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    Edicin electrnica:

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    I.S.B.N.: 0212-7636

    Depsito Legal: A-15-1985.

    Estos crditos pertenecen a la edicin impresa de la obra

  • Susana Pastor CesterosVentura Salazar Garca

    (eds.)

    ESTUDIOS DE LINGSTICAMily Crevels

    Itonama o Sihnipadara, Lengua no clasifi cada de la Amazona Boliviana

  • ndice

    Portada

    Crditos

    Itonama o Sihnipadara, lengua no clasifi cada de la amazona boliviana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

    1. Introduccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6

    2. El marco socio-histrico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82.1. Las misiones jesuitas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82.2. El auge del caucho . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 142.3. La guerra del Chaco con sus consecuencias . 162.4. Discusin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18

    3. El marco sociolingstico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 203.1. Estado actual de las lenguas . . . . . . . . . . . . . . 20

    4. El itonama . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 274.1. Fonologa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 294.2. Morfologa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38

    5. Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47

    Referencias bibliogrfi cas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48

    Abreviaturas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53

    Notas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54

  • Mily CrevelsItonama o Sihnipadara, Lengua no clasifi cada

    de la Amazona Boliviana

    5NDICE

    Itonama o Sihnipadara, lengua no clasifi cada de la amazona boliviana (nota 1)

    MILY CREVELS(UNIVERSIDAD DE NIMEGA)

    Resumen

    The purpose of this paper is to give a preliminary sketch of some inter-esting structural features of Itonama, a moribund indigenous language spoken in Amazonian Bolivia, against the historic and sociolinguistic background of the area. Greenbergs (1987) classifi cation of Itonama as Paezan, a subbranch of Macro-Chibchan, has not been supported by other linguists and the language is still considered to be an isolate or rather an unclassifi ed language. Itonama is a head-marking VSO-language, which marks gender on the verb and distinguishes mas-culine and feminine gender in pronouns and demonstratives. It has a multiple classifi er system and only two open word classes: verbs and nouns. While its nominal morphology seems quite transparent, the verbal morphology is much more complex with various prefi x and suf-

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    fi x slots, verbal classifi ers which also appear on demonstratives, body-part incorporation, and verbal number.

    1. Introduccin

    El Itonama o sihnipadara (nuestra:EXCL lengua) es una lengua indgena no clasifi cada de la Amazona boliviana. Segn Camp y Liccardi (1967), ambas lin-gistas del Instituto Lingstico de Verano (ILV), a principios de los aos 60 del siglo pasado quedaban unos 10 monolin-ges, ms o menos 100 bilinges, y 150-200 personas que entendan el itonama pero slo hablaban el espaol. Todos eran residentes de los pueblos de Magdalena, San Ramn y Huacaraje y sus alrededores en las provincias de Itnez y Mamor, Departamento de Beni. Hoy da la lengua slo es hablada por unos pocos ancianos en el pueblo de Magdalena en el Ro Itonamas, afl uente del Ro Itnez (o Guapor). Magdalena pertenece a la regin Mamor-Guapor, la gran rea regada por los ros del mismo nombre, sus afl uentes y cabeceras, comprendiendo las tierras bajas bolivianas y el estado federal de Rondnia (Brasil). Las familias lingsticas que predominan en esta rea son las denominadas Pano, Chapacura, Tup, Arahuaca y Tacana. Existen asimismo otras familias ms reducidas, pero la caraterstica ms notable de esta rea es el alto nmero de lenguas aisladas o no clasifi -

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    cadas: siete en Bolivia y otras tres en Rondnia. Desde una perspectiva puramente lingstica, el rea Mamor-Guapor no slo es una regin interesante por su enorme diversidad lingstica, sino tambin porque es una de las regiones de Sudamrica en que existen lenguas que, por una parte, di-vergen considerablemente en el nivel del lxico, pero que, por otra parte, muestran una profunda semejanza gramatical. Adems, algunas familias lingsticas muestran una profunda divergencia estructural a pesar de las grandes semejanzas lxicas que comparten. El grado de diversidad lingstica ex-ceptionalmente alto del rea Mamor-Guapor alimenta, ade-ms, la hiptesis de que esta rea fuera uno de los centros de difusin de la poblacin del continente sudamericano.

    Para llegar a una mejor comprensin de la situacin extre-madamente precaria del itonama y otras lenguas del rea Mamor-Guapor, intentar pintar de forma sumaria el marco socio-histrico de esta regin en seccin 2, y el marco so-ciolingstico en seccin 3. En seccin 4 dar un esbozo de algunas caractersticas gramaticales del itonama. La seccin 5, fi nalmente, contiene una breve conclusin.

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    2. El marco socio-histrico

    El proceso colonizador de la parte del rea Mamor-Guapor hoy perteneciente a Bolivia (nota 2) no fue una tarea fcil para los espaoles. Protegida por sus grandes cantidades de insectos, su clima extremo y la reputacin salvaje de sus habitantes, era una de las ltimas regiones de Sudamrica a que llegaron los europeos. A partir de 1536-1537 se reali-zaban las primeras expediciones desde lo que hoy es Cuzco en Per hasta la regin legendaria de Gran Mojos, por aquel entonces tambin conocida como Gran Paitit. Muchos aven-tureros venan soando desde haca mucho tiempo con la conquista de esta tierra, porque se rumoreaba que albergaba la fabulosa ciudad de oro de El Dorado. Finalmente, en 1617, un grupo de exploradores estableci que El Dorado de hecho no exista en el rea de Gran Mojos.

    2.1. Las misiones jesuitas (nota 3)

    En 1569, los jesuitas llegaron a Lima por primera vez, y en 1587 el Gobernador Lorenzo Surez de Figueroa los llam a Santa Cruz de la Sierra (nota 4) sobre todo para evan-gelizar a los chiriguanos, un grupo tup belicoso del Oriente boliviano. Todos los intentos para establecer reducciones fracasaron, ms que nada por la continua guerra entre los

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    chiriguanos y los espaoles. Por otra parte, llegaron a esta-blecer reducciones fl orecientes entre los habitantes del rea de Mojos, los mojeos, y los chiquitanos.

    As, en 1595, Jernimo de Andin fue el primer jesuita en llegar al rea con una de las expediciones organizadas por el Gobernador Lorenzo Surez de Figueroa. Los jesuitas tam-bin participaron en las expediciones de 1602, 1617, y 1624, pero pasaran casi 74 aos hasta que se fundara una comu-nidad jesuita en Trinidad, hoy la capital del Departamento de Beni. En 1668, los mojeos pidieron proteccin de las auto-ridades de Santa Cruz de la Sierra contra los belicosos ca-acuras, y subsiguientemente se mand una expedicin de 80 soldados al mando del Capitn Juan de la Hoz y Otalora al rea de Mojos. Los jesuitas Jos Bermudo y Juan de Soto se unieron a esta expedicin y, una vez que llegaron al rea, establecieron un campamento llamado Santsima Trinidad. A partir de entonces Pedro Marbn, Cipriano Barace, y Jos del Castillo fundaron El Pueblo de Nuestra Seora de Loreto en 1682, la primera reduccin jesuita de Mojos y la cuna de la iglesia catlica en Beni. En los aos siguientes los jesuitas fundaron otras 26 reducciones en los cursos altos de los ros Mamor, Itnez (Guapor), y Beni, afl uentes del Ro Madera (cf. mapa 1). Con el tiempo muchas de ellas cambiaron de

