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MANUAL PARA LA DETECCIÓN Y SEGUIMIENTO DE TENDIDOS ELÉCTRICOS PELIGROSOS PARA LAS AVES Elaborado por: Financiado por:

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MANUAL PARA LA DETECCIÓN Y SEGUIMIENTO DE TENDIDOS ELÉCTRICOS PELIGROSOS PARA LAS AVES

Elaborado por: Financiado por:

La elaboración de esta publicación sobre aves y tendidos eléctricos, ha sido desarrollada por la Fundación Amigos del Águila Imperial, Lince Ibérico y Espacios Naturales Privados y financiada por el Ministerio de Agricultura, Ali-mentación y Medio Ambiente.

Cita recomendada:Fundación de amigos del águila imperial, lince ibérico y espacios naturales de carácter privado. Manual para la detección y seguimiento de tendidos eléctricos peligrosos para las aves.

Autores de los textos: Ángel V. Arredondo, Soledad Centenera,

Autores de las fotografías: Fundación de amigos del águila imperial, lince ibérico y espacios naturales de carácter privado, Ángel Arredondo (pp. 11, 35, 43), Roberto Sánchez (p. 4 ) y Andoni Canela (pp. 10, 16)

Fotografía portada: Andoni Canela.

Colabora: Grupo Isonor.

ÍndicePresentación 5

La biodiversidad en España 7

Las aves de España 9

Las formas de interacción entre aves y tendidos. Las positivas y las negativas 11

La interacción por tendidos como una causa de mortalidad de aves amenazadas. El impacto de

los tendidos en España 13

El águila imperial ibérica y el águila perdicera, dos especies emblemáticas amenazadas por los

tendidos eléctricos 17

Las partes de un tendido eléctrico 21

Las características de un tendido eléctrico que lo hacen más peligroso 25

Las características del medio que hacen más peligroso un tendido 29

La situación legal en la actualidad 33

La evolución en la corrección de la electrocución en España 37

Cómo corregir la mortalidad de aves en tendidos eléctricos de forma eficaz 39

Cómo hacer el seguimiento de un tendido eléctrico 41

Implicaciones y dónde informar de la mortalidad de aves en un tendido 45

Bibliografía 47

PRESENTACIÓN

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PresentaciónEl presente documento tiene por objeto facilitar la convivencia de algunas de las aves más amenazadas por una infraestructura tan fundamental como los tendidos eléctricos.

En la actualidad en España son decenas de miles de kilómetros los que ocupan tendidos necesarios para permitir el desarrollo del medio rural o industrial. Pero a la vez son la principal fuente de mortalidad para alguna de nuestras joyas aladas, como el águila imperial ibérica o el águila perdicera.

El interés de esta obra reside en dar aspectos clave que puedan ayudar, a todos los implicados, para solucionar uno de los principales problemas de conservación de la biodiversidad ibérica y mundial, ya que somos una de las más importantes vías en la emigración de aves en el hemisferio.

Fernando Andrada-Vanderwilde.Presidente de la Fundación de amigos del águila imperial,

lince ibérico y espacios naturales de carácter privado

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LA BIODIVERSIDAD EN ESPAÑA

LA BIODIVERSIDAD EN ESPAÑA

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La biodiversidad en EspañaLa cuenca mediterránea está considerada como uno de los 25 “puntos calientes” de biodiversidad mundial. Y Es-paña es un excelente representante de dicha biodiversidad. En concreto, en España se presentan 337 especies de aves, 97 especies de mamíferos terrestres, 79 de reptiles, 30 de anfibios y 68 de peces continentales. Con relación a la Unión Europea, España ocupa el 12,76% del territorio, pero cuenta con el 50% del total de vertebrados. El grupo mejor representado son las aves (61,05% del total europeo), seguido de reptiles (50,6%) y mamíferos (44,29%). La diversidad de las táxones vegetales ibéricos también es muy notable (unos 8.000 en la Península y unos 10.000 en toda España).

La Península Ibérica posee una gran diversidad de especies animales y vegetales gracias a una posición geográfica privilegiada en Europa, relativamente aislada, lo que favorece los procesos de aparición de especies únicas como el águila imperial ibérica (Aquila adalberti) o el lince ibérico (Lynx pardinus). La condición de puente entre Europa y África hace que igualmente aparezcan especies propias de ambos continentes. Estos fenómenos se ven acentua-dos en las Canarias, donde la mayor parte de la flora, más de 1.000 especies, es endémica (ya sea de las propias Canarias o del conjunto de la Macaronesia), es decir, que sólo aparecen allí.

A estos procesos de aparición de nuevas especies contribuyen una orografía muy montañosa, la segunda más escarpada de Europa, lo que aún se acentúa en las Canarias, especialmente las occidentales. Además, las grandes cadenas montañosas ibéricas han supuesto un freno a la intensidad de la gestión, lo que ha hecho que el hombre deba adaptar el manejo del territorio a unas condiciones climatológicas relativamente duras. De esta forma, las zonas de montaña han supuesto refugios para numerosas especies, que ahora son un emblema, como el oso pardo (Ursus arctos) en la Cordillera Cantábrica y Pirineos o el quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) y la orquídea zapa-tito de dama (Cypripedium calceolus) en esta última.

Por el contrario, las zonas llanas han sido objeto de una gestión mucho más intensa, pero condicionada por un nue-vo elemento, la geología. En la mitad occidental ibérica abundan las formaciones rocosas de naturaleza ácida, que dan origen a un suelo pobre y difícil de cultivar, por lo que las zonas llanas se han dedicado fundamentalmente al aprovechamiento de los pastos, de forma que lo más habitual son los paisajes multifuncionales, como las dehesas, donde conviven aprovechamientos agrícolas, ganaderos y selvícolas.

Por el contrario, en la mitad oriental y en los valles de los grandes ríos, donde abundan los sedimentos de las cade-nas montañosas que las rodean, la agricultura se ha desarrollado de forma muy importante, lo que ha provocado que numerosas especies estén altamente relacionados con estas prácticas agrarias. Debido a la productividad del medio agrario, la intensidad ha sido relativamente baja hasta hace poco, lo que ha provocado que España posea

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LA BIODIVERSIDAD EN ESPAÑA

las más importantes poblaciones de aves ligadas a medios agrarios de Europa, como las avutardas (Otis tarda) en la Península o las avutardas hubaras (Chlamydotis undulata) en Canarias.

La movida orografía hispana contribuye además a generar una gran variedad de climas, desde las zonas más áridas de Europa hasta regiones que reciben casi 3.000 mm al año, aproximadamente 15 veces más. La diversidad climá-tica ha permitido que, a lo largo de una historia climática cambiante, las cohortes florísticas que han ido llegando a la Península puedan encontrar luego refugios. Esto ha hecho que España albergue tanto especies propias de climas ya desaparecidos (como especies subropicales tales como el ojaranzo, (Rhododendrum ponticum ssp. baeticum) o el loro (Prunus lusitanica ambas propias de la flora mediterránea de hace unos 6 millones de años) así como otras propias de periodos secos, como las sabinas

Dehesa de los Montes de Toledo

LAS AVES DE ESPAÑA

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Las aves de EspañaComo ya se ha mencionado, en España se presentan 337 especies de aves y un total de 391 taxones (especies y subespecies, es decir, poblaciones adaptadas a condiciones locales, como sucede con muchas aves en Canarias). Es decir, más del 60% de las especies de aves presentes en la Unión Europea.

