manuales escolares colombia s. xix y xx

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MANUALES ESCOLARES Y CONSTRUCCIÓN DE NACIÓN EN COLOMBIA: SIGLOS XIX Y XX

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Manuales escolares

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  • MANUALES ESCOLARES Y CONSTRUCCIN DE

    NACIN EN COLOMbIA: SIGLOS XIX Y XX

  • Coleccin Escuela de Historia 25 aosBucaramanga, 2013

    MANUALES ESCOLARES Y CONSTRUCCIN DE

    NACIN EN COLOMbIA: SIGLOS XIX Y XX

    lvaro Acevedo TarazonaGabriel Samac Alonso

    Editores

  • Universidad Industrial de Santander

    Coleccin Escuela de Historia, 25 aosN 1. Manuales escolares y construccin de nacin en Colombia: siglos XIX y XX

    Editores: lvaro Acevedo Tarazona y Gabriel Samac Alonso

    Direccin Cultural Universidad Industrial de Santander

    Rector UIS: lvaro Ramrez GarcaVicerrectora Acadmica: Janeth Aid Perea VillamilVicerrector Administrativo: Luis Eduardo Becerra ArdilaVicerrector de Investigacin y Extensin: David Alejandro Miranda MercadoDirector de Publicaciones: scar Roberto Gmez MolinaDirector Cultural: Luis lvaro Meja Argello

    Diseo: Cart Spim / [email protected]: Divisin de Publicaciones UISComit Editorial: Gabriel Samac Alonso, lvaro Acevedo Tarazona, Armando Martnez y Luis lvaro Meja A.

    Asistentes editoriales: Sol Caldern Patio y Rolando Humberto Malte Arvalo

    Primera edicin: Abril de 2013

    ISBN: 978-958-8777-37-5

    Direccin Cultural UISCiudad Universitaria Cra. 27 calle 9.Tel. 6846730 - 6321349 Fax. [email protected], ColombiaImpreso en Colombia

  • 7ContenidoPresentacin

    Introduccinlvaro Acevedo Tarazona y Gabriel Samac Alonso

    Captulo I. Los secretos y engaos de las historias nacionales del siglo XIX: el caso de Jos Antonio de Plaza y las memorias para la historia de la Nueva Granada.Silvia Juliana Rocha Dallos

    Captulo II. La gua de institutores de Romualdo Guarn y la formacin de maestros en la reforma instruccionista de 1870.Rolando Humberto Malte-Arvalo

    Captulo III. La historia escrita en el centenario de la independencia: Jess Mara Henao y Gerardo Arrubla 1910.Alejandra Constanza Barn Vera

    Captulo IV. Condiciones de posibilidad en un manual escolar de geografa: una mirada a lo institucionalJorge Alejandro Aguirre Rueda

    21

    81

    131

    173

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  • Captulo V. FORJANDO UNA PATRIA: Iniciativa de los Hermanos de las Escuelas Cristianas en Colombia 1920-1948Laura Victoria Rivas Ortz

    Captulo VI. Txicas o innovadoras?: Las representaciones de la nacin en los manuales escolares de historia de Colombia (1984 1986)Sol Alejandra Caldern Patio

    Captulo VII. Apuntes sobre autores, proceso de produccin y fuentes en los manuales escolares de ciencias sociales en los aos noventa en Colombia.Gabriel David Samac Alonso

    209

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    Coleccin Escuela de Historia 25 aos

    Presentacin

    En sus 65 aos de existencia la Universidad Industrial de Santander ha venido brindando cada vez ms espacios y acompaamiento a los estudios sociales y humansticos como parte de su proyecto educativo institucional. Baste recordar cmo en los aos sesenta se cre el primer programa relacionado con las Ciencias Humanas, y luego, desde los aos ochenta hasta entrado el siglo XXI, se configur paulatinamente una Facultad de Ciencias Humanas que hoy cuenta con varios programas de pregrado, especializacin y maestra. Precisamente, la Escuela de Historia cumpli el ao anterior sus primeros 25 aos de existencia, fecha de relevancia para nuestra institucin, pues constituye una de las principales experiencias acadmico-formativas de la UIS en el camino de consolidacin de las Ciencias Sociales en Colombia.

    Uno de los indicadores ms importantes en el mundo acadmico para dar cuenta del cumplimiento de la misin institucional de las universidades es la generacin de nuevo conocimiento. El apoyo a eventos acadmicos, ya sea en su organizacin o en la participacin de docentes y estudiantes, los programas

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    Coleccin Escuela de Historia 25 aos

    de becas y, en general, toda clase de estmulos para la investigacin, contribuyen al fortalecimiento de los programas y al posicionamiento de la universidad como institucin. Durante sus veinticinco aos de labores, la Escuela de Historia y sus profesores han contado con el respaldo de la institucin para difundir los resultados de sus proyectos de investigacin, especialmente por intermedio del Anuario de Historia Regional y de las Fronteras, el VI Coloquio de Estudios Histricos de los estudiantes del programa en su VI versin y varios libros publicados por la editorial de la Universidad.

    Entre ellos, cabe destacar las memorias, en texto impreso, del VIII Congreso Colombiano de Historia y, en versin digital, del XIII, organizados por la UIS y la Asociacin Colombiana de Historia en los aos de 1992 y 2006, respectivamente; la coleccin bibliogrfica dedicada a la historia de los procesos de poblamiento de las provincias de Santander y, ms recientemente, la coleccin bicentenaria de la independencia nacional con una produccin investigativa que supera la veintena de ttulos. A estos resultados se pueden sumar compilaciones de eventos acadmicos organizados por la Escuela de Historia, trabajos de investigacin de pregrado y maestra, compilaciones documentales como el libro sobre las constituciones santandereanas del siglo XIX y, ltimamente, una produccin de investigaciones y textos sobre la memoria del conflicto en Colombia y de la historia del tiempo presente o de nuestros das.

    Con motivo del primer cuarto de siglo de labores del programa de Historia, la Rectora y la Direccin Cultural de la Universidad Industrial de Santander se han propuesto apoyar una coleccin bibliogrfica que recoge algunos de los ms recientes desarrollos investigativos de profesores y egresados. El lector interesado encontrar obras sobre historia de la

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    Coleccin Escuela de Historia 25 aos

    educacin nacional en perspectiva regional, historia de la salud pblica, la justicia y la criminalidad, el hecho religioso, entre otros campos de reflexin historiogrfica que se vienen abriendo un lugar en Santander y el pas. Sin abandonar las tendencias ms importantes que han caracterizado la historiografa elaborada desde la UIS, dirigida a la historia poltica y regional, la coleccin que presentamos pretende ampliar el horizonte sobre el devenir regional y nacional con nuevas temticas de la historiografa actual.

    El volumen de esta coleccin fue editado por los profesores lvaro Acevedo Tarazona y Gabriel Samac Alonso, y rene trabajos de egresados de la Universidad dedicados a la historia de la educacin, todos convergentes en la importancia de los manuales escolares como dispositivos constructores de la nacin colombiana. Pese a que la historia de la educacin no ha sido uno de los campos ms trabajados por la historia profesional en Colombia, este volumen pretende compartir con la comunidad acadmica algunos estudios que se ocupan de la importancia de los manuales en la configuracin de la memoria y representaciones de los colombianos en sus dos siglos de existencia republicana.

    El lector de este libro encontrar reflexiones acerca de los manuales fundacionales de la historiografa colombiana como los de Jos Antonio Plaza, Jess Mara Henao y Gerardo Arrubla. Adems se incluyeron trabajos sobre el proceso formativo de los maestros decimonnicos, a propsito del estudio de un manual clsico en el contexto de la reforma educacionista de 1870 y el compromiso de algunas rdenes religiosas en la produccin de este tipo de artefacto cultural en campos como la Geografa y la Historia Patria. La historia reciente tambin se tuvo en cuenta en este libro con dos trabajos interesados en preguntarse por la ruptura o continuidad de las representaciones histricas en

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    Coleccin Escuela de Historia 25 aos

    manuales presentados como novedosos entre las dcadas de los aos ochenta y noventa del siglo XX.

    Con la publicacin de estos trabajos esperamos confirmar y mantener el compromiso de la institucin por contribuir no solamente con la promocin de los logros cientficos y profesionales de los docentes y egresados del programa de Historia, sino tambin por tender puentes de dilogo con la sociedad.

    Como rector de la Universidad Industrial de Santander, y conocedor de su configuracin histrica como la casa de estudios ms importantes del nororiente colombiano, me complace entregar a la comunidad de interesados en los temas histricos este nuevo proyecto editorial liderado por la Escuela de Historia y la Direccin Cultural de la Universidad Industrial de Santander. Esperamos que el oficio de los historiadores en la bsqueda de respuestas cada vez ms elaboradas sobre el acontecer permita hacernos a mejores y ms claros argumentos para disear el futuro de la institucin y, en la medida de nuestras posibilidades, de la regin y la sociedad colombiana.

    lvaro Ramrez GarcaRector

    Universidad Industrial de Santander

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    Coleccin Escuela de Historia 25 aos

    Introduccin

    Hace algunos aos, varias universidades del mundo iberoamericano se dieron a la tarea de crear una red que definiera una agenda investigativa centrada en el estudio sistemtico de los manuales escolares entre los siglos XIX y XX. Esta red articul profesionales de diferentes reas de estudios sociales de pases como Espaa, Portugal, Blgica, Argentina, Mxico y Colombia. Del pas, participaron activamente la Universidad Pedaggica Nacional y la Universidad del Atlntico, bajo el liderazgo de profesores como Martha Cecilia Herrera y Luis Alarcn Meneses. Los resultados de esta iniciativa global de investigacin y creacin de conocimiento sobre la historia de la educacin fueron libros, artculos en publicaciones cientficas, investigaciones para obtener ttulos a nivel de pregrado, maestra y doctorado y la digitalizacin de un conjunto de manuales de diferentes naciones producidos entre finales del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX.1

    1 Las bases del proyecto as como la informacin de sus ms impor-tantes logros se puede consultar en: http://hum.unne.edu.ar/investi-gacion/educa/alfa/index.htm [Consultada el 16 de febrero de 2012]. Para el caso espaol se puede consultar el siguiente portal que recoge todo el trabajo de la Universidad Nacional a Distancia UNED: http://www.uned.es/manesvirtual/portalmanes.html [Consultado el 18de marzo de 2012]

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    Esta dbil participacin colombiana en redes especializadas en trabajos con base en manuales escolares es la muestra patente del lugar que ocupa la historia de la educacin en el campo historiogrfico nacional. Generalmente, los trabajos que se han ocupado de esta temtica se enmarcan en facultades o departamento de Educacin en el interior de universidades dedicadas a la formacin de maestros.2 Afortunadamente, los investigadores consagrados en sacar estas temticas del olvido procuraron crear espacios de difusin y actualizacin acadmica tales como las revistas de educacin en las que dan cabida a textos de contenido histrico.3 Esto no significa que en los departamentos de historia las investigaciones sobre la trayectoria de la educacin a nivel regional o nacional estn proscritas, aunque carecen de atencin debido al inters en otras reas de la historia.

