ossio introducciocc81n a ideologicc81a mesiacc81nica
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8/11/2019 Ossio Introducciocc81n a Ideologicc81a Mesiacc81nica
1/20
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COLECCIONB BlIOTECA DE ANiROPOLOG,A
DIRIGIDA
POR IGN CIO
PR DO
P STOR
EN
PREP R CION
ICONOGRAFIA EN EL ANTIGUO PERU
TOM ,ZUIDEMA
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DEL
MUNDO NDINO
ANTOLOGIA DE
JUAN M, OSSIO
A.
EDICION
DE
IGNACIO PRADO
PASTOR
- - ~ . .
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8/11/2019 Ossio Introducciocc81n a Ideologicc81a Mesiacc81nica
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'F t.
0 8 0 F
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Queda hech el depsito que marca la ley.
Copynght Ignacio Prado
Pastor
Segunda Edicin - Octubre 973
CREER
EN
L
HOMBRE
S
AMARLO
y RESPETARLO PROFUNDAMENTE.
AMARLO
Y
RESPETARLO
SIGNIFICA
ENTENDERLO EN SU CONTEXTO
.
SOLO
ENTENDIENDO
AL HOMBRE EN
SU CONTEXTO S POSIBLE
ESTABLECER
LAS BASES
PARA L DIALOGO.
\
,
ESTA ACTITUD
es
QUIZA,
LA QUE MEJOR DEFINE
L A
LABOR
DE UN
.
ANTROPOLOGO y LO QUE S EVIDENCIA
A
TkAVES DE
EST
t
ANTOLOGIA. \
IGN CIO PR DO P STOR
6 2 3 4 2
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IDELOGI
MESI NIC
DEL MUN
DO NDINO
~ 1 ' 1 , ' .1, , , r , i l . .
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l
W _ : : t . ~
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.
,
INTRODUCCION
Esta seleccin de textos y artculos tiene fundamental
mente dos propsitos: demostrar cmo a travs de varios au-
tores, nacionales y extranjeros, la mentalidad del campesi
nado andino manifiesta continuidad y coherencia en
el
tiem
po y en el espacio, y destacar la importancia de
las
explica
c i c ~ e s S l ' p E ' r . e s t r l J ~ t u r a J e : c o n reoecto . . a los estudios sobre
mesianismo. Estos propsitos encierran, adems, dos facetas:
por un lado, mostrar la coincidencia -algunas veces desde
perspectivas distintas- de las interpretaciones de los autores
seleccionados, y por otro, presentar la evidencia emplrica
para que los lectores saquen
sus
propias .conclusiones.
Todo anlisis sobre una realidad social debe saber dis
tinguir entre
el
nivel ideolgico (sistema de valores y creen
cias) y el nivel emprico (o de
las
acciones) (1), pero en la
mayora de los estudios sobre el campesinado andino esta
distincin (explcita e .implcitamente) ha estado ausente y
adems, generalmente se ha puesto el nfasis sobre el se
gundo nivel. De aqu, adems de una carencia de marcos IEl h
ricos apropiados, que se hable del progresismo de tal o c ~ i
. comunidad, cuando ni se sabe cul es .su concepcin dl
tiempo; que se expliquen fenmenos como las migraciones,
aduciendo razones vagas como el efecto de demostracin .
sin antes averiguar aspectos como sus creencias con respec
to
al
incesto y reglas matrimoniales (2); o que se proyecten
algunas polticas agrarias que buscan concentrar en zonas
fijau los terrenos de cultivo de
las
familias campesinas, cuan-
XI
J
l
.t
1
-
8/11/2019 Ossio Introducciocc81n a Ideologicc81a Mesiacc81nica
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ea es
la dispersin . .
o su id I
aun, que se calif ique al o la rotacin (3); y
ms
grave
e ignorante, nada
ms
campesinado Indlgena de Irracional
nuestras mismas categori
ue
por no participar . plenamente de
~ n f a t l i a n d o
pues el nivel
a:
m
~ ~ t a l e s
y de la cultura nacional.
( larse l levar po r sus ro i p r co uno corre el peligro de de-
, redadas de su ambi
Pt
p
as
representaciones colectivas
h
ob' t'
en
e cultura l y so ' I ' e
, je Iva a algo que no
e . .
Cla, y
de
dar real idad
Investigador As el ' s SinO tina construccin mental d I
te d . Investigador
se
e
e
un
monlogo
en el
cual
l mi
convierte
,en
el
ejecutan-
Al
incidir s b " smo
se
forja los dilogos,
t o
re el
nivel Ide l ' ,
mccin de un dilogo real o
og
lco se posibilita la cons-
vldad
en
el estudio
de
la
reat
por
e ~ d e una
mayor objeti
solo
se
limita a dalo ' Idad social, El investigador no
plas, co(1strucciones
I S9
ar
c ~ n s l g o
mismo, sino que sus pro-
. pllP
8 r(lnfr
que conforman la realidad . ' , ' ont9r ;
o
las
de
a q u ~ l : l e
' .
construcciones se verifi carestudiada, y
aSI,
la validez de sus
mo ben dice el ant
1
,
al
po slbllltarse este di
l
ogo C
ropo ogo
in l '
'
reconocer que
l
( , . g es David Pocock " I
tre tres - l m' soclologo) est inmerso
en
uln d' :1" es a
" Ismo, la s o c i e d a d ' la ogo en-
que la objetividad peculiar estudiada y sus colegas
reclamar '
,.
a
su
trabajo
se
-
_ preclslon cientffica E preserva y
pu
ede '
,, guno los interlocutores' d s
claro .que
si
l
elmina a
n r e g ~
la Indi
vi
dualidad de la
e,
este dialogo
-es
decir,
si
pmpla experiencia sobre ella sociedad estudiada, o la de su
disciplina
particular_
el
dilO
o la
de la
sociologa como una
las representaciones cOlec'o
es
roto y l vuelve a caer
c l ~ d a d .
(Pooock, D.,
1961
Ivas de su propia u otra so
Wrnch sugiere que la " '
p.
t
105
En
trminos similares
pararse ms
p r o p i d m e ~ i ~
rn
e r c c l ~ n
social puede
c o m ~
u.na
conversacin que con
cO,n
el rntercambio de ideas
en
sistema fsico" (Win h la rnteraccln de fuerzas
en
c , Peter
1967 1
un
a
una
sociedad
es
ms
C O ~ O p . 28.)
Asl, entender
uno tiene de
un
lengu ' aplicar el conocimiento que
que aplicar el
c o n o c i m i e a ~ ~ o
para entender una conversacin
'mecnica para entender I que uno tiene
de
l
as
leyes
de
os m
ec
anism
os
de
un
reloj,
XII
Es
pues esta carencia de dilogo la que hace que nuestro
campesinado sea tan malentendU
o.
