los coros en edipo rey

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El coro cumple una función primordial en este género, comentando las peripecias de los protagonistas, dándoles réplicas y afianzando las ideas centrales de la obra. Es el elemento más relevante de la tragedia. La tragedia se constituye sobre la dualidad entre coro-personaje. El coro permanece en forma semicircular en la orchestra, su función es principalmente lírica; los personajes están en la escena. Si hay alguno del coro que habla en nombre de todos, es el corifeo. Todos los actores y el coro llevaban máscaras adecuadas a su papel (el uso de máscaras posibilita que los actores jueguen con los papeles: un actor con dos personajes / un personaje con dos actores). Llevaban coturnos para que se les viera mejor. Los actores y el coro lo formaban siempre varones, que debían ser ciudadanos atenienses (aunque el personaje fuera femenino). Las siete tragedias de Sófocles que se conservan son las siguientes: Áyax, Antígona, Edipo rey, Electra, Las traquinias, Filoctetes y Edipo en Colona.

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  • LOS COROS DE EDIPO REY: NOTAS DE MTRICA

    Advertencia preliminar. Se utiliza como texto base el puntuadoy dispuesto por Alphonse Dain (Sophocle: Oedipe Rol, Pars, LesReiles Lettres, 1959), indicndose, en cabeza del anlisis de cadacntico, las divergencias con respecto al mismo.

    Con muy leves diferencias, los signos y abreviaturas son lospropugnados por E. SneII Griechische Metrik (Gotinga, 1955) 1~2;pero con la salvedad de que puesto al final de un x~Xov indicafin de perodo menor, y la utilizacin de otras tres signos: 9 parael xiSSXov - continuo (que otros llaman cesura de K&ov), parasealar el elemento que precede al final de perodo y para loscasos en que el final de palabra coincide con elisin o acontecedentro de palabra mtrica (Wortbild>.

    La traduccin que se acompaa (trasposicin la ms ad pedemIitterae que se ha podida obrar) no pretende sino comprometeruna interpretacin del sentido (que ahorre notas exegticas que,en este lugar> no seran del caso) y, sobre toda, dar una idea delmovimiento periadolgico de la frase mtrica: la separacin entrelos peilodos se indica con doble espacio interlinear y los perodosmenares, en su caso, can barra simple.

    Can- la sola mencin del nombre del autor nos referimos a lasopiniones sustentadas en las obras siguientes:

    E. Gleditsch Die Cantica der sophokleischen Tragddien nahihrem rhythmischen Ban besprochen, Viena, Konegen, 1883, Pp. 71-93 y 24045.

    O. Schroeder Sophoclis Cantica, Leipzig, Teubner, 1923, Pp. 23-30y IV-V de Addenda corrigenda.

  • lo JOS S. LASSO DE LA VEGA

    W. Kraus Strophengestaltung in

  • LOS COROS DE EDIPO REY: NOTAS DE MTRICA 11al ponerles el colofn de un dmetro, a la de la diresis buclicadel exmetro. Parece parece nada ms que nos las hubiramoscan exmetros, opinin opinada por muchos (Gleditsch, Ed. raen-kcl, Kraus, Thomamiiller); pero a la cual ocurre oponer una seriede observaciones: la presencia de otro tetrmetro en 155/164a, elfinal dactlico en 157, los tetrmetros de la estrofa siguiente y lareconocida tipicidad del tetrmetro en las series dctilo-ymbicas.Por supuesto, los movimientos del canto de entrada del Coro exigen,de suyo, medidas binarias y rehuyen la ambigiledad con tripadias.La mira del poeta est en recordar, con artstica estilizacin quehalaga la inercia del odo, el verso propio de los orculos de Apolodlfica; pero sin escribir exmetros. Tambin es desaconsejable lacolometra propuesta por Christi y Sebroeder para el tercer perodo(4 da~ 2 da 4 da~ 2 da 4 da) alineando los xaxa con simetraimpecable. Estos metricistas, como se sabe, eran confesadamentedemasiado partidarios de sujetar la mtrica de los coros a dogalesmatemticos. En este caso, atendiendo a los fines de palabra y aotro rasgo de suma pertinencia, la rima entre 159a y 15%, se des-califica dicha colometra, desechada luego por el propio Schroder2diaeresibus diligentius observatis, pero seguida por Kolt3, quienadems pone fin de periodo en 157/165 (error que comparte Dain):no puede haberlo, pues en la antistrofa se da una clara sinafia tantomtrica (izXat con final breve) como sintctica (qr6Xsi barrerasintctica, dativus incommodi con el verba precedente y dativusco,nmodi con el siguiente J~voar tKToltfav).

    Hay tres perodos, siendo clusulas de los das primeros undmetro ymbico (inicia el motivo ymbico que ir dominando pro-gresivamente) y un enbaplio prosodaco (ti5ts Ac&Xta flcn&v -~ xat0ot~ov &KQf3Xov. tc$), tespectivamente. En el prembulo ritualdactlico estos dos KOJX& cierran tambin, obviamente, dos movi-mientos coreogrficos: 154c/163 y 160 significan claramente dos mo-vimientos del coro desde la pista de baile hacia el altar ~. En la

    1 Metrik der Griechen und Rnier, Leipzig, 18792, 575.2 Addenda corrigenda IV.3 Vztah Rytvnu k obsahu piesni y grcke iyrike sborobej, Bratislava, 1940, 57.4 Cf. Fauth Ucher Beziehungen zwischen Rhythmus, Inhalt und Aktion in

    den Cantica des griechsohen Dramas, Dis. Gotinga, 1953. 83-85 y Webster AnIntroduction tu Sophocles, Londres, 1969, 127-29. Sobre los dctilos de marchasen el prodo cf. Myriantheus me Marschleder des griechisch?n Drama, Munich,

  • 12 JOS S. LASSO DE LA VEGA

    antstrofanlaktlrtkxflols misma txipartita~ marca la peridologl:a), - invcaeidn..a Atenea, con encabalgamiento sintctico en160

  • L~ COROS DE EDIPO kEY: NOTAS DE MTRICA

    Como luego diremos, la estrofa sirve de empalme con el pr1o~o,mientras que la antistrofa inicia la plegaria en que este prodoconsiste. Por ello no hay responsin conceptual estticta entre unay otra; pero el poeta utiliza muy finamente en - la partitura unaserie de correspondencias de valor musical, mnemotcnico o toreo-grfico (apstrofes circulares, de origen ritual), segn los casos:palabras fdnticas, o casi> que reaparecen en el mismo lugar, en elmismo x,Xov o en el mismo perodo, o en el mismo x3Xov ydistinto perodo (151 159b ALq, 155 164 ~ 157 &E>cnactq

    -166 ~vaasa~ ~floq.EI desconocimiento de estoshechos ha llevado a muchos editores a eliminar, como sospechosas, las tepe-

  • 14-. jas s. LASS DE LA VEGA

    ms soltura, menos envaramiento; pero la sizigia sigue siendo siempre un pequeo uniyerso de relaciones entre metro y -sentido, decruces de reminiscencias, trampoln para las llamadas y recuerdos,de palabras iguales, sinnimas o parnimas que van y vienen, - pasany repasan, asonancias -que vuelven con terquedad. de mosca... Para elmetricista reducir su anlisis a la pura descripcin mtrica (idn-tica a las tablas de logaritmos, sin sensibilidad, toda intelectualiza-cin), aislndola y extrandola de tales relaciones, es suicidarse;sin embargo es sa la corriente manera de nuestros comentariosmtrico~, que olvidan que la sintaxis de la mtrica slo yive cuandoviene a lubrificara el aceite del sentido, y que separar ambos cons-tituyentes es cosa tan imposible como indeseable. Hora sera de quelos, estudiosos se. entornaran del lado de estas cuestiones y de quealgunos ingenios ms sacudidos las pusieran en moda.

    Dejo ahora de lado otros elementos de comentario que, dentrode cada estrofa, se refieren al arte safocleo en el manejo de- lazaabanda de tonos acsticos (y visuales) contenidos en el materialfsico de los vocablos, en el sonido que ~-tiene el viento fonticoque mejbr- conviene 10: aquel pronunciar alternativamente con dien-tes y labios quelos versos 151-52 hacen (o en 154b y154c B[Liartx&XXcov t MXis flcn&v) o el sonido espeso que hacen -xX- (159bKtXXtIEVOS KVKX6pEVO~ R y 161-62 KvKXEVt~ sbKXsa), aunque,como> se aprecia- en este ltimo ejemplo, tambin estos recursoscolaboranal paralelismo periodolgico o colomtrico, segn se tercieel caso.

    p~3 (168-77 178-89j18/178 2 ja169/180 2ia A

  • LOS COROS flfl flflPd RISYt NOTAS DE MTRICA 15

    172/183 - [~..=J - X4da B(I4thes.)173-74a/184-85 ,~.:.. ~ iaparoem(= A4da-A)174b-75/186-87 ~ - ia,4da - -176/188 . ~ 4da B(l4thes.)

    .177/189 v-~[j 21a(iaba)Tres perodos, estructura prodica ARR o (Kraus) aaa> aab,

    haa. El primero forma, en la estrofa, la introduccin y, en laantistrofa> una repeticin especificada de aqulla (168 &v&pt6j.ta 178 &v&pte1iog, 169 qrt~xata 180 .v~Xa). Se marca su fin por elparemaco clausular, anceps y fin de frase en la antistrofa. Lasresoluciones II del primer metro ymhico en los - dos dmetros ini-ciales son como ensayo y precurso que prepara, a travs del pare-maco, la transicin a los dctilos. Los perodos segundo y terceroforman una descripcin en dos frases paralelas: en la estrofa, infe-cundidad de campos y mujeres/muertes continuas; en la antstrota,llanto de esposas y madres/peanes y splicas, respectivamente (173

    184 Xuypc3v qrv3v, 174a (>cau&rc)v) &vtXotJaL yvvaiKcq 185 [KET9pEq &itiorsVxouai, 177 &Kr&v... 6oG para designar lamorada letrgica de las sombras 183 &Kr&v ap& IS4ILOV, 174btxXov... &XXc~ 183 &XXoBav dXXai, 171 ~KyOVQ 182 vaTpac,176 iwp 186 X&inrn; cf. 473 y Bruhn Anhang 12 256). Mtrica-mente estn arbitrados en una tpica inversin: dmetro, dmetro(anceps) 1 trmetro (anceps, fin de frase, otra vez el pareznadoclausular pero ampliado hacia adelante con un metro ymbico) IItrmetro (anceps 13 y pausa sintctica en antistrofa) dmetro confinal baqueo. El perodo menor separa, en el segundo perodo, dasdmetros de un trmetro y, en el tercer perodo, un trmetro dedos dmetros (en la manera de El. 134b-135/150451): 172/183 es unavariacin del tetrmetro dactlico, cuya ritmo ascendente sirve detransicin a los metros yAmbicos iniciales de los dos KG)Xa siguientes.

    II Duysinck Les effets rhythniiques dans lOedibe Rol de Sophocle enMlanges Fohafle, Gembloux, 1969, 301-13 se emplea en la exploracin de losvalores expresivos de las resoluciones en el dilogo de esta tragedia: habraque llevar la inquisicin a la lrica y las piezas restantes.

    2 Sophoktes; erkffirt von E W. Schneidewin und A. Nauck, vol. VIII:Anhang, von E. Bvuhn, flerlin, 1899 (reimpr. 1963>.

    13 Sobre la cantidad de la slaba final de $pv ~q cf. nota al verso 759 deFur. Hip. en flarrett Eurpides Hippolytos, Oxford, 1964, 309.

  • -16 JOSE 8. LASSO DE LA VEGA

    Obsrvese, dc 171 a 1174fr cmo los K3Xa van creciendo progresiva-mentespor:su inicio. -En 173 y 1741, no debe desgonciarse un x~Xovymbico independiente (como. hacen Schraeder y~ Pearsan):: hay unaunidad que el. poeta subraya ostensivaznente en 174b-175/186-187. alponer cesura pentemmeres, como si el ritmo ymbico fuera amantenerse, fino pormenor ste mal interpretado por Kali t quepone en 174b una trpoda ymbica &kXov 8 6v dXXq, seguida dedimetro anapstico (st$irtapoV ~pv~v, anapestos-?). Para explicar uncaso como ste u tras semejantes (Esq. Ag. 107-126/116-135, Eur.Or. 1105-111-2) no -es preciso, por iupuesto, recurrir a la e*plicacinmusicalista del b&KtuXoq Kat& ravpov ~

    - - En esta estrofa mixta se establece n tpico - cambio y recambiode sensibilidad entre el ~eo~de lbs ritmos distintos, equilibradosahora al diitenderse el hieratismo d las formas -ca~i exclusivametedactflicas te la primera sizgia: 1o~ yambos enjutos, para los gritosy protestas; los dctilos pingUes y empacados, para la descripcinsolemne-a-base de epteto~;[ los paremacos, pata la emocin dolorsa.

    y>, (190-202 = 203-215)

    : 9 ant.

