resistencia que demostraron otros paro deformarse, se le trata como una moda trivial y no como una divisa, arraigada, que slo se deja o se a dopta bajo de te rminadas condiciones sociales. Si se contempla la exlensin paralela del conjunto de prcticas ce flicas, las explicaciones basadas en tendencias del espritu humano, se complican, llevandonos necesariamente a pensar en !c difusin o a entrar en el ca mpo abandonado de las tendencias instintivas. El s lo procedimiento de las cauterizaciones craneanas que en el Viejo Mun do y en el Per se repite con tres factores innecesarios (ap licacin pre erente en muieres y nios, forma y localizacin de las lesion es), tie ne Igual valor en este sentido, que los testimonios del folklore o de la tcnica. Desde luego, ms fci l es ignorar las cauterizaciones, que in troducir factores de un orden nuevo, teniendo por aadidura que ima inar recoridos inusitados en nuestra apreciacin de las resistencias humanas e itine rarios que abarcan perodos de tiempo, solo compara bles a los que debieron emplear los lquenes en su extensin vege tati va por el Mundo. El hombre pudo comenzar a deformarse la cabeza por cualquier circunstancia tan trivial, como la s que originaron: las coletas del frac, los botones de las mangas, la cinta en el sombrero. Algn hecho anec dtico perdido en el correr de los siglos, cre la moda, de la moda al uso y el uso hecho divisa y enrrOlzado en supersticiones y ritos se per petu. Averiguar la roZaD de las deJormaciones entre los que creen ue la cabeza normal es un defecto, es querer indagar la razn de la ;,irl razn. Equivale a preguntarle a un escribiente la razn de las le Iras maysculas o del uso castellano de la le tra H. Una vIeja Sharna del .ipl Ucayali no::; dijo que se moldeaban lo: cabeza paro no parecer monos y los SI ,ipibos . 1 1 I(1 I'~ LI .11"l('ir, q 1)e lo hacen para no lener r:abe7.a d bluf 11 'os 57. 11'I PEDH O Wnss LOH peruanos que llegaron a extremos en lo modo de deformarse 11 I cClbezo y los orejas, no pa.rece que se incrustaban piedras preciosas 1I IOf; d ientes, corno lo hacan e n Mxico, Centro Amricca y en el 1:, lll"ldor, ni hay tradicln de que se produjesen la bizquera artificial. J :1111 t' los Mayas, ser bizco era un signo de distincin, y las madres ha in l l lo posible porque sus hijos adquiriesen ese defecto. Dice Sylvanus M l lrley en su libro (36 ), sobre la civilizacin Maya: "Para producir I 1 bizquera los madres colgaban de los cabellos de sus hijos pequeos bolns de resina que le caan entre los ojos. Estas bolas llamaban la '1"llcion del nio y lo obligaban a torcer las ojos". Refiere Plutarco que para imitar a Alejandro se hizo costumbre en :11 ('orte llevar la cabeza ladeada, fingimiento que todava en Roma se " JII Ji >!lye a Pompeyo. Siglos despus, cuando Lus XIV tuvo fstula del 0 110 , ~l US cortesanos simulaban una leve cojera. Quizs a lgn perso r lfli,~ M oyo fue bizco y algn cabezn copetudo en la Edad de Piedra, '11 rfJell.lo lo costumbre de deformar la cabeza. rvlns () me nos todos idealisamos por igual nuestros propios hbitos. 1,1,! ; usos y las costumbres se transforman en leyes de las colectivida IE:1 y si se llegan a instituirse en ritos, adquieren trascendencia moral. :I >.Hu,) al ridculo, a q uedar mal. a ser distinto o los otros, puede lle ll!' ' 1 H H?r fue rza de instinto. "An la ley de la conciencia, dice Mon ki'~n( , que lo considerarnos corno compaera de la humana natura l e!":! y tiene su origen en la costumbre". lo ncos tumbrado, lo usua l. lo tradicional. sale n los modelos 10 correccin y el bien hacer. Maneras y formas risibles y ~ oesagradables, para las personas extraas, pueden ser mrllicos, de mutuo afecto o smbolo de dignidad y orgu 11 fl US campos endmicos. l,iJ g 1Il 0 W 'j(1 rC1 fll lJ:; lell.l It' '1 hJrlIlCJ O l l ,",[lllil'CI