nash michael r - el trance hipnotico

Upload: misael-lima-cardenas

Post on 09-Apr-2018

221 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 8/7/2019 Nash Michael R - El Trance Hipnotico

    1/6

    El trance hipntico

    Nash, Michael R.

    El estudio de los fenmenos hipnticos pertenece hoy da por entero al dominio de la

    psicologa normal, siendo muy numerosos los artculos que en sus principales revistasespecializadas, cientficas y mdicas, se publican sobre la hipnosis. Ha ayudado a ello ladisponibilidad creciente de instrumentos y mtodos aptos para discernir entre lo que hay en lahipnosis de realidad fctica y de exageradas pretensiones. Por supuesto que no handesaparecido los espectculos de "hipnosis teatrera", de mero entretenimiento; pero losnuevos datos revelan que la fuerza de la sugestin hipntica, cuando se utiliza correctamente,

    puede alterar procesos cognoscitivos tan distintos como la memoria y la percepcin del dolor.

    Separemos el grano de la paja

    Para estudiar bien un fenmeno ha de disponerse ante todo de una manera de medirlo. La

    vara de medir en el caso de la hipnosis son las escalas de susceptibilidad hipntica de lasdiversas personas, de gran tradicin en la disciplina desde sus comienzos en el siglo xix,siendo las ms usadas actualmente las escalas Stanford. Ideadas a finales de los aos 1950

    por los psiclogos de la Universidad de Stanford Andr M. Weitzenhoffer y Ernest R.Hilgard, siguen usndose actualmente para determinar hasta qu punto un sujeto responde ala hipnosis. Una de sus versiones consiste en una serie de 12 actividades que indican la

    profundidad del estado hipntico. Ejemplos de ellas son mantener en alto un brazo extendidou oler los contenidos de una botella. En el primer caso se le dice al sujeto que ha de sostenercon su brazo extendido una bola muy pesada; se le da por "receptivo" de esta sugestin si su

    brazo se inclina bajo el imaginado peso. En el segundo caso se le dice que no tiene sentidodel olfato y luego se le pasa un frasco de amonaco por debajo de la nariz; si no reacciona, esmuy sensible a la hipnosis; si hace muecas de asco y se aparta, no lo es.La puntuacin en las escalas Stanford va del 0, para los que no responden a ninguna de lassugestiones hipnticas, al 12, para los que las encajan todas. La mayora de la gente puntaen medio de la escala (entre el 5 y el 7) y el 95% de la poblacin punta por lo menos 1.

    Lo que la hipnosis es

    Investigadores con muy diferentes perspectivas tericas concuerdan hoy sobre variosprincipios fundamentales de la hipnosis. El primero es que la capacidad individual deresponder a la hipnosis es notablemente estable durante el perodo adulto. Hilgard realiz un

    estudio a largo plazo en el que se volvi a someter a las pruebas a los mismos sujetos durantemuchos aos, con el resultado de que las puntuaciones obtenidas segn las escalas eran casilas mismas que haca 10, 15 o 25 aos. Varios trabajos han confirmado que la puntuacinStanford de una persona permanece tan constante a lo largo de su vida, como la del CI, si noms. Las pruebas indican adems que la sensibilidad a la hipnosis puede tener un componentehereditario. Es ms probable que los mellizos idnticos obtengan similares puntuacionesStanford que no los que no lo sean, aunque tengan el mismo sexo.La sensibilidad de una persona a la hipnosis permanece tambin constante frente a lascaractersticas del hipnotizador. La edad y la experiencia de ste influyen poco o nada en queun sujeto pueda ser hipnotizado, como tampoco lo hace que sea hombre o mujer. Tampoco elxito de la hipnosis depende ni de que el sujeto est muy motivado ni de su particular

    voluntad. A un sujeto muy sensible se le podr hipnotizar en muy diversas circunstanciasexperimentales o teraputicas, mientras que otra persona menos susceptible no quedar