    .,..~ 1II

    ~II

    2k sine. (ja er) -lee(er ja>3 ja3 la2 ja smc. (ja cr)ith (cr ba)paroemenh(3 da)ith(cr ka)2 alee (cra) --2 a sine.

    B (22 tbes.>

    8(22 thes)

  • LOS COROS DE EDIPO REY: NOTAS DE MTRICA 17

    atrs recuerda elpticamente a 154c/163, como una suerte de ecortmico suyo: en la antistrofa se trata tambin de 1a invocacin aun dios rv xpuoo~(wav rs KLKXjQKCO; en la estrofa, sh Aq rv&it6~cvov p~icv (eorr. de -Doederlein: codd. pvov, que podraadmitirse) tiene un valor de desesperada conmocin, que le hacertmicamente adecuado en el segundo trmino de una alternativapolar, forma muy ritual en la antistrofa 209-210 sonun encabalgamiento en este perodo del perodo siguiente> que anti-cipa otv&~ra B&KXOV: no extraa el orden atributos + nombre, puesha sido ya utilizado en 200-202. Los perodos primero y segundo, sibien se mira, se ve en ellos que recuerdan al segundo y tercero dela estrofa anterior laguna , que sera temerario intentar rellenar 13), en laque el dmetro ymbico se sincopa doblemente la segunda vez enun ritmo de frenazos o ritardando tpico al final de la estrofa(otras veces, se recurre a un accelerando). La clusula repetida

    5 Los posibles suplementos .exempli gratia surgen con facilidad generosadc la mano de ciertos excelentes obreros fillogos fecundos en conjeturas, comose les poda llamar con un calificativo casi homrico: ciento y tantas, engeneral mediocres y vulgares, que no aportan nada nuevo o que aportan pocacosa: Xa~zSI (Hemsoeth), 6at~ ~ov (G. Wolff), vo~atpq>(H. U. Schmidt) etc.II, 2

  • 18 jas S. LASSO 1W LA VEGA -

    (3 iaA) es un recurso discreto que Sfocles: utiliza, sin extremar losefectos repetitivos a que propende Eurpides 16 Esquema ABB =AA< Cl) B o, llamando, a al tetrmetro y bal dmetro, ab, baa (cl),aab. - Periodorum pentadcm quantum intersit utrum proodicam(7; 7 .4 :.4 7) an epodicam (7 7,4 4; 7> esse dicamus, nec difficileneque iniucundum cnt intellectu. Esto es Sebroeder, quien dis-tingue un cuarto penltimo perodo en 199/212 y, as> es claro -quela que l llama interpretaciri epdica sera inaceptable; pero, en laantistrofa, no hay motivo para; integrar un perodo cali 211-212 ~y,en la estrofa, 198-199 rompen estructuralmente la regularidad com-posicional del perodo al reiterar como luego diremos> la justifica-cin (yp) de la -plegaria: justamente esta razn de sentido aclarala duplcacin del perodo final en confrontacin con el inicia! de laestrofa.

    Esquema del sentido, en la- estrofa: Ares que se marche

  • LOS COROS DE EDIPO REY NOTAS DE MTRICA 19Por ti invadido dc sacro temor: qu cosa o nueva

    - o, con el revolver de las estaciones, de nuevoqu obligacin me impondrs?dmelo, hija del urea Esperanza,Voz inmortal.

    Antistrofa 1Primero a ti invocndoto, hija de Zeus,Atena inmortal>y a la que guarda esta tierra, tu hermana,

    a Artends, que el trono circular del goratiene, diosa Gloriosa, por asiento,y a Febo tiechador, Li!

    los tres Alejadores del infortunio aparecosme:si alguna vez tambin enantes en defensa contra la desgraciaque se alzaba para la ciudadpusisteis forastera a la llama del dolor,venid tambin ahora.

    Estrofa 2.~Porque oh, dioses! soporto innumerablesdolores y enferma me est todala tripulacin de la Nave, ni hay lanza dc pensamiento

    con la que uno se defienda: pues ni crasde la tierra gloriosa crecen ni, con los nacimientos, 1las mujeres superan sus fatigas acompaadas de gritos de l.Veras a uno tras otro, como a pjaro de buen ala, /lanzarse con ms fuerza que el fuego irresistiblehacia la ribera del dios del ocaso.

    Antistrofa 2.De stos innumerable la ciudad perecey lastimosos sus hijos en el suelo,llevando la muerte, yacen sin compasin.

  • 20 - sos 8. LASSO DE LA VEGA--.All las esposas y tambin las madres encanecidasjunto a la ribera del altar, unas - de un lado, otras desde otro, suplicantes gimen por sus tristes penas

    y brilla el pen y la voz gemidora, compaera de la flauta: /por lo cual, oh urea hija de Zeus,enva la Fuerza de faz radiante.

    Estrofa 3aY que Ases el impetuoso queahora> sin bronce de escudos,me quema, rodeado de gritos, atacndome,

    en carrera de retorno vuelva la espalda desde mi patriacon buen viento, sea haca el vastotlamo de Anfitrita,sea, de entre los puertos, al inhospitalario,la tracia ola.

    (Porque para acabarlo, si alo deja 1W noch&a ello el da viene>.A se, oh t que de los ignferosrelmpagos las fuerzas administras,padre Zeus, bajo tu rayo consmelo.

    Antistrofa 3

    Seor Liceo, tus dardosdesde las cuerdas del curvo torzal de oroquisiera yo que invencibles, se distribvyeran

    tal que formaran defensiva guarda, y los ignferosdestellos de Artemis-. con los quelos montes Licios recorre;y al de ntra de oro invoco,cuyo nombre es el de esta tierra,

    a Baco de faz vinosa> el dios invocado con eva/zA,compafiero de las Mnadesque se acerque quemandocon pino de faz fulgidoracontra el dios entre los dioses no honrado.

  • LOS COROS DE EDIPO REY: NOTAS DE MTRICA 21

    CONTENIDO Y FUNCIN

    La estrofa a, pregunta por el contenido del orculo, sirve deconexin con el prlogo y para justificar la entrada del Cora. Elresto de las estrofas, desde a a y, da expansin y discursivo des-arrollo a una plegaria con sus tres partes esenciales ~: a -es lainuocatio y y - y, la plegaria propiamente dicha (preces ipsae)para pedir a otras grandes dioses que debelen a Ares, que aquiparece encarnar la fuerza destructora en general endemonio de la peste?). Entre inuocatio y preces ipsae entra,en la morfologa de una plegada griega 18, todo lo dems, muy varia-ble; pero, en su esquema ms corriente, la justificacin de lospedimentos y rogaciones (cf. por ejemplo fl 513-26, plegaria deGlauco). As acaece en nuestro caso, que se intercala la justificacinde la invocacin, consistente en la descripcin de la calamidad: elyp que la introduce abraza la pareja completa de estrofa y antis-trofa (en 171 esa misma partcula retiene un valor ms restricto,de segundo grado en la cadena etiolgica). La aduocatio o Aid-xX~atq (cf. 159b xsxX6~svog. que queda luego pendens) a latrada Atena, Artemis y Apolo corresponde al tipo usual de mencinde los precedentes (cf. A37 y ss. KXUBL pat, .&pyvp6ro~... st

    lOt xaP[EvT bri v~v apaipa fi st ,rora.. zsWEtav AavaotAt& 8xpua ooioj. JSXsoav). Sin duda es una pequea pieza notabledentro del gnero, del mismo moda que el tono ntimo de la des-cripcin en resulta impresionante. Las peticiones propiamente

    ~dicbas yy no son un simple doblete del final de la inuocatio(dXa~L~opot itpatv~tt pci, gxeete Kat vOvt sino que la especifi-can en una letana de imploraciones concretas a los dioses: queZeus castigue a Ares con el rayo, Apolo y Artemis con sus flechasy a Baco> concluye el coro> 1

  • 22 jos S. LASSO DE LA VEGA

    KLKXV~C1, 159b xsKX6~Lsvoy 213 ~tsXao8~vai 164a itpo~6v9TE);la estructura circular (Ringkomposition), tan caracterstica de laplegaria, es, al propio tiempo, indicativa de los movimientos y evo-luciones del coro.

    En composicin tan ntida slo dos fiases - rompen, et pourcause, la linelidad, sin llegar a de~tmir el tdrso estructurl tanpatente. Me refiero a 188-89 ~v iSitsp... it4pov &X}c&v, peticinanticipada que cierra la descripcin de p3 y ~irve para eliminar aAtenea de las preces ipsae sustituyndola en la trada final borDioniso, el dios cariavinado que patroniza Tebas. Vuelvo insistirsobr la oreografia indicada por este movimiento cclico: cf. de - unlado 1~8 y 159b Gyarep Ats y, de otro lado, vase cmo el finalde las preces recoge elptiamente esta otra jeticin anticipada,con una dma coruscante y fulgidora (211 otv&na y 214 &y\a~i189 &ra). Me refiero, en sgundo lugar, 198-99 rXELv ,~,...donde A Coro; antes de suplicar al padre d los do~es (a - quiendirectamente enfrenta a Are~, para reservar la ltima estrofa a latrada en cuestin), vuelve a recordar la justificacin (y~) de suplegaria.

    En este pen o cancin cultual itt aost XotuoD se aprecia laindividualidad potica del artista qe magnifica unas formas donsa-gradas y palabras de alquiler; pero no me ocurre negar que lasformas todas so ls ttdicioriles de las pompas y lamentosossalmos litrgicos en las~ que han rada y deprecado los griegos.Dejar de costado otros pormenores, pues es cuestin sta lateraly digresiva a nuestro propsito; pero, sin divertirnos al anlisisdilatado de tras partiularidades 19, notemos en l vocabulario ymodus dicendi: una buena medida de ptetos ton sonoridadbordeante de salmodia litrgica (159a y 159c 4g3poros, 160 yrno-~og, 163 tKafS6Xov, 164a &XsEsopos, etc.), concomitancias fraseol-gicas y formuiarias~ Safo fr. - 1, 5-7 etc.; 164a npo4&v~rt po~, cf. XS.~atva, liceo, ~i6Xa, descende, adesto etc.); stilo relativo que nce

    9 Cf. A Dic Parodos des Oidipus Tyrannos, en Hermes LXVII 1932, 413-37.23 Cf. Adan,i. De poetis scaenicis Graecs hymnoru,n sacrorum bnitatoribus

    (Fleckeis. Jahrbilcher Suppl. 26, 1900), 220 y ss. y Kcyssner Gottesvorstellungund I.cbensauffassung m griechischen Elyrnnus, en Wiirzb. Sud. KL Alt. JI1932, 98.

  • LOS COROS DE EDIPO REY: NOTAS DE MTRICA 23

    las predicaciones 2 en estas rapsodias referidas sobre todo a loslugares de culto (161-62 Apxs1xiv, i... Oaaat, cf. A37 KxoeL ~46IJ&pyuprot, 84 Xpcrjv &tqn[33~xaq), epifonemas rituales y ~wax[K&Jtup8tyiata (154c tis t&Xie flai&v, cf. Pndaro Pean 5 L5ua t&XiAqroXxov).. Dejemos de cuenta otros rasgos: todo lo mencionada

    sabe a fruto de trasplante religioso y exhala un penetrante aromalitrgico.

    Tambin los tipos mtricos son los propios de la poesia cultual:los dctilos lricos de la poesa hiertica, de los himnos y peanesa Asclepio y otras deidades; los yambos de la liturgia, como los quetropezamos en una serie de canciones procesionales en Aristfanes(dimetros y trimetros bastante puros en flan. 386 y- Ss., Ac. 263 y ss.,-Avisp. 868 y ss., Aves 851 y ss. y los, mucho ms libres, de -Tesm.985-1000); el enhoplio prosodaco del ritual: ~ts AXts flat&v, ti$eA6Xt AiroxXov; los dctilo-yambos que, segn el testimonio deAristfanes

  • 24 jos 8. LASSO DE LA VEGA

    los yambos (apremiantes, del ms- conmovido), salvo un ecodactlico en el enhoplio de 196/209; SfB abre y cierra con dmetrosymbicos, ms suaves que los de la tercera. sizigia, expresando elsentimiento individual del Coro (no se puede aguantar --tanta ~des-gracia), a. los que hay que aadir el metro inicial de 173-174b/184-186 (dctilo-yambos) que prepara la clusula> siendo - el resto dactlicoKar& ~r5a (menos solemne que los dctilos Kar& cuCuyav de aa)para describir el estado de la ciudad y los actos de culto. - -

    La estructura ternaria es muy- caracterstica deSfocles en. todoslos planos de su estilo 4 En el arte musical y de los ritmos es unaestructura bsica 27, y Sfocles ajusta a ella la periodologa de susestrofas en. la mayora de los casos 28 El - nmero trino de sizigiasestrficas en este prodo es en Sfocles caso nico ~ yg en general,pormenor singular (Esq. Persas 548-97-, Siete 287-368; Sup!. 776-824,Co/. 783-837 y Eur. Heracles 348-441). El tres es un nmero sacropor antonomasia, numerus perfeetionis muy evidenciado en lapoesa litrgica 30 y, en efecto, todos los coros a base de un tresillode sizigias patentizan nn carcter sacro pronunciado, en el que lalaicizacin del gnero tragedia es ms superficial. Observbamos msarriba, las precauciones tcticas del poeta para introducir, en sussplicas, a cinco destinatarios divinos, pero sin saltarse, a la torerael principio tridco: de Zeus se hace caso-aparte y de la primeratrada s. t. 225-368 (tradas divinas) y709-773 (aspectos literarios). -.