d iJULid iJu duran l," k l dUlUilllH'"'1 1 111." I.U') I I(OV' NI si O:;TI~O LOdA CULTU RAL 1m quiera se cambiaron los sistemas tradiciona les de cada regln, ms all de los cambios atribuibles a los milimaes. En la Sierra se sigui usando el llautu como sistema fundamen ta l y en la Costa se respet la prctica tradicional de la deformacln por cuna, que se venia usando desde la poca Sin-Cermica. Difundieron nicamente en ia Costa un tipo: el occipital por cuna, conocido como Inca Costeo, que lleg a hacerse general en el litoral en e l ltimo pe rodo o Pre-espaol. El respeto de los sistemas de deformar de cado regin, nos d una prueba ms de la sagacidad imperialista de los Incas. consecuentes con las tradiciones, en tanto no afectasen su gobierno. Ricardo Latcham ( 35). que en su trabajo de campo en Chile, pu so especial empeo en relacionar las formas de cabeza con las cultu ros, no cree tampoco que existlese un tipo p ropio difundido por los in cas. Dice al respecto : "En cuanto al tipo de deformacin craneal si hay alguno erportado por los Incas, no existen datos en cuanto se re fiere al terri torio chileno". Flower y Virchow ( 73), independientemente y por igual falter de mejores fuentes di::; inlormacin, opi,naron que la tabular oblicua eFlat h eads ) era propio de los quechuas y quizs de a lgunos clanes incas". Solo a distancio del territorio peruano y en una poca incipiente de la Antropologa peruana, se pudo e mitir una opinin ton desacertada. Las formas de cabeza que caben en e l ancho cartab6n de tabulares oblcuas. con el agregado de cobeza chata, Flatheads etrmino ste actualmente circunsmto 01 tipo Huara) son preferentemente costeas y arcaicas. latcham en Chile desech tambin la pOSibilidad de que las formas tabulares oblcuos fuesen incaicas. Al 'respecto dice: "No puede haber sido obro de los Incas. pus era muy anterior a la inva sin llevada a cabo por ese pueblo". Agrega ndo ms adelante : "Ve remos que el tipo de deformacin mencionado ( tabular oblcuo). ha bia desoparecido mucho nntes de la llegada de los Incas". El estudio tipolgico de las deformaciones e n los crneos y lo Ce> ,rnica Antropomorfa. nos ensea que las defo rmaciones tenian no 50 lmnente significado cultural, sino tambin SOC101, y en este ltimo sen tido, no solo tenan signilcado las formas. sino lamblf~n el grodo de dlslorsin. As se explica la diversjdad de formas de cabezo. e n un(1 ~Tlisma cermica y en los mismos conjuntos arqueol6gicos. 8n :f>Tl1f-m!c,rlus do 1r)!S q ue salPrJ C(TbeZC1~ I lorDlrI.~&,.... p i!> 'ch' "Jl oUrra C1!Qllnrfl'. ,1, 1[J l lI l Idns y ullre los dE"IOf/ II(!,j,p ,:eH 1r'trr:'1 II1'(l111 11 do 11II 11j'1, 11 (1 1111(, ' :(J ,,1 1, 1111 1lllJi" , IU'" 1"1 ,1 1' ,.lrl '1 Clle, '1' ICtQ t~unklli II/Ih llI ti OSTEOLOGA CULTURA L 109 hgenCl0 y por privilegio grande concedian los del Plru a a lgunos seo res, a quienes queran favorecer, que formasen la s cabezas de sus hi jos, de manera, que los Reyes, y todo los otros de su Jena je". Fray Bartolom de los Casas en su ApologeUca ( 9), hace referen cia tambin o formas de cobezas propios de los linajes nobles. "Los seores tomaron para si, dice, y para todo su linaje, que se llomaban In go, Ires diferencias de cabezas; puesto que despus algunos de llos comunicaron o otros seores de alguna provincias, :Jin que fUesen del linaje de los ingas, por especial privilegio. La una em que ocostum braron a formar las cab ezas que fuesen algo largas y n o m ucho, y muy deigad::Js y empinadas en lo alto de llas; y lo que O nti me parece por ha ber visto alguno de los seores del lina je de los lngas, la form(, ' 8 ellos era ni mas ni menos que lo de un mortero, La segunda Iu,~ ue andaban siempre trasquila dos, no m uy atusados, sino cQmo tros uilados d tiempo de seis mese s. La tercero, que traan una cinta n a