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1 EDICIÓN DE ESTUDIANTES I Vol. 13, Núm. 1 2015 REVISTA AMBIENTAL

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En este número de Marejada, resaltamos el trabajo de los estudiantes participantes de los talleres de redacción periodística, llevados a cabo como una colaboración entre el Centro de Redacción de la UPR-Mayagüez y el Programa Sea Grant de Puerto Rico.

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EDICIÓN DE ESTUDIANTES I

Vol. 13, Núm. 1 2015

R E V I S T A A M B I E N T A L

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Ruperto Chaparro Serrano, MA

Carta del director del PSGUPR

Ambas ediciones de nuestra revista Marejada de 2015 son el resultado de un ejercicio innovador que desarrolláramos con la

colaboración del Centro de Redacción en Español (CRE) del Recinto Universitario de Mayagüez de la UPR. Con este ejercicio, pretendemos ofrecer a un grupo de jóvenes puertorriqueños, la oportunidad de llevar un mensaje sobre la importancia de educarse acerca del valor ecológico y económico de los recursos marinos y costeros de Puerto Rico y velar por su desarrollo sustentable.

En realidad, cuando hablamos de desarrollo sustentable de recursos naturales, nos referimos a utilizarlos tomando en consideración a las generaciones futuras y sobre todo entregárselos sin agotar su capacidad de generar divisas, para así poder heredarlos. También abona a este problema el que nuestro gobierno no se haya preocupado por educar a la población sobre nuestra historia, urbanidad y el valor ecológico y económico de nuestros recursos naturales.

Mi generación, así como las generaciones de nuestros padres y abuelos, somos culpables de haber utilizado los recursos naturales del Archipiélago de Puerto Rico, de una manera irresponsable, sin pensar en el mañana. La falta de planificación, manejo, mantenimiento y administración de los recursos naturales de Puerto Rico es resultado de las malas decisiones que hemos tomado al seleccionar a los líderes políticos para que gobiernen el país y nos guíen hacia un futuro de prosperidad y bienandanzas. Como consecuencia del partidismo y las malas decisiones, los recursos naturales de nuestro país han sido saqueados inmisericordemente, sin ningún tipo de consideración para las generaciones futuras resultando en: el corte, relleno y eliminación de manglares, lagunas y humedales, el cambio al curso de ríos y quebradas, las construcciones en la zona marítimo terrestre, la urbanización de los valles costeros y terrenos agrícolas, la contaminación de nuestras aguas y nuestro aire, la privatización y venta de las dunas de arena y otros bienes de

dominio público, el abandono de los embalses, y sobre todo, el endeudamiento y descrédito del país. Todas estas acciones se llevaron a cabo en nombre del progreso y vendiéndonos un estándar de vida ajeno a nuestra realidad de isla caribeña. Este supuesto progreso fue sufragado por préstamos, que comprometieron nuestros recursos y el futuro de las nuevas generaciones. Tristemente, muchos pensaron que esta es la forma correcta de planificar y desarrollar un país. Al analizar este panorama la pregunta que viene a la mente es, ¿Y ahora, quién podrá defendernos?

Nuestra única esperanza para salir de este hoyo negro donde hemos llevado al país, son los jóvenes puertorriqueños que se levantan con ánimo de educarse, trabajar y transformar nuestra historia. No podemos aplaudir la idea de que deben abandonar el país, para poder echar hacia delante. Como postuló aquel filósofo alemán, George Hegel: “El carácter de hombres y naciones se forma en las tempestades y en la lucha, y la lucha es la ley del crecimiento.” Debemos dejarles saber a nuestros jóvenes que solo ellos pueden guiarnos hacia la transformación del Puerto Rico que queremos: un país que no tolere la corrupción ni el pillaje, que invierta en la educación de los niños y de su gente, que conozca su historia y tenga fe en sus capacidades y sobre todo que entiendan que el éxito en la vida está basado en nuestra aportación al desarrollo de un mundo mejor. El mayor beneficio que me ha ofrecido el trabajo en la universidad es entender, que son los jóvenes los que tienen la capacidad y el ánimo de guiarnos hacia un Puerto Rico mejor, parecido al mundo que imaginó John Lennon en su canción y obra maestra “Imagine.”

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Portada: La foto de portada muestra una imagen de un atardecer en Rincón. La imagen fue tomada por Frank X. Ferrer González.

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Carta del director del CREDurante el pasado año académico, el Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico (PSGUPR), a través de su Coordinadora de

comunicaciones, Cristina Olán Martínez, nos ofreció al Centro de Redacción en Español (CRE)la oportunidad de colaborar en la formación de un grupo de jóvenes que pudieran escribir artículos sobre temas ambientales para su revista Marejada. Dado que uno de los objetivos de nuestro Centro es llevar la escritura fuera del ámbito meramente académico, consideramos la propuesta como una excelente oportunidad de trabajar con jóvenes interesados en el periodismo y que pudieran tener el aliciente de ver su trabajo recompensado económicamente y viendo publicados sus trabajos en una revista prestigiosa.

En primer lugar, se llevó a cabo una selección de candidatos a partir de la redacción de un texto de tema socioambiental. Los seleccionados, posteriormente, recibieron una serie de talleres sobre los diferentes aspectos de la redacción periodística. Durante meses, nuestros tutores Nechelmarie Fernández, Bárbara Báez, Alejandra Santiago y Aldo Salazar en conjunto con el equipo de Comunicaciones del PSGUPR, ofrecieron charlas sobre la estructura del ensayo periodístico, titulación, cuerpo de noticia,

comunicado de prensa, entre otros temas, mientras que el equipo de Sea Grant los preparaba en temas como etnografía, búsqueda bibliográfica, la entrevista y ecosistemas marinos y costeros. Al mismo tiempo, los estudiantes iban preparando lo que sería el cuerpo de su artículo. En una etapa posterior, recibirían también ayuda individualizada en el CRE y en el PSGUPR para editar sus textos. El producto conseguido fue una serie de artículos medioambientales que aparecen hoy en las páginas de esta revista.

Como Coordinador del CRE considero que este tipo de actividades de colaboración entre programas de distinta índole son enormemente importantes para la formación integral de nuestro estudiantado ya que reciben formación desde un punto de vista multidisciplinario y que pueden integrar en su currículo de manera práctica. La colaboración del CRE con el Programa Sea Grant fue una experiencia retante pero muy edificante tanto para los estudiantes como para nuestros tutores y de enriquecimiento profesional para ambos programas. Esperamos poder repetir este tipo de colaboraciones con Sea Grant y agradecemos a su Director Ruperto Chaparro y a Cristina Olán el habernos permitido trabajar con ellos.

Francisco García-Moreno Barco, PhD

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Marejada es publicada por la Oficina de Comunicaciones del Programa de Colegio Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico bajo la subvención Núm. NA14OAR4170068 del Departamento de Comercio de Estados Unidos y la Administración Nacional Oceanográfica y Atmosférica (NOAA). ISSN 1947-1424

Programa Sea Grant UPR

Ruperto Chaparro Serrano, Director del Programa Sea GrantTania del Mar López Marrero, Directora asociada del Programa Sea Grant/Directora Programa de Extensión MarinaCristina D. Olán Martínez, Coordinadora de comunicaciones/Directora editorialDelmis del C. Alicea Segarra, Asistente de comunicaciones/Especialista en educaciónAlessandra Otero Ramos, Especialista en informaciónOliver Bencosme Palmer, Ilustrador científico/Diagramador/Artista gráficoRaúl Omar Ortiz Arroyo, “Pichón Duarte,” Fotógrafo/Videógrafo/Jefe de ImpresosLarimar Castro Medina, Asistente de impresión

Centro de Redacción en Español

Francisco García-Moreno Barco, Director del CRE

Moderadores de los talleres de redacción periodística y tutores del CRE

Bárbara Báez MarínNechelmarie Fernández GuzmánAldo I. Salazar MoralesAlejandra Santiago TorresMariana González González

Las opiniones y los puntos de vista expresados en esta revista no necesariamente reflejan los de la Universidad de Puerto Rico o los del Programa Sea Grant. La mención de marcas de productos no debe ser interpretada como un endoso a las mismas.

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VisiónMucha gente piensa que el espacio sideral, el universo, es nuestra frontera final de la exploración y del conocimiento. Sin embargo, los océanos todavía son una región desconocida y nuestros mares, los que nos quedan a unos pasos de nuestras casas, aguardan por nuestros esfuerzos en investigación, para conocerlos a profundidad, mantener su valor ecológico y salvaguardarlos para que las generaciones futuras puedan beneficiarse de las oportunidades económicas y recreativas que estos ofrecen. Tal vez, lo irónico es que muchos conocen sobre el planeta Tierra o sobre nuestro sistema solar, pero conocen muy poco sobre los ecosistemas marinos y costeros y su extraordinaria biodiversidad, su fuerza y su energía física, así como su papel en la climatología. Como ciudadanos, debemos entender bien esa inmensa parte de esta biosfera que está formada por las aguas de los océanos.

Marejada surge como un medio de comunicación enfocado en educar a los hispanoparlantes acerca de la importancia de proteger nuestros mares y océanos de los complejos procesos climáticos y antropogénicos que los amenazan.

Marejada es una revista ambiental comprometida con la conservación y el desarrollo sustentable de nuestros recursos y atracciones marinas y costeras. Nuestro interés es educar al público general y llevarle información científica de una manera sencilla y fácil de entender. Para nosotros, uno de los puntos clave, en el marco de las investigaciones científicas aplicadas, es poder desarrollar proyectos dirigidos a solucionar problemas actuales que afectan los recursos marinos y costeros que nos rodean, al tiempo que facilitamos los resultados de estas investigaciones a los manejadores y los usuarios de estos recursos. Estos resultados deben ser publicados y puestos al alcance de la mayor cantidad de personas. Esta revista ambiental constituye ese espacio accesible para que los investigadores, los científicos, los usuarios de los recursos, los educadores, los manejadores y los especialistas publiquen artículos cónsonos a nuestra visión, al tiempo que el lector disfruta en este proceso del saber.

Marejada: una manera de acercarte más a la costa.

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8 Talleres de redacción periodística

10 Humedales y estuarios: Recursos invaluables degradados por el impacto humano

18 El Bosque Estatal de Guánica: Patrimonio de la Humanidad

23 Eloy Martínez Rivera: Nuevo manejador en el Bosque Estatal de Guánica

24 Áreas marinas protegidas: Una alternativa para el manejo de nuestros recursos marinos y costeros

34 La pérdida de nuestras playas: Una amenaza palpable para Puerto Rico

39 ¿Dónde está la Ley de Costas para Puerto Rico?

44 La huella humana en las playas de Rincón

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Talleres de redacción periodísticaUna aventura educativa hacia la comunicación efectiva y el sentido de pertenencia por nuestros recursos marinos y costeros

Por: Cristina D. Olán Martínez, MA

Comunicar siempre ha sido tarea ardua y hoy día lo es aún más. En un mundo interconectado, donde abunda la información de todo tipo, los seres humanos enfrentan la necesidad de compartir conocimiento y, simultáneamente, discernir cuáles son las fuentes apropiadas y veraces. Los medios, tanto impresos como digitales han facilitado el compartir la información, al tiempo en que, por la cantidad casi infinita de recursos, también han incrementado la complejidad en la selección de material confiable.

Ante tanta información, ¿qué podemos comunicar que tenga relevancia e impacto para nuestras vidas en el Planeta? ¿Qué nos urge? ¿Cuáles son las necesidades más apremiantes? Las respuestas pudieran ser diversas pero algunos temas definitivamente saldrán a colación: justicia social, economía, salud, medio ambiente, por ejemplo.

A nosotras y nosotros, en el Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico (PSGUPR), nos tocan de cerca todos estos temas. Es nuestra misión promover la conservación y el uso

sustentable de los recursos marinos y costeros. De nuestros recursos naturales, se derivan beneficios para: las comunidades, la salud, la economía y nuestro bienestar general. Comunicar la gestión del PSGUPR, sus proyectos y los problemas ambientales que aquejan las costas de Puerto Rico constituye parte de nuestra misión.

Es por ello que, en alianza con el Centro de Redacción en Español (CRE) de la UPR-

Participantes del taller reciben una de las charlas en el mar durante el viaje de campo.

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Mayagüez, ofrecimos una serie de talleres de redacción periodística durante el primer semestre del año académico 2014-2015. A través de los talleres, los participantes pudieron: adquirir destrezas esenciales para la redacción de un reportaje, poner en práctica sus destrezas en la búsqueda de información, aprender a realizar entrevistas efectivas, conocer técnicas narrativas, expandir sus conocimientos acerca de la etnografía, comprender aspectos básicos de la fotografía y entender un poco más a fondo los ecosistemas marinos y costeros de Puerto Rico mediante charlas y un viaje de campo.

Un total de 13 personas, en su mayoría estudiantes de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez, participaron de estos talleres. Los participantes fueron seleccionados mediante una convocatoria en la que sometían sus escritos sobre la playa para evaluación de un comité del CRE. Al final, 11 personas sometieron sus escritos para publicación en la revista Marejada. Para ello, recibieron el apoyo del CRE y del PSGUPR en los procesos de edición y revisión de sus escritos.

El CRE tuvo a su cargo el desarrollo de los talleres relacionados a redacción periodística, narrativa y entrevistas y el PSGUPR ofreció los talleres de búsqueda de información, etnografía, fotografía y ecosistemas marinos y costeros. El PSGUPR, además, coordinó un viaje de campo a la Reserva Natural La Parguera, Lajas durante el cual los participantes tuvieron la oportunidad de conocer de primera mano el manglar, la pradera de hierbas marinas y el arrecife de coral, al tiempo en que disfrutaron de un hermoso día en los botes del Departamento de Ciencias Marinas de la UPR-Mayagüez.

La gran mayoría de los talleres fueron ofrecidos en el Centro de Recursos para la Información Marina

y Costera (CRIEM), espacio que forma parte del PSGUPR y que se encuentra ubicado en el Edificio de Física de la UPR-Mayagüez, Salón 310. Allí se dio una dinámica efectiva entre el personal del PSGUPR y del CRE. Los participantes también pudieron interactuar entre estudiantes; no solo porque la mayoría fueran alumnos de la UPRM, sino también porque los recursos del CRE también son estudiantes. El equipo de trabajo del CRE cuenta con varios estudiantes de diversas concentraciones que, una vez adiestrados, están preparados para ofrecer los talleres de redacción. De esta manera, se aumentan las posibilidades de que, tanto estudiantes participantes como estudiantes que laboran en la universidad, puedan desarrollarse más allá del salón de clases tradicional.

Los escritos generados a raíz de estos talleres estuvieron enfocados mayormente en la belleza y la importancia de nuestros recursos marinos y costeros, el deterioro de estos y los problemas que afectan nuestras playas. A través de la palabra escrita, pudieron presentar datos y, al mismo tiempo, expresar su sentir y sus preocupaciones. Sus escritos muestran un gran interés por el medio ambiente y expresan un reclamo de acción por parte de todos los sectores sociales.

Estamos seguros de que esta experiencia ha sido una de gran valor para las personas que formaron parte de estos talleres. Allí, se enfrentaron a la compleja pero gratificante aventura de comunicar, investigar, dialogar y discernir. De igual modo, se zambulleron en los temas medioambientales que, de una forma u otra, nos afectan a todas y a todos. Esperamos que este esfuerzo haya encendido en ellas y ellos el deseo de seguir conociendo y apreciando el valor y el poder que pueden tener las palabras y la naturaleza al mismo tiempo.

