monografia contaminacion luminica

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Contaminacin Lumnica

"Las personas de las generaciones futuras tienen derecho a una tierra indemne y no contaminada, incluyendo el derecho a un cielo puro"(Declaracin de los "Derechos de las Generaciones Futuras"- UNESCO)

INTRODUCCINDurante millones de aos, los seres vivientes de la Tierra han ido adaptando sus procesos biolgicos de acuerdo con dos ciclos astronmicos fundamentales: la sucesin de las estaciones y la alternancia da-noche. Dado que la percepcin de ambos fenmenos es desigual segn la latitud, las distintas especies se han acomodado a la singularidad de ambos ciclos en su hbitat. Cualquier perturbacin en alguno de ellos originara distorsiones cuyo alcance desconocemos, pero que, con toda seguridad, ocasionaran la extincin de algunas especies y la aparicin de nuevas exigencias adaptativas para las dems. La accin del hombre y su cultura sobre el medio ambiente est, en la actualidad, generando una seria alteracin en ambos ciclos csmicos. La actividad industrial y las formas de vida propias de las sociedades consumistas no se pueden sostener, de mantenerse el actual modelo de economa capitalista, sino es mediante un creciente consumo energtico. Niveles ms elevados de "bienestar" exigen consumir cada vez ms energa, proceso que amenaza con conducir a situaciones aberrantes como, por ejemplo, la de que, actualmente, gaste 100 veces ms energa un ciudadano de un pas industrializado que un habitante del tercer mundo. El consumo responsable de energa debera ser algo consubstancial a la educacin cvica de la poblacin por dos motivos. El primero de ellos: porque el actual modelo de consumo energtico se basa en la conversin en energa de recursos naturales no renovables (carbn, petrleo o uranio), con lo cual su despilfarro acorta el tiempo de uso y priva de su disfrute a los habitantes de pases no desarrollados. El segundo: porque en los procesos de conversin en energa, transporte y su posterior consumo, se generan residuos que contaminan gravemente el medio ambiente (radioactividad, lluvia cida, contaminacin de los mares, contaminacin atmosfrica por humos txicos) y amenazan con alterar el equilibrio climtico (efecto invernadero por emisin de CO2). En la actualidad, el calentamiento global del planeta debido a este efecto es ya una evidencia cientfica y sus efectos devastadores sobre el clima son crecientes: lluvias torrenciales, huracanes catastrficos, inundaciones, sequas prolongadas, deshielo de los casquetes polares y un lamentable y futuro largo etctera. Si bien la contaminacin atmosfrica por el CO2 emitido por las centrales trmicas de produccin de electricidad, las industrias y los automviles, es la principal responsable del efecto invernadero que amenaza el equilibrio climtico de la Tierra, el uso excesivo e irresponsable de la energa elctrica en el alumbrado de exteriores es la causa de una nueva agresin medioambiental que amenaza ni ms ni menos que con eliminar la noche, alterando as el segundo ciclo csmico fundamental. El fenmeno ya tiene un nombre: contaminacin lumnica.

La Tierra de noche, vista desde el satlite. No es slo un mapa de las zonas habitadas, sino tambin de la riqueza. 1. La contaminacin lumnica. Formas. Con este nombre se designa la emisin directa o indirecta hacia la atmsfera de luz procedente de fuentes artificiales, en distintos rangos espectrales. Sus efectos manifiestos son: la dispersin hacia el cielo (skyglow), la intrusin lumnica, el deslumbramiento y el sobreconsumo de electricidad. La dispersin hacia el cielo se origina por el hecho de que la luz interacta con las partculas del aire, desvindose en todas direcciones. El proceso se hace ms intenso si existen partculas contaminantes en la atmsfera (humos, partculas slidas) o, simplemente, humedad ambiental. La expresin ms evidente de esto es el caracterstico halo luminoso que recubre las ciudades, visible a centenares de kilmetros segn los casos, y las nubes refulgentes como fluorescentes. Como detalle anecdtico e ilustrativo se puede mencionar el hecho de que el halo de Madrid se eleva 20 Km. por encima de la ciudad y el de Barcelona es perceptible a 300 Km de distancia, desde el Pic du Midi y las sierras de Mallorca. En condiciones normales, los navegantes podran ir de Mallorca a Barcelona de noche, simplemente guindose por el resplandor del halo.

Panorama general de Barcelona. La difusin de la luz en el cielo destruye su oscuridad natural. Cortesa Cel Fosc. La intrusin lumnica se produce cuando la luz artificial procedente de la calle entra por las ventanas invadiendo el interior de las viviendas. Su eliminacin total es imposible porque siempre entrar un cierto porcentaje de luz reflejada en el suelo o en las paredes, pero de aceptar esto a tener que tolerar como inevitables ciertos casos aberrantes de descontrol luminotcnico, como poner globos sin apantallar frente a las ventanas, o iluminar fachadas con potentes focos, hay un abismo. Al no existir conciencia ciudadana de que esto es una nada sutil forma de agresin medioambiental, nadie piensa en denunciarlo, excepto en casos contados de protestas multitudinarias de vecinos. No existen, que yo sepa, estudios rigurosos acerca del grado de afectacin de la luz artificial sobre el hombre, aunque ciertos casos curiosos parecen apuntar hacia una conexin entre el uso de bombillas de Vapor de Mercurio (luz blanca) y la exteriorizacin de mayores ndices de agresividad. De todos modos, hay un punto que resulta evidente: si, como parece, los ciclos corporales estn en sintona con los ciclos naturales de la luz, la presencia de sta en el ambiente durante el sueo puede ser causa de alteraciones todava no completamente identificadas. Recientemente, se ha descubierto que el uso de luces tipo "led" en habitaciones de nios pequeos es desaconsejable porque produce alteraciones en el sueo. Ahora bien. Hay un caso de trastorno evidente: el de aquellas personas que en verano necesitan imperiosamente abrir la ventana para dormir y no pueden hacerlo si tienen la