  • 8/7/2019 Nash Michael R - El Trance Hipnotico

    2/6

    hipnotizada por mucho que se esfuerce en lograrlo. Las actitudes y las expectativas negativaspueden, con todo, dificultar la hipnotizacin.Varios estudios han demostrado tambin que la hipnotizabilidad no est en relacin concaractersticas tales como la credulidad, la histeria, la psicopatologa, la confianza, laagresividad, la sumisin, la imaginacin o el conformismo social. Resulta interesante en

    cambio que se encuentre relacionada con la capacidad de la persona para dejarse absorber oensimismarse en actividades como la lectura, la audicin de msica y el soar despierto.Los sujetos hipnotizados no se comportan cual pasivos autmatas, sino que son ms bienactivos resolutores de problemas, incorporando a su conducta sus ideas morales y culturales ymostrndose sumamente sensibles respecto a las expectativas expresadas por el hipnotizador.Pero el comportamiento que hipnticamente se le indica no lo experimenta el sujetohipnotizado como algo que l est realizando activamente. Lo tpico es que le parezca algo enlo que l no pone ningn esfuerzo, algo que sucede por s solo, sin ms. Los que estn enestado hipntico suelen decir cosas como "la mano se me ha vuelto pesada y se me ha

    bajado" o "de repente he notado que no siento ningn dolor".Muchos investigadores creen ahora que la hipnosis consiste, en el fondo, en estos tipos de

    desconexiones. Respondiendo a la sugestin, los sujetos hacen movimientos sinintencionalidad consciente, dejan de sentir estmulos muy dolorosos y olvidan temporalmentedatos que les son familiares. Claro que cosas as suceden tambin fuera de la hipnosis... aveces en la vida diaria y, ms dramticamente, en determinados trastornos psiquitricos yneurolgicos.Valindose de la hipnosis se crean temporalmente en el laboratorio alucinaciones,compulsiones, ciertos tipos de prdida de memoria y diversas ilusiones, de modo que estosfenmenos pueden estudiarse de forma controlada.

    Lo que la hipnosis no es

    A medida que se va sabiendo ms acerca de la hipnosis se descubren tambin cosas quedisipan algunas reticencias sobre esta tcnica. Una de las objeciones contra ella es la de queconsiste simplemente en una imaginacin muy viva. En realidad no parece que sea as.Muchas personas muy imaginativas no son buenos sujetos hipnticos y no se ha podidoencontrar relacin alguna entre ambas caractersticas.El cargo a la imaginacin proviene de que a muchas personas hipnotizables se les puedeinducir a que experimenten alucinaciones auditivas y visuales con gran verosimilitud. Pero unelegante estudio que ha empleado tomografa de emisin de positrones (PET), con la que semide indirectamente el metabolismo, ha demostrado que las regiones del cerebro que seactivan cuando al sujeto se le pide que se imagine un sonido son distintas de las que se

    activan cuando est alucinando por efecto de la hipnosis.Henry Szechtman y sus colaboradores usaron PET en 1998 para estudiar la actividad cerebralde sujetos hipnotizados a los que invitaban a imaginarse un escenario y que luegoexperimentaban una alucinacin. Los investigadores partan del hecho de que la alucinacinauditiva y el acto de imaginarse un sonido son ambos fenmenos que se autogeneran y que,igual que la audicin real, una alucinacin se experimenta como proveniente de una fuenteexterna. Registrando el flujo sanguneo local de las zonas activadas durante la audicin real ydurante la alucinacin auditiva, pero no durante la simple imaginacin, trataron de determinaren qu parte del cerebro se "etiqueta" errneamente como autntico y originado en el mundoexterior un sonido que no es sino alucinacin auditiva.Examinaron la actividad cerebral de ocho sujetos muy hipnotizables y seleccionados

    previamente por su capacidad para alucinar bajo la hipnosis. Los sujetos estaban bajohipnosis y yacan en el escner PET con los ojos cubiertos. Se registraba la actividad de sus

  • 8/7/2019 Nash Michael R - El Trance Hipnotico

    3/6

    cerebros bajo cuatro condiciones: en reposo; durante la audicin de una cinta en la que unavoz grabada deca: "El hombre no hablaba mucho, pero cuando lo haca vala la penaescuchar lo que deca"; mientras se imaginaban estar oyendo de nuevo esa voz; y durante laalucinacin auditiva que experimentaban tras habrseles dicho que la cinta estabafuncionando otra vez, aunque no era cierto.

