mujeres por la soberanía y mujeres construyendo alternativas … · son inseparables y se...

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www.marchamundialdelasmujeres.org www.movimientos.org/remte www.movimientos.org/cloc Somos un movimiento feminista que lucha por cambiar el mundo dominado por el capitalismo y el patriarcado, que son inseparables y se refuerzan mutuamente en la globalización neoliberal. Hacemos parte de una fuerza mundial que ha recorrido la historia en sus luchas contra la opresión, y que hoy confronta al empobrecimiento y la violencia sexista, que han tomado formas y magnitudes inéditas. Desde ahí construimos una agenda que cuestiona estructuralmente el modelo neoliberal. En nuestras más recientes resistencias frente al libre comercio hemos logrado retomar una agenda económica desde el feminismo. Comprendemos que el mercado actúa hoy como principio que organiza la sociedad e intenta convertir nuestros derechos, nuestro trabajo y nuestras vidas en mercancías. Por ello cuestionamos las instituciones normatizadoras del mercado global y regional, la OMC y los TLC, cuyas reglas anulan la soberanía a fin de garantizar atribuciones y ganancias sin límites a las grandes empresas. Cuestionamos también la deuda ilegítima, la militarización y la ideología conservadora que mantienen y profundizan el neoliberalismo y el control sobre nuestros pueblos. La REMTE, junto con la Marcha Mundial de las Mujeres, el Diálogo Sur-Sur LGBT, las mujeres de la Vía Campesina, ALAI-Mujeres, Área de Géneros de Jubileo Sur Américas, y otras aliadas en los diversos países, participamos de forma muy activa en estos procesos. Nos impulsa el reto de mostrar la centralidad de las relaciones de género en el modelo y no apenas identificar los impactos negativos de sus políticas sobre las mujeres. Queremos construir un proyecto de Integración generador de igualdad. Para ello el debate y la propuesta desde los movimientos deben superar la falsa ruptura entre lo público y lo privado, en la cual sólo el espacio público es reconocido como político. Reconocer la dimensión política de lo privado, la interrelación de dichos espacios, es fundamental para la construcción de relaciones igualitarias entre hombres y mujeres. De igual importancia es el reconocimiento de las mujeres como actoras económicas y el derecho a la autonomía y autodeterminación de nuestras vidas. En ese mismo sentido, buscamos visibilizar la dimensión subjetiva en la acción política. Hemos avanzado en ese camino. Hoy el conjunto de los movimientos están reconociendo e integrando las demandas de las mujeres, y valora nuestra presencia organizada. De la misma manera, hay un reconocimiento de que somos pueblos diversos, con agendas diversas. Nos organizamos de distintas maneras y queremos construir una sociedad de iguales en la diversidad. Creemos que estamos construyendo las bases de ese sujeto colectivo histórico que lucha por una sociedad sin explotación, sin desigualdad con relación a las mujeres, sin racismo, que respeta la diversidad sexual y garantiza la soberanía de nuestros pueblos unidos en su diversidad. Mujeres construyendo alternativas para otra Integración Mujeres por la soberanía y autodeterminación de los pueblos La Integración del continente tiene el desafío de cambiar las relaciones de producción establecidas a lo largo del colonialismo y el capitalismo neocolonial, que tornó a nuestros pueblos dependientes y subordinados. Debe superar el modelo neoliberal ineficiente, depredador, injusto, que se nos ha impuesto. Debe construirse teniendo como eje la reproducción de la vida, el bienestar y los derechos de los pueblos, no el lucro privado. Debe orientarse a erradicar todas las desigualdades, especialmente las que afectan a las mujeres. A nivel global está lanzado el desafío de un cambio civilizatorio, que en términos econó- micos supone ir más allá de saber quién controla o cómo se reparte lo que se produce – sin variar modalidades depredadoras, destructoras, consumistas –, sino a redefinir qué y cómo se produce, como se organiza la reproducción, cómo se distribuye; es ahí donde se juega al mismo tiempo el status económico de las mujeres y el carácter del sistema económico. Una integración con igualdad debe actuar para desmantelar los mecanismos de opresión, que conjugan clase, género, raza y etnia. Disminuir la desigualdad no será una simple consecuencia del crecimiento económico, al contrario, la igualdad debe ser el principio y el motor de un florecimiento económico basado en las necesidades y en la dignidad de las personas, sustentable, con equilibrio entre producción y reproducción y decidido de forma soberana y democrática. No más un comercio que sirve para el saqueo, la explotación y la depredación; necesitamos intercambios basados en la justicia económica, la solidaridad, la complementariedad. Queremos infraestructura para atender nuestras necesidades. Planteamos la preservación del medio ambiente y de nuestros bienes comunes como retos políticos. También la democratización de comunicación urgente. No más intermediaciones de medios transnacionales y corporativos que imponen sus propias agendas en la comunicación, invisibilizan a las mujeres como actoras del quehacer público y criminalizan la acción social. Reapropiemos la comunicación desde un sentido ciudadano, a fin de establecer diálogos entre países y pueblos que propicien el conocimiento y entendimiento mutuo. La reapropiación colectiva de nuestros recursos, el impulso a formas variadas de organi- zar la producción, la prioridad para el cuidado y bienestar humanos, el fortalecimiento de las diversidades y la autonomía plena de las mujeres son imperativos para Otra Integración. ¡Cambiar el mundo para cambiar la vida de las mujeres! ¡Cambiar la vida de las mujeres para cambiar el mundo! www.movimientos.org/dss [email protected] http://alainet.org/mujeres/ Diciembre 2006 Apoyo Oxfam GB Ilustração: Biba Rigo M archa Mundial de las Mujeres REMTE - Red Latinoamericana Mujeres Transformando la Economía Mujeres de la Via Campesina - CLOC Diálogo Sur-Sur LGBT ALAI Mujeres Área de Géneros Jubileo Sur Américas Area Mujeres

