o del istmo revista ilustrada - reddi- repositorio de...

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AÑO III . Panamá, Repúblíca de Panamá, 30 de Marzo de 1906 NUM 54 o DEL ISTM O REVISTA ILUSTRADA -~ Director: GUILLERMO ANDREVE . °Bien faire et laisser dire ." s 55 f 11=_ p .~ P ROCEDENTE de Nicaragua está entre nosotros Amelia Denis de Icaza desde hace algunos días, y grato nos ha sido presentarle nuestros respetos á tan distinguida y sentimental poetisa. Su estadía entre nosotros será por ahora corta . Arreglados •los asuntos de familia que ocasionaron su venida, regresará de nue- vo á la tierra de Darío y Arguello, en donde hace ya mucho tiempo que está radicada . Piensa ella sin embargo que muy en breve vendrá con todos los suyos á fijarse definitivamente en su ciudad natal á la que pro- fesa cariño entrañable y sin segundo. Amelia Denis de Icaza, compañera literaria de Feuillet, es la única mujer panameña que ha pulsado la lira de manera inspirada, y una de nuestras escasas glorias nacionales, poco apreciada entre nosotros cabal- mente á causa de su superioridad indiscutible. El amor á la tierra ha hecho vibrar de nuevo su lira como en mejo- res días, y ha brotado-de ella esa hermosa poesía, "Al Cerro Ancón", que en esta misma página aparece. Los años ; que han gastado el cuerpo de la mujer inteligente y delicada, no han podido apagar la chispa poética que dentro de él mora . Al contrario, parece que cada día alumbrara más y más y prestara vigor ina- cabable á la respetada y distinguida anciana. EL HERALDO DEL ISTMO siente verdadero placer en saludar á la alondra istmeña, come la apellidó un genial poeta colombiano, y en deséarle grata permanencia en su tierra natal. . . _ _. AL C erro Ancón Por Am elia Denis de Icaza att no gaaidas lu . lu/eAnx dr uús pux0.a. ya no ri rx Juío, itlolrrtrralo ~linüu. (,nte till el Desti7,o deaato las lazos grle elr tr/ falrLt J'nr•rrró ti,¡ roro7oo. ('aryl r•e11titJelo solitaria t/ lri .,~tr• !Ur arbol err tit rima (•0110rí: a11í rpnbé mi pourbre, garla hirixte• , .por (tile leo eres el nrianr0 pura olí .' %!file has her•ho de lu r•splrurlillrr bellez , i, ele to herillocaru apreste (lar• udurüe' del (muto title eo11 regia perrtile7w ell tris l'nlrins de lilu•r• r• iltemple, i 0-1 ( es•' Hizo 7!t Chor'r•illo' lsrt rurrirtrlr a1 piw)-fil- (ill e.r•traiw xe .arrh .' tit r•r•istalina, bieoher•lro .o .foe o t e ell rl obisnio clet n0 set se lrrrJrrliú. (,lrrr hax herder rlr tax (ír•boles r! llori x ararlo atalaye( (let tr•aralailo mar .' ntis suspiros, uris oosirrs, ul is rlalnr'rx, te llet•ar•rin las brisos (11 po-vol%' Tras la rilao or• .altribose el 111rrr0 (file oi .Jrcute rie piiFrr ilowhilJ: la li,w (lae he polsmb,, 16 et 111"W •ro d pris t í,Ylrnes nrnuo, !rl rrrlretl-' . JWJJ [J((Jal'oS 17Le dtPeOli sus cl0lCIO7r Px,. eon sus Motas diíleLsin2as conté, t1 Jnis slaer2os rie amar•, utis i(tusitnies, (t ttt brisa 11 tus arboles ronlié Alás tarde, con ini lii•h eulaleckla, en utis tiesare.ssieatpre . te llamé,• busrnbtt. e?t tí la fue27 .te be2tdecida . que en uris aíhoc priine2•os ettcoiiti•é cuantos ailosde i-ncóglxitos pesarex, m i "pír•itu. busrabo 71aís all(c á ?t i¡ rmosa sultana de dos narres, Rr -reina "ele dos nnrndos, Protent(! ,S» laba yo c•an lui regreso tan elia, de rodillas ini~ tierra saZudar, ronttcrle 2ai_iwstalgia, ntt agonécy ti « su smrdn•a tiviquila deselinsar•. .S'é que meres el n2lsrao : quiero verle y de lelos tn. cilna,on.templar; ere queda el corazón para . quererte yet que Ito lnterlo , li4pto ú tí llorar. Ceretiiiela avanaarlo, por tu duelo lleva -nri lira 2a2r. lazo ele rrespólt: la ángel cnstalioo•evrm2tdxe al cielo [/rl no eres mío, idolatrado anrijn!

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AÑO III.

Panamá, Repúblíca de Panamá, 30 de Marzo de 1906 NUM 54

o DEL ISTMOREVISTA ILUSTRADA -~

Director: GUILLERMO ANDREVE.

°Bien faire et laisser dire."

s

55 f 11=_ p .~

P ROCEDENTE de Nicaragua está entre nosotros Amelia Denisde Icaza desde hace algunos días, y grato nos ha sido

presentarle nuestros respetos á tan distinguida y sentimental poetisa.Su estadía entre nosotros será por ahora corta. Arreglados •los

asuntos de familia que ocasionaron su venida, regresará de nue-vo á la tierra de Darío y Arguello, en donde hace ya mucho tiempoque está radicada. Piensa ella sin embargo que muy en breve vendrá contodos los suyos á fijarse definitivamente en su ciudad natal á la que pro-fesa cariño entrañable y sin segundo.

Amelia Denis de Icaza, compañera literaria de Feuillet, es la únicamujer panameña que ha pulsado la lira de manera inspirada, y unade nuestras escasas glorias nacionales, poco apreciada entre nosotros cabal-mente á causa de su superioridad indiscutible.

El amor á la tierra ha hecho vibrar de nuevo su lira como en mejo-res días, y ha brotado-de ella esa hermosa poesía, "Al Cerro Ancón", queen esta misma página aparece.

Los años ; que han gastado el cuerpo de la mujer inteligente ydelicada, no han podido apagar la chispa poética que dentro de él mora . Alcontrario, parece que cada día alumbrara más y más y prestara vigor ina-cabable á la respetada y distinguida anciana.

EL HERALDO DEL ISTMO siente verdadero placer en saludará la alondra istmeña, come la apellidó un genial poeta colombiano, y endeséarle grata permanencia en su tierra natal.

. . _

_.

AL C erro Ancón Por Am elia Denis de Icaza

att no gaaidas lu . lu/eAnx dr uús pux0.a.

ya no ri rx Juío, itlolrrtrralo ~linüu.

(,nte till el Desti7,o deaato las lazosgrle elr tr/ falrLt J'nr•rrró ti,¡ roro7oo.

('aryl r•e11titJelo solitaria t/ lri.,~tr•!Ur arbol err tit rima (•0110rí:a11í rpnbé mi pourbre, garla hirixte•,.por (tile leo eres el nrianr0 pura olí.'

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ntis suspiros, uris oosirrs, ul is rlalnr'rx,

te llet•ar•rin las brisos (11 po-vol%'

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la li,w (lae he polsmb,, 16 et 111"W •ro

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eon sus Motas diíleLsin2as conté,t1 Jnis slaer2os rie amar•, utis i(tusitnies,(t ttt brisa 11 tus arboles ronlié

Alás tarde, con ini lii•h eulaleckla,en utis tiesare.ssieatpre. te llamé,•busrnbtt. e?t tí la fue27.te be2tdecida

.que en uris aíhoc priine2•os ettcoiiti•é

cuantos ailosde i-ncóglxitos pesarex,m i "pír•itu. busrabo 71aís all(cá ?ti¡ rmosa sultana de dos narres,Rr -reina "ele dos nnrndos, Protent(!

,S»laba yo c•an lui regreso tan elia,de rodillas ini~ tierra saZudar,ronttcrle 2ai_iwstalgia, ntt agonécyti « su smrdn•a tiviquila deselinsar•.

.S'é que meres el n2lsrao: quiero verley de lelos tn. cilna,on.templar;ere queda el corazón para. quererteyet que Ito lnterlo ,li4pto ú tí llorar.

Ceretiiiela avanaarlo, por tu duelolleva -nri lira 2a2r. lazo ele rrespólt:la ángel cnstalioo•evrm2tdxe al cielo[/rl no eres mío, idolatrado anrijn!

El Heraldo del I stmo - 23 4-

E l Dios MeneandroCORRIA el Meneandro, como el

Conaca nuestro—de cristali-nas aguas—en un lecho de

menuda y blanca arena, á trechos di-dilatado en playas hasta las barrancas

de piedra ; en cuyas cimas tapizadasde grama verdeaban, como coberto-res de esmeraldas, altos higos y espa-

/

vés frondosos.

t» , cantadoras linfas que bajaban. en-

allípor donde el cauce abría su seno,si-lenciosas. sin hacer el mas leve mur-murio que despertar pudiese á los Fau-

nos ue su larga, perezosa siesta, y á muchasvírgenes de la selva, trasnochadas como ellos .'

-y como ellos, dormidas á la sombra en las la-deras.

Colgaban á uno y á otro lado de las robus-tas ramas de los higos,—á los que daban ves-tuarios, -parras y enredaderasdiversas,—nu-merosas campanillas blancas que parecían ador-nos de novia,,azahares colocados sobre la verdecabellera. Y abajo, en las barrancas, sobre elmismo suelo, sostenidas por flexibles tallos queinclinaba el tiento, vistosas flores (le color desangre que hacían risueña á la Naturaleza ytentadora con el recuerdo de labios rojos, en-treabiertos, y de mejillas de rosa.

Embellecían, en fin, las laderas algunasgrutas que servían de recogimiento á las aguas,especialmente una de pura piedra, espaciosa, queparecía una ermita pagana en cuya entrada nose distinguían los. signos de la penitencia, sinoen forma de cortinajes; pámpanos y tupidasMadreselvas.

Tan escogidos sitios. no podían . ser sinomorada, residencia favorita de un Dios ; y, enefecto; lo eran del mismo Dios Meneandro en-ya presencia revelaban el grito y elbatir dechis de aves al cruzar el-cielo, una fragancia yolor de bálsamo como de mujer Itigarto queatraviesa, y ciertos susurros misteriosos comode multitud-que se abre-paso ó como lejanasvoces de un concierto.

