maximiano trapero - la décima popular en la tradición hispánica

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Publicado en La décima: Su historia, su geografía, sus manifestaciones (coord. Maximiano Trapero). Santa Cruz de Tenerife: Cámara Municipal de Évora / Centro de la Cultura Popular Canaria, 2001, 61-100. LA DÉCIMA POPULAR EN LA TRADICIÓN HISPÁNICA Maximiano Trapero Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Dos modalidades de la décima popular Es necesario distinguir explícitamente desde un principio los dos géneros a los que se adscribe la décima en la literatura popular en los territorios de hablas española y portuguesa. Los dos son populares y, en un determinado momento, los dos también orales, aunque bien diferentes son en su origen, en su naturaleza y, sobre todo, en la forma de su transmisión. Por una parte, la décima improvisada es una modalidad específicamente hispánica (extendida también a las zonas de habla portuguesa) del género universal de la poesía improvisada, y, por otra, la décima que vive en la tradición oral se suma a los otros géneros, también hispánicos, de «poesía memorial» (cuales son el romancero y el cancionero). La décima improvisada es poesía evanescente, palabra que muere al mismo tiempo en que nace, dejando en el aire y en el alma de los oyentesun grato aroma de arte momentáneo. Muy difícilmente (aunque no es imposible) una décima improvisada pasará a la tradición, y será conocida y repetida después por todos, por la simple incapacidad de la memoria humana. Las décimas improvisadas son un género de poesía popular, común a los gustos del pueblo, pero en muy distinta manera a la poesía tradicional; el pueblo-legión aquí se queda en la esfera más elemental de ser un mero espectador que acepta eso sío rechaza lo que sólo es propio de verdaderos ingenios poéticos populares. Por el contrario, la décima que se ha hecho tradicional vive en la memoria del pueblo, es colectiva y se siente patrimonial, es decir, de todos, perdido ya el recuerdo, si alguna vez lo tuvo, de haber sido creación individual, y anda ya de boca en boca, viviendo en variantes. Porque el ser género de literatura «tradicional» no significa que sea texto inmovilizado, tal cual ocurre con el texto fijado por la escritura. Las leyes que gobiernan todo género de literatura oral giran en torno a dos procedimientos simultáneos: el de la repetición y el de la renovación. «Poesía [o literatura] que vive en variantes», dijo Menéndez Pidal que era, y nos parece que es la mejor definición que puede hacerse de ella. Pero no cabe duda de que la fuerza que predomina en su transmisión, es la primera, la de la repetición. Por eso determinados géneros orales hispánicos, como por ejemplo los romances, han podido permanecer en la memoria colectiva de pueblos muy variados durante cinco, seis y hasta siete siglos, con elementos cambiantes diferenciales muy importantes, pero conservando una identidad temática esencial. Y por eso, a este tipo de género de poesía (y de literatura) se le puede llamar, con razón, «poesía memorial». Frente a otro tipo de poesía (aquí sólo de poesía) que, aun viviendo dentro de una tradición de formas, de funciones, de usos e incluso de significado, es «poesía improvisada». El genio que manifiesta la primera es siempre colectivo, pertenece y representa a una colectividad: es poesía (o literatura) de todo un pueblo. Así, por ejemplo, el romance de Delgadina, por encima de las miles de versiones orales individuales que se hayan producido en todos los países hispanoparlantes (también en los de habla portuguesa, y gallega, y catalana, y judeosefardita) es representativo, en el nivel simbólico más general, de unas relaciones incestuosas entre un padre y una © Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008

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La décima popular

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Publicado en La dcima: Su historia, su geografa, sus manifestaciones (coord. Maximiano Trapero). Santa Cruz de Tenerife: Cmara Municipal de vora / Centro de la Cultura Popular Canaria, 2001, 61-100. LA DCIMA POPULAR EN LA TRADICIN HISPNICA Maximiano Trapero Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Dos modalidades de la dcima popular Es necesario distinguir explcitamente desde un principio los dos gneros a los que se adscribe la dcima en la literatura popular en los territorios de hablas espaola y portuguesa. Los dos son populares y, en un determinado momento, los dos tambin orales, aunque bien diferentes son en su origen, en su naturalezay,sobretodo,enlaformadesutransmisin.Porunaparte,ladcimaimprovisadaesuna modalidadespecficamentehispnica(extendidatambinalaszonasdehablaportuguesa)delgnero universal de la poesa improvisada, y, por otra, la dcima que vive en la tradicin oral se suma a los otros gneros, tambin hispnicos, de poesa memorial (cuales son el romancero y el cancionero).La dcima improvisada es poesa evanescente, palabra que muere al mismo tiempo en que nace, dejando en el aire y en el alma de los oyentes un grato aroma de arte momentneo. Muy difcilmente (aunquenoesimposible)unadcimaimprovisadapasaralatradicin,yserconocidayrepetida despus por todos, por la simple incapacidad de la memoria humana. Las dcimas improvisadas son un gnerodepoesapopular,comnalosgustosdelpueblo,peroenmuydistintamaneraalapoesa tradicional;elpueblo-leginaqusequedaenlaesferamselementaldeserunmeroespectadorque acepta eso s o rechaza lo que slo es propio de verdaderos ingenios poticos populares.Porelcontrario,ladcimaquesehahechotradicionalviveenlamemoriadelpueblo,es colectivaysesientepatrimonial,esdecir,detodos,perdidoyaelrecuerdo,sialgunavezlotuvo,de haber sido creacin individual, y anda ya de boca en boca, viviendo en variantes. Porque elser gnero de literatura tradicional no significa que sea texto inmovilizado, tal cual ocurre con el texto fijado por la escritura. Las leyes que gobiernan todo gnero de literatura oral giran en torno a dos procedimientos simultneos: el de la repeticin y el de la renovacin. Poesa [o literatura] que vive en variantes, dijo Menndez Pidal que era, y nos parece que es la mejor definicin que puede hacerse de ella. Pero no cabe duda de que la fuerza que predomina en su transmisin, es la primera, la de larepeticin.Poresodeterminadosgnerosoraleshispnicos,comoporejemplolosromances,han podidopermanecerenlamemoriacolectivadepueblosmuyvariadosdurantecinco,seisyhastasiete siglos,conelementoscambiantesdiferencialesmuyimportantes,peroconservandounaidentidad temticaesencial.Yporeso,aestetipodegnerodepoesa(ydeliteratura)selepuedellamar,con razn, poesa memorial. Frente a otro tipo de poesa (aqu slo de poesa) que, aun viviendo dentro de una tradicin de formas, de funciones, de usos e incluso de significado, es poesa improvisada.Elgenioquemanifiestalaprimeraessiemprecolectivo,perteneceyrepresentaauna colectividad: es poesa (o literatura) de todo un pueblo. As, por ejemplo, el romance de Delgadina, por encimadelasmilesdeversionesoralesindividualesquesehayanproducidoentodoslospases hispanoparlantes(tambinenlosdehablaportuguesa,ygallega,ycatalana,yjudeosefardita)es representativo,enelnivelsimblicomsgeneral,deunasrelacionesincestuosasentreunpadreyuna Del documento, de los autores. Digitalizacin realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008hija, que la cultura oficial de esos pueblos condena por ir contra natura. Pero si descendemos a niveles de consideracinmenosgenerales,advertimosqueeltextodelromancehaprestadomayoromenor atencin a aspectos diversos del relato, segn cada pas o regin folclrica, tales como la crueldad de la madreydelashermanasdelainfortunadadoncellaalnegarleelauxiliodelagua,oladurezadelas prisiones en que se halla, o el auxilio que le llega del cielo, cuando de la tierra le faltaba. Por el contrario, la poesa improvisada manifiesta siempre un genio individual, fruto, s, de una tradicincolectiva,quesedaconformeaunaspeculiaridadespropiasdeunlugardeterminadoy diferencialesdeunadeterminadacomunidad,peroimputable al genio individual de cada poeta cantor. As,porponertresejemplosparadigmticos,lapoesadeTomasitaQuialaser,antesquenada,punto cubano,esdecir,poesaimprovisadaendcimas,conformadasegnlasreglasdelamsicaydela instrumentacin con que se acompaa, y conforme a las reglas que en Cuba se han configurado como propias(o,almenos,predominantes)delapoesaimprovisada.FrentealapoesadeMiguelGarca