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Humedales y estuarios: Recursos invaluables degradados por el impacto humanoPor: Emmanuel García Berríos Puerto Rico, en su reducido espacio geográfico, encierra una riqueza y diversidad natural de vastas proporciones. Por su cualidad de isla, gran parte del desarrollo cultural e histórico se ha visto íntimamente ligado a la zona costera y áreas adyacentes. Una amalgama de factores, entre ellos la falta de ejecución y de implementación de las leyes y las regulaciones, la ausencia de asignaciones de presupuesto para manejo y conservación y el desconocimiento acerca de la importancia ecológica de los ecosistemas costeros, ha resultado en la pérdida y en el deterioro de gran parte de estos. Debido a su localización en la costa, los humedales y estuarios han sido particularmente vulnerables a las devastadoras consecuencias del impacto humano, viéndose afectada la calidad de la vida costera y marina.

Primeramente, es necesario establecer las características que definen y diferencian a dichos ecosistemas. Los humedales, por su parte, constituyen el área transicional entre hábitats terrestres y de aguas profundas. Estos se caracterizan, principalmente, por la presencia de

agua estancada o suelos saturados por periodos de tiempo suficiente como para que la composición del suelo varíe en relación a las tierras altas adyacentes. Las condiciones resultantes dan lugar a la proliferación de numerosas plantas y animales, muchos de los cuales presentan adaptaciones especiales que les permiten subsistir a las condiciones cambiantes de los humedales, donde el nivel de saturación y composición del suelo es distinto al de tierra firme.

Los estuarios, en cambio, se definen como la zona donde el agua dulce proveniente de la tierra se mezcla con el agua del mar. Como resultado, surge un hábitat de salinidad variable, dependiente de factores tales como las mareas y el flujo de agua dulce proveniente de ríos y/o canales subterráneos. Los nutrientes terrestres que provienen de los ríos, en combinación con los provenientes de la circulación de las mareas, dan lugar a un terreno altamente fértil y productivo en las zonas cercanas a los estuarios. Usualmente, los estuarios son de baja profundidad, lo que permite una mayor penetración de los rayos solares y como resultado,

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mayores variaciones en la temperatura del agua. Las especies que habitan en este ecosistema se distinguen por adaptaciones que incluyen la tolerancia a cambios en salinidad y en temperatura.Tanto los humedales como los estuarios cuentan con una fauna exuberante, producto de la presencia de condiciones favorables para el desarrollo de la vida. Según datos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) publicados en el documento Humedales y Peces: Una Conexión Vital, más de 500 especies de peces, además de moluscos y crustáceos, los utilizan como área de desove y crianza, convirtiéndose así en un vivero natural. El documento A Guide to the Ecological Systems of Puerto Rico, por su parte, indica que los humedales son hábitat para alrededor de 100 especies de aves migratorias y residentes, quienes obtienen su alimento de la biodiversidad que estos proveen. De igual manera, especies en peligro de extinción, como lo son manatí caribeño, el pelícano pardo y algunas tortugas marinas, dependen del refugio y alimento que proveen humedales y estuarios para subsistir y reproducirse exitosamente. Mientras que los organismos herbívoros se alimentan de plantas, algas y detrito, los carnívoros y omnívoros cuentan con una variedad de invertebrados, conchas, crustáceos y peces pequeños para alimentarse. Esto da lugar a una red alimenticia interconectada y dependiente de la salud del ecosistema para su sustento.

Tal variedad biótica se hace posible gracias a la flora que en ellos prolifera, la cual mantiene una estrecha relación con la fauna y provee los medios para su desarrollo. Entre los distintos tipos de humedales encontramos: los bosques de palo de pollo (Pterocarpus officinalis), los pantanos de agua dulce y los bosques de mangle, entre otros. El tipo de vegetación que predomine dependerá de variables específicas a cada humedal, tales como su ubicación respecto a la costa, nivel del agua, salinidad, temperatura y otros factores de carácter geomorfológico y atmosférico. Además de servir como fuentes de alimento para los organismos herbívoros, proveen refugio y protección a numerosas especies. Tomando el caso de los bosques de mangle, es común encontrar diversos peces y crustáceos que utilizan las raíces del árbol para mantenerse fuera del alcance de potenciales depredadores, quienes debido a su mayor tamaño, no alcanzan a adentrarse entre la red de raíces y troncos del mangle. De esta manera, pueden desarrollarse durante sus etapas más vulnerables libres del peligro de ser devorados.

En el caso de Puerto Rico, según lo publicado en el Resumen Ejecutivo del Programa de Manejo de la Zona Costanera, contamos con sobre 34,000 hectáreas de humedales costeros, de los cuales un 42% son salinos y un 58% de agua dulce. Los bosques de mangle representan uno de los humedales más comunes en nuestras costas. En

Vista del litoral costero de Salinas hacia la Cordillera Central.

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ellos podemos encontrar cuatro tipos distintos de mangle: el mangle rojo (Rhizopora mangle), el mangle blanco (Laguncularia racemosa), el mangle negro (Avicennia germinans) y el mangle botón (Conocarpus erectus). A pesar de la vasta extensión de los humedales y de su interrelación con las actividades económicas y recreativas que se llevan a cabo en la Isla, existe poca información disponible que permita analizar cuantitativamente el deterioro que han sufrido con el paso del tiempo.

Para entender la envergadura del impacto humano en los humedales y estuarios, es necesario tener en perspectiva el trasfondo histórico. Durante el periodo de expansión agrícola de la isla, a mitad del siglo pasado, los humedales fueron fuertemente degradados y destruidos a causa de actividades relacionadas a la agricultura. El dragado de terrenos, el drenaje y la canalización de cuerpos de agua, la eutrofización, el uso de fertilizantes y pesticidas, entre otros factores, contribuyeron a un deterioro considerable de la zona costera. A esto se suma la falta de regulación y de monitoreo que acarreó la realización de un sinnúmero de construcciones costeras, que además de contaminar las aguas, contribuyeron

a la deforestación de los bosques de mangle. En Puerto Rico, los humedales son particularmente vulnerables por ser relativamente pequeños, de distribución interrumpida y estar ubicados en áreas con miras de desarrollo. Como era de esperarse, el cese de actividades agrícolas se ha reflejado en la restauración parcial de los humedales.

No obstante, hoy día el deterioro continua a causa de actividades humanas. El drenaje para agricultura y control de mosquitos, así como la canalización de ríos para el control de inundaciones, disminuye la cantidad de agua dulce que llega a la costa. Esto repercute en los niveles de salinidad y en el proceso natural de recarga de los humedales. A raíz de estos cambios se ve afectado el ciclo de vida de plantas y animales especialmente adaptados para soportar ciertas concentraciones de salinidad, viéndose imposibilitados a habituarse a cambios tan repentinos en la composición del agua. El relleno utilizado para la construcción y el desarrollo de residencias, comercios e industrias también constituye una amenaza para los humedales. El uso de este relleno, sumado a los desperdicios derivados de la agricultura, del alcantarillado y de las empresas, contribuye a la turbidez y a la

Vista satelital de la zona costera de Salinas. Se puede observar la delimitación de la Reserva de la Bahía de Jobos.

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contaminación del agua. Esto provoca, a su vez, el desarrollo excesivo de algas y la muerte de innumerables organismos. A estos factores, se les suma la remoción de gravilla, arena, piedra caliza y otros materiales que son utilizados como materia prima para la construcción. Sin embargo, el impacto más evidente es el causado por la deforestación, que además de remover fuentes de oxígeno que funcionan como pulmones para el medioambiente, aumenta la erosión y la sedimentación, aumenta la turbidez del agua y devasta bosques y hábitats que sirven de hogar y alimento para numerosas formas de vida.

Una combinación de las actividades humanas antes mencionadas ha afectado la mayor parte de los estuarios y humedales de Puerto Rico. Un caso particular donde dicho impacto es evidente lo encontramos en el estuario de la Bahía de Jobos. La Reserva de Investigación Estuarina de la Bahía de Jobos (JoBaNERR) es un estuario en el sureste de Puerto Rico, entre los municipios de Guayama y Salinas, que cuenta con programas de manejo, educación, adiestramiento costero e investigación. El mismo se caracteriza por la presencia de diversos ecosistemas y hábitats variados. Entre ellos están el bosque seco subtropical, el bosque de mangle de franja y cuenca, los canales y las lagunas hipersalinas, los salitrales, las praderas de yerbas marinas, los islotes y los arrecifes coralinos.

Desde finales del siglo XIX, la cuenca de Bahía de Jobos fue utilizada para el cultivo de caña de azúcar. Para el 1900, comenzaron los procesos de industrialización del cultivo, el cual fue llevado a cabo con muy pocos controles de seguridad. Como resultado, se vio afectada la calidad del agua y por ende, la salud del ecosistema marino. La presión de la industrialización, con actividades como la refinería de petróleo y plantas generadoras de electricidad, abonaron a estos problemas. La JoBaNERR ha identificado ciertos estresores derivados de actividad humana presentes en el estuario, los cuales incluyen: descargas termales, aguas no tratadas, deforestación de mangle y escorrentías urbanas y de actividad agrícola. Como resultado del empobrecimiento de la calidad de agua se ha observado una reducción en la cobertura de coral vivo y en la cantidad de peces. Bajo el amparo de una serie de leyes como la Ley de Vida Silvestre y con la ayuda de entidades

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como el Cuerpo de Vigilantes (encargado de hacer cumplir los reglamentos y leyes del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales), se ha establecido un Plan de Manejo en la bahía el cual ha reducido el impacto humano, ya que se requiere que toda actividad sea regulada y que cumpla con controles ambientales establecidos por las respectivas agencias gubernamentales.

La importancia de trabajar en pos de la conservación de nuestros humedales y estuarios manifiesta su alcance tanto en el aspecto ecológico como en el socio-económico. En el ámbito ecológico, estos espacios actúan como proveedores de hábitat, alimento y protección para gran cantidad de peces, aves, mamíferos, reptiles e invertebrados, algunos de los cuales se encuentran en peligro de extinción. Estos son a su vez, hábitat crítico para la reproducción de algunas especies de aves migratorias. Los bosques de mangle, por otro lado, controlan la erosión de los suelos y funcionan como filtros al remover el exceso de sedimentos, nutrientes y contaminantes. De esta manera, mantienen la calidad de agua en ríos, bahías, estuarios y mares, proveyendo así agua más limpia a sus habitantes, plantas y animales adyacentes.

Coral de cerebro, Pseudodiploria strigosa. Los arrecifes de coral crean barreras naturales que protejen el perfil de la costa del embate del mar. Son también hábitat escenciales para peces y otras especies de vida marina.

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En lo que respecta al aspecto socio-económico, los humedales son de vital importancia para la industria pesquera. Según la NOAA, cerca de un 75-90% de los peces y mariscos pescados comercialmente provienen directamente de los humedales y manglares o se desarrollan en ellos durante sus etapas tempranas. Los manglares sirven como barreras naturales contra huracanes y tormentas mientras controlan inundaciones por la naturaleza de sus suelos. Ángel Dieppa, coordinador de investigación de JoBaNEER, recalcó que estos ecosistemas “son de gran importancia económica, no solo para el sustento de pescadores, sino también como protección de nuestras costas, de fenómenos atmosféricos y más aún por los efectos del cambio climático, esto último por la resiliencia de los manglares”. Asimismo, son áreas turísticamente atractivas, que con las debidas precauciones, pueden ser utilizadas como zonas recreativas. Tomando en cuenta que gran parte de la economía depende de la proliferación del turismo, la perdida de estos ecosistemas acentuaría aún más nuestra actual crisis económica.

A la luz de los hechos es imprescindible concientizarnos sobre los diversos métodos mediante los cuales podemos trabajar para detener el continuo deterioro de nuestros humedales

y estuarios, proveyendo así las condiciones apropiadas para su regeneración y funcionamiento sustentable. Por una parte contamos con las herramientas legislativas. Recientemente, se han implementado una serie de modificaciones a leyes existentes, tales como la Ley Núm. 215 del 28 de septiembre de 2006 y la Ley Núm. 138 del 4 de junio de 2004, las cuales enmiendan la Ley Sobre Política Pública Ambiental y la Ley de Servidumbre de Conservación de Puerto Rico respectivamente, cuyas disposiciones contribuyen a evitar y prevenir la degradación de los humedales. Bajo estos estatutos, se necesita de permisos especiales expedidos por agencias de gobierno, como el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), para realizar cualquier tipo de alteración al ecosistema. De igual manera, varias regulaciones limitan el acceso del público a zonas sensitivas además de controlar la extracción de recursos, el anclaje, la pesca y cualquier actividad que pueda alterar el medio ambiental. Se entiende por zonas sensitivas aquellas que el DRNA identifica como meritorias de protección especial o que requieren ser restauradas debido al deterioro causado por el uso inadecuado, no sustentable de los recursos. Algunas de las regulaciones que controlan el acceso público a zonas sensitivas son:

Las altas chimeneas son remanentes de la antigua Central Azucarera y a la distancia se pueden observar las chimeneas rojas y blancas de la Central de la Autoridad de Energía Eléctrica en Aguirre.

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• Ley Núm. 134 del 1998, la cual le otorga al DRNA la potestad de designar como reservas naturales ciertas áreas anegadas o anegables que no lo están por acciones humanas., es decir, áreas inundadas o susceptibles a inundación en las que, debido a actividades humanas, ya no se acumula agua.

• El Plan Estratégico para la Conservación y Manejo de Humedales Costeros de Puerto Rico.

• Ley Núm 031 del 2000, la cual faculta al Secretario/a del DRNA a reglamentar la protección, el manejo y la conservación de los humedales de Puerto Rico.

Por otro lado, es indispensable una acción ciudadana activa para asegurar las mejores condiciones para los ecosistemas costeros. Mediante la creación de conciencia social, se mejoran los procesos de fiscalización mientras se disminuyen los daños causados por desconocimiento de la problemática actual. Asimismo, la participación de la ciudadanía ayuda en el monitoreo y en la identificación de áreas amenazadas. Grupos comunitarios, como el Programa de Compañeros para la Pesca y Vida Silvestre, han contribuido a restaurar más de 100 acres de humedales y a establecer alrededor de 3 millas de zonas de amortiguamiento riberino en el Caribe.

El investigador Ángel Dieppa brindó una serie de medidas que puede tomar la ciudadanía para evitar el deterioro de nuestros humedales y estuarios, así como para contribuir a su restauración. Estas incluyen:

• Promover la educación, la sensibilización y la concienciación sobre la protección de los ecosistemas costeros y las áreas naturales protegidas y que se conozcan los efectos adversos del desparrame urbano e industrial sobre estos.

• Reconocer la importancia del reciclaje, no solo para reducir la cantidad de basura que llega a los vertederos, sino también la que llega a los ecosistemas marinos.

• Reducir en el consumo energético y de agua, que a su vez se reflejan en disminución de la contaminación ambiental.

La importancia de la conservación de los humedales se hace evidente al ver el rol que juegan tanto para la salud de los ecosistemas marinos como en nuestra economía y actividades sociales. Igualmente evidente es el impacto causado por nosotros con el pasar de los años cuyas consecuencias enfrentamos en la actualidad. Somos un territorio enteramente rodeado de agua, por ende, nuestro desarrollo ha estado y seguirá estando ligado al uso de nuestras costas.

Imagen aérea de la zona del Estuario de Bahía de Jobos.

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Si continuamos con su deterioro y paulatina degradación, ¿qué podemos esperar del futuro de nuestra Isla? Los esfuerzos recientes vislumbran un futuro más prometedor en cuanto a la restauración de nuestro ecosistema costero. No obstante, queda mucho por hacer. No será hasta que nos unamos como un pueblo comprometido a salvaguardar nuestros recursos, respetuosos de nuestra bella, rica y abundante naturaleza, que seremos capaces de mirar hacia atrás y regocijarnos al reconocer que cuando trabajamos en beneficio del medio ambiente, trabajamos en nuestro propio beneficio y en el de cada organismo viviente sobre la faz de la Tierra.

