o anticristo do apocalipse grego e do apocalipse siríaco de daniel

Upload: sara-daiane-jose

Post on 05-Oct-2015

26 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

ResumoO Apocalipse Siríaco de Daniel (Syr Apoc Dan), um apocalipse cristão do séc. VII E.C, é claramente tributário ao livro canônico de Daniel (Dn). Por sua vez, Dn forneceu a figura de um oponente escatológico que foi ressignificada no cristianismo: o Anticristo. As dimensões cósmicas do caráter malévolo do tirano opressor de Dn – a sua arrogância contra os deuses, a abominação da desolação, as conquistas militares e as perseguições aos santos, a mudança da ordem cósmica, o tempo do reinado e a morte do tirano – são consideradas neste trabalho em comparação ao Anticristo do Syr Apoc Dan.

TRANSCRIPT

  • La antigedad grecolatina en debate

  • Julin Macas (Editor)

    Julieta Cardigni, Pablo Grinstein, Rodrigo

    Illarraga, Rodrigo Laham Cohen, Esteban Noce, Diego Paiaro, Mariano Requena, Anala Sapere

    (Compiladores)

    La antigedad grecolatina en debate

    Editorial Rhesis

  • Macas, Julin (Editor) Cardigni, Julieta; Grinstein, Pablo; Illarraga, Rodrigo; Laham Cohen, Rodrigo; Noce, Esteban; Paiaro, Diego; Requena, Mariano; Sapere, Anala (Compiladores) La antigedad grecolatina en debate 1a. ed. - Buenos Aires : Rhesis, 2014. 248 p.; 22x15 cm. ISBN 978-987-3729-01-0 1. Filosofa. 2. Filosofa antigua. Fecha de catalogacin: 10/4/2014 Revisin: Sofa Castello 2014 Editorial Rhesis www.editorialrhesis.com [email protected]

  • 5

    ndice

    Prlogo / 7 Economa y sociedad Adriana Tabosa - Riqueza e dinheiro segundo Aristteles / 9 Agustn Brousson - El mito escatolgico del Gorgias como afirmacin de

    la Dke / 15 Jos Eduardo Pimentel Filho - Scrates e a moeda verdadeira / 23 Mara Beln Landa - Medea entre la razn y la pasin: el tratamiento del

    en Medea de Eurpides / 35

    Estrategias discursivas: retrica, verdad y persuasin Ailn Franco - Pandora y Helena de Troya / 41 Caterina Stripeikis - Entre la verdad y la retrica: Aderbal frente al

    senado romano, Aderbal frente a Salustio / 48 Cecilia Perczyk - La funcin teraputica de la filosofa estoica en la stira

    3 del libro II de Horacio / 55 Gabriel Krivochen - Dependencias (anti-) locales en Latn: un estudio

    Radicalmente Minimalista / 62 Luca Lpez de Dardn - Ertica de la persuasin: consideraciones sobre

    la retrica del amante en Banquete y Fedro / 73 Luiza dos Santos Souza - Uma viso estrutural do livro primeiro dos

    Amores de Ovdio / 85 Pablo Martn Llanos - Funciones y significados de los excursos

    etnogrficos sobre las amazonas en Argonuticas de Apolonio de Rodas / 94

    Roxana Patricia Luder - Tristia II de Ovidio: una aproximacin a su estructura genrica / 101

    Soledad Correa - Consolatio, augurium y autofiguracin en Cic., Fam.6.6 / 107

    Ksmos, phsis y metaphysik: aproximaciones a las percepciones de la realidad Daro Jos Limardo - La comunidad en la predicacin y la

    intercambiabilidad en Aristteles como fuente de la teora de los trascendentales / 116

  • Julin Macas (Editor)

    6

    Ignacio Anchepe - Implicancias ticas de la nocin estoica de / 123

    Julia Elena Rabanal - Lo irracional, aproximaciones en Fedro y Timeo / 131

    Katia Obrist - El tratamiento de lo femenino en Repblica V de Platn / 139

    Luciano Adrin Sabattini - Las nociones de , y : su evolucin en la literatura y filosofa griegas / 148