Es
penoso ver 'que debido
a los intereses dominantes por los problemas de cambio, mo
dernizacin, desarrollo Y dems temas afines, que
en
el fon-
do encubren m'otivaciones ,politicas, nuestros cientficos so, .
ciales, al igual , que loS ' cronistas Y administradores colonia,
les de hace 300
anOS,
' sigan proyectando en la vida de los
diferentes
grupOS
tnicos que habitan el territorio nacional,
una serie
de
valoraciones subjetivas para just ificar su inter
vencin (o la de los administradores nacionales). Si bien
ahora los argumentos sobre la idolatria de los indios no son
los predominantes,
s
lo
son
aquellos otros que
se
presentan,
igualmente santificados bajo un halo cientfico, como "subde
sarrollo", "analfabetismo", etc. Esperamos que a lo largo de
las pginas
de
esta antologla los lectores descubran que no
todos los peruanos pensamos igual, Y que mediten que no
todos estamos obligaaos a
~ ~ h s a r
:pal; mien\ras un sec
tor de la poblacin sigue los lineamientos de un pensamiento
secular
de
orientacin dinmica Y empirica
_al
cual se le da
carcter
oficial-
existe adems otro, cuya orientacin es
simblica,
en el
sentido que se expresa predominantemente
en
metforas, analog1as, ,etc., Y que
se
enmarca
en
categoras
miticas (4),
Si
bien se trata de dos pensamientos diferentes,
cada cual
es
tan racional como
el
otro Y no
se
le puede dar
primaca a ninguno, Cada. cual es perfectamente vlido Y la
nica lelacin que debe existir entre ambos
es
la del di-
logo (5),
En
la mayora de los escritos sobre la ideolog
1a
del cam-
pesinado andino, sta generalmente ha sido tratada coma
algo extico, desglosada del contexto social
en
que se da Y
dividida.
en
compartimientos estancos carentes de toda rela
cin,
Es
a partir de
la
dcada de\.60 con la irrupcin de cier
tas corrientes fenomenolgicas
y
estructuralistas, representa
das respectivamente
en
los escritos de Mircea Eliade Y Claude
Lvi-StrausS, que los estudios sobre ideolog
1a
andina en
el
Per alcanzan cierto grado de sofisticacin, Los trabajos de
XIII
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,,-, '
" ",
,
Mircea Eljade se introducen ,gracias al estfmulo del Dr. Ono- '
rlo Ferrero, quien
en
el ao de
1966
inaugur ,la primera
c- ,
tadra de Historia de las Religiones
en
la Pontificia Universi-
. ,
,
.r.1
'
dad Catlica del Per;
y
los de Lvi-Strauss gracias 'al ,
..
(
Iimulvde
I;j;
,
T,
Zuidema
y.
recientemente '.de"Nilthan Wachte .
-'.'
. y
Alejandrq '
Ortiz(6),
.
, '
-j
" "
HEimos
escogido
el
trmino de "mesinica" para carac-
terizar Ia ideologfa del mundo. andmo presetada
-en
esta an
tologa pues el tema central es la figura de un Principio Uni
tario
(7)
que ha de restaurar el orden desruldo por la Con
quista espaola,
Al
escoger este tema como centra
l,
lo he
mos hecho pensando que alrededor de
l
se hilvanan otros
que nos permiten establecer con cierta claridad las diferen
cias entre el pensamiento del campes
in
ado andino y
el
nues
tro, y precisar l
as
categorfas mentales con que este campe-
.
~ i l a c i o
pens
' y
aun piansa'
sU
'S
re
ilcionls sociales, ' l tinl-
po y el espacio.
Es
por esta razn que inclumos algunos tex
tos y artculos que
si
bien
,10 se
ocupan exclusivait.ente del
tema de mesianismo,
s
tocan aque ll os otros que se hilvanan
con ste y sin los cuales, por otro lado,
rio se
destacara la
especificidad del mesianismo
en
el mundo, andirio .
As, los extractos
de
"The Ceque System
Qf
Cuzco", de
Zuidema, tratan de la visin indfgena de la historia y del
tiempo, pero son relevantes
al
tema del mesianismo andino
pues ste se encuadra dentro de una concepcin partic
ul
ar
del tiempo y de la historia, que
es
precisamente la que define
Zuidema basndose en las crnicas de los siglos XVI y
XVII
Pero adems, el trabajo de Zuidema
es
til
en
el sentido que
nos sita esta concepcin del tiempo y
d&
la historia en su
contexto prehispnico, sugiriendo as que .el desarrollo de la
Ideologfa mesinica andina
no es
slo el fruto de una situa
cin contingente, como fue la Conquista, sino que ya estaba
latente antes que sta
se
produjese,
El
artcu lo de Nathan
Wachtel titulado: La visin de los vencidos,
la
conquista
espaola
en
el folklore indgena", al igual qu
el
'de Zuidema,
no
i ~ c i d e
dimctamente
en
el tema del mesianismo, sino que
XIV
, manera cmo los indlgenas de
trata comparativamente la ' esentaron
y
se
re
_
Mjico, Guatemal
a
Y el
per.u se
:eP:ndose
en
testimonios de
presentan conquista
e s p a n ~ ~ ~ i e n ~ ~
hincapi
en
Io.s rasgos
sus respectivos folklores Y , ' N bstante este articulO
I d'ferenClan o o , .
estructura les que os I
~ s t a
antolog
fa
p,orque, ,
se
es
relevante
al
tema centra
e,
' ' de la conqista Y desa,
. I 'n entre
VISI
n
o
t
ab
lece una corre
aCI
" D esta manera,
se
con
rrollo de movimientos meslnlCOS
l
, c e quista" (guatemalteca),
. I "Dan
za de
a on "
cluye que mientras a , I "Danza de las plumas
la "Danza de la Gran ConqUista Y
da
de
con juncin entre
., ) resan una I
ea
)
(
ambas mejicanas exp d de Atawallpa" (peruana
- I la "Trage
la
indgenas Y espano es" ' , E opinin de Wachtel esta
'd de dlsyunclo
n
, n , d mo-
expresa una I
ea
I .. n con la presenCia e
, , uardar
re
aClo
'd a
disyunclOn parece g , d'na
al
igual que la I e
.,' en
el area
an
I , te
vimientos
~ ~ s l a n l c o s on
I S danzas mejicanas Y
gua, o
de conjunCIOlJ,
&X:lrss:'lda ,a
d
, on la
ausen
a
'
de
",s.os '
. star
aSOC
ia a c t
malteca, pareCiera e
.,
de
Wachtel
es muy
Import
an
e
movimientos. Esta conclUsiOn bas reas estuvieron some-
P
ues nos sugiere, en vista que s'lmilar una explicacin
, de colonlza
Clon
I
tidas a un sistema co untur
al
del desarrollo de os
ideolgica Y no. ,tanto
u ~ a e l m ~ n d o
andino , Al plantear esta
movimi
en
tos
mes anlCOS
e . 'd sobre uno de los temas
idea de disyuncin.
