manualanimadorsocial alinsky

8/8/2019 MANUALANIMADORSOCIAL AlinskY

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Saul Alinsky

Manual del animador socialUna accin directa no violenta

Presentado por Jean Gouriou. Traducido del americano al francs por Odile Hellier y Jean Gouriou.Traducido del francs al castellano por Abdessamad Lahib y Humberto Garca,

miembros de ANDALUCA ACOGE

Versin francesa, en 1976, original de:

ditions du Seuil27, rue Jacob, Paris VI

Estos materiales han sido elaborados gracias a:

INICIATIVA COMUNITARIA HORIZON

Proyecto: INSERCIN SOCIAL Y LABORAL DE LOSINMIGRANTES EXTRANJEROS EN ANDALUCA.

Promotor: Consejera de Trabajo y Asuntos Sociales.JUNTA DE ANDALUCA

Medida: FORMACIN DE FORMADORESEntidad Gestora: ANDALUCA ACOGE


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Ref.: ALINSKY.TRA /1

Presentacin

1. Quin es ALINSKY?

Alinsky es poco conocido en Francia

Chicago, 22 de marzo de 1971.Durante su estancia en Estados Unidos, va Ud. a trabajar en un centro comunitario que funciona

segn los mtodos de Saul Alinsky (a Saul Alinsky type organization)...

Para Nancy Keller, directora americana de un programa de intercambio de trabajadores sociales,esta frase era suficiente para precisar qu tipo de trabajo esperaba al animador francs al cual sediriga. Sin embargo, no era as para el animador francs. Quin conoca, en Francia, el nombre deAlinsky? Algunos iniciados, como mucho. Existe un solo grupo donde se usan los mtodos deAlinsky? Desde luego que no. Lo que no deja de sorprender, porque en Amsterdam, en Londres, enBerln nos encontramos -como en Chicago- organizers, animadores comunitarios para los que

Alinsky es un maestro que han aprendido a frecuentar en sus escuelas de trabajo social.

Acerca de estos mtodos anglosajones de trabajo comunitario, el animador francs podra haberconocido algunos libros, aparecidos aos antes, que hablaban de Alinsky y que le daban a veces ellugar que mereca: los libros canadienses de Jacque Grand'Maison, Vers un nouveau pouvoir,Montral, 1969, Stratgies sociales et Nouvelles Idologies, Montral, 1970, y sobre todo el deJean-Franois Mdard, Communaut locale et Organisation communautaire aux tat-Unis,Armand Colin, 1969, quien dedic treinta pginas a presentar el mtodo de estrategia conflictivade Alinsky en materia de organizacin comunitaria.

Desde entonces, pocos textos han abordado estos temas. Conocemos un artculo de Le Monde de

1971, un artculo deActuel de 1972 y una pgina de Cahiers de l'animation de 1973.

Es en su presentacin de los barrios sombros que inquietan a la Amrica contempornea dondeM. Claude Julien se refiere a Alinsky en un prrafo con un ttulo evocador, Les rats et les idiotspolitiques (Las ratas y los idiotas polticos):

Entre los contestatarios comprobados, la severidad de juicio no tiene nada de excepcional. Es unmilagro que los jvenes no quieran volver a inventar la rueda con el pretexto de que nos ha sido legadapor una sociedad burguesa y decadente, dice Saul Alinsky, sesenta y un aos, quien consagr toda suvida a los blancos pobres y a los negros. Deposit basura en la puerta de un concejal para llamar laatencin sobre las insuficiencias del personal encargado de la basura. Solt delante del Ayuntamiento de

Chicago ratas atrapadas en el ghetto para demostrar las carencias de los servicios de higiene.Este hijo de un sastre judo venido de Rusia llam mucho la atencin cuando en 1946 public su libroReveille for Radicals (Toque de diana para Radicales), que, con su reciente edicin, es el mejor manualdel perfecto revolucionario. Su palabra clave es organizar: lo encontramos en los aos 30, en plena


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Presentacin Ref.: ALINSKY.TRA /2

crisis, organizando a los proletarios del barrio de los mataderos, en Chicago; lo encontramos conCsar Chvez, en California, organizando a los temporeros mejicanos explotados de maneravergonzante. No son sueos. Desconfa de las ideologas extranjeras, de los dolos como "Che" Guevarao Mao, y en general de cualquier romanticismo. Hay que ser polticamente idiota para decir que elpoder est en el can del fusil cuando es el adversario quien tiene todos los fusiles. Acerca de los

jvenes, siempre a la bsqueda de un lder carismtico: no buscan una revolucin, sino una revelacin.1

Actuel, para un pblico totalmente distinto, presenta tambin a Alinsky bajo el ttulo Pour quigrogne un vieux (por qu grue un viejo):

Saul Alinsky no tiene realmente el aspecto de un contestatario. Sesenta y tres aos, poco pelo, corto yblanco, los ojos cubiertos por gafas oscuras, una triste corbata y chaqueta color neutro: a primera vista,se le podra tomar por un poltico turbio si no fuera porque el carcter licencioso poco comn de sulenguaje puede hacer palidecer de envidia a un cuerpo de guardia en vena de soltar tacos. Este agitadorprofesional organiza los barrios pobres sobre la base de las colectividades de vivienda y lascomunidades. Reformista, activo, no se conforma con las palabras: desde hace treinta aos, siembra la

rebelin en todas las grandes ciudades de Estados Unidos.Nacido en Chicago en 1909 en un barrio de chabolas, descubre su vocacin de mal pensado a la edad

de siete aos: Yo era el tipo de chaval que jams habra pensado en pisar un csped hasta el da en quele el letrero: Prohibido pisar el csped. Desde entonces, sistemticamente me he revolcado en l."La gran crisis de los aos treinta le revela sus capacidades como organizador: Yo era estudiante de

arqueologa. sta me apasionaba. Pero la pasin abre el apetito, y yo tena mucha hambre. Reun a todoslos hambrientos de la Universidad en una asamblea general para pasarles el mtodo que habaexperimentado para comer sin pagar. Establec una lista de todos los snacks de Chicago y repart mistropas por barrios...En Chicago, lo aprende todo con Al Capone, prepara una tesis de criminologa sobre el clebre

gangster, se codea con Frank Nitti y se implica en la Mafia durante dos aos. Era una empresa deutilidad pblica, observa, no sin humor. Capone suministraba a la gente aquello que demandaban. Por

otra parte, l no cre la corrupcin. Slo se aprovechaba de ella.Despus de haberse consagrado a la delincuencia juvenil, Alinsky recolecta fondos para las Brigadas

Internacionales durante la guerra de Espaa, y se rene con John Lewis para fundar el C.I.O., el mayorsindicato obrero americano. Sin embargo siempre sent que mi papel estaba fuera del movimientosindical.En 1940, a los treinta y un aos, decide organizar el barrio ms miserable de Chicago: Back of the

Yards estaba lleno de parados, enfermos y obreros mal pagados que vivan en chabolas asquerosas, conlo justo de comida y ropa para no morir. Era el reino del odio. Polacos, Eslavos, Alemanes, Negros,Mejicanos que se detestaban. Los grupos fascistas de los alrededores se aprovechaban de esta divisin.Alinsky se integra en la vida del barrio, busca alianzas. El 95% de la gente era catlica, cont con ello.Si hubiera hecho un llamamiento a la caridad cristiana, los curas me hubieran bendecido con seguridad.Yo les habl de sus intereses: "Lo que cuenta para sus fieles, es la mantequilla que ponen en su rebanadade pan. Si continuis preocupados solamente por la pureza de sus almas, van a afiliarse todos al partidocomunista y eso ser vuestro fin. Os hace falta combatir a los comunistas en su propio terreno."Con la ayuda de la Iglesia local, logra movilizar al barrio, por otra parte utiliza todos los medios a su

alcance: el boicot a las tiendas, la huelga contra los patronos, negarse a pagar los alquileres, el sit-in, etc.Soliviantamos a los polticos unos contra otros. Al principio, no dio resultado. Despus la presin fuetan fuerte que tuvieron que ceder: los alquileres se redujeron, los servicios municipales fueronreorganizados, los prstamos otorgados, los precios y los salarios reequilibrados, etc."Su regla de conducta es inmutable: la autodeterminacin del pueblo, organizar a la gente para

ayudarles sin obligarles jams. Una vez que se han obtenido las primeras victorias, el pueblo debecontinuar solo. Alinsky no se queda ms de tres aos en el mismo sitio: Hay que impregnarse de lacomunidad, respetarla, ayudarla, y luego marcharse 2.

1Le Monde, 31 de Enero - 1 Febrero, 1971.2Actuel, n 24, 1972.


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En 1973, para introducir la traduccin de una conferencia de Alinsky, Participacin de lapoblacin y organizacin comunitaria en la planificacin y la renovacin urbana, el redactor deCahiers de l'animation recuerda sumariamente a su vez quin es este hombre:

Saul Alinsky es el precursor de nuestros animadores de comits de barrios que defienden y/o practican

una estrategia conflictiva de animacin. Desde los aos 30, donde organiza el barrio de los mataderos enChicago, sus ideas radicales han hecho escuela en Estados Unidos y en Canad en algunos comitsciudadanos. Del estudio del gangster de Al Capone a la organizacin de barrios pobres y minorasraciales de Chicago, pasando por la organizacin de una cincuentena de comunidades en U.S.A. y laredaccin de su obra Reveille for Radicals en 1946, Saul Alinsky ha tenido el itinerario de un agitador yde un estratega.Es un agitador, en el sentido de que su radicalismo rechaza el carcter edulcorante de la accin social

que cubre frecuentemente el trabajo comunitario de barrio. As reprocha al trabajo comunitario elencerrar su accin en una terapia de adaptacin y olvidando las alienaciones, las relaciones de fuerza,los sistemas de opresin que afectan al conjunto de la sociedad. Tambin busca constantemente, enbeneficio de los grupos sociales desfavorecidos, a travs de una estrategia concreta, hacer cambiar elstatu quo y las relaciones de poder, todo ello en fidelidad a la democracia y dentro de la tradicin

pragmtica americanas.Porque Alinsky, lejos de ser un terico, es tambin un hombre de accin y un estratega. Aunque tenga

una concepcin anarquizante de la democracia por su agudo sentido de la libertad y laautodeterminacin, su accin no es ni romntica ni salvaje. Ella procede de una estrategia elaborada quetiene como fundamentos las tres ideas fuerza siguientes:1. El inters (ya sea el de los individuos, de un grupo, de una organizacin) que es para l la primera

motivacin con que debe contar el animador;2. El poder a adquirir por la organizacin para tener influencia y poder modificar la estructura de poder;3. La tctica del conflicto como tcnica de integracin social del grupo contestatario y de desintegracin

de las funciones del poder contestado para conducir a ste a la negociacin y al compromiso.3

Estos tres textos del Le Monde, de Actuel y de Cahiers de l'animation son interesantes porque

permiten medir el nivel de conocimientos que el pblico francs ha podido tener acerca de Alinsky.Evidentemente es bajo, y, presentando la traduccin de Rules for Radicals 4 y la introduccin almismo enriquecida con algunos documentos adjuntos, esperamos sencillamente que este hombresea mejor conocido. Sin duda alguna es provocador y puede resultar irritante, pero su complicidadcon la vida de la gente y lo saludable de su accin son cosas poco frecuentes como para nodetenernos en ellas.

