misal apertura sinodo 20151004

16
CAPILLA PAPAL XXVII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO SANTA MISA CELEBRADA POR EL SANTO PADRE FRANCISCO BASÍLICA VATICANA, 4 DE OCTUBRE 2015 Apertura de la XIV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre el tema “La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo” RITO DE INTRODUCCION LAUDES REGIAE La escuela: La asamblea: Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera. Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera. I La escuela y sucesivamente la asamblea: Oh Cristo, escúchanos. R. Oh Cristo, escúchanos. La escuela: A la Iglesia santa de Dios, que junta las almas más allá de los confines de los reinos: salud perpetua. Concede alegría eterna. La escuela y sucesivamente la asamblea: Redentor del mundo, R. Sostenla. Santa María, R. Sostenla. Santos Joaquín y Ana, R. Sosténganla. Santos Zacarías e Isabel, R. Sosténganla. San Juan Bautista, R. Sostenla. San Miguel, R. Sostenla. San José, R. Sostenla. La asamblea: Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera.

Upload: ana-gabriela-nunez-palma

Post on 07-Dec-2015

215 views

Category:

Documents


1 download

DESCRIPTION

Papa Francisco

TRANSCRIPT

Page 1: Misal Apertura Sinodo 20151004

CAPILLA PAPAL

XXVII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

SANTA MISA

CELEBRADA POR EL SANTO PADRE FRANCISCO

BASÍLICA VATICANA, 4 DE OCTUBRE 2015

Apertura de la XIV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos

sobre el tema “La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo”

RITO DE INTRODUCCION

LAUDES REGIAE

La escuela: La asamblea: Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera. Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera.

I

La escuela y sucesivamente la asamblea: Oh Cristo, escúchanos. R. Oh Cristo, escúchanos.

La escuela: A la Iglesia santa de Dios, que junta las almas más allá de los confines de los reinos: salud perpetua. Concede alegría eterna.

La escuela y sucesivamente la asamblea: Redentor del mundo, R. Sostenla. Santa María, R. Sostenla. Santos Joaquín y Ana, R. Sosténganla. Santos Zacarías e Isabel, R. Sosténganla. San Juan Bautista, R. Sostenla. San Miguel, R. Sostenla. San José, R. Sostenla.

La asamblea: Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera.

Page 2: Misal Apertura Sinodo 20151004

II La escuela y sucesivamente la asamblea: Oh Cristo, escúchanos. R. Oh Cristo, escúchanos.

La escuela: A Francisco Sumo Pontífice, que reúne los pueblos en unidad con la doctrina, caridad: al Pastor la gracia, al rebaño docilidad.

La escuela y sucesivamente la asamblea: Salvador del mundo, R. Sostenlo. San Pedro, R. Sostenlo. San Pablo, R. Sosténganla.

La asamblea: Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera.

III La escuela y sucesivamente la asamblea: Oh Cristo, escúchanos. R. Oh Cristo, escúchanos.

La escuela: A los obispos estudiosos de la fe católica y apostólica, y a los fieles confiados a su cuidado: vida.

La escuela y sucesivamente la asamblea: San Andrés, R. Sostenlos. San Juan, R. Sostenlos. San Santiago, R. Sostenlos. San Tomas, R. Sostenlos. San Felipe, R. Sostenlos. San Santiago, R. Sostenlos. San Bartolomé, R. Sostenlos. San Mateo, R. Sostenlos. San Simón, R. Sostenlos. San Tadeo, R. Sostenlos. San Matías, R. Sostenlos. Santa María Magdalena, R. Sostenlos. San Esteban, R. Sostenlos. Santas Aquila y Priscila, R. Sosténganlos. San Ignacio de Antioquia, R. Sostenlos. San Lorenzo, R. Sostenlos. Santos Mario y Marta, R. Sosténganlos. San Tomas Moro, R. Sostenlos. Santas Perpetua y Felicidad, R. Sosténganlos. Santa Inés, R. Sostenlos. Santos León y Gregorio, R. Sosténganlos. San Ambrosio, R. Sostenlos. San Jerónimo, R. Sostenlos. San Agustín, R. Sostenlos. San Atanasio, R. Sostenlos. Santos Basilio y Gregorio Nacianceno, R. Sosténganlos. San Juan Crisóstomo, R. Sostenlos. San Martín, R. Sostenlos.

Page 3: Misal Apertura Sinodo 20151004

San Paolino de Nola, R. Sostenlos. San Francisco de Sales, R. Sostenlos.

La asamblea: Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera. La escuela: La asamblea: Rey de reyes. Nuestro Rey. La escuela: La asamblea: Esperanza nuestra, Gloria nuestra.

