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Novena deNavidad

La Navidad es el anuncio que nos hace Jesús de que la plenitud de nuestra vida humana no depende de las riquezas, del prestigio o del poder, sino de una forma de vivir desapegado de las cosas, dedicados al servicio humilde a los otros y buscando lo que es bueno y conveniente para todos.

Llevemos esta Buena Noticia de la Navidad a muchas personas que necesitan escuchar y vivir esta palabra de aliento y que, en el fondo de su corazón, esperan que alguien los despierte y les ayude a ver con ojos nuevos una forma de vivir que les permita experimentar la verdadera alegría y la profunda esperanza de que Jesús es Dios con nosotros. Invitemos a todos los que en esta Navidad tengan contacto con nosotros para que pongan sus ojos en Jesús, de tal manera que puedan reconocer en Él el modo humano de proceder de Dios y recorrer de su mano el camino de verdad y de vida en su amor.

Pidámosle a Jesús que nazca de nuevo en cada uno de nosotros para que, reconociendo la salvación que Él nos trae, seamos portadores de una forma de vivir que sea luz en medio de las tinieblas; reconciliación y perdón en medio de la violencia; justicia y equidad en medio de la exclusión y empobrecimiento de tantos hombres y mujeres; acogida y hospitalidad en medio de un mundo que expulsa por la fuerza a tantas personas de los territorios que habitan.

De todo corazón les deseo que en esta Navidad Jesús nazca de nuevo en sus vidas y los conduzca, con la fuerza de su Espíritu, por el sendero del amor, la alegría, la esperanza y la fraternidad.

Han pasado los siglos y 1os milenios, pero Jesús permanece y cada vez más personas reconocemos en Él a nuestro Dios que se hizo humano como nosotros para concedernos la salvación, el llegar a ser hijos e hijas de Dios.

Han pasado multitud de acontecimientos en más 2.00 años, han cambiado los siglos, han surgido y se han derrumbado imperios y civilizaciones, pero Jesús sigue siendo el mismo Dios humano que nos da acceso a la plenitud infinita de sudivinidad.

Hoy las familias cristianas nos reunimos alrededor del pesebre, como todas las familias cristianas durante dos milenios lo han hecho cada Navidad para recordar el momento dichoso en que Dios se hizo humano. Y la presencia de Jesús en nuestros corazones nos da vida, amor, calor humano y divino. Por eso nos sentimos unidos como una cadena interminable con las generaciones pasadas y extendemos las manos hacia el futuro sabiendo que en los próximos años y siglos y milenios nuestras manos estarán unidas a las de multitud de familias que celebrarán como nosotros el nacimiento de nuestro Dios en Belén.

Unidos, entonces, a todas las familias cristianas del pasado y del futuro, alabemos a nuestro Dios hecho Niño en el pesebre y sintamos la dicha de haber sido escogidos para conocer este misterio.

Jesús es Dios mismo hecho humano como nosotros. Él es el camino, la verdad y la vida. Él es la palabra eterna de Dios dirigida a nosotros en términos humanos. Él es lo que Dios nos dice de sí mismo, y nos lo dice en ese Jesús Niño que nace en Belén. Él existe desde siempre. Él creó todos los mundos. Él es la luz que ilumina nuestras vidas. Suyos son los mundos, suyo es el tiempo, suya es la eternidad. A Él la acción de gracias, el honor, la alabanza por los siglos de los siglos. Amén.

Diseño y diagramaciónDiego Hernández A.

Ilustraciones:Natalia Hernández

Comunicaciones Jesuitas Colombia 2018

Consideraciones para cada día por los padres Alberto Parra, S.J. y Alberto Muñera, S.J.

Se acerca la Navidad y es necesario volver a dejar pasar por nuestros corazones lo que este hecho significa para todos los que somos creyentes en Jesucristo. Se trata de un tiempo en el que estamos invitados por la Iglesia para tener la experiencia de sentir y gustar la salvación que Dios nos ofrece en la humanidad de su Hijo Jesús. Es participar en la maravillosa realidad de que el Niño del pesebre nace para manifestarnos la plenitud del amor de Dios por la humanidad, buscando salvarla de toda codicia y orgullo que le impiden asumir la vida con los demás en relaciones reconciliadas, que generan respeto y cuidado de unos por otros.

Jesús salva porque con su estilo de vida y con su modo de proceder con los demás rompe la lógica del mal y abre el camino de la vida plena en el amor. Él destruye con su vida la lógica que implica estar centrados en nosotros mismos, buscando sólo el propio amor, querer e interés, como muy bien nos lo dice San Ignacio en los EE (N° 189), y nos ayuda a renacer a la lógica del amor de Dios en la que nos reconocemos y valoramos como personas, plenas de dignidad, llamados a construir vida en común y a caminar humilde, sencilla y solidariamente con los demás por este mundo.

Jesús nos salva porque nos impulsa a vivir “sin cansarnos jamás de optar por la fraternidad”, como muy bellamente nos lo dijo el Papa Francisco en Evangelii Gaudium (N° 91). Es la salvación que nos hace hombres y mujeres atentos a las necesidades de los demás, a trabajar incansablemente por acompañar a los otros desde sus propias miserias y grandezas, a reconciliar a los que han roto las relaciones con sus semejantes y han generado formas de actuar que dañan la vida de la comunidad. Navidad es reconocer que en Jesús y por Jesús podemos acercarnos tierna y cariñosamente a cualquier persona para sentir que es mi hermano o mi hermana y para brindarle lo mejor de nosotros mismos, alcanzando juntos la verdadera felicidad.

Celebremos con Alegría y Esperanza en esta Navidad queJesús nació para salvar a su pueblo de sus pecadosCarlos Eduardo Correa Jaramillo, S.J.

Oración para todos los díasBondadoso Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho nuestro hermano en las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; te damos gracias por tan inmenso beneficio. En retorno, te ofre-cemos, Señor, el esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y nuestro, un mundo más justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo reali-zar. Te pedimos que esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo, a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de la verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.

Gloria al Padre, gloria al hijo y gloria al espíritu santo…





Oración a la Virgen MaríaSoberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que cada hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de ternura, de verdadera vida familiar. Que estas fiestas de navidad, que nos reúnen alrededor del pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor, nos hagan olvidar las ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores que hayamos cometido. Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo…





Oración a San José Santísimo San José, esposo de María y padre adoptivo de Jesús, tú fuiste escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los padres de familia; que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de educar y formar a sus hijos, entregándoles con un esfuerzo continuo, lo mejor de sí mismos. Ayuda a los hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de sus padres. San José modelo de esposos y padres interce-de por nosotros. Amén.

Padre Nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre…





GozosDulce Jesús mío mi niño adorado¡Ven a nuestras almas!¡Ven no tardes tanto!