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Page 1: Mujeres por la soberanía y Mujeres construyendo alternativas … · son inseparables y se refuerzan mutuamente en la globalización neoliberal. Hacemos parte de una fuerza mundial

www.marchamundialdelasmujeres.org www.movimientos.org/remte www.movimientos.org/cloc

Somos un movimiento feminista que lucha por cambiar el mundo dominado por el capitalismo y el patriarcado, que son inseparables y se refuerzan mutuamente en la globalización neoliberal.

Hacemos parte de una fuerza mundial que ha recorrido la historia en sus luchas contra la opresión, y que hoy confronta al empobrecimiento y la violencia sexista, que han tomado formas y magnitudes inéditas. Desde ahí construimos una agenda que cuestiona estructuralmente el modelo neoliberal.

En nuestras más recientes resistencias frente al libre comercio hemos logrado retomar una agenda económica desde el feminismo. Comprendemos que el mercado actúa hoy como principio que organiza la sociedad e intenta convertir nuestros derechos, nuestro trabajo y nuestras vidas en mercancías. Por ello cuestionamos las instituciones normatizadoras del mercado global y regional, la OMC y los TLC, cuyas reglas anulan la soberanía a fi n de garantizar atribuciones y ganancias sin límites a las grandes empresas. Cuestionamos también la deuda ilegítima, la militarización y la ideología conservadora que mantienen y profundizan el neoliberalismo y el control sobre nuestros pueblos.

La REMTE, junto con la Marcha Mundial de las Mujeres, el Diálogo Sur-Sur LGBT, las mujeres de la Vía Campesina, ALAI-Mujeres, Área de Géneros de Jubileo Sur Américas, y otras aliadas en los diversos países, participamos de forma muy activa en estos procesos. Nos impulsa el reto de mostrar la centralidad de las relaciones de género en el modelo y no apenas identifi car los impactos negativos de sus políticas sobre las mujeres.

Queremos construir un proyecto de Integración generador de igualdad. Para ello el debate y la propuesta desde los movimientos deben superar la falsa ruptura entre lo público y lo privado, en la cual sólo el espacio público es reconocido como político. Reconocer la dimensión política de lo privado, la interrelación de dichos espacios, es fundamental para la construcción de relaciones igualitarias entre hombres y mujeres. De igual importancia es el reconocimiento de las mujeres como actoras económicas y el derecho a la autonomía y autodeterminación de nuestras vidas. En ese mismo sentido, buscamos visibilizar la dimensión subjetiva en la acción política.

Hemos avanzado en ese camino. Hoy el conjunto de los movimientos están reconociendo e integrando las demandas de las mujeres, y valora nuestra presencia organizada. De la misma manera, hay un reconocimiento de que somos pueblos diversos, con agendas diversas. Nos organizamos de distintas maneras y queremos construir una sociedad de iguales en la diversidad.

Creemos que estamos construyendo las bases de ese sujeto colectivo histórico que lucha por una sociedad sin explotación, sin desigualdad con relación a las mujeres, sin racismo, que respeta la diversidad sexual y garantiza la soberanía de nuestros pueblos unidos en su diversidad.