Era esta la época, como puede, compren-derse, en que los dioses andaban por la tierraenselando unos al hombre la agiicultiva, laindusil,'a, el comercio.-las hallas artes, la ur-banidad y- la guerra; otros, á la mujer, á tejer,á hilar, á zurcir, á hacer medias, á- bailarcuadri-llas y danzas y á,cantar dulces ende~, obrasdel olivino Apolo.

Meneandro.— no lo ocultaremos,—era cier-..iamenta poso fuerte y entendido en cales ma-terias ; emperi gozaba de reputación de hono-rable y de una v_da á las intrigas agena. Porello en la misión divina tenía un cargo de con-fianza qt(e sólo se da á los buenos, el de cobraren la Comarca las primicias de la juventud,consistentes en las primeras blancas rosasdela inocencia y en las gracias entreabiertas, ro-yo botones rojos, de la hermosura.

Tenía esto por objeto conservar en grane-ro sagrado, para evitar fuesen agotadospor loshombres, cuya codicia es conocida, tales frutosque son la delicia de la vida entera, y que bro-tan cm. la juventud lozana para ser reproduci-dos par la mano. de las Divinidades que presi-den, ocultas, . Jos misterios de la vida

No eran gravosas, debemos decirlo, lasprimicias de aquel tiempo, como lo han sidodespues, en épocas subsiguientes y á la fechaCuentan que ahora umchos aítos ciertas ciuda-des estuvieron sujetas al horrible tributo deabandonar anuahnente á orillas de un caminoá dragones ó serpientes de cien cabezas ó á fe-roces glgantes .una doncella por lo menos y nocualginera sino la más bella de la cosecha devírgenes, con el objeto de aplacar su sed desangre Y esto sí era repugnante é iu-snfilble, y excifaba1a ira de esforzadiis héroes

etern amente en ellas retratada ;

Lui UNr ia-LBU %uI

en vano sacrificaron la vida por librará Iossuyos,—hermanas, prometidas u (tijas-de semejante bárbaro gravamen.

En cambio, con todo y ser llevadero esteotro pago de primicias, estaba lleno de miste-rios como corresponde á asuntos divinos.

La víspera de] as bodas, en efecto, condu-cían doncellas de su intimidad ú la desposarla.vestida de vaporosa tela blanca, á orillas delcelebrado río, con músicas y en medio de dan-zas caprichosas que revelaban el mas vivo con=tento. Y una vez llegadas, la. despojaban desus ricas vestiduras, con lo cual, temblandocomo tímida gacela. libre de rrisión el pie, so-bre la menuda y blanca areáa, se iba yendo ála orilla para ezharse en las ondas que al fin leabrían su seno, con amoroso unhelo, y la lle-vaban agitadas por el sacudimiento á la riberaopuesta, al borde de la gruta de grranito .queparecía una ermita pagana en cuya entrada nose destinguían Ios signos de la penitencia sinoen forma de cortinajas que le daban sombra.pámpanos y tupidas madreselvas.

DOCTOR BELISARIO PORRAS

Allí permanecía, presa del fervor pagano cíeaquel tiempo, largos instantes pidiendo al Diosno hiciera estéril su enlace y sí le diera fecun-didad y aliento, amor mucho que viviera. consu vida y que á su amante lo apartara de polí-ticas y guerras Y el Dios no estabalejos,--la escuchaba,—que, en efecto, revelabansu presencia el grito y el batir de alas -de avesal cruzar el cielo, una fragancia y un olor debálsamo como do mujer tnyodu que atraviesa .vciertos susurros misteriosos como de invisiblemultitud que se abre paso 6 como lejanas vocesde un concierto . ..

Un iría se celebraban las bodas de la bellaCreóntidas v por supuesto, el día anterior ha-bía cumplido esta con. los ritos paganos sobrelas aguas purificadoras del Deneandro y en lagruta, de-los sagrados votos . La procesión se-guía lascalles de la ciudad natal . de Creóntidas,compuesta de convidados de las mas altas cla-ses y de una multitud de curiosos que no ca-bían ya y que obligaban al cortejo á detenerse vá esperar el desfile de los que marchaban ade-lante. Iba la beldad abstraída y silenciosa,andando el pensamiento con pies de genio aladopor regiones de memorias ó_de esperanzas (queno pudo saberse á punto fijo), regiones que ilu-

minan, c•otno rayos de crepúsculos- deseos engos de dicha -.

En un momento, sin embargo, se sinfíó-eo-mo llamada, atraída. y alzó ios grandes y ras-gados ojos De pié estaba. en ese instantemirándola fijamente- sobra las gradas dauntemplo, un robusto jóveu de treinta -affos, detendidos músorlos y-de esbeltas formas que nopodíau ser de un mortal. No lo eran, porqueCreóntidas bella recotroci6 al instante,—y napudo equivocarse.—re•.atno :ió al instante. almismo Dios beneandro, el de los prapícíos .: en-laces, al Dios de cuya frente colgaban aún lasflores rajas de la barranca y los pámpanos dela grata

Y verlo y que la viera fué un puro ,sueí'To,y su presencia una sombra no más de sns.re-cuerdos. La procesión siguió á la casé,. ;del.fianquete en donde corrió el chipre en cincela-das copas de oro. y en donde todas fueroñ,di-chas, votos y contento. Sólo á CYeóntídas -be-lla se la vió abstraída, silenciosa. andauddelpensamiento con pies de genio alado por reaip-nes de memorias 6 de esperanzas (que no - piidosaberse á punto fijo), regiones que iluminan,como rayos de c-tepúsculo, vagos deseos dedicha

B. PORrAS.

Panamá- Mayo 24 de 1894.

VartmiPARA VAROAS VILa.

Niño era . c me hice atletaAl bautismo de fuego de aquel beso.

; .Jamás simiente de hombre fué vencidaPor una onda tan fuerte de la vida:1:1 grito de la Especie que despierta-Ese tremendo. igeluctable gritoQue imprime á la materia informe v YertaUn algo de inmortal y de infinito-

_Habló en Ella á mi raza . . . Yo era ardiente:Ella . impoluta c núbil : fui obediente,Y brutal como un dios y prepotente.

Y del divino incendio al fin, ileso.Pude salvar mi raza en aquel he-so.

ABRAHAM Z. LOPEZ—PENILl.

CromoGn el recogimiento campesino.

cine viola el sollozar de las campanas,giran . como sin ganas,las enormes antenas de un molino.

Amanece— Por el confin cetrinoatisba el sol de invierno . Se ore un trinoique semeja peinar ternuras canas . --y se escucha el dialecto de las ranas . ..

La campüra. de un topacio aceituna,

-tiene hipocondria, unadulce hipocondria que parece mía.

Y el vieja (rsiris sobre el lienzo plomosari el paisaje 1elIta mente . conoquien vri macando nn .r calconanía

Leis (' . LOPEZ.

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Eran sus agrias espejo de la Na-4) turaleza entera que amaba mirarse

HEraldo dellstmo,Z35

Coino si fuera una "musmé"Adorable ciertamente está, con su

hermoso Kimono japonés, el simpático

bebé Octavio Manuel de Icaza, hlfo de

nuestro excelente amígo don Octaviode Icaza.

El chiquillo en su traje exótico,-

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graciosamente arreglado por manos sa,

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bias y cariñosas, parece una preciosa

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"musmé" dela tierra delloto, y con tanhábil artificio saben ocultar su einado

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pomposo y su vestidura polícroma law

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tyr}raza y el sexo, que el disfraz resulta

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digno de encomio y de admiración.

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Que elrecuerdo de esta transfor~s rI

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nación momentánea de su niñez des.!

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píerte en Octavío Manuel, á su tiempo,

las aficiones artísticas

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y el amor á lo bes

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lío a lo raro de ue

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4 guarda mucho latierra de las "geishas" y los "daímíos",

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aunque sería de desear que no encontra,

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ra nunca ni raro ni bello el cruel

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T "Harakiri" á que tan aficionados son losi, e ~s

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hombrecitos de porcelana.

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if ,art l~ 11Í

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°c sno~ft9~~G

CAPÍTULO t7E UN i— ~W INÉI7ITC]

SI—DARIO: Apertura de los puertos hispano-americanos al comercio del mundo .—e•risi,comercial de 1825.—Sus causas .—Reacciónque vino después .— Establécese la navegaciónpor vapor en el Istmo. -Mejoras que se hacende C•hanlres á Panamá con motivo de esto .--Filosofia del progreso.—Tendencias del es-píritu humano .—Descubrimiento de mina, deoro en california . Su influencia en el lstmoy especialmente en Panamá .--EsYtblec i-miento de la primera Ifnea amedeana devapores.--Sus fundadora, .—Aparicírín ele Iasprimeros periódicos redactado-; en len!+ua in-,lesa.--1•,mi rantrs tran,e_untes .-So cla,iti-cación .--Bienes y males que trajeron los

emigrantes americanos. -I11 có!,,a morl,u,.Decreto del GuberLador Díaz contra el malra.--Ferrocarril de Pa mona . (r, . ices pri-mitivo, Directores de la 1•:nipre-,a . \ ici,itu-des que pasó ésta . tiuiene, la salvaran de lacatástrofe.--Fundación de t -o!ón . Anmbresque tuvo y nombre que le quedó.

I

ECIE;V independizadas I a s a u t i-FJ: goas colonias hispanoamericanas es-~r_

tublecióse norwalmente entre éstasf̀ `

v Europa un tráfico continuo. librede las antiguas trabas (fila habia im-puesto la madre I atria durante la

poca de su dominación : lslr consi-1-miente, eru racional esperar (fue esetráfico le diera al Istmo poderoso im-pnlso, ó bien ulgo de aliento á silde .°nido C )aler io y á sa radinienta -r.a indi> .stria ; nr:Ss tan ilalugliena s

esperaazaa se frustraron entonces . debido elloá consecuencias lógivas . Eu efecto, cuando lasnuevas nacionalidades do ]a Aniéricit Espanola

abrieron sus puertos al comercio universal, rg-norábanse casi eu absohito las necesidades cv-mereiales de ellas. Inie:i nu se había calculado

lo que podrían consumir y, por tanto, lo quepodrían comprar.

Partiendo. pues, de esta base deleznable sehicieron de la América Central, de la 3feri-dional y de México muchos pedidos, en espa-cialidad á Inglaterra. Francia, Países Bajos yAlemania ; las remesas iban llegando, unas enpos de otras, á sus respe.:tivos destinos ; perofue tan grande la plétora de mercaderías, queel mercado quedó excesivamente abastecido ; nohabiendo más recurso para salir• de ellas quevenderlas á precios menores que el de costo :-de aquí las pérdidas enormes que determinaronuna Ruan crisis comercial en 18 . 5 ; . la cualaruiuó á muchas personas que habían entradoen estas especulaciones . hizo quebrar á innu-merables cr asas de eomer, io, afe-tó notablemen-te á otras y produjo un trastorno en el mun-do mercantil : de tal modo, que paralizó la se-ción benffica de todos aquellos hombres em-prendedores que intentaban invertir sus capi-tales en negocios relacionados con los nuevospueblos surgidos á la vida independiente en elnumdo de Colon.