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    ubicacin o simplemente fueron abandonadas a causa de inundaciones, epidemias, o ataques de mestizos brasileos llamados mamelucos. En la segunda mitad del siglo XVI y en el siglo XVII se efectuaban incursiones continuas desde el rea de Santa Cruz en los territorios de las misiones, y como resultado cientos de los habitantes nativos de Mojos fueron apresados y llevados como esclavos. La presencia de los jesuitas disminuy pero de ningn modo terminaron las expediciones de esclavitud. En 1720, un decreto real impidi defi nitivamente la entrada de blancos en Mojos. Sin embar-go, el avance y los ataques de los habitantes del Brasil (blan-cos, mulatos, y mamelucos), protegidos por las autoridades portugueses, incluso resultaron ser una mayor amenaza. En 1767, cuando empez la expulsin de los jesuitas de todos los dominios del Rey Carlos III de Espaa, quedaban slo 15 reducciones. El cuadro 1 da una relacin de estas misiones.

    Como seala Block (1994: 179), el sistema de las misiones jesuitas no slo caus cambios importantes, sino tambin cambios dolorosos en la vida de los indgenas. Quizs uno de los cambios ms dolorosos fuera la concentracin de pue-blos, antes dispersos, en establecimientos centrales. As, no slo se expona a los grupos nativos a pestes epidmicas, sino tambin a la cohabitacin con sus antiguos rivales abo-

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    rgenes. A la larga, sin embargo, las poblaciones misioneras emergieron con una resistencia signifi cativa a las pestes.

    A fi nales del siglo XVII, los jesuitas dirigieron su poltica lin-gstica inicialmente al uso exclusivo de las lenguas castella-na y mojea para fi nes educativos y religiosos. As, se hizo un intento de reemplazar todas las distintas lenguas que se hablaban en la regin por aquel entonces por una sola len-

    Misin Grupo tnico Familia lingstica

    Fundacinprincipal

    Loreto Mojo Arahuaca 1682 Trinidad Mojo Arahuaca 1686

    San Ignacio Mojo Arahuaca 1689 San F. Javier Mojo Arahuaca 1691 San F. Borja Chimane No clasifi cada 1693 San Pedro Canichana No clasifi cada 1697Concepcin Baure Arahuaca 1708 San Lorenzo Movima No clasifi cada 1709Exaltacin Cayubaba No clasifi cada 1709

    San Joaqun Baure Arahuaca 1709 San Reyes Maropa

    (Reyesano) Tacana 1710

    San Martn Baure Arahuaca 1717 Santa Ana Movima No clasifi cada 1719Magdalena Itonama No clasifi cada 1720 San Simn Baure Arahuaca 1744

    Cuadro 1. Las misiones jesuitas en Mojos en 1767

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    Mapa 1. Ubicacin de las reducciones jesuticas en Mojos y sus traslados 1682-1767 (copia de Lehm Ardaya, 1999: 29).

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    gua general (nota 5), el mojo. La concentracin de miembros de diferentes grupos tnicos en el mismo establecimiento sostena este fi n (nota 6). Con el tiempo, sin embargo, al producirse en el siglo XVIII el avance de las misiones jesui-tas al este, se reconocieron por lo menos otras seis lenguas generales: canichana, movima, cayubaba, itonama, baure, y sapive. Una vez que las misiones tenan una base slida y funcionaban bien, los jesuitas realizndose que su poltica lingstica slo haba tenido un xito parcial empezaron a enfocar la educacin en lenguas nativas. En consecuencia se produjo un cierto nmero de gramticas y tratados religiosos en mojo, baure, movima, cayubaba, itonama, canichana y al-gunas otras lenguas. Las obras principales a las que todava se puede acceder hoy da son Arte de la lengua Moxa con su vocabulario y cathecismo (1701) de Pedro Marbn y Arte de la lengua de los indios Baures de la provincia de los Moxos (1749) de Antonio Magio.

    Despus de la expulsin de los jesuitas en 1767, las misio-nes fueron entregadas a administradores civiles y curas, la mayor parte de los cuales ms o menos fue reclutada en las calles de Santa Cruz y en otros distritos de la Audiencia de Charcas (nota 7). En general, estos curas tenan lazos estrechos con la sociedad espaola secular e ignoraban por

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    completo de las maneras en que los jesuitas solan manejar las misiones. Esto llev a un punto crucial en la historia de la cultura misionera de Mojos. Confl ictos agudos surgieron entre los indgenas, los curas y los administradores civiles, y en 1810 las poblaciones de las misiones de Trinidad y Loreto se alzaron contra la tirana espaola. Cuando se proclam la Repblica Boliviana en 1825, la cultura misionera todava exista en Mojos, pero en los cincuenta aos posteriores los cambios polticos y econmicos la extinguiran. En 1842, el Presidente Jos Ballivin constituy el nuevo Departamento de Beni, juntando Mojos con el rea de Caupolicn en la sel-va andina.

    2.2. El auge del caucho

    Hacia 1870, la explotacin del caucho todava se limitaba a al-gunas reas en el alto Ro Beni, el Madera y el bajo Mamor. Sin embargo, a partir de 1880 cuando el mdico y explo-rador estadounidense Edwin Heath descubri la confl uencia del Ro Beni en el Mamor y se estren a continuacin la ruta de transporte fl uvial Reyes-Madera-Amazonas las activi-dades caucheras se extendan hacia el norte y empezaban a desempear un importante papel econmico. El auge del caucho result en una gran invasin del territorio beniano por criollos y mestizos. Mientras que en 1832 dOrbigny (1845:

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    299) registr 57 residentes blancos en los establecimientos de Mojos, Heath (1882), quien exploraba el bajo Ro Beni, observ 200 peones caucheros no indgenas en la regin. Slo unos meses ms tarde este nmero haba aumentado a 1,000-2,000. Con la expansin de las actividades del caucho se implement el sistema de enganche de la mano de obra indgena. Las casas comerciales, tales como Casa Surez Hnos., proporcionaban anticipos en dinero, vveres y mercan-cas a los llamados enganchadores, quienes, a su vez fueron a los pueblos indgenas para entregar los adelantos y luego trasladar a los indgenas hacia los gomales (cf. Lehm Ardaya, 1999: 51). Muchos se fueron voluntariamente, pero otros fueron obligados. Adems, grupos de indgenas previamente no contactados fueron apresados y forzados a trabajar en la extraccin del caucho. Al principio fueron reclutados indge-nas varones y jvenes de todas las poblaciones benianas. Se lleg a efectuar esto a tal extremo que en algunos pueblos antes numerosos slo quedaban ancianos, mujeres, y nios. As, en 1874, se contaban en El Carmen 750 mujeres y 15 hombres (cf. Moreno, 1973: 74). La desaparicin de gran n-mero de hombres adultos de los pueblos indgenas no slo afect profundamente a la propia base de estos pueblos, sino tambin a su estructura demgrafi ca y social.