    Experiencias como la espaola, la argentina y la francesa demuestran que s es posible desarrollar lneas de investigacin en historia que tomen como fuente

    2 Nos referimos claro est a la importante experiencia de la Universi-dad Pedaggica Nacional que no slo dedica sus recursos a la formacin de las nuevas generaciones de educadores sino que no ha abandona-do la investigacin educativa y social cuyo eje es la educacin. En el mismo sentido podemos mencionar los casos del doctorado interinsti-tucional RUDECOLOMBIA que aglutina universidades con facultades o escuelas de educacin y que ha posibilitado el desarrollo de algunas investigaciones importantes sobre las escuelas normales, la formacin de maestros, las elites intelectuales, la historia de la universidad, entre otros temas. Mencin aparte merece el caso de la Universidad de Antio-quia que viene fungiendo como epicentro del grupo de investigaciones sobre la prctica pedaggica a cargo de Olga Luca Zuluaga, en el que adems han trabajado por varias dcadas acadmicos de la talla de Javier Senz Obregn, Alberto Martnez Boom y scar Saldarriaga, por citar tres nombres. Ver: http://historiadelapracticapedagogica.com/ y http://www.rudecolombia.edu.co/ [Consultado el 6 de febrero de 2012]3 Por citar algunos de los nombres ms conocidos podemos mencio-nar: Revista Colombiana de Educacin de la UPN, Revista Educacin y Pedagoga de la UDEA, Revista de Historia de la Educacin Latinoame-ricana y Revista de Historia de la Educacin Colombiana del doctorado Rudecolombia.

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    prioritaria los manuales escolares. Las obras de autores como Agustn Escolano Benito, Rafael Valls Montes o Gabriela Ossenbach en Espaa, o en Argentina la labor desarrollada por Rubn Cucuzza y el proyecto Emanuelle en Francia estn en la base de las actividades emprendidas en nuestro pas con base en este tipo de artefacto cultural.4 Por citar un par de casos, el libro de Alba Patricia Cardona titulado La nacin de papel: Textos escolares, lectura y poltica. Estados Unidos de Colombia, 1870-1876, es la muestra fehaciente de un buen trabajo histrico que tom como eje el anlisis de los textos escolares de enseanza de lectura para auscultar la formacin de la cultura poltica, el espacio pblico y los procesos de construccin de ciudadana como parte de la inacabada invencin de la nacin.5 Caso similar lo encontramos en el texto de Martha Herrera, Alexis Pinilla y Luz Marina Suaza sobre la formacin de la identidad nacional a travs de los manuales escolares de Ciencias Sociales en la primera mitad del siglo XX en Colombia.6

    Si bien el propsito de esta breve presentacin no es realizar un balance sobre la produccin historiogrfica en torno a estos temas7, es necesario contarle al lector

    4 ROMERO, Lus Alberto (Coord.) La Argentina en la escuela: la idea de nacin en los textos escolares. Buenos Aires: Siglo XXI, 2004, p. CU-CUZZA, Hctor Rubn. Yo Argentino: La construccin de la Nacin en los libros escolares (1873-1930). Argentina: Universidad Nacional de Lujn/Mio Dvila, 2007 y ESCOLANO BENITO, Agustn. Sobre la construc-cin histrica de la Manualstica en Espaa. En: Revista Educacin y Pedagoga. Vol. XIII. No. 29-30. Medelln: Universidad de Antioquia, p. 20-22.5 CARDONA ZULUAGA, Alba Patricia. La nacin de papel: Textos esco-lares, lectura y poltica. Estados Unidos de Colombia, 1870-1876. Me-delln: EAFIT, 2007. 6 HERRERA, Martha Cecilia, PINILLA, Alexis y SUAZA, Luz Marina. La identidad nacional en los textos escolares de ciencias sociales. Colom-bia 1900-1950. Bogot: UPN, 2003.7 SAMAC ALONSO, Gabriel David. Manuales Escolares y Nacin: Ba-lance bibliogrfico con pretensiones historiogrficas sobre el caso co-lombiano. Ponencia presentada en el V Coloquio de Estudios Histricos del Nororiente Colombiano. Bucaramanga, 2009.

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    que los textos reunidos en este volumen son deudores directa e indirectamente de estos esfuerzos acaecidos en diferentes lugares del pas y del espacio iberoamericano. Sin embargo, ello no agota la explicacin de por qu en una universidad como la Industrial de Santander, en su Escuela de Historia, surgi una tendencia que, -sin planearlo intencionalmente- convergi en una serie de preocupaciones respecto a la historia de la educacin, el lugar de los manuales escolares en la implementacin de los proyectos educativos y, en ltimas, en el papel de la educacin en la creacin de la nacin.

    Las historiadoras e historiadores que convergen en este libro tuvieron diferentes motivaciones acadmicas, personales y laborales para abordar, desde su formacin profesional, uno de los campos laborales ms recurrentes que se les presentan a los noveles historiadores en nuestro contexto: el espinoso objeto del mundo educativo. Podemos comentar dos grandes razones que impulsaron a los autores a investigar, escribir y difundir sus trabajos sobre los manuales de Pedagoga, Historia, Geografa y Ciencias Sociales para recibirse como profesionales de la ciencia histrica. De una parte, algunos de ellos fueron influenciados por el quehacer del docente en su ms temprana formacin a nivel secundario. Sus experiencias como sujetos educados en las escuelas normales orientaron los respectivos trabajos de grado o, en su defecto, sirvieron para desempearse en el mundo magisterial, a propsito de la configuracin de los saberes escolares y sus alcances polticos y culturales.

    Por otro lado, el inters por sacar de los anaqueles de la biblioteca de la universidad la historiografa profesional y los trabajos de grado, condujo a un grupo de estudiantes de la carrera de historia a fijar su atencin en la importancia que tena pensar la enseanza de la historia desde la historia de la enseanza. Un primer

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    Coleccin Escuela de Historia 25 aos

    acercamiento a este complejo mundo de la formacin de las nuevas generaciones fue posible gracias a la experiencia de compartir con estudiantes de educacin bsica algunos de los descubrimientos sobre el acontecer regional. La carencia de elementos propios de la pedagoga y la didctica nos convenci que se poda realizar un dilogo con la historiografa regional y quiz nacional desde nuestro perfil investigativo. A partir del estudio sistemtico de los manuales escolares, los proyectos educativos y en alguna medida los procesos de elaboracin de representaciones sobre el acontecer, el espacio y el deber ser ciudadano, surgieron varios trabajos de grado que cubrieron desde la segunda mitad del siglo XIX hasta las postrimeras del siglo XX.

    Como el lector se percatar, los trabajos reunidos en este volumen no pretenden erigir verdades inamovibles sobre una serie de temas que se encuentran en una fase germinal en materia investigativa. Tampoco hallar una unidad terica o conceptual, no slo porque el libro no es el resultado de un nico proyecto de investigacin, centralizado y dirigido por una persona que impusiera su visin de estudio, sino porque creemos tcita o explcitamente que no se puede restringir la investigacin histrica a modelos que sacrifiquen la riqueza documental e interpretativa a un conjunto de categoras a veces inaprehensibles. Esto no significa que los textos no tengan en cuenta reflexiones conceptuales y propuestas que enriquecen la lectura de la informacin primaria, cruzada con la escasa produccin historiogrfica que hay en el pas sobre estos temas.

    Inscritos en esta poca bicentenaria que cubre los aos 2010-2019, coyuntura histrica favorable para hacer balances de lo que ha sido la enseanza de la historia en el pas, este libro pretende ser una contribucin de la Escuela de Historia de la Universidad Industrial de

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    Coleccin Escuela de Historia 25 aos

    Santander a la ciudadana interesada en los temas de la educacin a nivel nacional y regional. Cualificar las reflexiones sobre las formas, mecanismos y proyectos educativos que, desde el Estado colombiano, se han diseado y puesto en marcha a travs del sistema educativo es otro de los propsitos que se trazaron los autores de esta obra. Con ello, ojal se pueda ayudar a dilucidar la compleja trama de intereses, avatares, marchas y contramarchas, que se han tejido en torno a lo que las sucesivas generaciones de colombianos y colombianas deban recordar de un pasado que se presentaba como compartido y por tanto, nacional; as como a las maneras que se propuso para la enseanza de la ciudadana ya fuese en el siglo XIX o a finales del siglo XX.

    Antes de enunciar brevemente los temas abordados en cada uno de los captulos, es necesario decir que aspiramos a que se desarrollen nuevas investigaciones que empleen los manuales escolares como fuente para la historia de la educacin. Algunos de los temas que se encuentran sin explorar y que podemos enumerar como parte de una agenda investigativa en construccin colectiva son: Las prcticas de lectura y en general el uso de los manuales por parte de maestros y estudiantes; el estudio de la industria editorial dedicada a la produccin de los textos escolares y, con ello, la reflexin sobre el papel de los autores, editores y equipos que en diferentes momentos histricos han elaborado estos artefactos culturales, estrategias didcticas y mercancas. Igualmente, los futuros trabajos podrn explorar reas diferentes a las del conocimiento social, pensando incluso en definir una lnea de estudios sobre la configuracin de los saberes escolares y la transposicin didctica; la pesquisa a periodos poco estudiados como el siglo XIX, los aos sesenta a ochenta del siglo XX o las primeras dcadas del actual milenio. En todo caso, y sin pretensiones de

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    crear una nueva disciplina en la joven historiografa profesional colombiana, anhelamos la consolidacin de una historia de la educacin que recoja lo mejor de sus tradiciones acadmicas y no se piense alejada de los procesos polticos, econmicos y sociales, sino como un campo en el que se anudan todas las tensiones histricas y que puede dar cuenta desde nuevos ngulos de cmo hemos llegado a ser una nacin.

    En el primer captulo, escrito por Silvia Rocha, se realiza un estudio historiogrfico de una de las obras histricas de Jos Antonio de Plaza, empleada en el mundo educativo del siglo XIX. Interesada en abordar la escritura de las obras histricas fundacionales como parte del proceso de creacin de una conciencia histrica nacional, Rocha estudia las condiciones de elaboracin de las Memorias para la historia de la Nueva Granada, mediante la reconstruccin detallada y crtica de las principales fuentes empleadas por su autor, para desentraar de esta manera la cadena de mediaciones presentes en ella. En el captulo nmero dos, Rolando Malte-Arvalo toca uno de los fenmenos educativos ms importantes del siglo XIX: la Reforma Instruccionista de los liberales radicales. Su objetivo central es, sin embargo, analizar el proceso de formacin de los maestros y las maestras normalistas, hecho por el cual se da a la tarea de analizar un manual de pedagoga elaborado por uno de los primeros pedagogos modernos de nuestro pas, el profesor Romualdo Guarn.