De acuerdo a los datos del Inventario Nacional de Biodiversidad, en España hay una mayor diversidad de aves reproductoras en las montañas del interior peninsular, especialmente las del Sistema Central e Ibérico. Mientras, en las zonas netamente agrícolas hay una menor diversidad de aves, aunque mu-chas de ellas son muy específicas de estos sistemas y muy raras en el conjunto de Europa.

Pero es que además España alberga las principales poblaciones de muchas de estas aves. España alberga la práctica totalidad de las 400 parejas de águila imperial ibérica que hay en el mundo. De igual forma, viven más del 60% de la población de avutardas, el 70% de la población de águila-azor perdicera, o el 90% de los sisones de todo el continente europeo (BirdLife International, 2004). Eso sin contar las carroñeras, para las que España supone su principal refugio de la Unión Europea, con más del 95% de parejas de buitre negro o el 90% de parejas de buitre leonado.

De éstas, hay un 25% de las especies (un total de 99) que están amenazadas, de acuerdo al Libro Rojo de las Aves de Espa-ña. Y los tendidos eléctricos aparecen como una de las principales amenazas para 24 taxones. Es decir, para casi 1 de cada 4 especies que está amenazada los tendidos eléctricos son causa de esa amenaza. Pero además los tendidos son una de las principales amenazas para alguna de las aves más escasas, como pueden ser el águila imperial ibérica, el águila perdicera o el milano real, todas ellas en peligro de extinción.

Riqueza de aves por cuadrícula UTM a partir del Inventario Na-cional de Biodiversidad

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LAS FORMAS DE INTERACCIÓN ENTRE AVES Y TENDIDOS. LAS POSITIVAS Y LAS NEGATIVAS

LAS FORMAS DE INTERACCIÓN ENTRE AVES Y TENDIDOS. LAS POSITIVAS Y LAS NEGATIVAS

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Las formas de interacción entre aves y tendidos. Las positivas y las negativasLos impactos de las infraestructuras eléctricas más frecuentes, de acuerdo con Negro (1999), son alteraciones paisajísticas (cuya magnitud dependerá de la naturalidad del paisaje), incremento de la polución atmosférica (tanto por los campos eléctricos como por el ruido producido por el efecto corona, muy frecuente en las líneas de transporte), cambios en el hábitat (tanto por la destrucción que se produce en el entorno inmediato de la línea como por la fragmentación y los efectos de borde asociados que éste genera) y finalmente las interacciones con la fauna.

En el caso de la infraestructura eléctrica hay interacciones positivas, puesto que constituyen lugares de nidificación así como posaderos y oteaderos, lo que favorece a numerosas especies (Steenhof et al. 1993). Pero también hay interacciones negativas, y estas parecen tener un mayor peso. Se trata de mortalidad directa ocasionada por colisión, enganche y electrocución, así como los efectos negativos derivados de los campos electromagnéticos, menos estudiados. Dada la magnitud de ambos tipos de interacciones, se han estudiado mucho más aquellos aspectos negativos que los positivos, aunque, indudablemente, éstos existen y son muy relevantes para la con-servación de muchas aves (Tryjanowski et al. 2013).

Las interacciones negativas entre tendidos eléctricos y aves son conocidas desde hace mucho (Ferrer, 2012). En España los pri-meros datos proceden de los trabajos del naturalista Jesús Gar-zón, cuando encuentra varios cadáveres de águilas imperiales ibéricas (Aquila adalberti) en el Parque Nacional de Doñana. Des-de entonces y hasta ahora, la interacción con las líneas eléctricas se ha revelado como una de las principales causas de mortalidad de la avifauna española.

Pero no sólo es que las especies amenazadas se vean afectadas por la interacción con tendidos eléctricos, sino que además su-pone una causa fundamental de su estado de conservación. Para

Operario trabajando en plataformas de nidificación de cigüeña situados en tendidos de transporte

Paisaje fragmentado para paso de línea eléctrica

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LAS FORMAS DE INTERACCIÓN ENTRE AVES Y TENDIDOS. LAS POSITIVAS Y LAS NEGATIVAS

el águila imperial ibérica, Aquila adalberti, el águila más amenazada del planeta y especie exclusiva de la Península Ibérica, representa la principal causa de mortalidad, con más del 50% de las muertes conocidas entre 1995 y 2005 (González et al. 2007; González y Margalida, 2008). Es también la principal causa de mortalidad para el águila perdicera para la que representa el 50% de las muertes registradas (Real et al. 2001). Y supone mortalidades anuales de hasta el 25% de la población de especies endémicas como la avutarda hubara canaria (García del Rey y Rodríguez-Lorenzo, 2012).

La presencia de restos de comida bajo el tendido muestra su empleo como posadero

LA INTERACCIÓN POR TENDIDOS COMO UNA CAUSA DE MORTALIDAD DE AVES AMENAZADAS

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La interacción por tendidos como una causa de mortalidad de aves amenazadas. El impacto de los tendidos en España Las interacciones negativas de las aves con los tendidos eléctricos se producen de 3 formas: colisión, electrocución y enganche. La colisión es la primera forma de interacción en detectarse, ya en el siglo XIX, en este caso entre cables de telégrafo y aves. Se produce cuando un ave en vuelo choca contra los cables que componen la estruc-tura de transporte eléctrico. Es la forma de interacción más extendida (Bevanger, 1998) y se produce con todo tipo de cables, desde grandes infraestructuras de transmisión de 400 y 500 kV, líneas de transmisión medianas, líneas de distribución e incluso cables de baja tensión. Es un fenómeno que se ha detectado globalmente, tanto en zonas frías como templadas y cálidas. La mortalidad por colisión afecta a casi todas las aves, aunque hay algunas más afectadas. Son tanto aquellas aves con mayores cargas alares (es decir, aquellas que resultan muy pesadas en relación a la superficie de sus alas, por lo que son menos hábiles a la hora de maniobrar) como aquellas aves sociales que vuelan en grupos (en muchos casos, las que circulan en los últimos lugares, por lo que disponen de menos tiempo para esquivar los obstáculos) o bien aquellas especies que realizan una migración nocturna (Cerezo et al. 2010).

El enganche es la forma de interacción más infrecuente y sólo era tristemente frecuente en el caso del guirre, Neophron perc-nopterus majorensis (Gangoso y Palacios, 2002), pues aparecían enganchados con cierta frecuencia en los estabilizadores de los cables de tierra de las líneas de transporte canarias (66kV). A tra-vés del proyecto LIFE04NAT/E/000067 “Conservación del Guirre en ZEPAs de Fuerteventura” se solucionaron en buena medida dichos efectos. En la actualidad, aunque el guirre todavía sigue siendo víctima de la colisión (García del Rey y Rodríguez-Lorenzo, 2012), las tasas de mortalidad por interacción con tendidos eléc-tricos han descendido de forma muy notable. Este tipo de interac-ciones se han detectado también para otras especies, como las grajillas o las águilas pescadoras (Cerezo et al. 2010). Dado su baja tasa de afección, se trata de una de las formas de interaccio-nes negativas menos estudiadas.

Avutarda colisionada bajo tendido de distribución

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LA INTERACCIÓN POR TENDIDOS COMO UNA CAUSA DE MORTALIDAD DE AVES AMENAZADAS

Finalmente, la electrocución es un fenómeno global, aunque con un impacto diferente al de las colisiones (Lehmann et al. 2007). Se produce cuando un ave toca dos elementos con diferente potencial de forma simultánea, bien un elemento en tensión y un elemento derivado a tierra, como puede ser el caso de una fase y la cruceta (el caso más frecuente en España, donde buena parte de los apoyos están derivados a tierra), o bien dos elementos en tensión, como dos conductores simultáneamente (el caso más frecuente cuando los postes son de materiales poco conductores como la madera).