Glosario

1. arrecife coralino - El coral es una colonia de organismos marinos formados por la asociación de un alga y un pólipo de coral. Asociados con los corales viven una gran variedad de algas coralinas, plantas y animales acuáticos que en conjunto forman lo que en su totalidad llamamos el arrecife de coral.

2. bosque de mangle de franja y cuenca - Es un bosque compuesto por mangles rojos seguidos por los mangles negros. Los primeros se caracterizan por sus raíces colgantes y mayor resistencia a cambios en salinidad mientras que los segundos carecen de raíces colgantes y cuentan con un gran número de neumatóforos (poros respiratorios).

3. bosque seco subtropical - Es un bosque caracterizado por la escasez de lluvia y por un clima mayormente seco. Debido a factores como los vientos, el salitre y las lluvias poco frecuentes, generalmente se desarrolla un bosque denso y de baja elevación con organismos adaptados para resistir la sequía y las altas temperaturas.

4. detrito - Material de origen vegetal y animal muerto y en descomposición.

5. estuario - Cuerpo de agua semi-cerrado con una conexión al mar donde agua salada y dulce se mezclan.

6. eutrofización - Incremento en sustancias nutritivas en el agua, lo cual provoca un crecimiento excesivo de algas y la reducción de oxígeno.

7. humedal - Áreas transicionales entre sistemas acuáticos y terrestres frecuentemente inundadas o saturadas por aguas superficiales y subterráneas durante un periodo de tiempo suficiente como para que empiecen a ocurrir unos cambios en el suelo y que favorecen el crecimiento de vegetación especialmente adaptada a vivir en estas condiciones.

8. islote - Isla pequeña, generalmente inhabitada por humanos. En las costas de Puerto Rico es común que los mangles proliferen en estos.

9. lagunas hipersalinas - Lagunas que se caracterizan por tener una pobre comunicación con el mar y una salinidad promedio mayor de 40%. Se encuentran en regiones de alta evaporación, con un régimen de poca lluvia y escasa escorrentía. Las altas temperaturas y la concentración de sal tienden a limitar o inhibir la reproducción y crecimiento de muchas especies de plantas y animales.

10. praderas de yerbas marinas - Tipo de vegetación sumergida de apariencia parecida a los pastos que se encuentra en áreas poco profundas del ambiente costero.

11. salitrales - Lugares llanos detrás de la orilla donde el agua del mar que penetra tierra adentro en las mareas altas se evapora y como resultado se acumula sal en el suelo.

12. variedad biótica - Diversidad de organismos vivos, entiéndase plantas y animales, que habitan un área particular.

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El autor agradece la información provista por todo el equipo de trabajo de la Reserva Nacional de Investigación Estuarina de Bahía de Jobos, particularmente por Ángel Dieppa, Ernesto M. Olivares Gómez, Carmen M. Díaz Pérez, Damaris Delgado López y Aitza E. Pabón Valentín. Fo

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El Bosque Estatal de Guánica: Patrimonio de la HumanidadPor Liann Ruiz Crespo

El suroeste de Puerto Rico alberga uno de los bosques secos subtropicales mejor preservados en el mundo: el Bosque Estatal de Guánica. Las altas temperaturas, la radiación solar y la poca cantidad de lluvia que reciben caracterizan los bosques secos. El Bosque Estatal de Guánica presenta uno de los climas más secos de Puerto Rico ya que recibe un promedio anual de 30 pulgadas de lluvia.

El Bosque Seco, como se le conoce en todo Puerto Rico, se encuentra localizado al sur de Puerto Rico entre los municipios de Guánica, Guayanilla, Yauco, Ponce y Peñuelas. Este bosque abarca una gran variedad de ecosistemas en los cuales la cantidad de especies, tanto fauna como flora, es exorbitante. Habitan más especies de animales que en el Bosque Nacional El Yunque, lo cual evidencia la complejidad ecológica del lugar.

“El Yunque tiene cuatro tipos de bosques distintos: el Bosque de Palma de Sierra, el Bosque de Tabonuco, el Bosque Enano y el Bosque de Palo Colorado. Guánica se divide en nueve: el bosque

deciduo, el siempre verde, el área de plantaciones, el manglar, el matorral de costa, el plato rocoso, el bosque espinoso, el área de playa y las áreas perturbadas. Por lo tanto, la complejidad de microhábitats y de nichos ecológicos es una bien diversa, y esto genera una complejidad en las especies al igual,”explicó el biólogo Miguel Canals Mora, Ex-Oficial de Manejo del Bosque Seco de Guánica.

Las áreas mencionadas en conjunto forman las 16.7 millas cuadradas aproximadas que son la reserva, las cuales llegan hasta mar adentro, donde los arrecifes de coral luchan por subsistir debido al exceso de sedimentación, contaminación y otros factores resultantes de la actividad humana. A través de estos sistemas ecológicos, se han encontrado alrededor de 166 especies de aves, 21 de reptiles, 6 de anfibios, 550 de plantas y 60 especies de corales, entre otros1. 1 Estos números fueron obtenidos de la hoja informativa Bosques de Puerto Rico: Bosque Estatal de Guánica, publicada por el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales de Puerto Rico.

Vista desde el plantel del Centro Informativo del Bosque Estatal de Guánica, Reserva Biosférica Internacional en Puerto Rico. Al fondo a la derecha, se puede observar el Cayo Aurora, conocido popularmente como Isla Gilligan.

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Esta complejidad ecológica fue la causa de su designación como Reserva de Biosfera Internacional por el Programa El Hombre y la Biosfera de las Naciones Unidas en 1981 y luego como Reserva Forestal por la Junta de Planificación en 1985.

El bosque cuenta con una vegetación mayormente de plantas que se han adaptado a condiciones desérticas o áridas. Sus suelos tierra adentro son secos y rocosos, de alto pH2, según se explica en el artículo “Structure, Productivity, and Transpiration of a Subtropical Dry Forest in Puerto Rico,” publicado en la revista Biotropica. Estos son suelos alcalinos, que debido a su alta concentración de carbonato de calcio evitan que las plantas absorban todos los nutrientes que necesitan. Este es uno de los factores determinantes en el desarrollo de su flora.

Es importante mencionar que el bosque da hogar a varias especies en peligro de extinción. El guabairo (Caprimulgus noctitherus) y el sapo concho (Peltophryne lemur) son algunas a las que se les ofrece mayor vigilancia, debido a que la mayor parte de sus poblaciones se encuentran solamente en el bosque seco. En este bosque también se han descrito especies nuevas para la ciencia tales como las hormigas Camponotus taino, Camponotus kaura y Solenopsis torrei. La existencia de especies en peligro y especies nuevas para la ciencia reafirma la importancia del bosque como lugar de investigación.

“Han habido varias investigaciones de mucha importancia como estudios sobre la biología y la reproducción del sapo concho, en la que he estado trabajando por 30 años, y el estudio de las fluctuaciones de las aves migratorias,” recalcó Canals Mora.

Además, el estado de preservación del bosque ha servido para el estudio en general de los bosques secos. Mundialmente, los bosques secos tropicales y subtropicales constituyen la mayoría del total de bosques tropicales. Sin embargo, según lo que se explica en el artículo “Structure and Biomass of a Subtropical Dry Forest in Puerto Rico,”

2 El pH es el índice que expresa el grado de acidez o alcalinidad de una disolución (mezcla que resulta de disolver cualquier sustancia en un líquido). Se mide en una escala de 0 al 14. Entre 0 y 7 la disolución es ácida y del 7 al 14 es alcalina. Si se encuentra en el 7 se dice que es neutral.

El San Pedrito, Todus mexicanus, es una de las 14 especies de aves endémicas de Puerto Rico que se encuentran en el Bosque Seco de Guánica.

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estos no han recibido la misma atención que los bosques húmedos, por lo que la información sobre ellos puede resultar limitada. La carencia de información puede verse también como una oportunidad para que más personas realicen investigación en los bosques secos.

A pesar del valor ecológico del Bosque Estatal de Guánica, existen factores que amenazan la seguridad y estabilidad de la reserva. Entre algunas de las causas que afectan el lugar se encuentran los incendios forestales, los cuales promedian cien al año, y la introducción de especies invasoras, como el chinche (Hypogeococcus pungens) que afecta adversamente a los cactos.

Cabe recalcar que toda persona comprometida con la protección de este bosque es bienvenida al mismo. El que desee explorar esta gran cúspide de la interacción biológica lo puede lograr mediante recorridos en las veredas designadas, que se extienden varios kilómetros por el bosque. Una de las más frecuentadas es la vereda Ballenas, donde se encuentra la atracción más aclamada en el área de vegetación siempre verde: el Guayacán Centenario. Aunque el camino se extiende a lo

largo de dos kilómetros hasta llegar a la playa Ballenas, en su ruta un pequeño desvío exhibe a este árbol que ha plantado sus raíces allí por más de 700 años. También, en el trayecto se encuentra una plantación de caoba, la cual ejemplifica uno de los efectos determinantes de una zona árida: la razón de crecimiento en un bosque seco es relativamente lenta, pues estos árboles llevan más de 50 años en su lugar, manteniendo aun un modesto tamaño.

Otros recorridos ofrecen largas vistas escénicas y ojeadas a la activa vida animal del lugar, como las veredas Lluberas, Granados y Cueva. Esta última obtuvo su nombre del sistema de cuevas de cal que se encuentran en el bosque, del cual se destaca la Cueva de los Murciélagos. Esta es también conocida como la Cueva Lago de Guano, pues los desechos de estos mamíferos saturan las aguas interiores. Es aquí donde la presencia de nuestros aborígenes queda plasmada en petroglifos, divisados por las paredes rocosas. No obstante, no se limitan al lugar, puesto que, según expone el Documento de designación de la Reserva Natural Estatal de Guánica, se han encontrado yacimientos arqueológicos en otras zonas rocosas del bosque.

Al llegar al Centro de Información, los visitantes, pueden instruirse sobre la complejidad, la riqueza natural y la importancia científica del Bosque Estatal de Guánica. Allí se pueden disfrutar de vistas panorámicas, de caminatas por extensas veredas que se interconectan desde la montaña hasta la costa y de la observación de la flora y la fauna del ecosistema de bosque seco subtropical.

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Por otra parte, al recorrer la costa de la reserva, los ecosistemas marinos revelan un paisaje distinto. Algunas de las vistas son los mencionados árboles de mangle, como el mangle rojo (Rhizophora mangle) y las playas arenosas, donde grandes cantidades residuales de algas pardas (género Sargassum) yacen sobre la orilla. La vereda Mesetas se encuentra al final de este recorrido costanero, la cual comienza en la Playa Tamarindos. Árboles como el mangle botón (Conocarpus erectus) y suculentas como el Melocactus intrortus, acompañan el paisaje. El pelícano pardo (Pelecanus occidentalis) vuela por doquier. El final de la vereda cuenta con árboles pequeños y torcidos, muy parecidos a los bonsái.

La observación de flora y fauna no se limita a la zona terrestre. Se permiten otras series de actividades que van acorde con su estado de reserva natural, como el esquí acuático, el surfing, y el buceo, por lo que es posible adentrarse finalmente en las ocho millas náuticas que incluye la reserva. Aquí se encuentran los arrecifes de coral, donde en conjunto con los manglares y las praderas de hierba de tortuga (Thalassia testudinum) de la zona,

forman un sistema marítimo de gran importancia, cuna de especies juveniles provenientes del mar o habitantes del mismo arrecife. Algunos de estos son especies de peces que se encuentran en prohibición de pesca como el mero cherna (Epinephelus striatus), por ejemplo.

Son muchas más las actividades que el turista puede disfrutar. Excursiones, pasadías, corridas en bicicleta, entre otras. Como en toda actividad, los visitantes deben tomar ciertas precauciones, que incluyen llevar consigo agua y bloqueador solar, pues es una de las zonas que más radiación solar recibe en Puerto Rico y la sombra es escasa. El manejo incorrecto de desechos, así como las fogatas fuera de las áreas designadas son acciones sancionables.

El Bosque Seco de Guánica es una verdadera maravilla ecológica. La visita a este lugar de gran importancia biológica para la humanidad constituye una experiencia que toda persona debe realizar. ¡Anímate a visitar esta joya de nuestra Puerto Rico!

Las agencias federales y estatales han identificado 15 especies como raras, vulnerables o en peligro de extinción en el Bosque Estatal de Guánica. El sapo concho, Peltophryne lemur, es una de las especies de fauna protegidas por el Reglamento del Departamento de Estado Núm. 6766.

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Referencias

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científica. Nuestro bosque es actualmente el bosque seco subtropical mejor preservado a nivel mundial, a tal punto que las Naciones Unidas lo ha reconocido por más de tres décadas como una Reserva Internacional de la Biosfera,” resaltó el manejador al tiempo en que mostró también una gran preocupación por la conservación de los recursos naturales.

“Dentro y fuera de nuestros bosques, reservas y refugios, la conservación de los recursos naturales es responsabilidad de todos y todas. El uso sensible de los recursos naturales por parte del ser humano, así como estrategias efectivas de manejo, van de la mano cuando tenemos como fin la conservación del recurso a perpetuidad. Para alcanzar dicha meta, el componente de manejo trasciende fronteras agenciales e integra de manera efectiva a las comunidades en actividades turísticas que redunden en un desarrollo económico local y sensible al medio ambiente que lo apoya,” puntualizó el biólogo quien, en su tiempo libre, disfruta de la pesca recreativa, el buceo y la fotografía.

El equipo editorial de la revista Marejada y, particularmente, Oliver, “Pichón” y esta servidora, agradecemos el buen trato, la ayuda, la información y todas las atenciones brindadas por Eloy durante la visita de campo al BEG.

Eloy Martínez Rivera: Nuevo manejador en el Bosque Estatal de Guánica

Por: Cristina D. Olán Martínez, MA

Desde julio de 2015, el Bosque Estatal de Guánica (BEG) cuenta con nuevo manejador: Eloy Martínez Rivera.

Martínez Rivera posee un bachillerato en Biología Marina Costanera de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Humacao, y un doctorado en Oceanografía de la Universidad del Sur de la Florida (USF), donde ha fungido como profesor de biología y genética. Su amor por la naturaleza se remonta a la niñez. Desde pequeño, estuvo en contacto cercano con los ecosistemas costeros de la Isla, nos relató el nuevo manejador, quien cuenta con múltiples intereses de investigación.

“Mis intereses de investigación yacen en evaluar cómo los cambios en temperatura ambiental alteran la fisiología y el desempeño de animales ectotérmicos marinos y terrestres. A mayor escala, estos estudios proveen información clave acerca de cómo las actividades de alta demanda energética, como la reproducción y el crecimiento, se verán afectadas por el cambio climático,” explicó.

Asimismo, el científico ha laborado en estudios fisiológicos con insectos invasores, evaluando cómo los factores climáticos alteran la distribución y abundancia de los mismos. También, ha llevado a cabo investigaciones en peces marinos en diversas áreas geográficas, incluyendo las aguas heladas del Océano Sur, alrededor del continente Antártico.

Como manejador, tiene en sus manos grandes responsabilidades. El BEG ostenta una amplia gama de ecosistemas que van desde la tierra hasta 8 millas náuticas cuadradas en el mar.

“El BEG es uno de alta complejidad biológica, donde la fauna y la flora existentes en el mismo muestran adaptaciones muy particulares, en respuesta a la baja precipitación, la exposición al salitre y a las altas temperaturas. Sus paisajes deslumbrantes y su densidad vegetativa hacen del BEG un área ideal para el esparcimiento y la recreación de nuestros visitantes, al igual que compone un escenario ideal para la investigación

Foto tomada en el tope de un glaciar en Adelaide Island en la península Antártica.