    Alejandra Barn Vera aborda en el tercer captulo uno de los manuales escolares ms importantes en la historia de la educacin colombiana en tanto dispositivo configurador de la memoria nacional. Nos referimos a la obra de los abogados antioqueos Jess Mara Henao y Gerardo Arrubla, quienes en el marco de la conmemoracin del centenario de la Independencia en 1910, escribieron la obra cannica en la enseanza

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    de la historia patria en Colombia. La autora inscribe su anlisis de contenido en el contexto histrico del concurso del que sali ganadora la obra en cuestin, al tiempo que destaca la creacin de una memoria centrada en la figura del hroe.

    Este mismo periodo es abordado tambin por Laura Rivas y Alejandro Aguirre. En trabajos individuales los dos investigadores se interesan por la produccin de manuales escolares llevada a cabo por los Hermanos de las Escuelas Cristianas en nuestro pas. Rivas aborda la nocin de Patria a partir del estudio de las disposiciones legales entre 1920 y 1948. El planteamiento central defendido en este captulo consiste en que el proyecto educativo agenciado por los Hermanos de las Escuelas Cristianas desarroll un alto componente de formacin patritica. La descripcin de tal iniciativa sirve de marco para la comprensin del contenido de los manuales escolares de historia, geografa y cvica elaborados por esta orden religiosa. Ms all de los proyectos polticos nacionales, la autora plantea que los estudiantes de la poca experimentaron una formacin catlica y patritica. Aguirre, caracteriza lo que denomina como las condiciones de posibilidad y de emergencia de uno de los manuales de geografa ms importante de la primera mitad del siglo XX, la Geografa Superior de Colombia del hermano Justo Ramn.

    La segunda mitad del siglo XX fue abordada a travs del estudio de los manuales escolares empleados en el pas a finales de los ochenta y la primera mitad de los noventa del siglo XX. Sol Caldern analiza la experiencia de tres textos que se presentaron como renovadores de la historia que se deba ensear en las escuelas colombianas, elaborados por autores vinculados a diferentes disciplinas sociales. En este captulo, la autora reconstruye a grandes rasgos un combate por la historia entre la tradicin acadmica

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    y la universitaria y describe las principales novedades de unos manuales calificados como subversivos por sectores acadmicos. Recuerda, adems, que tales intentos por superar la llamada historia de bronce se inscribieron en un proyecto educativo estatal que facilit esta apuesta revisionista.

    Por su parte, Gabriel Samac presenta un trabajo sobre el proceso de elaboracin de los manuales escolares de Ciencias Sociales en la primera mitad de los aos noventa. Con base en entrevistas, hojas de vida de algunos autores y los mismos manuales, el autor muestra cmo la Nueva Historia entr lentamente en el mundo escolar a partir de la contratacin de licenciados e historiadores profesionales, que en el marco de la lgica empresarial dominante, slo alcanzaron a realizar apretadas sntesis de los trabajos ms conocidos de la historia universitaria. Con este trabajo la Escuela de Historia de la UIS intenta ofrecer una visin panormica sobre lo que ha sido y puede ser una historia de la educacin en el pas en dos siglos de construccin de la nacin, proceso que se puede rastrear por intermedio de una fuente poco valorada como los manuales escolares empleados en la formacin de maestros y estudiantes.

  • Captulo I. Los secretos y engaos de las historias

    nacionales del siglo XIX: el caso de Jos Antonio de Plaza y las memorias para la

    historia de la Nueva Granada*

    Silvia Juliana Rocha Dallos**

    * El presente artculo es resultado de la investigacin denominada La escritura de los manuales escolares de historia en Colombia durante la segunda mitad del siglo XIX (junio, 2008), dirigida por el Dr. Armando Martnez Garnica, para optar al ttulo de Historiadora en la Universidad Industrial de Santander. ** Silvia Juliana Rocha Dallos, Historiadora de la Universidad Industrial de Santander, Magister de Historia de la Universidad de los Andes, y candidata a Ph.D en Lenguas Hispnicas y Literatura en Washington University in St. Louis.

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    Coleccin Escuela de Historia 25 aos

    Introduccin

    Durante el siglo XIX las naciones latinoamericanas compartieron la difusin de un proyecto poltico encaminado a la introduccin de un ideario nacional entre los diversos sectores de la sociedad. En el campo de la historiografa, ese proceso se tradujo en la escritura de las historias nacionales a mediados de siglo, cuando la formacin de los estados ya haba alcanzado una relativa estabilidad. Y aunque surgieron diversos obstculos en el proceso de creacin historiogrfica que postergaron dichas historias8, tambin existi una preocupacin historicista a lo largo del proceso de constitucin de los nacionalismos, ya que una cosa era el nacimiento de una conciencia nacional y su formalizacin en ciertos discursos de carcter histrico, y otra la estandarizacin de las historias nacionales como expresin de una conciencia histrica.

    La escritura de las historias nacionales no fue un reto simple: por un lado, supona una serie de decisiones y la divulgacin de respuestas en torno a cul pasado elegir, dnde establecer el origen, cmo marcar las etapas, cules obras seleccionar y con cules criterios

    8 GONZLEZ STEPHAN, Beatriz. La historiografa literaria del liberalis-mo hispanoamericano del siglo XIX. La Habana: Casa de las Amricas, 1987. p. 101.

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    Coleccin Escuela de Historia 25 aos

    determinar las obras nacionales; por el otro, implicaba la propagacin del ideario de la nacin a travs de diversos medios de difusin tales como la prensa, las fiestas patriticas, la palabra del maestro y las historias nacionales, textos que, a pesar de las dificultades para su circulacin, tuvieron una funcin esencial en la construccin del imaginario nacional9.

    Concebida la historiografa como el registro escrito de la historia, encargado de agrupar los trabajos de quienes se han ocupado de narrar la historia de los pueblos, es decir, los acontecimientos que han marcado hitos en el devenir de una nacin y se han considerado historiables10, el presente captulo intenta develar el proceso mediante el cual fue elaborado uno de los textos de historia de Colombia en el siglo XIX, haciendo nfasis 9 ALARCN MENESES, Lus. Ciudadana y nacin en los textos escolares colombianos del siglo XIX. En: Independencia y transicin a los estados nacionales en los pases andinos: Nuevas perspectivas. Memorias del Segundo Mdulo Itinerante de la Ctedra de Historia de Iberoamrica. Cartagena de Indias, Agosto 10 a 13 de 2004. Bucaramanga: Universidad Industrial de Santander, 2005. p. 177. Sobre este punto, debe citarse una tradicin de historias nacionales y una tradicin de manuales y compendios de uso escolar publicados durante el siglo XIX en Colombia. Dentro de las historias nacionales se cuenta con: SAMPER, Jos Mara. Apuntamientos para la historia poltica i social de la Nueva Granada, desde 1810, i especialmente de la administracin del 7 de marzo. Bogo-t: Imprenta del neogranadino, 1853. RESTREPO, Jos Manuel. Historia de la Revolucin de la Repblica de Colombia en la Amrica Meridional. Besanzon: Imprenta de Jos Jacquin, 1858. GROOT, Jos Manuel. Histo-ria eclesistica y civil de Nueva Granad. Bogot: Medardo Rivas, 1869. Dentro de los manuales y compendios se cuenta con: ACOSTA, Joaqun. Compendio histrico del descubrimiento y colonizacin de la Nueva Granada en el siglo decimosexto. Bogot: Imprenta de la Luz, 1848. QUIJANO, Jos Mara. Compendio de Historia Patria. Bogot: Imprenta de Medardo Rivas, 1883 BORDA, Jos Joaqun. Historia de Colombia contada a los nios. Bogot: Imp. de El Mosaico, 1872. BONILLA, Enri-que lvarez. Compendio de Historia Patria. Bogot: Imp. de Vapor de Zalamea, 1893. PALACIOS, Belisario. Historia de Colombia para uso de las escuelas primarias (1896), ACOSTA DE SAMPER, Soledad. Lecciones de Historia de Colombia. Bogot: Imprenta Nacional, 1908. 10 RENGIFO, Diana. El uso del lenguaje en la elaboracin historiogr-fica. (Los manuales escolares). En: Cifra Nueva, Enero-Junio de 2002. p. 46. Versin electrnica: http://saber.ula.ve/db/ssaber/Edocs/pube-lectronicas/cifra-nueva/anum15/articulo4.pdf [Consultado el 16 de no-viembre de 2007]

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    Coleccin Escuela de Historia 25 aos

    en los personajes y los acontecimientos establecidos, a la par del proyecto educativo frente al dominio poltico de la poca. Para ello, se examina un texto utilizado en la difusin de la historia nacional: las Memorias para la historia de la Nueva Granada, desde su descubrimiento hasta el 20 de julio de 1810, publicado por Jos Antonio de Plaza en 1850. Se aclara adems, que para la escritura de este artculo tambin se revis el Compendio de la historia de la Nueva Granada: desde antes de su descubrimiento, hasta el 17 de noviembre de 1831 (136 pginas), publicado en el mismo ao de las Memorias; empero, luego de examinarse ambos textos, se consider pertinente la utilizacin de las Memorias por ser un trabajo ms detallado, extenso, y que demuestra un ejercicio historiogrfico ms exhaustivo. Adems, el Compendio es una sntesis de las Memorias11 con una clara ampliacin en el rango temporal del relato, pues narra los hechos histricos de la Nueva Granada desde antes de su descubrimiento hasta el 17 de noviembre de 1831, fecha de expedicin de la Ley Fundamental de la Nueva Granada, mientras que las Memorias finalizan con la declaracin de Independencia en 1810.

    Este captulo tambin responde a tres preguntas. Primero: Quin fue Jos Antonio de Plaza? es decir, cun importante fue la participacin de este escritor en la vida nacional para que el gobierno le asignase la tarea de escribir una historia nacional?; segundo Cules fueron las principales fuentes utilizadas por Plaza a la hora de elaborar su texto? Y tercero Cules de los sucesos, acontecimientos y personajes de la historia de 11 El Compendio es un manual de historia con 136 pginas de ex-tensin, una introduccin escrita por Plaza y veinte captulos, cada uno con secciones finales de preguntas sobre su contenido. El primer captulo empieza en 1470 con la descripcin del reino de Bacat o Cun-dinamarca antes de la llegada de los europeos, y el captulo XX termina con la convocatoria en 1827 de la Convencin de Ocaa. PLAZA, Jos Antonio. Compendio de la Historia de la Nueva Granada desde antes de su descubrimiento hasta el 17 de noviembre de 1831, Bogot: Imprenta de El Neo-Granadino, 1850. 136 p.

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    la Nueva Granada fueron relevantes para este autor? Tales cuestionamientos permitirn el reconocimiento de las fuentes histricas que fueron examinadas por Plaza, presentando las condiciones intelectuales en que se produjo la escritura de su texto, la relacin existente entre los rasgos biogrficos de su autor y la escritura de su obra, la descripcin y clasificacin de las obras empleadas en el relato de la historia segn su criterio.

