observatorio inverco.planes de pensiones, rentabilidad y fiscalidad para el partícipe

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Planes de pensiones: rentabilidad y fiscalidad para el partícipe Ángel Martínez-Aldama - Director del Observatorio Inverco La necesidad de complementar la pensión pública con un instrumento de ahorro privado adquiere una relevancia cada vez mayor, sobre todo como consecuencia del progresivo envejecimiento de la población, lo que ha llevado a todos los países desarrollados a realizar reformas en los sistemas públicos de pensiones, algunas de las cuales ya están implementadas, otras en proceso de aplicación y otras de futura aplicación. La Comisión Europea en su Libro Blanco sobre Pensiones adecuadas, seguras y sostenibles, publicado en abril de 2012, y más recientemente el Parlamento Europeo, en mayo de 2013, han incidido en la necesidad de impulsar y desarrollar los sistemas privados de pensiones. El desarrollo de los Planes de Pensiones en España, con casi 90.000 millones de euros de patrimonio y más de ocho millones de partícipes, puede considerarse muy satisfactorio teniendo en cuenta, por un lado, la alta tasa de sustitución del sistema público de pensiones (porcentaje de la pensión que otorga el sistema público a un trabajador respecto de la media de ingresos de los últimos dieciséis años), un 82% actualmente, comparada con la media del 42% de los países de la OCDE, y por otro el carácter meramente voluntario de las aportaciones a los sistemas privados. Más de la mitad de las aportaciones a Planes de Pensiones se realizan en el último trimestre del año, por lo que éste es un buen momento para reflexionar en relación con la necesidad de complementar la pensión pública y, para ello, hay que tener en cuenta dos cuestiones importantes: la rentabilidad y el tratamiento fiscal de los Planes de Pensiones. En relación con la primera cuestión, hay que destacar las excelentes rentabilidades que este instrumento de ahorro ha ofrecido a sus partícipes, no sólo en los largos plazos (4,82% de rentabilidad media anual a 23 años y 3,75% a 20 años), sino también en la rentabilidad de los últimos 12 meses con un 9,68%. En los últimos 10 años la rentabilidad media anual ha sido del 2,03% y ello a pesar de haber sufrido, en esta última década, dos crisis financieras (la segunda de ellas, la más profunda desde los años 30 del siglo pasado), que afortunadamente ya se han superado para los partícipes. Por otra parte, y en relación al tratamiento fiscal, los Planes de Pensiones son el único producto de ahorro que tiene reducción en la base imponible del IRPF (hasta 10.000 ó 12.500 euros para los partícipes que tengan 50 años o más). Una de las medidas mencionadas por la OCDE que ha contribuido a aumentar significativamente la cobertura de los sistemas privados en otros países (Nueva Zelanda o Reino Unido) ha sido el denominado mecanismo de auto-afiliación, por el que las empresas tienen la obligación de incorporar a sus trabajadores a Planes de Pensiones de capitalización, si bien los trabajadores tienen la posibilidad de desafiliarse voluntariamente de los mismos. Este mecanismo salvaguardaría así el artículo 41 de la Constitución española, que establece que “La asistencia y prestaciones complementarias serán libres”, ya que el trabajador siempre tendría la libertad de decisión para no estar incorporado al Plan promovido por la empresa. El Gobierno remitirá próximamente al Parlamento un informe de medidas para potenciar la previsión social complementaria, y además de proponer nuevos incentivos fiscales y de liquidez, debería incluir un esquema de auto-afiliación, si de verdad queremos que en 20 – 25 años los trabajadores de nuestro país cobren dos pensiones: una del sistema público (de reparto) y otra del sistema privado (de capitalización). No hay que perder esta oportunidad para que el Parlamento, que analizará este Informe a remitir por el Gobierno, debata y proponga medidas que impulsen decididamente los sistemas privados de pensiones y, especialmente los de empleo. Sólo así podremos mantener una fuente de ingresos adecuada para nuestros futuros jubilados, teniendo en cuenta que la pensión representa la única fuente de renta para la gran mayoría de los mismos.