¡Oh sapiencia suma del Dios Soberano Que al nivel de un niño te hayas rebajado!¡Oh divino infante ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios!

¡Oh Adonai potente que, a Moisés hablando, de Israel al pueblo disteis los mandatos!¡Ah! ven prontamente para rescatarnos. Y que un niño débil muestre fuerte brazo!

¡Oh raíz sagrada de Jesé, que en lo alto presentas al orbe tu fragante nardo!¡Dulcísimo niño que has sido llamado Lirio de los Valles bella flor del Campo!

¡Llave de David que abre al desterrado la cerradas puertas del regio palacio!

¡Sácanos, Oh Niño, con tu blanca mano, de la cárcel triste que labró el pecado!

¡Oh lumbre de Oriente, Sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu esplendor veamos!¡Niño tan preciado, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios!

¡Espejo sin mancha Santo de los santos, sin igual imagen del Dios soberano!¡Borra nuestras culpas, salva al desterrado y en forma de niño da al mísero amparo!

¡Rey de las naciones Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, pastor del rebaño!¡Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca, ya el cordero manso!

¡Ábranse los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío como riego santo!¡Ven hermoso niño, ven Dios

humanado, luce hermosa estrella, brota flor del campo!

¡Ven que ya María previene sus brazos do su niño vean, en tiempo cercano!¡Ven, que ya José, con anhelo sacro, se dispone a hacerse de tu amor sagrario!

¡Del débil auxilio del doliente amparo, consuelo del triste, luz del desterrado! ¡Vida de mi vida, mi dueño adorado, mi constante amigo, mi divino hermano!

¡Veante mis ojos, de ti enamorados. Bese ya tus plantas, bese ya tus manos!Prosternado en tierra te tiendo los brazos, y aún más que mis frases te dice mi llanto!

¡Ven Salvador nuestro por quien suspiramos, ¡Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto!









Oración al Niño DiosSeñor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la presencia de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es certeza de que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro Padre, que tú, Divino Niño, eres nuestro Hermano.

Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la presencia de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es certeza de que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro Padre, que tú, Divino Niño, eres nuestro Hermano.

Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos comprometa a vivir verdade-ramente como hermanos, nos dé valor para matar el odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender que donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es Navidad. Amén.

Gloria al Padre, gloria al hijo y gloria al espíritu santo…





Contemplación de la EncarnaciónDía 1

… Ver las personas, las unas y las otras; y primero las de la haz de la tierra, en tanta

diversidad, así en trajes como en gestos: unos blancos y otros negros, unos en paz y otros en guerra, unos llorando y otros riendo, unos sanos, otros enfermos, unos

naciendo y otros muriendo, etcétera.

Ignacio de LoyolaEE 106

El anuncio más maravilloso que habíamos podido escuchar; la noticia más importante de la Historia, es la que acabamos de leer. En un momento de los tiempos, en la ciudad de Belén, en medio de una noche iluminada por las estrellas, vino Dios a este mundo, este niñito Jesús que nació para ser nuestro Salvador.

El pequeño Jesús que nació en Belén hace 2.000 años, es nuestro Dios Salvador. Y es nuestro Salvador porque quiso salvamos, librarnos de un mal que afecta a todas las personas que venimos a este planeta tierra.

Ese mal consiste en que nadie tiene derecho a ser hijo o hija de Dios. Entonces Dios decidió venir a nuestro mundo y hacerse uno de nosotros. Así se convirtió en nuestro hermano. Y como Jesús, nuestro hermano es Hijo de Dios, entonces todos podemos también ser hijos e hijas de Dios y formar parte de la familia divina.

Pero para ser verdaderos hermanos y hermanas de Jesús nuestro Dios humano, debemos recibirlo con amor y comprometemos a vivir como Él quiere que vivamos, como Él mismo vivió: amando a todas las personas que nos rodean, haciendo siempre el bien, cumpliendo nuestros deberes, teniendo especial cuidado de los pobres, de los enfermos, de los niños, de los débiles, de los abandonados, de los maltratados y de los desposeídos.

Por eso Navidad es la época en que todos procuramos mostrar nuestro amor y nuestro afecto a los demás, especialmente a los que más lo necesitan. Por eso en Navidad debemos hacer el propósito de ser como Jesús, llenos de amor familiar, generosos y compasivos con los que sufren, dispuestos siempre a servir y ayudar a nuestros hermanos y hermanas que son todas las personas que nos rodean.

Además, al hacerse Dios uno de nosotros y venir a nuestro mundo y nuestra historia, le dio valor infinito a todo este universo y a todas las realidades humanas: la existencia, la vida, la familia, el trabajo, el amor; el estudio, el conocimiento, el progreso, el descanso, las dichas y alegrías, los pesares y tristezas, la salud y la enfermedad, el arte, la ciencia, todo, absolutamente todo lo humano tiene un valor inmenso porque Dios lo asumió como propio, porque Dios se hizo humano, porque Dios se hizo presente en nuestro mundo.

¡Que alegría tan grande es la Navidad, la Natividad, el nacimiento de Dios - Niño, nuestro Salvador!

Consideración para el día Primero“Les anuncio una gran alegría... Hoy.., les ha nacido un Salvador”. (Lucas 2,10)


… ver cómo las tres personas divinas miraban toda la planicia o redondez de todo el

mundo llena de hombres, y cómo viendo que todos descendían al infierno, se determina en la su eternidad que la segunda persona se haga

hombre, para salvar el género humano.






Siempre los hombres y mujeres de todos los tiempos se han preguntado como es Dios y en tiempos pasados, en culturas primitivas cada uno se imaginó a Dios a su manera y aparecieron muchas imágenes de Dios inventadas por nosotros los seres humanos. Pero ninguna de estas representaciones de Dios se parecía a Dios. Porque todos sabemos que Dios es invisible

Entonces Dios mismo decidió decirnos como era Él y por eso vino a este mundo, para que pudiéramos verlo, tocarlo, conocerlo, hablar con Él y escuchar lo que Él quisiera decirnos de sí mismo. Jesús, ese Niño que nace enBelén, es Dios invisible que se ha hecho visible.

Nosotros sí sabemos cómo es Dios: si miramos a Jesús sabemos cómo es Dios. El rostro de Jesús es el rostro de Dios. La figura de Jesús es la figura de Dios. Sus manos, su trabajo, su sonrisa, sus lágrimas, su dolor, sus sentimientos, sus preocupaciones, son las de Dios. Sus ideas son las ideas de Dios, su palabra es la Palabra de Dios, sus alegrías son las dichas de Dios, sus tristezas son los pesares de Dios. Sus preferidos, los pobres y los niños, son los preferidos de Dios, sus amigos y amigas son los amigos y amigas de Dios, su corazón es el corazón de Dios.

