maría benedicta daiber; amó a la iglesia y se entregó por ella de emilia garcía martín

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  • 8/2/2019 Mara Benedicta Daiber; Am a la Iglesia y se entreg por ella de Emilia Garca Martn

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    AM A LA IGLESIA Y SE ENTREG POR ELLA

    Por Emilia Garca Martn

    1. NO SLO DE PAN VIVE EL HOMBRE (S. MATEO, 4:4)

    Desea estudiar Teologa

    Efectivamente, a la muerte de su madre lo dej todo y sededic plenamente a vivir para Dios, viviendo a partir de entoncesde la Divina Providencia. Por aquellos aos la Accin Catlica

    estaba en pleno auge, y ella se entreg plenamente al apostoladocomo miembro de la misma. Ya perteneca a la Accin Catlicaantes de morir su madre. El P. Luis Brautlacht, Palotino, que fue suprroco, en un certificado que le hizo, firmado en Julio de 1956,dice:

    Hace diecisis aos que conozco a la Srta. M., BenedictaDaiber. La conoc en la parroquia de S. Luis, dicesis deValparaso, regentada por los padres de nuestra congregacin. Ella

    colaboraba entonces con gran celo con el prroco, principalmenteen el apostolado obrero (centros filiales de la A.C.). Al ao, siendoyo nombrado prroco, ella sigui prestndome su colaboracin fiel,abnegada, decidida y muy eficaz.

    Viva la Srta. Daiber modestamente de lo queespontneamente le ofrecan las personas deseosas de colaboraren su apostolado, porque a pesar de su ttulo universitario y de sugran inteligencia que la habran permitido crearse una situacin

    holgada, solamente quera vivir para Dios y las almas.

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    Era miembro de la A.C., pero sin ocupar puestos de dirigente.Con el beneplcito del entonces rector de la Universidad Catlicade Valparaso y asesor diocesano de la rama de mujeres de A.C.,Rvdo. D. Malaquas Morales, daba la Srta. Daiber clases a las

    dirigentes que producan grandsimo fruto. Mi parroquia de S. Luisfue la primera en beneficiarse y hasta el da de hoy se nota unaprofunda espiritualidad en las personas que participaron en susconferencias, especialmente en sus clases bblicas.

    Conozco ntimamente a la Srta. Daiber, como que fui durantevarios aos su confesor y el confidente de sus anhelos deperfeccin cristiana y de apostolado.

    Me contaba M. Benedicta que, cuando lleg este Padre a

    Valparaso, procedente de Alemania, como no conoca bien elcastellano, ella le traduca sus predicaciones, sindole muy difcildescifrar su letra.

    Desde su conversin haba sentido una gran inquietud porconocer a fondo el dogma catlico. Me comentaba cmo ledesagrad en gran manera la respuesta que les dio un sacerdote,cuando le pidieron que les enseara Dogma al grupo de la A.C., yeste sacerdote les dijo que a la mujer le bastaba con saber Moral.

    Ella nunca estuvo de acuerdo con esto. Con frecuencia repeta quela Moral, si no est apoyada en el Dogma, carece de fundamento, ysiempre afirmaba que la falta de coherencia en tantos catlicos ensu conducta se debe fundamentalmente a ignorar las verdades denuestra fe o a haberlas estudiado como algo separado de laespiritualidad y de la moral.

    Pero entonces no era normal que la mujer tuviera acceso a losestudios teolgicos. Se adelant, pues, en muchos aos a lo que

    actualmente desea el Papa Juan Pablo II.Efectivamente, deca ltimamente el Papa: El acceso de la

    mujer a la cultura teolgica es un hecho de gran importancia; unhecho rico en promesas, del que, bien logrado, se pueden obtenerresultados ventajosos para el conocimiento y puesta en prctica dela Palabra de Dios, para la bsqueda de la perfeccin evanglica yla santidad (Discurso del Papa a las religiosas estudiantes deRegina Mundi el 1 de Abril de 1989. LOsservatore Romano, 9 de

    Abril de 1989).Y en la exhortacin apostlica Christifideles Laici, agrega:

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    En el mbito especfico de la evangelizacin y de lacatequesis hay que promover con ms fuerza la responsabilidadque tiene la mujer en la transmisin de la fe, no slo en la familia,sino tambin en los diversos lugares educativos y, en trminos ms

    amplios, en todo aquello que se refiere a la recepcin de la Palabrade Dios, su comprensin y su comunicacin, tambin mediante elestudio, la investigacin y la docencia teolgica (ChristifidelesLaici, n., 51).

    Providencialmente los directores espirituales de MaraBenedicta comprendieron su inquietud y, sobre todo uno de ellos,el P. Esteban Standaert (de los P.P. Paules), le hizo estudiarTeologa bajo su direccin. Le dejaba los libros de la biblioteca de

    la comunidad y en cada entrevista la examinaba hacindolepreguntas y ponindole pegas para ver si lo iba asimilando. Ellaadmiraba las dotes pedaggicas de este Padre. As estudi primerolos tres tomos de Teologa Dogmtica de Tanquerey, despus todala Suma de Santo Toms, de la cul lleg a tomar ms de mildoscientas pginas de apuntes en muchos cuadernos que llevabaa la oracin ante el Santsimo y los meditaba. Asimil tanprofundamente a Santo Toms que cuantos asistieron a sus

    numerosas clases son testigos de con cunta frecuencia lo citabade memoria en latn, bien para responder a alguna pregunta que sele haca, bien para apoyar algo que afirmaba. Ms tarde el P.Standaert le fue prestando uno tras otro los tomos de la Patrologade Migne. Todos estos estudios comenzaron sobre el ao 1929,cuando Mara Benedicta tena 24, y cuando muri su madre aunviajaron los libros de Santiago, donde resida el Padre, aValparaso, que es donde entonces viva ella. Ms tarde el mismo

    Padre le regal la Biblia Polglota.Tal vez convenga aclarar que Mara Benedicta tena una granfacilidad para los idiomas; sobre todo disfrutaba con el latn, en elque ya destac en la Universidad. De sus aos de universitaria mecont lo siguiente: Haban tenido en la Universidad un profesor deLatn que, segn ella, tena grandes dotes pedaggicas, pero esteprofesor se jubil, de forma que slo lo tuvieron un curso o sloparte de l; le sucedi otro profesor, que era un gran sabio, pero no

    saba ensear, y entr en clase el primer da recitando uno de losversos clsicos latinos, y slo ella le pudo seguir.

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    Despus de unas sesiones este profesor se dio cuenta que elresto de los alumnos iban perdidos, e hizo a Mara Benedicta lasiguiente proposicin: l explicara a ella las lecciones, y luego ellalas explicara a sus compaeros de clase. As se hizo. Incluso

    form parte Mara Benedicta del tribunal que examin a suscompaeros de curso. Me con taba divertida a qu jugaba a vecescon este profesor: se esforzaban ambos por citar algn texto latinopara que el otro averiguara de donde estaba tomado; as acudan aoraciones, antfonas, himnos etc. tanto de la Misa como del OficioDivino, y me deca, admirada de la memoria de aquel profesor, queadems no era creyente, lo difcil que era cogerle en un texto queno conociera. Pero tampoco l la coga a ella fcilmente.

    Con el tiempo lleg a dominar bastante bien tambin el griegoy el hebreo, aunque ella deca que no era tanto como pareca, ydisfrutaba leyendo la Sagrada Escritura en el texto original,descubriendo matices que, segn ella, nunca pueden dar lastraducciones. Conoca tambin varios idiomas modernos, no slo elalemn, que haba sido su idioma materno, sino adems ingls,francs, italiano y portugus. De todos estos idiomas hay libros ensu biblioteca.

    Entonces Mara Benedicta rezaba el Oficio Divino, ysaboreaba la liturgia, tanto del Oficio como de la Santa Misa, sobretodo con el canto Gregoriano. Me cont que, cuando aun viva sumadre, pas un verano en Chorrillos, cerca de Valparaso, en casade una seora amiga. All haba (y supongo que sigue existiendo)un monasterio de Benedictinos y ella pasaba largas horasdisfrutando y participando de la hermosa liturgia en estemonasterio. Precisamente un da de estos, se entretuvo ms de la

    cuenta y lleg un poco tarde a comer; la seora, con tono amablele dice: Esta Mara Benedicta!, haciendo alusin a losbenedictinos. A ella le pareci bonito este nombre, y a partir deentonces empez a firmarse as, Mara Benedicta. Como ya dijeanteriormente, el nombre que le pusieron sus padres fueHildegarda, la llamaban Hilda. El nombre de Mara se lo puso ellamisma al bautizarse.

    Como dato de curiosidad puedo aducir que entre sus libros

    encontr una postal de Montserrat, abada a la que perteneca elmonasterio de Chorrillos, dirigida ya a la Srta. Benedicta, y

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    firmada por el entonces Abad de Montserrat, Antonio Mara Marcet,el 30 de Abril de 1935. Ella aor siempre enormemente lasolemnidad de aquella liturgia, y sobre todo el canto gregoriano.

    La manera como pas su nuevo nombre a los papeles

    oficiales fue muy original. En 1942 decidi tomar la nacionalidadchilena, hasta entonces haba tenido la de sus padres, la suiza;cuando el empleado vio cmo firmaba, no tuvo ningn reparo enponer este nombre en el registro, y as en la carta de naturalezachilena figura con el nombre de Mara Benedicta Hildegarda.Siempre am a Chile, la patria de su alma, como ella deca, puesfue all donde encontr la fe, y aunque en Espaa pudo habertenido la doble nacionalidad que, adems le habra simplificado los

    trmites burocrticos, nunca la acept.Cuando yo le preguntaba el porqu, ella siempre respondaque porque quera hacer algo por Chile, aunque slo fuera lapequea aportacin que le supona la renovacin del pasaporte. Sesenta en deuda con su amado Chile.

    Algo que la desconcert

    Dada su preparacin teolgica, se comprende que le confiaranla formacin religiosa en un centro, filial de la Accin CatlicaObrera en Valparaso. Era, segn me deca, una especie deescuela hogar. El ao 1937 ocurri algo que la desconcert en granmanera; una de sus alumnas, despuss de vacilar durante muchotiempo entre hacerse protestante o seguir catlica, acabhacindose protestante. Ella vio cmo luch hasta dar el paso. A

    Mara Benedicta esto le doli muchsimo. Saba demasiado bienque la nica religin verdadera es la catlica, y por otra parte habavisto la sinceridad de aquella chica. Sinti deseos de averiguar quhacan los protestantes para lograr estas conversiones queparecan sinceras. Como siempre fue de armas tomar comodeca ella, se fue a la Curia de Valparaso solicitando autorizacinpara meterse entre los protestantes, sin decir que era catlica, yaveriguar los mtodos que utilizaban. En el Obispado estaban

    tambin alarmados viendo el avance de las sectas, tanto mscuanto que haca poco haba escrito el Sr. Obispo una circularadvirtiendo al pueblo el peligro, y haba sido contraproducente. Por

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    tanto le dieron todas las autorizaciones necesarias y le encargaronhacer un estudio detallado de las sectas.