    Por lo anterior, la importancia asignada a las historias nacionales en la segunda mitad del siglo XIX fue evidente: textos y compendios se convirtieron en estrategias a travs de las cuales se pretenda impulsar el proyecto de construccin de nacin, aquel que pasaba necesariamente por la existencia de una ciudadana que reconociera el poder de la escritura, erigida en el espacio de la ley, de la autoridad, y en la base fundacional del nuevo orden institucional12. Escribir textos y compendios histricos durante el siglo XIX significaba la materializacin del inters poltico y el compromiso con la narracin de un pasado que trataba de reconocerse en civilizaciones indgenas o en hazaas de conquistadores tras la bsqueda de la identidad nacional13.

    Las fuentes de la historia nacional

    Durante el siglo XIX, segn Norbert Lechner, el pasado era abordado de dos maneras muy distintas: mientras la historia mostraba un notable progreso 12 ALARCN MENESES, Lus. Construir la Repblica y redefinir el pue-blo. El discurso poltico en los manuales escolares colombianos del si-glo XIX. Revista Institucional del Observatorio del Caribe Colombiano. Versin electrnica. http://www.ocaribe.org/investigacion/historia_caribe/7/estado_educacion_1.htm [Consultado el 15 de diciembre de 2007]13 COLMENARES, Germn. La nacin y la historia regional en los pases andinos, 1870-1930. En: Varia. Seleccin de Textos. Bogot: Banco de la Repblica, 1998. p. 143.

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    como ciencia y disciplina institucionalizada en las universidades, tambin se produca una sacralizacin del pasado. De esta manera, no se construa la memoria nacional sobre la base de simples datos histricos, era necesaria una simbolizacin de lo ocurrido, reforzada por los monumentos y los museos nacionales. En los museos se produca la escenificacin del pasado, la interpretacin consagrada que pretenda fijar lo que era la historia comn y atar la identidad nacional a la memoria de ese pasado comn14, siendo esta la dimensin en la cual se inscribe la funcin de los textos de historia, dado que esas representaciones historiogrficas hicieron parte de dicho proceso de escenificacin.

    La funcin de las fuentes en este proceso fue fundamental durante la segunda mitad del siglo XIX, ya que a partir de la documentacin y de las obras histricas seleccionadas por los autores de las historias nacionales se cre y fij la representacin histrica de la naciente repblica. En este artculo se entiende la representacin histrica como el constructo diseado por los historiadores para darle sentido a una seleccin de datos provenientes de fuentes que remiten a lo que alguna vez tuvo presencia en un mundo que ha dejado de ser15. El producto del trabajo del historiador es pues una representacin de lo acontecido a una persona o a una sociedad, resultado de una peculiar interpretacin de las fuentes disponibles en tanto materia prima de la historia.

    El presente texto reconoce las fuentes utilizadas por Jos Antonio de Plaza en el proceso escritural de

    14 LECHNER, Norbert. Orden y Memoria. En: SANCHEZ GMEZ, Gon-zalo y WILLS OBREGN, Mara. (Comp.) Museo, Memoria y nacin. Bo-got: Ministerio de Cultura, 2000. p. 7015 MARTNEZ GARNICA, Armando. Reduccin de mediaciones en la en-seanza de la historia. En: Conmemoraciones iberoamericanas y ense-anza de la historia. Iber. Didctica de las Ciencias Sociales, Geografa e Historia. Barcelona: Gra, 2006. p. 39.

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    su historia nacional, llamando la atencin sobre los siguientes aspectos:

    a. Las fuentes utilizadas: crnicas de Indias, relaciones de mando, documentacin legal, memorias eclesisticas, historias particulares, informes de expediciones, diccionarios, biografas, escritos polticos, sumas geogrficas, manuscritos, cartas de viajeros, epistolarios, colecciones, peridicos y miscelneas.

    b. Los documentos empleados segn la periodizacin histrica determinada por cada autor: fuentes para la conquista y el descubrimiento, fuentes coloniales, y fuentes del Virreinato de la Nueva Granada y de la Independencia.

    c. Los autores de las fuentes: cronistas, historiadores, conquistadores, eclesisticos, autoridades polticas, viajeros, antroplogos, gegrafos, publicistas, literatos y fillogos.

    d. El momento en que se escribieron esas fuentes.

    e. Otros aspectos como el idioma de las fuentes (latn, ingls, francs) y el lugar donde fueron halladas por los autores de los manuales.

    De las fuentes empleadas en la escritura de esta historia, se estudian tambin los criterios de seleccin de Plaza, a la par de las caractersticas que buscaba en los diferentes documentos y fuentes interrogadas y contrastadas.

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    Las fuentes de las Memorias para la historia de la Nueva Granada: caractersticas generales

    Obra precursora en su gnero, el texto de Jos Antonio de Plaza sintetiz su valor historiogrfico en la inaugural bsqueda, seleccin e interpretacin de las fuentes documentales necesarias para escribir la historia de la Nueva Granada desde el descubrimiento hasta los nacientes acontecimientos del siglo XIX. Una detallada revisin al cuantioso nmero de manuscritos, relaciones y obras que hacan referencia a los sucesos acaecidos en el territorio neogranadino fue llevada a cabo por este escritor, a quien el pensamiento independentista, la designada historia de los magistrados espaoles, y la historia misma movieron a fijar las bases de la historia nacional hacia el ao de 1850.

    Escrita con fines polticos, incluso educativos, las Memorias para la historia de la Nueva Granada pueden definirse, luego de una observacin a las fuentes empleadas, como una historia crtica, capaz de condensar en un solo relato los acontecimientos y los personajes representativos de la historia neogranadina. El compromiso adquirido por Plaza, tanto con la comunidad educativa del pas como con los crculos de ilustrados de la Nueva Granada, hizo de su trabajo todo un reto en materia de investigacin histrica nacional, si se tiene presente que slo una obra preceda la publicacin de su texto, y que dicho compendio, escrito por Joaqun Acosta, haba sido impreso en Pars hacia 1848, lleg al pas veinte aos ms tarde y slo se dedicaba a la historia del siglo XVI.

    Son pocas las investigaciones dedicadas al examen completo de la obra historiogrfica y educativa de Jos Antonio de Plaza. Hasta el da de hoy se destacan tres monografas sobre el historiador: la primera (1989), contribuy al entendimiento de Plaza no slo como

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    un historiador liberal sino como un hombre pblico de mediados del siglo XIX que incursion en diversas actividades a la manera como se esperaba de un intelectual de la poca16. La segunda (2008), tiene como principal mrito el establecimiento de las fuentes utilizadas por Plaza para la redaccin de las Memorias17. La tercera (2012)18, propone como tesis que la publicacin en 1850 de las Memorias para la Historia de la Nueva Granada supuso el primer estudio comprehensivo de la historia colonial en el pas. Su autor sustenta, cmo gracias a las Memorias, Plaza alcanz la cspide de su carrera literaria, al cabo de 25 aos de escritura en los que public artculos periodsticos, folletos polticos, textos de estadstica y una novela. Las Memorias para la Historia fueron entonces el resultado de su carrera en la burocracia republicana

    16 COGOLLOS AMAYA, Claudia Silvia. Pensamiento y teora histrica de la Nueva Granada: Jos Antonio de Plaza y Racines, vida y obra. Tesis de grado. Bogot: Pontificia Universidad Javeriana: 1989, 304 p. Citada por AMAYA FERNNDEZ, Carlos Eduardo. Despierten al Progreso. Las Me-morias para la Historia de la Nueva Granada (1850) de Jos Antonio de Plaza (1807 1854). Bogot: Universidad de los Andes, 2012, p. 10. 17 ROCHA DALLOS, Silvia Juliana. La escritura de los manuales de his-toria en Colombia durante la segunda mitad del siglo XIX. Bucaramanga: Universidad Industrial de Santander, 2008, 210 p. Esta investigacin se divide en cuatro captulos. En el primero se dan a conocer las fuentes histricas que fueron examinadas por cuatro escritores de compendios e historia nacionales (Joaqun Acosta, Jos Antonio de Plaza, Jos Mara Quijano Otero y Soledad Acosta de Samper), presentndose la relacin entre los autores y la escritura de sus obras, la descripcin y clasifica-cin de las obras empleadas en el relato de la historia. En el segundo captulo se exponen las ideas sobre la Independencia colombiana que difundieron los autores de las historias y compendios nacionales. Aqu se observan las razones por las cuales los historiadores colombianos destacaron el proceso de Independencia, y las ideas que Plaza, Qui-jano Otero y Soledad Acosta difundieron sobre la Independencia. En el tercer captulo se expone la invencin y construccin de un nuevo suje-to histrico denominado la Colonia, presentndose la invencin colonial de la historiografa de la post-Independencia y la invencin colonial de la historiografa liberal. En el cuarto captulo se exponen los recursos y anotaciones de la enseanza de la historia que sirvieron para difundir las representaciones histricas contenidas en los manuales escolares durante la segunda mitad del siglo XIX. 18 AMAYA FERNNDEZ, Carlos Eduardo. Despierten al Progreso. Las Me-morias para la Historia de la Nueva Granada (1850) de Jos Antonio de Plaza (1807 1854). Bogot: Universidad de los Andes, 2012, 132 p.

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    desde 1827, sus estudios eruditos y su participacin en un proyecto poltico que en 1850 atravesaba su mayor auge. Plaza fue el historiador entre los hombres de Jos Hilario Lpez, y su obra dot a los liberales reformistas con la primera interpretacin de la historia general, segn afirma Carlos Eduardo Amaya Fernndez19.

    Adems de los trabajos anteriores, Plaza y su obra han sido comentados de manera muy breve por Jorge Orlando Melo y Bernardo Tovar en textos que repasan su contribucin al conocimiento del periodo colonial. Melo reconoce la importancia de Jos Antonio de Plaza como el primer historiador que intent ofrecer un relato completo de la historia de la Nueva Granada, y lo reprocha por no recurrir a los archivos virreinales de manera no muy sistemtica ni rigurosa, una acusacin que es, por lo dems, comn contra Plaza. Por su parte, Tovar explica cmo el primer intento de narracin del periodo colonial fue el realizado por Plaza en las Memorias. Segn este historiador, la principal motivacin de Plaza era llenar un vaco de conocimiento entre la juventud granadina y aclarar los prejuicios de los extranjeros respecto a la Nueva Granada. Para Tovar, las Memorias son una crtica moderada a la colonia y sus instituciones, cuya importancia fue el erigirse en el canon en cuanto a la interpretacin colonial20.