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Áreas marinas protegidas: Una alternativa para el manejo de nuestros recursos marinos y costeros

Por Wanda M. Ortiz Báez

Las áreas marinas protegidas (AMPs) son un mecanismo para la conservación y el manejo de los recursos marinos y costeros. Mediante la creación de AMPs se brinda protección a recursos de gran valor ecológico, económico, ambiental, histórico, social y cultural. De igual forma, se obtienen muchos bienes y servicios relacionados al turismo, a la recreación y al uso comercial de dichos recursos.

Son múltiples los usos que los seres humanos les damos a los recursos marinos y costeros. La creación de un AMP puede ayudar a conservar estos recursos al mismo tiempo en que las personas los continúan utilizando sustentablemente. Cuando se crea un AMP, se seleccionan los usos que se van a permitir y los que no se van a permitir. También se decide cuáles van a ser las estrategias de manejo y conservación. A continuación, ofrecemos más información sobre lo que son las AMPs, cómo son designadas, su funcionamiento y los beneficios que nos ofrecen.

¿Qué son las AMPs? Las AMPs son un mecanismo de planificación o estrategia de manejo que se establece con el propósito de fomentar la conservación y la protección de los recursos naturales, históricos y culturales de una zona en particular. Las AMPs ayudan también a la recuperación de las poblaciones de especies impactadas por los seres humanos y a la reducción de conflictos de uso generados por los usuarios de los recursos.

Según la Orden Ejecutiva AMP # 13158 (“MPA Executive Order # 13158”) del gobierno de los Estados Unidos, las AMPs se definen como “cualquier área del ambiente marino designada por leyes y regulaciones federales, estatales, territoriales, tribales o locales con el fin de proveer protección para una parte o todos los recursos naturales y culturales dentro de ellas”. Estas zonas se han utilizado, a lo largo de los años, como herramientas para: conservar la biodiversidad, manejar las pesquerías, proteger

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Vista aérea de Punta Arenas en la Reserva Natural Isla de Mona.

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recursos históricos y culturales y brindar protección legal a los recursos cobijados por la designación del AMP. Generalmente, las zonas identificadas como AMPs son espacios sensitivos que se han visto deteriorados por las acciones antropogénicas, es decir, acciones llevadas a cabo por los seres humanos.

Son diversos los tipos de AMPs. Según lo expuesto por la científica marina Michelle Schärer Umpierre, alrededor del mundo existen muchas zonas naturales agrupadas bajo la designación de AMP. Estas pueden estar catalogadas como: parques marinos, santuarios marinos, áreas marinas manejadas, áreas de conservación, reservas ecológicas o reservas de la biosfera marina. También, se les puede conocer como: reservas pesqueras, áreas cerradas (“closed areas”), zonas de veda o zonas de no extracción. La composición de las AMPs varía de acuerdo a su ubicación en o alrededor de la costa. Estas pueden incluir espacios terrestres (ej. tierra emergente, humedales, manglares), espacios sumergidos (ej. arrecifes de coral, praderas de hierbas marinas), espacios mixtos (ej. porción terrestre y otra porción de suelo marino) o lagunas costeras (ej. cuerpos de agua atrapados en zonas terrestres).

En Puerto Rico, las AMPs son determinadas mediante una orden legislativa generada a través de propuestas y peticiones de las comunidades cercanas a estos espacios marinos. También, pueden ser designadas a partir de órdenes ejecutivas o administrativas del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), según explicó el planificador Carlos Carrero Morales. Dentro de las categorías denominadas para las AMPs en Puerto Rico, se encuentran las siguientes: reservas marinas (RM), reservas naturales (RN), reservas naturales estuarinas (RNE) y las reservas naturales de investigación estuarina (RNIE). Además, se incluyen aquellas que se consideran parciales debido a que son zonas de no extracción durante tres meses del año. Estas son: Tourmaline Bank, Bajo de Sico y Abrir la Sierra, localizadas en el Canal de la Mona, al oeste de Puerto Rico. De acuerdo a la información provista por la doctora Schärer Umpierre y por el Resumen de Reglamentaciones Vigentes y Propuestas de la NOAA para estas áreas, el propósito de la veda

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Vista aérea de la zona del Condado y Puerta de Tierra. La Laguna del Condado es una Reserva Natural Estuarina.

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RM – reserva marinaRN – reserva naturalRNE – reserva natural estuarina RNIE – reserva natural de investigación estuarina

es proteger las agregaciones de peces durante los meses de diciembre, enero y febrero en Abrir la Sierra y en Tourmaline Bank, y de octubre a marzo en el Bajo de Sico. En el tiempo de veda del Bajo de Sico, está prohibida tanto la pesca como la posesión de peces de arrecife. Sin embargo, la pesca de la langosta común y de especies altamente migratorias está permitida durante todo el año. Por otro lado, para Abrir la Sierra y Tourmaline Bank el periodo de veda prohíbe todo tipo de pesca incluyendo aquellas especies altamente migratorias y la langosta común.

Tabla 1. Lista de las AMP de Puerto Rico que abarcan una porción del suelo marino, año en que fueron designadas y su respectiva categoría (Preparada por Michelle Schärer Umpierre, 2014)

Arrecife de Isla Verde, Carolina (2013) RMLaguna del Condado, San Juan (2013) RNECorredor Ecológico del Noreste, entre Luquillo y Fajardo (2013) RNPunta Cucharas, Ponce (2007) RNTres Palmas de Rincón, Rincón (2004) RMFinca Belvedere, Cabo Rojo (2003) RNPunta Guaniquilla, Cabo Rojo (2002) RNCaño La Boquilla, Mayagüez (2002) RNPunta Yeguas, Yabucoa (2001) RNIsla Desecheo, Desecheo (2000) RMCanal Luis Peña, Culebra (1999) RNLa Parguera, Lajas (1998) RNBosque Estatal de Boquerón, Cabo Rojo (1998) RNRío Espíritu Santo, Río Grande (1998) RNPantano Cibuco, Vega Baja (1998) RNHacienda La Esperanza, Manatí (1998) RNCueva del Indio, Arecibo (1998) RNCabezas de San Juan, Fajardo (1998) RNBahías Bioluminiscentes de Vieques, Vieques (1998) RNArrecifes de Tourmaline, Mayagüez (1998) RNIsla Mona y Monito (1997) RNAbrir la Sierra, región Oeste (1996) Parcial (3 meses)Bajo de Sico, región Oeste (1996) Parcial (6 meses)Tourmaline Bank, región Oeste (1993) Parcial (3 meses)Bosque Estatal de Guánica, Guánica (1985) RNBahía de Jobos, entre Guayama y Salinas (1981) RNIEArrecifes de Guayama, Arroyo (1980) RNArrecifes de la Cordillera, Fajardo (1980) RNCaja de Muertos, Ponce (1980) RNPunta Petrona, Santa Isabel (1979) RN

Vista aérea de la Reserva Boquilla en Mayagüez.

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Beneficios del establecimiento de las AMPsLa efectividad de las AMPs depende de varios factores; entre ellos, el grado de pesca permitido, las reglamentaciones exigidas por la autoridad a cargo, la edad y el tamaño de la AMP y la presencia de hábitats contiguos. Es decir, para que un AMP tenga un desempeño exitoso la misma debe: 1) permanecer vedada como zona de no extracción, 2) ser manejada rigurosamente y que haya cumplimiento de leyes y reglamentos, 3) llevar muchos años de establecida como AMP, 4) tener un tamaño mayor de 100 km2 y 5) estar aislada. A estas características se les conoce como NEOLI por sus siglas en inglés (“no-take, enforced, old, large and isolated”). Estos criterios indican que: las especies deben ser protegidas, se necesita un manejo efectivo, los esfuerzos a largo plazo y el tiempo de vida de las especies son importantes y la extensión es esencial para mantener conectividad entre los hábitats y las especies. Se ha demostrado que la mayoría de las áreas evaluadas alrededor del mundo solo incluyen entre una a dos especificaciones conformes al NEOLI.1 Esto representa una desventaja debido a que sus condiciones no se distinguen mucho de las zonas donde se llevan a cabo la extracción y la pesca. Sin embargo, aquellas AMPs que poseen entre cuatro a cinco de las características mencionadas anteriormente, poseen un funcionamiento mucho más eficiente ya que cumplen mejor con sus propósitos de conservación y pueden proporcionar servicios más amplios tanto para los seres humanos como para las demás especies que viven y dependen de los espacios protegidos por la misma. A mayor cantidad de estos factores en cada AMP, mejor será su calidad y mayores beneficios se obtendrán. A continuación, explicamos cómo las AMPs ayudan a la obtención de bienes y servicios provistos por el mar.

Recursos, bienes y servicios del mar y función de las AMPsLas AMPs ayudan a la recuperación, a la restauración y a la resiliencia de los ecosistemas 1 Los estudios Marine ecoregions of the world: a bioregionalization of coastal and shelf areas e Integrating abundance and functional traits reveals new global hotspots of fish diversity abundan en el tema de NEOLI.

marinos protegidos mediante de su designación. En estos procesos, se les otorga cierto nivel de protección a los espacios designados para que puedan recuperarse de los impactos antropogénicos o adquirir la capacidad de adaptarse a los cambios ambientales que enfrentan. Son áreas tanto de retención como de dispersión de nutrientes y permiten que la vida marina pueda repoblarse en caso de que haya estado amenazada anteriormente.

Las AMPs sirven, además, como hábitats y refugios que albergan muchas especies migratorias, comerciales y ornamentales. Estas protegen: la biodiversidad y el “pool” genético de las distintas poblaciones en un ecosistema; las cuencas; las funciones críticas del medio ambiente; la vida silvestre (para que estos puedan aparearse, desovar, crecer y desarrollarse); y a los ecosistemas de las actividades humanas desmedidas. De igual manera, los ecosistemas que las AMPs contienen salvaguardan las costas de tormentas e inundaciones, secuestran contaminantes, asimilan desperdicios, regulan el clima y ayudan a la recarga de aguas subterráneas. Además, en estos espacios se pueden encontrar organismos de importancia comercial (de gran tamaño y en grandes cantidades) los cuales solían ser explotados. Es por ello que las AMPs favorecen la recuperación de especies amenazadas y en peligro de extinción. Debido a la presencia de estas especies, las AMPs suministran oportunidades de educación ambiental e investigación científica. Ruperto Chaparro Serrano, director del Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico, añadió que las AMPs

Pesca de orilla en Playa Pájaros, Isla de Mona. La pesca de orilla es el único tipo de pesca que se permite en esta reserva.

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también poseen gran valor cultural, espiritual, económico y comunitario. Estos establecimientos abren puertas a la interacción humana mediante la recreación y el turismo. Además, permiten el desarrollo de actividades educativas y de conservación y promueven el disfrute en general. Las áreas protegidas, debido a su estética atractiva, aportan a la economía de las comunidades adyacentes. Tanto el turismo como la recreación son también aspectos esenciales para el éxito económico de: los hoteles, los restaurantes y otros negocios establecidos alrededor de estas zonas.

Además, las AMPs aumentan la productividad de las pesquerías cercanas ya que estas permiten que los peces se reproduzcan dentro de las AMPs y que luego, fuera de las AMPs, se puedan capturar especies de mayor tamaño y en gran abundancia.

Los beneficios que proveen las AMPs están asociados a los distintos ecosistemas y a los servicios que cada uno de estos ecosistemas les suministra a los seres humanos. Estos son conocidos como servicios de ecosistema y se mencionan algunos en la Tabla 2.

Ecosistema coralino en las aguas de la Reserva Marina de la Isla Desecheo.

Tabla 2. Lista de bienes y servicios identificados por el Departamento de Mancomunidad del Ambiente y el Patrimonio (Commonwealth of Australia, 2003)Bienes• Alimentos• Materia prima (ej. algas)• Producción de materiales• Tratamientos y productos medicinales• Especímenes vivos para acuarios• Materiales de construcción lentamente o no

renovables• Minerales• PetróleoServicios• Mantenimiento de las costas• Protección de las tormentas e inundaciones• Producción de arena• Reciclaje de nutrientesAsimilación de desechos y remediación• Mantenimiento de la calidad de agua• Hábitat para un sin número de especies• Mantenimiento de la biodiversidad• Mantenimiento de la resiliencia biológica• Mezcla y transporte de la producción orgánica de

las redes alimentarias• Desarrollo y transporte de larvas y juveniles• Energía de las olas y las mareas• Recreación• Inspiración y sustento de valores estéticos,

culturales y espirituales

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Los servicios de ecosistemas de las AMP pueden ser clasificados bajo las categorías de ‘uso’ y ‘no uso’ según mostrados en la Tabla 3. Aquellos obtenidos a partir de su uso se ubican dentro de las subcategorías de uso directo, uso indirecto y uso opcional. En cambio, donde no se implementa uso alguno, los beneficios se consiguen por legado (herencia) o por la mera existencia de estas áreas. Es importante mencionar que los beneficios de cada AMP van a variar de acuerdo a su ubicación, a los propósitos de designación y a las metas predeterminadas. Algunos ejemplos de beneficios de las AMPs, de acuerdo a la clasificación antes mencionada (‘uso’ y ‘no uso’), se encuentran en la Tabla 3.

Dado que las AMPs brindan múltiples beneficios, es vital poder implementar una ejecución rigurosa y eficiente de las regulaciones. Asimismo, la asignación de un presupuesto para labores de manejo, de investigación y de educación es esencial para mantener las AMPs. Así, se asegura el buen funcionamiento de estos espacios y el bienestar de todos los organismos que dependen de los mismos. A medida que esto suceda, se posibilita el uso y el disfrute de los bienes y servicios que conceden las AMPs.

Tabla 3. Beneficios del ‘uso’ y ‘no uso’ de las AMPs y sus subcategorías.

Uso No usoUso directo Uso indirecto Uso opcional Legado Existencia

RecreaciónTurismoEducaciónInvestigación

Servicios del ecosistema (Estabilización climática, recarga de aguas subterráneas, control de inundaciones, secuestro de carbono y contaminantes, hábitat para especies, retención de nutrientes, prevención de desastres naturales, servicios naturales, protección de las cuencas)

Información y usos futuros

Beneficios obtenidos, legado marino y costeroPueden ser históricos y culturales.

BiodiversidadValores espirituales, culturales y comunitariosApreciación del paisaje

Vista de la Reserva Marina de Tres Palmas de Rincón. Al fondo, se observa la Isla Desecheo.

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Glosario

1. acciones antropogénicas - Acciones causadas por el ser humano.

2. agregaciones - Grupos de peces de la misma especie que se encuentran en grandes densidades, en un mismo lugar y temporada, para llevar a cabo su reproducción.

3. asimilación de desechos - Incorporar al medioambiente los desechos y residuos producidos por los organismos, incluyendo los producidos por los seres humanos. Esta absorción se realiza de diversas maneras, como por ejemplo: dispersión de residuos líquidos en ríos, mares y suelos, dispersión de emisiones gaseosas en la atmósfera y degradación de residuos sólidos en los suelos o en las aguas.

4. biodiversidad - Variedad de seres vivos en el planeta Tierra.

5. comunidades adyacentes - Grupo de personas de una región que queda próxima a algún lugar. En este caso, se refiere a aquellas comunidades que están situadas inmediatas a una AMP.

6. conectividad - Conexión y grado de movimiento entre distintas especies y sus hábitats.

7. cuencas - Territorios donde sus aguas afluyen a un arroyo, río, lago o mar.

8. desovar - Soltar o depositar huevos.9. hábitats contiguos - Ambientes que ocupan

las poblaciones de organismos y que quedan unos junto a los otros.

10. pesquerías - Sistema que involucra las especies de peces que son pescadas, el área en la que se pescan, los métodos que se utilizan para pescarlas, los tipos de embarcaciones y las personas que pescan.