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    Los gomales, con sus fi ebres paldicas y las cachuelas mor-tales que complicaban sumamente el transporte de las cargas de bolachas de caucho, el rgimen severo que slo funciona-ba en favor de los patrones, todo esto en combinacin con las deudas de los peones que jams se terminaban de solventar e incluso pasaban de padres a hijos, result devastador para la mano de obra indgena, que fue a parar a una vorgine de explotacin, violencia, terror, aventura, fortuna, misterio y alcohol (cf. Lijern Casanovas, 1998: 84). En los aos del auge cauchero (1870-1910) la poblacin del Departamento de Beni fue diezmada.

    2.3. La guerra del Chaco con sus consecuencias

    En 1932, estall la guerra del Chaco entre Bolivia y el Paraguay. El origen del confl icto se remontaba al resultado de la Guerra del Pacfi co (1879-84), en que Chile derrot a Bolivia y anexion su litoral. Con el litoral y su riqueza, Bolivia perdi su salida al mar e intent escaparse de esta situacin buscando acceso al Ro Paraguay para transportar petrleo al mar. Esa ruta pasaba por parte del Gran Chaco, el Chaco Boreal, una regin spera y desierta de unos 259,000 kilme-tros cuadrados al norte del Ro Pilcomayo y al oeste del Ro Paraguay. El Chaco Boreal supuestamente tena enormes re-servas de petrleo. Incitados por compaas petroleras brit-

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    nicas y estadounidenses, Bolivia y Paraguay empezaron una guerra para establecer de una vez el estatus poltico de la regin. Se perdieron ms de 100,000 vidas, y la guerra slo termin en 1935, cuando ambos lados estaban agotados. Las hostilidades fueron seguidas por tres aos de negociaciones, y en 1938, ambos pases fi rmaron en Buenos Aires un tratado en la Conferencia de Paz del Chaco, en la que participaban Argentina, Brasil, Chile, Per, Uruguay y Estados Unidos. Tres cuartos del disputado Chaco Boreal fueron asignados al Paraguay; al mismo tiempo se concedieron a Bolivia un co-rredor al Ro Paraguay, el privilegio de usar Puerto Casado, y el derecho de construir un puerto boliviano. Argentina recibi el crdito principal para el convenio, e inversores argentinos aprovecharon mucho la ganancia territorial del Paraguay. Aos ms tarde compaas petroleras exploraron la regin del Chaco, pero no llegaron a encontrar campos petrolferos relevantes.

    Despus de la guerra del Chaco, la economa de Bolivia estaba tan turbada que las masas empobrecidas exigan reformas. La derrota marc un punto decisivo: por la enorme prdida de vidas y territorio, las tradicionales clases dominan-tes empezaban a caer en descrdito, mientras que el servicio en el ejrcito haba despertado un tipo de conciencia poltica

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    entre los grupos indgenas. El 8 de abril de 1952 una rebelin popular, apoyada por mineros y campesinos armados derri-b la junta militar gobernante y llev al poder al Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR). Subsiguientemente se introdujo el sufragio universal para adultos, se nacionaliza-ron las minas de estao, se organiz una profunda reforma agraria, y se promocion la educacin rural implementando la Reforma Educativa.

    2.4. Discusin

    No es posible atribuir el estado alarmante de la mayora de las lenguas indgenas habladas en el Departamento de Beni o en toda la Amazona boliviana a un solo factor, o incluso a unos cuantos factores. Todo empez en el siglo XVI, cuando las primeras expediciones espaolas con ex-ploradores y conquistadores penetraron Mojos en busca del oro de El Dorado. Fueron seguidas inmediatamente por las expediciones desde Santa Cruz de la Sierra que venan en busca de mano de obra esclava. Aunque normalmente estas expediciones no se quedaran mucho tiempo en el rea de Mojos, permanecan el tiempo sufi ciente para contaminar a las poblaciones nativas con pestes epidmicas y desequili-brarlas llevndose hombres jvenes y fuertes. A fi nales del siglo XVII, los jesuitas, en busca de almas, constituan el

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    tercer grupo que entr en Mojos. Despus de la expulsin de los jesuitas en 1767, los habitantes indgenas de las mi-siones fueron tratados a menudo de una forma ms que in-humana por el clero local y los administradores gobernantes. La cultura misionera termin cuando, a fi nales del siglo XIX, el auge cauchero atrajo colonos blancos, criollos y mestizos en sufi ciente nmero como para arrollar la cultura indgena por lo menos en la medida en que todava exista. Como he mencionado en seccin 2.2, el auge cauchero fue uno de los principales factores de la destruccin progresiva de las culturas y lenguas indgenas. Cuando estall la guerra del Chaco, la mayora de los bolivianos tena como mximo muy poco inters en la regin lejana del Chaco. Sin embargo, las autoridades bolivianas llamaron al servicio militar a todos los hombres jvenes para luchar contra los paraguayos en esta guerra terrible, en que Bolivia perdi 50,000 vidas. El Departamento de Beni mand muchos jvenes indgenas, quienes se hicieron notar por su valor bajo las circunstancias ms difciles. Despus de la guerra, los que haban sobrevi-vido volvieron a casa muy decepcionados a causa de todos los sacrifi cios que se hicieron ms o menos en vano para una causa fsica y conceptualmente tan remota de su propio mundo. La Reforma Educativa, que se efectu despus de la Revolucin Nacional de 1952, puede haber sido el factor

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    decisivo de la puesta en peligro y a veces incluso de la ex-tincin de las lenguas del Beni. La mayora de los maestros de las escuelas rurales recin establecidas no era beniana, no saba hablar las lenguas indgenas locales y estaba for-mada para castigar severamente el uso de estas lenguas en la escuela. La mayora de los alumnos no tard mucho en cambiar al espaol, causando as una prdida de prestigio an mayor de su propia lengua nativa. Este proceso empez hace casi medio siglo y hoy los pocos hablantes que quedan en el caso de algunas de las lenguas de la Amazona bolivia-na tienen que superar un profundo sentimiento de vergenza para poder hablar su lengua nativa (nota 8).

    3. El marco sociolingstico

    3.1. Estado actual de las lenguas

    Hoy da todava se hablan unas 20 lenguas indgenas en la Amazona boliviana, representando cinco familias lings-ticas y un total de siete lenguas aisladas o no clasifi cadas. Se hablan 15 de estas lenguas en el Departamento de Beni: reyesano, cavinea, ese ejja, chcobo, pacahuara, mor, baure, trinitario/ignaciano (mojo), sirion, yurakar, chimane, canichana, movima, cayubaba e itonama.

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    Mapa 2. Ubicacin de las lenguas indgenas de la Amazona boliviana.

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    El cuadro 2 da una relacin de las lenguas indgenas de la Amazona boliviana, su parentesco, nmero de hablantes y datos demogrfi cos, as como su estado de peligro de des-aparicin. Se indica la ubicacin general de las lenguas en el mapa 2, tal como estn numeradas en el cuadro 2.