, w a c h t e \ a l ~ ~ l e : I O g l a
andina sino tambin
fundamentales
no
solo de I y
que
veremos repetirse
.
al
en genera
de
su
estructura
SOC
I ,
de
esta antologa. Aunque nos
en casi todos los traba
jOS
f con respecto a Guatemala
falta una mayor base compara
Iva
" , de disyuncin entre
er
esta Vlslon ,
y Mjico, a nuestro parec" a una manera muy caractens-
. indios Y espaoles
se
remite b' el orden csmico sobre
d
' o de con
ce
Ir
' '
tica del mundo
an
n e uilibradas por un PrinCipiO
la base de catego
nas
duales, q
'o'
n
en
los conceptos que-
t
ron
su
expresl ' ,
Unitario que encon ra B . ) Y a una orientaclo
n
chuas ,"Hanan" Y ' ~ H u r i n
A \ ~
: s t r u t ~ r a social. En nuestro
bsicamente endogamlca
de
r claramente que estas
trabajo sobre Guaman.
P o m ~ e : t ~ v a ~ e n t e ap
licad
as
por
es
te
categor
as
duales fuelon e
xv
"
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cronista indlgena para definir las relacIones ntre Indios y
espaoles ,
y
,que, en ltima Instanci, la disyuncin buscada
entre estos dos grupos no es otra COsa que la restauracin
del equilibrio de estas categorlas que eran ,vistas como fu-
sionadas. De aqul, por otro lado, que pOdamos apreciar
claramente' la correlacin entre mesianismo andino Y. dlsyun
cic;n
ya que la separacin y equilibrio de estos principios
opuestos s'610 puede realizarse a travs de la Intervencin
e un Principio :.initario, que para Guaman ' Poma fue bsi
camente el Inca (asimilado a la figura del Rey de Espaa) y
para el campesinado andino contemporneo
es
Inkarr,
Al igual que estos artculos que no trat
an
directamente
el tema del mesianismo pero que
tratan
temas afines a l, no
todas l
as versiones
sobre
Inkarr que se incluyen en esta an
tologa, presentan a este personaje
en su
calidad de reden-
tor pero son relevantes
ya
que nos permiten apreciar las ,
variaciones I a /es c ~ e t ; ~ ; tl Su Iatamiento'y ia n t i -
nuidad ' de la lgica que parece estar detrs de estas trans
fo rmaciones, Asi las versiones de O ero (Osear Nez del
Prado y Efrain
Morote
Best), San Pablo - Canchis (Abraham
Va-
lencia Espinoza) y Ch'eqa PUpuja - Altiplano (Jorge Flores
Ochoa) sobre Inkarrl
se
presentan bajo
un
ropaje bastante
arcaico, especialmente las de
O ero,
que son altamente remi
niscentes de los mitos de creacin y fundacin incluidos en
las crnicas de los siglos
XV
Y
XV , En
estas versiones, In
karr siempre aparece emparejado con otro personaje, OOllarl,
que toma la
forma
ya sea de su espOsa, de su hermano me
nor, o de
un
rival de
su
mismo rango que siempre pierde
en
las
competencias , En tanto que rivales, Inkarrl y Oollar son aso
ciados respectivamente
(ver
cuadro) ya sea con Manco Ca
pac y Atawallpa, o con el Rey del Cuzco y del Callao, ' o, por
ltimo, y adaptndose sincrticamene a la tradicin cristia-
na de los Reyes Magos, con el Rey Indio y con el Rey Negro
(aunque segn el distrito, este Rey
Negro
aparece indistin
tamente asociado con el Rey Colla
San
Pablo_ o con el
Rey Mestizo -C h 'eqa PUpuja_), En todos estos c'lntextos
XV
.
lAS
VEFtSIONES OE1-
MITO
,
OS INKARRI
CUADRO C O M P ~ A ~ ~ O C c o
y
EL A,LTIPLANO
LOCAUOAOES
QEAO
{Cu:CO
COC4111 Nu.Clrz
Qlrf'lO
(CUZCO)
(EI 'AAU M O I I I ~ T E un
SAN PAeLO
Ccu%eOI .
.
.
PUPU
.JA
IAL.T ,""-ANO)
--'
IN F
ORMANTES
EVARISTO cotI. OORI
180 AI l0
51
MAN VE t MAMANI TII
-
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7/20
VmOS
que los concepios asociados
cOn
estos personajes
parecen seguir la lgica de ias categorras binarias (Hanan y
Hurin) a que hicimos
referencia,y
que su aplicacin no se
define en trminos absolutos sino contextuales Asl en ' San
Pablo, provincia de Canchis" que se incluye ,eri' la rbita "
Rey del Cuzco, el ' dra 6 de Enero, que
se
celebra la Bajada
de los Reyes Magos, compiten
en
una carrera de caballos
tres personajes que
se
disfrazan de Rey Indio" Rey Mestizo
y Rey Negro (8). Se dice que si gana la competencia el
Rey Mestizo, habr dinero aunque la c
os ec
ha ser mala, pero
si gana el Rey Negro, habr hambruna general. En Ch'eqa
Pupuja, en cambio, que se incluye en la rbila del
Rey
del
Callao, se dice que si Inkarr; Rey del Cuzco) gana, la cose
cha ser buena para los del Cuzco y mala para el Callao;
si Olrari (Rey ael 'CllilO) ga , la
~ s o c h a
3cr
~ ~ e 1 3
~ ~ r
el Callao y mala para
el
Cuzco, pero si gana el Rey Negro,
habr hambruna para lodos. "Es de hambruna pa ra todos -
dice Evaristo
C o n d o r i ~ lanlo en
esta regin como en aque
lIa. .. Cuando el Rey Negro gana hay dinero, dicen que, ha
br dinero, pero en la hambruna
es
escasez an cuando gana
el Rey
Negro ;
y Manuel Mamani Tikano afirma
que . . .
al
que desean hacer perder
es
al
Rey
Negro. Todos quieren
que el pierda de cualquier manera quieren hacerlo caer cuando
est corriendo. Claro que ni el Oollariy ni el Inkariy quieren
que l gane. No importa que cualquiera de
el
los gane, por
que de todos modos ser buena seal. Asf dicen. Comentan
que no quieren que ese Rey Negro gane. Todos los espec
tadores desean confundirlo con
lo
que
sea .
Es decir',
QiJe
mientras que los de la rbita del Cuzco oponen a lnkarr 'con
Oollar, en su asociacin con el Rey Negro o Rey del Callao,
y al Rey Mestizo lo dejan en un segundo plano sin verlo muy
negativamente, los de la rbita del Callao, adems de oponer
a
Inkarr y Oollarl, como respectivamente Rey del Cuzco y
Rey del Callao, los fusionan en oposicin a un tercero, el
Rey Negro, quien por aparecer asociado con el dinero, no es
otro sino el Rey Mestizo. Esto fusin se advierte en las afir-
XVIII
maciones de que la hambrllll,a es para todos" cuando gana
el Rey Negro, ' y cuando dicen
todos
quieren que l pierda .
El
hecho que el Rey Mestizo se asimile .al Rey Negro, quien
por otro 'lado aparece asociado can. :Qo larf,ejempUfica cmo
esta lgica 'binaria y jerrquica se apUca contextualmente.
En
el caso de San Pablo la categora "Hurin'" se 'asocia con
el Callao, mientras que enCh'eja Pupuja, con el mundo 'no
indio.