-P tales resultados negativos se producirán

cuantas verses haya precipitación en introducir•productos extranjeros á un país ó al establecernuevas industrias en él, sin tener para nada encuenta el estado general de éste, sus reenraos ysus necesidades.

Afortunadamente el pánico determinadopor las circunstancias arriba apuntadas füe-transitorio : pronto vino la reacción;-además,las modas y costumbres francesas é inglesas lo;;raros infiltrarse en las nuevas sociedadesbispanoameric•anas ; rercade ias que antes de laindependencia no pedían comprarlas sino 1.asclases pudientes, después, con la, emancipación}- no existiendo pa el odioso monopolio de lo,comerciantes de Cádiz á quienes el Gobiernoespañol apoyaba . vendíanse á precios relativa-

mente baratos; los cuales, por lo general, esta-ban al alcance de todas las fortunas . Ahorabien: como la humanidad en la mayoría de loscasos no abandona el néctar de los placerescuando llega á probarlo, sucedió que los nue-vos hábitos adquiridos determinaron á su tur-no gastos indispensables ; por consiguiente, vol-vieron á hacerse pedidos á Europa; y la deman-da continuó, mas ya con circunspección, puesno era para menos la dolorosa y tremenda ex-periencia pasada.

Coincidió con esto la llegada á Centro ySur América de agentes viajeros, enviados es-pecialmente por casas mercantiles• de Inglate-rra para estudiar las necesidades más imperio-sas de los países latinoamericanos, sus vías decomunicación, lo que podría explotarse conprobabilidades de éxito, el salario del obrero,los medios de transporte, los lugares insalu-bres, la mercancía más fácil de venderse, lamás difícil de realizare ; en suma. vinieronhombres prácticos que condensaron todas susfuerzas y dedicaron todas sus energías al ex-clusivo fin de adquirir dinero para sf y para lascasas comerciales á . las cuales representaban.Entre tanto las fuentes naturales de los nuevosEstados comenzaron á desarrollarse ; recibie-ron después nuevo impulso con el capital ex-tranjero que sucesivamente llegó ; y para co-ro~ la obra, los gobiernos europeos fueronapresurándose ii celebrar tratados de paz yy amistad con las nuevas repúblicas, á finde estrechar más y más las relaciones comer-ciales.

Inglaterra supo aprovechar el resentimien-to que existía en toda la América contra lasnaciones que habían formado la Santa Alianza,pues el comercio y los súbditos británicos fue-ron los más favorecidos ; de manera que losservicios prestados por Canning en 1823 á lala causa de la independencia de las colonias es-pañolas quedaban recompensados con creces.

Habiendo seguido floreciente el tráfico en-tre Ios puertos europeos é hispanoamericanos,impúsose como necesidad imperiosa, una comu.nicaciún rápida que acortara la distancia, deambos continentes; lo cual indujo á una aso-ciación de capitales ingleses á formar una Com-pañíapoderosa—la Roya! S'vct 7udr"Jluil ,Str•,ra,llcw.-ct G6.niprooy—para establecer, como en efectose lrizo, una línea regular de vapores mercantesentre Southampton y algunos puertos orienta-les de la América tropi:•al.

Las experiencias verificadas por vía de en-sayo resultaron satisfactorias; además, los via-jes sucesivos de los vapores mercantes de laempresa no sólo acrecentaron las utilidades deésta sino que demostraron de modo evidentefiue podia ensancharse el negocio sin temor áfracasos; en tal virtud el itinerario logró ex-tenderse hasta el Istmo. Consecuencia de estanueva reforma trascendental fue la llegada en1844 al puerto de Chagres del primer buque devapor que despertó aquella espléndida y ar-diente naturaleza á la vida bulliciosa de la civi-lización.

El suceso, como es natural en casos de estanaturaleza, produjo ca iosidad y asombro enlos vecinos del puerto, los cuales corrieron á laplaya para contemplar el buque de vapor quepor vez primera veían sus ojos ávidos de emo-ciones. Al anclar la nave en el fondeadero quehabía señalado el práctico, se apoderó de aquellospobladores una animación y entusiasmo indercriptibles; de tal manera, que el Capitáa delbuque tuvo la galantería de convidar á los ve-cinos notables del puerto para que visitarán lanave; algunos, con la primera autoridad políti-ca del pueblo. aceptaron la oferta y pasaron ábardo; pero otros tuvieron miedo de embarcar-se por temor de que reventaran las calderas ylos cocieran, aunque admiraban que la nadepudiera andar sin velas.

Algo semejante había sucedido en los Esta-dos Umdos cuando el 11 de Agosto de 1807 bo-taba Fulton al agua el buque de vapor Clrrmo„t.

"A1 principio fue objeto de la befa de todoel mundo, y cuando el buque estuvo listo, conel fuego encendido á punto de marchar, y Ful-ton pasó á bordo, levantóse en tido el ámbitouna risotada; pero apenas vieron los millaresde espectadores que el buque obedecía al pilo-to y maniobraba y marchaba en tortas diree-

EI HEralcfo .H ir ¡Asr,1 C-n ib ,

ciones, se eaam.W sfrbitamente Winofa en enti-sinsmo." (1)

-

.

Los resultados . satisfactorios obtenidos porla'Pni/al. n5st. Ziu7iü-rl/Cti] Stea'))L .Packaf' Companyfue un aliciente ó estímulo para que otra. em-presa ele navegaciód extendiera también su itinerarlo al Istmo ;_ltrr eso en 1845 ' la - Bacrf(c\traen 1\irirljdtion "(1nipo)g1 estableció vaporesmensuales entre Pamtmá y Valparaíso, conec-tando esta línea: fi :(;hile, el . Perú, Ecuador. yColpmbia; 'de manerá que la ciudad de Panamáen el Pacífico, y elpléblo .de, Chagres, en el At-lánti--o, vinieron á séivír de intermediarios ólazo cíe unión entre los principales puertos deEnropq,y (le la- . América Meridional.

Desde entonces comenzó el renacimientoeconómieó del Istmo; pues én los .vapores lle-gados cada mes á Panamá_y á Chagres veníanmuchísimos pasajeros de tránsito, metales pre-ciosos, mercaderías ; productós naturales;de lasrepúblicas del Sur y . ,eoi~respoüdencia;. 16 cualerra transportado de un océan", otro con larhayor rapidez posible en .los lomos . de mulasy en las espaldas de arri&os, por tierra ;, . en ea-,noas y en botes, por el río-Chagres, . .

-

Como es natural en toda obra rndimenta-máximecuañdo se cuenta - con medios de

to desorden en la provisión '1 11 - jés y, trafis-portes para el viaje terrestre y fluvial al travésdel territorio istuiéüo-.per6 á - todo sélerfue po-niendo remedio : con el ,~i m'ento - del tráficó e8-tableciéronse más posadas eñ.la ruta dé Panamáá Clraa°res ; - la- ConrpaIIíá- ;de , vapores " délAtlántico . corrstrriyó á sri t' 01, ,en- :,Cru-ces un buen almacén dr -mampost¿1U paraguardar los caudalés„qúe de. 1; . Amérr'-ca.'délSur

el Chagres q lasbrígada-s de: ibulálno: dejarondespués nada llue desear. • Sin embargó ápiin-cipio ele 184S el trafico estaba algo (lecaidó:

II_

El progreso material, por : sti.naturalezátiende á la universalidad; pues ;_ en :síntesis, élno es sino el resultado que surge de riña grancombinación de-intereses-~ particulares unidospor solidaridad neczsaria `¡por espíritu clé .con-serr.•ición.

Así como lanaturalezatrabaja . en virtudde-la ley biológica de 3ás transformaciones, lalimnanidad trabaja sometida á la iey- socioló-gica, de-la :necesidad; de manera que las evo-lucidnes -que. se cumplen,-'-los hechostá veceshasta brutales, que se suceden con `marcha ver-tiginosa al través deT esl)" y del tiempo, sonsimples manifestacionesde esa necesidad.

En el escenario del mundo cada hombrey cada país desempefian-su papel l* contribu-yen con su buena ó mala suerte á- que, el ca-rro cíela-civilización no detenga su -marcha:providencial. Juicio es lo que- : se necesita parano retardarla ni con losvalladáres de ideas re-llógradas, ni precipitarla tarripoco al abismo deprogresos ficticios ; pues éstos suelen sér el dis-fraz de encubiertas ambiciones, generadorasá su.turno, de la ruina de las 'sociedade-s y deldescrédito - de los gobernantes. En ciertas m_a-terras,tan peligroso es torcer ala, derecha co-mo álaizquierda. "

Pueden -los pueblos pernanecer aparente-mente estáUonarios ó estarlo en"xealidad poraílos . tal vez por siglos ; mas' una.- circunstgn-(. aénalquiera basta para sacarlos del - latargoen que yacen, para despertar su carácter ;',-paraactivar us-energías adormecidas.

En virtud del.tsatado Guadalupe, -Hidalgopaso-término á .4-i-guerra entre los ._Estadoslos y-Aléxico, ;esta última nación cediGá lacera -los terrítgrios _ dé Tejas- hasta el ríoco, NuevoMéxico S Alta California. To-

11) Otto vda.Le ,ner. . NUrsq`ao SIGLO, pal,'.124. - --

Los Estados :Unidos dieron á sU . vez, por-vía de indemnización $1:7-000,000 en oro, paga`

ron las reclamaciones pendientes de ciudadanosnorteamericanos contra el Gobierno de México,qué ascendían á13.250,000 y contrajeron ade-más la. obligación de defender las fronteras coa-tra los indios salvajes.

El notable estadista é historiador norteame-ricaho Henry Clay juzga el atentado cometidopor les Estados Unidos;álana.cionalidad mexica-na, con estas palabras textuales : 'Hay crímenesque por su. enormidad rayan en lo sublime ; látoma de Tejas por nuestros compatriotas tienederecho á ese honor. Los tiempos modernosno ofrecen ejemplo de rapiíla cometida por par`ticudares en tan grande escala ."