    Las pruebas demostraron que una regin del cerebro llamada crtex cingulado anteriorderecho estuvo igual de activa cuando los sujetos alucinaban que cuando oan realmente elestmulo, mientras que no lo estaba cuando se imaginaban orlo. Es como si la hipnosishubiese liado de algn modo a esa regin del cerebro para hacerla tomar como autnticosonido lo que no era ms que alucinacin auditiva.Otra objecin de los crticos contra la hipnosis atae a la capacidad de sta para embotar eldolor. Los escpticos han argido que tal embotamiento es o un efecto resultante de la simplerelajacin o la respuesta a un placebo. Pero unos cuantos experimentos han dado al traste conestas explicaciones. Thomas H. McGlashan y sus colegas realizaron en 1969 un estudio yaclsico cuyo resultado fue que la hipnosis result tan eficaz reductora del dolor para unas

    personas poco hipnotizables como una pldora azucarada que se les haba hecho creer que era

    un poderoso analgsico, si bien los sujetos muy hipnotizables se beneficiaron de la hipnosisel triple que del placebo. Hilgard y va I. Bnyai observaron en 1976 que sujetos que

    pedaleaban vigorosamente sobre bicicletas estacionarias respondan a las sugestioneshipnticas exactamente igual que cuando se les hipnotizaba estando arrellanados en uncmodo asiento.Pierre Rainville y sus colaboradores se propusieron averiguar en 1997 qu estructurascerebrales intervienen en el alivio del dolor durante la hipnosis. Trataron de localizar lasestructuras cerebrales asociadas al componente del sufrimiento del dolor en cuanto distinto desus aspectos sensoriales. Empleando PET, hallaron que la hipnosis reduca la actividad delcrtex cingulado anterior zona, ya se sabe, implicada en el dolor pero no afectaba a laactividad del crtex somatosensorial, donde las sensaciones de dolor son procesadas.Pese a estas averiguaciones, los mecanismos subyacentes al alivio del dolor durante lahipnosis son an poco conocidos. La mayora de los investigadores se inclina a creer que elefecto analgsico de la hipnosis tiene lugar en centros cerebrales superiores a los implicadosen el registro de la sensacin dolorosa. Esto explicara el hecho de que la mayor parte de lasrespuestas autonmicas que generalmente acompaan al dolor tales como la aceleracindel ritmo cardaco se vean poco o nada afectadas por las sugestiones hipnticas deanalgesia.Pero no podran los sujetos estar fingiendo que se les haba hipnotizado? Dos estudios clavehan puesto fin a esas sospechas.En un ingenioso experimento de 1971 intitulado El hipnotizador que desaparece, Frederick

    Evans y Martin T. Orne compararon las reacciones de dos grupos de sujetos, formado unopor personas que se saba que eran verdaderamente hipnotizables y otro por personas a lasque pidieron que simulasen que se las hipnotizaba. Un experimentador que no saba con qugrupo estaba tratando puso en prctica un rutinario procedimiento hipntico que fue de

    pronto interrumpido por un apagn de luz ficticiamente accidental. Cuando el experimentadorsali de la habitacin para ver qu ocurra, los sujetos que estaban simulando hipnosisdejaron inmediatamente de hacer comedia: abrieron los ojos, miraron en derredor y dieron fina la simulacin en todos los aspectos. En cambio, los sujetos realmente hipnticos fueronsaliendo, despacio y con alguna dificultad, pero por s mismos, del estado de hipnosis.Los simuladores tienden tambin a interpretar exageradamente su papel. Cuando a estossujetos se les propone que olviden ciertos aspectos de la sesin de hipnosis, sus declaraciones

    de que no recuerdan son a veces, por ejemplo, omniabarcadoras y muy tajantes, o asegurantener extraas experiencias de las que nunca o en muy raras ocasiones hablan los sujetos