Aunque el tema central de esta antologa es la ideologa
no podan faltar, por otra parte, algunos articulas que se re
firieran a la prxis de esta ideologa,
es
decir a los movimien
tos mesinicos. Para ello hemos includo dos artculos de Luis
Millones sobre el movimiento del Taki Ongoy, los cuales son
muy significativos ya que inauguraron los estudios sobre el
J T > n i m o
apdino; ot[?,
d 3
Nathan Wachtel, que interpreta
este movimiento en relacin 'al contexto ' iaelgic,(l no,nu y '
.
Iq
,
compara con
el
levantamiento de los Inca de Vilcabamba
y con
un
movimiento mesinico que se desarrolla
en
Nueva
,Galicia, provincia marginal mejicana, en el ao 1541; Y un
ltimo, de Waldemar Espinoza, que estudia un movimiento
mesinico que tiene lugar en
1596,
en la 'provincia de Cota
bambas (Departamento de Apurfmac). Este artculo tiene
adems
el
valor adicional de darnos una buena relacin de
la continuidad de los movimientos mesinicos en el Per.
La gran proliferacin de movimientos mesinicos, por
un
lado, y la existencia de un contexto ideolgico apropiado a
estos movimientos que podemos rastrear al periodo prehis
pnico, por el otro, nos suministra un material 'de
-p r
imera
mano para estudiar, en un mismo contexto cultural, las rela
cines entre una ' ideologa , marginal al mundo occidental, y
los movimientos mesinicos.
En
este sentido, onsideramos
que esta antologa tiene mucho que aportar al estudio com
parativo de los movimientos mesinicos pues, hasta hace
poco, se dudaba que estos movimientos pudiesen surgir al
. margen de la ideologa judeo - cristiand (9). As Eric
J.
Hobs
bawm afirma recientumente, que:
La
ms importante de las
XIX
-
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j
1
ideologias
de esta Clase (quilisticas) antes de la aparicin
del
revoluCidnarismo secular moderno, y acaso la , nica,
es
el mesianismo judeocristiano. Sea como
sea,
p'arece que los
movim ientos milenari s c(\sicos solamente acontecen o casi
jJ
en paises ' f e c t a d o ~ por la propaganda judeocristiana. Esto
no
es casual porque es , diff cil elaborar una ideologa mi-
lenaria dentro de una tradicin que ve el mundo en forma de
devenir
permanente o como una serie de movimientos tp i-
cos, o tambi n como cosa permanentemente estab le. Lo que
hace milenarios es la idea de que el mundo, tal cual
es,
pue-
de y de hecho lo har- acabar un dia, para resurgir luego
profundamente cambiado, concepcin sta ajena a religio-
nes como el hinduismo y el budismo (Hobsbawm, E J.,
1968,
p. ) . A lo largo de esta antologia
te
nd remos oportunidad
de ver que casua lmente la ideologa mesinica andina se basa
en u'n concep 'c i6h cTica' ae
i 'tiem
poy
'
'eri una
t,,;onctJtJl:i(f
-
en
que
el
mundo
y
el orden socia l aparecen ordenados des-
de la eternidad,
y
que no obstante, se ajusta a la definicin
m ilenaria de Hobsbawm ya que
el
campesino andino espera
que su mundo tal cual es resurja profundamente cambiado
(aunque con la participacin de un Principio Mediador) (10) ,
No dudamos, sin embargo, que por encontra rse en algun03
de los movimientos andinos ciertos elementos de la tradi-
c in cristiana (como los nombres de Santa Mara o Santa Ma-
ria Magdalena) porque
en
la actual ideologa andina apa-
rezcan algunas concepciones del devenir del mundo ret11inis-
centes a las propaladas por Joaqun de Fiare en
el
s. XII eu-
ropeo, algunos puedan pensar 'que la ideologia que sustent
(.
estos' movimientos no fuera ' tan marginal
al
'mundo occi-
dontal (11). Esta crtica puede ser cierta en la medida que
so trate a los elementos de una ideologa como compartimien-
tos os tancos, pero si la vemos como un todo sistemtico cu-
yas par les estn estrechamente in terrelac ionadas ento'nces
oa
duromos cuenta que los elementos forneos 'son refun -
IIIO I.
ndquiriendo un nuevo sentido de
aq
ul que tenan
en
d Ofl lOX
lo
en que
f
ueron sacados; de esta manera, s lo
en
'cuanto a la forma podramos considerar a estos elementos
como forneos ,pero no '
en
cuanto al contenido.' Adems, posI-
blemente',
si
estos elementos de la tradicin crist iana causa-
,r6n impacto en el inundo andino fue p o s i b l e m ~ n t e porque I ~ S
ibamp'esinos redescubrieron en ellos su pr?p.,a ' esca.
ti
gica (12), como lo afirma
en
t r m l i i r n ~ O ~ s ;
.
( ~ ; ; ~ ~ ' ,
Eliade al explicar los cargo cults de, f\
1970, p. 143) .
Esta aotologla , igualmente, tiene mucho que aportar,
desde una perspectiva fundamentalmente ideolgica, al con-
junto de expl icaciones que se han dado con respecto
al
des-
arrollo de los movimientos mesinicos. Como las conferen-
cias publicadas por Silvia Thrupp, bajo el ttUIO.?8 Mlllen-
nial Oreams in Action , nuestro nfaSIS es tamblen d e s t ~ ~ a r
las circunstancias en que las ideas han movido a la aCCiOn.
,
T l r r ~ P i
1 970, . p
1.31.,
V ,en este ,se,nt ido c r e ~ r n o s ~ ~ : el
caso andino es un terreno muy apropiada para Oen,os . a. la
va lidez de las explic ac iones ideolgicas, No negamos que en
algunos casos las explicac ion
es
reducc ionistas, como l
a:,
que
afirman que los movimientos mesinicos
son
mecantsmos
culturales para aliviar los mal estares producidos por el cam-
bio social que degradan o hacen. peligrar, seriamente
el
status
del grupo (Thrupp, S., 1970, p. 12), tengan valor pe r?, el
hecho que encontremos otras reas culturales como MeJlco
y
Guatemala, que fueron sometidas a un proceso de deprtva-
cin similar
al
andino
y
que, sin embargo, escasearon en
movimientos mesinicos, nos hacen destacar paralelamente las
explicaciones ideolgicas o, al menos, aquellas. que ponen el
peso
en
la cultura tradicional del pueblo sometido
y
no tanto
,en
la
del conquistador. '
, El problema ,de la explicacin reduccionista, en general,
(ya sea psicolgica, sociolgica, econmica, etc.) es que. es
unilateral. Slo se atiene a niveles infraestructurales Y tien-
de a dejar de lado los factores ideolgicos ,
lo
que la hace
susceptible de caer en las representaciones, colectivas
~ 1 3
del contexto en que surgi. Por el contrarto, al enfatizar
XXI
-
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explicacin ideolgica, no negamps que la Conquista pu
diese generar algunos efectos socio-econmicos desequili
bradores para el hombre andino, que lo hubieran hecho sen
tir
deprivado y estimulado a d.esarrollar movimientos mesi
n ~ c o s
sino slo afirmamos que ' tambin hay factores ideol
gicos que, se tienen que tomar en cuenta y que para el caso
andino q U ~ Z s sean 10 ms . mportantes, Adems, enfatizan
es le nivel, it mos poner en boca de los actores,' s e l t i -
mlentos y valorac iones que
no
nos los han transmitido a tra
vs de sus propios conceptos, As, a nosotros no no s basta
a f J r ~ a r
que p ~ r traer la Conquista un nuevo sistema poltico,
soc ial y
e c o ~ o m l c o
que someti a los indlgenas a
una
po
ten? la extranjera, que prcticamente barri con sus dioses
antiguos, q u ~ diezm a sus poblaciones
en
un alto porcen
~ a j ~ ,
los Indlgenas debieron
de
sentirse deprivados y por lo
a ; : l . dasarilrOt, Illo'virwi..:nlo S " l 1 e ~ n i c o s . ata tlosorrQ's
es adems importante comprender cmo los indios visualiza
ron la Conquista ya que de la manera en que la visualizaron ' .