Candiota, que es trovo, es decir, poesa improvisada hecha en quintillas y cantada segn la estructura y las formas de la malaguea o del fandango de Las Alpujarras. O frente a la poesa de Andoni Egaa, que esbertsolariak,esdecir,poesaimprovisadaenlenguavasca,quepuedeelegirentreunnmeromuy variable de mtricas y que ha de apoyarse tambin en el canto, bien sea sobre una meloda tradicional, biensobreotraqueelpropiopoetacreeenelmomentodecantar,peroquehadecantarsesin instrumentacin alguna, a capella. Cada uno de estos tres poetas canta al estilo de la regin folclrica a la que pertenece, y conforme a las leyes que en cada una de esas regiones se han ido configurando a lo largo del tiempo; es decir, dentro de una tradicin, aunque sta sea nacional o local. El acto individual, en estecaso,comoentodoslosquecorrespondenaunaculturatradicional,participadeloscaracteres dominantes en lo comn tradicional de cada pueblo. Pero no cabe duda de que la poesa de Tomasita Quiala se distingue de la de los otros repentistas cubanos, lo mismo que la de Miguel Garca Candiota esdiferente a la de los otros troveros alpujarreosylade Andoni Egaa de la del resto debertsolaris vascos.Cadaunodeellos,porserlostresfigurasindiscutiblesdelapoesaimprovisadaensus respectivas regiones folclricas, podr tener ms o menos fervorosos seguidores de entre el pblico en general, ms o menos imitadores de entre los propios improvisadores, pero esto ser justamente por ser un yo diferencial, sujeto individual de una produccin potica. Los dos gneros viejos de la poesa popular espaola La poesa popular en lengua espaola y portuguesa se ha manifestado desde siempre a travs de dosgnerosprincipales:elromanceroyelcancionero.Paraelprimero,queesungneropico,esdecir, narrativo,sehautilizadosiempreunmismoynicometro,elromance:unaserieindeterminadade versos octoslabos con rima asonante y uniforme en los pares26. Para el segundo, para el cancionero, que es un gnero lrico, se han utilizado, sin embargo, distintos metros a lo largo de la historia: las jarchas, el zjel y el villancico, el dstico, las letrillas, la cancin, la seguidilla, la cuarteta, la copla, etc. La inspiracin y el sentir popular se han acomodado en cada tiempo a unas formas poticas cambiantes, pero el motivo poticohasidoelmismo.Aunquehabraquedecirquelalricapopularsufriunaprofunda transformacin, en cuanto a la mtrica se refiere, a finales del siglo XVI.Cancioneroyromanceroelunopoesalrica,elotropoesanarrativaformanunasumade poesapopularquenotieneigualenningunodelosotrospueblosdelmundo.Ysuimportanciaes mayor cuando consideramos el hecho de que es una poesa que no ha cesado de vivir nunca, que quiz 26Estaesladefinicinmsaluso,aunquemspropiamentehayquehablarde versosdieciseislabos,divididosendoshemistiquiosoctosilbicos,yportanto con rima uniforme y continua. Del documento, de los autores. Digitalizacin realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008hayaestadolatente,ocultaalamiradadelosestudiosos,perovivaypujanteenloslabiosdelpueblo. Que se manifest esplendorosa en los siglos ureos, porque el sentir cortesano gust de ella y la aplau-di, pero que se mantuvo callada recogida en su propia modestia, antes y despus, y que ha llegado hasta hoy repartida por todos los pases de hablas hispanas. Estosdosgneros,quenacieronenlaEdadMediayquehanvenidoutilizndosesin interrupcin hasta la actualidad, nutren lo que se denomina la poesa tradicional hispnica, a travs de dos mecanismos paralelos, el de la conservacin (y recreacin) de los textos antiguos y el de la creacin de nuevostextosaimitacindelosmodelosanteriores,puesnuncalainspiracinpopularhacesadode crear poesa. Y estos dos gneros siguen vigentes, con mayor o menor vitalidad, segn la geografa, en todoslosterritoriosdehablaespaolayportuguesa,tantoseaenlaEspaayPortugalcontinentales, como en sus respectivos territorios insulares del Mediterrneo (las Islas Baleares) y del Atlntico (las Islas Canarias y los archipilagos de Madeira y de Azores), como en los pases y territorios que propiamente consideramos hispanoamericanos, ms en aquellos otros lugares de la Amrica del Norte en donde las culturasylenguasespaolayportuguesaseasentaronylograronfijarse(enLuisiana,TexasyNuevo Mxico, por parte del espaol; en Nueva Inglaterra y Canad, por parte de Portugal). Tan extendidos y arraigadosestnque,enfrmulapremonitoriaconfirmadaefectivamentedespus,MenndezPidal lleg a decir que estaban en todos los lugares del mundo en donde en algn momento de su historia all hubierallegadounespaolysehubieraimplantadoallsulengua(valedeciraqutambinquelo portugus).Deahque,msquedepoesatradicionalespaola,sedebahablar,mspropiamente,de poesa tradicional panhispnica, o simplemente hispnica. La dcima, un gnero nuevo e integrador Alosdosgnerosviejosypropiamentetradicionalesdelapoesapopularhispnica,el romancero y el cancionero, ha venido a sumarse otro nuevo: la dcima, mucho ms joven, sin duda, pero que tanto es poesa narrativa como poesa lrica, y que, por tanto, ha venido a configurarse como el tercer gnero de la literatura hispnica de tipo popular.Ladcimanacivalgarecordarlocomounasimpleestrofa,comounanuevarima(asla bautiz su creador Vicente Espinel), y esa condicin fue la que tuvo en sus primeros cultivadores (Lope, Caldern,Cervantes,Quevedo,Gngora...).Yestanaturalezaeslaquehaseguidoteniendoenla literatura, vamos a llamarla culta, escrita, en los autores que an usan de la dcima en sus respectivas obraspoticas.Esenelmbitodelaliteraturapopularyoralendondeladcimahaadquiridouna dimensin mucho mayor: la de convertirse en todo un gnero literario. Es en la tradicin oral en donde la dcima se convierte en el tercer gnero literario de la poesa popular, que es un gnero integral, mltiple en sus diversas manifestaciones y que recorre temticamente el universo entero de la vida del hombre, sea tanto en la esfera individual como colectiva. La vitalidad con que viven estos tres grandes gneros de poesa oral en el conjunto del mundo hispnico es muy diversa, y ms diversas aun son las funciones que tienen y las formas que adoptan en cada lugar, pero puede hacerse una valoracin general de la manera siguiente. Ladcimahadevenidoenserlaestrofayelcantoporexcelenciadetodoslospueblosde Amrica.BastacogerunCancionerodecualquierpashispanoamericanoquecontengaunanutrida coleccin de poesa popular, para cerciorarse de que la dcima ocupa all la mayor parte de sus pginas. EnlosCancionerosdeEspaaodePortugal,sinembargo,suspginasestarnllenasderomancesyde canciones,peronodedcimas.SloendosenclavesmuyconcretosdelaEspaapeninsular,enla regindeMurciayenLasAlpujarrasandaluzas,encontraramosalgunasdcimas,peroenproporcin muy minoritaria al gnero que all es peculiar, el trovo, que est hecho en quintillas. Y por lo que respecta aPortugal,slo(oprioritariamente)enlaregindelAlentejoydelAlgarbe.Yenmediodelaselva Del documento, de los autores. Digitalizacin realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008americanaydelcasidesiertodelaPennsulaIbrica,estnlasIslasCanarias,queeneltemadela dcima como en tantos otros temas se muestran ms cercanas a Amrica que a la Pennsula: en un CancionerodeCanariasquequieraserrepresentativodesuverdaderatradicinactualapareceran,sin duda, muchas dcimas.Pero, en rigor, puede decirse que la dcima no desempea una funcin verdaderamente nueva en el campo de la poesa popular. Ningn gnero o subgnero potico en que hoy pueda clasificarse una dcimaestabaantesvacodeexpresinpotica,nisiquieraenelterrenomsnovedosodelapoesa improvisada, pues es evidente que antes de nacer la dcima ya exista ese gnero, y, muy posiblemente, los lugares en donde en la actualidad se improvisa en cuartetas o en quintillas o incluso en pareados, etc., sean testimonios ms arcaicos del arte universal e intemporal de la improvisacin. Si bien es cierto que en el panorama actual de la poesa popular hispnica, el papel ms sobresaliente que cumple la dcima es el de ser el metro predilecto de la improvisacin.En la otra dimensin, en el de la poesa memorial, la dcima ha venido, unas veces, a suplantar losusosqueentiemposantiguoscumplaencancioneroyelromancero,yotrasveceshavenidoa renovarlosyareforzarlos.Ladcima,convertidayaenpoesapopular,tantosirveparaexpresarun sentimiento personal e ntimo como para narrar cualquier acontecimiento que haya conmovido el inters general.As,ladcimahavenido,porunaparte,asumarsealatradicindelalricapopular,ya competir, por otra, con el romance, como poesa narrativa.La incorporacin de la