Para terminar con la presentacin del propio Alinsky, retomaremos rpidamente las grandes lneasde su vida. Naci el 30 de enero de 1909 en Chicago, de padres judos inmigrados de Rusia, en unsector que l mismo denomin como un gueto en relacin con el gueto que constitua el conjunto

del barrio, un ghetto de segundo grado. Sus padres se divorciaron cuando tena trece aos y viviparte en Chicago con su madre y parte en Los Angeles con su padre, dando tumbos de escuela enescuela.

Su vocacin de hombre realista, como l mismo relat, le lleg cuando tena catorce aos: Cadavez que haca una tontera, mi padre me deca: "Sabes lo que va pasar si continuas haciendo esto." Yun da le respond: "No. Qu pasar ?" y l tampoco lo saba, no tena ni idea. Desde entonces,empec a mirar las cosas y a verlas como son.

Hizo sus estudios entre 1926 y 1930 en la Universidad de Chicago: primeramente arqueologa yms tarde sociologa. No encontrando trabajo -era la crisis- consigue una beca para la preparacin

3Cahiers de lanimation, n 4, Diciembre, 1973.

4Ttulo del original de la presente obra (N. del T. de la versin en caste-llano)


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de una tesis de criminologa. Fue entonces cuando intent infiltrarse en la banda de Al Capone y seali en particular con Frank Nitti, uno de los lugartenientes del patrn. Le dieron confianza y lellamaban el profesor. Esto dur dos aos.

En 1931, trabaja en el Illinois State Division of Criminology con jvenes delincuentes. En 1933,

fue nombrado criminlogo en la prisin del Estado de Illinois. En esta poca, estaba igualmentemuy comprometido en el mbito social: recoge dinero para los trabajadores temporeros del Sur delos Estado Unidos, para las Brigadas Internacionales en Espaa, y colabora a menudo con elsindicato CIO y su lder John Lewis al cual quedar siempre muy unido. Descubre tambin, y serauna de sus convicciones de base para su trabajo posterior, que la causa principal de la criminalidadse encuentra en las malas condiciones de alojamiento, la discriminacin racial, el desempleo, laincertidumbre econmica y la enfermedad. Ahora bien, a estos verdaderos problemas nadie lesplanta cara.

En 1939, se lanza, quiere poner en prctica sus ideas y organiza el Back of the Yards (el PatioTrasero), un barrio bajo situado detrs de los mataderos de Chicago. Triunfa ms all de loesperado.

En 1940, crea el Industrial Areas Foundation, apoyado por un obispo auxiliar de Chicago yfinanciado por Marshall Field, director de los ms importantes grandes almacenes de la ciudad. ElIAF es un organismo que tiene como objetivo ayudar a poner en marcha grupos y organizacionescomunitarias. Durante cerca de treinta aos, Alinsky trabaja en ella surcando los Estados Unidospara ayudar a constituirse a decenas de nuevas asociaciones, tanto en Nueva York donde conocer aIllich, como en California donde ayudara a Csar Chvez a organizar a los Chicanos.

Est cerca de la gente. Nacido pobre, es reconocido por los pobres. Esto no le impide ser realistaen materia de dinero hacindose fnanciar su trabajo por fundaciones o empresarios. Es tambinamigo de Jacques Maritain y, hacia 1950, est en contacto con Monseor Montini, arzobispo de

Miln, futuro papa Pablo VI.Tiene muchos adversarios. Las autoridades locales no aprecian generalmente la implantacin de

una organizacin del pueblo en sus ciudades. En el Middle-West, en 1944, fue encarcelado comomedida de precaucin. Una oportunidad, dice, para poder escribir este libroReveille for Radicals,publicado en 1946 por la Universidad de Chicago.

1968 marca un giro en su vida. Su atencin se traslada de los ghettos de minoras tnicas a la clasemedia blanca. Los ltimos captulos deRules for Radicals son testimonio de ello.

Es en este mismo ao, cuando crea el Industrial Areas Foundation Institue, su IUT privado, unaescuela para radicales financiada con 500.000 dlares por Gordon Sherman, presidente de la

Midas Muffler Company, y con 250.000 dlares por la fundacin Ford, sin contar los 2.000 dlaresde honorarios por cada una de sus conferencias.

Rules for Radicals es su testamento. Alinsky, cada vez ms absorbido, lo publica en mayo de1971. Muere de repente el 12 de junio de 1972, en California, cuando visitaba a su segunda mujerde la cual se haba divorciado pocos aos antes. Hay que destacar que los textos americanos sobreAlinsky hablan poco de su vida privada: se sabe sencillamente que se cas antes de la guerra, quetuvo dos nios, que su mujer se ahog, que se cas otra vez y se divorci despus.

En una entrevista publicada tres meses antes de su muerte, en marzo de 1972, en la revistaPlayboy, Alinsky deca: Un da, tom conciencia de que morira, que era muy fcil y que por tanto

poda vivir cada nuevo da, saborear cada nueva experiencia con la misma ingenuidad que un nio.Si hay otra vida, de todos modos ir al infierno; pero una vez est all, empezar a organizar a loshave-nots (los don nadie) que voy a encontrar all abajo. Son mis hermanos.


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Rules for Radicals (1971)

Un ao antes de su muerte, Alinsky public un segundo libro, Rules for Radicals, del quepresentamos aqu su traduccin al francs. Comparndolo con el texto de Reveille for Radicals de1946, los principios esenciales no cambiaron en nada, las mismas frmulas-choque se repitentambin. Las pginas de J.F. Mdard dedicadas a Alinsky en Communaut locale et organisationcommunautaire aux Etats Unis, parecen resumir de antemano, en 1969, Rules for Radicals, queapareci dos aos ms tarde. Este ltimo libro es quiz ms concreto, los captulos sobre laformacin del animador, sobre las tcticas a utilizar, son ms directamente aplicables. Sobre todo,encontramos relatadas en l nuevas experiencias de organizacin comunitaria dirigidas por Alinskyentre 1946 y 1970.

Por ello el libro merece la pena ser ledo. En efecto, lo ms impactante en este hombre es queensea de manera ms eficaz, al ir contando lo que hizo ms que intentando filosofar sobre lasmotivaciones de sus compromisos y la justificacin de sus mtodos.

Rules for Radicals tiene otro inters que no pertenece al mbito de los mtodos del trabajocomunitario. Parece ser que Alinsky, al final de su vida, estaba convencido de que las fuerzasrevolucionarias del maana hay que buscarlas hoy, no en las minoras tnicas y raciales -limitndose al contexto norteamericano-, sino en las clases medias cuya organizacin es cada vezms urgente. Polticamente, los verdaderos have-not, los ms desposedos, actualmente, son estasclases medias. El futuro depende de ellas, si aprenden al menos a sacar provecho de su importancianumrica. Es hacia estas clases hacia la que Alinsky dirigi toda su atencin, sobre todo despus de

su conflicto con la firma Kodak de Rochester en 1969. Para ellas invent una nueva tctica,susceptible de ampliarse a escala nacional: la movilizacin de pequeos accionistas americanos -quepueden contarse por millones- contra las tecnoestructuras que dirigen en Estados Unidos losnegocios, el ejrcito y la administracin. No parece que esta tctica haya dado todos los frutos quel esperaba. Pero seguro que sus discpulos inventarn otras y la historia poltica de las clasesmedias no habr hecho ms que empezar.

La organizacin por la accin va, en los prximos diez aos, a concentrarse en las clases mediasblancas de Estados Unidos. Es all donde se encuentra el poder. Cuando las tres cuartas partes de lapoblacin se identifique con la clase media [...], es bien evidente que ser su accin o su falta de accinlo que determinar la direccin del cambio. Grandes sectores de la clase media, aqullos querepresentan la mayora silenciosa, deben ser movilizados.[...]Empezamos a comprender un poco tarde que incluso aunque todas las categoras sociales con rentas

bajas estuvieran organizadas y si los negros, los portorriqueos, los mejicanos americanos, y los pobresde los Apalaches estuvieran todos, por algn milagro de un genio de la organizacin, unidos en unacoalicin, ello no sera suficiente para introducir los cambios fundamentales necesarios. sta coalicindebera hacer todo lo que hacen las organizaciones minoritarias, las pequeas naciones, los sindicatosobreros, los partidos polticos, en una palabra, todo lo que es minoritario: buscar aliados.Los nicos aliados potenciales de los pobres de Amrica se encuentran en los diversos estratosorganizados de la clase media. 5

Uno de las muestras ms sorprendentes de esta atencin de Alinsky a las clases medias es el

llamamiento casi pattico que lanza a los jvenes activistas:

5Cf. ms adelante, el captulo 10.


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Los activistas y los radicales de nuestros campus universitarios o de cualquier otro lugar, aqullos quequieren que las cosas cambien, deben realizar un cambio radical. Salvo raras excepciones, nuestrosactivistas y nuestros radicales son producto de la clase media y se rebelan contra ella.[...]Para un activista, renegar de su pasado es una accin totalmente gratuita que no resuelve nada. Debe,

por el contrario, tomar conciencia del inestimable valor que tiene su experiencia de la clase media.[...]Las clases medias se han engrosado, desconcertado, aterrorizado hasta el punto de haber sido reducidas

al silencio.[...] He aqu la tarea del revolucionario de hoy: soplar sobre las brasas de la desesperanzapara hacer saltar una llama para el combate.[...]Os hace falta, pues, regresar all de donde habis salido, a las afueras donde reside la clase media, e

infiltraros en sus mltiples organizaciones, MLF, grupos de consumidores, iglesias, clubs.[...]Hay que empezar despacio, sin precipitarles ni asustarles, para evitar que os den la espalda

definitivamente. Son las reacciones de la oposicin las que harn el resto para curtir y educar a la clasemedia.6

Este libro, por consiguiente, no es ms que un manual prctico, un repertorio de buenas tcnicas.

Es un poco el ltimo grito de un hombre que am al pueblo y quiso la revolucin desconfiando de

los polticos. Alinsky era un organizer; es tambin un profeta: la revolucin vendr de otros, no delos polticos.

2. UN VERANO EN LA NCO

La NCO en Chicago

Como la palabra association en francs, la expresin americana Community organization(organizacin comunitaria) tiene en primer lugar un sentido abstracto: designa un movimiento, unfenmeno social, y aqu, ms exactamente, todo trabajo de reconstruccin social, a nivel de lacomunidad local. Pero ms espontneamente, al igual que la palabra francesa, evoca algo enconcreto, un lugar, pueden ser unas oficinas, algunos hombres, un tipo de actividades biendeterminadas, en una palabra, una institucin concreta, a menudo modesta y a veces reconocible enel plano material y financiero, pero teniendo una estructura jurdica reconocida.