  • LOS COROS DE EDIPO REY: NOTAS DE MTRICA 25

    los hombres atormentados por la mirada de la Esfinge. La expo-sitio declara la grandeza de Edipo para enfrentarse con esta nuevaprueba, y lo hace desde tres puntos de vista ~: presenta a Edipocomo al solo mdico que puede sanar a la ciudad, el solo juezque, desde su altura, puede ser rbitro de la situacin y, en fin, elrey grande ante su pueblo. En el cecee final de la tragedia (1524Xsaaar, Otbtizoog &Bs) Edipo ser, en cambio, el enfermo quedeber ser aislado; el culpable y, en fin, el desterrado. de Tebas. Laexposicin de este primer ecce la peralta el poeta mediante suforma de confrontar al rey y a su pueblo. El prlogo, con la debidacautela (30 QEctol pv voy OK tooI5ksvoq), la configura como unaescena de sp]ica, bcaa(~, estilizada de suerte que la cuasi-divinidaddel Salvador (cuyo papel se destaca al recaer sobre l la funcin de~tpoXoyUcov) sc haga presente ante su pueblo. El prodo subrayala forma cultual de aquella [ en el prodo,desempea el coro de ciudadanos tebanos orando a sus dioses, lodesempea en el prlogo el sacerdote suplicando a Edipo, y losmotivos de sus palabras (14 y ss.) son los que el Coro repite, conpronunciadas reminiscencias, en formas lricas: invocacin (14 5Kpatv cf. p. 28 de Schmidt Dic Struktur des Engangs enel citado vol, col. 1-46. D sealar es, en nuestro caso, la disposicin qulsticade los motivos (necesidad de la ciudad-pregunta por el orculo), anotada POrBecker Studicn zum sophokteischen Chor, fis. Frankfurt, 1950, 30.

  • ir.

    26 jos 8. LASSO DE LA VEGALa figuracin que Sfocles confiere a la exposicin, reelaborando

    artsticamente forma~ de la poesa hiertica y haciendo p~1abras defuncin de las palabras de uncin, es el prtico ms adecuado parauna obra de tanto fondo religioso. Al primer pronto se dira que,en el paso del prlogo al prodo. tropezamos un clmax en el que alhombre objeto de la plegaria se sustituye el destinatario propio dela mistna, el dios; pero a ini me acontece pensar que, en el fondo,la intencin del poeta ha sido descubrirnos los rasgos- casi divinoscon los que el pueblo (en este prodo tenemos uno de los pocoscasos junto con Ed. Col. 78 y Ant. 160 y 164 st en- los queel Coro adopta la voz del pueblo como tal) suplica a Edipo en laLxcoL~ del prlogo, destacndolos por el paralelismo con una autn-tica plegaria cultual.

    - ESTSIMO PRIMEROTEXTO

    478 izerpaZcq 6 ratpog L: irtrpaq are dOrville, Dain, aJii ajia temptant. -494 versus strophae pacvq> corruptus est, cuni in o quattuor syllabae desint;

    iam dimetrurn catalecticum adhiberi satis ex antistropha apparet:tqti5tbv suppl. Kamerbeek: lacunan, suppteverunt alii aliud scribendo.

    510 T*~V 2, POx 2180: ~ codct, muid edd., Dain.

    MTRICA - -aa (463-72 473-82)

    Y

    9

    2choB(iaehp)2iaA(iaba)2 elio B2iA

  • oLOS COPOS DE EDIPO REY: NOTAS DF MTRICA 27

    Ritmo eclocorimbico con leve variacin anapstica y - clusulaitflica, artsticamente preparadas dentro de aquel ritmo. Tres pe-rodos, cuyos fines estn sealados por catalexis. Adems, en 466/476, por fin de frase y syllaba anceps en la estrofa; en 469a/479a,por fin de frase en la estrofa. En 471/481 no hay otra indicacinexterna, pero basta la catalexis y ci cotejo con 469a/479a para desau-torizar los dos perodos que distingue Kolt ~ 469-70 y 471-72. Paraclusula no anapstica en un perodo anapstico (como el tercero)cf. Et. 197-200/201-205. Las clusulas 469a y 471, sometindolas a espe-cje de generalidad, las consideramos reizianos, que lo son y no loson. El reiziano que cierra el perodo segundo es un ferecraceo ace-falo que sigue a das glicnicos acfalos. El reiziano que cierra elperodo tercero es algo no poco diferente que debe ser capituladocomo 2 an + an A. Seda sumamente tosco desconocer la diferen-cia entre estos dos sosias y usar del trmino reiziano a guisa develo de Mdya sobre oscuras realidades de segundo trmino. Pero,a la vez, se sienten como algo afn o equivalente, y esta su naturalezaacomodaticia la explota el poeta. El itiflico (er bat que sirve declusula general, comienza con un ritmo ligero, por resolucin de laprimera larga del crtico, idneo para engancharlo a los KC,=Xapre-cedentes, y acaba ya ms quedo, como le corresponde. La primeramitad del primer perodo forma un perodo menor, sealado porcatalexis, anceps e hiato en la estrofa. Respecto al KWXLOLXS notiene mayor enjundia que discutamos si en este perodo hay dostetrmetros ymbico-corimbieos acabados en rsXaia X,iq. peroempotrados o dos bbcoAa de dmetro corimbicoy ymbico, respectivamente, con K&,Xov continuo: en un caso uotro, en 464/474 distinguimos perodo menor y sobre las palabras), respondiendo perfectamente al sentido gravoso (&ppi~x&pp1~vcav 4611a HapvaaaoO). Gleditsch separa, dos veces, eneasi-

    ~-a a 69.~ O. c. 142.

  • - o

    28 sos S. LASSO DE LA VEGA

    labo corimbico + itiflico, y lo mismo hacei-i Rupprecht y Thom-son ~, pero1 slo para el perodo menor inicial, sin qu se nos alcan-cen- las, razones de esta restriccin; En todo caso, AEX4tq dics ITtTpC,qoC~vLmot XEPOLV (&ptLcc~q avsioa, tvbpa ~vx txvEELv)preparafl,como eco suyo en cierto modo, - el itiflico que sirve d clusulageneral.

    Los petodo segndo y tercero son mtticamente dos frases,constituida cada una por dos dmetros- y acabando en reiziano:ai~ pequea sistema con> tele~iIeos de ritmo alacre y 1

    4e,que t9a-duce ligera y deslizadamente e] tempo (&ywj) allegro (o prs-to quiz indicado por- el sentido; sigile ott piestissimo con dosdmetros anapsticos; e pris y corriendo, unt tpico moviriiientuniformemente acelerado, aceelerando o fortissimo anteclausu-lar 37; Son> anapestos lricos que denotan ascendencia inequvoa ~delritmo de marcha y cuya genealoga y cata ,4706 Atgysaq 480 ksotira (~rnvia), 472 dvaiiX&x~r~i~

    35 RinfUhrung in d~ grechische Metrik, Munich, 1950< 49.

    37 Cf. Korzeniewski en Rhein. Mus. CV 1962, 147 y Ss..38 Cf. Suil o. c. 18-39.

    -39 Cf. Raabe Ile ,nelrorum anapaesticorim apud poetas Graecos usu atqeconformatione quaestiones selectae, Dis. Estrasburgo, 1912, 16. Material compa-rativo (conviene a saber, glicnicos con base 4 en Eurpides Ion 470 y Hel.1120: cf. A. Mette (nacida, Barto1om~us) fe ajolisehen Masse ti den Drarnen4es Luripides, fis. Hamburgo, 1958, 109.

  • LOS COROS DE EbIPO REY: NOTAS DE MTRICA 29

    482 itapuirot&tai. He aqu un esquema de la responsin de conceptoentre los diferentes perodos:

    Periodo

  • -30 JOS S. LASSO DE -LA VEGA

    al sumar la -clusula al perodo tercero. De; todos modos,, ya. se> Veque la clusula restablece, en cierto modo, el equilibrio rtmico conel perodo inicial y, desde tal punto de vista, ste y el final se danla; mano: el contraste queda enmedio. -

    Bp (483-97 = 498-511),

    485-486/499b-500487-488/501-502489/503-490/504- -49 1-492/505-506493/507. - - -494/508495 /509496/5 10497/5 11

    II

    1

    ~ Cambio de ritmo corimbico a jnico. Forma prodica ABB

    estrofa 42 y finde frase en la antistrofa; final del primer perodo sealado por elcambio de metro. Fin de- perodo menor en 489 (catalexis; pusade sentido en antistrofa): Christ43 pon aqu perodo mayor; Gle-ditsch y Kraus lo ponen tambin en 495.

    El coro abre con un primer perodo fornbdo por ocho coriambosque seintegran en dos tetrrnetros separados por diresis, mejor queencuatro dmetros unidos por k~Xov continuo; que es decir, queconstituyen un sistema - similar al que inicia la strofa anterior. Etmotiva rtmico, el primer coriambo, se destaca al odo mediatela diresis y -la epanalepsis (Bsiv~.. Bav, din... o~if) que noshablan en nfasis; como en letra cursiva~ > Del4 ritmo rotundo ycerrado (KKXLOg) del coriambo, propio de la emocin contenida

    42 Cf. Korzeniewski en- Gnomo,, XXXV 1963, 126-27.43 0. c. 506-507.

    4 cho4cho4 jo A2 lo A

    -2 io smc.4 jo2 josine.2 jo A2 lsmc.3 jo A3 lo sine. A

    A

  • LOS COROS-DE de fe y desnimo respecto al mana - incg-nito. La ilusin comparte la soberana con el discernimiento en- estameditacin sobre el discernimiento
  • 32 sos 8. LASSO bE LA VEGAste que nos parece definitivamente sentenciado ~. Son seis m9tros-jnicos a minore. En 490 el inicio espondaico corresponde a~ unjnico a minore sincopado (xXov sintctico muy claro en antis-trofa 504 &XX~ obitor &yc=ykv: la partcula dv marca el- limite ~.El espondeo, precedido de catalexis, constituye un punto de pausa(490 ij 504- &XXY Sigue un- ttrmetro jnico - un perodo construido segn la frmula clsica .de latraza concntrica o inversin (Umkehrung.): tetrmetro, dmetro dmetro, tetrmetro.

    La colometra del tercer periodo, formado por doce metros jni-cos> ofrece- para algunos intrpretes cierto embarullamiento confusio-nana. Dain mide: tetrmetro, dnetrn, trimetro, trmetro. Koster ~:tetrmetro, dmetro, pentmetro. Lo que pone orden y~ simetra eneste esquema (as, Ko1t~ y Kraus51) es la posicin; en cabeza ocola, de (~ncopacin o catalexis, respectivamente, del jnico).El poeta juega al tira y afloja: principio-final-principio-final (perodomenor?: 496 Aabaxtbatq es un rappel o llamada de 489)-principio(y aqu tambin final, como tope postrero -y ob1igado~ca1dern, portratarse de la clusula). En 494 se admite hoy unnimemente unalaguna (in v. 506 y&p tiC axa Triclinio pracunte dei.;Yermannusversunz strophicum iacunosum esse negans). El suplemento, de tantosquito> propuesto por Brunck ~pr~c4zsvog supondra anceps (enantistrofa ijXOc Kpa) y probable >n de perodo, lo que exigiraen la antistrofa- un perodo iniciado por ~oi. Entre los diferentessuplementos propuestos (atpav &5xv. jrtotiv, ~)(CV, ltiarLv ibcSv) nosseduce, por razones paleogrficas> y de responsin del sentido, 1r(or&nbv de Kamerbeek. En 510 leemos T~V,, leccin ahpra cpnfirmadapor:el papiro> que da mejor sentido (cf. Karnerbeek. 121-22) y evita-elhiato (admitido, segn Seidler 52, en arsis dactlica fl>)>): para rehuirlo-propona Elmsley r&, irps t~i&~ y Mekler, Tq> 80 4t&s (collatoAnt. 1060 &Ktvfltct Bt& psv&v).

    ~ Cf. Gentili Metrica greca arcaica, Messina-Florencia, 1950, 69-85.48 Cf. Ed. Fraenkel Noch eintnal Kolon und Satz (Sitz. Ha. Bayer. Ak. Wiss.,

    pbil.-hist. Kl. 1965, 2).- ~ Trait de mtrique grecque, Leiden, 1953, 256-57

    ~Oc.87.51 ~ e. 143.52 De versibus doelinjacis tragicorum graecoretn 1-II, Leipzig, 1811-12,343.