    Tard varios aos en hacer este estudio, primero enValparaso y despuss en Santiago; pues cuando entreg en el

    Obispado de Valparaso los datos reveladores que obtuvo, elVicario General de esta dicesis inform a la Nunciatura deSantiago y de all le pidieron que hiciera otro tanto en esta dicesis.Todos estos informes se enviaron a la Santa Sede con una visinbastante amplia del movimiento protestante en Chile.

    Me contaba infinidad de ancdotas de estos aos deaveriguaciones. Cuando le preguntaban de qu denominacinera, ella simplemente contestaba: mis padres eran luteranos, pero

    a mi no me gusta esa religin, y ya no le preguntaban ms. Asistaa sus cultos, a veces a altas horas de la noche, acompaada deuna amiga, para la que tambin pidi permiso.

    Se encontr con la bondad y generosidad de la mayora de losprotestantes. Le interes averiguar sobre todo las sectas msmodernas que son las proselitistas, pues luteranos, anglicanos etc.no lo eran. Descubri el amor a Dios y a la Sagrada Escritura de lamayora de sus miembros, generalmente gente sencilla e

    ignorante, su espritu de sacrificio y su sincero esfuerzo para quetambin otros descubrieran a Jess, su Salvador personal, comoellos dicen. Pero, junto a esto, palp el odio a la Iglesia Catlica. Yle apenaba sobre manera verlos en tamao error.

    Pero su gran descubrimiento fueron los estudios bblicos,acomodados a aquella gente sencilla, y que les llevaba realmente aun encuentro con Jess. El pueblo catlico no estaba preparadopara detectar el error, y as, indefensos, caan uno tras otro,

    encontrando en el protestantismo el alimento que nadie les habadado en la Iglesia catlica. Cuando alguno alegaba lo que dice elcatecismo, que es lo que suele conocer el catlico, los protestantesle decan: A ver, traiga su catecismo, quin lo ha escrito?, fulanode tal, pero lo que yo le digo lo dice Dios, quien tendr razn?, yas acababan creyendo que ellos tenan razn.

    Este descubrimiento a ella le lleg al alma. Los catlicostenemos tanta riqueza!, no slo la Palabra de Dios, legtimamenteinterpretada por el autntico Magisterio de la Iglesia, sino, adems,los sacramentos, sobre todo la Santa Misa! y la presencia de

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    Cristo en la Eucarista. Y todo este abundante alimento lo tenemosbien guardado, mientras el pueblo, muerto de hambre, se veforzado a alimentarse con las migajas que le ofrecen fuera de laIglesia.

    Cuando entreg el informe en el Obispado, el Sr. VicarioGeneral le pregunt: Qu le parece que tendramos que hacerlos catlicos?. Ella, resuelta, le contest: Hacer lo que hacenellos, pero en catlico, es decir, explicar las verdades de nuestra fea base de la Biblia. El Vicario General le dijo: Pues comienceusted. Y as, me deca, sali del Obispado con una gruesaconcordancia la tina bajo el brazo, que le proporcion el Sr. Vicario,dispuesta a comenzar.

    A partir de este momento dedic toda su vida a intentarfundamentar la fe de nuestro pueblo, lo mismo ignorante que culto,en la Biblia, Palabra de Dios. Veinte aos ms tarde escriba:

    Han pasado veinte aos, en este tiempo hemos dadoinnumerables estudios bblicos. Hasta ahora ni una sola vez nos hafracasado un estudio bblico y, el obrero lo mismo que el intelectual,la mujer sencilla del pueblo lo mismo que la licenciada y hasta lapequea colegiala, todos los que se han decidido a estudiar de

    verdad la Palabra de Dios, con el sincero deseo de ponerla enprctica, han experimentado su eficacia maravillosa. Solamentehan quedado al margen aquellos que nicamente por curiosidadintelectual han querido discutir algunas cuestiones, pero sin interspor aplicar la Palabra de Dios a la vida. Y stos, afortunadamente,han sido pocos, porque la inmensa mayora, aunque al principiopredominaba la curiosidad, sintieron muy pronto despertar en susalmas el hambre y la sed de la Palabra de Dios y comprendieron

    que todo lo que se ha escrito, se ha escrito para nuestraenseanza (Romanos, 15: 4).

    Sera interminable, si quisiera contar todo lo que he visto yexperimentado en veinte aos de apostolado bblico, desde elprotestante convertido a la fe catlica, hasta el mdico alejado deDios y olvidado de la fe de sus primeros aos y que vuelve de llenoa ella, desde el obrero o la obrera que descubren a la luz delEvangelio las maravillas de la vida cristiana, hasta la seora que,

    habindose credo buena cristiana, pero viviendo nicamente paras, descubre en la Palabra de Dios las maravillas del Cuerpo

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    Mstico y olvidndose de s misma, se lanza en el acto a laconquista de otras almas en el apostolado... Son todos casosreales, autnticos... Es la eficacia maravillosa de la Palabra de Diosen almas de buena voluntad. Es la realizacin de Isaas, 55: 10-11:

    Porque como desciende la lluvia y la nieve del cielo y no vuelveall, sino que riega la tierra, y la fecunda y la hace producir, demodo que d simiente al que siembra y pan al que come, as sermi palabra que sale de mi boca: no volver a m sin fruto, sino queefectuar lo que yo quiera, y prosperar en aquello a que yo laenve.

    Comienza su apostolado bblico

    Como es sabido, las parroquias en Sudamrica son inmensasy, naturalmente, las barriadas ms alejadas suelen quedar msabandonadas espiritualmente, y era all donde ms actuaban lassectas multiplicando los locales y reuniendo en cada uno unreducido nmero de personas, con frecuencia en casasparticulares. As era ms eficaz su apostolado. Mara Benedictaprepar, con la ayuda de la concordancia, unos guiones bblicos

    sencillos y, con la colaboracin de otras compaeras de la AccinCatlica, comenz su apostolado bblico a imitacin de losprotestantes.

    Eligieron una barriada alejada de la parroquia, de unos diezmil habitantes, donde la mayora de las personas vivan alejadas dela Iglesia, muchos hostiles a la religin, otros simplementeindiferentes. A Misa no iba casi nadie y menos an queran recibirlos Sacramentos. Los enfermos moran sin querer saber nada delsacerdote, los nios se quedaban sin bautismo y no digamos nadade la primera comunin... ni siquiera se celebraban matrimoniosreligiosos.

    Nuestro prroco, escribe ella, hombre de Dios en el plenosentido de la palabra, decidi hacer la conquista espiritual de esabarriada. Nosotras debamos hacernos responsables. Aquello eradifcil, muy difcil; pero algunas nos sentamos con valor para la

    empresa.Recuerdo, contina Mara Benedicta, que una noche lluviosa,despuss de haber visitado muchas casas y haber recibido

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    muchas negativas, por fin pudimos reunir... cuatro obreras a la luzde una vela, para estudiar la Palabra de Dios. Cada una tena unNuevo Testamento, que le habamos prestado, porque al menosesas cuatro obreras saban leer, aunque de ah no pasaba su

    cultura general. Con curiosidad primero, con verdadero intersdespus y con emocin creciente, comenzaron estas mujereshumildes a buscar los textos que les bamos indicando. (Dicho seade paso, que esta primera vez, les ayudbamos a encontrar losversculos). Una de las cuatro obreras, cuya caseta estaba enmejores condiciones, nos ofreci su casa para la prxima reunin,ya que cada semana habamos de reunirnos, y aceptarnos suofrecimiento.

    Fue tal el inters despertado por la Palabra de Dios ya en laprimera reunin, que nuestras obreras entusiasmadas invitaron asus amigas y vecinas. Leer ellas mismas los versculos que bamosindicando, ahondar en su significado, aprender algunos versculosde memoria y saber explicar su sentido, todo esto lasentusiasmaba. Los temas que tratbamos a base de textos bblicoseran sencillos, en el fondo una verdadera catequesis: la Iglesia,Jesucristo, los Sacramentos, la Virgen Santsima etc., etc.

    Pero no se trataban en forma fra, abstracta, sino de maneraeminentemente prctica, con aplicaciones concretas a la vidacristiana, tal como nuestras obreras deban vivirla.

    Y comenzaron las conversiones sigue contando ella,verdaderas, autnticas conversiones manifestadas en un cambiode vida radical. Comenz la frecuencia de Sacramentos, laasistencia a Misa, no solamente los domingos, sino a menudotambin durante la semana, y lo que es ms, nuestras obreras

    radiantes de felicidad por su contacto personal con Cristo, seconvirtieron en apstoles; sentan ansias incontenibles deconquistar a otras almas para el Seor. Pronto cada una se hizoresponsable de un sector, responsabilidad que la obligaba aconseguir que todos los de ese sector fueran a Misa los das deprecepto, recibiesen los sacramentos por Pascua, que losenfermos llamasen al prroco, que los nios recibiesen elbautismo. Y nuestras obreras, transformadas por el estudio de la

    Palabra de Dios, conseguan a su vez verdaderas transformacionesen las almas que procuraban conquistar.

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    Era tal su amor a la Palabra de Dios que haba quienesahorraron, a costa de verdaderos sacrificios, el dinero necesariopara poder comprar y as poseer en propiedad, y no simplementeprestada, una Biblia.

    En otra ocasin un enfermo de nuestra barriada se negaba arecibir los sacramentos. El prroco haba ido y el enfermo lo habarechazado insultndolo. Nuestras obreras enteradas del incidente,llenas de fe, recordaron las palabras de Nuestro seor: Cuantopidiereis en la oracin, teniendo fe, lo recibiris (S. Mateo, 2 1: 22)y se reunieron a hacer oracin. Y fue tal la fe de la obrera que laspresida, que mandaron llamar de nuevo al prroco y le rogaronfuese otra vez a casa de aquel enfermo, ya que no era posible que

    el Seor no escuchara esas splicas que ellas hacan con tantofervor. El prroco, impresionado al ver tanta fe, visit de nuevo alenfermo, el cual esta vez acept los Sacramentos y muri con lasmejores disposiciones.

    As el estudio de la Palabra de Dios, un estudio hecho conamor y con el sincero deseo de convertir en vida el Evangelio, enmenos de un ao haba transformado por completo aquellabarriada. Nuestras obreras queran tomar en serio el Evangelio y

    vivirlo. Nada de teoras, nada de discusiones estriles, sino unaautntica vida cristiana.

    Las dirigentes de la Accin Catlica, al ver el xito, desearonaprender ellas tambin el mtodo. Y con el beneplcito del asesordiocesano de la rama de mujeres de la A C. de Valparaso, Rvdo.D. Malaquas Morales, comenz a dar sus clases bblicas a lasdirigentes de la A.C. de Valparaso y poco despus comenzaron lasgiras internacionales, primero a Bolivia, despus a otros pases

    sudamericanos, y por ltimo a Europa. De esta forma la sacaron desu apostolado obrero de Valparaso, donde tanto trabaj y goz.

    2. VIAJES FUERA DE CHILE, POR LATINOAMRICA

    Como ya se ha dicho anteriormente, las dirigentes de la

    Accin Catlica quisieron aprender el apostolado bblico, que tanbuenos resultados haba dado en Valparaso. As comenzaron sus

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    viajes fuera de esta ciudad; primero por Chile, despus sobre todoen Bolivia. De esta forma la sacaron de su apostolado obrero deValparaso, donde tanto trabaj y goz.