IV

La escuela y sucesivamente la asamblea: Oh Cristo, escúchanos. R. Oh Cristo, escúchanos.

La escuela: A los gobernadores y a todos los conciudadanos que ruegan con nosotros: la verdadera tranquilidad del corazón, buen resultado de los votos.

La escuela y sucesivamente la asamblea: Auxilio de los cristianos, R. Sostenlos. San Antonio, R. Sostenlos. San Benito, R. Sostenlos. San Bernardo, R. Sostenlos. Santos Francisco y Domingo, R. Sosténganlos. Santo Tomas de Aquino, R. Sostenlos. San Francisco Javier, R. Sostenlos. San Juan María Vianney, R. Sostenlos. Santa Brígida, R. Sostenlos. San Catalina de Siena, R. Sostenlos. Santa Francisca Romana, R. Sostenlos. Santa Teresa de Jesús, R. Sostenlos. Santa Mónica, R. Sostenlos. Santa Juana Beretta Molla, R. Sosténganlos. Santos y Santas de Dios, R. Sosténganlos.

La asamblea: Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera. La escuela: La asamblea: A el solo el imperio, la alabanza y el júbilo, por los infinito siglos de los siglos.

Amen.

La escuela: La asamblea: Tenemos tiempos favorables Tenemos tiempos favorables los

redimidos por la Sangre de Cristo. La escuela: La asamblea: Felizmente, Felizmente, felizmente La escuela: La asamblea: La paz de Cristo venga,. El reino de Cristo: Venga.

Page 4: Misal Apertura Sinodo 20151004

La escuela: La asamblea: Demos gracias a Dios, Amen.

Antífona de Ingreso.

La escuela y la asamblea: Cf. Est 4, 17 IV En tu voluntad, Señor, está puesto el universo, y no hay quien pueda resistirse a ella. Tú hiciste todo, el cielo y la tierra, y todo lo que está bajo el firmamento; tú eres Señor del universo. El Santo Padre: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. R. Amén. La paz este con todos ustedes. R. y con tu Espíritu.

Acto penitencial. El Santo Padre; Hermanos, para celebrar dignamente los sagrados misterios, reconozcamos nuestros pecados. Pausa de silencio. El Santo Padre y la asamblea: Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante ustedes hermanos que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios, Nuestro Señor. El Santo Padre: Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos conduzca a la vida eterna. R. Amén.

KYRIE: Señor, Ten Piedad, Cristo Ten Piedad, Señor, Ten Piedad

GLORIA: Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.

Colecta El Santo Padre: Oremos. Dios todopoderoso y eterno, que en la superabundancia de tu amor sobrepasas los méritos y aun los deseos de los que te suplican, derrama sobre nosotros tu misericordia para que libres nuestra conciencia de toda inquietud y nos concedas aun aquello que no nos atrevemos a pedir. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. R. Amén

Page 5: Misal Apertura Sinodo 20151004

LITURGIA DE LA PALABRA Primera lectura (Ingles)

Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar Lectura del libro del Génesis 2, 18-24 En aquel día, dijo el Señor Dios: “No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle a alguien como él, para que lo ayude”. Entonces el Señor Dios formó de la tierra todas las bestias del campo y todos los pájaros del cielo y los llevó ante Adán para que les pusiera nombre y así todo ser viviente tuviera el nombre puesto por Adán. Así, pues, Adán les puso nombre a todos los animales domésticos, a los pájaros del cielo y a las bestias del campo; pero no hubo ningún ser semejante a Adán para ayudarlo. Entonces el Señor Dios hizo caer al hombre en un profundo sueño, y mientras dormía, le sacó una costilla y cerró la carne sobre el lugar vacío. Y de la costilla que le había sacado al hombre, Dios formó una mujer. Se la llevó al hombre y éste exclamó: “Esta sí es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada mujer, porque ha sido formada del hombre”. Por eso el hombre abandonará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer y serán los dos una sola cosa. Palabra de Dios. R. Te alabamos Señor

Salmo responsorial El Salmista: del Salmo 127 Dichoso el que teme al Señor. 1. Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos: comerá del fruto de su trabajo, será dichoso, le irá bien. R. 2. Su mujer, como vid fecunda, en medio de su casa; sus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de su mesa. R. 3. Esta es la bendición del hombre que teme al Señor: Que el Señor te bendiga desde Sión. R. 4. Que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida. Que puedan ver los hijos de tus hijos, Paz sobre Israel. R.