desventura de tener un foco luminoso frente a ella: sueo inquieto, ausencia de reposo, insomnio, cansancio y nerviosismo son las consecuencias ms usuales. El deslumbramiento se origina cuando la luz de una fuente artificial incide directamente sobre el ojo, y es tanto ms intenso cuanto ms adaptada a la oscuridad est la visin. Al ser ste un efecto indeseado, toda la luz que lo origina no se aprovecha, cosa que no slo es un despilfarro, sino que constituye un elemento evidente de inseguridad vial y personal. El modelo luminotcnico vigente prima el deslumbramiento porque se basa en la falsa concepcin de que el exceso de luz incrementa la visibilidad y los ciudadanos, inconscientes de ello, demandan ms luz a los responsables pblicos, en la creencia de que su seguridad personal aumenta con el exceso. Al final resulta todo lo contrario: una persona deslumbrada carece de seguridad, se mire por donde se mire: es vulnerable a las agresiones fsicas y tambin ve mermada su capacidad de respuesta en la carretera al no poder su ojo percibir los detalles inmediatos. Exceso de luz mal dirigida y buena visibilidad son trminos opuestos. El alumbrado de carreteras representa un punto crtico en esta cuestin. Se tiende a iluminar con exceso de potencia el mayor nmero posible de tramos de carretera, en la creencia de que ello supone un aumento de la seguridad vial. Habra que ver los estudios estadsticos sobre siniestralidad nocturna en carreteras iluminadas y no iluminadas para poder evaluar con equidad la conveniencia de hacerlo o no. Porque hay algo que s es evidente: los conductores corren ms en los tramos iluminados y esto supone un incremento del factor de riesgo velocidad. Por otra parte, a veces se instalan en carreteras de circulacin densa y autopistas puntos de luz con luminarias incorrectamente apantalladas que deslumbran y, sorprendentemente, no se ve en ello un factor de inseguridad. Finalmente, tampoco nadie se preocupa del enorme deslumbramiento que suponen las instalaciones privadas o pblicas situadas en las inmediaciones de la carretera: campos de deportes con proyectores apuntando directamente a ella y focos exteriores de industrias o de particulares con la misma orientacin inadecuada, son un espectculo comn en nuestras vas de circulacin. El cmulo de despropsitos de este estilo es innumerable, y uno nunca termina de sorprenderse al ver uno nuevo. Parece mentira que nadie se haya preocupado de informar a los instaladores de la necesidad de orientar correctamente estas luminarias.

Solamente en los E.E.U.U., el derroche de luz por el mal apantallamiento u orientacin de las luminarias se traduce en una prdida de US$ 1.500.000.000 cada ao. Desde el espacio, se puede apreciar la verdadera magnitud de este problema.

Al final, lo ms incongruente: nadie parece pensar en el hecho elemental de que el alumbrado de carreteras debera disearse de acuerdo con las peculiaridades de la visin nocturna, en vez de empearse en convertir la noche en da. Nuestro ojo ha evolucionado de tal forma que en su parte