    Ella senta una gran inquietud apostlica, pero an no vea

    claro qu quera Dios de ella en concreto, en lo que al apostoladoestable se refiere. El apostolado bblico dar a conocer la Palabrade Dios en forma viva, vivida y que despierte vida que inici,influy a su vez en su vida de oracin. Los textos bblicos le dancada vez mayor luz y fuerza, resuelven sus dudas y le dan nimospara aguantar el sufrimiento. La Palabra de Dios llena cada vezms su vida espiritual. Se siente adems a ofrecerse por lossacerdotes, al conocer en 1941 que un sacerdote, a quien ella

    conoca de cerca, se apart del buen camino y dio un graveescndalo.

    Con toda firmeza defendi siempre su libertad para servir aDios, y as, par ejemplo, rechaz la beca que en su da le ofrecierael gobierno chileno para completar estudios en Europa. Razn?Me deca que aceptarla habra significado para ella quedarmoralmente obligada a trabajar para Chile.

    Se establece en La Paz

    Mons. Abel Antezana, Arzobispo de La Paz, conocedor de lasinquietudes apostlicas de Mara Benedicta y de su preparacinteolgica, le confa llevar la direccin de un instituto para la culturareligiosa, al que llamar Instituto del Inmaculado Corazn deMara para la Cultura Religiosa Superior. Su intencin es que este

    Instituto, con el tiempo se convierta en un instituto religioso. Ella,dcil a la voluntad de Dios, se entrega con toda el alma a estaobra, que le acarrear grandes quebraderos de cabeza. Haba quepartir de cero y sin medios econmicos. Comienzan en una casaalquilada y se presentan algunas vocaciones. Las dificultades parapagar el alquiler y vivir son serias. En vista de lo cual, MaraBenedicta aprovecha las vacaciones de verano para ir al Per,

    Argentina, Uruguay para dar cursillos bblicos y conseguir algunas

    limosnas para el sostenimiento del Instituto y... vocaciones.Con la colaboracin de los Padres Jesuitas del colegio SanCalixto, pronto se organizaron en el Instituto las clases para los

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    futuros profesores y profesoras. Se programan tres cursos en losque se estudiar Dogma, Moral, Historia de la Iglesia, etc. y MaraBenedicta les ensea la metodologa bblica, que tan buenosresultados le haba dado en su apostolado popular sobre todo.

    Los resultados son magnficos; salen sobre todo profesorasllenas de entusiasmo y bien capacitadas, tanto seoras comoseoritas. Fue famoso el case de un obrero. Se haba hechopentecostal pero un buen da se present a Mara Benedictadicindole que l tambin quera estudiar. Ella le permite asistir alas clases, pero a los pocos das le dice que la dogma y el moralno los entiende y le pide que se lo ensee ella. Entonces, a basede la Biblia, le ensea lo fundamental de estas materias, y nuestro

    querido Casimiro, que as se llamaba, vuelve a la Iglesia Catlica.Casimiro se siente feliz y, en los mementos de descanso de sutrabajo (era pintor), repasa en su libro de Teologa, y se sienteorgulloso al contestar, cuando le preguntan que qu hace:Estudio Teologa!.

    Despus de algunos aos y gracias a un donativo que le diouna seora peruana, lograron al fin tener casa propia. Pero habaque hacer reformas para acomodarla a las necesidades del

    Instituto y, como siempre, carece del dinero necesario y la monedaboliviana vala cada vez menos; a esto se aada la situacinpoltica cada vez ms crtica en Bolivia, etc. etc.

    Fortaleza de nimo

    Tena Mara Benedicta un temperamento fuerte, tpicamente

    alemn, con una voluntad frrea para hacer en todo momento loque vea ser voluntad de Dios, como hemos vista hasta ahora. Estaintransigencia consigo misma para no desviarse en un pice de loque ella considera en todo momento ser ms agradable a Dios, sinduda choc con el carcter suave y tolerante, propio de Bolivia y engeneral de Sudamrica. Por otra parte, y seguramente comoconsecuencia de su temperamento, fcilmente se impacientaba,defecto contra el que ella luch denodadamente toda su vida y que

    de una manera admirable haba logrado vencer, con la gracia deDios, al final de la misma. Todo esto le ocasion no pocas

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    incomprensiones y hasta quiz enemigos, y ciertamente tuvo quesufrir alguna calumnia.

    Pero su alma estaba tan centrada en Dios, que pasaba muypor encima de estas pequeeces humanas y hasta senta el deseo

    de vencerlas pagando con el bien a los que no le comprendan ocalumniaban.

    Las vocaciones para el Instituto fueron escasas, parece serque no pasaron de tres, y no fueron de voluntad firme. Ella seesfuerza por formarlas y elevarlas espiritualmente. Es un ejemplovivo de lo que expresa Su Santidad el Papa Juan Pablo II, en lameditacin dominical a la hora del Regina caeli del 14 de Mayode 1989, refirindose al don de fortaleza:

    La fortaleza es la virtud de quien no se aviene acomponendas en el cumplimiento del propio deber... El don de lafortaleza es un impulso sobrenatural, que da vigor al alma no sloen momentos dramticos como el del martirio, sino tambin en lashabituales condiciones de dificultad: en la lucha por permanecercoherentes con los propios principios... en la perseveranciavaliente, incluso entre incomprensiones y hostilidades... Sonmuchos los seguidores de Cristo que, en todos los tiempos y

    tambin en nuestro tiempo, han conocido y conocen el martirio delcuerpo y del alma, en ntima unin con la Mater Dolorosa junta a lacruz. Ellos lo han superado todo gracias a este don del EsprituSanto.

    Salen de Bolivia

    A pesar de las dificultades de todo tipo, llega a hacer en esetiempo el voto de no abandonar voluntariamente a Bolivia ni a laobra del Instituto mientras no conste claramente que es la voluntadde Dios. Pero el futuro que se vislumbra sobre Bolivia es cada vezms sombro y, prudentemente, comienza a organizar las cosaspara una larga gira fuera de Bolivia, tan larga que de hecho nopodr volver ms.

    Del Uruguay pasan a la Argentina: Santa Fe, Tucumn,

    Rosario, Buenos Aires. Por todas partes va dando cursillos bblicos.Su vida es un continuo ir y venir de una ciudad a otra con no pocas

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    penurias. La acompaa tan slo una de las vocaciones que recibien Bolivia, la fiel Rosarito. Esta buena Rosarito permanecer fiela su lado durante unos cuantos aos, hasta que al final tambin laabandona para seguir otra vocacin.

    En medio de su pobreza no se olvida de los pobres, y sigueayudndoles, dentro de su limitacin, confiando en la Palabra deDios que dijo dad y se os dar. Se esfuerza por ayudar a todoslos necesitados que encuentra. Est penetrada de que es a Cristoa quien da!

    Le sugieren que vaya a Espaa

    Entre tanto ella ha ido perfeccionando los guiones de suslecciones bblicas; muchos desearan tenerlos, y alguien le sugierepor qu no hace un libro y los publica. A ella le parece acertada laidea; pero, tiene tan asimilada la idea de su nada que, en suhumildad, pide la ayuda de un sacerdote entendido que la asesorepara no poner ningn disparate. Ama la verdad y belleza denuestra religin Catlica y no quiere ni la posibilidad de inducir alms pequeo error. Pero, ella me deca: encontrar un sacerdoteespecializado y con tiempo disponible en Amrica latina es comoquerer coger una estrella con la mano. En vista de lo cual, lesugieren que venga a Espaa. No conoce Ud. a nadie enEspaa?. No, responde ella.

    Despus de este breve dilogo, sale a la calle pensativa. Pasa junto a una librera catlica y ve en el escaparate un libro quepiensa le puede interesar. El libro se titula La Asuncin de Mara

    del P. Bover S.J. (siempre Mara a su lado!); entra y lo compra. Denuevo en la calle abre la primera pgina y lee: Imprimi potest: P.Julin Says S.J., y piensa... ah, s que conozco alguien enEspaa!, al P. Says!

    Efectivamente, haba conocido al P. Says en La Paz. Eraentonces este Padre Provincial de la provincia Tarraconense deLos Padres Jesuitas, a cuya provincia perteneca entonces Bolivia,y al visitar La Paz pidieron a Mara Benedicta que le informara del

    problema de las sectas en Amrica latina, cosa que ella habahecho con mucho gusto.

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    Sin pensarlo dos veces, escribe al Padre Says explicndolesu problema y preguntndole si l podra proporcionarle un Padreque le ayudara para hacer el libro, y aadiendo que no dispona dedinero y por lo tanto necesitaba que le proporcionara gratis un lugar

    donde estar, que ella ya se pagara el viaje. No saba la direccindel Padre, slo saba que viva en Barcelona, pero piensa que losPadres Jesuitas han de ser muy conocidos en Barcelona y yallegar la carta. Simplemente pone en el sobre: Rvdo. P. JulinSays S.J. Padre Provincial, Padres Jesuitas, Barcelona, Espaa.

    Efectivamente, llega la carta a su destino, y el buen P. Saysle contesta casi a vuelta de correo aceptando su propuesta. Pondra su disposicin un Padre y unas religiosas la acogern con cario

    en su casa de Ejercicios; puede, pues, venir.Su director espiritual, Mons. Aspe, ve prometedor su ida aEspaa, no slo por el libro, sino tambin para el Instituto; piensaque encontrar en Espaa muchas y buenas vocaciones, msfirmes que las que ha encontrado hasta ahora. Pero, cmopagarse el viaje? ste director pide limosna para pagar a su hijael pasaje en barco para Espaa.

    Otro buen sacerdote, que la aprecia mucho, enterado de su

    proyecto, le dice: Usted va a Espaa para escribir un libro, peropara ello necesita una mquina de escribir. Y le da el dinero paracomprarse una sencilla mquina. Y sin ms medios se decidi aembarcar para Espaa.

    Rumbo a Espaa

    Al fin, el 27 de Abril de 1954, en Montevideo, se embarca en elAugustus, que va a Italia pasando por Barcelona.

    Quince das dur la travesa de Montevideo a Barcelona.Fueron sus primeras vacaciones desde haca muchos aos.Das de verdadero descanso fsico y espiritual. El mar siempre lahaba fascinado y llevado a Dios. Me contaba que, cuando tenaunos cuatro aos, alguien le pregunt qu quera ser cuando fueramayor, y ella, muy resuelta contest: marino. Pero, si slo los

    nios pueden ser marinos, le dicen; bueno, responde ella, me

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    cortar el pelo. A su edad pensaba que slo era cuestin de tenerel pelo corto.

    Goza visitando los distintos lugares donde el barco haceescala. De un modo especial hablaba de su paso por Ro de

    Janeiro, que le encant. Pero lo que ms recordar de este viaje esque el barco va lleno de sacerdotes e incluso algn Obispo que vana Roma para la canonizacin de San Po X. En la capilla del barcohay una Misa tras otra; el capelln, muy fervoroso, hace el mes deMayo, mes de la Virgen, con toda solemnidad. Ella puede pasarcasi todo el da en oracin.