dcima en la poesa popular hubo de producir una alteracin profunda en la tradicin de los pases y lugares en los que triunf. Primero, desde el punto de vista mtrico: la dcima noslorompeelmoldeporarriba,elevandoadiezlosversosdelaunidadpoticapredominante (bsicamente, la cuarteta o la redondilla), sino que, sobre todo, cambia radicalmente el sistema de la rima. Hasta entonces, y en todos los metros populares, la rima era asonante y estaba muy liberalizada (general-menteunasolarimayslodedosendosversos).Porelcontrario,enladcimalarimasehace consonante y se somete a un esquema fijo y complejo: abba:ac:cddc. Cuatro consonantes por cada estro-fa, alternndoseycruzndose. No cabe pensarsiquiera en un modelo anterior que hubiera podido ser desarrollado,comoeslaredondilla,derimacruzada,puesesacombinacinnuncaestuvoenel cancionero popular antiguo. De tal forma que el trnsito en la mtrica result ser completo; slo qued el octoslabo, el verso de mayor antigedad en la literatura espaola. Y adems, desde el punto de vista delcontenido,ladcimaseconvierteenunaunidadpoticaquepermiteeldesarrollodeun pensamiento de manera ms holgada a la esencialidad que le impona la copla, por ejemplo: ya no slo se puedeinsinuarosugerir,comosehacaconelzjeloelvillancico,sinoqueahora,conladcima,se puedeargumentar.Losdiezversosdeladcimapermitenpresentarunpensamiento,desarrollarloy concluirensentencia.Esmsqueunaestrofalricatradicionalymenosqueunromance,peroposee cualidades que le permiten ser, a la vez, estrofa para la lrica y estrofa para la pica. Estudios sobre la dcima popular No cuenta por ahora la dcima popular con estudios particulares de cada uno de los pases o de las regiones en las que vive como para que podamos ofrecer un panorama suficiente de su vitalidad y de las funciones que cumple en cada uno de esos lugares. Pero tampoco estamos ayunos de informacin. En las ltimas dcadas (y ms en los ltimos aos) han ido apareciendo con creciente asiduidad estudios y antologas de dcimas de aqu y de all que nos proporcionan hoy una visin panormica inimaginable unos aos atrs.Eneste mismo libro, en susdiversos captulos, se da cuenta detallada de las acciones quesobreladcimasehanvenidodesarrollandoportodoelmundoiberoamericano,alavezquela bibliografa(yladiscografa,puesnohayqueolvidarestemediodedifusinimportantsimo)seva haciendo poco a poco nutrida y competente. Del documento, de los autores. Digitalizacin realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008Anasabiendasdequeunrecuentobibliogrficosobreladcimapopularcomoelque pretendemosaqu,someroypanormico,pecardeparcoyandeparcial,reseamosloms sobresaliente en cada uno de los pases o regiones del amplio mundo iberoamericano. Los primeros estudios amplios y serios (tambin antolgicos) sobre la dcima popular se deben a VicenteT.Mendoza(1947y1957),endostrabajosyaclsicossobreladcimaylaglosaenMxico. Modernamente,losestudiosdeIvetteJimnezdeBez,deFernandoNavaydeAntonioGarcade Len,sobretodo,mseltestimoniodirectodeGuillermoVelzquez,unodelostroverosms importantesylcidosdelpanoramaactualdeHispanoamrica,noshanpuestodemanifiestola complejidad de formas y la mixtura de tradiciones que tiene la dcima popular en Mxico.De1964datalapublicacindellibrodeIvetteJimnezdeBezsobreladcimapopularen Puerto Rico, estudio verdaderamente pionero desde la perspectiva y el rigor que deben exigrsele a una tesisdoctoral.Lomismopuededecirsedellibroqueaosmstarde,en1977,publicEfranSubero sobre la dcima popular en Venezuela, complementado ltimamente con los estudios de Rafael Salazar, centrados especialmente en su msica, y de Mara Teresa Novo.Sobre la existencia de la dcima en la tradicin literaria popular del occidente de Colombia nos diocuentaGermndeGrandaenunartculomuydocumentadode1977.Ysobreladcimaenel EcuadornosdioprimeracuentaJuanGarca(1979)ymsrecientementeLauraHidalgo (1990)en un amplio muestrario de la dcima en la provincia de Esmeraldas. De la misma manera, de la existencia de la dcima en Per tuvimos noticia primera por Nicomedes Santacruz (1971), aunque ms de su propia obra que de la dcima en la tradicin peruana.SobreladcimaenChileseguimosesperandoelestudioquemerecesuriqusimatradicin: noticiasimportantesdeellanoshandadoestudiososcomoManuelDannemann,RaquelBarros, ConstantinoContrerasySantiagoMorales,ademsdelosnumerososlibrosantolgicosqueelPadre Miguel Jord ha publicado con dcimas populares chilenas, la mayor parte de temtica religiosa, y de las dcimas autobiogrficas de Violeta Parra; pero falta an un estudio comprendedor de todo el fenmeno decimista chileno, extraordinariamente importante, por lo que intuimos. Y lo mismo podramos decir de ladcimapopularenArgentinayenUruguay:sabemosdelaimportanciasocialquealltienenlos payadores,conocemoslosnombresdedecimistasypayadoresfamososdeantes,algunoslegendarios, comoSantosVega,ydeahora,comoelrecientementefallecido(1998)CarlosMolina,ytenemos tambin algunos estudios aproximativos, como los varios de Olga Fernndez Latour, de Ercila Moreno Cha,deAbelZabalayBeatrizSeibel(1988),entreotros,ademsdealgunasantologas,comolasque puedenhallarseentrelosvariosCancionerosregionalesdeJuanAlfonsoCarrizo,perofalta,como decimos, un estudio general de la dcima en las dos orillas del Ro de la Plata.YdeCuba,siendo,posiblemente,elpasenquemayorarraigopopulartengaladcima,falta tambin un estudio de dimensiones paralelas a las de su importancia. Contamos con un libro utilsimo y revelador de Jess Orta Ruiz (1980), sobre la vinculacin de la dcima y el folclore cubano, adems de dosbuenasantologasdedcimaspopularesdeSamuelFeijo(1961y1980),apartevaliososestudios recientesdeotrosmuchosautores,comoelpropioOrtaRuiz,MaraTeresaLinares,WaldoLeyva, Alexis Daz-Pimienta, entre otros, aunque todos ellos ms orientados a la dcima improvisada que a la dcimatradicional.Sobresta,destacanlosvariosestudiosdeVirgilioLpezLemus y el de Maradel Carmen Vctori (1998). Pero insistimos en la falta de un estudio panormico sobre el total de la geografa cubana. Nadasabamoshastahacemuypocodelapresenciadeladcimaenlatradicinoraldelos territorios de habla portuguesa, carencia que ha sido subsanada, en una parte inicial, por los estudios de FenicheBorges(1983y1994),referidosalaliteraturadecordelenelnordestebrasileiro,ylos promovidos por Paulo Lima (1994 y 1997) sobre la presencia de la dcima en el Sur de Portugal. Pero es Del documento, de los autores. Digitalizacin realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008obligado decir que falta mucho por investigar en el dominio de la dcima luxobrasileira. Finalmente,deEspaa,salvoelestudiopionerodePrezVidalde1965,centradoste especialmente en un relato en dcimas del siglo XVIII, absolutamente nada se saba de la presencia (o de la ausencia) de la dcima en su geografa. Slo los estudios de los ltimos aos han puesto de manifiesto que la dcima vive slo con plenitud funcional en la tradicin popular de las Islas Canarias, tanto en la modalidaddepoesa improvisada como de poesa memorial, mientras queen territorio peninsular la dcimahavenidoausarseltimamenteenlamodalidaddepoesaimprovisada(ysloenesta modalidad)enlazonadelasAlpujarrasandaluzasyenlaregindeMurcia,enamboscasospor influencia directa de los improvisadores cubanos. Yaenlostiemposmsrecienteslosestudiossehanmultiplicado,graciassobretodoalas convocatoriasdeSimposios,CongresosyEncuentrosdeestudiososdeladcimaydeFestivalesde decimistasenCanarias(1992y1998),Almera(1995),Cuba(desde1991hastalaactualidad),Mxico (1997 y 1999), Venezuela (1998), Argentina (2000), Portugal (2001) y otros lugares27. Interinfluencias y prstamos en la dcima Laprimerapreguntaesobvia:Decundosonlasdcimasquecirculanhoyenlatradicin popular de los pueblos hispanos? Bien se sabe lo difcil que es expedir un certificado de nacimiento a la poesapopular.Decundosonlascoplasquecantaunlabradorasuyunta,olasdelaabuelaque duerme a su nietito, o las de la mujer con que entretiene su labor domstica, o las del enamorado que echa sus lamentos al aire? De hoy y de siempre. Es asombroso el grado de conservadurismo que tiene nuestra poesa popular: algunas de las simples coplas que hoy canta cualquiera son pervivencia de las jar-chasapenastransformadasdelossiglosXyXI.Ysinosequiereirtanatrs,porquelabasede entonces no es tanta, s que se puede encontrar soporte firme y abundante en la lrica de los siglos XV, XVIyXVII.Aesoselellamatradicionalismo,queeslamarcapredominantedelapoesapopular espaola.Es cierto que las interferencias entre los dos gneros antiguos y la