miércoles de la tercera semana de cuaresma

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Homilía, reflexión, teología

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MIRCOLES DE LA TERCERA SEMANA DE CUARESMAApreciados hermanos, Jess dice en el evangelio que acabamos de escuchar: No creis que he venido a abolir la Ley o los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Aqu la Ley y los Profetas se refieren a la religin juda, a las tradiciones y normas del pueblo de Israel. Jess no vino a destruir la fe de las personas, sino a ensearnos el verdadero rostro de Dios: vino a revelarnos al a Dios Padre. Vino a darle plenitud a nuestra fe. Los judos hablaban con orgullo de la Ley de Moiss. Era el mejor regalo que haban recibido de Dios. La Ley para ellos era vida, no muerte. En todas las sinagogas la guardaban (y an lo hacen) con veneracin dentro de un cofre depositado en un lugar especial. En esa Ley podan encontrar cuanto necesitaban para ser fieles a Dios.Jess, sin embargo, no vive centrado en la Ley. No se dedica a estudiarla ni a explicarla a sus discpulos, como s lo hacan los maestros y los escribas. A Jess no se le ve nunca preocupado por observarla de manera escrupulosa. Es ms, en muchos pasajes del evangelios vemos a Jess criticando el rigorismo legal de los fariseos, por ejemplo, que anteponan la Ley de Moiss a la prctica de la misericordia, al amor entre hermanos, a la defensa de la dignidad de las personas, a la prctica de la caridad con el ladrn, el pobre, la viuda, la prostituta, etc. Tampoco sera honesto decir que Jess no pone en marcha una campaa contra la Ley, pero sta no ocupa ya un lugar central en su corazn.Jess busca la voluntad del Dios desde otra experiencia diferente. Jess siente a Dios tratando de abrirse camino entre los hombres para construir con ellos un mundo ms justo y fraterno. Esto lo cambia todo. La ley no es ya lo decisivo para saber qu espera Dios de nosotros. Lo primero es "buscar el reino de Dios y su justicia".Los fariseos y letrados se preocupan de observar rigurosamente las leyes, pero descuidan el amor y la justicia. Jess se esfuerza por introducir en sus seguidores otro talante y otro espritu: si vuestra justicia no es mejor que la de los escribas y fariseos, no entraris en el reino de Dios. Hay que superar el legalismo que se contenta con el cumplimiento literal de leyes y normas. Cuando se busca la voluntad del Padre con la pasin con que la busca Jess, se va siempre ms all de lo que dicen las leyes. Para caminar hacia ese mundo ms humano que Dios quiere para todos, lo importante no es contar con personas observantes de leyes, sino con hombres y mujeres que se parezcan a l. Aquel que no mata, cumple la Ley, pero si no arranca de su corazn la agresividad hacia su hermano, no se parece a Dios. Aquel que no comete adulterio, cumple la Ley, pero si desea egostamente la esposa de su hermano, no se asemeja a Dios. En estas personas reina la Ley, pero no Dios; son observantes, pero no saben amar; viven correctamente, pero no construirn un mundo ms humano. Hemos de escuchar bien las palabras de Jess: No he venido a abolir la Ley y los profetas, sino a dar plenitud. No ha venido a echar por tierra el patrimonio legal y religioso del antiguo testamento. Ha venido a dar plenitud, a ensanchar el horizonte del comportamiento humano, a liberar la vida de los peligros del legalismo. Nuestro cristianismo ser ms humano y evanglico cuando aprendamos a vivir las leyes, normas, preceptos y tradiciones como los viva Jess: buscando ese mundo ms justo y fraterno que quiere el Padre. Las leyes estn al servicio del hombre, no el hombre al servicio de las leyes.