-

A raíz de todos estos sucesos, que fueronconsecuencia lógica, de la anarquía habitual yde las revoluciones periódicas que ensangren-taron la patria de Morelos é hidalgo, adquirióCalifornia nna-importancia inmensa con el des-cubrimiento acaignísimas minas de oro en suterritorio; lo cual unido - á la llegada continuade inmigrantes en busca' clel codiciado metal yá la obiigaciónde'extirpar can mano férrea elbhndala .le .que se habia vuelto endémico allídesde 1a' época d-e,la'dominaeión mexicana hastaentonces, hizo- abrir los ojos al pueblo de losEstadorkiiirifló's `sobre la necesidad " imperiosade facilitailó más pronto _posible nina comuni-cación rápida.al través-del Istmo - de Panamá,por ser esta ruta la rnás -fáciL corta y seguraentonces, con las nuevas é importantes pose-siones recién adquiridas en. la costa delPacifico.

Previóse, además, que con el andar deltiempo esas posesiones tendrían unaémportau-cia inmensa, puesto que iban á ser el teatro degigantescas empresas en donde el genio ame-ricano habia de-dar pruebas de su indomabletenacidad, su pasmosa energía é inagotablesrecursos: -

A - fin, pues,_ de ir-Poniendo en práctica es-tas ideás ; es :decir; de tr ansformarlas en hechospositivos alhacerlas pasar [le la potencia alacto, el Congreso norteamericano expidió á nie-diados de 1848 un decreto . por el cual se auto-rizaba al Gobierno de la Unióñ para celebrarcontratos que tuvieran por objeto establecerlíneas .de buques•de vapor que se correspondie-ran entre sí por el Istmo. Acto continuo se.fundaron dos compa ías de navegación marí-tima: la una estableció su línea de vapores,de Nueva York y de Nueva Orleans al puertode Chaa°res en el Atlántico ; la otra. desde Pa-namá á la Alta California y al Oregón, en elPacifico. Don Jorge Law tomó á su cargo lalínea del Atlántico ; el. Coronel Guillermo H.Aspinwall, la del Pacífico.

La primera oleada humana que cen desti-no°para-" Jalifornia pasó de tránsito por el Istmolleg&á, Cbagres en el F'aleín, el 26 de Diciembrede 1848,--

_

Fue este el primer vapor de la línea ame-ricanáque . inició la carrera; trajo en el viaje180 pasajeros y 100 toneladas de carga ; entrelospprimeros al Gener•r1_ .Smich, Gobernador dee--ídifói~nia, su familia y- Estado Mayor.

En Enero de 1849 el vapor Ru/%/úrvra llega-ba á•su- turn¢ al puerto de Panamá para tras-portar 'por. el lgdo del Pacífico los pasajeros queiban en pos de los placeres de oro descubiertosen Sacraménto.

Los miidios de locomoción entonces no da-ban abasto al tráfico enorme que existía Senavegaba el Chagres, como bien se sabe, hastaGorgona y Cruces en canoas ó en botes grandes;y de estas dos poblaciones á Pauamá se cami-naba por tierra. En el viaje fluvial se gasta-ban tres días: en el terrestre, uno, poco más ómenos . . Solo había un vapor meusual que ha-cía el viaje marítimo de San Francisco á Pana-má: por tanto, no es de sorprender que á me-diados de IS49 hubiese en la ciudad de Panamácerca de 5,000 pasajeros aguardando vapor ; yeso que esta multitud no era sino el primeroleaje de la . inmensa marea de aventureros que

s

había invadido Ias playas del Istmo para llegarcuanto antes á. California.

Cada vapor que anclaba en CHagres traíaá su bordo centenares de hombres, aguijonea-dos todos por un mismo deseo : el ríe adquirirfortuna y tener conocimientos en la minería.

'-La sed de oro—dice Diego Mendoza Pé-rez—la ambición de mejrrar la suerte de improviso, la codicia. el espíritu de aventura, todocontribuyó á vei' en los aluviones recién descu-

biertos un nuevo el Dorado .- -

En California surgieron de improviso, comopor conjuro mágica . populosas ciudades ven-equtadoras aldeas . El Lstmo, en virtud de su es-

pecial situación geográfica y debido á los sorpren-dentes efectos que produjo el tráfico por sute-rritorio riurante el inolvidable período de 1849 á18:75 participó tambien de aquella prosperidad.

Tal vez no hay lugar—con excepción" deCalifornia—en donde el cambio fuera tan re-pentino cromo en Pananá : así el amor al trabajoadquirió fuerzas antes desconocidas ; nuevas in-dustrias se estableieroa con general aplauso;fundáronse cajas de abono ; edificios -viejos óque amenazaban ruina eran refeccionados pron-

to ; la construcción cíe muevas casas se sucedíacon rapidez vertiginosa : reparábanse los cami-nos: estableciéronse chauipaues para la nave-gación del Chagres: abríanse al público por to-dos los puntos de la ciudad soberbios almace -nes, suntuosos hoteles y modestas fondas; lademanda cíe trajadores era continua ; hacíánseinagotables pedidos de provisiones y comprá-banse por centenas las bestias de carga : lo cualdió un gran impulso á la agricultura . á las críasy al comercio.

-

Las principales poblaciones --del Istmo se'encargaron de sumíuistrar animales de carga,víveres y demás artículos de subsistencia, aménde los de uso doméstico, para la población fijay transeunte : La Chorrera. por ejemplo, man-daba sus bollos y su 7rt .cajo h• a+arito, Chepo susplátanos y sus zandías . Antón su panela de co-co r su La-x na ra L,, Taboga sus pitas y sus nís-peros, Chagres sus variadas especies de bana-nos, La Villa de los Sanfos sus quesos v tina-jas, David sus granos, mulas y su ganado va-cuno y lanar, Las Tablas sus cerdos y gallinas.Penonomé sus escobas, sus s,ao L,-r rus .,rv.ju+us,sus jabas y esterillas. Otoque sus legumbres ychirimoyas.

Los bogas se multiplicaron : ganaban mu-cho dinero, pero trajaban también con exceso.En efecto, no podían ejecutar labor más re ;la quela de subir á pulso por el río cuanto pasaba delAtlántico al Pacífico y viceversa.

Lo mismo sucedía con los arrieros . Losque se ganaban el sustento en los caminos dePanamá á. Gorgona y á Cruces. aun pertene-ciendo muchos á las familias más acomodadasdel país, se sometían á grandes y continuas pe-nalidades pasando elías y noches á la intempe-rie; y los que no eran bogas ni arrieros - porqueno poseían ni canoa, ni bote, ni chingo, ui bou-no, ni mula, ni burro . ni macho- ni caballo.se transformaban, para ganarse la vida,

-en bestiasde carga y como tales se echa-ban á enestas los bultos ó las personas que-no podían llevarlos cuadrúpedos . Lo cariosoes que muchos viajeros preferían venir enlas espaldas de seres racionales—por logenerallos individuos que servían de cargeros eran ne-gros isleruos, del Darién y de las riberas de-Bayano--que en los lomos de ]asimilas, ma-chos ó caballos. Y muy á menudo sucedía quellegaban primero á Panamá. con procedencia deCruces v de Gorgona ó viceversa los cgrguertrqbípedos que lar cuadrúpedos. (1).

aa-mQuF a- ARCE.

(t "),tin+u,crí).

(1) . Los cargueros pedfan 310 . por,: llevarácada 1,on1bye . $; :í Ias umicre . -fir,á ío+ruiños.-

E-hf iEraldo ,;dEt ;lstmo.,--"2'3 7-

Panamá en el ~ xterio.~

~L movimiento independientistadel 3 de Noviembre que diúorigen á la República despee

tb vivas siml'atías en el exterior v nos

jéaptó' buenos amigos eu todo; Ies Países-Dos -de éstos son Ios seuores don- Gui-llermo I'.,, Villaverde y don -libertoMeinhold eny cs retrates publicamos en-el presente numero (en v uva satisfacción .

1 ,'Español el primero y chileno el se-

¡ ; :.,guindo, son - ambos per•onas de distingui-

>=da posición see:al y sus buenos deseos en

_favor del Istmo les han merecido del Su-premo-Gobierno la designación de Cónsu-les de nuestra Patria en Cádiz y Santia-go de Chile. lugares en que residen- rrs1,ecti-vamente .

--EL HERaLDo DEL IsTmo, que vino á la vida

con la República y cuyo patriotismo no admite

jZ~OM51EUR cLartonnel,~~ ILIl comisionista en París

de la casa %. %-& C° deReims. se casó á la edad de cin-cuenta aSos con Clemencia Ro-bert hija de uno de sus elientes-La juventud, )as. encarnadas me-jillas y los cabellos b1midos deaquella mujer le habían sedu-( ido .

Apenas se timbo casado con-captuóse feliz . C'lemenna hizo dela triste habitación del célibe uninterior confortable, llenándolade su graGa y de su alegría, demovimiento v de belleza- Ad-vierte que Cliarbonuel es un tan-to viejo para ella, y sin embagole nora con ternura . Asimilában-se los gustos de los dos espesos:

amaban la buena finesa ; jugaban ú las careasen amoroso conjunto. inclinadas las cabezasqne se tocaban y ella posaba su brazo sobre loshombros de su uiarido ; iban á conciertos. -al-circo, leían. En fin- á pesar de la diferenciade edades, Clemencia estaba siempre dispues-ta á llenar sus deberes y los llenaba con pla-cer, bien que jamás tenía exigencias expontá-neas, lo cual embarazaba en ocasiones á Char-bonnel-

Más de un aúo tenían de casados cuandoClemencia. ruborizada . hizo á su esposo finaconfidencia inesperada. Avisada por ciertossíntomas bahía ido á constiltarle á uu autigluoamigo de su pad e, el doctor Tierc elin, Inedi-co que dirigía el e~table(•imiento bidraterá7•ic•o

(DEL -FRANCES):

de la /Ruin R,cdd Crm•,~•.+. Tiercelin, después' dohaberla examinado la dijo, golpeáudola lame=jilla-

' ,—Mi Clemencita : vuelve"á tu casa -y di'á

tu marido que ha acertado. Estás eaeinta.-bace dos meses

Esta nueva que Charbonnel no imaginó; roba le llenó de contento y de' orgullo. °'PeroClemencia muy pronto -enturbió-la :'armonía.del liogar. AI cuarto ines de embarazo sientemovérsele el frut„ de su amor, y aquél- ca-rácter festivo y alegre de la joven se alteró.Volvióse caprichosa y pasaba bruscamente dela risa al llanto, de la charla febril al silencio;los platos- .que eran de su mejor agrado, aho-ra la repugnaban: prefería á~la ; fantasías fzil -gidas aquellas opacas- Era presa de melan-colfas que durante una semana la tenían érí laalcoba. silenciosa é iniñóvil(- De pronto se agi-ta, habla quiere salir, marchar, n• á espectácu-los-

. .-,Cliaroonnel, sumiso, se prestaba á todos

sus caprichos y se decía ; ` Vaya! eso pasarfi;y después de todo, es por Francisco-

(Era cosa convenida ent_ie Ios dos espososque el niIIo, que sería varón. 'se'llamaríaF'ran-c•isco) .