11. orden administrativa - Orden impuesta por alguna administración del gobierno. En este caso, impuesta por el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales.

12. orden ejecutiva - Orden impuesta por el gobierno.

13. orden legislativa - Orden impuesta por aquellos que establecen la leyes, es decir, por los legisladores.

14. “pool” genético - Colección de genes de una población.

15. recarga de aguas subterráneas - Devolución de agua a los cuerpos de agua subterráneos, como por ejemplo los acuíferos.

16. resiliencia - Capacidad que posee un sistema viviente de poder restablecerse luego de haber sufrido perturbaciones.

17. remediación - Enmendar los daños ocasionados al medio ambiente.

18. salvaguardar - Proteger. 19. servicios de ecosistema - Servicios que

nos brindan los conjuntos de organismos y ecosistemas que interactúan entre sí y que brindan beneficios. Por ejemplo, el arrecife de coral nos brinda alimento, hábitat para otras especies y protección contra la marejada ciclónica.

20. tierra emergente - Tierra que solía estar sumergida en el mar.

21. tribal (tribual) - Que pertenece a un grupo social primitivo que comparten sus costumbres y usos y que por lo general proceden del mismo origen.

22. uso directo - Categoría bajo la cual se agrupan los beneficios que las personas podemos obtener directamente del AMP al adquirir algunos de sus bienes y servicios y utilizarla para propósitos designados por los seres humanos.

23. uso indirecto - Categoría bajo la cual se agrupan aquellos beneficios obtenidos cuando no utiliza la AMP directamente; más bien son procesos ecológicos que nos benefician pero que se llevan a cabo exitosamente sin intervención humana.

24. uso opcional - Categoría bajo la cual se agrupan aquellos elementos que se pueden obtener del AMP en un futuro a medida que la misma se conserva ya sea para usos directos y/o indirectos, como fuente de información o para propósitos de investigación en el futuro.

25. veda - Periodo de tiempo durante el cual se prohíbe pescar una especie o se prohíbe pescar en un lugar en específico.

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Varias personas disfrutan de un día soleado en la playa de la Reserva Marina Arrecife de la Isla Verde en Carolina. Se observan también estructuras construidas muy cerca a la orilla del mar.

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La pérdida de nuestras playas: Una amenaza palpable para Puerto Rico La falta de planificación está afectando significativamente la sustentabilidad de las playas.

Por: Frances M. Marín Maldonado

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En años recientes, Puerto Rico ha ido perdiendo playas en distintas partes de la isla debido a la erosión costera. Esta erosión es el resultado de un crecimiento urbano acelerado, en zonas costeras, sin planificación y a esto se le añaden los procesos naturales con dinámica propia que ocurren en estas zonas que ya se encuentran en estado frágil (López & Marcomini, 2009)1. Además, el cambio climático, el aumento en el nivel del mar y los huracanes figuran entre algunas de las posibles causas para la pérdida de playas. Las consecuencias de esta pérdida no tan solo afectan el equilibrio costero sino que también ponen en riesgo todas aquellas actividades económicas y sociales que se desarrollan en estas regiones. El cambio climático y la subida del nivel del mar que surge como consecuencia del aumento en las temperaturas constituyen dos de las causas que más se mencionan al momento de estudiar la pérdida de playas.

El cambio climático es uno de los problemas más apremiantes que enfrenta el Caribe y está vinculado con cambios en los niveles del mar, en las temperaturas promedios, en los patrones de precipitación y del tiempo (Cambers, 2009). 1Siempre que aparezca entre paréntesis un apellido junto a una coma y un año, significa que lo que se ha expuesto antes del paréntesis fue expresado en una publicación trabajada por la persona que lleva dicho apellido en el año que está escrito dentro del paréntesis. Para conocer el nombre de la publicación en la que se presenta esa información, el lector debe ir a la bibliografía y buscar el apellido y el año que están contenidos en el paréntesis. En la bibliografía, encontrará el nombre de la publicación. Por ejemplo, (López & Marcomini, 2009) significa que lo expresado antes de que aparezca el paréntesis con estos apellidos y el año, pertenece a Problemática de los ambientes costeros Sur de Brasil, Uruguay y Argentina, escrito en la cual trabajaron López y Marcomini y que fue publicado en el año 2009.

También, está vinculado al incremento en la cantidad de huracanes (Lugo et al., 2004). Sin embargo, a pesar de que se habla mucho del cambio climático y de sus consecuencias a nivel global, poco se habla sobre cómo esto también implica cambios en la planificación urbana, especialmente en aquellas áreas que son más vulnerables como las zonas costeras, por ejemplo.

Según datos de 2009, del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), la región del Caribe experimentó un incremento en el nivel del mar de 1 mm/año durante el siglo XX (Cambers, 2009). De hecho, según la IPCC y estudios realizados por las Naciones Unidas, la región del Caribe podría ser una de las zonas más afectadas por el cambio climático. Se estima que un aumento en temperatura en tan solo 2°C puede tener efectos devastadores, como por ejemplo, afectar el bioma coralino, aumentar las inundaciones en las zonas costeras e intensificar los huracanes, entre muchas otros efectos (Muñoz, 2013).

Indiscutiblemente, Puerto Rico no está exento de sufrir las repercusiones de dicho cambio. De hecho, con unas 700 millas de costas y aproximadamente 3,008,274 habitantes viviendo en las zonas costeras (véase la Cartilla de la Zona Marítimo-Terrestre para más detalles), no sería sorprendente notar que el turismo y la recreación en la Isla giraran, principalmente, entorno a nuestras playas y costas (Lugo, 2004). Por consiguiente, muchas de estas fuentes de ingreso están localizadas en zonas costeras que dependen, mayormente, de un clima tropical y de la presencia de hermosas playas y áreas libres de contaminación.

En la imagen de fondo, se observa la Isla Palomino, la cual es parte de la Reserva Natural Arrecifes de La Cordillera al este de Fajardo.

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La imagen muestra la pérdida de arena en la playa Córcega en Rincón, PR durante el paso del huracán Sandy, en el año 2012, por el sur de Puerto Rico.

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Estas zonas costeras donde se desarrollan importantes actividades económicas, sociales, turísticas y recreativas están ubicadas en lo que se conoce como la zona marítimo-terrestre (ZMT). Según la Cartilla de Zona Marítimo Terrestre, la ZMT es un bien de dominio público, en otras palabras, es un bien que no pertenece a nadie en particular, cuyo uso y disfrute pertenece a todos los ciudadanos. La Ley de Muelles y Puertos de Puerto Rico de 1968, define esta zona como: “Un espacio de las costas o fronteras marinas de la Isla de Puerto Rico y sus islas adyacentes… y que baña el mar en su flujo y reflujo, en donde son sensibles

las mareas y las mayores olas en los temporales en donde no lo son. Se extiende también por los márgenes de los ríos hasta el sitio en que sean navegables o se hagan sensibles las mareas”. Esta ley tiene sus precedentes en la Ley Española de Puertos de 1880, y fue extendida a Puerto Rico por el gobierno español en 1886.

Al aumento en el nivel del mar, se le suma el incremento en la marejada ciclónica que vendría como producto de un aumento en la cantidad de huracanes. A su vez, una mayor cantidad de huracanes implica la posibilidad de una mayor

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Se aprecia una playa en el Corredor Ecológico del Noreste en Puerto Rico. Al fondo a la derecha, se observan dos edificios construidos cerca de la playa La Pared en Luquillo.

pérdida de playas como resultado de la erosión costera. Por ende, la erosión causaría daños irremediables a las estructuras que se encuentran dentro de la zona costera. Este es un patrón que ya hemos estado observando en distintos lugares. El pueblo de Rincón es uno de los casos más conocidos. Sin embargo, esto también afecta otras playas, por ejemplo, la playa La Pared en Luquillo y también la playa de Ocean Park en San Juan, entre las muchas que pudieran ser mencionadas. Como consecuencia, en vista de que las estructuras comienzan a ser vulnerables ante la erosión, los ciudadanos recurren a la construcción de estructuras de manera legal o ilegal para proteger sus propiedades.

Usualmente, se hacen barreras estructurales que no son otra cosa que construcciones que tienen como objetivo proteger un edificio de la entrada del mar a la costa (Lugo et al., 2004). Entre estas barreras estructurales se encuentran los muros de contención y los rompeolas. Un muro de contención es una pared construida en la costa, paralela a la misma, con el fin de proteger una edificación del impacto de las olas. Por su parte, un rompeolas es una pared paralela a la costa, construida en el mar, cuya función es disminuir

la energía de las olas, para proteger un área de la costa del oleaje.

Sin embargo, a pesar del gran uso que se hace de estas barreras estructurales en Puerto Rico, estas representan un gran problema para las playas. Cuando se construye un muro de contención, esto puede exacerbar los procesos de pérdida de playa durante las marejadas ciclónicas (Lugo et al., 2004). Como consecuencia, no solo se pierde la playa donde se encuentra el muro, sino que también se erosionan las playas adyacentes. Lo mismo ocurre con los rompeolas, que también causan erosión en las playas cercanas. De modo que comienza un ciclo vicioso, en el cual colocamos una barrera estructural, esto causa la desaparición de la playa, se incrementa el impacto de las olas sobre la misma estructura y se afecta su propósito inicial, el cual era protección de las edificaciones construidas en la costa. Este patrón se está observando a través de todo Puerto Rico. Las playas con barreras estructurales se tornan mucho más angostas que aquellas donde no existe ningún tipo de barrera.

“Las verjas, las piedras, todo es una pelea perdida contra el mar. Nosotros tenemos que tomar esa

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Grupo del Proyecto Guardarenas mide el perfil de una playa. La educación ambiental promueve la conservación y el sentido de pertenencia por nuestras costas.

decisión; ¿qué queremos en Puerto Rico, paredes o playas?”, sostuvo el señor Ruperto Chaparro Serrano, Director del Programa de Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico (López, 2014).En este sentido, resulta importante recordar que estas estructuras no están diseñadas para proteger las playas, sino todo lo contrario, su presencia promueve o acelera la erosión de las mismas.

“En Rincón tenemos un ejemplo clásico del problema que tenemos con la erosión en las costas de Puerto Rico. Podemos observar que donde no hay paredes o se han depositado piedras para proteger estructuras como edificios y casas, la playa se mantiene. Pues la playa es un recurso natural dinámico y necesita espacio para retroceder o para alejarse de la costa, según sea la temporada del año”, recalcó Chaparro. (López, 2014).

Todo esto está ocurriendo debido a los asentamientos y a las construcciones, de manera desmedida y sin planificación, ya sea ambiental, o territorial, en la ZMT. Este desarrollo desmedido, no sustentable, causa un deterioro a tal magnitud que aumenta la fragilidad de dicho entorno, creando desbalances en procesos naturales que regulan el equilibrio dinámico de las costas (López, 2009).

A pesar de que en Puerto Rico, existen dos agencias principales que se encargan de manejar los terrenos de las costas; el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) y el Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre (USFWS, por sus siglas en inglés), actualmente, no existe ningún plan global coordinado entre las distintas agencias para atender estos problemas (Lugo et al., 2004). Por tanto, ¿qué nosotros como ciudadanos podemos hacer para mejorar la planificación en estas áreas? Primero, es necesario educar a los ciudadanos acerca de la importancia de la protección de la ZMT. De igual manera, es indispensable que se promueva una modificación en la forma de construcción para así promover un desarrollo sustentable y disminuir el impacto ambiental. Así que la solución no es que no se construya, sino que se haga tierra adentro de la ZMT, y que también se considere dejar un espacio entra las costas y las edificaciones. Por ejemplo, una manera de proteger las playas y las edificaciones es asegurando que exista una

distancia o zona de amortiguamiento entre la zona de peligro (zona de marejada ciclónica) y la zona de desarrollo. Esto permite el suficiente espacio para que la marea y las olas puedan entrar tierra adentro sin afectar las edificaciones presentes. Estas zonas de amortiguamiento ofrecen protección contra las inundaciones y la erosión, puesto que las edificaciones no se encuentran en zonas susceptibles a estos (Fenster, 2005). De esta forma, se ofrece protección hacia las estructuras, se conservan las playas, se asegura el libre acceso al mar y también se preserva la calidad visual de los paisajes en las costas.

Es necesario que las personas se eduquen acerca de la protección de las costas y que se instituyan programas para concienciar a las personas de la importancia de no construir obstáculos, paredes o edificaciones en las playas. Educar es la clave para lograr cambios de conducta en la sociedad. La pérdida de nuestras playas tiene repercusiones significativas en la economía, en el turismo, en los ecosistemas y en la sustentabilidad de las áreas urbanas adyacentes a las mismas. Por tanto, es urgente fomentar la educación para así lograr cambios en los ciudadanos y garantizar la existencia de nuestras playas en un futuro. De igual forma, es crucial presionar al gobierno para que forme parte de esto y promueva una planificación costera sustentable, exenta de intereses políticos carentes de compromiso social.

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Glosario

1. bienes de dominio público - Bienes que pertenecen a todos por igual y a nadie en particular. Su uso y disfrute pertenece a todos los hombres. En Puerto Rico, los peces, el aire, las aguas superficiales y subterráneas, el mar y las riberas, la zona marítimo-terrestre y los terrenos bajo el mar constituyen bienes de dominio público.

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2. bioma - Ecosistema de gran tamaño que se caracteriza por poseer un clima, suelo, plantas y animales similares.

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¿Dónde está la Ley de Costas para Puerto Rico?Por: Nataly Camacho Rodríguez

El Proyecto de Ley 674 del Senado de Puerto Rico (PS674) propone la aprobación de la Ley de Zona Costanera para Puerto Rico. El mismo pretende terminar con infinidad de controversias, pleitos y desacuerdos que se derivan de la falta de criterios uniformes para delimitar o establecer un deslinde de la zona marítimo-terrestre (ZMT). Esta ausencia de criterios uniformes ha desencadenado en un desarrollo desmedido en la ZMT, pone en riesgo la vida y propiedad la ciudadanía y ha estado afectando la salud de los recursos costeros y marinos y el acceso de las personas a los mismos.

El PS674 fue presentado el pasado año 2014 por la Senadora por el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), María de Lourdes Santiago Negrón y quedó radicado en la Oficina de la Comisión de Recursos Naturales del Senado que preside el Senador Cirilo Tirado Rivera. De aprobarse el proyecto, se pondría fin a las diferentes interpretaciones del término “sensibilidad,” refiriéndose a las mareas, en la definición de la ZMT. Esta definición está contenida en la Ley de Muelles y Puertos de Puerto Rico de 1968, cuyos antecedentes se remontan a la Ley Española de Puertos de 1880, la cual fue extendida a Puerto Rico en 1886 por el gobierno español. Esto evidencia la antigüedad de la ley y la necesidad de revisar su contenido. La ley establece que la zona marítimo-terrestre es: “Espacio de las costas o fronteras marinas de la Isla de Puerto Rico y sus islas adyacentes…y que baña el mar en su flujo y reflujo, en donde son sensibles las mareas y las mayores olas en los temporales en donde no lo son. Se extiende también por los márgenes de los ríos hasta el sitio en que sean navegables o se hagan

sensibles las mareas. Incluye los terrenos ganados al mar, las accesiones y aterramientos que ocasiona el mismo.”

