menos puede ser mÁs!
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¡MENOS PUEDESER MÁS!
Por: Jerry Page
ENCONTRAR OPORTUNIDADESPOSITIVAS EN TIEMPOSFINANCIEROS DIFÍCILES
Departamento: Asociación Ministerial
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¡MENOS PUEDE SER MÁS!
¡Este tiempo de crisis puede ser nuestro momento al estilo “libro de Hechos”! Los
primeros creyentes tenían poco dinero, ninguna iglesia construida, pocos
pastores, ninguna gran institución, y estaban siendo perseguidos. Pero Dios puso
al mundo cabeza abajo por medio de ellos, cuando respondieron al llamado de
Jesús en Hechos 1:8, orando y buscando al Espíritu Santo hasta que recibieron el
bautismo. ¡No queremos volver a la “normalidad” si esta va a ser Laodicea! ¿Qué
es lo que él puede hacer por intermedio nuestro en este momento crucial de la
historia del mundo?
Jerry Page es secretario ministerial de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, en Silver Spring, Maryland, Estados Unidos.
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Una gran decepción
Me asusté y me avergoncé; ¡no podía creer lo que me acababa de suceder! Mi
cuenta corriente estaba U$ 1.700 en negativo, y mi último cheque fue devuelto
con el sello “saldo insuficiente” a la persona que trató de cobrarlo. Después de
revisar mis entradas, me di cuenta que había añadido erróneamente U$ 2.000 en
lugar de haberlos disminuido. ¡Mi cuenta tenía varios miles de dólares menos de
lo que yo pensaba!
Como joven familia pastoral nos habíamos dado cuenta en los últimos meses de
que estábamos sobrecargados. Con el aumento de los pagos de nuestra casa
teníamos más gastos que ingresos cada mes, y nuestros ahorros estaban casi
agotados.
Pensé que había entendido el deseo del Señor: “Ora, trabaja mucho como pastor,
sé fiel en los diezmos y ofrendas, y cuando vendas tu casa te bendeciré y te
ayudaré a aumentar la seguridad financiera para el futuro”. Le pedí mucha ayuda
a Dios en la compra y venta de nuestras dos primeras casas y gané algún dinero
con cada una.
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¿Por qué, Señor?
Pero al mudarnos a Denver, Colorado, había orado menos y confiado más en mi
propia experiencia como comprador de inmuebles. Realmente me gustó una
casa, pagué más de lo que era sensato, y el valor de las mensualidades aumentó
con el tiempo. Como mi esposa Janet y yo deseábamos que ella se quedara en
casa con nuestros hijos, nos dimos cuenta que teníamos verdaderos problemas
financieros.
Decidimos vender nuestra casa y oramos mucho por ello. Efectivamente
apareció un comprador que hizo una oferta con la que ganaríamos un poco de
dinero. Esta oferta me dio ánimo después de notar el error en la chequera aquel
día. Sin embargo, cuando llegué a casa, el comprador había dejado un mensaje
diciendo que el acuerdo estaba cancelado porque no había logrado obtener un
préstamo. Mi corazón se acongojó. “¡Señor, por favor ayúdanos!” oré.
Empezamos realmente a orar y a reivindicar las promesas de la Biblia. Pero la
economía en esa área había sufrido un gran golpe y las casas estaban
devaluándose. Los meses pasaron y el Señor no vendió nuestra casa. Cierto día,
con mi espíritu desanimado abrí mi Biblia pidiendo que el Señor hablara conmigo
personalmente. Él me llevó al Salmo 37, que ha sido una piedra angular para mí
desde entonces.
“Deléitate asimismo en Jehová y él teconcederá las peticiones de tu corazón”(v. 4).1
“Guarda silencio ante Jehová y espera enél. No te alteres con motivo del queprospera en su camino, por el hombre quehace lo malo.” (v. 7).
“Joven fui y he envejecido, y no hevisto justo desamparado ni a sudescendencia que mendigue pan. Entodo tiempo tiene misericordia ypresta. Su descendencia es parabendición.” (v. 25, 26).
Salmo 37Versiculos
5
“… pero los que esperan en Jehová heredarán la tierra,” (v. 9).
“Mejor es lo poco del justo que las riquezas de muchos pecadores,” (v. 16).
“Conoce Jehová los días de los íntegros […] No seránavergonzados en el tiempo de dificultad,y en los días de hambre serán saciados” (v. 18, 19).
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Empecé a alabar al Señor, pensando que me estaba diciendo que vendería
nuestra casa muy pronto, por un buen precio y que estaríamos bien. Pero no
sucedió así. Al contrario, ¡nuestra casa permaneció sin vender por casi dos años!