-

'Una tarde, en . Diciembre, Charbonnel en-

tró á su casa de vuelta d,e un puseo cuotidia--no y dijo á su esposa!

--Después de la- comida te arreglarás por-,

que iremos á ver- á" Jams-Janus, el hombre delos papagayos. Parece que el atractivo es ex-traordivario

Clemencia batió' .palmas. Estaba - debuenhumor, alegre . y amable- como antes-de , su em-barazo- Por otra parte, tenía curiosidad dever á Jains-Jains . • enyo retrato iluminado, en

vestidq:~de .malla,uegro, sentado. sobrg la•J?a-rra d3 un trapecio, los brazos exteñdidos , ylos papagayos, cubría de muchos ejempláréslos, múíos-,de París- - Afortunadamente. se ledecía ;-•liabía alcanzado los favores de-una

ma-trona inglesa que' le sostenía y le habia seguidoá París.

`Aquellá noche tuvo - éoiilb las- anteriores

éxito feliz* ésito.11e -taurino. Su bella fisouo-mía, susabundantes' cabellos neos, simétri-camente divididos. sobre' su frenté .y, ;suaves-tido de malla.:en_ .nue.se:nintaba um busto so-

aplaudían con ojos, brillantes;,_. ansiosgs y contanto calor . que, rouipí .t'1os guantes.. . sobretodo cuando, el gallardo .hacíá la. Lmerlera á losfrisos del circo, inmóvil y éon los papagayossobre el cuerpo : uno `, enla --- cabeza, dos en' loshombros, dos`en lós` 'iiiíúó§ y dos en la eétre-midad delos .,pies .,L-

Entladós',gite liubieron á .la casa los- dos yes-posos, Charbonnel -Jifegúntó á Clemencia : ' - -

¿Estás co0i 1t ntá.? ` — "Ella respondió con . sequedad:-Sir"bastante,x` ao-pudo obteuer üññ, palabra Irás=de su

e3posa que se atv£áy__n~u vamento cavó;'en..sus negros humores. L%tyistecíase s jora-_zón, mas resignado pensaba' tcnggmps pa i '-era, la causa es Francisco.

1- ~

Al día siguiente Clemeneiá se'levantá3r :oitile y risueila ; se vistió cantando ; quiso pone,;:':le la corbata al marido y al ha orló lo abran` 'preparó ella misma una crema piara el desay~ d1no que á Charbonnel le complacf cuandúéste se disponíaá salir á sus labores aquélla.le envuelve una butanda de púiitp;, thciéndolé'que hacía un frío mordiente y :gíie . noquérí'a-que su hombrecito se resfriará . Ya" en lá cálleel comisionista, dirige )a vista al, ;linlcón y ;éüeste advierte reclinada á su espósti que en gr3Lioso coquetismo le envía besos

Ese contento diuG todo el dfa ylas p~uiñé_-ras horas de la noche hasta el ñlomieit"&,que se encontraron en el lecho común. All€Clemencia tomó entra sus manos pequellas'lá,gruesa, cabeza gris de su marida_y le, dijo:

—Teneo alguna cosa que .pedirteimi ;que-rido.

-Charbonnel con el corazón 'rebozarte dealegría respondióla:

—Todo lo que- quieras, gatita mía .- :s:

--Es . . .- e3-. . -, ¡difícil decirte!—¡Vaya! no seas tonta, .'dL' -

- --Déjame, pees. apagal-li fila ; úo ríle atre-

vería si veo claraLa luz se apaga Clemencia-cbntinlló,—¿Te acuerdas bien de Jalñn Jaihe"él

hombre de los papagayos?

- 1 '—Sí,o.yqué— . .?¿QuieresA;iLcerá - el ?—Nó . - . . es decir . . . sI c ._IÉero no . en- él

eíreo .Charbonnel rio-

'`—jNo podemos hacerle una visitó .?'Clemencia replicó enérgicamente : *

'No quiero que rías. Es cosa seria— Ten-

go un desea pero que deseo . Si tú `no irieconcedes lo que quiero, tu mujercita-Iiioriráy.de consiguiente bebé también .

=Charbonnel abrazó tiernamente átIeíuen-

cia, la besó y la dijo :

"`—Haré todo lo posible por complacerte, .

mi gatita. Tú sabes bien-- .-, pero explícate.Cerca, muy cerca del oído de su marido

Clemencia balbuceó :

'—Querría verá eseseilor- . . . desnudo- Y

bajó la cabeza hasta el cuello de su . niarido que.admirado, exclamó;

—¡DesnudoéTú estás loca! ¿Qué es lo quequieres-decir?. ¿Verlo en malla . cromo el otra día?

—Nó, replicó Clemencia, con voz<~firme,sin malla, sin nada.

—},Completamente desnudo, entóncés?Clemencia repitió secamente:—Sí, completamente desnudo.Y en momento séRLido aIIadió con desp'ar- _

gajo:—Oye : es-preciso que yo vea á ese senor ponjue

es en obsequio de FRancisco . Ayer cuando;apa- -reció en el circo, así del todo negro,_ mesurocioné tanto que bebé se rebulló como para indi-

ALBERTO MEI\ROLD

GDILLERMOR, VILLAVERDEdudas, se complace en presentar esta- débilmuestra de agradecimiento á los caballerosmencionados, que saueuliónrar - yharerrespe-taz• el nombre de Pananiá,én -elextranjer * '

EI HEraldo dEl lstmo -238

carme que no estaba contento . Después surgesiempre delante demí, en malla, una siluetanegra. Si no quieres acceder tendrás un niIIonegro, muy negro, peor que un negro ; mien-tras que si veo que Jama-Jaras es como otros,blanco, buen mozo . . . ehl bien! . . . . Franciscoserá blanco, bello . . . . He aquí todo.

En vano Charbonnel, estupefacto, tratóde convencerá su mujer que erigía una cosainsensata 6 inconveniente . Ahora, si 61 con-sentía, faltaba, necesariamente, el asentimien-to de Jaurs-Jame, - quien creería por cierto quetendría que habérselas con locos cuando se lepidiera se mostrase desnudo en presencia devea senora . En vano Charbonnel se indigna,razona, amenaza. Clemencia obstinada en sudeseo repetía:

—Quiero verle desnudo.Acabó por tener una alteración de nervios

terrible. Grita, llora, delira. El comisionistapara calmarla, no encontró otro medio ue elde prometerla acceder á su petición, FañgadaClemencia . se durmió.

Charbonnel esperaba que cuando la luz delsol iluminara el nuevo día la pasión habría Pa-sado. Péro . Clemencia al despel :karse le dijoseriamente:

¿Recuerdas I<t que me has prometidot Irás,pues, en seguida Á casa de Jama-Jame, delo contrario tendría una crisis . - , - y daría áluz un niIIo muerto . Conque . . ..

Charbónnel no resistió más . Se dejó ves-tir, peinar, y salió con esta advertencia de suesposa:

-¡Dáte prisa] No te daré desayuno si nome traes contigo" la respuesta.

Una hora después volvía.—¿Y bien? pregimtóle Clemencia que le

aguardaba en la puerta.El contestó:—No he estado en casa del sefior . . ., por

que 61 me habría puesto puertas- afuera. Fuial establecimiento hidroterápico de Tiercelin;le he consultado el caso, y me ha dicho que,realmente, en tu situación es menester no con-trariarte.

Bravo! ves . . . .?—No" 'me interrumpas . Apesar de la bue-

na voluntad que me asiste en complacerte, pre-cisaba rehusara tu pretensión, salvo una cir-cunstancia providencial, porque, tú compren-des, nunca habría permitido que Jams-Jams,un jugador de circo, un hazme reir, un paya-so, conociese tu extraíío deseo. 1Oh, nó1 Lacircunstancia providencial, héla aquí : Jams-Jams toma todas las matlanas, á las diez, unbailo de ducha en casa del Dr. Tiereclin, bailoque el mismo Tiercelin le da. . Iremos matIanaal establecimiento hidroterápico, antes de esahora . Tiercelin te ocultará eerea de la piscinaen una celda carrada por una cortina' y que co-munica con su gabinete. Satisfarás, pues, tucapricho, apartando un poco la cortina. Si asíte es igual, no hablemos más de esta inmora-lidad.

Con besos y abrazos de amor dijo Clemen-cia :

-

((Smergte)

IV

De lo dicho se deduce que n) debe aceptar-se como inconcuso el principio de que los ver-sos castellanos están compuestos de piés disíla-bos como pretendía Hermosilla, ni de disílaboscomo piensan Bello y sus continuadores, . por-que pueden formar combinaciones gratas aloido y no contrarias á ley alguna, dos ó másversos menores distintos, cada uno de los cua-les solo tiene acento necesario en la penúltimasílaba. Tal es el fundamento del modernorerso libre y es ésta la primera vez, si no nos en-gañamos, que se explica su naturaleza y su ra-zón de existencia. Después expondremos laley á que obedec

- ¡Te adoro, cuanto te adoro!En todo el curso del día Clemencia mani-

festó una sumisión tierna. Cuanto á Charbon-nel, estuvo grave, digno y su semblante refle-jaba la palidez de la tristeza. Tal sucede alhombre cuando, por amor, realiza un durosacrificio.

Al siguiente día practicaron las cosas con-forme lo convenido entre el médico y el comi-sionista, de tal manera que el amor propio deéste no se hiriese ni tampoco el pudor de sumujer.

A las nueve y media llegaron los Charbon-nelá casa de Tiercelin que les mostró las- instala-cio nes detenidamente y luego-les dijo:

—A las diez debo_ : dar un baífo á uno demis clientes . ¿Tendrían ustedes la amabilidadde esperarme `un momento en mí gabinet6i

_-''Les condujo allí.Una puerta se abs:I~i obrelm cuartito som-

brío, separado ,,.¿Sii~Ta sala de duchas por unacortina, go entre cuya -franjas se veía distin-tn--áéiitZ la piscina-sin ser visto . Clemencia go-zosa, s"ituó'á la izquierda de la cortina yCharboinel colocó la cabeza al lado derecho.Tenía éste la idea temerosa de que la curiosi-dad de su mujer sería menos indecente si élvela simultáneamente lo que ella viera.