La ley también indica que son también de dominio público “los terrenos que se unen a la zona marítimo-terrestre por las accesiones y aterramientos que ocasione el mar. Cuando por consecuencia de estas accesiones y por efecto de retirarse al mar, la línea interior que limita la expresada zona avance hacia aquel, los terrenos sobrantes de lo que era antigua zona marítimo-terrestre, pasarán a ser propiedad del Estado…”

Asimismo, la ley expresa que: “Son de dominio nacional y uso público el mar litoral o bien la zona marítima que ciñe las costas de la Isla y de sus islas adyacentes en toda la anchura determinada por el derecho internacional, con sus ensenadas, radas, bahías y puertos y demás abrigos utilizables para la pesca y navegación.” Es decir, es de dominio nacional toda el área del litoral, incluso las dunas de arena costeras y el fondo marino asociado por los flujos y los intercambios continuos de arena entre la alta playa y la duna de arena litoral y la playa submarina. 1

1 Esta información sobre la zona marítimo-terrestre fue obtenida de la Cartilla de la Zona Marítimo-Terrestre.

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Vista aérea de la costa de Vieques.

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Existen además, otros reglamentos que explican lo que es la zona marítimo terrestre y mantienen, básicamente, la misma definición. Estos son: el Reglamento del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) para el Aprovechamiento, Vigilancia, Conservación y Administración de las Aguas Territoriales, los Terrenos Sumergidos bajo estas y la Zona Marítimo-Terrestre; el Reglamento de Zonificación de Puerto Rico; y el Reglamento de Zonificación de la Zona Costanera y de Acceso a Playas y Costas de Puerto Rico; ambos de la Junta de Planificación.

En resumidas cuentas, la ZMT es un área inestable y dinámica, expuesta continuamente a los cambios costeros y a la influencia del oleaje. Es también un bien de dominio público que nos pertenece a todos los puertorriqueños y puertorriqueñas por igual. Sin embargo, no está claramente definido, particularmente en un país en el que no se observan cambios drásticos en las mareas. Esto se presta para que se construya muy cerca del mar a pesar de los riesgos que esto conlleva para la seguridad de la vida y propiedad, para el acceso a las playas y para el bienestar de nuestros ecosistemas marinos y costeros.

Al día de hoy, el PS674, que pudiera resolver parte de la controversia acerca de lo que es la ZMT, se encuentra estancado. Para conocer el estado de

este proyecto, nos comunicamos con la Licenciada Mariangely Valentín, de la Oficina de la Comisión de Recursos Naturales del Senado. La licenciada indicó que durante el mes de octubre de 2014 se llevó a cabo en la Asamblea Legislativa la lectura del Primer Informe Parcial de sobre la Resolución del Senado 609 (RS609). Dicha resolución solicita que se investigue el cumplimiento de la Orden Ejecutiva del Gobernador Alejandro García Padilla, en la cual le ordena al DRNA realizar un deslinde nacional de la zona marítimo terrestre a fin de promover el desarrollo sostenible de nuestras costas (Núm. OE-2013-019). El informe expone que la investigación se está llevando a cabo en conjunto con el PS674 debido a que ambas medidas comparten el mismo fin último de lograr la aprobación e implantación de una Ley de Costas para la Isla.

Además, pudimos constatar en el Portal Oficial de la Oficina de Servicios Legislativos de la Asamblea Legislativa de Puerto Rico, que el pasado 21 de enero de 2015 se aprobó el primer informe preliminar rendido de la RS609 y el 21 de octubre de 2015, se rindió el Informe Final donde la Comisión de Recursos Naturales del Senado concluye y recomienda que “Es necesario lograr la aprobación final de una Ley de Costas para Puerto Rico” y añade, “A estos fines la Comisión está trabajando con las enmiendas finales al Proyecto del Senado Núm. 674 el cual se presentó con dicho

Se observan construcciones en la costa en la Reserva Natural de La Parguera en Lajas, PR.

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propósito.” Además dice que aún falta el proceso de enmiendas al Reglamento 4860 del DRNA, titulado “Reglamento para el aprovechamiento, Vigilancia, Conservación y Administración de las Aguas Territoriales, los Terrenos Sumergidos bajo éstas y la Zona Marítimo Terrestre.” Este proceso se encuentra actualmente en etapa de vistas públicas y también se espera que se someta el informe correspondiente del PS674.

Recientemente, nos comunicamos también con la Senadora María de Lourdes Santiago y esta indicó que “el PS674 continúa en la Comisión de Recursos Naturales del Senado; no se ha aprobado ni se han celebrado vistas públicas adicionales.” Es importante mencionar que el nuevo deslinde de la ZMT también representa una herramienta para resolver algunos problemas de interpretación de lo que es la zona marítimo-terrestre. Este nuevo deslinde será en adelante, el Sistema de Referencia Oficial de la Zona Marítimo Terrestre (SRO - ZMT).

“Algunos elementos positivos de este proyecto de ley [PS674] fueron expresados en la RS609 […]. El propósito del nuevo deslinde es proveer un sistema de evaluación confiable, que permita valorar a la Isla de forma estandarizada y no fragmentada. Para ello, el DRNA desarrolló el Sistema de Referencia Oficial de la Zona Marítimo Terrestre (SRO-ZMT) para Puerto Rico. A través de este Sistema, no tan solo se logra dar confiabilidad a los procesos de agrimensura que se pretendan llevar a cabo en la costa de Puerto Rico sino que le sirve de gran ayuda a proponentes y ciudadanos en los procesos administrativos,” explicó el señor Ernesto Díaz, Director del Programa de Manejo de la Zona Costanera (PMZC) del DRNA.

Sobre este tema del PS674 y el informe de la RS609 para el nuevo deslinde de la ZMT dialogamos con Aurelio Mercado Irizarry, Oceanógrafo Físico y Profesor de la Universidad de Puerto Rico. Recinto de Mayagüez (UPRM). Por años, el profesor Mercado-Irizarry ha ofrecido asesoría sobre el tema de la delimitación de la ZMT, esto gracias a sus conocimientos sobre oceanografía física, marejadas ciclónicas, maremotos, mareas, huracanes y erosión costera.

“Este asunto de decir si marea sensible o no sensible ha sido el argumento que han utilizado los grandes intereses, los abogados que los representan, políticos y tribunales y han sembrado la duda en la interpretación de lo que se quiere decir con estos términos,” manifestó el oceanógrafo con cierto pesimismo.

El profesor Mercado-Irizarry añadió que “es una contradicción que hayan construcciones que para efectos del gobierno estén fuera de la ZMT pero que el oleaje las arrope.” Sobre el proyecto del PMZC, advirtió: “Para mí, lo que va a hacer el DRNA es que va a tirar una línea en base a la geomorfología sin considerar el oleaje y eso no sirve como deslinde; eso va a traer problemas.” Mercado no se opone al desarrollo costero pero insiste en que se respete el límite legal del espacio de la ZMT, un espacio cuya definición ha traído controversias pero que ante los ojos de Ruperto Chaparro Serrano, director del Programa Sea Grant de la

La imagen muestra estructuras constriudas cerca de la orilla del mar en el barrio Caguabo, Añasco, PR.

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Universidad de Puerto Rico, no es tan complejo entenderla y ponerla en vigor.

“Entender la definición de la ZMT no es ninguna ciencia, todo lo que tiene que hacer el gobierno es decir: tu propiedad empieza hasta donde llegue la ola más alta del huracán o hasta donde llegue la marea alta, lo que sea mayor, pero que se decida a favor del pueblo,” expresó Chaparro.

“La Junta de Planificación (JP) es la que se supone que haga el plan de uso de terreno y son los responsables de la falta de planificación que tenemos, otorgando permisos sin importar si es en ZMT o si privatizan una playa y por eso es que aquí hay un desorden en la ZMT donde actualmente se están otorgando permisos para construir en áreas de dominio público y dejando que sean los tribunales los que decidan en lugar de las agencias que cuentan con los técnicos y especialistas capacitados para delimitar esta zona,” agregó Chaparro.

Si bien es cierto que hasta el momento ningún partido político en el poder ha resuelto este asunto, ahora el Gobierno de Puerto Rico, especialmente el DRNA y la JP, le compete avalar el PS674 que solicita una Ley de Zona Costanera para Puerto Rico. Este proyecto ofrece una gran oportunidad de demostrar el compromiso que existe de proteger nuestras vidas, propiedades y recursos costeros y marinos.

Ya que el proceso del PS674 debe culminar en el año 2015, los ciudadanos interesados o afectados en el asunto de resolver los problemas costeros sobre la delimitación de la ZMT en Puerto Rico podrán formar parte de este proyecto participando de las vistas públicas, sometiendo opiniones, proponiendo cambios y ofreciendo comentarios a través del correo general o de la página electrónica de la Legislatura, o llamando a la Oficina de la Comisión de Recursos Naturales y Ambientales donde está radicado el proyecto para obtener información sobre las fechas de las vistas públicas y del estado del proyecto. La información sobre los procesos que se han llevado a cabo hasta esta fecha relacionados con el PS0674 y la RS609 se encuentra en el portal electrónico http://www.oslpr.org/v2/. El SRO-ZMT se encuentra disponible a través de: www.drna.gobierno.pr/zmt.

Glosario

1. accesiones - Modo o derecho mediante el cual el propietario de unos bienes tiene el dominio de todo lo que estos bienes produzcan o de todo lo que se incorpore a los mismos ya sea por obra de la naturaleza, por obra del ser humano (artificialmente) o por ambos medios.

2. aterramiento - Incremento de depósito de tierra y de una arena en el fondo de un mar o de una rivera por acarreo voluntario o habitual.

3. bahía - Entrada a un mar, océano o lago, rodeada por tierra excepto por una apertura, que suele ser más ancha que el resto de la penetración en tierra adentro; es decir, una concavidad en la línea costera formada por los movimientos del mar o del lago.

4. dominio público - Dominio de los bienes destinados al uso público (como el mar litoral y sus playas, etc.) y los destinados a algún servicio público (como los edificios públicos, vías de comunicación públicas, etc.).

5. ensenadas - Accidente geográfico costero caracterizado por una entrada circular de agua y una boca estrecha. A veces, se denomina de esta forma a cualquier bahía, pero los geólogos especifican este término porque una ensenada es más pequeña que una bahía.

6. radas - Zona fuera de puerto en la que un barco puede echar anclas. Se trata de un área cerrada con una apertura al mar, más estrecha que una bahía o un golfo. Por su extensión no puede confundirse con un estuario. Se puede crear artificialmente mediante espigones o diques. Las radas naturales ofrecen abrigo frente a las tormentas y se usan frecuentemente como bases navales.

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Referencias

Chaparro, R. (comunicación personal, 17 de octubre de 2014).

Departamento de Recursos Naturales y Ambientales de Puerto Rico. (2010). Sistema de referencia oficial para el deslinde de la zona marítimo terrestre. Recuperado de http://drna.gobierno.pr/zmt/

En proceso una medida del Senado para la Ley de Costas. (4 de agosto de 2014). Presencia. Recuperado de http://www.presenciapr.com/en-proceso-una-medida-del-senado-para-la-ley-de-costas/

Lugo, A. Ramos, A. Mercado, A. La Luz, D. Cintrón, G., Márquez, L. Chaparro, R. Fernández, J. Peisch, S. & Rivera, J. (2004). Cartilla de la Zona Marítimo- Terrestre (UPRSG-B-200). Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico y Servicio Federal de los Estados Unidos.

Mercado, A. (comunicación personal, 17 de octubre de 2014).

Mercado-Irizarry. (2005). La innecesaria polémica sobre la zona marítimo terrestre en Puerto Rico. Recuperado de http://coastalhazards.uprm.edu/publications/LA_INECESARIA_POLEMICA_SOBRE_LA_ZONA_MARITIMO.pdf

Oficina de Servicios Legislativos (2014). Recuperado de http://www.oslpr.org/v2/

PRFrogui. (2010). Zona Maritimo Terrestre. Recuperado de http://www.prfrogui.com/geocities/zonamarit.htm

Santiago, M. d. (comunicación personal, 25 de agosto de 2015).

Senado de Puerto Rico. (2014). Ley de Zona Costanera es analizada en el Senado. Recuperado de http://senado.pr.gov/Comunicados%20de%20Prensa%2020132016/Ley%20de%20Zona%20Costanera%20es%20analizada%20en%20el%20Senado.pdf

Valentín, M. (comunicación personal, 5 de noviembre de 2014).

Zona costera de Puerto Rico regida por leyes de 1886. (12 de julio de 2011). Primera Hora. Recuperado de http://www.primerahora.com/noticias/puerto-rico/nota/zonacosteradepuertoricoregidaporleyesde1886-

Vista de Laguna del Condado. Al fondo se observan, las múltiples edificaciones construidas en plena zona costera.

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La huella humana en las playas de RincónPor: Frank X. Ferrer González

Rincón, conocido como la Capital del surf, es un pueblo costero cuyas hermosas playas generan un gran impacto económico y social. No obstante, sus costas se han visto afectadas debido al mal manejo de los recursos y a la mala planificación. A continuación, presentamos una serie de fotos que evidencian los impactos que han sufrido estas playas. Factores antropogénicos tales como la construcción en la zona marítimo terrestre, los residuos de escombros y el almacenamiento

de basura han sido perjudiciales para el litoral rincoeño. A través de estas fotos—tomadas en los meses de octubre y noviembre de 2014—pretendemos concienciar sobre el daño causado al ambiente e informar a la comunidad. Mediante la educación, podremos unir esfuerzos y luchar a favor de cambios positivos para el medio ambiente. Seremos nosotros quienes decidiremos si continuamos o no viviendo en un paraíso tropical.

La playa Spanish Wall obtuvo su nombre debido a la muralla que corre paralela a esta por donde pasaban las vías del tren que corría la costa de Puerto Rico. La muralla, cuyos remanentes aún se conservan, se aprecia en la parte superior izquierda de la foto. Esta playa, de difícil acceso, provee una de los áreas mejor conservadas en la costa de Rincón, además de ser conocida por sus olas las cuales son aprovechadas por aficionados del deporte del surf. (Foto tomada en la playa Spanish Wall el 23 de octubre de 2014.)

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La erosión costera es uno de los mayores problemas que enfrentan las playas de Rincón. Se emplean diversos métodos para lidiar con ella o prevenirla. Sin embargo, no todos los métodos funcionan apropiadamente. Las construcciones cercanas a la playa y las barreras no apropiadas tales como bolsas de arena, piedras y gaviones no son una solución duradera. Estas acarrean problemas secundarios tales como una mayor pérdida de arena y la liberación de escombros al medio ambiente. (Foto tomada en la Playa Córcega el 1 de noviembre de 2014.)

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Las ruinas de una estructura han quedado ahora dentro del agua. La arena ha ido cediendo y exponiendo la edificación. (Foto tomada en la Playa Córcega el 1 de noviembre de 2014.)

Debido a la erosión, algunas estructuras se encuentran destruidas y dentro del agua. Estas generan

remanentes que son depositados en el mar y dañan la costa. Algunos de estos escombros se

encuentran en la zona de dominio público de la playa y dificultan el paso a residentes y a

visitantes. (Foto tomada en la Playa Córcega el 1 de noviembre de 2014.)

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Por su parte, la industria hotelera ha dejado también su huella en las playas de Rincón. Múltiples hoteles se encuentran ubicados justamente en la costa de este pueblo. Ejemplo de ello es el Hotel Villa Cofresí el cual fue construido en 1965. En el tiempo que el hotel fue fundado, existía una gran extensión de arena en el litoral; hoy día, podemos observar que la barra y el tablado del hotel se encuentran dentro de la zona marítima terrestre. En tiempos de marejada, las olas chocan contra la pared del hotel y remueven

la arena con más fuerza de lo usual, lo cual lleva a la pérdida de la misma. Las marejadas provocan eventos de erosión naturales. La cercanía de las estructuras a la costa intensifica el impacto de estos eventos de erosión. Esto no solo afecta el paso al público, sino que también se ven afectados diferentes animales que dependen de la arena para subsistir, como por ejemplo las tortugas marinas que necesitan de playas arenosas para el anidamiento. (Foto tomada en el Barrio Stella el 6 de noviembre de 2014.)