Pero además, nosotros, hombres y mujeres hemos sido creados como una copia suya, como una imagen suya muy semejante a Él. Y todo lo hermoso que existe, todo este universo maravilloso, fue creado como una réplica suya, como un reflejo de su ser divino. Por eso en Navidad, la celebración del nacimiento de Dios-Niño Jesús, reconocemos el valor y la hermosura de todas las realidades de este universo. Y nos damos cuenta de la inmensa dignidad de toda persona humana, de la importancia divina de la familia humana, del precio sin límite de los derechos de las personas, de la hermosura del amor humano.

La Navidad nos recuerda que cada persona tiene valor de Dios, que toda persona merece ser respetada como respetamos a Dios, que toda persona debe ser amada como amamos a Dios.

Por eso Jesús nos dice que lo que hagamos a cualquier persona se lo hacemos a Él, se lo hacemos a Dios: si maltratamos a cualquiera, maltratamos a Dios; si amamos a alguien, amamos a Dios.

Consideración para el día SegundoLa salvación humana es ser imagen y semejanza de Dios






Composición viendo el lugar:

aquí será ver la grande capacidad y redondez del mundo, en la cual están tantas y tan diversas gentes; asimismo, después,

particularmente la casa y aposentos de nuestra Señora, en la ciudad de Nazaret, en la provincia de Galilea.


Siempre los hombres y mujeres de todos los tiempos se han preguntado como es Dios y en tiempos pasados, en culturas primitivas cada uno se imaginó a Dios a su manera y aparecieron muchas imágenes de Dios inventadas por nosotros los seres humanos. Pero ninguna de estas representaciones de Dios se parecía a Dios. Porque todos sabemos que Dios es invisible

Entonces Dios mismo decidió decirnos como era Él y por eso vino a este mundo, para que pudiéramos verlo, tocarlo, conocerlo, hablar con Él y escuchar lo que Él quisiera decirnos de sí mismo. Jesús, ese Niño que nace enBelén, es Dios invisible que se ha hecho visible.

Nosotros sí sabemos cómo es Dios: si miramos a Jesús sabemos cómo es Dios. El rostro de Jesús es el rostro de Dios. La figura de Jesús es la figura de Dios. Sus manos, su trabajo, su sonrisa, sus lágrimas, su dolor, sus sentimientos, sus preocupaciones, son las de Dios. Sus ideas son las ideas de Dios, su palabra es la Palabra de Dios, sus alegrías son las dichas de Dios, sus tristezas son los pesares de Dios. Sus preferidos, los pobres y los niños, son los preferidos de Dios, sus amigos y amigas son los amigos y amigas de Dios, su corazón es el corazón de Dios.

Pero además, nosotros, hombres y mujeres hemos sido creados como una copia suya, como una imagen suya muy semejante a Él. Y todo lo hermoso que existe, todo este universo maravilloso, fue creado como una réplica suya, como un reflejo de su ser divino. Por eso en Navidad, la celebración del nacimiento de Dios-Niño Jesús, reconocemos el valor y la hermosura de todas las realidades de este universo. Y nos damos cuenta de la inmensa dignidad de toda persona humana, de la importancia divina de la familia humana, del precio sin límite de los derechos de las personas, de la hermosura del amor humano.

La Navidad nos recuerda que cada persona tiene valor de Dios, que toda persona merece ser respetada como respetamos a Dios, que toda persona debe ser amada como amamos a Dios.

Por eso Jesús nos dice que lo que hagamos a cualquier persona se lo hacemos a Él, se lo hacemos a Dios: si maltratamos a cualquiera, maltratamos a Dios; si amamos a alguien, amamos a Dios.





Jesús, que es nuestro Dios humano, viene a decirnos como es Dios. Viene a enseñarnos lo que no sabíamos sobre Dios. Y lo primero que nos cuenta es que Dios es una familia, una comunidad que son el Padre, el Hijo y el Espíritu o Amor Santo. Dios no es un solitario ni vive solo, sino que es una Trinidad de Personas que vive unida por el amor.

Para enseñarnos que Dios es familia, que es comunidad de amor, y que nuestra familia es una copia de Dios, nuestro Dios-Niño nace en una familia, en un pueblito, en un país, en una comunidad humana. Con esto nos quiere enseñar la importancia de la familia, la importancia de nuestra sociedad, la importancia de nuestra comunidad humana.

La familia de Jesús, conformada por Él, por la Virgen María y San José, es una comunidad de personas unidas por el amor. Las familias surgen del amor, se unen por el amor, crecen, progresan y realizan su misión en la vida gracias al amor.

El amor consiste en darse y entregarse cada uno a las personas que ama. El amor es comunicación, es relación afectiva, es unión íntima, es recibir a quien nos ama, es dar y recibir, es intercambiar, es transferencia mutua de todo lo que somos y tenemos.

Así es la familia divina, la Trinidad de Personas que es nuestro Dios. Así es la familia humana en la que nace Jesús y que quiere presentarnos como el modelo de toda familia. Allí hay acogida, respeto, comprensión, ayuda, dedicación, cariño, comunicación, en una palabra: amor.

Así debería ser toda comunidad humana, toda empresa, todo grupo, toda asociación, toda sociedad.

Deberíamos copiar los rasgos de la familia divina que es la Trinidad, deberíamos imitar a la familia santa de Jesús. En nuestro mundo no debería haber odios, rechazos, desigualdades ni maltratos. No debería haber niños abandonados ni personas solitarias.

María y José reciben al Niño Jesús con infinito amor, con dedicación, con respeto, con inmenso cariño. Así deberían ser tratados siempre todos los niños y niñas del mundo. Y recibir de sus padres todo el amor posible para que ellos y ellas también aprendan a amar desde el primer instante de su existencia. El amor del papá y la mamá a los hijos e hijas, y el amor de ellos y ellas a sus padres, hacen que la familia viva unida y sea feliz, y así se parezca a Dios. Eso es lo que nos enseña Jesús nuestro Dios humano al nacer y vivir en su familia con la Virgen María y San José.

Consideración para el día TerceroLa salvación de la raza humana es ser imagen de la comunidad de Dios.






… oír lo que dicen las personas divinas, es a saber: «Hagamos redempción del género

humano».


Jesús, que es nuestro Dios humano, viene a decirnos como es Dios. Viene a enseñarnos lo que no sabíamos sobre Dios. Y lo primero que nos cuenta es que Dios es una familia, una comunidad que son el Padre, el Hijo y el Espíritu o Amor Santo. Dios no es un solitario ni vive solo, sino que es una Trinidad de Personas que vive unida por el amor.

Para enseñarnos que Dios es familia, que es comunidad de amor, y que nuestra familia es una copia de Dios, nuestro Dios-Niño nace en una familia, en un pueblito, en un país, en una comunidad humana. Con esto nos quiere enseñar la importancia de la familia, la importancia de nuestra sociedad, la importancia de nuestra comunidad humana.