se
desprende mucho acerca de los sentimientos que sta ge
ner y de las act itudes que adoptaron para hacer frente a sus
consecuenc
i
as. De esta manera, en la medida que la Con
qUista fue Vista como
un
"Pachacuti",
es
decir como
un
cata
clismo desencadenado por fuerzas extra-humanas, era obvio
que agentes meramente humanos no pOdran ayudar a res
tablecer el orden,
De
aquf que
en
el Taki Ongoy los Ifderes
s e ~ n
personas
en
quienes
se
les habfa encarnado una "hua
o que Guaman Poma se dirija al
Rey
de Espaa, conce
~ ~ d o como un Inca y que los indfgenas contemporneos se di -
rijan a Inkarrf para que restaure .el orden
(14),
..
, El ponerse la. perspectiva de los participantes del mo
\
~ l e n t o
mesinico, tiene pues la ventaja de definir al movi
miento en sus propios trminos y no como generalmente lo
hacen algunos socilogos e historiadores, de quienes hemos
heredado
la mayor parte del aparato conceptual vigente en
el estudio de estos movimients,
en
trminos del grupo qua
se conS idera
cono
opresor y causa eficaz del movimiento.
XX
sf, para el caso andino pensamos que es irrelevante de
finir la naturaleza del mesianismo
en
trminos de la modela
cin del parafso,
El
milenio buscado
en
la ideologla de esle
mundo no est modelado ni
en
el pasado ni
se
presenta co
mo algo nuevo y nico (15), Cuando se habla de r ~ t o r n o al
tiempo del Inca
no se deb'e pensar en
retorno
al
periodo,
hls-:
lrico de la cultura Inc. En una sociedad cu} a t r a n s m l s l ~ n
de la cultura fue y sigue siendo, al menos en algunas regio
nes, predominantemente oral, el p.asado se remod,ela cons
tantemente
en
el presente y por lo tanto
no es, ViStO c o ~ o
algo independiente
de
este ltimo (16); adems SI se c o ~ c l b e
al tiempo como un sucedor de ciclos que van d e s a ~ a r e C l ~ n d o
por cataclismos,
no se
piensa
en
regresar al cielo mmedlata
mente anterior, Para el hombre andino
el
concepto de Inca
sicamente significa Principio de Orden al margen de ,cualqUier
.
cons;da
rac:i1
tempo"al y invo.ca el .retorno al tiempo del.
Inca, debe entenderse simplemente que se
in
vo
c
el
retorno
,, 'Orden, Por iguales razones tampoco puede decirse que el mi
lenio se representa como nuevo y nico, El milenio.
en
e: mun.do
andino
se
presenta nada
ms
que como la
InverSin simtrica
del orden actual.
Se
trata, segn
se
puede apreciar
en
Gua
man Poma, que los indfgenas recobren su posicin
H a ~ a n
( Alta con respecto a los espaoles) perdida por la ConqUista:
o que los indios hagan trabajar a los "mistis'" (seores) ':a
punta
de
chicote", segn la informacin que Juan Coleto diO
a Alejandro Ortiz acera del Paraso
17),
o que el orden l
a-
lente que yace
en
el mundo subterrneo emer
ja
a la super
ficie con Inkarrf, como muy bien lo seala Onorio Ferrero
en
el artfculo que publica en esta antologfa,
Igualmente irrelevante
es
definir el ,contexto soc al en
que ocurren estos movi,mientos
en
trmmos de un, I s t e m a
de relaciones impersonales, y de un sistema de e s t r a t l f l c a c l ~ n
por clases propio ' de nuestras sociedades modernas, Mana
Isaura Pereira de Queiroz tiene el mrito
de
haber destacado
que es
en
sociedades basadas
en
relaciones de
p a r e n t e ~ c o
cuyo dinamismo es ciclico, donde tienen lugar los movlmlen-
XX
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t e ~ c e r a parte podrfamos decir que es la ms
antolgica
La
primera parte trata del M ' , '
del Mesianismo contem eSlamsmo en
,la
Historia, la segunda,
, pwtamentos del Sur d porne? y su dIfusIn
en
diversos
de,
, , serje de cuatro el :eru, y tercera
c o n s i ~ t e
de 'una
. sinlcos and' ensayos interpretatIvos sobre los ,,'mitos me-
anexos
d ~ s I n O ~ t
Para concluir hemos incluido :a manera
mIos
sobre Inkarr t d '
(Ayacllcho) y
W
k . encon
ra
os en ,Andamarca
tencin hub' asda (Cuzco) respectIvamente, Si nesira in
lese SI o exclusivame t I d
poralidad y h n e a e destacar la atem-
co erencla
de
las cate r d I
andino - a l igual que L ' S 9 r as e pensamiento
de otros pueblos ' h
b,VI- trauss en sus an
li
sis de los mitos
mitos conlemporneo u 17
a
dado lo mismo empezar con los
nos trae la h'-t ' s y uego segUIr con las evidencias
qU8
,,, ona, pero es prec'
t
destacar tambi
n
el I d Isamen e, porque queremos
cin da
ro e estas categorlas en la explica .
, 1 1;:1 ,
'lel
O a,l1
lp.l1en
.
t 1,.- .
sianismo
El
1 Ic /J tl IIISLUrC O ":;0rt10 e l -, -_
, , que concede
mos im t . ,/ e
hemos que
ri
do comenzar con por ancla a la secuencia , As,
sianismo
en la hi t ' la parte que trata sobre el me
las artculos que :eofla Ipues pensamos que de la lectura de
ta
de lo ' Inc uyen,
ros
lectores podrn darse cuen,
Incompletas que resultan I 1
nistas acerca del as exp Icaclones reduccio-
mesIanIsmo De esta ' , ,
esta primera parte l ' ' manera, inICIamos
a los ingredientes c ~ ~ ~ e, ~ r t C U I O de ZUidema, porque sita
dina en su contexto r;ona de la Ideologra mesinica an
se introdujo por la e ~ a n h l ~ p a m c o lo
q ~ e
sugiere que sta no
maneda
latente L
ge
I ~ a c l cnstlana si
no
que ya per
la representacin ~ : g ~ lecSlgue el artculo de Wachtel sobre
Guatemalteco y Peruan a onqu.sta
en
el folklore Mejicano,
tres reas que fueron
s ~ ; . ~ ~ :
tIene la virtud de p ~ e s e n t
a r n o s
nizacin y que tan I I as a
un
proceso similar de colo
rencia de las otras ~ r : : e n t e en ~ n a la Peruana, ' que a dife
situacin de d i s y u n c ~ n s t S U ~ z o a la Conquista como una
liaron movimientos m e s ~ n re indIOS y espaoles, se desarro
son de Luis Millones y lalnlcos, El tercero y cuarto artculo
siguen, tratan de la pr'X,a Igual que e l quinto y sexto que le
IS en que tomo cuerpo esta ideologa,
XXVIII
Estos artculos de Millones adems de tener
un
valor '.'anto
lgico ,
en el sentido que 'prcticamente inauguraron los es
tudios de mesianismo en el Per, tienen el mrito de ligar
aquella ideologa con la praxis , Esto se advierte an ms de
talladamente en el artculo ' de Wachtel sobre Rebeliones Y
Milenarismo, donde desiac'a, al dwilismo', como 'componene, ,
bsico de la ideologra
dEl
Taki Ongoy , Este articulo tiene .