    Su pensamiento est lleno de proyectos y confianza plena enDios, lo que no quiere decir consolada. Le hace suma ilusin llegar

    a Barcelona, lugar tan conectado con S. Ignacio, al que profesauna profunda devocin. Se propone ir a Manresa y ojal pudierahacer los Ejercicios completos all como el Santo, subir aMontserrat!

    3. APSTOL DE LA BIBLIA EN ESPAA

    En la maana del 11 de Mayo de 1954, el Augustus llega aBarcelona. Las Esclavas del Sagrado Corazn la hospedan contodo cario en una de las habitaciones que dan al jardn de su casade Ejercicios. Lo primero, saludar a la Virgen; al da siguiente, llenade ilusin, sube a Montserrat.

    EL buen Padre Says busca la mejor manera de realizar suinmediato proyecto, preparar la edicin del libro con los guiones

    bblicos. Con ese motivo ella viaja a Veruela (Zaragoza), entoncesnoviciado de Los Padres Jesuitas. All le ayudar el P. Arturo MaraCayuela S.J. que a la vez le dar clases de griego y hebreo;idiomas ambos que ella ansa conocer para leer la SagradaEscritura en su texto original. Ya tena conocimientos de griego,que el padre le ayuda a perfeccionar, no as de hebreo.

    En Veruela sern jornadas agotadoras, pero inolvidables.Alterna la redaccin del Manual de Estudios Bblicos Catlicos,as llamar a su libro, con el estudio. Hay momentos en que ya vetodas las letras hebreas iguales; el Padre le dice: vaya a dar un

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    paseo y descanse, pero ella se va a la capilla, dnde descansarmejor? Un hermano que por esas fechas haca su noviciado medijo, aos despus, la impresin que le haca ver a aquella mujerpasar largas horas ante el Santsimo. Cunto tiempo haba

    deseado gozar de esa soledad y retiro! Tardar tres mesas enpreparar el libro.

    Aprovecha el paso par Zaragoza para visitar la Virgen del Pilary depositar a sus pies sus inquietudes. Es una costumbre yahabitual en ella visitar los santuarios marianos de los pases yciudades por donde pasa. Repetidas veces me habl de su visita ala Virgen de Chapi, en Per, al santuario de la Virgen deCopacabana de Bolivia, del que ella conservaba un gravsimo

    recuerdo, y de tantos otros.

    Su gran inquietud

    La gran inquietud de su corazn es encontrar la posibilidad depreparar las Instructoras Bblicas tan urgentemente necesarias ysolicitadas en Latinoamrica. Ansa que pronto se cuente con elsuficiente nmero de instructoras. Esta necesidad que ella sinti en1954 ciertamente no se ha apagado, sino que crece sin podersecontrolar. En el ao 1989 se calcula que en Iberoamrica cada horase pasan 400 catlicos a una secta. Y aun no acabamos de darnoscuenta que usamos medios inadecuados para apagar esteincendio, que el pueblo est cansado de palabras humanas, yhambriento de la Palabra de Dios hecha vida, y no hay quien se lad...

    En la alocucin que S.S. Juan Pablo II dirigi a Los Obisposvenezolanos en su visita ad lmina el 21 de Septiembre de 1989,les dice:

    S que un tema que os preocupa es el incremento de laaccin proselitista de sectas de vuestro pas, en particular entre lapoblacin menos favorecida econmica y culturalmente. La IglesiaCatlica debe preguntarse cul es el desafo que estas sectasplantean a la propia accin pastoral y a la formacin cristiana y

    bblica de los fieles. Es importante, por ello, instruir, mediante unacatequesis capilar, a todo el pueblo fiel, para que conozca la

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    verdadera doctrina de Jesucristo y las enseanzas de la Iglesia,que es la Madre y Maestra de nuestra fe.

    Este desafo fue el que comprendi Mara Benedicta, y a estacatequesis dedic toda su vida, y procur contagiar a otros esta su

    inquietud.En una de las cartas Mara Benedicta informa a su director

    espiritual lo que le dijo una seorita, al salir de uno de los cursillosbblicos que ella daba:

    Esto s es la Palabra de Dios y hace un bien inmenso a lasalmas. Claro que los sacerdotes tambin predican la Palabra deDios, pero... es muchas veces tan poco la Palabra de Dios y mspalabra de ellos...

    Su director, Mons. Aspe, le contesta: Esta seorita dijo lo queexperiment, y dijo la verdad. Lo s por la experiencia que lamento.Los fieles tienen hambre de la Palabra de Dios, no de la palabra dehombres, a la que tan acostumbrados estn. Los protestantes nosdan lecciones y ejemplo sobre esto, aunque mezclados de muchoserrores. Es cierto que mucho se ha reaccionado sobre elparticular... Pero cunta paja y qu poco grano se predica entemplos sagrados! Doloroso es reconocerlo, ms lamentable serano reconocerlo aunque sea a la hora nona.

    Experimenta la pobreza

    Al volver de Santiago de Compostela, pasa por Barcelona y seencuentra con la desagradable sorpresa de que la casa deEjercicios, donde tan cariosamente la han acogido las Esclavas,

    se va a convertir en Juniorado. A primeros de Octubre comenzarnlas obras necesarias para ello, y por lo tanto ha de desalojar lahabitacin. Tiene un mes de plazo para ello. Pero dnde ir sindinero y sin conocer a nadie?

    Dios prueba su confianza, como prob a Abraham. Y. comosuele hacer Dios con frecuencia, (como sola comentar MaraBenedicta) espera el ltimo momento para intervenir. El 27 deSeptiembre an no encuentra dnde ir, literalmente se ve en la

    calle. Angustiada dice a su Padre:

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    Lo he dejado todo par Dios, me he abrazado con lapobreza por l, y ahora, a causa de esta misma pobreza, todos mecierran las puertas.

    Eso es pobreza, le dice su Padre espiritual. Si a la primera

    llamada se le abriesen todas las puertas, no sera pobreza, o serauna pobreza con todas las comodidades de la riqueza sin suspreocupaciones.

    Pero Dios no defrauda la confianza que ha depositado en l, yas, providencialmente, uno de aquellos ltimos das del mes deSeptiembre, Madre Ana Hrsman, superiora en aquella fecha deLas Misioneras Hermanas de Betania en Barcelona, chilena comoMara Benedicta, se entera que sta est en Barcelona y va a

    hacerle una visita. Ella le expone su problema, y la buena de MadreAna, previo consentimiento de la superiora general, la acoge en suconvento, como en otro tiempo las hermanas de Betania delEvangelio hicieron con Jess. Aunque no sobradas de espacio,llenas de caridad, habilitaron para ella una salita que convirtieronen dormitorio.

    Comienzan los Cursillos Bblicos

    Ha terminado la redaccin del Manual de Estudios BblicosCatlicos. Un sacerdote la invita a dar un cursillo bblico en Mrida(Extremadura) y all va llena de celo apostlico. Ya haba dadoalgunos en Catalua. En Madrid tambin haba organizado algunasconferencias sobre el problema protestante en general, pero ahoraen Mrida se trata de un cursillo de dos clases diarias durante un

    mes y medio, en el Centro de las jvenes de Accin Catlica.Despus pasa a Badajoz, donde da otro cursillo de un mes deduracin. Posteriormente estas jvenes trabajaron activamente eneste apostolado, donde en Extremadura hasta el da de hoyquienes siguen dando lecciones bblicas con el mtodo aprendidode Mara Benedicta. En Badajoz tuvo tambin un cursillo de unmes.

    Precisamente a raz de la muerte de Mara Benedicta, una

    seora de Badajoz me escribi lo siguiente: Me agrada que suobra siga dando gloria a Dios. Yo tambin sigo trabajando comopuedo en los cursos bblicos; aqu en un equipo estamos dando

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    tres cursos, dos en parroquias y uno en particular. Esto es obra deMara Benedicta.

    En el diario de Badajoz Hoy, del jueves 20 de Enero de1955, sali un extenso artculo que con grandes titulares dice:

    MARIA BENEDICTA, UNA CHILENA CONVERSA ALCATOLICISMO, SE HA ENTREGADO AL APOSTOLADOBIBLICO. Utiliza procedimientos muy originales de grandesresultados. En otra entrevista responde de la siguiente forma:

    Ha dado en Espaa ms cursillos bblico?

    Con la intensidad y duracin del de Mrida, no (aunque steno es todava suficiente para formar verdaderos instructoresbblicos catlicos).

    Tanta importancia da a los instructores?La formacin de instructores bblicos catlicos puede

    resolver el problema protestante en Amrica. Y en Espaa...,siempre es mejor prevenir que curar.

    Aquel primer invierno en Espaa lo pas fatal por el fro.Siempre haba sido muy sensible al fro. Me contaba que era tal elfro que pasaba, sobre todo en la cama que, por ms mantas que le

    daban las religiosas Siervas de S. Jos, donde estaba hospedadaen Mrida, no poda entrar en calor. Un da le dijo a la madre:Madre, no tendra otro colchn? Si le dice la madre, peropara qu lo quiere?Pngamelo en la cama, le contesta ella.

    Cul no sera la sorpresa de la religiosa cuando vio quedorma entre los dos colchones. Pero, hija, se va a asfixiar! No,madre, es la nica manera de entrar en calor. Y desde aquellanoche durmi entre los dos colchones.

    Vagabundeo apostlico

    De Badajoz pasa a Granada, Pamplona, Tenerife, Sevilla,Murcia... No es extrao que a veces se sienta realmente cansada yagotada fsica y moralmente en ese girar sin fin. Pero ellaprocura ocultar del todo sus sufrimientos de modo que solamente

    Dios sepa lo que pasa en su alma. Para el ao 1956, despus dehacer el balance del ao anterior, se ha propuesto un programaque se podr resumir en esta sola frase: sonrer a Dios siempre,

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    porque si le sonro a l, sonreir tambin a sus criaturas, puestoda santidad est en hacer lo que quiere lo que Dios quiere yquerer lo que Dios hace...

    En ms de un cursillo se meten protestantes. Como en sus

    clases admite y gusta de dilogo, a veces stos interrumpen conalguna objecin, citando algn texto bblico; ella, con una memoriaextraordinaria y un dominio del Texto Sagrado admirable, lescontesta serenamente deshaciendo sus argumentos. Algunos salenmolestos pero hay otros muchos que quedan encantados; comoejemplo unos cuqueros de Mallorca que, al final del cursillo, leregalan una gua turstica de Mallorca. En otras ocasiones pidenhablar particularmente con ella, y siempre los acoge con sincero

    deseo de hacerles bien.Vivir la fe fundamentada en la Palabra de Dios es la nicaforma eficaz de combatir la extrema ignorancia religiosa de buenaparte de los fieles catlicos y evitar as que se dejen extraviar porcualquier viento de doctrina, como nos dir S. Pablo, ayudndolesadems a que sean capaces de vivir gozosamente las riquezas denuestra fe y estimularles a una autntica vida cristiana: Pues todaEscritura es divinamente inspirada y til para ensear, para

    convencer; para corregir, para educar en la justicia (II Timoteo3:16), todo con el mtodo que haba aprendido de los protestantesy cuya eficacia quedaba sobradamente probada.