    Sobre las fuentes reconocidas por este autor no se tiene ms referencia bibliogrfica que sus Memorias y uno que otro comentario acerca de la utilizacin y posesin de los escritos de Gonzalo Jimnez de Quesada. Una previa descripcin de las fuentes histricas sobre las cuales construy Plaza su historia pone de relieve la diversa documentacin y el arduo trabajo de rastreo que se llev a cabo en la consecucin de ciertos manuscritos y en la bsqueda de algunos escritos inditos de considerable

    19 Ibd. p. 7.20 Ibd. p. 10.

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    importancia, segn el juicio del autor. As, prefiri Plaza las obras de cronistas e historiadores como Gonzalo Jimnez de Quesada, el obispo Lucas Fernndez de Piedrahita, el poeta Juan de Castellanos, fray Pedro Simn, el fillogo fray Bernardo de Lugo, fray Alonso de Zamora, el padre Jos Gumilla, o el padre Jos Cassani, junto a una serie de documentos de carcter legal como los informes de virreyes, legislaciones, capitulaciones y relaciones de expediciones del tiempo de conquista y descubrimiento. A pesar de que este historiador no ilustr al lector sobre los pasos especficos de su proceso de seleccin de fuentes histricas, un acercamiento a los apartados tomados de cada obra, permiti la identificacin de algunos de los criterios por los cuales se eligi a una u otra fuente y autor.

    En el quehacer historiogrfico de Plaza se advierte un conocimiento especial y relativo a las ciencias auxiliares de la historia, a saber, la cronologa, la genealoga, la etimologa (particularmente la toponimia), la paleografa y la diplomtica. Esto se percibe no slo en la descripcin de lugares, en la exactitud de los linajes de los conquistadores que vinieron al Nuevo Reino, o en la puntualidad de las fechas de los acontecimientos, sino tambin en la interpretacin de documentos de los siglos XVI, XVII, y XVIII. Se atendi a un autor versado en otras ciencias complementarias como la Economa y la Estadstica. En este contexto, fue notable el examen hecho por Plaza a los informes de las administraciones virreinales de la Nueva Granada, en los cuales expuso los movimientos y reformas de la Real Hacienda; el comercio, las exportaciones e importaciones, la explotacin de minas y el incremento o disminucin de los impuestos. Asimismo, fueron incluidas reseas histricas de los tributos, de las instituciones del rgimen mercantil neogranadino, y algunas de las determinaciones comerciales acogidas durante el periodo virreinal en

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    la Nueva Granada. Para esta exposicin emple cifras, porcentajes, registros, censos y catastros referidos a las diferentes regiones del territorio, y en general, una gama de datos cuantitativos y de tcnicas analticas que le sirvieron como soporte de su investigacin.

    Una muestra de ello son las explicaciones de algunos temas econmicos en las Memorias:

    - Creacin del tributo de alcabala

    - Estado de las rentas fiscales en tiempos del virrey Pedro Messa de la Cerda.

    - Incremento y apertura de la exportacin del trigo de la Nueva Granada a las costas americanas por el virrey Manuel de Guirior.

    - Adopcin del reglamento de comercio libre para las colonias americanas, 1778.

    - Imposicin de reglamentos econmicos a los colonos por Juan Gutirrez de Pieres.

    - Estado general de la explotacin de oro en el virreinato.

    - Incremento del comercio libre entre Espaa y sus colonias.

    - Incremento de la exportacin de productos agrcolas del pas.

    - Estado general de la Real Hacienda y nmero de impuestos que agravaban los trabajos de los colonos.

    - Estado del sistema tributario bajo el virreinato de Antonio Caballero y Gngora.

    - Aumento del producto del laboreo de minas bajo el virreinato de Jos de Ezpeleta.

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    - Variaciones en el sistema tributario: aumento de los estancos e impuestos recaudados en la ltima dcada del siglo XVIII.

    - Estado general de las importaciones y exportaciones en el ao de 1802.

    - Estado general de los estancos de tabaco, aguardiente, naipes y plvora bajo el virreinato de Pedro de Mendinueta.

    - Ramos propios de la Real Hacienda y rentas recolectadas en las Cajas Reales. En este punto, nociones sobre: tributos de indios, diezmos, utilidades de amonedacin, bulas de cruzada, impuesto de timbre real, temporalidades de los Jesuitas, valor de oficios vendibles, medias anatas, mesada eclesistica, derecho de lanza, ramos de salinas, aduanas, tabaco, plvora, naipes y aguardiente.

    Plaza construy su propia representacin sobre la realidad poltica y econmica de los virreyes de la Nueva Granada, valindose de fuentes y registros histricos cualitativos y cuantitativos. Tal ejercicio, como normalmente se llevara a cabo por cualquier historiador, no presenta mayores innovaciones; lo que s llama la atencin en el quehacer historiogrfico de Plaza es la gran cantidad de informacin numrica dispuesta en cada punto, las considerables enumeraciones, los copiosos balances y los apartados dedicados al anlisis de las cifras de cada una de las administraciones virreinales, dando la impresin al lector de estar frente a un manual de estadstica o de historia econmica, y no ante una historia nacional. Frente ello, una duda nos surge: si este texto se encargara de complementar los contenidos del Compendio e iba, por consiguiente, dirigido a los alumnos de los recin constituidos Colegios Nacionales, cmo se explica el nfasis dado a la historia econmica de la Nueva Granada? Dos

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    justificaciones se ponen de manifiesto: en el primero de los casos, se tiene conocimiento del Decreto del 25 de agosto de 1850, expedido por el presidente Jos Hilario Lpez, por el cual fueron creados tres Colegios Nacionales en las ciudades de Bogot, Cartagena y Popayn, organizados en las escuelas de literatura y filosofa, de ciencias naturales, de fsica y matemticas, de artes y oficios, y de jurisprudencia21. En la escuela de literatura y filosofa se estableci por primera vez22 en nuestro pas la ctedra de historia especial de la Nueva Granada, dirigida por Plaza con base a su Compendio y a sus Memorias. A este historiador le fue tambin asignada la ctedra de Estadstica Universal23, as que buscando la concatenacin entre las dos asignaturas, Plaza enfatiz en la historia econmica y cit, a manera de ejemplo, la estadstica histrica neogranadina.

    El segundo punto se halla ligado al primero, ya que en esta misma legislacin se estableci la libertad absoluta de enseanza, y se suprimieron las universidades y grados acadmicos. Las universidades fueron convertidas en Colegios Nacionales, de ah que se necesitase una educacin intermedia entre la secundaria y la universitaria, cuyos conocimientos fuesen ms 21 Decreto del 25 de agosto de 1850 por el cual se organizan los Cole-gios nacionales. Captulo II: De las enseanzas, artculo 4. En: Compi-lacin de normas sobre la Educacin Superior. La Repblica Neogranadi-na. Vol. II parte II. Bogot: ICFES, 1974. p. 567. 22 Se habla que fue por primera vez instituida la ctedra de historia especial de la Nueva Granada, porque segn antecedentes presentados por Miguel Aguilera slo se haban dado dos intentos durante el gobier-no del General Francisco de Paula Santander para que la asignatura de historia fuese incorporada: 1 En el ao de 1826 se haba adoptado el clebre plan de estudios que abarcaba desde las escuelas de parroquia y cantn, hasta las facultades de carrera profesional. Inclyose en l la enseanza de principios de geografa, cronologa e historia, pero sin especificar la extensin de ninguna de estas asignaturas; y 2 en la Escuela de Medicina se cre la clase de historia, pero de esta ciencia. AGUILERA, Miguel. La enseanza de la historia en Colombia. Mxico: Instituto Panamericano de Geografa e Historia, 1951. p. 5. 23 Ctedra regentada con base en un manual creado tambin por Pla-za denominado Lecciones de estadstica, o testo de enseanza para la clase de esta ciencia hacia 1851.

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    complejos, por lo que los contenidos del texto de Plaza se ajustaban a este nivel educativo.

    Una caracterstica especial del trabajo de Plaza es el carcter testimonial de sus fuentes, pues era necesario que las elaboraciones histricas dieran cuenta de una historia objetiva que relatase lo ocurrido porque fue visto y vivido. Con esta condicin, se acerc a los escritos dejados por los testigos de la historia: ley a los cronistas que recorrieron el Nuevo Reino, estudi a los escritores que convivieron con los indgenas, investig las obras de aquellos personajes que participaron en la fundacin de pueblos, ciudades o conventos; indag las relaciones de los expedicionarios que se enfrentaron a los naturales, e interpret a algunos de los primeros historiadores neogranadinos. Entre sus fuentes preferidas estuvieron Gonzalo Jimnez de Quesada, Lucas Fernndez de Piedrahita, fray Bernardo de Lugo, y tres misioneros jesuitas: fray Alonso de Zamora, y los padres Jos Cassani y Jos Gumilla. A su juicio,

    [] pocos eran los trabajos histricos en los que se haba podido hallar algunas noticias acerca de estos pases, i por lo comn tan diminutas, tan descarnadas i tan faltas de criterio, que ellas no llenaban el inters de quien se tomara la pena de leerlos, porque ms de una vez se haba arrojado ya la pluma, perdida la esperanza de cumplir con este propsito24.

    La labor de este historiador puede definirse como concienzuda, incluso escrupulosa, teniendo que recurrir a otra clase de fuente y que ojear una infinidad de documentos para extraer aquello que luciera ms acorde con la verdad de los hechos y con el testimonio de lo acaecido. No fue entonces para Plaza una casualidad que 24 PLAZA, Jos Antonio. Memorias para la historia de la Nueva Gra-nada. Desde el descubrimiento hasta el 20 de julio de 1810. Bogot: Imprenta del Neogranadino, 1850. Introduccin del texto.

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    la genealoga y los lazos de parentesco le permitiesen valerse de un instrumento ms de investigacin histrica: la tradicin oral, fuente til en la construccin del relato histrico de la segunda mitad del siglo XVIII y de los primeros aos del siglo XIX. Recordemos que una de las razones por las cuales escribi sus Memorias fue la participacin de su abuelo materno, -Juan Antonio de Racines-, en la administracin virreinal de Jos Alfonso Pizarro, y la intervencin de su abuelo paterno, -Jos Antonio de Plaza-, en la administracin virreinal de Manuel de Guirior. Uno y otro, fueron testigos presenciales de los hechos de dos gobiernos en el campo de la Real Hacienda, especficamente, en la organizacin del sistema de estanco de aguardiente, el primero, y en la organizacin del estanco del tabaco, el segundo. As lo deja consignado en su obra:

    Bajo el ministerio de Fernando VI se acord el estanco del tabaco en la Nueva Granada segn los reglamentos que expidieron, i nombr de comisionado, para plantear el nuevo sistema, i de administrador general de este ramo a D. Juan Antonio de Rasines, abuelo materno del autor de esta historia, quien en calidad de tal llev a cabo el proyecto fiscal sin hacer uso de las terribles instrucciones que la corte haba expedido para castigar a los defraudadores, y teniendo la satisfaccin de presentar el primer ao un aumento en la renta de doce mil pesos, sobre el muy insignificante que producan los contratos antes celebrados. La inteligencia que despleg el comisionado, para plantear el estanco, su lenidad y medidas suaves con que lo llev a cabo, su indulgencia para con los que se hicieran acreedores a alguna clase de responsabilidad i las instrucciones oportunas que dict para regularizar el monopolio en todo el virreinato, le procuraron justos encomios de Guirior, quien

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    en su exposicin al virrei Flres habla del comisionado i administrador con debido elogio25.