dcima son muchas, y que ste esasuntoquemereceestudiosdetenidos,ansininiciar.Yesigualmenteciertoquelosprstamos tomadosporladcimadelromanceroydelcancionerosoninnumerables,tantoseaenelnivelms abstractodelatemticaydelaideologapuestasenverso,comodelnivelmsconcreto,delpropio lenguaje.Es claro, por ejemplo, que el romance en Cuba fue sustituido mayoritariamente por la dcima, y queeneseprocesosustitutorioladcimatomdelromanceromelodasymotivosliterariosque sirvieronparaconfigurarelnuevognero.Porponerporcaso,heododecirvariasvecesalIndio Nabor, que l, de nio, oa cantar a una mujer vieja de origen canario los primeros versos de Delgadina: Pues, seor, ste era un reyque tena tres hijitas y la ms chirriquititase llamaba Delgadina. Yquemstarde,esosmismosversosyconunamsicaacomodadaalritmodelpuntocubano,se cantaba ya como dcima por muchos, incluso por l mismo.Otro ejemplo: Prez Vidal comenta en su Romancero de La Palma (1987: 145) cmo en la propia isla de La Palma recogi dos dcimas cuyo contenido no es sino una versin decimada de la fbula del romance tradicional de La dama y el pastor: 27 Unacrnica minuciosa y exactadel granmovimientoque enlosltimos aos seha producidoentorno aladcima popular, puede leerse en este libro en el captulo firmado por Waldo Leyva. Del documento, de los autores. Digitalizacin realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008 Pastor que ests en el campocomiendo pan de centeno, si te casaras conmigocomeras pan del bueno. slo que en este caso el pastor es convertido en pescador: Pescador, si no te humillas, ese afn es por dems. Vente conmigo y tendrs cien haciendas en Castilla y una hacienda que brilla a lo lejos de la mar, donde podrs mandar con muchsima librea. En bajando la marea, condesa, voy a pescar. Pescador, yo soy condesa, deja tu barca en la mar. Vente conmigo a gozar otra vida mejor qu'esa. Seora, no me interesa el lujo y la vanidad, que la mejor sociedad menos guarda la hidalgua; yo ms quiero en la baha luchar con la tempestad. Yuntercerejemplo:Elromancevulgar(posiblementedelsigloXIX) deLos mandamientos de amor,queviveenlatradicinoraldemuchoslugares,cuyosprimerosversosdeunaversincanaria dicen: El encanto de mis ojos,alivio de mis tormentos, slo por ti he quebrantadode Dios los diez mandamientos. ha sido recogido en Mxico por Vicente T. Mendoza (1957: 235), pero convertido en dcimas, y adems en glosa, en la que los cuatro primeros octoslabos del romance se convierten en tema de la glosa. Dice la primera dcima: El primero amar a Dios, yo no lo amo como debo, por estar pensando en ti, hermossimo lucero; slo en tu amor considero y hago dos mil arrojos, innumerables despojos he tenido yo por ti; porque t eres para m el encanto de mis ojos. Por su parte, las interferencias y las mixturaciones entre la lrica tradicional y el nuevo metro de Del documento, de los autores. Digitalizacin realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008la dcima son, ms que casos innumerables, una verdadera constante. Lo son, en primer lugar, los casos en que una copla (una cuarteta) tradicional se desarrolla y se transforma en dcima; y lo hace de manera tan armnica que pareciera que naci siendo ya dcima. Por ejemplo, de la copla tradicional: No hay mal que por bien no venga ni bien que su mal no traiga, edificio que no caiga ni cosa que fin no tenga. una decimera de la misma isla canaria de La Palma, Nieves Clemente La Garrafona, form esta dcima tan bien armada: No hay mal que por bien no venga ni bien que su mal no traiga, edificio que no caiga ni cosa que fin no tenga. No hay nada que se mantenga con el paso de los aos y hasta los mismos engaos dejan paso a la verdad para ver con claridad los tremendos desengaos. Otroejemplo:DelacancininfantilMiabuelatenaunhuerto/cargaditodeavellanas,en Cuba se ha formado la siguiente dcima (recogida por Feijo 1965: 160): Iba yo para la escuela muerto de hambre y merendando, y encontr una mata 'e mango cargadita de ciruelas. Empec a tirarle piedras y caan avellanas. Dice la vieja Fulana: Muchacho, deja esas nueces que son limones franceses de Cuba para La Habana. Dos estilos de lengua tradicional Tantoesoralelromancerocomoladcima,perorepresentantesambosdeunmuydistinto lenguaje y estilo oral. Cualquiera que ponga un poco de atencin podr advertirlo. Por ejemplo, al or, por una parte, de un canario de La Gomera el romance de Sayavedra, o de un leons de la Maragatera el romancedeMarquillos,y,porotra,lasdcimasimprovisadasporloscubanosNaboryValienteensu famosacontroversiadeCampoArmada.Enlasrespectivasversionesdelosromancescitadosnos encontramosconuntipodelenguajerancio,representativodeunaculturaarcaica,cuyoscontenidos (histricos,literarios,semnticos,etc.)aparecenexpresadosgeneralmenteenclaveyque,portanto, deben ser descifrados. Presenta la expresin un fuerte carcter formulario, y el texto se organiza en un plano de estructura dramatizada, con intervencin directa de sus personajes y un rpido estilo narrativo; ysinembargo,aparentaserunlenguajenatural,popular.Esteltimoaspectoesunodelosms Del documento, de los autores. Digitalizacin realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008llamativos, hasta el punto que ha servido para caracterizarlo como tal gnero literario, inconfundible. En efecto, el romancero es la voz de todo un pueblo, y por tanto debe ser expresado con la misma lengua queelpueblousadecontinuo,hechatradicin,esdecir,normacolectiva.Ellenguajedelromancero pesa,tienecargasemnticaacumulada,filosofavitaldegeneracionesydeculturassucesivas;poreso tiene tal poder. Porelcontrario,enlasdcimasdeNaborydeValiente,loqueencontramosesunlenguaje hechoconliteratura,llenodeesoquellamamosrecursosliterarios,esdecir,deartificiosartsticos; lenguaje con predominio de la funcin potica, ms para evocar que para referir, y, por tanto, ms cerca de la lrica que de la narrativa. Abundan los trminos neolgicos, las novedades expresivas: unas veces porexigenciadelarima,lasms,comofrutodelgenioindividual.Estecarcterdelenguajenuevo, renovador, es sobresaliente en la dcima, lo que justamente hace que la improvisacin se convierta en poesa, es decir, en expresin artstica original de un sentimiento universal.Encuantoallenguajepoticoserefiere,yaunqueparezcacontradictorio,ladcima,vamosa llamarla memorial ya que an es posible que no haya alcanzado la categora de poesa que vive en variantes, est ms cerca del lenguaje de la poesa tradicional que de la potica de la dcima puramente improvisada.Sinembargo,lapoticadelapoesaimprovisadaactualestmscercana(porquelas reproduce) de la esttica, de la mtrica y de la potica de la poesa del Barroco y del Romanticismo la que,generalizando,seconsideraclsica,adems,naturalmentedelatradicional,quedelapotica moderna. Por eso los poetas actuales de tendencia, vamos a llamarla modernista, se sienten tan alejados de la dcima. Y justamente por la fijeza de la estructura mtrica de la dcima, se sienten tan cercanos a ellalosdegustopopular.Ynoessloelverso,larimaylamtricafija;estambinlasonoridad,los aspectos musicales de la expresin, lo que le hace ser ms voz para or que letra para leer; y es tambin el predominio de los temas clsicos desde el punto de vista, adems, de los clsicos. La dcima como poesa narrativa Ladcima naci siendo poesalrica, medio deexpresin del sentimiento ms ntimo buena paralaqueja,lacalificLope,ylosiguesiendotodavaengranmedida,peroentodaspartesha adaptadotambinparalostemasnarrativos.Yenestafuncin,enAmricahaganadototalmentela partida a los romances. No en todas partes por igual, pero puede generalizarse diciendo que en aquellos territoriosenqueladcimaviveyatradicionalmente,havenidoasuplantarlafuncinnoticieradel romance. En los pases iberoamericanos casi totalmente, en el Alentejo portugus y en las Islas Canarias engranmedida.Hoypuededecirsequeaquellosepisodiosmodernos(unnaufragio,uncrimen,una historiadeamor,unacontecimientodehistorialocal...)quehanmerecidoponerseenverso,como antiguamente lo fueron, por ejemplo, las luchas fronterizas entre moros y cristianos o las gestas de los hroes medievales, los acontecimientos modernos digo, en Hispanoamrica estn escritos en dcimas, no en romances. a) El hundimiento del Valbanera ElcasomsejemplarquepuedocitaresunacomposicinhechaarazdelHundimientodel Valbanera, un barco que con ms de 500 pasajeros, emigrantes con destino a Cuba, se hundi sin dejar rastro,vctimadeunhuracn,enlatravesaentreSantiagoyLaHabana,en1919,despusdehaber salido de Barcelona y de haber