  • LOS COROS DE EDIPO REY: NOTAS DE MTRICA 33

    Es ste el trozo sofocleo ms largo en ritmo jnico, poco frecuenteen Sfocles, de quien no poseemos piezas como Los persas y Lassuplicantes de Esquilo o Las bacantes de Eurpides, cuyo ?jOo~ tantose aviene a dicho ritmo. El trnsito del ritmo corimbico al !OV1K~bit Xcoovoq creemos que se explica adecuadamente, sin que laambigliedad, sobre el papel, de las seris (4 jo A = A 4 cha, 2 josmc. + 4 lo = A pher4 dio) nos autorice a desconocer el cambio ti&del ritmo y a medir, por medio de experimento, sostenidamente seapor jnicos (como Dindort 53), sea por coriambos, como hacen Gle-ditsch, Thomamhler (segn el - cual el perodo tercero se medidaA hem2~~ 1 A hem2 a hemda cha II) y Genti]i ~t quien mide abase del pretendido parteneo forma acfala del di-metro corimbico (o catalctica deI 2 jo, por supuesto: cf. 489 y 493).Este querer imponer a hierro y fuego una escansin sostenida>aparte de su violencia, nos deja a las buenas noches sobre rasgosque el poeta ha pretendido traducir con su trnsito rtmico. -

    La responsin del concepto entre los perodos en estrofa y antis-trofa es clara:

    p: En verdad (483 pAv oSv) estoy turbado por laspalabras del sabio (484 0o4g) -adivino> no s qu

    Perodo decir.3: En verdad (498 I&v oGv) los dioses son sabios

    (499a vsro, un adivino puede errar.

    (3 Esperanza: ni antes ni - ahora supe yo 37-38. Parala ambigiledad entre jnicos y coriambos cf. Ed. Fraenkel Beobachiungen tuAristophanes, Roma, 1962, 189 y ss. y s. t. 197.II. 3

  • 34 ros 8. LASSO DE LA VEGA

    para, apoyndome en ellos como prueba (494paovqO, en la que vea confianza (494- ittoxivt&Sv O jttot bttbv) ir contra la fama popular(495 &ittbcqtov)> culpndole - de osewras (496 &8~-Xcv 475-76 &8~Xov) muertes, en~ favor de losLabdcidas (496 AapbaxLbatg)-Pues .Edipo s qu prob (510 paavqO, a la vistade todos (SO8 4avap) y fue visto dulcepara su pueblo (510 &bjroxtgty>sabio.

  • LOS COROS DE EDIPO REY NOTAS DE MTRICA 35

    Pues armado contra l saltacon fuego y relmpagos el alcua de Zeusy terribles, al tiempo mismo, le siguenlas Ceres infalibles.

    Antistrofa jPorque brill desde el nevada monte,ha poco aparecida,una voz, desde el Parnaso: que al oscurovarn todos sigan las hucllasl

    Bajo la selva salvaje> en efecto,y por los antrosy serrano corre el toro,

    solitario, infelice con infelice pieapartando de si los orculos que surgen del ombligoque est en medio de la tierra; mas stos siemprevivos vuelan en tomo.

    Estrofa 2.~

    Terribles turbaciones en verdad, terribles me produce el sabio augur,a m que ni las acepto ni las deniego, y no s qu decir.

    Pero vuelo en esperanzas, ni viendo claro lo de aqu ni lo de adelante:-Pues qu disensin o para los Iabdcidas /o para el hijo de Plibo hubo? Ni antesni ahora yo nunca

    la conoc, partiendo de la cual,con pruebas vindola digna de crdito,vaya yo contra una fama arraigada en el pueblo,la fama de Edipo, en auxilio de los Labdcidas,en auxilo de oscuras muertes.

    Antistrofa 2.Pero Zeus y Apolo son, en verdad, inteligentes y de lo de los mortalessabedores: en cambio, entre los hombres, de que un adivino ms que yo se aventaje,

  • 36 3OS~ 8. tASSO DE LA VEGA > -

    de eso no hay juicio verdadero, que con sabidura la sabiduradejarla atrs un varn. / ->Pero nunca yo,antes de ver rectas sus palabras, a los que le reprochan asentira.

    Pues, a la vista de todos, contra lIlegse la doncella aladaun da, y sabio fue vistoen la prueba y dulce para la ciudad: de esto, de parte de mimente, nunca l deber culpa de cnmen.

    FUNCItIN

    La primera pareja de estrofas (463-482) empalma con la ordendada por el orculo de Delfos y referida por Creante. Se preguntapor la identidad y circunstancias del assino de Lyo: haci~ steinvoluciona ahora lo que el prodo -

    Como es normal en los coros sofocleos, hay en lo que el Corocanta palabras de muchos fonds un sentido patente; en cuantoque aqul es siempre persona drainatis; pero la verdad est mshonda que todas esas cosas que el Coro dice como diciendo cosaclara y sencilla: el poeta las escribe a media rienda, sin hipotecarla mente o el corazn en ellas. Hay> en estos coros, otro srtido

    55 Cf. Kranz o. c. 199 y ss. y flecker o. e. 28-33.

  • LOS COROS DE EDIPO REY: NOTAS DE MTRICA 37

    entrevelado sutilmente, que el poeta dice a la sordina> y este con-cepto recndito ilumina aquel otro ptente ~. Merced a este mododuplicado las corachas hacen de una va das mandados: sifren deexpresin al Coro en cuanto personero del drama y ~se hinchen desentido para dar cobijo a la sensibilidad del poeta. En estas condi-ciones, ya se comprende que no siempre es sencillo calar su ver-dadero sentido que necesita de cuidadosa y obstinada hermenutica:con harta frecuencia, creemos tenerlo entre las manos y se nos escapacomo azogue. Las expresiones, archiequivocas, estn buscadas paraapuntar, en el odo, hacia la verdad por debajo de las apariencias.Para el odo griego, sin duda, valan a esta doble luz, la de lo quese dice pata que el pblico lo entienda de primeras y otra luzms profnda y verdadera. No de otra suerte ocurre en el dilogocon tantos pasos de irona trgica que, por modo arrebozado, apun-tan a lo perlcido por debajo de lo superficialmente patente. Parael odo no griego, por muy educado que est> tal modo revesadode decir los coros sofocleos crea indudables barreras a la compren-sin y basta puede parecer enmadejado o niistaggico; pero, cuan-do de veras se entiende, el arte de Sfocles nos pone pasmo. As,en este estsimo, el Coro vuela en esperanzas (486-88; - cf. 834-35).Nuestro odo no percibe, de primeras, el sentido de esa expresin.Pero en la literatura griega, desde Hesodo (Trabajos 96-98), la espe-ranza es indefectiblemente engaosa, es ilusin yana que nunca em-braga con la verdad. As lo es tambin siempre en el teatto deSfocles: yana es la esperanza de los camaradas de Ayante, la deCreante cuando Tiresias hace mutis en Antfgana, la de las mujeresde Deyanirt.. El Coro se imagina al culpable en soledad, como untoro que camina (477 q~ott~) perseguido por montes y espeluncas,como un fugitivo sobre el cual salta el dios. Como as es, en efecto:conocida la terrible verdad, Edipo desea vivir lejos de los hombres(1451 y ss., 1340 y ss.), en la soledad del monte Citern, y camina(1255 o~r~ 57) acorralado y clamando por una espada liberadora,

    ~ Cf. Mller Chor und Handlung bei den griechischen Tragikern. en elvol, col. (ej. DiJler) Sophokles, Darmstadt, 1967, 212-38.

    57 No o(t (reca, flain), pues el imperfecto sin aumento en los relatos demensajero comienza, en normalidad, por slaba breve: cf. flergson Ihe ondttedaugmeut in the wessengers speeches Of Greek tragedy, en Erano~s LI ~95$

  • 38 ~ JOS S. LASSO DE LA VEGA

    pues el dmon ha saltado sobre l, como sobre ningn otro mortal(1300-02 6 ~r~b~oaq BaLj.t&~v. 1311 US baii.tov. Vv t~i~Xou). Tal es laambigUedad de estos coros hasta el punto en que> patente la verdad,el coro hablar (estsimo cuarto) sin segundos sentidos, a la Vez quel poeta, para elevar el destino de Edipo a la categora de para-digma.

    AMEBEO(649-67 = 678-96)

    TEXTO

    657 a y davsT Seidier; av d~dvat codd. plerique, Dain: ov y &4av-etrece. // &n~ov ~aXdv codd< & dtL~IOV 3XEZv add. Rermann, Dain.

    665 verbis antistrophicis sicul traduntur in y. 695 servatis, y& Ovs Dindorf(cf. Eur. Heraclid. 779): y& 6(vouoa codd., Dain.

    667 c4n5Mv codd. plerique: 04&tv L, Dain (lambus).695 d>a5oucov xar pOv o6ptaaq codd. (lacunain inter &Xouoav et xa,

    pOv non statui): &Xoricav Meineke, Dain: atii ala.696 ~no~.,to~ h ytvoo Jebb: 6 yvoLo fllaydcs fort. recte: s~ro~v7Tos, si

    86v9, yevoi3 L, Dain: s5qto~s,o~, st 5vato, ycvoO A.

    >ATRtCA2 ja smc. (ja cr)2 la smc (er er)2 la2 ja sine. (ja er)3 ja sine.

  • LOS COROS DE EDIPO REY: NOTAS DE~&TRICA 39

    Ritmo ymbico y doemaco. Tres perodos, el final del primero,en 653/682, indicado por hiato en estrofa y anceps en antistrofa,y el del tercero, en 666/659, por anteclausular y pausa retrica enantistrofa; el del segundo, en 659/688, por cambio de ritmo e inter-locutor. En 635 y 657 (cambio de ritmo e interlocutor), en 660 (por~) y 662 (hiato en antistrofa), perodos menores.

    En el primer perodo la colometra ofrece algunos problemas.Tomando pie en el dmetro ymbico a cargo del actor, otorgamosantes al Coro dos dmetros con Kt5Xov continuo, mejor que untetrmetro, y, despus, un dmetro y un trmetro, cuyo ltimo metroymbico se individualiza mtrica y semnticamente (653 KcXTa[bEOaL682 ~ ~n~vSLKov); otros prefieren dividir 3 ia~ + lecitio (cf. Tracia.505/515), pero esto es menos prudente y seguro. Ko]t ~, que nter-preta el ritmo como sostenidamente crtico

  • 40 sos S. LASSO DE LA VEGA

    nio) y, tras pausa menor, das dmetros doemacos. El primero esmuy emocional (slaba larga seguida de quince -breves yen 661 concorreptio epica en brst, en posicin rara del tipo de EI.>1247)y el- segundo, - ms lgico (prtasis condicional), de tipo normalyambo-crtico. Tras pausa mtrica menor (fin de frase, hiato), denuevo el ritmo hace un ~trnsito a los yambos (crticos, yambos sin-copados/yambos> sincopados y catalcticos): la clusula, 667/696 nodocmfaea (ba cr > ha) es normal en pasajes mixtos yrnbico-docma-eos. Tocante a 665-66/693-95 dir que, en la estrofa, basta seeluir conHermann (RaU en 666 (Hermannus alibi 4iux&v deleto sic Iocumconfornzat: &XX& ~ & bvqpoqy& ~9[vouca ypV~EL,yKat tB quodpostea repudiavit) y sustituir, con Dndorf, el participio 90[vouoapor el adjetivo ~8~vq en 665; en la antistrofa, se han - farfulladodiferentes arreglos y refundiciones: comparados con el, original, alpunto se advierte que el difunto era mejor. En 693 &Xouaav daperfecto sentido, sin que tengamos que enmendarle la plana al autorescribiendo, con Dobree y. Pearson, oaxcoucav

  • LOS COROS DE EDIPO REY: NOTAS DE MTRICA 41

    TRADUCCINEstrofa

    Coro. Obedceme de grado y con cordura,seor, te lo suplico.Edipo. En qu quieres que te ceda?Coro. Al que antes no era necioy ahora por su juramento es grande, respeta.Edipo. Sabes lo que pides? Coro: Lo s. Edipo: Explica qu dices. -/Coro. Al amigo por juramento ligado nunca en acusacinoscura de palabras t le hagas caerdeshonrado- Edipo. Pues sbete pidiendo para m, cuando eso pides,la ruina o el destierro de esta tierra.

    Coro.No, por el dios de los dioses todos cl primero /por el Sol, que sin dioses, sin amigos, de la peor maneramuera yo, si esta intencin de mente tengo. Pero a ini infeliz la ruina de esta tierrame consume el alma, si estos males a esos males se afiaden, a los dc antes los que dc vosotros dos provienen.

    AntistrofaCoro.Mujer, qu tardas en llevara ste dentro de la casa?Yocasta. S, pero despus de saber qu fue lo sucedido.Coro. Sospecha de palabras, sin conocimiento>vino, y tambin muerde lo que no es justo.

    Yocasta: De ambos?Coro: S.Yocasta: Y cules eran las palabras?Coro. Bastante - me parec, bastante, cuando mi tierra sufre ya tanto,que donde acab, all qued. Edipo. Ves adnde llegas, aun siendo varn bueno de mente,abandonando ini inters y ablandando el corazn?