    Tambin existi la posibilidad de que personalidades de la vida pblica, dados los cargos oficiales desempeados por este historiador, le proveyeran datos sobre determinados procesos histricos acaecidos en el siglo XIX.

    Clasificacin de las fuentes documentales de las Memorias

    A continuacin se catalogan las fuentes de la historia de Plaza.

    1. Manuscritos: Especial atencin merece uno de los escritos legados por el Adelantado Gonzalo Jimnez de Quesada, el Compendio Historial, texto escrito unos aos antes de su muerte en 1579. Alrededor de este manuscrito y su utilizacin por el autor de las Memorias se dedicar un apartado especfico, ya que Plaza fue culpado de robar la nica copia del Compendio Historial existente en la Biblioteca Nacional. Tal aseveracin ser refutada a partir de las supuestas citas de Quesada extradas de su relato.

    Un manuscrito empleado por Plaza llama la atencin debido a lo antiqusimo de su publicacin y su escritura en latn; se trata de una obra de fray Lus Lpez que data de la mitad del siglo XVI, en la cual se researon las riquezas obtenidas por Pedro de Heredia en el Sin, y cuyo nombre se desconoce. Sobre el religioso Lpez tan slo se sabe que fue Cronista de Indias, hizo parte de la Orden de San Francisco de Ass y que en desempeo de esta obligacin public varias obras dentro de las cuales se cita Instrvctorivm conscientiae duabus partibus, 25 PLAZA, Jos Antonio. Op. cit. p. 326.

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    fratre Ludouico Lopez in sacra Theologia Praesentato Ordinis Praedicatorum huius prouinciae hispaniae autore. Se omite si este ltimo tratado fue ledo por Plaza, no obstante, se tuvo conocimiento de un manuscrito de Lpez por la referencia en el texto a un antiguo historiador.

    2. Crnicas religiosas: Dentro de las llamadas crnicas religiosas seleccion Plaza las fuentes relativas a las misiones eclesisticas, destacando la labor desempeada por los religiosos de la Orden Franciscana y de la Compaa de Jess en las personas de fray Pedro Simn, el padre Juan Rivero, el padre Jos Gumilla y el cura Lucas Fernndez de Piedrahita, con sus respectivas obras: Noticias historiales de las conquistas de Tierra Firme en las Indias Occidentales (1627), Historia de las misiones de los llanos de Casanare y los ros Orinoco y Meta (1729), el Orinoco Ilustrado: historia natural, civil y geogrfica de este gran ro y de sus caudalosas vertientes (1741), e Historia general de las conquistas del Nuevo Reino de Granada (1688). Estos religiosos elaboraron dos tipos de historias: una general, en la que se condensaron los hechos acontecidos en el Nuevo Mundo y los sucesos acaecidos en el Nuevo Reino de Granada; y una particular, en la que se relataron los eventos relacionados con el arribo y establecimiento de las misiones religiosas en el territorio neogranadino.

    De este grupo de cronistas e historiadores rescat Plaza el inters lingstico y antropolgico, a la par de la incursin en la problemtica poltico-religiosa del proceso de colonizacin. Tales aspectos fueron difundidos en los textos escritos por estos eclesisticos y pueden esquematizarse en la informacin de cada una de sus obras:

    - Expusieron datos geogrficos y descripciones de parajes no explorados.

    - Dieron noticia de los pueblos indgenas y de los asentamientos donde desarrollaron su labor misionera.

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    - Informaron sobre los sacerdotes de la Orden que establecieron misiones.

    - En la mayora de los casos, los religiosos basaron sus obras en el relato de su propia experiencia, aunque tambin hicieron uso de los archivos de su Orden.

    - Mostraron comentarios y noticias sobre asuntos religiosos.

    As coment Plaza el trabajo realizado por estos eclesisticos en el Nuevo Reino:

    La heroica constancia de estos misioneros los llev sobre las aguas del Meta i el Orinoco, reduciendo con increbles trabajos i salpicados frecuentemente con la sangre de sus compaeros, que derramaban los feroces indgenas de aquellos pases, a muchas tribus que vagaban en esos inmensos desiertos. Los caribes, araucas, palenques, mapoyes, paos, mapuyes, otmacos, quirrubas, o maguas i otras muchas parcialidades recibieron el agua del bautismo i se sometieron a la vida en comn, fundndose poblaciones en los otmacos, barraguanes, mapoyes i otros Es probable que si el celo de estos misioneros no se hubiera entibiado, la causa de la civilizacin, que es la de la cruz, hubiera triunfado sobre la vasta extensin en que dominan el Orinoco y el Maran26.

    Tres dimensiones reconocidas en las crnicas de las misiones jesuitas condujeron a Plaza a integrar esta clase de documentacin en su obra, a saber, una dimensin natural, una dimensin civil, y una dimensin geogrfica. Los jesuitas, por lo general,

    26 PLAZA, Jos Antonio. Op. cit. p. 310

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    dividan sus obras en apartados con especial atencin en las riquezas naturales del territorio, en los indios de las zonas evangelizadas y en las descripciones del paisaje recorrido. Esta tendencia a incluir la naturaleza y las riquezas del Nuevo Mundo en obras de carcter histrico, muestra el inters que trajo por las cosas de Amrica, el espritu de la Ilustracin europea en estos historiadores - religiosos27. Entre los jesuitas, un primer modelo de crnica religiosa lo dio El Orinoco Ilustrado, una obra que encerraba informacin sobre la experiencia del religioso Gumilla entre los indgenas de esta zona.

    La consulta de las obras de los hijos de San Ignacio de Loyola permiti a Plaza la ilustracin de estos tems: 1. El tratamiento dado a los indgenas por los jesuitas en sus misiones; 2. Las misiones indgenas de los jesuitas en el Nuevo Reino de Granada; 3. El principio de asociacin instituido por los jesuitas en sus misiones indgenas; 4. Las restricciones en la conversin de infieles; 5. El estado general de las misiones jesuitas en la regin del Orinoco; y 6. Las misiones jesuitas y su negacin al rgimen de encomiendas impuesto por la legislacin espaola. En las Memorias se dedic un captulo exclusivo a la historia de la Orden de Loyola, -Captulo XIX-, demostrando su autor que estas fuentes fueron imprescindibles en la escritura de la historia neogranadina.

    De las obras de fray Pedro Simn y Lucas Fernndez de Piedrahita, ligadas a la escritura de la historia del Nuevo Reino de Granada y el territorio venezolano, se dir por el momento que Jos Antonio de Plaza nicamente las rese en dos ocasiones: cuando Gonzalo Jimnez de Quesada prende al zaque Quimuinchatecha, en el caso de Simn, y en lo relativo a los abusos de los frailes con los indgenas del Nuevo Reino, en el caso de Piedrahita.

    27 ORJUELA, Hctor H. Crnicas y Cronistas de la Nueva Granada. Bogot: Guadalupe, 2004. p. 123.

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    3. Estudios especializados sobre indgenas: los fillogos del Nuevo Reino de Granada: Como lo ratific Jos Mara Vergara y Vergara en su Historia de la Literatura en Nueva Granada (1867), el estudio de las lenguas indgenas perteneci exclusivamente a la iglesia28. Inicialmente fueron los dominicos, en cabeza de fray Bernardo de Lugo, los primeros en crear mtodos y vocabularios de los que se servan para el trato y la evangelizacin de los indgenas; luego vinieron los jesuitas, a quienes se debe los pocos testimonios filolgicos de los indgenas de la regin del Orinoco y quienes fueron los nicos misioneros que se adentraron en esta parte del territorio. De uno y otro de los trabajos elaborados por estos religiosos hizo uso Jos Antonio de Plaza, extrayendo la informacin pertinente a los captulos dedicados a los muiscas y a la Orden de San Ignacio de Loyola.

    Segn remite Plaza, hasta el ao de 1604 en el Nuevo Reino de Granada, no se tom un inters positivo en reducir la lengua chibcha a principios gramaticales, y no habiendo buenas escuelas para ensear el castellano, muchos de los naturales slo se podan expresar en su lengua nativa y era forzoso recurrir a intrpretes para entenderlos; tal situacin, se convirti en solicitud del presidente Juan Borja, encomendndose al padre Bernardo de Lugo para que redactase una gramtica de esta lengua. Dominicano y hombre entendido en el idioma muisca, el padre Lugo public su trabajo en Madrid en el ao 1619, con el ttulo Gramtica en la lengua general del nuevo Reyno, llamada mosca, compuesto por el padre Fray Bernardo de Lugo, predicador general del orden de predicadores y catedrtico de la dicha lengua, en el convento del Rosario de la ciudad de Santa Fe29. La opinin del historiador 28 VERGARA Y VERGARA, Jos Mara. Historia de la Literatura en Nueva Granada. Desde la Conquista hasta la Independencia. Con notas de Antonio Gmez Restrepo y Gustavo Otero Muoz. Tomo I. Bogot: Presi-dencia de la Repblica, 1958. p. 150. 29 Jos Antonio de Plaza en sus Memorias describi la organizacin del

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    Plaza acerca del conocimiento filolgico de Lugo fue notable:

    Ninguno mejor que el padre Lugo pudo consagrarse a tan importante trabajo, pues tena un conocimiento profundo en dicha lengua debido al prolongado curso de aos que predic el evangelio a los muiscas en su mismo idioma, no solo en los destinos i curatos que sirvi sino en las calles y plazas i adems al profesorado que obtuvo i desempe por mucho tiempo en la enseanza muisca30.

    El inters por esta fuente fue tal, que Plaza seal la estructuracin completa de la gramtica, algunos apuntes biogrficos de este fillogo, incluso la traduccin al castellano de un epitafio perteneciente al sepulcro de Sugamuxi.

    A pesar de que la mayor parte de los manuscritos de los jesuitas se extraviaron con motivo de la expulsin de esta Compaa en 1767, y de la ocupacin de las casas de estos religiosos por las fuerzas republicanas que se refugiaron en los Llanos despus de la jornada de Cachir31, historiadores como Plaza vieron el valor historiogrfico del manuscrito de Lugo, nico en su gnero dedicado a la lengua de los muiscas, dndose a la tarea de preservarlo a travs del tiempo y de destacarlo entre las diferentes fuentes de la historia nacional.libro de Lugo, dejando ver lo completo del trabajo de este fillogo. Al respecto dijo: En el primer libro se ocupa rpidamente de las nocio-nes de ortogrfica, en seguida de las partes de la oracin i establece catorce modos de declinar. Recorre en seguida la estructura i compo-sicin de los verbos poniendo al auxiliar Chibcha Guy i exhibiendo las principales conjugaciones con notas ilustrativas sobre esta interesante parte de la gramtica. Pasa a hablar despus sobre las partes indecli-nables de la oracin i termina con un tratado de sintaxis, seguido de un apndice dialogado, para el mejor mtodo de confesar a los indios con el testo chibcha i la traduccin castellana. PLAZA, Jos Antonio. Op. cit. p. 57. 30 Ibdem. 31 VERGARA Y VERGARA, Jos Mara. Op. cit. p. 164.