La NCO -Northwest Community Organization-, es esto. En el n 1109, de North Ashland Avenueen Chicago, 80 m de una planta baja con escaparate, dos habitaciones mal cuidadas, bastantesucias, despachos, telfonos, mquinas de escribir, una multicopista, y en 1971 un hombre, Sheldon

Trapp. Jurdicamente, se trata de una asociacin, compuesta nicamente por personas morales,creada conjuntamente en 1959 por numerosas parroquias catlicas del barrio y por el IndustrialAreas Foundation. En 1971, la NCO sirve como plataforma de encuentros, de paraguas, a 220organizaciones locales (parroquias, movimientos civiles, culturales, grupos tnicos, etc.). A nivelfinanciero es la comunidad local -las empresas, las parroquias, los particulares- quien la sustenta.Con un presupuesto anual que, en 1970 y 1971 era de alrededor de 55.000 a 60.000 dlares, lamitad provena de empresas del sector. Este presupuesto permita financiar de tres a cuatro personasliberadas. Sin los voluntarios, la organizacin sera incapaz de tener peso en un barrio de 150.000 a200.000 habitantes. La desproporcin sera demasiado grande.

Para entender la NCO y lo que quiere hacer, hay que conocer su implantacin y saber comomnimo sumariamente en qu contexto, geogrfico y social, evoluciona.

6Ibid. nota anterior.


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El plan director de ordenacin y desarrollo de Chicago (The comprehensive plan of Chicago,publicado en diciembre de 1966) divide a la poblacin, que, en 1970, era de 3,3 millones dehabitantes, de los cuales un milln eran negros, en dieciseis unidades geogrficas. Una de ellas, atres o cuatro kilmetros de Loop, el centro administrativo y comercial de la ciudad a orillas del lago

Michigan, es el Northwest area7

que se caracteriza por su proximidad al centro, una fuertedensidad de poblacin, la presencia de industrias, excelentes medios de comunicacin tanto hacia elLoop como hacia el aeropuerto o el exterior de la ciudad.

Es un barrio tnicamente muy mezclado -un dentista, vecino de la NCO, contaba docenacionalidades diferentes entre su clientela-, pero tradicionalmente dominado por polacos. A partirde los aos cincuenta, empez a modificarse y a perder poblacin (tena an 300.000 habitantes en1971), de hecho hubo numerosas migraciones de familias o de grupos.

Es tambin un barrio muy solicitado, tanto por los industrialistas para sus fbricas o sus almacenes,como por las clases ms acomodadas de Chicago que quieren construir all una nueva zona

residencial de alto standing. Diariamente, es punto de llegada de mejicanos y portorriqueos(chicanos y latinos, como se les suele llamar) que vienen a Chicago. Casa por casa, disputan el sitioa los polacos. En cuanto a los negros, son todava muy minoritarios en sus islotes que nadie msfrecuenta. Pero, en opinin de algunos animadores, si el barrio se deteriora deprisa, en diez aossern los ms numerosos.

Todos estos datos -un proyecto municipal de renovacin urbana a base de expulsiones, dedemolicin y de implantacin de nuevos habitantes; la amargura de los viejos polacos; laturbulencia y a veces la desesperanza de los latinos; el ansia de los poderosos de Chicago queacaban de descubrir que este barrio es uno de los ms ricos en posibilidades de toda la cuidad-hacen de "Northwest area" uno de los sectores donde el fenmeno de changing neighborhood(barrio en transformacin) es ms agudo. En las pginas siguientes, hablaremos a menudo de ello.

Es en medio de estas luchas y de estas incertidumbres, que provocan y expresan la ms profundaconmocin de un barrio, de una comunidad local, donde trabaja la NCO.

Es cierto que lo hace pobremente, ya que el presupuesto mencionado no permite pagar ms que atres o cuatro asalariados, pero los voluntarios, durante el verano de 1971, fueron numerosos. Deveinte a veintincinco personas, segn los momentos, se ponan a disposicin de Shel Trapp:educadores, arquitectos, parados, clrigos, alumnos de escuelas de trabajo social.

El objetivo deseado por todos estos animadores era sencillo: salvar el barrio, impedir que un da seconvierta en un gueto, dar otra vez esperanza y dignidad a sus habitantes, comprometer a polacos ylatinos en la prctica de la ayuda mutua adems de la convivencia.

Los mtodos que se pusieron en marcha por cada uno, no eran complicados: para ejercer suprofesin de animador, hay que estar en la calle, discutir con la gente, descubrir lo que la gentequiere, sus verdaderos problemas, y despus organizarlos en torno a estas cuestiones.Fundamentalmente, se trata de estar con ellos y de ayudarles, peleando y celebrando sus victorias, atriunfar en las situaciones injustas y frustrantes en las que se hallan enzarzados.

7La universidad de Chicago y el barrio de Woodlawn, citados ms de una vez enRules for Radicals, forman parte de"Near South" y, Woodlawn, de "South East" indistintamente cf. mapa pg. .


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He aqu el trabajo de cada uno. El propio Shel Trapp, haba previsto cuadricular del barrio -decuatro a diez calles por cada animador- y seguir la evolucin de cada uno: era el patrn que diriga yel maestro que enseaba. Se saba que haba sido durante aos el mejor trabajador de calle deChicago.

Hablaremos ms adelante de sus mtodos y de sus reuniones-balance, de estas reuniones dedireccin donde dos o tres veces por semana, de 22,30 h. a 2 3 de la madrugada, pasaba todo porla criba y sentaba por turnos a sus animadores en el banquillo de los acusados.

Pero antes de esto, vamos a presentar un conjunto de hechos, desituaciones, de iniciativas, que dan testimonio de la vida real deuna organizacin comunitaria y de las posibilidades de puesta enprctica de los mtodos de Alinsky por un equipo que no vivi, deforma tan intensa, ms que tres meses.

Un proceso popular

La noche anterior al Da de la Bastilla (13 de julio de 1971)El barrio apenas haba sido afectado por el incendio que arras Chicago en 1871. Muchos

inmuebles conservaban su vieja estructura de madera. Pocos de ellos haban sido rehabilitados. Paralos propietarios estos inmuebles eran muy rentables: siete u ocho grandes apartamentos por bloque,un mnimo de 70 a 80 dlares de alquiler por mes cada uno y ningn gasto de mantenimiento. Porqu gastar dinero cuando los inquilinos - sobre todo cuando los portorriqueos sustituan a lospolacos- cuidan cada vez menos el lugar? Frank Saleson tena ocho bloques de pisos en el barrio,aproximadamente sesenta pisos, que eran cuchitriles. Recaudaba cerca de dos millones y medio defrancos antiguos por mes, pudiendo as pagar su propio alquiler en el inmueble de muy alto standingdonde viva, a cuatro kilmetros de all, a orillas del lago, cerca del centro comercial, administrativo

y cultural de la ciudad; este alquiler llegaba en esa poca a unos 8.000 F mensuales. Saleson no erael nico de su especie, pero era de l de quien ms hablaba la gente en el barrio. Era un slumlandlord, un propietario de tugurios, o tambin un absente landlord, un propietario que viva lejos yse preocupaba poco de ver la degradacin de sus inmuebles y del entorno, si poda sacar beneficiosdurante algunos aos ms. Sin duda, los edificios llegaran un da a ser inhabitables y aquello seraotra historia: Saleson desaparecera sin dejar seales, cambiara l mismo de alojamiento y susbloques de pisos condenados a la demolicin permaneceran tal cual, como un lugar de juego y deaccidentes para los nios del entorno, con el riesgo permanente de incendios para las casas cercanas.Hablaremos de este problema de inmuebles a demoler, smbolo claro de la transformacin de unbarrio en gueto.

Frente a un propietario de cuchitriles, el objetivo de la NCO era procurar que rehabilitara lo que laley le obligaba a mantener en buen estado. El camino a seguir era sencillo: para conocer bien lacuestin, el animador visitaba a todos los inquilinos e intentaba conseguir de ellos un compromisode ayudar a aqul o aqullos que haban tomado la iniciativa de presionar al propietario. Lo ideal erapoder visitar el bloque entero y establecer entonces la lista de todas las violaciones de la normativade viviendas. sta constituira el facts sheet(relacin de hechos), principal argumento contra elpropietario. Slo en contadas ocasiones podan sacarse algunas fotos, no de una cisterna que nofuncionara, sino por ejemplo de una ventana muy daada o de un mueble rodo por las ratas. Detodos modos, si llegaba a celebrarse una reunin pblica, estas fotos no seran de ninguna utilidadpara crear el clima propicio y sacar provecho para la causa.

Se conoca siempre el nombre del propietario o, en su defecto, el de la gestora o el del banco queadministraba los ttulos de propiedad. Pero esto no era suficiente, era indispensable saber dnde


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trabajaba y dnde viva este propietario. Esto requera una investigacin, a veces incluso unavigilancia, realizada por alguno de los responsables de la NCO.

Entonces vena la toma de contacto: alguna vez una sencilla discusin era suficiente; lo mshabitual, era tener que pelearse para lograr que el propietario se encontrara con sus inquilinos en su

terreno en el transcurso de una reunin pblica. El arma ms sencilla y eficaz era el piquete: ungrupo de inquilinos y de amigos -si fuera posible de diferentes razas: blancos, negros,portorriqueos-, acompaados por clrigoss, verdaderos o falsos, pero siempre con traje, setrasladaban al domicilio o al lugar de trabajo del propietario en cuestin. Inmediatamente, sedesplegaban las pancartas: eres un cabrn, porqu haces a nuestros hijos lo que no quieres quehagan con los tuyos?, para de destruir nuestra comunidad etc., y la manifestacin empezaba enla acera de la calle, enfrente de la oficina, alrededor de la casa o del bloque. Todo dependa deltamao del piquete y de la disposicin del lugar. La manifestacin poda durar una hora o dos.Durante este tiempo, algunos miembros del piquete distribuan octavillas en el entorno, o entre losvecinos si se trataba de un barrio residencial, y la octavilla se redactaba con tono confidencial:Saben, su vecino, Mr. Saleson, es menos honesto de lo que ustedes creen. Es un slums owner

(propietario de cuchitriles), recauda 2 millones y medio de alquiler cada mes y no quiere arreglarsus cuchitriles. Aydennos a convencerlo para que sea ms justo.

La primera reaccin de los vecinos era muchas veces la de ignorarlos pero desde el momento queles hablaban de los beneficios ocultos del propietario en cuestin, sus caras se dilataban: Ah! esecabrn, gana todo eso ms que nosotros!. Se puede estar seguro que a la primera ocasin, elhombre sealado se vera interpelado: Eh, amigo, no hemos comprado casa aqu para ser invadidospor los negros, por tu culpa. Una de dos, o bien arreglas tus problemas con esa gente o bienmrchate de aqu.

