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Selva de los Ángeles Carbajal

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No basta echar una mirada, habría que poner también el corazón, pues los ojos no es lo único que tenemos en el cuerpo para mirar. Esto lo sabe bien María de los Ángeles Ríos Carbajal, que se nombra a sí misma y ante los demás, Selva de los Ángeles; trasfiguración con la que hace de su vida poesía. En Luz de Sal, Selva se desnuda de recuerdos, llueve ríos por laderas accidentadas que culminan en la quietud y apacibilidad del mar. Hay sal en las heridas del alma, pero también hay cicatrización, así la sal es luz después de un aprendizaje. Cicatrices que van quedando en el camino después que duelen, dolor de vivir y alegría de estar. Saber que la sal, además de purificación es condimento de sabor, sal de lágrimas, sal de carne, sal del mar.

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Selva de los Ángeles Carbajal

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Luz de sal

SELVA DE LOS ÁNGELES CARBAJAL

México, 2013

Page 4: Luz de sal ebook

Primera Edición 2011

Edición aumentada 2013

D. R. María de los Ángeles Ríos Carbajal

Diseño Editorial: Gemma Galo

[email protected]

Impreso y hecho en México

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PRÓLOGO

No basta echar una mirada, habría que poner también el corazón, pues los ojos no es lo único que tenemos en el cuerpo para mirar. Esto lo sabe bien María de los Ángeles Ríos Carbajal, que se nombra a sí misma y ante los demás, Selva de los Ángeles; trasfiguración con la que hace de su vida poesía.

En Luz de Sal, Selva se desnuda de recuerdos, llueve ríos por laderas accidentadas que culminan en la quietud y apacibilidad del mar. Hay sal en las heridas del alma, pero también hay cicatrización, así la sal es luz después de un aprendizaje. Cicatrices que van quedando en el camino después que duelen, dolor de vivir y alegría de estar. Saber que la sal, además de purificación es condimento de sabor, sal de lágrimas, sal de carne, sal del mar.

Selva es una cascada de verbos y paisajes que se cargan de metáforas como un yunque donde se templan los sueños idos y la vida por venir. Porque en Luz de sal, no hay tibiezas, cada texto es un rayo que no culmina, alumbra en su centella y aturde en su contenido, descarga de tención donde el lector es alcanzado y conmovido. Porque la obra de Selva no sólo expone su existencia, sino que en un movimiento de ida y vuelta, nos expone a nosotros mismos en la fragilidad de lo humano.

Luz de sal, se estructura en cuatro partes de acuerdo a la carga simbólica de los poemas. En Tierra de sal, el objeto poético es el mundo y las manifestaciones de la naturaleza. Se puebla de raíces y hormigas; de la injusticia social en el campo; de dioses de carbón que esperan en las hondas minas tragarse la miseria de los trabajadores; de la destrucción del mundo por la mano del hombre.

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Depurando la sal, contiene textos de un sentido personal: el amor, la familia, la desilusión y la fractura existencial tienen cabida. El tema femenino es su constante, es el apartado más personal del libro.

En el siguiente apartado, Confesiones de sal, hay una fuerte crítica a lo eclesiástico. Selva se llena de símbolos litúrgicos para revelarnos la condición de la vida religiosa que ha dejado lo espiritual para convertirse en hipocresía de liturgias pederásticas.

Por último vienen los Condimentos de sal¸ donde la autora llega a un remanso en que expone en forma de sentencias y aforismos, una serie de reflexiones que alcanza los filosófico como una alumna sabia en la interminable carrera de la vida.

Galileo Contreras

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SELVA DE LOS ÁNGELES

María con sus ojos de selva

canta una zamba de sangre

viene del vientre que fue infierno

Infierno de enviciar el oído

Infierno de fruncir la boca

Infierno de desviar la mirada

María de los ríos de luz

detrás de las sombras

María de la sombra iluminada

del asombro en canto vivo

María de la visión de oído

Rostro de flor

Grito de tragedia

Risa de Baco

Sal de la casita, María

ciega de amor

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arrójales la culpa

a quiénes no te quieren ver

tú, que preferiste la primavera al llanto

que no dejaste en saco roto la esperanza

que hiciste miel con la sal de la casita

María sin padre

los ángeles besan tus pasos

te llevan segura

por la selva de los solos

Sal de la selva María

sacude ese pequeño Dios

que no es tuyo

Como un milagro de luz

que huele a nostalgia

tú, que sabes como yo

que el Reino de Dios

no está en este mundo.

Galileo Contreras

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SU MIRADA ESCUCHA VUELOS IMPOSIBLES

Su mirada escucha vuelos imposibles

Vuelos que se ocultan a quién no conoce las sombras

Le llaman SELVA que no han de derrumbar

SELVA por sus cabellos enigma

y manos propicias al poema

Su mirada palpa cicatrices en el despliegue del viento

mientras medita lo que fue

para no volver a las condiciones del mundo

Le llaman SELVA de despertar vidente

en lugares de ciego corazón

Su mirada desprende Ángeles

que entre sonrisas levantan

hasta “esculpir la noche en sol”.