La electrocución es, con notable diferencia, la principal amenaza para la conservación de buena parte de las aves de presa amenazadas que habitan en países desarrollados. Pero no sólo afecta a estas especies, sino que puede afectar a muchas otras. Aunque la electrocución resulta más fácil en el caso de las aves de gran tamaño, también se puede dar en el caso de aves pequeñas. Incluso, en algunos casos, como en el de los gregarios estorninos, no es necesario que un mismo ejemplar toque ambos elementos, sino que por contacto entre ellos e incluso por arco eléctrico pueden llegar a electro-cutarse, produciéndose electrocuciones en masa.

Las cifras sobre la magnitud de las interaccio-nes negativas entre aves y tendidos eléctricos en España varían enormemente entre las dis-tintas fuentes. Y es que oscilan entre 25.000 y 1.000.000 aves muertas al año, puesto que los cálculos dependen de complejas tasas de desapa-rición y la extrapolación resulta siempre complica-da. A modo de ejemplo, tan sólo en el entorno del Parque Nacional de Doñana se calculaban unas 6.000 aves muertas al año (Ferrer, 2012). En cual-quier caso y para todo el mundo, las interacciones con tendidos eléctricos son una de las principales causas de mortalidad de las aves.

A partir de los datos de la Oficina de Especies Migratorias del MAGRAMA se ha comprobado cómo en España la mayor parte de la mortalidad ha correspondido a cigüeñas blancas (69%). Al analizar la mortalidad de las rapaces, se ha encontrado cómo la mayor parte de la mortalidad se da en la zona centro-oriental de España, mientras que en el norte y en Canarias no se ha registrado mortalidad.

Mortalidad de rapaces anilladas

LA INTERACCIÓN POR TENDIDOS COMO UNA CAUSA DE MORTALIDAD DE AVES AMENAZADAS

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EL ÁGUILA IMPERIAL IBÉRICA Y EL ÁGUILA PERDICERA, DOS ESPECIES EMBLEMÁTICAS AMENAZADAS POR LOS TENDIDOS ELÉCTRICOS

EL ÁGUILA IMPERIAL IBÉRICA Y EL ÁGUILA PERDICERA, DOS ESPECIES EMBLEMÁTICAS AMENAZADAS POR LOS TENDIDOS ELÉCTRICOS

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El águila imperial ibérica y el águila perdicera, dos especies emblemáticas amenazadas por los tendidos eléctricosEl águila imperial ibérica es la única rapaz de gran tamaño endémica del occidente mediterráneo (González, 1991). Actualmente su actual estatus de conservación es Vulnerable (UICN, 2012), puesto que son más de 400 las parejas reproductoras, pero no siempre ha sido así.

En el siglo XIX se distribuía por la mayor parte de la península Ibérica (exceptuando el norte de Portugal, la cor-nisa cantábrica, Cataluña y Pirineos) y el norte de Marruecos. A lo largo del siglo XX su población se redujo hasta llegar a las 50 parejas reproductoras en la década de 1960 y 1970, habiendo desaparecido de grandes zonas de su área de distribución original. En 1974, cuando el naturalista Jesús Garzón realizó el primer censo nacional localiza únicamente 38 parejas, la mayor parte en Extremadura, Madrid (Monte de El Pardo) y Andalucía (P.N. Doñana). En los censos efectuados década de los 80 se localizaron 92 (en 1986) y 120 parejas reproductoras (en 1989). Gracias a su protección legal y a la prohibición del uso de cebos envenenados como consecuencia de la firma del Convenio de Berna se logró una tendencia positiva. Así, en la década de los 90 se realizaron dos nuevos censos nacionales, arrojando un resultado de 144 parejas reproductoras (1994) y 142 (1999), para pasar a las 198 parejas del censo de 2004. Desde entonces la población ha ido creciendo hasta las actua-les 407 parejas.

Nidifica fundamentalmente en las dehesas y montes del su-roeste peninsular, aunque pueden hacerlo en otros lugares, como los pinares del Sistema Central o las marismas del Gua-dalquivir. Pero durante buena parte de su etapa juvenil selec-ciona agrosistemas extensivos con importantes poblaciones de caza menor, fundamentalmente conejos de monte y perdices rojas. Estas zonas se conocen como áreas de dispersión y, dadas las concentraciones de ejemplares juveniles de grandes águilas que se producen, resulta fundamental corregir los ten-didos eléctricos presentes.

Tendido corregido en área de dispersión del Campo de Montiel (Ciudad Real)

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EL ÁGUILA IMPERIAL IBÉRICA Y EL ÁGUILA PERDICERA, DOS ESPECIES EMBLEMÁTICAS AMENAZADAS POR LOS TENDIDOS ELÉCTRICOS

Sus principales amenazas son (González y Oria, 2004): la mortalidad de origen humano (electrocución y empleo de métodos ilegales de control de predado-res, especialmente cebos envenenados), incluyendo la directa por disparo; la escasez de presas (funda-mentalmente del conejo); la pérdida de hábitat (en cantidad, calidad y distribución); la contaminación y las enfermedades.

De entre todas estas, la electrocución es su principal causa de mortalidad. En los últimos años la interac-ción con tendidos eléctricos supone más del 50% de las muertes para el águila imperial ibérica, el águila más amenazada del mundo. Sólo en Castilla-La Man-cha ha supuesto más de 120 muertes entre 1988 y

2013, lo que supone eliminar buena parte de los ejemplares juveniles nacidos en la región en este periodo. Y es que son los jóvenes los que se ven más afectados por la electrocución.

El águila perdicera tiene una amplia distribución, desde la Península Ibérica hasta Indonesia. En España se distri-buye fundamentalmente en el arco mediterráneo (Del Moral, 2006), aunque tenía importantes poblaciones en el interior peninsular. Por ejemplo, en Burgos había 26 parejas al principio de los años 80, mientras que en la actuali-dad apenas quedan 2. En buena parte del interior peninsular la regresión ha sido parecida. Actualmente en España se considera Vulnerable, aunque, como se ha mencionado, la dinámica en numerosas regiones hace que aparezca clasificada como En Peligro en varias Comunidades Autónomas.

Es una especie fundamentalmente rupícola, propia de sistemas montañosos de zonas mediterráneas de media y baja altitud y de la periferia de otros más elevados. También ocupa zonas de llanura siempre que existan cortados o barrancos de suficiente enti-dad. Como en el caso del águila imperial los jóvenes tienen un prolongado proceso dispersivo, durante el cual seleccionan zonas con elevadas disponibilidades de alimento, en este caso conejos de monte, perdices rojas y palomas torcaces.

Sus principales amenazas la mortalidad de origen hu-mano, especialmente la directa y las electrocuciones (Real et al. 2001); la escasez de presas y los cambios

Zona típica de nidificación del águila perdicera en el interior penin-sular

Pollo del año electrocutado en tendido eléctrico de Ciudad Real

EL ÁGUILA IMPERIAL IBÉRICA Y EL ÁGUILA PERDICERA, DOS ESPECIES EMBLEMÁTICAS AMENAZADAS POR LOS TENDIDOS ELÉCTRICOS

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en la dieta (motivados por la desaparición del conejo); la pérdida de hábitat (en cantidad, calidad, lo que incluye las molestias) y la competencia interespecífica.