La familia de Jesús, conformada por Él, por la Virgen María y San José, es una comunidad de personas unidas por el amor. Las familias surgen del amor, se unen por el amor, crecen, progresan y realizan su misión en la vida gracias al amor.

El amor consiste en darse y entregarse cada uno a las personas que ama. El amor es comunicación, es relación afectiva, es unión íntima, es recibir a quien nos ama, es dar y recibir, es intercambiar, es transferencia mutua de todo lo que somos y tenemos.

Así es la familia divina, la Trinidad de Personas que es nuestro Dios. Así es la familia humana en la que nace Jesús y que quiere presentarnos como el modelo de toda familia. Allí hay acogida, respeto, comprensión, ayuda, dedicación, cariño, comunicación, en una palabra: amor.

Así debería ser toda comunidad humana, toda empresa, todo grupo, toda asociación, toda sociedad.

Deberíamos copiar los rasgos de la familia divina que es la Trinidad, deberíamos imitar a la familia santa de Jesús. En nuestro mundo no debería haber odios, rechazos, desigualdades ni maltratos. No debería haber niños abandonados ni personas solitarias.

María y José reciben al Niño Jesús con infinito amor, con dedicación, con respeto, con inmenso cariño. Así deberían ser tratados siempre todos los niños y niñas del mundo. Y recibir de sus padres todo el amor posible para que ellos y ellas también aprendan a amar desde el primer instante de su existencia. El amor del papá y la mamá a los hijos e hijas, y el amor de ellos y ellas a sus padres, hacen que la familia viva unida y sea feliz, y así se parezca a Dios. Eso es lo que nos enseña Jesús nuestro Dios humano al nacer y vivir en su familia con la Virgen María y San José.





Desde Nazareth en el norte, hasta Belén en el sur, tienen que viajar José y su esposa María en estado de embarazo, pasando las dificultades que soportan los pobres y sin tener siquiera donde quedarse en la noche. Por eso Dios-Niño viene a nacer en un pesebre y su primera cuna son unas pajas destinadas a ser el alimento de los animales que allí se encontraban.

Y todo esto por una ley impuesta por el Emperador de Roma, que gobernaba también el país donde vivían María y José.

Con este sometimiento a la ley, incluso desde antes de nacer, Jesús nos enseña que las leyes son importantes y son necesarias, y que si queremos vivir en paz y armonía, todos debemos cumplir las disposiciones- legales hechas para beneficio de la comunidad.

En nuestro país existen muchas leyes. Pero infortunadamente muchas personas no las cumplen. Entonces se producen más y más leyes, y se acumulan los castigos para quienes no las obedecen.

Jesús nos enseñó que “un árbol bueno da frutos buenos y un árbol malo da frutos malos”. Las leyes no pueden hacer bueno el árbol malo. Jesús no viene a traernos leyes sino que nos invita a un cambio interior, a una conversión del corazón, a llenarnos de amor a los demás, a reconocer los derechos de todas las personas, a ser tolerantes, comprensivos, amables, compasivos, generosos, dispuestos a servir y ayudar a todo el mundo.

Y se aumentan las cárceles y cada vez se hacen necesarios más policías y más ejércitos y más armas para obligar a que se cumplan las leyes. Por eso nuestro país vive en continua violencia.

Pero las leyes, los castigos, las armas y la violencia no nos traen la armonía y la convivencia pacífica. Para vivir en paz necesitamos ante todo tener un corazón dispuesto a hacer el bien, a hacer lo correcto, a ceder de nuestro egoísmo, a respetar a los demás, a buscar el beneficio común de toda la sociedad antes que nuestro propio interés.

Cuando existe amor entre las personas, no hacen falta las leyes. Nadie ama por decreto. No hay leyes para que dentro de la familia las personas se quieran, se ayuden, se respeten, se protejan, vivan unidas, se comuniquen, sean siempre solidarias. Simplemente la familia es esa comunidad hermosa, llena de bondades, de ternura, de comprensión y de entrega, unida en todas las circunstancias, porque en la familia existe el amor.

El amor no está escrito en códigos sino en el corazón de las personas. Jesús al nacer en Belén viene a traemos el amorinfinito de Dios para que ese amor crezca en nuestros corazones y hagamos de la familia, del país, de la sociedad, unacomunidad unida, solidaria, respetuosa, tolerante. Una comunidad fruto no de la ley sino del amor.

Consideración para el día CuartoLa salvación humana no es la ley sino la gracia






El primer preámbulo es la historia: y será aquí cómo desde Nazaret salieron nuestra

Señora grávida casi de nueve meses, como se puede meditar píamente asentada en una asna, y José y una ancila, levando un buey, para ir a

Belén, a pagar el tributo que César echó en todas aquellas tierras.






En Belén, la noche en que nació Dios-Niño había gente trabajando para ganarse el sustento, aprovechando los recursos de la naturaleza para obtener unas ganancias que les permitieran mejorar sus vidas. Eso hacían los pastores cuidando sus rebaños.

Con inmenso cariño, los niños y niñas, los adultos y mayores hemos construido un pesebre para recordar el nacimiento de nuestro Dios-Niño.

El pesebre con sus montañas y valles, sus ríos, cascadas y lagos, animalitos y árboles, casitas dispersas, ovejitas y pastores, estrellas y magos, es como un mundo en pequeño, es como si lográramos reunir toda nuestra patria en un rinconcito de la casa o de la fábrica, o del almacén o de la Iglesia.

El Dios-Niño que nace en Belén es el mismo Dios que creó los mares y los peces, las estrellas del cielo, los ríos y los lagos, el verde de nuestras montañas, la multitud de especies que las pueblan, y que nos creó a nosotros, los hombres y mujeres que aprovechamos la naturaleza para alimentarnos y vestirnos y para producir todos los bienes que hacennuestra vida agradable y placentera.

Dios no sólo trabajó para nosotros al crear este mundo maravilloso para nuestro sustento y nuestra felicidad. Dios al hacerse humano también trabajó como carpintero para enseñarnos que el trabajo es indispensable para nuestro progreso y para que todos logremos vivir dignamente y disfrutar los bienes que Dios ha creado para todos nosotros. Nuestra patria es rica, es privilegiada, ha sido bendecida por Dios con dos mares, con multitud de ríos, con recursos naturales como las flores, el café, las esmeraldas, el petróleo, el oro, el platino, todos los productos de la tierra.

Pero infortunadamente en nuestra patria muchos niños y niñas, muchos hombres y mujeres padecen hambre, carecende estudios, no tienen trabajo, viven en ranchos miserables, les falta ropa, viven enfermos y mueren sin poder disfrutar de los beneficios de este mundo.

Jesús, el Dios-Niño que nace en Belén en medio de los pastores que trabajan para ganar su sustento, nos está enseñando que todos tenemos derecho a los bienes de la naturaleza y al trabajo para obtenerlos honesta y dignamente.