    Al establecer el estimado nmero de hablantes de cada lengua, generalmente el problema mayor es la confusin continua entre el nmero del grupo tnico y el verdadero nmero de hablantes. Otro problema tiene que ver con el establecimiento del nmero correcto para los grupos tnicos. Un ejemplo claro es proporcionado por el itonama, para el cual el Censo Indgena Rural de las Tierras Bajas (CIRTB) de 1994 da un total de 5,090 personas para el grupo tnico. Este nmero elevado se debe al hecho de que cada uno que nazca en Magdalena o, en cuanto a eso, en cualquier sitio de la Provincia de Itnez es considerado, o se considera a s mismo, itonama. En vista de que la mayora de la pobla-cin consta de blancos, mestizos y criollos, casi es imposible establecer el nmero exacto de itonamas tnicos. El mismo problema surge con los otros grupos tnicos mencionados en el cuadro 2. El grado de riesgo para las lenguas depende de muchos factores, tales como el porcentaje de hablantes, la edad media de los hablantes, el nmero de nios que las

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    23NDICE

    aprenden, etc. As, el yurakare, con 2,675 hablantes, est clasifi cado en el cuadro 3 como amenazada, mientras que el cavinea, con 1,180 hablantes, est clasifi cado como po-tencialmente amenazada. La diferencia radica en el hecho de que en las comunidades yurakares los nios han dejado de hablar la lengua, mientras que en las comunidades cavi-neas todava la hablan. La viabilidad del ese ejja es bastan-te buena, pero la lengua est clasifi cada como amenazada porque el grupo tnico es relativamente reducido. Por otro lado, el movima, con 1,452 hablantes, est clasifi cado como seriamente amenazada debido al hecho de que todos los hablantes tengan ms de 50 aos de edad. Igualmente, el araona, una lengua hablada por toda su comunidad, est clasifi cado como seriamente amenazada, porque el grupo tnico es muy reducido (nota 9).

    Cuadro 2. Las lenguas indgenas de la Amazona boliviana (nota 10)

    Lengua Familia lingstica

    Nmero de hablantes

    Nmero del grupo tnico

    Grado de peligro de desaparicin

    1 Reyesano Tacana

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    5 Ese ejja Tacana 502 584 Amenazada6 Yaminahua Pano 137 171 Seriamente

    amenazada7 Chcobo Pano 550 767 Amenazada8 Pacahuara Pano 18 19 Moribunda9 Mor Chapacura 76 200 Seriamente

    amenazada10 Machineri Arahuaca 140 155 Seriamente11 Baure Arahuaca 40 631 Seriamente

    amenazada12 Trinitario Arahuaca

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    Las lenguas indgenas habladas en el Departamento de Beni pueden subdividirse en las tres siguientes categoras so-ciolingsticas: a) monolingismo espaol predominante, b) concurrencia de bilingismo y monolingismo espaol, y c) monolingismo nativo predominante.

    Cuadro 3. La situacin sociolingstica actual en el Departamento de Beni (nota 16)

    a) MONOLINGISMO ESPAOL PREDOMINANTEitonama, cayubaba, baure, reyesano.

    b) CONCURRENCIA DE BILINGISMO Y MONOLINGISMO ESPAOLMs monolingismo espaol que bilingismo:movima, mojo (ignaciano y trinitario), mor.Ms bilingismo que monolingismo espaol:yurakar, cavinea, chcobo, ese ejja, sirion, pacahuara.

    c) MONOLINGISMO NATIVO PREDOMINANTEchimane.

    Investigaciones recientes (nota 17) han llevado a la opinin de que la lengua canichana ya no se habla y que en los siguientes aos lo mismo podra aplicarse al itonama, ca-yubaba, reyesano, e incluso al baure. Esto signifi cara que tres lenguas aisladas, una de las cuatro lenguas tacanas, y una de las tres lenguas arahuacas que todava se hablan en Bolivia desapareceran. (nota 18)

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    La categora b), en que hay una combinacin de bilingismo y monolingismo espaol, muestra que el espaol est en vas de reemplazar por completo al mojo, movima y mor. Aunque el nmero de hablantes de mojo todava sea bastante eleva-do, se ha notado en los ltimos aos una rpida y preocu-pante prdida de la lengua entre los jvenes. El yurakar, ca-vinea, chcobo, ese ejja, sirion, y pacahuara muestran un porcentaje ms elevado de bilingismo que monolingismo espaol, pero incluso en el caso de estas lenguas existe un porcentaje creciente de nios que ya no aprenden la lengua.

    El chimane, fi nalmente, uno de los dialectos de la familia ais-lada mosetn, es con mucho la lengua ms viable hablada en el Departamento de Beni. En general, los chimanes, espe-cialmente las mujeres y ancianos, hablan muy poco castella-no. Los nios no aprenden el espaol hasta que tienen unos 15 aos de edad, a menos que asistan a una escuela en una de las as llamadas comunidades collas (nota 19).

    En las secciones anteriores he intentado esbozar en lneas generales los acontecimientos histricos que han llevado a la actual situacin precaria de la mayora de las lenguas de la Amazona boliviana. En lo siguiente presentar unas carac-tersticas gramaticales interesantes del itonama, una de las lenguas moribundas del rea.

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    4. El itonama

    La clasifi cacin de Greenberg (1987) del itonama como miembro de la familia lingstica Paz, una subfamila del tronco Macro-Chibcha, nunca ha sido corroborada, y el ito-nama sigue siendo considerado como una lengua aislada o no clasifi cada. Es una lengua VSO en la que se marca el ncleo, y en la que quedan rasgos de un sistema de gnero en el verbo, el sistema pronominal y el sistema dictico. Tiene un sistema mltiple de clasifi cadores y slo tiene dos clases abiertas de palabras: sustantivos y verbos. La morfologa nominal parece bastante transparente, pero la morfologa verbal es mucho ms complicada, con varias posiciones para prefi jos y sufi jos, con clasifi cadores verbales que tambin pueden aparecer en los demostrativos, incorporacin de partes del cuerpo y nmero verbal.

    Como ya he mencionado en la seccin 1, el ILV trabaj en la lengua en los aos 60 del siglo pasado. Las siguien-tes publicaciones lingsticas fueron el resultado: Camp y Liccardi (1967a y 1967b); Liccardi y Grimes (1968). Desgraciadamente, el esbozo gramatical de Camp y Liccardi (1967a) no es muy comprensible, ya que parte de un marco tagmmico. Aparte de las publicaciones del ILV, existen tres vocabularios publicados, de Cards (1886), Fonseca (1880-

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    81), y dOrbigny (1839), respectivamente, y un vocabulario recopilado a principios del siglo XX por el antroplogo sueco Erland Nordenskild, que queda por publicarse. Hervs y Panduro (1787) contiene el Padre Nuestro en itonama, y de Crqui-Montfort y Rivet (1918) ofrecen un texto religioso cuyo autor es desconocido. Basndose en los tres vocabularios publicados y los dos textos religiosos, Adam (1897-98) y de Crqui-Montfort y Rivet (1916) presentan un anlisis de cier-tos aspectos gramaticales del itonama. Tenemos que tomar en cuenta, sin embargo, de que la calidad de los materiales usados es bastante variable y a veces incluso dudosa. Por suerte, todava quedan unos pocos hablantes del itonama. Todos tienen ms de 80 aos de edad y solan hablar la len-gua con ancianos an mayores, quienes murieron en las d-cadas pasadas. Los pocos hablantes que quedan no hablan itonama entre s. Tambin hay unas personas que pretenden entender la lengua por completo, que incluso saben juzgar la exactitud de ciertas frases y construcciones, pero que no saben expresar ni una sola palabra en itonama. Los datos que presento a continuacin estn basados en el trabajo de campo que hice en Magdalena durante dos perodos en los aos 2000 y 2001.