Al igual que sucede con el águila imperial, los jóvenes de águila perdicera son más proclives a la electrocución que los adultos. En apenas unos años se han encontrado más de 250 ejemplares electrocutados en Castilla-La Mancha, una de las regiones donde más preocupante resulta. Por ejemplo, en Toledo se han encontrado ejemplares muertos del resto de España, pero también de Portugal y Francia, lo que revela la importancia del centro de la península como área de dispersión.

Tendido eléctrico en área de dispersión juvenil en Toledo

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LAS PARTES DE UN TENDIDO ELÉCTRICO

LAS PARTES DE UN TENDIDO ELÉCTRICO

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Las partes de un tendido eléctricoDe acuerdo a su función se consideran tres tipos de tendidos. Los tendidos de mayor tamaño y que conducen elec-tricidad por encima de 66 kV son denominados tendidos de transporte (o de primera categoría). Su función suele permitir que la energía llegue desde las zonas de producción hasta las estaciones de transformación (denominadas habitualmente subestaciones). Estos tendidos se caracterizan por su gran tamaño, grandes distancias entre apoyos y grandes distancias entre las zonas con diferencia de potencial. En estos casos es muy complicado que se produzca la electrocu-ción (aunque a veces se llega a producir) y la mayor parte de la mortalidad se provoca por la colisión con el denominado cable de tierra, que es un cable de menor sección (y por tanto mucho más difícil de detectar) que hay en la parte superior de cada uno de los apoyos.

Los tendidos de menor tamaño, con una diferencia de potencial de entre 66 y 1 kV, se denominan tendidos de distribución y su función es permitir el paso de la energía eléctrica desde las subes-taciones hasta las zonas de consumo. Son los más habituales y se distribuyen por buena parte del medio rural. Este tipo de tendidos provoca mortalidad tanto por electrocución como por colisión. Se-rán éstos los tendidos que se describan con mayor detalle, por su mayor complejidad.

Finalmente encontramos los tendidos que transportan energía con una diferencia de potencial menor de 1 kV. Son los tendi-dos eléctricos de baja tensión, que generalmente se emplean para transportar la energía en distancias muy cortas. En este caso los conductores se encuentran mucho más juntos y suelen poseer una sección pequeña, lo que hace que la mortalidad más frecuente en este tipo de tendidos sea la colisión.

Puesto que son los más frecuentes en el medio rural, se va a ha-cer un especial hincapié en los tendidos de distribución (también llamados de media tensión, aunque no es una denominación del

Restos de liebre en tendido eléctrico de baja tensión empleado como posadero

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LAS PARTES DE UN TENDIDO ELÉCTRICO

todo correcta). Para que la mayor parte de las tareas de gestión del medio se desarrollen con normalidad, la nor-mativa electrotécnica establece que, como mínimo, entre los cables que transportan la electricidad (conductores) y el suelo debe existir una distancia de al menos 6 metros, para lo que se debe evitar que el cable se mueva, con lo que debe llevar una cierta tensión mecánica. Y dado que los cables, aunque se les de tensión mecánica en ambos extremos tienden a combarse en el centro (lo que se denomina flecha) hay pocas alternativas: hacer unos pocos apoyos muy grandes o bien distribuir muchos apoyos de pequeño y mediano tamaño entre apoyos que traccionan el cable. Es decir, tenemos los dos tipos de apoyos fundamentales de acuerdo a su función. Por una parte tenemos los apoyos de amarre, que son aquellos apoyos donde al conductor se le aporta tracción mecánica, mientras que los más numerosos serán los apoyos de alineación, cuya misión es evitar que haya poca distancia entre conductor y terreno. Finalmente y con respecto a la función, tenemos los apoyos especiales. Estos apoyos tienen una función concreta en la línea: suponen el final de la misma, conviertiendo la energía en electricidad doméstica (transforma-dores), permiten que de una línea salga otra (derivaciones) o dejar sin corriente a una línea, ya sea por cuestiones de seguridad ante un cortocircuito o para poder trabajar en la misma (los seccionamientos). Todos estos apoyos tienen algo en común: se incrementa la maraña de cables. Una vez descritas las partes que los componen a ambos se establecerán las diferencias.

Dado que hay un montón de opciones tecnológicas para los tendidos eléctricos (por ejemplo, que vayan enterra-dos, como ocurre en las ciudades, que sus conductores estén unidos, en apariencia, en un único conductor negro, es decir, un cableado trenzado, etc.) el resto de este apartado se va a hacer referencia a tendidos aéreos con conductores desnudos.

En este tipo de tendidos mayoritarios en España todos los apoyos de distribución constan de un fuste, es decir, de un elemento que se cimenta en el suelo y les permite alcanzar la altura deseada, y de una cruceta, que es la que establece la distribución de los conductores. El elegir un tipo de material u otro tiene mucho que ver con la tradición de la distribuidora dominante en cada zona. El fuste puede ser de madera, de hormigón o metálico, aunque se es-tán probando nuevos materiales, como los plásticos. La cruceta por su parte puede ser también de metal, hormigón o madera, aunque desafortunadamente para las aves en este caso son mucho más frecuentes las metálicas que lasde hormigón o madera. Decimos desafortunadamente puesto que las crucetas de hormigón o madera son muchomenos conductoras que el metal, lo que provocaría menos problemas.

Al igual que sucede con los materiales, la forma de la cruceta también tiene que ver con el distribuidor dominante en cada zona. Así tenemos crucetas rectas (o montaje 0), crucetas en cruz (o montaje 1), crucetas en bóveda o en tresbolillo (ya sea a partir de semicrucetas rectas o de una sola pieza, el tresbolillo canadiense).

Ya se ha comentado que en los tendidos eléctricos de transporte hay muy pocas probabilidades de electrocución. Y es que la normativa electrotécnica establece que cuanto mayor sea la tensión de una línea eléctrica tanto mayor ha de ser la distancia entre cruceta y conductor y entre conductores (partes con diferente potencial). Por lo tanto, se deben separar ambos elementos por lo que se denominan cadenas de aisladores, que están formadas habitualmen-te de platos de vidrio (aunque actualmente la tendencia es a sustituirlos por elementos plásticos, los compuestos

LAS PARTES DE UN TENDIDO ELÉCTRICO

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poliméricos). Estos aisladores pueden disponerse de tres formas: rígidos (que suelen ser fijos y por encima de la cruceta), suspendidos y en amarre. La presencia de cadenas de aisladores en amarre son las que caracterizan a los apoyos de amarre y permiten dotar de tensión mecánica al conductor, para evitar que las flechas sean excesivas y la distancia de seguridad sea inferior a la legal. Se caracterizan por semejar una continuación del conductor y estar en perpendicular al fuste. Los más habituales en la actualidad son los aisladores suspendidos, puesto que permiten un mejor comportamiento mecánico del cable y son más seguros para las aves que los rígidos.

En un apoyo con aisladores rígidos todas las fases están por encima de la cruceta, lo que hace más fácil el contacto simultáneo de una fase y la cruceta. De igual manera, otros apoyos pueden tener una o más fases por encima de la cruceta, lo que facilita o dificulta la electrocución. Será por tanto uno de los aspectos clave en la misma. Pero hay otra serie de factores que inciden en la mortalidad provocada por las líneas eléctricas, ya sea por la propia línea o por las características del entorno.