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    Una fuente ms, de carcter lingstico, se distingue entre los libros primarios de la investigacin de Plaza: un diccionario indito sobre la lengua de los indios guajiros, del cual asever que un ejemplar exista en la Biblioteca de la Academia de las Ciencias de Estocolmo. Se desconoce el lugar donde consult este texto porque se ignora viaje alguno de este historiador a Suecia, y aunque Plaza intent convencer al lector de su conocimiento sobre la tradicin lingstica de los indios guajiros32, tampoco ofreci una informacin ms seria sobre esta fuente, su hallazgo, su contenido, su autor o su ao y lugar de expedicin.

    4. Una fuente en verso: la obra de Juan de Castellanos: La ms famosa composicin de Juan Castellanos, Elegas de varones ilustres de Indias, de 1589, fue distinguida por los estudiosos de la conquista del Nuevo Reino de Granada debido a su pulcritud gramatical y a su estilo de escritura en verso. En su obra, Castellanos narr los hechos de la conquista en 113.609 versos, divididos en cuatro partes: la primera, sobre los comienzos de la conquista y de la colonia; la segunda, sobre Venezuela, Cabo de la Vela y Santa Marta; la tercera, sobre Cartagena, Popayn, Antioquia y Choc; y la cuarta, sobre los hechos de la historia del Nuevo Reino de Granada, con nfasis en la narracin de la conquista de Bogot, Tunja y Guane33. De esta fuente

    32 Este fue su comentario sobre la lengua de los indios guajiros: De los diversos idiomas de estos indgenas, el goajiro ha sido reconocido por uno de los ms sonoros i suaves. Su fcil pronunciacin, la brevedad de sus vocablos, sin el confuso hacinamiento de consonantes en una sola palabra, ni la difcil inflexin de labios, ni la contraccin nasal al pronunciar, le han dado i con justicia la supremaca sobre todos los dialectos indgenas de la costa. El habla de este idioma es muy natural, las vocales fui frecuentes, las palabras cortas, regularmente de dos a tres silabas i muy raras que pasen de cuatro. PLAZA, Jos Antonio. Op. cit. p. 27. 33 CEBALLOS GMEZ, Diana Luz. Ficha Bibliogrfica de Juan de Cas-tellanos. Publicado por: Biblioteca Virtual del Banco de la Repblica. http://www.lablaa.org/blaavirtual/biografias/castjuan.htm. [Consul-tado el 30 de octubre de 2007]

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    slo examin Plaza el ltimo apartado, extrayendo el relato sobre el incendio del santuario de Iraca en la conquista de los chibchas. Prefiri el historiador Plaza las obras de otros testigos de la conquista como Gonzalo Jimnez de Quesada, y se opuso al juicio de historiadores como Juan Bautista Muoz (1745-1799), Lucas Fernndez de Piedrahita, Fray Antonio de Zamora y su contemporneo Joaqun Acosta, criticando severamente la obra del poeta y sacerdote Castellanos:

    Desgraciadamente este prelado granadino pervirti la veracidad de la historia, adoptando un confuso frrago de consejos sin criterio, i logrando solo el honor del hacinamiento de esos cuentos populares, consignados por otra parte en cantigas i en relaciones maravillosas inditas34.

    Ante lo enunciado, qu rasgos condujeron a Jos Antonio de Plaza a tachar la pluma de uno de los ms importantes cronistas que vinieron al Nuevo Mundo? A manera de rplica, se ponen de manifiesto dos razones: primero, el estilo literario que imponan las Elegas, pues no se puede pasar por alto que esta clase de escritura dificult la lectura de la historia de la Nueva Granada y restringi su entendimiento. En segundo lugar, Jimnez de Quesada era amigo de Juan de Castellanos, de quien saba que compona en verso una historia sobre la conquista de la Nueva Granada; empero, como lo confirma Germn Hermida Barrera, Castellanos era hombre de fe, prelado de Tunja, y escriba de a odas35.

    5. Relaciones de mando de virreyes y documentos legales: Si para Jos Antonio de Plaza la historia de la Nueva Granada no signific ms que la historia 34 PLAZA, Jos Antonio. Discurso Preliminar. Op. cit. p. XI. 35 HERMIDA BARRERA, Germn. Correras tras el Compendio Histo-rial o la perdida confesin de Ximnez de Quesada, 1574 - 2000. Re-vista Nmero. No. 37 (Jun-Ago, 2003). Artculo publicado en internet: http://www.revistanumero.com/Home%20Pages/Numero/37corre.htm [Consultado el 8 de junio de 2007]

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    de los magistrados espaoles, la gran variedad de referencias histricas que pudo hallar en los informes presidenciales y en las relaciones de mando de los virreyes neogranadinos, le permiti la exposicin parcializada de cada uno de los mbitos administrativos desarrollados por los sucesivos gobiernos, a la vez que le ofreci una serie de testimonios de primersima categora. La indagacin de estos documentos de carcter legal en la narracin de las administraciones polticas comprendidas entre Andrs Daz Venero de Leiva (1564-1575) y Antonio Amar y Borbn (1803- 1810), le facilit adems de los registros estadsticos, la informacin pertinente al avance, retroceso y estado general de los ramos de gobierno, destacndose:

    - El estado de los caminos y las vas de comunicacin.

    - La administracin de justicia.

    - La instruccin pblica: creacin de colegios e instituciones educativas; apertura de nuevas ctedras en el Reino.

    - La fundacin de pueblos y ciudades.

    - El estado de las misiones.

    - La pacificacin de los indgenas.

    - El estado de obras culturales: fundacin de peridicos, apertura de bibliotecas y teatros.

    - El estado de obras de beneficencia: estado de hospitales y casas de hospicio.

    - La legislacin emitida: decretos y leyes derogados o aprobados.

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    - Las obras materiales: ornato de la capital del reino, construccin de edificios.

    - El estado de la ciencia: organizacin de expediciones, informes topogrficos, geolgicos y geogrficos del territorio.

    - Otra informacin como: enfermedades en el Nuevo Reino; llegada de personajes de influencia cultural, poltica y cientfica; sucesos extraordinarios como terremotos o inundaciones.

    Siguiendo un patrn cronolgico, el relato de Plaza no difiri del verificado en estas fuentes legales, por tanto, la escritura histrica a medida que presentaba el estado de tales ramas administrativas, exhiba los sucesos acaecidos en las provincias y gobernaciones del Virreinato de la Nueva Granada. La narracin histrica se organizaba segn la jerarqua poltica y econmica de dichos lugares o de acuerdo al grado de importancia histrica de los eventos.

    A continuacin se presenta la forma como integr Plaza en su relato el contenido de las fuentes sealadas en un caso especfico: un informe del Virrey Caballero y Gngora sobre las medidas que se deban tomar en cuestin de vas de comunicacin en el Reino:

    De esta manera indicaba Gngora a su sucesor las grandes medidas que requera el fomento del pas: se enumeran la apertura de un nuevo camino de la salina de Chita, hasta la quebrada de Rionegro, en la cual construido un puente, as como en la que sigue que es el ltimo paso se podra llegar al puerto de San Salvador de Casanare, ro de fcil navegacin i que desagua en el Orinoco. Se podra facilitar la extraccin de

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    los frutos del Valle de Sogamoso, por el puerto de Macuco sobre el Meta, as como los de Ccuta hacia el interior de Venezuela, facilitando la navegacin del Uribante que sale al Apure i este concluye en el Orinoco. Con los buenos datos que se podran comunicar los ros Atrato i San Juan en su paraje ms estrecho por el medio artificial de la quebrada de la raspadura, aumentando el caudal de sus aguas con otras corrientes inmediatas, i de esta manera abrir un canal fluvial hasta el golfo de Urab36.

    En el ltimo lugar de esta clasificacin se cita un conjunto heterogneo de documentos oficiales, dentro de los cuales se contaron compendios legislativos, cartas reglamentarias, capitulaciones, pliegos y despachos gubernativos correspondientes al tiempo de conquista, y a sucesos tan relevantes del siglo XVIII como la Revuelta de los Comuneros. No obstante, como ocurri en varias de las fuentes catalogadas, en completo desconocimiento de las referencias bibliogrficas queda el investigador, porque Plaza no indic el archivo dnde las hall y mucho menos si estos documentos oficiales hacan parte de repertorios o colecciones. Si con algn obstculo tropez en la lectura de los informes y relaciones de mando, ste se relacion con el aspecto fsico de las fuentes, las cuales se encontraban manuscritas, del puo y letra de los mandatarios, demandando mayor observacin en el quehacer historiogrfico. Presentamos aqu algunos de los ttulos de la documentacin sealada en sus Memorias:

    - Capitulaciones sobre el descubrimiento del Nuevo Mundo firmadas por Cristbal Coln e Isabel La Catlica, 17 de abril de 1492.

    - Publicacin de una intimacin a los indgenas hechas por Alonso de Ojeda en la costa de Calamar, 1510. 36 PLAZA, Jos Antonio. Op. cit. p. 357.

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    - Reproduccin de algunas secciones de las Leyes Nuevas, promulgadas el 20 de noviembre de 1542, en las cuales se pretendi mejorar las condiciones de los indgenas de la Amrica espaola.

    - Promulgacin de leyes para el buen gobierno de los indios y sobre otros asuntos de religin, fundacin de ciudades y encomenderos, ao de 1554.

    - Orden del 25 de febrero de 1575 sobre las audiencias y los virreyes.

    - Despacho de empleo que evidenciaba el nombramiento del presidente Andrs Daz Venero de Leiva.

    - Pregn de la muerte del Oidor Andrs Corts de Mesa.

    - Ordenanzas de Venero de Leiva para el alivio de la raza indgena.

    - Ordenanzas del presidente Antonio Gonzlez para el mejor gobierno de los indios, diciembre de 1579.

    - Capitulaciones de Zipaquir, firmadas entre los Comuneros y las autoridades del Reino, 5 de junio de 1781.

    - Disposiciones del Cdigo municipal de Indias.

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    Jos Antonio de Plaza y el Compendio Historial de Gonzalo Jimnez de Quesada: los secretos historiogrficos de las Memo-rias.

    Conocimiento real, objetividad en el relato, verosimilitud histrica y fuente testimonial, estas fueron algunas de las cualidades documentales que probablemente condujeron a Jos Antonio de Plaza a incluir dentro de sus Memorias para la historia de la Nueva Granada algunos apartados del Compendio Historial escrito por Gonzalo Jimnez de Quesada en la etapa final de su vida, y alrededor de la conquista del Nuevo Reino de Granada. Sobre esta obra indita y su aparente utilizacin por Plaza son muchas las incgnitas que se han tejido, y son varios los autores que desde la segunda mitad del siglo XIX han intentado dar explicaciones sobre su paradero, estado, contenido, incluso su tiempo de relato y autor37.