Si se trata de un barrio de oficinas o de una calle comercial, las octavillas eran ms sobrias, mejorredactadas -era el caso de ataques a agentes inmobiliarios deshonestos-, y se distribuan a losautomovilistas que no tardaban en aminorar la marcha divisando un piquete e intentando saberquin era el gilipollas que provocaba el atasco esta vez.

Manifestacin de piquetes y octavillas iban siempre juntas. Llegado el momento todo se paraba yuna pequea delegacin de cuatro o cinco personas entraban para presentarle al propietario susquejas y exigirle que salga a la luz pblica o que firme enseguida un acuerdo amistoso en el cual secomprometa a reparar todo en quince das, un mes o tres meses. Este punto era fundamental: antesde organizar un piquete, los responsables y los animadores deban saber lo que pedan; deban teneren el bolsillo el texto de la negociacin, y este texto deba estar bien medido: para ganar, y poder

celebrar una victoria, hay que exigir solamente lo posible.La actividad de piquetes importantes, que no eran improvisados -como ltimo recurso- al final de

una reunin que pareca abocada al fracaso, era anunciada de antemano y tena lugar a menudo antela presencia de periodistas y policas que se encargaban de dar al asunto la publicidad deseada porlos responsables y de controlar la legalidad. El piquete, si respeta ciertas reglas de funcionamiento,est autorizado por la ley americana. Su actividad no altera el sacrosanto orden pblico.

A finales de junio de 1971, los animadores que todos los das pateaban el barrio de la NCO sedieron cuenta que al asunto de los cuchitriles preocupaba cada vez a ms gente. Haca falta denuevo dar un golpe de efecto y preparar una especie de proceso popular. De manera sistemtica,

durante dos semanas, entraron en relacin con el mximo nmero de inquilinos de cuchitriles yconsiguieron de ellos la autorizacin para hacer un listado de todas las violaciones a la normativa deviviendas. Veintidos bloques, pertenecientes a trece propietarios, fueron as inspeccionados. No


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siempre era fcil: Saleson, el dueo de ocho bloques, presionaba a ciertos inquilinos para que senegaran a comprometerse.

Pero un cura de Texas, corpulento como un docker (cargador de puerto), vestido siempre conclergyman (traje con alzacuellos), estando de prcticas en la NCO, tuvo un papel determinante: con

voz dulce, saba convencer a las familias, una tras otra, de que a veces era sencillo conseguir justiciacuando juntamos nuestras fuerzas. l mismo se senta molesto -como muchos otros miembros delclero americano- por los mtodos de Alinsky: el conflicto, la presin sobre las personas, a veces lacalumnia o el odio le parecan medios dudosos. Pero volva cambiado cuando regresaba de susvisitas a los cuchitriles: un medioda, en particular, que hizo mucho calor y humedad -tiempopegajoso-, tuvo dificultades para llegar a travs de las escaleras de madera de un viejo bloque alcuarto piso donde viva una joven mujer con sus cuatro nios. Dos perros cerraban el paso hasta quela madre de familia -de unos treinta y cinco aos aproximadamente, pero que aparentaba tenercincuenta y cinco- reconoci a travs de la mirilla de la puerta el alzacuellos blanco del clergymanaceptando entonces llamar a sus perros. Recibi al tejano y su acompaante en una cocina atestada:tres frigorficos, dos de los cuales no funcionaban, un gran aparador con las tablas rodas, a un metro

del suelo, por las ratas. Ella escuchaba tristemente, mientras los nios venan progresivamenteagrupndose en torno a ella. No responda a nada. La atmsfera era pesada. Todo el mundo tenased. De repente, la mujer abri la puerta del frigorfico que funcionaba y los dos animadores ledieron las gracias por haber pensado ofrecerles un vaso de agua -en los quince apartamentosanteriores a nadie se le haba ocurrido. Sac una bolsa transparente y la puso sobre la mesa:contena cuatro ratas congeladas que quera mostrar al propietario cuando ste pasara a cobrar elalquiler. Las ratas junto a los nios, la madre no poda explicarlo mejor. La situacin era terrible ypareca desesperanzadora, pero las ratas serviran. La madre acept con resignacin acudir a lareunin si otros asistan.

Haca falta entonces convencer a Mr. Saleson, quien se niega a encontrarse con el tejano cara a

cara. Este ltimo organiza rpidamente un grupo de unas treinta personas -de diversas razas, genteescandalosa, con sotanas a ser posible, que ya conocan la tcnica- para que, una noche, pusieranoctavillas en todos los ascensores y en todas las puertas del bloque. El mismo Mr. Saleson tenaderecho a un bolsa de ratas frente de su puerta. La estrategia se haba encontrado, las ratas erantiles. Se comprob cuando un oficial de polica, avisado por los vecinos, se top con el cura tejano:Seor oficial, Vd. que tiene prestigio, nos tiene que ayudar. Lo que queremos es justo. Mire estasratas. Dgale a Mr.Saleson que acepte venir a nuestra reunin.

Ignoramos lo que ocurri, pero al da siguiente por la maana, Mr. Saleson -que tres semanas antesse haba negado a tomar contacto- telefone l mismo a la NCO y anunci que aceptara lainvitacin para el 13 de julio.

Evidentemente sta no se denominaba un proceso popular. Era algo similar a una reunin ordinariade la NCO, un Senate, esta vez con la particularidad de que un punto del orden del da era debatesobre la vivienda.

Pero nadie se equivoc all. Hubo una asistencia de doscientas personas -la mayora de origenmejicano o portorriqueo- tan escandalosos como tres mil bretones juntos. Un presidente de sesin,de pie junto a la mesa con el mazo de la presidencia en la mano; nueve invitados -los otrospropietarios no asistieron- sentados frente al pblico a la derecha del presidente; y, detrs de laasamblea, los animadores, policas y periodistas. Haba un ambiente campechano en la salaparroquial, parecido al de una entrega de premios o de medallas. En la sala circulaban documentos:

facts sheets, fotos (tanto de los cuchitriles como de las casas de los invitados).

Los primeros puntos del orden del da fueron rpidamente tratados y la interpelacin a lospropietarios de cuchitriles comenz. Era una discusin normal, pero de hecho los propietarios se


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comportaban como si fueran acusados. Al pronunciar sus nombres, se levantaban. Un miembro delos asistentes -preferentemente una mujer de cierta edad, un poco histrica, es ms eficaz- se levantatambin y ataca, apoyndose en pruebas.

Esto poda durar mucho tiempo pero, por lo general, unos gritos interrumpan el procedimiento:

Ya es suficiente, firme ahora, firme, firme!. El presidente asenta, agradeca a aqul o aqulla quepresent el caso y propona al propietario interpelado firmar un texto redactado anteriormente,donde se comprometa a arreglarlo todo, en un plazo de tres meses, que era lo que la ley exiga a lospropietarios. Mr. Saleson no aceptaba fcilmente, pero una pequea le trajo un nuevo paquete deratas congeladas que puso encima de la mesa frente a l. Entonces Mr. Saleson firm y abandon lasala bajo los aplausos de los espectadores. Tres meses ms tarde todos los apartamentos haban sidoarreglados.

Esa noche, siete de los nueve propietarios presentes aceptaron firmar: se consigui la reparacin demuchas docenas de apartamentos de este barrio que estaban degradndose. Era la noche anterior alDa de la Bastilla, la victoria fue muy celebrada en la NCO. Algunos excesos con la bebida

estuvieron a punto de echar todo a perder cuando, a la pregunta de un cabecilla portorriqueo: T,francs, qu piensas de nuestros mtodos?, ste le contest: Acabo de descubrir lo que podemosestar seguros que es un proceso de Stalin, Hitler o chino. Se inici una pelea, y luego una agitadadiscusin hasta altas horas de la noche. A las nueve de la maana, todo el mundo reanud su trabajoen la NCO.

Este asunto del proceso popular tuvo mucha influencia en la historia del barrio, en 1971. Al menoscomo se perciba desde la NCO.

Se trataba, en efecto, de un mayor campo de intervencin para la supervivencia del sector: son lascasas las que de alguna manera constituyen la comunidad local. Dejarlas deteriorarse, dejar apersonas de fuera del barrio sacar provecho sin contrapartida, dejarles especular, significa elcomienzo de un crculo vicioso: en dos aos una calle se convierte en un embrin de gueto, y a lapostre en un territorio sin ley.

El juego, anteriormente descrito, de los propietarios de cuchitriles no era el nico. Estaban tambinlas mentiras, las especulaciones de algunos agentes inmobiliarios, sembradores de pnico, losactos de los pirmanos (incendiarios criminales), la negativa del ayuntamiento de Chicago a destruirlos bloques de pisos abandonados donde los accidentes eran frecuentes. De diversas formas, lacuestin del alojamiento preocupaba constantemente a los que intentaban evitar la destruccin de lacomunidad local.

Algunos altercados con agentes inmobiliarios

A decir verdad, desde la NCO, la campaa de los hispanoparlantes a favor de sus viviendasempez en primavera.

As, uno de los subgrupos de la NCO tom en abril la iniciativa de reunir cada martes por la nochea un centenar de personas y de invitar a estas reuniones (de mutuo acuerdo o mediante presin) a unagente inmobiliario instalado en las cercanas y al cual se le poda reprochar haber engaado a ste o

aqul vecino presente en el encuentro. Poda ser, por ejemplo, con ocasin de la venta de una casacompletamente restaurada donde an haca falta invertir unos 3.000 dlares ms para finalizar lostrabajos. La reunin se celebraba en espaol, eventualmente traducida al ingls para el invitado.


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Comenzaba una verdadera discusin. El objetivo esperado por los organizadores era el reembolsopor parte del agente inmobiliario de todo o de una parte de lo que la familia, con quien habarealizado el trato, reclamaba.En cada ocasin durante ocho semanas, ganaron la causa y consiguieron el reembolso de una

cantidad que oscil de 3.000 a 15.000 francos. Tras esto, muchos subgrupos se comprometieron a

contratar a un consejero jurdico bilinge y ponerlo al servicio de la poblacin de habla hispanarecientemente asentada.