Martín Mérida

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A mi hijo Nicolás Arnoldo López Ríos.A mi amiga y patrocinadora Magdalena Espinoza,

a mi amiga Lulú García,a mi hermana Tania Ríos

a mi hermano Juan Francisco.A mis primas Lesbia Josefina González,

Nanci Pricila González,Patricia Montes de Oca Mónica Montes de Oca

Alicia González Carbajal y a mi primo Jorge Montes de Oca.

A mi sobrina Pricila Moya Ríos,a mis tías Dalia Luz Sánchez y

Saleti Sancho Ríos.A mi madre adoptiva Ofelia Gutiérrez,

a mi hermana del campo Margarita Mendoza Palomar,a mi madrina Delia

y al emperador Maximiliano del Marro.

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Un agradecimiento especial

a mi maestra de poesía Patricia Medina.

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Cuando la luz se extrae de la sal

es roble que se siembra en el sol.

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TIERRA DE SAL

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LAGUNA MADRE

Mi vida en esta tierra ha sido consentir a los humanos, alimentarlos, darles cobijo y consuelo. He sido amiga, enfermera, amante y madre. Llevo en mí, recuerdos de familias acampando en el atardecer de mis brazos; niños sonriendo la vida, volando papalotes hasta alcanzar la mano de Dios. Jóvenes danzando en el bostezo del alba con un tequila o tejuino; parejas coqueteando en mis pupilas, escabulléndose en el crepúsculo; ancianos olvidando sus pérdidas, su soledad, saboreando unos taquitos de hueva.

Llevo dentro lunas, serenatas, historias: una viuda negra que mataba a sus maridos para quedarse con sus fortunas. Y a mis hijos Manatís, que llegaron a formar parte de mí para quitar las redes del lirio, y los rivereños ignorantes y asustados acabaron con ellos.

He visto vagar a tantos infieles, aquellos que le han faltado a la vida, soberbios sacerdotes, políticos de cuello duro, que no se acercan a nadie —no vaya a ser que se contagien de hambre o les digan la verdad de sus pancartas ecológicas—.

Doña Petra, la que vende los jamoncillos, dulces de jamaica, tamarindos cubiertos y nieves de garrafa, susurra a mi oído que hoy me darán quimioterapias para sanear mis aguas. Y yo no puedo defenderme, ni proteger a mis charales, carpas, mojarras, patos, pelícanos, garzas y a todos los que dependen de mí. Y cada año es lo mismo, me siguen envenenando: papel, latas, botellas, basura, venenos de ácidos y metales pesados —venenos que fueron previamente autorizados— exprimen mis pechos hasta dejarme sin aliento.

Don Jacinto, padre de Doña Petra, junto con sus

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nietos vende artesanías en el malecón; y mientras ofrece su mercancía, cuenta historias a los paseantes. Un viejo americano desahoga en él su enojo: cuenta que en 1968 pasó en mis playas su luna de miel y disfrutó mis trenzas ondulantes rodeando mi cintura, creciendo hasta los pueblos cercanos, y ahora que regresa con su esposa para quedarse por el resto de sus vidas, me encuentran como una laguna calva, cancerosa y que no puedo dar de comer mi pescado blanco.

El hombre, enemigo de sí mismo, destruye todo lo que le rodea; se ha vuelto contra los pequeños organismos que en su ciclo natural limpiaban mi cuerpo. Me siento deshidratada, intoxicada, envenenada, y grito mi angustia para ver si alguien se conduele de mi agonía. No quiero morir como mis hermanas, que se esfumaron, Sayula y Texcoco. Pienso en mis hermanas más lejanas que duermen los inviernos para volver a ser agua y escurrir veranos.

Quiero volver a admirar el oficio y el colorido de pescadores tendiendo sus redes sobre mis aguas, con chinchorros regordetes de pescado blanco; algas y charales asoleándose en la Isla de los Alacranes; veleros en regatas; lechuzas entonando el canto de la vida desde la Isla del Presidio; luciérnagas enamorando la noche con su antorcha tropical; y a los llorones meciéndose en mi corazón para escuchar qué dice el viento.

Y les pido no se acerquen, porque los puedo contagiar, estoy apestada… estoy apestada por ti.

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MI PADRE SUMERGIDO EN SU ISLA

Mi padre sumergido en su isla

enamora delfines

mareas azotan su cuerpo

el tiburón saquea su día

su pescado, en el bostezo del alba

Remienda el mismo chichorro que le heredó su padre

un manglar que llora sequías acaricia una sirena muerta

el grillo entona canto de luna

sueños de sal habitan su embarcadero

Y mi padre

con sus manos de arena juguetea con las jaibas

trepa al lomo de un palmar

para escuchar lo que dice el viento

las golondrinas columpian su atardecer

el mar danza su melodía

Y mi padre

con su mirada de sol ilumina la noche.

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SALGAMOS DE LA CASONA ROTA

Hermano Juan, salgamos de la casona rota

tiremos el ropero por la ventana

enterremos nuestros dijuntos

el tequila ya te chingó el hígado

las tachas te han secado la razón

Descuélgate de la noche

vamos al potrero para sembrarnos

y nacer en campo entre las milpas:

vainas de frijol, borregos, guajolotes, chivos,

sauces, lluvias, soles

Crucemos juntos el arrollo

mira tus chilpayates, se están ahogando

El cura le andaba esculcando los calzones a Anajancy

Rebequita se trompezó y se rompió toditito el hocico

¡Hay nomás quedó de encargo!