El Dios-Niño de Belén que creó este mundo maravilloso, lo creó para que todas las personas pudieran disfrutarlo y aprovecharlo. Para que las riquezas naturales y las riquezas producidas por el ingenio y el trabajo humano, estuvieran al alcance de todas las personas. Dios no quiere que haya niñas o niños excluidos de los beneficios de la vida, de la salud, del estudio, de la ciencia, del progreso.

El pesebre debe recordarnos que todas las cosas de este mundo nos pertenecen a todos y que con amor debemos compartirlas como Dios quiere.

Consideración para el día QuintoLa salvación en la historia y la producción inteligente y laboriosa.






Composición viendo el lugar; será aquí con la vista imaginativa ver el camino desde

Nazaret a Belén, considerando la longura, la anchura, y si llano o si por valles o cuestas sea el tal camino; asimismo mirando el lugar del nacimiento, cuán grande, cuán

pequeño, cuán bajo, cuán alto, y cómo estaba aparejado.


El pesebre, los villancicos, las campanitas, el árbol de Navidad, papá Noel, el cuento, los cantos, los bailes y danzas, la pintura y la música, la arquitectura, los ritos, las fiestas populares, son parte de nuestra riqueza cultural. Todos los hombres y mujeres del mundo pertenecemos a una cultura.

También nuestro Dios-Niño nació en una cultura particular, con su propio idioma, sus tradiciones familiares y sociales, sus celebraciones civiles y religiosas. Subió al templo de Jerusalén, asistió a la Fiesta de bodas en Cana, compartió con sus amigos y amigas, acompañó a sus seguidores en las faenas de pesca, conoció las maravillas de la agricultura, se expresó en parábolas, fue maestro, fue artista, fue poeta. En una palabra, Dios se hizo humano en una cultura humana y se expresó, se comunicó a nosotros en formas culturales.

Pero también tuvo que padecer el desplazamiento y el exilio. Tuvo que acomodarse a otra cultura, a otro idioma, a otras formas de vida y de expresión. Como su mismo pueblo, que durante siglos sufrió invasiones de otras naciones y fue desterrado y con dificultad logró construir su propia identidad cultural. Con estos signos nuestro Dios-Niño nos quiere enseñar que tenemos que esforzarnos en construir nuestra propia cultura y nuestra propiaidentidad. Y que tenemos que defender nuestros valores, nuestras costumbres, nuestros principios, nuestras convicciones.

Que debemos estar dispuestos a ser tolerantes y comprensivos con otras culturas, con otras formas de expresión y con diferentes percepciones de la vida.

Nuestro país es una tierra privilegiada porque recoge multitud de culturas, de expresiones artísticas, de costumbres y de valores familiares y sociales. Apreciemos y demos gracias a Dios por todas las formas culturales de nuestra patria. Es una de nuestras grandes riquezas el ingenio humano que brota de artistas y poetas, de literatos y de músicos, de pensadores, escultores y pintores, de artesanos, de creadores de formas y colores que nos permiten disfrutar la vida con alegría y regocijo. Desafortunadamente en nuestra nación muchas familias, niños, jóvenes, adultos y ancianos son desplazados diariamente por los caminos de la patria y tienen que establecerse en sitios diferentes a su lugar de origen.

Pensemos en la familia de Nazareth que tuvo que desplazarse a Egipto. Acojamos y recibamos con cariño a los demás como si fueran el Niño Jesús, la Virgen María y San José. Ayudemos a otros a compartir los bienes de nuestra cultura y respetemos con tolerancia y comprensión las expresiones culturales de los demás, para que podamos vivir en Paz.

Consideración para el día SextoLa salvación en la historia y la grandeza cultural del ser humano.


… ver las personas, es a saber, ver a nuestra Señora y a José y a la ancila y al niño Jesús después de ser nacido, haciéndome yo un pobrecito y esclavito indigno, mirándolos, contemplándolos y sirviéndolos en sus necesidades, como si presente me hallase, con

todo acatamiento y reverencia posible; y después reflectir en mí mismo para sacar algún provecho.






Dios quiso venir a este mundo y ser uno de nosotros. Navidad es la celebración del nacimiento de Dios-Niño en Belén. Y el mundo se alegró y los ángeles anunciaron entonces que llegaba la paz a nuestro mundo. En Jesús, nuestro Dios humano, tenemos asegurada la paz.

Pero entre nosotros no hay paz. Entre nosotros hay tantas desigualdades, tanto maltrato a los demás, tanta injusticia, que no hemos logrado la paz. En nuestra patria, infortunadamente, vivimos en medio de la violencia. Una violencia que padecen nuestras familias y nuestros pueblos, nuestros campos y nuestras ciudades desde hace mucho tiempo.

Porque no hemos aprendido a ser tolerantes con las ideas y las propuestas de los demás. Porque muchas veces buscamos solamente nuestro beneficio sin que nos importe el daño que con eso podemos causar a otros. Porque todo lo querernos para nosotros y no hemos aprendido a compartir, a ser solidarios, a ser respetuosos y comprensivos. Porque nuestro propósito es imponer a la fuerza lo que pensamos y lo que deseamos, cueste lo que cueste y pase lo que pase. Porque para progresar estamos dispuestos a pisotear los derechos ajenos y violar las normas sociales y atropellar las leyes y destruir al que se nos ponga por delante.

¡Navidad, Navidad, noche de paz, noche de amor! La paz que viene a traernos el Dios-Niño es una paz que surge del corazón. Es una paz que nace en lo profundo del alma, donde reside Dios-Amor. Un amor que nos invita a perdonar, a comprender, a respetar, a compartir, a colaborar, a ser solidarios, a ver en los demás nuestros hermanos y hermanas porque somos hijos e hijas del mismo Dios.

La paz que Jesús viene a traer a nuestro mundo no es una paz por medio de las armas. Es una paz que se logra por compromisos de respeto y de entrega, de generosidad y de colaboración. Es una paz que busca que todos participemos de los beneficios de la vida, del progreso, de la ciencia, del estudio, de los bienes que hacen grata y digna la vida. Es una paz que nos lleva a aportar lo mejor de nosotros, a mantener y compartir con los demás nuestros valores familiares, sociales y humanos.

Nuestro aporte a la paz es el esfuerzo por trabajar honestamente, por cumplir correctamente nuestros deberes, por aportar nuestras ideas, nuestras capacidades, nuestros recursos y posibilidades para que todos tengan acceso a una vida justa en medio del respeto al derecho y a los compromisos adquiridos con nuestra sociedad.

La paz viene de Dios, la paz la trae Dios-Niño en Belén al nacer en nuestros corazones para que con nuestras obras la vayamos construyendo día a día en nuestra familia, en nuestro barrio, en nuestra oficina, en nuestra fábrica, en el campo, en la ciudad, en el trabajo y en el descanso, en todas las actividades de nuestra vida.