gra de lana de anchor de un dedo y de tres (", cuatro brazos de larg.) a lrededor de lo cabezo. Y Allende desto, el Rey o Seor supremo, qUE' por autonomatice y p or exelencio llamabon Inga o Capoe ( que sig ni rlCa Emperador y soberano prn cipe) trao al coba desla cinto uno bo la colora da o de grano, grande y de fina lona, q ue le colgaba sobre la frenle, hasta casi la nariz. la cual echaba l a un lado cuando quenu ver: por autoridad y ma iesta d echabasela en medIo del roslro; porque no le mirase alguno en l sino cUClndo l quisiero que le viesen". Tenemos as referencias de la existencia de un molde de cabezc. distin tivo del hnoJe de los Inca s. cuyo uso se concedi como p rivilegio, a a lgunos :5eores a q uienes se quera honrar. De los Casas, a dvierl que las cabezas de los Incas eran "algo alias y no mucho", descri biendo una formo : "delgada y empinada en los a llo de ellas ... " "ni ms ni menos que lo de un morte ro"; Torquemada ]f'!curre a la misma :omporo cin can un "mortero de barro" formo que parece corresponder a n uestros Upos A imora y Cabeza largo. En el conjunto de Mac Cur dy, sacado de Machu Picchu, e l Upo Almora es el predominante. Torquemado y de los Casas dejaron consloncia explicita de qu los Incas acostumbraron deformOTse le cabezo, oparantemente' con un pe.! por llaullJ, nuestro tipo Almora o Cabeza Lnrg'l, modo!ida 1, 1 d, I"flllcldril! dc~ TiC1h llC1I':lC'0, Peracos y NozCt:t, Do Jus , '1"1 hl 1 111 1 11, lIT 1, I 1JI 60. 110 PEDRO W ElSS Es signIficativo, por otra parte, que nicamente Torquemada y de los Casas, hagan mencin de un rasgo tan importante , como sea 10 obezo deEormada de los . Inca s. Solo de haber sido una deformacin 1I1 1 1Y moderada, pudo pasar inadvertida a cronistas acuciosos, por los llO conocernos verda deras minucias del aspecto fsico y las costumbres d",! lhmo neo y sus fa miliares. Garcilazo, que en su niez jugaba en I regazo de sus tos, los prncipes imperia les, trasquilados : "como de 11'21Inpo de seis meses", no se habra referido a la deformacin como una partlcularidad de los lejanos Palta. Pedro Pizarro, que anot pe quenas detalles de la fisonoma de Atahualpa, no pudo pa sar por a l to una cabeza monstruosa. En las crnicas de la conquista se repite : In rorma de vestir de la nobleza incaica, el corte de cabello, la manem y oportunidad de la huaraca, ordenacin de caballeros: auquis, con los que se les confera, despus de pruebas fsicas y de carcter, el honroso ttulo de Huaman. Las deformaciones exageradas, fueron algunas veces distintiva; costas privilegiadas en el Per, pero no es p robable que lo fuesen ie costas guerreras, ni de los que vivieron activamente las pocas d fllcrrs. Nos podemos imaginar a los sacerdotes del Antiguo Imperio Ma yo, L los ltimos Vallois, los ltimos Felipes, a Carlos el Hechizado, afa~ !10f!OS pOI exagerar una moda para distinguirse a distinguir a su descen donclcr, pero de ninguna manera .0 Carlos Magno, ni a Pachacutec a Hlio!llw:crpac. I.,n Qpini6n que segn Juan Sa nta Cruz Paeha cutic ( 52) tuvieron Incus, de la s cabezas deformes, no abona tampoco en sentido de que ";OtCISHl la moda de la propia deformacin. Dice lo siguiente el IltlIcr Pachacutic, refirindose a los hechos de Apo Capae, ler. Inca: , mIsmo Inca les haban mandado que atasen la s cabezas de las 11'11 ' HUS para que sean simples y sin nimo, porque como los indios J/On cabeza y redonda s'.lelen ser atrevidos, para cua lqler cosa n lIIobedienles". Y en otra parte refiriendo los hechos del 3er. Inca I.toqut;! Yupanqui dice: "y tambin haba mandado que todas la s na lo lnS a l sujetas les ata sen las cabezas de las criaturas para que secm largas y quebrantadas de hente, para que fuesen obedientes" . La Arqueologa y la His10ria d an argumentos que justifican la des ~onfcmza que abrigaban los Incas