En estas reuniones se trataba de reparar las injusticias. Las reclamaciones de los demandantes nopodan ser, por tanto, arbitrarias. Una noche, por ejemplo, el pblico se neg a apoyar totalmente auno de los suyos. Este acusaba al agente inmobiliario de haberle mentido acerca del estado delapartamento que alquil a travs de un intermediario. Sobre este aspecto el pleito fue ganado. Peroquera tambin que se aceptara que el alquiler era demasiado alto, y la concurrencia se neg aapoyarle en ese punto. No era asunto del grupo, de la comunidad local: un montante de alquiler uotro no pona en peligro el equilibrio y la supervivencia del barrio; era asunto de cada cual saber loque quera o lo que poda pagar, mientras que, el hecho de que los contratos no fueron fraudulentos

y que las casas se mantuvieran en un buen estado, era asunto de todos.El trabajo contra los que sembraban el pnico fue ms difcil. Estos panic-peddlers (vendedores

ambulantes de pnico) no cometan forzosamente fraude a la firma de un contrato como en el casoanterior, pero podan saquear rpidamente un barrio entero provocando reacciones de miedo y dehuida. Usted tiene una casa de 40.000 dlares en un barrio que le agrada, donde puede hablarserealmente -como es deseo de un buen nmero de americanos- de una comunidad local. Un da, unagente inmobiliario se presenta y le propone comprar la casa a un precio de 35.000 dlares.sorprendidos, le contestis: perdone, no entiendo nada, mi casa no est en venta, y en cualquiercaso, su valor es de 40.000 dlares. -Eso, seor, era verdad ayer, pero hoy est Ud. equivocdo: sucasa no vale ms que 35.000 dlares, maana le ofrecern 30.000. - Qu es lo que ocurre? -

Desde hace veinticuatro horas, su vecino es un negro. Presentado as, el argumento ha resultado amenudo suficiente. Y el agente inmobiliario revender su casa por un precio de 45.000 dlares a unanueva familia negra, yendo luego a hacer lo mismo con otro vecino de la misma calle.

No es extrao que el Chicago Tribune del 8 de agosto de 1971 titulara un artculo sobre losgrandes envites de los sembradores de pnico: Crisis Neighborhood: the story of fear and greed(Crisis del vecindario: la historia del miedo y la codicia). Y era precisamente la pancarta For Sale(Se Vende) la que simbolizaba a ojos de muchos la situacin de crisis que afectaba a un nuevosector.

Qu poda hacer la NCO? Sencillamente movilizar el mximo nmero posible de personas yorganizar piquetes frente a las oficinas o las viviendas de los agentes inmobiliarios fichados. Una

accin ya clsica, por consiguiente. Pero el contenido de la negociacin era lo de menos. Se tratabasin duda de conseguir la firma de un compromiso, pero este compromiso no consista ms que enaceptar una restriccin de las posibilidades profesionales de los agentes inmobiliarios: 8

Yo, el abajo firmante, seor X, agente inmobiliario, Avenida de Sheridan, n 70, me comprometo a noproponer la compra o venta de casas, sea directamente o a travs de uno de mis empleados, por escrito,por telfono o de viva voz, en el barrio de la NCO limitado por Fullerton al norte, Chicago River al este,Lake Street al sur y Kedzie al oeste.

8 A decir verdad, las cosas son algo menos sencillas. Cualquier propietario residente en su propia casa poda registraroficialmente en la Comisin de relaciones humanas del ayuntamiento de Chicago una demanda de no-solicitud poragentes inmobiliarios. La Comisin transmita esta exigencia a toda la profesin que vea as prohibida por la ley laposibilidad de entrar en contacto profesional con el propietario en cuestin. En su gestin, la NCO buscabageneralizar en parte estas disposiciones.


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Asmismo, me comprometo a no poner el cartel Se vende sobre las casas que actualmente estn a midisposicin en este barrio.Este compromiso por parte de mi agencia tendr una duracin de tres aos a partir de la fecha de la

firma.No era fcil conseguir la firma de semejante escrito, que comprometa realmente a los agentes

inmobiliarios. Los peridicos daban en efecto publicidad a estos acuerdos, y en profesiones basadasfundamentalmente sobre la confianza en la palabra dada o en la firma, no se poda despus hacercaso omiso de un compromiso que, an siendo pblico, no tena sin embargo nada de oficial.

En julio de 1971, hizo falta en tres ocasiones, durante la misma semana, piquetar (montarpiquetes frente a) en un hermoso barrio las oficinas principales de un importante agente inmobiliariode Chicago que haba instalado varias agencias en el distrito de la NCO y se comportaba como unsembrador de pnico. En algunos momentos, el espectculo fue bastante impresionante: se poda vera veinte o veinticinco clientes negociando en el interior de la agencia, interesarse de repente en lacolumna del piquete que daba vueltas sobre la acera exhibiendo sus pancartas: No tratis jamscon l: no es realmente honesto, eres un cabrn, porqu vienes a destruir nuestracomunidad?. Para muchos de ellos aquello era suficiente para retomar de nuevo una eventualnegociacin. A pesar de esto, a pesar de la publicidad de los peridicos y de las octavillasdistribuidas a los automovilistas en la calle -una de las grandes arterias de Chicago-, el agenteinmobiliario no acababa de ceder, se negaba a firmar el acuerdo amistoso. Los animadoresdecidieron entonces utilizar otra baza: en lugar de volver a la NCO despus del tercer piquete,condujeron sus furgonetas a un tranquilo barrio residencial de las afueras e hicieron piquetes frentea la casa de los padres del agente inmobiliario (cuya direccin haban descubierto das antes). Secomentaba que uno de los ancianos estaba enfermo. En cuanto fue avisado por telfono, el agenteacept firmar el famoso papel. La victoria fue celebrada. Inclua el que otros agentes inmobiliariosmenos fuertes que el anterior, cogieran miedo de las posibles represalias de una poblacin que, porentonces, saba organizarse.

La NCO poda aparecer as como una especie de PC, de puesto de mando, de una activaguerrilla permanente contra hombres de provecho que especulaban sobre la degradacin del barrio.Los mtodos pueden sorprender y es cierto que tenan su eficacia. Pero de los hechos relatados enpginas anteriores, no debera sacarse la conclusin de que la NCO se peleaba contra todo y contratodos. Quera liberar al barrio -al menos a sus habitantes ms vulnerables y agredidos- del pnico ydel miedo; deseaba al mismo tiempo darles el placer de defenderse juntos y de ganar una nuevadignidad y buenos recuerdos. En esto estaba apoyada tanto por instituciones como por personasimportantes: la lucha contra los sembradores de pnico, contra algunos agentes inmobiliarios,reciba el visto bueno de otros agentes inmobiliarios que deseaban moralizar la profesin yencontraban inmoral que algunos de entre ellos hubieran podido especular tanto que les hubieran

obligado a transformar sus propias casas en fortificaciones -por supuesto de lujo-, por miedo arepresalias individuales no controladas por una organizacin. Esta lucha era apoyada tambin por lamayor parte de las Iglesias, catlicas en su mayora en este barrio polaco y espaol, que prestabanlas viejas furgonetas de las parroquias para facilitar el transporte de tropas, anunciaban en elsermn mismo las manifestaciones previstas y organizaban la difusin de octavillas a la salida delos oficios religiosos. An utilizando para defender a los have-nots, a los ms desfavorecidos, unaestrategia del conflicto que no tena nada de confortable y que flirteaba constantemente con elexceso, la NCO no dejaba de ser el organismo federativo de 220 asociaciones civiles, religiosas,tnicas o culturales del barrio, cuya mayora no se sentan para nada revolucionarias. El radicalismode la NCO no le impeda formar parte del establishmentdel barrio, o al menos, en ltimo trminoser garantizado -y financiado- por l.

A la bsqueda de los verdaderos responsables


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En un barrio que se degrada, que se est guetizando (transformando en gueto), bajo la accincombinada de una planificacin urbana a menudo ciega y de las costumbres de reagrupamiento o dediscriminacin tnica o racial, existe todo un ciclo de problemas relacionados con la vivienda.Hemos visto algunas fases, queda por ver el ltimo estadio.

Podemos imaginar que al principio, el barrio es homogneo, en resumidas cuentas bastanteapacible. Los grupos de chavales no son unos gangsters, las escuelas pblicas no son lugarespeligrosos, las casas son conservadas de forma correcta y la pancarta Se Vende no esautomticamente un detonante social. Por cualquier motivo -algunas veces por casualidad, o por elatractivo que ejerce este barrio que parece ser una comunidad 9-, unos recin llegados se presentan:algunas familias de portorriqueos, o de mejicanos en un barrio de polacos, algunos negros enterritorio de blancos.

Es ste un momento crucial: los agentes inmobiliarios tienen entonces la gran oportunidad deexplotar tanto a los que ya residan el barrio, segn la tcnica del pnic-peddling, como a los recinllegados que no saben negociar un contrato y necesitan un alojamiento. Si la cosa es as, los

propietarios de inmuebles en alquiler -sobre todo aqullos que viven lejos- perdern intersrpidamente por sus apartamentos. Estos se transformarn en cuchitriles. Entonces, es posible quelos pirmanos entren en juego: pagados por propietarios que esperan beneficiarse de una prima desus compaas de seguros, metern fuego a los bloques, habitados o no 10. En todo caso, estosbloques de pisos sern progresivamente abandonados y una comisin dependiente del ayuntamientodeber pronunciarse sobre su destruccin. Pero quin pagar los 2.000 3.000 dlares necesariospara demoler los bloques, si el propietario desapareci, si su banco no quiere saber nada, y si elayuntamiento de Chicago afirma, a finales de junio, que la partida anual prevista en el presupuestomunicipal para este tipo de operaciones est completamente agotada? Aparentemente, nadie.

A trecientos metros de los locales de la NCO, haba un bello inmueble de estilo, abandonado ycompletamente en ruinas. En tres semanas, a lo largo de junio-julio de 1971, los bomberos tuvieronque intervenir veinticinco veces. El barrio estaba plagado de nios, los padres tenan miedo. Seignoraba el nombre del propietario, y el banco donde estaban depositados los ttulos de la propiedad

jugaba su papel de pantalla protectora. Las repetidas gestiones de los pastores de la iglesia cercanano tuvieron ningn resultado.

Quien no puede hacer lo menos, en ocasiones puede hacer lo ms. Los animadores de la NCO sepatearon de nuevo el barrio localizando los bloques a demoler. En pocos das, tenan dos listas: en laprimera, diez bloques sobre los que el Cour de Buildings (Juzgado de Urbanismo) habaordenado su demolicin; en la segunda, once bloques que estaban a la espera de la decisin del

Juzgado. El 27 de julio tuvo lugar una reunin en una sala parroquial. Uno de los responsables deldepartamento de vivienda de los servicios municipales fue invitado y acept asistirvoluntariamente. Durante ms de una hora, fue literalmente acosado y ms de una vez insultado por

9La palabra no tiene aqu un significado moral o mstico, sencillamente designa una colectividad local en la que elfuncionamiento y las instituciones son tales que en su conjunto puede sobrevivir.

10En Woodlawn, el famoso barrio negro de Chicago organizado por Alinsky, hubotantos incendios provocados durante el verano de 1971 que el ayuntamiento fueobligado a asegurar -con la paradjica colaboracin de una importante bandade malhechores, la Black Peace Stone Nation- la vigilancia de muchos gruposde bloques amenazados por los pirmanos. Un trabajador social que viva all,atestigu que tena preparada al lado de su cama una maleta con las cosas quequera salvar en caso de incendio, y que cada noche era angustiosa. En juliode 1971, el Chicago Daily News public una serie de artculos sobre el Blitzof Woodlawn (las incursiones sobre Woodlawn).