Consideración para el día SéptimoLa salvación en la historia es el servicio de la fe y la promoción de la justicia






… Mirar y considerar lo que hacen nuestra Señora y José, así como es el caminar y trabajar, para que el Señor sea nacido en suma pobreza, y al cabo de tantos trabajos,

de hambre, de sed, de calor y de frío, de injurias y afrentas, para morir en cruz;

y todo esto por mí…


Dios quiso venir a este mundo y ser uno de nosotros. Navidad es la celebración del nacimiento de Dios-Niño en Belén. Y el mundo se alegró y los ángeles anunciaron entonces que llegaba la paz a nuestro mundo. En Jesús, nuestro Dios humano, tenemos asegurada la paz.

Pero entre nosotros no hay paz. Entre nosotros hay tantas desigualdades, tanto maltrato a los demás, tanta injusticia, que no hemos logrado la paz. En nuestra patria, infortunadamente, vivimos en medio de la violencia. Una violencia que padecen nuestras familias y nuestros pueblos, nuestros campos y nuestras ciudades desde hace mucho tiempo.

Porque no hemos aprendido a ser tolerantes con las ideas y las propuestas de los demás. Porque muchas veces buscamos solamente nuestro beneficio sin que nos importe el daño que con eso podemos causar a otros. Porque todo lo querernos para nosotros y no hemos aprendido a compartir, a ser solidarios, a ser respetuosos y comprensivos. Porque nuestro propósito es imponer a la fuerza lo que pensamos y lo que deseamos, cueste lo que cueste y pase lo que pase. Porque para progresar estamos dispuestos a pisotear los derechos ajenos y violar las normas sociales y atropellar las leyes y destruir al que se nos ponga por delante.

¡Navidad, Navidad, noche de paz, noche de amor! La paz que viene a traernos el Dios-Niño es una paz que surge del corazón. Es una paz que nace en lo profundo del alma, donde reside Dios-Amor. Un amor que nos invita a perdonar, a comprender, a respetar, a compartir, a colaborar, a ser solidarios, a ver en los demás nuestros hermanos y hermanas porque somos hijos e hijas del mismo Dios.

La paz que Jesús viene a traer a nuestro mundo no es una paz por medio de las armas. Es una paz que se logra por compromisos de respeto y de entrega, de generosidad y de colaboración. Es una paz que busca que todos participemos de los beneficios de la vida, del progreso, de la ciencia, del estudio, de los bienes que hacen grata y digna la vida. Es una paz que nos lleva a aportar lo mejor de nosotros, a mantener y compartir con los demás nuestros valores familiares, sociales y humanos.

Nuestro aporte a la paz es el esfuerzo por trabajar honestamente, por cumplir correctamente nuestros deberes, por aportar nuestras ideas, nuestras capacidades, nuestros recursos y posibilidades para que todos tengan acceso a una vida justa en medio del respeto al derecho y a los compromisos adquiridos con nuestra sociedad.

La paz viene de Dios, la paz la trae Dios-Niño en Belén al nacer en nuestros corazones para que con nuestras obras la vayamos construyendo día a día en nuestra familia, en nuestro barrio, en nuestra oficina, en nuestra fábrica, en el campo, en la ciudad, en el trabajo y en el descanso, en todas las actividades de nuestra vida.





Los magos que llegaron a Belén le ofrecieron a Dios-Niño sus regalos. Quisieron compartir con Él todo lo que tenían. Jesús, nuestro Dios humano, viene a traernos la salvación, por medio de la cual todos podemos llegar a ser hijos e hijas de Dios.

Pero esta salvación que nos trae Jesús incluye también la salvación de todos aquellos males que no nos permiten vivir como hijos o hijas de Dios. En nuestro mundo, especialmente en nuestra patria, hay mucha pobreza. Mucha miseria, mucha violencia. ¡Cuántos niños y niñas, cuántas familias, cuántas poblaciones enteras carecen de alimentos, de salud, de educación, de techo, de trabajo, de recreación, de medios dignos de subsistencia!

La salvación que nos trae Jesús al nacer en Belén no puede llegar a estas personas si nosotros no ayudamos de alguna manera. Si cada uno de nosotros no se convierte en un mago dispuesto a llevar sus dones y regalos a quienes lo necesitan. La visita de los magos al Niño Jesús nos enseña que debemos compartir lo que tenemos con los demás. Los magos compartieron con la familia de Belén lo que tenían: oro, incienso y mirra.

Todos tenemos algo que compartir: el oro de nuestro amor, de nuestro cariño, de nuestro afecto, de nuestras sonrisas, denuestro apoyo, de nuestra comprensión y tolerancia; el incienso de nuestras ideas, nuestras palabras, nuestros conocimientos, nuestros sentimientos; la mirra de nuestro trabajo, de nuestros recursos, de nuestras propuestas, de nuestras posibilidades.

La salvación de las personas y la salvación de la patria, de la sociedad y del mundo, es un trabajo en el cual tenemos que colaborar con nuestro Dios-Niño nacido en Belén. A cada uno de nosotros le corresponde una tarea, una contribución, un regalo que ofrecer a la humanidad. Penetremos en lo profundo de nuestro corazón y abramos nuestros cofres llenos de valores, de principios, de herencias recibidas, de tesoros escondidos y con generosidad, llevemos estos dones por los caminos de la vida repartiéndolos a los demás.

Sigamos la estrella que nos lleva a Belén. Encontremos al Niño Jesús que está en todos nuestros hermanos y hermanas en el mundo porque todos formamos una sola familia, la familia de Dios. Repartamos generosamente nuestros recursos a través de nuestro trabajo, de nuestro esfuerzo cotidiano por construir una vida mejor para la familia grande que es nuestra patria.

Al mirar los magos de rodillas frente al Niño sintamos la necesidad de inclinarnos ante los más necesitados y abramos los cofres de nuestros tesoros para compartirlos con ellos. Y nuestros corazones se llenarán de alegría porque habremos encontrado al Niño en el rostro adolorido de aquellos que esperan de nosotros parte de su salvación.

Consideración para el día OctavoLa salvación en la historia y nuestro propio apostolado y ministerio.






… demandar conocimiento interno del Señor, que por mí se ha hecho hombre, para

que más le ame y le siga.


Los magos que llegaron a Belén le ofrecieron a Dios-Niño sus regalos. Quisieron compartir con Él todo lo que tenían. Jesús, nuestro Dios humano, viene a traernos la salvación, por medio de la cual todos podemos llegar a ser hijos e hijas de Dios.