por la gen te con cabezas normales, ,.,mee que los Chancas de Andahuaylas, que en tantos aprietos p usie ron (JI Impero, o juzgar por crneos de Wambuchaccr Chalhuanca le- exisle en e l Museo Peruclno de An tropolorJlo, I 'nlOl] I;Clt)9ZaS re , como tcrmbln los leruon los Cenlrou And.l'I('. di' VOtiYos Y h 'l .ul.CJciA C U.TURA' JII Huarocbiri, cuya behgerancla es proverbial. En cambie 105 Collao; y Pukinas, que POI repetidas referencias sabemos que delormabal su: cabezas, fueron segn Garcilaso "ms simple s y dcil que otros indio?". Dice Fr. Martn Morua (42) : "Hallase asi mismo memoria de olrcH" suerte de gente as como Callas, Pukluos y Urus, lodos estos eran gen te que servian al Inca en la guerra, despus que conquist la rica, g rat, de y llana provincia del Collao y como tenan los no,mbres dlslinlos osi se diferenciaban en los hechos de la guerra y en el ejercicio de la~ arma s". El Inca haba incluido en su guardia a los Callas y Pukinas, grandes e impertrritos deformadores. Esta otra cita de Fr. Martn de Morua (42 ), a la vez que nos dq Ulm clara v isin de la fisonoma de los indios d eforma dos, hace ver quP formaban parte del cortejo del Inca : Dice as Morua : " y cuando el In ga iba fuero de esto ciudad llevaba mucho a parato de indios, los. cua les eran y son de color castao, como a triciados y por la mayor parla de menor esta tura de nosotros. Tenan jos fren tes ancbas algunos d ellos, los cuales se hocan as artificiosamente, y a las criatura cuandc nacen, q ue les atan la cabeza por delante y por delros y por lodo 10 frente, hasta las cejos, apretabanles de tal manera que casi les hOcen saltar los ojos, a unq ue ahora por maravilla Jo hacen y lenfon estos le, blanco de Jos ojos a lgo turbio". Montesinos (40 ), no menciona las cabezas deformadas, que q UI zs en su poca eran ya raras, pero se refiere a otros distin tivos de grUpO, que por no haber sido blanco de la persecucin religiosa, dura ron m s, a lgunos modilicados a la usa nza espa ola, I:asta la actuo lidad, se sa lvan de la homogenizacion criolla . "Puso este rey, d ice MOTl tesinas ( se refiere a Inti Capac Yupanqui) , como ley que se guardc) inviolablemen te y aun hoy se experimenta su observancia, que los de cada provincia, as hombres como mujeres, anduviesen con sea!l, para que por ella fuesen conocidos. Esto se guardaba con tanto rig o que si alguno o algunas venta sb dicha seal, era cosiigado, porqu por ella eran conocidos del rey, en viendo la seal. de que provjnckr eran, unos traian trenza dos los cabellos, otros sueltos, otros en ellos sr ponan unos Gros como de cadezos; otros unos paos; OITOS una h Olldr l hada en la cabeza; otros unas lIenzas, y cada prOVincia se conocCT por su tocado o por su vestldo". "Para ser conocidos por caballeros d~? In sangre real. tenan las orejas horadados con agujeros por dond", , .'0 biCln graIJdes rod!JI"!~ .:lo 'Te, O pla ta , Cl quienes por eso lIatlJOf'.JI l,~n pooles OrG10I 1I'>f" 61. 11? P EDRO WEISS Aparte de; nues tro 1ntento, no conocemos otros, para distinguir ca !( '(lodas, oficios otras particularida des sociales, por la forma , de los .'roneos, los prendas de cabeza o de peinados de las momias y los hua ,!nl; antropomrficos, Se ha descuidado este campo promisar. J)~. lo s Casas, en su Apologtica, parece continuar lo relacin de Mon tesinos cuando dice : "A cuesta diligencia desta s seales para cog Tlocorce las personas de que provincias eran, parece poder ayuntar k li; costumbre antiga, que ta mbin tena cada provincia, de formar JI,I!'] mismos cabezos, porque fuesen cognocidas los vecinos de cada llllCl dellos; y as : cuando infantes, que a cababan de nascer y de a ll I(j,donte, mientras tena n las cabezas muy tiernas, les a taban cierta s v' 'lIcias o paos conque les amoldaban segun la forma que querian Il/vi sen