Apoyo con fuste y cruceta recta metálicas con función de amarre, apoyo con fuste y cruceta metálicas, montaje en cruz (o 1) y función de amarre, apoyo con función de alineación, cruceta metálica en bóveda y fuste de hormigón y apoyo con función de alineación, fuste de madera y cruceta metálica en tresbolillo canadiense

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LAS CARACTERÍSTICAS DE UN TENDIDO ELÉCTRICO QUE LO HACEN MÁS PELIGROSO

LAS CARACTERÍSTICAS DE UN TENDIDO ELÉCTRICO QUE LO HACEN MÁS PELIGROSO

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Las características de un tendido eléctrico que lo hacen más peligroso La colisión depende tanto de factores ambientales como del propio ave, así como condiciones propias de la línea. Dentro de las condiciones de la línea, se pueden encontrar el diámetro de los cables y el número de planos en que se disponen las fases (Cerezo et al. 2010). En función de cómo sea la línea, pueden darse 3 planos (líneas al tresbolillo, que en el caso de los tendidos de transporte son frecuentemente de doble circuito y 6 fases aparentes), 2 planos (generalmente en apoyos con cruceta en bóveda o montajes en cruz) o 1 solo (crucetas planas, algunas bóvedas especiales).

El diámetro de los conductores y de los cables de tierra en el caso de las líneas de transporte, influye en su detectabilidad. Cuanto más grue-sos sean los conductores (o las uniones de conductores, ya que en las líneas de transporte para una misma fase suelen ir varios conductores unidos) tanto más fácil será detectarlos para las aves. En las líneas de transporte es el cable de tierra, que va en la parte más alta del tendido y generalmente tiene un diámetro muy inferior a los conductores, el que más problemas provoca. Es por tanto el que se suele señalizar, como se verá posteriormente.

Por su parte, estructuras más complejas y con las fases dispuestas en un mayor número de planos hace más complicado esquivar los conduc-tores a las aves, por lo que conllevan mayores tasas de colisión. Esto es muy frecuente en grandes grupos migratorios, como grullas o gansos, donde los primeros observan los conductores y pueden esquivarlos, mientras que los últimos lo tienen mucho más complicado.

En el caso de la electrocución también hay elementos propios del poste que lo hacen más peligroso. Los tendidos eléctricos en España son generalmente más peligrosos que en buena parte del resto del mundo puesto que aquí las crucetas se encuentran derivadas a tierra, es decir, que hay una diferencia de potencial entre la cruceta y los conductores, mientras que en muchos otros lugares no sucede así. Es decir, si un ave se posa en la cruceta de un tendido estadounidense medio (con apoyo de madera no derivado a tierra) y toca una fase no tendrá problemas, puesto que no se encuentran derivados a tierra. Para electrocutarse tendrá que tocar de manera simultánea dos fases (lo que sucede con cierta frecuencia en el caso de las aves de

Apoyo de línea de transporte de doble circuito con 6 fases en tres líneas y cable de tierra señalizado con espirales y apoyo de amarre en línea de transporte con 3 fases en un solo plano y cable de tierra sin señalizar

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LAS CARACTERÍSTICAS DE UN TENDIDO ELÉCTRICO QUE LO HACEN MÁS PELIGROSO

mayor tamaño, como las águilas reales). Mientras, en España, basta generalmente con tocar una fase y la cruceta de forma simultánea, ra-zón por la que la electrocución afecta a un mayor espectro de especies.

El propio poste puede influir por su diseño técnico y por su emplaza-miento (Mañosa, 2001). Incluso los propios materiales del poste son fundamentales a la hora de producir una mayor mortalidad. Cuando los fustes o las crucetas son de madera las tasas de mortalidad disminuyen mucho, por la menor conductividad de la madera con respecto al metal. En el caso del hormigón va a depender de su armado, es decir, del metal que hay en el interior del apoyo. Los postes con cruceta de hormigón (puesto que el hormigón es peor conductor que el metal, aunque estén armados) son menos peligrosos que los metálicos. Por su parte, no hay diferencias entre que los fustes de los tendidos sean metálicos o de hormigón, dadas las condiciones de derivación a tierra de los mismos.

Por su función, el tipo de postes más peligroso es el poste de amarre (Guil et al. 2011), que se caracteriza por dis-poner de aisladores en paralelo a la línea, lo que hace más fácil el contacto que en el caso de los aisladores suspen-didos. Es decir, si un ave con una gran envergadura alar se posa en la cruceta de un apoyo de amarre y despliega las alas puede ser que toque el conductor con cierta facilidad. Por lo tanto, la peligrosidad del apoyo también estará condicionada por la longitud de la cadena de aisladores que separan la cruceta de los conductores. Cuanto más larga sea la cadena de aisladores (u otros elementos que se disponen, como las denominadas alargaderas, siempre que no sean lugar de posada) menor será el riesgo de que las aves toquen simultáneamente conductor y cruceta.

Por una razón idéntica, resultan más seguros los apoyos donde no hay fases por encima de la cruceta. Así, resultan más seguros aquellos apoyos en los que no hay fases por encima y más peligrosos aquellos en los que están las 3 fases (generalmente con aisladores rígidos).

Finalmente, hay que considerar la agrupación espacial que se produce en la mortalidad (Guil et al. 2011). Frente a algunos trabajos que hablan del “apoyo asesino” (killing pylon, Mañosa, 2001) los estudios más recientes sugieren una acumulación de la mortalidad en zonas concretas (Guil et al. 2011). Ésta se puede deber bien a una mayor abundancia de alimento en dichas áreas, por una gestión homogénea del territorio, o bien a un mismo diseño de los apoyos, fruto de la dominancia de los mismos operadores e instaladores.

Apoyo con función de alineación, aislador rígido y cruceta de hormigón

LAS CARACTERÍSTICAS DEL MEDIO QUE HACEN MÁS PELIGROSO UN TENDIDO

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Las características del medio que hacen más peligroso un tendido Con respecto a los factores ambientales que inciden en la colisión se pueden encontrar la climatología y las condi-ciones de visibilidad asociada, la topografía y la disposición de la línea en relación a la misma. Son por ejemplo más favorables a la colisión las líneas dispuestas en zonas de concentración de pasos, como líneas de cresta, collados o puertos de montaña, así como líneas situadas en el entorno de áreas donde se den grandes concentraciones migra-torias o humedales. De igual forma, son más favorables áreas abiertas o zonas forestales donde los cables sobre-salen ligeramente del terreno. Las condiciones climatológicas también inciden, puesto que serán mayores las tasas de colisión en zonas más propicias a las nieblas o brumas, dado que hay una menor visibilidad de los conductores.

En el caso de la electrocución intervienen igualmente numerosos factores, tanto propios del medio como ambienta-les y del propio ave. En este último caso, además de la especie, se ha comprobado que intervienen otros factores, como el sexo (ya que las hembras suelen ser más grandes que los machos por el dimorfismo sexual inverso) o la edad del ave (puesto que son más susceptibles los ejemplares jóvenes; González et al. 2007). Además, el com-portamiento de cada ave ha sido sugerido como otro factor que afecta a la electrocución (Lehmann et al. 2007). En muchas ocasiones se detecta más de un ejemplar electrocutado, lo que puede ser causa del comportamiento, puesto que en ocasiones copulan o juegan encima de los tendidos eléctricos. En otras especies, como el búho real, es muy frecuente que se suba el alimento al posadero, lo que hace que sea mucho más fácil electrocutarse, incluso en apoyos con aisladores suspendidos. En estos casos los animales suelen sujetar la presa una vez muertos, porque la electrocución conlleva una contracción inmediata de la musculatura.