A Petra, tu mujer, le salieron plagas en las patas

y ya tiene chuecas las manos

de tanto ponerle madrazos al lavadero

A nuestros viejos se los trajó el smog

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y los buitres hicieron lo que pudieron

Yo nomás miro pa’ allá, derecho

¡Vámos, hermano!

Juan, Juanito

¡Trepemos el cerro

donde la vida nos necesita!

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EN EL FOGÓN DEL PATIO

En el fogón del patio se divisa mi abuela

tortillas corraleras alimentan el alba

y el atardecer sobre su lomo

su rebozo campirano amamanta miradas

parcelas, cántaros de agua

la noche que escurre por el río lanza gemidos secos

Mi abuela no conoce más allá del monte

parida por los sauces

creció entre las iguanas y el olvido

No sabe leer, pero habla con los venados

me cura los nahuales

y abona mi vida.

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ABRAZO LA INFANCIA EN EL MONTE DE LAS HORMIGAS

Vengo del monte de la infancia

donde se hornea el pan de natas de la tía Cuca

y el atole blanco de la abuela apacigua la noche

Respiré la adolescencia a galope

con los guaraches sobre el lomo

y en el suspiro del atardecer árboles de frutos

escurrieron por mi rostro

Salí de la pisca de frijol trayendo en mis adentros un río/

y la sonrisa del alba sabor a leña

Buscando al Dios, me extravié en la selva

donde los hombres se convierten en duendecillos

con etiquetas de Chanell

Cambié el bostezo del campo

por una moneda masticada.

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AMIGA RAÍZ

Para Margarita Mendoza Palomar

El atardecer se columpia en tu mirada

siempre sabia

luz de correa, sol de pisca, rebozo del campo

amiga de las hormigas y las milpas

tu oído de malva escucha la noche

y la talla en voz de campesina

Amiga raíz, semilla de vida

caminamos juntas un monte infantil

trayendo sobre el lomo

tortillas corraleras

y el olor a vaina de frijol

Margarita

tu vientre de sauce

alimenta mi río.

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EL AULLIDO DE LA SAL

El aullido de la sal

habla de la codicia del hombre

que atropella al arrecife

contamina la garganta del mar

y esconde la mano

sin importarle que el delfín llore

ballenas muertas entre lunas pálidas

Una sirena limpia mareas rojas

y la tortuga lanza plegarias a una humanidad de sal.

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SIN DERECHO A UNA CAMA DE HOSPITAL

A Don Taviano le ha quedado la espalda como canoa

y los dedos mordidos por la sal

sin derecho a una cama de hospital

porque hasta acá no llega el censo

no hay conteo de votos

sólo el titipuchal de plagas

y algunas estampas pa’ rezarle a la Lupe

San Judas Tadeo, San Martín Caballero

y otros tantos

Y mientras a Don Taviano

se lo tragan los moscos

será un animalito más del campo

que muere

aplastado por la piedra.

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MI HERMANO EL CORA

Mi hermano el Cora

se alimenta de venados que son dioses

danza entre el peyote

sol que libera su desnudo

En la cima del cerro

borda de luna su petate

el río teje entre sus dedos el ojo de Dios

se abraza de los árboles

se empina en la roca

y observa cómo se suicida el hombre de la urbe.

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TRAS EL SUEÑO VERDE

En la parcela de tía Conchita

se talla la vida en hojas de maíz

El tío Tomás bajo la lluvia de olotes

se abanica la tristeza

con su sombrero de paja

Afina la chicharra para espantar al coyote

que bulle entre la milpa

El gallo canta amaneceres

y los sueños se anclan en la otra orilla del río

donde esperan a los hijos que un día partieron

labrando esperanzas tras el sueño verde.

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SIEMBRA LA HAMBRUNA

Un río de piedras inunda las calles de mi pueblo

Piedras que roban el alpiste de los nidos

rompen el tejaban de los abuelos, su fogón

siembran la hambruna

talan la sonrisa del árbol, la esperanza

El miedo, la impotencia

sepultan a mi patria.

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NACÍ EN CUNA DE NOPAL

Nací en cuna de nopal

donde el ahuate encaja sus serpientes

y espina la mano del campo

El corazón del águila muerde al indígena

a la canasta de mi abuela

y obliga a mi pueblo a morir bajo el cielo negro.

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CABALGO ENTRE LA SANGRE

Cabalgo entre la sangre

de una cultura parida por la sal

huérfanos acribillan al sol azteca

Danza de nopal, de maíz

El águila secuestra sus alas

vicia al caracol

y obliga a mi bandera a embarrarse con la muerte.

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DIOSA DE CARBÓN

Doña Estefana alimenta mi vida con morisqueta

y frijoles de la olla

su trenza blanca se dispersa en el mercado

con su sonrisa de cántaro

sus dolencias las talla en el lavadero

cantando el Ave María

en el atardecer teje mitotes

y espera a su marido Tereso brotar de la tierra

Pulmones de mina escarban el desánimo

que amartilla su respiración

Ambos esperan que la diosa de carbón los sepulte.