hecho escala en varios puertos peninsulares y canarios. El acontecimiento conmovi sobremanera tanto a Cuba como a Canarias, puesto que algunos de los que iban en el barco se salvaron al desembarcar en Santiago y pudieron contar despus los detalles de aquella odisea. El relato de la tragedia se puso de inmediato en verso. As dice la primera dcima: Del documento, de los autores. Digitalizacin realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008Septiembre da memorable de mil nueve diecinueve, el pblico hoy se conmueve en un caso irremediable. La familias apreciables de alta y de baja esfera preguntan por donde quiera todo el da sin cesar si se sabe en qu lugar ha parado el Valbanera. Lacomposicin,endcimas,nacienCuba;aCanariaslatrajeronlosemigrantescanariosde retorno y tuvo una difusin inmediata por todas las islas. Y hoy es posible recoger infinidad de versiones, aunque sean fragmentarias, con innumerables variantes, convertido ya en relato popular oralizado, tanto enCubacomoen Canarias. Lo curioso esque, despus, en Canarias se hizo otro relatodel suceso en verso romance, y que ahora uno y otro viven juntos en la tradicin oral, aunque sean las dcimas las ms extendidas.Hubierasidoposibleestadoblepoetizacinenotrolugar?Yocreoqueno.EnCubaseha popularizadoelrelatoendcimas(conozcovariasversionesdelaislacaribea,algunasrecogidas personalmente por m, aunque he de reconocer que su difusin es mucho menor que en Canarias), pero nunca all el romance hubiera pasado a su tradicin oral, puesto que el metro romance es ya en Cuba una antigalladesusada.YenEspaa?EnlaEspaapeninsular,dehaberseiniciadosudifusin,se hubierapopularizadoelrelatoenromance,nolasdcimas,porquenoexisteallunatradicinque pudieraaceptarlasymantenerlas.SloenCanariaspudoser.PorquesloenlasIslaslosdosgneros estrficossiguenviviendoconfuncinadicaenlaactualidad.Bienesverdadque,enestecaso concreto, las dcimas han ganado la partida de la difusin y de la popularidad al mismo romance, lo que, a su vez, es significativo de los gustos actuales de los canarios y de la tendencia de su poesa popular. El ejemplo del Hundimiento del Valbanera viene a demostrar lo comn: que la nueva pica popular, en Amrica, nace ya en dcimas, no en romances. Pero otra dimensin hay del dominio absoluto de la dcimaenHispanoamricaqueresultamsllamativo,eldelaconversinendcimasderelatosque nacieron y vivieron antes en metro romance. Los ejemplos que podra traer aqu en apoyo de este hecho son innumerables, pero me servir de uno que puede ser, tambin, paradigmtico. b) La historia de Carlomagno en dcimas Losromancesdetemahistrico-legendariofueronsiempreespecialmentequeridosenla tradicin oral, que fue alimentada, primero, por los pliegos gticos de los siglos XVI y XVII y, despus, por los pliegos dieciochescos. Pero, seguramente, ninguna historia ha sido tan reimpresa y tan difundida a travs de pliegos de cordel como la historia de Carlomagno y sus Doce Pares de Francia. Los que nos hemos dedicado a la recoleccin de romances orales por las distintas regiones espaolas, sabemos de la persistencia por todas partes del romance que empieza: Suenen cajas y clarinesy sonoros instrumentos en acordes consonanciaspor los espacios del tiempo, para dar claras noticiasdel caso ms estupendo, la ms reida batallay los ms recios encuentros que ha habido entre espada y lanzamano a mano y cuerpo a cuerpo... Sin duda es uno de los romances ms divulgados, y de los ms repetidos, aunque slo lo sea en Del documento, de los autores. Digitalizacin realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008algunadesusochopartes,oinclusosloensusprimerosversos,dadasudesmedidaextensin.La historiaversificadadeCarlomagnotambinllegaAmrica.Porejemplo,enlaHistoriadaLiteratura Brasileira (1993), su autor Luis da Cmara Cascudo nos dice que la flota de 1599 llev siete cajas donde van cuarenta resmas de menudencias, como son Carlos Manos y Oliveros de Castilla y otras muchas suertes de libros y coplas para nios (Jerusa Pires Ferreira Um rei a resmas: Carlos Magno e a Amrica, Euro-Amrica: Uma realidades comm?. Rio de Janeiro: Comisso Nacional de Folclore, 1966, 133-151). Y antes, en 1583 y en Lima, un tal Francisco de la Hoz se compromete a entregar al comerciante Juan Jimnez del Ro 2O resmas de menudencias como son San Alexo, San Amaro... y Carlomagno (Irving A. Leonard, Los libros del conquistador. Mxico, 1953, 299; cit. por Germn de Granda 1977: 318-319). O sea, que en Amrica al decir del mexicano Vicente T. Mendoza la historia de Carlomagno y la portentosa batalla entre Fierabrs y Oliveros se extendi como mancha de aceite.Seguramente la versin que se impuso y se divulg por toda Amrica, a partir del siglo XVIII, lo mismo que en Espaa, fue la que un tal Juan Jos Lpez versific en metro de romance y al estilo de los pliegos de cordel.Pero en Amrica, aquellas historias y aquella mtrica romance se transformaron en dcimas. Y desuvitalidaddancuentamuchosrecolectoresyestudiososdelatradicinamericanaactual.Por ejemplo,JuanAlfonsoCarrizo,respectoalaArgentina,dice:Ennuestrasandanzasenprocurade cantarestuvimosoportunidaddeconoceralrededordeuncentenardepersonasdequienessepoda decirloquedonLeopoldoLugonesdecadeunviejoensuGuerraGaucha:Porespaciodeveintemil nocheshabaledoconincansableentusiasmounsololibro:laHistoriadeCarlomagnoydelosdoce Pares de Francia. Respecto a Chile, dice Julio Vicua Cifuentes: La historia del emperador Carlomag-noseencuentraenChileentodosloshogarespobres[...],constituyendounadelasfuentesde inspiracin ms concurridas por nuestros bardos populares. Modernamente, Yolando Pino Saavedra ha recogidoenChilelahistoriadeCarlomagnodetodaslasmanerasposibles:enversoromance,en dcimascorridas,endcimasglosadasyenprosa,comouncuentofolclricotal.Ynosotrosmismos hemosconstatadoladifusindelahistoriadeCarlomagnoendcimasenunadelasregionesms australes de Hispanoamrica, en la isla de Chilo. Y en Mxico, la historia de Carlomagno fue y es uno delostemasmsdifundidosenpliegosdecimarios,sobretodoporlaSierraGorda(Guanajuato, MichoacnySanLuisPotos).Inclusoestintegradaenlasfiestasdemorosycristianosqueconel encubrimientodeDanzasyRepresentacionesdelaConquistasiguenrepresentndoseefectivamente en varias partes del gran pas (aunque en este testimonio no hemos podido comprobar si en dcimas). c) Carlomagno en glosa PeroelgradomsaltodeamericanizacindelromancedeCarlomagnosedaenformade glosa y en dcimas. Las glosas de romances surgen en Espaa a finales del XV como una moda literaria, en busca de una culminacin del proceso creativo. Glosadores de romance como Juan del Enzina, Garci Snchez de Badajoz y otros buscan los fragmentos ms afortunados de los romances viejos o algunos de sus versos ms notables para recrean en ellos su ingenio personal. Moda esta que dur hasta la primera mitaddelsigloXVII.Perocomocontantasotrascosas,pervivienAmrica,sibientransformadaa partir del siglo XVIII en glosa con dcimas.YashastaenunadelasregionesmsrecnditasdeAmrica,enlasselvasdeloccidentede Colombia, en el Departamento de Choc y en la localidad de Tutunendo, de una poblacin de unos mil habitantes, todos ellos de raza negra, Germn de Granda pudo recoger en 1974 tres series de dcimas glosadas con la historia de Carlomagno y sus Doce Pares (1977: 306-321). As empieza la primera glosa: La guerra de Carlomagno Del documento, de los autores. Digitalizacin realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008en esta historia vern que el Almirante Baln nunca quiso ser cristiano. YlomismoEfranSubero(1991:119-121)enVenezuela.Asdicelacuartetaylaprimera dcima glosada: Lo que yo en un tiempo era ahora no lo soy no, cmo todo se acab, ah mi tiempo si volviera! Cuando Oliveros lleg donde Fierabrs se hallaba lo vio que dormido estaba pero no lo incomod; a su cabeza arrim un gran trozo de madera, para que mejor durmiera mostrndose generoso, magnnimo y bondadoso: lo que yo en un tiempo era. La dcima como poesa lrica Ms parcelas cubre la dcima como gnero lrico que como poesa narrativa. En este terreno, la dcimanohasuplantadoalosotrosmetros(lacuartetasiguesiendolaestrofapredominantedela cancin lrica), pero convive con ellos en plenitud de uso y de funciones. Cualquiera que sea el Decimario local, regional o nacional que tomemos como fuente, cuando ste sea bien representativo de la tradicin popular del lugar (por ejemplo el de Mendoza sobre Mxico, el de Jimnez de Bez sobre Puerto Rico, el deSuberosobreVenezuela,etc.),encontraremosenlincontablesyejemplaresejemplosparacada