Segunda lectura (Francés) Lectura de la carta a los Hebreos. 2, 8-11 Hermanos: Es verdad que ahora todavía no vemos el universo entero sometido al hombre; pero sí vemos ya al que por un momento Dios hizo inferior a los ángeles, a Jesús, que por haber sufrido la muerte, está coronado de gloria y honor. Así, por la gracia de Dios, la muerte que él sufrió redunda en bien de todos. En efecto, el creador y Señor de todas las cosas quiere que todos sus hijos tengan parte en su gloria. Por eso convenía que Dios consumara en la perfección, mediante el sufrimiento, a Jesucristo, autor y guía de nuestra salvación. El santificador y los santificados tienen la misma condición humana. Por eso no se avergüenza de llamar hermanos a los hombres. Palabra de Dios. R. Te alabamos Señor

Page 6: Misal Apertura Sinodo 20151004

Canto al evangelio. El Diacono lleva solemnemente el libro de los evangelios al ambón. La escuela y la asamblea: VI. Aleluya, aleluya, La escuela: 1 Jn 4, 12 Si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud. La asamblea repite: Aleluya, aleluya, aleluya.

Evangelio El diacono: El Señor este con ustedes. R. Y con tu Espíritu. Del evangelio Según San Marcos 10, 2-16 R. Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba: “¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su esposa?” Él les respondió: “¿Qué les prescribió Moisés?” Ellos contestaron: “Moisés nos permitió el divorcio mediante la entrega de un acta de divorcio a la esposa”. Jesús les dijo: “Moisés prescribió esto, debido a la dureza del corazón de ustedes. Pero desde el principio, al crearlos, Dios los hizo hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su esposa y serán los dos una sola cosa. De modo que ya no son dos, sino una sola cosa. Por eso, lo que Dios unió, que no lo separe el hombre”. Ya en casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre el asunto. Jesús les dijo: “Si uno se divorcia de su esposa y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio”. Después de esto, la gente le llevó a Jesús unos niños para que los tocara, pero los discípulos trataban de impedirlo. Al ver aquello, Jesús se disgustó y les dijo: “Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios es de los que son como ellos. Les aseguro que el que no reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará en él”. Después tomó en brazos a los niños y los bendijo imponiéndoles las manos. Palabra de Dios. R. Gloria a ti, Señor Jesús. El Santo Padre besa el libro de los evangelios y bendice con él la asamblea.

Homilía. “Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros su amor ha llegado en nosotros a su plenitud” Las lecturas bíblicas de este domingo parecen elegidas a propósito para el acontecimiento de gracia que la Iglesia está viviendo, es decir, la Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre el tema de la familia que se inaugura con esta celebración eucarística. Dichas lecturas se centran en tres aspectos: el drama de la soledad, el amor entre el hombre y la mujer, y la familia. La soledad Adán, como leemos en la primera lectura, vivía en el Paraíso, ponía los nombres a las demás creaturas, ejerciendo un dominio que demuestra su indiscutible e incomparable superioridad, pero aun así se sentía solo, porque “no encontraba ninguno como él que lo ayudase” y experimentaba la soledad. La soledad, el drama que aún aflige a muchos hombres y mujeres. Pienso en los ancianos abandonados incluso por sus seres queridos y sus propios hijos; en los viudos y viudas; en tantos hombres y mujeres dejados por su propia esposa y por su propio marido; en tantas personas que de hecho se sienten solas, no comprendidas y no escuchadas; en los emigrantes y los refugiados que