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una asamblea de 220 personas, visiblemente excitadas. Pidi entonces la palabra: a pesar de que noes muy agradable ser vuestro interlocutor esta noche, me alegro de vuestro dinamismo y espero queotros barrios, que pierden su identidad y su dignidad, os tomen como ejemplo. Es verdad queparticipo en la toma de desicin sobre estos bloques peligrosos, pero represento slo un 10% de ladecisin. Sin embargo, el juez K. del Juzgado de Urbanismo representa un 60%....

Fue interrumpido por los animadores que asistan a la reunin: Gracias, amable seor. Cuandoest libre para acompaar a nuestra delegacin a ver al juez K.? -No es posible. Es un colega. -Oviene Ud. o lo consideraremos nuestro enemigo y haremos un piquete frente a su casa y a la de suspadres.

El funcionario acept. La visita tuvo lugar y el bloque de los 25 incendios fue demolido a lasemana siguiente. Fue una fiesta, esta vez en la calle, y excepcionalmente se pudo ver fraternizar aportorriqueos y polacos.

Para los lderes locales y los animadores de la NCO, esta operacin de bsqueda de un verdaderoresponsable fue toda una leccin. Era necesario continuar. El censo de inmuebles peligrosos fuecompletado: en octubre de 1971, 155 edificios fueron catalogados y reclamada su gestin alayuntamiento. Finalmente, el mismo alcalde, Rechard Daley, acept recibir a la delegacin de laNCO, se dio cuenta del estado de los inmuebles y se comprometi a buscar los fondos necesarios.Los responsables de la NCO reconocieron en julio de 1973 que, en este campo, la accin del centrohaba sido, al cabo de unos meses, un xito completo: ms de 120 bloques de pisos fuerondemolidos en cuatro meses.

El problema de las escuelas

Aprovechando la presencia de numerosos animadores venidos a trabajar voluntariamente con l, elboss, el jefe de la NCO decidi a partir de la primavera de 1971 dar la prioridad a la accin conmejicanos y portorriqueos. La mayora de los problemas de alojamiento les afectaban en mayorgrado y daban lugar a iniciativas de las cuales podran obtener un nuevo poder. Esto, sin embargo,no sera suficiente para organizarlos en grupos de presin coherentes: los militantes de grupos alestilo defensa del consumidor son a menudo frgiles. Resolvedles el conflicto concreto en el queestn en juego sus intereses personales, y enseguida se olvidarn de movilizarse por el vecino. Es

una de las razones por las cuales, Shel Trapp, el boss de la NCO, implica, desde principios de julio,a toda su gente en el problema de las escuelas que acogan a nios hispanos. Escuelassuperpobladas, donde algunas clases se daban en vestuarios o pasillos, escuelas peligrosas dondeuna banda poda intervenir para sancionar duramente, a la entrada del aula, a un profesor quecastig a un alumno miembro de la misma 11, escuelas donde los nios de habla hispana ni siquieraaprendan ingls y se vean por tanto obsequiados con enormes orejas de burro que cuando menosles hacan largarse a sus casas. Resumiendo, en muchos casos, una situacin infernal.

La NCO tom una iniciativa bastante inusual: propuso al resto de comunidades de habla hispanade Chicago unirse para atacar al responsable de este problema -en palabras de Alinsky, alenemigo con quien haba que negociar de manera eficaz-. La movilizacin de la gente se hizo sin

11Ver ms adelante las notas sobre el problema de las gangs, es decir de las bandas de jvenes, en el barrio.


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muchas dificultades; el tipo de manifestacin se impuso casi por s mismo: sera una parada, unaespecie de desfile de carnaval, con colores vivos que encantaban a los hispanos y donde podanmanifestar su exuberancia. La parada tuvo lugar el domingo 25 de julio, llevara a la gente hacia lasplayas donde el csped bordea el lago Michigan -donde algunos domingos de verano llegan aaglomerarse hasta 500.000 personas-. Despus de los discursos de costumbre y el reparto de

octavillas, los grupos se desplazaron hasta el apartamento del inspector educativo (es decir, elenemigo en este caso) para presentar las quejas y obtener unos compromisos determinados.

A nivel material, la operacin requera bastantes esfuerzos: contactar con los interesados,convencerlos para asistir, encontrar suficientes furgonetas para ir a la concentracin, preparar lasruedas de prensa que haran saber al enemigo que sera atacado, alertar a la televisin y laradio.

Pero, finalmente, nada tan fue tan difcil como encontrar el argumento por el que nos batiramos:cmo simplificar al mximo la situacin, las quejas, las reivindicaciones, para que todos los

manifestantes se movilizaran bajo un mismo eslogan y que ste eslogan constituyera el ncleo delacuerdo a negociar con el inspector educativo? Hizo falta dedicar dos largas reuniones nocturnas enla sede de la NCO. Los animadores, enzarzados en los detalles de situaciones concretas queconocan bien, no lograban dominar la situacin; Shel Trapp escuch durante horas y despuspropuso sencillamente: Puesto que los alumnos de lengua hispana representan el 10% de lapoblacin escolar de Chicago, queremos que el 10% de los fondos federales destinados a lasescuelas de la ciudad sean destinados a las comunidades hispanas.

La movilizacin fue un xito, alguien tuvo la idea de transformar la parada en un cortejo fnebrepresidido por un inmenso atad negro, portado por gente con sotana, con la siguiente inscripcin:Es aqu donde nos obligis a dirigir la educacin de nuestros hijos.

El inspector educativo no estaba, fue uno de sus adjuntos quien recibi a los manifestantes. No secomprometi sobre la posibilidad del 10%, pero acept para su jefe una reunin que tendralugar cuatro das ms tarde en la NCO. Esta reunin concentr a 400 personas; el idioma utilizadofue el espaol, se traduca al ingls para el inspector educativo; firm la propuesta del 10%.Despus de esto, unos equipos se pusieron a trabajar -padres, profesores, funcionarios- para ver loque corresponda efectivamente a cada escuela.

Shel Trapp explic despus que hace falta saber negociar sencillamente y posibilitar siempre salvarla cara a aqul con quien se espera negociar.

El empleo

El tercer aspecto de la accin en los medios de habla hispana que vivan en las proximidades de laNCO era el empleo. Se puede decir que un tercio de los hombres no tenan los papeles deinmigracin en regla y no podan por tanto encontrar un trabajo. El sistema francs de contratos detrabajo que legitima a posteriori la presencia de un extranjero no exista en Estados Unidos.Curiosamente, es el nacimiento de un hijo en suelo americano lo que os puede salvar de haber idoall de manera fraudulenta a trabajar.

La NCO no avanz casi nada en este punto durante el verano de 1971. Los animadores lograronsencillamente poner en contacto a los responsables sindicales con los grupos de parados para obligar


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a los primeros a no olvidar a estos sub-proletarios que no eran afiliados suyos. Al ao siguiente, losresultados fueron ms considerables: formacin profesional de 400 trabajadores del barrio,colocacin de 2.500 en industrias locales, creacin de 500 nuevos puestos en otros barrios pararesidentes de habla hispana.

Balance de la temporada para la comunidad hispana

La multiplicacin de estas acciones por el alojamiento, las escuelas o el empleo hace surgiralgunos lderes de habla hispana e impresiona a la opinin pblica. Durante el verano, los peridicosde Chicago, el Chicago Tribune y el Chicago Daily News, se refirieron ms de una vez a esteasunto. El hecho ms significativo en este aspecto, fue una serie de artculos delDaily News, a partirdel 31 de julio de 1971, sobre los hispanos de Chicago, los latinos como se les suele llamar, estacomunidad que nadie conoce y que a su vez se lanz en persecucin del gran sueo americano.Los artculos estaban redactados en espaol y en ingls. La serie se abri con un artculo, a la una,que ocup ms espacio que el relato de las primeras utilizaciones de vehculos en la luna (era lapoca del Apolo 15). Un fenmeno interesante pero al mismo tiempo desconcertante; lasignificacin poltica aparente de un trabajo social hecho a la manera de Alinsky no tena nada derevolucionaria: a travs de sus acciones, de sus nuevos lderes, de sus exigencias, una nueva minoratnica se integraba en la vida pblica de Chicago y los medios de comunicacin lo reconocanoficialmente. Mediante el conflicto como tcnica de integracin social, los latinos lograban a su vezuna situacin envidiable.

Las otras preocupaciones de la NCO

Hasta ahora hemos mencionado las hechos ms significativos del verano de 1971 en la NCO, peroellos no constituyen ms que una parte de los programas de actividades o de las preocupaciones deuna organizacin comunitaria.

Otros cuatro campos de accin merecen ser sealados: uno el sector de la vivienda consideradoms clsico y ms constructivo; un segundo donde se fracas rotundamente; otro del que se hablabaa menudo pero en el que nadie se atreva a aventurarse; finalmente, un ltimo aspecto quepreocupaba a cada uno a ttulo personal pero que desbordaba la funcin especfica de los

trabajadores sociales llamados comunitarios.

Haciendo las cosas con suficiente antelacin, era posible romper el crculo vicioso del deterioro dela vivienda, imponiendo a los propietarios el respeto a la normativa de vivienda y msampliamente, creando en el barrio un estado de nimo y unas prcticas de respeto de la vivienda,tanto por parte de los propietarios como por parte de los inquilinos. Si la accin comn se iniciabademasiado tarde, era la demolicin de los bloques -como se comprob- la que haca falta llevar abuen trmino. Surgan entonces solares vacos que rpidamente se transformaban en vertederos debasura, en este barrio donde los basureros pasaban slo una vez a la semana. Esta situacin llev amuchos animadores a poner en marcha, con su gente, jornadas de trabajo colectivo: utilizandomaterial -palas, carretillas, camiones-, prestado por los servicios municipales, proponan de vez encuando la limpieza sistemtica de todos los solares vacos de una o varias calles. Quiz stas eranesencialmente un tipo de accin educativa: el barrio es asunto de todos. Pero era posible ir an mslejos: una comisin de la NCO, la Bickerdike redevelopment corporation, se constituy como un


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arma -decan-, una herramienta, que permita acometer la construccin de casas nuevas,integradas en un sistema de alquiler-venta (alquiler con opcin a compra), para las familias delbarrio. Era el equivalente de los castors franceses de la posguerra. Este tipo de trabajo, msconstructivo que el de los piquetes, era importante en la NCO pero no motivaba a los animadoresdel verano de 1971, con la misma intensidad que el trabajo de la calle al cual estaban destinados.

Sin embargo, la inauguracin el 31 de julio de 1971 de la primera de estas casas fue para todo elmundo, equipo tcnico del Bickerdike y animadores, un gran acontecimiento.