caso. La dcima ha llegado ya a cubrir por completo el campo universalizador de la lrica popular. Al cabo de cuatro siglos de vida, como dice Samuel Feijo (1980: 9), refirindose a Cuba, pero que puede servirparatodoslosotrospaseshispanoamericanos,annimosdecimistasgrafoslanzaronalviento millones de dcimas. Y en sus cantos y recitaciones haba dcimas para todos los gustos. Tanto sirven para la declaracin y expresin del amor ms gozoso: Yo me atrevo a ser pintor y pintarte una azucena; pintarte la luna llena y el resplandeciente sol. Tambin te pinto una flor en manos de un jardinero, y te pinto el mundo entero sin nada que ponderar: pero no podr pintar, mi nia, lo que te quiero. (Cuba y Canarias) Del documento, de los autores. Digitalizacin realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008como para el lamento ms dolorido: Yo no canto para naide ni naide me ponga asunto, yo canto para un difunto que anda penando en el aire. Yo canto por un desaire que me ha dado una mujer: ella me empez a querer y luego se arrepinti. Las penas que me dej qu malas son de tener! (Canarias) Especialpapeljuegaladcimasueltaparalaexpresinjocosayfestiva(cmicaslasllama Feijo),alcanzandoenesteasuntotodoslos gradosposibles: desdelajocosidad ms inocente hasta la stira ms aguda: Sale el nio de la escuela y apenas pone su nombre: Pap, cuando yo sea un hombre me casar con mi abuela. Hijo, t no consideras que eso es una tirana, que resulta villana casarte t con mi madre. Y siendo t mi padre te casaste con la ma! (Cuba y Canarias) Yo quisiera, nia, ser, de tu casa cualquier cosa: el tinajero, la loza o la escoba de barrer. La mquina de coser donde t coses la ropa, la candela que t soplas; todo es para m un deseo, y quisiera ser fideo y me comieras en sopa. (Canarias, Cuba y Puerto Rico) En dcimas se expresan modernamente las historias de animales y las razones disparatadas: Yo he visto un cangrejo arando, un zorro tocando un pito, muerto de risa un mosquito al ver un burro estudiando. Un buey viejo regaando a una ternerita flaca sentada en una butaca que de risa estaba muerta Del documento, de los autores. Digitalizacin realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008al ver una chiva tuerta remendndose una hamaca. (Cuba y Canarias) En dcimas se manifiesta tambin la funcin ldica del lenguaje, ensayando sobre sus versos todoslosrecursosimaginables,comoesteejemplodedcimaalderechoyalrevsrecogidaenel Alentejo portugus: Vivo no jardim brihlante vivo no brihlante jardim s constante e n tens fim n tens fim e s constante. Eras dos cantores amante eras amante dos cantores da ateno era os primores os primores da ateno era as flores na primavera na primavera as flores. (Portugal) En dcimas se hacen, asimismo, adivinanzas, tanto sea en una sola dcima, suelta, como, lo que es ms llamativo, en serie y en forma de glosa: No soy sangrado ni vivo, ni muerto ni amortajado, ni estoy vivo ni estoy muerto, ni despierto ni dormido. En el estado que yo son pocos los que se encuentran, que me pusieron en venta y a m nadie me compr. Un caballero sali a venderme en el partido, a m nadie me ha querido, mirndome en este estado,en sangre todo baado sin ser sangrado ni herido. Yo no s lo que es vivir, siendo hijo de la muerte, y por ser fatal mi suerte me hallo dispuesto a morir. Porque de tanto sufrir hoy me veo en este estado, en un lugar estrechado, de un blanco pao vestido, ni despierto ni dormido, ni muerto ni amortajado. Ojos tengo y nada veo, odos y nada entiendo Del documento, de los autores. Digitalizacin realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008y por ser fatal mi suerte ni yo mismo me comprendo. Vivo por estar viviendo, slo por andar a diestra, pero la vida es abierta que estoy en mi propia caja; cubierto con una mortaja, ni estoy vivo ni estoy muerto. Yo no puedo estar sentado ni tampoco caminar, pero no me han de encontrar cado ni levantado, de rodillas ni acostado, ni alegre ni entristecido. Todo el que me preste odo todas las seas le doy: les advierto que no estoy ni despierto ni dormid (El pollo en el huevo. Cuba y Canarias) Y hasta en dcimas se glosa la sabidura popular contenida en refranes, dichos y apotegmas. Por ejemplo, sobre el dicho Sobre el rbol cado todos hacen lea: El rbol que est cado nadie en el mundo lo nombra: al suelo no le da sombra porque se encuentra abatido. Cuando estaba florecido bastantes flores brind, que todo el mundo goz y t gozaste, triguea; y hoy ests quemando lea del rbol que se cay. (Cuba) Especialmente eficaz se ha mostrado la dcima para expresar la sabidura de la vida y el juicio sentencioso, que tanta presencia tiene en la literatura oral de todos los pueblos: Si la experiencia viniera junto con uno a este mundo, ni por un solo segundo la indecisin existiera. Entonces la vida fuera una gloria, una fortuna; pero es tan inoportuna que siempre se est ocultando, y al fin se aparece cuando ya no hace falta ninguna. (Cuba) En fin, la dcima ha servido tambin para el gnero epistolar, poniendo en contacto a familiares y Del documento, de los autores. Digitalizacin realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008amigosseparadosporlaemigracin,comofueelcasodetantoscanariosemigradosaCubaoPuerto Rico que se daban las nuevas en dcimas. Y tambin sirvi de correspondencia entre hombres y mujeres enamorados que tenan que suplir la distancia con finos versos de amor. En esta funcin, hay en la isla de La Palma un verdadero arsenal de dcimas, conservadas por sus propios autores o por descendientes de quienes fueron emigrantes en el siglo XIX o principios del siglo XX.Una ltima funcin he descubierto recientemente de la dcima, totalmente desconocida para m hasta entonces, la de servir como planto funerario, sustituyendo en esto a las endechas medievales (si bien en esta funcin slo conozco ejemplos de dcimas improvisadas): Con la ausencia de Mayito en mil lgrimas me pierdo y hay un triste desacuerdo entre el mrmol y el granito. La tarde, de un solo grito, le avis a los palmerales: se abrieron los manantiales del impacto que caus, y la tierra se qued escasa de minerales. (Gualberto Valds, Cuba) Esta funcin est muy arraigada en Cuba, sobre todo en el despedimento de quien ha sido poeta ydecimista,talcualocurrienelentierrodeFranciscoPereiraChanchitoenenerode1999.La popularidadyfamadeChanchitoatrajoasufuneralauncentenardepoetascubanos,cadaunodelos cualeslededicunadcimaelegaca,resultandounamanifestacindedolorsincero,alavezquede poesa verdadera de excepcionales dimensiones28. Naturalmentequenoseusaporigualladcimaenunasyenotrasmanifestaciones,como tampoco lo hacen los otros gneros y subgneros de poesa popular. Creo que sigue siendo el de la lrica festiva(seaensusmuydiversasmanifestacionesdestira,burla,demostracindelingenioosimple jocosidad)elterrenoenelqueladcimapopularpredomina,talcual,desdeunprincipio,lacatalog Lope de Vega, entonces en la literatura del Barroco. Incluso, si bien no en la integridad de sustextos, la dcima est presente tambin en el teatro folclricohispanoamericano(tambinenelcanario),pudindosecitarcomoejemplosms sobresalientes las Posadas y Pastorelas de Mxico, las representaciones de Moros y Cristianos de Chile, ciertos autosdeNavidad(tantodepastorescomodeReyes)deCanarias,etc.Uncasomuyllamativo concernienteaestetemaquierocomentar.EnCubasehabaperdidolatradicindelosautosde Navidad,siendoseguroqueensiglospasadostambinexisti.PuesenlaNavidadde1987, posiblemente como acto preparatorio de la prxima visita que hara el Papa a la isla caribea, el Obispo deLaHabanaquisoreinstauraraquellaviejayhermosacostumbre.Paraellopensaronenuntexto nuevo, aunque debiera estar impregnado de tradicin. Y encargaron el texto a Alexis Daz-Pimienta. La eleccinnopudosermsacertada:AlexisnuncahabavistoautosdeNavidad,peroseinspirenlas pastorelas mexicanas y su genio hizo lo dems. Su Pastorela de la Habana Vieja, representada con muchsimo xito y, lo que es ms importante, con asentimiento mayoritario y entusiasta en mltiples lugares de la capital, viene a restaurar un espritu de tradicin vieja perfectamente tamizado por problemas, personajes 28 Por fortuna, se grabaron los versos de cada poeta y posteriormente han podido editarse: Desde la voz del viento: Homenaje a Francisco PereiraChancito (ed. Maximiano Trapero y Juan Antonio Daz). Las Palmas de Gran Canaria: Asociacin Canaria de la Dcima, 2000. Del documento, de los autores. Digitalizacin realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008y situaciones modernas. Y la pastorela cubana se hizo, naturalmente, en dcimas. Un tpico literario en dcimas El tema de la muerte igualadora es un tpico de la literatura universal, bien lo sabemos, pero de laliteraturageneral,noconexclusividaddelaliteraturadeautorletrado.JorgeManriquealcanzun punto inalcanzable en este tema, pero la literatura popular ha dejado tambin, a su modo y conforme al gusto de sus usuarios, alturas increbles en todos los modos poticos.Un ejemplo tambin en dcimas. Una glosa annima del siglo XVI, o quizs de comienzos del XVII, la que dice: Nada en esta vida dura fenecen bienes y males y a todos nos hace iguales una triste sepultura. hatenidoenmuchoslugaresdeHispanoamricaunecoquesuenatodavacondistintavoz,segnel lugar, aunque con el mismo son. La ha recogido Ivette Jimnez de Bez en Puerto Rico (1964: 257-259): Muere el sbdito, el prelado, mueren reyes y oidores, alcaldes, corregidores; obispos y prebendados; mueren solteros, casados, frailes, papas, cardenales, los soldados y oficiales, y entre siete pies de tierra toda medida se encierra y a todos nos hace iguales. La recogi tambin Juan Alfonso Carrizo en la provincia argentina de Salta (1987: 98): Al fin muere el abogado, alguaciles y soplones, comisarios y ladrones, alcaldes y prebendados. Mueren solteros, casados, papas, reyes, cardenales, arzobispos, generales; todos de morir no yerran, y bajo un manto la tierra a todos nos cubre iguales. Y la recogi igualmente Vicente T. Mendoza en Mxico (1957: 108-110): Qu se hizo el voraz tesn de Lucino, de Galerio? Qu aquel orgulloso imperio de Pericles, de Nern? No hay de stos otra razn que es haber sido mortales y que en circunstancias tales Del documento, de los autores. Digitalizacin realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008no ha de envanecer la suerte,pues viene despus la muerte y a todos nos hace iguales. Y hasta se ha recreado en Mxico en dcimas decasilbicas, al estilo de los decimales tradicionales de San Luis Potos, tal cual recog de la tradicin oral: Se muere el pobre y el millonario, el pordiosero, tambin el rico, se muere el grande, se muere el chico, se muere el bueno y el perdulario, el hacendado, el arrendatario, se muere el amo, se muere el pin, todos nos vamos al panten a ver la muerte que nos espera, unos al paso o a la carrera, todos marchamos pa la estacin. YenCanariashemosrecogidounavariantedemuchointers,sobreelpieenpolvocenizay nada: Para qu quieres, mujer, esa pompa, esa grandeza si cuando menos lo piensas la vida vas a perder? Para qu quieres, mujer, esa riqueza elevada,esa casa dibujada y orgullosa en el vestir, si te vas a convertir en polvo, ceniza y nada? Para qu quieres talento y grande sabidura, si ha de llegar ese da que pierdas el conocimiento? Para qu ese mandamiento, esas gentiles veladas, esas prendas esmaltadas que adornan a tu figura, si en la triste sepultura son polvo, ceniza y nada? Para qu lucir en coche en tan grande galardn, si todo eso a lo mejor se desparece de noche? Para qu ese gran derroche de oro y plata dibujada, si en esta vida matada todos gozamos al rer y nos vamos a convertir Del documento, de los autores. Digitalizacin realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008en polvo, ceniza y nada? Desparece el general, el rey y el emperador, el juez y el gobernador, el cura y el cardenal, hasta la princesa real, la soltera y la casada, la menestriz y la honrada: todo el mundo a sucumbir, y nos vamos a convertir en polvo, ceniza y nada. La glosa en dcimas Varios de los ejemplos que anteceden nos muestran una de las modalidades ms caractersticas que ha llegado a tener la dcima en la tradicin popular de algunos pases, la de servir de glosa. Explica TomsNavarro,ensuMtricaespaola,queenelBarroco,seorganizabancertmenesdeglosascon ocasin de las festividades pblicas. Eran el objeto de las glosas asuntos de todas las clases: amorosos, satricos,devotosopolticos.Seglosabanversosproverbialesderomances,decancionesoestribillos populares.Domin,sinembargo,latendenciaaconstruirlaglosaconunaredondillacomotemay cuatro estrofas de comentario, terminadas respectivamente con cada uno de los versos de la redondilla inicial. Y fueron las dcimas la forma mtrica que se generaliz para la glosa del tema inicial. Pues bien, aquella costumbre, propia entonces de los ingenios ms cultos y barrocos, tan adictos a las invenciones y artificios literarios de la expresin verbal, pas a la esfera de la literatura popular y ha sobrevivido con mucha pujanza hasta nuestros das, aunque fuera ya de los mbitos de los certmenes y justas poticas. Y quizs pueda decirse que ha sido precisamente en esta funcin de glosa, en donde la dcima popular ha alcanzado mayores alturas poticas y en algunos pases una prctica ms generalizada, hasta el punto que decir en ellos glosa es lo mismo que decir cuarteta glosada en cuatro dcimas. Eso esloqueocurre,porejemploenpasescomoMxico,Venezuela,Colombia,Ecuador,Per,Puerto Rico, Chile..., incluso en Portugal. Posiblementelasdcimasmsantiguasquepodamoshallarhoyenlatradicinoralsean precisamentelasquesecompusieronenformadeglosa,comolasqueseanalizanenelsiguiente apartado, las hechas sobre personajes simblicos que se disputan su primaca, tales como el Cuatro y el Tres, las Estaciones del ao, el Trigo y el Dinero, etc., todas ellas del siglo XVIII. Ese tipo de dcimas perviveninclusoenlatradicindepasesydelugaresenlosquelaglosadesaparecideltodocomo prcticahabitual,comoeselcasodeCubaydeCanarias,endonde,sinembargo,todavaesposible recoger algn ejemplo de dcimas glosadas entre los informantes ms viejos. Un paso ltimo de la glosa en dcimas ha sido su uso en la poesa improvisada de algunos pases, especialmente en Mxico, como parte del huapango arribeo que se practica, por ejemplo, en Guanajuato y San Luis Potos. Controversia entre contrarios Funcinintermediaentrelonarrativoylolricopuedenconsiderarselosejemplosque consideramosacontinuacin,querepresentanunacontroversiaentrecontrarios,siendostos generalmentepersonajessimblicos.Peroadems,elhechodequeseancomposicionesenformade glosa, de muy amplia difusin en la tradicin oral y posiblemente de las de mayor antigedad entre las que viven en la tradicin oral. Por ejemplo la Controversia entre el Cuatro y el Tres, que hemos documentado Del documento, de los autores. Digitalizacin realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008en Canarias, en Per y en Puerto Rico: Estaba el cuatro y el tres en grande porfa un da argumentando los dos cul mejor nmero haca. Dijo el cuatro: Cuatro son de nuestra fe los misterios, cuatro son los Evangelios, sin tener duda o cuestin. Cuatro las auroras son y de cuatro esquinas es antes, ahora y despus la torre del firmamento. Y probando este argumento estaba el cuatro y el tres. Dijo el tres: En realidad yo me llevo las coronas porque tres son las personas de la Santa Trinidad. Treinta y tres aos de edad vivi Jess, alma ma, tres horas pas Mara al pie de la Cruz sagrada. El cuatro y el tres estaban en gran de porfa estaban. Cuatro son los elementos y los elementos cuatro, cuatro son sin aparato las partes del mundo entero. Cuatro con Mara fueron los asistentes de Dios: Jos y Nicodemos son, el Centurin y San Juan. Y al pie de la Cruz estn argumentando los dos. Tres veces cay Jess, siendo tan manso cordero, cargado con el madero tan pesado de la cruz. A las tres sali a la luz, muri as que acab el da. Y probando esta porfa sali con victoria el tres, porque el argumento es cul mejor nmero haca. Otros ejemplos son la Controversia entre el Talento y el Dinero (recogida por m en Canarias): Del documento, de los autores. Digitalizacin realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008El Talento y el Dinero se pusieron de porfa; cuando iban de vencida apareci el Pensamiento. De testigo vino el Viento y el Mundo se oscureci; de abogado vino el Sol y un Lucero a visitar: no pudieron d'explicar cul tena ms valor. la Controversia entre las Estaciones del ao (recogida por m en Canarias), cuya redondilla temtica es: Gran tumulto armse un da entre las cuatro Estaciones all en las altas regiones que alumbra el sol a porfa. olaControversiaentrelosColores(recogidaporGermndeGrandaenColombia,1977:300-301),cuya cuarteta temtica dice: Estaban cuatro colores en grande disputa un da blanco, negro y colorado, el azul los converta. La funcin fundamental de la dcima como canto