Page 7: Misal Apertura Sinodo 20151004

huyen de la guerra y la persecución; y en tantos jóvenes víctimas de la cultura del consumo, del usar y tirar, y de la cultura del descarte. Hoy se vive la paradoja de un mundo globalizado en el que vemos tantas casas de lujo y edificios de gran altura, pero cada vez menos calor de hogar y de familia; muchos proyectos ambiciosos, pero poco tiempo para vivir lo que se ha logrado; tantos medios sofisticados de diversión, pero cada vez más un profundo vacío en el corazón; muchos placeres, pero poco amor; tanta libertad, pero poca autonomía… Son cada vez más las personas que se sienten solas, y las que se encierran en el egoísmo, en la melancolía, en la violencia destructiva y en la esclavitud del placer y del dios dinero. Hoy vivimos en cierto sentido la misma experiencia de Adán: tanto poder acompañado de tanta soledad y vulnerabilidad; y la familia es su imagen. Cada vez menos seriedad en llevar adelante una relación sólida y fecunda de amor: en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, en las buenas y en la mala suerte. El amor duradero, fiel, recto, estable, fértil es cada vez más objeto de burla y considerado como algo anticuado. Parecería que las sociedades más avanzadas son precisamente las que tienen el porcentaje más bajo de tasa de natalidad y el mayor promedio de abortos, de divorcios, de suicidios y de contaminación ambiental y social. El amor entre el hombre y la mujer Leemos en la primera lectura que el corazón de Dios se entristeció al ver la soledad de Adán y dijo: “No está bien que el hombre esté solo; voy a hacerle alguien como él que le ayuda”. Estas palabras muestran que nada hace más feliz al hombre que un corazón que se asemeje a él, que le corresponda, que lo ame y que acabe con la soledad y el sentirse solo. Muestran también que Dios no ha creado el ser humano para vivir en la tristeza o para estar solo, sino para la felicidad, para compartir su camino con otra persona que es su complemento; para vivir la extraordinaria experiencia del amor: es decir de amar y ser amado; y para ver su amor fecundo en los hijos, como dice el salmo que hemos leído hoy. Este es el sueño de Dios para su criatura predilecta: verla realizada en la unión de amor entre hombre y mujer; feliz en el camino común, fecunda en la donación recíproca. Es el mismo designio que Jesús resume en el Evangelio de hoy con estas palabras: “Al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne”. Jesús, ante la pregunta retórica que le habían dirigido – probablemente como una trampa, para hacerlo quedar mal ante la multitud que lo seguía y que practicaba el divorcio, como realidad consolidada e intangible-, responde de forma sencilla e inesperada: restituye todo al origen, al origen de la creación, para enseñarnos que Dios bendice el amor humano, es él el que une los corazones de dos personas que se aman y los une en la unidad y en la indisolubilidad. Esto significa que el objetivo de la vida conyugal no es sólo vivir juntos, sino también amarse para siempre. Jesús restablece así el orden original y originante. La familia “Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre”. Es una exhortación a los creyentes a superar toda forma de individualismo y de legalismo, que esconde un mezquino egoísmo y el miedo de aceptar el significado auténtico de la pareja y de la sexualidad humana en el plan de Dios. De hecho, sólo a la luz de la locura de la gratuidad pascual, de ese amor pascual de Jesús será comprensible la locura de la gratuidad de un amor conyugal único y hasta la muerte. Para Dios, el matrimonio no es una utopía de adolescente, sino un sueño sin el cual su creatura estará destinada a la soledad. En efecto el miedo de unirse a este proyecto paraliza el corazón humano. Paradójicamente también el hombre de hoy –que con frecuencia ridiculiza este plan– permanece atraído y fascinado por todo amor autentico, por todo amor sólido, por todo amor fecundo, por todo amor fiel y perpetuo. Lo vemos ir tras los amores temporales, pero sueña el amor autentico; corre tras los placeres de la carne, pero desea la entrega total. En efecto «ahora que hemos probado plenamente las promesas de la libertad ilimitada, empezamos a entender de nuevo la expresión “la tristeza de este mundo”. Los placeres prohibidos perdieron su

Page 8: Misal Apertura Sinodo 20151004

atractivo cuando han dejado de ser prohibidos. Aunque tiendan a lo extremo y se renueven al infinito, resultan insípidos porque son cosas finitas, y nosotros, en cambio, tenemos sed de infinito». En este contexto social y matrimonial bastante difícil, la Iglesia está llamada a vivir su misión en la fidelidad, en la verdad y en la caridad. Vive su misión en la fidelidad a su Maestro como voz que grita en el desierto, para defender el amor fiel y animar a las numerosas familias que viven su matrimonio como un espacio en el cual se manifiestan el amor divino; para defender la sacralidad de la vida, de toda vida; para defender la unidad y la indisolubilidad del vínculo conyugal como signo de la gracia de Dios y de la capacidad del hombre de amar en serio. Vivir su misión en la verdad que no cambia según las modas pasajeras o las opiniones dominantes. La verdad que protege al hombre y a la humanidad de las tentaciones de autoreferencialidad y de transformar el amor fecundo en egoísmo estéril, la unión fiel en vínculo temporal. “Sin verdad, la caridad cae en mero sentimentalismo. El amor se convierte en un envoltorio vacío que se rellena arbitrariamente. Éste es el riesgo fatal del amor en una cultura sin verdad”. Vivir su misión en la caridad que no señala con el dedo para juzgar a los demás, sino que -fiel a su naturaleza como madre – se siente en el deber de buscar y curar a las parejas heridas con el aceite de la acogida y de la misericordia; de ser «hospital de campo», con las puertas abiertas para acoger a quien llama pidiendo ayuda y apoyo; de salir del propio recinto hacia los demás con amor verdadero, para caminar con la humanidad herida, para incluirla y conducirla a la fuente de la salvación. Una Iglesia que enseña y defiende los valores fundamentales, sin olvidar que “el sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado”; y que Jesús también dijo: “No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar justos, sino pecadores”. Una Iglesia que educa al amor autentico, capaz de alejar de la soledad, sin olvidar su misión de buen samaritano de la humanidad herida. Recuerdo a san Juan Pablo II cuando decía: “El error y el mal deben ser condenados y combatidos constantemente; pero el hombre que cae o se equivoca debe ser comprendido y amado Nosotros debemos amar nuestro tiempo y ayudar al hombre de nuestro tiempo”. Y la Iglesia debe buscarlo, acogerlo y acompañarlo, porque una Iglesia con las puertas cerradas se traiciona a sí misma y a su misión, y en vez de ser puente se convierte en barrera: “El santificador y los santificados proceden todos del mismo. Por eso no se avergüenza de llamarlos hermanos”. Con este espíritu, le pedimos al Señor que nos acompañe en el Sínodo y que guíe a su Iglesia a través de la intercesión de la Santísima Virgen María y de San José, su castísimo esposo.