    Palabra hecha vida

    Las palabras de la Biblia no las llevaba Mara Benedicta slo

    en los labios, sino que se esforzaba por hacerlas vida de su vida.Sola repetir en sus clases que no basta con creer en Dios, que hayque creer a Dios. El amor a Cristo la apremiaba; ahora bien, si lhaba dicho que lo que se hiciera a los dems se lo hacamos a l,ella no poda ver una necesidad sin intentar solucionarla o almenos aliviarla. Pero no daba de lo que le sobraba, sino de lo quenecesitaba para vivir.

    En Badajoz conoci a una viuda necesitada, y no slo la

    ayud mientras estuvo all, sino que despus segua mandndolecada mes un paquete con alimentos, y esto durante aos y de igualmanera se esforzaba por ayudar a otras personas. Cuando ella no

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    poda, acuda a personas que pudieran, pero nunca dejabandonada a ninguna persona necesitada, al menos le daba sucomprensin y cario.

    Un buen sacerdote, enterado de esta su generosidad, de su

    indigencia, le dice que mientras no haya ahorrado lo suficiente parapoder pagarse al menos un ao, viajes, hoteles etc. no debe darlimosna.

    Esto le produce un tremendo malestar espiritual. Acaso nodice Dios: No apartes tu rostro de pobre alguno y Dios no loapartar de ti? (Tobas 4:7) y que el que da al pobre presta a suHacedor (Proverbios, 19: 17) (Todos estos textos y otros por elestilo, los recordaba ella constantemente a sus alumnos para

    animarles a ser generosos con el prjimo). Esto iba, pues, contrasu conciencia y as se lo dice a su director. ste le contesta:

    Mi parecer es que Ud. siga como hasta ahora ejercitandola caridad con el prjimo sin ms lmites que lo necesario para suhonesta sustentacin, medios de accin para el apostolado y unaprudente mnima previsin. Lo que se da a Jess en sus miembros,l ha empeado su palabra de reembolsar con el ciento par uno eneste mundo y el cielo en el otro.

    La sostiene la oracin

    Lleva ya ao y medio en Espaa. Ha recorrido la Pennsula ylas islas en todas direcciones sin tener donde reclinar la cabeza,como Jess y se siente cansada y hastiada de la vida que lleva.Siente agotrsele todas las fuerzas en este perpetuo peregrinar...

    Pero en medio de todo, Dios la sostiene y se muestra a su alma demanera palpable en la oracin; as se lo dice a su Padre:

    Sigo viviendo mi incorporacin en Cristo. Es algo quesiento y experimento, tal como podra experimentar cualquierrealidad que cae bajo los sentidos. Siento y experimento en m lavida de Cristo. Y veo clarsimamente cmo debo prolongar laoracin de Cristo, la santidad de Cristo, el apostolado de Cristo. Yquiero cada vez ms ir conscientemente por este camino. En esto

    est centrada toda mi oracin. Hay inmersin en Dios e

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    identificacin con Cristo creciente y plenamente querida por lavoluntad.

    En todas partes la acogen con verdadera hambre y concario, muchas veces no la dejan parar; ella se esfuerza por

    mostrarse alegre y sonriente y por ayudar espiritualmente acuantas personas acuden a ella en busca de una palabra queaclare sus dudas o que les consuele; pero en su interior muchasveces se siente desolada, y se le plantea el problema deconciencia: ser hipocresa o fingimiento conducirseexteriormente con paz y alegra cuando interiormente siente todo locontrario?

    Eso no es hipocresa (le contesta su director), eso es virtud

    que germina y florece en campo rido y cielo nublado.Muchas personas, de los distintos lugares por donde va dando

    cursillos, despus le escriben con consultas de conciencia osimplemente contndole sus penas; de esta manera cada vez le vaaumentando la correspondencia, y procura dar a todos luz yconsuelo. S, hija ma, Dios le ha dado mucho para dar a otros,reservndose l el cunto, cmo y cundo dar a Ud. misma. Seagenerosa sin reserva, le dice Mons. Aspe.

    No slo seglares, sino incluso sacerdotes se benefician de susconsoladoras cartas. Hay una (de este tiempo) de un franciscanoespaol, que conoci en el Per y que ahora sufre mucho, a quienMara Benedicta escribe consolndole y animndole. Incluso halogrado enviarle una ayuda econmica, ya que se encuentra enuna situacin personal de mucha necesidad.

    Un enfermo, que se hizo socio de su apostolado, le dice enotra carta: Basta orla, basta ver su sonrisa franca y optimista,toda dulzura y amor, para estimarla y no olvidarla nunca.

    Ella repeta que todos estamos llamados a la santidad, para lacual Dios nos ha elegido desde antes de la constitucin del mundo(Efesios 1:4, texto que ella citaba continuamente en sus clases). Yconsideraba que dicha santidad no es sino el desarrollo normal dela gracia bautismal. Ella deca que la receta universalmentevaledera para alcanzar la santidad personas de cualquier condicin

    social, estado o edad, era: hacer lo que Dios quiere, como loquiere, cuando lo quiere y por todo el tiempo que Dios lo quiere.Ciertamente se esfuerza por vivir esa receta y, cuando ve que

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    algo es voluntad de Dios, no hay nada ni nadie que la detenga parahacerlo; y Dios cada vez le da ms luz.

    Hacia 1956 en Valencia se multiplican los cursillos. Conservauna fotografa del cursillo que dio al Magisterio de esta ciudad; el

    da de la clausura del mismo el aula magna de la UniversidadLiteralmente est a rebosar.

    En el cursillo que da en Jtiva (Valencia), un maestro queasiste y que tiene facilidad para la poesa, le dedica el siguienteacrstico:

    Mujer de recio temple y bondadosa.

    Apstol incansable de las almas.Recorriendo los pueblos afanosa.

    Irradias al Bien Sumo por do pasas.

    A Dios das gloria refutando errores.

    Bendita sea, s, tu misin santa;

    Ella has captado, ten imitadores;

    No se pierda jams semilla tanta.Es tu ideal el engendrar a Cristo,

    Doquiera que encontrares unas almas;

    Y humilde esperas que l las fertilice

    Con el roco de la divina gracia.

    Todo es suave en tu atrayente porte;

    Austera en tus costumbres y abnegada.

    De intuicin psicolgica das prueba

    Al estudiar la humanidad manchada.

    Ilustre disertante y escritora,

    Bello arquetipo de mujer que encanta.

    Eres de la hereja detractora,

    Retrato consumado de una santa.

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    Firmado: Dolores Conejero Vda. de Garca

    Despus de este cursillo la voz se va corriendo de un pueblo aotro. Va a Alginet, a Carlet, etc. etc. No la dejan parar y se ve como

    una pelota tirada de ac para all.Pero en medio de esta superactividad an saca tiempos para

    seguir estudiando hebreo y para preparar nuevos guiones bblicosy, por supuesto, con sus cinco horas diarias de oracin. A lascuatro y media sonaba cada maana el despertador en suhabitacin, por eso lo que ms le costaba eran los cursillos que setenan por la noche. Siempre deca que ella necesitaba el sueoms que la comida, pero aunque se cayera de sueo, lo primero

    era la oracin. No es extrao que en ocasiones llegara a sentirseagotada.

    Amiga de bromas

    Por otra parte Mara Benedicta era muy amiga de bromas,procuraba tenerlas siempre con las religiosas, en cuyas casas

    generalmente se hospedaba. En una ocasin tena una enormearaa negra de goma; un da de fiesta la coloc de formaestratgica para cuando calcul que vendra la Madre Superiora;sta, despus del primer susto, le pide: djemela que la voy allevar a la comunidad; le pidi que se la pusiera en el velo y entrcuando todas las hermanas estaban reunidas. El jaleo que se armfue tremendo; una le dice:

    Madre, qu bicho lleva en el velo!

    Y en principio ninguna se atreve a quitrselo.No seis as, les dice ella, que yo no lo veo.

    Al fin acuden con una escoba... De risa y carcajada!

    Ella gozaba cuando se lo contaba la Madre y tambin gozabacuando lo recordaba y me lo narraba. Como sta, tena infinidad deocurrencias. Cuando muri an encontr en su armario objetospara hacer bromas.

    Por ese tiempo en Bilbao da otro cursillo, cuyo xito esarrollador. Efectivamente en El Correo EspaolEl Pueblo

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    Vasco, sali el reportaje, con una amplia fotografa de ella. Entreotras cosas el periodista deca:

    A Mara Benedicta Daiber hay que orla hablar con calor detemas que le han llevado muchas horas de estudio, de problemas

    que ha acometido de frente y con valenta inusitada, de cuestionesque domina a la perfeccin...

    No es una conferenciante ni una propagandista al uso.Quienes esperen de ella unas charlas ms o menos amenas,dichas con voz profesoral y ademanes de monja sabihonda, que noacuda al saln S. Vicente durante esta semana. Mara Benedictaha hecho de sus lecciones algo vivo, algo que prende en el alma detodos sus oyentes, algo desusado en estas latitudes donde apenas

    si estamos acostumbrados al dilogo entre pblico yconferenciante, a la polmica trascendental, al coloquio valiente.

    Entre otras cosas le pregunta el periodista:

    Cuntos cursillos lleva dados en Espaa?

    El de Bilbao hace el nmero 70.

    Podra establecernos un cotejo entre el protestantismo deHispanoamrica y el espaol?

    El de Espaa est en su estado inicial. Pero en el fondoambos protestantismos tienen las mismas caractersticas... Entodos los lugares se valieron de un arma excelente: la ignoranciacrassima de los catlicos en materia bblica.

    No cree que el calificativo puede sonar mal?

    Si gusta puede dulcificarlo, (termina por decir ella).

    El Sr. Obispo qued tan contento que ya la comprometi a dar

    un cursillo bblico sobre la Virgen para el mes de Abril. Tambin lepiden otro para Algorta.

    Tambin le piden cursillos desde Portugal. De esta manerapudo ir, con gran ilusin, a Ftima y all confa, una vez ms, susproyectos y apostolado a la Santsima Virgen. Siempre recordeste santuario como un lugar de profunda y austera piedadmariana.

    Ella, con la facilidad que tiene para los idiomas, se afana por

    aprender portugus y me explicaba que los cursillos eran bilinges,

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    los asistentes lean la Biblia en portugus y ella les explicaba encastellano, pero se entendan perfectamente.