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EL PAVORREAL VENTILA LA NOCHE

El pavorreal ventila la noche

con su plumaje de serpentina

el surco recoge el sudor del hombre que pisca

y la rama del árbol se vence.

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SE DESMORONA LA GUADALUPANA

Se desmorona la Guadalupana

entre los escombros de mi Patria

El águila cae sobre la nopalera

La serpiente se traga la impotencia

y se sumerge en el río de cadáveres

que inunda las calles de mi pueblo

Hoy te tocó a ti hermano.

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LA NUBE ARROJA SUS PECHOS AL CAMPO

La nube se sienta en el lomo del cielo

arroja sus pechos al campo

y observa cómo agonizan ríos

bosques

la capa de ozono

y el hombre.

SE SUICIDA MI BANDERA DESDE EL PEÑASCO

Se suicida mi bandera desde el peñasco

su escudo cae por la barranca

el águila huele a podrido

Los mexicanos en sus cuevas

siguen dormidos

No hay quién despierte

la voz de la montaña.

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BORREGOS SECOS

Borregos secos

tragan pastura

en el tejabán del casique

Un río negro

brota de sus ojos:

arraza con el jacal

la sonrisa del campo

y la mirada de mi pueblo.

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SE QUIEBRA EL CÁNTARO

Se quiebra el cántaro

la vergüenza se derrama entre los cerros

Allí la hormiga muere boca abajo

la noche ulula su llanto

No hay dioses

sólo una piedra en la cabeza.

SE ESTRELLA EL ÁGUILA SOBRE EL ÁRBOL

Se estrella el águila sobre el árbol

y bajo un cielo de nopal

lloran sus alas

que caen al río.

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DEPURANDO LA SAL

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LIMPIO LA POLILLA DE MIS SIENES

Limpio la polilla de mis sienes

y un árbol de sal se desprende de mí

Brotan jacarandas de mis ojos

y el Dios del frijol me habita.

BULLEN LOS TECOLOTES EN EL TEJADO

Bullen los tecolotes en el tejado

sobre el cadáver de mi padre.

Yo vuelvo la mirada hacia mí

salgo del ataúd

y continúo huérfana.

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PISÉ LA INFANCIA

Pisé la infancia

racimo de uvas bajo el zapato

Hoy vomito el asco

deshecho cuerdas

zurzo a mi niña rota.

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ME HUBIERA GUSTADO QUE HUBIERA SIDO EL HOMBRE VERDADERO

Me hubiera gustado que hubiera sido el hombre verdadero

y juntos rascar a la vida su melodía

El hombre que me sujetara a su costilla

y me hiciera su puta

Servir el mole con arroz

limpiar cucarachas bajo la mesa

y que el sol naciera en nuestra casa

Hijos, canto de chicharra

chapoteando nuestros sueños

Me hubiera gustado

que hubieras sido el hombre árbol

manantial de voluntades compartidas

y no el hombre de espuelas en la razón.

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HUISTE CUANDO DORMÍA MI ORUGA

Huiste cuando dormía mi oruga

hoy regresas árbol seco

me pides que abrace tu raíz apolillada

y siembre robles

en el desierto de tu sombra

Pero hoy un río de sal me asfixia.

FRACTURA DE MUJER

Soy fluido de cartílagos

plasma

tetas que se entregan al placer

corazón partido en mentadas de madre

Soy mujer de gafas moralistas jugando al ajedrez

un vestido desgastado

zapatillas sin rumbo

noches desparramadas en los sueños

con un pene en la bolsa.

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DESDOBLO A LA MUJER

Desdoblo a la mujer y el roble que me habita

Tiro de la despensa amores rancios

abro el refrigerador para que se vayan

la tristeza y el hielo

bebo un té de naranjo para curar el miedo

En el perchero, tu grito

las hormigas lamen tus últimos pasos

en el rincón del patio, un tecolote te despide

Lloro fantasmas, lavo mi llanto

la casa se pone de pie.

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SALGO DE MÍ

Salgo de mí

Observo la mirada miope de la abuela

el vientre vicioso de mi madre

me reconozco en ellas

Vomito el dedo de pus

el agua bendita

me veo en mi única célula

Mi corazón sobrepuesto en un árbol doblado

Veo pasar a los muertos

Rescato mi vida.

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DESMORONO LA CASONA DONDE LOS GATOS MAÚLLAN FANTASMAS

Desmorono la casona donde los gatos maúllan fantasmas

le parto en su madre a una Guadalupana sorda

al San Martín de Porres que no barre pederastas

Mi padre con sus traiciones guaraná

y su voluntad de cirrosis

Mi madre con su matriz infantil

La almohada que estiló mi llanto

Las cobijas que amarraron mis ganas

Las pantuflas de la abuela

el pozole y su mandil cochambre

Estas fueron las viguetas que rompieron mi infancia

las barbas espuelas del abuelo

y su pene hijo de puta.

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ABRAZO TU LUNAR

Madre Rebeca

sentarnos en las caderas del cerro

soltar el río de lama que nos fracturó

y abrazar tu lunar

rebozo donde tejiste la vida.

PIERDO LA BRÚJULA

Remo mis ilusiones hacia tu canoa

me anclo en tus caprichos

pierdo la brújula

y me atasco en el pantano de tu falo.