Silencio para la reflexión personal.

Credo.

Creo en un solo DIOS, PADRE todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor, JESUCRISTO, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz. Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros los hombres y por nuestra salvación, bajó del cielo; y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre. Y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos y su reino no tendrá fin. Creo en el ESPÍRITU SANTO, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo, recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo la iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

Page 9: Misal Apertura Sinodo 20151004

Oración Universal o de los fieles. El Santo Padre: Queridos hijos, El Señor Jesús no se avergüenza de llamarnos hermanos. Con esta consoladora certeza dirijamos nuestra oración a Dios Padre. El cantor: Invoquemos al Señor. La asamblea: Te rogamos, óyenos. El diacono: Oremos por la Santa Iglesia de Dios. (Chino)

Oración en silencio. 1. Contemple con fiel obediencia la obra originaria del Creador y custodie en la verdad y en la caridad lo que el Señor le ha confiado. El cantor: Invoquemos al Señor. R: Te rogamos, óyenos. El diacono: Oremos por los Padres Sinodales. (Español)

Oración en silencio. 2. Para que, guiados por el espíritu santo, escruten con fe y sabiduría la voluntad del Padre y conduzcan a los hermanos en el auténtico seguimiento del señor Jesús. El cantor: Invoquemos al Señor. R: Te rogamos, óyenos. El diacono: Oremos por los legisladores y los gobernantes. (Árabe)

Oración en silencio. 3. Libres de intereses personales, busquen y promuevan el verdadero bien de cada persona y favorezcan proyectos de justicia y paz. El cantor: Invoquemos al Señor. R: Te rogamos, óyenos. El diacono: Oremos por los jóvenes y los comprometidos. (Portugués)

Oración en silencio. 4. Agradecidos por el regalo de la vida y el amor, descubran la belleza de la gratuidad y la fidelidad y se dispongan al sacrificio y al perdón. El cantor: Invoquemos al Señor. R: Te rogamos, óyenos. El diacono: Oremos por las familias probadas por el dolor. (Swahili)

Oración en silencio. 5. Consoladas de la gracia de Dios y de la cercanía de los hermanos y de las instituciones, puedan hallar serenidad y esperanza. El cantor: Invoquemos al Señor. R: Te rogamos, óyenos. El Santo Padre: Acoge, oh Padre, nuestras suplicas y sostennos con tu providencia. Por Cristo nuestro Señor. R. Amén

Page 10: Misal Apertura Sinodo 20151004

LITURGIA EUCARISTICA

Algunos feligreses llevan al Santo Padre las ofrendas para el sacrificio.

Canto del Ofertorio. VIT ERAT IN TERRA HUS

La escuela: Cf. Job 1, 2, 7 Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal. Satanás lo solicitó para tentarlo y le fue dado por el Señor poder sobre sus sustancias y su cuerpo. Él destruyó cada riqueza y mato a sus hijos y golpeó su cuerpo con una grave úlcera. El Santo Padre: Oren, hermanos, para que este sacrificio mío, y de ustedes, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso. R. El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su Santa Iglesia.

Sobre las ofrendas. El Santo Padre: Acepta, Señor, el sacrificio que tú mismo nos mandaste ofrecer, y, por estos sagrados misterios, que celebramos en cumplimiento de nuestro servicio, dígnate llevar a cabo en nosotros la santificación que proviene de tu redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

PLEGARIA EUCARISTICA. Prefacio

El Santo Padre: El Señor esté con ustedes R. Y con tu espíritu. Levantemos el corazón. R. Lo tenemos levantado hacia el Señor. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R. Es justo y necesario. En verdad es justo y necesario darte gracias y elevar a ti el himno de bendición y de alabanza, Dios todopoderoso y eterno, por el cual todo el universo recibe la existencia, energía y vida. Cada día de nuestro peregrinaje sobre la tierra es un regalo siempre nuevo de tu amor por nosotros, y una prenda de la vida inmortal, ya que poseemos desde ahora las primicias de tu Espíritu, en el que has resucitado a Jesucristo de los muertos, y vivimos en la espera que se cumpla la beata esperanza en la Pascua eterna de tu reino. Por este misterio de salvación, junto a los ángeles y a los santos, cantamos a una sola voz el himno de tu gloria:

SANTO

Santo, santo, santo es el Señor, Dios del universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en el nombre del Señor. Hosanna en el cielo.