“Señor, ¿por qué no respondes, salvándonos de perder casi todos nuestros
ahorros, llevándonos a las deudas?”, clamé a Dios. Finalmente oré: “El dinero es
todo tuyo Señor, lo entrego en tus manos. Ya no quiero administrar mis finanzas.
¡Ayúdanos pronto!”
Después de siete años en Colorado, recibí un llamado para trabajar en la
Asociación de Pensilvania como secretario ejecutivo y secretario ministerial.
Después de mucha oración y de entender más sobre las necesidades de aquella
Asociación, sentimos fuertemente que el Señor nos estaba llamando a mudarnos.
Alquilamos una casa allá. Eso significaba que teníamos dos pagos por vivienda –
¡estábamos en una brecha financiera, sin lugar a dudas! Sin embargo, confiamos
que Dios estaba guiándonos de esta manera. Descubrimos que muchas veces el
camino por el cual él nos conduce, cuando realmente oramos y reivindicamos sus
promesas, no siempre es el más sensato humanamente, pero él tiene sus propios
planes y “mil maneras de proveer a nuestras necesidades”.2
¡MENOS PUEDE SER MÁS!
Nuestra casa fue vendida por el precio exacto que pagamos por ella, justamente
en la semana en que terminamos de empacar y el camión estaba llevando
nuestra mudanza. No pudimos cubrir los gastos de la venta. ¡Este resultado fue
una gran decepción para nuestra pequeña familia! Habíamos orado mucho por
esto, ahora estábamos sin ahorros y aún más endeudados. Parecía que Jesús no
había respondido nuestras oraciones.
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Desde aquel día en adelante, empecé a escribir breves notas sobre milagros al
margen del Salmo 37 en mi Biblia (foto a la izquierda): los vehículos donados por
personas; el dinero que los amigos nos dieron, tocados por el Señor, exactamente
cuando era necesario; las maravillosas casas en las cuáles el Señor nos permitió
vivir, a menudo en bellos lugares rurales, los milagros durante crisis financieras en
nuestra Asociación y mucho más.
¡Nuestro Señor es fiel! Le gusta que aprendamos a confiar en él. Los desafíos
financieros pueden ser una gran ayuda para nuestra relación con Jesús. ¡Prefiero
tener este “patrimonio de fe” a lo largo de los años, anotado al margen del Salmo
37 de mi Biblia que grandes cantidades de dinero en el banco!
Sin embargo, al momento de la venta nuestro precioso Señor Jesús nos mostró
que estaba con nosotros, solucionando las cosas para bien, eventualmente.
¡Durante toda mi vida él se me presentó claramente cuando el camino parecía
más oscuro!
Esta maravillosa promesa del libro El Ministerio de
Curación llegó a ser una de mis favoritas: “En la vida
futura, se aclararán los misterios que aquí nos han
preocupado y chasqueado. Veremos que las
oraciones que nos parecían desatendidas
y las esperanzas defraudadas figuraron entre
nuestras mayores bendiciones”.3
¡Al contemplar mi pasado, con todas las pruebas,
pedidos sinceros en oración y las maneras por las
cuáles él solucionó nuestros desafíos financieros, me
siento lleno de alegría y alabanza!
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La presencia de Dios trae paz
El Señor realmente me bendijo nuevamente cuando fui elegido presidente de la
Asociación de Pensilvania. Mo Pelley, nuestro tesorero, amaba a Jesús de todo
corazón, era sabio en finanzas y liderazgo y había adquirido bastante experiencia
cuando trabajó como piloto misionero en África por muchos años.
Cierto día, mientras las finanzas de nuestra Asociación parecían especialmente
sombrías, me dijo de manera sabia y reconfortante: “Jerry, en mi experiencia con
Jesús, he descubierto que cuando el pueblo de Dios tiene menos recursos, él
obtiene la mayor gloria!”
Cuando dejamos de confiar en nosotros mismos, nos lanzamos sobre Jesús en
desesperación, colocamos a Dios en el centro y llamamos su nombre en oración,
él suple todas nuestras necesidades en Jesús (Filip. 4:19). Él puede sorprendernos
con sus caminos creativos que nos permiten alabarlo solo a él. ¡Repetidamente
me di cuenta que esto es verdad!
Mo y yo nos encontramos frente a otra ronda de grandes recortes y desafíos
financieros difíciles, porque el cambio económico hizo con que los diezmos y las
ofrendas disminuyeran drásticamente. Las cosas ya habían sido “cortadas hasta
el hueso”; así que, cualquier reducción adicional en el presupuesto sería muy
dolorosa.
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Dios habló conmigo
El sábado 17 de marzo por la mañana, me desperté con un nudo en el estómago.
Estaba dominado por la ansiedad a causa de los enormes desafíos financieros.