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MENTADA DE MADRE

Vomito a mi madre

cuando se cuelga de la noche

se viste de beata

y reza la señal de la cruz

en los testículos de la sotana

Surte la canasta de Gansitos

Coca-colas y telenovelas desnutridas

se desgreña en el mercado

con los jitomates, chiles, cebollas

y la querida de mi padre

Trae de la oficina mentadas de madre

y las escupe en mi corazón

Nos da de tragar su comunidad de escorpiones

y reparte monedas huecas para descansar sus culpas.

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¿EN DÓNDE ESTARÁ LA RAZÓN?

¿En dónde estará la razón?

¿en la mirada miope del Dios?

¿o en la ceguera que me dobla

cuando el sol duerme?

Mi voluntad se atora en un manglar rocoso

vuelvo la mirada a todas partes

para encontrar un rincón de musgo

derrotarme

y soltar el brazo torpe de la muerte.

TROPIEZO

Me deslumbro con las malvas de tu bosque

y tropiezo en los surcos de tus puños.

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LÁGRIMAS DE CAL

Me veo en el alba de tu mirada

y el colibrí danza orquídeas

Despierto, te busco en la luna carmesí

y encuentro sueños ciegos y lágrimas de cal.

TU ABRAZO LIBERA MI SOLEDAD AÑEJA

Tu abrazo libera mi soledad añeja

Me refugio en tu piel de jacarandas

para sembrar mi invierno.

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ME CANSÉ DE APLAUDIR TU INDIFERENCIA

Me cansé de aplaudir tu indiferencia

guisar tus mentiras

y ser resumidero en tu casa de sal.

TU INDIFERENCIA ES ABONO

Tu indiferencia es abono

Me diste la antorcha

para alumbrar mi vereda

Hoy que te has ido

entierro tu rebozo y los leños

para sembrar tu huerto

de malva agradecida.

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TE FUISTE SIN ABRAZOS

Te fuiste sin abrazos

quehaceres que no cumpliste

ya ves

¿para qué tanto odio en el congelador?

Aguijones brillantes de tu cuello en la sopa

si de todos modos te fuiste con los pies desnudos.

TE BUSCO EN LOS ARADOS DEL CORAZÓN

Te busco en los arados del corazón

y me encuentro con tu vientre lodoso

Los escorpiones inundan mi tejado

Remiendo los baches bajo el sol de tabaco

suelto tu indiferencia y las cuerdas de tu barca

para que el río te arrastre.

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PARA QUE MI HIJO CREZCA

Borro la huellas de mi casa y de tu vientre

tu puño de pus ya no dibuja la noche en mi rostro

rompo el ataúd

quemo tus huesos, el rosario y el rencor

para que mi hijo crezca.

EN LOS OJOS DE LA VIDA

En los ojos de la vida

soy témpano que esculpe su camino

me alimento de mar

y me deshielo.

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EL ATARDECER NOS ENVUELVE

El atardecer nos envuelve con su melodía escarlata

fuiste penumbra en mi corazón de luna

y al navegar por la noche nos volvimos témpanos.

LA FURIA DE MI PADRE

La furia de mi padre

seca los pechos de la luna

la danza del alcatraz

el sereno de mis ojos

y a mi madre.

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QUE EL VIENTO LAS TIRE

Busco una sonrisa entre tus corbatas

y encuentro botas que aplastan mi cuello, mi dignidad

Me esquivo entre los tiliches de esta casa desgastada

donde los buitres me tragan

Mi cobardía barre telarañas

para que el viento las tire.

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LA PENUMBRA DE TUS LABIOS

La penumbra de tus labios derrite mi hielo

Me libero del vientre de la muerte

para vagar entre lunas ciegas

que me convierten en mar sobre tu piel

Bordo sueños colibrí

sazono el hogar de orquídeas blancas

para reconocernos dentro

y rezar al mismo Dios, al mismo diablo

Y te anclaste en los cerezos de mi vulva.

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ME GUSTARÍA SAZONARTE CON CLAVELES ROJOS

Me gustaría sazonarte con claveles rojos

encontrarnos en cazuelas de barro

desayunar juntos

reconocernos dentro de la casa

en el campo y en los sueños

Pero me esquivo entre los bolillos y el queso

por el miedo a fallarme.

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54

RÍO DE BARRO

Un río de barro cae sobre mi espalda

libera el miedo que me arraiga

y me hace nacer en otros campos

huérfana de plagas.

SONRÍO A LA NOCHE

Sonrío a la noche

Me embriago de sol

danzo con las palmeras

pesco el alba

me bebo el mar

hasta que la brisa me cure la resaca.

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QUERERME

Quererme

Desechar mis sandalias rotas

deslizarme en la resbaladilla

agitar el cielo con un elote

y amar las orquídeas blancas en mis sienes.

LAVO LA NOCHE

Lavo la noche

los miedos que me sepultan

Abro mis pétalos

y me encamino al sol

Dios que me habita de gaviotas

y borda de ríos mi rebozo.

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REVISO MIS SUEÑOS

Reviso mis sueños y encuentro rocas

una mano, barras de hielo

y un árbol de jacarandas

Despierto, retiro las rocas

desbarato el hielo

y siembro el árbol en mi cabeza.