    En este apartado dedicado a la exposicin de las fuentes del Adelantado usadas por Plaza en la elaboracin de sus Memorias, se presentarn tres aspectos relacionados con la documentacin y el quehacer histrico de este autor: el inters de Plaza por demostrar la supuesta utilizacin de los escritos de Quesada, las posibles conjeturas en que fue involucrado Plaza por citar en sus Memorias el Compendio Historial de Quesada, y el origen real de las referencias a la obra indita de Jimnez de Quesada en las Memorias.

    37 Entre estos autores puede citarse para el tiempo correspondiente al siglo XIX a Joaqun Acosta, Jos Mara Vergara y Vergara y Soledad Acosta de Samper. ltimamente autores como Eduardo Santa, Enrique Otero DCosta, Demetrio Ramos y Antonio Gmez Restrepo.

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    Los escritos del Adelantado como fuentes de la historia colombiana.

    Como lo refiere Eduardo Santa, a Gonzalo Jimnez de Quesada deben la historia y la historiografa colombiana pginas de hazaas, relaciones de encuentros indgenas y hechos memorables, as como los primeros bocetos de escritura histrica sobre la conquista y la colonizacin del Nuevo Reino de Granada. Quiz, lo que llam la atencin de Jos Antonio de Plaza, ms que las facetas presentadas por el Adelantado, fue entonces la conjugacin en un solo hombre, del cronista, el conquistador y el sujeto de la historia; ello, porque como lo atestigua la historia de la literatura colombiana, ante la figura de Gonzalo Jimnez de Quesada debe hacerse una excepcin que obedece a razones de ndole superior y que no puede extenderse a otros cronistas de procedencia peninsular como Antonio de Herrera, Gonzalo Fernndez de Oviedo, fray Pedro de Aguado, fray Pedro Simn o el padre Jos Gumilla38. Recordemos que Quesada se distingui no solamente en el campo de la historia, sino que tambin lo hizo en el del derecho, la filosofa y la administracin. Las palabras de Plaza sobre este caudillo fueron slo un ejemplo ms de su admiracin por la obra de quesadina:

    Quesada era firme i presto en sus resoluciones, de constante nimo para llevar a cabo sus proyectos, sufrido en los trabajos i de una constitucin orgnica privilegiada que enrobusteci con la vida activa i llena de privaciones i fatigas que llev por ms de treinta aos. De ndole bondadosa i afable, de amena e instructiva conversacin i de tal desprendimiento con los bienes de fortuna que solo los buscaba por

    38 Al respecto ver: GMEZ RESTREPO, Antonio. Historia de la Literatu-ra colombiana. Vol. 2. Bogot: Biblioteca Nacional de Colombia, 1946. p. 139.

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    satisfacer su vanidad aristcrata i sostener con brillo la posicin social en que estaba; pruebas de ello dio en su permanencia en Europa i los recursos pecuniarios que volvi a adquirir en la Nueva Granada los emple con toda beneficencia en el socorro de las clases indigentes i en fundaciones filantrpicas39.

    La importancia dada a la obra historiogrfica de Quesada la resalta igualmente Rafael Torres Quintero, editor de la obra El Antijovio40, para quien el acervo documental legado por el conquistador se reflej en el contenido, el estilo de escritura y la variedad de sus obras, destacndose entre ellas:

    - El Eptome de la Conquista del Nuevo Reino de Granada.

    - El Gran Cuaderno.

    - Indicaciones para el buen gobierno.

    - Anales del Emperador Carlos V.

    - Los Ratos de Suesca.

    - El Compendio Historial.

    - La Memoria de los descubridores y conquistadores que entraron a descubrir y conquistar este Nuevo Reino de Granada.

    39 PLAZA, Jos Antonio. Op. cit. p. 218. 40 El Antijovio trata de la refutacin a un libro contra los espaoles, del italiano Paulo Jovio, arzobispo de Nochera. Su nombre era Apunta-mientos y noticias sobre la historia de Paulo Jovio, por el Licenciado Gonzalo Jimnez de Quesada, Adelantado y Capitn del Nuevo Reino de Granada. Escribi Quesada 37 captulos en los que se van desarrollando los diversos temas que se propuso refutar, entre ellos, las comunidades de Castilla, la Junta de Calais, las Cortes primeras de Alemania, la pre-sa de Gnova, las gloriosas campaas de Italia, la campaa de Hungra, el saqueo de Roma por el Condestable de Borbn y los hechos de Tnez. La obra fue terminada entre los aos de 1568 a 1570.

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    - Los Sermones sobre Nuestra Seora41.

    Adems de algunas traducciones del latn, cartas al rey sobre el descubrimiento, conquista y colonizacin de estas tierras, memoriales, declaraciones y otros documentos de carcter jurdico y administrativo42. Aunque la mayor parte de las obras relacionadas se han perdido, de ellas se ha tenido noticia por las referencias que hacen los cronistas de Indias y por las transcripciones que otros escritores han hecho.

    De este mar documental dejado por Jimnez de Quesada, tom Plaza una obra en particular, el llamado Compendio Historial. Hasta donde las Memorias lo permiten ver, este escritor prefiri reunir en su gabinete un conjunto de piezas historiogrficas no slo fidedignas, sino tambin en lo posible, de autores contemporneos al espacio y tiempo tratados, escritores de renombre, ilustrados en el campo de la historia, o protagonistas de los sucesos acaecidos en el Nuevo Reino de Granada, siendo la obra de Quesada y el personaje en s mismo, fuentes de primersima categora. Las obras escogidas deban estar moderadamente liberadas de la cadena de mediaciones tan comn en las relaciones de conquista de frailes y cronistas que llegaron a la Nueva Granada haciendo parte de una expedicin, o por aquellos escritores que permanecieron en Espaa y se aprovecharon de la literatura y los documentos enviados a las imprentas peninsulares.

    En su Compendio Historial Jimnez de Quesada dio cuenta del pas y de los hombres con quienes tuvo contacto, acentundose esta cualidad sobre otras fuentes consultadas por Plaza. En la relacin de

    41 Para una descripcin detallada sobre el contenido y las referencias de cada una de estas obras, ver: OTERO DCOSTA, Enrique. Gonzalo Jimnez de Quesada. Bogot: Cromos, 1960. p. 15 - 96. 42 TORRES QUINTERO, Rafael. El Antijovio. Estudio Preliminar. Bogo-t: Instituto Caro y Cuervo, 1952. p.84-89.

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    Quesada observ el autor de las Memorias, la evidencia de un espectador que se pona de presente, es decir, Plaza advirti que se estaba desarrollando un tema indito en la historiografa, pues se trataba de describir a una nueva civilizacin indgena43, representada en este caso en el grupo chibcha. Del mismo modo, sostienen sus crticos, que el estilo de Jimnez de Quesada era de cronista excepcional, pues lo que a otros cronistas de Indias les faltaba de elegancia retrica, lo compensaba l con la evidencia del relato44.

    Mediante la indagacin de una fuente historiogrfica de las caractersticas del Compendio Historial, procur Plaza presentar a los crculos de ilustrados dos de los objetivos de su obra: por un lado, reconocer el valor documental del escrito del Adelantado, puesto de manifiesto en el conocimiento real que sobre el indio y la geografa del Nuevo Reino posea; y por otro, cimentar una historia nacional discrepante de la mencionada historia de los magistrados espaoles, con elementos propios, simbolizados en los chibchas, a quienes Quesada dedic un segmento primordial de su obra. Esta es una breve descripcin, segn Enrique Otero DCosta, de la que pudo ser la estructura temtica del Compendio Historial. Dicha organizacin, es el resultado de una pesquisa hecha a los autores que emplearon el texto de Quesada como fuente historiogrfica. La obra debi dividirse en dos partes, cada parte en libros y cada libro en captulos as:

    43 CARO MOLINA, Fernando. Resea crtica al ensayo Epitome de la conquista del Nuevo Reino de Granada por Manuel Lucena Salmoral. Bogot: Instituto Caro y Cuervo, 1967. p. 6. 44 SANTA, Eduardo. Jimnez de Quesada y Don Quijote de la Mancha. En: Boletn de Historia y Antigedades. Vol. XCII N 828. Marzo, 2005. p. 134.

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    PRIMERA PARTE

    LIBRO I: Que trata de la expedicin del Magdalena. Conquista de los moscas. Con nueve captulos conocidos.

    - Captulo I: En este captulo relat Quesada los sucesos de la poca comprendida entre la salida de Lugo para Santa Marta y la marcha de la expedicin hacia el sur en busca de tierras incgnitas.

    - Captulo II y III: Se referan a todos los sucesos ocurridos durante la travesa del ro Magdalena y las montaas del Opn hasta llegar a Vlez.

    - Captulo IV: Comprende los acontecimien-tos que se desarrollaron entre la entrada de los conquistadores al Nuevo Reino y la ejecucin de Juan Gordo.

    - Captulo V: Se relataba la primera campaa contra el Zipa.

    - Captulo VI: Expedicin al territorio de los indgenas Panches.

    - Captulo VII: Debi tratar de todo lo relacionado con el descubrimiento de las minas de esmeraldas y quiz tambin de la partida del Capitn San Martn a los Llanos.

    - Captulo VIII: Se trat del regreso de San Martn y del descubrimiento del Valle de Tundaza.

    - Captulo IX: Trataba de la expedicin a Tunja. Posiblemente terminaba con el saqueo a esta ciudad.

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    LIBRO II: Que trata de la descripcin fsica y poltica del territorio conquistado. Se conoce la existencia de diez captulos.

    De este Libro se conoce el contenido de los captulos IV y X:

    - Captulo IV: Se habla de la fauna neogranadina.

    - Captulo X: Se describen las costumbres de los Chibchas.

    SEGUNDA PARTE

    LIBRO I y II: Se ignoran sus captulos y contenido.

    LIBRO III: Que trata de los primeros tiempos de la Audiencia. Montao. Expedicin del Dorado (1550-1570). De este libro se tiene noticia haber contenido trece captulos.

    - Captulo II: Trata sobre el Snodo que se reuni en Santaf, ao de 1560.

    - Captulo IX: Se hacen algunas reflexiones sobre asuntos eclesisticos.

    - Captulo XII: Se mencionan algunos escndalos habidos entre espaoles e indgenas, ao de 1566.

    - Captulo XIII: Expedicin al Dorado, ao de 1570.

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    Pero sobre el significado historiogrfico del Compendio, antiguos y modernos historiadores se han pronunciado indistintamente, ratificando la cualidad de excepcional fijada tanto a la figura del Adelantado como a su texto. Debe tenerse en cuenta, que dentro del cuantioso nmero de relaciones elaboradas por cronistas y conquistadores, espaoles o neogranadinos, acerca de los sucesos del Nuevo Reino de Granada, los escritos de Quesada se establecieron como la fuente base para tra