Pero esta salvación que nos trae Jesús incluye también la salvación de todos aquellos males que no nos permiten vivir como hijos o hijas de Dios. En nuestro mundo, especialmente en nuestra patria, hay mucha pobreza. Mucha miseria, mucha violencia. ¡Cuántos niños y niñas, cuántas familias, cuántas poblaciones enteras carecen de alimentos, de salud, de educación, de techo, de trabajo, de recreación, de medios dignos de subsistencia!

La salvación que nos trae Jesús al nacer en Belén no puede llegar a estas personas si nosotros no ayudamos de alguna manera. Si cada uno de nosotros no se convierte en un mago dispuesto a llevar sus dones y regalos a quienes lo necesitan. La visita de los magos al Niño Jesús nos enseña que debemos compartir lo que tenemos con los demás. Los magos compartieron con la familia de Belén lo que tenían: oro, incienso y mirra.

Todos tenemos algo que compartir: el oro de nuestro amor, de nuestro cariño, de nuestro afecto, de nuestras sonrisas, denuestro apoyo, de nuestra comprensión y tolerancia; el incienso de nuestras ideas, nuestras palabras, nuestros conocimientos, nuestros sentimientos; la mirra de nuestro trabajo, de nuestros recursos, de nuestras propuestas, de nuestras posibilidades.

La salvación de las personas y la salvación de la patria, de la sociedad y del mundo, es un trabajo en el cual tenemos que colaborar con nuestro Dios-Niño nacido en Belén. A cada uno de nosotros le corresponde una tarea, una contribución, un regalo que ofrecer a la humanidad. Penetremos en lo profundo de nuestro corazón y abramos nuestros cofres llenos de valores, de principios, de herencias recibidas, de tesoros escondidos y con generosidad, llevemos estos dones por los caminos de la vida repartiéndolos a los demás.

Sigamos la estrella que nos lleva a Belén. Encontremos al Niño Jesús que está en todos nuestros hermanos y hermanas en el mundo porque todos formamos una sola familia, la familia de Dios. Repartamos generosamente nuestros recursos a través de nuestro trabajo, de nuestro esfuerzo cotidiano por construir una vida mejor para la familia grande que es nuestra patria.

Al mirar los magos de rodillas frente al Niño sintamos la necesidad de inclinarnos ante los más necesitados y abramos los cofres de nuestros tesoros para compartirlos con ellos. Y nuestros corazones se llenarán de alegría porque habremos encontrado al Niño en el rostro adolorido de aquellos que esperan de nosotros parte de su salvación.





Han pasado los siglos y 1os milenios, pero Jesús permanece y cada vez más personas reconocemos en Él a nuestro Dios que se hizo humano como nosotros para concedernos la salvación, el llegar a ser hijos e hijas de Dios.

Han pasado multitud de acontecimientos en más 2.00 años, han cambiado los siglos, han surgido y se han derrumbado imperios y civilizaciones, pero Jesús sigue siendo el mismo Dios humano que nos da acceso a la plenitud infinita de sudivinidad.

Hoy las familias cristianas nos reunimos alrededor del pesebre, como todas las familias cristianas durante dos milenios lo han hecho cada Navidad para recordar el momento dichoso en que Dios se hizo humano. Y la presencia de Jesús en nuestros corazones nos da vida, amor, calor humano y divino. Por eso nos sentimos unidos como una cadena interminable con las generaciones pasadas y extendemos las manos hacia el futuro sabiendo que en los próximos años y siglos y milenios nuestras manos estarán unidas a las de multitud de familias que celebrarán como nosotros el nacimiento de nuestro Dios en Belén.

Unidos, entonces, a todas las familias cristianas del pasado y del futuro, alabemos a nuestro Dios hecho Niño en el pesebre y sintamos la dicha de haber sido escogidos para conocer este misterio.

Jesús es Dios mismo hecho humano como nosotros. Él es el camino, la verdad y la vida. Él es la palabra eterna de Dios dirigida a nosotros en términos humanos. Él es lo que Dios nos dice de sí mismo, y nos lo dice en ese Jesús Niño que nace en Belén. Él existe desde siempre. Él creó todos los mundos. Él es la luz que ilumina nuestras vidas. Suyos son los mundos, suyo es el tiempo, suya es la eternidad. A Él la acción de gracias, el honor, la alabanza por los siglos de los siglos. Amén.

Consideración para el día NovenoLa salvación en la historia y el nuevo horizonte de la humanidad.





Villancicos

Hacia Belén

Hacia Belén va una burra, rin, rin,yo me remendaba yo me remendéyo me eché un remiendo yo me lo quité, cargada de chocolate.

Lleva en su chocolatera rin, rinyo me remendaba yo me remendéyo me eché un remiendo yo me lo quité, su molinillo y su anafre.

/María, María, ven a acá corriendo,que el chocolatillo se lo están comien-do./

En el portal de Belén rin, rinyo me remendaba yo me remendéYo me eché un remiendo yo me lo quité, han entrado los ratones;y al bueno de San José rin, rin,yo me remendaba yo me remendéYo me eché un remiendo yo me lo quité, le han roído los calzones.

/María, Maria... ven acá corriendo,que los calzoncillos los están royendo/

En el Portal de Belén rin, rin,yo me remendaba yo me remendéyo me eché un remiendo yo me lo

quité, gitanillos han entrado; y al niño que está en la cuna rin, rin yo me remendaba yo me remendé yo me eché un remiendo yo me lo quité, los pañales le han cambiado.

/Maria, Maria ven acá volando,que los pañalillos los están lavando/

Ven a cantar Otro año que queda atrás,mil momentos que recordar.Otro año, mil sueños máshechos realidad.

Los problemas vienen y van,y al final todo sigue igual.No hay montaña que pueda más,que la voluntad.

Navidad, feliz Navidad,vuelve a casa, vuelve al hogar.Navidad, dulce Navidad,es calor de hogar.

Ven a cantar, ven a cantar,que ya llegó la Navidad.Ven a cantar, ven a cantar,que ya está aquí la Navidad.

Ven a cantar, ven a cantar,que ya llegó la Navidad.Ven a cantar, ven a cantar,que ya está aquí la Navidad.

Gira el mundo, gira el reloj,gira el viento, la mar y el sol.Dale vuelta a tu corazónllénalo de amor.

Navidad, feliz Navidad,vuelve a casa, vuelve al hogar.Navidad, dulce Navidad,es calor de hogar.

Ven a cantar, ven a cantar,que ya llegó la Navidad.Ven a cantar, ven a cantar,que ya está aquí la Navidad. Con mi burrito Sabanero Con mi burrito sabanero voy camino de Belén(x2)si me ven, si me ven, voy camino de Belén(x2)

el lucerito mañanero ilumina mi sende-ro(x2)si me ven, si me ven, voy camino de Belén(x2)





Villancicos

Con mi cuatrico voy cantando, mi burrito va trotando(x2)si me ven, si me ven, voy camino de Belén(x2)

Tuquituquituqui, tuquituquitaapúrate mi burrito que ya vamos a llegarTuquituquituqui, tuquituquituApúrate, mi burrito, vamos a ver a Jesús

Salve reina y madre Salve reina y madre, salve dulce amor, Del jardín del cielo la más bella flor Salve reina y madre, salve dulce amor, Del jardín del cielo la más bella flor Del jardín del cielo la más bella flor.