SEMBRAR MI ÁRBOL

Fumigar la plaga

y construir mi nido

sin alpiste ni familia

Trepar las ramas

y abrazar mi esencia

con el fruto del follaje.

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YA NO DANZA EL COLIBRÍ EN LAS NUBES

Ya no danza el colibrí en las nubes

murió mi niña

bajo la tormenta de cuerdas.

SE ATORARON TUS PASOS EN LA CHARCA

Se atoraron tus pasos en la charca

al otro lado del río

donde las hienas se alimentan.

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UN TORNADO CAE SOBRE MI CASA

Las ventanas se rompen

los muros se doblan

mi familia bajo los escombros

Rescato mi radiografía

Y en el centro del patio

el árbol que sembró el tío Rosendo

me salva.

TE ARRANQUÉ LA MÁSCARA

Te arranqué la máscara

y caíste al fango

Ya puedes ir

donde se congela la memoria

y se olvida a los hijos.

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HOY NO ESCURRE MI LLANTO

Camino por el puente

que cruza el río de serpientes

Hoy no escurre mi llanto

llego a la estación del tren

sin equipaje.

ESCARBO LA TUMBA DE MI MADRE

Escarbo la tumba de mi madre

y busco su vientre, su lunar

el abrazo que nunca me dio

Y encuentro una mujer seca

cenizas de un pasado

unos remos

y el alba.

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UNA NIÑA LLORA EN LA CASA DE A LADO

Una niña llora en la casa de al lado

su llanto se sumerge en mis costillas

¿Madre, en qué fallé?

Un látigo azota su inocencia.

SE DESHOJA LA NIEBLA

Sus ramas caen por la cascada

y dejan el azul profundo

en la mirada de mi río.

Page 61: Luz de sal ebook

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SE DESPORTILLA EL JARRÓN

Se despostilla el jarrón

Las jacarandas secas

Ya no hay colchón de nubes

ni casa con olor a cocina

Ahí se queda el hogar mohoso

los pantalones sin remendar

Yo me voy a la pisca de mí.

EL SOL SE DESPRENDE EN PÉTALOS DE CHINAMPA

El sol de desprende en pétalos de chinampa

Se derrama en mi cocina

entre la calabaza y el queso

Limpia los rincones

de mi columna vertebral

de mi alcoba

y se asoma por la ventana de mis ojos.

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62

RESUCITO ENTRE LAS ROCAS

Resucito entre las rocas

Me sumerjo en el mar de mis costillas

nado entre arrecifes

esquivo erizos, mantarayas

y voy pariendo los días

bajo el arcoíris.

ARRASTRA EL RÍO MIS TEMORES

Arrastra el río mis temores

troncos que me anulan

Y me desliso por el venero

hacia la laguna

del pescado blanco.

Page 63: Luz de sal ebook

63

ABRO LOS OJOS Y RECIBO EL OTOÑO

Abro los ojos y recibo el otoño

en mi cabeza una gaviota

de vuelos altos

toca mis alas

Abrazo a la mujer

de piernas rocosas

y mirada de horizonte.

ESCALO LA MONTAÑA DE OJOS PROFUNDOS

Escalo la montaña de ojos profundos

lloro piedras, desaciertos

y en la tala de matorrales

diviso la soga.

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64

OLVIDASTE TU CANOA EN LA MITAD DEL OCÉANO

Olvidaste tu cama en mitad del océano

Nadaste sin brújula

y te convertiste en erizo sobre mi piel

Hoy, atrapado en tu chinchorro

te hundes.

ME PREGUNTO

Coqueteo con el botón de tu camisa

y tu boca de penumbra

Y me pregunto si serás

el que comparta mi mesa

el que deje los platos sucios

los calcetines regados

y me sazone de luna carmesí

O sólo un pasajero.

Page 65: Luz de sal ebook

65

AL FIN TE EMBARCAS

Al fin te embarcas

y en tu velero de arena

llevas la indiferencia

velas rotas

y las redes en tu cabeza.

GIRA UN REGUILETE EN MI CABEZA

Gira un reguilete en mi cabeza

hondea fantasmas

derrite el hielo

borda mi corazón de gaviotas blancas

y vuela hasta la orilla del mar

a sumergirse en un cántaro de sol.

Page 66: Luz de sal ebook

66

RECUPERO EL RUMBO Y MI SOMBRERO DE PAJA

Recupero el rumbo y mi sombrero de paja

camino tras el cerro

donde las luciérnagas enamoran la noche

y los chapulines saltan la infancia

Mis dolencias las curo con asientos de río

Doña Amada zarandea la esperanza

entre manglares que lloran epidemias

Acá no hay Internet

ni doctores

sólo se pide a la diosa de la Sábila

que nos empuje hacia el árbol.

Page 67: Luz de sal ebook

67

MI TÍO ANASTASIO

Mi tío Anastasio me sirve la vida

en hojas de malva

Me enseña las verdades

para enfrentar al cerro

En su corral, la hormiga

le canta a la noche

Chencha, la mujer de mi tío

agita el cielo con un elote

y desparrama su vientre sobre el comal

Mi tío Anastasio labra temporales

hasta dejar el lomo

embarrado en los surcos

Y enamora a la tierra.