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    29NDICE

    4.1. Fonologa

    4.1.1. Fonemtica

    4.1.1.1. Fonemas voclicos. El inventorio fonmico del ito-nama consta de seis vocales y diecinueve consonantes. El sistema voclico no es complicado y en l se distinguen las vocales mediante altura y posicin de la lengua.

    Cuadro 4. Vocales itonamas (ipa)

    anterior central posterioralta i i u

    media e obaja a

    Los fonemas voclicos son la anterior alta /i/, la anterior baja /e/, la central alta /i/, la central baja /a/, la posterior alta /u/ y la posterior baja /o/. Las vocales posteriores, /u/ y /o/, son redondeadas, las dems son no redondeadas. La /e/ tiene un alfono anterior medio abierto, no redondeado [], el cual slo ocurre dentro de una palabra antes de la oclusiva glotal //, el glotal fricativo /h/ y todos los dems oclusivos. La /i/ se representa ortogrfi camente como [].

    4.1.1.2. Diptongos. Hay dos diptongos decrecientes en el itonama: /aw/ y /aj/.

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    30NDICE

    (1) /kawduhna/ (tostar) /tajtowi/ (intestinos) /mawpachi/ (terminar [con las manos]) /pajlala/ (enfermedad)

    Los diptongos se representan ortogrfi camente como [au] y [ay].

    4.1.1.3. Consonantes. En itonama, las consonantes se di-viden por su punto de articulacin en bilabiales, alveolares,

    bilabial alveolar postal-veolar palatal velar glotal

    OCLUSIVASSORDA

    regular p t tj k eyectiva t kSONORA

    regular b dAFRICADASSORDA

    regular t eyectiva t FRICATIVAS s hNASALES m nLQUIDASlateral lfl ap GLIDES w j

    Cuadro 5. Consonantes itonamas (ipa)

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    postalveolares, palatales, velares y glotales. El cuadro con-sonntico itonama consta de las oclusivas sordas /p/, /t/, / tj/, /k/, //; las oclusivas sordas eyectivas /t/ y /k/; las oclusivas sonoras /b/ y /d/; la africada sorda /t/; la africada sorda eyec-tiva /t/; las fricativas /s/ y /h/; las nasales /m/ y /n/; en el grupo de las lquidas fi gura la lateral /l/ y la vibrante mltiple cono-cida a menudo con el trmino ingls fl ap //; y, fi nalmente, las glides (o aproximantes) /w/ y /j/.

    La oclusiva palatal sorda /tj/ es representada en la ortografa itonama como [ty]. La oclusiva sorda glotal // es representada como []. La africada sorda postalveolar /tS/ y la africada sor-da eyectiva /t/ tienen los alfonos alveolares /t/ y /t/, cuya ocurrencia todava no est clara. Inicialmente, la alternancia pareca limitarse a los distintos idiolectos de los hablantes, pero el fenmeno tambin puede manifestarse en el habla de un solo hablante. La /t/ y la /t/ se representan ortogrfi -camente como [ch] y [ch]. El fl ap alveolar // es representado como [r], y la glide palatal /j/ como [y]. La glide bilabial /w/ tiene como alfono la fricativa sonora bilabial //, que aparen-temente ocurre cuando va precedido y seguido por la misma vocal. Los alfonos estn ejemplifi cados en (2):

    (2) /wabowa/, [wabowa] (remedio)/uwu/, [uu] (ro)/sijopowanewe/, [siyopowanee] (te voy a matar)

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    Hay una falta de simetra en el cuadro consonntico itonama por la falta de un fonema sordo postalveolar y una oclusiva sonora velar. Adems, se esperara una oclusiva sorda bila-bial /p/ (nota 20), y, quizs, algunas otras oclusivas palatales como /pj/ y /kj/. He optado por analizar las oclusivas glotali-zadas /t/ y /k/ y la africada postalveolar glotalizada /t/ como fonemas independientes en vez de analizarlas como secuen-cias consonnticas. La ocurrencia de eyectivas es un fen-meno registrado en muchas lenguas amerindias (e.g., maya, trumai), y el anlisis como fonema independiente diminuir por una parte el nmero de patrones silbicos de la lengua, mientras que, por otra parte, slo se permitirn secuencias consonnticas ms all de los lmites silbicos.

    4.1.2. Estructura de slabas y palabras

    El canon silbico del itonama es relativamente simple y pue-de ser representado por la siguiente frmula:

    (3) (C) V (C)

    Hay cuatro patrones silbicos en itonama: V, CV, CVC y VC. El tipo ms frecuente es CV. Vase Cuadro 6 para ejemplos de cada tipo:

    As, cada patrn silbico consta de una vocal que puede ser precedida, seguida, o precedida y seguida por un consonan-

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    te. Las slabas que consisten en una sola vocal solamente pueden aparecer al principio de la palabra. En slabas que terminan en consonante, o sea, en slabas del tipo (C)VC, las consonantes fi nales se limitan a /s/, /h/ y //. Consideren (4):

    (4) /as.me.ma.ye.ne.ka/ (mi madre) /u.wah.tu/ (guindilla)

    Adems, las slabas que terminan en consonante siempre van seguidas por slabas que empiezan por consonante y nunca aparecen al fi nal de la palabra lo que implica que las palabras siempre terminan en vocal. Las slabas que terminan en consonante s pueden aparecer al principio de la palabra, como ya se ha mostrado en el cuadro 6 y el ejemplo (4). Tomen en cuenta (5):

    (5) /tos.te.leh.na/ (compartir en grupo) /kuh.su.pu.na/ (enterrar) /ma.bu.lu.na/ (tener los dedos muy cortos)

    Cuadro 6. Patrones silbicos

    tipo patrn ejemplos1 V /u.ku/ casa /a.bi.te/ rbol2 CV /be.ne/ naturalmente /ka.po.lo/ leja3 CVC /u.kah.bo/ murmur

    (nota 21)/wa.ta.tyu/ tarntula

    4 VC /u.wa.ba/ chicha /uh.tja.su.wa/ su pelo

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    Algunas slabas al principio de la palabra muestran grupos consonnticos que constan de /s/ ms una nasal:

    (6) /smi.pa.da.ra/ < /as.mi.pa.da.ra/ (mi palabra)

    La /s/ inicial es una forma contrada de los prefi jos posesivos de la primera persona singular /as-/ y /-us/. Puesto que no estoy segura de si estos grupos consonnticos tambin pue-dan aparecer con oclusivas (nota 22) y con la lateral /l/, esto quedar por comprobar en el prximo perodo de trabajo de campo. Tambin ser interesante comprobar si prstamos del castellano, tales como espritu, en (11), pierden la /e/ ini-cial para rendir as un grupo consonntico /sp/ al principio de la palabra, lo que es imposible en espaol. Sin embargo, la cuestin que ahora queda es cmo explicar la ocurrencia de este fenmeno y decidir si requiere el reconocimiento de su propio patrn silbico.