    Luciano Silva Scavone - El argumento a partir de las ciencias / 161 Mara Elena Pontelli - Lucrecio y la declinacin de las eternas

    simplicidades / 170 Santiago Snchez - Clinamen y analoga en DRN II / 177 Poder, poltica y gobierno Agustn Saade - Los soldados de la tierra: el rol de las cleruquas en el

    proceso de construccin del Estado Ptolemaico Temprano (IV-III a. C.) / 182

    Alejandro Adrin Aguirre - Pregunta, totalidad y deseo: Una lectura del Gorgias de Platn sobre el modo de vida filosfica / 190

    Fernando Carlos Ruchesi - Los brbaros y el ejrcito romano tardo / 200

    Roberto Jess Sayar - De vuelta por las Termpilas. Aproximaciones a la ideologa subyacente en las transposiciones historietsticas del texto herodoteo / 207

    Sergio Amor - La palabra maciza. Ejercicio del poder y fundamentos de la autoridad en la Ilada / 219

    Religin y culto Constanza Filcomo - La cordura de la locura: ambigedades de la figura

    de Lyssa en Heracles de Euripides / 227 Jorge Cano Moreno - Palacios, Culto y Tradicin: Religin Minoica,

    Arqueologa y Fuentes Clsicas / 234 Sara Daiane da Silva Jos - O Anticristo do Apocalipse Grego e do

    Apocalipse Siraco de Daniel / 247

  • 7

    Prlogo

    En la presente compilacin hemos reunido los trabajos presentados en la segunda edicin de las Jornadas de Jvenes Investigadores de la Antigedad Grecolatina (JIJIAG), llevadas a cabo en la Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad de Buenos Aires los das 1 y 2 de agosto de 2013. En continuidad con la primera edicin, las Jornadas tuvieron como objetivo principal construir un espacio de discusin sobre temticas relacionadas con la Antigedad Grecolatina desde el mbito de la Filosofa, la Historia, las Letras, la Antropologa y la Arqueologa. En ellas contamos con la participacin de una gran cantidad de expositores y asistentes de diversas reas de los estudios clsicos, que fortalecieron con sus colaboraciones el carcter de dilogo interdisciplinario al que las Jornadas aspiran.

    En un intento por continuar generando un mbito de intercambio acadmico entre los asistentes, en esta edicin de las Jornadas se propusieron dos paneles de discusin para los cuales fueron convocadas la Dra. Claudia Mrsico y la Dra. Elsa Rodrguez como investigadoras, y la profesora Mara Eugenia Steinberg, la Dra. Liliana Pgolo y la Dra. Mara Elena Daz para integrar el panel de discusin sobre Didctica de los estudios clsicos. En ambos casos se abordaron de forma dinmica y en dilogo con los asistentes temas de profundo inters para los estudiantes y graduados en estudios clsicos. Las Jornadas contaron tambin con dos conferencias a cargo de la Dra. Mara Anglica Fierro y al Dr. Carlos Garca Mac Gaw respectivamente, y con el Taller a cargo del Dr. Emiliano Buis "Haz el humor, no la guerra. Repercusiones y variaciones cmicas de la performance blica en el teatro de Aristfanes", que con amplia asistencia dio cierre a las Jornadas.

    En relacin con la organizacin del presente volumen, hemos distribuido los trabajos que lo integran en los siguientes ejes temticos: Economa y sociedad, Estrategias discursivas: retrica, verdad y persuasin, Ksmos, phsis y metaphysik: aproximaciones a las percepciones de la realidad, Poder, poltica y gobierno y Religin y culto. De esta forma intentamos respetar la distribucin original y reflejar el carcter interdisciplinario y polismico del encuentro.

    Por ltimo, queremos agradecer nuevamente a la Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad de Buenos Aires por habernos facilitado sus instalaciones para la realizacin de las Jornadas y a la Asociacin Argentina de Estudios Clsicos que auspici la realizacin del evento. Asimismo, agradecemos a los conferencistas, a los panelistas y al tallerista por haber aceptado la invitacin a enriquecer nuestras Jornadas con su participacin.

  • Julin Macas (Editor)

    8

    Agradecemos, finalmente, a todos a los expositores y asistentes que hicieron posible las II Jornadas de Investigadores de la Antigedad Grecolatina y esperamos contar con su participar en la prxima edicin.