Page 11: Misal Apertura Sinodo 20151004

Oración Eucarística I o Canon Romano El Santo Padre: Padre misericordioso te suplicamos y te pedimos por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que aceptes y bendigas estos dones, este santo e inmaculado sacrificio. Nosotros te ofrecemos, ante todo por tu Iglesia santa y católica, para que le concedas la paz, la protejas, la congregues en la unidad y la gobiernes en el mundo entero, conmigo indigno siervo tuyo, que has puesto como pastor de tu iglesia, y con todos aquellos que promueven la fe católica y apostólica. Un concelebrante: Acuérdate Señor, de tus hijos [N. y N.] Se ora brevemente por aquellos que se quiere recordar. y de todos los aquí reunidos, cuya fe y entrega bien conoces; por ellos te ofrecemos, y ellos mismos te ofrecen, este sacrificio de alabanza, y elevan la oración a ti, eterno Dios, vivo y verdadero, para obtener para ellos y sus seres queridos la redención, seguridad de vida y salud. Otro concelebrante: Reunidos en comunión con toda la Iglesia, mientras celebramos el día santo de la resurrección de nuestro Señor Jesucristo en su verdadero cuerpo, veneramos la memoria, ante todo de la gloriosa siempre Virgen María, Madre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor; la de su esposo, San José, la de los santos apóstoles y mártires Pedro y Pablo, Andrés, Santiago y Juan, Tomás, Santiago, Felipe, Bartolomé, Mateo, Simón y Tadeo; Lino, Clemente, Sixto, Cornelio, Cipriano, Lorenzo, Crisógono, Juan y Pablo, Cosme y Damián, y la de todos los santos; por sus méritos y oraciones concédenos en todo tu protección. El Santo Padre: Acepta, Señor, en tu bondad, esta ofrenda que te presentamos nosotros tus ministros y toda tu familia santa; Ordena en tu paz nuestros días, líbranos de la condenación eterna y cuéntanos entre tus elegidos. El Santo Padre y los concelebrantes: Bendice y santifica, oh Padre, esta ofrenda, con el poder de tu bendición, y dígnate de aceptarla en nuestro favor, en sacrificio espiritual y perfecto, de manera que sea para nosotros Cuerpo y Sangre de tu Hijo amado, Jesucristo, nuestro Señor. El cual, la víspera de su Pasión, tomó pan en sus santas y venerables manos, y, elevando los ojos, hacia ti, Dios, Padre suyo todopoderoso, dando gracias te bendijo, lo partió, y lo dio a sus discípulos, diciendo: TOMEN Y COMAN TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR USTEDES. El Santo Padre presenta al pueblo la hostia consagrada y se arrodilla en adoración. Del mismo modo, acabada la cena, tomó este cáliz glorioso en sus santas y venerables manos, dando gracias te bendijo, y lo dio a sus discípulos diciendo: TOMEN Y BEBAN TODOS DE ÉL, PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ DERRAMADA POR USTEDES Y POR TODOS LOS HOMBRES PARA El PERDÓN DE LOS PECADOS. HAGAN ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA. El Santo Padre presenta al pueblo el cáliz y se arrodilla en adoración.