Antes de mucho entró un hombre vestidocon un peinador. Era Jams-Jame . Conversó conel doctor entretanto que éste arreglaba el apa-rato; luégo quit6se el peinador- lo dió á unmuchacho, y comprimiéndose con las manoslos riaones y el abultado pecho, recibió el aguafría.

Charbonnel, detrás de la cortina, miraba laoperación interesado á su pesar . El gimnastale pareció vigorosamente formado . más anchode lo que se le hubiese creído bajo su vestidode malla . El tórax, brazos y piernas los teníacubiertos de pelos.

La ducha sólo duró segundos . El comisio-nista al abandonar su puesto notó que su espo-sa no estaba en el cuarto.

Ella había abierto la puerta del fondo vpasado al gabinete.

Allí la encontró Charbonnel sentada en uncanapé y pensativa.

—Bien, dijo, no sin amargura : ¿estás con-tenta? ¿has visto lo que querías ver?

Clemencia movió la cabeza.—iOh! poco rato. Apenas ese seflor soltó

su peinador, salí.Charbonnelpreguntóla:—¿Por qué?Ella hizo un gesto y agregó:—¡Qué feo! demasiado velludo; v tiene el

aspecto de un mono . . . . ! Pensé en bebé y medije : ¡Si bebé fuera así . . . . ! Dejé caer lacortina y vine á refugiarme aqui, en tanto quetú, tú continuabas mirando. ;Comprende, yono quiero que Francisco se parezca á un mono,

Y poco después¡Prefiero que se parezca á un negro!

MANUEL PATIíCr O.

F.ra la drdee Prhmirern

O por un anapesto y dos aufibracos:

./rU•ratAd, rliriuo Lxu,»

Ruben Darío en su .lánr•1o1 Irim!%rzl, ha em-pleado el eneasílabo con acento en la segunday quinta. el eneasflabocíás ico . mezclándolo conexasílabos y distribuye ndo á capricho la rima,crin un efecto sorprenden te:

i ír rier,r r/ rortr/o)Sr r•irur r/ r'nrlvjn,

lír se oye„ /ns claros(rlarhips

/,o rap¢r/o sr onuurirz roa r•iro reffrjó.

1 "r, rienr- oro r/ bien•o el erplep) dr lnx(paladinrx.

La estancía, atendiendo acilanienteal ritmo,podría formarse así :

p -,,

la rCeite-el GIr(rtr,( yo se oyere

"

Lnxrlo roa rlariuna . la exprrdri

S', /UIrUn'iO . wi ciro refejo,

J',, rirnr oro g birrro rl cortejo

/)v hm pal . .liuex,

_

Es una simple combinación de anfíbracos.Pero el ritmo no se mantiene en toda la

composición ; de pronto se interpone un versoque no presenta irás acentos que el de la se-gunda sílaba : •\•olrouu J, los rxla¢drtrtrx ú otrodel mismo género.

Todos los versos . desde el tetrasílabo, hastael octosílabe pueden ser simples ó compuestos,puedan estaró no formados por hemistiquios, queá su vez sean versos completos . Con las combina-ciones de estos últimos. un versificador de buengusto y de talento, conseguira producir harmo-rúas nuevas v deliciosas que darán á sus poemasinesperado encanto . Los versos inflexibles, losacompasados. se dulcifican y se rejuvenecen,cuando los aconrpanan en la estrofa loságiles y libre versos nuevos y entonces se al-canza á comprender que el ritmo no esunacondición esencial como se ha supuesto y quepuede ser reemplazado con la cadencia particu-lar de cada verso y con la harmonía que existeentre todos los miembros análogos de una se-rie.

El drr,r,íloGr,, con acento en tercera y sexta,es la única adquisición métrica moderna, afir-ma Don Eduardo Benot :tres anapestos, solos6con una cesura final : pero con hemistiquiosiguales ó diferentes . se forman decasílabos har-moniosos . nmy superiores á los del monótonoanapéstico puro.

El,,,,/,, lyd.~. ba parecido siempre refrac-tario á toda tentativa de reforma- No ha sali-do jamás de las tres clases constituidas por losde acento en 6a, y Ula, en .la• 8a , y 104 yen ls,;a , ya , y lila. Todas las variedades, desde lasorho que enumeraba Rengifo hace trescientosaltos y la que ha recibido el nombre de súJico,tenían que amoldarse á alguno de los tipos fun-damentales, sin que las diferencias fueran másallá de los acentos accesorios . Ninguna inno-vación en su cadencia resultaba feliz, y lo úni-co que podía hacerse y se ha hecho, es separarel acento fundamental del acento prosódico, loque obliga á descoyuntar las palabras para con -servar la harmonía, en cuyo caso no hay re-forma. ó á suprimir la harmonía para conser-var la palabra, en cuco raso no hay verso. - Larazón está en que el número usual de sílabas noimplica. semejanza de ritmo y la harmonía nose produce por la acentuación falsa, sino por'lamezcla de acentriaciones diferentes, como loprueba el sonoro dáctilo que no forma estrofacon los endecasílabos comunes. sin dejar poreso de ser un hermoso verso. No es de creerque prosperen estas innovaciones, y solo unexcepcional dominio de la música verbal enciertos poetas• ha podido hacerlas distinguir delas deficiencias de oído de otros versificadores,

El dndrerrxílnL" no formado sólo por anff-bracos (que es el que antiguamente se desi aena-ba con el nombre de rresu dr rr rtr- inaynr) es unode los más deliciosos• más variados y más ricosque tenga la versificación castellana; pero jus-tamente el menos agradable es el típico, el an-fibráquico puro . ('ualgUiera otra combinaciónes superior : por ejemplo. la de clon ectsflabosde ritmos diferentes ,, 11a heptasílabo con unpentasflabo ó an octosflabe e,rn un tetrasílabo.

IYA I EY DFI, RITMOLo mismo puede afirmarse de los eneasíla -bos, los decasílabos, los endecasílabos, los ver-

sos de arte mayor, los de trece sílabas y los aléjandrinos, aunque parezca aventurado cuandose trata de versos que tienen, por lo menos, dosacentos necesarios.

El enrrzsílabn ha sido, durante largo tiempo,considerado inharmónico y aún rechazado dela métrica. Con él, sin embargo, se puede eoin-poner poesías de música deliciosa, cuando estáformado por un pentasflabo y un tetrasílabo .

lieraldo del istmo-2.3e\ingtm tratadista elogia los veMos de ir,-

cr,

ni los de gnG,ce sílabas . Pueden producir,sin embargo. excelentes onomatopeyas . y mez-clados con otros de medida diferente, conrbiva-ciones nuevas y de buen efecto.

El alejandrino ha permanecido cristalizadodesde los tiempos de Gonzalo de Berceo. Laq„nd, r iza ría no ha admitido, salvo por excepción,en seiscientos anos, otra variaute que la deconvertir en dirrimo el monorrinio . El prime-ro que flexibilizó este verso admi rable y lo hi-zo apto para toda la lírica, fué Rubén Darío, elmayor de los innovadores contemporáneos enla métrica española . Los alejandrinos del ilus-tre poeta son los más musicales, los más ágiles.los más sonoros que existan en lengua castella-na. Rompiendo el molde clásico• los formócon heptasílabos de todos los ritmos ; no respetóla pausa del hemistiquio cuando hacía daüo ála fluidez de la frase que encestaba un pensa-miento completo : no reconoció la necesidad dela disonancia entrelas últimas sílabas de am-bas fracciones del verso : no aceptó la eficacade las pausas finales ni el ritmo de la estrofa,que limita, con arreglo á los patrones conocidos.las combinaciones del alejandrino con los de-más metros, Y todo ésto, que segun la lógicaclásica, debería producir mónstruos—iii ner p•,n,e caput reddatoe Jornae nn¡ . —ha. creado laincomparable harmonía del (`ologaio dr losf oros. Más tarde, con los (`ani a le r'idrr q dre-sper n+<-o, Rubén Darío quema el libro de ]ospreceptos en una plaza pública, como Luterola bula de León X.

La misma ley que preside la marcha caden-Losa del verso, domina en la serie, y es singu-lar que ningún tratadista haya hecho hastahoy otra cosa que consignar el número de com-binaciones empleadas por los poetas, y señalar,con más ó menos acierto, las que se adaptanmejor á cada género de poesía ; pero indicando-siempre, muy someramente. que el endecasíla-bo suena bien con el pentasílabo y el octosilabocon el -tetrasílabo. lEn virtud de qué princi-pio? i\Tiñgano lo expone.

La regla para el uso del pié rp,rlrndo - ha te-nido origen en la comprobación de algunos he-chos, no en un principio general.

Es falso que el endecasílabo sacar bien eur, ,lJupt„sílal o . Son dosclases de endecasílabos losque saeoan bien; eso es todo. El dactílico, porejemplo, no lo-acepta:

! iérvndn /rnpne dr• (rnurn ::nlfau',•.r

13gjrrr,le ln aw,drrñu

sería un ritmo inaceptable ; y en ~ambio no losería este otro:

1 ,W.... nlu tripas de fiarnos srdbndr..,

,4drrr la yerha

porque el pentasílado puede ser quebrado deendecasílabo ductílico- Y tampoco lo seríaéste :

I -Wroula hrpns r7r- f.• : raros sol/nu/r .c

S,,bre bes cambie : d,l Píuda

porque el octasílabo es un quebrado del endura-sílabo daetílico.

Repitiéndose el pié quebrado la harmoníasigne siendo agradable ; podemos comprobarlocon no endecasílabo común:

ILr d,.epr,yndr, ln rr,nrirnrm orín

El primer quebrarlo es : /z, JeaprrazJo. pen-taAlabo

—Ha despertado la conciencia míaLa misteriosa .- . .-

-/Ira dacyr,yrdo lar rr.,u-i arrío mía,

La wisL-,-í,•sa rr r: e curan

Una estrofa cuyo primer verso fuera, porejemplo un endecasílabo. podría resultar así:

Endecasílabo con acento en la coarta.Decasílabo formado ton dos pentasílabos.Endecasílabo con acento en la cuartaDtrasílabo fcrnmd . . cnit dos p :entesílabos.

Esta combinación sería- harmoniosa, agra-dable y completamente nueva, aunque faltaríaá la. regla clásica con la supresión dé la pausafinal, reemplazada con una breve pausa-de he-mistiquio.