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En Rincón, se observan estructuras, como esta casa de huéspedes, las cuales se encuentran parcialmente construidas dentro de la zona marítima terrestre. En este caso, se han colocado rocas en el paso público para impedir la caída de la verja, de la casa y de la piscina ubicada zen el patio. (Foto tomada en el Barrio Stella el 6 de noviembre de 2014.)

Los pescadores dejan sus yolas en la playa del sector La Cambija en el Barrio Pueblo. En esta comunidad frente al mar, las residencias están construidas encima del antiguo vertedero de Rincón. El terreno donde se encuentran las casas era privado pero, al morir su dueño y dicho

terreno no ser reclamado, se comenzó a depositar basura en el mismo. La zona comenzó a conocerse como el crematorio, ya que allí llevaban la basura para quemarla. Este crematorio estuvo operando aproximadamente entre los años 1930 a 1970. Luego, se construyó el vertedero municipal de Rincón y el vertedero del sector La Cambija fue cubierto por tierra y olvidado. (Foto tomada en el sector La Cambija, Barrio Pueblo el 19 de octubre de 2014.)

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La basura está presente en el área del antiguo vertedero. La misma es liberada por la fuerza de las olas, lo cual desprende los residuos al mar. Estos contaminan el medioambiente y a su vez son escombros que dificultan el paso para los residentes y visitantes de estas playas. A la extrema superior derecha, se observa un pescador en la zona. (Foto tomada en el Barrio Pueblo el 19 de octubre de 2014.)

Entre los diferentes componentes de la basura, se puede observar vidrio el cual atenta contra la seguridad de los residentes y visitantes en la zona. (Foto tomada en el Barrio Pueblo el 19 de octubre de 2014.)

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Cerca de la Reserva Marina Tres Palmas (RMTP) se encuentra la vieja marina. La marina está clausurada pero en ella hay agua estancada y sedimentos que pudieran estar contaminados. En esta área, se deberían llevar a cabo acciones de

limpieza y/o mitigación. De abrirse la marina y no hacer nada al respecto, los sedimentos y las aguas pudieran representar un peligro para la RMTP (Foto tomada en la Antigua Marina de Rincón el 1 de noviembre de 2014.)

No solo la basura y las construcciones afectan las playas. La contaminación lumínica en la zona marítima terrestre se suma a los efectos causados por los seres humanos ya que desorienta animales tales como las tortugas marinas y las aves, lo que provoca que estas pierdan su rumbo. (Foto tomada en Sandy Beach el 1 de noviembre de 2014.)

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Referencias

Canals, M. (comunicación personal, 24 de septiembre de 2015).

Carrero, C. (comunicación personal, 17 de octubre de 2014).

Carrero, C. (2014). Una costa de basura: Notas sobre el antiguo vertedero del sector La Cambija en Rincón

Carrero, C. (2010). Historia y condiciones de las playas y costas de Rincón.

Chaparro, R. (comunicación personal, 17 de octubre de 2014).

Fundación Surfrider (2015, enero 13). Página web. Tres Palmas Marine Reserve. Recuperado de, https://rincon.surfrider.org/programs/tres-palmas-marine-reserve/#!prettyPhoto

Martínez, H.M. (comunicación personal, 27 de septiembre de 2014).

Rodríguez, L. (comunicación personal, 27 de septiembre de 2014).

Soler, B. “(comunicación personal, 27 de septiembre de 2014).

La huella humana ha quedado plasmada en nuestro ecosistema. Algunas cosas lamentablemente ya no serán igual; sin embargo, otras aún las podemos cambiar. Es tiempo de reclamar atención hacia

la conservación y el uso sustentable de nuestros recursos. Es la voz ciudadana la que nos ayudará a mantener saludable a nuestro paraíso. (Foto tomada en Domes, Rincón el el 23 de octubre de 2014.)

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Delmis del C. Alicea Segarra, [email protected]

Posee un Bachillerato en Ciencias Físicas de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez (UPRM), una Maestría en Enseñanza de Ciencias de la Universidad Interamericana de Puerto Rico en San Germán (UIPR-SG) y un Doctorado en Educación con Especialidad en Currículo y Enseñanza de la UIPR-SG. Ha fungido como instructora en la UIPR-SG en el Departamento de Educación y Educación Física y como catedrática auxiliar en la División de Educación Continua y Estudios Profesionales de la UPRM. En la UIPR-SG, a nivel graduado, ha enseñado los cursos de: Historia y filosofía de las ciencias, Ecología para maestros, Las ciencias y su enseñanza a nivel elemental y Física 1 para maestros. En la UPRM, ha enseñado los cursos de: Uso de la microcomputadora en el salón de clases, Fundamentos filosóficos de la educación y Práctica docente en la enseñanza de física en la escuela secundaria. Ha ofrecido talleres en los siguientes temas: principios de currículo, estrategias, métodos y técnicas de enseñanza, medición, evaluación y avalúo, estilos de enseñanza y aprendizaje, planillas de especificaciones y construcción de pruebas, construcción de blogs educativos y maestro efectivo. Además, ha participado en el diseño de blogs, módulos educativos y cursos en línea en la UPR y en el Departamento de Educación de Puerto Rico. Actualmente, se desempeña como Especialista en Currículo y Evaluación y Coordinadora del Proyecto Guardarenas en el Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico (PSGUPR). En el PSGUPR, es también gestora de la preparación de guías educativas para maestros.

Ruperto Chaparro [email protected]

Nació en San Juan, Puerto Rico pero creció en el oeste de la Isla. Posee una maestría en Recreación al Aire Libre y Desarrollo de Recursos Naturales de la Universidad Texas A&M y cuenta con una vasta experiencia en servicios de extensión marina. Se ha distinguido por su trabajo en los campos de la recreación marina, la seguridad acuática, el desarrollo costero sustentable y la conservación de los recursos marinos y costeros. Desde la década de 1980, labora en el Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico, entidad de la cual es director. Ha ocupado varias posiciones de asesoría en organizaciones tales como la Junta Interagencial de Playas de Puerto Rico, el Programa de Investigación Subacuática de la NOAA, la Compañía de Parques Nacionales y el Programa Bandera Azul. Como parte de su esfuerzo por llevar a cabo actividades de educación y extensión efectivas, Chaparro desarrolló sus destrezas fotográficas con el propósito de utilizarlas como un recurso didáctico y poder mostrar los impactos ambientales antropogénicos. A través de su lente, ha capturado imágenes de aves marinas, mamíferos marinos y otras formas de vida silvestre marina y costera. Sus fotos han sido utilizadas en las publicaciones del Programa Sea Grant y en otros productos y actividades educativas del Programa. “No me considero un fotógrafo pero reconozco que la suerte ha estado de mi lado en varias ocasiones y esas veces he estado en el lugar correcto y con la cámara en mano. Ha sido, para mí, un honor haber tenido la suficiente suerte de tener algunas de mis fotos publicadas.”

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Cristina Damaris Olán Martínez, MA [email protected]

Nació, se crió y actualmente vive en Mayagüez. Posee un bachillerato en Administración de Empresas con Concentración en Estudios Organizacionales y una maestría en Estudios Hispánicos, ambos grados de la UPR-Mayagüez. Comenzó a trabajar como editora en el Programa Sea Grant de la UPR en 2007, en los inicios de sus estudios de maestría. Actualmente, se desempeña como Coordinadora de Comunicaciones de dicho Programa. Allí está a cargo de la coordinación de trabajos en equipo, colaboraciones con otras instituciones y actividades, edición de textos, manejo de redes sociales y redacción de artículos y libretos, entre muchas otras tareas que realiza junto a un amplio equipo de trabajo del cual se siente muy orgullosa. Además, forma parte del Panel Asesor de Extensión y Educación del CFMC. Durante Desde pequeña, ha disfrutado de la escritura, de la naturaleza y de la vida en familia y en comunidad. Le fascina el mar y entiende que este le ha brindado oportunidades maravillosas de crear, escribir, soñar y sentirse libre. Entre sus pasatiempos, figuran el snorkeling y el arte marcial coreano Tae Kwon Do.

Alessandra Otero Ramos, MIS [email protected]

Posee una maestría en Ciencias de la Información de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Sus pasatiempos favoritos son: la fotografía, el diseño gráfico, practicar el encuadernado japonés, el origami y el kirigami. Como especialista de la información en el Centro de Recursos para la Información y la Educación Marina del Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico se ha enfocado en la organización, la digitalización y el acceso de los archivos fotográficos, así como en la creación de servicios de referencia virtual e instrucción al usuario. Ha creado además el Proyecto de digitalización de la Colección de Imágenes del Programa Sea Grant (www.flickr.com/people/seagrantpr-archives). El mismo documenta el desarrollo del Programa y su influencia en la evolución del campo de las Ciencias Marinas en Puerto Rico y en las Islas Vírgenes Estadounidenses. “Debemos informarnos adecuadamente sobre el uso responsable de los recursos naturales. También, debemos ser agentes del conocimiento en nuestras respectivas áreas. Como profesional de la información, me corresponde obrar para hacer visible y accesible la información. Máxime en esta era en la que se habla del derecho de acceso libre a la información para apoderar al ciudadano con el conocimiento. Como parte del equipo del Programa Sea Grant he tenido la oportunidad de trabajar en armonía con esta visión,” expresó. Durante los talleres de periodismo, ofreció una conferencia sobre búsqueda bibliográfica y apoyó a los participantes en sus búsquedas de información.

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Raúl Omar Ortiz Arroyo ("Pichón Duarte"), [email protected]

Posee un bachillerato en Teoría del arte de la UPR-Mayagüez y una maestría en Artes Gráficas del Atlantic College. En el Programa Sea Grant de la UPR (PSGUPR), se ha desempeñado como camarógrafo, editor de videos, artista gráfico y jefe de impresos. Es el editor de la Odiseas Marinas y de los documentales ¡Con sabor a Mayagüez! Perpetuando la herencia bombera y plenera mayagüezana y Don’t Stop Talking Fish. Junto a Oliver Bencosme Palmer, es productor de Burracas, una compañía independiente de videos de surfing. Pichón practica el deporte del surfing y es buzo certificado. En un futuro cercano, aspira a continuar adquiriendo experiencia como camarógrafo subacuático. Durante los talleres de periodismo, ofreció junto a Oliver Bencosme, una conferencia sobre fotografía y uso de la cámara. El mar es su pasión más grande y el lugar donde pudiera estar toda su vida.

Oliver Bencosme [email protected]

Su interés por la fotografía se remonta a la niñez. Su madre, aficionada a la fotografía, le regaló su primera cámara. Tanto ella como el padre despertaron su interés por el mar. Le enseñaron a disfrutar de la natación, del surfing y del buceo. Cámara, mar y talento innato—pulido mediante la práctica—lo condujeron a estudiar artes plásticas en la Universidad de Puerto Rico - Mayagüez, donde además se certificó como maestro. Desde 2008, ha ejercido como diseñador gráfico y fotógrafo del Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico. A través de su trabajo en Sea Grant, ha colaborado en publicaciones del Programa y de diversas agencias, compañías e individuos cuyos esfuerzos están enfocados en la conservación y en el uso sustentable de los recursos marinos y costeros. Durante los talleres de periodismo, ofreció junto a Pichón Duarte, una conferencia sobre fotografía y uso de la cámara. Para Oliver, documentar el archipiélago de Puerto Rico ha sido muy gratificante ya que esta actividad le ha brindado la oportunidad de conocer a científicos, pescadores, recreacionistas, turistas y usuarios de los recursos. En todos y cada uno, ha encontrado la pasión por la aventura y el asombro que se desprende de la cercanía con el entorno natural.

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Carlos J. Carrero Morales, [email protected]

Es natural de Rincón. Posee una maestría en planificación de la UPR-Río Piedras y es candidato doctoral en Historia de Puerto Rico y el Caribe en el Centro de Estudios Avanzados (CEAPRC). Actualmente, se desempeña como asistente de investigación en el Programa Sea Grant y en el Centro Interdisciplinario de Estudios del Litoral de la UPR-Mayagüez. Además, es facilitador de la Junta de Manejo de Reserva Marina Tres Palmas. Ha formado parte de los equipos de trabajos de redacción de los planes de manejo de: la Reserva Marina Tres Palmas en Rincón, la Reserva Natural del Canal de Luis Peña en Culebra, la Reserva Marina Isla Desecheo y el Refugio de Vida Silvestre Iris L. Alameda Martínez en Boquerón. También, ha formado parte de equipos de monitoreos socioeconómicos de Áreas Naturales Protegidas en Puerto Rico. Entre sus intereses de estudio están la relación socioeconómica de las actividades en las costas y el ambiente natural, la historia de los procesos transformación de las costas, el surfing y otras actividades recreativas en la costa. Es el compilador de la publicación Gremos locales, boyz y girlz: Sociología del surfing en Rincón. Ha publicado en las Revistas Atabey, Huella Ecológica y en los blogs del Centro Interdisciplinario de Estudios del Litoral y de la Asociación de Estudiantes Graduados de Historia del CEAPRC. Durante los talleres de periodismo ofreció una conferencia sobre etnografía a fines de que los participantes pudieran profundizar en sus destrezas de observación y documentación.

Francisco García-Moreno [email protected]

Se licenció en Filología Hispánica por la Universidad de Extremadura, España y obtuvo una Maestría y un Doctorado por la Universidad de Michigan State. Ha impartido clases de Lengua y Literatura españolas en España, Inglaterra, Estados Unidos y actualmente se desempeña como catedrático en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez donde imparte cursos de Redacción, Semiótica y Literatura Española. Dirige el Centro de Redacción en Español del RUM, surgido de una propuesta federal aprobada por Title V (Departamento de Educación de EEUU) en 2008 y ha ofrecido numerosos talleres y conferencias sobre los diferentes aspectos de la Redacción tanto académica como creativa. Ha publicado diferentes artículos en revistas profesionales de España, Estados Unidos y Puerto Rico y ha sido editor del libro Las múltiples caras de Cortázar y de la colección de relatos 18 piezas y 21 retazos. Antología de relatos, así como co-editor de las Actas del Primer Congreso Internacional de Literatura Virtual Iceberg Nocturno, 2007. Desde 1992, es parte del Consejo Editorial de la revista de crítica literaria Atenea. En el campo de la redacción creativa, merece especial mención la publicación de su libro La artesanía del cuento. Manual de narrativa corta (Preámbulo 2009, Isla Negra, 2014) donde presenta los diferentes aspectos de la creación narrativa y ofrece una gama extensa de ejercicios para desarrollar la escritura. De igual forma, ha publicado cuentos y poemas en diferentes revistas y la colección de cuentos El mercader de libros (Preámbulo, 2014). En este mismo campo, ha obtenido diferentes reconocimientos a su labor creativa como el primer premio del II Concurso de Plagio Creativo organizado por la Escuela de Escritores, Madrid; primer premio del Certamen de poesía Árbol de la Vida y una mención honorífica del Certamen de Poesía organizado por el Ateneo Puertorriqueño, 2006. Finalmente, es autor de la novela El secreto de El Guerrero del Antifaz (Calamar, PR 2014 y Editora Regional Extremeña, España 2015).