Page 68: Luz de sal ebook

68

ME BUSCO Y ME DIVISO EN EL RÍO

Me busco y me diviso en el río

asoleo mi corazón

y los tecolotes caen por el peñasco

Camino entre la maleza

y observo cómo la luna

con su lengua plateada

limpia la noche

Vuelvo la mirada hacia mi bosque

y me alimento de la manzana prohibida.

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69

SE DESHOJA LA VIDA

Se deshoja la vida

cae el árbol que me vio nacer

(en sus raíces mi historia)

Llevo en la canasta su fruto

al tío Rosendo

y la sonrisa del río

sabor a maíz

En otras tierras

en un árbol frondozo

seguiré esculpiendo el atardecer.

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70

AHORA SÍ TE VAS

Ahora sí te vas

y en tus guisos me dejas

el amor que nunca pude ver

Escondiste tu ternura

tus ganas en rabia

Me embarraste de tu sal

angustia, estiércol

Tus víseras me daban asco

Quería que murieras

para renacer en canto

llenarte de vidas

pero no supe como

y ahora que te vas

Alcanzo a escuchar a la madre

de manos estropeadas

huesos devastados

palabras manantial, despedida

Page 71: Luz de sal ebook

71

ABORTO

Acaricio las paredes de mi vientrey converso con los hijos que no me atreví.

A la madre que me enseñóa escupir a la noche en solrescatarme y defenderme hasta de ella misma.

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72

NIÑAS ATRAPADAS EN CAZUELAS DE BARRO

Abro mis miedosy encuentro restos de pimientaclavosniñas atrapadas en cazuelas de barrouna abuela inválidami madre devastaday un padre ausente

Tiro la despensalos platos rotosmi vida abolladay bebo un café de ollapara digerir el bagazo.

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73

LUNAS DE SAL

Lunas de sal dividen nuestro río

y la corriente nos arrastra

hacia la indiferencia.

ARRANCO SUEÑOS SECOS DE MI CABEZA

Arranco sueños secos de mi cabeza

y me alimento con manzanas blancas

Rescato a mi madre

la sostengo

y paseamos por el monte de la infancia.

Page 74: Luz de sal ebook

74

LA AMISTAD ES EL MISMO DIOS

La amistad es el mismo Dios

que me acompaña a la orilla del río

y al monte de los leprosos.

GIRA EL SOL EN MIS SIENES

Gira el sol en mis sienes

zurce mis manos en desacierto

y me regala un cántaro de agua.

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75

SE EVAPORA EL AGUAMIEL

Se evapora el aguamiel

Niños lanzan piedras de sal.

HABITO EN EL BOSQUE DE MI SER

Habito en el bosque de mi ser

dónde la nohe no me interrumpe

y el alba en mis ojos

ilumina mi vereda.

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76

UNA SIRENA LIMPIA MIS HERIDAS

Una sirena limpia mis heridas

abre ventanas hacia el mar que me habita.

PARA CURAR A MIS PADRES

El sol se derrama en mis fracturas

para sanar a mis padres.

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77

CONFECIONES DE SAL

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78

VOMITO EL AGUA BENDITA

El dedo que me impusieron en la pila del bautismo

mató mis ganas de salir al encuentro con la vida

Sus cruces

lanzas que bloquearon mi razón

creencias que me sacaron los ojos

pecados fermentados en mi vagina

Hoy escupo la ponzoña del clero

rescato mi Dios.

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79

¡SE ABRA EL CIELO!

¡Se abra el cielo

y lance a Dios de su universo de paja

a que aprenda la doctrina del hombre que pisca!

LOS BARRANCOS DE LA IGLESIA

La guacamaya persigna el cielo

con su ala de arcoíris

y remienda la sotana pederasta

los barrancos de la iglesia

y la cúpula del clero.

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80

UN CIELO NEGRO

Un cielo negro se desprende de la hostia

quema el burdel de vírgenes

y la sotana pederasta

para devolverle a Cristo su identidad.

CIRIO MIOPE

Un cirio miope conduce a los enanos

por la brecha de cactus que anestesia

y contaminan el alba

con su ostia de pues.

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EL CAMPANARIO ESCUPE SACERDOTES

Desde la cúpula, el Cristo derrama su vergüenza

su doctrina la inundan de mentiras

pecados

El campanario escupe sacerdotes

que inventan vírgenes y santos.

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ASÍ TE SIENTO

Así te siento mía

Con tus trenzas sin nudos

senos libres cubiertos de mar

tu cuello erguido

abona la tierra con tu rebozo de frijol

y tu Dios de pisca

que no necesita de iglesias

ni sabe de pecados

Virgen del campo

¡Así te siento mía!

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83

CONDIMENTOS DE SAL

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I

Cuando la semilla es hueca

el surco se hunde.

II

La monja Sor Hipócrita aborta los pecados de la sotana y

su Dios alcahuete aplaude orgías.

III

El sauce suelta sus ramas para que el hombre pode

su muerte.

IV

Me escondo en el miedo para esquivarme.

V

El río pierde su cauce cuando la noche lo inunda.

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85

VI

El roble crece cuando madura la esencia.