posterior, llamada retina, posee dos tipos de clulas especializadas en la captacin de luz: unas, los conos, concentrados en la fovea, el centro de la visin, son especialmente sensibles a las longitudes de onda de la intensa luz diurna y son las responsables de la captacin de los colores y de la visin directa de los objetos. Otras, denominadas bastones, actan preferentemente en la visin nocturna y se sitan alrededor de la fovea. Aunque ligeramente ms sensibles que los conos a las longitudes de onda del color azul, son ciegas a los dems colores, pero capaces de percibir detalles trabajando a niveles de luminosidad muy bajos, en los que los conos dejan de operar. Su sensibilidad a la luz depende de una sustancia llamada rodopsina, que las va llenando progresivamente conforme avanza el proceso de adaptacin a la oscuridad, muy conocido entre los astrnomos aficionados. Al cabo de una media hora en general, el ojo ha adquirido el lmite de su capacidad de adaptacin y puede ejercer sus funciones de visin nocturna a pleno rendimiento. Todo el mundo ha experimentado lo que sucede cuando pasamos de un mbito muy iluminado a otro totalmente oscuro: necesitamos tiempo para adaptarnos a la oscuridad y pasamos de no ver nada en absoluto a percibir, primero, formas inconcretas; despus formas ms especficas y, finalmente, detalles menores y distintos niveles de brillo en ellos. Al estar situados los bastones en los alrededores de la retina, su mximo rendimiento se obtiene cuando observamos indirectamente los objetos, lo que se denomina visin lateral. Algo parecido sucede cuando pasamos repentinamente de la oscuridad a la luz muy intensa: quedamos deslumbrados y durante un cierto tiempo no tenemos la agudeza visual necesaria para percibir los objetos con nitidez, con lo que nuestra capacidad de respuesta frente a los obstculos se ve muy mermada hasta que no nos adaptamos a la luz. Ambas situaciones se producen cuando salimos de un entorno urbano muy iluminado a una carretera oscura o cuando, procedentes de ella, llegamos al entorno urbano. A nadie se le ha ocurrido aplicar la idea de progresividad en el alumbrado de estas zonas. Un alumbrado ideal sera aqul que disminuira paulatinamente el nivel de luz en direccin saliente, dando al ojo un mnimo tiempo para empezar a adaptarse a la oscuridad. En sentido contrario, el sistema sera igualmente adecuado. El sobreconsumo, finalmente, es la consecuencia indeseada e inevitable de los factores anteriormente descritos. Si stos se evitaran, ahorraramos porcentajes mnimos de un 25% en la factura de la luz, pudindose alcanzar porcentajes mayores del 40% en ciertos casos, si existiera la voluntad de utilizar lmparas de sodio de baja presin y se hiciera una fuerte apuesta por rebajar potencias en las luminarias. Porque lo cierto es que hasta el presente ha existido una especie de contubernio entre las compaas elctricas y los fabricantes de luminarias y de bombillas, por el cual unos y otros han hecho del exceso de consumo su principal negocio. Las elctricas porque mayor consumo equivala hasta ahora a tener un mayor beneficio y los fabricantes de bombillas y de luminarias porque cuanto mayor sea la potencia que se instale, tanto ms se encarece el producto, reducindose, adems, su vida til. Por razones coyunturales, ahora el negocio parece desplazarse hacia la poltica de ahorro en el consumo, por lo cual, en principio, no existe aparente oposicin por su parte a reducir la contaminacin lumnica. Por otro lado, la exigencia de ofrecer al mercado nuevas luminarias no contaminantes y lmparas ms eficientes, puede suponer, incluso un revulsivo para la competitividad del sector.

La pennsula ibrica de noche. Son fcilmente distinguibles las principales ciudades. 2. Efectos en la biodiversidad. Aunque resulte un tanto extrao decirlo, hay que considerar a esta novedosa forma de contaminacin, cuyos efectos son todava muy poco estudiados, como perfectamente equiparable a la emisin de humos hacia la atmsfera o al vertido de contaminantes en los ros, porque, en el fondo, consiste en la emisin de energa producida artificialmente hacia un medio naturalmente oscuro. Tiene efectos comprobados sobre la biodiversidad de la flora y la fauna nocturna que, dicho sea de paso, es mucho ms numerosa que la diurna y precisa de la oscuridad para sobrevivir y mantenerse en equilibrio. La proyeccin de luz en el medio natural origina fenmenos de deslumbramiento y desorientacin en las aves, y una alteracin de los ciclos de ascenso y descenso del plancton marino, lo que afecta a la alimentacin de especies marinas que habitan en las cercanas de la costa. Tambin incide sobre los ciclos reproductivos de los insectos, algunos de los cuales han de atravesar notables distancias para encontrarse y no pueden pasar por las "barreras del luz" que forman los ncleos urbanos iluminados. Se rompe, adems, el equilibrio poblacional de las especies, porque algunas son ciegas a ciertas longitudes de onda de luz y otras no, con lo cual las depredadoras pueden prosperar, mientras se extinguen las depredadas. Finalmente, la flora se ve afectada al disminuir los insectos que realizan la polinizacin de ciertas plantas. Aunque es algo no estudiado todava, resulta palpable que esto podra afectar a la productividad de determinados cultivos. 3. Otros efectos. En otro orden de cosas, la emisin indiscriminada de luz hacia el cielo y su dispersin en la atmsfera constituyen un evidente atentado contra el paisaje nocturno, al ocasionar la desaparicin progresiva de los astros. Algunos de ellos no tienen un brillo puntual como las estrellas, sino que son extensos y difusos (las nebulosas y las galaxias) y, por esta razn, son los primeros en resultar afectados. Su visin depende del contraste existente entre su tenue luminosidad y la oscuridad del fondo del cielo. Al dispersarse la luz, ste se torna gris y estos objetos desaparecen. El ejemplo ms notable de esta especie de "asesinato celeste" lo constituye la desaparicin total de la visin del plano de la Via Lctea, nuestra galaxia, desde los entornos urbanos. Hay que alejarse mucho de los ncleos habitados para encontrar cielos lo suficientemente oscuros como para poder observarla en toda su magnificiencia y, en la prctica, no creo que haya ms de uno o dos lugares en Catalunya que sean todava casi vrgenes. En mi propia experiencia he de constatar que, en mi niez, el espectculo de la galaxia era algo habitual desde mi casa (por aquel entonces ubicada en el extrarradio de mi ciudad). Ahora, desde el mismo sitio, es solamente una presencia que intuyo en raras noches de gran oscuridad y transparencia.