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Bárbara M. Báez Marí[email protected]

Posee un bachillerato en Ciencias Políticas, con concentración en Relaciones Internacionales de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez (UPRM). Actualmente, estudia Derecho en la Pontificia Universidad Católica de Ponce. En la UPRM, se desempeñó como tutora del Centro de Redacción en Español (CRE) y como moderadora de los talleres de redacción periodística. Sus intereses de investigación giran en torno a los campos de política, criminología y política pública. Como parte de su bachillerato, realizó la investigación Percepción de una muestra de agentes investigadores: Implicación que genera la opinión pública en el proceso de investigación en los casos de crímenes violentos en la región oeste-sur. Además, trabajó en el programa PAIS, bajo la mentoría del doctor Edwin Asencio Pagán, en la investigación Percepción ciudadana: factores que influyen en la reelección y en el desgaste político en una muestra de alcaldes de la región suroeste y noroeste de Puerto Rico. Disfruta de leer, escribir y pasear por la playa. “Nuestros recursos marinos y costeros resultan ser de gran importancia no solo por lo que nos ofrecen, sino porque fungen como excelentes anfitriones al momento de extendernos una invitación a conocer sobre la naturaleza que nos rodea. Me parece que como parte esencial de nuestra formación, debemos dedicar un tiempo significativo a fomentar el amor y el respeto por nuestra naturaleza, ya que de lo contrario careceríamos de varios elementos necesarios para vivir una vida llena de plenitud. Es por eso que no existe mejor forma de hacerlo que a través de nuestros recursos marinos y costeros. Visítalos, te invito a vivir y a disfrutarlos,” puntualizó la joven.

Mariana González González, [email protected]

Posee una maestría en edición impresa y digital de la Universidad Autónoma de Barcelona. La vida universitaria, por otro lado, la conoció en todo su esplendor durante su bachillerato en Estudios Hispánicos en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez (UPRM). Su tiempo libre lo dedica al diseño editorial, a trabajar con autores independientes, a leer buena literatura y a visitar cafés. El lazo con el Programa Sea Grant Puerto Rico surgió durante su último año como tutora en el Centro de Redacción en Español de la UPRM. Se le ocurrió que las ciencias marinas y el CRE podían combinarse, así que propuso una pequeña fusión entre ellos. “¿Cuánta inspiración no ha dado el mar a la literatura? Preguntarle sino a Storni, a Neruda o a Alberti,” expresó. Entonces, gracias a la fusión entre los dos equipos, surgió la colaboración del CRE en este nuevo número de la revista Marejada. Al culminar sus estudios graduados, Mariana se unió al equipo Sea Grant Puerto Rico donde trabaja como editora autónoma.

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Aldo I. Salazar [email protected]

Estudia un bachillerato en Microbiología Industrial en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez. Durante los últimos dos años, ha trabajado como tutor del Centro de Redacción en Español del proyecto CIVIS en el cual se ofrece ayuda a la comunidad universitaria en distintos ámbitos de la redacción. Asimismo, se imparten diversos talleres los cuales se enfocan en distintos ámbitos de la redacción, de los cuales es moderador de los Talleres de Redacción Periodística. Trabaja en el Laboratorio de Extremófilos en Puerto Rico a cargo del doctor Rafael Montalvo en el cual estudia la represión catabólica de hidrolasas glucosídicas en concentraciones de más de 20% de salinidad usando como modelo la arquea Halogeometricum borinquense. Dichas enzimas proveen un gen homólogo incidente en la diabetes tipo II, por lo que un mejor entendimiento permitiría mejorar el tratamiento de esta enfermedad. Dentro de sus pasatiempos preferidos se encuentra la música, la natación y la lectura. “Las playas y zonas adyacentes poseen una gran biodiversidad que conforman complejas cadenas tróficas, así como una gran diversidad de relaciones simbióticas de las cuales el ser humano es el principal factor de riesgo. El poder entender mejor estas relaciones biológicas, permitiría un mejor uso de los recursos marinos sin afectar actividades económicas como la pesca o el turismo. Así pues, la conservación de estos recursos debe ser una prioridad, no solo por su valor económico, sino por su importancia en los nichos de la ecología marina,” expresó.

Alejandra Santiago [email protected]

Cursa un bachillerato en Geología en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez. Recientemente, fue aceptada en una secuencia curricular en Estudios Literarios y Culturales de las Mujeres y el Género. Trabaja como tutora del Centro de Redacción en Español del proyecto CIVIS en el cual se ofrece ayuda a la comunidad universitaria en distintos ámbitos de la redacción. Además, se ofrecen talleres los cuales tienen enfoque en distintas áreas de la redacción. De estos, también es moderadora de los Talleres de Redacción Periodística. Participó en un internado con el United States Geological Survey en Lafayette, Louisiana en el cual trabajó en un proyecto sobre el cambio climático y su efecto en los pantanos de agua dulce. Como parte de este proyecto, tuvo la oportunidad de construir pozos de agua para medir la intrusión de agua salada por tormentas en estas zonas costeras y sus efectos en ellos. Por parte del Departamento de Geología, tuvo la oportunidad de viajar a Florida y Las Bahamas para estudiar los organismos marinos productores de sedimentos de carbonatos. Actualmente, dirije una investigación con muestras de estos sedimentos recolectados en las Bahamas. Parte de sus pasatiempos incluyen el snorkeling, ir a cuevas y “turistear” por Puerto Rico. “Es importante estar en la naturaleza para ver los efectos que los humanos hemos tenido en ella. Algo tan simple como hacer snorkeling te permite ver el estado crítico de los corales por causa de la huella humana,” comentó la joven.

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Liann I. Ruiz [email protected]

Cursa un bachillerato en Ingeniería Mecánica. Le interesan los temas relacionados a los sistemas de energía renovable, particularmente el potencial de los sistemas basados en la energía producida por las corrientes marinas. Disfruta mucho de leer y recrearse en los parajes naturales de Puerto Rico. “Conservar el ambiente no es un acto de generosidad o altruismo; es el reconocimiento de los derechos de todo ser viviente,” afirma la estudiante.

Nechelmarie Fernández Guzmán [email protected]

Es estudiante graduada y ayudante de cátedra del Departamento de Estudios Hispánicos de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez. Se graduó de bachillerato Summa Cum Laude y recibió el premio Eugenio María de Hostos en el 2012. También, tomó cursos del Programa de Preparación de Maestros de Escuela Secundaria e hizo su práctica docente en la escuela Segundo Ruiz Belvis de Hormigueros. Actualmente se encuentra trabajando en su tesis que abarcará el tema del narcotráfico en la literatura puertorriqueña, más específicamente en la novela de Elidio La Torre Lagares, Correr tras el viento. Se desempeña también como supervisora del Centro de Redacción en Español del RUM en donde trabaja como tutora desde el 2010. Como parte de sus labores en dicho centro, impartió talleres de redacción periodística y organizó conferencias en torno al tema con profesores y periodistas invitados. Ha publicado varios cuentos en la revista electrónica El vicio del tintero y ha trabajado en la traducción de artículos académicos, uno de ellos publicado en la Revista mexicana de investigación educativa. En el 2013, fue parte del Summer Insitute y el Advanced Summer Institute del MayaWest Writing Project, afiliado al National Writing Project, que busca el desarrollo de la enseñanza de la redacción en todos los grados y materias. Luego de terminar su grado de maestría espera continuar con el doctorado y eventualmente fungir como profesora en la Universidad pública del país. Además, interesa abrir una escuela elemental y secundaria que se enfoque en las humanidades, específicamente en las artes escénicas y la literatura.

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Emmanuel García Berrí[email protected]

Cursa un doble bachillerato en Física Teórica y Matemática Pura en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez. Entre sus intereses de investigación se encuentran los siguientes: el desarrollo de una teoría unificadora que enmarque las cuatro interacciones fundamentales y reconcilie las discrepancias entre la mecánica cuántica y la clásica; y la influencia de los procesos evolutivos por medio de la selección natural en el comportamiento individual y social de los individuos. En su tiempo libre, escribe poesía, toca guitarra y lee todo tipo de obras literarias. “La naturaleza, tan solo por su inefable majestuosidad y hermosura, es digno objeto de admiración y fuente de inspiración humana. Sin embargo, no es hasta que comprendemos la esencia de sus constituyentes, las complejas interacciones que dan lugar a la vida y la amalgama de procesos que abarcan el entorno de todo ser viviente, que realmente comprendemos la inmensurable grandeza que encierra en sus mecanismos. La vasta inmensidad del océano, el cual comprende una amplia extensión de la Tierra, es un recordatorio constante de todo lo que nos queda por conocer, explorar y descubrir; y que mejor de reciprocar a quien provee el sustento para la vida que conociéndolo, conservándolo y comprendiendo nuestro lugar entre la multiplicidad de organismos que compartimos un común hogar, siendo este la Tierra,” expresa Emmanuel.

Frances Marie Marín [email protected]

Actualmente, cursa una maestría en el área de Genética en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez. En su investigación, se encuentra evaluando cómo se diferencia la expresión de un gen, vinculado al autismo, en células humanas y de chimpancé. En el futuro, le gustaría continuar estudiando ya sea biología del cáncer o algún área en la cual se estudien genes relacionados a los distintos problemas que pueden afectar la fertilidad en la mujer. A Frances, le gusta ver Netflix durante su tiempo libre. “Realmente pienso que la clave para preservar nuestros recursos naturales y la fauna y flora en que habita en los ecosistemas, radica en la educación. Si las personas estuvieran más conscientes de la importancia de conservar nuestros recursos naturales, tendrían conductas más eco-amigables. De hecho, la educación es la herramienta más útil para producir cambios en el comportamiento de las personas. Por tanto, es necesario que desde tempranas edades se comience a educar a los niños acerca de la preservación y conservación de los recursos naturales; un niño con conciencia de protección hacia al medio ambiente no tan solo tendrá practicas eco-amigables, sino que involucrará a las personas que le rodean para que también lleven a cabo esas prácticas,” comentó la estudiante graduada.

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Frank X. Ferrer Gonzá[email protected]

Posee un bachillerato en Microbiología Industrial y, al momento de los talleres, se encontraba completando una maestría en Biología de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez. Actualmente, se encuentra cursando un doctorado en Ciencias Marinas en la Universidad de Georgia. Los temas vinculados a la ecología de ambientes de microorganismos marinos, a las interacciones entre bacterias y al fitoplancton figuran entre sus intereses de investigación. Durante su tiempo libre, disfruta de: la fotografía, correr bicicleta, practicar el snorkeling y el buceo libre, kayakear y realizar turismo ecológico. “Siéntate a escuchar, la naturaleza te quiere hablar,” comentó.

Nataly Camacho Rodrí[email protected]

Es estudiante de bachillerato en Ciencias de In-geniería Civil en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez. Su pasatiempo favorito es leer. Le gustan las lecturas y videos que le puedan brindar soluciones. Siempre trata de mantenerse al día sobre lo que ocurre en Puerto Rico y en otros países. También le gusta ayudar a la gente necesita-da y a los animales. “Como futura Ingeniera Civil, me preocupa la situación de nuestras costas y todo lo relacionado con ellas. Mis intereses de inves-tigación están enfocados a buscar y aplicar todas las leyes y posibilidades existentes para realizar en el futuro construcciones totalmente seguras tanto para las personas como para el ambiente en general. Además, mi interés es crear un proyecto donde se puedan ofrecer nuestras costas y playas no como un patio, sino como lo que son, una gran vista panorámica, respetando los límites y espacios necesarios para prevenir desastres más adelante. El propósito es que mis compatriotas logren obtener el conocimiento necesario para que podamos recuper-ar nuestras costas y no seguir ocasionando daños,” expresó la joven.

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Wanda M. Ortiz Báez [email protected]

Cursa un doble Bachillerato en las concentraciones de Microbiología Industrial y Biología de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez. Ha tomado cursos de ciencias marinas tales como Ictiología, Oceanografía y Ecología marina. Trabaja como asistente en el Centro de Recursos para la Información y Educación Marina del Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico. Su trabajo de investigación consiste en la realización de un inventario de las conchas marinas recolectadas desde la década de 1940 para la colección de invertebrados del Departamento de Biología (UPR-RUM) junto con la colaboración y supervisión del profesor a cargo Carlos J. Santos Flores, PhD. Sus mayores intereses académicos son la biología marina y, en especial, el estudio de los tiburones. Entre sus pasatiempos se encuentran pintar, bucear, hacer snorkeling y ser partícipe de lo que brinda la naturaleza.

Jan P. Zegarra, [email protected]

Posee un maestría en Biología de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez. Actualmente, trabaja para el Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre bajo el Programa de Especies en Peligro. Es del signo Piscis y fanático de toda la naturaleza. Obtuvo su primera licencia de buceo a los 17 años de edad en La Parguera, Lajas. Siempre le ha gustado la fotografía y, durante sus estudios graduados, comenzó a retratar debajo del mar. Su vínculo con el ambiente marino y la fotografía lo expresa de la siguiente manera: “No me puedo imaginar una vida separado del mar. Realmente es un reto poder fotografiar los organismos del mar lo más natural posible. La naturaleza no deja de sorprenderme y trato de capturar eso en mis fotos para compartirlo con los demás, ya que me preocupa lo desconectados que vivimos del mundo que nos rodea. Considero un privilegio las oportunidades que me brinda mi trabajo por la conservación de las especies en Puerto Rico. Igual le doy gracias a la madre naturaleza.”

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Ernesto M. Olivares Gómez, MSc [email protected]

Posee un Bachillerato en Geografía de la Universidad de Puerto Rico y una Maestría en Gestión Integrada de Áreas Costeras Tropicales del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad de Costa Rica. Trabajó como Coordinador del Programa de Monitoreo de Calidad de Agua por Voluntarios para el Programa del Estuario de la Bahía de San Juan, capacitando voluntarios través de esta iniciativa de ciencia ciudadana. Logró alianzas con grupos comunitarios al aplicar metodologías participativas de base comunitaria para la identificación de contaminación de fuentes difusas y puntuales en cuerpos de aguas afectados por descargas de aguas sanitarias y otros contaminantes. Actualmente, se desempeña como Coordinador de Educación de la Reserva Nacional de Investigación Estuarina de Bahía de Jobos (JBNERR, por sus siglas en inglés) de DRNA/NOAA. En su rol como educador, capacita maestros para que implementen dentro de sus salones de clases temas de educación ambiental y utilicen la reserva como un laboratorio vivo para desarrollar actividades educativas. En la faceta de educación comunitaria, le ha provisto a las comunidades circundantes a la Bahía de Jobos herramientas que le permiten un rol protagónico en la conservación y protección de los recursos naturales de la reserva. En el día a día, aplica herramientas educativas que utilizan la ciencia, para incrementar la conciencia ambiental de estudiantes y público general. Además, ha fungido como colaborador y voluntario para varias entidades ambientales no gubernamentales, universidades, grupos comunitarios y agencias estatales y federales. En este número de la revista, colaboró en la búsqueda de imágenes de JBNERR y proveyó información.

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Imagen del estuario de la Reserva Nacional de Investigación Estuarina Bahía de Jobos.

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¡Disponibles ya las guías curriculares sobre los ecosistemas del manglar y las praderas de hierbas marinas!

Las mismas contienen trasfondo, presentaciones explicadas, planes diarios, actividades, opciones de trabajo con o sin tecnología, hojas de trabajo, pre y postprueba y amplias listas de referencia, entre muchos otros recursos necesarios para el salón de clases.

Cada guía viene acompañada por un manual para estudiantes, un CD con todos los materiales de la guía y los cuentos de nuestro amigo Pepe Uca junto a sus respectivos libros de actividades. Las guías están alineadas a los estándares del Departamento de Educación de Puerto Rico, entidad que ya endosó el uso de estas en todas las escuelas del País.

Para obtener las guías, puede llamar a los números (787) 834-4726 o (787) 832-3585. También, puede escribir a [email protected].

Las praderas de hierbas marinas

GUÍA EDUCATIVA PARA MAESTROS

Administración (787) 832-3585 * Asesoría Marina (787) 832-8045 * Educación (787) 850-9385 * Comunicaciones (787) 834-4726 Página electrónica http://www.seagrantpr.org

GeoAmbiente... donde escuchamos la voz de la naturaleza.Sistema TV, Canal 40

Sea Grant Puerto Rico

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