VII

El hombre se derrumba cuando la soberbia se impone.

VIII

El poder es el suicidio del ser.

IX

Mi Dios se desmorona cuando me ignoro.

X

El salitre es la leucemia del muro y del rencoroso.

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86

XI

Me quito el luto para vestir el rebozo de la jacaranda.

XII

Dios fue arrojado al infierno por confiar en el hombre.

XIII

Las goteras cesan cuando limpio el tejado de la noche.

XIV

La muerte encuentra su oficio en los campos minados

del corazón.

XV

Me aferro a la muerte cuando despresio la vida.

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87

XVI

Mis ojos se opacan cuando me dejo de mirar.

XVII

Desecho tu ataúd para no enterrarme.

XVII

Cuando el cuerpo abandona los quehaceres,

vuelve la matriz.

XVIII

El perro patea las ruinas de la mujer que se abandona.

XIX

El ladrillo aplasta a la hormiga y a sus sueños obreros.

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88

XX

Con tu abandono me encontré

XXI

Madurez, río de sal

que bebo en pequeños sorbos

para curtir la mirada.

XXII

El hombre busca dioses en el universo,

mientras siembra pólvora en la tierra.

XXIII

Hijo, los tropiezos esculpen al hombre en campo abierto.

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XXIV

Mujer de ojos luciérnaga

siembras soles bajo la lluvia de cal.

XXV

La guacamaya se columpia en el ciprés,

ríe del hombre que carga su ataúd

XXVI

Se sumerge la luna

y alcanza los sueños que el hombre desecha.

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ÍNDICE

PRÓLOGO 5

SELBA DE LOS ÁNGELES 7

SU MIRADA ESCUCHA VUELOS IMPOSIBLES 9

TIERRA DE SAL 13

Laguna madre 14

Mi padre sumergido en su isla 16

Salgamos de la casona rota 17

En el fogón del patio 19

Abrazando la infancia en el monte de las hormigas 20

Amiga raíz 21

El aullido de la sal 22

Sin derecho a una cama de hospital 23

Mi hermano el Cora 24

Tras el sueño verde 25

Siembran la hambruna 26

Nací en una cuna de nopal 27

Mi bandera embarrada con la muerte 28

Diosa del carbón 29

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El pavorreal ventila la noche 30

Se desmorona la Guadalupana 31

La nube arroja sus pechos al campo 32

Se suicida mi bandera desde el peñasco 32

Borregos secos 33

Se quiebra el cántaro 34

Se estrella el águila sobre el árbol 34

DEPURANDO LA SAL 35

Limpio la polilla de mis sienes 36

Bullen los tecolotes en el tejado 36

Pisé la infancia 37

Me hubiera gustado que hubiera sido 38

Huiste cuando dormía la oruga 39

Fractura de mujer 39

Desdoblo a la mujer 40

Salgo de mí 41

Desmorono la casona 42

Abrazo tu lunar 43

Pierdo la brújula 43

Mentada de madre 44

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¿En dónde estará la razón? 45

Tropiezo 45

Lágrimas de cal 46

Tu abrazo libera mi soledad añeja 46

Me cansé de aplaudir tu indiferencia 47

Tu indiferencia es abono 47

Te fuiste sin abrazos 48

Te busco en los arados del corazón 48

Para qué mi hijo crezca 49

En los ojos de la vida 49

El atardecer nos envuelve 50

La furia de mi padre 50

Que el viento las tire 51

La penumbra de tus labios derrite mi hielo 52

Me gustaría sazonarte con claveles rojos 53

Río de barro 54

Sonrío a la noche 54

Quererme 55

Lavo en la noche 55

Reviso mis sueños 56

Sembrar mi árbol 56

Ya no danza el colibrí en las nubes 57

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Se atoraron tus pasos en la charca 57

Un tornado cae sobre mi casa 58

Te arranqué la máscara 58

Hoy no escurre mi llanto 59

Escarbo la tumba de mi madre 59

Una niña llora en la casa de a lado 60

Se deshoja la niebla 60

Se despostilla el jarrón 61

El sol se desprende en pétalos de chinampa 61

Resucito entre las rocas 62

Arrastra el río mis temores 62

Abro los ojos y recibo el otoño 63

Escalo la montaña de ojos profundos 63

Olvidaste tu cama en la mitad del océano 64

Me pregunto 64

Al fin te embarcas 65

Gira un reguilete en mi cabeza 65

Recupero el rumbo y mi sombrero 66

Mi tío Anastacio 67

Me busco y me diviso en el río 68

Se deshoja la vida 69

Ahora si te vas 70

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Aborto 71

Niñas atrapadas en cazuelas de barro 72

Lunas de sal 73

Arranco sueños secos de mi cabeza 73

La amistad es el mismo dios 74

Gira el sol en mis sienes 74

Se evapora el aguamiel 75

Habito en el bosque de mi ser 75

Para sanar a mis padres 76

Una sirena cura mis heridas 77

CONFECIONES DE SAL 78

Vomito el agua bendita 79

¡Se abra el cielo! 80

Los barrancos de la iglesia 80

Un cielo negro 81

Cirio miope 81

El campanario escupe sacerdotes 82

Virgen del campo 83

CONDIMENTOS DE SAL 84

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