    Julin Macas Buenos Aires, mayo de 2014

  • 248

    O Anticristo do Apocalipse Grego e do Apocalipse Siraco de Daniel

    Sara Daiane da Silva Jos

    Universidade de Braslia (UnB) - Departamento de Histria [email protected]

    A ruptura da velha ordem poltica e religiosa no perodo do judasmo do Segundo Templo fomentou a criao de novas formas de literatura religiosa produzidas por novos tipos de lderes religiosos com outras mensagens sobre Deus, o mundo e a histria. Assim, variadas formas de literatura revelatria (textos nos quais a mensagem revelada a partir do plano divino dada a uma comunidade crente) floresceram no mundo helenstico e entre elas esto os apocalipses produzidos pelos judeus depois de 250 A.E.C. A palavra apoklypsis ()1 significa, literalmente, descoberta, revelao, divulgao de fontes ocultas. O adjetivo apocalptico foi popularmente associado com expectativas fanticas milenaristas de alguns grupos que se utilizaram de passagens dos apocalipses cannicos de Dn e Ap.

    No entanto, a maioria dos trabalhos da literatura apocalptica judaica no foi designada como apocalipse na antiguidade. O uso do grego apoklypsis como uma etiqueta de gnero no foi atestado no perodo anterior ao cristianismo e Dn no foi designado como apocalipse no perodo helenstico. O primeiro trabalho apresentado como apoklypsis o Ap no NT, e ainda no est claro se a palavra denotava uma classe especial de literatura ou se foi usada de uma forma mais geral para significar revelao (Collins, 1998, 3). Assim, um apocalipse foi definido pelo Semeia 14 como:

    um gnero de literatura de revelao com uma estrutura narrativa, na qual a revelao mediada por um ser de outro mundo para um receptor humano, mostrando uma realidade transcendente que simultaneamente temporal, pois prev a salvao escatolgica, e espacial, porque envolve uma outra [realidade], o mundo sobrenatural (Collins, 1979, 9, traduo nossa). Os apocalipses tambm constituram parte importante da matriz do

    cristianismo primitivo, de modo que o Messias esperado dos apocalipses judaicos transformou-se no Cristo; e as crenas desde o oponente escatolgico ao Cristo beberam nas tradies judaicas sobre os adversrios apocalpticos messinicos, dando fundamentao lenda do Anticristo.

    1 Substantivo nominativo feminino singular, originrio da composio da preposio ap e do verbo kalpto (Liddel & Scotts, 1993, 99).

  • STUDIUM PHILOSOPHIAE. Textos en homenaje a Silvia Magnavacca

    249

    A palavra Anticristo ( ) ocorre na literatura crist em 1 Joo 2:18, 22; 2 Joo 7. A figura do oponente escatolgico o Anticristo surgiu da interao de diversos componentes: a projeo do monstro do caos na luta csmica inicial, o tirano opressor, o falso messias, o perverso anjo Belial e a histria do Nero Redivivus. Posteriormente, os pais da Igreja desenvolveram a biografia do Anticristo primeiro nos diversos comentrios aos livros de Dn e Ap e, enfim, dedicaram obras inteiras sobre o Anticristo.2

    A natureza humana ou sobrenatural do Anticristo j foi alvo de inmeras discusses. A partir do sculo V E.C., os Padres da Igreja, tanto no ocidente quanto no oriente, insistiram que o Anticristo tinha natureza humana e no poderia ser identificado com o Diabo. O conceito do Anticristo como filho do Diabo, ou o prprio Diabo, contrasta vividamente com a noo expressa na maioria dos apocalipses bizantinos de que o Anticristo um ser humano (Alexander, 1985, 200). Ou seja, embora boa parte da histria do Anticristo esteja entrelaada com o adversrio sobre-humano espiritual de Deus, ele difere do Diabo ao ser concebido primeiramente como um agente humano3. Logo, a crena no Anticristo a da relao extrema entre a agncia humana e o mal, especialmente da possibilidade de um ser humano completamente mau (Mcginn, 1994, 2).