M15, cmulo globular en Pegasus, situado a 34.000 aos-luz. Por tratarse de un objeto difuso, se ve rpidamente afectado por la contaminacin lumnica. Foto Pere Horts Al incrementarse ms y ms el brillo del cielo, acaban por desaparecer tambin, de forma progresiva, las estrellas, con lo que, al final, solamente las ms brillantes, algunos planetas y la Luna resultan visibles en medio de un cielo urbano que es como una neblina gris-anaranjada. Si consideramos que en condiciones ptimas, nuestro ojo alcanza a distinguir estrellas hasta la sexta magnitud, lo cual supone poder alcanzar a ver unas 3.000 en verano, podremos juzgar con equidad la magnitud de lo que nos perdemos.

Parte del halo de luz de Barcelona, visto desde Collserola. Obsrvese la progresiva degradacin del fondo del cielo. Cortesa Cel Fosc. La destruccin del paisaje celeste comporta, a mi entender, profundas consecuencias culturales y humanas. Si el desplazamiento masivo de la poblacin desde reas rurales a las urbanas ya implica de por s una prdida inevitable de las formas de vida tradicionales y de los elementos culturales en que stas se basan, la imposibilidad de contemplar el cielo desde las ciudades priva adems al individuo de un contacto directo con el universo, lo que origina un inevitable empobrecimiento cultural y personal. En las sociedades industriales, donde el volumen de informacin acerca del cosmos que est a disposicin de cualquiera es enorme, se da la circunstancia paradjica de que los individuos sufren un desconocimiento mayor de las cosas del universo, si comparamos esta situacin con la que se encuentran, en general, los habitantes de zonas rurales, menos evolucionadas, que pueden saber menos sobre los astros, pero que los sienten como algo infinitamente ms cercano.

En las sociedades rurales, en pocas anteriores, la presencia del firmamento y sus fenmenos era algo con lo que, tradicionalmente, se conviva. Los ciclos csmicos y su vinculacin con la agricultura y la tradicin han generado a lo largo de los tiempos un patrimonio cultural y folclrico (en el mejor sentido del trmino) que est desapareciendo a pasos agigantados: el conocimiento de las constelaciones, con todas las historias vinculadas a ellas; su posicin en el cielo en relacin con la poca del ao; su relacin con las tareas agrcolas; la nomenclatura popular con la que se designaba a las estrellas y otros astros; expresiones del lenguaje ordinario que incluan referencias astronmicas; la posibilidad de observar fenmenos celestes como lluvias de estrellas, cometas y todo un tesoro de leyendas construido alrededor de la contemplacin del firmamento constituyen hoy una relacin de cuestiones para el recuerdo. Pero hay algo ms: el desarraigo que afecta al hombre en la gran urbe no es slo consecuencia de su falta de contacto con la naturaleza, que acaba por devenir un artculo de consumo ms para los domingos, sino tambin de la prdida inevitable del sentido de su existencia en relacin con el cosmos. Para las generaciones de jvenes actuales, el universo es ya tan slo algo con lo que nicamente entran en contacto a travs del cine y de lo que estn y se sienten desvinculados. Adems, el tipo de educacin que se ofrece en escuelas y centros de enseanza media no incluye, por lo general, nociones de Astronoma ms que en casos muy raros y siempre vinculados al voluntarismo de algn profesor que tenga horas libres para poder ofrecer dichos conocimientos en una materia optativa. Como resultado, se da la paradoja de que, mientras la sociedad, debido a la evolucin de la economa y a la revolucin tecnolgica, se va acercando cada vez ms al establecimiento de una civilizacin planetaria, los individuos parecen estar alejndose cada vez ms de ella, regresando incluso a posiciones de un nuevo tribalismo, porque la educacin que reciben les escamotea el conocimiento del universo y no les ofrece la posibilidad de orientar su propia humanidad en relacin a l, algo indispensable para la formacin de una conciencia que est al nivel de esta pretensin. A todo lo dicho hay que aadir que la contaminacin lumnica, juntamente con la contaminacin radioelctrica y la del espacio, representa la ms seria amenaza para el progreso de la astrofsica. La dispersin de la luz en la atmsfera convierte el fenmeno en algo capaz de alterar la calidad del cielo a grandes distancias, afectando as las zonas en las que se ubican los observatorios profesionales. Por esta razn, los primeros signos de denuncia del peligro que supona la contaminacin lumnica para la ciencia astronmica procedieron de los sectores astrofsicos y se canalizaron a travs de la Unin Astronmica Internacional (IUA), cristalizando en una serie de convenios de proteccin de los observatorios, establecidos con la UNESCO, y en la redaccin de recomendaciones de carcter luminotcnico para los distintos estados de la Tierra. Pero estas ultimas no se han tenido en cuenta, en la prctica, con lo cual hoy da la situacin es realmente angustiosa y algunos observatorios, o bien han cerrado, o bien se mantienen realizando tareas de observacin menores en comparacin con las observaciones que se podran realizar si el cielo nocturno no se hubiera deteriorado.