Los factores ambientales están íntimamente ligados con la capacidad conductiva de las plumas (Nelson y Nelson, 1977). De esta forma, hay una fenología clara, donde las mayores tasas de mortalidad se producen en las épocas con mayores precipitaciones (Cerezo et al. 2010). Además, en el caso del otoño, se une a este factor la dispersión juvenil de las rapaces, que como ya se ha señalado son más sensibles a la electrocución (Lehmann et al. 2007). Dentro de los propios factores ambientales se pueden considerar la abundancia de presas (Guil et al. 2011), que a su vez viene condicionada por la vegetación y ésta por el uso y la naturaleza del territorio (Guzmán y Castaño, 1998).

Además, hay otra serie de factores que intervienen. Serán más empleados los apoyos que se sitúan en posiciones dominantes (a modo de posadero desde el que las rapaces dominan el territorio circundante) que aquellos apoyos situados en zonas llanas (donde tienen escasa visibilidad). Pero también la vegetación influye en la peligrosidad. Son más peligrosos los apoyos situados en zonas de matorral que los que se emplazan en el interior del bosque,

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por varias razones. En primer lugar porque en la mayor parte de los casos en un bosque son más altos los árboles que los apoyos, con lo cual éstos pierden el interés como posaderos. Y en segundo lugar por la diferencia de pre-sas (generalmente conejos y perdices, pero también palomas u otras), que será mayor en una zona de matorral o monte bajo que en una zona arbolada.

La disponibilidad de alimento parece ser uno de los aspectos clave, especialmente en el caso de la mortalidad de las grandes águilas. La presencia de abundante alimento para estos predadores (conejos, perdices y palomas torcaces), así como su accesibilidad (es mayor en zonas agrícolas, muchas veces por tratarse de cotos intensivos) condicionan su presencia, es decir, se conforma un área de dispersión juuvenil. Y si coinciden en el espacio tendidos peligrosos y abundante alimento, el resultado suele ser una zona de concentración de la mortalidad. A modo de ejemplo, en 2012 se detectó un tendido eléctrico que causó la muerte de 6 ejemplares jóvenes de águilas impe-riales y uno más de de águila real, mientras que en las revisiones efectuadas en 2011 y en 2013 no hubo ningún ejemplar muerto.

Tendidos eléctricos metálicos con cruceta recta y aislador rígido en zona agrícola y de monte bajo

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LA SITUACIÓN LEGAL EN LA ACTUALIDAD

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La situación legal en la actualidadLa obligación legal de conservación de las aves rapaces proviene en primera instancia de la Directiva 2009/147/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de 30 de noviembre de 2009 relativa a la conservación de las aves silvestres, o Directiva Aves, que sustituye a la Directiva 79/409/CEE. En su artículo 4 se obliga a la gestión activa del mediodestinada a minimizar las causas de mortalidad de determinadas especies: Las especies mencionadas en el anexo I serán objeto de medidas de conservación especiales en cuanto a su hábitat, con el fin de asegurar su supervivencia y su reproducción en su área de distribución. Dentro del Anexo I figuran por ejemplo el águila imperial ibérica, el águila perdicera o el buitre negro.

En España esta obligación de gestión activa para la conservación de las citadas especies de aves se adquiere a tra-vés de la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, que incorpora la Directiva Aves al ordenamiento jurídico español. Más en detalle encontramos el Real Decreto 1274/2011, de 16 de septiem-bre, por el que se aprueba el Plan estratégico del patrimonio natural y de la biodiversidad 2011-2017, en aplicación de la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad. Este Plan Estratégico establece la necesidad de disponer de elementos legislativos de carácter estratégico para combatir las principales amenazas para la biodiversidad y la necesidad de optimizar el empleo de los fondos disponibles.

Con respecto a los tendidos eléctricos, en España el marco general viene dado por el Real Decreto 1432/2008, de 29 de agosto, por el que se establecen medidas para la protección de la avifauna contra la colisión y la electrocu-ción en líneas eléctricas de alta tensión. Éste Real Decreto establece la obligatoriedad de determinar las llamadas zonas de protección (que deben incluir las ZEPA, las áreas de aplicación de las especies que cuenten con planes de recuperación y aquellas zonas relevantes para la conservación de las aves que cada una de las comunidades autónomas quiera incluir), caracterizar los tendidos eléctricos presentes en dichas zonas de protección y comunicar a los titulares de dichas líneas que no cumplen con la reglamentación vigente. Posteriormente estos tendidos deben ser corregidos en un plazo de 5 años desde la publicación del R.D., con cargo a fondos del MAGRAMA. Pero por diversas cuestiones (administrativas y fundamentalmente de disponibilidad presupuestaria) dichas correcciones no se han llevado a cabo en su totalidad.

Como medidas técnicas más relevantes que aparecen en el Real Decreto encontramos la prohibición de los aisla-dores rígidos y de los elementos en tensión por encima de la cruceta principal, lo que dificulta las electrocuciones. Además se desarrollan distancias mínimas entre distintos elementos y la necesidad de que los conductores de interconexión de los apoyos especiales (bajantes) se encuentren aislados.

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Además, varias comunidades autónomas tienen desarrollada normativa específica para la protección de las aves en relación a los tendidos eléctricos. Andalucía fue la pionera, aunque en la actualidad ha revisado el Decreto 194/1990 y se encuentra vigente el Decreto 178/2006 por el que se establecen normas de protección de la avifauna para las instalaciones eléctricas de alta tensión. Posteriormente Navarra publicó el Decreto Foral 129/1991, de 4 de abril, por el que se establecen normas de carácter técnico para instalaciones eléctricas con objeto de proteger la avifauna.

Debieron pasar unos años hasta que Madrid (Decreto 40/1998, de 5 de marzo, por el que se establecen normas técnicas en instalaciones eléctricas para la protección de la avifauna) y La Rioja (Decreto 32/1998 de 30 de abril de 1998, por el que se establecen las normas de carácter técnico para las instalaciones eléctricas con objeto de proteger la avifauna) publicasen sus normas autonómicas respectivas. Poco tiempo después lo hizo Castilla-La Mancha (Decreto 5/1999, de 02-02-99, por el que se establecen normas para instalaciones eléctricas aéreas en alta tensión y líneas aéreas en baja tensión con fines de protección de la avifauna) y posteriormente Extremadura (Decreto 47/2004, de 20 de abril, por el que se dictan Normas de Carácter Técnico de adecuación de las líneas eléctricas para la protección del medio ambiente en Extremadura) y Aragón (Decreto 34/2005, de 8 de febrero, del Gobierno de Aragón, por el que se establecen las normas de carácter técnico para las instalaciones eléctricas aéreas con objeto de proteger la avifauna).

El último de los aprobados ha sido el Decreto n.º 89/2012, de 28 de junio, por el que se establecen normas adicio-nales aplicables a las instalaciones eléctricas aéreas de alta tensión con objeto de proteger la avifauna y atenuar los impactos ambientales, de la Región de Murcia.

LA EVOLUCIÓN EN LA CORRECCIÓN DE LA ELECTROCUCIÓN EN ESPAÑA

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LA EVOLUCIÓN EN LA CORRECCIÓN DE LA ELECTROCUCIÓN EN ESPAÑA

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La evolución en la corrección de la electrocución en EspañaComo ya se ha mencionado, en España los primeros casos de electrocución se detectaron en los años 70 del pa-sado siglo en Doñana (Garzón, 1977). Fue en este mismo espacio natural protegido en el que se comenzaron a desarrollar actuaciones para la protección de la avifauna. En 1984 se comienzan a instalar posaderos como lugares alternativos de posada, cuyos resultados son muy poco satisfactorios. Así, entre 1986 y 1988 se sustituyeron nu-merosas líneas por otras (aproximadamente 30 km) con cables trenzados, tanto aéreas como subterráneas. De las distintas medidas probadas durante los años 80, la mayor efectividad parece darse en los tendidos en los que se aíslan las fases o las crucetas.