Podía imaginarme a las personas culpando a este joven presidente de la
Asociación. ¡Estaba preocupado por mí y por la iglesia!
Mis giros en la cama despertaron a Janet. Al entender el problema ella me dijo:
“Oremos juntos”. Después de reivindicar las promesas de Dios en oración, me
sentí animado y la fe empezó a reemplazar mi ansiedad. Entonces Tyson, mi hijo
mayor se despertó enfermo del estómago, así que quedó claro que mi familia no
podría ir conmigo a la iglesia aquel sábado, lo cual fue decepcionante.
Al sentir la ansiedad en casa, Zac, nuestro hijo menor, pidió que leyéramos juntos
la meditación matinal. Creo que fue el Espíritu Santo. Fui al estante para tomar el
libro de la devoción infantil de este año, pero pensé: “¿Sabes una cosa? El libro de
este año fue escrito para niños mayores que Zac”. Así que tomé el libro
devocional del año anterior, lo abrí en el día 17 de marzo y empezamos a leerlo.
A medida que leíamos, las lágrimas empezaron a caer de mis ojos mientras el
Señor hablaba conmigo. Era una historia sobre un muchacho llamado Alan y su
padre, que vieron a un anciano casi ciego que golpeaba con su bastón en la acera
cerca de la oficina de los correos, mientras trataba de enviar una carta. Ellos
empezaron a conversar con él, le ofrecieron ayuda y se enteraron que estaba a
punto de suicidarse. La esposa lo había echado de la casa, el hermano lo
repudiaba debido a su problema con la bebida. Él había sido un senador estatal
muy respetado, pero su vida se había desmoronado.
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Cuando el dinero se agota
Ellos lo acogieron y encontraron un lugar donde él pudiera quedarse. Más tarde
recibió estudios bíblicos y fue bautizado. ¡Historia maravillosa! Sin embargo, no
fue la historia en sí lo que más me inspiró. ¡Dios me llevó al libro devocional del
año anterior, al 17 de marzo, y me mostró una historia que yo escuchaba de mi
familia todos los años, sobre cómo mi hermano Alan y nuestro padre habían
conocido al anciano senador Prunty cuando estaba a punto de suicidarse! Jesús
me dijo: “Jerry, te conozco a ti, a tu hermano y a tu padre, y aunque no pueda
decirte todas las maneras en que voy a solucionar los problemas de la Asociación
de Pensilvania, quiero que sepas que estoy aquí contigo y cuidaré infinitamente, a
ti y a la Asociación”. Así que fui a la iglesia lleno de alegría para predicar en el
poder del Espíritu Santo.
Dios realizó muchos milagros en nuestra Asociación en los años consecutivos,
proporcionando recursos extras y llevándola a un crecimiento mayor que en
muchos años anteriores. ¡Él puede hacer mucho, abundantemente, más allá de
todo lo que podemos pedir o pensar! Para estar en paz sólo necesitamos saber
que él está con nosotros y promete atender nuestras necesidades reales.
Muchas veces se ha dicho: "Cuando el dinero escasea, la familia se pelea". Sin
embargo, como revelan las Escrituras, a menudo hay un "Pero Dios..." cuando él
interviene. Eso ha sido cierto incluso en la iglesia, ¡y es cierto para las familias
cristianas también!
Me di cuenta que la familia o la iglesia que oran genuina y fervorosamente
permanecen juntas. Además de esto, si pones a Jesús en el centro de tus
desafíos financieros, tus verdaderas necesidades serán atendidas y prosperarán
en finanzas y relaciones. Al principio puede parecer extraño que yo vincule
relaciones con las finanzas. Pero como muchos de nosotros podemos
comprobar, las relaciones generalmente se ponen muy tensas cuando surgen
desafíos financieros. “Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo
es posible” (Mat. 19:26).
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En 1995, Janet y yo fuimos llamados a la Asociación Central de California. Yo
como presidente, y más tarde ella vino a ser líder de oración del Ministerio de la
Mujer. Conocimos muchas personas maravillosas y cosas muy buenas que
sucedieron allá, pero también grandes desafíos financieros, de relacionamientos y
misioneros.
Todo lo que sabíamos hacer era instar a todo el pueblo de Dios a ver cada
dificultad, necesidad e imposibilidad financiera como un llamado a la oración. Y
estas no fueron apenas algunas oraciones por un corto período de tiempo, sino
muchos compañeros de oración orando durante meses y tal vez años por
necesidades específicas. Sólo voy a enumerar brevemente algunos de los
principales desafíos:
• El Colegio de Monterey Bay tenía deudas de US$ 2 millones y estaba corriendo
el riesgo de cerrar sus puertas.