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Planes de pensiones: rentabilidad y fiscalidad para el partícipe

Ángel Martínez-Aldama - Director del Observatorio Inverco La necesidad de complementar la pensión pública con un instrumento de ahorro privado adquiere una relevancia cada vez mayor, sobre todo como consecuencia del progresivo envejecimiento de la población, lo que ha llevado a todos los países desarrollados a realizar reformas en los sistemas públicos de pensiones, algunas de las cuales ya están implementadas, otras en proceso de aplicación y otras de futura aplicación. La Comisión Europea en su Libro Blanco sobre Pensiones adecuadas, seguras y sostenibles, publicado en abril de 2012, y más recientemente el Parlamento Europeo, en mayo de 2013, han incidido en la necesidad de impulsar y desarrollar los sistemas privados de pensiones. El desarrollo de los Planes de Pensiones en España, con casi 90.000 millones de euros de patrimonio y más de ocho millones de partícipes, puede considerarse muy satisfactorio teniendo en cuenta, por un lado, la alta tasa de sustitución del sistema público de pensiones (porcentaje de la pensión que otorga el sistema público a un trabajador respecto de la media de ingresos de los últimos dieciséis años), un 82% actualmente, comparada con la media del 42% de los países de la OCDE, y por otro el carácter meramente voluntario de las aportaciones a los sistemas privados. Más de la mitad de las aportaciones a Planes de Pensiones se realizan en el último trimestre del año, por lo que éste es un buen momento para reflexionar en relación con la necesidad de complementar la pensión pública y, para ello, hay que tener en cuenta dos cuestiones importantes: la rentabilidad y el tratamiento fiscal de los Planes de Pensiones. En relación con la primera cuestión, hay que destacar las excelentes rentabilidades que este instrumento de ahorro ha ofrecido a sus partícipes, no sólo en los largos plazos (4,82% de rentabilidad media anual a 23 años y 3,75% a 20 años), sino también en la rentabilidad de los últimos 12 meses con un 9,68%. En los últimos 10 años la rentabilidad media anual ha sido del 2,03% y ello a pesar de haber sufrido, en esta última década, dos crisis financieras (la segunda de ellas, la más profunda desde los años 30 del siglo pasado), que afortunadamente ya se han superado para los partícipes. Por otra parte, y en relación al tratamiento fiscal, los Planes de Pensiones son el único producto de ahorro que tiene reducción en la base imponible del IRPF (hasta 10.000 ó 12.500 euros para los partícipes que tengan 50 años o más). Una de las medidas mencionadas por la OCDE que ha contribuido a aumentar significativamente la cobertura de los sistemas privados en otros países (Nueva Zelanda o Reino Unido) ha sido el denominado mecanismo de auto-afiliación, por el que las empresas tienen la obligación de incorporar a sus trabajadores a Planes de Pensiones de capitalización, si bien los trabajadores tienen la posibilidad de desafiliarse voluntariamente de los mismos. Este mecanismo salvaguardaría así el artículo 41 de la Constitución española, que establece que “La asistencia y prestaciones complementarias serán libres”, ya que el trabajador siempre tendría la libertad de decisión para no estar incorporado al Plan promovido por la empresa. El Gobierno remitirá próximamente al Parlamento un informe de medidas para potenciar la previsión social complementaria, y además de proponer nuevos incentivos fiscales y de liquidez, debería incluir un esquema de auto-afiliación, si de verdad queremos que en 20 – 25 años los trabajadores de nuestro país cobren dos pensiones: una del sistema público (de reparto) y otra del sistema privado (de capitalización). No hay que perder esta oportunidad para que el Parlamento, que analizará este Informe a remitir por el Gobierno, debata y proponga medidas que impulsen decididamente los sistemas privados de pensiones y, especialmente los de empleo. Sólo así podremos mantener una fuente de ingresos adecuada para nuestros futuros jubilados, teniendo en cuenta que la pensión representa la única fuente de renta para la gran mayoría de los mismos.