a d m ~
, el mrito
de
relevar las particularidades del Taki
Ongoy comparndolo con la resisiencia de los Inca
de
Vilca
bamba y con la Guerra de Mixton ,que tuvo lugar
en
una zona
perifrica de Mjico,
El
articulo de Espinoza contribuye
sealando la continuidad de los movimientos mesi-'
nicos
en
el Per, describiendo uno ocurrido en Yanahuara
(Apurimac)
en 1596
y enumerando otros que se sucedieron
hasta el siglo XIX, Esta primera parte
se
cierra con mi ar
ticulo sobre Guaman Poma donde desentrao el carcter mesi
nico 'de
El
Primer Nueva'
C o , o i ~ a
y
3uor.
Gor.;E',nn
(1613 -
1615) Y
su
coherencia interna a travs de l
as
categorias con
que este autor in'diQena pens el tiempo, el espacio y las
re laciones soc iales, Debo aclarar que fue a partir de este
artculo .que concebi la idea de preparar esta antologa y por
lo tanto puede tomarse como un punto .
de co
nvergenc ia de
gran parte
de
los articulos incluidos
en
esta seleccin,
La segunda parte trata de la distribucin espacial de
los mitos contemporneos sobre Inkarrr, Aqui nuestra preo
cupacin ha sido fundamentalment e destacar la continuidad
en
el espacio contemporneo de algunos temas ya encontra
dos
en el
pasado, Asl decidimos empezar por
el
Departamento
de Ayacucho (representado principalmente por la Provinoja ,
de Lucanas) pues es donde los mitos de Inkarrr expresan ms
directamente un contenido mesinico,
Es
por esta razn, Y
por ser de los primeros
qOe
se
dieron a conocer, que ini
ciamos esta parte con las versiones de Inkarri encontradas
por Jos Mara Arguedas
y
Josafat Roel Pineda, El extracto
de
La
Posesin de la Tierra, los mitos post-hispnicos Y la
vis in del universo
en
la poblacin monolinge quechua , de
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F
sa el mesianismo andino. Por ltimo, el capitulo exiractado del ::
libro La Sal de los Cerros de Varese nos 'reiaia una ,versin
que no es completamente mesinica, pues falta el elemen
to de esperanza , pero que al menos en la eplicacin ,del
malestar actual producido por el choque cultural, (guarda un a < '
gran ' similitud con fenmenos , enteramente mesinicos , 6 n i o ;.,
son los
' : ~ a r g o
Cult
de Melanesia. Esia ,versin,
y
el , respec.'
tlVO anlisIs que Varese hace de ella, es muy significativa
dentro de esta antologla pues nos da la nota contrastiva pa
ra establecer los puntos de convergencia y de divergencia en
cuanto a las actitudes del hombre andino y selvicola con res-
pecto
al
mundo exterior, '
La
tercera y ltima parte
de
esta antologia la conforman
cuatro ensayos que analizan el pensamiento mtico andino
desde distintos puntos de vista,
En
tanto que el rol que les
aSignamos e- pI do
oor
f r . a ~ e r . - ' ~ o n ' t
.-
' t' ,
'
, ,
- '
;; di
1 .... n O
.n
Gr:rcl8 VO::;
-
11t,1.
mas preferido respetar su autonom a y por lo tanto no los
hemos ordenado de
una
manera especia l sino simplemente
siguiendo
.un
criterio alfabtico. De esta manera empezamos
Con el articulo de Jos Mara Arguedas titulado Mitos Que
chuas Post-hispnicos donde desde una perspectiva cultu
rallsta, Intenta una comparacin entre di
fe
rentes mitos andi
nos para establecer el grado de contaminacin hispnica
de la cultura indgena, Este ensayo tiene el valor adicional
de ofrecernos algunas otras versiones de mitos que no in
corporamos
en
la segunda parte, El ensayo de John Earls es
un e,sfuerzo por aplicar la dialctica, siguiendo el uso dado al
trmino por Lvi-Strauss y Marx, para establecer la razn por
la cual el campesinado andino
ha
soportado
y ' sigue sopor
t,ando su condic in de explotados. Con este propsito ana
liza la estructura del pOder pOlitico como aparece en el sis
tema ~ o n c e p t u a l de estos campesinos expresado en sus mi
to,s y ntuales. Este anlisis lo lleva a cabo bajo el Modelo de
Perez B o ~ a n e g r a , puesto tan
en
boga por Zuidema, y a lo
largo de el pOdremos apreciar que se repiten muchos de los
temas estructurales que dan unidad a esta antologa. Como
XXX
, I
conclusin ' establece e
m e ~ i a n i s m o
es la antftesis, ?ri- ,
ginadada ,
en
,la superestrGura,
en
,respuesta a la tesis ,o'ngl-
..
nada 'en la infraestructura por : a conquista espaola y que '
parlo
tanto la e s t a b i l i d a d i : t l f .,, :orm,as p o l l t i ~ a s . a c . j O n a l e ~
han' aaquirido
,
en ,
el
c a m p e ~ i n a R o a n d l n o
se expllCana P?r-
.::,,'::'"
que' 'stas habran sido
i n c o r p r ~ ~ a s
dentro
de,
sus propias
;
categoras, El ' ensayo de anoria ' Ferrero, que sigue a conti
nuacin de dc Earls, contribuye a esta antologia con el
aporte que faltaba, es decir, OQ el toque erudito de poner-
la en un contexto ms all del mundo andino: en un contexto
verdaderamente universal. Su perspectiva es la del historiador
de las religiones que
ve en
los simbolos religiosos algo
ms
que simple formas empricas, Los simbolos ,son, para l es
tructuras significativas que expresan experiencias humanas
vitales y
es
en cuanto tales que
l se p e r m i t ~
,compararlas.
As l, ~ 9 1 '1'ito de
r r i
selp.cr.iona el temo ctOI1lCO del des.
ce
nso
de
este hroe andino
en
el
mundo subterrneo y ex-
plica
su
significado comparndolo con tem
as
similares que
se dan
en
mitologas de otras partes del mundo. Adems,
nos proporciona un anlisis semntico del concepto de
m.e-
sianismo que es particularmente relevante en esta ~ n t o l o g l a .