ios cabeza s : as, unos las deformaban a nchas de frente y an los los de colodrillo; otras a nchas de colodrillo y angosta s de frente; 0 IICI' a llas y empin a das y otras bajas; otras angostas y afros de otras maneras; finalmente que las formas de la s cabeza s tenan muchas in- Ilciones y ninguna p rovincia , a l menos de las principales, haba que no iuviese fOIlIl1a d iferente de las otras cobezas", En este prrafo, de la s Casas nos d noticias de forma s propias de obeza, usadas como divisa o d is tintivos trivales, Se confirma as por 1(1 hj~lorio, lo que se presuma por las arqueolOga, esto es: la exislen lo moldes de cabeza de Unaies nohles y m oldes populares, distin lo los parcialidades o provincia s del Imperio, Se explica as lam '!oriedad de tipos de de10rmacin en una misma cermica. 1 (1 no hay gente que se deforme la cabeza en la Costa ni en la IfCJ poruqno, la costumbre ha queda do relegada a la s tribus Amo lB, Sin embargo, todavla muchas parcialidades serranas osten t~1] .).!'i IlI lIosas sus a tuendos tpicos de colores a legres, distintos a los monotonos de los vestidos mestizos, fjl UII verdad , como dice el cronista Pachacutlc, los Inca s propaga roII In costumbre ele deformarse las cabezas, para hacer a sus sbdi 8111111505, sedan los nicos gobernantes que recurrieron a una de [ol1 flCldn corporal con un fin semejante. Ha sido y es comn fomen 1111 supersticiones, preuicios sociales y a n propagar vicios, pa ra man 1! 'liGr estados sociales, pero no se ha dado el caso en la historia huma na, lE l'E 'C"lJrrir O una deformacin corporal, corno lo hacen colectividades InSE"rlos, para mantener la estoblidad de castas "abejas). Le! medida revela sagacidad y un espir1.tl.l da obsr'rv",rtCln suUl. que . , ~.-;,! c;('zmo~ra juzgar desde nuestro punto do vi'i!rr. ohrldnndo la c()l l d iCj.~n d('l Individuo comn rm aqul?llos POCC!IJ. 'rt l' lcrr loll con 0 1 S'T"COLOciA CuLTUnAL I IJ Esta do y el Rey y lo que es m s, el signiiicado de la misma costumbr de deformarse para los Incas, que probab lemen te la pradlcaban, Fue poltica genera l de los Incas, y con ello aventajaron a los es pa oles, dejar a las naciones conquistada s sus usos y costumbres, en la medida que no perturbaban la buena marcha y concierto del Imperio. Por el contrario, hbilmente fomentaron el culto por jos distin tivos de la s parcialidades, "para que fuesen conocida s del rey" y "se dis tinguiesen en los hechos de las armas", Forma de estmulo, que revE' la h ondo conocimiento de teclas del alma humana, sensible en todas la s pocas a las insignias : gorrita s, ba nderines, escarapela s. acicates de superacin y herosmo individua l y colectivo. El edificio del incanalo no se levanta sobre tabula rassa. Sus ral ees pretritas, ofuscadas por las fbulas de la dinasla Inca, salen cada vez ms a luz con las pala s de los arquelogos, Abajo el Tiahuanaco, que en su extensin a lcanz los mximos ideales de expansin bolivo riana; de Chavn, cuyo panamericanismo resulta cada vez ms sorpren. dente , se vislumb ra por Jc Osteologa cultural, en una poca an terior a la introduccion de la cermica, la difusin a lo largo de lc,l costa, proba blemente como lo insinu Uhle: "trad a por tribus ms adelantados", e l uso de las cuna s deforma doras, arraigado, como un carcter uniform e regional costeo, hasta la venida de los espa oles, Sobre todo a quel posado que forj la riqueza artstico y monumeo tal, resalta la habilidad estadistica e imperialista de los legisladores Incas, que logra ron consolidar el nico imperio absoluto de Amrica. Imperio a ma lgamado por condiciones h uma nas a ntagnicas a la idiosincrasia del nativo, como son : constancia, laboriosidad, resigna cin, sentido de la responsabilidad, Cua lidades que a un persisten en todos los luga res del Tahuantinsuyo donde, no han llegado