    As, los patrones silbicos itonamas sirven indirectamente como marcadores de lmite de palabra, en la medida en que las slabas que consisten en una sola vocal solamente fi guran al principio de la palabra, las slabas que terminan en conso-nante nunca aparecen al fi nal de la palabra y las slabas con grupos consonnticos se encuentran exclusivamente al prin-cipio de la palabra. Las consonantes intervoclicas siempre van con la siguiente slaba. Consideren (7):

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    (7) /yi.i.te/ (llorar)

    Volviendo sobre el tema de las slabas al principio de la pa-labra que consisten en una sola vocal, hay que observar que todas estas slabas constituyen la primera slaba de palabras que constan de slo tres slabas. Puede ser que estas slabas al principio de la palabra respondan a alguna regla mnima por la cual una palabra debera constar de tres slabas. Sin embargo, tambin hay algunas palabras que constan de dos slabas. La cuestin ahora es cmo explicar estas palabras bislabasas, presuponiendo que haya alguna regla silbica mnima. Considrese (8) para algunos ejemplos de palabras trisilbicas, y (9) para algunos ejemplos de lo contrario de los cuales hay muy pocos.

    (8) /abite/ (rbol, tronco, palo) /ipusne/ (soplar) /otede/ (buitre) /ubara/ (paraba, ara)

    Pero:

    (9) /achi/ (almidn de yuca) /uku/ (casa) /utju/ (jaguar)

    En itonama, las palabras (nota 23) constan de dos o ms slabas, cuya penltima est acentuada. Anteriormente se

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    ha mostrado cmo los patrones silbicos desempean un papel importante como marcadores de lmite de palabra. Igualmente, ciertas restricciones a la posicin de fonemas pueden ser indicativas para los lmites de palabras.

    Si una palabra empieza por una slaba que consiste en una sola vocal, parece que la vocal en cuestin es /i/, /i/, /u/, /o/ o /a/

    (nota 24). Las slabas que aparecen al fi nal de la palabra pue-den terminar en cualquier vocal del cuadro voclico itonama.

    Las slabas que aparecen al principio de la palabra, del tipo CV(C), pueden empezar por cualquier consonante del cua-dro consonntico itonama menos la oclusiva glotal // y la fricativa glotal /h/. En la seccin anterior hemos visto que las slabas que terminan en consonante slo pueden tener como consonante fi nal /s/, /h/, o //, y que la siguiente slaba tiene que empezar por consonante. Con la excepcin de la oclu-siva glotal // y la fricativa glotal /h/, bsicamente todas las consonantes pueden seguir a una slaba que termina en con-sonante. Obviamente, no hay problema en el caso de slabas que terminan en vocal del tipo estructural:

    (10) /ma.i.ru/ (pltano) /na.a.pi.i/ (muy estrecho) /me.re.he.re.te/ (hacer algo rpidamente) /yo.ba.he.ke/ (esas [hamacas])

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    4.1.3. Acento, entonacin (nota 25) y armona voclica

    El acento siempre cae en la penltima slaba de la palabra. Hay unos pocos prstamos del castellano con el acento en la antepenltima slaba, como, por ejemplo:

    (11) /es.pi.ri.tu/ (espritu)

    La lengua muestra un patrn de entonacin bastante comple-jo. Parece que cada palabra puede tener dos o ms grados contrastivos de tono que no son innatos a la palabra como una unidad morfofonmica (cf. Liccardi y Grimes, 1968: 11). Parece que la funcin de este sistema tiene que ver con la conexin y secuencia de palabras.

    Esta lengua parece mostrar armona voclica. Todava no he podido formular una regla, pero tnganse en cuenta los ejemplos en (12):

    (12) /ibike/ (llevar) /itihna/ (poner dentro) /nikihdite/ (tener manchas moradas en los pies) /nikilipi/ (calabaza) /nitidihna/ (tener cicatrices en el pie)

    Aparentemente la anterior alta /i/ no puede ocurrir en una palabra despus de la central alta /i/. Todava queda por in-vestigar qu provoca la ocurrencia de la /i/.

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    4.2. Morfologa

    4.2.1. Morfologa nominal

    La morfologa nominal del itonama no es muy complicada. Con unas muy pocas excepciones, no se marca el nmero en los sustantivos.

    (13) wabika (mujer) wab (mujeres) umu (hombre) umuke: (hombres)

    Pero:

    (14) upau (perro) upau (perros) uku (casa) uku (casas) yowoti (hacha) yowoti (hachas) okoni (canoa) okoni (canoas)

    Los trminos de parentesco parecen tener formas plurales, pero se trata realmente de nominalizaciones de formas ver-bales:

    (15) ahmemayene (nota 26) (su padre) ahmemayenechake (sus padres)

    ahmee (su hijo) ahmayye (sus hijos) ahmeyuwene (su abuelo) ahmeyuwechake (sus

    abuelos)

    Como ya he mencionado, quedan rasgos de un sistema de gnero en el verbo, el sistema pronominal y el sistema decti-

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    co. Slo hay algunos sustantivos con formas distintas para el masculino el femenino:

    (16) kopone (gallo) kuraka (gallina) kapk (pato) nauka (pata) umu (hombre) wabka (mujer)

    Sin embargo, se pueden encontrar formas femeninas de todos los sustantivos considerados animados aadiendo el sufi jo ka, que indica femenino singular:

    (17) upau (perro) pauka (perra) umutya (piyu M) mutyaka (piyu F) upu (delfn M) upuska (delfn F) wanal (tortuga M) wanalka (tortuga F)

    Pero

    (18) amspa (caiman) *mspaka

    En los sustantivos femeninos tampoco se marca el nmero, pero en el verbo el sufi jo ka es obligatorio para la 3a perso-na femenina singular, distinguiendo as un sujeto femenino singular de un sujeto femenino plural. Como veremos ms adelante, la referencia cruzada en el verbo de la tercera per-sona tanto singular como plural es cero en itonama, y, por lo tanto, son los clasifi cadores verbales y los marcadores TMA en el verbo los que indican el nmero de participantes de cada evento.

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    40NDICE

    Cada lengua parece tener por lo menos un demostrativo nominal, que siempre puede aparecer en una frase nomi-nal con un sustantivo, y en algunas lenguas incluso con un pronombre. En lo que sigue doy ejemplos de demostrativos nominales en itonama. Como se puede ver, hay tres tipos de demostrativos: proximales, mediales y distales.

    (19) noo-so opi -lowo-tya DEM:PROX-CL:PRH:PL pez 3-estar.podrido-

    TMA (nota 27) k-a-ki-maku-mu chukate F-2SG-IMP-dar-1SG:OBJ otro Estos peces estn podridos, dme otros!

    (20) nuu-du walele si-sa-ne DEM:PROX-CL:OC:SG olla 1SG-poseer-TMA Esta olla es ma.

    (21) yotah-ka s-memayeneka DEM:MED-FSG 1SG:POS-madre Esa mujer es mi madre.

    (22) ya-dl umu-ke ocho DEM:MED-CL:AP:PL hombre-PL ocho Hay ocho hombres [de pie]. (lit.: esos hombres [de pie] son

    ocho.)

    (23) kotana ubuwa -yaspamala-na DEM:DIS:MSG persona 3-ser.bueno-TMA Aquel hombre es bueno.

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    (24) ko-chobo uku makabscha DEM:DIS-CL:PP:SG casa lejos Aquella casa en la lejana.