Complejo de observatorios astronmicos en Mauna Kea (Hawai). Cortesa Universidad de Hawai. 4. Propuestas de solucin Qu duda cabe de que el uso de la electricidad para generar luz ha constituido un innegable factor de progreso, pero no es menos cierto que su mal uso se ha convertido, lamentablemente, en una expresin caracterstica ms de nuestro irracional estilo de vida consumista. Otras formas de uso de la luz, distintas de lo puramente domstico e industrial - ornamental, comercial, propagandstico y ldico -, han ido apareciendo con el tiempo y, poco a poco, han ido invadiendo el entorno, hasta convertirse en un elemento "natural" de nuestro hbitat ciudadano. En ausencia de normativas reguladoras, el crecimiento desordenado de las ciudades y de los espacios dedicados a las actividades industriales, as como de los centros nocturnos de diversin ha ido llenando el cielo nocturno de luz y nadie ha advertido que, poco a poco, bamos apagando las estrellas y la noche agonizaba. Se podra pensar que el fenmeno es inevitable y que no queda otro remedio que elegir entre frenar el progreso o extender el certificado de defuncin del cielo nocturno, pero esto no es as. A veces, cuando planteamos el problema a personas desinformadas, nos suelen salir con el tpico de que queremos "dejarlo todo a oscuras", cuando lo que pretendemos no es otra cosa que utilizar menos luz para iluminar mejor. De modo que existe solucin, aunque la contaminacin lumnica no se puede erradicar nunca del todo, porque siempre existir un porcentaje de luz que el suelo reflejar hacia la atmsfera. Se trata tambin, entre otras cosas, de que este porcentaje de luz sea el mnimo posible. Qu hay que hacer? Recomendaciones prcticas. -Hay que evitar la emisin directa de luz hacia el cielo, cosa que se consigue usando luminarias orientadas en paralelo al horizonte, con bombillas bien apantalladas y eficientes, de la potencia necesaria para alumbrar el suelo de acuerdo con los criterios de seguridad, pero no ms. Es, tambin, aconsejable emplear con preferencia las luminarias que tengan el vidrio refractor de cerramiento plano y transparente. -A ello hay que aadir el apagado de alumbrados ornamentales y de grandes espacios exteriores que resultan injustificables a partir de cierta hora. Dichos espacios suelen alumbrarse con potentes proyectores orientados incorrectamente que dispersan mucha luz hacia el cielo y tambin en

direcciones laterales. Si esto se hace, se aprovecha al mximo la energia y se reduce considerablemente el consumo. Tambin hay que remodelar este tipo de alumbrado, cambiando bombillas, variando su inclinacin y utilizando dispositivos que eviten la dispersin de la luz fuera del rea a iluminar. -Existen, adems, otros factores de ahorro, como el contratar la tarifa ms ventajosa con la compaa elctrica, tener un buen plan de mantenimiento de las instalaciones, o reducir la potencia instalada, respetando los lmites de seguridad, con lo que se alarga la vida de las instalaciones. En el captulo del ahorro a largo plazo, los beneficios son incalculables, en trminos de disminucin del efecto invernadero, de la lluvia cida y la produccin de residuos radioactivos. Si pensamos en las catstrofes futuras que se derivan del calentamiento global del planeta y lo que puede significar ahorrrselas, la eleccin es clara. Existe, adems, una poderosa razn que aconseja emprender dichos cambios: la inversin econmica necesaria para realizarlos se amortiza en menos de dos aos con el descenso del consumo. Sorprendentemente, se trata del nico problema medioambiental cuya solucin no implica inversiones a fondo perdido, sino que genera beneficios. Iniciativas jurdicas. El problema de la contaminacin lumnica no se puede solucionar si no se establecen medidas jurdicas que lo regulen. Dichas medidas pueden adoptar, bien la forma de una ley, bien de una ordenanza municipal. Una tercera posibilidad la constituye el establecimiento de medidas correctoras impulsadas a partir de un proyecto general de ahorro energtico de aplicacin municipal y coordinado desde un gobierno central o autonmico. De estas tres posibilidades, las ms efectivas, creo yo, son las dos primeras, especialmente por el carcter definitivo que pueden imprimir a las transformaciones propugnadas, mientras que un plan siempre adolece de un carcter transitorio y est subordinado al voluntarismo y eficiencia de quienes han de ponerlo en prctica. Afortunadamente, las iniciativas jurdicas existen y estn ya consolidadas, con resultados francamente positivos. Las primeras surgieron en los EEUU, a resultas de la fundacin de la International Dark-Sky Association, primera organizacin dedicada a la defensa del cielo nocturno y a combatir la contaminacin lumnica, fundada por David Crawford, astrofsico norteamericano que, tras su jubilacin, asumi el reto de combatir el fenmeno. De la mano de la IDA, distintas ciudades y estados de los EEUU, especialmente en Arizona, aprobaron leyes u ordenanzas reguladoras. El germen sembrado por Crawford germin y as aparecieron entidades similares a la IDA en otros pases, especialmente los europeos. Inglaterra, Francia, Suiza, Alemania, Grecia e Italia son algunos de ellos. Destaca, en especial, Italia, como el pas donde ms ordenanzas y leyes regionales han sido aprobadas. Recientemente (marzo de 2000), la regin de la Lombarda ha aprobado la suya. En Amrica Latina, Chile, en razn de albergar el complejo de observatorios astronmicos del ESO (European Southern Observatory), acaba de aprobar tambin una ley de prevencin del fenmeno 5. Contaminacin lumnica y pedagoga. El papel de los docentes. Es bien sabido que ciertas cosas resultan tanto ms contraproducentes cuanto mayor es la ignorancia respecto de ellas. En nuestro caso, esto es una realidad incuestionable. Por lo tanto, resulta obvio que la solucin del problema pasa no solamente por la consecucin de medidas jurdicas para regularlo, sino tambin por una tarea de divulgacin que debe utilizar todos los instrumentos de comunicacin social disponibles (prensa, radio, televisin e Internet) para hacer llegar informacin sobre el fenmeno al mayor nmero de ciudadanos. Los colectivos ecologistas, as como los crculos de aficionados a la Astronoma deben jugar un papel preponderante en la denuncia y