los idea les de vida deJ blanco peruano ni del mestizo. Merece comen tarse como pruebo de la unidad lograda por los in cas, que no obstante, que la expansion del Imperio sobre Naciones qu haban vivido largo tiempo libres, con idioma y hbito prop ios, debi producir cambios que vulneraron sentirmenos arraigados, en el cur so de lo Conquista espa ola, a d iferencia de lo que ocurri en Mxico, no trascendieron otras rivalidades, que las de los mismos miembros de la Casa Real del Cuzco, ni en la Colonia hubieron levantamientos de mdjos, contra la dominacin espaola, que no s("! h iciese por miem bros o a nombre dr> la nobleza Inca, er estabilidad dol TlI1(lolio facilit e l domin io (~f1Clilol. Plzorro tllll haber odo ti T'lularco. )11 r l ModllaveJlo, POI' intiI( 'm, repUl, (.111 62. P ~DROWF..!SS 11 rii311('ndo contra la persona de Atahualpa, la estrategia de Alejandro, TI la Conquista de Egipto y del Reino de Dara. Golpe que segn el oJlwntorio de Machiavello, es el certero, para aduearse de los Esta t09 feocrllcos, donde a l cesar la autoridad divina por causas exter 1q lli-Memfoll (7 I ql llm l r I "lcs hue Osn:oLociA (,UL, 'UHE> i II ~I sos muy deteriorados permitan ver que los crneos erarl de larma dos, y algunos trepanados. "Los cadveres estaban juntos a cer6mica pin tado y gravada de con feccin muy fina. Provenon de los cementerios uno del mismo Tiahuanaco y airo distante algunos kilmetros, pr6xi mo 01 ro Huaquira, advirtiendo: "la cermica del cementerio prximo a la poblacin de Tiahuanaco era ms fina que la del cementerio prximo a l ro Huaquira". De los dos vasos, figurados en su publica cin, uno, por la figura del jaguar completo e importancia secundaria de los motivos geomtricos, parece clsico. Gran parte de la coleccin reunida por Posnansky proviene del perodo clsico, y los crneos de ella no deformados constituyen una excepcin. En las fases posteriores de Jo cultura, el uso general de la deformacin es evidente, se confirma con la simultnea distribucin geogrfica. Bennet encontr en el nivel superficial del pozo V en el mismo Tiahuanaco, crneos deformados, junto con material decadente y Chul po. Ya hemos hecho ver y es hecho bien conocido, la relacin de la deformacin circular con el material Chulpa o sea Post-Tiahuanaco no Inca. Todava despus de la conquista espaola las gentes del Kollao continuaron deformndose la cabeza, a pesar de la persecucin espa ola. LOS TIPOS DE DEFORMACIO N CEFALlCA TIAHUANACO FUERA DEL LUGAR DE TIAHUANACO El ms aulntico mdicio del a uge de una colectividad es la proli feracin humana. En las colecllvidades deformadoras la tipologa fa cilito mejor que cualquier otro rasgo, la iden.tificacin cultural de los restos y permite apreciar el desarrollo y difusin de lo cultura. Como veremos, Jos moldes de cabezo usados por los Tiohuanaco, undantes en la regin del Kollao, se difundieron con !er cultura, que dcmdo por otro la do, como minora en cementerios, donde predomina' otros tipos. En los cementerios de la Costa Peruana entre muchos crnQos d oltos formas se sll(l l ,~ ,~ncontror algunos nima ros. Lo h Q/1l03 vorlfl C:O(1(.l con .JI Dr 1'( 11' , ,'11 1'1 t},lCcovaciones clFl Huarmoy '{ C:OuuQ, p ( ,r 'Olln IIll OIJIO ') 11 1II II d"'1 ,. TI"'VIr,klli dol q~.,r' ilrrr d, Lt1tul3 ' JI Sin ti,,! p, 65. 