    Coro. Oh seor, lo he dicho no slo una vez, sabe que yo insensato, sin camino para la sensatezparecera, si ahora te abandono, 1a ti que mi tierra querida, cuando en fatigasestaba agitada, a lo recto enderezaste. jOjal ahora su buen conductQr seas!

  • 42 JOS 8. LASSO DE LA VEGA

    FUNCIN

    A1ioi~atov epirremtico, en el cual perodos lricos en respon-sin de una de las partes (Coro) son interrumpidos por versos dia-logados de la otra (Edipo, Yocasta) y, emparedada entre estrofa yantistrofa, se intercala una de nueve trmetros dialogados entreEdipo y Creonte. Responde a la forma evolucionada a que derivel antiguo &~oi~aov epirremtico en el que un personaje cantaba,originariamente el Coro (as en Esquilo ~n 10 de los 12 casos con-servados; pero en Sfocles en un solo ejemplo Ecl. Col. 1447-1504 de los cuatro cpnoeidos), y otro, originariamente el agonista,responda a cada estrofa lrica con un parlamento dialogado. Enun principio ambas partes eran aproximadamente iguales; pero,ms tarde, o bien por ampliacin de la lrica en el epirremtico sellegara a las monodias a cargo del actor o bien, por ampliacin delepirremtico en la lrica, se lleg al dilogo de pequeos perodos,versos y versculos, en el que Eurpides (no as, Sfocles) ni siquieramantiene la responsin estricta.

    Desde un punto de vista formal este amebeo no ofrece nadanuevo, la misma sencillez constructiva de otros ejemplos sofocleos,la misma simetra ordenadora y edificante, idntica correspondenciaestricta en el concepto, que es mucha observancia y mucho cuidadoes menester para guardarla sin recaer en frialdad esquemtica. Lacongruencia entre estrofa y antistrofa es muy estrecba~ -

    Periodo 1

    Periodo II a:

    Periodo III 1

    a: peticin (dva4) pregunta / respuesta.a: peticin (yvai) / pregunta respuesta.

    pregunta-si-di respuesta 1 queja de Edipo.pregunta-s-di evasiva queja de Edipo (que susti-tuye al otro agonista).

    a: protesta apasionada (apdosis-prtasis) ahora laruina de mi tierra me angustia, si a los males deantes se aaden estos otros.

    a - protesta apasionada (apdosis-prtasis) antes laspenas de mi tierra enderezaste, s ahora su buentimone1~

  • LOS COROS DE EDIPO REY: NOTAS DE MTRICA 43

    Este paralelismo no slo nos ilustra para resolver problemas deincongruencia mtrica; ilustra de rechazo sobre ciertas cuestionesde interpretacin del texto. As, conforme al testimonio de 68186K901t &yV3g Xyccv, debe entenderse 656-57 atr4... &Qavat Xycov(no Xyq ni Xdyov) y, conforme al testimonio de 658-59 4tot Cnr5vSxcOpov. se predibuja, a bien mirar, el sentido de 688 ro

    1lvitaptst~, sin fatigar los diccionarios. En 662 ~ argumenta en prode 692 vooqcopai (Hermann y Badham, Hartungo praeunte, st aAvoaqaC4iav). Si las rimas juegan un papel en esta simetra (y sonbuena prueba de ello 649-50 es?oaq ppovi~/oac 678-79KOP[/CELv, 649 Xtoao~iat 653 KaTcCtSECL (perodo cclico, tvxxXq irap(oboq), 661 tOoq 64iXog 691 ~rapa4~p6vipovtitopov.660 oC~ MV... Oav 690 &,va~... &ra,), es casi seguro que 660-coy -8v -6v -ev ilustra 685 -ti; -g -&c -aq (no -q~-

    Desde un punto de vista funcional este arnebeo es muy intere-sante ~. Desde luego, ni por su contenido ni por su funcin (uniny liga entre das episodios separados, facilitar la entrada o salidade un actor)> es este amebeo el equivalente de un estsimo, puesYocasta llg antes (y. 634). Su caracterstica ms pronunciada resideen que, en medio de un gran episodio doble (513-862), une sus dosmitades, la escena Creonte-Edipo y la escena Edipo-Yocasta. LlegaYocasta, habla Creonte y sus palabras tienen la virtud de enfurecertodava ms a Edipo que se encocora y enciende (ya no habla dedestierro, sino de muerte), se produce en trminos conciliadorsYocasta. En este punto el Coro, con lo asentado y sesudo de suedad, secunda a la reina suplicando a Edipo prudencia y perdn.A los crticos del Coro, tpicos de estas splicas (cf. las implora-clones del Coro a Pelasgo en Esquilo Sup!. 419 y ssj, respondeEdipo con trfmetros no lricos (cf. la vocalizacin tica en 680)afectando visiblemente u tono de distancamiento, mal contenidosu disgusto. La actitud del Coro le toca en la cuerda sensible ypicajoso> riscoso, pronuncia palabras dolidas de queja. El Coro res-ponde en metros doemacos, con protestas de fidelidad expresadasen lenguaje apasionado y cordial (nunca jams que jams...), y

    61 Cf. Kannicht Untersuchungen zu Fornz un Funktion des A,noibaion liider attischen Tragdie, fis. Heidelberg, 1957, 312-14 y pp. 250 y 255 de PoppDas Amoibajon en el vol, col. (ed. Jens) D Rauformen cjer ~rechischenTr0-gddie 221-75, -

  • 44 sos s. LASSO DE LA VECA

    crtico-ymbicos, tpicos tambin de ios epodos sofocleos; pero lapiedra est ya rodando... Se entremesa la con Creonte, indul-tado por> Edipo, por cierto que con - algunas palabras que parecentodava injustificadas en sus labios (vyase ste, aunque yo->debamorir o ser expulsado por la fuerza de esta tierra, deshonrado):es estupendo cmo, en estos momentos, nuestro hombre araa laverdad, sin darse cuenta de elIo~ En la antistrofa corre a cargo deYocasta la parte no lrica, secundada al fin por~dipo. La piedraest rodando. Yocasta ha empezado a preguntar. y su primera pre-gunta sirVe ;de punto de partida, de yesca para nuevas preguntas,enhebrando demanda tras demanda en la segunda parte del episodio.No importa - que> a su primera pregunta, el Coro calle lo que pas,pes no podr- silenciar lo que pasar. En estos &[IoL~cxtct ~xtX~ laverdad ha entrado en el reino de la apariencia: la contraposicinSein-Schein es, en efecto; el ncleo y meollo de esta tragedia ~.EL final de la primera parte del gran episodio doble nos significael final de la subida (o la bajada). de Edipo a laicumbre de la-apariencia. - El comienzo de la segunda parte es el comienzo de lacada (o de la ascensin) -hasta la anagnrisis final> de la tragedia.Ya no se ventila la cu]pabilidad - o la inocencia de - Creante, sino lasacciones de Edipo. Entre ambas> partes el poeta pone, - con rarsimaeficacia teatral, en medio del amebeo el indulto de Creonte: es laarticulacin y el impulso que pone en movimiento cambio tan lun-danienta] - en el gozne de rodaje de la pieza. La misma estructuraternaria hallamos en el episodio en su conjunto (escena con Creonte,amebeo, escena con Yoeasta) yren el amebeo: estrofa .

  • LOS COROS DS EDIPO REY: NOTAS DE MTRICA 45

    888 Post XxI8&~, non pOst vc-r~C&~v (891), interpungitur.891 L~stat codd.: an legendum, cmxx fllaydesio, O(~atai?892 esoa ptx~

    1 post alios tentaul: Os~v ~tX~ Hermann: 6u~4 (3D~~ codch:Ootzoo ~3tX1recc, rnulti cdd., Dain. -

    906 - Otvo-vr yp ~ ItQAaLOC> Aato877 ~ -.--

    868/878 ~ tel

    (A cho A gl crsi1~)

    - En el perodo segundo hay das presuntos problemas de respon-sin que han inducido a muchos a modificar el texto en 866/876 y867/877, los cuales se suponen graviter adfecti y carentes de ajus-te. No hay tal incorrespondencia. En 866/876, 6~pbzo8sg opavtav(~~---) y &KDOTTcZV (superlativo del adjetivo dkpav, SC.ittrpav ve! ~r6Xtv) staavapda (~-~~X la responsin es re-gular, resolvindose en la estrofa la primera larga y en la antistrofa,la segunda larga del crtico , ni de sustituir esta ltima leccin por &K~-tara a &xp&rarov. La conjetura de G. Wolff ysta &vcxf3&o intro-duce un vocablo inusitado en Sfocles y es superflua, al no resultar

    63 0. c. 515.

  • 46 JOS 8. LASSO DE LA VEGAnecesario &cptcxra. En 867/877 el texto de la estrofa, tambin muycastigado> es perfecto, digno -de que el editor lo defienda mordi-

    cus: opav[av bi aWpa TEKvco6vTEq. Ntese el inusual gnerofemenino de cd8pa y el empleo de bt& que da la nota exact paradesignar al elemento que es, a la vez1 madi-e . De esta ptueba judicial seinfiere que no es Housn,an el primogenitor de la conjetura, aunque en estemomento no puedo identificar la firma que de ella responde.

    63 Desde este mismo punto de vista se pronuncia Wilamowitz a. c. 269 y 293y SS. Cf. Pugstey The synopatd lambies of Aeschyhs.s and Sophoctes, enL4PhA LXX 1939, ~diiiivY,: sobre todo, Reiter De syllabarunz in trisemamIongitudinem productarum usu Aeschyleo et Sophocleo, Leipzig, 1887 y Drel undvierzeitige Ungen bel Furipides (Sitz. Ea. Ak. Wiss. Wien, phil.-hist. Kl. 129, 1893).Sbre algun& de los materiales acumulados~ por Reiter habra mucho quehablar: los hay, cuando -menos, discutiblety los hay descalificados; pero quedaun resto de ejemplos indiscutibles, tiles a nuestros efectos.

    ~ Cf. Wilaniowitz o. c. 515, con esa pluma incisiva que tena para disecarlos problemas.

  • LOS COROS DE ): NOTAS DE MTRICA 47

    es el nfasis especial, as conseguido, para SpOUCEV 67, palabra claveen esta contraposicin entre el sublime funambulismo de las leyesinmemoriales, no estatutarias, y las penumbras cinreas que sonel destino propio del soberbioso.

    As son logrados un sentido aceptable y un metro que no requierese ejercite sobre l misin higinica alguna. - Aclarado ese punto,diremos que el ritmo es ymbico y, luego, corimbico. Tres perodosms clusula, estmctura mesdica ABAd. El final del perodo pri-mero lo indician syllaba anceps, catalexis e hiato; la catalexis, como piensa Bogner Zu SophoklesKnig Oedipus 876 ff.~, en PM!. LXXXVII 1932, 26, sino precipitarse haciala sima (cf. d,r6ro~tov-) de la necesidad, en donde de pie no til se usa,dice cl poeta, uniendo ltotes, figura etimolgica y oximoro, todo en una: noes que el soberbioso se lisie y quede cojo, peje o patiestevado, sino que sedescrisma.

  • 48 Jos 8. LASSO 1W LA VEGA

    tras una breve pausa (870 880 vuelve I-yXux&vstov &KE-aXov o telesleo, con final gravoso o escazonte ~. En conjunto, eltercer perodo se equilibra con los ocho -metros del primero.

    Para los versos 871-72/881-82 Wflamowitz ~ propona -un Ko)XLCUQCdiferente:< 2 an + [tel + -espondeo]; queriendo hallar aqu un eco o.rappe1-de~ 469b-470/479b-480. Esta afirmain, que favorece Wlla--mowitztcon su alta autoridad; es una ocurrencia bohita, desde lueg:los catrocientos versos qu entr un paso y> otro se interyectan - nodiran nada en contra de unaiposible caricia de la alusi6n -desde elsegundo al -primer &stsimo; pero- la exgesis ~no es de recibo,-yaque- desatiende eLfinde frase en- xcrtaKoLj4&ofl atroiJIcIl y el ca-rcter, que no se nos despinta, de unidad mtrica~ y retrica quetiene la ltima frase. Obsrvese que la estrofa en su conjunto con-siste en una sola frase, muy a la griega, en la cual, puesta la ideaverbal principal, se enganeba en sintaxis de cuasi-coordinacin todolo dems, desfilando las predicaciones en hilera: 865 ~v... 867 ~>v.-.868 obt vi.. - 870 oU (vw)... Dos (867) o tres ymbico y corimbico.-Esta clusula general es -un hendecaslabo elec una de las muchasfoi-mas posibles del tproteico trmetro eotimbico, congnere del fale-ceo

  • LOS COROS DE EDIPO REY: NOTAS DE MTRICA 49Si la periodologa mtrica nos documenta una estructura ternaria

    estanca, en claustracin o cantonalismo incomunicante, con talde que se preserve la &vrcvnBLcLq mtrica con aquella otra en cuyaresponsin est. Estrofa y antistrofa, correspondindose por el sen-tida, integran las dos una unidad superior, cuyo concepto se organizasegn y confrme a una buena homogeneidad y balance of powerdel conjunto. En efecto, la sizigia comienza y termina cclicamentecon la expresin del deseo

  • 50 joss. LASSO DE LA VEGA

    de try

    ~

    a: Que viven en lo alto, sus pies en las alturas, hijasPeriodo II sube a~ 16 se precipita en el abismo donde

    no sirve el pie 71

    (a: no son de naturaleza mortal y el olvido no lasPeriodo II Pido al dios no ces esta lcha. E] dios es ini- adormece. Hay en ellas un dios que no - envejece.