No es ménos falso que los versos de sílabaspares lleven acentos en los impares y al contra-rio. El eneasilabo tiene uno necesario en laquinta ; el decasílabo tipa (el . anapéstico) en lasexta y el dodecasílabo en segunda .g octava; encuanto á los versos menores, sus acentos promi-nentes, fuera del necesario, lo mismo caen ensílabas pares que en impares.

1- dos giuefrs cruz%urda, en 44A Cabrillo ara nlivar, en 34".irise rl sell:! 'J despierfr, en 44

Así los tratados están llenos de preceptoserróneos o contradictorios, resultado (le obser-vaciones deficientes y de -falta•. de, principiosgenerales ; se basan casi siempre en la autoridady acojan, con _grandes reservas, tolo lo queimporta empujar los límites de un arte quetiene delante de sí muy grande espacio queconquistar todavía .

V

En resúmen, todas las teorías sobre el me-canismo del verso, presentadas hasta hoy, pue-den reducirse á tres y formularse así:

El re,w, es erra parte de/disneica n+rdida porsílabas largas 111,rerr.,.

El Verso es el conjunto ale piés oré: tiros arrntna-!rs Je dos ó tras sflnb,as corla uno--

El rerso es -rur grupo rletrrr8inlidn de sílabas.ron mentol, ffias.-

Con la primera de-estas teorías el ritmo de-pende de la duración de las . sílabas solamente.Ha sitio rechazada por repugnante á la índolede nuestra lengua.

Con la seguand no hay otros versos quelos que se dividen simétricamente en peque-%as fraccioness produciendo un compás inconfun-dible. Sirve para crear una clase que sus partidarios llaman de rersos tipos, peso que Son pre-cisamentelo contrario, porque se diferencian delmayor número,

Con la tercera—esencialmente empirica,pues se reduce á convertir en reglas las obser-vaciones de los casos particulares—se haceversos sin saber por qué y casi sin saber cómo.

Esta última es la que reina actualmente:pero debe ser reemplazada con otra que déuna base y una ley común á las combinacio-nes. musicales de las sílabas y de los versos,asadas hasta el día y á las que apar ezcan en losucesivo. Tal será el asunto de nn nuevo es-tudio .

RICARDo JAI\IES FREYRES.

NOT-AS

Más allá be las nnBesEfrén Rebolledo nos envía desde Guatemala

uno de los cien ejemplares de su folletito Másu11ó de lasau,bes, relato de una ascensión al vol-cán de agua, el terrible destructor de la antiguaGuatemala. La imaginación vivaz y- .e1 talentonotable del joven poeta mexicano han bordadosu narración de bellas figuras de retórica, y decoloridas descripciones, haciéndonos seguirlo conel pensamiento en su viaje hasta wnis allá dal«snubes

Agradecemos -el envío al distinguido compa-ñero, apreciado en todo su mérito en la Redac-ción de esta Revista.

Buen viajePara Bogotá ha segmdo=álti, Iífe-k nues-

tro distinguido amigo el Doctor Salq@ó1i S~once.\guiles, literato dr !rima Líen . son}

t an_y,lcaba-

1

llero de altos merecimientos . Lo ]levan á.la c_ -pital de Colombia asuntos de familia y el deseode reponer un tanto su salud muy quebrantada ácausa de tenaz dolencia . que por varios meses loha postrado . De seguro que la vuelta del doctorPonce Aguilera retardará bastante, pues en Bo-gotá saben apreciar su talento y sus disposicio-nes, y ha de encolitrar allí la estimación que -semerece y que nosotros no hemos sabido dispen-sarle . Lo sentimos más que por él por nuestrapobre patria tan escasa de hombres de verdade-ro valer, que la honren y ameriten . Que en-cuentre el buen amigo en el hogar el descansoque necesita y que no olvide que aún hay entrenosotros quienes lo aprecien sinceramente y lorecuerden con cariño .

Vicente jPerrer

En nuestra redacción hemos tenido hoy elplacer de saludar al sefior don Vicente Ferrer,joven pintor y competente profesor de artesgráficas, cuyos servicios han sido contratadospor el señor Lasso de la Vega, Secretario deInstrucción Pública, para dictar en las-escuelas-de lacapital las clases de dibujo y pintura álos alumnos de uno ,y otro sexo.

El señor Ferrer tia residido por algunos añosen Cuba en donde sus trabajos de pintura han ,sido bien apreciados y donde ha sido cola-borador artístico de -.El Figaro y algunos otrosperiódicos y revistas de la Habana.

Ojalá decidiera . el Gobierno supremo, ahoraque hay en la capital un competente profesorde pintura, establecer en uno de los departa-mentos del edificio en construcción para Escue-la de Artes y Oficios - una Academia de dibujoy pintura, cosa de más provecho que la enseñan-za de estas materias en tiempo: muy limitado álas alumnos de las escuelas .

IRupclal.Esta noche unirá Himeneo con su santo la-

zo á la graciosa señorita Carlota García d_e Pa-redes y al estimable joyen Ismael Alberto Vena-rino, como en atenta .esquela .nos participan do-ña Josefina Diez viuda . de García de Paredes. ydon Antonio Vallarino Z.

Que la Felicidad, como un angel custodio,vele siempre en el hogar del nuevo, - matrimonioson nuestros deseos sinceros .

-

Muevos Maesttos.De España han Ilégado--recientemente . alZu--

nos maestros graduados,- contratados para lasescuelas del país por el Cónsul de h Repúblicaen Barcelona, doctor Bernardo Vallarino, á so-licitud del anterior Secretario de InstrucciónPública, nuestro distinguidfsimo amigo don M-colás Victoria J . 'Acertada nos parece la'medi-da de traer maestros :dé irrimera enseñanza -de

ses franceses 6 alemaües,_ buenos, para profesoresde determinadas materias de enseñanza : suBeriot, . ó á maestros de cualquiera de las repúbli-cas americanas eú donde la enseñanza no alcan-za-al grado de perfeccionamiento que en - Espa-ña posee .

-

-

-Se promete el señor Lasso de la Vega, Secre-

tario actual de-Instrucción Pública, sewn nos hamanifestado, solicitar más tarde otros maestl'ós"de acuerdo con las necesidades de las . escuelas yteniendo en cuenta la escasez deDersonal docen-te, medida digna. de encomio'qué ha de rendirlieneficios al palsy que-'desdg ahora aplaudimossin- i estricciones, . ya . que la enseñanza que hoyse dé á .la generación escolar ha de ser la fuente"de nuestro progreso . futuro .

1hluevos caugesVisitan nuestra Redacción las siguientes Re-

vistas:La Semana, de Caracas ; Los Lunas del Corre,•.

de Bogotá, y La Escuela Jfodeana, de la Habana.'á las cuales corresponderá EL HERALDO DFL IRT-aío oportunamente.

Señores Suscritores y Agentes,Recol-damos á ustedes que con

este número termina el : primer tri-mestre del presente --año.

Los que no deseen figurar colüodeudores morosos en los libros de laÁdministracióll, deben apresurarseá cancelar sus cuentas .

F 1 1-Ic-rald® ci c- l Istm® - 24-®

PI1Ll .l?'1'1\ UI!. '•IiI, 11FIALDU DEL ISf]IV -- 2 .3

Blanca de Var~~llesNOVELA DE PASION.

De Jean de la, Hire.'IRtAUU('Cl(>\ DR, PWE,11ARD1 . vha „\HoPe.

CAPI'PJ7 I,0 Q1 7 1NT0.

()ID Ilia cincit auloillvnattt,lo.

t l 'uulirnurriúu )

era el motivo (le él . Era colilla un ciegoque gonlhi de una heri(bt c+nya causa lo eradesconocida. E-i vano He repetir montal-nleute las lilui,litas palabras : ceFxuv xou .1lrrru+ouu y ln I+r•I inat+o, 11 1/IIPI'lll ('ll faplux' ~A en va-no se preguntaba si vordacleramente llabía euello algo de, Malo para ser así tan atrozmontetorturada . No onei,ntraba uiugnna respuesta,y su dolor se nnausntaba con la lesesperacióude ignorar la fuente directa de H11 mal. Ense-guida se acordó de la conducta oxtrafla de ag110-lla mujer en la lnontana de la MasiaanO. Losabría olla tambien?

Todo el mando lo sabía y Blanca se decíaque ella sola ignoraba todo . Cómo podíangentes extraílas conocer nn parentesco que ellamisma no había sospechndo? . . . Quién lo habíarevelado, y cómo? Bldncn, se daba allora,cuenta completa (101 por (1116 de eso desprecioindigno que se extendía sobre el l a y sobre Ja-coho,(le gentes que habrían podido ser eus sir-vientos. Era, pues, un gran crímen amar á euhermano, y los preceptos del ( ,elogio tenían ra-zón contra los libros inmortales, contra la Bi-

bliahtré tale viva lit sealBación de ese doloroso

pensamiento, que Blanca dejó escapar tina que-ja que hirió ol oído do Jucobo.

»El se aproximó y rodeándole el cuello (tenun brazo lo dijo:

- Blanca, que tienes tía'? . . Por qué hemosdejado el hotel tan procipitadamente'?

Ellit se dejó caor en sus brazos mi ruturan-do en súbito arrebato:

-Jacobo, Jacobo : se ríen de nosotros, nosdejpre,inn, nos huyen, porgno uos ornamos!

Y Blanca desmayada, cayó al suelo. Ja-cobo solo vió entonces una cosa ; su bienalnada en el HYw 1 o, paílida . inmóvil . En su lo-cara la eroyó morirla.

Lanzó nn rugido de león ; se enderezó les-inesuradamente y dirigió al cielo terribles u1i-

radas. En seguida, lo golpe, se agachó. ei :hósobre sus hombros el cuerpo de su hermana y.como un caballo ó coalla uu perro. instintiva-monto, reconoció el eüwino 1111100 recorrido . . ..En carrera loca y fantástica en la noche negrasalpicada (lo estrellas, devoró la distancia ; ,ja-deante pasó ti Collioiro, tlubiG el seudero queconducía á Baillaúry, atravezó el caserío yellyó auto la gradería,lol castillo, exllausto.