Gracias al consenso de las administraciones vinculadas, se desarrolló el Plan Coordinado de Actuaciones (1992-1998), que supuso la corrección de más de 1.300 km de tendidos peligrosos corregidos (MMA, 2001). Este Plan contó con financiación LIFE en la mayor parte de los territorios y espacios donde se llevó a cabo. Y la mayor parte de las correcciones se efectuaron siguiendo los criterios vigentes. De esta forma se aislaron buena parte de los conductores de los tendidos eléctricos más peligrosos. Pero además en muchos casos se procedió a la sustitución de apoyos de aislador rígido por apoyos con aisladores suspendidos y cruceta en bóveda.

A partir de entonces, las acciones de corrección de tendidos eléctricos para la conservación del águila imperial pierden cierta intensidad, mientras que se aplican parte de los resultados obtenidos en la conservación de otras especies y en otros territorios, como puede ser el águila perdicera y fuera de las zonas de actuación preferentes de los proyectos del águila imperial. Estas acciones de conservación nacen apoyadas por numerosas iniciativas LIFE, la herramienta financiera de la Comisión Europea para la preservación del Medio Ambiente.

En la práctica totalidad de estos proyectos se llevaron a cabo programas de seguimiento de tendidos eléctricos y correcciones de los más peligrosos siguiendo las mejores prácticas detectadas en el marco del Plan de Actuaciones Coordinado. El seguimiento de tendidos eléctricos es una acción que también ha formado parte de importantes proyectos de reintroducción, como el LIFE-02 NAT/E/0008624 “Recuperación de quebrantahuesos en los Picos de Europa” o el LIFE-04 NAT/ES/000056 “Acciones para la Reintroducción del Quebrantahuesos en Andalucía”. En una fase posterior y dada la envergadura de las interacciones entre tendidos eléctricos y avifauna, se han desarrollado proyectos específicos de corrección de tendidos eléctricos, algunos de ellos financiados con fondos LIFE, como los desarrollados en Aragón o la Región de Murcia.

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CÓMO CORREGIR LA MORTALIDAD DE AVES EN TENDIDOS ELÉCTRICOS DE FORMA EFICAZ

CÓMO CORREGIR LA MORTALIDAD DE AVES EN TENDIDOS ELÉCTRICOS DE FORMA EFICAZ

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Cómo corregir la mortalidad de aves en tendidos eléctricos de forma eficazComo ya se ha comentado anteriormente, el aislamiento ha sido la principal me-dida en aplicarse, aunque tiene varios inconvenientes. El primero de los inconve-nientes es la durabilidad de los aislamientos instalados, en su día fundamental-mente cinta termorretráctil Olit, que tenía una vida útil máxima de 15-20 años. La mayoría de los apoyos que se corrigieron por este método fueron tratados hace más de 15 años, por lo que el efecto de la cinta estará muy disminuido. Además, al tratar apoyos con aislador rígido la cinta queda al alcance de córvidos y otras aves, que la picotean, disminuyendo así las condiciones de aislamiento existentes.

Por lo tanto, los tratamientos que se han visto como más eficaces son aquellos basados en modificaciones estructurales, complementadas con aislamientos. La idea es modificar un determinado apoyo de forma que se alcancen las distancias de seguridad en todos los aspectos. De esta forma, para los apoyos de alineación se cambiarán los apoyos con cruceta con aisladores rígidos por otros apoyos con aisladores suspendidos y suficientemente largos. Para completar esta modi-ficación se puede aislar el conductor central (dado que puede estar cerca de la cabecera del fuste) 1 metro a cada lado del mismo y, en zonas de gran presencia de ejemplares dispersantes de especies amenazadas, todos los apoyos.

El caso de los apoyos de amarre y especiales es semejante. Se deben emprender modificaciones estructurales que impidan que haya elementos en tensión por encima de la cruceta, que haya una distancia mínima de 1 m entre el lugar de posada (generalmente la cruceta, pero también las alargaderas metálicas, salvo las que cuentan con una chapa metálica antiposada) y el conductor y que todas las fases y bajantes estén aisladas (tanto antes como después de los amarres).

En cualquier caso, como sucedió con los aislamientos, las modificaciones pro-puestas no tienen un plazo indefinido de eficiencia. Es conveniente realizar un seguimiento periódico de la eficacia de los trabajos realizados, de forma que las incidencias y deficiencias de la metodología propuesta puedan ser detectadas.

Sustitución de una cruceta con aislador rígido por otra con aisladores suspendidos y apoyo de alineación corregido en todas las fases

Apoyo de amarre correctamente modificado

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CÓMO HACER EL SEGUIMIENTO DE UN TENDIDO ELÉCTRICO

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Cómo hacer el seguimiento de un tendido eléctricoProponemos a continuación una sencilla metodología para revisar tendidos eléctricos. Con ayuda de esta guía, algo de paciencia, y un poco de nuestro tiempo, estaremos en condiciones de ayudar de una manera efectiva a nuestra avifauna. Aunque debiera ser suficiente con lo expuesto en el resto de esta obra, es conveniente recalcar que cada uno de nosotros puede ayudar a disminuir la mortalidad de grandes aves por tendidos eléctricos.

El objetivo de la revisión es no solamente caracterizar el tendido y evaluar su potencial peligrosidad, sino detectar posibles puntos negros (apoyos, partes de un tendido o incluso un tendido completo) con el objetivo de evitar muertes por electrocución, colisión y/o enganche. Es importante reseñar que aunque en muchas ocasiones sean unos pocos apoyos los que acumulen la mayor parte de la mortalidad, la revisión de apoyos aislados no se considera una herramienta eficaz, puesto que la mortalidad al corregirse éstos tiende a repartirse entre el resto de apoyos no modificados.

Antes de salir al campo a hacer la revisión, hay algunos trabajos previos que debemos hacer. Nos procuraremos la cartografía necesaria de la zona donde se encuentre el tendido, lo que nos ayudará a planificar nuestra salida (podemos obtenerla, por ejemplo, en la página web del Instituto Geográfico Nacional (http://www.ign.es/iberpix2/html5/visor/index.html#) o usando un mapa que podremos adquirir en cualquier servicio cartográfico. Si se trata de un tendido que conocemos de sobra, será suficiente con empezar el recorrido desde un punto reconocible (una valla que separa una finca, un apoyo característico concreto, etc.)

También tenemos que dedicar algo de tiempo a familiarizarnos con los tipos de apoyo que podremos encontrarnos, para estar en condiciones de identificar in situ su peligrosidad. Así que sería conveniente dedicar algo de tiempo al estudio de las diferentes partes y características de un apoyo, sus tipologías, diseños, etc. En muchos casos, dada que la metodología puede ser compleja y farragosa, será suficiente con una buena foto de cada apoyo. Para tomar estas fotos lo más recomendable es hacerlo a una distancia semejante a la del propio apoyo, pero en ángulo de 45º con respecto a la línea que describen los conductores. De esta forma se podrán analizar en detalle las característi-cas técnicas del tendido al comprobar las fotografías.