demanda de soluciones, especialmente en aquellos lugares donde, existiendo normas reguladoras, haya que incitar a la administracin responsable a hacer efectivo su cumplimiento. Tambin la escuela, como mbito de formacin futuros ciudadanos, puede y debe jugar un papel preponderante en la divulgacin de este asunto. Los problemas relativos a la ecologa reciben ya un tratamiento educativo cada vez ms intenso en ella, bien a travs de materias especficas en los que se puedan plantear, bien mediante actividades extraacadmicas puntuales. Los ecologistas saben que concienciar a los jvenes supone tambin concienciar indirectamente a los padres respecto de los problemas medioambientales. En nuestro caso, se da la circunstancia de que todo est por hacer, porque esta forma de contaminacin ha sido hasta ahora ignorada por casi todo el mundo. En el caso concreto de Catalunya, la necesidad de divulgacin se plantear con intensidad cuando, estando la ley aprobada, haya que fomentar su conocimiento, incluso entre los propios ecologistas que, por lo general, desconocen bastante el fenmeno. La universidad, finalmente, tampoco puede quedar al margen, mxime cuando este asunto abre un enorme horizonte para la investigacin. Desde el punto de vista de la parte tcnica del problema, aquellas especialidades universitarias relacionadas con el diseo de luminarias, componentes electrnicos de las mismas, sistemas de regulacin del flujo elctrico, lmparas, diseo de alumbrado de exteriores e, incluso, arquitectura van a tener aqu en el futuro un estmulo innegable para la innovacin y experimentacin. Pero donde el horizonte que se abre es enorme es, sin duda en los estudios de biologa y medicina. En el primer caso, puede decirse que la investigacin relativa a los efectos de la emisin de luz artificial en el medio nocturno sobre la flora y la fauna es un territorio prcticamente virgen, en el que pueden producirse sorpresas por ahora impensables. En el segundo, la indagacin sobre los efectos de la luz artificial en el hombre, an no siendo algo novedoso, resulta ser tambin un territorio, en gran medida, por explorar. En funcin de todo ello, resulta evidente el fundamental papel que van a tener que jugar los docentes en la tarea de divulgar el fenmeno y sensibilizar a sus alumnos acerca del mismo, fomentando, especialmente en el caso de los universitarios, el estmulo por la investigacin de sus distintos aspectos. Ser, por ello, necesario, preparar materiales didcticos inexistentes en el momento presente, empezando por la tarea de recopilacin y sistematizacin de toda la informacin (por ahora escasa) que pueda existir al respecto, con el fin de establecer un fondo documental que sirva de base para la posterior edicin de los mencionados materiales didcticos. En Catalunya, dado que la futura ley prev la creacin de la Oficina Tcnica para el Control de la Contaminacin Lumnica, que velar por el cumplimiento y divulgacin efectiva de la misma, dicha tarea recopilatoria podra resultar de una actividad combinada entre las universidades y los departamentos de Enseanza y Medio Ambiente.

Contaminacin VisualEste tipo de contaminacin percibida a travs del sentido de la vista expone diariamente a millones de personas, principalmente en las ciudades, a estmulos agresivos que las invaden y contra los cuales no existe ningn filtro ni defensa.