El problema por el cual nos peleamos siempre en vano estuvo en la calle. Desde mitades de juniohasta finales de julio 1971, hizo muchsimo calor en Chicago y los animadores de la NCO estabanseguros de que seran llamados sin parar a causa del problema de las bocas de incendio. La gentetena miedo, y esto es comprensible. En estos viejos barrios donde la madera es el material base demuchas casas, los incendios -an sin pirmanos que los provocaran- son frecuentes. An serecordaban vivamente las revueltas que el ao de la muerte de Martin Luther King duraron cuatrodas, durante los cuales, los bomberos -presentes en aquella ocasin- fueron incapaces de controlarel fuego: no haba suficiente presin en las canalizaciones para alimentar las mangueras. Y se

conoca a los culpables: todos los nios del barrio que, desde las 8 de la maana, no pudiendo ir a laplaya del lago, ni pudiendo frecuentar las piscinas inutilizadas del vecindario, se entretenan en abrirlas bocas de incendio jugando con el agua durante todo el da. No hubo grandes incendios nirevueltas alrededor de la NCO en 1971, pero a las 9 de la maana tampoco haba agua en las casas.Dos bloques nuevos de quince a veinte plantas, reservados a gente de edad, equivalentes a algunasde nuestras residencias de ancianos, eran diariamente escenario de situaciones tragicmicas: se veaen el stano, a partir de las 6 de la maana, un desfile de personas mayores que venan a por agua,en un barreo, en una garrafa o con algunas botellas para subirla a los apartamentos y guardar unaparte en el frigorfico; era la nica manera de tener agua durante el da. En las casas vecinas, eramenos grave pero igualmente molesto: las cocinas y los cuartos de bao tampoco disponan de ella.Como contrapartida se tena a veces ocasin de presenciar escenas de calle memorables cuando lostrabajadores regresaban por la noche o mientras les preparaban la cena: los hombres en baador seduchaban en la acera, las mujeres venan a lavarse el pelo; las amas de casa, por su cuenta y riesgo,venan a buscar agua para fregar los platos, apartndose precipitadamente si a los adolescentes delas bandas vecinas les daba por entretenerse cronometrando sus habilidades al volante, alrededor delas manzanas de casas, en calles llenas de baches convertidos en charcos.

Haba cosas con las que divertirse y sobre las que reflexionar. Los polacos del sector, que engeneral tenan ms edad, acusaban a los latinos de no saber educar e instruir a sus nios. La rplicavena enseguida: vosotros, no sabis amar a vuestros hijos, y la madre de familia numerosaexplicaba desde su sexto piso sin agua: es cierto, me molesta no tener agua, pero al menos, s

dnde estn mis nios, all abajo en la charca de la calle.En las reuniones restringidas, a dos o tres calles, que moderaba un animador de la NCO casi cada

noche, la cuestin era : qu hacer? El problema estaba claro, pero era responsabilidad de la propiagente la de poner orden en su propia casa, no haba enemigo responsable de la situacin. Muchosgrupos acudieron a la polica local que intent establecer una vigilancia hasta el da en que dospolicas fueron agredidos por jvenes que acababan de abrir una nueva boca de incendiocausndoles heridas a base de golpes con una llave inglesa. Este episodio de policas en el hospitalmarc el fin de los intentos por mejorar la situacin.

Es verdad que la cuestin de las bocas de incendio era un aspecto menor de un problema mucho

ms importante: el de las gangs. Haba muchas en el barrio: los Latin Kings, los AshlandVikings, los Playboys (que no tenan nada que ver con la revista y el club del mismo nombre),los Polish Vikings los Haddon Boys, y algunas otras. No eran gangs lideradas por adultos,


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como en el barrio negro de Woodlawn, donde el Black Peace Stone Nation, era una verdaderainstitucin con la que siempre haba que contar. Eran slo bandas de jvenes, revoltosos, agresivos,irritantes, a menudo violentos. El drama vena del hecho de que estuvieran armados y que por unasunto de chicas, que se disputaban por ejemplo dos jefes de diecisis o dieciocho aos, o por elasunto de una nueva calle a anexar al territorio controlado por la gang -su particular Alsacia-

Lorena-, las peleas se iniciaban rpidamente, con cadenas de bicicleta, piedras, navajas e inclusopistolas. La pelcula West Side Story nos mostr imgenes extraordinarias de estas peleas callejeras.En julio de 1971, dos muchachos de diecisis y dieciocho aos fueron asesinados con balas de

revlver en una pelea de gangs cerca de la NCO. La polica, segn la prensa del 4 de julio,reconoci que eran las vigsimo primera y segunda personas muertas en Chicago en peleascallejeras entre gangs desde comienzos del ao.

En la NCO no se hablaba ms que de reorganizar un barrio, de combatir lo que lo destrua, depromover lo que poda darle vida. Los jvenes, por su parte, saban espontneamente organizarse,movilizarse y pelearse. Ms de una vez, el boss de la NCO, Shel Trapp, planific una accindestinada a ellos; estimaba que sera difcil pero no imposible implicar a las gangs en trabajar por el

barrio en lugar de destruirlo. Este problema jams fue abordado realmente. Para trabajar cerca de lasgangs haca falta gente dura y especialmente entrenada -no los animadores voluntarios del verano de1971- que en aquella poca la NCO no poda financiar. Hubieran tenido xito? no podemosdecirlo. Es cierto, sin embargo, que en este campo no se intent nada, nicamente por razonesfinancieras.

Las oficinas de la NCO (Av. de Ashland, n 1.109) se encontraban a doscientos metros de unimportante cruce donde se juntaban la Ashland Avenue sobre el eje norte-sur, la Divisin Street deeste a oeste y la Milwaukee Avenue que, diagonalmente, se alejaba hacia el noroeste. Era uno de loslugares ms destacados de venta de droga en Chicago. No se poda trabajar en la calle, comoanimador, sin enfrentarse constantemente a este problema adems de otros: mucho paro, mucho

alcohol, la violencia siempre posible y los drogadictos. Qu hacer? En este punto, Shel Trapp eraclaro: Dad todo vuestro dinero, si queris, para ayudar a los que acogen y cuidan a los drogadictos,es asunto vuestro. Pero aqu, en la NCO, esto no nos concierne. Nuestro trabajo es salvar unacomunidad, reestructurar un barrio que se va a pique, y hacerlo implicando a sus habitantes enmanifestaciones donde sus intereses estn comprometidos y permitiendo el surgimiento de ldereslocales. Debemos hacerlo de manera que nuestro pueblo, aqu, tome o retome su poder. Entoncesvivir en el barrio tendr sentido. No es ayudando individualmente a un enfermo como vais aconseguir esto. El trfico de drogas no ha sido organizado aqu, y no es aqu donde podremosdesorganizarlo. No somos asistentes sociales, somos trabajadores comunitarios, animadores. A cadauno su funcin. Pero si tenis corazones sensibles, haced como yo, dadles de vez en cuando 10dlares para sus buenas obras.

No se puede concluir este panorama -rayano, a veces, con la caricatura- de actividades ypreocupaciones de la NCO, en la poca de Shel Trapp, sin sealar sus lmites. Fue solamente unepisodio en la historia de esta organizacin comunitaria, un perodo bastante corto en una atmsferade recalentamiento, no suficiente en todo caso para darse cuenta de la funcin de la NCO durantequince aos en un sector urbano de 150.000 a 200.000 habitantes 12. A lo sumo, podemos decir quelas acciones emprendidas en esta poca ilustraron, ms que en otros momentos, los mtodosrecomendados por Saul Alinsky. Es con esta finalidad con la que fueron incluidas en la introduccindeRules for Radicals.

Sera tambin un error pensar que la vida del barrio encontraba su mejor reflejo en la NCO. Comoen otros lugares, vivir aqu era a menudo tan sencillo como uno pueda imaginarlo, con las

12Cf. Anexo I.


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satisfacciones e insatisfacciones de cada da: estaba el trabajo, la familia, el caf, los juegos, elhospital, las tiendas, el paseo dominical, la buena comida festiva, los matrimonios, los entierros.Como el inspector fiscal que conoce slo los fraudes, o el mdico las enfermedades, el animador dela NCO vea solamente los problemas (las situaciones), los enemigos a batir y un barrio porsalvar. En resumen, al contrario de lo que pasaba en Woodlawn en la misma poca, no era algo

trgico, sino sencillamente bastante excitante. Sin embargo, el futuro del barrio estaba en juego ypocos hombres, incluidos los polticos, eran tan conscientes de esto como la gente de la NCO.

3. SHEL TRAPP EN LA NCO;SU FUNCIN Y SUS MTODOS: LOS STAFF-MEETINGS

Interesarse en la NCO y dejarse impresionar aunque slo sea un poco por el estilo o el volumen desus actividades o ms an por la significacin que parece tener en un barrio, nos hace plantearnos lasiguiente pregunta: cul es la originalidad de este organismo, qu es lo que marca la diferencia?

Nos parece que podemos percibirla examinando cuatro factores interdependientes que podemos

distinguir en la vida de la NCO:- una funcin que hay que asegurar,- un tipo de hombre,- una concepcin poco habitual pero muy coherente de la accin,- en fin, un conjunto de reglas de comportamiento.

La funcin delboss [jefe]en la NCO - Shel Trapp

El director de juego, el garante de la calidad del trabajo realizado, era un hombre duro y silencioso,

solitario a su manera, que prcticamente no abandonaba los locales del centro: Sheldon Trapp.Formado por Tom Gaudette, discpulo directo de Alinsky y patrn (boss) de otra organizacincomunitaria, Shel Trapp fue durante diez aos uno de los grandes animadores de calle de Chicago.En la NCO, la fragilidad o la falta de imaginacin de su equipo haca que algunas veces estallara.Hablaba poco de l mismo, pero reconoca que haba sabido llevar simultneamente de diez a doceasuntos con otros tanto grupos. Le faltaba trabajar en el tajo, pero saba que para l, esto se habaterminado; segua las mismas lneas que un Alinsky o un Gaudette: el trabajo en la calle - laresponsabilidad de una organizacin comunitaria - la creacin de una escuela de formacin deanimadores 13.

Shel Trapp era una especie de franciscano que hubiera aprendido tcnicas de gestin en la

Harvard Business School. Un franciscano que hubiera aprendido tambin a blasfemar, pero cuyamadurez emocional -se reconoca a s mismo como neurtico- hizo que jams se dejara invadirpor la irracionalidad de las situaciones que afrontaba. Estaba siempre disponible y, al mismotiempo, era capaz de implicarse afectivamente, de manera intensa, en los problemas de los gruposde los que era responsable.

Adiestraba a un nuevo animador en diez minutos: Vete a la calle, este es tu sector, conoce a lagente, descubre con ellos un problema que les pueda movilizar y que pueda ser una ocasin para

13Shel Trapp, sustituido por uno de sus adjuntos Don Elmer, dej la NCO en 1972, para crear un centro de formacinde animadores especializados en problemas de lucha por la vivienda. Cf. Anexo II, una ojeada al programa bsico de

este centro de formacin. En 1973, tres centros similares competan en Chicago: el de Shel Trapp, el de su maestroTom Guadette, y el IAF instituto creado por Alinsky. Shel Trapp intentaba imponerse y hubiera deseado en aquellapoca ser invitado por los sindicatos franceses.