Mujeres construyendo alternativas para otra Integración

Mujeres por la soberanía y autodeterminación de los pueblos

La Integración del continente tiene el desafío de cambiar las relaciones de producción establecidas a lo largo del colonialismo y el capitalismo neocolonial, que tornó a nuestros pueblos dependientes y subordinados. Debe superar el modelo neoliberal inefi ciente, depredador, injusto, que se nos ha impuesto. Debe construirse teniendo como eje la reproducción de la

vida, el bienestar y los derechos de los pueblos, no el lucro privado. Debe orientarse a erradicar todas las desigualdades, especialmente las que afectan a las mujeres.

A nivel global está lanzado el desafío de un cambio civilizatorio, que en términos econó-micos supone ir más allá de saber quién controla o cómo se reparte lo que se produce – sin variar modalidades depredadoras, destructoras, consumistas –, sino a redefi nir qué y cómo se produce, como se organiza la reproducción, cómo se distribuye; es ahí donde se juega al mismo tiempo el status económico de las mujeres y el carácter del sistema económico.

Una integración con igualdad debe actuar para desmantelar los mecanismos de opresión, que conjugan clase, género, raza y etnia. Disminuir la desigualdad no será una simple consecuencia del crecimiento económico, al contrario, la igualdad debe ser el principio y el motor de un fl orecimiento económico basado en las necesidades y en la dignidad de las personas, sustentable, con equilibrio entre producción y reproducción y decidido de forma soberana y democrática.

No más un comercio que sirve para el saqueo, la explotación y la depredación; necesitamos intercambios basados en la justicia económica, la solidaridad, la complementariedad. Queremos infraestructura para atender nuestras necesidades. Planteamos la preservación del medio ambiente y de nuestros bienes comunes como retos políticos.

También la democratización de comunicación urgente. No más intermediaciones de medios transnacionales y corporativos que imponen sus propias agendas en la comunicación, invisibilizan a las mujeres como actoras del quehacer público y criminalizan la acción social. Reapropiemos la comunicación desde un sentido ciudadano, a fi n de establecer diálogos entre países y pueblos que propicien el conocimiento y entendimiento mutuo.

La reapropiación colectiva de nuestros recursos, el impulso a formas variadas de organi-zar la producción, la prioridad para el cuidado y bienestar humanos, el fortalecimiento de las diversidades y la autonomía plena de las mujeres son imperativos para Otra Integración.

¡Cambiar el mundo para cambiar la vida de las mujeres!¡Cambiar la vida de las mujeres para cambiar el mundo!

www.movimientos.org/[email protected]://alainet.org/mujeres/

Diciembre 2006Apoyo Oxfam GBIlustração: Biba Rigo

Marcha Mundial de las MujeresREMTE - Red Latinoamericana Mujeres Transformando la Economía

Mujeres de la Via Campesina - CLOCDiálogo Sur-Sur LGBT

ALAI MujeresÁrea de Géneros Jubileo Sur Américas

Area Mujeres

Page 2: Mujeres por la soberanía y Mujeres construyendo alternativas … · son inseparables y se refuerzan mutuamente en la globalización neoliberal. Hacemos parte de una fuerza mundial

1- El trabajo como base de la economía

El trabajo y el empleo son hechos económicos que están en la base de la producción, de la creación de riqueza y de bienestar, se conectan con las decisiones básicas de qué y cómo producir, de cómo organizar la reproducción y la sobrevivencia de personas y colectividades.

Para garantizar los derechos de las mujeres tenemos que reubicarlos en este terreno económico. Con el neoliberalismo, el trabajo, el empleo y la pobreza han sido tratados como pertenecientes al área social, lo que alimentó una visión de que el camino para cambiar la vida de las mujeres era lograr algunos derechos en los marcos del libre comercio. Devolver esos temas al ámbito de la economía posibilita visibilizarnos como actoras económicas, identifi car mejor los mecanismos de nuestra opresión y, desde ahí, construir una crítica al modelo como un todo, impulsando la construcción de alternativas globales.

El neoliberalismo hizo que nuestra producción fuera destinada al exterior, lo que impone un modelo de desigualdad al interior de los países. Garantizar trabajo digno para todos y todas, empleo con derechos, el derecho a no migrar y tener condiciones para vivir donde se quiera, erradicar la pobreza, se vinculan directamente con decisiones soberanas sobre el modelo y la política económica. No sólo somos potenciales empleadas, sino ciudadanas y actoras económicas con derechos a decidir sobre la economía de nuestra región como un todo. No somos ‘cuidadoras’ innatas, la reproducción de la vida debe ser un objetivo central de la economía y la sociedad en la región, a ella deben volcarse recursos, instituciones y responsabilidades compartidas.