La contaminacin visual se refiere al abuso de ciertos elementos no arquitectnicos que alteran la esttica, la imagen del paisaje tanto rural como urbano, y que generan, a menudo, una sobreestimulacin visual agresiva, invasiva y simultnea. Dichos elementos pueden ser carteles, cables, chimeneas, antenas, postes y otros elementos, que no provocan contaminacin de por s; pero mediante la manipulacin indiscriminada del hombre (tamao, orden, distribucin) se convierten en agentes contaminantes. Una salvaje sociedad de consumo en cambio permanente que acta sin conciencia social, ni ambiental es la que avala (o permite) la aparicin y sobresaturacin de estos contaminantes. Esto se evidencia tanto en poblaciones rurales como en aglomeraciones urbanas de mayor densidad. Pero lgicamente es en las metrpolis, donde todos estos males se manifiestan ms crudamente. Todos estos elementos descriptos influyen negativamente sobre el hombre y el ambiente disminuyendo la calidad de vida. La cartelera publicitaria es el agente ms notorio por su impacto inmediato, creando una sobreestimulacin en el ser humano mediante la informacin indiscriminada, y los mltiples mensajes que invaden la mirada. As el hombre percibe un ambiente catico y de confusin que lo excita y estimula, provocndole una ansiedad momentnea mientras dura el estmulo. La simultaneidad de estos estmulos a la que se ven sometidos, por ejemplo, los automovilistas, pueden llegar a transformarse en disparadores de accidentes de trnsito. Dado que pueden llegar a generar distraccin, e incluso a imposibilitar la percepcin de las seales indicadoras de trnsito. Esta situacin, inevitablemente, acta tambin en detrimento de los mismos medios de comunicacin, mimetizando los diferentes signos y seales a que se somete a los individuos, camuflndose mutuamente y perdiendo fuerza la clara lectura del mensaje. Pero estos agentes tambin afectan notoriamente al espacio fsico. Se ven as fachadas destruidas u ocultas por la superposicin de carteles, estructuras metlicas y chimeneas. La arquitectura aparece desvalorizada y miniaturizada. El cielo oculto por cables y antenas. El espacio pblico desvirtuado e invadido por postes, sostenes de carteles, refugios; el trnsito peatonal entorpecido; y la vegetacin destruida. Este panorama es terriblemente agresivo para el hombre comn, imaginemos cunto lo es para un discapacitado, nio o anciano. Esta situacin no slo atenta contrala belleza del espacio urbano, sino tambin sobre la lectura poco claraque tienen los individuos del mismo, dificultando la identificacin del habitante con su ciudad. Una ciudad con contaminacin visual denota un estado con falta de poltica para la ciudad, con una regulacin deficitaria o inexistente del espacio pblico y privado. As las ciudades se convierten en escenarios de millones de decisiones individuales despreocupadas por su entorno, que conviven formando un caos difcil de asimilar por el ojo humano. La contaminacin visual debe ser considerada definitivamente como un tema ambiental, y se debe legislar en concordancia. Se debe tomar conciencia de que no se trata solamente de intervenir sobre medidas y proporciones de carteles. El estado debe tener una poltica ambiental global con reglas claras y precisas cuya finalidad sea una mejor calidad de vida para todos. As como la degradacin es voluntaria y producida por el hombre tambin debe ser controlada y modificada por l.

En estos aos que corren escuchamos hablar a diario de contaminacin del aire, del suelo, de los mares, de los ros, de derrames de petrleo, de vertidos industriales y de fugas de gases radiactivos. Hilando ms fino hemos descubierto los peligros de la polucin qumica y bacteriana del aire en los interiores, de los campos electromagnticos y de la contaminacin sonora. Tras que tenamos poco con los problemas que nuestra civilizacin le ha causado a la Naturaleza, ahora tambin parece que contaminamos nuestro sistema nervioso central a travs de la visin. El cerebro humano tiene una determinada capacidad de absorcin de datos. Los sentidos son los encargados de transmitir al cerebro toda informacin que perciben del entorno. Entre ellos, el sentido de la vista es uno de los ms complejos y de los que mayor incidencia tiene en la percepcin global del entorno y, por lo tanto, en las reacciones psicofsicas del hombre. El ojo es una mquina ptica muy compleja. La retina retiene la imagen durante 1/10 de segundo, como si fuera el cuadro de una pelcula. De hecho, este mecanismo ha sido aprovechado para crear el efecto de movimiento en el cine. La informacin visual retenida en tan corto tiempo tiene una accin directa sobre nuestra capacidad de atencin. Cuando una imagen supera el mximo de informacin que el cerebro puede asimilar (estimado en 4 bits/seg), se produce una especie de stress visual, el panorama perceptual se vuelve catico y la lectura ordenada del paisaje se hace imposible. Por otro lado, cuando la riqueza de la imagen no alcanza un mnimo de informacin (alrededor de 0,4 bits/seg), la atencin decae y los reflejos se embotan. De este modo podemos definir la complejidad visual como un proceso que oscila entre el desorden y la monotona perceptual. Si bien se han realizado intentos de cuantificar el grado de complejidad perceptual, el equilibrio sigue siendo cualitativo. Podemos definir un edificio barroco como un ente visualmente complejo, pero si sus partes son armnicas entre s, la sensacin de unidad que transmite ordena en nuestra percepcin todos sus elementos. Tambin un objeto puede ser complejo de cerca pero simple de lejos, o viceversa. Estmulos visuales en espacios interiores Un ambiente carente de los estmulos necesarios para el funcionamiento normal de la atencin humana puede disminuir la creatividad y la capacidad de resolver problemas, facilitando la apata. Como ejemplo citemos la mayora de las oficinas pblicas y muchas escuelas, colegios y claustros universitarios. Por el contrario, si un espacio interior se halla saturado de fuentes de informacin dismiles, el resultado puede afectar la capacidad de concentracin, volvindola dispersa. La combinacin de colores se suma a este efecto de la complejidad visual en los ambientes. Muchas veces nos quedamos parados frente a una gndola de un supermercado, bombardeados por la variedad de objetos y colores, sin saber o recordar siquiera si queremos comprar algo de ese sector. Es como si nuestro cerebro hubiera entrado en cortocircuito. Estos factores, sumados al resto de las influencias ambientales, tienen alta incidencia en el grado de eficiencia laboral en muchas empresas e instituciones. Carteles asesinos Los carteles en las rutas suelen ocultar caractersticas del recorrido, como curvas y cruces, incrementando as la probabilidad de accidentes. Incluso los rboles, por ms ecologista que se pretenda ser, en un mal planeamiento paisajista pueden obstaculizar la visin. El contenido visual de los mensajes publicitarios en rutas y calles tambin suele ser un importante factor distractivo. Los anuncios tratan de ser cada vez ms atractivos y se apela a efectos tales como diseo, color, luz, movimiento, tamao. A su vez, el contenido intenta cautivar la atencin