    Entre nios y gente culta

    Fue cmico lo que pas en Valls (Catalua); ella misma nos locuenta:

    Ahora querrs saber cmo van las cosas en Valls. El primerda hubo una gran desorganizacin; haban decidido que cadanoche sera el cursillo en otro local y con otro pblico. Y la primeranoche me pusieron en primera fila unos nios Los alumnos del

    Instituto Laboral y detrs de ellos los adultos y gente culta.Francamente no saba yo a quienes dirigirme, y comoprincipalmente deba dirigirme a los nios trat de hacerlo dealguna manera, pero diciendo tambin algo para los adultos. Lacosa result verdaderamente cmica. Llam adelante a un chicopara que leyera un texto que yo misma le haba buscado. El niose asust, se rasc la cabeza y su vecino del lado le dio unempujn para que se levantara. Se acerc el pequeo y leytartamudeando algo de Las pistolas de S. Pablo. Tuve quemorderme para no rerme. Y as fue todo lo dems. Yo protest y lacomisin organizadora reconoci su error y ahora seguiremos enun mismo local y con el mismo pblico bastante numerosohasta el fin. Anoche ya result muy bien la leccin y, por supuesto,ya no haba rastro de un S. Pablo disparando con pistolas... (Estome recuerda que una vez en Chile una chica pregunt dnde en laBiblia se hallaba la epstola de S. Pablo a los ebrios (= Hebreos)!Realmente la cultura bblica entre los catlicos es muy grande...

    Ahora ya est todo el mundo en Valls entusiasmado con la leccinde anoche...

    Especialmente interesante result el cursillo de Tarragona, enel que la mayora de los asistentes eran hombres y algunasmujeres. Ella nos lo cuenta tambin:

    Anoche comenzamos el cursillo... Asisti el Sr. ObispoAuxiliar, y se rea al ver cmo esos hombres hechos y derechos

    metan ms ruido que unos colegiales, buscando afanosamente lostextos que yo iba indicando etc. El inters no podra haber sidomayor. Aunque eran hombres cultos, pero de Biblia no saban

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    nada. Naturalmente lean bien los textos y no volvieron a aparecerlas pistolas de S. Pablo...

    El ltimo da del cursillo asiste el Sr. Cardenal, da en queMara Benedicta cont su conversin. Al final l la felicita y ella le

    dice que, en realidad, lo que vale es el mtodo activo que emplea.El Sr. Cardenal se volvi hacia ella y le dijo en un tono quedenotaba profunda emocin: El mtodo? Lo que impresiona esque Ud. Vive lo que dice, y le dio su bendicin.

    Se establece en Barcelona

    Comenz a surgir en Barcelona un cursillo tras otro. Cada vezera mayor el nmero de personas interesadas de que seestableciera en esa ciudad. Se trataba de buscar un lugar pararesidir. Descartada la posibilidad de una residencia de religiosas, acausa de los horarios de los cursillos, generalmente a altas horasde la noche, se comenz a pensar en la posibilidad de encontrar unpiso. Pero no era cosa fcil, pues el piso haba de ser losuficientemente amplio, a fin de poder tener reuniones para losestudios bblicos y acoger a las posibles vocaciones, y en un lugar,cntrico, para facilitar la asistencia a dichas reuniones y, comosiempre, no haba dinero, lo que haca la cosa an ms difcil.Pero, con la plena seguridad de que Dios lo quera, todos sepusieron en movimiento.

    Despus de mucho buscar, efectivamente se encontr un pisoen el lugar deseado. Piensan que habra que hacer algunosarreglos y estn seguros de que llegar el dinero necesario y hasta

    hacen presupuesto. Pero a la hora de la verdad no se encuentrantales bienhechores, ni siquiera se dispone del dinero necesariopara pagar la entrada, que consista en el primer mes de alquilerms otro mes que debe quedar en depsito. Mara Benedicta estagotada fsica y moralmente, mas firmemente confiada en laProvidencia Divina.

    Confidencialmente escribe a una amiga: No duermo de purocansada. Ruega para que todo se solucione bien y que Nuestro

    Seor me d fuerzas para resistir. Dios me ha hecho de tal maneraque prefiero que me calumnien, a pasar apuros econmicos. No esla primera vez que los paso, pero siempre me han dejado con los

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    nervios de punta, y una calumnia ha sido para m un dolordelicioso. Creo que el tener cierta relativa tranquilidad econmicaes indispensable para que nos podamos dar de lleno al estudio y alapostolado. Pero Dios quiere que le pidamos una y otra vez con

    insistencia y confianza: Pedid y recibiris.Ha acudido a las almas del purgatorio, a las que ha ofrecidomisas, para que le ayuden a solucionar lo del piso. Ser sta unaactitud muy frecuente en ella, fruto de su fe en la comunin de lossantos.

    A mediados de Marzo se haba de firmar el contrato, pero elda 10 del mismo mes an no tienen las siete mil pesetas quenecesitan para ello. Ese da, con una seora entusiasta de la Obra,

    va a hacer una visita a una amiga de sta y, ella misma nos cuentalo que pas en una carta: Le hablan de la obra emprendida y lasituacin econmica. Esta seora, que en su cara revela el templeespiritual, se recogi unos minutos y en seguida nos dijo: no puedodarles mucho, pero por el momento les dar cinco mil pesetas. Yfue a buscar cinco billetes de mil pesetas. Aydame tu a dargracias a Dios y encomienda a esta buena seora.

    Evidentemente as no se puede hacer ningn arreglo en el

    piso. Un buen hombre se ofrece a pintarles lo ms imprescindiblepara que se lo vayan pagando cuando puedan. Comienzan, pues,con deudas; y adems van saliendo gastos con los que nocontaban: hay que darse de alto en la luz, el agua etc.

    El primer escrito de sus apuntes ntimos que se conservan esprecisamente de esta fecha, y entre otras cosas anota:

    Pocas veces me he sentido tan mal fsicamente como todoeste ltimo tiempo. Estoy demasiado agobiada y agotada... a estose agrega la tensin nerviosa por la obra de Dios, por la casa, porasegurar siquiera lo indispensable...Pregunto a Jess en la oracinqu es lo que l ahora quiere de m y veo claro lo siguiente:

    a) En estos momentos de intenso sufrimiento fsico y moral,no debo perder de vista que se trata de una participacin delMisterio de la Cruz. Mis sufrimientos, unidos a los de Cristo,prolongacin de los de Cristo, han de producir vida: la vida de la

    obra de Dios, y efectos de vida en innumerables almas.

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    b) Debo seguir siendo fiel, cueste lo que cueste, a mi vida deoracin y a mi reglamento y esforzarme por tener pacienciaamorosa para soportar y para aguardar.

    c) Y a pesar de que actualmente, a causa del piso y a causa

    de todas las dificultades del principio que hay que vencer, lasituacin econmica se me presenta extraordinariamente difcil, apesar de todo esto debo seguir siendo generosa en dar. Siento queCristo me pide esto y s que le doy a l. Y estoy resuelta a hacerloas.

    Oh Cristo mo, Amor mo, aydame t a hacer todo esto: en ticonfo. S que me pides tambin esta confianza, dmela t, puestodo, todo tiene que venir de ti... Aydame, Amor mo!

    De esta forma, a pesar de su tremenda situacin econmica,sigue mandando cada mes el paquete de alimentos a la viuda deBadajoz, que sin ello, dice ella, morira de hambre, y tiende la manoa todo pobre que se le pone delante. El que da al pobre no pasarnecesidad, dice el libro de los Proverbios (28:27).

    En este tiempo escribe cul debe ser la caracterstica de losmiembros de la Obra de Cursillos Bblicos Catlicos:

    Esta Obra que Dios nos confa, las que somos llamadas aella, debemos vivir de fe de un modo especialsimo. Hemos dehacer vida en nosotras la Palabra de Dios con todo su contenidodogmtico, moral, asctico, mstico. Solamente as podremos llevaresta misma vida a otras almas. Esto es importantsimo, pues en elmomento en que nos limitsemos a un conocimiento meramenteintelectual, fro y racional de la Escritura, nuestra misin se habraacabado y habramos traicionado nuestra vocacin.

    Hemos de resistir a la tentacin de limitarnos al conocimientomeramente terico de la Escriturarealmente quedarse en estepunto y limitarse al placer intelectual que esto proporciona esmucho ms fcilpero en cambio hemos de vivir la Palabra deDios, vivirla en toda su extensin en la medida de nuestras fuerzas,hemos de desentraar la leccin profunda que nos ofrece laPalabra de Dios para cada circunstancia de la vida y as vivirplenamente de fe. Aqu radica el poder de irradiacin de nuestra

    vocacin, y esto no lo hemos de perder de vista jams.

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    Y de un modo especial, a la luz de la Escritura, hemos devivir nuestra incorporacin en Cristo, hemos de llegar a dejarnosllenar del todo de Cristo y que l solo viva, ore, trabaje, sufra ennosotros.

    Vida de comunidad en pobreza

    El da primero de Mayo de 1959 comienzan tres la vida decomunidad en el piso: Mara, Soledad y Teresa. En la casa no hayms que lo estrictamente imprescindible, y se podra decir que nieso. Los amigos interesados en la Obra les van trayendo diferentesmuebles usados y dems enseres necesarios, uno trae una cama,otro dos cubiertos, otro un colchn, otro unas mesitas viejas de uncolegio, otras le mandan sbanas y toallas etc. Nos servir parahacernos idea de la pobreza con que viven lo que anotan en eldiario:

    Para cocer nuestro cotidiano sustento slo contamos con doshornillos elctricos, bastante pequeos, y el ms pequeo se haquedado inservible por el momento, as que prcticamente ahoraslo contamos con uno. Nuestros guisos se reducen a lo mselemental y primitivo: una sola olla con capacidad para la comidade toda la comunidad.

    A la hora de comer hemos ledo una carta, que rezuma muchacaridad cristiana, con la noticia de que nos giran 25 pesetas paraque con ellas compremos unas pastas, pero nuestra pobreza actualnos obligar a emplear ese dinero en la compra de verduras.

    De hecho estarn casi un ao con ese pobre hornillo para

    guisar, hasta que pudieron comprar a plazos una cocina de butano.El da cinco de Mayo, con no poco humor, anotan:

    Decimos que cuando seamos ricas compraremos un misal,una olla para hervir la leche... una tapa de tela metlica paraproteger de las moscas el postre, o lo que sea, un salero grande,una sartn para frer huevos y... un coche para poder dar loscursillos con ms facilidad. Es que no tenan ni nevera; tardarndos aos en poder comprar un frigorfico y ste a plazos. En medio

    de tantas estrecheces no tarda en resentirse la salud de las tres,

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    hasta el punto que Teresita, con gran dolor de su alma, tiene quemarchar. El 7 de Junio anota Mara Benedicta en su cuaderno:

    Tal vez la crisis interior que estoy pasando es la peor de mivida, a pesar de que la oculto en el silencio. Pero es tal el

    cansancio moral de todo, que es como un decaimiento no slototal, sino como que quiere ser definitivo, de todas mis fuerzas, detodo anhelo de perfeccin... Veo el peligro que encierra semejanteestado de nimo...

    Ayer por fin el Seor me hizo ver en la oracin una vez ms,pero con mayor claridad que nunca, que no es amor el que no losoporta todo hasta el fin. El verdadero amor lo sufre todo sindesfallecer jams... Lo que hace desfallecer es el egosmo, y el

    egosmo es lo ms diametralmente opuesto al amor. La cosa estclara: cueste lo que cueste debo seguir adelante, pues mi amor aDios debe ser sin desfallecimiento... y tambin mi amor a mishermanos...

    En medio de esta extreme pobreza, sigue practicando contoda generosidad la caridad.