    E a partir do Apocalipse Grego (ApGrDn) e do Siraco ( ApSirDn) que essa figura ser analisada. O ApGrDn4 um texto do sculo IX composto em Constantinopla. Na edio de Zervos, o ApGrDn dividido em duas sees diferentes. A primeira seo (caps. 1-7) baseada nos acontecimentos histricos das guerras entre bizantinos e rabes no sculo VIII E.C e suas conseqncias, e vai at a coroao de Carlos Magno em Roma. Na segunda seo (caps. 8-14) o autor se baseia em tradies e fontes anteriores para apresentar sua prpria verso do fim do mundo como uma continuao direta da srie de eventos histricos descritos nos caps.1-7; nela tambm descreve a origem, as caractersticas pessoais e faanhas do Anticristo. (Zervos, 1993, 753). O ApSirDn provavelmente do contexto da primeira metade do sculo VII E.C. escrito dentro do Imprio Bizantino por algum cristo siraco e melkita. A primeira parte (caps.1-13) narrativa, escrita em prosa e Daniel conta, em primeira pessoa, os acontecimentos da sua trajetria da Babilnia at a Prsia. A segunda parte (caps. 14-40) est escrita em verso e trata das vises escatolgicas de Daniel. A figura do Anticristo ganha destaque justamente nessa segunda parte. O texto do ApSirDn narra seu nascimento, seus enganos meio de milagres e sinais e sua perseguio aos santos.

    2 As abreviaes aqui usadas: Ap (Apocalipse); Or. Sib. (Orculos Sibilinos); 1Jo e 2Jo ( 1 e 2 Epstola de Joo); Mt (Mateus); Jr (Jeremias); Gn (Gnesis); Dt (Deuteronmio); Isaas (Is); Ezequiel (Ez); Daniel (Dn); Juzes (Jz); Gnesis Rabbah (Gn. Rab.); Pesikta Rabbah (Pes. Rab.); 2 Baruc (2Br); 4 Esdras (4Esd); Salmos (Sl); 1 Enoc (1En); Filipenses (Fl); Efsios (Ef). 3 Uma minoria da tradio apocalptica crist v o Anticristo como a encarnao do Diabo (Mcginn, 1994, 282). 4 Tambm conhecido como Danielis Diegesis.

  • Julin Macas (Editor)

    250

    Esses dois apocalipses so relativamente prximos no tempo, so ambos cristos, bizantinos e mesma figura o Anticristo atravessa duas realidades histricas e formas diferenciadas de conscincia e percepo sobre o mal so desenvolvidas. Por conseguinte, a percepo dessa determinada figura em uma realidade (a do sc. IX) pode contribuir para a anlise da mesma figura em outra realidade (a do sc. VII) e vice-versa. Sero analisados dados biogrficos (origem, nascimento, famlia, conquistas, milagres, enganos, derrota e morte) e as caractersticas do seu corpo pretensamente divino por meio das orientaes presentes nos manuais gregos de fisiognomonia do sc. III A.E.C., a partir da sntese de Ford.

    Sobre a famlia de origem do Anticristo, ApSirDn, contraria a regra e atesta que o Anticristo vir da tribo de Levi. Por sua vez, o ApGrDn afirma :E outro grande cetro surgir da Judia. E o nome dele () D. (...) Com ele reinando, o Anticristo sair das regies mais baixas e dos abismos do inferno. (ApGrDn, 767-768, cap. 8-9). Baseado nas seguintes passagens do VT (Gen 49:17; Dt 33:22; Jer 8) muito cedo desenvolveu-se uma tradio associando o Anticristo tribo de D5. Irineu6 atribui essa associao a omisso de D da lista dos filhos das tribos de Israel que so selados como servos de Deus em Ap 7:5-8 (Zervos, 1993, 767, nota 8b)

    A natureza humana do Anticristo est bem estabelecida nesses dois apocalipses. No ApSirDn o Anticristo nasce de uma mulher (cap.21), no ApGrDn a concepo e nascimento tem um caminho mais complicado: ele entra em um peixe que comprado por uma moa virgem e, ao tocar a cabea do peixe, ela engravida, concebe o prprio Anticristo depois de trs meses e ele amamentado por quatro meses.

    Acerca do todo da vida do Anticristo, Henze (2001, 91, nota 133) oportunamente observa que muitos dos sinais da vinda do Anticristo so muito semelhantes aos sinais que precedem a segunda vinda de Cristo o que claramente um esforo para enganar os observadores humanos. Ademais, enganador um dos mais importantes circunlquios do Anticristo e com uma longa histria (2Jo 7), pois seu poder emana tambm da capacidade de enganar. A respeito da questo no ApSirDn, Brock (2006) faz uma advertncia quanto edio de Henze este traduz algumas vezes o termo Falso Messias em siraco por Anticristo.