• Pero después de mucha oración, Dios nos llevó al liderazgo correcto y en
menos de cinco años todo fue recompensado por medio de este liderazgo
espiritual y principios cristianos de reducción de deudas e intereses.
• La Asociación voto por cerrar el Campamento Soquel y colocar los dos grandes
terrenos a venta. Pero Dios nos llevó a revertir estas decisiones,
transformándolas en un gran mecanismo de crecimiento espiritual y financiero.
Una respuesta a la oración fue el milagro de la ofrenda del congreso de
evangelismo, que pasó de US$100.000 a más de US$1 millón por año durante
la siguiente década.
• El campamento Wawona, en el Parque Nacional de Yosemite, fue dividido en
zonas erróneas y amenazado de perderse debido a la fuerte oposición de
vecinos y organizaciones privadas y gubernamentales.
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Dios derrotó milagrosamente esas fuerzas opositoras y ahora el campo se está
expandiendo y siendo reconstruido para ministerios aún mejores. Todas las
instalaciones mencionadas anteriormente también necesitaban grandes reformas,
y nuestras escuelas necesitaban becas de estudios. No había dinero para estas
necesidades, pero Dios nos llevó a desarrollar una organización de voluntarios y
una campaña de capital en la Asociación, lo que permitió que los miembros
donaran innumerables días de servicio y cerca de US$ 11 millones. A través de
años de oración persistente, la Asociación fue testigo de incontables milagros. El
dinero seguía viniendo de miembros y amigos de la iglesia.
Nuestra familia fue liderada por Dios para dar, con fe, casi mitad de nuestros
ingresos como diezmos, ofrendas y campañas de evangelismo, cuando parecía
humanamente imposible, con un hijo en la universidad y el otro en secundaria.
Pero Dios nos bendijo de maneras sorprendentes para atender nuestras
necesidades para el futuro. Inclusive ahora, nuestra alabanza es insuficiente para
agradecer a Dios por tantas bendiciones, su cuidado continuo y nuestros hijos y
sus familias que viven de manera sacrificial en mayordomía – ¡eso vale más que
cualesquiera bendiciones materiales!
Prosiguiendo en la fe
Puede continuar la lista de milagros personales, en las relaciones, en los
ministerios, en el evangelismo y finanzas, y en las bendiciones incontables que
vimos en todo el mundo los últimos diez años, mientras viajábamos enseñando y
ministrando para la Asociación Ministerial de la Asociación General. ¡Dios trabaja
de la misma manera en todo el mundo cuando su pueblo invoca mucho su
nombre y sigue su liderazgo!
“Los medios de los cuales disponemos no
parecerán tal vez suficientes para la obra;
pero si queremos avanzar con fe, creyendo
en el poder de Dios que basta para todo, se
nos presentarán abundantes recursos. Si la
obra es de Dios, él mismo proveerá
los medios para realizarla. […] Si vamos
a la Fuente de toda fuerza, con las manos
de nuestra fe extendidas para recibir,
seremos sostenidos en nuestra obra, aun en
las circunstancias más desfavorables, y
podremos dar a otros el pan de vida”.5
Elena G. White
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¡Este tiempo de crisis puede ser sin duda nuestro "libro de los Hechos" momento
para pasar a la última gran explosión de avivamiento y reforma dirigida por el
Espíritu que conduce a la segunda venida de Cristo! A medida que enfrentamos
los próximos desafíos financieros, en lugar de estar ansiosos y depender de los
métodos humanos y la sabiduría convencional, necesitamos seguir el proceso
que ellos adoptaron una y otra vez en el libro de los Hechos.
En cada desafío, persecución u obstáculo, los primeros cristianos se reunían,
oraban y ayunaban. El Espíritu Santo apareció, y la Palabra de Dios se esparció
con poder. Algunos fueron convertidos, otros rechazaron el mensaje. Sin
embargo, ¡la iglesia creció considerablemente y los primeros cristianos llevaron el
evangelio a todo el mundo en menos de 25 años! Aunque tuvieran poco dinero,
ninguna iglesia, pocos pastores, ninguna institución y poca educación, ¡Dios les
dio todo lo que necesitaban y aún más, además de recibir toda la gloria!
Dios nos está llamando para ayudarlo a escribir el último capítulo del libro de
Hechos mientras se prepara para su pronta venida. ¡Él siempre es capaz de
hacer que menos se transforme en más!
1 La versión bíblica utilizada es RVR (1995).
2 Elena G. White, Dios nos cuida, p. 73.
3 White, El Ministerio de curación, pp. 375, 376.
4 Los materiales de ayuda financiera de Larry Burkett y Dave Ramsey fueron inestimables.
5 Elena G. White, El Deseado de todas las gentes, p. 339.
recursos
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