    Una seora de Zaragoza muestra sus deseos de estudiar afondo la Biblia para despus ella poder hacer apostolado. Le pideun cursillo intensivo en su casa. Ella, contenta, acepta. Pero estaseora tiene dos hijas pequeas y su marido la ha abandonado, locual quiere decir que no podr ayudar ni a pagar los gastos queella ocasionar con su estancia. Se trata de estar un mes en casa,y esto en el mes de Agosto, cuando lo poco que le solan dar en loscursillos no entraba, pues todo el mundo est de vacaciones. Perose trataba de ayudar a otros en su fe y, con todo cario, le ofrecesu pobreza. Una seora le regala una cama mueble para poderla

    recibir. Y no slo a ella, sino que en principio iban a ser tres laspersonas que acogeran en casa, aunque, por razones imprevistas,slo vino la seora de Zaragoza.

    A este cursillo de verano se unieron otras dos personas deBarcelona. Era un cursillo intensivo de un mes de duracin, condos horas por la maana y una por la tarde. La seora de Zaragozase marcha feliz, pero Mara Benedicta no tiene dinero para acabarel mes. Ms de una vez me cont este episodio.

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    Me refera que entonces acudi a Dios y le dijo: Ya ves quenecesito mil pesetas para acabar el mes, t vers de dnde han desalir.

    Aquel mismo da, a media maana, llega un giro inesperado

    de 100 pesetas. Ella le dice al Seor:Seor, yo te agradezco las cien pesetas, pero ya ves que

    necesito mil.

    Y Dios no la defrauda una vez ms: aquella misma tarde llegade nuevo un giro con mil pesetas. Ella me deca que el Seor probsu confianza, pero le dio ms de lo que le peda. Y la generosidadde Dios no termin aqu, ya que pocos das despus, el 28 de

    Agosto, le dan dos fuertes donativos inesperados, con los cuales

    puede pagar al pintor y decidirse a comprar el termo para el bao.

    Ayuda al Cuerpo Mstico

    La solicitud de cursillos se multiplica en parroquias, fbricas,colegios etc. y en numerosos casos particulares que se atienden encasa.

    En una casa particular tiene un nutrido grupo verdaderamenteecumnico; asisten varios protestantes, pero no con intencin depolemizar, sino de conocerse. Estn estudiando el tema quellamamos el Credo, que es el temario fundamental, en el que seven las verdades de nuestra fe a base de la Biblia. El grupo resultainteresante. Ella expone positivamente la fe catlica, ellos aceptanen lo que estn de acuerdo y exponen su interpretacin en lo queno lo estn; pero no se discute. Mara Benedicta goza lo indecible.

    Un da toc hablar de la Santsima Virgen. Y ella, a base de textosbblicos como siempre, explic que Mara Santsima es nuestraMadre, etc. Uno de los asistentes suple en ocasiones al pastor ensus reuniones, quien al da siguiente, emocionado, explica a susfeligreses que Mara es nuestra Madre, para gran sorpresa de losasistentes.

    En otra ocasin tiene en casa a una chica que se ha hechoadventista y quiere ahondar en la fe, vive con ellas unas semanas,

    que aprovecha para estudiar su fe. Cuando se marcha sigue siendoadventista, pero queda muy agradecida a la acogida que le han

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    hecho. Acoge siempre con todo cario a cuantos hermanosseparados se ponen en contacto con ella, sea personalmente, seapor carta, y siempre sin nimo de polemizar, sino de iluminarrespetando la libertad del hermano. Son numerosas las cartas que

    se conservan de estos hermanos, generalmente cartasacogedoras; pero no falta tambin quien le escribe con la finalidadde atraerla a sus ideas y polemizar, y en esos casos ella corta,como en el de una seora que, no obstante, durante aos sefelicitaron para Navidad.

    Como es lgico, ella goza muy especialmente cuando algunade estas almas se acerca a la Iglesia Catlica. A varias de ellasprepar para su bautismo en Ella.

    Un da un grupito le pide asistir a un cursillo ms prolongadoen casa. Pero cmo hacerlo si no tienen sillas suficientes? Conbuena voluntad todo se arregl, cada alumna trajo su silla. As semont la sala de clase, hay sillas de todos los tamaos y modelos,para todos los gustos, como deca ella. De esta manera secomenzaron varios grupos con una clase semanal durante todo elcurso.

    Campaa por las comunidades contemplativas

    Hacia finales del ao 1960 entra en contacto con unacomunidad de cistercienses muy necesitada. Pasan fro. Ella lespregunta si pueden ponerse ropa de abrigo debajo del hbito ycontestan que s. Y aqu tenemos a Mara Benedicta, gozosa,haciendo una campaa de jerseys entre sus alumnos. Se recogen

    gran cantidad de jerseys usados pero en buenas condiciones que,junto con muchos y variados alimentos, se los enva para Navidad.Comienzan as los paquetes de Navidad para las comunidadescontemplativas, que irn en aumento hasta el final de su vida. Paraentonces ya eran diez las comunidades necesitadas que atenda.

    Comenzaba la campaa en el mes de Octubre, cuando seempezaba el curso. Pona sobre la mesa un letrero con textosbblicos para animar a todos:

    Ayuda a miembros necesitados del Cuerpo Mstico.Dad y se os dar (S. Lucas, 6: 38).

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    El que da al pobre no padecer necesidad (Proverbios,28:27).

    Y los alumnos, contagiados de su espritu de caridad,colaboraban con toda ilusin; cada cual traa lo que poda o quera.

    Y cmo disfrutaban todos cuando despus se lean en clase lascartas de agradecimiento de estas monjitas! Sobre todo ellosapreciaban las oraciones que stas hacan por ellos enagradecimiento. Un da acude un alumno manifestndole con penaque l estaba mandando una ayuda a un seminario pobre y esteao no poda mandarlo. Se trata, pues, de ayudar a un miembro deCristo y por aadidura futuro sacerdote, el gran amor de su vida.En seguida pone en movimiento a sus alumnos y los interesa para

    acudir a esta necesidad. En adelante se encargaron de pagar laboca de un seminarista. Slo Dios sabe los esfuerzos que esto lecost y a cuntas puertas tuvo que llamar. Pero poco a poco, a lolargo del curso sala cada ao la beca, y generalmente crecida. ElSeor Rector de este seminario, un hombre verdaderamente deDios, le escribe cartas alentadoras y varias veces que vino aBarcelona visit los grupos animndolos. Fue sta realmente unaamistad espiritual que dur toda la vida.

    Por otra parte ve que no es posible anunciar la Palabra deDios a quienes sufren toda clase de angustias y estrecheceseconmicas si no se esfuerza por aliviarlas en la medida de susposibilidades, y as pagan a varios jvenes para conseguir unoficio, buscan trabajo a otros, etc.

    Y esto a pesar de que su situacin econmica sigue siendoangustiosa. Despus de la primera Navidad lanzan un SOSsolicitando si acaso fuera posible conseguir cincuenta personas,

    que diera cada una mil pesetas al ao. Con ello tendran aseguradoel pago del alquiler, que era lo ms angustioso. Pero en realidadslo respondieron cinco. Hasta pocos aos antes de su muertevivi con esta angustia.

    Vida de fe

    El pensamiento de vivir de fe se va afianzando cada vez msy ms en su vida espiritual a medida que pasan los aos. Por estetiempo, 1959-1961, escriba:

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    Por la fe pienso y juzgo las cosas segn la verdad, o sea,segn las ve y juzga Dios y claro est: la verdad no es lo quepiensan los hombres, sino lo que piensa Dios. La fe, cuanto msviva sea, me pone con ms seguridad en posesin de la verdad.

    Siento el impulso de vivir ms y ms de fe, lo cual es vivir de laverdad: pero sobre todo se intensifica en mi alma el impulso a lacaridad. Lo tengo hace mucho tiempo, pero se va agigantandoextraordinariamente.

    Todo esto sucede en la parte superior de mi alma, sinconsuelo propiamente sensible. Es ms luz que calor, pero una luzque es fuerza motriz al mismo tiempo.

    No basta creer en Dios y esperar a Dios, esto es

    relativamente fcil, pues al fin y al cabo los motivos de credibilidadde nuestra fe son muy poderosos... el alma que aspira a lasantidad, debe llegar ms lejos y debe creer a Dios, a ciegas, yentregarse a l, para que l haga y deshaga, y debe esperar enDios contra toda esperanza. Semejante fe y esperanza en mediode la noche, glorifica grandemente a Dios. Veo con suma claridad ycon gran paz que es esto lo que Dios quiere de m. Mi camino esste: fe y esperanza as, en medio de la noche, y radiante caridad,

    siempre, siempre, siempre. De ah han de derivar todas lasvirtudes. Por qu los directores espirituales ensean tan rara veza las almas a vivir de fe? Tal vez en nuestro siglo nos hemoscontagiado todos un poco de racionalismo...

    En adelante, a travs de la noche de mi alma, solamentequiero vivir de fe: creer a Dios ciegamente y esperar en El contratoda esperanza e irradiar amor, segn el gran mandamiento deCristo. Este es mi camino, oscuro y doloroso, s, pero sencillo y sin

    problemas (al menos por ahora). Todo as se simplifica, aunque seprolonga el dolor... Anhelo ser perfectamente dcil a mi Dios: Cristomo, produce t en m (que todo viene de ti) el querer y el ejecutar(Filipenses 2:13). Madre ma, t que viviste plenamente de fe,ensame a vivir tambin esta vida de fe. As sea .

    Y en los ejercicios espirituales del ao 1963, en SemanaSanta, como siempre, se propone ahondar en lo que significa vivirde fe.

    S muy bien que solamente estoy en la verdad en la medidaque juzgo todas las cosas a la luz de Dios, segn la fe... Guiarme

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    por la simple luz de la razn natural no me puede dar la verdaderaperspectiva de las cosas, ya que stas son como las ve y juzgaDios. Quiero, pues, ahondar en lo que significa vivir de fe y orientarplenamente mi vida en este sentido.

    Vivir de fe es algo ms que creer simplemente nuestrosdogmas. Hay un grado mnimo que se limita a hacer loindispensable y nada ms para alcanzar el cielo... y hay el gradomximo en que la fe informa y penetra todos los detalles y cadamomento de la vida. Todos los santos alcanzaron este grado. Entreel grado mnimo y el mximo hay todos los grados imaginables,Dnde estoy yo? Ciertamente la fe penetra gran parte de mi vida,pues sin ella, mi Reglamento y mis votos seran imposibles. Pero

    hay baches e intermitencias y si he de avanzar en mi vidaespiritual, es preciso superarlos.

    De dnde sacar fuerzas para seguir adelante? De la fe.Debo, quiero cerrar los ojos a todo lo dems y vivir solamente defe. Me siento al cabo de mis fuerzas? Pues he de creer que Diosme sostendr. Cuanto menos vea, cuanto ms vea todo lo contrariode lo que me dice la fe, tanto ms debo cerrar los ojos a lo que veoy creer, creer, creer... Creer como la Virgen (la que crey: S.

    Lucas 1:45), creer como los Santos, creer contra todas lasapariencias... Creer en la Palabra de Dios...