del automovilista o del transente, evocando emociones profundas o apelando a la desnudez, el sexo o la violencia.

Una imagen para la reflexin

Dnde est el semforo? Con el incremento de los carteles luminosos, al llegar a una esquina suele hacerse difcil distinguir la luz de alto del resto de luces rojas que se superponen delante y detrs del semforo. Las luces traseras rojas de los autos tambin pueden confundirse con las de los semforos en el caso de una calle que sube al alejarse. La luz de sodio del alumbrado pblico puede confundirse con la luz amarilla. En algunas ciudades como Rosario esto se ha podido revertir en parte con una plancha negra sobre la que se destacan las tres luces del semforo, tanto de noche como durante las horas de sol. Cables sin visin El tendido areo de los cables de electricidad, telfono y televisin constituye un corte molesto en la panormica, ya sea en las ciudades o en el campo. Este problema es bien conocido por quienes se dedican a la fotografa. Incluso los edificios y monumentos histricos ya no pueden fotografiarse libres de estas ataduras visuales. La urdimbre de cables que cruzan las calles envuelve a la ciudad como una densa telaraa. Qu emocin produce a un anciano abrir los postigones de su antiguo balcn y encontrarse con varios cables, gruesos y negros, pasando apenas a un metro de sus ojos? Lo mismo ocurre con la profusin actual de antenas de radio enlace y telefona celular, que han convertido al horizonte de nuestras ciudades en una selva de torres de metal.

La contaminacin visual, un fenmeno actual

CONCLUSINPor delante hay una inmensa tarea pedaggica que hacer. Hay que conseguir que la gente entienda que hacer un uso racional de la energa, en general, y de la elctrica, en particular, no solamente es un beneficio econmico para el usuario, sino un ejercicio de responsabilidad personal y, me atrevera a decir, tambin, un deber tico. Olvidamos con frecuencia que somos simples usuarios transitorios del planeta, y no sus propietarios. Como deca en una conocida carta, uno de los ltimos jefes indios al presidente de los EEUU: "la Tierra no nos pertenece; nosotros pertenecemos a la Tierra". Curiosamente, la astrofsica del siglo XX le ha dado la razn, al haber puesto de manifiesto nuestra profunda vinculacin y dependencia del cosmos: estamos hechos de materia de estrellas y a ellas debemos nuestra existencia. Si las eliminamos, desaparece su testimonio constante de nuestros orgenes. Con ellas se desvanece tambin algo muy precioso de nosotros mismos. Por esta razn, y hoy con mayor motivo, tenemos el deber de preservar la Tierra y el cielo para el disfrute de las futuras generaciones que, aunque todava no existen, tienen derecho a que se les entregue un planeta habitable. Con el progresivo aumento de la contaminacin lumnica, cuando miramos hacia arriba, ya no vemos la bveda celeste, tachonada de estrellas que conocieron nuestros abuelos. Se nos ha privado de esta relacin directa con el cosmos, esa sensacin que nos haca conmover ante la inmensidad del espacio y la pequeez y soberbia del ser humano. Nuestra escala visual se va reduciendo y con ella el ser humano se encierra cada vez ms en su mundo inventado. Ya no vemos el horizonte ni las estrellas. Todo pasa a ser lo cotidiano, lo inmediato, slo importa lo que est al alcance de la mano. De noche, las luces altas de los vehculos en plena ciudad encandilan no slo a los otros conductores, sino tambin a los peatones que intentan cruzar una calle o identificar el tmido nmero de un colectivo que se acerca. La contaminacin visual no es tan slo un problema de esttica, como vimos puede afectar tanto a la salud psicofsica como al desenvolvimiento de la conducta humana y a la eficiencia laboral. En ltima instancia, tiene que ver con nuestra calidad de vida.

Referencia Bibliogrfica Granados, Pedro. Midiendo la Contaminacin lumnica. Tribuna de Astronoma y Universo. Madrid. Noviembre de 1999. Horts, Pere. Contaminacin Lumnica. Situacin presente y estrategias para el futuro. Tribuna de Astronoma. Madrid. Febrero de 1998.

http://www.celfosc.org/

http://www.astrogea.org/celfosc/contaminacio_luminica.htm http://www.ctio.noao.edu/light_pollution/ http://www.arqchile.cl/contaminacion_visual.htm