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organizarse, renelos, decidid obligatoriamente alguna cosa al finalizar la reunin y,preferentemente, haced una manifestacin contra alguien. Hay que triunfar -aunque no se debe serambicioso al principio- y celebrar el triunfo.Despus de esto, el grupo existe, ste lo sabe, y no tienes derecho a dejarlo morir. Por otra parte,

hablamos de ello dos veces por semana en la reuniones generales de animadores.

Si necesitas una secretara, ven aqu: hay mquinas de escribir, una multicopista, telfonos,listado de direcciones. Bscate la vida.Hay que tirarse al agua para nadar y hay pocas cosas que saber de antemano, sobre todo no hay

que perder tiempo charlando antes de empezar. Era el mtodo de Shel Trapp, al que le horrorizabarendir cuentas o hacer balance de los proyectos.

Es ste un estilo de direccin. Todo el mundo lo aceptaba en la NCO. Shel Trapp era as eldistribuidor de la accin y el maestro artesano que enseaba. Era tambin el responsable financierode la asociacin y se enorgulleca de haber enjugado en tres aos un dficit de 5.000 dlares y dehaber constituido una reserva de capital que eran del orden del 15 al 18% del presupuesto anual.

Pero no son estos los aspectos del trabajo de Shel Trapp que le confieren su originalidad. sta sloapareca realmente en la reuniones de estado-mayor, del grupo de animadores. Dos veces porsemana, a veces tres, aunque en este caso la forma fsica de los animadores se resenta bastante, losanimadores volvan de sus reuniones de sector o de sus manifestaciones para reunirse a las 22,30 h.en los locales del Centro. Muy rara vez haba un orden de da concreto, era necesario revisarlo todoen la vida de la organizacin.

Toda la atencin se concentraba en Shel Trapp que interpelaba a cada uno en su funcin:- Walter, en qu punto ests con tu grupo de ucranianos?- Tuvimos una reunin esta noche para debatir la situacin de los inquilinos del bloque de Mr. K.

Estuvimos una veintena. Muchos tenan miedo al principio. A pesar de todo decidieron hacer lalista de reparaciones a exigir y van a ir a ver al propietario.

- Se dice que ese to tiene muchos bloque de pisos en las calles vecinas. Te has informado?- No.- Eso no te pega. Hace ocho das que ests patendote el mismo bloque. Hay que ampliar el

campo. Si no vas a otros bloques, nadie lo har. El problema de vivienda de los ucranianos esms grande que tu pequeo equipo. No pierdas tu tiempo charlando de sus problemaspersonales, no hay nada que organizar a partir de ah; envalos a los sacerdotes y a losasistentes sociales. Qu piensas hacer entonces?

- Ir a visitar los otros bloques, preparar una reunin ms amplia.- Qu tipo de reunin?

- Igual que la anterior, pero con ms gente.- No, las veinte personas de esta noche tendrn la impresin de repetirse, de hacer lo mismo, defarfullar. Hace falta algo nuevo, ms exigente, y podrn contar a los recin llegados cmo suprimera accin fue una victoria y permiti la ampliacin a otras calles. Tu gente no ha sabido

jams lo que es ganar y contrselo despus a otros. Tienen esto al alcance de la mano, no lesprives de ello. Entonces, qu vas hacer?

- Se puede invitar al propietario, Mr. K., y pedirle que firme, delante de todo el mundo, elcompromiso de reparar sus apartamentos. Sera mejor que ir a verlo a su casa y discutirlo conl en un grupo reducido.

- Evidentemente, este to es un cabrn ya que est ganando dinero en nuestro barrio y al mismotiempo contribuye a su degradacin. Es un absentee landlord, ya que vive fuera. Es mejor

atacarle en una reunin publica que discutir, educadamente, con l en su propia casa. Puede serque el resultado no fuera diferente en cuanto a los apartamentos, pero para tu gente sera unafiesta. Descubrirn que tienen poder y que cuando se tiene poder nos encontramos enfrentados


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a otros que tambin lo tienen y con quienes es necesario negociar. Y adems, en estasreuniones, procurad que haya controversia. Las reuniones prudentes molestan a la gente: si son50 la primera vez, sern 30 la segunda. Sin embargo, si hay debate, los 50 se convertirn en 70.Pero, ests seguro de que ste es un buen argumento? has visto los apartamentos ? losdesperfectos, son obra de algunos inquilinos? Si es as, no te ocupes de ellos, hazlo nicamente

de aqullos que tienen razones vlidas -segn la legalidad vigente en el Estado de Chicago-para atacar a sus arrendatarios.

Aqu, slo trabajamos dentro de la legalidad. Si tenis problemas con la polica, no os conozco.Pero, a ese cabrn hijo de puta del propietario que hace polvo a nuestra gente, por Dios,hacdselo pagar caro. Entonces, cuando vas a tener tu reunin?

- Djame tiempo para tomar los contactos, e invitar al propietario. Dentro de ocho das.- Demasiado tarde. En todas vuestras operaciones hay que mantener un ritmo constante: al

menos dos manifestaciones por semana. No se gana nada montando una parada o un piqueteun domingo, hay que hacer cosas tambin el martes y el jueves. No dejes morir a tu grupo,ahora que lo has creado. Haz tu reunin dentro de tres das. Qu te hace falta para tu reunin?

- Cuento con mi grupo de veinte. Puede ser que encuentre otros tantos en los bloques vecinos.Nunca podr llegar a reunir a cien y esto es lo que nos hace falta.

- De acuerdo, nosotros nos ocuparemos de esto. (comienza un turno de palabra) Bob, qu vashacer para traer a quince personas a la reunin de Walter, el prximo jueves? Tienes cochespara llevarlos?

- Shel, es imposible. Tengo una reunin a la misma hora sobre el problema del comedor escolar.El grupo es bastante numeroso, pero tengo que estar all, son todava novatos. Adems sonlatinos, que no les gustan los ucranianos.

- Bscate la vida, explica a tu gente que si quieren contar un da con el apoyo de los vecinos,incluso el de los ucranianos, tienen ahora que apoyarlos a ellos. Pueden elegir a quince.Adems no es malo que t no ests en la reunin, no te has ocupado suficientemente del lderde tu grupo, es urgente que te lo plantees. Debe haber dos o tres bocazas capaces de llevar lareunin tan bien como t. Djalos desenvolverse y vuelve a verlos al da siguiente para debatirsus mtodos. Entonces, todo arreglado, trais a quince y si no tienen medio de transporte,puedes siempre pedir la furgoneta de la parroquia de San Bonifacio. Con estos tenemoscincuenta y cinco. (Shel pasa al siguiente) John, puedes traernos una docena de tu grupo denegros?

- Si, es posible, no tenemos reunin esa noche, y desde el ltimo piquete que hicieron enHighland Park 14con polacos y latinos, tienen ganas de hacer ms cosas.

- Eso est bien. Todas nuestras minoras necesitan la ocasin de librar sus batallas, de saber loque es ganar, y de entender -desde esta posicin de poder- que hace falta colaborar con otras

minoras. Las minoras que se dedican solamente a lo folklrico pierden el tiempo. Debenpelear con las dems y a veces contra ellas mismas. Es as como aprendern lo que son, cadauno podr entonces decir: soy alguien. Utilizad los sentimientos raciales. La fuerza logradaen un combate que utiliza estos sentimientos lleva al descubrimiento de la necesidad delcompromiso: Nosotros negros fuertes, necesitamos a los blancos, y es por eso que les hemosayudado en sus piquetes y en sus reuniones. Es la nica manera de tratar concretamente losproblemas de racismo: hacen falta situaciones concretas de enfrentamiento, de reconocimientode poder y de negociacin de apoyo mutuo. Todo esto es nuestro barrio.

[el turno de palabra sigue hasta encontrar las cien personas para la reunin de Walter. Cada unodebe dominar tcnicas de movilizacin de la gente de su sector: You must know how to produce

people (debis saber cmo crear pueblo) ]14Una pequea zona residencial de clase alta, al norte de Chicago, a orillas del lago Michigan.


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- Walter, todo esta listo para tu reunin. No olvides a los periodistas y avisa a la comisaria.Intenta que sea el periodista Mr. W. el que venga. l entiende lo que hacemos y no nosengaar. Tenemos que controlar siempre la interpretacin de nuestras acciones en la opininpblica y darle toda su importancia a los periodistas. Pero no traigas ms al niato que la

ltima vez no dej claro que la gente de Bob haba ganado. Este to es un periodista asqueroso,que como las putas hace la calle para joder sin quedarse embarazado.

Una ltima cosa, Walter, tu grupo es joven. Respeta a tu gente. Debes tener sentimientosucranianos para tener influencia sobre los ucranianos. No debes juzgar a la gente segn susmanifestaciones, sino por lo que dicen o hacen para mejorar su manera de organizarse. Aqutrabajamos con gente con un poder muy reducido y no con los notables o aristcratas de la vidasocial como hacen los franceses. Otra cosa ms, no olvides patear tus calles y tus bloques dos horasantes de una reunin. Es mejor para tu gente.

Despes de Walter, era Bob, luego John, luego Liz, etc., a quienes Shel cuestionaba. Y, cada vez

que haca falta conocer la opinin de todo el mundo sobre un problema o saber cmo movilizarcincuenta o doscientas personas en diferentes sitios al mismo tiempo, se abran turnos de palabra.Shel era el que preguntaba y en eso no haba nadie que lo igualara. Formaba parte de la metodologade las reuniones de direccin. Jugaba el papel de Scrates, era un psiclogo muy fino; riguroso conlos errores, no hacia concesiones, pero nunca machacaba a uno de sus animadores: cuando algunoestaba desanimado, el soplaba suavemente sobre el ascua que quedaba.

Estas reuniones se acababan sobre las 2 3 de la maana, pero la hora de la clausura no se fijabanunca de antemano. Se llegaba hasta el final. Shel consideraba que los problemas se abordan mejorcuando se olvida calcular el tiempo dedicado a ellos. Pero al mismo tiempo respetaba el sueo delos que a las 23 h. o a la una de la madrugada se quedaban roque sobre la mesa.

La funcin del boss en la reunin de direccin es parecida a la funcin de un padre abad en losmonasterios. Un monasterio no es una institucin donde haga falta asegurar la funcin de un jefe yelegir un padre abad; consiste, por el contrario, en un maestro espiritual que atrae discpulos, cuyonmero obliga a organizar una vida comn y formar una institucin. Las reuniones de direccin entorno a Shel Trapp llevan a pensar que una organizacin comunitaria no es una institucin en la cualse contrata a un director, sino un maestro animador que atrae aprendices y cuyo volumen de trabajohace que se hable de una institucin.

Parece que una de las originalidades de la NCO, en 1971, era esta manera de concebir la funcin

del boss.

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