a lo divino La expresin canto a lo divino (transformada popularmente en muchas partes como canto a lo adivino) tiene en Hispanoamrica una significacin muy precisa. No s si es general, pero es la que predomina en pases como Chile, Argentina, Colombia y Venezuela, y hasta se oye tambin en Puerto Rico y Mxico; y contrasta con su ausencia en Espaa. El canto a lo divino se refiere a toda expresin musical basada en textos de temtica religiosa; naturalmente no siempre ni necesariamente en dcimas, perospredominantemente.Laexpresincontrarianoesexactamentealohumano,quetambin existe, pero que tiene una restriccin semntica, referida slo a la temtica amorosa. Lo que se opone a la modalidad del canto a lo divino es un complejo de cantos y de temticas muy diversas que en cada pas se expresa de varias formas, como canto a lo humano, por historia, por geografa, por literatura, en contrapunto o, especficamente en Chile, a lo pueta. Pues papel independiente y fundamental ha tenido la dcima en varios pases de Hispanoamrica como canto a lo divino, en la propagacin de la religin y en la formacin de un devocionario popular. Bien se sabe que, en un principio, fue prctica evangelizadora de los misioneros espaoles, pero con el tiempo se ha configurado en tradicin autnticamente popular, en la que los autores y actores no son ya los ministros de la Iglesia, sino los feligreses, es decir, el pueblo llano y entero.Latemticadelcantoalodivinoesvariadsima,puestantoabarcalosrelatossobrehechosy personajesdelAntiguoTestamento,propiamentebblicos(lacreacindelmundo,lacreacindel primerhombre,elpecadooriginal,CanyAbel,lahistoriadeMoissylasalidadelpueblojudode Egipto...)comolos hechos del Nuevo Testamento (toda la vida de Cristo y los hechos todos de los Apstoles).Peroadems,unconjuntoincontabledecomposicionesqueformanloquepodramos llamareldevocionarioenqueseintegranloscantosdedicadosalasVrgenesdeadvocacinlocalo Del documento, de los autores. Digitalizacin realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008nacional(ladeGuadalupe,ladelCarmen,laCandelaria...);alossantos;adeterminadascelebraciones muy arraigadas en el calendario festivo (la Cruz de mayo, la Navidad, la Pasin...); a la devocin por las almasdelPurgatorioylaadvertenciadelJuicioFinal;enfin,alasprcticasreligiosasdelos Mandamientos y de la tradicin eclesistica.Uncasogrficopuedeilustrarlaentraaenque,desdeantiguo,viveladcimaenel devocionariopopulardeMxico.EnelEstadiodeMichoacn,enelhalldelHotelVillaMontaa,de Morelia, existe un gran retablo que representa a un sacerdote en el momento de alzar, con un monaguillo tocando las campanillas; arriba la Santsima Trinidad, y en los lados, abajo, cuatro orlas, dos a cada lado, con sendas dcimas, sobre el 'tema' de la devocin a la misa y el cumplimiento que todo cristiano debe a los Mandamientos de Dios y de la Iglesia. Las dcimas 2 y 3 dicen as: Casto, puro y con reposo trate a su Dios verdadero pues le tiene echo Cordero manso, humilde y amoroso. Detngase fervoroso que el cielo no te har cargo de ser en la Missa largo, y si breve y con estremo pues nuevas razones temo que no ha de dar buen descargo. Si despus de aver comido da gracias el conbidado al que de comer le ha dado por el favor resibido, qu mucho que agradesido el sacerdote te alabe pues le entreg Dios la llabe de bienes tan soberanos depositando en sus manos lo que en el cielo no cabe? El caso ms extraordinarioque conozco relativo a la presencia de las dcimas en el canto a lo divino es el de Chile. All, un sacerdote llamado Miguel Jord ha publicado ms de una docena de libros en los que la Biblia entera, el Evangelio, el Catecismo, la historia de la Iglesia, las devociones locales, la visita del Papa a Chile, etc. estn puestos en dcimas. Muchas de esas dcimas son originales del propio Padre Jord, pero otras son populares, annimas, algunas tradicionales, sabidas, recitadas y cantadas por todos.Enestosltimosaosleemosenunodeesoslibrosnuestroscantorespopulareshanido entregando este tesoro escondido que guardaban celosamente en su memoria y en sus cuadernos y hoy podemos constatar con sorpresa que lo que ellos cantan, en conjunto, es todo lo que aparece en la Biblia. O sea, ellos son portadores de una Biblia Popular, de la Palabra de Dios encarnada en los moldes de nuestra cultura (Jord 1979: 706). Los libros del Padre Jord han tenido tanto xito y estn teniendo tal difusin,quedentrodepocolareliginenChileseestudiarenversoylosniosaprendernel catecismo en dcimas, igual que hicieron hace cinco siglos los primeros convertidos indgenas.Finalmente,tambinsuelenconsiderarsealodivinocomposicionesendcimasdecarcter sentencioso y moral, referidas, por ejemplo, a la brevedad de la vida, al poder igualatorio de la muerte, etc.,enlasquesiemprehayuncomponentereligiosoqueadviertedeunavidaeternaconformeala prctica de la virtud en esta vida terrenal. Del documento, de los autores. Digitalizacin realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008 Perodo adico de la dcima Menndez Pidal (1968: II, 16-19 y 199-202) distingui dos momentos fundamentales en la vida del romancero oral: el perodo adico (centrado bsicamente en los siglos XV y XVI), en el que naci la mayor parte o al menos el ncleo ms representativo de los romances que luego se convertiran en tradicionales, y el perodo rapsdico, posterior, en el que los romances se fueron recreando al gusto de los tiempos y de los hombres que los repetan.Estos dos perodos podran aplicarse a todos los tipos de poesa popular. Bien es verdad que no hayunnicomomentoadico,sinomuchos,todos,puessiempreestnnaciendonuevostextos quese incorporan al gran ro de la tradicin; y que tampoco los momentos adico y rapsdico se dan de manera sucesiva,puraeindependiente,pueseslocomnque convivanyse mezclen en un mismo tiempo: la poesa nace y empieza a vivir en la tradicin. Pero es lo cierto que esos dos momentos diseccionan el ser de las dos caractersticas principales de la poesa popular: hay siempre un momento creador en que los poetas se aplican a producir composiciones en estilo popular, destinadas a un pblico mayoritario, y hay despus un largo momento rapsdico en que se repite y se recrea lo antes poetizado, entrando a funcionar los mecanismos que hacen de la poesa tradicional una poesa en variantes.Pues as como el romancero tradicional tuvo su tiempo adico principal en los finales de la Edad Media y pleno Renacimiento, y el cancionero que hoy vive en la tradicin popular lo tuvo un poco ms tardo, desde finales del siglo XVI, el gnero de la dcima popular est ahora viviendo un largo perodo adico, constituyndose como gnero potico con caractersticas propias, diferenciales, al lado, eso s, de los otros gneros poticos populares con los que convive, el romancero y el cancionero, pero stos ya en estado decadente (el romancero casimoribundo), mientrasla dcima improvisada nace pujante, con la fuerzadetodonuevoser,ycontangrandecaudalqueresultaimposibleporahoraencauzarlotodoy conocer sus mltiples cursos.Todo poeta improvisador, metido dentro de la tradicin de la poesa improvisada hispnica, es unafuenteinagotabledepoesaquepuedellegaraserpopular.ComoMartnFierro,todopoeta repentista puede decir con l, que si se pone a cantar no tiene cundo acabar: las coplas le van brotando / como agua de manantial. Y lo que es ms importante, el gnero de la dcima popular empieza a vivir yaenelperodorapsdico.Dcimasquenacierondeunpoetaindividual,ennosesabebienqu circunstancias,empiezanacirculardelabioenlabio,annimasya,conpequeasvariantestextuales,a veces en varios pases a la vez, superando los lmites de una geografa que en materia de poesa popular se muestran siempre dbiles y fciles de sobrepasar. Final Nuncaantes,quizs,enlahistoriadelaliteraturaenlenguaespaolasiconsideramosel conjunto de los pueblos hispanos, una estrofa ha servido para tanto y ha sido utilizada por tantos; ni siquieraelromanceylacuarteta,aunquehayaquedecirqueestasuformidabledimensinnose corresponde con el registro escrito, sino con su naturaleza oral. La dcima se ha convertido en cmulo, en suma y complejo cultural en el que cabe el universo enterodelapoesapopular.Yloqueesmsimportante,queesecomplejoestabiertohastalo inverosmildelacreacinindividual,tantoseaenlasanchasaunquelimitadasposibilidadesdelas variantes de la tradicin, cuanto ms en el ocano sin lmites de la poesa improvisada. Del documento, de los autores. Digitalizacin realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2008