    Los demostrativos salvo los que entran en la categora referencial ANIMADO+PARADO+SG (vase Cuadro 7) van acompaados de un clasifi cador. Lo interesante en este caso es que los mismos clasifi cadores tambin aparecen en ver-bos. Si hay clasifi cadores verbales en una lengua, entonces normalmente son los clasifi cadores numerales los que apare-cen en los demostrativos. El itonama tambin tiene una serie de clasifi cadores numerales; sin embargo, son los clasifi ca-dores verbales los que aparecen en los demostrativos. Una razn puede ser el hecho de que los demostrativos itonamas se parezcan ms a verbos que a sustantivos:

    (25) yo-ba-he-ke mospiko DEM:MED-CL:LS-DISTR-TMA:PL soga -niks-ba-he-ke oh-nikosno 3-estar.bajo-CL:LS-DISTR-TMA:PL POSS:3SGM-suelo Esas sogas que estn tiradas en el suelo.

    Mientras que los demostrativos nominales indican un objeto, los demostrativos adverbiales indican un lugar. En todas las lenguas hay por lo menos dos demostrativos adverbiales que tienen un contraste espacial, como, por ejemplo, en ingls here y there. En (26)-(30) doy unos ejemplos del uso del

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    42NDICE

    Cuadro 7. Demostrativos nominales

    categora referencial proximal medial distalANIMADO+PARADO+SG notana M yotana M kotana M[hombre, mujer, perro, notahka F yotahka F kotahka Fgato]ANIMADO+PARADO+PL na-dl ya-dl ka-dl [hombres, mujeres,perros, gatos]ANIMADO+SENTADO+SG nu-chau yu-chau ku-chau[hombre, mujer, perro,gato]ANIMADO+SENTADO+ PL noo-di diyo-di niko-di[hombres, mujeres, yo-diperros, gatos]PLANO,REDONDO, nuu-pu diyu-pu niku-puHORIZONTAL+ SG yuu-pu[pltano, canoa, rbolcortado, hoja grande,canchn, chaco, pueblo] PLANO,REDONDO, noo-so diyo-so niko-soHORIZONTAL+ PL no-so-heke yo-so-heke ko-so[pltanos, canoas,rboles cortados, hojasgrandes, canchones,chacos, pueblos] OVAL, CONTENEDOR+SG nuu-du diyu-du niku-du[olla, vaso, huevo, coco, yu-ducesta, tutuma, grano (dearroz)]

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    OVAL, CONTENEDOR+PL noo-ye diyo-e niko-e[ollas, vasos, huevos, no-e-heke yo-e-hekecocos, cestas, tutumas,granos (de arroz)] PLANTADO, PARADO+ SG no-chobo yo-chobo ko-chobo[rbol, casa]PLANTADO, PARADO+ PL noo-bo diyo-bo niko-bo,[rboles, casas] diyo-bo-heke ko-bo

    (PL) ko-bo-hekeyo-bo-heke (PL)(PL)

    LQUIDO noo-tyo diyo-tyo niko-tyo[agua, leche] yo-tyo-heke ko-tyo-heke

    (PL) (PL)LARGO, SINUOSO, naa-ch diya-ch nika-chCOLGANTE, ATADO naa-ch-heke diya-ch- ka-ch [soga, hamaca, (PL) heke(PL)serpiente] LARGO, SINUOSO noo-ba diyo-ba niko-ba,[soga, hamaca, serpiente, noo-ba-heke diyo-ba-heke niko-ba-hoja pequea] (PL) (PL) heke (PL)

    yo-ba-heke(PL)

    FLUIDO noo-lo diyo-lo niko-lo,[arroyo, ro, camino, noo-lo-heke diyo-lo-heke niko-lo-serpiente] (PL) (PL) heke (PL) yo-lo-heke (PL)

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    demostrativo adverbial proximal, medial y distal. Hasta aho-ra he encontrado un solo ejemplo del uso del demostrativo adverbial medial, as que parece que el uso del demostrativo adverbial proximal y distal es mucho ms comn que el del demostrativo adverbial medial. En el cuadro 8 se dan los tres demostrativos adverbiales.

    Cuadro 8. Demostrativos adverbialesproximal medial distalnaab (aqu) diyab (ah) nikab (all)

    (26) osi-ye naab kipala odiye ser-CL:OC:PL DEM:ADV:PROX huevo diez Hay diez huevos aqu.

    (27) naab osi-b kassaywanuwe DEM:ADV:PROX ser-CL:TUB pozo Aqu hay un pozo.

    (28) yab si-chobo abte chbya-na DEM:ADV:MED ser-CL:PP:SG rbol ser.grueso-TMA Hay un rbol grueso ah.

    (29) nikab osilo aroyo uhmala DEM:ADV:DIS ser-CL:FL arroyo bonito All hay un arroyo bonito.

    (30) biluwa kab olele serpiente DEM:ADV:DIS hierba Hay un serpiente all en la hierba.

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    4.2.2. Morfologa verbal

    El itonama tiene una morfologa verbal compleja. Hay varias posiciones para prefi jos y sufi jos. El sujeto del predicado es obligatoriamente marcado en el verbo mediante un prefi jo, y el objeto mediante un sufi jo (31). Se expresan modos ver-bales, como interrogativo, imperativo y negacin (nota 28) directamente despus del prefi jo de persona (32). En unos ejemplos anteriores y en (35) y (36a,b) se puede ver que la 3a persona singular y plural no son marcados en el verbo como sujeto, o sea que son cero marcados. La 3a persona femenina singular lleva como sujeto el sufi jo ka (33). Adems, hay una distincin entre femenino y masculino en la 2a persona singu-lar, como es ejemplifi cado en (19) y (31), respectivamente.

    Aparte de unas excepciones que hemos visto en la seccin anterior, el nmero parece ser una categora verbal en itona-ma. Hay varias maneras para expresar el nmero de eventos e.g., usando un marcador distributivo (34a,b), o modifi can-do la raz del verbo mediante reduplicacin (35), as como el nmero de participantes e.g. usando verbos distintos (36a,b) o clasifi cadores (37a,b).

    (31) uwecha pad amay-yumo-na-mo

    por.qu to 2MSG:SUB-comer-TMA-1SG:OBJ

    Por qu me vas a comer, to?

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    (32) uwecha padka a-mi-di-chawa-ko por.qu to 2MSG-NEG-INT-querer-TMA:NEG amay-yumo-tyo nuu-du tereke 2MSG:SUB-comer-TMA DEM:PROX-CL:OC:SG comida Por qu, to, no quieres comer esta comida?

    (33) -yomoni-ye-na-ka nimariya kipala naylu 3-dejar-CL:OC:PL-TMA-F:SG Mara huevo nido Mara dej los huevos en el nido.

    (34)a) wasewa si-mak uwaka ayer 1SG-dar carne ka-dl ubuwa DEM:DIS-CL:AP:PL persona Ayer les di carne a aquellas personas.b) wasewa si-mak-he uwaka ayer 1SG-dar-DISTR carne ka-dl ubuwa DEM:DIS-CL:AP:PL persona Ayer di carne a cada una de aquellas personas.

    (35) ohni -ni-su-hu-suh-ne, -kay-chad-ne-o l 3-pie-oler-INTNS-RED-TMA 3-cara-encontrar-TMA-ITE Iba olfateando sus huellas y le volvi a encontrar.

    (36)a) ahmay-sewa-na tyahkakahka waihna -oli-na 3:SUB-ver-TMA luna DM 3-caerse:SG-TMA Cuando vio la luna, se cay.

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    b) ispiI -soloh-ke wanuwe casi 3-caerse:PL-TMA agua Casi se cayeron al agua.