2- Soberanía Alimentaria: una resistencia y una alternativa histórica de las mujeres

Desde los tiempos más remotos, las mujeres cumplimos un papel estratégico en el descubrimiento, la hibridación y la selección de las semillas, en la construcción de un amplio conocimiento acumulado durante milenios, que garantizó incluso la existencia de una gran biodiversidad.

la Integración de los Pueblos en Cochabamba es un momento fundamental en la trayectoria de los movimientos y organizaciones sociales que vienen articulándose en Alianza Social Continental y en la Campaña Continental contra el ALCA. Podremos avanzar en la formulación de propuestas construidas en las luchas de resistencia –las actuales y las de largo trayecto histórico-, en la que amplias alianzas han sido construidas, fortaleciendo la unidad entre redes, movimientos sociales y pueblos del continente.

Actuamos para que la perspectiva feminista sea uno de los pilares de un proyecto de igualdad, por ello buscamos un

los pueblos, que ejerza su poder y su gestión de forma democrática, transparente y con participación popular. Un Estado comprometido con la autodeterminación de los pueblos, que respete la diversidad y sea activo en la construcción de una sociedad igualitaria.

Los gobiernos de nuestro continente, incluso aquellos elegidos con el apoyo popular, precisan romper con la visión monetarista con que actúan, y enfrentar los privilegios de las élites que impiden que nuestros pueblos tengan sus derechos garantizados.

Eso nos conduce a temas que ocupan hoy los primeros lugares en la agenda regional y que nos competen como mujeres:

Inversión extranjera: la mirada convencional le atribuye un rol predominante en la generación de empleos, cuando en realidad tal efecto es limitado en cantidad y deteriorado en calidad en tanto sus acciones resultan determinantes en la defi nición de la estructura productiva, en sus condiciones, sectores, con impactos en la soberanía y en el ambiente, aspectos todos relacionados con las mujeres como actoras económicas. Son urgentes redefi niciones económicas y políticas en esta materia.

Energía: factor clave de la geopolítica actual, vinculado a modos de producción, consumo, organización del tiempo y al modo de vida mismo, lo que toca directamente al trabajo de las mujeres.

Deuda: instrumento del modelo y de las instituciones multilaterales que se recicla. Debemos mirar este tema no desde los impactos, sino haciendo las interrelaciones entre aportes de trabajo y fl ujos monetarios, que nos ubican a las mujeres como acreedoras, y encaminarnos hacia alternativas de reparación de esas injusticias.

Empresa: vemos que las grandes empresas han acumulado tal poder, que están substituyendo al Estado en sus roles, incluso están desarrollando políticas sociales con foco en las mujeres. El Estado cada vez más aparece como un mediador entre las demandas locales y esas grandes empresas. Cuando se mira la economía desde las empresas, queda invisible la división sexual del trabajo y gran parte de la vida económica de nuestros países, justamente aquella que debe ser potenciada a través de la Integración alternativa.

¡Otra América es Posible!

diálogo permanente con el conjunto de los movimientos sociales. Confl uimos en estos espacios como constructoras de ellos, lo que va más allá de llevar ahí nuestra agenda como algo sectorial.

El debate actual sobre Integración está fundado en la ética y valores de humanidad y no apenas en el mercado. Se plantea el desafío de cambios del modelo económico, por lo que nociones como crecimiento, mercado, modernización, desarrollo son cuestionadas. Al mismo tiempo, en los enunciados generales hay coincidencias con postulados claves de la economía feminista: solidaridad, cooperación, reciprocidad, justicia.

La soberanía alimentaria, como una de las propuestas estructurantes de un proyecto de Integración desde los pueblos, es estratégica en varios sentidos. En primer lugar, plantea la defensa del conocimiento de las mujeres y rechaza cualquier mecanismo de privatización de la vida.

En segundo lugar, propicia la construcción de acciones conjuntas, dado que pone en debate el modelo de producción y reproducción desde el punto de vista del patrón de consumo y también del modelo energético. Además, es posible visibilizar la relación campo-ciudad, y la importancia de considerar la interrelación entre el consumo alimentario en la ciudad con la producción y distribución de alimentos.

La Integración alternativa es indispensable para, al fi n, romper la matríz colonial que subyace en nuestras economías, pues se nos asignó y se nos asigna lo que debemos producir y en qué condiciones, hecho que, en la fase neoliberal ha llegado a afectar la estructura básica de producción alimentaria que habían construido las economías indígena y campesina.