  • 8/7/2019 Nash Michael R - El Trance Hipnotico

    4/6

  • 8/7/2019 Nash Michael R - El Trance Hipnotico

    5/6

    casos el grado de alivio que proporciona es igual o superior al que se consigue con lamorfina.Pero la Sociedad de Hipnosis Clnica y Experimental mantiene que la hipnosis no puede, y nodebe, ser la sola y nica intervencin mdica o psicolgica para todo trastorno. La razn deello es que todo el mundo que sea capaz de leer un escrito con algn grado de expresividad

    puede aprender a hipnotizar a cualquiera. Quien tenga un problema mdico o psicolgicodeber ante todo consultar a un profesional sanitario cualificado para que le haga undiagnstico. Ese especialista ser el que mejor podr decidir con el paciente si la hipnosis esaconsejable en su caso y, de serlo, cmo incluirla en su tratamiento.La hipnosis puede hacer ms eficaz la psicoterapia para algunos estados morbosos. Segnotro meta-anlisis en el que se examinaron los resultados conseguidos por los sujetos de 18estudios separados, aquellos pacientes que recibieron psicoterapia de la conducta mshipnosis para trastornos como obesidad, insomnios, angustia e hipertensin mostraron mayormejora que el 70% de los tratados slo con psicoterapia. Tras la publicacin de estos datos,un grupo de investigadores pertenecientes a la Sociedad Psicolgica de Amrica valid lahipnosis como procedimiento aadido para el tratamiento de la obesidad. Pero an se est

    estudiando si sirve para otros trastornos con componente conductual. La drogadiccin y elalcoholismo no responden bien a la hipnosis y no hay pruebas inequvocas de que ayude adejar de fumar.Dicho esto, hay muchas aunque an no definitivas pruebas de que la hipnosis puede ser unfactor eficaz en el ms amplio tratamiento de otros estados morbosos. En un ordenaproximado de tratabilidad mediante la hipnosis se cuentan entre ellos: un subgrupo deasmas; algunas afecciones dermatolgicas, incluidas las verrugas; el sndrome de colonirritable; la hemofilia; y la nusea asociada a la quimioterapia. Se desconoce el mecanismo

    por el que la hipnosis alivie estos trastornos. Las hiptesis de que aumente la inmunidad delorganismo en cualquier aspecto clnicamente importante carecen hoy por hoy de fundamento.Hilgard predijo hace ya ms de 30 aos que, a medida que se fuese difundiendo por lacomunidad cientfica el saber acerca de la hipnosis, tendra lugar un proceso de"familiarizacin" con la misma: los investigadores recurriran cada vez ms a menudo a estatcnica, que llegara a ser un instrumento habitual en el estudio de otros temas interesantes,como la alucinacin, el dolor y la memoria. Pronostic tambin que, una vez basadocientficamente, el uso clnico de la hipnosis acabara siendo de lo ms normal para algunos

    pacientes con problemas especiales. Aunque actualmente no estemos todava en eso, esindudable que la hipnosis ha progresado mucho desde que requiriera el balanceo de un relojde bolsillo.

  • 8/7/2019 Nash Michael R - El Trance Hipnotico

    6/6

    El autor

    MICHAEL R. NASH es profesor asociado de psicologa en la Universidad de Tennessee enKnoxville y redactor jefe del International Journal of Clinical and Experimental Hypnosis.

    Doctorado por la Universidad de Ohio en 1983, trabaj aquel mismo ao como clnicointerno en la facultad de medicina de la Universidad de Yale. Ha publicado dos libros deinvestigacin, uno sobre los fundamentos de la hipnosis y otro sobre los del psicoanlisis,ambos en coautora con Erika Fromm, de la Universidad de Chicago. Ha publicadonumerosos trabajos sobre temas como la memoria humana, la patologa disociativa, losabusos sexuales, la psicoterapia y la hipnosis, habiendo recibido numerosos premios por susinvestigaciones y estudios clnicos.

    Bibliografa complementaria

    Hypnosis for the Seriously Curious. Kenneth Bowers. W. W. Norton, 1983.

    Contemporary Hypnosis Research. Erika Fromm y Michael R. Nash. Guilford Press, 1992.

    Para una introduccin a la historia de la hipnosis y sus actuales usos, en la Red:www.institute-shot.com/hypnosis_and_health.htm

    Para conocer investigaciones sobre la hipnosis y sus aplicaciones clnicas, cfr. InternationalJournal of Clinical and Experimental Hypnosis, en la Red:www.sunsite.utk.edu/IJCEH

    Un vdeo de una autntica sesin de hipnosis se hallar en:www.sciam.com/2001/0701issue/0701nashbox1.html