Esta tercera parte
se
, cierra con ei ensayo de Franklm Pease,
quien desde una perspectiva que combina el ,lenguaje
de
un
etnohistoriador y de un historiador de las religiones estable-
ce los lmites de lo histrico y lo mtico en la figura de In-
karr y
en
algunos de los temas estrechamente vinculados
a l.
' Finalmente, como complemento a las tres partes, de que
se compone esta antologa y para destacar la v i v ~ n c i que
Inkarr sigue teniendo en la actualidad, hemos
II1ClUldo
a ma
nera de anexos
un
mito recogido por el antologlsta en Anda
marca (Prov. de Lucanas, Ayacucho) en 972 y otro recogi
do por Len Capar en la comunidad de Wasak (Prov. de Pau
cartambo Cuzco) en aquel mismo ao,
A n t e ~ de cerrar estas lneas quiero expresar mi agrade
cimiento a todos ,os participantes de esta antologa por ha-
XXXII
-
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berme dado,
en
algunos casos, contribuciones completamen
te inditas
y en
otros, su autorizacin para reproducir tra
bajos que ya tenan publicados. Estos trabajos los publicamos
respetando ntegramente el texto original pero debemos aclarar
que
en
algunos casos nos hemos permitido hacer algunos Ii" '"
didos. As, al eXtract.o del libro "The Ceque Syslem
of
Cuzco"
R. T: Zuidema hemos sido nosotros quienes lo hemos titu
lado
Un
a Interpretaci
n
alterna de la Histori'a
In
caica"
pu
es
con sideramos que el titul
o Q
uinquepartici n y Deciparti
ci n , del captulo en que apareca insertado o
ri
ginalmenJe,
si bi
en
era si
gn
ificat i
vo en
el contexto de aquel libro, no lo
era tant
o
ni t
an
expresivo,
en el
contexto de esta anto loga.
Adems, hemos
sido nosotros quienes le hemos aadido su
bibli ografa respectiva al igual que lo hemos _hecho con las
dos contri buciones de Nathan Wachtel y con los captulos ex
~ l a c t a d s da :
os
Jjbrv-s E: Mundo r..::igioS0 ",Ji1 Ur:;os dE>M2 -
nuel Marzal y La Sal de los Cerros" de Stfano Varese.
De
esta
ma
nera, asumirnos plenamente la responsabil idad por
el ordenamiento que le hemos dado a esta antologa ; por los
aadidos bibliogrfi cos (tornados de las bibliograffas origi
nales de los libros de donde los cap itulos fueron extractados,
o de las referencias bibliogrficas qUG aparecan
en
' las no-
tas a pie de pgina) ;
po
r algunas de l
as
not
as
q
ue
con las
siglas
N,
del A. hemos insertado en algunos de los artculos;
y por las traduccion es de el trabajo de Zuidema, de "Rebe
liones y
Mil
ena
ri
smo" de Wachtel,
y
de
el
artculo
de
John
Earls, y las ' correcciones hechas a la trad uccin previa de
La
Visin de los Vencidos: La Conquista Espaola en el
Folklore Indgena". Asimismo quiero expresar mi agradeci
miento a Ignacio Prado Pastor por haber asumido"
.s
in vaci
laciones desde un primer momento, la tarea de edit ar esta
antologra y por perseverar en este inte
nt
o a lo l
ar
go de varios
mese s ayudndome a
r
isar
las
trad
ucc ion
es y
textos origi
nales
en
espaol , uniformando ortograffa y gramtica, corri
giendo minuc iosamente l
as
pr
uebas, es deci
r
desempean-
do
labores mucho ms all de lo que comnmen te se entien-
XXX V
de por un editor, nada ms que por,
en
sus palabras,
creer
profundamente en el significado de esta antologla Finalmen
te agradezco a Celia, mi esposa,
por
muchas de sus ~ o r r e c -
ciones ortogrficas
y
9 amaticilles
en
las pruebas Impre
sin
y
por
su colaboracIn
en a l g U n ~ s
~ r a d u c c l o ~ que
incluimos. ' ;/",'
,
"
Juan M. Osslo A.
XXX
-
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1
':N O T S
, ; ~ : r 1 h . ,' ,\. ~ ; } :
';(1) distincin en 'tre 'es'tos dos
nlveJes
la he tomado de John
. . :
I
(Beattie, J.,
1965
,'
'
1966)
:quien ' la ' utiliza como criterio anaUtico,
a
largo de toda su obra, para explicar los diferentes temas que estudi
an
los antroplogos sociales.
En In
glaterra
y
muy especialmente
en
Oxford
y Cambridge donde las ciencias sociales conservan una tradicin' bas
tante humanista, ,este nfasis por distinguir ambos niveles
y
de otorgar
les
igu l
peso en las
exp
lic ciones de l s instituciones sociales, se ex
plica,
en
gran medida, como
una
reaccin contra el funcionalismo del
tipo de Radcl iffe-Srown
que
conceba a la sociedad
en
trminos muy
mecn icos.
El
abanderado
de
esta reaccin fue Evans-Pritchard, quien
segn Pocock representa,
en
la historia de la antropologa, el trnsito
de la Funcin al Significado (Pocock,
1961,
p.
72).
PGiO 6Sti ..:isn in elltre
e::> {$
tiV:l rrj e l ~ s 110 :SlO
3
erlcCnlt(amos
Inglaterra, la vemos
~ p a r e c e r en
Marx bajo los conceptos de "super-
,. e ~ t r u c t u r a
e infraestructura" (Ueberbau y Unterbau),
en
Scheler y
en
otros autores aunque otorgndoles, algunas veces, nfasis distintos
en
la explicacin de los hechos sociales. Como bien dice D.
F.
Pocock,
quien a su vez utiliza estos dos criterios para explicar el desarrollo del
pensamiento social a partir del
s.
XVI II: "La especulacin acerca del
hombre
en
la sociedad
es
antigua y
en
aquella historia de la especula
cin Platn y Aristte es pueden aparecer como los 8.rq uetipos opues
tos del idealismo y del
emp
iricis 1lo
. . .
La preocupacin por las cosas
como son y la preocupacin por stas como algunos conciben que
debieran ser, constituye una tradicin espeCUlativa que sobrevive an
en
nu estro tiempo". (Po cock,
D. F.,
1961, p.
4, 5). En la
sociologla con
tempornea podemos considerar a Weber y Durkheim como los arque
tipos de estas dos tendencias
y e$
a partir del reconocimiento de este
hecho que la moderna soc/ologla del conocimiento trata de superar la .
polarizacin
de
estas dos tendencias. As, para Sarger
y
Luckmann no
hay contradiccin entre la afirmacin de Durkheim de que ' los hechos
sociales son cosas y la
de
Weber
de
que el objeto de conocimiento
de
la sociologa y de la hIstoria es el complejo de significado subjetivo
de l accin", y todo su desarrollo terico acerca de la sociologla de l
conocimiento se basa en la relacin dialctica entre ambas posturas.
(Berger y Luckmann, 1968) (Berge
r,
1969. ver nota
2, p.