12U PEDRO WEISS lI. TambiE~n en la coleccin de huesos provenientes de Ancn 1 del Museo de Pueblo Libre. Al mismo hecho se refiere Posnansky (5 1) cuando dice: "autc tonos de Tiahuanaco con sus cabezas deformadas fueron trasportados varios puntos, llevados quizs como jefes, delegados a provincias, pUt:lsto que algunos de esos crneos se encuentran tambin disemina dos en pequeo nmero en las sepulturas ms a lejadas del continente como por ejemplo Pachacamac, Chim, Rmac y otros lugares ms al norte , a s como tambin a l sur en las sepulturas de Usmira, Asnapu q uio, Tocardi en la regin de Atacama y Valle de Calchaqui". Quizs las cabezas anulares costeas, correspondieron, como su pone Posnansky a gente de algn arte u oficio que venan del Kollao. en lo a ctualidad el espritu errante de los herbolarios aimaras es ma IJi!lesto; peregrinos sin descanso, se les encuentra con su comercio mo rir 'sto de hierbas medicinales, en lugares muy a lejados de su tierra de llfigen, en Argentina, Bolivia, Costa del Per. La tcham ( 35), tambin encuentra crneos aimaras a islados en Chi k., on cementerios de cultura Atacamea indgena. Este investigador ~ E'l primero que es tablece de !I1anera formal la relacin entre la Es- 11I 1stic:'1"f Tiahuonaco y la defonnacin aimara en Cementerios Chilenos, Sus conclusiones tienen especial valor entre otras razones, porque rolleren a una zona de extensin marginal. donde los estratos cul- 1(i! cd'JH intrusos debieron estar bien diferenciados, Mediante estudios IiCQ;:i y continuados por aos, Latcham reafirma la sucesin de es culturales encontrados por Uhle en Chile: a )- Etapa Tiahuana ,11 ) Etapa Atacamea indgena; c)-- Etapa Chincha a tacame (1': 1, e l In que las influencias chincha son predominantes y d )- Etapa ilit'; ,'il' l l UlUy breve y poco difundida. , 1:1I los unlcos tres cementerios de incuestionable poca Tiahuana q~C' ll(J, "ncontrodos en condiciones que permitiesen un examen prolijo ir.; [1 11 e ~ntp.nido, los crneos deformados eran casi lolaimente de tipo l~ il'CIII/erencial de 1mbelloni, tipo a imara de D'Orbgny", ( Sic), CUClndo desa parece la civilizacin Tiahuanaco, dice, la reemplaza ilnn cultura local la alacamea indgena, que se extiende tambin a lodo e l territorio atacameo, desde Arequipa a l sur, y que Latcham si (11 Licmdo a Eric Boman, la identifica con la de la Puna de Atacama: y [ljl /Y, "Con el cambio de cultura , cambia tambin la for mO' de cabezo )a'lI'Jr" lIdose tobl11crr obIcuJa de Imbelloni". "Hemos ,'hx ludc'lO, dice, 9X !on",s prl (;eman tenos de este perrada on SflJl pec/ ro d Aklt'nma, Cl1in. Cu re MOff'1 10 1 AnloJaqasln J, Q llil l'."dl,.~. Toce,) ,!ll" , (:cbi OSTEOLOGA C ULTURAL 121 ja, La Lisera, VaUe de Azapa, etc. En todos ellos, dice La tc:ha m, bemos encontrado cierto nmero de crneos ( ms o menos 40% del tota l ), con la deformacin citada". "Se hallan adetms, pero muy escasos cr neos de deformacin circunferencial al parecer reliquias de costumbres anteriores" . En varios otras excavaciones, en Antofagasta, en Cobija y sus a l rededores, en la quebradlta "Agueda de Martnez", pudo Latcham es tablecer que la tabular oblcua era patrimonio de la poca cultural ata camea indgena, "cuando la expansin hacia el sur y hacia el este de las inlluencias culturales chinchas, se introdujO en todo el territorio, la deformacin tabular erecta, poco a poco desterr la anterior". Lat cham no encontr en Chile un tipo propio de deformacin Inca. Hay que lamentar que los trminos tabular erecta y tabular obli cua no permiten por s solos identificar un tipo. En la referencia de Lot cham caben varias formcrs peruanas, tan distintas como los tipos Ca vernas, Paraca s, Necrpolis, Hua ra, Inca Costea, o Pre-cermico, Fran to-Occipital Costeo. En 1954 examinamos, gracias a la cortesa de l Pro/. de Arqueolo ga de la Universidad de San Agustin, Sr. Jos Mara Morant!, los cr neos del Museo Universitario de Arequipa. En un grupo de 12 crneos, encontrados junto con alfarera Puki na de Churain en las proximidades de Arequipa, 7 eran deformados por bandas, de llos 5 cilindricos, 2 erectos, 3 oblicuos: 2 mostraban un aplanamiento de l occipitql producido probablemente por ba ndas con lmohadillas al uso de Pa racas. Visible es la rela cin de la estilsticcr Pukina con la Tiahuanaco. En la misma coleccin del Museo de la Uni versidad hay