Dentro de la planificación previa a la salida y en función de los recursos disponibles para un trabajo/proyecto concreto, podría interesar revisar todos los tendidos de un área, o bien seleccionar aquellos que por su trazado y características técnicas, se prevé con mayor probabilidad de afección (peligrosidad) sobre las aves. En caso de

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CÓMO HACER EL SEGUIMIENTO DE UN TENDIDO ELÉCTRICO

tener recursos limitados, ello nos obligará a seleccionar ciertos tendidos para su revisión, por lo que tendremos en cuenta los siguientes aspectos:

• Aspectos ambientales:

• Cercanía a lugares de nidificación (más peligroso cuanto más cercano)• Cercanía a zonas de alimentación (más peligroso cuanto más abundantes sean las presas)• Cercanía a zonas de dispersión juvenil (que suelen ser igualmente zonas amplias con abundante caza

menor)• Cercanía a zonas de concentración migratoria o pasos migratorios (donde son muy frecuentes las

muertes por colisión)• Tipo de hábitat en el entorno del trazado (serán más peligrosos hábitats donde el tendido sobresalga

que los inmersos en zonas forestales)

• Aspectos técnicos del tendido:

• Tipos de cruceta (son más peligrosos los tendidos con presencia de aisladores rígidos que los de aisladores suspendidos)

• Puentes por arriba (cuanto mayor sea la frecuencia de los puentes suspendidos tanto más elevado será el riesgo de mortalidad)

• Abundancia de apoyos especiales (con existencia de electroválvulas, puntos de maniobra, seccionadores XS y transformadores, presencia de derivaciones, etc.)

• Ausencia de medidas correctoras y su estado (aunque en ocasiones se dan mayores mortalidades en tendidos que han sido corregidos mediante aislamiento y no se han vuelto a revisar)

Todos estos aspectos suele ir relacionados con la antigüedad del tendido (a mayor antigüedad, normalmente, mayor peligrosidad). La presencia de normativa acerca de cómo disponer tendidos nuevos suele favorece este aspecto, aunque en ocasiones podemos comprobar cómo tendidos nuevos tienen malos diseños.

El calendario de revisiones de un tendido estará en función de los objetivos propuestos: Si se trata de localizar pun-tos negros, podría plantearse una sola revisión o una serie de repeticiones espaciadas en el tiempo para identificar otros factores que pudieran contribuir a los accidentes, como climatología, ciclo reproductor de especies-presa que abunden en la zona, ciclos migratorios de especies-objetivo, etc. La periodicidad puede ir en este caso de anual a mensual. Además, las repeticiones podrían planificarse en función del tiempo de permanencia de los cadáveres en el entorno, cosa que dependerá de la cantidad de predadores que haya en la zona.

Si queremos evaluar la efectividad de las mejoras aplicadas a un tendido, o parte de sus apoyos, para reducir los accidentes por electrocución, partiremos de una información obtenida previamente a la ejecución de estas mejoras, y a partir de ese momento se debería realizar mínimo una revisión (aunque se recomienda una serie de revisiones periódicas) que permita obtener información de contraste para evaluar la efectividad de las medidas de mejora apli-cadas. Todo ello permitirá avanzar en el diseño técnico de mejoras eficaces y duraderas para tendidos peligrosos.

CÓMO HACER EL SEGUIMIENTO DE UN TENDIDO ELÉCTRICO

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Para efectuar los recorridos, básicamente, iremos pertrechados con un cuaderno de notas (aconsejable llevar varios bolígrafos, siempre se pierde alguno), cámara de fotos (atención con la batería, suele acabarse a mitad de camino, así que tened la precaución de llevar baterías de recambio o pilas de repuesto), GPS, prismáticos y ropa cómoda, calzado apropiado, agua si es verano…

Una vez que tengamos claro los tendidos a revisar, nos pondremos manos a la obra. Seguiremos a pie todo el trazado del tendido, mirando en la base de cada uno de los apoyos eléctricos y en su entorno inmediato (unos 20 metros alrededor del apoyo) por si algún carnívoro hubiera movido algún cadáver. En el GPS (cuando es posible usarlo), iremos almacenando tanto el track que corresponde al trazado del tendido como las coordenadas de cada uno de los apoyos del tendido.

En una ficha de campo, anotaremos (cuando es posible) la siguiente infor-mación de cada apoyo, coordenadas (o referencia al punto GPS), caracte-rísticas del apoyo (tipo de cruceta, materia del apoyo, puntas por arriba, electroválvulas, seccionadores, transformadores y derivaciones, presencia y estado de medidas antielectrocución, etc.) o una foto en su defecto, los cadáveres o restos encontrados bajo el apoyo (especie, edad y sexo si se pudiesen determinar, estado del cadáver, etc.), así como otra información de interés: caracterización del entorno del apoyo, presas (o signos de pre-sas) observados, etc. Por supuesto, tomaremos fotos de cada uno de estos aspectos, que organizaremos en el trabajo posterior.

Con toda la información que hemos recogido, lo ideal sería pasarla a un GIS para evaluar la peligrosidad del tendido así como la necesidad e in-minencia de llevar a cabo mejoras para reducir las electrocuciones. Si ello no es posible, procuraremos tener la información bien organizada, pues quizás sean otras personas las que realicen las posteriores revisiones.

Es interesante marcar los cadáveres encontrados bajo los apoyos del tendido para evitar sobreconteos en caso de que no sea la misma persona quien realice posteriores revisiones. En caso de localizar el cadáver de una especie protegida (en función de la legislación autonómica o nacional), NO LO TOCAREMOS y avisaremos inmediatamen-te a los agentes medioambientales y/o SEPRONA, para que procedan a realizar el levantamiento oficial del cadáver.

Seguimiento de la mortalidad de un buitre leonado coli-sionado con tendido

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IMPLICACIONES Y DÓNDE INFORMAR DE LA MORTALIDAD DE AVES EN UN TENDIDO

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Implicaciones y dónde informar de la mortalidad de aves en un tendidoLa presencia de un ave electrocutada o colisionada en un tendido eléctrico, aunque éste sea de nuestra titularidad, no es en ningún caso responsabilidad del titular. Esto se debe a que para construir el tendido hubo que llevar a cabo un proyecto que se autorizó en su momento, por lo que a partir de ahí no hay responsabilidad, aunque se hayan introducido pequeñas modificaciones en el tendido fruto del mantenimiento habitual.

En este caso, es decir, si somos titulares de un tendido eléctrico que está produciendo mortalidad, lo único que podemos obtener al denunciar son beneficios. Beneficios puesto que muchas de las electrocuciones y colisiones suponen cortes de línea, salto de fusibles y los consecuentes gastos de electricista. Y como se ha visto, la práctica totalidad de las correcciones se financian actualmente con fondos públicos, por lo que los titulares de las líneas no tendrán que poner un euro.

Una vez que se va a denunciar, es importante saber a quién hacerlo. Tanto los agentes forestales (o medioambien-tales) como el SEPRONA de la Guardia Civil están capacitados para cursar la correspondiente denuncia y efectuar el levantamiento de los cadáveres, por lo que se puede denunciar a ambos cuerpos. A veces los agentes medioam-bientales están más en contacto con los técnicos que se encargan de redactar y tramitar los proyectos de corrección de tendidos eléctricos, por lo que puede ser más interesante hacerlo a través suyo. En otras ocasiones, será más interesante hacerlo a través del SEPRONA.

En cualquier caso lo importante es cursar la denuncia y colaborar, en la medida de lo posible, con los trabajos pos-teriores de levantamiento de cadáveres y caracterización del tendido.

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BIBLIOGRAFÍA

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