14).
De esta manera el sentido que le doy al concepto de Ideologla no
es el que usualmente se le da para contrastarlo con el pensamiento
XXXVI
=
'.
c/entfflco, es decir como una distorsIn de
. r e a U ~ a
debida a la
presin de emociones personales como el odi6;. el deseo, la ansiedad
o el temor. que corresponde al s e n t l ~ Q particul' , "
que
y cuyo tipo de anlisis apropiado debe ~ 3 I ~ l C O . ' ..
que le doy
se
ajusta
ms.
bien al
s e n ~ l d o f o ~ ~ u e
M a n r h
i " ~
. '. /,
se
refiere a la visin del
mundo
d,e
un
grupq
~ J I a ~ , ?
r
uyo
a n . ~ l s l
debe hacerse eh trminos sociolgicos (Mannhelm,' Karl, .. 1966, .Cap. 11) .
Al igual que Beattie que no se puede obs erva r un status: ' uno
debe in ferirlo. En trminos humanos, slo ex iste, al ser reconocido
y
entendido, esto
es,
en
la
mente de l
as
perso
nas,
Esencial a las
relaciones sociales ins titucionalizadas,
son
las clases de e x p e ~ t a c l o n e s
que cada una de las par tes tiene con respecto al c.omportamlento del
otro y suyo propio. Es
ta
reciprocidad o complemenlandad de las
e x p e c ~
taciones, para usar una frase de Talcott Parsons, es la que hace po
sible la Interaccin soci
a
humana ordenada". (Seattie, J.,
1965,
1966,
p. 36). I doy
En
ltima
in
stancia,
y
pare aclarar mejor el sentido que
e
s" C(J(I(,t::pt.../'C:0 :jc.::.::;:::; . ::.
0.'
a v ' . s de '
IJ(1
ejemplo c m ~ se
contrasta e nive l id
eo
lgico con el nivel emp
ri co. En
el estudiO del
matrimonio
F. 1 una
soc
iedad
cua
lquiera nivel ideolgico estarla dado
por el conj
un
to de
n o ~ m a s que
sancio
tlan'
t' con quin
d ~ b e ~
o
no,
ca
sarse los miembros que la integ r
an
(primos cruzados pnmanos, primos
cruzados secundarios, etc.), y el nive l emprrico estara
d a d ~
por' la
r e ~
lizacin o no realizac i
6n
de aque llas normas
en
la prctica, es deCIr
por las acciones
mismas
de los individuos' que se ajustan o no se
ajustan a
la
norma.
Asl, si un investigador slo
se,
deja l.Ievar por lo que las r s o n di
cen y otro, por lo
que
las personas
ha cen,
se pueden obtener dos
Im
genes bastante distin tas de
una
mi sma s ~ c i e d a d , pu es g e n e r ~ l m ~ n t ~
no hay
una correspon:encia entre ambos niveles.
De
aquf que inSsta
mos que ambos niveles deben ser distinguidos y tomados en cuenta
en
la explicacin
de
los hechos sociales.
(2) Ver Zuldema, 1970, donde
se
sum inistra una. s u g e r ~ n c i a para' c o m p r e ~ -
der la mo vilidad espacia l, tanto moderna como antigua, a ravs de a
continuidad de un principio por el cual se c o ~ ~ l d e r a b a como el
ms
legitimo matrimonio aquel etre pr imos cruzados
s e c u n ~ a r i o s
.pero que
por no res idir generalmente
en
el mismo p u e b ~ o .estlmulaba la
gracin. Nosotros tambin hemos notado la c o n t ~ n U l d a d
de,
otro.
p r l n ~
cipio estructu ral que posiblemente ayude a .explIcar l
as'
mIgraCiones,
consiste
en
la permanencia
de
un principio tridico que se expresa
distintos niveJes y po r el cual se reconoce una categorfa, Collana (pn
mero), otra Chaup is (medio) y otra SuBca (ltima). Los hijos
de
las
XXXVII
,.
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obtener el Cargo
es
consIstente
Con
sus presupuestos epistemolgicos
que estaban siempre dominados por la religin (lawrence, 1971,
p.
7 Y
235). .
(15) SiguIendo estos criterios l inton. distingue los mov.mientos nativlstas
glcos
de
los movimientos mllenarlstas
y
mesi
nicOs
ordinarios. Al respec
to dice: En los movimientos nativistas el mileno anticipado
es
m o d e l a ~
do directam
en te en
el pasado, generalmente con ciertas adiciones
y mo-
dltlcaclones
En
los movimientos mesinicos no nativistas, la condicin
milenarista est representada como algo nu evo y ni
co
(Linton,
1965,
p. 5).
16) er Goody and Watt. 1968.
p.
33 Y 34.
17)
Cuando Ortiz pregunt
en
Vicos Cmo viven los muertos
en
el cielo?
Juan Coleto respondi: Slo
el
alma . El cuerpo
se
acaba en la se-
pultura Qu
COSa
har el alma? Dicen que trabaja donde nuestro Dios.
ComQ aquf trabajamos sembrando, seguro que asf es. Como ac siem
bran.
los
ricos estn ali can la cabeza envuelta, llenos de vergenza,
en camolO los que somos pobres ac: gozamos
de
' todo lo mejor. Ac
trabajamos con la yunta, all asf trabajan los ricos. A los mistis y seo-
.
,?
r
es
al/ los indi
os
l
os
hacen trabajar a punta de chicote. Co
mo
ellos nos
hacen trabajar aqu, en
el
otro pueblo nosotros les hacemos trabajar a
ellos . (Orliz. 1972,
p,
37).
(lB) Perelra de Queiroz, 1969,
p.
291.
(19) Los
conflictos entre comunidades vecinas parecen remontarse hasta po
cas pre-incaicas, segun los primeros cronistas. Estos conflictos siguieron
en
la colonia y gracias a que muchos fueron documentados, hay casos
en que.pOdemos verificar, con mucha certeza, una continuidad constan
te desde el s. XVII hasta nuestros das.
(20) Al respecto
es
muy relevante la critica de Worsley al sentido
de
atr ibuto
de la personalidad individual cualidad mstica dada
al
concepto de ca
risma (que coincide can el enfoque que muchos
de
nuestros historiado
res han utilizado al estudiar la rebelin de Tpac Amaru). Al Igual que
l,
pienso que desde una perspectiva_soclo/6glca carisma
es
un a rela
cin social y que el modelo vlido \para estudiar a una autoridad caris
mtica, no
es
el del trfico
en
una direccin
as
autoridades que emi
ten y controlan los men sajes y la masa receptora y
pasiva-
sino n terac
clonista, en el sentido que hay una relacin reciproca entre el Ifder y
sus seguidores.
En
esta relacin l
as
aspiraciones difu
sas de
los seguido
res son especificadas por
el
Ifder, el mensaje del Ifder es lo que desean
conocer los seguidores, el lder se convierte
en
un srmbolo
de
sus aspi
raciones. (Worsley,
1968 p.
ix-xxi).
(21) er Gluckman, 1965, Cap, IV
22)
er articulo
de
Onorio Ferrero
en
esta antol09
l
a.
23) er
nola
11,
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