    Las repeticiones verbales son constantes y la xesponsin del sen:tido brota~de1 concursoychoque de las mismas,, en un tejido suti-lsimo de conjunciones> y disconformidades: 866 wUirobss> 87~ (o6)iro5-L (la correccin de Gleditsch es de tan nial gusto, que mereceespecial mencin y vituperio: obsvt), 872 esg 881 esv 882Oav (tercera, segunda y~ primera palabra de K5X0v, respectiva-mente: cf. Ant. 614 &T~, 624 &rav, 625 &taq), ~7O,Vti1tOTE 880p~itors>(responsi6n verbal y mtrica exacta) 882 iror. Con la sizgia siguiente: 863 iiotpa (buen destino-) 887 xax&. votpa. 864EUQElttOV, 886 oIBov, 890 &atiruov>t 898 O~CWV, 874891 vaxCc.>v, 871- XOa 91Mb X&6ot. Asonancias y aliteracionesentre KcoXa: entre ~final y comienzo 864-63 Xya~vI~pyv, 867-68~ ~i6voq, 878-79 xpnoCw&/xpflxai; entre fin~1es 863z&v t866 op~vtav (primer K5\OV de perodos Y yE); entre Co-mienzos 869-71 evar& XOa; aliteracin para marcar comienzo deKCXOV en 880 nXat it&Xaio~a. Por tres veces, en la estrofa (868,870 y 872) oU es la penltima palabra de un xaxov (cf. 875.>~~~u),mientras que en es primera o ltima palabra~ del K&,Xov. Muydigno de notarse me parece, en la antistrofa, la rima 874 ~drav(final del segundo xa,Xov del primer perodo que, en virtud de laepanalepsis ufBpts... LsjSptq es primera pausa sintctica)> 876&Kpot&tav (inicial del segundo perfodo) 882 xpoordaav tcxc=v,filial de la estrofajsiendo -&rav siempre yambo.

    71 Son coocidos> los idiotismos grigo

  • LOS COROS DE EDIPO REY: NOTAS DE MTRICA 51

    pp (883-96 = 987-910)

    883/897 ~ enhcha A (paraglie., x edite x)884/898 lec885/900 m..4~. enhcboA886/901 lee A podramos cortar por lo sano y eliminardrsticamente el problema textual de la estrofa, que radca eneuEoo J3kX~ o en en lugar de echarle tapas y mediassuelas, podra suprimrsele por las buenas. Ensayemos imaginaria-mente la supresin de BulbO pan. Tras su imaginaria supresin,y la sustitucin de Ipux&c por otro complemento, podrfamos leer,con Theiler2, tLc ~rt nor Av rojoS &vi1p sbE,srai

  • 32-, JOS S. LASSO DE LA VEGA

    &v?~pI8soO ~tXrj pv~&q &uvaiv; ~-.-~-.- en responsin con la antistrofa ~Qyovxa y&p Acttou GLapat A4ai-pOUOLV fjb~ /2 : what man among us(892 tv -retobe = zcavc = IIU3v) will there still be toward the godsarrows from his>soul (qL~vxaj a vita eiusP>. Para la frase nominaltLq 4tvsiv cf. ? 489 obt ng ~ariv &pf~v Kat Xotyv 4tOvai Y3 59 06 y&p ~1t &v?~~ to~ Obuaasg ~oxsv. &pijv & olxou4zOva; As podramos escabllirnos tan ricamente del paso, sigien-do el ejemplo de estos primeros espadas de la ciruga de urgencitPero la laguna parcial en la wapboai; del verso 906 en LGRA ycierto nmero de manuscritos moscopuleos ~t que dan poLvovta yapAatou qraXat& ttaxat& tambin L in margine;, para la colocaci deizaXai delante de Acttou, Oo4ata o t$,aLpQuoLv cf. el aparato en-tid de Pearson donde cnsta ms pormenor), invitan a rellenarlabien (Dain) con q~8(vovta y&p Aatou, bien (Arndt)qetvovta y&p Acxtou OtaqaC (cf. Esquilo Siete 766 ~844;Ag. 750): este ltinio suplemento y ortpedia de la palabtafracturada es, me parece, aparente y razonable. Otras propuestas,en cambio, son4antasosas o - pobretnas y nos invitan a )abandonar-la, como>en fosa comun: flu6xpnora de Schneidewin, AoSo deNauck ;or Acxtov conjeturas de~municin qe tengo vistas en el repertrio y florestad< la~ propughadas~-para este cas. - El hecho de que un escolio a Lparezca interpretar,~como resebamos ms - arriba, q~OCvovra COmOuxieqivalente d >qraXat& mi ~es prueba de que esta ltima palabraten~a carcter-de~gIosema. En resoluinr cjue la antistrofa no nosexime 4 de - intentar arreglar el texto recibido n - la strofa, - sin 4uno>~: invita atello mediante otros procedimientos que- el heroi~o~dela ablacin. . >

    >Tocante iese 24.

  • LOS COROS DE si la sentencia est bue-na: que la crtica textual de la retina mental est por encima de lacrtica textual de la pura retina, que ejercitan ciertos buscones filo-lgicos, cuando ponen todo su estudio en la justificacin paleogr-fica de la falta, condicin primordial y casi.nica que hoy se exigepara prestar crdito a -las conjeturas. Si se supone que la condicinltimamente culpable para la falta ha estado en> una forma y)terminacin semejante, se podr proponer XtE~stat o, con Musgrave,sLS~arai, que es una conjetura feliz, de la que no han dilatado con-vencerse muchos editores (cUxarat de Roussel76, si no es yerro tipo-grfico

    1 rsulta sencillamente deplorable). - En 892 > los cdices danAuR3, Ou~ioO. Un genitivo distinto de pu~&g tite first fe centuries Ab,

    L~iden 1~59, 122 y ss.

  • 54- jos S. LASSO DE LA> VEGA -

    el paso a eu-i45. eu-jioo por copistas descuidados en depravar loque no entienden. Es OUFoiJ f3tXp enlace feliz de palbrsqueanda-bax buscndose desd que el idioma naci hasta que Sfocles; gentilasociador. de palabras, las ha casado? Infidencio de ello. Ms ~biendiagnostico que el texto fraudulentoouuoo ~tX~ tiene todo el>a~pec-to~ y el atractivo, de una preciosa falsificacin sofisticada, de!unintento de- arreglar, con cierta felicidad y superfinera: de espritu,un texto ~ ptx1 corrupto por la va que se dijo antes. - -

    Una ltima nota textual: en 891 ~4ratde los MSS. puede acep-tarse. Es posible>y aun sospechable, que ~f,trai -(E ex - e tacto,omisso ) ~e haya sustituido a Ot~srai, lectura mtricamente suges-tiva (&O(Krcov OC~ETaL 889 r xpbog KEpBavEt-) y conjetura ele-gante de Blaydes, fillogo d rarsimo ingenio;: pero~ ello no estabsolutamente averiguado. > - -

    Si no como negocio ya sentenciad, al menos como cuestin sufi-cientemente discutida dejemos -lo~ problemas textales, para pasara -la mtrica. La - estrofa es binaria, com& ms adlante seguiremostestimoniando. El petiodo primero, aislado y acordonado por puntua-cin fijerte, se compone de tres perodos - menores; cada no de loscuales es un - 8(k~Xov alemnico invertido (cf. 46366/473~76, dondecada BLKXOv forma tambin un perodo menor), o sea, un enhopliocorimbico A + lecitio. El enhoplio es> ntido, con certsimas seas,en885 y 887; -no as en su inicil asomada, serie ambigua que podrainterpretarse como trocaica o ymbica acfala. Para - quien tengabuen odo rtmico vale como un comienzo o delantal que, en suambigiledad, prepara los tres tipos rtmicos que juegan luego supapel en laestrofa, por anticipo de ellos, y especialmente preforma,tomo un eco suyo, los K~Xa trocaicos finales. En 883 el x~Xovpadece incerteza; pero, al repetirse otras dos veces,> su interpreta-cin s aclara en el ambiente mtrico circuidor: No debe,. pues,ddiararse el primer }c~Xov como trocaico

  • LOS COROS DE EDIPO REY: NOTAS DE MTRICA 55

    rtmico extrao que resulta de la resolucin de la primera larga dcl -coriambo en 883/897 sirve tambin como trmolo emocional resal-tado por la ilma (st St ns ox&rt).

    Al perodo segundo, hasta 895/908 (catalexis, fin de frase en antis-trofa), sigue un reiziano clausular que, en este contexto, se sientecomo forma braquicata]etiea de] enhoplio y, quiz tambin, comoeco acfalo de los telesileos de la estrofa anterior. Es una secuenciade xcXa - perodos respectivamente, por: catalexis, hiato en estrofa (891 fj indicaque 889 ~ pierde su fuerza lgica y seala un trnsito lo hemosde ver ms adelante de negativo a positivo, malentendido por laSuda s. u. KpBOq que escribe KaO, catalexis, hiato en estrofa y pasoa otro ritmo, puntuacin en estrofa. No merece venia el descono-cimiento, por melindre de uniformidad, de la tmtXoK de yambosa troqueos, constriendo (Schroeder, Pearson) el texto a una eolo-metra que d ritmo ymbico en 893-95: 2 la smc. 9 + 3 la, pueshabra que preterir el fin de frase en &vvetv; /f5B~, producindoseun efecto difcilmente tolerable, aparte de que el trmetro ymbicoen la antistrofa dara una cesura media detrs de rqIaic, cosa posi-ble pero rara. El hiato en la estrofa es un toque de atencin deque e] gozne de rodaje de] ritmo ha involucionado.

    La periodologa que hemos admitido (distinctione post xXtb&sfacta fl post gczt4tcov sublata) supone ya una respuesta a las dif-elles cuestiones de interpretacin del sentido de esta pareja de estro-fas. Lo corriente no es poner punto tras xXLB&c (888), sino coma,lo qu equivale a entender KaK v~v gxotro iotpa como apdosisde dos prtasis, afirmativa precedente (s.L U tic...) y negativa sub-secuente (st ~ u KpBoq xspbavct..): la cosa seria posib1e~,aunque la alternacin de tiempos invita a otro enganche. Entonceshay que puntuar fuerte tras ~grr&~r.nv(891) y resultan tres perodos(opinin muy consentida desde Gleditseh a Dain). Schadewaldt8propone entender la estrofa toda como una frase tricpite seguida

    8~Cf. Bruhn Anhang 141.SI Stud. It. Fil. Cl. XXVII-XXVIIT 1956-57, 489-97 (recosido en Reilas und

    Efesperien Y> Ziiricfr 1970, 47483).