En una colina, con la nieve fría Reposa la noche, la Virgen María Reposa la noche, la Virgen María.

La malvada mula, con sus finos dientes Le comió la paja, al niño inocente Le comió la paja, al niño inocente.

Noche de paz Noche de paz, noche de amortodo duerme en derredorsolo se escucha en un pobre portalde una doncella su voz celestialduerme mi dulce Jesús (Bis)

Noche de paz, noche de luzha nacido Jesúspastorcillos que oís, anunciadno temáis cuando entréis adorarque ha nacido el amor (Bis)

Desde el pesebre del niño Jesúsla tierra entera se llena de luzporque ha nacido Jesúsentre canciones de amor (Bis)

Campana sobre campana Campana sobre campana, y sobre campana una, asómate a la ventana, verás el Niño en la cuna.

Belén, campanas de Belén, que los ángeles tocan qué nueva me traéis?

Recogido tu rebaño a dónde vas pastorcillo? Voy a llevar al portal requesón, manteca y vino. Coro

Campana sobre campana, y sobre campana dos, asómate a esa ventana, porque ha naciendo Dios.

Coro

Caminando a medianoche ¿dónde caminas, pastor? “Le llevo al niño que nace, como a Dios, mi corazón”

Coro

Campana sobre campana, y sobre campana tres, en una Cruz a esta hora, el Niño va a padecer.

Coro

Si aún las estrellas alumbran, ¿pastor, dónde quieres ir? “Voy al portal, por si el Niño con Él me deja morir”.





Villancicos El tamborilero El camino que lleva a Belénbaja hasta al valle que la nieve cubrió.Los pastorcillos quieren ver su Rey,le traen regalos en su humilde zurrónropopompon, ropopompon:¡Ha nacido en un portal de Belén el niño Dios¡

Yo quisiera poner a tus piesalgún presente que te agrade, Señor,mas Tú ya sabes que soy pobre tam-biény no poseo más que un viejo tambor.ropopompon, ropopompon:En tu honor frente al portal tocaré con mi tambor!

El camino que lleva a BelénLo voy marcando con mi viejo tambor,nada mejor hay que te pueda ofrecer,su ronco acento es un canto de amorropopompon, ropopompon:Cuando Dios me vio tocandoante El, me sonrió.

Tutaina Tutaina tuturuma, tutaina tuturumainatutaina tuturuma turumá, tutaina tuturumaina.

Los pastores de belenvienen a adorar al niñola virgen y san Joselos reciben con cariño

Tres reyes vienen tambiencon incienzo mirra y oroa ofrendar a dios su reycon el mas grande tesoro. (bis)

Vamos todos a cantarcon amor y alegriaporque acaba de llegarde los cielos el mesias. Zagalillos del valle Zagalillos del valle, venid, pastorcillos del monte, llegad, la esperanza del Dios prometido ya vendrá, ya vendrá, ya vendrá

la esperanza, la gloria y la dicha la tendremos en Él, ¿quién lo duda? desdichado de aquel q no acuda con la fé q le debe animar.

nacerá en un establo zagala, pastorci-tos, venid adoremos hoy venimos y luego volvemos y mañana nos puede salvar Los peces en el rio Pero mira cómo beben los peces en el río Pero mira cómo beben por ver al Dios nacido Beben y beben y vuelven a beber Los peces en el río por ver a Dios nacer.

La Virgen está lavando y tendiendo en el romero los pajaritos cantando y el romero floreciendo.

Coro

La Virgen se está peinando entre cortina y cortina los cabellos son de oro y el peine de plata fina.

Coro

La Virgen está lavandocon un poquito de jabón.Se le han picado las manosmanos de mi corazón.

Coro

La Virgen va caminandoVa caminando solita,Y no lleva más compañaQue el niño de la manita

Coro

S. José tenme a este niñoMientras enciendo la candelaY San José le respondeQuién lo parió que lo tenga.

Cantad que la Nochebuena Cantad, cantad, cantad que la noche-buenaYa se llegó, ya se llegó, ya se llegó;Que linda, linda noche tan serena,Jamás se vio, jamás se vio, jamás se vio, jamás.

¿Quién nace en esta noche, noche de amor? JESÚS.

¿Quién llena cielo y tierra de resplan-dor? JESÚS.

Jesús, Jesús, encanto de mi vidaQue naces hoy en un pesebre por mi amor.

Tus ojos son luceros que me hechizanY roban ¡ay! Con tu mirar mi corazón. JESÚS.

¿Qué pides Niño amado con tu reír? AMOR.

¿Qué pides Niño amado con tu llorar? AMOR.

Amor, amor, amor mira Niño amadoTodo mi amor, todo mi amor es para ti.Amarte quiero siempre y sin medida,ira al Edén, ir al Edén y amarte allí sin fin.

A la nanita nana A la nanita nana, nanita nana, nanita ¡ea!,mi Jesús tiene sueño, bendito sea, bendito sea.

Pimpollo de canela lirio en capullo,Duermete vida mia mientras te arrullo;Duerme mientras la cuna se balancea,a la nanita nana nanita ea

Coro

Fuentecilla que corres clara y sonoraruiseñor en la selva cantando llorascallad mientras la cuna se balanceaa la nanita nana, nanita ea. Vamos, pastorcitos vamos, vamos, vamos, vamos pastorci-tos,vamos, vamos, vamos a Belény veremos todos al Dios del amor con el perfume del almay los homenajes de la adoración (bis)

En el portal de Belén, hay estrellas, sol y lunala Virgen y San José, la Virgen y San Joséy el niño Dios en la cuna.





El tamborilero El camino que lleva a Belénbaja hasta al valle que la nieve cubrió.Los pastorcillos quieren ver su Rey,le traen regalos en su humilde zurrónropopompon, ropopompon:¡Ha nacido en un portal de Belén el niño Dios¡










Coro


Coro


Coro


Coro












Coro



Villancicos Coro


Coro












Coro







Villancicos El tamborilero El camino que lleva a Belénbaja hasta al valle que la nieve cubrió.Los pastorcillos quieren ver su Rey,le traen regalos en su humilde zurrónropopompon, ropopompon:¡Ha nacido en un portal de Belén el niño Dios¡










Coro


Coro


Coro


Coro












Coro



La Navidad suele ser una fiesta ruidosa:nos vendría bien estar un poco en silencio,

para oír la voz del Amor

Papa Francisco

novena de navidad - uasialac.org · novena de navidad. la navidad es el anuncio que nos hace jesús...

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