    Nunca tanto como ahora se me ha presentado la Pascuacomo un misterio de fe. Y sin embargo, de hecho, en el misteriopascual, todo es invisible: ni veo a Cristo glorioso y resucitado, niveo o percibo con los sentidos la vida nueva que Cristo nos trae.No veo ni palpo mi justificacin, la aplicacin a mi alma de losmritos redentores de Cristo. Y aunque los Sacramentos son

    signos sensibles, su efecto es invisible... Todo se reduce a la fe.Hay que creer y obrar de acuerdo con la fe. Sin duda muchasveces he sentido y experimentado la accin profunda de Dios en mialma, pero cuando Dios retira estas experiencias sensibles ququeda? Nada ms que la oscuridad de la fe... Y sin embargo, la fees ms cierta que todo lo dems, porque el que cree se apoya enDios, Verdad infalible. Hay que vivir de fe: es la nica manera deestar en la verdad, mientras aun no veamos a Dios cara a cara. Y

    este vivir de fe debe penetrar todos los detalles de la vida, porqueen cada instante es preciso obrar de acuerdo con la fe. Luz

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    oscura... pero al fin y al cabo luz... y me aprovecho tanto ms de laRedencin de Cristo, cuanto ms viva de fe...

    Quiero seguir adelante e ir por este camino con la gracia deDios... y la ayuda de la Virgen mi Madre que vivi plenamente de

    fe... El Evangelio es fuerza de Diosdynamispara todo el quecree, parece evidente que es fuerza de Dios tanto ms, cuanto msviva sea la fe. A mayor fe, mayor experiencia de la fuerza de Dios.

    Con gran ilusin sigue tambin los acontecimientos delConcilio Vaticano II. Apenas se publicaba un documento, loadquira, lea y comentaba generalmente en la mesa. En Marzo de1963 escribe lo siguiente en el diario:

    Nuestros alumnos han firmado y hacen circular con gran

    entusiasmo las hojas en que se recogen firmas pidiendo al Conciliodeclare solemnemente la maternidad espiritual de Mara respectode todos los hombres y su mediacin universal de todas lasgracias.

    No poda dejar de aplaudir e impulsar cuanto se refiera a laSantsima Virgen.

    Quedamos solas

    Yo me un a Mara Benedicta y Soledad en Diciembre de 1965y me vine con ellas a Barcelona. En los veranos bamos dos o tresveces por semana a la playa. A Mara Benedicta le hacan muchobien aquellos baos de mar, pues le ayudaban a pasar mejor elinvierno. Ms de una vez tuvimos nuestros coloquios espiritualesen la playa, a la sombra de la sombrilla.

    En Navidad era ocurrente para poner los regalos el da deReyes. Todos bien envueltos y con nombres originales, bienescondidos por la casa. En la puerta de la habitacin nos dejaba unpapel con la lista de los regalos y los nombres originales que leshaba puesto. No era fcil averiguar por tal nombre qu contendraaquel paquete; por ejemplo, un regalo deca: El que quiera celesteque le cueste, y despus resultaba que era una bata celeste; otraera el camello, y se trataba de una escalera taburete; otro era el

    bolsillo de S. Jos, y era una balsa plegable, y as todo por elestilo. Con la lista en la mano haba que buscar por toda la casa

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    hasta encontrar todos los regalos. Nosotras tambin leescondamos a ella cosas de igual manera. Era una fiesta muydivertida.

    Mara Benedicta gozaba con las salidas de excursin. Desde

    luego el lunes de Pascua era sagrado, es decir, no perdonaba elno salir ese da, aunque slo fuera al Tibidabo si haca mal tiempo.Y cuando sala, a veces era como una chiquilla. Recuerdo que enuna ocasin se lanzaba por un tobogn de un parque infantil comocualquier nio.

    A mediados de 1969 Soledad decidi seguir trabajando en loscursillos bblicos aunque desligada de la Obra, y as lo hizo, deforma que quedamos Mara Benedicta y yo solas.

    Hasta entonces con frecuencia haba hablado de susproyectos sobre la Obra; pero a partir de entonces, y sin que senotara ninguna amargura por su parte, sino con toda serenidad,sigui trabajando con todas sus fuerzas sin mostrar la inquietudque tena antes como responsable de la Obra ni pensar envocaciones para la misma.

    El ao 1953, an en Bolivia, haba hecho el voto, como yadije, de no abandonar la Obra ni en Bolivia ni fuera de ella,mientras no le constara con evidencia que era sta la voluntad deDios. Pero tambin haba prometido en aquel voto: en el momentoque me conste sin lugar a duda razonable, que es tu voluntaddivina que yo te haga el sacrificio de esta Obra, lo har en el acto,sin vacilaciones, par encima de todos mis gustos y repugnancias,porque quiero en todo y siempre cumplir lo ms perfectamenteposible, tu voluntad y no la ma.

    Pero ella segua pensando en la necesidad de esta Obra yconservaba la certeza, y as me lo manifest en varias ocasiones,de que Dios de alguna manera la hara surgir despus de sumuerte.

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    4. EL MOVIMIENTO PRO ECCLESIA SANCTA

    Reencuentro con el P. Menor S.J.

    Mara Benedicta conoci al P. Menor en Arequipa (Per) afinales de 1950. Haca finales de 1967 se puso de nuevo encontacto con l por carta. El P. Menor le pide que se una a unnutrido grupo de hombres y mujeres dirigidos por l que piden porla santificacin propia y general. En total pasan de un centenar. Deesa forma Mara Benedicta conoce la Asociacin Pro EcclesiaSancta y le contesta entusiasmada:

    Hace mucho tiempo por mi parte deseaba que surgiera algoen la Iglesia que nos uniera a cuantos tenemos estos anhelos desantificarnos y sacrificarnos sin reserva por la Iglesia, cosa hoy dams necesaria que nunca. Algo que nos agrupara en una autnticafuerza espiritual, fuerza de conjunto, muy superior evidentemente alas fuerzas dispersas, que aisladamente pudiramos representar...

    Que Nuestro Seor y la Virgen nuestra Madre, le iluminen a

    Ud. y le muestren claramente cmo hay que estructurar esa obratan preciosa para que rinda en la Iglesia Santa todo su fruto desantidad. Y que contribuya a acelerar el momento dichoso en quesalgamos de esta crisis de fe en el fondo todo se reduce a faltade feque actualmente sacude a la Iglesia. Y que todo coopere aun nuevo florecimiento de santidad. Y que la misma crisissolamente nos sirva para crecer en fe y en amor apasionado a laIglesia. Creo que hay da tenemos que amarla ms que nunca.

    Es que Mara Benedicta, que tanto amaba a la Iglesia, sufralo indecible ante el huracn que la sacuda despus del Concilio yque a tantos hizo tambalearse y caer en su fe. Ella afirmaba que lacrisis de identidad sacerdotal, la crisis de obediencia, los erroresdogmticos que se iban difundiendo y que muchas veces, aunconservando la misma terminologa, de hecho se vaciaban desentido, tenan como base una falta de fe, sustituyendo la fe par laopinin, como deca ella. Y esto era algo que no lo poda

    soportar.

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    Yo dira que hasta ahora ella haba luchado con todas susfuerzas por defender la fe del pueblo de Dios, la fe del pueblocatlico, de los enemigos que le venan de fuera; y ahora seencuentra con que los peores enemigos surgen de dentro, de

    quienes menos se poda esperar. Sus alumnos acudan a elladesconcertados par lo que oan y vean, y ella se esforzaba porfundamentarles firmemente su fe en la Palabra de Dios, verdadinfalible. Cunta vigencia cobraban entonces las palabras de S.Pablo a Los Glatas: Aunque nosotros o un ngel del cielo osanunciase otro evangelio, distinto del que os hemos anunciado, seaanatema (Glatas, 1: 8).

    Comienza, pues, a partir de entonces una intensa

    correspondencia entre ella y el P. Menor. Ambos sintonizanperfectamente, tanto que pronto es nombrada promotora paraEspaa del Movimiento, cargo que ocupar durante algn tiempo.Una vez nombrada promotora, se pone en marcha para darlo aconocer a personas que ella piensa que podrn afiliarse. Sobretodo piensa en las monjas contemplativas que conoca y en lossacerdotes, tambin en algunos seglares, entre ellos algunosalumnos. Para afiliar a las monjas y darles a conocer los fines del

    Movimiento aprovechar los veranos.

    Viajes apostlicos por los monasterios

    En Junio de 1971 emprende su primer viaje veraniego por losmonasterios. Y esto a pesar del extremo cansancio con que acabael curso y que realmente necesitara un merecido descanso. Esteprimer viaje fue realmente agotador. Como durante el da estabacasi todo el tiempo con las monjas, bien hablando a la comunidad,bien en consultas particulares, haba de quitarse horas de sueopara la oracin. En una carta me deca: No tengo tiempo paranada. Ni para dormir. Para la oracin, s, pues sta hay queasegurarla contra viento y marea.

    Como no poda ser de otra manera, les habla del Movimiento,pero basndose en la Palabra de Dios. As me lo explica: Hoy les

    he hablado del resto (idea de Isaas que a ella gustaba macho),presentando el Movimiento como el resto; esta tarde hablar, Diosmediante, del Cuerpo Mstico...

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  • 8/2/2019 Mara Benedicta Daiber; Am a la Iglesia y se entreg por ella de Emilia Garca Martn

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    Las monjas se entusiasman de tal manera que se pasan lavoz de un monasterio a otro, de forma que cada verano necesitams tiempo y al final, dedicando todo el verano, ni siquiera llega avisitar a todos los conventos que se lo piden.

    Ya en 1973 no es suficiente un viaje y comienza a hacer dos,disminuyendo cada vez ms los das de descanso. Le resulta cadaao ms imposible atender a todos los monasterios, dado elaumento constante del M.O.P.E.S., a pesar de que hay aos quecomienza la primera gira el 31 de Mayo, suprimiendo en Barcelonatodos los grupos bblicos de Junio.

    Providencialmente el verano de 1974, gracias a lagenerosidad de un grupo bblico de una parroquia de Barcelona, le

    proporcionaron un viejo coche (un 600 de tercera mano), al queMara Benedicta bautiz con el nombre de la tartanita y que seport muy bien. Con la tartanita y yo novata en el volante,acompa a Mara Benedicta aquel verano, alivindole un poco lafatiga del viaje con los consiguientes transbordos y equipaje; sobretodo si se tiene en cuenta que ya sus pobres pies estaban tandeformados que casi no poda andar sino con mucha dificultad, yencontrar calzado era una verdadera pesadilla.

    Comienza as a dedicar todo el verano a visitar sus queridasmonjitas como ella las llamaba; con lo cual deja de tomar susapetecidos baos de mar, que tanto bien le hacan. Claro que, alpoder viajar en coche propio, se le hace menos pesado, e inclusodisfrutaba cuando, por falta de pericia ma, nos perdamos, ocuando nos sobraban algunas horas y nos desvibamos de la rutapara hacer alguna escapada y conocer algn lugar pintoresco.

    En una de esas escapadas, pasamos por el puerto de

    montaa de