Page 12: Misal Apertura Sinodo 20151004

El Santo Padre: Este es el sacramento de nuestra fe. La asamblea: Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús! El Santo Padre y los concelebrantes: Por eso, Padre, nosotros, tus siervos, y todo tu pueblo santo, al celebrar este memorial de la muerte gloriosa de Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor; de su santa resurrección del lugar de los muertos y de su admirable ascensión a los cielos, te ofrecemos, Dios de gloria y majestad, de los mismos bienes que nos has dado, el sacrificio puro, inmaculado y santo: pan de vida eterna y cáliz de eterna salvación. Mira con ojos de bondad esta ofrenda y acéptala, como aceptaste los dones del justo Abel, el sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe, y la oblación pura de tu sumo sacerdote Melquisedec. Te pedimos humildemente, Dios todopoderoso, que esta ofrenda sea llevada a tu presencia, hasta el altar del cielo, por manos de tu ángel, para que cuantos recibimos el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, al participar aquí de este altar, seamos colmados de gracia y bendición. Un concelebrante: Acuérdate también, Señor, de tus hijos [N. y N.], que nos han precedido con el signo de la fe y duermen ya el sueño de la paz. Se ora brevemente por los difuntos que se quiere recordar. A ellos, Señor, y a cuantos descansan en Cristo, concédeles el lugar del consuelo, de la luz y de la paz. Otro concelebrante: Y a nosotros, pecadores, siervos tuyos, que confiarnos en tu infinita misericordia, admítenos en la asamblea de los santos apóstoles y mártires Juan el Bautista, Esteban, Matías y Bernabé, Ignacio, Alejandro, Marcelino y Pedro, Felicidad y Perpetua, Águeda, Lucía, Inés, Cecilia, Anastasia y de todos los santos; y acéptanos en su compañía, no por nuestros méritos, sino conforme a tu bondad. El Santo Padre: Por Cristo, Señor nuestro, por quien sigues creando todos los bienes, los santificas, los llenas de vida, los bendices y los repartes entre nosotros. El Santo Padre y los concelebrantes: Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. La asamblea: Amén.

RITO DE COMUNION El Santo Padre: Obedientes a las palabras del Salvador y formados por sus divinas enseñanzas, podemos decir:

Page 13: Misal Apertura Sinodo 20151004

El Santo Padre y la asamblea: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. El Santo Padre: Líbranos, Señor de todos los males, y concédenos la paz en nuestros días, para que ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, y aguardando la venida gloriosa de nuestro salvador Jesucristo. La asamblea: Tuyo es el reino, tuyo el poder, tuya la gloria por siempre Señor. El Santo Padre: Señor Jesucristo, que dijiste a tus Apóstoles: “La paz les dejo, mi paz les doy”, no tomes en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y dona la unidad y la paz según tu voluntad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. R. Amén. El Santo Padre: La paz del Señor este con ustedes. R. Y con tu Espíritu. El diacono: Cambiemos un signo de paz. Los presentes cambian un gesto de paz. El Santo Padre parte la hostia consagrada.

CORDERO DE DIOS Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, Ten piedad de nosotros. Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, Ten piedad de nosotros. Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, danos la paz. El Santo Padre: Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor. El Santo Padre y la asamblea: Señor yo no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme

Antífona de comunión La escuela y la asamblea: Sal 118, 81. 84. 86 I. R. En la espera de tu salvación, espero en tu palabra. ¿Cuándo tendrás el juicio contra mis perseguidores? Por error me persiguen: ¡ven en mi ayuda, Señor, mi Dios! La escuela: 1. Beato quién es íntegro en su camino y camina en la ley del Señor. R. 2. Ven a mí, Señor, tu amor, tu salvación según tu promesa. R.

ADORO TE DEVOTE Silencio de oración personal.

Page 14: Misal Apertura Sinodo 20151004

Después de la comunión El Santo Padre: Oremos. La comunión con este sacramento sacie nuestra hambre y sed de ti, oh Padre, y nos transforme en Cristo tu Hijo. Él vive y reina en los siglos de los siglos. Por Cristo, nuestro Señor. R. Amén.

RITO DE CONCLUSION Bendición solemne.

El Santo Padre: El Señor este con ustedes, R. y con tu Espíritu. Bendito sea el nombre del Señor, R. ahora y por siempre. Nuestro auxilio es el nombre del Señor, R. ahora y por siempre. Los bendiga Dios omnipotente, Padre e Hijo y Espíritu Santo, desciendan sobre ustedes, y permanezca para siempre. R. Amen. El diacono: La misa ha terminado, pueden ir en paz. R. demos gracias a Dios.

Antífona Mariana SALVE REGINA

La escuela y la asamblea: Sal 118, 81. 84. 86 V. Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!

Alocución. ¡Queridos hermanos y hermanas! Se ha concluido hace poco, en la Basílica de San Pedro, la celebración eucarística con la cual hemos dado comienzo la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. Los Padres Sinodales, provenientes de todas partes del mundo y reunidos en torno al Sucesor de Pedro, reflexionarán por tres semanas sobre la vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en la sociedad, para un atento discernimiento espiritual y pastoral. Tendremos la mirada fija en Jesús para individuar, sobre la base de su enseñanza de verdad y de misericordia, los caminos más oportunos para un compromiso adecuado de la Iglesia con las familias y para las familias, para que el designio originario del Creador sobre el hombre y la mujer pueda llevarse a cabo y obrar en toda su belleza y su fuerza en el mundo de hoy. La liturgia de este domingo vuelve a proponer precisamente el texto fundamental del Libro del Génesis sobre la complementariedad y reciprocidad entre hombre y mujer. Por esto dice la Biblia el hombre deja su padre y su madre y se une a su mujer y los dos se transforman en una sola carne, es decir, una sola vida, una sola existencia. En tal unidad los cónyuges transmiten la vida a los nuevos seres humanos: se transforman en padres. Participan de la potencia creadora de Dios mismo. Pero ¡atención! Dios es amor que viene donado a los esposos en el Sacramento del matrimonio. Es el amor