  • 56 Joss. LASSODE LA VEGA - -(cf. ~), sea, como una sucsin de tres prtasis- (st-U ny..

    e.! y&p..9, cuya apdosis comn sera l vbsidio finalld! Bat~u ~ tesis sintctica;delnarsis -trimembre jirecedente.Tanto 887-88 RaId viv ~Xoixo p&~a/~Buaft1oix X&piv>XXLb&s como892-93 rEs gr1 nor ... &uvsiv;. serin dos incisosemocionales fuerade la cadena condicional;por va de parntesis~

    2:>juramento,> invo-cacin a los mengues. La partcula yp (895) no! es que~ sea - -unestorbo para esta- iterpretacin,tan sensibI:~ es un argumento detanto -peso que -yo, al menos,. no veo manera de levantarlo. -

    -A nuestro ver, rtg tu- irox... 4ivtv;~ es~~Ia apdosis. de lprtasis qu se inicia, puneto adiecto en XXS&Y (888);;con-:st:~ txpbos KepbavEt -(889). Con este ~t ~ explicativo empieza> unnuevo perodo y, no se olvide, antes de que se no~-ofreza el una-cesura conlo anterior (si noes as, >i no ganaw). La partculay&p (895) conecta con-i1a~ptegunta retrica anterior (y&p) qu seiidotendr>i su-par-ticipacifi en el culto del dios, - si acjons ta1e~ son honradas,~ esdecir; no son castigadas- por las diechas del dios (BsoD fBtX

    1). Esedios digmoslo ya para precaver iterpretaciones parabsicases Apolo, en la intencin del Coro,~>persona draniatis~ (los escoliosaclaran ~ Con tavflyup(~sLv, itavpyupLCsVv rbts eotq,- nav~-ypeiq> tar&vai, ~tOVELVrou 6cot~). Pero en podas frases coino ensta (cf. tambin 1093) se arrellana tal ajuste entre>Io que ~1osper-sonajes dicen y- lo que hacen como ejecutantes del -drama en elteatro ateniense de Dioffiso. E~to no~ lo han visto-quienes corrigentexto de> tantas buenas partes en otro tan ~anodino como- ~-horrescoreferens. r&~ bat i LapeaLv;(Gleditsch);OvoaKsLv ~~ aparte juegos fnicos,como la silbante msica del sigmatismo en 905 c& r&V -rs - cv. - Denotar es el empleo insistente, como demarcativos de K5X0v y pero-do, de algunas partculas, de acuerdo con el staccato del pasaje:oBt (885, 900> 901), el (883, 889, 895, 902), ~ (884> 891-), xaL (890,908), a las que hay que aadir 7U (892, 896) y alguna otra palabraclave machacona, como: 886 otf3ov (segundo perodo menor, que esel primero negativo en la estrofa) y 898 at~c=v(primr perodo,negativo, en la antistrofa). Cf. tambin 895 TLFLLaI 908891 &O(KTCV (la madre!) 897 &Oixtov. - - y&q it dt4aXv y lascorrespondencias con ad citadas antes, alguna tan instructiva parael sentido como 871 (~ore) X&ea 904b ~ X&Ooi. Destaco final-mente, por la razn que luego indcar, que en 889-91 el estrictoparalelismo rtmico y frsico sita en posicin muy relevante abtKatcoc (889), que debe entenderse referido a los tres xr,Xa: en 890el poeta le da al verso la sensacin de que le falta en efecto eseltimo baqueo y, por otra parte, la rima entre 890 ~p~srai y 891&,stat (o OLtETa) ayuda a no olvidar que tambin SLKaL3~ se en-tiende en 891 y a considerar a zcztccov ms como aadidura delpeso que como carga especfica. Asonancias y rimas: 886 o~cov (finde x5Xov y de la primera condicional) 891 uar4C)v (fin de KCOXoVy de segunda condicional), 893 &~n5vsiv 896 XOPEELV, 904a K9QT-vv 904b &vaoc.~v, 896 rL 6c~ 910 ~ppst.

    TRADUCCIN

    Estrofa JaSi conmigo estuviera el Destino, mientras yo conserve la >piadosa pureza de palabrasy de obras todas!: cuyas leyes estn establecidas,

  • 58 jos 8. LASSO DE LA VEGAen las alturas sus pies, por la celesteAtmsfera engendradas, de las que Olimpo

    es el solo padre, ni a ellasnatura mortal de hombresengendr, ni hay que temer que nuncaolvido las duerma:un gran dios hay en sas y no envejece.

    Antistrola 1.

    Soberbia engendra tirano; soberbia, side: muchas cosas se hartre temerariamente,que no son oportunas ni convenientes,

    despus de subir a la ms alta cima,se lanza, cual en un precipicio, en la >ecesidad,

    donde de>pie no tilusa. Mas la. lucha que es buna para laciudad que nuncala disuelva el dios pido:al dios no cesar nunca de mantener como patrono.

    Estrofa Z~

    Pero si alguno orgullosamente con sus manoso su palabra procede, sin temor de Justicia nilas sedes de los dioses venerando,

    mal destino se locoja;por-gracia de su otgullo malhadado!

    Si no gana la ganancia con justicia 1ni de lo impo se retiene /o toca lo intocable en su temeridad, quin todava alguna vez, en estas condiciones, qu ~ar6n del dios los dardos se jactar de apartar de su alma? Porque si tales acciones son honradas>~por qu debo yo danzar? -

  • Los COROS DE EDIPO REY: NOTAS DE MTRICA 59

    Antistrofa -No ms ir al intocableombligo de la tierra> venerndolo, 1ni al templo en Abas,ni a Olimpia, /si esto manifiestopara todos los mortales no congruye.

    Mas, Zeus poderoso, si rectamente as eres invocado, t que todo lo gobiernas, que no se te oculte ni a ti ni a tu poder por siempre inmortal! Pues murientes, ha mucho anunciados, de Layo /Los orculos son alzados ya, 1y en parte alguna en honras Apolo brilla: se derrumban las cosas de los dioses.

    PUNe N

    Este coro, que cuenta entre las pginas ms deseadas de Sfocles,ha sido objeto de infinitas disputas interpretatorias ~ A l se debenmuchas jaquecas de origen filolgico. Algunos intrpretes han hechode l una orga, un carnaval de la filologa. Ha sido muy malenten-dido. Lo han malentendido quienes le ponen en relacin exclusivacon un personaje lejano, por ejemplo Layo, como si Sfocles fueraEsquilo y el pensamiento gestor de su obra, el tirn hereditario.Peor lo han entendido quienes le asignan carcter parabsico y figu-ran a Sfocles como metido en el cotidiano trajn de los negociosde la repblica, de escaleras abajo. Segn algunos> la intencin deeste caro no va ms all de predicar a los atenienses sobre la situa-cin poltica del ao 430 o del 426, arriba o abajo, atacando la

    de Pendes o elogiando a Tucdides hijo de Melesias. Inter-

    84 La bibliografa ms moderna est resumida por PHis Johansen en LustrumVII 1962, 242 (afldase flecker o. c. 33-44), incluidas las propugnaciones e liii-pugnaciones de las interpretaciones parabsicas. En este lugar no puedo hacerexpresa, de modo razonable, mi repulsa de las tales: Valiente idea tienen delclasicismo de Sfocles esos seores, que confunden los coros cte nuestro> trgicocon o interniezzi de actualidad!

  • 60 JOS S. LASSO-DE LA VEGA-

    pretaciones stas, confusas y baratas, que son muestra de un gnerosubwilamowitziano que se lleva bastante; pero que son.para dester-nillarse, para rerse las tripas de buena gana: no, para pleitar seria-mente con ellas.

    Este coro es primero, y como siempre, reflejo lrico del, episodioprecedente en la mente y en los sentimientos de los ciudadanostebanos. En cuanto tal no apunta a Yocasta sola, ni a Edipo suprimera sizigia de estrofas y a Yocasta la segunda, sitio a Edipoy Yocasta, a la vez; pero, principalmente, a la situacin de Edipo.En cuanto expresa el sentir del Coro, con la debida > reserva, lasfrases se deslizan ellas solas de entre loslabios,ciaras como agualimpia. En palabras y actos desearan los tebanos preservar la pia-dosa pureza, que velan leyes divinas. Su contraste por nada delmundo lo desearan es la soberbia, que ngendra tirania. En elaltercado verbal con Creonte Edipo, en efecto, ha dejados entreverrasgos que podran parecer tirnicos; pero el Cor 4uiere reer yesperar que su rey no sea como sus palabras o gestos han dejadotraslucir. Sobre todo, el Coro est impresionadsimo por los propd-sitos de Yocasta en relacin con los orculos. Si stos son falsos,qu,ser de la religin? El Coro ~teme quelas palabras de Yocastahayan hecho mella en el nimo de Edipo y que este> pueda enmo-llecer y, abandon a lo cmodo, abandonan - taS87g-80

    ndose la encuesr KUXC)g 8 ~)(OV ~tXEL xxaicua) que el dios ha ordenado pro-seguir. - Naturalmente sus prevenciones, en este punto, no hacen jus-deja ala grandeza de Edipo. Toda la segunda sizigia es un comen-tario; de esa posibilidad, indeseable, de que el criminal, quienquieraque sea, no sea castigado por el dios y de que; los ~santos or9ulOSno se eu~plan manifiestamente a la vista de todos, con ejpaplausode todos. En este su prirner sentido patente (en cuanto expresinde los sentires de un personaje, que esuna personalidad de grupo>)el corocumple las diferentes funciones que, le son propias: suspen-sindduda y desazn), conexin con la accin, amplificacin del temadel episodio precedente, contraste irnico con e] episodio siguiente ~.

    Pero en segundo lugar (last, but not least), en este coro poneSfocles su propio comentario, no en relaciw con tales o cuales

    85 Cf- Kirkwood The dramatic rote of the Chorus lii Sophocles, en TitePhoenfr VIII 1954, 1-22.

  • LOS COROS DE EDIPO REY: NOTAS DE MTRICA 61

    acontecimientos contemporneos -(pues a este tipo de literatura deaalejo le tena el poeta un profundo desamor)> sino en relacincon unas coordenadas universales a cuya luz interpreta los hechos.Ya dijimos que esta doble ptica es rasgo conspicuo que aparece,ms ingente o ms exiguo, en los coros de esta pieza (y de unapieza cualquiera sofoclea) hasta que Edipo descubre la verdad yello comporta, como resultancia natural, la ausentacin de tododauble entendre en los coros.

    Tiene razn plensima Gerhard M1ler~ al postular es doblesentido para este estsimo y, en especial, para su segunda sizigaestrfica. El Coro piensa en la muerte de Layo y canta: si algunono gana con justicia su ganancia, ni se retiene de lo impo o tocalo intocable, qu hombre, en tales condiciones, se jactar de alejarde su alma (la del criminal) el castigo de las flechas del dios?;pero el texto griego, a los odos griegos, est diciendo a la > vez:si alguno (Edipo) no gana su ganancia, siendo justo, ni (siendojusto) se retiene de lo impo (la muerte de un padre) -(siendo justo)toca lo intocable (cohabita con su madre) en su locura> y desvaro,si tal sucede, qu hombre ser osado a decir en voz alta que puedealejar de su alma (la suya propia) las flechas de los dioses?; Esdecir, este texto tan notablemente sutil y artfficioso, logrado a fuerzade ingenio y de pericia idiomtica, est expresando, pot debajo dsu sentido patente en labios del Coro personero del drama, otrosentido recndito-y de ms alto vuelo mental, en el que va insinuaday como jeroglfica la peculiar teodicea irracionalista de SfocIes~Por debajo de conceptos comunes> sujetos al canon del vulgo, elpoeta expresa ideas tan suyas que podra tomarlas como novias:pone en pensamientos de yeta muy griega algo as como su propiadinamta teolgica. Lnguaje criptico, que vuela los puentes de inte-ligencia con el espectador, segn arguyen a1guno~ crticos a quienesel dauble entendre les produce un efecto azorante de: charada? No,sino el mismo lenguaje de ciertos dilogos sofocleos rico, transpa-rente y gustoso, pero tambin dcil a una expresin ambigua. Siaceptamos, todo el mundo lo acepta, que la irona trgica es rasgopfopsimo del dilogo sofocleo que> se encara o se - deseara o seenmascara o se desenmascara, segn se tercie, por qu negat idn

    Hermes XCV 1967, 269-91 y o. c. en uue~tra nota 119, p. 125 nota.

  • 62 jos s. LASSO DE LA VEGA

    tica explotacin de- los secretos de la qumica fraseolgica - a loscnticos del Coro, al que diputamos ~erdadero>personaje dramtico?

    - Tngase presente que bLKa(c=c ha sido destacado mtricamente,segn di y situado en la frase con ambigliedad. querida, paraque se le entienda con los tres K~Xa -de la frase, y para- que, se lepueda entender de dplice manera 87 No es posible desconocer estaintencin. Menos es posible todava cerrar los ojos a la intencinque lleva consigo a ~: aparte de prestar su fuerza negativa a losdos verbos > subsecuentes, a la primera oda establece la necesariacesura de perodo (que el destino se lo 1!eye! Si no (es as, o sea,silo que sucede es que no) gana...). No menos, sino mucho ms seve en la ambigiledad de 90X&S que puede valer frase debade apuntar ~, por intencionada acotacin escnica del autor, a~ Edipopresente sobre la escena; y an ms, ms cosas: 895 roiaLbs itp&Csiq,892&v rotaS, igualmente propicias a ese arnbiguo~ gestear. Todoesto,> que venimos circunstanciando, es sorprendente; pero no paraaqu la maravilla. En 907 (,aipoDoiv que, con el sentido requerido,se nos hace difcil de tragar en su uso intiansitiyo. np ser U,at-povrnv, con la misma ambigedad que ni hecha deenearg~~-. dellatino toliere y del castellano izan que vale levantarse y hurtar ~escamotear? Cuando parece que el viejo orculo - de Layo estalzado, se alza definitivamente. Nos sobrecoge umn remusgo de duday tememos que los dedos se nos antojen>huspedes. Esa ltima inter,pretacin es, con - efecto, discutible; pero, junto a tantas ambige-dades, reconozcamos que- se cie a las intenciones del estsimo

    >1

    como anillo al dedo. Tal vez la ambigua versin que hemos ensayadosignifica la restitucin y recobi-o de la ambigiledad del originaLdevuelve lopropio a cyo es. -

    No es difcil,> acaso, precursar la. lnea de ascendencia literaria>de ms rancio hbito, de este paso sofocleo. Comentando el curso

    87 CL Kilhner-Gerth Ausfiihrflche Grammatik der gdechihen >Sprache. Satz-lebre II, Leverkusen, 1955

    ~ Cf. Dingel Das Requisit in der griechishWn T,4,gddi Dis. Tubiga, 1967,82 y ss. y p. 357 de Requisit md szenisches BLM lii der griechischen Trag5dieen el vol, col. (ed. Jens) Die Bauformen der grechisclien Tragdie. 347-L

  • LOS COROS DE EDIPO REY: NOTAS DE MTRICA 63

    inesperado del destino del gran rey Againenn se pregunta el Coroesquileo (Ag. 134142) ttq dv sbgtto 3pot&v &cLvat baEvovtOvat r&8 &KOCOv; Mller seala en 3, y concretamente en 893tty.. ebe,srai, una reminiscencia, inobservada, de ese pasaje esqui-leo y tengo su aviso por muy bueno. Es evidente que, en los versosaqu comentadas> funciona un apoyo memorstico, recuerdo queanda en la memoria del poeta ms moderno. Porque los juntemosen este - paralelo abona otro trmino de comparacin: 902 XELP-bsucra Ag. 1332 BaxrUXOSELKrcov. Ensyese la lectura paralela deambos textos: veremos en uno la sucesin del otro; pero la com-paracin nos har ver> con ejemplar evidencia, el sentido tan per-sonal que Sfocles ha puesto en sus versos, su manera de serexclusiva.