3- Soberanía, autodeterminación y autonomía sobre el cuerpo

Un proyecto emancipador solo existirá si se garantiza la soberanía de nuestras vidas como mujeres. La autonomía sobre nuestros cuerpos, el derecho a vivir sin violencia, a optar si queremos o no reproducirnos, a interrumpir un embarazo indeseado. Que esa soberanía sea garantizada por el Estado y que el conjunto de la sociedad construya y reconozca modelos abiertos de sexualidad y de familia, que no queden atados a aquellos impuestos por el patriarcado, el capitalismo, la iglesia y la heteronorma. Todo esto se relaciona con derechos, instituciones, servicios, dinámicas socioculturales, que deben ser asumidos en el nuevo esquema de Integración.

4- Ampliación y fortalecimiento de lo público: desde el Estado y desde la sociedad

El conjunto de nuestros países debe recuperar el sentido público del Estado y de la sociedad -especialmente en sus dimensiones colectivas y comunitarias-. Queremos un Estado que realmente sea capaz de garantizar nuestros derechos y que esté a servicio de la sociedad y de

Por una Integración generadora de igualdad

América Latina vive cambios y tenemos expectativas de muchos más. El predominio

neoliberal se ha fracturado, ello quedó evidente cuando, a fi nes del 2005, el gobierno Bush fracasó en su intento de retomar las negociaciones del ALCA, pues algunos gobiernos de América del Sur, en sintonía con el clamor de sus pueblos, se opusieron a ese proyecto. Ese hecho es fruto de la fuerza que ganó el movimiento de resistencia al neoliberalismo y ha abierto un cambio de rumbo en muchos de nuestros países.

La realización de la Cumbre Social por

en particular en aquellas ramas donde se generan divisas. Así, vemos el incremento del turismo sexual en el Sur, la migración y el tráfi co de mujeres hacia el Norte, vinculado tanto con el empleo doméstico como con la prostitución y la industria del entretenimiento. Las remesas así producidas constituyen una de las principales fuentes de ingreso de divisas, tan importante para la generación de superávit y el pago de la deuda.

La privatización de los servicios básicos limita el acceso a lo que para nosotras son derechos: agua, electricidad, salud, educación. Con ello se sobrecarga a las mujeres con el trabajo de cuidado, pues esa responsabilidad no es compartida a cabalidad ni por los hombres ni por el Estado. Si bien es creciente el negocio de tecnologías domésticas, con productos que pueden facilitar la realización de ese trabajo, el acceso está condicionado por la capacidad de compra. Con más o menos tecnología doméstica al alcance, la responsabilidad de las mujeres en las tareas de reproducción sigue siendo central, determina el uso de nuestro tiempo, opciones y subjetividad.

La economía resulta predominante en un modelo que coloca al mercado como el principio organizador de la

sociedad, que controla y direcciona todos los procesos. El cuestionamiento a las políticas económicas desde el feminismo es fundamental para intervenir en esa disputa y apuntar para una visión de cambio integral.

Para nosotras, la economía incluye la experiencia cotidiana de reproducción de la vida. No es una relación de cosas y números, sino una relación entre personas, que vivimos y trabajamos dentro y fuera de los hogares.

La producción capitalista depende de los procesos de reproducción y sostenibilidad de la vida humana. Esos procesos involucran la reproducción misma de la fuerza de trabajo, el equilibrio emocional de las personas, y son realizados por las mujeres en el ambiente doméstico. El capitalismo ha puesto el cuidado de la vida humana, a través del trabajo reproductivo, como responsabilidad individual de las mujeres dentro de la familia. De esa forma, las empresas, el Estado y los hombres no asumen esas tareas, las cuales quedan

naturalizadas como parte del destino de las mujeres.

La división sexual del trabajo es la base material de la opresión de las mujeres, genera mecanismos de separación y jerarquía de la producción y la reproducción, así como de explotación diferenciada en el mercado laboral.

Bajo el neoliberalismo hubo un incremento de la oferta laboral de las mujeres, pero en condiciones de creciente desempleo, y con un deterioro en la calidad del empleo, resultado de la desregulación, la fl exibilidad y la precarización.

Las cadenas globales de producción se estructuran a partir de la combinación entre la división sexual e internacional del trabajo. Se asigna al Sur global la producción que consume y destruye más los bienes naturales. Las mujeres estamos concentradas en algunas ramas de los agronegocios, como la producción de frutas en Chile, espárragos en Perú, fl ores en Colombia, castañas en Bolivia. En la industria, en las maquilas de México, Centroamérica, El Caribe y otros países.

El modelo ha incrementado la mercantilización de la vida de las mujeres,

Transformar la economía desde el feminismo