El viento £res .-o de la corrida había vueltoon sí fi Blanca, poro no tan eoulplotauleute quepudiese comprender tm donde He hallaba : croia-He transportarla en un sueno prodigioHU, sobrela grupa de uu caballo lo luz, eu pleno azur,ha tila ill misterio de regiones desconocidas,Inorte, conlpla(íaso floliuiosautente en sentiresa sensación de velocidad . . . . Cuando Jacobocayó sDhre la hierba, abatido, Blanca adquiridmás el conooimionto . La lima ,y las estrellasextendían sobre la tierra su luz verdosa, dan-do ft los objetes formas y sombras caprichosas.Blanes creyó que su suelTo cuntinnabn, pero,bien pronto, sus ojos distinguieron mejor, ellatido de sus sienes se calmó, y cuál no seríasu sorpresa al encontrürso dolante del castillo áalgunos pasos de sn aposento . Creóse loca.La vista de Jacobo tendido ú s11H piés, ' desfallet-oido, fué una revolación: todos los sucesos deldía se lo aparecieron como pintados Hobre taulionro iltitni bolo, los unos selknidos lo los otruH,

Mas, dospuós do su H :tlirLtclr• Put•tespesas nulos cubrían la ostrratidad dc] Iteuzo.y obstinada estaba on querer scp ;u•a19 :.ts cal ;uld ..

alta viVa souH;u•ióu de fresrnru la Volvi( oilsi . . . .Se hwautó y Ho aproxiut(í á Jacobo . I•.H

te trufa 01 rastro cnbicrtu de sudor, lit bocaabiertil, los ojos medio Verrones y, como uu 1

-rro después de lola larga c:u'rcra, n,pirabadando soplillos.

- Jacobo!Abrió 1111 pu(1) unís loa ojos.

Jacobo:Isl lu t•c : uuuc.i(i p dttlo.e.uu ate le dijo:-Blanca, yo t.e he creída Muerta, ti- ho

rugido en peso y te he traído Inivtit aqui ..All! si Hilpieras (Ni dolor• que ho experimenta-(lo . . . yo lnisolo 1110 I)r,+gunto e.óuu) no um hevuelto lulo!

LtiH nubes de golpe destgnu•0cicnuu Y ellienzo imaginario, entorau1etlte claro . traj) ti.la memoria (10111 nina att dolor, la preguntallorosa de ,Jacobo y sil propio desmayo. Y susojos so llenaron (10 lágriMas do r(+c..nlocimientu,y d0 autor.

Ala! pobrai amor olio! Qué buonu eros y(1116 fuerte! . . . N), yo no estaba muerta: no.aím estoy aquí para amarte Jacobo, yo tetuno ;

Arrodillada tí Hn lado, enjugalidolo el sudorde la frento con delicadez lis de aMante ó deMadre, continuó lutblándolo, confort; ildolu conexplicaciones y zalamorítis.

Se abrazaron . Uu frase) que ella sacó ilelsaco siompre asido (t la espalda de su llor .nauu,contenía algunas gotas do ron. Jacobo se lasbebió . Ayudándose mútuatnento, subieron laescalera, entraron al castillo y gautwan, atusaposentos . El joven desembarazado leí Hac ).sin pensar siquiera en (lesnudarm, y Blanca,caivoron los dos en una duna, on dolidoestrechados el amo contra la otl'n . (larmiéronsecansados en extremo.

Al dur las siete, Blanca despertó. Habiatenido tau suelo agitado quo lo habia propor-cionado pesadez err las piornas y algo de jaque-ca. Ponsando que el ciro lo lit lnallana y tinaablución ele agna fresca le batían bien, corriólas cortinas lo la cama, abrió la ventana y, aspirando con lelieia el aire embalsamado do lamoutaíla, púsose á arreglarlo. Se desnudóeompletamonte al fin de calnbiarse do topa, ydespués de llaborso peinado con el celoso cuida-do quo siompro ponía ella en la compostura desito cabellos, se paso un pcinador que lo (tejabaal (lesc:ubierto los brazos y el cuello, envol-viendo c<>n un tropol d0 franola blanca y 1111 ba-rullo de encajes 1(t graciot a esbeltez d0 Hn c•uor-po, Mientras que delante del espejo arreglába-so «,la los (lodos los pliegues de su bata arribade la cintura y reintegraba bajo sus rizos algu-nas hebras rebeldes do cabello, su esph itu zum-baba ft impulsos le tina confusión (lo ponsa-ingielteH, (le donde no sacaba Mala lllás que silinnlonso fastidio . Los aconteciMientos de lavtsi:era le parecían uily lojauos, conto si ellosHe habioson Hucedido en los primeros (lías le Hainfancia ; los 1erHonajes misMos so borrabnu: lamujer le la alquería, ol criado del hotely losduH ,jovenes d0 largos cabellos pt .Haban ante luisojos cola rasgcs oxeesivamonte vagos, sin neon-tuación, colMo esas upm•icio11oH (ltlo se tionon villos desvisíc)H del pringar Huonu. No sufría : silcorazón ,y sil espíritu ostilbau adoran+'.idos, can-di piralizados: sin la sacudida violenta que . 0nbrovc las reanimara, 1aH impresiones de ln vís-pera me llabríau poco á poco nlomitb-ado en 1111

snoIIo lotárgico, luego se habrían inuorto en lnnocho del Pasado, en 111 goce tunoroso del Pre-sente y 011 Ias voluplinosas pronieHas del Por-venir.

Blanca volvió tí e(trrm• ln ventana, guar-náudose d0 dospertar á Jacobo y pasó Ill como .

dor; tenia mucha hambre; felizmente Luisadebía tener el alinuerzo proparado. Pero eleuniedor estaba desiorto, la ccciva también,y Blanca, con tul uluviluiento lo coutrariedad,¡bit al entrar tal tabuco, ettmldo uu ligero in ta.llido la llizo volverse,

Sobre ina silba un gato erizaba el lomo.Era completamente negro, elan una pa•queaia

turilwha viltro lo; ojos rph` 51 . 11 'fiaban bn ,jías de

M-0 cn000did :s ca 01 I'onrto rb' nuu capilla tnis-t o riusa . L'luevt A , 'dir, :i 1111 tuocimi,•utu irre-ilexívo d,• DD,,1” F hizo 1111 g,•xbr 1, 1C-woHo . LIgato wnollrS dr• nnovo v nt nu w -cuta de ialplo-

rw ió11, „DVOlviea lo al I :r nina con Hu, tuiradasde filego, S, loot"ras p••rtlu•b;moras coMo nn1wri'ttulc oriootal . Ca4i Hcdimida- Bl :uno di<í

1111 paso lu0•ia ol puto qu •, al instauro . saltó (ttiorra y Vill " con ron , ,,, do A.ItMaccióa, áfrutar';. a l oor, stuuontI- contra la frunobt tibiadel piiivadur . 13111TWIL He I19-11i }', algo vaei=bale• mía . lo acarició con la uuuc) : o] uuituatlcou>i,rcudió outoueos que habia v0ue4 d0, v dedos saltos so lanzó del snob) á l :t lilia y (je litmesa al lonllro iz i l uiordu l0 Bluuoa . eu donde.( .oil la cabeza se pttao tí rozar cl ( nellu de lacilla, eHOU(h•illáululo d0licarbtu> IIto (•n tuS eabellos, rrnl+ándoll con la Música d0 s11 ruu

•y la cüri i la vohtptu(sa ( l0 Hit vestidura (I0 tur-0iopelo. Blam.:a, 1) wo :t p .wo• palia') del alindotal asombro y bel asombro ú 111 ulo gria ; con laeabera tuclivadn 011 abutldono bíuguido, conunit Mont illa de Alai-a-r. preta ttSbilse at las zidtulle-rbs sabias (lel gato animtiudulo non Has terunzas.

-Miz! laliz!Algunas i1lshMto 4 despu6s oran grandes

aMigos y Blauea, tuultíll tolo en Hus brazos, lobesó atuloudradauuinte un la cabeza divi6ndole:

-All! limo! quorido unto! III ale Loans.lf, tlí también? . . . Qué dulce! qub inteligeute!Tema, r»iz, tontal . . ..

Y. suavenlonto, Blaucnpasabü su pequollamano suurosada por sobre In negra. vestilmadel gato ya tranrluilo. Con los ojos medial ce-rrados, roucaba satisfeehu de los perfumes de-licados que brotaban do los vestidus y del euer-po do la nina : complaelase cual sibarita vol esaatmósfera de aristocrútica voluptuosidad.

Luisa siuonlbargo no llegaba . Impaciente.Blanca entró oil ol tabuco y abrió ln veutanttcon el fin do ver si tle encontraba en el patio.Eu el mismo moMento oyóso el ruido de unapuerta que se abre vivameute ; sonaron pasoson el comedor y tres golpe.+ reionaron 0n Ispnorta del tabula).

-Es Lulea, peus<í .Blanco.Y on alta voz alladi6:-AdelanteUna gran luz rosada intmd6 el tabuco.

Blanca, con los pliegues nevosos de Hit bata, losbrazos y ol cuello desnudos• toníase do pió rec-ta, on el medio, con el gato Hobra• el hombroiz(inierdu . Ln puerta He abrió fiel todo y, (i1PI rectángulo htminoso, la garnaclut negra (leall clara, nlni6vil y tieso, aparvci6.

V

Eli lt capilla, de ordiuurio vacía y silencio-sa, do- Baillaury, una treintena le Mujeres es-tán arrodilladas orando con uu ligero ruido delabieH qUe se milevamt oil gil líltinnt hilera sehallan Dolores y Luisa.

Son bus siete ; por la puerta abierta, lit grana,luz de lit nuulnua ontra tí torrontes, ,jugatudocoa las gorras le encajes de las mujeres ,juve-ues, y haciendo ]voir el cacheulira de los bran-des duales do duelo quo caen on punta sObre laespalda de las viejas. Por las claraboyas (101coro ol sol penetra, inceudiando el altar con susrayos de oro y haciendo resplandecer in casullanegra

s bordada (le plata, del cura . de pió Ill finde Ill Eptstolta.

Es el abate Pignol, vicario de In parroquiado Collioure; dice unit alisa Ixn• el restobl(t'i-nlionto de unit major eu peligro do nnu+rte : latanlilia y bus allligus, desde muy temprano, llarvenido á implorar ú Nuestra Sctlora (I0 Baillalr;y por la salud de lit onferi nt.

Jovou, Hionlpro afeitado recieutenmute porlimpioza, poro por hunitldnd cortados los cabe-llos ullly cortos y ioH ojos fijos tí la tiorra, frío.magro, devorado por ln fé, ol abate Pignol erade esos vicarios do quienes los viejos curas di-con con natural bondall ti Hn devota proforida:aQuó quer6is, quorida seflora! eso vione delseminario, ea, todo fuego, todo 1laula . . . a

W"111 ia 11 .)ví) .