    (37)a) s-mi-chuwanano si-chobo abte opii POSS:1SG-NOM-canchn ser-CL:PP:SG rbol pequeo Hay un rbol pequeo en mi canchn.b) nikab chokosno osi-bo abte DEM:ADV:DIS selva ser-CL:PP:PL rbol mi-so-lo-ho-loh-te dih-ni-yumo-te NOM-CL:PRH:PL-tumbar-INTNS-RED-TMA POSS:1PL:INCL-NOM-eat-

    TMA

    All en la selva hay rboles que estn tumbando fruta para que co-mamos todos.

    5. ConclusionesLa prdida amenazante de lenguas como el itonama tendr consecuencias serias para la transmisin de conocimientos a una generacin menor, sobre todo en cuanto al medio ambiente y las tradiciones culturales de los grupos tnicos en cuestin. Despus de todo, una lengua refl eja la visin del mundo nica y el complejo cultural de su comunidad de hablantes. Wurm (1999: 33-34) seala que con la desapa-ricin de cada lengua, se pierde para siempre una unidad irreemplazable de nuestro conocimiento y entendimiento del

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    juicio humano con su visin del mundo. Esto resultar en una reduccin de la base de conocimientos humanos, tal como puede ser expresada por las lenguas. Cada lengua consti-tuye un smbolo de la identidad tnica de sus hablantes, y su documentacin tiende a mantenerla viva. Sin embargo, la mera documentacin de lenguas (seriamente) amenazadas o moribundas no es sufi ciente. Como ha sido enfatizado por Grinevald Craig (1997: 270), los lingistas deberan combinar la lingstica de salvacin (nota 29) y los empeos por ar-chivar con los esfuerzos de revitalizacin o mantenimiento de lenguas amenazadas. En el caso de las lenguas indgenas del Beni, esto no ser una tarea fcil, ya que en general los nmeros de hablantes son muy reducidos y, adems, los ha-blantes no estn convencidos de la necesidad de mantener su lengua nativa. No obstante, queda la esperanza de que la autoconciencia y el orgullo creciente, mostrados por muchos de los grupos en el Departamento de Beni en la dcada pa-sada, pueda llevar a un resurgir del inters por parte de los hablantes hacia sus propias lenguas nativas.

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    ADV adverbialAP animado+paradoCL clasifi cadorDEM demostrativoDIS distalEXCL exclusivoF femeninoFL fl uidoIMP imperativoINTNS intensivoITE iterativoLS largo+sinuosoM masculinoMD marcador del

    discursoMED medialNOM nominalizadorOBJ objeto

    OC ovalado-contenedor

    PL pluralPOS posesivoPP plantado-paradoPRH plano-redondo-

    horizontalPROX proximalRED reduplicacinSG singularSUB subordinadoTMA tiempo-modo-

    aspectoTUB tubular1 primera persona2 segunda persona3 tercera persona

    Abreviaturas

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    1. Este artculo va dedicado a Don Desiderio Espndola, quien se es-forz a ms no poder para ayudarme en mi bsqueda de las ltimas huellas de la lengua canichana, y a mis queridos informantes Don Ignacio Aulo ( 2000), Don Lauro Chanato, Don Ascensio Cacharana, Don Manuel Guasase, Doa Juanita Volome, y Doa Concha Gualu ( 2001), los ltimos hablantes de itonama.

    2. Los espaoles llamaban a esta regin Gran Mojos, pero tambin se conoca como Gran Paitit, El Dorado, Isla de la Canela, Tierra de Enn o Candire. Hoy da tambin se conoce como Llanos de Moxos.

    3. Vase Block (1994), Baptista Morales (1995) y Menacho (1995) para una descripcin detallada del establecimiento de las misiones jesuitas en el rea de Mojos y la expulsin subsiguiente de los jesuitas en 1767.

    4. La fundacin de Santa Cruz de la Sierra por ufl o de Chvez en 1561 fue inspirada inicialmente por la idea de tener una parada fi ja para los conquistadores que venan en busca de las riquezas del im-perio de Candire.

    5. Lingua franca.

    6. A base de datos de Eguiluz (1884), Mtraux (1942: 54-55) seala que, aunque el mojo se estuviera convirtiendo en la lengua ofi cial y obligatoria en todas las misiones menos San Francisco Borja, los mo-jeos se encontraban de hecho en Loreto, San F. Javier, y quizs en Trinidad.

    7. Unidad administrativa para los territorios orientales fundada en 1559 por el Rey Felipe II de Espaa.

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    8. Vase Crevels (2002) para un relato detallado sobre las posibles causas de la extincin progresiva de las lenguas de la Amazona bo-liviana.

    9. Segn los datos demogrfi cos, el grupo araona muestra un leve tendencia a crecer: 39 (1963), 43 (1969), 50 (1975), 90 (1994) y, fi nal-mente, 94 (1996).

    10. Datos de Crevels y Adelaar (2000-2002).

    11. El nmero se aplica a ambos subgrupos del mojo.

    12. El nmero se aplica al grupo mojo en su conjunto.

    13. Aunque Grimes (1996) informa de que el jor se extingui en 1963, datos compilados en 1974 por el atroplogo alemn Jrgen Riester mencionan la existencia de cinco hablantes. En la literatura se considera el jor a menudo un subgrupo del sirion.

    14. Aunque se mencionan el mosetn y el chimane a menudo como lenguas separadas, forman, en conjunto con el mosetn de Santa Ana, la pequea familia lingstica, no clasifi cada, Mosetn.

    15. Estos hablantes slo se acuerdan de algunas palabras y una o dos frases.

    16. Datos del CIRTB de 1994.

    17. En el perodo de 1999-2001 visit en varias ocasiones a los cani-chanas de San Pedro. La comunidad desea reavivar su lengua, pero por desgracia todos mis intentos de encontrar hablantes han resultado en vano. Parece ahora que la lengua posiblemente se haya extingui-do.

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    18. En el siglo XVI, cuando los espaoles llegaron por primera vez a Mojos, haba unos 400 grupos o tribus en el rea, con un total de hablantes estimado en 350,000 individuos que hablaban unas 39 lenguas distintas, de las cuales la mayora perteneca a la familia Arahuaca (Baptista Morales, 1995: 71).

    19. Palabra usada para referirse a los indgenas del Altiplano.

    20. Greenberg (1970) nota que la p glotalizada /p/ falta en el inventa-rio eyectivo de muchas lenguas.

    21. Tipo de rbol.

    22. Todas las oclusivas menos //.

    23. Utilizo palabra como trmino fonolgico; la mayora de las pala-bras fonolgicas itonamas son palabras gramaticales a la vez.

    24. Los prstamos del castellano forman una excepcin a esta regla.

    25. Vase Liccardi y Grimes (1968) para un relato detallado sobre los contornos de entonacin en itonama.

    26. En itonama hay sustantivos alienables e inalienables. En esta lti-ma categora entran los trminos de parentesco.

    27. Hay algunos sufi jos cuyo valor semntico todava no he podido establecer por completo. De momento los clasifi co como marcadores TMA.

    28. Notese que tambin se expresa la negacin en el sufi jo TMA.

    29. Traduccin del ingls salvage linguistics, trmino que se usa a veces para la documentacin lingstica de lenguas moribundas.