Page 15: Misal Apertura Sinodo 20151004

que alimenta su relación, a través de alegrías y dolores, momentos serenos y difíciles. Es el amor que suscita el deseo de generar hijos, de esperarlos, acogerlos, criarlos, educarlos. Es el mismo amor que, en el Evangelio de hoy, Jesús manifiesta a los niños: “Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo impidan, porque el Reino del Cielo pertenece a los que son como ellos”. Hoy pidamos al Señor que todos los padres y los educadores del mundo, como así también la entera sociedad, se vuelvan instrumentos de aquella acogida y de aquel amor con el cual Jesús abraza a los más pequeños. Él mira en sus corazones con la ternura y la diligencia de un padre y al mismo tiempo, de una madre. Pienso ahora pienso en tantos niños hambrientos, abandonados, explotados, obligados a la guerra, rechazados. Es doloroso ver las imágenes de niños infelices, con la mirada perdida, que escapan de pobreza y conflictos, golpean a nuestras puertas y a nuestros corazones implorando ayuda. El señor nos ayude a no ser sociedad fortaleza, sino sociedad familia, capaces de acoger, con reglas adecuadas, pero acoger, acoger siempre, con amor. Los invito a sostener con la oración los trabajos del Sínodo, para que el Espíritu Santo vuelva a los padres sinodales plenamente dóciles a sus inspiraciones. Invoquemos la materna intercesión de la Virgen María, uniéndonos espiritualmente a cuantos, en este momento, en el Santuario de Pompeya recitan la “Súplica a la Virgen del Rosario”.

ÁNGELUS. El Santo Padre: El ángel del Señor anunció a María, R. y ella concibió por obra y gracia del Espíritu Santo Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. R. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. He aquí la esclava del Señor. R. hágase en mí según tu palabra Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. R. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. Y el Verbo se hizo hombre. R. y habitó entre nosotros Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. R. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. Ruega por nosotros, santa Madre de Dios. R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de Nuestro Señor Jesucristo. Oremos. Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas, para que los que hemos conocido, por el anuncio del ángel, la Encarnación de tu Hijo Nuestro Señor Jesucristo, seamos llevados por los méritos de su Pasión y Cruz a la Gloria de su Resurrección. Por Cristo Nuestro Señor. R. Amén.

Page 16: Misal Apertura Sinodo 20151004

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. R. Como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amen. Por nuestros fieles difuntos: Dales, Señor, el descanso eterno. R.Y brille para ellos la luz perpetua. Descansen en paz. R. Amén. Bendito sea el nombre del Señor, R. ahora y por siempre. Nuestro auxilio es el nombre del Señor, R. ahora y por siempre. Los bendiga Dios omnipotente, Padre e Hijo y Espíritu Santo, desciendan sobre ustedes, y permanezca para siempre. R. Amen. Queridos hermanos y hermanas, Ayer, en Santander, en España, han sido proclamados Beatos Pio Heredia y diecisiete compañeros y compañeras del Orden Cisterciense de la Estricta Observancia y de San Bernardo, asesinados por su fe durante la guerra civil española y la persecución religiosa de los años treinta del siglo pasado. Alabemos al Señor por sus valientes testimonios, y por su intercesión, supliquémosle que libere al mundo del flagelo de la guerra. Deseo dirigir una oración al Señor por las víctimas del derrumbe que ha arrasado un entero poblado en Guatemala, como también por aquellas del aluvión en Francia, en la Costa Azul. Estamos cercanos a las poblaciones golpeadas duramente, también con la solidaridad concreta. Agradezco a todos ustedes que han venido numerosos de Roma, de Italia y de tantas partes del mundo. Saludos a los fieles de la Arquidiócesis de Paderborn (Alemania), a aquellos de Porto (Portugal), y al grupo del colegio Mekhitarista en Roma. En el día de san Francisco de Asís, patrono de Italia, saludo con particular afecto a los peregrinos italianos, en particular, a los fieles de Reggio Calabria, Bollate, Mozzanica, Castano Primo, Nule e Parabita. Saludo a los chicos de Belvedere di Spinello y a la Asociación de los derechos de los peatones de Roma y de Lazio. Y, por favor, no se olviden de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta pronto!