    E fazem parte desse engano os sinais e as maravilhas. O ApSirDn afirma, no cap.24: muitos perder-se-o/seguiro um mal caminho por causa dos sinais e maravilhas que ele realizar. Entretanto, ele no ser capaz de ressuscitar os mortos. No ApGrDn (cap. 13), o Anticristo no tem xito no seu intento e um suposto milagre no bem sucedido, pois uma pedra se transforma em um drago em vez de se transformar em um pedao de po.

    5 Segundo Hill (1995), a associao do Anticristo com a tribo de D tambm encontrada nas diversas verses do Pseudo-Metdio. 6 Contra as Heresias 5.30.2.

  • STUDIUM PHILOSOPHIAE. Textos en homenaje a Silvia Magnavacca

    251

    O Anticristo do ApSirDn, nos cap. 22 e 23, empreende guerra: carruagens de fogo, cavalos de guerra, anjos poderosos tomaro o controle do mundo! Alm disso, na cabea e no rosto do Anticristo do ApSrDn esto trs chifres e os chifres esto associados conquista e a expanso do reino, uma vez que o Anticristo retratado como um grande guerreiro que rene pessoas de todos os lugares (Ford, 1995). Tambm o Anticristo do ApSirDn tem impresso na prpria pele figuras de armas de guerra. (Uma anlise mais detalhada desse corpo pretensamente divino ser desenvolvida nas pginas a seguir). O apocalipse grego (cap.12) deixa claro que os espritos imundos e demnios sero devotos do Anticristo e o auxiliaro na conquista.

    O ApGrDn no trata da morte do Anticristo, apenas promete que com o Anticristo reinando com os demnios perseguidores, os judeus maquinando contra os cristos, o grande dia do Senhor se aproximar (cap. 13). No ApSirDn (cap.24) a morte do Anticristo executada pelo anjo da reconciliao o qual divide o corpo do oponente em duas partes.

    Nos cap. 21-22 do ApSirDn e no cap. 8-9 do ApGrDn h uma descrio detalhada da aparncia geral e do rosto do Anticristo. Um interesse aguado pela fisionomia do Anticristo uma caracterstica dos apocalipses cristos orientais. McGinn lista no menos que quatorze textos com uma descrio detalhada das caractersticas externas do Anticristo (McGinn, 1994, 72-73).

    A crena na correspondncia entre corpo e alma, a aparncia com o carter, desenvolveu uma cincia que produziu vrios manuais na antiguidade: a fisiognomonia. Estes manuais eram tratados que explicavam os sinais fsicos prprios de cada thos () e por sua vez cumpriam tambm uma funo didtica.

    Segundo Rodolpho (2011), os preceitos da fisiognomonia j apareciam em outros tipos de texto, uma vez que a relao entre corpo e alma tambm era uma temtica frequentemente discutida pelos filsofos da Antiguidade. Algumas referncias so encontradas, por exemplo, em Plato, Aristteles e Digenes Larcio7, ainda sem uma sistematizao do tema8.

    Entre os mais conhecidos manuais de fisiognomonia est a obra Physiognomonica, do sculo III a.C, antes atribuda a Aristteles:9 Alma e corpo reagem um ao outro; quando o carter da alma muda, ele muda tambm a forma do corpo, e inversamente, quando a forma do corpo muda, ela muda o

    7 Plato, Timeu, 24c/ 86a-87a; Aristteles, Analytica Priora, 70b-16 & Historia Animalium, 7, 8, 21- 30; Diognes Larcio, Vidas e Doutrinas dos Filsofos Ilustres, VI, 16/ VII, 1. (Rodolpho, 2011, 3). 8 Para diferenciar dois fenmenos, Evans (1969) criou uma categoria denominada conscincia fisionmica para caracterizar os outros escritos greco-romanos (o texto pico, a histria, a biografia, o drama etc.) que faziam um uso mais geral da noo de fisionomia. Logo, a fisiognomonia tratava de formas literrias mais tcnicas e tericas como os manuais. 9 Esta obra no mais atribuda a Aristteles e sim a tericos peripatticos, tem seu autor referenciado como Pseudo-Aristteles.