    EST

  • 64 jos s. LASSO DE LA VEGA - -0oif3s un- ritmo eptrito claro. El coriambo se entiende enton-ces como anclasis de ~; para justificar su presencia en estecontexto rtmico, tainhin pudiera interpretarse enticamente cmofrma breve del hemiepes 17;Incidente, sedir, de breves proporciones: forma interina,. itrmedia con - vita~lidad muy precaria. Pero el caso es~ que, > a> -primera oda, aparecede> pronto l geta de un coriambo y este motivo inicial es: como llaveque abre, retrospectivamente, el recuerdo de 883-84 -(comienzo de laltima sizigia del canto coral anterior). Gambito de ajedrez. rtmicobastante ingenioso que, adems> anticipa la clusula inicialmentecorimbica de la estrofa que, como en tantos casos, se muerde lacola; de que queda clara la inteflixi e artista: con aparienciade tema abortado> de motivo irrumpiente presunto o frusirado lcoriambo inicial ~prepara lo que, al llegar La estrofa a parada,deltima queda,iencontraremos ms subrayado.

    Un primerperiodo menor o transicin~ acaba en 1087>(syllabaanceps) y otra> con el mismo final, en 1090 probablemente (asKraus; Dale92 y Thomamller); en 1091> fin de perodo mator (hiatoy fin de frase en la antistrofa). Sigue el tma hasta 1095 conkelitiflico como clusula y, finalmente, la variacin o nueva clusla.No hay fin de perodo en 1904 9pov-r, con anceps pur, distintode breuis in lofigo>, lo que posibilita el KG0.ov eontinuo~en1aantistrofa: a desconocimiento de esa diferencia se debe, no ms nomenos, el arreglo de Gieditsch qtpc~v ~ Silo hay, probablemente,en 1092 por la ausencia del aneeps intkpsitum~ qte ser deesperar (Thomamller).

    De notar es en la estrofa, 1089-91, cmo los finesde palabracoinciden con los fines de elemento rtmico, que significa que elmal llamado iink o. ligamento ya con el elemento anterior y no

    91 Laiiartlcula U atetizada por Gleditsch no tiene contr ~igsintcticia:cf. paralelos precisos y razones eficaces en Denniston Greek Particles, Oxford,1966v, 189(12). ~, - y u

    92 The Lyrics Mares of Greek Drama 188. >

  • LOS GOfos DE EDIPO REY: NOTAS DE MTRICA 65

    con el siguient. Parece como si el poeta se hubiera propuesto deintento demostrarnos la inanidad de ciertas teoras sobre el valorde los puentes para el problema filogentico de este tipo de ver~sos: no creemos que valga redargilir que los versos incriminadosson comienzo de perodos que, tratados en su caso como inicialesde estrofa, admiten la diresis ~. Lo que s nos parece que ha pi-e-tendido el poeta con esta individualizacin de los elementos rtmicos,que tan limpiamente destacan en la estrofa, es, si yo no marro,ayudarnos a penetrar en la fisiologa de su arte; quiero decir dejarpatente la simetra de la construccin general, que es extraordinaria.En la constmccin y organismo dc esta estrofa nada de inorganizadacapriziosa irregolarit ni de arabesco y tracera complicados, sinouna articulacin clsica, de clave simple, base de una coreografaigualmente simple, de tan neta que casi se la ve bailada. Simple-mente por comodidad de presentacin pues no les otorgo valoralguno utilizo los smbolos de Maas para ofrecer la colografa de1088-94. Como su diseo es cosa aparente y que entra por los ojos,deseo que le entre al lector por los ojos de la cara:

    1)- e- E e- U- e E- e(bis)- D-

    El hemepes de 1091 (esposado entre troqueos) [d1 ot~ cA ys Kal~tazptrav es el enclave axial, el eje de aplomo de una serie demovimientos que orientan hacia l o, consecutivamente a l, con-ducen de retroviaje a la frase sintctica y rtmica desde el hemiepesinicial en 1089 o rv OXu~ntov &ws[pc~v (cf. El. 1238) al hemepesfinal en 1094 q tit[~pa ~povta: los tres hemepes son las vigasmaestras de la construccin. Desde 1091 los elementos mtricos se

    93 As considera a estos dactiloeptritos insurrectos y rebeldes Irigoin Recher-ches sur les mtres de la Iyrique chorate grecque: la structure du vas, Paris,1953, 36, por no someterse a la ley que el autor ha estipulado.II. 5

  • 66 Jos 8. LASSO DE LA VEGAreiteran, andan otra vez el camino, slo que a la inversa. No hayotra salvedad que un elemento bisado en el perodo segundo: 1093Kat XOPEEOOaL 9~ t1~v (en estricto paralelismo con 1092 Katrpoqv - Kat $cntp ab~siv) porque, como era de esperar, el vice-versa de la segunda mitad es ms enftico, subrayador de s mismo.Lo cual se aprecia, sobre todo> en los elementos restantes,. no inclui-dos en el esquema. El itiflico de 1095 est arbitrado como correlatoclausular de -E en 1087 y el cho + & empleado en la embocadurade este XOPLKV, belo, al final, un poco -ms subrayado: a l res-ponde> como a un incipit un finis tratado por expansin,> lacLu~ula o apndice caudal: enhoplio corimbico + itiflico sin-copado. -

    Lo propio sucede en la antistrofa en torno al eje 1103 (r&~) y&pltX&Ksg &yp6vo~oi n&(ocn), lnea divisoria entre dos vertientes sim-tricas en 1101-1106, con la salvedad, otra yez, del elemento bisadoat8... are (el primero, sintcticamente algo exabrupteo) y - conla salvedad general, respecto a la estrofa, de que los elementos rt-micos no estn tan individualizados mediante la coincidencia confinal de palabra. La antistrofa no puede reproducir siempre tan ade-cuadamente la pauta de lnea rectilnea que el poeta ha inventadopara la estrofa, ni se la puede articular a viva ferza a su diseo.Viceversa: en ocasiones, el poeta parece haber escrito primero laantistrofa y la situacin se nos invierte.

    En estos ritmos tItLOVBETOL y series alojomtricas todo el intrn-gulis de la relacin metro-sentido (alma de nuestro negocio) est enla alternacin de elementos daetilicos, que fluyen dinmicamente, yeptritos hesicsticos, que taen pausados y solemnes, en el adecuadoalternarse de trazo firme y curva grata. As se percibe, de ordinario,en Pndaro y Baquilides, que tanto los aficionan ~. Al halago mtricode los dctilos conspira, en su caso, el colorido pico de los signosverkales (1094 q AmL~pa 9povra creado sobre la frmula picatui 7jpa ptpsLv)- De notar es que la estrofa acaba, como en loslricos corales, con un cabo epitrtico (regla de Zuntz).

    Cf. Korzeniewski Griechisclie Metrik 145 nota 36.

  • LOS COROS DE EDIPO REY: NOTAS DE MTRICA - 67

    TRADUCCIN

    Estrofa -Si yo soy adivinoy de mente sabio, / -no, por el Olimpo, sin parte sers, oh Citern,sin parte de que maana el plenilunio a ti como a compatriota de Edipo

    y su nodriza y madre no te haga crecer /y no seas bailado por nosotros como autor de favorespara mis reyes. /Febo, invocado con U! Que eso te sea grato!

    AntistrofaQuin a ti, hijo, quin te dio a luzde entre las ninfas longevas al padre Pan montesino unida,o te dio a luz una compafiera de lecho /a Loxias unida? Pues a ste las planicies agrestes todas son queridas.

    O acaso ya el seor de Cilena 1ya e! dios de las Bacantes, que habita en los altos de los montes, comohallazgo te recibi de alguna de las ninfas Helicnidas con las que, muchsimas veces, juega.

    FUNCIN

    Al cerrar la escena (1085) Edipo, jugndose las ltimas esperan-zas, ha insinuado que quizs es l hijo de la buena Fortuna, t~gTxny.. s13 bt6oo~q. Sus palabras son el gatillo que dispara lapresente corodia. Persona muy reactiva a los altibajos de la accinel mismo Coro, que antes se produca con mucha reserva, se dejallevar ahora por la ilusin ledo, aturdido. Acaso su rey celebraen este breve -scherzo- trae origen de algn dios. Si as fuere,el plenilunio de maana no dejar de exaltar, en una iravvu~(q, a]

  • 68 - sos S. LASSO DE LA VEGA -

    monte Citern como aya y madre de Edipo. Brinca el Coro dealegra. A estos varones graves y espetados les pajarea el alma yse ven en la corea bailando95 con gentil comps de pies y. gambetasalegres. La ilusin da entrada a su cobijo a toda esperanza des-bridada y el pensamiento se vuela por el aire voluptuosamente,acariciando fantasas. La mitad del canto gasta el Cor en especularlindamente en una deliberatio de origine Oedipi, amecHas infntilvaniloquio sobre el orgullo de sus timbres, jarabe d> ~i, yi otrotanto emocin que nos comunge. Mano a manoy boca qu. pidescanta el Coro: quizs Edipo es hijo de Pan capriforme o vstagode Apolo o quizs hallazgo (abp~xa, no como veredictaGleditsch, ni CE e

    9t~ de Wolff; ni ~opau~ja deMekler, ni o~de Nauck) de Hermes, el dios de los buenos troezos (tp~tata~)o de Baco, el panarra de los dioses y patrn de Tebas, que lo reci-bieron de alguna ninfa viejfsima, o sea, cuasi-inmortal.

    Un instante antes de la catstrofe Edipo vuelve a aparecer (comoen la plegaria del sacerdote en el prlogo) en toda su grandeza, noya slo por la fuerza de su inteligencia capaz de acabar con laEsfinge, sino por su raza que tiende un acueducto genealgico entresu sangre y las venas de alguno de los Inmortales. Bien as comoen aquella plegaria, tropezamos ahora con los rasgos y tpicos pro-pias de las formas de culto al Osio-q &vtp: quin t& ha engendradoPan o Loxias, Hermes o Apolo? (cf. el clsico poncif: quieresser llamado asEo as?); 1104-05 stO... ate... que nos recuerda42-43 stm... alta. Estos cantos, parodiados por la> Comedia (cf- eldirigido a Pistetero al final de Aves 1718 y Ss.) y por los que la tra-gedia manifiesta gran opinin, no estn aqu completamente secula-rizados ~ ni son puericias, sino que an transparece en ellos un tonode seriedad religiosa, el sentimiento de la proximidad y familiaridadcon lo divina, que, al doblar cualquier esquina, puede uno tropezarcon un dios o con el hijo de un dios.

    Labrevedad de este XOPLKv EtooBLK6v la tienen por cuestin

    gra~i algnos sabios, que se muestran confuss y divididos - a la

    - 95 Otra vez (cf. 896) embragan palabra y papel teatral del personaje.96 Cf. 8ctrcp A&wv (e 335) y Nilsson Geschichte der grechischen Reflgion 1,

    Munich, 19552. 508.97Contra Kranz o. c. 88. -

  • LOS COROS DE EDIPO REY: NOTAS DE MTRICA 69

    hora de estimarla como estsimo o como &ztpxrnla 98; sin embargo,es su brevedad la requerida, con certera visin de los intereses tea-trales, por un estsimo de estas condiciones. Trminos ob1igado~ decomparacin son Ay. 693 y Ss. y Ant. 1115 y ss. (tambin, Trach.633 y ss.): comprobaremos as cunto ms profundiza, nuestrocaso, el poeta en el buen uso de una forma consagrada. Un sco-hasta comenta de esta suerte el susomentado paso de yant:aa~tL~opos 6 ~toit-yr?~A,rt r&g rouaTac ~sXookxg, ?30T6 vttO,cafl Kai roO ~8to~. En la irapCatcxaiq, en contraste inmediato con lacatstrofe, al espectador se le aade emocin. Al Coro le desarticulael poeta el pensamiento de la realidad