  • Julin Macas (Editor)

    252

    carter da alma 10. H tambm outras obras, das quais Ford (1996) fez uma sntese: Pseudo-Aristteles, Physiognomonica; Pseudo-Eupolemo, De physiognomonia; Adamantio, Physiognomonica; Autor latino desconhecido, De physiognomonia; Suetnio, Vidas dos Csares; Plutarco, Histria Natural, e outros.

    Os tratados so muito detalhistas, assim como a descrio do corpo do Anticristo, abordam at a estrutura ssea, mas comeam pela cabea, cabelos, lbios e olhos. Uma cabea sinuosa poderia denotar sagacidade, audcia ou insolncia. Pela descrio dos cabelos, seria possvel identificar a avareza, o temperamento agressivo e a falta de sabedoria. Lbios largos, muito abertos ou fechados, ou separados com os dentes descobertos no seriam auspiciosos. Dedicava-se especial ateno aos olhos porque eram considerados portas da alma e constituam, assim, o melhor critrio para anlise fisiognomnica.

    Para a descrio do corpo do Anticristo no ApSirDn e no ApGrDn, tomarei aqui uma sntese que Ford (1996) fez, a partir de diferentes textos, das caractersticas de cada parte do corpo do Anticristo. As correspondentes interpretaes a partir dos manuais de fisiognomonia aplic-las-ei nos textos do ApGrDn e do ApSirDn a seguir:

    (...) uma mulher ter um filho da tribo de Levi. E aparecero nele estes sinais: ser representado na sua pele algo como armas de guerra, os detalhes de uma couraa, um arco e uma espada, uma lana, um punhal de ferro e carruagens de guerra. Seu rosto ser como o semblante de uma fornalha ardente e os seus olhos como carvo em brasa. Entre seus olhos ele tem um chifre cuja ponta est quebrada e algo na aparncia de uma serpente sai dele. (ApSirDn, cap.21) E estes so os sinais e a viso da sua estatura inspira temor: sua cabea enorme e os seus cabelos vermelhos, seus olhos azuis e o seu pescoo forte. Seus flancos so grandes, seu peito largo, seus braos longos, seus dedos pequenos. (...) Sua figura raivosa, estupenda e furiosa, a figura da sua estatura igualmente estupenda. (ApSirDn, cap.22).

    A grandeza da sua estatura (ser) quinze ps11. E os cabelos de sua cabea (vai chegar) at seus ps. E ele (ser) grande e coberto de cabelo. E a pegada de seus ps(ser) enorme. Seus olhos (sero) como a estrela que surge na manh, e seu direito (olho ser) como de um leo. Seus dentes inferiores (sero) de ferro e sua mandbula de diamante. E o brao direito (ser) de ferro e o esquerrdo de cobre. E a sua mo direita (ter) quatro ps e meio de comprimento. (Ele ter) rosto comprido, nariz comprido, desordenados. E ele tambm tem na sua testa trs letras: A, K, T. E o A significa: "eu nego", o K: "E eu rejeito completamente", o T:."O drago imundo". (ApGrDn, 767-768, cap. 8-9).

    10 Physiognomonica 808b 11-14 Cit. por Popovic, 2007,70. 11 Aproximadamente 10 cvados, o que equivale a mais ou menos 5 metros.

  • STUDIUM PHILOSOPHIAE. Textos en homenaje a Silvia Magnavacca

    253

    Tanto o ApSrDn quanto o ApGrDn descrevem uma figura que inspira temor. Assim, de acordo com a sntese de Ford (1996), quando nos voltamos para os manuais de fisiognomonia encontramos interpretaes tais como: as pessoas com rostos deformados raramente teriam uma boa moral; se a cabea fosse grande o homem seria selvagem e sombrio. Os olhos eram considerados um dos elementos mais significativos para denotar a personalidade; o olho verde ou azul escuro era um sinal de mente nefasta, capaz de implementar todo o mal que se podia imaginar. Se a pessoa tinha pupilas duplas era um sinal de mau agouro e a boca larga era sinal de mentira e falsidade. Braos longos denotavam arrogncia e tambm um desejo de tiranizar; mos assimtricas e dedos curvos significavam ousadia, brutalidade e imprudncia. Logo, pelas descries acima se percebe que o corpo do Anticristo, no todo, seria desproporcional, contrastando com a prerrogativa de que membros simtricos e feies regulares eram os predicativos de um nobre homem.

    O Anticristo do ApGrDn enorme - tem quinze ps de altura e o do ApSirDn (cap.22) est acima das montanhas e toca as nuvens e seu tamanho por conseguinte causa de xtase religioso admirao e temor. Essa meno de corpos enormes e carruagens de fogo deveria tambm lembrar, segundo Golitzin (2011, 79) no s as teofanias bblicas e extra bblicas (Ez 4-28; Sl 68:17; Is 66:1; Dn 7:9, 1En 14:19-22) mas tambm a literatura Hekhalot na qual a medida da extenso do corpo divino um tema freqente.

    Portanto, parece provvel que tanto o apocalipse siraco quanto o grego tambm so, em certo grau, herdeiros dessa tradio cristalizada em alguns manuais de fisiognomonia12. Para Ford (1996), as caractersticas fsicas do Anticristo deveriam permitir aos primeiros cristos reconhecer seu inimigo possibilitando que eles se armassem contra a sua militncia.

    Referncias Bibliogrficas Alexander, P. J. (1985), The Bizantine Apocalyptic Tradition, Berkeley / Los Angeles,

    University of California Press. Bblia de Jerusalm, So Paulo, Edies Paulinas, 1985. Bousset, W. (1896), The Babylonian Dragon Myth en The Antichrist Legend: A

    Chapter in Christian and Jewish Folklore, London, Hutchinson, pp. 3-19 Collins, John Joseph (Ed.) (1979), Apocalypse: The Morphology of a Genre, Semeia

    14, Missoula, MT, Scholar Press. (1998), The Apocalyptic Imagination: An Introduction to Jewish

    Apocalyptic Literature, 2 ed., Grand Rapids, MI, Eerdmans Publishing.

    12 Todavia, segundo Rohrbacher (2010), esses manuais eram obras de retrica concebidas para convencer um pblico potencialmente hostil e apresentavam a fisiognomonia como uma cincia global e infalvel. Mas um exame mais atento revela a fragilidade dessas obras, pois os manuais sobreviventes frequentemente contradizem uns aos outros sobre a interpretao adequada das diferentes caractersticas fsicas.

  • Julin Macas (Editor)

    254

    Evans, E. (1969), Physiognomics in the Ancient World, Transactions of the American Philological Association, vol.59/5.

    Ford, J. M. (1995), The Construction of the Other: the Antichrist, Andrews University Seminary Studies, vol.2.

    (1996), The Physical Features of the Antichrist, Journal for the Study of the Pseudepigrapha,vol.14.

    Golitzin, A. (2011), A Monastic Setting for the Syriac Apocalypse of Daniel, en Young, R. D. y M. J. Blanchard, To Train His Soul in Books: Syriac Asceticism in Early Christianity, Washington, DC, Catholic University of America Press, pp. 66-98.

    Henze, M. (2001), The Syriac Apocalypse of Daniel: Introduction, Text and Commentary, Tubingen, Mohr Siebeck.

    Hill, C. E. (1995), Antichrist from the Tribe of Dan, Journal of Theological Studies, Oxford, v. 46, pp. 99-117.

    Jenks, Gregory. (1991), The Origins and Early Development of the Antichrist Myth, New York, Walter de Gruyter.

    Liddell, H. G. y Scott, Robert (ed.), (1993), An Intermediate Greek-English Lexicon, 7 ed, Oxford, Hardcover.

    Mcginn, B. (1994), Antichrist: Two Thousand Years of the Human Fascination with Evil, San Francisco, Harper San Francisco.

    Popovic, M. (2007), Reading the human body, en Physiognomics and Astrology in the Dead Sea Scrolls and Hellenistic-Early Roman Period Judaism, Leiden, Brill.,

    Rodolpho, M. (2011) Um estudo fisionmico en III EPED - FFLCH/ USP, 2011, III EPED - O gnero em diferentes abordagens discursivas, pp. 1-18

    Rohrbacher, D. (2010), Physiognomics in Imperial Latin Biography, Classical Antiquity, vol.29.

    Zervos, G. T. (1993), Apocalypse of Daniel, en Charlesworth, James H. (org.), The Old Testament Pseudoepigrapha: Apocalyptic Literature & Testaments, Doubleday, New York, pp. 561-570.